Actividades para Vencer El Miedo
Actividades para Vencer El Miedo
Actividades para Vencer El Miedo
1. Resumen y abstract................................................................................................... 1
2. Introducción ..............................................................................................................2
3. Marco teórico ........................................................................................................... 3
3.2. Clasificación de los miedos evolutivos según la edad de los niños .................. 4
3.3. Diferencias entre los términos ansiedad, miedo, fobia y pánico ........................ 6
5. Metodología ................................................................................................................ 13
5.1.1 Contextualización........................................................................................... 14
5.1.2 Temporalización............................................................................................. 14
5.1.4 Contenidos.......................................................................................................16
5.1.7 Actividades..................................................................................................... 17
9. Anexos ............................................................................................................................. 34
1. Resumen.
En este trabajo queda reflejada la idea de la importancia de trabajar las emociones, más concretamente
los miedos, en las aulas de Educación Primaria. Para justificar esto, en el marco teórico se recoge tanto la
definición de miedo, como clasificaciones de los miedos evolutivos en función de la edad de los niños, las
diferencias entre los términos relacionados con esta emoción (fobia, ansiedad o pánico) y algunas pautas de
intervención que pueden ser útiles en situaciones de miedo infantil, de manera que se fundamenta teóricamente la
posterior intervención educativa con una seria de actividades que tienen como fin trabajar los miedos infantiles
para un curso de 2º de Primaria.
Palabras clave: emociones, miedos evolutivos, fobia, ansiedad, pánico, intervención educativa.
Abstract.
This paper reflects the importance of working on emotions, especially fears, in Primary School. To justify
this, the theoretical framework collects either the definition of fear and the classification of evolutive fears
according to children’s age, the differences between the terms related to this emotion (phobia, anxiety or panic)
and some intervention guidelines that can be useful in childhood fears situations, in a manner that the posterior
educational intervention is theoretically fundamented with a series of activities with the finality of working on
childhood fears in a second grade of Primary School.
Key words: emotions, evolutive fears, phobia, anxiety, panic, educative intervention.
1
2. Introducción y justificación.
Sobre esta idea de la importancia del trabajo de las emociones desde niños, Punset
(2012) expresa lo siguiente: “aprender a manejar las propias emociones -que no reprimirlas,
como hemos venido haciendo durante siglos- reside la clave del éxito de los futuros adultos”.
Reconoce que estas deberían ser más importantes que incluso otro tipo de materias, ya que son
algo que aparece de forma innata y deberíamos saber cómo gestionarlo puesto que puede
acarrear serios problemas de conducta en el futuro de estos niños y niñas. Relacionado con esto
y en palabras de Punset (2012): “el joven que no acaba de encajar en el entramado social y con
una autoestima por los suelos, regresa fácilmente a los ritos arcaicos de la especie como la
violencia, las peleas o las drogas”.
Con el objetivo de desarrollar esta idea y trabajar el miedo en el aula, en este trabajo se
presentará en primer lugar, una revisión teórica en la que se definen términos básicos como el
miedo, fobia, ansiedad, pánico, así como se recogen ciertas clasificaciones de los miedos
evolutivos y pautas de intervención generales que podrían ser de gran ayuda si nos encontramos
ante alguna situación de miedo por parte de un niño o niña. En segundo lugar, también
encontramos una intervención educativa con actividades que tienen el fin de ayudarles tanto a
2
superar sus miedos, como a desarrollar herramientas útiles para la autorregulación de los
mismos y la capacidad de ayudar con el de los demás.
3. Marco teórico.
El ser humano es un individuo que experimenta muchas emociones, entre otras cosas. Hay
tantas que es difícil, en algunas ocasiones, saber diferenciar los matices que tienen.
Centrándonos en el miedo, que es el tema que nos atañe, existen muchas otras que pueden ser
similares, pero que necesitamos de su definición para esclarecer sus diferencias.
Por ello, deberíamos tener claro qué entendemos por “miedo”. Si nos vamos al
diccionario de la Real Academia Española podemos encontrar lo siguiente: “Perturbación
angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario.” Por tanto, sacamos en claro que
es una emoción innata que nos ayuda a evitar poner en riesgo nuestras vidas ante algún peligro
ya sea este real o no.
El miedo es uno de los sentimientos más comunes en el ser humano. Cada uno de
nosotros lo hemos experimentado en más de alguna ocasión a lo largo de nuestras vidas y sobre
todo en la etapa infantil. El miedo no es más que un fenómeno adaptativo que existe de forma
natural en nuestra especie y nos ayuda a evitar situaciones de riesgo que puedan llegar a
dañarnos, modificando nuestro comportamiento ante estas situaciones y así asegurar la
supervivencia de la especie. Podríamos decir que el miedo es la llamada de atención de nuestra
cabeza avisando que nuestra integridad física o emocional puede verse en compromiso
(Gutiérrez y Moreno, 2012). El miedo a la oscuridad, al agua o a caerse son el claro ejemplo
de cómo, de forma natural, estamos codificados para comportarnos de manera más cuidadosa
ante situaciones con un riesgo real.
Por otro lado, el miedo puede llegar a ser preocupante cuando deja de ser adaptativo y
se convierte en irracional y excesivo, teniendo lugar en momentos donde no hay peligro
alarmante y causando sufrimiento tanto en la vida del niño como en la de su familia. En estos
casos podríamos decir que el miedo pasa a ser fobia (Gutiérrez y Moreno 2012). Algunos
ejemplos de estos miedos podrían ser el miedo a los médicos o la resistencia a hacer cosas
nuevas, dormir solos, etc. Estos tipos de miedos reciben el nombre de miedos desadaptativos.
Si persisten en el tiempo o se dan con mucha frecuencia pueden hacer que los niños encuentren
3
más dificultades a la hora de llevar a cabo eventos del día a día, por ejemplo, dejar de salir a la
calle, de relacionarse con gente nueva; pudiendo esto desarrollar consecuencias sociales y
afectivas negativas y convirtiendo un miedo evolutivo, propio de la edad, en un miedo crónico
o una fobia.
Con respecto a esta idea de edad y miedo, muchos investigadores han indagado sobre
este tema con el objetivo de demostrar si con el tiempo, los niños al hacerse mayores van
superando miedos. Según lo encontrado en el artículo de Peña del Agua, A. (2002) el
investigador Holmes (1935) realizó un estudio relacionado con esta idea cuya conclusión es
que hay una cierta tendencia a la disminución del miedo con la edad. También Peña del Agua,
indica que en otros estudios realizados por Cummings (1944, 1946); McFarlane, Allen y
Honzink (1954), coinciden concluyendo con los mismos resultados. Hay un menor porcentaje
de niños con uno o más miedos específicos desde el período infantil hasta la adolescencia. Sin
embargo, en este mismo artículo podemos observar otros estudios que indican que la
disminución del miedo del niño con la edad no siempre es un proceso lineal en el tiempo, sino
que tienen altibajos que pueden hacer que haya niños que con la edad pierdan esos miedos, y
niños que, durante el proceso de crecimiento, pasan por etapas en los que experimenten incluso
más miedos de los que experimentaba en edades más tempranas. Es decir, podemos afirmar
que la edad es una variable relevante en el proceso de pérdida del miedo en el infante, pero
puede que dicho proceso no sea lineal.
Los miedos evolutivos han sido clasificados por muchos expertos en función de la edad.
A menudo, dicha división puede pecar de artificial y los niños no tienen por qué ajustarse de
manera fiel a ella, pero puede servir de orientación.
4
Figura 1.
Por otro lado, podemos ver la siguiente clasificación que la encontramos en el libro de
Gutiérrez y Moreno (2012):
Los autores Valiente y cols. y Banus, S. Ll. afirman que, antes de los seis meses de vida,
los bebés no han experimentado el miedo. Es a partir de los seis meses cuando empiezana
sentirlo, pero solo aquellos que son adaptativos, por ejemplo, el miedo a los extraños, a las
alturas, los ruidos fuertes, etc. Entre el año y los dos años sienten un mayor temor a separarse
de los padres y se intensifica el miedo a los desconocidos. Es por ello que “aunque lo normal
es que vaya desapareciendo con la edad, estos miedos pueden prolongarse hasta la adolescencia
convirtiéndose en timidez o en su forma más radical, fobia social”. (Gutiérrez y Moreno, 2012,
p. 27).
1
Nota. Adaptado de El miedo y sus trastornos en la infancia: prevención e intervención educativa.
[Clasificación]. Pérez, M. D. (2000). (pp. 123–144).
5
En este libro, Gutiérrez y Moreno (2012) afirman que el niño en esta etapa abre su
entorno y desarrolla sus relaciones interpersonales, sobre todo por el colegio. Esto favorece a
que el niño alcance la capacidad de discernir entre las representaciones que se crean en su mente
y la realidad objetiva. Por tanto, los miedos que experimentará serán más fieles a la realidad y
no a personajes imaginarios. Por ejemplo, el daño físico, las inyecciones, las caídas,etc.
Además, estos autores apuntan a que, debido al desarrollo de sus relaciones sociales
con sus iguales, pueden aparecer el miedo al fracaso escolar, la crítica social, entre otros. En
estas edades también se hacen patentes los miedos al divorcio o la separación de los padres en
aquellos niños que vivan en un ambiente hostil o inestable por parte de sus progenitores.
En esta etapa los niños se encuentran en un estado de revolución hormonal, por lo que
sus emociones también se ven alteradas. Comienzan a preocuparse por la crítica, así como el
fracaso o el rechazo por parte de sus iguales. Por otro lado, empiezan a surgir miedos derivados
del cambio físico que están empezando a experimentar (Gutiérrez y Moreno, 2012).
3.2.4. Adolescencia.
Como hemos mencionado con anterioridad, existen muchas emociones que son
similares al miedo y que resultan complicadas de diferenciar. Términos como ansiedad, fobia
y pánico comparten muchas características comunes que vamos a intentar determinar a lo largo
de este trabajo.
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Con respecto al miedo y la ansiedad, el primero se distingue por ser un proceso
cognitivo, mientras que la ansiedad es un proceso emocional. El miedo conlleva una evaluación
intelectual de un estímulo amenazante, sin embargo, la ansiedad es la respuesta emocional a
esa evaluación. Con respecto al miedo, cuando una persona lo siente, podríamos decir que se
tienen en cuenta una serie de circunstancias que no están presentes, pero sí podrían ocurrir en
un futuro. Además, con la ansiedad, aparte de experimentar un estado emocional de
nerviosismo o tensión, esta va acompañada de síntomas fisiológicos como palpitaciones del
corazón, temblores, náuseas, etc. Podríamos decir que el miedo es el que valora el peligro y la
ansiedad es el estado emocional negativo que se desencadena al sentir miedo (González, 2005).
Por otro lado, podemos encontrar otra emoción que puede tener algunas similitudes con
el miedo, como es la fobia. En este caso, González (2005) define a la fobia como un tipo de
miedo específico, a menudo exagerado e incapacitante. Se caracteriza por la necesidad
imperiosa de evitar la situación desencadenante de dicha fobia y además provoca ansiedad al
experimentarla.
Asimismo, también existe el pánico que se definiría como un temor súbito, seguido de
intensos o elevados intentos de garantizar la seguridad (González, 2005).
Son muchas las causas que pueden generar miedo. Muchos de ellos se desarrollan sin
ningún motivo aparente, simplemente suceden como una secuencia evolutiva predecible y
luego van desapareciendo con el tiempo.
Siguiendo con esta idea, “algunos aspectos que atemorizan a los humanos y la forma
de demostrarlo pueden considerarse determinados biológicamente —lo cual no significa que
sean inmutables—, mientras que otros dependen más bien de aprendizajes y experiencias
individuales y sociales.” (Pérez, 2000, p. 128).
La cultura surgió como necesidad de proteger de sus peligros a la débil caña humana.
Porque, consciente de su debilidad, el ser humano había sentido miedo. Y había
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encontrado en la cultura, -esto es, en la construcción de artificios mediante su
inteligencia- la defensa para sus miedos. La cultura surgió para proteger al ser humano.
(Martínez Cortés, 2012, p. 19).
Siguiendo con esta idea, Pérez (2000) recoge en su artículo que hay diferentes estudios
que muestran resultados contradictorios. A partir de los 11 años, la mayoría llegan a la
conclusión de que las niñas tienden a tener más miedos que los niños. Esto podría justificarse
teniendo en cuenta dos tipos de explicaciones: la biológica y la cultural.
En cuanto a la primera, se explica que la mujer está menos dotada físicamente para
defenderse de los peligros y, también, en el embarazo y la crianza de sus hijos experimentan
un sentimiento mayor de protección. En cuanto a la explicación cultural, la autora señala la
siguiente hipótesis:
La explicación cultural señala una educación diferencial para niños y niñas; estas
últimas están más sobreprotegidas, se induce en ellas más respuestas de miedo ante
desconocidos y, por otra parte, se considera que las respuestas de temor son más propias de
niñas que de niños. (Marks, 1990a; Méndez, 2000). (Pérez, 2000, p. 132).
La vía principal de la adquisición del miedo viene a través del aprendizaje del niño y
del contacto de este con el mundo que le rodea. Uno de los factores que influyen en gran medida
en los miedos infantiles son sus familiares.
Según los estudios de Méndez y col., 2003, los padres que tienen tendencia a ser
miedosos y/o experimenten ansiedad suelen tener hijos que desarrollan miedo y
ansiedad en mayor proporción que otros. La explicación a esta hipótesis puede estar en
que los niños suelen fijarse en la reacción de sus padres para recoger información ante
situaciones de incertidumbre (Gutiérrez y Moreno, 2012, p. 30).
8
En definitiva, y de acuerdo con las palabras de Pérez (2000):
La adquisición del miedo tiene formas muy distintas: la experiencia directa con
acontecimientos causantes, la información sobre estímulos atemorizantes, la
observación de un modelo que tiene una reacción de temor en determinada situación...
a partir de aquí, si los comportamientos del niño o las personas que lo rodean son
inadecuados, pueden crearse trastornos o fobias. (p. 129).
Por otro lado, hay que tener en cuenta cómo lidiar con estos miedos para que no se
enquisten y desemboquen en trastornos más graves como fobias. Por ejemplo, según cuenta la
autora Pérez (2000), la evitación del estímulo o la situación que produce el miedo solo ayuda
a que este continúe y no desaparezca. Quizás es una solución momentánea, ya que hace que
desaparezca por un breve período de tiempo, pero a la larga solo hace que este perdure incluso
llegándose a agravar y cronificar. Si la persona no se enfrenta a ello, solo hace que la situación
empeore y que cada vez vea ese miedo más insuperable.
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y confianza en sí mismo y la sensación de que ante situaciones de miedo estas pueden
ser controladas.
● Ofrecer al niño la oportunidad de ser elogiado y realizar actividades exitosas y
gratificantes: para el niño los elogios por parte de sus padres van a ser muy importantes
para que este gane confianza y seguridad en sí mismo, siempre y cuando estos sean
reales y lleven consigo la realización correcta de alguna tarea por parte del niño. Es
primordial crear situaciones en las que el niño pueda desenvolverse con altas
probabilidades de éxito, como por ejemplo vestirse solo, acudir a dar ayuda sin que
nadie se lo pida, etc. Si este tipo de actividades son planteadas como éxitos por parte de
los padres una vez que el niño las logre realizar, esto contribuirá en el aumento de su
autoconfianza. Un niño con una autoestima pobre se limitará a huir de ciertas
situaciones y actividades y tendrá limitadas oportunidades de trabajar la confianza en sí
mismo. Es muy importante evitar las expectativas exageradas hacia el niño, ya que esto
solo puede provocar ansiedad y agobio por parte del infante al no poderlas llevar acabo
con éxito. Hay que encontrar un equilibrio entre las expectativas que se le ponen y las
capacidades del niño, así se fomentará la seguridad en sí mismo y ante situacionesde
miedo, podrá sentirse capaz de solucionarlas sin necesidad de ayuda externa.
● Fomentar la independencia del niño: hay que crear situaciones que tengan que
solventar los niños por sí mismos, siempre y cuando estén adaptadas a su edad y sus
capacidades, así como a su nivel de maduración. En este aspecto, es necesario evitar la
sobreprotección puesto que tiene dos efectos negativos claros; el primero es que el niño,
ante la preocupación exagerada por parte de sus padres, interpreta que el mundo está
lleno de gran cantidad de peligros. Por otra parte, la segunda consecuencia es que el
niño desarrolla en menor medida la capacidad de resolver problemas por sí mismo y
superar situaciones difíciles, ya que no cuenta con suficientes oportunidades para
hacerlo. La clave está en que el infante alcance la independencia suficiente y ajustada
a su edad para que este consiga ser autosuficiente y tenga confianza en sí mismo.
● Evitar la utilización del miedo como factor disciplinar: el miedo es utilizado en
muchas ocasiones por parte de los adultos para que se consiga un cambio en cierta
conducta del niño. Aunque a priori pueda resultar útil, esto puede ser peligroso ya que
puede generar ansiedad y trastornos posteriores.
● Evitar la situación de aprendizaje de miedos por observación: es importante que los
padres permanezcan tranquilos ante situaciones difíciles sobre todo delante de los niños.
Esto es así ya que “los niños poseen una sensibilidad muy especial para captar
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cualquier sentimiento de preocupación y temor de los padres, y los miedos aprendidos
a través de modelos significativos no se eliminan fácilmente (Sandín, 1997; Pearce,
1995)” (Pérez, 2000, p. 135).
● No coaccionar al niño para enfrentarse con el objeto temido: las riñas o coacciones
por parte de los padres a los niños para que dejen de tener miedo cuando se encuentran
ante una situación que les produce temor u obligarlos a que se enfrenten a él solo puede
producir el efecto inverso. Es decir, este tipo de medidas solo hace que incremente la
ansiedad, así como la desconfianza en sí mismos y la baja autoestima, fomentando la
dificultad de superación del miedo. Por otro lado, los intentos de demostrar y hacerles
ver a los niños que sus miedos no son para tanto, también pueden causar la situación
contraria. En el artículo de Pérez (2000) podemos encontrar un ejemplo claro:
● No reforzar cuando el niño tiene miedo: hay muchos autores que han comentado este
hecho y es que “si los padres se muestran excesivamente pendientes del niño cuando
tiene miedo, le muestran mucha atención y afecto cuando está en una situación de
temor, las conductas pueden aumentar (Méndez, 2000; Valles Arángida, 1991)” (Pérez,
2000, p.135). Encontrar el equilibrio es muy complicado, puesto que la falta excesiva
de apoyo por parte de los padres ante una situación de miedo tampoco beneficia en
nada. La perfección estaría en que el niño reciba apoyo y atención no solo en las
situaciones de miedo, sino en diferentes situaciones que no conlleven temor.
● No dramatizar la situación: es recomendable no expresar demasiada angustia ante los
temores de los niños, pero tampoco ignorarlos. Es importante que los adultos entiendan
que los temores durante el desarrollo de los niños es algo natural y hay que permitir que
los niños expresen sus sentimientos y emociones, siempre y cuando se preste una
atención adecuada y comedida.
● Dar oportunidades al niño de enfrentarse poco a poco con los objetos temidos:
como hemos comentado con anterioridad, evitar al objeto temido solo contribuye a la
permanencia de ese mismo miedo, por lo que hay que brindar a los niños oportunidades
11
para que vayan enfrentándolos y así superarlos. Hay que reforzar los comportamientos
de acercamiento y superación, aunque al principio estos sean pocos.
Si su niño chilla y huye al ver una rana, cójale otra y déjela a cierta distancia de
él. Empiece por acostumbrarse a que la mire, y cuando ya pueda hacerlo haga
que se acerque más a ella y la vea saltar sin experimentar emoción. Luego que
la toque ligeramente, usted la coge rápidamente y la deja en su mano, y así
sucesivamente hasta que él pueda manipularla con tanta confianza como haría
con una mariposa o un gorrión (p. 136).
12
Consiste en anotar cuidadosamente para determinar el momento en el que el
terror se presenta normalmente. Después se despierta al niño justo antes de que
vaya a iniciarse el terror nocturno. Se considera que al cabo de una semana los
terrores se habrán interrumpido (Pearce, 1995, p. 137).
Otro aspecto a resaltar relacionado con este problema es que todos los adultos que estén
involucrados con el niño también lleven a cabo actitudes complementarias. En el caso en el que
el miedo se convierta en un trastorno frecuente y persistente, lo mejor es acudir a un
especialista.
Para la elaboración de este trabajo se ha tenido en cuenta una serie de objetivos que
determinan los conceptos principales que se buscan alcanzar con el mismo. Gracias a estos, se ha
establecido un esquema central por el que se han ido desarrollando posteriormente cada uno de
ellos y así asegurarnos de su consecución. Estos objetivos serían los siguientes:
- Facilitar el avance por parte del alumno en la superación de la emoción del miedo.
- Crear herramientas didácticas para trabajarlas en el aula con el fin de ayudarles a superarlos.
5. Metodología.
Para la realización del presente trabajo se han establecido varias etapas. La primera de
ellas ha sido la de la búsqueda del material con el que hemos justificado nuestro marco teórico.
Aparte del material bibliográfico aportado por la tutora, se ha realizado una búsqueda de
documentos a través de la plataforma académica de Google. Asimismo, para contrastar
información relacionada con el tema de este trabajo y comprobar los diferentes puntos de vista,
se han revisado varias disertaciones de otros compañeros.
Por otro lado, al diseñar nuestra propuesta de intervención educativa muchas de las
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actividades han sido invención propia, pero otras han sido inspiradas en ejercicios provenientes
de diferentes blogs y webs de educación. De la misma manera, parte de los otros instrumentos
que aparecen en la misma proceden de documentos oficiales o de documentos científicos de
otros autores adaptados para esta intervención.
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La siguiente intervención responde a la necesidad educativa de ayudar al alumnado a
trabajar y superar los miedos infantiles, dotándolos de diferentes técnicas y herramientas que
les sirvan tanto para autorregular sus miedos, como los miedos de los que les rodean.
5.1.1 Contextualización.
Esta propuesta de intervención está diseñada para un colegio situado en la zona norte
de la ciudad. Se localiza cerca del núcleo de la localidad junto a centros administrativos y
comerciales. A este acudirían niños procedentes de las zonas próximas urbanas y rurales. El
centro consta de 4 edificaciones independientes: un edificio principal de tres plantas donde se
ubican todas las aulas de primaria además de otras dependencias (secretaría, dirección, sala de
profesores, aseos…). En segundo lugar, encontramos el Edificio de Infantil y Aula Específica
que consta de 3 aulas de educación infantil y un aula de educación especial específica. Por otro
lado, se encuentra el pabellón de deportes independiente a los demás.
La jornada escolar tiene lugar de 9:00 a 14:00. Además, el centro cuenta con 3 líneas
de primaria (18 unidades totales), 1 línea de Infantil (3 unidades), 2 Unidades de Apoyo a la
Integración, y 1 Aula Específica, atendiendo a un número total de 600 niños/as.
5.1.2 Temporalización.
Esta propuesta se realizaría en el primer trimestre del curso escolar, más concretamente
durante el mes de octubre. Asimismo, tendría una duración aproximada de unas cinco semanas,
por lo que esta propuesta se dividiría en unas 13 sesiones de una duración de una hora cada
una. El cronograma de las sesiones queda recogido en la tabla 1 (anexo 1).
5.1.3 Objetivos.
Esta unidad didáctica está diseñada a nivel nacional de acuerdo con el Real Decreto
126/2014, de 28 de febrero, por el que se establece el currículo básico de la Educación Primaria,
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y más concretamente por la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, conocida como LOMCE.
Debido a que nos situamos en la comunidad autónoma de Andalucía, esta intervención estará
regida por la Orden de 17 de marzo de 2015, en la que se desarrolla el currículo de Educación
Primaria en esta comunidad.
A la hora de desarrollar esta unidad didáctica para trabajar la emoción del miedo
tendremos que centrarnos en el área de valores sociales y cívicos. En la descripción general de
dicha área encontramos: “tiene como fin primordial proporcionar a todos los niños y niñas una
educación que permita afianzar su desarrollo personal y su propio bienestar, adquirir las
habilidades culturales básicas y desarrollar habilidades sociales favoreciendo los diferentes
aspectos de su desarrollo, lo que supone construir un conjunto de valores que no siempre se
adquieren de manera espontánea. Estos valores, básicamente referidos a los ámbitos de la
convivencia y la vida social, están relacionados en gran medida con necesidades, demandas y
problemas cuya evolución reciente hace necesario su tratamiento.”
Siguiendo el currículo, podemos observar, que esta área está dividida en tres bloques
de contenido que son los siguientes:
En este caso, vamos a trabajar un poco de todos los bloques, de manera que, en el
primero se desarrolla el trabajo con las emociones; en el segundo, el trabajo cooperativo, la
escucha activa y respetuosa y en el tercero, la detección y expresión de las emociones propias
y de las de los demás.
Con el objetivo de presentar de forma más ordenada la relación entre los bloques de
contenido que se van a trabajar, así como los objetivos de área, ciclo y criterios de evaluación
correspondientes a la etapa y ciclo, encontramos la tabla 2 en el anexo 2 de este trabajo.
Por otro lado, una vez tenidos en cuenta los objetivos del currículum de Educación
Primaria, en esta intervención también nos basaremos en los recogidos por Bisquerra (2000)
que tienen que ver con la inteligencia emocional. En este caso, serán adaptados para la emoción
del miedo.
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- Promover el desarrollo integral del alumno y alumna.
- Adquirir un mejor conocimiento de la propia emoción del miedo.
- Identificar y expresar la emoción del miedo en sí mismos.
- Identificar la emoción del miedo en otras personas.
- Desarrollar la habilidad para regular sus propios miedos.
- Prevenir los efectos nocivos de las emociones negativas.
- Desarrollar la habilidad para generar emociones positivas.
- Desarrollar la habilidad de automotivarse.
- Adoptar una actitud positiva ante la vida.
- Mejorar las relaciones interpersonales.
- Desarrollar las habilidades de vida para el bienestar personal y social.
5.1.4 Contenidos.
Con respecto a los contenidos, para que nuestra intervención tenga cohesión,
trabajaremos los contenidos específicos que también encontramos en la obra de Bisquerra
(2000) relacionados con los objetivos anteriores que tienen que ver con la inteligencia
emocional, y en nuestro caso, con el sentimiento del miedo.
- Inteligencia emocional.
- Reconocimiento del miedo en sí mismos.
- Identificación de la emoción del miedo en los demás.
- Comprensión y regulación de la emoción del miedo.
- Autoestima.
- Automotivación.
- Empatía.
- Habilidades sociales.
5.1.5 Competencias.
Con relación a las competencias que tendremos en cuenta a la hora de diseñar esta
intervención serán las cinco competencias emocionales recogidas por Bisquerra y Pérez (2007)
siguiendo el modelo de Goleman (1995) que son:
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- Regulación emocional: consiste en la capacidad para manejar las emociones de forma
adecuada.
- Autonomía emocional: es un concepto que abarca más términos relacionados entre sí
como la autoestima, actitud positiva ante la vida, responsabilidad, capacidad para
analizar críticamente las normas sociales, la capacidad para buscar ayuda y recursos o
la autoeficacia emocional.
- Habilidades sociales: conjunto de capacidades para establecer buenas relaciones con los
demás.
- Habilidades para la vida y el bienestar: se trata de las capacidades para adoptar
comportamientos apropiados y responsables para hacer frente de manera exitosa los
desafíos de la vida personales, profesionales, familiares o sociales.
5.1.6 Metodología.
La metodología que se llevará a cabo a lo largo de esta intervención tiene como objetivo
el aprendizaje de los alumnos por descubrimiento guiado por el docente y resolución de
problemas. Asimismo, se busca favorecer la enseñanza recíproca y el trabajo cooperativo en
grupos. Conforme los alumnos vayan avanzando por la programación de actividades, sería
interesante que, de manera progresiva, se alcance la participación activa del alumnado. La
flexibilidad será una de las características fundamentales de esta intervención, para adaptarla
según los acontecimientos y que esta se ajuste a las necesidades de nuestros alumnos.
5.1.7 Actividades.
Objetivos:
- Identificar y expresar mis propios miedos.
- Identificar la emoción del miedo en mis compañeros.
- Escuchar activamente los miedos de mis compañeros.
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lápiz. Luego les dirá que tienen que escribir cada uno los diferentes miedos que
experimentan. Una vez tengan todos sus miedos escritos, la docente les pedirá que en voz
alta digan su nombre, su edad y los miedos que ha escrito en su papel. El primero de ellos,
será la profesora, indicando los miedos que tenía en su infancia y los que tiene ahora,
expresando cómo se siente ante ello y qué hace para intentar solventarlo. De esta manera,
crearemos un ambiente más seguro para que los niños se expresen con libertad.
Una vez hayan terminado todos, se realizará una lista en un A3 con todos los miedos
mencionados y se colgará en el corcho de la clase.
Objetivos:
- Identificar y expresar mis propios miedos.
- Identificar la emoción del miedo en mis compañeros.
- Adquirir un mejor conocimiento de la propia emoción del miedo.
- Escuchar activamente los miedos de mis compañeros.
- Desarrollar la habilidad para generar emociones positivas.
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miedos.
Objetivos:
- Identificar y expresar mis propios miedos.
- Identificar la emoción del miedo en mis compañeros.
- Adquirir un mejor conocimiento de la propia emoción del miedo.
- Escuchar activamente los miedos de mis compañeros.
- Desarrollar la habilidad para regular sus propios miedos.
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sus pies, del revés. Lo que no sabe Martina, es que “Anitram”, la niña monstruo que está
debajo de ella, también siente miedo, pero miedo a los humanos. Una vez terminado este
cuento, se reflexionará sobre la idea de tener miedo a lo desconocido, ya que una vez que
Martina conoció los miedos de Anitram, ya no daba tanto miedo. Además, la profesora diría:
“Como podéis ver, Anitram también tiene emociones, como nosotros. Siente miedo, tristeza,
alegría… Una vez que conocéis eso, ¿os parecen tan terroríficos los monstruos?” Después
del cuento, la docente les pedirá que dibujen en una cartulina blanca el monstruo al que les
tienen miedo y que escriban al lado el miedo que experimenta dicho monstruo. Luego, lo
recortarán y lo meterán cada uno en su cofre de los miedos.
Objetivos:
- Identificar y expresar mis propios miedos.
- Identificar la emoción del miedo en mis compañeros.
- Desarrollar la habilidad para regular sus propios miedos.
- Desarrollar la habilidad para generar emociones positivas.
- Desarrollar la habilidad de automotivarse.
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Tabla 7. Sesión 5. (Elaboración propia).
Objetivos:
- Identificar y expresar mis propios miedos.
- Identificar la emoción del miedo en mis compañeros.
- Desarrollar la habilidad para regular sus propios miedos.
- Desarrollar la habilidad para generar emociones positivas.
- Desarrollar la habilidad de automotivarse.
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Objetivos:
- Identificar y expresar mis propios miedos.
- Identificar la emoción del miedo en mis compañeros.
- Desarrollar la habilidad para regular sus propios miedos.
- Desarrollar la habilidad para generar emociones positivas.
- Desarrollar la habilidad de automotivarse.
Objetivos:
- Identificar y expresar mis propios miedos.
- Identificar la emoción del miedo en mis compañeros.
- Desarrollar la habilidad para regular sus propios miedos.
- Desarrollar la habilidad para generar emociones positivas.
- Desarrollar la habilidad de automotivarse.
Competencias: Recursos:
- Autonomía emocional - Pantalla digital y ordenador.
- Lápiz
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- Habilidades sociales - Ficha (Anexo 4).
Objetivos:
- Identificar la emoción del miedo en mis compañeros.
- Desarrollar la habilidad para regular sus propios miedos.
- Desarrollar la habilidad para generar emociones positivas.
- Desarrollar la habilidad de automotivarse.
- Adoptar una actitud positiva ante la vida.
- Mejorar las relaciones interpersonales.
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Competencia: Recursos:
- Autonomía emocional - Caja de zapatos con los amuletos y los
- Habilidades sociales objetos requeridos.
Objetivos:
- Identificar y expresar mis propios miedos.
- Identificar la emoción del miedo en mis compañeros.
- Desarrollar la habilidad para generar emociones positivas.
- Desarrollar la habilidad de automotivarse.
- Adoptar una actitud positiva ante la vida.
- Mejorar las relaciones interpersonales.
Competencia: Recursos:
- Autonomía emocional - Ordenador y pantalla digital.
- Habilidades sociales - Película “Del revés” de Disney Pixar.
- Papel y lápiz.
- Lápices de colores.
Objetivos:
- Identificar y expresar mis propios miedos.
- Identificar la emoción del miedo en mis compañeros.
- Desarrollar la habilidad para generar emociones positivas.
- Desarrollar la habilidad de automotivarse.
- Adoptar una actitud positiva ante la vida.
- Mejorar las relaciones interpersonales.
25
Actividad nº 1: Del revés Duración: 60
minutos.
La docente traerá a la clase la película titulada ‘Del revés’ de Disney Pixar. Esta película
nos cuenta la historia de Riley, una niña que experimenta muchas emociones. Aunque su
vida siempre ha estado protagonizada por la alegría, se ve afectada por otro tipo de
emociones (enfado, miedo, tristeza y desagrado). Por algún motivo, llega un momento en
el que le invade el sentimiento de la Tristeza, sin saber muy bien por qué. Una serie de
acontecimientos hacen que Alegría y Tristeza se mezclen en una peligrosa aventura que
dará un vuelco al mundo de Riley.
Esta sesión nos serviría para ver la película y terminarla en la siguiente junto con las
actividades que tendrán que realizar tras la visualización de la misma.
Competencia: Recursos:
- Autonomía emocional - Ordenador y pantalla digital.
- Habilidades sociales - Ficha (Anexo 5).
Objetivos:
- Identificar y expresar mis propios miedos.
- Identificar la emoción del miedo en mis compañeros.
- Desarrollar la habilidad para generar emociones positivas.
- Desarrollar la habilidad de automotivarse.
- Adoptar una actitud positiva ante la vida.
- Mejorar las relaciones interpersonales.
Competencia: Recursos:
- Familiares.
- Habilidades sociales.
- Habilidades para la vida y el bienestar.
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Objetivos:
- Identificar y expresar mis propios miedos.
- Identificar la emoción del miedo en mis compañeros.
- Desarrollar la habilidad para generar emociones positivas.
- Desarrollar la habilidad de automotivarse.
- Adoptar una actitud positiva ante la vida.
- Mejorar las relaciones interpersonales.
Competencia: Recursos:
- Objetos reciclados (botellas de plástico, rollo
- Habilidades sociales. de papel higiénico, cajas de cartón, etc.)
- Cola.
- Habilidades para la vida y el bienestar. - Pintura.
- Cofre de los miedos.
Objetivos:
- Identificar y expresar mis propios miedos.
- Identificar la emoción del miedo en mis compañeros.
- Desarrollar la habilidad para generar emociones positivas.
- Desarrollar la habilidad de automotivarse.
- Adoptar una actitud positiva ante la vida.
- Mejorar las relaciones interpersonales.
27
Ya que en clase contamos con unos 20 niños y niñas, se formarán 4 grupos de 5 niños cada
uno y se les adjudicará una parte del cuerpo a cada grupo: cabeza (debería de tener una
abertura grande, a modo de boca), extremidades superiores, extremidades inferiores y
tronco. De esta forma todos estarán implicados en el proceso de fabricación, siempre con
la supervisión y ayuda de la docente en todo momento. La decoración correrá a cuenta de
los alumnos/as.
Una vez lista nuestra máquina “comemiedos”, la maestra les pedirá que saquen su cofre de
los miedos que han estado utilizando durante toda esta intervención, en la que han guardado
dibujos y materiales relacionados con los miedos que han experimentado hasta el momento.
Les indicará que ya es hora de que dejemos ir esos miedos que nos han estado atormentando.
Se analizará el contenido de las cajas de manera breve, haciendo hincapié en que ya muchos
de ellos no sienten el mismo miedo que al principio de la intervención.
Finalmente, por turnos, irán acercándose a la máquina e irán tirando el contenido dentro de
la boca del “comemiedos”, de manera que el cofre quede vacío. Servirá como
representación de que han conseguido superarlos.
5.1.8 Evaluación.
Con respecto a la evaluación inicial, esta tendrá lugar durante la primera sesión y se realizará
por parte de la docente después de la finalización de la misma. El objetivo de esta es conocer
si el alumnado es capaz de identificar y expresar sus propios miedos y los de los demás. Se
realizará una rúbrica con los siguientes ítems:
- Identifica y sabe expresar la emoción del miedo en sí mismo sin ayuda del docente.
- Identifica y sabe expresar la emoción del miedo en sí mismo con ayuda del docente.
- Identifica y sabe expresar la emoción del miedo en otras personas sin ayuda del docente.
- Identifica y sabe expresar la emoción del miedo en otras personas con ayuda del
docente.
- Desarrolla la habilidad para regular sus propios miedos.
28
- Previene los efectos nocivos de las emociones negativas.
- Desarrolla la habilidad para generar emociones positivas.
- Desarrolla la habilidad de automotivarse.
- Adopta una actitud positiva ante la vida.
- Mejora las relaciones interpersonales.
- Desarrolla las habilidades de vida para el bienestar personal y social.
Por otro lado, para evaluar el progreso y trabajar la habilidad intrapersonal se llevará a
cabo un diario de clase por parte del alumnado, en el que después de cada sesión recogerán lo
que se ha hecho en clase y las sensaciones que han experimentado, ya sea en forma de
redacción, dibujo, etc., dejando ese aspecto a su elección. Así cada diario será único y personal,
estando la docente a disposición del alumnado y supervisando de que la tarea está funcionando.
Gracias a este instrumento, podremos recoger información y entender el desarrollo de los
procesos cognitivos individuales de los alumnos y poder abastecer las posibles necesidades,
intereses y ritmos de aprendizaje individualmente.
Por último, como evaluación final, se van a utilizar diferentes instrumentos para evaluar
los resultados de los niños. En primer lugar, volveremos a tocar el contenido trabajado en la
sesión 1 y la docente realizará la misma rúbrica de información previa con el objetivo de
comprobar el cambio que han experimentado desde el principio de la intervención hasta el final.
Por otro lado, la observación de la profesora jugará un papel crucial y más teniendo en
cuenta nuestra variable a evaluar: el miedo. Como hemos mencionado con anterioridad, se trata
de una emoción por lo que no puede ser evaluada cuantitativamente, sino de forma cualitativa.
De esta manera, la docente realizará observaciones directas, por medio de la interacción
personal con el alumnado, en circunstancias de juego libre, en actividades previamente
pensadas para hacer más fácil la observación de los elementos más relevantes, etc. Con el
objetivo de recoger estas conductas usaremos un diario de clase, así como una escala de
valoración global (ver anexo 6, tabla 16). Con respecto al diario, este tendrá similitudes con el
que realizan los niños después de las sesiones, pero en este caso realizado por la profesora. En
él se recogerá toda información que ocurra durante el transcurso de las actividades, así como
las conductas, contenidos y resultados una vez finalizadas las sesiones.
29
Por otra parte, la escala de valoración global vendrá regida por una serie de indicadores
por los que cada alumno será evaluado tras la realización de las sesiones utilizando una escala
de observación sobre conductas asociadas a los componentes principales del desarrollo socio-
emocional (anexo 7).
6. Resultados y discusión.
30
- En relación con los contenidos y competencias, ambos docentes estiman que son
correctos y son los adecuados teniendo en cuenta el currículo.
- En cuanto a la metodología, piensan que es muy viable y adecuada para el grupo-clase.
Sin embargo, ambos coinciden en que el trabajo en grupo debería explotarse más de lo
que se hace para que fuera perfecta, ya que es una técnica ideal para las edades del
alumnado.
- Con respecto a las actividades opinan que son originales y que plantean desafíos
interesantes que hacen que los alumnos construyan aprendizajes, pero para que estas
fueran óptimas se debería tener en cuenta una mejor introducción y presentación de las
actividades para captar la atención del alumnado. Además, a pesar de que se realizan
actividades relacionadas con las nuevas tecnologías, no se incluyen las TICs desde el
planteamiento de la intervención y consideran que es algo que se podría aprovechar.
- Sobre la evaluación coinciden en que es bastante completa y adecuada para medir los
resultados del progreso de los alumnos y alumnas.
31
7. Conclusiones.
Las conclusiones que sacamos después de todo este proceso son las siguientes:
32
8. Bibliografía.
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en línea]. <https://dle.rae.es> [15 de mayo de 2021]
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de Brouwer. Recuperado de:
http://www.codajic.org/sites/www.codajic.org/files/Los-Ninos-El-Miedo-y-Los-
Cuentos-Como-Contar-Cuentos-Que-Curan.pdf
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la sociedad? Revista Crítica, 977, 19 – 22. Recuperado de:
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educativa. Revista de pedagogía de la Universidad de Salamanca, 12, 123 – 144.
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primaria/pdf/PDF/textocompleto.pdf
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Bien. https://www.crecebien.es/5-cuentos-trabajar-los-miedos-infantiles/
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evaluación en el aula. Revista Iberoamericana de educación, 34.
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● Bisquerra, R. y Pérez, N. (2007). Las competencias emocionales. Educación XXI, 10,
61-82. Recuperado de: http://e-spacio.uned.es/fez/eserv/bibliuned:EducacionXXI-
2007numero10-823/Documento.pdf
● Bisquerra, R. (2009). Psicopedagogía de las emociones. Madrid, España: Síntesis.
33
● Bisquerra, R., Punset, E., Mora, F., García, E., López-Cassà, È., Pérez-González, J. C.,
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cuenta para realizar un diseño de intervención educativa. Revista Médica Electrónica,
33(4). Recuperado de:
http://www.revmatanzas.sld.cu/revista%20medica/ano%202011/vol4%202011/tema1
7.htm
34
9. Anexos.
Octubre, 2020.
LUNES MARTES MIÉRCOLE JUEVES VIERNES SÁBADO DOMINGO
S
1 2 3 4
SESIÓN 1 SESIÓN 2
5 7 8 9 10 11 12
13 14 15 16 17 18 19
20 21 22 23 24 25 26
27 28 29 30 31
SESIÓN 12 SESIÓN 13
Anexo 2. Tabla 2. Relación entre los bloques de contenido objetivos de área, ciclo y criterios
de evaluación correspondientes a la etapa y ciclo.
35
favorezca una creciente demás, haciéndose de sí mismo autoestima.
autorregulación de los responsable de las tomando decisiones
sentimientos, los consecuencias de meditadas y 1.4. Desarrollo y regulación
recursos personales, el sus actos y responsables, basadas en de los sentimientos y las
correcto uso del desarrollando una un emociones.
lenguaje y la libre actitud de buen autoconcepto.
expresión acordes al compromiso hacia Bloque 2: “La comprensión
respeto, a la valoración de uno mismo. CE.3. Proponerse y el respeto en lasrelaciones
la diversidad y a la desafíos y llevarlos a interpersonales”.
empatía. CE.1.4. cabo mediante una 2.1. Normas para el
Comunicarse de toma de decisiones mantenimiento de
manera verbal y no personal, meditada y conversaciones respetuosas.
verbal adecuadamente, responsable,
expresando sentimientos desarrollando un buen 2.2. El trabajo cooperativo y
y sentido del compromiso solidario en grupo.
emociones y respecto a uno mismo y a
aceptando los de los los demás. 2.3. Habilidades básicas
demás. Identificar necesarias para el desarrollo
los factores de la CE.8. Expresar de una
comunicación opiniones, sentimientos y escucha activa y eficaz.
interpersonal que emociones
generan barreras y utilizando
los que crean cercanía. coordinadamente el
lenguaje verbal y no
verbal.
36
O.VSC.1 Implementar las CE.1.3 Reconocer, CE.6. Adquirir Bloque 1: “La identidad y
habilidades psicosociales listar y expresar sus capacidades la dignidad de la
básicas propias de las sentimientos y para tomar persona”
inteligencias emociones, aprendiendo decisiones de 1.1. Desarrollo y regulación
intrapersonal e a forma independiente, de los sentimientos y las
interpersonal, a través del gestionarlos de manejando las emociones.
autoconocimiento, el manera positiva dificultades para
desarrollo de los para enfrentarse a superar frustraciones y 1.5. Rechazo del miedo al
pensamientos creativo y las distintas situaciones y sentimientos fracaso.
crítico, la empatía, la problemas de su negativos ante
efectiva resolución de vida diaria, manejar los problemas. Bloque 2: “La comprensión
conflictos y la toma de las frustraciones y el respeto en lasrelaciones
decisiones, necesarias haciendo frente a CE.7. Estructurar un interpersonales”.
para ser, conocer, los miedos y pensamiento efectivo e 2.1. Normas para el
aprender, convivir, actuar fracasos e iniciarse independiente mantenimiento de
y emprender. en la toma de empleando las emociones conversaciones respetuosas.
decisiones con de forma positiva.
autocontrol. 2.2. El trabajo cooperativo y
solidario en grupo.
CE.1.5. Participar
activamente en 2.3. Habilidades básicas
actividades necesarias para el desarrollo
cooperativas con de una
actitud de respeto y escucha activa y eficaz.
escucha, expresando con
lenguaje positivo y Bloque 3: “La convivencia
abiertamente sus y los valores”
ideas, opiniones y 3.3. Percepción de las
sentimientos, necesidades de otros,
defendiéndolas sin presentando buena
desmerecer las disposición para recibir y
aportaciones de los ofrecer ayuda.
demás y demostrando
interés 3.4. Participación en
por los otros. actividades lúdicas grupales,
valorando la unión de
esfuerzos para un objetivo
común.
37
Anexo 3. Tabla 3. Ítems para la realización de la actividad nº 1 “Somos escritores” de la
sesión nº 6.
Un dragón En un castillo
Un gigante En un bosque
38
Anexo 4. Ficha para la realización de la actividad nº 2 “El rey que temía la noche” de la
sesión nº 8.
39
40
41
Anexo 5. Ficha para la realización de la actividad nº 1 “Del revés II” de la sesión nº 11.
42
43
44
Anexo 6. Tabla 16. Escala de valoración global por alumno.
Grado de participación
Grado de placer
Escucha y comunicación
Anexo 7. Tabla 17. Escala de observación sobre conductas asociadas a los componentes
principales del desarrollo socio-emocional.
Conciencia emocional
Regulación emocional
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Desarrolla la habilidad para regular sus propios miedos.
Autonomía personal
SÍ NO ALGUNAS VECES
INDICADORES
Habilidades sociales
SÍ NO ALGUNAS VECES
INDICADORES
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Utiliza la palabra para solventar algún desacuerdo entre
compañeros.
SÍ NO ALGUNAS VECES
INDICADORES
47
Anexo 9. Tabla 19. Rúbrica para evaluar la intervención educativa.
Contextualización
La información proporcionada en la
contextualización de la intervención
es la adecuada.
Temporalización
El tiempo de desarrollo de la
intervención es el adecuado
Objetivos didácticos
48
Los objetivos guardan relación con
los contenidos presentando cohesión
interna
Contenidos
Competencias
Metodología
49
La metodología se adapta a las
necesidades del alumnado
Actividades
Evaluación
50
conjunta y eficaz el trabajo del
alumno/a
En general
La planificación es flexible,
permitiendo la introducción de
modificaciones necesarias en
cualquier momento del proceso.
El diseño y elaboración de la
intervención es creativa y original.
El desarrollo de la intervención
cuenta con la participación de otras
personas o entidades de manera que
enriquece el aprendizaje delalumnado
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Observaciones
52