Mensaje de Jesús Libro de Oracion
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compasión. Te lo pido, Jesús, por el poder de tus
Santas llagas, por tu preciosa Sangre.
Sáname, señor
Sana mi cuerpo
Sana mi corazón.
Sana mi alma.
Dame vida y vida en abundancia. Te lo
pido por intercesión de Santa María, Tú Madre,
la Virgen de los Dolores, las la que estaba
presente, de pie, cerca de la cruz.
La que fue la primera en contemplar Tú
Santas llagas y que nos diste por Madre. Tú nos
has revelado que ya has tomado sobre ti, todas
nuestras dolencias y por ti hemos sido curados.
Hoy, Señor, te presento en fe todas mis
enfermedades, y te pido que me sanes
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completamente, te pido por la gloria del Padre
del cielo, que también sanes a los enfermos de
mi familia y mis amigos.
Haz que crezcan en la fe, en la esperanza
y que reciban la salud para gloria de Tú Nombre.
Para que tu Reino siga extendiéndose
más y más en los corazones a través de los
signos y prodigios de tu amor. Todo esto te lo
pido porque tú eres Jesús.
Tú eres el buen Pastor, y todos somos
ovejas de tu rebaño. Estoy tan seguro de tu amor
que aún antes de conocer el resultado de mi
oración en fe, te digo. Gracias Jesús, por lo que
tú vas a ser en mí y en cada uno de ellos. Gracias
por las enfermedades que tú estás sanando ahora,
gracias por los que tú estás visitando con tu
misericordia…
2.- Oración por curación interior.
Sugerimos que esta oración por la
curación de nuestra memoria, se haga en lugar
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apartado, lejos de toda distracción. Recítese de
manera lenta en voz alta haciendo suyas cada
palabra.
Padre de bondad, padre de amor, te
bendigo, te alabo y te doy gracias, porque por
amor nos diste a Jesús. Gracias padre, porque a
la luz de tu espíritu comprendemos que él es la
luz, la verdad y el buen Pastor, que ha venido
para que tengamos vida y la tengamos en
abundancia.
Hoy, Padre, me quiero presentar delante
de ti, como tu hijo. Tú me conoces por mi
nombre. Pon tus ojos de Padre amoroso en mi
vida. Tú conoces mi corazón y conoces las
heridas de mi historia. Tú conoces todo lo que he
querido hacer y no he hecho. Conoces también
lo que hice o me hicieron lastimándome.
Tú conoces mis limitaciones, errores y
mi pecado. Conoces los traumas y complejos de
mi vida
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Hoy, padre, te pido que por el amor que
le tienes a tu hijo Jesucristo, derrames tu santo
espíritu, sobre mí, para que el calor de tu amor
sanador, penetre en lo más íntimo de mi corazón.
Tú que sanas los corazones, destrozados
y vendas las heridas, sáname aquí, y ahora de mi
alma, mi mente, mi memoria y todo mi interior.
Entra en mis, señor Jesús, como entraste
en aquella casa donde estaban tus discípulos
llenos de miedo.
Tú te apareciste en medio de ellos y les
dijiste: “paz a vosotros”.
Entra en mi corazón y dame tu paz.
Lléname de amor. Sabemos que el amor echa
fuera del temor. Pasa por mi vida y sana mi
corazón.
Sabemos, Señor Jesús, que tú lo haces
siempre que te lo pedimos y te lo estoy pidiendo
con María mi Madre, la que estaba en las bodas
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de Canaán, cuando no había vino y tú
respondiste a su deseo, transformando el agua en
vino.
Cambia mi corazón generoso, un corazón
afable, un corazón bondadoso, dame un corazón
nuevo
Haz brotar en mí los frutos de tu
presencia.
Dame el fruto de tu espíritu que es amor,
paz, alegría.
Haz que venga sobre mí el Espíritu de las
bienaventuranzas, para que puedan saborear y
buscar a Dios cada día, viviendo sin complejos,
ni traumas junto a los demás, junto a mi familia,
junto a mis hermanos.
Te doy gracias Padre, por lo que estás
haciendo hoy en mi vida
Te doy gracias de todo corazón, porque
tú me sanas, porque tú rompes las cadenas y me
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das libertad. Gracias señor Jesús, porque soy
templo de tu espíritu y este templo no se puede
destruir porque es la casa de Dios.
Te doy gracias, espíritu Santo, por la fe,
gracias por el amor que has puesto en mi
corazón. ¡Qué grande eres, señor Dios trino y
uno! Bendito y alabado seas, señor.
Mensaje de Jesús
¿Por qué te confundes y te agitas ante
los problemas de la vida?
Déjame el cuidado de tus cosas y todo te
irá mejor.
Cuando te abandones en mi todo, se
resolverá con tranquilidad, según mis designios.
No te desesperes, no me dirijas una oración
agitada, cómo si quisieras exigirme el
cumplimiento de tus deseos. Cierra los ojos del
alma. Y dime con calma: Jesús, yo confío en ti.
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Evita las preocupaciones y angustias y
los pensamientos sobre lo que pueda suceder
después. No estropees mis planes, queriéndome
imponer tus ideas. Déjame ser Dios y actuar con
libertad. Abandónate confiadamente en mí.
Reposa en mí y deja en mis manos tu
futuro.
Dime frecuentemente: Jesús, yo confío
en ti.
Lo que más daño te hace es tu
razonamiento y tus propias ideas y querer
resolver las cosas.
Cuando me dices: Jesús yo confío en ti.
No seas como el paciente que le pide al médico
que le cure, pero le sugiere el modo de hacerlo.
Déjate llevar en mis brazos Divinos, no tengas
miedo: yo te amo.
Si crees que las cosas empeoran o se
complican, a pesar de tus oraciones sigue
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confiando. Cierra los ojos del alma y confía,
continúa diciéndome a toda hora: Jesús, yo
confío en ti.
Necesito las manos libres para poder
obrar. No me ates con tus preocupaciones
inútiles, Satanás quiere eso: agitarte, angustiarte,
quitarte la paz.
Confía sólo en mí, abandónate en mí, así
que no te preocupes, echa en mí todas tus
angustias y duerme tranquilamente.
Dime siempre: Jesús, yo confío en ti.
Verás grandes milagros, te lo prometo
por mi amor.
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