Juan Sabrina Appd Revlcv1944

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 25

¿A Qué Nos Referimos Cuando Hablamos de Educación Emocional?

Sabrina Juan 5.230.968-4

Institutos Normales de Montevideo

Análisis Pedagógico de la Práctica Docente

4to MEP

Profesora Mag. Laura Curbelo Varela


1. Índice
2. Resumen.............................................................................................................................3
2.1. Abstract.....................................................................................................................3
3. Introducción......................................................................................................................4
4. Fundamentación................................................................................................................4
4.1. Delimitación del Tema .................................................................................................4
4.2. Identificación del Problema..........................................................................................6
5. Pregunta Central ..............................................................................................................6
6. Marco teórico....................................................................................................................7
6.1. Problematizando la Educación Emocional.................................................................8
6.2. Profundizando en la Inteligencia Emocional..............................................................9
6.3. Corrientes y enfoques: paradigma de psicología positiva....................................12
6.4. El bienestar y la educación......................................................................................13
6.5. La educación emocional desde la neurociencia.........................................................14
6.6. Enfoque pedagógico.....................................................................................................15
6.7. Programa de Educación Emocional Integral Bambú..............................................17
7. Análisis pedagógico de los casos seleccionados de la práctica docente......................20
7.1. Las llaves para resolver conflictos.............................................................................20
8. Reflexión final.................................................................................................................22
9. Referencias Bibliográficas..............................................................................................24

2
2. Resumen

El presente ensayo pretende abordar el concepto de educación emocional e interpretar

su relevancia para reflexionar sobre los efectos que produciría implementar la educación

emocional en las escuelas. Analizaré desde una mirada crítica distintas fundamentaciones

teóricas sobre la educación emocional y el desarrollo de la inteligencia emocional en niños y

niñas, mediante un enfoque en psicología positiva y neurociencia. Posteriormente entrelazaré

mis experiencias recolectadas en las prácticas pedagógicas de la carrera magisterial.

Palabras clave: Educación emocional, inteligencia emocional, psicología positiva.

2.1. Abstract

This essay aims to address the concept of emotional education and interpret its

relevance to reflect on the effects that implementing it in schools would produce. Various

theoretical foundations of emotional education and the development of emotional intelligence

in children will be analyzed from a critical perspective, focusing on positive psychology and

neuroscience. Finally, the essay will intertwine experiences gathered from the pedagogical

practices of the teaching career.

Keywords: Emotional education, emotional intelligence, positive psychology.

3
3. Introducción

Atravesando el campo de la neurociencia, la psicología, pedagogía y distintas

investigaciones existentes sobre la educación emocional, expondré a diferentes autores que

desarrollan la temática. Principalmente, Daniel Golman psicólogo estadounidense pionero de

la inteligencia emocional. Linda Lianteri también estadounidense, maestra, directora y

pionera en integrar la educación emocional en las escuelas. Huaire Inacio Edson Jorge,

Doctor en ciencias de la educación con estudios en psicología cognitiva y neuropsicología,

nacido en Perú. Rafael Bisquerra experto en educación emocional. Los conocimientos

extraídos de tales autores me permitirán enriquecer mi análisis crítico sobre la educación

emocional en las escuelas, con el objetivo de indagar que tan necesaria sería su aplicación en

niños y niñas.

4. Fundamentación

Como estudiante magisterial que recorre el trayecto final de su carrera, me encuentro

aquí produciendo este ensayo académico el cual surge de una temática de mi particular

interés que me interpela en mis prácticas preprofesionales de formación.

En mis prácticas he notado la falta de mecanismos para validar las emociones de los

niños y las niñas. Esto me hizo replantearme la importancia de mejorar la identificación y

gestión de sus emociones en el aula. Además, la educación emocional forma parte de la

agenda hoy en día y su discusión se ha acalorado en los últimos tiempos.

4.1. Delimitación del Tema

Para mi análisis utilizare los siguientes conceptos, los cuales ubican a la educación

emocional como un mecanismo positivo que desarrolla bienestar y reduce conflictos.

Según la (Universidad Europea, 2022), la educación emocional es un proceso

pedagógico que potencia la esfera afectiva junto con las habilidades cognitivas para promover

un desarrollo integral de la personalidad. Se centra en mejorar el conocimiento y la gestión

4
emocional para afrontar los desafíos diarios y mejorar el bienestar.

En el libro inteligencia emocional infantil y juvenil los autores Linda Lantieri y

Daniel Golman (2009) hablan de la educación emocional como una posible respuesta para el

buen manejo dentro del aula y le asocian la importancia de tanto prevenir malestares como de

desarrollar mejores futuros.

Con la educación emocional lo que se intenta es evitar un conjunto de problemas

comunes que pueden presentarse en los niños como la agresividad, el mal rendimiento en el

colegio, la falta de atención, etc. Pensamos en la prevención no solo como una manera de

prevenir un problema, sino, especialmente de reforzar el desarrollo del niño e instaurar una

serie de factores protectores (Lantieri, 2010, como se citó en Huaire Inacio, Edson

Jorge ,2016, p. 108).

En síntesis, la educación emocional promueve el desarrollo de las personas, mediante

la gestión emocional para un mayor bienestar.

Otro concepto que es fundamental para limitar el campo de este análisis corresponde a

la Inteligencia Emocional. Gracias a la plasticidad cerebral es que los niños/as pueden

reconocer sus emociones y desarrollar la inteligencia emocional.

Según el Tecnológico de Monterrey (s.f) cuando hablamos de inteligencia emocional

(IE), nos referimos a la habilidad de entender, usar y administrar nuestras propias emociones

en formas que reduzcan el estrés, ayuden a comunicar efectivamente, empatizar con otras

personas, superar desafíos y aminorar conflictos.

Los niños/as no solo experimentan emociones, sino que las gestionan según el grado

de inteligencia emocional que se les eduque para lograr gestionar las emociones de manera

más saludable.

En resumen, cuando hablamos de IE nos referimos a la herramienta utilizada para

gestionar las emociones, la cual se adquiere mediante la educación emocional. Un mayor

5
grado de IE indica una mayor capacidad para gestionar las emociones, mientras que un menor

grado significa menor capacidad.

¿Por qué es importante gestionar nuestras emociones? son muchos los beneficios que

podemos obtener al potenciar la IE para las niñeces, en el marco de la educación emocional,

lo cual desarrollaré más adelante en profundidad.

4.2. Identificación del Problema

Los niños/as despojan sus emociones en las escuelas, y cada uno parte de su propio

contexto. El problema radica cuando las emociones de estos no son valederas para la

institución educativa. Los niños/as son rotulados muchas veces como problemáticos,

rebeldes, agresivos, inobedientes, etc. La realidad es que los mismos no pueden obtener

herramientas para manejar sus emociones si nadie se las enseña. La respuesta habitual suele

ser el castigo o la penitencia, esto reproduce a la larga los mismos comportamientos ya que

no esclarece ni ahonda en la raíz del problema. Es así como identifico el problema en la falta

de herramientas para gestionar y validar sus emociones en las escuelas. Sin embargo, no

quiero señalar a los/as docentes como responsables ya que el marco institucional tampoco

cuenta con un programa adecuado para reproducir niños/as y aulas más saludables.

Reflexionando acerca de la implementación de educación emocional, me conduce a

mi pregunta central de este análisis.

5. Pregunta Central

¿Por qué es necesario educar emocionalmente a los niños/as?

Para responder a esta pregunta, analizaré en el marco teórico la importancia de la

inteligencia emocional, profundizaré en ¿cómo se evalúa la misma?, ¿qué diferencia existe

entre el coeficiente intelectual y la inteligencia emocional?, ¿esta tarea es íntegramente

responsabilidad de los/as docentes? Y, por último. ¿cómo podemos aplicarla en el aula?

6
6. Marco teórico

Desde hace una década existe un creciente interés en todo el mundo para que los

colegios implementen propuestas educativas afectivas, que no solo fomenten el éxito

académico en los escolares, sino incidan en el bienestar y la salud mental de los niños y

adolescentes para prevenir comportamientos problemáticos. Se están implementando

programas para promover la educación emocional en los niños y familias, de tal manera que

las familias estén preparadas para afrontar los retos que plantea la sociedad del siglo XXI.

Esto incluye necesariamente, el desarrollo de competencias emocionales, como la inteligencia

emocional y su aplicación en situaciones de la vida; promover actitudes positivas ante la vida,

habilidades sociales y empatía (Álvarez, 2011, como se citó en Huaire Inacio, Edson

Jorge ,2016, p 101).

En Uruguay, la Ley General de la Educación (Ley N° 18.437), establece en el artículo

2:

Reconócese el goce y el ejercicio del derecho a la educación, como un bien

público y social que tiene como fin el pleno desarrollo físico, psíquico, ético,

intelectual y social de todas las personas sin discriminación alguna.

Según este artículo la educación en nuestro país tiene un fin de desarrollo psíquico,

ético e intelectual, lo que es difícil de medir, por ej. ¿cuánto desarrollo psíquico alcanza un

niño/a? o ¿cuál es la calidad correspondiente a un buen desarrollo psíquico? Si habláramos de

Inteligencia Emocional, podríamos medirla según los 5 componentes que operacionalizan el

concepto, los desarrollaré más adelante.

Sin embargo, Uruguay se encuentra en búsqueda de modificar la Ley General de

Educación agregando artículos que promueven la educación emocional.

La Cámara de Senadores votó afirmativamente el proyecto de ley por el que se

declara de interés general la promoción de la educación emocional. Se entiende por

7
"educación emocional" a la acción pedagógica que tiene por objetivos desarrollar habilidades

para reconocer, comprender y gestionar las emociones, y dotar de aptitudes para afrontar

situaciones de adversidad, motivar la autoestima, incentivar el rendimiento curricular y

generar relaciones interpersonales positivas.

Informó en Sala la Senadora Carmen Sanguinetti. (Sesión Cámara de Senadores. 11

de setiembre del 2024. Parlamento del Uruguay)

6.1. Problematizando la Educación Emocional

Alertamos acerca de varias dificultades con respecto a esta nada novedosa

proposición. Una de ellas es que este tipo de propuestas “salvadoras” olvida que somos seres

sociales e históricamente situados. La educación emocional promueve seguir pensándonos

desde lo individual: cada persona con sus emociones y su forma de sentir, analizándose

aisladamente, será capaz de manejar y dirigir su vida con el objetivo de autorregularse. ¿Se

relega entonces la importancia de la experiencia social del aula, ese espacio magnífico en el

que establecemos nuevos vínculos y nos relacionamos con otras personas diferentes?

Quienes defienden la necesidad de esta ley hablan de ella como un modo de alcanzar

y disfrutar los bienes que la Constitución nacional nos garantiza. La cuestión de fondo es que

para alcanzar los derechos que se expresan en la Constitución es necesario, en principio, tener

políticas públicas que realmente aseguren las condiciones de vida digna para las familias y las

y los niños/as y adolescentes. No hay educación que pueda controlar lo que siente un niño,

una niña o un adolescente si le duele la panza de hambre, y no hay malestar que pueda

borrarse si se vive en condiciones precarias y sin saber cuál será el destino del adulto que está

a cargo, si este no tiene trabajo, por ejemplo. Mucho menos si se vive esquivando balas o

sufriendo riesgos permanentes por el mero hecho de vivir en una zona de la ciudad en la que

pulula la violencia o se negocian las drogas en forma natural y cotidiana. (Puente, C y

Curbelo, L. 2024)

8
Más allá de los beneficios que arroja la aplicación de educación emocional tenemos

que considerar que hay una posible romanización como si se tratara de una “solución mágica”

pero que termina por hacer responsable a cada uno/a de sus propias emociones, apostando por

el individualismo. También debemos reconocer la falta de políticas públicas que realmente

puedan dar cara a las problemáticas de los niños/as fuera de la institución educativa y con

otros actores responsables que no son los docentes.

6.2. Profundizando en la Inteligencia Emocional

García (2021) menciona lo siguiente:

Elaine Houston, investigadora de psicología positiva y especialista en ciencias de la

conducta escribió para positivepsycology.com sobre los cinco elementos de los que se

compone la inteligencia emocional. Los cinco elementos que describe son: la autoconciencia

(reconocer y comprender nuestras emociones), la autorregulación (las emociones por sí

mismas no son un problema, sino la capacidad de regularlas), la motivación (la IE nos da

herramientas para automotivarnos), la empatía (tomar en cuenta como se sienten otras

personas) y las habilidades sociales (escucha y comunicación en nuestras interacciones).

Estos elementos fueron mencionados por primera vez por Daniel Golman, psicólogo y autor

de la inteligencia emocional en su libro Emotional Intelligence 1995, que se convirtió en un

Best Seller mundial.

Entendiendo que no se puede desglosar que significa el pleno desarrollo psíquico o

intelectual de los niños/as, pero, se puede diferenciar la Inteligencia Emocional del

Coeficiente Intelectual para profundizar en los conceptos que intervienen en la educación.

Hoy en día podemos comprender que, por más que un niño sea brillante en las matemáticas,

si no sabe gestionar sus emociones se dificultará su desarrollo personal, porque el coeficiente

intelectual es diferente a la IE. Golman (1995) en su libro relata:

Esta tarea constituye un auténtico desafío para quienes suscriben una visión

9
estrecha de la inteligencia y aseguran que el CI (CI: coeficiente o cociente intelectual)

es un dato genético que no puede ser modificado por la experiencia vital y que el

destino de nuestras vidas se halla, en buena medida, determinado por esta aptitud.

Pero este argumento pasa por alto una cuestión decisiva: ¿qué cambios podemos

llevar a cabo para que a nuestros hijos les vaya bien en la vida? ¿Qué factores entran

en juego, por ejemplo, cuando personas con un elevado CI no saben qué hacer

mientras que otras, con un modesto, o incluso con un bajo CI, lo hacen

sorprendentemente bien? Mi tesis es que esta diferencia radica con mucha frecuencia

en el conjunto de habilidades que hemos dado en llamar inteligencia emocional,

habilidades entre las que destacan el autocontrol, el entusiasmo, la perseverancia y la

capacidad para motivarse a uno mismo. Y todas estas capacidades, como podremos

comprobar, pueden enseñarse a los niños, brindándoles así la oportunidad de sacar el

mejor rendimiento posible al potencial intelectual que les haya correspondido en la

lotería genética. (p.8)

Así como plantea el autor, queda suscripta la diferencia entre coeficiente intelectual e

inteligencia emocional. Mientras la primera puede responder a cargas genéticas, la segunda

no es hereditaria, por el contrario, la inteligencia emocional es una habilidad que se adquiere

mediante la enseñanza de la misma. Por eso, podemos educar a nuestros niños/as para el

pleno desarrollo de su inteligencia emocional. Las escuelas tanto antes como ahora siguen

haciendo hincapié en el desarrollo del coeficiente intelectual de los niños/as enseñándoles

puramente a adquirir conocimientos en matemáticas, literatura, biología, etc. Sin embargo,

Golman (1999, p. 51 y 52) afirma que “las aptitudes emocionales tienen el doble de

importancia que las aptitudes meramente técnicas o intelectuales” y expone múltiples

estudios sobre el tema que demuestran que los infantes que desarrollan mejor la IE obtienen

mejoras en el rendimiento académico y en sus habilidades comunicacionales, resuelven los

10
conflictos de forma más saludable, desarrollan la resiliencia y la empatía, se relacionan mejor

con otros, etc. Son muchos los beneficios que podemos obtener al potenciar la IE para las

niñeces, en el marco de la educación emocional.

Un antecedente reciente (2023) demuestra datos empíricos sobre la aplicación de un

programa de educación emocional en Uruguay, específicamente en el barrio Casavalle. En el

artículo se entrevista a Carmen Albana Sanz, maestra uruguaya quien comparte los hallazgos

de su tesis doctoral en la aplicación de educación emocional. Sanz trabaja junto a otros

profesionales en la aplicación del programa de Educación Emocional Integral Bambú que

busca introducir la educación emocional formando a docentes y educadores. También forma

parte de un grupo de profesionales que reclama que en Uruguay se genere una ley de

educación emocional, en (La Diaria, 2023) afirmó lo siguiente:

Al respecto, explicó que incluso aunque ese enfoque esté incluido en la actual

transformación educativa, el hecho de plasmarlo en una ley daría otras garantías y

haría que fuera más dificultoso que el tema desapareciera de la currícula con un

cambio de gobierno.

Tras ser implementado el Programa Bambú en la escuela 350 de Unidad Casavalle, se

obtuvieron resultados. Luego de ser formados, los docentes aplicaron el programa de

educación emocional e “iban viendo cómo estas variables iban cambiando a lo largo del curso

escolar” (La Diaria, 2023). Luego de procesar los resultados, se registraron mejoras en todos

los indicadores. Por ejemplo, Sanz contó que la regulación en los niños pasó de 17% a 34% al

final de la intervención, lo que terminó mejorando el clima escolar y bajando las situaciones

de violencia. Por su parte, contó que la asistencia de los escolares también mejoró, ya que

había niños que faltaban varios días a la semana, pero terminaron “con alumnos que

prácticamente no faltaban a clase” (La Diaria, 2023).

Lo más importante a destacar del artículo no solo corresponde a la evidencia empírica

11
positiva que arroja Sanz tras su aplicación en la escuela, sino a problematizar la falta de una

ley para garantizar educación emocional y por otra parte ella habla acerca de la poca cantidad

de docentes que tienen conocimientos para educar emocionalmente. Sobre la formación de

los docentes en la escuela, apuntó que 80% no había recibido ningún tipo de formación y, del

20% restante, la mitad había leído cosas en internet y la otra mitad había asistido a una

formación virtual que se brindó desde el Ministerio de Educación y Cultura. (La Diaria,

2023)

6.3. Corrientes y enfoques: paradigma de psicología positiva.

La psicología positiva es una corriente que surge en el cambio de siglo y que

experimenta una considerable difusión desde los primeros momentos, como si se

tratase de un cambio de paradigma que abre nuevas esperanzas hacia un futuro mejor,

centrado en el bienestar de las personas y de la sociedad en general. Esto tiene unas

aplicaciones muy importantes en la educación. La psicología positiva se propone

como pilares básicos de estudio e investigación: las emociones positivas, los rasgos

individuales positivos (virtudes y fortalezas), las instituciones positivas que facilitan

su desarrollo y los programas que ayudan a mejorar la calidad de vida de las personas

y previenen la incidencia de psicopatologías. (Bisquerra, R., & Hernández, S, 2017, p.

4)

La Psicología Positiva está conectada a los conceptos de Inteligencia y Educación

emocionales. Los conocimientos de la psicología positiva y la inteligencia emocional deben

ser difundidos a través de la educación emocional, con el objetivo de desarrollar

competencias clave para la vida que permitan alcanzar un mayor bienestar. Bisquerra Alzina,

R., & Hernández Paniello, S. (2017). Psicología positiva, educación emocional y el programa

Aulas Felices. Papeles del Psicólogo. (ídem)

12
Psicología Inteligencia
positiva emocional Educación emocional

(Fuente: Elaboración propia).

6.4. El bienestar y la educación

Rafael Bisquerra (2017) en psicología positiva, educación emocional y el programa

aulas felices, nos ilumina en cuanto a la conexión entre bienestar y educación:

El bienestar debería ser una de las metas importantes de la educación y de la

política. Pero ¿de qué bienestar estamos hablando? En los medios de comunicación,

cuando se habla de bienestar se sobrentiende el bienestar material, entendido como el

desarrollo económico y tecnológico. Aquí nos referimos a otro tipo de bienestar. La

diversidad de enfoques sobre el bienestar justifica la conveniencia de “poner un

apellido” para concretar de qué bienestar hablamos: bienestar material, bienestar

social, bienestar físico, bienestar profesional (engagement), bienestar emocional,

bienestar subjetivo, bienestar psicológico, bienestar hedónico, bienestar eudemónico

(Bisquerra, 2013. p 59).

Todos estos tipos de bienestar deberían formar parte de la educación, ya que nos

orientan en el camino a seguir. Conviene dejar claro que el bienestar tiene una dimensión

personal y otra social. Hay que trascender esta visión miope del bienestar personal individual

para orientarnos hacia el desarrollo integral de las personas dentro de sus respectivas

organizaciones. El objetivo es el bienestar social en interacción con el bienestar personal. No

hay que confundir educación con escolarización. Escolarización equivale a educación formal

y se circunscribe a los centros de educación infantil, primaria y secundaria. Pero la educación

es un concepto mucho más amplio que se refiere a cualquier proceso de aprendizaje en

cualquier contexto, y a lo largo de la vida.

Si bien, en este artículo nos vamos a ceñir a la educación formal. Conviene subrayar
13
que los centros educativos son el medio idóneo para la difusión de la cultura del bienestar.

Entre otras razones porque de esta forma se empieza desde las primeras edades y también

porque es el modo más efectivo de llegar a la totalidad de la población. En efecto, en los

países desarrollados casi el cien por cien de los niños pasa por los centros educativos y a

través de estos centros se tiene acceso a las familias. Por tanto, la intervención a través de la

educación formal asegura el acceso a gran parte de la población. No hay otra intervención

que pueda asegurar mayor alcance.

6.5. La educación emocional desde la neurociencia.

Si queremos tener mejores ciudadanos en el futuro, uno de los primeros pasos

consistiría en incorporar tanto a nuestro conocimiento cotidiano como en el currículo escolar,

lo que la neurociencia y la psicología evolutiva denominan la educación de las emociones, es

decir, comprender dos ámbitos básicos de nosotros mismos: el primero está relacionado con

el conocimiento de nuestras propias emociones y el segundo, con el conocimiento y la

gestión de las emociones de los demás. (Punset, 2008, cómo se citó en Huaire Inacio, Edson

Jorge ,2016, p 100)

Estas competencias son necesarias que los niños/as adquieran, ya que son

herramientas útiles para resolver los conflictos que se presenten en sus vidas de una forma

menos violenta y siendo empáticos. En las escuelas se tiende a formar futuros ciudadanos que

se inserten en una sociedad y pocas veces se los ayuda a formarse con habilidades vitales

como la del manejo de sus emociones. Recordando que, la educación emocional no es un

proceso que empiece y termine, sino que se incorpora a lo largo de toda la vida.

Según la Dra. María Laura Palumbo (2024) (24 de abril de 2024) “Mesa debate:

Educación Emocional, ¿solución o problema?” [Sesión de conferencia]. A las emociones

siempre se las ha tratado de ubicar a lo largo de la historia, hasta que hoy en día se sabe que

están en una zona del cerebro, más específicamente en el sistema límbico. Sin embargo, la

14
corteza frontal y prefrontal que se va desarrollando hasta los 30 años de edad, es la que se

encarga de racionalizar los pensamientos, de la autorreflexión, de la conducta, a su vez se la

relaciona con las funciones ejecutivas que son capaces de procesar y organizar la

información, determinar la toma de decisiones y gestionar la respuesta emocional. Esto

sucede como un mecanismo evolutivo que tenemos los seres humanos que nos es útil para

controlar nuestras emociones, pasa que en niños y adolescentes no está totalmente

desarrollada, es inmadura, entonces biológicamente se podría decir que los niños no están

preparados para el autocontrol para reflexionar solos sobre estas cuestiones emocionales que

salen de él.

Es decir, podemos suponer que los niños/as no están igualmente preparados para

medir sus reacciones como los adultos, sin embargo, eso no quiere decir que los niños/as no

puedan reconocer sus emociones y no vayan incorporando la habilidad de gestionarlas en su

crecimiento. La educación emocional es una habilidad que se adquiere, se trabaja desde

pequeños a grandes, en conjunto al desarrollo de nuestra corteza frontal y prefrontal.

El libro de Huaire Inacio, Edson Jorge (2016). Neurociencia y emociones, dice:

Gracias a la extraordinaria plasticidad del cerebro, resulta posible a cualquier edad aprender a

reconocer nuestras emociones, a convivir con ellas y con las de los demás, desarrollando

nuestra inteligencia emocional y social. Los niños desde muy tempranas edades tienen que

aprender y los adultos tenemos que enseñarles cómo funciona su cerebro, así ellos aprenderán

a controlarlo y autorregularlos de una forma más positiva. (p.104)

Extraigo de este fragmento la tarea que se le asigna a las personas adultas ya que son

quienes deben enseñar a los niños/as, para conectarlo con el rol docente en las escuelas,

¿somos los/as docentes responsables de educar emocionalmente a nuestros niños/as?

6.6. Enfoque pedagógico

La psicopedagogía de las emociones tiene una dimensión teórica y otra práctica.

15
Como teoría es un corpus de conocimientos sobre las emociones que fundamentan unas

aplicaciones prácticas. Como práctica, constituye una serie de propuestas metodológicas,

técnicas y estrategias para hacer efectiva la difusión de los conocimientos y, sobre todo, la

adquisición de competencias que de ellos se derivan. La dimensión práctica de la

psicopedagogía de las emociones se concreta en la educación emocional, que tiene como

objetivo el desarrollo de competencias emocionales. (Bisquerra, R. (2009). p.11)

Rafael Bisquerra menciona que el reto de este siglo XXI es dar el paso de la

educación cognitiva a la dimensión emocional, haciendo énfasis en la importancia y

necesidad de este tipo de educación para todas las personas a lo largo de su vida no solo en su

niñez, que es donde él considera que se debería de empezar a educar. Bisquerra (2021) habla

en una entrevista acerca de que los niños deben de tener el derecho a sentirse enfadados, pero

no de sentirse autorizados a agredir a otro, no considera que la autorregulación sea represión

y dice que la misma puede ser tan perjudicial como el descontrol, por eso destaca la

importancia de puesta de límites y de cómo los adultos deben de aprender a implementarlos.

El propósito de la educación emocional según este autor es que las personas tomen

conciencia de que sí en verdad nos lo proponemos podemos ser felices, que, sin trabajo

emocional, introspección y autoanálisis no vamos a lograr la tan anhelada por todos, como lo

es la felicidad.

Desde la psicopedagogía de las emociones se podría decir que este principio podría

constituir una asignatura pendiente de la educación. El reto está en conseguir que los centros

educativos sean lugares donde el bienestar esté presente. La sociedad está organizada de tal

forma que las tareas serias (arte, ciencia, cultura) parezcan pesadas y aburridas, mientras que

lo atractivo y emocionante es lo frívolo (ver la televisión, ir a una discoteca, las atracciones

de feria, etc.). La escuela no consigue enseñar lo emocionante que puede llegar a ser la

16
ciencia, el arte, las matemáticas o la cultura (Csikszentmihalyi, 1998: 154, citado por

Bisquerra, 2009, p 29).

Desde mi análisis puedo comprender la importancia que debería asumir el rol docente

y también puedo comprender sus limitaciones. Los niños/as absorben aprendizajes de todas

partes de la sociedad y como la educación emocional es un proceso a lo largo de la vida,

podríamos identificar a múltiples actores responsables, en un principio las familias, pero

luego otras instituciones informales que los infantes recurren, etc.

También es una realidad que a los docentes se les pide de todo, que sean psicólogos,

doctores, maestros y si bien estas exigencias vienen dirigidas de todas partes, de la sociedad

misma hacia las escuelas, buscan que las carencias sociales que nos rodean en la vida se

resuelvan en la escuela. Que uno pueda mandar a su hijo/a y que la institución educativa se

encargue del resto. Ahora se nos pide que eduquemos a manejar e identificar sus emociones,

pero para eso debemos los/as docentes aprenderlo primero y obtener una formación

competente.

6.7. Programa de Educación Emocional Integral Bambú

Es importante analizar cómo puede ser materializada la educación emocional en el

aula, para eso profundizaré en el Proyecto Bambú.

El programa de Educación Emocional Integral Bambú tiene su origen en 2017,

cuando la profesora Carmen Albana Sanz comenzó a tratar la educación emocional en el

postgrado en Liderazgo, Gestión e Innovación Educativa de la UM.

En el 2018 se creó un grupo de investigación en la Facultad de Humanidades y

Educación de la UM con el objetivo de profundizar en el estudio de la educación emocional.

La prioridad fue crear un espacio de reflexión académica e intercambio de experiencias para

desarrollar investigaciones que apuntaran a fortalecer la gestión de emociones. Además, se

17
difundieron los avances a través de cursos de capacitación para docentes y educadores, con la

participación de profesionales catalanes y uruguayos con formación de postgrado en

Educación Emocional.

Hoy, el programa funciona con el respaldo del Departamento de Educación de la

Facultad de Humanidades y Educación de la UM y presenta dos líneas de trabajo principales:

la formación académica de profesores a través de sesiones distribuidas a lo largo del año; y,

por otro lado, la construcción de recursos, estrategias y actividades adaptadas a distintas

edades del alumnado, con un enfoque transversal y preventivo. También se realizan

actividades de extensión, asesoría académica, seguimiento de tareas y trabajos académicos y

de investigación.

El modelo del Programa de Educación Emocional Integral Bambú se fue

consolidando a partir de distintos aportes teóricos previos (Goleman, Bisquera, Mayer y

Salovey, Cejudo, Damásio, etc.), y de aspectos vivenciales que surgieron en el intercambio

con docentes y padres de familia, junto a insumos recogidos en los trabajos de investigación

que se realizaron en estos años. El esquema del programa de educación emocional se

desarrolla en cuatro ejes socioemocionales: Habilidad, Empatía, Bienestar interior,

Proactividad.

Cada uno de estos elementos apunta a desarrollar distintas habilidades y competencias

englobando todos los aspectos emocionales de la persona.

Habilidad: este primer apartado tiene como objetivo desarrollar determinadas

competencias para una adecuada gestión emocional. Se hace énfasis en las cinco

competencias emocionales propuestas por Rafael Bisquerra en su modelo pentagonal, junto a

actividades de aula y a estrategias de intervención de acuerdo con las características de las

diferentes edades de los niños y según el entorno sociocultural.

Bienestar interior: este eje de atención tiene como objetivo el fortalecimiento del

18
conocimiento propio con el fin de dar respuestas adecuadas a las exigencias del entorno. Se

centra la atención en el elemento individual de reflexión, descubrimiento e introspección para

jerarquizar la toma de conciencia personal. De esta manera, se reforzarán y asumirán las

decisiones personales con un mayor grado de libertad y de responsabilidad. En este sentido,

se integran contenidos relacionados con la atención plena, técnicas de respiración,

autocontrol y aspectos metodológicos de la comunicación.

Empatía: el objetivo de este eje es desarrollar la capacidad de comprensión,

compasión e interés hacia el otro. Toda persona interactúa con su entorno y con los demás

semejantes. Fruto de esas relaciones interpersonales surgirán conductas y comportamientos

que pueden beneficiar o perjudicar a uno mismo o a los demás.

El componente empatía del programa Bambú se enfoca sobre todo en intervenir sobre

ese componente tan humano. Para desarrollarlo se pone el énfasis en la comunicación

asertiva, en la capacidad de comprender miradas diferentes de una misma realidad y en el

fomento de la solidaridad como motivador de los intereses personales.

La empatía favorece la solidaridad. En el manejo de las emociones, la mirada hacia el

otro es clave para una buena gestión emocional. Si se adquiere una mirada comprensiva y

compasiva, la acción solidaria personal surge como respuesta adecuada y natural.

Proactividad: la finalidad de este eje de atención consiste en desarrollar la iniciativa

personal mediante una adecuada gestión emocional.

La actuación individual, fruto de una comprensión adecuada de sí mismo, puede darse

como respuesta a los estímulos del entorno. Esa realidad exterior, o las circunstancias del

ambiente, pueden ser tan dificultosas que causen apatía o el rechazo. En estos casos, se

requiere, no solo analizar el entorno para tomar decisiones, sino también una capacidad de

superación personal frente a esas dificultades. En muchos casos, la proactividad implica y

requiere de resiliencia personal. En el plano emocional, tanto la resiliencia como la capacidad

19
de superación personal implican un adecuado manejo de las emociones para evitar actitudes y

comportamientos autodestructivos.

La iniciativa personal también se debe apreciar en la relación con los demás. Una

adecuada gestión emocional implica evitar las discriminaciones, respetar las opiniones

diferentes y ser tolerantes frente a comportamientos ajenos.

7. Análisis pedagógico de los casos seleccionados de la práctica docente

A continuación, relataré situaciones que he vivenciado en las escuelas donde realice

mis prácticas, son casos de niños/as que demuestran una falta de gestión en sus emociones.

7.1. Las llaves para resolver conflictos.

En la práctica docente de segundo año, mientras cursaba mi pasantía en la clase de

sexto grado. Un día entré al aula y encontré a dos estudiantes agrediéndose físicamente,

recuerdo no permitir que esa situación continue por ende procedí a interponerme y separar a

ambos niños. Posteriormente la docente habla con ambos chicos para preguntarles que fue lo

que sucedió y por qué acudieron a la agresión física, remarcando que no corresponde ni

dentro de la institución educativa ni por fuera. Luego presencié la segunda medida que tomó

con respecto a la resolución del conflicto, esta fue la primera vez que observé la aplicación de

educación emocional, de hecho, a raíz de este caso surgió mi particular interés en la temática.

Nos dirigimos al patio, los niños involucrados en el conflicto y el resto del grupo, nos

sentamos en ronda y la maestra utilizó “las llaves para resolver conflictos” un set de cinco

llaves donde cada una tenía una frase. “Hacer turnos o compartir” “Disculparse y perdonar”

“Hablar y escuchar al otro” “Esperar hasta estar calmados” “Buscar acuerdos y respetarlos”.

Demostrando que cualquiera de estas medidas podría escogerse antes de elegir el camino de

la violencia u otras reacciones desfavorables.

7.2. Paro, pienso y actuó.

Un proyecto escolar pensado para mejorar la convivencia en un contexto donde la

20
situación de los vínculos entre los estudiantes era muy conflictiva. Existían constantes

enfrentamientos; bastaba con que uno mirara mal al otro para que, de inmediato, respondieran

con agresiones físicas. Para abordar esta problemática, en cada clase se asignó a un delegado

que compartiría los principales conflictos del curso con el resto de la escuela. En una de esas

clases fue donde surgió la idea que transformaría la dinámica escolar: adoptar el concepto de

un semáforo para manejar los conflictos. La propuesta consistía en que, ante un problema o

desacuerdo, los estudiantes siguieran un proceso de autorregulación basado en tres etapas,

representadas por los colores del semáforo. La luz roja indicaba la necesidad de detenerse

antes de reaccionar impulsivamente, la luz amarilla invitaba a reflexionar sobre el problema

antes de actuar, y la luz verde señalaba el momento adecuado para actuar, desde una postura

más calmada y reflexiva. Los estudiantes se apropiaron rápidamente de esta idea, la propuesta

fue recibida de manera positiva y, a partir de allí, comenzaron a elaborar carteles que

representaban este esquema del semáforo. Pronto, toda la escuela estaba decorada con estos

carteles, y lo más importante es que los estudiantes comenzaban a utilizar activamente esta

estrategia para manejar los conflictos y de manera autónoma. A medida que el proyecto

avanzaba, los propios alumnos se alentaban entre sí para sostener la iniciativa, lo que

permitió una notable reducción en la intervención de los adultos y un mejor desarrollo de

habilidades de autorregulación.

7.3. Entre lágrimas y aprendizaje:

Una niña de nueve años tiende a responder ante diversas situaciones escolares

mediante episodios de llanto. He notado que en ocasiones como copiar del pizarrón antes de

un cambio de actividad, la niña ante la advertencia docente de seguir escribiendo para

culminar la tarea insiste en que “no le da el tiempo” y reacciona llorando. Así como en otro

tipo de advertencias que también su primera reacción siempre es el llanto. Suele ser un llanto

muy exagerado y demostrativo el que hace notar públicamente. A su vez, responde de mala

21
forma ante los intentos de la docente para ayudarla a encontrar formas de solucionar los

conflictos que se le presenta, respondiendo de forma desafiante, rechazando la intervención y

expresando comentarios como “no te pedí ayuda”. Muestra actitudes defensivas con el resto

de sus pares y se siente atacada en ocasiones, aunque no se le esté atacando. El caso de esta

niña me hizo evidenciar una desregulación emocional alta, ya que noto que no puede

controlar sus ganas de llorar. Entiendo que no está mal llorar, pero es muy recurrente y hasta

parece su única herramienta de respuesta. Si pudiésemos brindarle más y mejores

herramientas para la gestión de sus emociones, la niña debería lograr una respuesta más

saludable principalmente por su propio bienestar.

8. Reflexión final

Como estudiante magisterial que hace años observa la dinámica en la que viven los

docentes hoy en día, cada vez los veo más como “superhumanos”, todos tratando de cumplir

y de estar a la altura de lo que se pide, pero, es imposible resolver sólo desde una institución

las problemáticas de los niños/as, la mayoría de las veces entiendo que vienen de las casas.

Despojan sus emociones en las escuelas, claro que considero que deberíamos tener mejores

herramientas para abordar sus emociones, pero también soy realista en que es un trabajo

difícil, cada niño/a es diferente y puede ser que nuevas técnicas funcionen para algunos como

quizás no resulten para otros. Estudiando el marco internacional de investigaciones sobre la

educación e inteligencia emocionales, pude descubrir grandes beneficios que otorgarían. Aun

así, necesitamos un buen plan de implementación, un marco normativo que nos garantice una

buena y real aplicación, además de las formaciones y capacitaciones docentes. Creo que la

educación emocional es correcta en cuanto aprender a gestionar las emociones, pero no puede

resolver los contextos que atraviesan los infantes fuera de la escuela. Sin embargo, crear un

ambiente más saludable dentro del aula puede ser crucial para esos niños/as.

En una conferencia virtual Ana Abramowsky menciona que “la educación emocional

22
te enseña que todo depende de vos, de tú fuerza, de tú garra y de cómo vos manejas

internamente lo que te pasa.” (Abramowsky 2024, 14:59). Como dije al inicio de esta

reflexión, el peso a los hombros de los docentes suele ser cada vez mayor y la educación

emocional tiene cierto grado de individualidad como reflexiona Abramowsky, en cuánto a

que cada uno/a debe hacerse cargo de la gestión propia de sus emociones.

Como conclusión, entiendo la importancia de educar emocionalmente a los infantes,

entiendo que puede traer grandes beneficios para el desarrollo personal de cada uno y

aumentar su bienestar. En cuanto a mi pregunta por qué es necesaria su implementación,

considero que es necesaria para disfrutar de un espacio más saludable y potenciar el

desarrollo de la inteligencia emocional, sin embargo, no puedo estimar el grado de eficiencia

que obtendría, como tampoco posibles consecuencias que no aparentan ser benéficas como

potenciar el individualismo. Desde mi lugar y tras este análisis crítico solo puedo exigir

respuestas de investigaciones y normativas que nos ayuden a los docentes a comprender la

educación emocional, a cómo desarrollar la inteligencia emocional y aplicar una psicología

positiva para generar entornos más propicios. El dato empírico en la aplicación de educación

emocional en las escuelas que pude extraer de la aplicación del programa Bambú en

Casavalle, demostró avances positivos en reducción de la violencia, lo que me parece

sumamente importante. Debemos seguir actuando e informándonos, sin que todo el peso

recaiga en los/as docentes, esto se trata de una tarea en conjunto como sociedad y

responsabilidad estatal, en busca de proyectar aulas más saludables.

23
9. Referencias Bibliográficas

Universidad Europea. (17 de marzo de 2022). Educación emocional: ¿qué es?

https://universidadeuropea.com/blog/que-es-educacion-emocional/

Lantieri, L., & Goleman, D. (2009). Inteligencia emocional infantil y juvenil. Aguilar.

Huaire Inacio, E. J. (2016). Neurociencia y emociones: Claves para mejorar el aprendizaje y

la convivencia. Universidad Católica del Maule, Chile.

Ley N.º 18.437, Ley General de Educación. 16 de enero 2009. D.O. No. 27.654.

Sesión Cámara de Senadores. 11 de setiembre del 2024. Parlamento del Uruguay.

Puente, C y Curbelo, L. (2024) De leyes y milagros educativos: reflexiones y alertas sobre la

ley de educación emocional. La diaria.

https://ladiaria.com.uy/opinion/articulo/2024/6/de-leyes-y-milagros-educativos-

reflexiones-y-alertas-sobre-la-ley-de-educacion-emocional/

García, S. (2021). ¿Qué es la inteligencia emocional y por qué necesitamos enseñarla?

Observatorio del Instituto para el Futuro de la Educación.

Goleman, D. (1995). La inteligencia emocional. Barcelona: Kairós.

Goleman, D. (1999). La práctica de la inteligencia emocional. Barcelona: Kairós.

La Diaria. (9 de agosto de 2023). Investigación mostró que programa de educación emocional

incidió en mejoras en asistencia y menos violencia en escuela de Casavalle. La diaria.

https://ladiaria.com.uy/educacion/articulo/2023/8/investigacion-mostro-que-

programa-de-educacion-emocional-incidio-en-mejoras-en-asistencia-y-menos-

violencia-en-escuela-de-casavalle/

Bisquerra, R & Hernández, S. (2017). Psicología positiva, educación emocional y el

programa aulas felices. Papeles del Psicólogo.

Canal Untref. (24 de abril de 2024) Mesa debate: Educación Emocional, ¿solución o

problema? [Archivo de Vídeo]. YouTube.

24
https://www.youtube.com/live/IMyxchWWhIY?si=ar-Cl_hdfzAMqXeY

Bisquerra, R. (2009). Psicopedagogía de las emociones. Editorial síntesis.

Aprendemos Juntos 2030. (30 de agosto de 2021) V. Completa. Una educación emocional

para la convivencia y el bienestar. Bisquerra, R. educador [Archivo de Vídeo].

YouTube. https://youtu.be/zzNas-ICNyY?si=fdEPTKmtPXal6_u5

Universidad de Montevideo. (2017). Programa de Educación Emocional Integral Bambú.

25

También podría gustarte