Ventilación Mecánica
Ventilación Mecánica
Ventilación Mecánica
MECÁNICA
Editorial
Alfil
Ventilación
mecánica
Raúl Carrillo Esper
ISBN 978–607–8337–11–8
Editorial Alfil, S. A. de C. V.
Insurgentes Centro 51–A, Col. San Rafael
06470 México, D. F.
Tels. 55 66 96 76 / 57 05 48 45 / 55 46 93 57
e–mail: [email protected]
www.editalfil.com
ISBN 978–607–8283–48–4
Dirección editorial:
José Paiz Tejada
Revisión editorial:
Berenice Flores, Irene Paiz
Ilustración:
Alejandro Rentería
Diseño de portada:
Arturo Delgado
Impreso por:
Impresiones Editoriales FT, S. A. de C. V.
Calle 31 de julio de 1859 Manz. 102 Lote 1090, Col. Leyes de Reforma
09310 México, D. F.
Septiembre de 2013
Esta obra no puede ser reproducida total o parcialmente sin autorización por escrito de los editores.
COLECCIÓN MEDICINA DE EXCELENCIA
COMITÉ EDITORIAL
Fundación IMSS, A. C.
Editores
VII
VIII Envejecimiento saludable y productivo
Este año 2013 es muy especial y significativo para la medicina mexicana debido
a que se conmemoran los aniversarios de la fundación de dos insignes institucio-
nes de gran trascendencia en función de su visión, misión y objetivos: la Acade-
mia Mexicana de Cirugía y el Instituto Mexicano del Seguro Social, que cumplen
su octogésimo y septuagésimo aniversario, respectivamente, instituciones cuyo
compromiso ha sido desde siempre con el progreso y el desarrollo de México,
lo que ha permitido fortalecer la calidad y la seguridad de la medicina y, al mismo
tiempo, encauzar la contribución de los profesionales de la salud al bienestar so-
cial del país.
La Academia Mexicana de Cirugía fue fundada en 1933 por un grupo de mexi-
canos ilustres encabezados por los Doctores Gonzalo Castañeda Escobar y Ma-
nuel Manzanilla Batista. Desde su fundación esta corporación ha mantenido
ininterrumpidos sus propósitos y actividades como un foro abierto a todas las es-
pecialidades y temas médicos. Durante sus 80 años como órgano consultivo del
Gobierno Federal y asesora del Consejo de Salubridad General, además del tra-
bajo conjunto con otras instituciones, la Academia Mexicana de Cirugía ha teni-
do un papel decisivo en el diseño, la implementación y la evaluación de progra-
mas enfocados a alcanzar las metas nacionales de salud de los mexicanos, sobre
todo en estos momentos que nuestro país está viviendo los problemas asociados
a la transición epidemiológica, como son la obesidad, la diabetes, la enfermedad
cardiovascular, el síndrome metabólico, el trauma y el cáncer, entidades que ge-
neran la mayor morbimortalidad en nuestro país.
IX
X Especialidades médico–quirúrgicas: temas selectos...
XI
XII Ventilación mecánica (Colaboradores)
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XXI
Andrés Esteban
1. Historia de la ventilación mecánica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
Rolando Neri Vela, Jorge Zacarías
2. Epidemiología de la ventilación mecánica . . . . . . . . . . . . . . . 11
Alfonso Estrella, Fernando Frutos Vivar, Andrés Esteban
3. Fisiología respiratoria y del transporte de oxígeno . . . . . . . . 25
Stella Maris Calvo Negreira, María Cecilia Imperio
4. Manejo de la vía aérea y de la vía aérea difícil . . . . . . . . . . . . 53
José Antonio Castelazo Arredondo,
Armando Adolfo Álvarez Flores, Metzmeyali Castelazo Aguirre
5. Monitoreo de la ventilación mecánica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
Vinko Tomicic Flores, Lucía Zouein Juez,
Edgardo Martínez Rojas
6. Efectos sistémicos de la ventilación mecánica . . . . . . . . . . . . 87
Carlos de la Paz Estrada
7. Interacciones entre el corazón y el pulmón durante la
ventilación mecánica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
Michael R. Pinsky
8. Presión positiva al final de la espiración . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
Paolo Pelosi, Claudia Brusasco
XVII
XVIII Ventilación mecánica (Contenido)
XXI
XXII Ventilación mecánica (Prólogo)
Los esfuerzos del ser humano para mantener o reactivar la respiración tienen una
larga historia, pues desde la Antigüedad han sido conocidos diversos hechos para
tal fin.
Una de las leyendas del antiguo Egipto indica que Isis resucitó a Osiris con el
aliento de la vida.1
En el Libro de los Reyes, del Antiguo Testamento de La Biblia, se narra un he-
cho en el que el profeta Eliseo probablemente realiza una maniobra de resucita-
ción mediante la respiración boca a boca, cuando se relata que había un niño
muerto al entrar en una casa, y que al entrar Eliseo cerró la puerta y oró a Jehová,
y “después subió, y echóse sobre el niño, poniendo su boca sobre la boca de él,
y sus ojos sobre sus ojos, y sus manos sobre las manos suyas; así se tendió sobre
él, y calentóse la carne del joven” y “volviéndose luego, paseóse por la casa a una
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
parte y a otra, y después subió, y tendióse sobre él; y el joven estornudó siete ve-
ces y abrió sus ojos”.
“Entonces llamó él a Giezi, y díjole: llama a esta Sunamita. Y él la llamó. Y
entrando ella, él le dijo: Toma tu hijo.” Reyes II. En: La Biblia, que contiene los
sagrados libros del Antiguo y Nuevo Testamento. Antigua edición de Cipriano
de Valera cotejada con diversas traducciones y revisada con arreglo a los origina-
les en hebreo y griego para la Sociedad Bíblica Americana de Nueva York por
la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera de Londres, 1920:32--35.
Años más tarde Hipócrates, el “Padre de la medicina”, en su Tratado sobre el
aire explicó el probable primer documento acerca de la canulación orotraqueal
para poder ventilar de manera artificial a un ser humano, al señalar que “...se debe
1
2 Ventilación mecánica (Capítulo 1)
humani disquisitio anatomica, publicado en 1651. Trece años más tarde Croune
demostró, en la Royal Society, que los pollos ahogados podían revivir. R. Hooke,
quien estuvo presente en esa demostración, más tarde escenificó una situación en
la que revivía a un perro con el tórax abierto.7
En tiempos de Harvey se creía que la respiración era debida al frío del corazón
para la producción de espíritus vitales en el ventrículo derecho. Sin embargo,
Harvey demostró que en la sangre pulmonar eran cambiados de vasos venosos
a arteriales. El fundamento de dicho cambio era desconocido. Llevó años la com-
prensión de la función de la respiración.
Los experimentos de Boyle probaron que la combustión de una vela y la vida
de un animal eran sustentadas por el aire.
El 10 de octubre de 1667 Hooke realizó un experimento, que más tarde fue re-
portado en Philosophical Transactions (figura 1--2), el 24 de octubre, en el que
4 Ventilación mecánica (Capítulo 1)
mostró un perro vivo sin ningún movimiento respiratorio que fue sometido al
paso de una corriente constante de aire. Este experimento fue muy importante al
probar que los movimientos del corazón y los de la respiración eran independien-
tes.8
Richard Lower, el primero en transfundir sangre directamente, mostró que la
diferencia de color entre la sangre arterial y la venosa era debida al contacto con
el aire en los pulmones, mientras que John Mayow indicó que dicho enrojeci-
miento de la sangre venosa ocurría porque algo era extraído del aire. Él se acercó
a la concepción de que la respiración era un intercambio de gases entre el aire y
la sangre, creyendo que el aire abandonaba sus “espíritus nitroaéreos” y se lleva-
ba los vapores producidos por la sangre.9
En 1684 Robert Boyle dio a conocer su obra Memoirs for the natural history
of human blood.6,10,11 Por otra parte, en 1740 la Académie des Sciences, de París,
advirtió que la respiración boca a boca era el mejor método para restablecer a las
personas aparentemente ahogadas.7
El primer caso auténtico de restablecimiento humano mediante respiración ar-
tificial parece ser parte de un reporte hecho por Tossach en 1744, concerniente
a la reanimación de un minero sofocado, en quien se empleó la técnica boca a
boca.7
Con el descubrimiento del dióxido de carbono, por parte de Black en 1754, y
del oxígeno, por parte de Priestley, Lavoisier y Scheele,9 la respiración boca a
boca pasó de moda para dar lugar a la ventilación de presión positiva, primero
con fuelles y después con pistones.
Historia de la ventilación mecánica 5
John Hunter escribió sobre este tópico, mostrando su gran habilidad práctica
mediante dos sugerencias:
1. Tal vez el aire libre de flogisto, descrito por el Dr. Priestley, pudiera probar
más eficacia que el aire común. Éste se obtienen fácilmente y puede ser pre-
servado en botellas o vejigas.12
2. Si durante esta operación la laringe es presionada gentilmente contra el esó-
fago y el espinazo se prevendrá que el estómago y los intestinos sean disten-
didos en demasía por el aire.13
En 1783 de Haen describió un método manual de respiración artificial.
En 1812, ya creada la Royal Humane Society, se mencionaban varios métodos
manuales de respiración artificial. Dalrymple produjo una venda para dicha so-
ciedad, se produjeron las copas de succión para pegarse al pecho y van Hasselt
describió un método para levantar la parrilla costal empujando los dedos entre los
márgenes del tórax.7
Entre los diversos métodos manuales surgidos en el siglo XIX están los de
Marshall Hall y de Silvester, quienes deben ser reconocidos como innovadores
en su campo.
Las dudas en cuanto a la seguridad de la respiración por presión positiva fue-
ron en aumento cuando principió el siglo XIX, principalmente en el pensamiento
de Benjamin Collins Brodie, Villermé y Vicq d’Azir. La prueba fue resuelta por
Leroy en 1828, cuando reportó los resultados de sus experimentos con animales
que habían sido asfixiados, logrando reanimarlos mediante respiración artificial
con fuelles. Del enfisema resultante se culpó a tales pavas, hasta que en 1888 Pal-
tauf demostró que el enfisema pulmonar era el resultado de la asfixia per se.7
El mismo Leroy sugirió una venda hecha a la medida que era ajustada y afloja-
da de manera alternativa.
En la primera mitad del siglo XIX Dalziel inventó el primer tanque respirador
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
que operaba mediante la producción de una presión subatmosférica para ser ejer-
cida fuera del tórax, produciendo así la presión positiva de la atmósfera, que pro-
vocaba la respiración. Esta técnica particular para la respiración artificial fue po-
pular hasta que Lewins escribió con entusiasmo acerca de ella.7
En 1880 Waldenburg introdujo el primer respirador de coraza, que funcionaba
bajo el mismo principio de los respiradores de tanque, pero cubría solamente el
tórax y no el cuerpo entero como los respiradores de tanque. En 1889 Doe descri-
bió el respirador de tanque de Braun para ser aplicado en los recién nacidos.7
En el campo operatorio son de gran interés las ideas de Sauerbruch, Matas, Ja-
neway, Dräger y Giertz.
La invención del laringoscopio directo, hecha por Kirstein en 1895, el amplio
uso de tubos endotraqueales para prevenir la fuga de gas y los estudios acerca de
la ventilación por presión positiva marcaron un amplio avance en la realización
6 Ventilación mecánica (Capítulo 1)
del adulto y síndrome de distrés respiratorio agudo. El primer reporte de esta enti-
dad nosológica fue hecho por Thomas L. Petty (figura 1--5), Ashbaugh, Bigelow
y Levine.2
Un avance en el estudio de la ventilación mecánica fue el paso de los ventilado-
res de presión negativa a los ventiladores de presión positiva; entre ellos destaca-
ron el Bird Mark 7 y el Baby Bird, inventados por Forrest M. Bird, con los que
se logró reducir la mortalidad de los niños con distrés respiratorio.2
En los últimos años la ciencia ha progresado aún más, creando varios tipos de
dispositivos con ventilación controlada por volumen o con ventilación controla-
da por presión.
En el decenio de 1970 nació el concepto de ventilación mecánica a partir del
uso de la presión positiva al final de la espiración (PEEP).
Con la generalización del uso de la PEEP los ventiladores fueron equipados
con válvulas adecuadas, lográndose una presión mucho más exacta al poder esta-
blecer el valor de la misma —analógica o digital— en forma mucho más fidedig-
na, con la seguridad de que ciclo a ciclo sería siempre la misma, dado que no po-
dría cambiar a menos que alguien lo hiciera intencionadamente.
La verdadera revolución y evolución de los ventiladores mecánicos surgió con
la informática, dado que los primeros equipos consistían en un sistema neumático
que permitía ventilar a un paciente, pero luego incorporaron la posibilidad de
añadir la PEEP, transformándose en microcomputadoras (ventiladores micropro-
cesados), en los que es posible generar un programa de ventilación especial para
cada caso y programar por separado cada uno de los parámetros del ventilador.2
Historia de la ventilación mecánica 9
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E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
INTRODUCCIÓN
Los primeros estudios publicados acerca del uso de la ventilación mecánica coin-
ciden con la aparición de las primeras unidades de cuidados intensivos (UCI). En
un estudio para analizar el pronóstico de 100 pacientes que precisaron ventilación
mecánica Nunn y col.2 encontraron que dicha cohorte de pacientes constituyó
23.5% de los pacientes ingresados en la unidad. El primer estudio con informa-
ción acerca de la ventilación mecánica en una población grande de pacientes in-
gresados en la UCI fue publicado por Knaus y col. en 1991.3 Estos autores encon-
traron que 49% de 3 884 pacientes incluidos en la base de datos APACHE III
11
12 Ventilación mecánica (Capítulo 2)
recibieron ventilación mecánica, pero hay que considerar que una alta proporción
de ellos (64%) estaban en el posoperatorio y requirieron ventilación mecánica
durante menos de 24 h. En posteriores estudios observacionales4--13 se reportó que
el porcentaje de pacientes ingresados en las UCI que precisan ventilación mecá-
nica se sitúa entre 33 y 53%. En estudios realizados sobre la población general14
se ha reportado que alrededor de 2% de los adultos reciben ventilación mecánica
(39% durante más de 96 h).
Los recientes estudios muestran una tendencia hacia un aumento en la propor-
ción de pacientes que son ventilados artificialmente.15--17 En un estudio realizado
en el estado de Ontario, en Canadá, se reportó un incremento de la incidencia de
ventilación mecánica —entre 1992 y 2000— de 9%, con una incidencia de 217
pacientes ventilados mecánicamente por cada 100 000 adultos.15 Carson y col.16
encontraron en una cohorte retrospectiva de pacientes de Carolina del Norte —de
1996 a 2002— que la incidencia aumentó de 284/100 000 personas/año a 314/
100 000 personas/año. Zilberberg y col.17 reportaron un aumento en los que ellos
definieron como ventilación mecánica prolongada, que es una ventilación mecá-
nica mayor de 96 h, de 5.5%, en comparación con un aumento de 1% en la pobla-
ción general y de los ingresos hospitalarios. Wunsch y col.,18 a partir de un estudio
realizado en 2005 en seis estados de EUA, hicieron una proyección a nivel nacio-
nal, estimando que habría 2.7 episodios de ventilación mecánica por cada 1 000
habitantes.
En un estudio realizado en el estado de Ontario (Canadá) se ha estimado que
el número de pacientes que requerirán ventilación mecánica para 2026 será 80%
mayor que el de los pacientes que fueron ventilados en 2000. Esto representa un
crecimiento anual de 2.3% en el periodo de 2000 a 2026, que es similar a lo obser-
vado en la década de 1990.19 Zilberberg y col.17 proyectan que la incidencia de
ventilación mecánica prolongada (> 96 h) aumentará de 250 000 casos en 2000
a 605 898 casos en 2020.
Datos demográficos
agudo (SDRA), sepsis o infarto agudo del miocardio. Una proporción significa-
tiva de pacientes tienen múltiples condiciones médicas previas.12
yen el bienestar del paciente, la facilidad que ofrece esta vía para la limpieza de
la boca y la posibilidad de producir menos lesiones laríngeas y una disminución
en la proporción de autoextubaciones. Por otra parte, se prefiere la intubación
orotraqueal en pacientes con altas necesidades ventilatorias, abundantes secre-
ciones traqueobronquiales o cuando es necesaria la realización de fibrobroncos-
copias. Además, los tubos nasales tienen en su contra el menor diámetro, así
como un menor radio de curvatura, lo cual aumenta significativamente la resis-
tencia al flujo aéreo. Por último, los tubos nasales tienen la desventaja añadida
de ocluir el agujero de drenaje del seno maxilar, lo cual facilita la acumulación
de líquido en los senos, un factor que se ha relacionado con el desarrollo de sinusi-
tis y neumonía nosocomial. En esta situación la vía preferida por los intensivistas
es la orotraqueal.
En un estudio internacional de ventilación mecánica realizado en 1998 la pro-
porción de pacientes con tubo endotraqueal fue de 93% (89% con vía orotraqueal
y 4% con vía nasotraqueal); 5% de los pacientes fueron inicialmente ventilados
con mascarilla facial y 2% tenían traqueostomía.6 Resultados similares se obser-
van en un estudio realizado en los países nórdicos de Europa7 y en Corea del
Sur.9,10
Modos de ventilación
Hasta la publicación de los estudios del grupo español había poca información
acerca de la utilización de los modos de ventilación. Venus y col. reportaron los
resultados de una encuesta realizada a médicos que trabajaban en departamentos
de neumología;20 78% de los que respondieron la encuesta indicaron que la venti-
lación mandatoria intermitente (SIMV) fue el modo de ventilación utilizado ini-
cialmente. En contraste con este estudio, basado en las preferencias personales
de los médicos, los estudios observacionales mostraron el uso en la práctica clíni-
ca diaria de cada modo de ventilación (cuadro 2--2). A pesar de la progresiva in-
troducción de nuevas técnicas, la ventilación asistida--controlada volumétrica
sigue siendo el método preferido, aunque en los estudios publicados se han obser-
vado algunas diferencias regionales en las preferencias por cada modo de ventila-
ción. Metnitz y col.12 observaron una mayor utilización de SIMV--PS en unidades
de Australasia, mientras que en las unidades del norte de Europa es más frecuente
la ventilación con modos controlados por presión, lo cual coincide con los datos
reportados por Karanson y col.8 Esta diversidad se puede explicar porque hasta
el momento no hay ningún estudio que haya demostrado la superioridad de un
modo sobre otro.21 Recientemente se publicaron dos estudios22,23 para comparar
dos modos de ventilación (SIMV con presión de soporte y APRV/BIPAP) con la
ventilación asistida--controlada. En un análisis mediante índice de propensión
Epidemiología de la ventilación mecánica 15
Volumen tidal
16.00 16.00
14.00 14.00
12.00 12.00
10.00 10.00
8.00 8.00
6.00 6.00
4.00 4.00
2.00 2.00
0.00 0.00
1998 2004 2010 1998 2004 2010
Figura 2--1. Volumen tidal (mL/kg de peso estimado) utilizado en la primera semana de
ventilación mecánica6,10,13 en los pacientes con y sin criterios de síndrome de distrés res-
piratorio agudo. Los diagramas de caja representan la mediana y el rango intercuartil.
Epidemiología de la ventilación mecánica 17
se observó que 23% de los pacientes se ventilaban sin PEEP; sin embargo, esta
proporción disminuyó a 11% en el estudio de 200411 y a 1% en el estudio de 2010
(datos no publicados).
20.00 20.00
18.00 18.00
16.00 16.00
14.00 14.00
12.00 12.00
10.00 10.00
8.00 8.00
6.00 6.00
4.00 4.00
2.00 2.00
0.00 0.00
1998 2004 2010 1998 2004 2010
Enfermos sin SDRA Enfermos con SDRA
Figura 2--2. Nivel de PEEP (cmH2O) aplicado en la primera semana de ventilación me-
cánica.6,10,13 en los pacientes con y sin criterios de síndrome de distrés respiratorio agu-
do. Los diagramas de caja representan la mediana y el rango intercuartil.
Mortalidad
La mortalidad de los pacientes que requieren ventilación mecánica es muy varia-
da, debido a la heterogeneidad de la población incluida en los estudios. En el cua-
60
50 1998
2004
40
2010
30
20
10
0
< 3 días 3 a 7 días 7 a 14 días 14 a 21 días > 21 días
EPIDEMIOLOGÍA DE LA VENTILACIÓN
MECÁNICA EN MÉXICO
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3
Fisiología respiratoria y
del transporte de oxígeno
Stella Maris Calvo Negreira, María Cecilia Imperio
CASCADA DE OXÍGENO
25
26 Ventilación mecánica (Capítulo 3)
Aire
mmHg seco Humidifica-
150 do a 37 _C
Gas al final
de la espiración
Gas en el
alveolo ideal
PaO2
100
PO2 capilar
50
Citoplasma
Mitocondria
respiratorio superior, los alveolos, la sangre arterial y los capilares, hasta lugares
de baja concentración, constituidos por las células. Involucra un gradiente de pre-
sión parcial de O2 (PO2) que varía de aproximadamente 159 mmHg a nivel atmos-
férico a presiones parciales de 4 a 8 mmHg al llegar a la mitocondria.2 Este proceso
se denomina cascada de O2, que involucra una actividad combinada del sistema
respiratorio y circulatorio para entregar una cantidad de O2 adecuada a la deman-
da metabólica3 (figura 3--1).
El fracaso en la cascada de O2 debe ser considerado un problema en uno o más
de los pasos necesarios para mantener la producción de energía mitocondrial. La
disfunción puede ocurrir en la ventilación (transporte de O2 desde el medio am-
biente hasta los pulmones), en el intercambio gaseoso intrapulmonar (proceso en
el que la sangre venosa mixta libera el anhídrido carbónico, o CO2, y se oxigena),
en el transporte de O2 (entrega de sangre oxigenada a los tejidos) o en el intercam-
bio en los tejidos (extracción y uso de O2 y liberación de CO2). Los últimos dos
pueden fracasar independientemente de la distensibilidad pulmonar y de la bom-
ba respiratoria.
La DO2 no sólo depende de la presión arterial de O2 (PaO2), sino también de
factores extrapulmonares, como el gasto cardiaco (GC), la concentración de he-
moglobina (Hb) y la capacidad de la Hb para entregar y tomar O2. El objetivo del
sistema circulatorio es entregar O2 y nutrientes a los tejidos y remover el CO2 que
se genera. Esto se denomina la función respiratoria de la sangre. El choque, la
Fisiología respiratoria y del transporte de oxígeno 27
Ventilación
La ventilación alveolar se ajusta normalmente a la producción de CO2 y varía
para mantener una PCO2 constante mediante un mecanismo de control central.
La presión inspirada de O2 depende de la presión atmosférica (PB), que des-
ciende exponencialmente con la altitud. Está compuesta por 21% de O2, 78% de
nitrógeno, pequeñas cantidades de argón, CO2 y helio. La presión parcial de O2
es de 159 mmHg. A nivel del tracto respiratorio superior se produce la humidifi-
cación, agregando vapor de agua (P HOH) con una presión parcial de 47 mmHg.
Esto desciende la presión de O2 en aproximadamente 20%. Cuando el aire llega
al alveolo se mezcla con el aire alveolar que contiene CO2 proveniente de los ca-
pilares pulmonares (PACO2), por lo que la presión parcial de O2 vuelve a caer.4
Debido a lo anterior la presión alveolar de O2 (PAO2) depende de cinco facto-
res: la PB, la fracción inspiratoria de O2 (FiO2) (la proporción de O2 en la mezcla
inspirada), el P HOH, la PACO2 y el cociente respiratorio (relación entre CO2
producido y O2 consumido), que se vinculan en la ecuación de gases alveolares.
En otras palabras, la PAO2 depende del balance entre el índice de transferencia
de O2 del pulmón a la sangre y el índice de reposición por la ventilación alveolar.
PAO2 = (PB -- P HOH) FiO2 – PACO2 x 1/R
DAaO 2 = edad + 4
4
Hipoventilación alveolar
El CO2 es el producto final del metabolismo celular; genera 17 000 mEq de ácido
que se añaden a la sangre día a día generando acidemia. En consecuencia, debe
ser eliminado a la misma velocidad que es producido. La PCO2 alveolar es deter-
minada por la producción de CO2 y por su eliminación mediante la ventilación
alveolar. Cuando la ventilación alveolar no es suficiente para mantener la PaCO2
en rangos normales para una actividad metabólica determinada se genera hipo-
ventilación alveolar. Al no poder eliminar el CO2 producido se incrementa la
PaCO2 y, en consecuencia, incrementa la PACO2. El CO2 alveolar desplaza el O2
y lleva a una disminución de la PAO2, lo que condiciona hipoxemia.
Las causas de hipoventilación alveolar se pueden dividir en:
1. Las que cursan con volumen minuto descendido por descenso del volumen
corriente y/o la frecuencia respiratoria, por disminución del intercambio de
volúmenes con la atmósfera. La ventilación alveolar se encuentra estrecha-
Fisiología respiratoria y del transporte de oxígeno 29
Intercambio gaseoso
Relación V/Q
Shunt
veolos no ventilados, que no responden al aporte de O2. Las otras causas de hipo-
xemia son hipoventilación, trastornos en la difusión y descenso de la ventilación/
perfusión, que se corrigen con el aporte de O2 a 100%.
Para un paciente que respira con O2 a 100% el porcentaje de shunt menor de
25% puede ser estimado con la DAaO2 dividida entre 18. También se puede esti-
mar a través de la fórmula de Bergreen, que determina la fracción del GC del ven-
trículo derecho que no tuvo contacto con los alveolos ventilados:
Transporte de oxígeno
Hasta 93% del plasma está constituido por agua; el O2 se disuelve escasamente
en el agua, por lo que requiere una molécula especial para facilitar su transporte
en la sangre: la Hb.12 Ésta se transporta dentro de los GR para protegerla del estrés
oxidativo del medio.13
Características de la hemoglobina
100
80
Saturación de Hb (%)
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
60
40
20
0 20 40 60 80 100
Presión parcial de O2 (mmHg)
CONCEPTO DE DISPONIBILIDAD,
CONSUMO Y EXTRACCIÓN DE OXÍGENO
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
El método de Fick inverso es la forma más frecuente de medir el VO2, pero re-
quiere la colocación de un catéter de Swan--Ganz en la arteria pulmonar, para
obtener muestras de SvO2 y medir el GC por termodilución. Las medidas de GC
realizadas con el catéter de Swan--Ganz dependen del operador; su validez puede
afectarse por diferentes situaciones clínicas. La fórmula es:
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
La medida del GC por ese método tiene un error aceptado de 10%, siendo mu-
cho mayor en valores extremos de GC.18 Esta técnica no toma en cuenta el VO2
pulmonar, menor de 5% en ausencia de patología pulmonar, que puede llegar a
20% en presencia de ésta.23,24
El VO2 también se puede medir directamente a través del método de los gases
espirados. Este método requiere equipos especializados, capaces de medir exac-
tamente el volumen y la concentración de gases ajustados a la temperatura y la
presión. Se calcula mediante la ventilación minuto y la diferencia entre la frac-
ción inspirada y espirada de O2.
VO2
(mL/min)
Acidosis
láctica
orgánica múltiple (DOM). Cuando la DO2 crítica es causada por la anemia se lla-
ma Hb crítica.
La DO2 crítica depende del órgano y de la actividad metabólica, por lo que de-
berían medirse en forma individual.17,22 La tecnología actual, fuera de situaciones
puntuales, valora la DO2 y el VO2 global y no las específicas para cada tejido, lo
que se debe tomar en cuenta en el momento de utilizarlas para guiar la terapéuti-
ca.22,27
En modelos experimentales donde se puede realizar control de variables es po-
sible medir la DO2 crítica.12 Sin embargo esto, no sucede en la clínica, en la que
el valor de la DO2 varía dependiendo de la población estudiada en un rango que
va de 3.8 a 8.2 mL.m--1.m2--1.28--30 Esto se puede explicar por diferencias metodo-
lógicas en la obtención de las medidas o por un comportamiento diferente del
metabolismo del O2 según la patología estudiada.12
Se considera una dependencia patológica del VO2 sobre la DO2 cuando hay
un comportamiento anormal del metabolismo del O2, caracterizado por un VO2
directamente dependiente de la DO2 por encima de valores considerados norma-
les. La curva de DO2 --VO2 se encuentra desplazada hacia la derecha con una pen-
diente más aplanada que representa una menor capacidad de EO2 y una demanda
metabólica mayor (figura 3--3). Algunos autores explican este comportamiento
patológico por una alteración de la microcirculación que limita la EO2 de los teji-
dos. Al no poder aumentar la EO2 el VO2 depende de la DO2, por lo que con cifras
normales no se satisfacen las demandas tisulares, determinando una deuda de O2
responsable de DOM y muerte.12 Este concepto es muy controvertido, por lo que
implica poner en marcha diferentes estrategias terapéuticas.12
Se puede argumentar que el concepto de la relación VO2/DO2 patológica pue-
de ser debido a errores metodológicos en el cálculo de variables por acoplamiento
matemático al calcular el VO2 a través del principio de Fick, en vez de realizarlo
en forma independiente a través de los gases espirados.12,13,25 El acoplamiento
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
En suma, se puede decir que en los pacientes críticos estables no hay una relación
VO2/DO2 patológica. Tampoco se observa en pacientes con sepsis o distrés, pero
se puede ver en etapas iniciales del choque severo, cuando hay una reducción im-
portante del DO2.25,27 La relación de dependencia entre VO2 y DO2 podría consi-
derarse un mecanismo de adaptación a la hipoxia (cuando hay menos energía dis-
ponible se consume menos).34
tejidos presenta valores que tienen poca dispersión, confirmando esta distribu-
ción homogénea (el flujo está adaptado a las demandas metabólicas del tejido).12
Cuando la perfusión capilar es heterogénea se produce un desequilibrio entre el
DO2 y el VO2 tisulares, lo que altera la EO2.27
de la DO2.36
buye a nivel del pulmón (450 mL) y en los tejidos (250 mL). En esas circunstan-
cias la utilización de las reservas produce un descenso importante de la saturación
de Hb.21
La ventilación con una FiO2 de 100% aumenta las reservas de O2; el pulmón
constituye su principal reservorio (3 000 mL) y el resto se distribuye unido a la
Hb (950 mL) y a los tejidos (300 mL). Esto permite utilizar 80% de esas reservas
sin reducir la saturación de la Hb.21
Lactato
Medidas regionales
Las medidas globales del metabolismo del O2, si bien son útiles, son inespecíficas
y de baja sensibilidad. No todos los órganos sufren de igual manera durante el
choque; el flujo de parénquimas nobles, como en el corazón y el cerebro, se ve
privilegiado a expensas del sector esplácnico, sin que esto se refleje en las medi-
das globales de oxigenación tisular.
Tonometría gástrica
gula todos los pasos del metabolismo aeróbico: glucólisis, ciclo de Krebs y cade-
na respiratoria.3
El piruvato producto de la glucólisis anaerobia no puede entrar al ciclo de
Krebs y va hacia la vía de la producción de lactato (efecto Pasteur) por regulación
hacia arriba de los genes de la glucólisis a través del HIF--1 y la AMPK.3,34 La
glucólisis se transforma en la principal fuente de ATP celular,3 favoreciéndose
así la utilización de lactato para la gluconeogénesis hepática. La resistencia a la
insulina disminuye la oxidación de la glucosa y prioriza el uso de lactato.34
El pH bajo favorece la producción de lactato e inhibe la fosfofructocinasa, dis-
minuyendo la utilización de glucosa como otra estrategia para preservar el com-
bustible metabólico, con lo que se evita la depleción de las reservas de glucosa.34
La falta de O2 a nivel mitocondrial desencadena la apoptosis celular como otro
mecanismo adaptativo para limitar la necrosis, que es mucho más nociva.34
Cuando estos mecanismos se sobrepasan se llega a la falla energética. El lacta-
to se acumula como marcador de isquemia celular. Los estudios en animales y en
humanos demostraron que en periodos de estrés el lactato es un mecanismo adap-
tativo y puede ser una fuente de energía preferencial.39
La hipoxia tisular se puede producir por:
En situaciones en las que hay desequilibrio entre la DO2 y el VO2 se debe corregir
la DO2 rápidamente, con el fin de restaurar el aporte de O2 a los tejidos. De manera
concomitante, se deben tomar medidas para disminuir el VO2, tratando la fiebre,
las convulsiones, el dolor y la agitación psicomotriz. La asistencia respiratoria
mecánica disminuye el trabajo muscular y, por lo tanto, el VO2 de los músculos
respiratorios, por lo que en los estados de bajo gasto permite que se redistribuya
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
1. Se observó que los pacientes que sobreviven son los que presentan mayor
DO2. Esto se puede relacionar con una mayor reserva funcional, determi-
nando aumento del GC,27 sin implicar que los valores supranormales pro-
duzcan igual efecto.51
2. El cálculo de la DO2 es complejo y la medida de las variables está sujeta a
errores. La multiplicación de variables primarias aumenta el riesgo de
error.27
3. La utilización de DO2 supranormal puede beneficiar a los pacientes con rea-
nimación incompleta, en tanto que puede ser perjudicial en pacientes con
reposición adecuada.27
4. El uso agresivo de fluidos e inotrópicos en forma indiscriminada somete a
los pacientes a sus complicaciones.27
Corrección de la anemia
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4
Manejo de la vía aérea
y de la vía aérea difícil
José Antonio Castelazo Arredondo, Armando Adolfo Álvarez Flores,
Metzmeyali Castelazo Aguirre
INTRODUCCIÓN
las medidas preventivas y decidir el manejo más apropiado mediante los imple-
mentos necesarios para poder abordarla. La principal dificultad en el manejo de
la vía aérea difícil consiste en no hacer un diagnóstico oportuno, por lo que cono-
cer todas y cada una de las escalas de predicción es de gran utilidad. Cada institu-
ción cuenta con guías, estrategias y planes secuenciales para el manejo apropiado
de la VA; es recomendable que en el servicio donde se traten pacientes que requie-
ren apoyo de la función ventilatoria se cuente con un carro equipado con disposi-
tivos y material para rescate de una emergencia respiratoria.
El manejo de la vía aérea es una condición necesaria para poder proporcionar
apoyo ventilatorio a los pacientes que se encuentran comprometidos para obtener
un adecuado aporte de oxígeno. Esto se suple con la aplicación de ventilación me-
53
54 Ventilación mecánica (Capítulo 4)
realizadas por paramédicos durante el manejo de la vía aérea en las salas de ur-
gencias.
De acuerdo con Konrad y Mulcaster, la intubación guiada por laringoscopia
se debe realizar aproximadamente entre 50 y 60 veces en los pacientes que no re-
presenten en un examen de rutina ninguna dificultad para abordar la vía aérea;
asimismo, se debe tener la habilidad de realizar dicha intubación, ya que el porcen-
taje de éxito es menor de 50% para el personal que no realiza intubaciones de ma-
nera frecuente.5--7
Los principios en el manejo de la vía aérea también incluyen mantener la venti-
lación espontánea, lo cual siempre será importante, así como la preparación de
un plan alternativo en forma cuidadosa y adecuada para garantizar una adecuada
oxigenación. Por otra parte, los fármacos nuevos proveen mayor seguridad y un
ambiente más controlado en los pacientes en quienes se debe asegurar la vía aérea
cuando se encuentra comprometida. Hay publicaciones recientes de la utilización
de métodos alternativos, como bypass cardiopulmonar, para mantener la oxige-
nación.8
S Mascarilla nasal.
S Mascarilla facial.
S Pieza bucal.
S Casco.
S Minimascarilla nasal.
S Cánulas nasales.
S Evidencia A:
S Exacerbación de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
S Edema de pulmón cardiogénico agudo.
S Pacientes inmunocomprometidos (VIH).
S Facilitación del destete en pacientes con enfermedad pulmonar obstruc-
tiva crónica.
S Evidencia B:
S Asma.
S Fibrosis quística.
S Falla posoperatoria.
S Evita la falla de la extubación.
S Neumonía.
Manejo de la vía aérea y de la vía aérea difícil 57
S Evidencia C:
S Obstrucción de la vía aérea superior.
S Síndrome de insuficiencia respiratoria aguda.
S Trauma.
S Apnea obstructiva del sueño.
S Síndrome de hipoventilación.9--11
Pacientes con contraindicación para VNI:
S Paro respiratorio/cardiaco.
Inestabilidad hemodinámica con angina inestable o sin ella.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
S
S Encefalopatía severa.
S Sangrado del tubo digestivo.
S Incapacidad para proteger la vía aérea.
S Secreciones excesivas.
S Paciente no cooperador.
S Imposibilidad para fijar la máscara.
S Obstrucción nasal.
S Cirugía reciente facial, vía aérea superior, trauma o cirugía gastrointesti-
nal.13,14
La complicaciones incluyen:
S Fugas.
58 Ventilación mecánica (Capítulo 4)
S Intolerancia a la máscara.
S Lesiones cutáneas.
S Irritación ocular.
S Congestión de los senos paranasales.
S Sequedad de mucosas.
S Asincronía paciente--ventilador.
S Distensión gástrica.
S Compromiso hemodinámico.
cual debe ser usada como una alternativa de la intubación endotraqueal o la mas-
carilla facial, sea con ventilación espontánea o a presión positiva”. Todo está re-
sumido en esta recomendación: la LMA clásica y otros dispositivos supraglóticos
pueden ser utilizados en un sinnúmero de situaciones clínicas, pero no necesaria-
mente en todas.15,16
Shin y col. comparan la I--gelR (LMA) con la ProSealR (LMA clásica) en pa-
cientes con anestesia general, incluyendo pacientes con relajantes musculares. El
mayor interés de este estudio fue el de evaluar la utilidad del nuevo dispositivo,
la I--gelR, comparándola con ambas, la LMA clásica, y la más reciente, la LMA
ProSealR, la cual comparte el mismo concepto de un agujero para tubo de drena-
je diseñado para tener acceso gástrico. La LMA clásica ha sido usada ampliamente
en niños y en adultos desde el decenio de 1990. Aun si su seguridad en procedi-
mientos estándar puede estar bien establecida, persisten algunas preocupaciones
acerca de la calidad de la protección de la vía aérea y el riesgo de aspiración.17
Al--Mazrou y col. compararon la protección de la vía aérea en niños bajo ciru-
gía de senos nasales y paranasales, pero no les fue posible demostrar una diferen-
cia entre la LMA clásica y un tubo endotraqueal sin balón combinado con empa-
quetamiento faríngeo.18
Martin Castro y Montero compararon la mascarilla laríngea flexible con el
tubo endotraqueal reforzado para cirugía de cabeza y cuello en adultos, encon-
trando que el dispositivo supraglótico era adecuado en este escenario clínico. En
ambos estudios el número de pacientes fue limitado y la eficacia y la seguridad
de la protección de la vía aérea no pueden ser comprobadas. Éste es uno de los
problemas mayores que se enfrenta al estudiar la literatura acerca de los dispositi-
vos supraglóticos.19
Seet y col. compararon la LMA Supreme con la LMA ProSealR. Ambos dis-
positivos incluyen un tubo de drenaje gástrico. La principal diferencia es la forma
del dispositivo. Esto claramente ilustra la actual insatisfacción relacionada con
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Hay muchas nuevas herramientas con tan poca evidencia que lo primero que
se debe hacer es compararlas con los dispositivos estándar que tengan el máximo
nivel de prueba. Dichos dispositivos estándar son el tubo endotraqueal y la LMA
clásica. Ningún otro dispositivo tiene la suficiente evidencia para hacer una com-
paración razonable.
Escala de Patil--Aldreti
La distancia tiromentoniana o de Patil--Aldreti está entre el borde superior del
cartílago tiroides y la punta del mentón con el cuello en hiperextensión, con la
boca cerrada; determina la facilidad para alinear los ejes laríngeo y faríngeo con
extensión de la articulación atlantooccipital. Cuando esta medida es inferior a 6.5
cm o menos de tres traveses de dedos en adultos se relaciona con una mayor fre-
cuencia de intubación difícil, porque ambos ejes forman un ángulo más agudo,
es más difícil su alineación, y hay menos espacio para desplazar la lengua durante
la laringoscopia; es objetiva y fácil de medir, y tiene un elevado porcentaje de fal-
sos positivos.
S Clase I: más de 6.5 cm (laringoscopia e intubación endotraqueal muy pro-
bablemente sin dificultad).
S Clase II: de 6 a 6.5 cm (laringoscopia e intubación endotraqueal con cierto
grado de dificultad).
S Clase III: menos de 6 cm (intubación endotraqueal muy difícil o imposible).
Distancia interincisiva
Existente entre los incisivos superiores e inferior, con la boca completamente
abierta; en casos de adoncia se mide la distancia entre la encía superior e inferior
a nivel de la línea media.
S Clase I: más de 3 cm.
S Clase II: de 2.6 a 3 cm.
S Clase III: de 2 a 2.5 cm.
S Clase IV: menos de 2 cm.
Distancia esternomentoniana
Es una línea recta que va del borde superior del manubrio esternal a la punta del
mentón, con la cabeza en completa extensión y la boca cerrada con el paciente
en decúbito dorsal.
Manejo de la vía aérea y de la vía aérea difícil 63
Prueba de la mordida
Prueba reciente que se basa en la importancia que tiene para la visión laringoscó-
pica la libertad del movimiento mandibular y la arquitectura de los dientes. Se
le pide al paciente que muerda con su dentadura inferior el labio superior; se divi-
de en tres clases. Una mordida de clase III se relaciona con intubación difícil. Es
similar a la valoración de protrusión mandibular.28
Valoración Mallampati--Samsoon--Young
Traqueostomía
Técnica no invasiva Técnica invasiva percutánea o
quirúrgica, o
cricotirotomía
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Éxito* Fracaso
Considerar en adelante:
Éxito inicial* Fracaso inicial S Pedir ayuda
S Recuperar respiración
Sí No
Figura 4--4. Vía aérea reglada (algoritmo 3). Se aplica en el caso de que se haya indu-
cido la anestesia y no se pueda intubar al paciente ni ventilar correctamente con masca-
rilla. La acción recomendada consiste en seguir con los intentos de intubación mediante
un método alternativo hasta conseguirlo o hasta que la ventilación mediante mascarilla
llegue a ser adecuada. Los métodos alternativos incluyen el uso de otras palas de larin-
goscopio, la intubación con el paciente despierto, la intubación a ciegas oral o nasal, el
uso del fibrobroncoscopio, estilete, cambiador de tubo o varilla luminosa, y la intubación
retrógrada, entre otros. En caso de falla las posibilidades incluyen despertar al paciente,
seguir la anestesia con mascarilla o establecer una vía aérea quirúrgica. Si la ventilación
mediante mascarilla se vuelve inadecuada se pasa al cuarto algoritmo.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Valoración atlantooccipital--Bellhouse--Doré
La flexión moderada (25 a 30_) posterior de la articulación atlantooccipital y su
extensión anterior alinean los ejes oral, faríngeo y laríngeo (posición de olfateo);
el ángulo normal es de 35_, pero una extensión menor de 30_ puede limitar la
visión laringoscópica y dificultar la intubación. Valora la capacidad de extensión
completa del cuello y el grado de extensión se calcula por un nuevo ángulo. Se
prevé dificultad ante un ángulo reducido un tercio.
Clasificación de Cormack--Lehane
Valora el grado de laringoscopia difícil; se realiza después de la inducción anesté-
sica. Los grados de laringoscopia son:
66 Ventilación mecánica (Capítulo 4)
Pedir ayuda
Broncoscopia rígida
Acceso no
invasivo de
emergencia
Combitubo
Acceso no
invasivo de
emergencia
Fallo Éxito*
Figura 4--5. Algoritmo 4. Vía aérea de emergencia. Se aplica en los pacientes aneste-
siados que no pueden ser intubados ni ventilados adecuadamente con mascarilla. Se
recomienda considerar el uso de la mascarilla laríngea. Si no es adecuada o no se consi-
gue colocarla se pasa a la vía de emergencia. Si esta última falla se recurre a la vía qui-
rúrgica; si se consigue se pasa al primer algoritmo. Entre las opciones de la vía aérea
no quirúrgica de emergencia se considera la ventilación mediante jet transtraqueal,
broncoscopio rígido y combitubo esófago traqueal. Entre las quirúrgicas se consideran
la traqueostomía quirúrgica o percutánea y la cricotiroidectomía.
lo cual hace que estas aéreas tengan mayor probabilidad de que suceda una com-
plicación que el área de anestesia (14%). Cabe resaltar que dichos eventos suce-
dieron en horas con dificultad para la interconsulta con personal capacitado o en
las que se encontraban médicos con poca experiencia, lo que ocasionó un daño
permanente. La falla en el uso de capnografía contribuyó con 74% de los casos
de muerte o daño neurológico permanente. Se concluyó que por lo menos uno de
cada cuatro eventos mayores de vía aérea en un hospital ocurre en la UCI o en
la sala de emergencia, con un resultado particularmente adverso. El análisis de
resultados identificó las principales fallas en el manejo de la vía aérea de estos
pacientes: escasa evaluación de los pacientes con riesgo, planeación deficiente
e incompleta, disposición de personal y dispositivos inadecuados para el manejo
exitoso de estas situaciones, falta de diagnóstico oportuno y rescate con éxito
debido a la carencia o falta de interpretación de la capnografía.33
68 Ventilación mecánica (Capítulo 4)
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E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
70 Ventilación mecánica (Capítulo 4)
5
Monitoreo de la ventilación mecánica
Vinko Tomicic Flores, Lucía Zouein Juez, Edgardo Martínez Rojas
INTRODUCCIÓN
mantenga dicha agresión. Este daño puede generar compromiso de órganos a dis-
tancia, con el riesgo de desencadenar disfunción orgánica múltiple, una de las
principales causas de morbimortalidad en este grupo de pacientes.
En consecuencia, uno de los objetivos básicos de la VM, junto con la supera-
ción de la hipoxemia y la hipercarbia y la disminución del exceso de trabajo respi-
ratorio, es evitar el desarrollo de VILI.
El monitoreo de la VM cumple un papel fundamental en el seguimiento de los
parámetros ventilatorios programados y de la mecánica toracopulmonar para que
una vez interpretados correctamente se ajuste la VM a las nuevas condiciones.
En este capítulo se describen brevemente los fundamentos de la VM y los mo-
dos ventilatorios básicos, y se profundiza en el monitoreo de la mecánica del sis-
71
72 Ventilación mecánica (Capítulo 5)
Presión/tiempo
% flujo
pico
Flujo/tiempo
Volumen/tiempo
Problemas de la
pared del tórax
Estrechamiento Secreciones
tubo ventilador Broncoespasmo
Tubo endotraqueal estrecho S Edema pulmonar
S SDRA
S Atelectasia
Problemas unidades conductoras
Problemas parénquima
pulmonar
Figura 5--2. Componentes del trabajo respiratorio. SDRA: síndrome de dificultad respi-
ratoria aguda.
P musc = Vc + (R SR × F)
C SR
Donde Pmusc es la presión necesaria para generar el ciclo respiratorio (ejercido por
el ventilador y el paciente), Vc es el volumen corriente y CSR es la distensibilidad
del sistema respiratorio (componente torácico y pulmonar). Ambos factores de-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Pausa inspiratoria
Pausa espiratoria
Distensibilidad toracopulmonar
HCO
50 Presión--tiempo
P1 P2
AutoPEEP
0 15
15 Flujo--tiempo
Flujo cero
0 15
Pausa espiratoria
Pausa inspiratoria
15
Figura 5--3. Monitoreo de la Ppl y auto--PEEP o PEEPi en tiempo real. P2: presión pla-
teau con pausa inspiratoria prolongada donde se suprime el componente viscoelástico
y fenómeno de Pendeluf. Una pausa espiratoria prolongada evidencia el auto--PEEP.
Flujo
60 L/min 0.5 seg
Pausa
1 seg
Presión (cmH2O)
40 Pausa inspiratoria
Cst = volumen corriente
PPICO Pplateau -- PEEPtotal
PTA
20 PALV (plateau)
PPICO -- Pplateau
RAW =
flujo
1 2
Tiempo (seg)
Figura 5--4. Pausa inspiratoria para obtener la presión plateau o meseta (Ppl). PTA = trans-
airway pressure (PPICO – Ppl); PALV = Ppl o meseta.
Resistencia inspiratoria
La diferencia entre presión inspiratoria pico (PPICO) y la Ppl está determinada por
la resistencia de la vía aérea (RAW) inspiratoria y el flujo utilizado. La resistencia
espiratoria, de mayor importancia clínica puede ser estimada a partir de la cons-
tante de tiempo (τ) espiratorio, utilizando la curva flujo--volumen (figura 5--5).
No se debe olvidar que el vaciamiento pulmonar se completa en cuatro o cinco
constantes de tiempo (figura 5--6).
Curva flujo--volumen
Flujo--volumen
Ejemplo:
Volumen = 0.3 L
1.0 Flujo: 20 L/min
Flujo = 0.33 L/seg
0.3 L / 0.33 L/seg = 0.9 seg
5 constantes de tiempo
0.9 x 5 = 4.5 seg
Tinsp = 0.6
Ttotal = 0.6 + 4.5 = 5.1 seg
60 / 5.1 = FR = 11.8
--80
Figura 5--5. Izquierda: curva flujo--volumen (línea punteada gruesa horizontal indica el
flujo espiratorio, línea punteada gruesa vertical el volumen). Derecha: ejemplo para cal-
cular la constante de tiempo espiratorio (τ).
(figura 5--5). Con la integral del flujo el ventilador obtiene la curva de volumen.
El vaciamiento pulmonar es pasivo y depende del retroceso elástico toracopul-
monar, por lo que se comporta como una ecuación exponencial; p. ej., el vacia-
miento de una tina de baño (figura 5--7).
36.8%
Inspiración Espiración
Activa Pasiva
Lineal Exponencial
Figura 5--7. Comparación entre el vaciamiento pulmonar y el de un estanque (compor-
tamiento exponencial).
Curva presión--volumen
PIS
Figura 5--8. Curva presión--volumen del sistema respiratorio obtenida con flujo lento
(cuasiestática). PII: punto de inflexión inferior; PIS: punto de inflexión superior y segmen-
to intermedio (entre PII y PIS) o porción lineal.
20 20
+5 --5
Volumen--presión Volumen--presión
Pared rígida Pared normal cmH2O
cmH2O 15
1.5
Evolución PIA 1220
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
UIP
CMDE820
760 UIP 30
PIA
LIP
0 LIP
50 --1 --1 --1 0 1 2 2
11 8 50
Días en relación a laparostomía
Propiedades mecánicas del sistema respiratorio total. Izquierda: curva P--V predescom-
presión quirúrgica del abdomen. Derecha: incremento de la distensibilidad del sistema
respiratorio a expensas de un aumento en la distensibilidad de la pared del tórax (pos-
descompresión).
Los factores que afectan la presión media de la vía aérea (PAW) son el PPICO, la
PEEP, la relación I:E y la forma de la curva de presión inspiratoria. Durante la
VM con presión control (PCV) la curva de presión es rectangular y la PAW se es-
tima con la siguiente ecuación:
ÍNDICE DE OXIGENACIÓN
V Insp
Esp 1 2 3 4 5 6
L/min
--80 Tinsp Tespiratorio
Tiempo/seg
Figura 5--10. Modo A/C volumétrico. La foto de la izquierda muestra la curva P/t con
PEEP de 5 cmH2O. A la derecha se observa A/C volumétrico sin PEEP (ZEEP).
En general es importante considerar dos aspectos relevantes para evitar una mala
interpretación del intercambio de gases durante el monitoreo de los pacientes so-
metidos a VM:
CONCLUSIONES
REFERENCIAS
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Monitoreo de la ventilación mecánica 85
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E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
86 Ventilación mecánica (Capítulo 5)
6
Efectos sistémicos de la
ventilación mecánica
Carlos de la Paz Estrada
Pulmón
87
88 Ventilación mecánica (Capítulo 6)
Sistema cardiocirculatorio
El corazón, los grandes vasos y el árbol vascular pulmonar están situados dentro
de la cavidad torácica, y pueden ser afectados por los cambios de presión intrato-
90 Ventilación mecánica (Capítulo 6)
rácica que ocurren durante la VAM; también pueden afectar el volumen pulmo-
nar, los neurorreflejos y la liberación de sustancias neurohumorales del tejido
pulmonar modificadas por la VAM.
Durante la ventilación espontánea la presión de las vías aéreas (PVA) y la pre-
sión pleural (Ppl) descienden durante la inspiración; en la VAM ocurre lo contra-
rio, aumentan junto con la presión transpulmonar (PTP = PVA – Ppl), que en la
práctica determina el Vt. Durante la VAM el incremento de la PVA se transmite
al espacio pleural, determinado por la distensibilidad torácica, de manera que la
distensibilidad pulmonar (Dl) será igual al Vt dividido entre los cambios de la
PTP y la distensibilidad de la pared torácica (Ct), pero como la Dl y la Ct normales
son aproximadamente iguales, entonces la PTP será casi igual a los cambios en
la presión pleural; resulta obvio que la mitad del incremento en la PVA será trans-
mitida al espacio pleural, el corazón y los grandes vasos situados en el tórax.
Los cambios en la presión pleural durante la VAM dependerán del Vt, la Dl
y la Ct; cuando el Vt y la Dl está elevados y la Ct disminuida el aumento de la
presión pleural es exagerado. Lo contrario ocurre cuando el Vt y la Dl son bajos
y la Ct es elevada, pues minimizan los cambios en la presión pleural; el cambio
en la presión pleural durante la VAM es el elemento principal que provoca dismi-
nución del retorno venoso, disminución del volumen diastólico final del ventrí-
culo derecho y descenso del gasto cardiaco, situación que se exacerba cuando
existe hipovolemia previa.
Es importante señalar el efecto de la ventilación mecánica sobre el gasto car-
diaco y sus consecuencias en otros órganos y sistemas; ya se ha comentado que
la elevación de la presión intratorácica tiende a reducir el gasto cardiaco debido
al descenso del retorno venoso, pero realmente los efectos de la VAM sobre el
sistema circulatorio no son tan simples, involucrando a todos los factores que de-
terminan el gasto cardiaco (precarga, poscarga, contractilidad y frecuencia car-
diaca).
Los principales efectos de la VAM se producen sobre la precarga y la poscarga
de ambos ventrículos. La precarga es la longitud de las fibras del músculo cardia-
co al comienzo de la contracción, la cual es estimada por la cantidad de sangre
presente en el ventrículo al final de la diástole, que puede ser evaluada midiendo
las presiones transmurales de la aurícula derecha (PVC--Ppl) y de la aurícula iz-
quierda (Pcap--Ppl). La poscarga es la tensión que desarrollan las fibras miocárdi-
cas durante la sístole, o sea la resistencia vascular que los ventrículos deben ven-
cer para eyectar la sangre.
Cuando se inicia la presión positiva durante la VAM se produce un efecto dis-
par sobre la precarga del VD, la cual se reduce por disminución del retorno veno-
so, y sobre la precarga del ventrículo izquierdo (VI), que aumentará por incre-
mento del retorno venoso a la aurícula izquierda a través de las venas pulmonares.
Cuando la presión intratorácica retorna a sus valores iniciales al final de la espira-
Efectos sistémicos de la ventilación mecánica 91
ción aumenta la precarga del ventrículo derecho (VD) al cesar el efecto del incre-
mento de la presión intratorácica y facilitar el retorno venoso. Por tanto, dismi-
nuirá la precarga del VI, ya que al final de la inspiración y comienzos de la
espiración el gasto cardiaco del VD será mayor que el del VI. Estos cambios cícli-
cos en el gasto cardiaco del VI durante la VAM se manifiestan en la curva de pre-
sión arterial, ya que de acuerdo con la transmisión pleural de la presión intratorá-
cica y sus efectos sobre el corazón y los grandes vasos existirá una variación en
los picos de tensión arterial sistólica durante el ciclo ventilatorio. Los límites su-
periores e inferiores de esta variación se dividen en dos componentes, a partir del
punto o valor medio de la variación o del pico de la tensión arterial durante la ap-
nea. La diferencia de la tensión arterial sistólica (TAS) en la apnea y el punto má-
ximo de TAS es Dsuperior, indicando el aumento inspiratorio del gasto cardiaco.
La diferencia de la TAS en la apnea y la mínima TAS medida es Dinferior, indi-
cando la magnitud de la disminución del retorno venoso.
En la hipovolemia, cuando el gasto cardiaco es extremadamente dependiente
del retorno venoso, cada ventilación mecánica causará un significativo aumento
del Dinferior, con lo que se crea la curva hipovolémica y se facilita el diagnóstico,
a pesar de que no existan importantes cambios en la tensión arterial media (TAM)
o en otros parámetros hemodinámicos. La evaluación de la curva de tensión arte-
rial, en particular el Dinferior, es de importancia para evaluar las situaciones de
descenso del retorno venoso, como se puede ver en la hipovolemia, el uso de Vt
elevado, la disminución de la Ct y el desarrollo de ritmos nodales; además, permi-
te diferenciar la hipovolemia —con Dinferior aumentada— de la hipervolemia,
donde la Dinferior se modifica muy poco.
La variable D superior se ha utilizado para evaluar los efectos positivos de la
VAM sobre el gasto cardiaco en pacientes con hipervolemia e insuficiencia car-
diaca congestiva.
El aumento de la presión intratorácica durante la VAM también afecta la pos-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
carga de ambos ventrículos; cuando el volumen pulmonar aumenta los vasos pul-
monares mayores se dilatan y su resistencia disminuye, mientras que los vasos
yuxtaalveolares de la circulación pulmonar son comprimidos por los alveolos in-
flados y su resistencia aumenta, lo cual hace que casi siempre la resistencia vascu-
lar pulmonar o la poscarga del VD no sufran cambios significativos. Sin embargo,
en pacientes con hiperinsuflación pulmonar, asma, enfermedad pulmonar obstruc-
tiva crónica o niveles elevados de PEEP el incremento adicional del volumen pul-
monar puede aumentar de forma significativa la poscarga del VD.
Cuando la PVA aumenta el incremento asociado en la Ppl es trasmitido al VI
y a la aorta torácica, lo cual incrementa transitoriamente sus presiones en relación
con la aorta extratorácica, ya que la tensión que el VI tiene que desarrollar para
la eyección de su contenido de sangre disminuirá (poscarga). Lo contrario sucede
con el descenso de la presión pleural asociada con la ventilación espontánea du-
92 Ventilación mecánica (Capítulo 6)
Riñones
Mecanismos directos
El descenso del gasto cardiaco puede traer como consecuencia la disminución del
FSR, con la consiguiente disminución del filtrado glomerular, el aumento de la
reabsorción de sodio y el descenso de la diuresis; no está esclarecido si la VAM
realmente es responsable de la redistribución del FSR, lo cual provoca aumento
de la perfusión de las áreas yuxtamedulares renales, lo que aumenta la reabsor-
ción fraccional de sodio (Na) y disminuye la natriuresis; este efecto se ha visto
acompañado por una ligera disminución del FSR a áreas de la corteza renal ex-
terna. Estos probables efectos de la VAM sobre la redistribución del FSR pudie-
ran afectar la función renal, independientemente del descenso o no del FSR por
efecto del gasto cardiaco, por ligera disminución del FSR a áreas de la corteza
renal externa, aunque se requiere verificarlos y comprobarlos.
Efectos sistémicos de la ventilación mecánica 93
Mecanismos indirectos
Los riñones tienen una inervación autonómica aportada por los nervios simpáti-
cos renales; la actividad de estos nervios se afecta por los cambios en la actividad
de los barorreceptores del seno carotídeo. Si como causa del descenso de la ten-
sión arterial media, inducida por la VAM, disminuye la estimulación de los baro-
rreceptores, se estimulará la actividad de los nervios simpáticos renales, provo-
cando descenso del FSR y de la excreción urinaria de Na.
La hormona antidiurética (HAD) permite la difusión de agua de los túbulos
colectores renales hacia el intersticio, que resulta de una excreción de orina hiper-
osmolar. Cuando la HAD está ausente o disminuida los tubos colectores serán im-
permeables o semipermeables al agua y se producirá una orina diluida o hipoos-
molar; por el contrario, cuando la HAD está elevada ocurrirá restricción de agua
acompañada de hiponatremia. Algunos autores han planteado que la VAM eleva
la producción de HAD y que ello se puede asociar con oliguria, hiponatremia e
intoxicación acuosa de diferentes grados, pero estos hallazgos no han tenido una
reproductibilidad total, por lo que la interacción entre la HAD y la función renal
directamente causada por la VAM no está esclarecida.
La renina es una enzima producida por las células yuxtaglomerulares del ri-
ñón, la cual es liberada en respuesta a cambios en el FSR, estimulación simpática
renal y la composición líquida del túbulo distal, entre otros factores. Actúa sobre
el angiotensinógeno y libera angiotensina I, la cual es rápidamente convertida por
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Hígado
El descenso del gasto cardiaco durante la VAM ha sido implicado como un factor
contribuyente de la disfunción hepática, ya que al descender el gasto cardiaco
Efectos sistémicos de la ventilación mecánica 95
existe un decremento también del flujo sanguíneo portal y el flujo hepático glo-
bal, situaciones que son reversibles al normalizarse por cualquier vía el gasto car-
diaco. Como se sabe, el uso de la PEEP tiene un efecto mayor sobre la hemodina-
mia vascular y la hemodinamia hepática.
VAM, lo cual sugiere que la dilatación de los vasos sanguíneos del conducto es
el mecanismo que explica este aumento de la resistencia, pero tanto el mecanismo
como el efecto no son situaciones esclarecidas.
La disfunción hepática grave promovida por la VAM no es un problema coti-
diano en terapia intensiva (tiene más importancia teórica que práctica); sin em-
bargo, el conocimiento de sus posibles efectos sobre el hígado puede ser útil en
casos muy particulares, en los que se utilicen medicamentos metabolizados en el
hígado o exista el uso de fármacos hepatotóxicos o disfunción hepática previa.
Sistema gastrointestinal
La incidencia de sangrado digestivo alto (SDA) es más elevada en el paciente
ventilado, ya que, a diferencia de otros árboles vasculares, el sistema arterial gás-
96 Ventilación mecánica (Capítulo 6)
trico tiene muy pocas posibilidades de autorregulación, por lo que el flujo sanguí-
neo gástrico será muy dependiente de la presión arterial. Un incremento de la pre-
sión venosa gástrica, común en la VAM, con altas presiones intratorácicas, debe
disminuir aún más el flujo sanguíneo gástrico; si a ello se le añade la reducción
de la presión arterial que se puede observar durante la VAM se puede generar is-
quemia de la mucosa gastrointestinal, llevando a ulceración y sangrado.
Cuando la VAM es no invasiva puede producir distensión de la cámara gás-
trica, aunque se puede observar en casos intubados con escape de aire a través de
un mal sello del cuff cuando se ventila con altas presiones de la vía aérea. Este
hecho adquiere gran relevancia cuando hay necesidad de ventilar a pacientes con
anastomosis recientes (menos de 10 días) gastrointestinales, debido al peligro de
contribuir mediante el aumento de gases y presión en la luz gastrointestinal a la
producción de dehiscencia de las suturas.
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INTERACCIONES CARDIOPULMONARES
Introducción
99
100 Ventilación mecánica (Capítulo 7)
Tono autonómico
rícula derecha y simula hipovolemia, que origina retención de sal y agua.10 Esta
respuesta humoral es la causa primaria de que los pacientes que dependen del
ventilador aumentan de peso en el curso de una insuficiencia respiratoria.
RVP total
vascular pulmonar
Resistencia
Lechos vasculares
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
alveolares
Lechos vasculares
extraalveolares
RV FRC TLC
Volumen pulmonar
Figura 7--1. Relación entre los cambios en el volumen pulmonar y la resistencia vascular
pulmonar donde los lechos vasculares extraalveolares y alveolares, así como su efecto
combinado (RVP total) se muestran en forma individual. El volumen pulmonar en reposo
es la capacidad residual funcional (CRF). El volumen pulmonar máximo es la capacidad
pulmonar total (CPT) y el volumen pulmonar mínimo es el volumen residual (VR).
104 Ventilación mecánica (Capítulo 7)
Los vasos extraalveolares también pueden estar influidos por los cambios en
la presión transpulmonar. En situaciones normales las fuerzas intersticiales radia-
les del pulmón mantienen permeables las vías aéreas y hacen que se distiendan
más los grandes vasos conforme aumenta el volumen pulmonar.19,27 Estas fuerzas
radiales también actúan sobre los vasos extraalveolares, haciendo que permanez-
can dilatados conforme aumenta el volumen pulmonar, lo cual incrementa su ca-
pacitancia.28 Esta maniobra se revierte mediante la deflación pulmonar, que al ha-
cer que se colapse la vía aérea promueve la vasoconstricción pulmonar hipóxica
y al no apoyar los vasos sanguíneos permite que se constriñan, aumentando así
la resistencia vascular extraalveolar.19 Así, con volúmenes pulmonares pequeños
aumenta la resistencia vascular pulmonar, debido a los efectos combinados de la
vasoconstricción pulmonar hipóxica y al colapso de los vasos extraalveolares,
mientras que con grandes volúmenes hay compresión de los vasos alveolares.
Interdependencia ventricular
Los lados izquierdo y derecho están unidos en paralelo a partir de su tabique co-
mún y por el pericardio, que limita el volumen cardiaco total. Así, el llenado de
un ventrículo limita el llenado del otro. A esto se le conoce como interdependen-
cia ventricular diastólica.29 El ejemplo de interdependencia ventricular observa-
do con mayor frecuencia es el pulso paradójico. Los cambios en el volumen dias-
tólico final del VD alteran de forma inversa la distensibilidad diastólica del VI
(figura 7--2).30 La inspiración espontánea y los esfuerzos inspiratorios espontá-
neos aumentan el retorno venoso, incrementando el volumen diastólico final del
VD. El incremento del volumen diastólico final del VD desplazará el tabique in-
terventricular hacia el VI, disminuyendo la distensibilidad diastólica del VI.31 In-
clusive si la restricción pericárdica o la inflación pulmonar limitan el llenado bi-
ventricular absoluto, la dilatación del VD aumentará la presión pericárdica y la
PIT, con lo que disminuirán los volúmenes diastólicos finales del VD y el VI.32,33
De este modo, la inspiración espontánea se acompaña de una reducción fásica de
la distensibilidad diastólica del VI al disminuir el volumen diastólico final del VI.
Aunque la ventilación con presión positiva puede disminuir el retorno venoso
causando disminución del volumen del VD y con ello aumento de la distensibili-
dad diastólica del VI, salvo en condiciones de dilatación del VD (p. ej., volumen
agudo en cor pulmonale o estados de sobrecarga biventricular), el impacto de la
ventilación con presión positiva sobre la distensibilidad diastólica del VI y el vo-
lumen diastólico final es mínimo.
Si se sobredistienden los pulmones en expansión y comprimen el corazón en
la fosa cardiaca,33 como sucede a menudo con la hiperinflación, los efectos hemo-
dinámicos de esta interacción parecida a un taponamiento son inmediatos.
Interacciones entre el corazón y el pulmón durante la ventilación... 105
Volumen VD (mL)
20 50 35 20 0
Presión VI (mmHg)
10
0 10 20 30 40
Figura 7--2. Efecto del aumento del volumen diastólico final del ventrículo derecho (VD)
sobre la relación (distensibilidad) entre presión y volumen diastólicos (llenado) del ven-
trículo izquierdo (VI). (Véase Taylor et al.: Dependence of ventricular distensibility on fill-
ing the opposite ventricle. Am J Physiol 1967; 213:711--718.)
El corazón está dentro del tórax, lo que implica una cámara de presión dentro de
otra cámara de presión. Así, los cambios en la PIT afectan los gradientes de pre-
sión del retorno venoso sistémico al VD y la salida del flujo sistémico del VI, de
una forma independiente del propio corazón (figura 7--3). Los incrementos en la
PIT, al aumentar la presión de la aurícula derecha (Pad) y disminuir la presión
sistólica del VI transmural, reducen los gradientes de presión para el retorno ve-
106 Ventilación mecánica (Capítulo 7)
Figura 7--3. Efecto de aumentar o disminuir la presión intratorácica (PIT) sobe el llenado
del ventrículo izquierdo (VI; retorno venoso) y la presión de eyección. Los incrementos
en la PIT disminuyen los gradientes de presión para el retorno venoso y la eyección del
VI, en tanto los decrementos en la PIT aumentan los gradientes de presión para el
retorno venoso y la eyección del VI.
6
Flujo venoso (L/min)
5
4 PIT
Curva de
función
3 ventricular Curva de
retorno
2 venoso
1
PIT
--5 0 5 10
Presión atrial derecha (mmHg)
Figura 7--4. Efecto de cambiar la presión intratorácica (PIT) sobre la relación entre la
curva de la función del ventrículo izquierdo y las curvas del retorno venoso. Al disminuir
los desplazamientos en la curva de la función ventricular a la izquierda (línea disconti-
nua) se iguala con la disminución en la PIT. Los incrementos en la PIT cambian la curva
de la función ventricular (línea punteada) igual al aumento en la PIT.
de los músculos respiratorios pese al gran impulso neuronal central. Estos sujetos
presentan antes paro respiratorio que cardiaco.78 En este contexto, la institución
de ventilación mecánica para insuficiencia respiratoria ventilatoria e hipoxémica
puede reducir la demanda metabólica en un aparato cardiovascular estresado, con
lo que disminuye la demanda global de O2 y aumenta así la saturación venosa
mixta de O2 para lograr un gasto cardiaco constante y un contenido de O2 arterial
adecuado.79
Inspiración Espiración
10
5
Intercambio de volumen
sanguíneo intratorácico
SvRV --SVIV por mL)
(calculado como
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Latidos (n)
--5
Vt 5 mL/kg
Vt 10 mL/kg
--10
Vt 15 mL/kg
Vt 20 mL/kg
--15
Figura 7--5. Efecto de volúmenes de recambio diferentes (Vt) sobre los cambios dinámi-
cos en el volumen sanguíneo intratorácico, como las diferencias en el volumen de eyec-
ción del ventrículo derecho (SVRV) pareado con el volumen de eyección del ventrículo
izquierdo (SVLV) de una sola respiración en un animal (ver Mesquida et al.: Intens Care
Med 2011).
En la actualidad las dos principales formas que pueden utilizarse para minimizar
las interacciones cardiopulmonares deletéreas mientras se aumentan las benéfi-
cas son dos: las centradas en la ventilación y las centradas en el estado cardiovas-
cular. Sin embargo, estas dos formas son relativas.
114 Ventilación mecánica (Capítulo 7)
Evitar la hiperinflación
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8
Presión positiva al final de la espiración
Paolo Pelosi, Claudia Brusasco
INTRODUCCIÓN
121
122 Ventilación mecánica (Capítulo 8)
necesitan ser optimizados para lograr “la mejor PEEP”, dependiendo de la pato-
logía y del estado clínico que se vaya a tratar.
monar con el uso de PEEP. De hecho, los efectos de la PEEP sobre las propieda-
des del aparato respiratorio dependen de la cantidad de PEEP que se aplique, del
tipo de cirugía (abdominal abierta, abdominal laparoscópica, torácica, etc.) y de
las características del paciente sometido a cirugía (p. ej., el índice de masa corpo-
ral, etc.). En general, la aplicación de PEEP moderada (de unos 10 cmH2O o me-
nos) puede mejorar el aparato respiratorio y la distensibilidad pulmonar estática,
así como evitar los riesgos de la sobredistensión pulmonar,17 ser útil en la cirugía
torácica cerrada mas no en la abierta18 y mejorar la distensibilidad pulmonar y
de la pared torácica en pacientes con obesidad mórbida sometidos a cirugía abdo-
minal, aunque no brinda beneficios en los pacientes con índice de masa corporal
normal.19
A diferencia de los pacientes con pulmones sanos, los pacientes con lesión pul-
monar aguda (LPA) o síndrome de insuficiencia respiratoria aguda tienen reduc-
124 Ventilación mecánica (Capítulo 8)
ción del pulmón aireado y alteraciones mecánicas del aparato respiratorio por
edema masivo, atelectasias y consolidación tisular. Es por ello que el incremento
del VPEF mediante la aplicación de PEEP puede ser muy útil al incrementar el
volumen pulmonar total ventilado. Esto puede ser resultado del reclutamiento de
unidades pulmonares terminales o de distensión de unidades pulmonares ya
abiertas. Estos dos fenómenos ocurren de manera simultánea en diferentes regio-
nes del pulmón ventilado con la aplicación de PEEP, de ahí que el equilibrio entre
el reclutamiento y la sobredistensión sea fundamental. Esto depende de varios
factores, entre los cuales se incluyen los más importantes: etiología del SIRA,20
mecánica pulmonar y de la pared torácica,21 etapa de la enfermedad,22 morfología
de los pulmones23 y cantidad de PEEP aplicada.24 Es posible predecir los efectos
de la PEEP sobre el reclutamiento y la sobredistensión mediante la forma de la
curva de P--V en ZEEP.25 De hecho, en la LPA y el SIRA se aprecian diferentes
tipos de curvas de P--V, que indican que la cantidad de unidades pulmonares no
ventiladas —pero que mantienen una buena distensibilidad— y unidades pulmo-
nares consolidadas —sin posibilidades de ser abiertas con PEEP— origina una
distensibilidad muy baja. Por el contrario, la tomografía computarizada (TC) per-
mite estimar la cantidad de unidades pulmonares hiperinfladas, normalmente ai-
readas, mal aireadas o no aireadas. Al analizar diferentes imágenes de TC con dis-
tintos niveles de PEEP es posible estimar el reclutamiento o la sobredistensión
causada por la aplicación de esta presión.26 Estas dos técnicas pueden ser muy
útiles para determinar “la mejor PEEP”, la óptima entre los efectos positivos y
negativos de la PEEP (ver la siguiente sección).
Los pacientes con EPOC tienen limitación del flujo espiratorio e hiperinfla-
ción dinámica, las cuales producen sobredistensión. Los efectos de la PEEP de-
penden del nivel de PEEP aplicado, ya que puede disminuir la distensibilidad
estática por la sobredistensión pulmonar27 y no modificar la distensibilidad está-
tica28 o incluso aumentarla por reclutamiento de unidades pulmonares.29 Gene-
ralmente en los pacientes con limitación del flujo espiratorio una PEEP moderada
(5 a 10 cmH2O) pudiera, en parte, disminuir la resistencia espiratoria y reducir
la hiperinflación dinámica y la sobredistensión pulmonar. Esto es cierto sólo si
la PEEP aplicada no excede a la PEEP intrínseca. Por este motivo, es muy impor-
tante calcular la PEEP intrínseca en pacientes con EPOC antes de aplicar PEEP
externa.
Los efectos extrapulmonares de la PEEP son los que se ejercen sobre todo en el
sistema cardiovascular; son debidos a cambios en la presión intratorácica, depen-
Presión positiva al final de la espiración 125
monar no aireado. El uso de PEEP ocasiona un aumento del VPEF, lo que implica
la apertura de las unidades pulmonares colapsadas y la estabilización de las ines-
tables, así como el incremento de la inflación en las unidades que ya están abier-
tas, dando lugar a elevación de la PO2 arterial y disminución de la derivación y
del riesgo de lesión pulmonar inducida por la ventilación (VILI: ventilator--indu-
ced lung injury).
Es muy importante identificar el valor de la PEEP óptima que se vaya a aplicar
en cada paciente, es decir, la PEEP que reclute la mayor cantidad posible de áreas
pulmonares no aireadas, evitando la hiperinflación pulmonar, la inestabilidad he-
modinámica y el aumento del riesgo de barotrauma. Cuál es la PEEP óptima en
pacientes con LPA o SIRA y cuál es la mejor manera de identificar su valor son
temas que siguen abiertos a discusión. Sin embargo, se han descrito varios méto-
dos para este fin:
126 Ventilación mecánica (Capítulo 8)
CFR
0
0
Figura 8--1.
Presión positiva al final de la espiración 127
Volumen (L)
1 000 PEEPe
500
0 Presión (cmH2O)
5 10 15 20 25 30 35
Figura 8--2.
Este método puede ser muy útil para la ventilación de pulmones sanos, ya que
impide la apertura y el cierre cíclicos de los alveolos atelectásicos y, al mismo
tiempo, evita el riesgo de barotrauma. En pacientes con LPA y SIRA la respuesta
puede ser muy variable; es posible observar un incremento en la distensibilidad
pulmonar si la PEEP induce y mantiene el reclutamiento; por el contrario, dismi-
nuye si aumenta la sobredistensión. En el primer caso, al analizar la curva P--V
estática con diferentes niveles de PEEP, se puede observar un cambio de la curva
P--V hacia el eje del volumen (figura 8--2), lo que indica que a un nivel dado de
presión el volumen pulmonar con PEEP es mayor que sin ella. Una técnica desa-
rrollada en fechas recientes37 consiste en el análisis de la curva de presión y
tiempo (curva de P--t) dinámica.
El análisis de la curva de P--t se puede hacer en pacientes con ventilación mecá-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
nica, con control del volumen y flujo constante. En la figura 8--3 se aprecian tres
formas de la curva de P--t: la primera curva tiene un lado cóncavo frente al eje
del tiempo que indica la presencia de apertura y cierre cíclicos de los alveolos ate-
lectásicos (reclutamiento activo); la segunda está en línea recta, indicando la pre-
sencia de buena aireación pulmonar sin reclutamiento activo ni sobredistensión;
y la tercera tiene un lado cóncavo frente al eje de la presión, que indica la presen-
cia de sobredistensión pulmonar. La curva de P--t permite hacer un monitoreo
continuo y no invasivo de la distensibilidad pulmonar, del reclutamiento y de la
sobredistensión durante la ventilación mecánica, así como visualizar de inme-
diato los efectos de utilizar diferentes niveles de PEEP. La limitación más impor-
tante es que la curva de P--t está influida por las características intrínsecas del
paciente, como la rigidez de la caja torácica y los cambios en la resistencia pulmo-
nar, características que hacen que la curva sea menos específica y menos útil.
128 Ventilación mecánica (Capítulo 8)
P (cmH2O)
P (cmH2O)
activo aireación
pulmonar
Flujo (mL/seg)
Flujo (mL/seg)
Flujo (mL/seg)
t(s) t(s) t(s)
1 2 3
Figura 8--3. Tres formas de la curva de P--t.
Flujo (mL/seg)
Tiempo (seg)
Figura 8--4.
Flujo (mL/seg)
Tiempo (seg)
Presión (cm H2O)
Tiempo (seg)
Figura 8--5.
Presión positiva al final de la espiración 131
Paw
PEEPi
Flujo inspiratorio Flujo
P. gástrica
P. esofágica
Figura 8--6
flujo y no a limitación del flujo, la aplicación de PEEPe no tendrá los efectos be-
néficos antes descritos, sino que incrementará la hiperinflación dinámica, agra-
vando el trabajo respiratorio y la resistencia de la vía aérea. Es muy importante
comprobar, mediante la maniobra de oclusión al final de la espiración, si la apli-
cación de un valor de PEEPe no aumenta la PEEP total o se observa un pico en
la vía aérea.
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E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
INTRODUCCIÓN
patología del LPA/SDRA, así como el rol clínico de las maniobras de recluta-
miento alveolar (MRA) y las técnicas de ventilación con reclutamiento máximo
o alto de presión positiva al final de la espiración (PEEP: positive end expiratory
pressure). La demostración de un pulmón fisiológicamente pequeño (baby lung)
motivó la limitación del volumen corriente y la presión sobre la vía aérea, que es
la base de la ventilación protectora. Sin embargo, el rol de las MRA y el uso de
PEEP elevado es aún tema de discusión. Esta controversia es especialmente rele-
vante, ya que los altos niveles de PEEP y altas presiones sobre la vía aérea tam-
bién pueden producir sobredistensión y agravar el daño pulmonar.
A continuación se revisan algunos conceptos fisiopatológicos para entender
las razones para usar MRA y los principales estudios clínicos sobre las estrategias
135
136 Ventilación mecánica (Capítulo 9)
de máximo reclutamiento o alto PEEP, para concluir con los principios básicos
de una estrategia de ventilación mecánica protectora.
Membrana Endotelio
capilar capilar
O2
CO2
Alveolo Capilar
Capa de
surfactante
Endotelio Intersticio
alveolar Membrana
basal alveolar
TOMOGRAFÍA COMPUTARIZADA DE
TÓRAX Y CONCEPTO DE BABY LUNG
A E
B F
Figura 9--2. Microfotografía que muestra alveolos subpleurales durante espiración (pa-
nel superior) e inspiración (panel inferior) en un modelo porcino de daño pulmonar
(Tween). Se aprecian alveolos normales que cambian en forma imperceptible de tama-
ño entre espiración (A) e inspiración (B), y alveolos colapsados en espiración que sufren
el fenómeno patológico de apertura (F) y cierre (E) durante el ciclo ventilatorio. Modifica-
do de Schiller HJ et al. Crit Care Med 2001;29:1049--1055.
Pulmón normal
pobremente
hiperinflado
Tejido con
Espiración Inspiración (CPT)
aireación
Tejido no
aireado
aireado
normal
Tejido
Tejido
35
30
Inpiración
25
Espiración
ño (baby lung), con una menor superficie disponible para el intercambio gaseoso.
Así, el uso de Vt elevados en un paciente con un baby lung es capaz de sobredis-
tender fácilmente el parénquima pulmonar sano, lo cual se reconoce como el
principal mecanismo causante del daño inducido por la ventilación mecánica.
La descripción del concepto del baby lung llevó a Hickling y col. a usar bajos
Vt en una serie de 50 pacientes con SDRA, que resultaba en grados variables de
hipercapnia, pero con una baja mortalidad.16 La real revolución de este concepto
no fue el uso del bajo Vt per se, sino el cambio de los objetivos de la ventilación
mecánica. Así, la meta de la década de 1970 de lograr la normalización de los ga-
ses sanguíneos varió a un concepto de mecanoprotección, es decir, ventilar el pul-
món limitando el Vt y la presión transpulmonar, manteniendo una oxigenación
adecuada y tolerando niveles más elevados de PaCO2. Después de Hickling va-
rios estudios clínicos aleatorizados, prospectivos y multicéntricos han permitido
delimitar los principios básicos de la ventilación mecánica (VM) protectora (cua-
dro 9--1).
AD BC
PEEP 5 cmH 2 O
A Normal 0
Colapso de
B vía aérea 10 a 20 cmH2 O
pequeña
C Colapso 20 a 30 cmH 2 O
alveolar
D Consolidación
DA B
observó que los pacientes con mayor reclutabilidad fueron pacientes más graves,
ya que tuvieron mayor peso pulmonar, peor relación presión parcial de oxígeno
(PaO2):fracción inspirada de oxígeno (FiO2), peor distensibilidad y mayor mor-
talidad (41 vs. 15%) que aquellos con menos PR (cuadro 9--2).
Una observación interesante indicó que la proporción de tejido consolidado
(aquel que no se abre aun a 45 cmH2O) fue similar en los pacientes con PR alto
o bajo, representando aproximadamente la cuarta parte del peso pulmonar total.17
Más importante aún, la diferencia entre los pacientes con alto y bajo PR radica
en la cantidad de tejido inestable, es decir, aquel que puede contribuir al shunt y
al daño pulmonar por apertura y cierre (cuadro 9--2); mientras que en los pacien-
tes con bajo PR el tejido inestable es cercano a 60 g, en aquellos con alto PR esta
cifra supera los 350 g de tejido pulmonar (figura 9--8 y cuadro 9--2).
La importancia de conocer la reclutabilidad radica en seleccionar a los pacien-
tes con LPA/SDRA que se benefician de una estrategia de máximo reclutamiento
o PEEP alto. Ninguno de los estudios clínicos publicados a la fecha ha evaluado
la reclutabilidad, sino que se ha manejado con tablas de FiO2 y PEEP (cuadro
9--1). Así, el posible beneficio del uso de PEEP alto en pacientes con alta recluta-
bilidad puede ser oscurecido por la sobredistensión que puede producir en pa-
cientes con baja reclutabilidad y viceversa. De este modo, se cree que el PR puede
Maniobras de reclutamiento alveolar 143
PEEP 5 cmH 2 O
Pmes 45 cmH 2 O
A
PEEP 5 cmH 2 O
Pmes 45 cmH 2 O
B
PEEP 5 cmH 2 O
Pmes 45 cmH 2 O
C
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 9--6. Pacientes con alto potencial de reclutamiento alveolar. En los paneles su-
periores se muestran cortes en tercios superior, medio e inferior en pausa espiratoria
(PEEP) a 5 cmH2O, mientras en los paneles inferiores se muestran los mismos cortes
a capacidad pulmonar total, mediante pausa inspiratoria (Pmes) a 45 cmH2O. A. Pacien-
te con trasplante de médula ósea que ingresa en falla respiratoria a la unidad de cuida-
dos intensivos sin un foco evidente. Se aprecia un SDRA severo con vidrio esmerilado,
gran componente congestivo y una gran apertura alveolar con presiones de 45 cmH2O.
B. Paciente de 54 años de edad operado de un gran tumor cerebral frontal, evolucionan-
do en el posoperatorio con hipertensión intracraneana y agitación. A las 48 horas pre-
sentó aspiración de contenido gástrico y falla respiratoria, por lo cual debió ser conecta-
do a ventilación mecánica. Se aprecian opacidades bilaterales multifocales que dismi-
nuyen, especialmente hacia las bases, con presión inspiratoria de 45 cmH2O. C. Pa-
ciente de 57 años de edad portadora de un daño hepático crónico por virus C que pre-
sentó una falla respiratoria de origen séptico con un gran componente congestivo. Se
aprecia el gran aclaramiento de las imágenes a capacidad pulmonar total.
144 Ventilación mecánica (Capítulo 9)
PEEP 5 cmH 2 O
Pmes 45 cmH 2 O
A
PEEP 5 cmH 2 O
Pmes 45 cmH 2 O
B
PEEP 5 cmH 2 O
Pmes 45 cmH 2 O
Figura 9--7. Bajo potencial de reclutamiento alveolar. Los cortes se presentan igual que
en la figura previa. Se presentan tres pacientes que clásicamente no se benefician de
niveles elevados de PEEP. A. Paciente con neumonía neumocócica condensante de
lóbulo inferior derecho. A capacidad pulmonar total se aprecia aumento de volumen del
pulmón sano, pero persiste la condensación del lóbulo inferior derecho. B. Paciente con
trauma cerebral que ingresó intubado a la unidad, y se realizó precozmente TC de cere-
bro y pulmón. Se observa el escaso componente atelectásico (atelectasias lineales) en
las zonas dependientes del pulmón. Si bien las atelectasias se abren en su totalidad con
el uso de altas presiones en la vía aérea, el beneficio es marginal. El paciente fue extu-
bado precozmente, teniendo una buena evolución. C. Paciente con fibrosis pulmonar.
Se observa el escaso aumento de volumen con presión inspiratoria de 45 cmH2O, reflejo
del deterioro de su distensibilidad.
Maniobras de reclutamiento alveolar 145
PR bajo PR alto
5 ± 4% 21 ± 10%
(59 ± 51 g) (374 ± 236 g)
24
20 ALI
SDRA
Número 16
de
pacientes 12
8
4
0 10--15
15--20
--10 --5
20--25
25--30
30--35
35--40
60--65
65--70
70--75
--5 0
0--5
40--45
45--50
50--55
55--60
5--10
Figura 9--8. Histograma que muestra la frecuencia de distribución del potencial de reclu-
tamiento (PR) en 68 pacientes con ALI/SDRA. El porcentaje de pulmón potencialmente
reclutable, medido por tomografía computarizada, fue definido como la proporción de
tejido no aireado a 5 cmH2O que logra aireación a 45 cmH2O, y es expresado como por-
centaje del peso pulmonar total. Los pacientes con SDRA (Pa/FiO2 < 200) tienen mayor
reclutabilidad que aquellos con daño pulmonar agudo (ALI, Pa/FiO2 < 300). Modificado
de Gattinoni L et al. N Engl J Med 2006;354:1775--1786.
respuesta a las MRA fue bastante variable, sin diferencias significativas en cuan-
to a oxigenación o distensibilidad entre los pacientes que recibieron o no estas
maniobras. La presión arterial sistólica y la saturación periférica de oxígeno dis-
minuyeron significativamente después de las MRA, pero estos efectos fueron au-
tolimitados y sin secuelas a largo plazo. Finalmente, la evolución clínica no se
vio influida por las MRA. Una de las grandes limitaciones de este estudio fue que
las MRA fueron aplicadas sólo a los pacientes aleatorizados a PEEP alta.
Finalmente, en el reciente estudio canadiense que compara una estrategia de
pulmón abierto (LOVS: Lung Open Ventilation Study) vs. el protocolo de baja
PEEP del ARDSnet, las MRA fueron realizadas de manera rutinaria como parte
del protocolo de máximo reclutamiento.30 En este grupo las MRA fueron realiza-
das en la modalidad presurizada de 40 cmH2O durante 40 seg, pero seguidas de
una estrategia de niveles elevados de PEEP (figura 9--9). Si bien no hubo diferen-
148 Ventilación mecánica (Capítulo 9)
ESTRATEGIAS VENTILATORIAS
DE MÁXIMO RECLUTAMIENTO
El concepto baby lung, seguido por el exitoso reporte clínico de Hickling y col.
acerca de la limitación de presiones inspiratorias en pacientes con LPA/SDRA,
desencadenó una serie de ensayos clínicos prospectivos que compararon una es-
trategia ventilatoria protectora vs. una estrategia más convencional (cuadro 9--1).
A fines del decenio de 1990 se publicó un estudio seminal sobre la única estrate-
gia que ha mostrado disminuir la mortalidad hospitalaria en pacientes con LPA/
SDRA, que es la limitación del volumen corriente.31 Tres estudios posteriores,
que incorporan el reclutamiento máximo o alto PEEP, generan la base del manejo
ventilatorio frente a pacientes con LPA/SDRA e hipoxemia refractaria.29,30,32
El primer estudio del ARDSnet en más de 800 pacientes con SDRA mostró
que el uso de Vt de 6 mL/kg de peso ideal disminuyó la mortalidad más de 20%
con respecto al uso de Vt de 12 mL/kg.31 Este estudio ha tenido un gran impacto
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
CONCLUSIONES
Hoy en día hay bastante más claridad con respecto a los mecanismos fisiopatoló-
gicos involucrados en el daño inducido por la ventilación mecánica.37,38 La ines-
Maniobras de reclutamiento alveolar 151
Ventilación mecánica
Vt 6 a 9 mL/kg
PEEP 5 a 10
FR para normocapnia
(modo VCV--PCV)
Protocolo ARDSnet
Vt 6 mL/kg, P dist < 20
(modo VCV--PCV)
Asistencia respiratoria
extracorpórea
Figura 9--10. Esquema propuesto de manejo ventilatorio en ALI/SDRA. Vt: volumen co-
rriente; FR: frecuencia respiratoria; VCV: ventilación controlada por volumen; PCV: ven-
tilación controlada por presión; Pa/FiO2: relación PaO2:FiO2; P dist: presión de disten-
sión; HFOV: alta frecuencia oscilatoria. Referencias: ARDSnet, N Engl J Med 2000;
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10
Ventilación de alta frecuencia oscilatoria
Sebastián Ugarte U., Edgar Jiménez
155
156 Ventilación mecánica (Capítulo 10)
Oscilador
Válvula
espiratoria
Flujo
inspiratorio
Paciente
Figura 10--1. Esquema simplificado del ventilador oscilatorio de alta frecuencia; com-
prende fundamentalmente un flujo inspiratorio alto contra una válvula espiratoria que
mantiene la presión positiva continua en la vía aérea (CPAP) al que se agrega un oscila-
dor que genera rápidas oscilaciones en el sistema.
VA = f (Vt -- VD)
Como se mencionó, la ventilación por convección (con un flujo real de una masa
de gas en los pulmones) es a menudo todo lo que se estudia cuando se analiza la
ventilación mecánica, pero en la VAFO hay que estudiar otros conceptos.
El valor asignado al ventrículo derecho (VD) no es un absoluto. Durante la
VAFO unos pocos alveolos están lo suficientemente próximos a las vías respira-
torias de conducción para que parte del flujo neto de gas pueda entrar en ellos
incluso con volúmenes considerados por debajo del VD,14--16 pero esto cierta-
mente no es suficiente para permitir una ventilación efectiva. Existen otros meca-
nismos para conseguir la ventilación, los cuales se describirán a continuación.
La insuflación del ventilador mecánico también genera una dispersión longi-
tudinal (llamada dispersión de Taylor) ocasionada por este flujo de convección.
Se trata de un movimiento giratorio que origina remolinos como resultado del
flujo neto de gas que favorece mezclas gaseosas de las vías respiratorias y los
158 Ventilación mecánica (Capítulo 10)
PaCO 2
Flujo laminar con
PaO 2 velocidades de
flujo diferentes
Figura 10--2. Flujo laminar con velocidades de flujo diferentes con espiración activa que
favorece un flujo coaxial con difusión facilitada por los movimientos moleculares entre
láminas de flujo inverso.
Tiempo
Figura 10--3. Curvas volumen tiempo en diversas estrategias ventilatorias. Los puntos
de inflexión superior e inferior están señalados por las respectivas líneas de segmentos,
para ilustrar el menor estrés mecánico cíclico teórico que implica la VAFO. VMC: ventila-
ción mecánica controlada: VAFO: ventilación oscilatoria de alta frecuencia.
Por otra parte, si consideramos que el tejido pulmonar es más fuerte cuando
las fuerzas mecánicas se distribuyen uniformemente a lo largo de su área, se en-
tenderá que su heterogeneidad con reducciones localizadas de su superficie, por
ejemplo, causadas por atelectasias, se traduce en un aumento localizado del es-
trés. Este concepto físico de concentración del estrés (a menudo llamado elevado-
res del estrés o bandas de estrés) implica la existencia de una ubicación en un
cuerpo donde el estrés se concentra, adyacente a reducciones locales de su super-
ficie. Esto explica por qué la verdadera fuerza de fractura del tejido pulmonar es
siempre menor que el valor teórico: porque los tejidos enfermos contienen áreas
heterogéneas que concentran el estrés en sus inmediaciones. Gracias a la ingenie-
ría estructural se sabe que las grietas de fatiga comienzan siempre a partir de ele-
vadores del estrés, por lo que la eliminación de tales defectos aumenta la resisten-
cia a la fatiga. Éste sería uno de los fundamentos teóricos de realizar maniobras
de reclutamiento alveolar inicialmente y luego evitar el colapso con una Pmva
elevada y constante, buscando el reclutamiento y evitando el desreclutamiento
potencial de la fase espiratoria. Sin embargo, aún no hay estudios que hayan de-
mostrado la utilidad real de este enfoque basado en el pleno reclutamiento.
Si bien existen varias preguntas aún sin respuestas unánimes sobre su uso en adul-
tos, incluyendo el momento ideal de la intervención y el uso adecuado de terapias
complementarias (como las maniobras de reclutamiento, óxido nítrico y posición
prona), se intentará dar una guía clínica para su uso.
La VAFO es un método alternativo de ventilación mecánica que se utiliza
como terapia de rescate, es decir, en pacientes críticos con falla respiratoria grave,
en quienes no se consigue alcanzar los objetivos de oxigenación o de pH utilizan-
do estrategias convencionales de protección pulmonar. Se utiliza en enfermedad
pulmonar hipoxémica aguda grave provocada por cualquier causa (p. ej., infec-
ciosa, inhalatoria, SDRA), barotrauma pulmonar severo (p. ej., neumotórax, neu-
moperitoneo, neumomediastino), síndrome de fístula broncopleural con escape
aéreo pulmonar masivo y acidosis respiratoria en enfermedad pulmonar aguda
(cuadro 10--1). Se considera que las contraindicaciones relativas son la presión
intracraneal elevada, la inestabilidad hemodinámica y la elevada resistencia de
la vía aérea.
en cuenta la mayor presión media de vía aérea (Pmva) que se utilizará inicialmen-
te en VAFO (habitualmente de 30 a 34 cmH2O), para evitar la eventual hipoten-
sión secundaria a la elevación de la presión intratorácica en presencia de hipovo-
lemia.
PROGRAMACIÓN INICIAL
La VAFO se inicia con una FiO2 de 1.0 y una Pmva de 30 a 34 cmH2O. Para reclu-
tar la mayor cantidad de territorio pulmonar la mayoría de los centros que utilizan
VAFO realizan una maniobra de reclutamiento alveolar breve, una vez que el
paciente está conectado y estable. Esta maniobra consiste en una inflación soste-
nida, sin oscilación, con 40 cmH2O durante 40 seg; luego de retornar la Pmva al
valor inicial, se reanuda la oscilación. Se reconoce que la maniobra ha sido exito-
sa cuando la FiO2 ha podido ser disminuida a 0.65 en los siguientes 10 a 20 min,
mientras se mantienen una SpO2 ≥ 88% o una PaO2 ≥ 55 mmHg. El procedi-
miento se puede repetir en casos de desconexión, succión o desaturación brus-
ca.23 Se debe advertir que el paciente recién conectado a la VAFO es un paciente
crítico inestable en quien se intenta evitar la succión endotraqueal en las primeras
12 a 24 h.
Los valores de flujo basal y ΔP se programan en niveles elevados para facilitar
la remoción de CO2 y permitir en la mayor medida posible el uso de los valores
más altos de frecuencia (Hz). Los valores iniciales generalmente utilizan un flujo
basal de 35 L/min, con ΔP de 90 cmH2O y frecuencia de 4 a 7 Hz, según el pH
(cuadro 10--2).
La PaCO2 se mantiene normal o en rangos de hipercapnia permisiva (es decir
con un pH > 7.2 a 7.25) usando una ΔP máxima (90 cmH2O); en casos refracta-
rios, con una leve fuga aérea en torno al tubo endotraqueal, se desinfla el mangui-
to hasta producir una reducción de unos 5 cmH2O en la Pmva, que se ha compen-
sando anteriormente con la elevación del flujo basal. Se trata de aumentar los Hz
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
al valor más alto posible, por lo general de 9 a 10 Hz, aunque algunos proponen
llegar a frecuencias de 14 o 15 Hz (figura 10--3), para así usar volúmenes corrien-
tes muy pequeños y mantener el pulmón quieto y libre de potenciales fuerzas me-
cánicas asociadas a ciclos de colapso y reapertura.
TRANSICIÓN A LA VENTILACIÓN
MECÁNICA CONVENCIONAL
Los pacientes se cambian de nuevo a la VMC cuando son capaces de tolerar una
disminución de la Pmva a un nivel de 20 a 24 cmH2O. Sin embargo, el momento
Ventilación de alta frecuencia oscilatoria 165
ideal aún se desconoce, por lo que es preciso seguir investigando. En los adultos,
a diferencia de los recién nacidos, no existe todavía ninguna experiencia con
extubaciones directas desde la VAFO. La transición de la ventilación de alta fre-
cuencia a la ventilación convencional se hará cuando el paciente cumpla con los
siguientes criterios de salida, durante al menos 12 h:27
1. FiO2 ≤ 0.40%.
2. Presión media de vía aérea < 24 cmH2O.
3. Relación PaO2/FiO2 > 200.
4. Índice de oxigenación < 13.
clínicas complejas; las tres más habituales se mencionan con más detalle a conti-
nuación
Hipotensión
Neumotórax
Acidosis respiratoria
nia. En los pacientes que son sometidos a VAFO el mantenimiento de niveles con-
trolados de CO2 (con pH ≥ 7.25) puede no ser fácil, por lo que es necesario eva-
luar la ventilación y los gases en sangre arterial de manera rutinaria, para evitar
aumentos incontrolados de la PaCO2.
Cuando no es posible corregir el aumento de la PaCO2 con la disminución de
la frecuencia y aumentos del ΔP (y el consiguiente aumento del Vt que resulta
de ello) se puede utilizar la técnica del desinflado leve del manguito del tubo en-
dotraqueal (cuadro 10--4). Con esto se persigue el aumento de los flujos basales,
que favorece el perfil asimétrico y el consiguiente aumento de la ventilación al-
veolar. Estos flujos pueden estar afectados por diversos factores. Entre las causas
más frecuentes se encuentra la presencia de secreciones en la vía aérea superior.
En algunos casos la presencia de edema en la vía aérea superior provoca una dis-
minución parcial o total de la salida de flujo retrógrado, impidiendo la fuga de
aire, con el consiguiente aumento de la PaCO2.
Ante un aumento refractario de la PaCO2 se debe sospechar una disminución
de la luz del tubo endotraqueal u obstrucción parcial de éste, la cual es posible
descartar o solucionar mediante una fibrobroncoscopia. Un abrupto aumento de
la PaCO2 durante la VAFO en un paciente por demás estable debe ser considerado
como una obstrucción o estrechamiento del tubo endotraqueal hasta que se de-
muestre lo contrario. Si se sospecha esto se debe realizar de inmediato una aspira-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
ción con catéter de succión para garantizar la permeabilidad del tubo endotra-
queal. Se puede realizar una fibrobroncoscopia urgente manteniendo al paciente
en VAFO o con una breve interrupción manteniendo ventilado al paciente con
bolsa manual durante el procedimiento para inspeccionar visualmente la vía aé-
rea. Hay casos de tubos endotraqueales obstruidos por coágulos de sangre o moco
que causan una bola con efecto de válvula que permite el paso de un catéter de
aspiración, pero no la exhalación. Este diagnóstico sólo se puede hacer con una
broncoscopia. Un aumento repentino de la ΔP (sin cambios en Pmva) puede indi-
car un desplazamiento del tubo endotraqueal o un aumento de la resistencia de
la vía aérea. Una caída de la Pmva (sin cambio significativo en ΔP) puede indicar
la aparición o el empeoramiento de una fuga de aire.25
Otro examen que es de utilidad en estos casos es la radiografía de tórax antero-
posterior. Diariamente se debe observar la radiografía del paciente en VAFO y
168 Ventilación mecánica (Capítulo 10)
CONCLUSIÓN
En el manejo de los pacientes con falla respiratoria grave queda claro que la VMC
puede adicionar lesiones pulmonares asociadas a volutrauma, barotrauma, ate-
Ventilación de alta frecuencia oscilatoria 169
PUNTOS CLAVE
REFERENCIAS
dotraqueal.
La capnografía estándar fue ideada como herramienta de monitoreo en el qui-
rófano en la década de 1980. El auge de la capnografía se debió al desarrollo de
la cirugía laparoscópica con neumoperitoneo basado en la insuflación del CO2.
Así, este tipo de monitoreo fue necesario para poder evaluar la repercusión de la
absorción del CO2 en el pH sanguíneo durante el acto quirúrgico. Aunque la im-
portancia de la VCap también apareció en esta época con los trabajos de Fletcher
y Jonson,3,9 no se popularizó debido quizá a la falta de claridad del significado
que encierran sus variables derivadas y la ignorancia de los valores normales de
las mismas.
173
174 Ventilación mecánica (Capítulo 11)
A Ángulo B C
alfa PaCO2 VDalv
SIII
CO 2 (mmHg)
PETCO 2
PACO 2
600
500
400
VT (mL)
300
200
100
0
50
PETCO2 (mmHg)
40 Δ PETCO 2
30
20
10
0
300
VCO 2 (mL/min)
250
200
150 Δ VCO 2
100
50
0
Reinhalación
45 min
0 1 2 3
Tiempo (min)
Figura 11--2. Técnica de reinhalación parcial de CO2 para medir la perfusión pulmonar
efectiva. En la reinhalación parcial de CO2 el PETCO2 aumenta, mientras que la VCO2
disminuye durante 45 seg. Al interrumpir la reinhalación la señal del CO2 vuelve a valo-
res basales en menos de un minuto. Se calcula un valor de perfusión pulmonar efectiva
cada tres minutos.
cardiaco derecho está formado por una porción ineficiente (shunt) y otra efi-
ciente, que participa en el intercambio gaseoso (PPE).21 El sensor de CO2 coloca-
do en el extremo del tubo endotraqueal es ciego al flujo pulmonar que pasa a tra-
vés del cortocircuito pulmonar derecha--izquierda.
En esta fórmula la cantidad de gas que atraviesa la membrana por unidad de tiem-
po (dg/dt) es directamente proporcional al coeficiente de solubilidad del gas (λ),
al área de intercambio gaseoso (A) y a la diferencia de presión parcial del gas a
ambos lados de la membrana (P1 --P2), pero inversamente proporcional a su espe-
sor (E). Los trastornos en la difusión del CO2 según esta ley, considerando λ y
P1 --P2 constantes, se pueden resumir en una disminución del área de intercambio
o en un aumento del espesor de la misma. Como el CO2 es muy difusible, un au-
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Monitoreo de la ventilación
VE = VA – VD
PACO2 y PECO2
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A C
B
PvCO2
PaCO 2
D
Figura 11--4. Modelo pulmonar de Riley modificado. Consta de una unidad A, que está
mal ventilada y normalmente perfundida (V/Q < 1); una unidad B ideal, porque está nor-
malmente ventilada y perfundida (V/Q = 1); una unidad C o de espacio muerto, que está
ventilada pero no perfundida (V/Q = 0 —se incluyen aquí unidades de V/Q alto, porque
tienen el mismo efecto que el espacio muerto sobre la eliminación de CO2); y una unidad
de shunt, que está perfundida pero no recibe ventilación alguna (V/Q = 8).
182 Ventilación mecánica (Capítulo 11)
2. Unidad normal que recibe tanto una ventilación como una perfusión norma-
les.
3. Unidad de espacio muerto, la cual está ventilada pero no perfundida.
4. Unidad de shunt, la que no recibe ninguna ventilación pero sí perfusión.
Este modelo se ha modificado agregando una unidad de V/Q baja, porque este
mecanismo de hipoxemia e hipercapnia es muy importante en la enfermedad y
debe ser diferenciado del shunt puro. Por otro lado, las zonas de V/Q alta que reci-
ben un exceso de ventilación en relación con su perfusión se incluyen dentro de
la unidad C de espacio muerto, porque su efecto sobre la eliminación de CO2 es
similar.33
Así, el VDfisiol está formado por la unidad C o espacio muerto alveolar (VDalv)
más el espacio muerto de la vía aérea de conducción o VDanat.
Como se explicó, hoy en día se puede calcular el VD de modo no invasivo con
la VCap, usando el concepto de Fowler junto con la fórmula de Bohr:15,17,33
VD / VT = PACO2 -- PËCO2 / PACO2
Sin embargo, incluso los pulmones normales tienen una distribución de la venti-
lación y de la perfusión no homogénea, con un V/Q global ≠ 1. Así, la modifica-
ción de la fórmula de Bohr propuesta por Enghoff no sólo incluye el cálculo del
VD, sino también los otros trastornos V/Q, como el shunt y las unidades de V/Q
bajas.34 Esto es fácil de entender observando el modelo de Riley (figura 11--4).
La sangre venosa con un contenido de CO2 elevado que atraviesa las unidades
de shunt y las unidades de V/Q bajas aumentará la PaCO2 por encima de la PACO2
alveolar, sobreestimando el valor real de VD. Este efecto shunt da nombre a una
porción del espacio muerto alveolar que no representa ningún volumen, por lo
que se ha denominado VDalv ficticio, aparente o simplemente VD shunt.3,35,36 Se
puede decir, entonces, que la fórmula de Enghoff brinda un índice que refleja la
relación V/Q global, pero no se puede decir que mida el espacio muerto.33
Resumiendo, la VCap puede medir el VD real de modo no invasivo y en cada
respiración, usando la fórmula original publicada por Bohr en 1891.15 La modifi-
Capnografía volumétrica 183
Más allá del rol de la VCap para analizar las funciones pulmonares relacionadas
con la cinética del CO2, esta curva brinda información clínica de otra manera, a
través del cambio en su morfología. Al igual que la curva presión--volumen respi-
ratorio, un cambio en la forma de la VCap está reflejando cambios patológicos
que suceden rápidamente. La interpretación de estos cambios en tiempo real es
de gran valor diagnóstico y terapéutico, como se observa en los siguientes ejem-
plos.
40
30
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CO 2 (mmHg)
20
10
0
0 100 200 300 400 500 0 100 200 300 400 500
Volumen (mL)
Figura 11--5. Efecto del VD instrumental en la morfología de la VCap. Las flechas identi-
fican el volumen del VDanat medido con el concepto de Fowler en el punto de inflexión
matemático de la VCap. La figura de la izquierda muestra la VCap sin la membrana hu-
midificadora. En la figura de la derecha la fase I aumenta y el punto de inflexión se des-
plaza a la derecha cuando se adiciona dicho espacio muerto instrumental. La diferencia
entre ambos volúmenes determina la capacidad que tiene la membrana humidificadora.
184 Ventilación mecánica (Capítulo 11)
40 0 PEEP
CO 2 (mmHg) 30
20
10 PEEP
10
0
0 100 200 300 400 500
Volumen (mL)
40 40
CO 2 (mmHg)
CO 2 (mmHg)
30 30
20 20
10 10
0 0
0 100 200 300 400 500 0 100 200 300 400 500
Volumen (mL) Volumen (mL)
30
20
(cmH 2 O) (L/min)
10
Flujo
0 60
--10
--20
--30 50
CO 2 (mmHg)
30 40
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Paw
20
10 30
0
20
60
(mmHg)
50 10
CO 2
40
30
20 0
10 0 100 200 300 400 500 600
0
Tiempo VT (mL)
Figura 11--8. Mal funcionamiento del circuito anestésico detectado de la VCap. Eviden-
cia de reinhalación de CO2 por un mal funcionamiento en la válvula espiratoria del circui-
to anestésico. Obsérvese que las señales de flujo y presión no presentan cambios y no
detectan la falla mecánica. En la VCap la línea de base aumenta porque existe CO2 en
el gas inspirado, lo que incrementa el área bajo la curva en sucesivas respiraciones, de-
sarrollando como consecuencia hipercapnia.
186 Ventilación mecánica (Capítulo 11)
nes en las funciones corporales que determinan la cinética del CO2. Sin embargo,
existen otros problemas relacionados con el mal funcionamiento de la máquina
de anestesia o con condiciones del paciente que también pueden ser detectadas.
Además, la morfología de la VCap se puede usar para el seguimiento de un trata-
miento dado, como en el ejemplo 3.
En conclusión, la VCap es una herramienta de monitoreo, no sólo ventilatorio,
sino también del intercambio gaseoso, hemodinámico y metabólico. Su capaci-
dad de monitoreo supera ampliamente a la capnografía estándar, a pesar de que
ambas se pueden usar simultáneamente en el mismo paciente. Las principales
ventajas se basan en que es una tecnología barata y se puede usar de modo no in-
vasivo y a manera de respiración a respiración. Para su interpretación correcta el
médico debe analizarla considerando la cinética del CO2 y cómo ésta se afecta
en una situación clínica en particular.
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12
Aerosolterapia durante la
ventilación mecánica
Elpidio Juárez Ibarra, Dulce María D’Ector Lira
INTRODUCCIÓN
El tracto respiratorio superior es el responsable del estado de los gases que inspi-
ramos, que comprenden calor, humidificación y filtración, con el fin de entregar
a las vías respiratorias inferiores un gas caliente (32 _C), húmedo (95% de hume-
dad relativa) y en lo posible libre de partículas y microorganismos.
Todo esto se pierde durante la ventilación mecánica, ya que al colocar un tubo
en la tráquea se genera un salto de las vías superiores evitando que se pueda pro-
porcionar calor y humedad a los gases secos y fríos que llegarán a las partes infe-
riores del aparato respiratorio.
TUBO ENDOTRAQUEAL
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
189
190 Ventilación mecánica (Capítulo 12)
Figura 12--1. Tubos traqueales translaríngeos. Al usar aerosol el paciente que está intu-
bado tiene un aumento de las resistencias en la vía aérea.
La línea de saturación isotérmica (LSI) es una línea imaginaria en las vías aéreas
anatómicas (figura 12--2), debajo de la cual la temperatura y el agua de los gases
inspirados se deben mantener constantes.16,17 Manejar este concepto es muy im-
portante porque de esta línea depende la estabilidad de los aerosoles.
Normalmente hay un gradiente termohídrico entre la nariz y la LSI,18,19 por lo
que los gases inspirados tienen que ser acondicionados por la nariz, la faringe y
la tráquea, tomando la temperatura y la humedad faltante de su mucosa.20 Esa di-
ferencia de contenido de vapor de agua de los gases en el alveolo y del aire am-
biente se llama déficit de humedad.21,22
La fisiología exige que el aire que llega a las vías aéreas periféricas y a los al-
veolos tenga una humedad relativa de 100% a 37 _C (condición alveolar).20 Una
humedad relativa entre 40 y 60% es mala para el crecimiento bacteriano. Con una
humedad relativa de 50% en las vías aéreas anatómicas el flujo de moco se sus-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
pende unos 30 min y es influido por la temperatura de la mucosa, más que por
la temperatura del aire inspirado.
Esta condición alveolar de los gases inspirados significa que a partir de la LSI
las vías aéreas funcionan como sistema de conducción y de defensa, porque el
calentamiento y la hidratación ya se llevaron a cabo.
La línea isotérmica se mantiene más o menos fija, aun en condiciones extre-
mas ambientales. Asimismo, esta línea es dinámica y depende de la frecuencia
respiratoria, de la respiración oral o nasal, de la temperatura y la humedad del me-
dio ambiente y de alguna patología.23
Normalmente nunca baja a nivel bronquiolar o alveolar, pero en condiciones
patológicas la LSI puede descender hasta los alveolos, así como cuando se mane-
jan líquidos bajos, por enfermedades pulmonares, por intubación traqueal, venti-
lación con volumen minuto alto con aire seco y frío en extremo, y por uso de ven-
tiladores sin humidificador integrado.19,24,25
Robin Williams dice que la LSI23 se encuentra en la carina porque el proceso
de acondicionamiento de los gases inspirados se realiza en la faringe y en la trá-
quea; Chiumello considera que la LSI se localiza a 5 o 6 cm debajo de la carina,
a nivel de los bronquios principales, y que después de este lugar los gases inspira-
dos no tienen más cambios.19
Ryan y Brandson señalan que la línea de saturación isotérmica se encuentra
entre la tercera, la cuarta o la quinta generación de los bronquios.5,19,23,25
Cuando un paciente se encuentra intubado la nariz no filtra, no calienta y no
hidrata el aire inspirado. En la nasofaringe se consigue una temperatura entre 29
y 32 _C con una HR cercana a 100%, entre 80 y 90%.
La inhalación de gases secos y fríos a través de un tubo traqueal puede produ-
cir:
HUMIDIFICADORES
Son aparatos con un calentador y un termostato que calientan el agua para que
se evapore. Forman parte de los ventiladores mecánicos. El humidificador aporta
Aerosolterapia durante la ventilación mecánica 193
A B
Figura 12--3. A. Atelectasia condicionada por terapia con FiO2 altas, que condiciona
desnitrogenización. B. Resolución después de la broncoscopia.
NARIZ ARTIFICIAL
Figura 12--4. Intercambiador de humedad. Uso con volúmenes corrientes medios, míni-
mo de 200 mL.
TIPOS DE INTERCAMBIADORES DE
HUMEDAD Y CALOR (NARIZ ARTIFICIAL)
Intercambiadores hidrofóbicos
1. Simples (hidrofóbico).
2. Con filtro antimicrobiano.
meno físico. Los gases espirados pasan a través del intercambiador, que se en-
cuentra frío, lo que provoca condensación en su superficie. Esto sucede por el
gradiente de temperatura que hay a cada lado del intercambiador, la temperatura
de los gases espirados y la temperatura ambiente.5 Son buenos para guardar tem-
peratura, pero no para hidratar adecuadamente.19 Están hechos de un material
químicamente inerte —de fibras de cerámica— que devuelve el vapor de agua
que el paciente espira.
Otros tienen capas de aluminio que favorecen el intercambio de temperatura
y la condensación del vapor entre las capas. Algunos tienen agregado un tejido
fibroso para ayudar a la retención de vapor y evitar la colección de agua conden-
sada. La retención de agua en el filtro se debe a un fenómeno puramente físico
y a la condensación del agua espirada; en la siguiente inspiración se evapora el
agua condensada para humidificar los gases secos que entran y al mismo tiempo
enfría el filtro del intercambiador.
El gradiente térmico determina la magnitud del intercambio de agua. Este gra-
diente se pierde cuando hay temperaturas extremas en las salas de terapia intensi-
va.5 Son poco eficaces, muy baratos y se recomiendan en anestesias cortas. Apor-
tan entre 10 y 14 mg/L con un volumen corriente (Vt) de 500 a 1 000 mL.
La ventilación mecánica requiere una humidificación mayor de 21 a 24 mg/L
de vapor de agua entre 27 y 29 _C, pero muchos humidificadores desechables no
tienen estas características.30
Tienen insertado un tejido plisado que sirve para filtrar el aire. Brindan entre 18
y 28 mg/L, con un volumen corriente de entre 500 y 1 000 mL. Los filtros son
una barrera para el paso de bacterias y virus hasta en 99.9% de los casos durante
un uso de 24 h.30,31 Se sugiere que se cambien cada 24 o cada 48 h para evitar el
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
riesgo de neumonía.4 Estos filtros se pueden dañar con volúmenes corrientes al-
tos (figura 12--5).23
Humidificador higroscópico
Humidificador hidrofóbico--higroscópico
Es la última versión de la nariz artificial; hidrata mejor (HEM) aun con volúme-
nes altos (de hasta 10 L/m). Tiene propiedades antimicrobianas e hidrata los gases
satisfactoriamente. Se pueden cambiar cada 72 h sin efectos adversos para el
Aerosolterapia durante la ventilación mecánica 197
Figura 12--7. No se observa agua condensada; las vías aéreas estarán secas.
198 Ventilación mecánica (Capítulo 12)
mente. Los intercambiadores (nariz artificial) son, en parte, la solución a los pro-
blemas de humidificación y de contaminación de los circuitos del ventilador en
las unidades de cuidados intensivos. Existe el riesgo de acumulación de agua, se-
creciones del paciente o sangre dentro de estos artefactos, lo que aumentaría el
trabajo respiratorio, por lo que deben ser inspeccionados con frecuencia para ser
cambiados en cualquier momento.35
Se duda de la eficacia de los intercambiadores de humedad y calor debido a
la incidencia de obstrucción gradual por el depósito permanente de secreciones
bronquiales en la pared interna de los tubos endotraqueales, en comparación con
los humidificadores convencionales con calentador.
Tanto los intercambiadores higroscópicos como los hidrofóbicos son efecti-
vos en términos de humidificación y calentamiento, y evitan la colonización y la
neumonía asociadas al tubo--ventilador, pero al mismo tiempo existe el riesgo de
hidratación inadecuada y de obstrucción.50 Hay casos en los que al cambiar el
tubo traqueal obstruido se muestra el tapón moldeado del bronquio, seco como
piedra.5 Con un monitor acústico se puede observar la permeabilidad de un tubo
traqueal y la localización y extensión del moco, que regularmente se encuentra
en sentido distal.36
Por otro lado, su uso evita las complicaciones, los riesgos y las complejidades
de los nebulizadores ultrasónicos y de los humidificadores con calentador.35,37
En general se puede decir que los humidificadores pasivos o desechables tie-
nen efectos desfavorables sobre la mecánica de la ventilación: aumento de la re-
sistencia de las vías aéreas durante la inspiración, necesidad de apoyo con la pre-
sión de soporte (PSV) y aparición de PEEP inadvertido, lo cual debe ser tomado
en cuenta, sobre todo cuando el paciente se encuentra con un modo de ventilación
mecánica que requiera automatismo ventilatorio.38
El uso de los humidificadores pasivos (nariz artificial) con modos ventilato-
rios con ventilación espontánea, especialmente en fase final del retiro de ventila-
dor, puede presentar aumento del trabajo respiratorio.
El aumento de las resistencias y las neumonías aumentan el trabajo alterado
y la mecánica de la ventilación. Además, durante la ventilación mecánica el tra-
bajo respiratorio aumenta por la suma de tres componentes:
a. El trabajo del pulmón.
b. El trabajo de la caja torácica.
c. El trabajo impuesto (por el tubo y el ventilador).
El trabajo impuesto se define como el trabajo agregado al trabajo pulmón--tórax
como resultado de la conexión al tubo endotraqueal--circuito--ventilador.39
Los pacientes con traqueostomía tienen un gran trabajo impuesto cuando se
agrega una nariz artificial durante el retiro del ventilador, como consecuencia de
la curvatura que tiene el tubo de la traqueostomía.40,41
Aerosolterapia durante la ventilación mecánica 199
NEBULIZADORES
Nebulizadores de pared
AEROSOLES
50% de las más ligeras. En otras palabras, las gotas menores de 5 μ (MMAD) se
depositan en el pulmón, mientras que las mayores de 5 μ se impactan en las vías
aéreas superiores.14 Es necesario conocer estas características para predecir la
profundidad y la cantidad de depósito. Si se pretende hidratar las vías aéreas peri-
féricas se requiere que el nebulizador genere partículas muy pequeñas. El aporte
máximo de aerosol a los pulmones depende de la técnica de inhalación y de la
función pulmonar. Para hidratar la nebulización ideal médica debe ser de solu-
ción salina, con gotas de 1 μ de diámetro y neblina con una densidad mayor de
100 mg/L, que sea inhalada por la boca lenta y profundamente.13
Broncodilatadores inhalados
Los medicamentos que más se usan son los broncodilatadores, los corticosteroi-
des o una combinación de los dos para manejar el asma y la enfermedad pulmonar
obstructiva crónica.
Los broncodilatadores y los antiinflamatorios se usan especialmente en aero-
sol, pero con muchos defectos en su manejo debido al desconocimiento de los
mecanismos del nebulizador y la forma de inhalar por parte del paciente.5 Inclu-
yen el salbutamol, el albuterol, el albuterol/salbutamol, el salmeterol, el ipratro-
pio (AtroventR) y los esteroides inhalados, como la dexametasona y la fluticaso-
na.2,3
En comparación con la vía sistémica, los broncodilatadores en aerosol inician
su acción con mayor rapidez y menos efectos secundarios, porque se requieren
dosis más pequeñas para alcanzar la concentración terapéutica en la pared de la
vía aérea. Además, algunos medicamentos en aerosol se absorben escasamente
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
en la circulación.
ANTIINFLAMATORIOS INHALADOS
Corticoides
Los corticoides actúan prácticamente en todos los tejidos; los sintéticos se utili-
zan en el tratamiento de las enfermedades inflamatorias. Los esteroides inhalados
son la opción terapéutica más importante para tratar el asma, sin repercusión sis-
témica adversa. Entran en el citoplasma por difusión pasiva para unirse a su
206 Ventilación mecánica (Capítulo 12)
Cromoglicato y nedocromilo
Antibióticos
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13
Hiperinflación dinámica
José Rogelio Sánchez García, Teresa de la Torre León
peligrosamente simplificadoras.
Por otro lado, es indispensable tener en cuenta que los pacientes con enfisema
y bronquitis crónica suelen presentar comorbilidades severas que añaden ele-
mentos a tener en cuenta en su manejo.
La EPOC avanzada tiene dos alteraciones morfológicas características: el
daño bronquiolar y el enfisema, que se combinan en grados distintos produciendo
limitación crónica del flujo de aire.
Esta limitación se genera principalmente por:
211
212 Ventilación mecánica (Capítulo 13)
Hiperinflación pulmonar
dinámica
Estos dos fenómenos se oponen al inicial, por lo que se tiene que alcanzar un nue-
vo equilibrio a una capacidad residual funcional (CRF) más alta de lo normal.
Se ha descrito que el diafragma no se relaja completamente durante la espira-
ción, lo que implica una despolarización activa de una CRF elevada, probable-
mente como mecanismo compensatorio para disminuir la resistencia de las vías
aéreas.
Si bien la hiperinflación pulmonar puede ser vista como una compensación,
produce varios fenómenos adversos, como aumento del trabajo respiratorio, dis-
minución de la fuerza de los músculos inspiratorios e incremento de la resistencia
vascular pulmonar. La hiperinflación dinámica, o auto--PEEP, es un evento co-
mún en los pacientes con ventilación mecánica.10
Se define como auto--PEEP a la diferencia entre la presión alveolar y la presión
de la vía aérea al final de la espiración; como consecuencia de la auto--PEEP per-
siste flujo de aire al final del ciclo espiratorio, ya que hay un gradiente de presión
entre el alveolo y las vías aéreas centrales.
Se define como hiperinflación dinámica la imposibilidad del pulmón para re-
tornar a la capacidad residual funcional (posición de reposo) antes de iniciar la
siguiente inspiración
La hiperinflación dinámica es un evento clínico frecuentemente no reconoci-
do que se asocia con PEEP intrínseca o auto--PEEP. Dicho de otra forma, la auto--
PEEP se puede entender como la presión de retroceso elástico al final de la espira-
ción, ocasionada por un incompleto vaciamiento pulmonar.11 Debido a una
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Vt
Volumen
Volumen
FRC
Figura 13--2.
Flujo/tiempo
Inspiración
Normal
Paciente
Flujo (L/min)
Tiempo (seg)
Atrapamiento
Auto--PEEP
Espiración
En pacientes con obstrucción de la vía aérea el flujo espiratorio es muy lento para
salir completamente de los pulmones a su volumen de relajación antes de que se
inicie la próxima respiración; por lo tanto, la CRF es mayor que el volumen de
relajación, resultando en atrapamiento aéreo e hiperinflación dinámica.
Cuando el retroceso estático neto del sistema respiratorio es positivo refleja
una presión alveolar positiva que debe ser superada antes de que el siguiente flujo
inspiratorio se inicie. Esta presión alveolar positiva al final de la espiración con-
duce a hiperinflación dinámica, que es conocida como auto--PEEP.
La presión pico de la vía aérea refleja una resistencia alta de la vía aérea. La
presión plateau (Ppl), o presión meseta, representa la presión alveolar. En pacien-
216 Ventilación mecánica (Capítulo 13)
PIP
Resistencia
al flujo
Pplat
Distensibilidad
Volumen
tidal
PEEP Auto--PEEP
Figura 13--4.
EPOC
Zona de Normal
aposición
Zona de
aposición
CPT
Posición de reposo
del tórax
EPOC
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Volumen pulmonar
Posición de reposo
del sistema
CRF respiratorio Normal
VR
Posición de reposo
del pulmón
te largo (20 a 30 seg) para que todo el flujo espiratorio cese y el pulmón al-
cance su volumen de relajación.
El paciente con EPOC que no puede llegar a su posición basal (volumen de relaja-
ción o volumen de equilibrio mecánico) crea una PEEP intrínseca, o auto--PEEP,
que conlleva a un aumento del trabajo respiratorio por una carga inspiratoria im-
puesta al sistema respiratorio, la cual debe ser superada antes del inicio de la pró-
xima inspiración.
Para iniciar la respiración el paciente debe reducir la presión intrapleural (ne-
gativizar la presión intrapleural) a una cantidad igual a la PEEP intrínseca, ade-
más de la sensibilidad programada al ventilador.
Una excesiva PEEP intrínseca puede aumentar la presión intratorácica y dis-
minuir la precarga de los ventrículos derecho e izquierdo, conduciendo a hipoten-
sión y caída del gasto cardiaco. Sin embargo, la más seria consecuencia de la
PEEP intrínseca y la hiperinflación dinámica es el barotrauma, pudiendo presen-
tarse neumotórax, neumomediastino y neumoperitoneo. El barotrauma se corre-
laciona con el grado de hiperinflación dinámica.
Por otra parte, la hiperinflación dinámica obliga al sistema respiratorio a traba-
jar cerca de la capacidad pulmonar total, en la que la distensibilidad es relativa-
mente baja y se incrementa mucho más el trabajo elástico de la respiración. Todo
esto hace que los músculos respiratorios queden en posición de desventaja para
generar presiones. De este modo se incrementa el trabajo y se reduce la eficiencia
del sistema.
Se recomienda que la Ppl sea mantenida por debajo de 35 cmH2O. Limitar el
volumen final de inspiración a menos de 1.4 L puede ser relevante en los pacien-
tes con EPOC para minimizar el riesgo de hipotensión y barotrauma.
MEDICIÓN DE LA AUTO--PEEP Y DE LA
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Flujo
TE
Tiempo
EFECTOS ADVERSOS
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
5
4.5 Vt = 500 Vt = 500
Vt = 700 F = 14 F = 14
4 F = 14 Vinsp = 60 Vinsp = 100
Vinsp = 50
3.5 Vt = 500
Vt = 700 F = 20
3 Vt = 700 F = 20 Vinsp = 100
F = 20 Vinsp = 100
Vinsp = 60
Texp (seg)
2.5
2
1.5
1
0.5
0
Figura 13--8. Comparación del efecto del incremento del flujo inspiratorio (Vinsp), la dis-
minución del volumen tidal (Vt) y la reducción de la frecuencia respiratoria (f) sobre el
tiempo espiratorio.
S Estrategias no ventilatorias:
1. Adecuada sedoanalgesia.
2. Broncodilatación.
3. Relajación neuromuscular.
S Estrategias ventilatorias:
1. Adecuado diámetro del tubo endotraqueal.
2. Frecuencia respiratoria.
3. Volumen corriente o tidal.
4. Relación inspiración--espiración.
5. Flujo.
6. Presión pico y presión meseta.
7. PEEP extrínseca.
8. Heliox.
9. Ventilación no invasiva.
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14
Vía aérea y ventilación mecánica
en el paciente neurológico
María Claudia Nino de Mejía, Pablo Paredes Sanín
INTRODUCCIÓN
Las diversas patologías neurológicas son una muy importante fuente de mortali-
dad y discapacidad en los pacientes que están o no en edad productiva.
En EUA se estima que el trauma causa más de 161 000 muertes cada año, lo
que corresponde a una mortalidad estimada de 55.9/100 000 personas.1 Cada año
227
228 Ventilación mecánica (Capítulo 14)
Indicaciones neurológicas
Estados comatosos
Hipertensión endocraneana
Anticipación de deterioro
Indicaciones respiratorias
El compromiso de la vía aérea superior cursa con indicación para proteger la vía
aérea de secreciones, aspiración u obstrucción; existe un grupo de enfermedades
neurológicas que comprometen la función respiratoria de la laringe. A continua-
ción se brinda un resumen de las más comunes y sus implicaciones.
230 Ventilación mecánica (Capítulo 14)
Trauma cervical
Constituye una de las lesiones de las estructuras vecinas que tienen el potencial
de lesionar la vía aérea. El trauma craneofacial ocurre hasta en 22% de los pacien-
tes en accidentes automotores, mientras que el trauma craneoencefálico (TCE)
severo puede estar asociado a trauma cervical hasta en 5 a 15% de los casos.1 El
diagnóstico de trauma cervical puede perderse o ser retardado hasta en 25% de
los pacientes, lo cual es más frecuente cuando el paciente está inconsciente.
El compromiso de la vía aérea se observa en un porcentaje bajo de estos pa-
cientes, incluyendo tanto desplazamiento de estructuras óseas como compromiso
de los tejidos blandos alrededor de la vía aérea. Siempre se debe sospechar, espe-
cialmente cuando se planea abordar la vía aérea; las imágenes de diagnóstico pue-
den ayudar a detectar la lesión. La radiografía lateral de columna cervical puede
mostrar aire en los planos tisulares cervicales profundos, pudiendo ser el único
indicador de trauma laringotraqueal, aunque existen otros hallazgos, como la in-
terrupción de la columna de aire normal y la presencia de hematoma o aire prever-
tebral, que brindan información acerca del sitio de la lesión y de la posibilidad
de enfrentar dificultades al abordar la vía aérea (la glotis se encuentra enfrente
de C3--C4 en el adulto).1 La tomografía axial computarizada es el examen de
elección para el diagnóstico y la localización de las lesiones de los cartílagos
laríngeos, la cual con frecuencia está disponible en pacientes con TCE o con sos-
pecha de lesión cervical.1
Enfermedad de Parkinson
Disfonía espasmódica
INTUBACIÓN OROTRAQUEAL
El SDRA y la lesión pulmonar aguda (LPA) son un continuo de lesiones con fisio-
patología común y etiologías múltiples.20 Implican la instauración aguda de infil-
trados bilaterales con hipoxemia (PaO2/FiO2 < 300 mmHG) en ausencia de falla
cardiaca izquierda (presión en cuña menor de 18);21 son patologías comunes en
las unidades de cuidados intensivos que, aun con las nuevas técnicas de manejo,
cursan con una altísima mortalidad (35 a 65%).22 Se ha demostrado con eviden-
cias muy sólidas que el manejo de la ventilación mecánica puede cambiar el des-
enlace de estos pacientes.23 La teoría más aceptada por la cual la ventilación me-
cánica induce lesión pulmonar es el aumento de estrés en el tejido pulmonar y el
reclutamiento--desreclutamiento cíclico de unidades alveolares, los cuales gene-
ran una cascada inflamatoria que perpetúa el daño pulmonar.24
La enorme carga de morbilidad en estos pacientes llevó a desarrollar una estra-
tegia de ventilación mecánica enfocada en la protección pulmonar, que se basa
principalmente en la ventilación con bajos volúmenes corrientes, presiones limi-
tadas en la vía aérea, fracciones inspiradas bajas de O2 y uso rutinario de presión
positiva al final de la espiración (PEEP).25 El uso de estas estrategias en pacientes
con mecánica pulmonar alterada cursa frecuentemente con hipercapnia y acido-
sis, y puede generar efectos secundarios indeseables, como aumento de la presión
Vía aérea y ventilación mecánica en el paciente neurológico 233
Hipoxemia
Lesiones
sistémicas
Figura 14--1. Factores que interactúan para causar lesión pulmonar o cerebral. SDRA:
síndrome de distrés respiratorio agudo.
HIPERCAPNIA PERMISIVA--HIPOCAPNIA
El CO2 es un potente mediador del flujo sanguíneo cerebral (FSC) que genera
cambios lineares en el flujo sanguíneo cerebral dentro de un rango de valores; con
el CO2 entre 20 y 60 mmHg el FSC cambia alrededor de 3% por cada cambio de
1 mmHg de CO2.51 Es importante comprender que la vasculatura cerebral respon-
de a cambios en el pH y no directamente a la concentración de CO2.52
236 Ventilación mecánica (Capítulo 14)
100
50
25
10 30 50 70 100
PCO 2 (mmHg)
Figura 14--2. Curva que evidencia la relación entre la presión arterial de CO2 y el flujo
sanguíneo cerebral, evidenciando que ante valores normales de CO2 el flujo sanguíneo
cerebral se mantiene estable.
lares de O2 han dado resultados variables. Tres estudios, conducidos por Hem-
phill y col., van Santbrick y col. y Carmona y col.,6,58--60 demostraron una
disminución lineal de la presión tisular de O2 a medida que se instauraba la hiper-
ventilación; sin embargo, otros estudios demostraron que no se alteraba o que in-
cluso aumentaba.6,61,62
Roberto Imberti y col.62 realizaron un estudio para investigar los efectos de la
hiperventilación moderada (PaO2 de 27 a 32 mmHg) sobre la PIC, la saturación
venosa yugular de oxígeno (SjvO2, índice de perfusión cerebral global) y la pre-
8%
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
30%
Arterial
70%
Venoso
Figura 14--3. Sólo 30% del volumen sanguíneo cerebral se encuentra a nivel arterial;
lo contrario sucede con el volumen contenido en el sistema venoso, que abarca 70%.
Modificado de la referencia 55.
238 Ventilación mecánica (Capítulo 14)
HIPERCAPNIA PERMISIVA
VENTILACIÓN PROTECTORA
De acuerdo con los diversos aspectos discutidos en los párrafos anteriores, es útil
resumir el rol de la ventilación protectora. Low y col.77 brindan un excelente resu-
men, con recomendaciones prácticas acerca de cómo proceder en el escenario clí-
nico.
Sus recomendaciones consisten en ventilar con valores compatibles con venti-
lación protectora, mantener una SaO2 entre 91 y 94%, evitar la hiperventilación
240 Ventilación mecánica (Capítulo 14)
EXTUBACIÓN Y DESTETE
mento óptimo para destetar la ventilación mecánica ni los parámetros que se de-
ben tener en cuenta. Sin embargo, siempre se debe hacer un balance del riesgo
entre la prolongación de la extubación con sus efectos indeseables y la posibili-
dad de extubación fallida, teniendo en cuenta que la presencia de reflejos protec-
tores de la vía aérea no es un criterio determinante para destetar y extubar pacien-
tes.
ESTRATEGIAS DE RESCATE
Se sabe que la posición prona en pacientes con LPA o con SDRA puede mejo-
rar la relación PaO2/FiO2, aunque no ha demostrado ser capaz de mejorar la mor-
talidad.86 Recientemente se mostró una disminución no significativa de la morta-
lidad de los pacientes que se mantuvieron en posición prona durante periodos más
prolongados (17 h por 10 días).91
Los pacientes con lesiones neurológicas severas no son buenos candidatos
para la estrategia de ventilación en posición prona. Durante el cambio de posición
puede haber salida del catéter de PIC, drenaje de líquido cefalorraquídeo y difi-
cultad para el seguimiento del monitoreo neurológico.87 Además, puede haber
aumento de las presiones intraabdominal e intratorácica, lo cual compromete el
adecuado retorno venoso cerebral, aumenta la PIC y disminuye la presión de per-
fusión cerebral. No hay evidencias claras que puedan guiar al intensivista acerca
del uso de esta estrategia en pacientes con hipoxemia severa, pero si se decide su
242 Ventilación mecánica (Capítulo 14)
CONCLUSIÓN
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INTRODUCCIÓN
249
250 Ventilación mecánica (Capítulo 15)
ANTECEDENTES
FISIOPATOLOGÍA
Los estudios clínicos actuales han demostrado que la VMC induce una pérdida
de la fuerza del diafragma. En los estudios in vivo desarrollados en animales con
un diafragma intacto se observa que la generación de presión transdiafragmática
durante la estimulación del nervio frénico está significativamente reducida, con
estimulación de frecuencias submáximas y máximas.6--8 Este fenómeno depende
del tiempo, con disminución de la fuerza de inicio temprano (un día en conejos,
tres días en cerdos) y empeoramiento con la ventilación mecánica prolongada.7--8
En pocos días del inicio de la VMC (tres días en conejos, cinco días en cerdos y
11 días en babuinos) la capacidad de generación de presión del diafragma dismi-
nuye entre 40 y 50%.6--8
La disminución de la capacidad contráctil del diafragma no se debe a cambios
en el volumen pulmonar, a la distensibilidad abdominal ni a la transmisión del
impulso nervioso a nivel del nervio frénico y de la unión neuromuscular, ya que
estos aspectos se mantienen intactos.6,7 Sin embargo, el potencial de acción dis-
minuye después de la VMC, sugiriendo una alteración de la excitabilidad de la
membrana de la fibra muscular y del acoplamiento excitación--contracción.7 La
Disfunción diafragmática inducida por ventilación 251
MÉTODOS DE EVALUACIÓN
Uno de los retos más importantes para determinar si la DDIV se produce en hu-
manos es la dificultad para evaluar con precisión la función de los músculos res-
piratorios en pacientes críticamente enfermos bajo VM. La Sociedad Americana
de Tórax y la Sociedad Respiratoria Europea han revisado extensamente los
métodos para la evaluación de los músculos respiratorios.30
La medición de la presión inspiratoria máxima (Pimax) es relativamente sen-
cilla, pero los valores bajos reflejan un esfuerzo submáximo debido a la escasa
coordinación o cooperación del paciente y no a una verdadera debilidad de los
músculos respiratorios. La frecuencia respiratoria y el volumen corriente, que
son fácilmente monitoreados, así como un patrón de respiración superficial rápi-
da, se asocian con falla en el destete ventilatorio, pero no son específicos y no
necesariamente indican disfunción de los músculos respiratorios.31 Debido a la
baja especificidad de las pruebas anteriores, la medición de la presión transdia-
fragmática (Pdi) puede ser llevada a cabo en los pacientes en terapia intensiva.
Para ello se requieren registros simultáneos de las presiones esofágica (Pes) y
gástrica (Pga), siendo la Pdi la diferencia de presión a través del diafragma.
Similowski32 describió la medición de la Pdi a través de la estimulación mag-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
nética transcervical del nervio frénico. Laghi33 utilizó este método y midió la Pdi
antes y después de un proceso de destete, comparando los valores en pacientes
críticamente enfermos con éxito vs. el fracaso del destete ventilatorio. Los valo-
res de Pdi evidenciaron debilidad diafragmática en todos los pacientes bajo venti-
lación, pero los resultados sugieren que la falla en el destete no se acompañó de
fatiga diafragmática de baja frecuencia. Watson34 reportó una elevada prevalen-
cia de debilidad diafragmática determinada por estimulación magnética del ner-
vio frénico en 33 pacientes críticamente enfermos.
Recientemente Hermans35 evaluó la producción de la fuerza del diafragma en
25 pacientes bajo ventilación mecánica en terapia intensiva usando estimulación
magnética cervical del nervio frénico. Reportó que los valores obtenidos son re-
producibles y que la VM de larga duración se asoció a una pérdida grave de la
fuerza del diafragma. Otro hallazgo indicó que la alteración de la fuerza del dia-
254 Ventilación mecánica (Capítulo 15)
Las dificultades para el retiro del soporte ventilatorio se presentan entre 20 y 25%
de los pacientes bajo VM, quienes pasan 40% del tiempo en el proceso de destete
de la ventilación.37,38 Debido a que los músculos de la respiración tienen un papel
fundamental para el éxito o el fracaso del proceso de destete, la DDIV tiene un
impacto significativo en la práctica clínica.39,40
En el escenario clínico la DDIV constituye un diagnóstico de exclusión basado
en la historia clínica adecuada de haber cursado con VMC y otras posibles causas
de debilidad del diafragma que se hayan descartado. Es así como se presenta un
escenario típico, en el cual se sospecha DDIV en pacientes con falla en el destete
después de un periodo de VMC. La falla en el destete ventilatorio se relaciona
con disfunción de los músculos respiratorios.
Otras causas conocidas de debilidad de los músculos respiratorios incluyen el
estado de choque, la sepsis, la desnutrición, el desequilibrio electrolítico y los de-
sórdenes neuromusculares adquiridos en la terapia intensiva.41--43
TRATAMIENTO
Método farmacológico
Existe evidencia sobre el papel que desempeñan las vías proteolíticas (calpaí-
nas, caspasas y proteosoma--ubiquitina) en el desarrollo de atrofia inducida por
VM, por lo que estos sistemas son objetivos terapéuticos. En animales se observó
que una sola administración de leupeptin (inhibidor de la calpaína/catepsina) al
inicio de la VM no bloquea la atrofia, pero si previene la alteración contráctil del
diafragma.24 La administración de dosis altas de corticosteroides previene la so-
brerregulación de calpaína y disminuye la DDIV en ratas.52 Sin embargo, el uso
de esteroides se asocia a miopatía en los pacientes graves.
Los bloqueadores neuromusculares pueden hacer una sinergia con la VM y
exacerbar las DDIV en animales, debido a un incremento de la activación de los
sistemas de calpaína y ubiquitina--proteosoma.53,54 A pesar de que recientemente
se demostró que el uso temprano de cisatracurio (24 a 48 h) en pacientes con sín-
drome de insuficiencia respiratoria aguda mejora la sobrevida y disminuye los
256 Ventilación mecánica (Capítulo 15)
CONCLUSIONES
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Disfunción diafragmática inducida por ventilación 259
261
262 Ventilación mecánica (Capítulo 16)
IMPLICACIONES CLÍNICAS
Figura 16--2. Elevación del diafragma y contenido abdominal con disminución de los
volúmenes pulmonares.
266 Ventilación mecánica (Capítulo 16)
20
PVC
15 ΔPVC
= 13.5 -- 8.5
10 = 5 mmHg
5
ΔPVC
20 Compresión abdominal ΔPIA
15
ΔPIA
10 = 11 -- 2
= 9 mmHg
5
PIA
Es decir, en la AMV hay que vigilar los valores de presión meseta iguales
o menores de 35 mmHg, pero en casos en los que exista hipertensión intra-
abdominal a dicho número se le debe restar al menos 50% de la PIA del
paciente; en consecuencia, el número máximo de dicha presión plateau
debe ser menor para poder evitar el volutrauma y el barotrauma.11,13,15
5. La presión capilar pulmonar (PCP) se utiliza como criterio de definición
de SDRA, según el consenso americano--europeo; sin embargo, en el caso
de los pacientes con hipertensión intraabdominal, este valor se debe adap-
tar de acuerdo con el nivel de la PIA, por lo que su significancia como crite-
rio diagnóstico de SDRA no se puede aplicar en pacientes con HIA. La
mayoría de los pacientes con hipertensión intraabdominal y SDRA secun-
dario tienen niveles falsamente elevados de PCP —en la mayoría de los
casos por arriba de 18 mmHg—, pero no dejan de tener SDRA, a pesar de
estar excluidos por definición.
6. La hipertensión intraabdominal incrementa el edema pulmonar. De mane-
ra estricta, y como parte de un escenario ideal, este concepto debiera in-
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17
Ventilación mecánica en pacientes con
enfermedades neuromusculares
Idoris Cordero Escobar
271
272 Ventilación mecánica (Capítulo 17)
ALTERACIONES FISIOPATOLÓGICAS EN
LAS ENFERMEDADES NEUROMUSCULARES
Los pacientes con ENM se caracterizan por una disminución del tiempo total
de sueño, con predominio de la fase superficial, presencia de múltiples desperta-
res y disminución del sueño de movimientos oculares rápidos, que se acompañan
de saturación basal de oxígeno disminuida y presencia de desaturación a conse-
cuencia de la hipotonía muscular en esta fase de sueño.4
ANTECEDENTES DE LA VENTILACIÓN EN
LAS ENFERMEDADES NEUROMUSCULARES
Hace más de 15 años la VMNI con presión negativa fue sustituida por la VMNI
con presión positiva aplicada con mascarilla nasal, al comprobar que es más efi-
caz y cómoda de utilizar.8
La ventilación con presión positiva mediante máscaras nasales (VMNI nasal)
nocturnas fue eficaz para mejorar el intercambio gaseoso y los síntomas. Desde
entonces se convirtió en la modalidad preferida para la ventilación a largo plazo
en pacientes con insuficiencia respiratoria por ENM, debido a la facilidad de su
utilización y la disminución de la morbilidad y los costos, en comparación con
la ventilación invasiva. Sin embargo, la VMNI no es apropiada para todos los pa-
cientes con ENM.6
Simonds y Elliot7 publicaron que en 1984 Delaubier y Rideau introdujeron la
ventilación a presión positiva intermitente nasal para el tratamiento de los pacien-
tes con distrofias musculares. Desde entonces se ha utilizado para el tratamiento
de la falla respiratoria aguda y la crónica, así como en el tratamiento del síndrome
de apnea e hipopnea del sueño mediante presión positiva continua en la vía respi-
ratoria (figura 17--2).
La mayoría de los estudios realizados en adultos describen resultados favora-
bles con este tipo de tratamiento. Existen algunas investigaciones realizadas en
niños que demostraron su utilidad en la etapa neonatal. Sritippayawan y col.9
publicaron los beneficios, así como la utilidad real que tiene este método de venti-
lación, en comparación con el método habitual de ventilación mecánica asistida
(VMA) en niños con insuficiencia respiratoria aguda que ingresan en las unida-
des de cuidados intensivos respiratorios.
DISPOSITIVOS UTILIZADOS
mas ni batería interna. Sin embargo, las alarmas y los sistemas de respaldo de la
batería se pueden añadir.6,11,12
Existen nuevos y variados ventiladores mecánicos de presión, portátiles, que
puede ser adecuados para la ventilación invasiva y no invasiva en pacientes que
requieren asistencia ventilatoria de tiempo completo (LTV 1000, Pulmonetics,
Achieva, Nellcor). Estos ventiladores son compactos y pueden entregar presión
o volumen, además de que incorporan monitoreo y sistemas de alarma.6
Otros métodos de asistencia ventilatoria no invasiva para pacientes con ENM
se deben utilizar sólo cuando la VMNI haya fallado. Entre ellos están algunos dis-
positivos de presión negativa —oscilador Hayek— que fueron aprobados por la
Food and Drug Administration, pues ayudan a la eliminación de secreciones si
se utilizan con alta frecuencia.6--11 La estimulación del diafragma se utiliza en al-
gunos pacientes con ENM para aumentar la independencia de la ventilación me-
278 Ventilación mecánica (Capítulo 17)
Tos incentivada
La mayoría de las ENM cursan con debilidad de los músculos inspiratorios y es-
piratorios. Los enfoques de asistencia ventilatoria sirven principalmente como
ayuda para la inspiración; sin embargo, la debilidad de los músculos espiratorios
produce deterioro de la tos en combinación con una marcada reducción de la ca-
pacidad vital. La incapacidad para toser de manera efectiva es tolerable para los
pacientes que tienen el mecanismo de deglución intacto y escasas secreciones en
las vías respiratorias, pero la aparición de bronquitis aguda o disfunción bulbar
puede precipitar una crisis que amenaza la vida. En una situación así se debe ini-
ciar de inmediato con las estrategias para ayudar a la función espiratoria. Estas
técnicas incluyen la tos asistida manual, el uso de inexsufador y la oscilación o
la percusión.6,13,14
Ventilación mecánica en pacientes con enfermedades neuromusculares 279
PARTICULARIDADES DE ALGUNAS
ENFERMEDADES NEUROMUSCULARES
Las ENM incluyen las distrofias musculares, constituidas por un gran número de
entidades específicas con sus propias particularidades a la hora de afectar la mus-
culatura respiratoria. En ellas, y a través de vías patogénicas no bien identifica-
das, el defecto genético se expresa en la degradación bioquímica y estructural de
las células musculares. Una es la DMD, causada por pérdida de distrofina, esen-
cial para mantener intacta la membrana celular durante la contracción y la relaja-
ción musculares, lo cual provoca la muerte no sólo por efecto de la debilidad mus-
cular progresiva, sino también por los problemas derivados de la fibrosis
cardiaca. Si la pérdida de distrofina es parcial y si se mantiene todavía una pro-
ducción marginal de proteína, como en el caso de la distrofia muscular de Becker,
la gravedad de la enfermedad se correlaciona con la cantidad de moléculas dispo-
nibles. Otra entidad es la enfermedad de Steinert, que puede ocurrir a cualquier
280 Ventilación mecánica (Capítulo 17)
edad, incluida la infancia, pero es más frecuente entre los 20 y los 35 años de edad,
con una progresión lenta.10,15
Se ha demostrado que en este tipo de pacientes, que requieran alguna interven-
ción quirúrgica con anestesia general, se deben tomar precauciones a la hora de
la extubación, pues el tiempo de duración total del bloqueo se prolonga aproxi-
madamente 2.2 veces más que en los pacientes sin este tipo de afección, por lo
que hay que considerar que en ellos existe una extensión significativa del bloqueo
neuromuscular.16,17
Owen y Chu18 publicaron que a una primípara de 21 años de edad con distrofia
miotónica subclínica, embarazo de alto riesgo de 38 semanas de gestación y sufri-
miento fetal, se le realizó cesárea de emergencia con anestesia general sin com-
plicaciones, la cual mantuvo un periodo gradual de retiro del ventilador y fue ex-
tubada, pero tuvo que ser reintubada de urgencia, pues presentó una marcada
dificultad respiratoria, por lo que una vez más se ponen de manifiesto las implica-
ciones de las distrofias miotónicas secundaria al empleo de anestesia.
La principal causa de mortalidad en pacientes con DMD obedece a causas res-
piratorias. La debilidad muscular con pérdida de su función origina tos ineficien-
te, disminución de la ventilación, riesgo de neumonías, aspiraciones, atelectasias
e insuficiencia respiratoria.
El tratamiento con VMNI es necesario para corregir la insuficiencia respirato-
ria y las alteraciones respiratorias observadas durante el sueño. Su instauración
se acompaña de mejoría en la calidad de vida y disminución de la morbimortali-
dad asociada a la enfermedad. La VMNI con presión positiva a través de mascari-
lla nasal ha demostrado su eficacia en la DMD, al igual que en otras ENM. Con
una adecuada titulación de los niveles de presión se consigue corregir las altera-
ciones durante el sueño y mejorar el intercambio gaseoso durante el día, en com-
paración con los pacientes con DMD no tratados con VMNI.6--8
Estas complicaciones se pueden prevenir y tratar con una adecuada valoración
de la función respiratoria. Los estudios de sobrevida han revelado que la veloci-
dad de pérdida de la CVF en la DMD es variable. Oscila entre 2 y 39% al año,
con una mediana de 8%, mientras que una CVF menor de 1 L se asoció con una
mediana de sobrevida de 3.1 años y una sobrevida a los cinco años de sólo 8%.6
Kennedy y Martin19 publicaron que Bourke y Gibson refirieron que la CVF
es una mejor medida de supervivencia en la DMD que la hipoxemia nocturna. Un
informe reciente señaló que una CVF mayor de 60 representa un riesgo bajo de
hipoventilación nocturna, mientras que una CVF menor de 40% es un buen factor
pronóstico de hipoventilación nocturna en los niños con ENM de causas varia-
bles. También son factores de pronóstico desfavorable la disminución del FEV1
y el incremento de la PaCO2.6
Existe una amplia experiencia con la evaluación de la CVF en pacientes con
DMD y su pronóstico durante seguimientos prolongados, ya que proporciona
Ventilación mecánica en pacientes con enfermedades neuromusculares 281
Polineuropatías
Crisis miasténica
En este tipo de entidad puede aparecer una falla respiratoria inminente por paráli-
sis general o de la musculatura respiratoria alta, por lo que es potencialmente
mortal. Es la complicación más temida de la miastenia gravis (MG), por lo que
constituye una emergencia neurológica. Es rara en los pacientes bien tratados.22
Tiene una incidencia de 15 a 20% de los pacientes con MG; sin embargo, se
estima que en la actualidad, con un adecuado tratamiento médico quirúrgico, su
incidencia es menor de 2%. El intervalo entre el comienzo de los síntomas mias-
ténicos y la crisis miasténica varía de un mes a 27 años, con una mediana de 21
meses. Dos tercios de los pacientes con MG que pueden presentar una crisis lo
hacen antes de los 2.5 años de iniciados los síntomas. Un tercio de los pacientes
tienen recidiva antes del primer año. La duración promedio de la crisis es de dos
semanas; sin embargo, la mortalidad ha descendido drásticamente en los últimos
años.22
Generalmente se trata de un paciente portador de MG que en los dos primeros
años de enfermedad, a veces de forma brusca, presenta aumento de los síntomas
respiratorios a los que se les añade ortopnea y el uso de la musculatura respirato-
Ventilación mecánica en pacientes con enfermedades neuromusculares 283
Los pacientes con ENM e insuficiencia respiratoria crónica representan una gran
parte de la población enferma que requiere VMNI domiciliaria. Sin embargo, se
ha observado que más allá de los aspectos técnicos hay que considerar los sínto-
mas y los signos clínicos que pudieran presentar estos pacientes, así como la fre-
cuencia de complicaciones.
Recientemente se ha tendido a que los pacientes con ELA y ventilación mecá-
nica se desplacen a la atención domiciliaria.7,11,24
La mayoría de los niños con ENM han iniciado la ventilación mecánica domici-
liaria de manera urgente, luego de sufrir insuficiencia respiratoria por neumonía.9
284 Ventilación mecánica (Capítulo 17)
Sobrevida
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18
Ventilación mecánica en
el paciente trasplantado
Fernando Raffan Sanabria, Fredy Ariza Cadena,
Olga Lucía Quintero López
287
288 Ventilación mecánica (Capítulo 18)
res y flujos inspiratorios más altos que aquellos con enfermedad intersticial u otro
tipo de patologías pulmonares.7 Lo anterior implica que se toleren presiones pico
relativamente altas. El atrapamiento aéreo, o auto--PEEP, puede generar deterio-
ro hemodinámico, disminuyendo el retorno venoso, comprimiendo el ventrículo
derecho y elevando la presión en la arteria pulmonar.7 En estos casos la PEEP
puede ser útil para disminuir la resistencia espiratoria. Para determinar si hay
auto--PEEP es necesario analizar las curvas de presión volumen; para resolver el
atrapamiento aéreo será necesario aumentar el tiempo espiratorio. Slinger8 en-
contró que 5 cmH2O de PEEP no incrementan la PEEP total. En cambio, la PEEP
total medida aumentó de manera significativa cuando se disminuyó el tiempo es-
piratorio y redujo con el aumento del tiempo espiratorio. En este mismo estudio
el cambio en la PEEP total causado por la administración externa de PEEP duran-
te la ventilación de un solo pulmón se correlacionó de manera inversa con el nivel
preexistente de auto--PEEP.8 Cabe aclarar, y siempre tener presente, que la pre-
sión inspiratoria pico no es la presión que realmente se transmite a los alveolos;
sin embargo, la PEEP intrínseca y la hiperinflación dinámica asociada pueden
llegar a causar volutrauma.
Se recomienda mantener presiones pico menores de 40 mmHg y presiones
plateau menores de 35 mmHg.5 En los casos en los que haya tanto atrapamiento
aéreo que genere inestabilidad hemodinámica será necesario disminuir las fre-
cuencias ventilatorias y utilizar periodos de apnea, a expensas de tolerar una hi-
percapnia moderada (hipercapnia permisiva), la cual generalmente es bien tole-
rada si no hay hipoxemia.7
Se recomienda un enfoque de ventilación protectora con volúmenes corrientes
entre 6 y 8 mL/kg, FiO2 al nivel mínimo posible y PEEP entre 5 y 15 cmH2O.9,10
Sin embargo, con respecto a lo anterior, algunos autores difieren y recomiendan
el uso de oxígeno a 100% para evitar vasoconstricción hipóxica.5,9,11 Se deberá
descartar neumotórax en pacientes con poca distensibilidad e hipotensión persis-
tente. Se contraindica el uso de óxido nitroso en pacientes con enfisema bulloso
y usualmente se trata de evitar durante la ventilación de un solo pulmón.5,12
La tendencia actual se dirige hacia una reducción en los tiempos en cuidados
intensivos y el uso de protocolos de destete ventilatorio rápido o fast--track por
el aumento creciente de evidencia, que demuestra que en los pacientes adecuada-
mente seleccionados este abordaje se asocia a una reducción de la morbimortali-
dad y los costos. Por ello muchos autores proponen la extubación temprana de
pacientes seleccionados.5,13--17 En estos protocolos el objetivo es extubar a los pa-
cientes entre cuatro y seis horas luego de su ingreso en la UCI o aun en la misma
sala de cirugía. Está claro que este manejo no es apto para todos los pacientes,
sobre todo en aquellos con inestabilidad hemodinámica, escaso desempeño res-
piratorio y alteraciones en la oxigenación.16,17 En el caso del trasplante pulmonar
unilateral la evidencia apoya la extubación temprana (una hora o dos de posope-
Ventilación mecánica en el paciente trasplantado 291
TRASPLANTE HEPÁTICO
Actualmente se trasplantan en el mundo cerca de 100 000 personas cada año que
requieren un órgano sólido, de los cuales aproximadamente 20% son hepáticos;
algunos de estos pacientes pueden pasar días e incluso semanas requiriendo asis-
tencia ventilatoria. A continuación se hace el manejo posoperatorio de la ventila-
ción asistida en pacientes con trasplante hepático sólido y se estudia que este
manejo puede generar profundos efectos en su tratamiento mientras dichos pa-
cientes requieren cuidado intensivo.
Todas las etiologías de la cirrosis comparten un final común, en el que las com-
plicaciones pulmonares generadas por los mecanismos de hipertensión portal y
toxicidad mediada por metabolitos tóxicos inician una enfermedad casi indepen-
diente del proceso cirrótico. Adicionalmente, la enfermedad hepática crónica ha
sido asociada con mortalidad en pacientes con síndrome de dificultad respiratoria
del adulto (SDRA).25,26 De hecho, múltiples investigaciones han encontrado que
la enfermedad hepática, la sepsis y la disfunción multiorgánica son los principa-
les factores que contribuyen a la muerte relacionada con SDRA.27,28
Ventilación mecánica en el paciente trasplantado 293
Quizá las dos entidades más conocidas en pacientes cirróticos sean la hiperten-
sión portopulmonar (HPP) y el síndrome hepatopulmonar (SHP) como expresio-
nes floridas de la repercusión de los cambios vasculares sistémicos en la circula-
ción pulmonar. El síndrome hepatopulmonar se puede encontrar hasta en 47% de
los pacientes con cirrosis, de los cuales 17% pueden sufrir hipoxemia. Esta enti-
dad se origina por el desequilibrio en la ventilación--perfusión, producto de la di-
latación de los vasos precapilares y capilares, o por la aparición de comunicacio-
nes arteriovenosas directas (SHP tipos 1 y 2, respectivamente).
La hipertensión portopulmonar (HPP) se define como la presencia de hiper-
tensión pulmonar asociada a hipertensión portal (gradiente de presión en la vena
hepática > 10 mmHg) con o sin enfermedad hepática actual. Existe evidencia a
favor de que en el proceso que conlleva a HPP también hay disminución en la
actividad de óxido nítrico--sintetasa endotelial (eNOs) e incremento de los nive-
les de endotelina--1, un potente vasoconstrictor y mitógeno del músculo liso, que
son piezas claves en la generación de enfermedad vascular pulmonar.29 La pre-
sencia de PAPm superior a 50 mmHg constituye una contraindicación absoluta
para trasplante hepático (TH) debido a su alta mortalidad.30
Cirrosis--hipertensión portal
Part O2
En primer lugar, los ajustes básicos deben buscar, además de una adecuada oxige-
nación, la mínima presión inspiratoria pico que asegure un adecuado intercambio
del dióxido de carbono para mantener la PaCO2 entre 30 y 35 mmHg y la PEEP
entre 5 y 7 cmH2O, suficientes para garantizar la apertura de unidades alveolares
con tendencia al colapso.
Las estrategias de ventilación controlada por presión (PCV) y ventilación con-
trolada por presión con volumen garantizado (PCV--VG) pueden ser de gran utili-
dad para alcanzar estas metas.
Al final de la cirugía, en el momento del ingreso en la UCI, se deben verificar
los aspectos relevantes del intraoperatorio y los objetivos a lograr en las siguien-
296 Ventilación mecánica (Capítulo 18)
CONCLUSIONES
Aún queda mucho por investigar en cuanto a las mejores estrategias ventilatorias
en el posoperatorio de los pacientes trasplantados. Sin embargo, aunque se pue-
dan crear lineamientos generales de ventilación mecánica, sigue primando la in-
Ventilación mecánica en el paciente trasplantado 297
dividualización de cada caso para ajustar los esquemas de manejo de acuerdo con
las necesidades del paciente. En general, todos los pacientes sometidos a tras-
plante suponen un reto para el anestesiólogo en el intraoperatorio y para el inten-
sivista en el posoperatorio. En el caso de quienes son sometidos a trasplante hepá-
tico hay un importante componente de disfunción pulmonar que amerita un
abordaje ventilatorio multifactorial. En los pacientes con trasplante pulmonar y
cardiaco la situación es similar, dado que son sujetos con enfermedad pulmonar
y cardiovascular severa.
La disfunción de órganos sólidos susceptibles de trasplante puede generar de
manera directa cambios importantes en la dinámica ventilatoria que merecen
consideraciones especiales en su abordaje. Los pacientes con disfunción hepática
terminal no solamente poseen alteraciones de tipo restrictivo debido a la disten-
sión abdominal por ascitis o derrame pleural, sino que presentan alteraciones im-
portantes de la relación ventilación--perfusión que merecen atención. En el caso
de los pacientes con trasplante pulmonar los objetivos principales de la ventila-
ción mecánica implican mantener una adecuada oxigenación usando presiones
bajas en la vía aérea para evitar barotrauma, volutrauma y dehiscencia de las sutu-
ras de la anastomosis. En el trasplante de corazón la función respiratoria sufre una
gran variedad de agresiones, por lo que los parámetros ventilatorios iniciales de-
ben permitir la estabilización clínica del paciente y evitar mayor agresión pulmo-
nar. Para lo anterior se deben evitar las estrategias ventilatorias con altos volúme-
nes corrientes que generen atelectrauma.
El advenimiento de nuevos conocimientos en fisiopatología y de nuevas estra-
tegias farmacológicas y ventilatorias ha permitido avanzar hacia un enfoque me-
nos invasivo en ventilación mecánica y centrar la atención en la extubación tem-
prana con el uso de protocolos fast--track. Sin embargo, esto último aún es tema
de controversia que requiere una evaluación rigurosa en futuras investigaciones.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
300 Ventilación mecánica (Capítulo 18)
19
Ventilación mecánica en la paciente
obstétrica complicada
Carlos Briones Garduño
INTRODUCCIÓN
La atención del evento obstétrico puede exhibir formas graves, como la pree-
clampsia--eclampsia, o complicadas, como la hemorragia obstétrica aguda, ha-
ciendo que la atención médica y quirúrgica tenga un impacto decisivo sobre la
evolución del mismo, subrayando que el factor de responsabilidad comúnmente
involucrado con la muerte es el juicio clínico o quirúrgico errado, por lo que es
recomendable el enfoque multidisciplinario, resaltando que el monitoreo o la vi-
gilancia en áreas críticas —como urgencias, la unidad de tococirugía, recupera-
ción posquirúrgica, terapia intensiva y quirófano— debe incluir periódicamente
la valoración del estado neurológico, hemodinámico, respiratorio, hematológico,
hepático--metabólico, renal y perinatal. La paciente obstétrica grave puede re-
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FISIOLOGÍA
301
302 Ventilación mecánica (Capítulo 19)
pilar tipo espacio muerto. Si la unidad alveolar está bien ventilada y bien perfun-
dida se considera que existe un equilibrio, es decir, es una unidad alveolocapilar
normal. Si la unidad alveolar está perfundida pero no ventilada se considera que
la unidad alveolocapilar es una unidad tipo cortocircuito, ya que la sangre venosa
proveniente de la arteria pulmonar no participó en el intercambio de gases y, por
lo tanto, regresó al lecho arterial con hemoglobina desaturada. Por último, si el
alveolo no está ventilado y el capilar no está perfundido se considera una unidad
silente. Estas unidades alveolocapilares están distribuidas de acuerdo con las zo-
nas descritas y numeradas por West, de tal suerte que los ápices pulmonares ten-
drán unidades más ventiladas que perfundidas (zona I); la parte media de los pul-
mones tendrá más o menos la misma proporción entre alveolos ventilados, con
una buena perfusión (zona II), y las bases pulmonares tendrán alveolos relativa-
mente ventilados y exageradamente perfundidos (zona III). Si a la ventilación al-
veolar se le asigna la letra “Q” y a la perfusión alveolar la letra “P”, el cociente
Q/P en la zona I sería mayor de 1, en la zona II el cociente sería más o menos 1,
y en la zona III el cociente sería menor de 1. La relación Q/P promedio de todo
el parénquima pulmonar es de cerca de 0.8, es decir, existe una perfusión pulmo-
nar discretamente superior en relación con la ventilación alveolar. Varios proce-
sos alteran esta relación.
Una tromboembolia pulmonar reduce la perfusión pulmonar sin menoscabo
de la ventilación alveolar, por lo que la relación Q/P sería mayor de 1. Esto tiene
como consecuencia un espacio muerto mayor de lo normal, con repercusión ga-
sométrica: la hipoxemia. Del mismo modo, una atelectasia reduce la ventilación
alveolar sin menoscabo de la perfusión pulmonar; en estas condiciones la sangre
que llega a esta área no es oxigenada, lo que aumenta el cortocircuito pulmonar;
la relación Q/P en este caso sería menor de 1 y la traducción gasométrica sería
la misma: hipoxemia.
La difusión del oxígeno en la membrana alveolocapilar está determinada por
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INDICADORES DE VENTILACIÓN
MECÁNICA EN OBSTETRICIA CRÍTICA
Factores mecánicos
Se relacionan con el sistema musculosquelético. Las alteraciones en la parrilla
costal o la musculatura que interviene en el proceso de la ventilación de manera
Ventilación mecánica en la paciente obstétrica complicada 305
Membrana alveolocapilar
Perfusión pulmonar
Otras causas
VENTILADORES
Ventilador de presión
paciente —sino que permanece fijo de acuerdo con lo programado— y hay ma-
yor probabilidad de complicaciones pulmonares o de la vía aérea.
Ventilador volumétrico
Objetivos secundarios
Ventilación controlada
la vía aérea durante todo el ciclo respiratorio. Las principales ventajas incluyen
que no modifica el patrón respiratorio, aumenta la capacidad residual funcional
y mejora la relación ventilación--perfusión. Sin embargo, tiene como principales
limitaciones que si el paciente sufre apnea no es capaz de rescatar la ventilación,
no mejora la oxemia cuando el cortocircuito intrapulmonar es mayor de 20% y
el paciente debe hacer un trabajo muscular extra para vencer por sí mismo la re-
sistencia del tubo endotraqueal.
La presión en la vía aérea se transmite al sistema vascular en aproximadamente
50%. En relación con el sistema venoso, dicha presión positiva puede representar
un serio obstáculo al drenaje venoso; esto es de particular importancia en pacien-
tes con aumento de la presión intracraneal, pues una reducción en el drenaje de
líquido cefalorraquídeo o de la sangre venosa puede incrementar la presión intra-
craneana a niveles intolerables con respecto a la perfusión cerebral.
310 Ventilación mecánica (Capítulo 19)
Hay dos factores que pueden repercutir en el resultado final, los cuales son ne-
cesarios: la necesidad de sedación y el uso de bloqueo neuromuscular. Mientras
este último puede o no usarse en función de la actividad muscular del paciente,
la sedación es obligada, ya que al poner en práctica patrones respiratorios no ha-
bituales para el paciente la primera manifestación es una agitación importante
con angustia inmediata, la cual podría complicar el cuadro.
La mayor parte de las ocasiones que se retira de esta forma el motivo que originó
la ventilación mecánica fue un evento reversible en el corto plazo (anestesia ge-
neral, obstrucción de la vía aérea). Por lo general los sistemas de control del auto-
matismo respiratorio están indemnes, el estado de alerta es satisfactorio, no hay
problemas en la membrana alveolocapilar y la mecánica respiratoria está recupe-
rada. Cuando se decide retirar por completo el apoyo ventilatorio no se tiene que
retirar el cuidado al paciente, por el contrario, hay que enfatizar al máximo los
cuidados y la vigilancia ante la evidencia de claudicación a la ventilación. Hay
que evaluar continuamente el estado de alerta, los datos clínicos de dificultad res-
piratoria y el análisis de la gasometría arterial.
ocurre está relacionado con la presión en la vía aérea y el espacio pleural (se debe
tener en cuenta que la mayoría de los pacientes que requieren ventilación mecáni-
ca deben ser sometidos a intubación translaríngea). Siempre se debe tener en
mente que la inserción de un tubo endotraqueal es interpretada en el organismo
como una agresión; es una invasión a un espacio destinado al manejo de gases.
No es de extrañar, por tanto, que la inflamación y el aumento de secreciones en
la faringe y la tráquea sea la respuesta inmediata. Además, en la vía aérea la pre-
sión positiva aumenta y en el espacio pleural la presión se hace positiva, lo cual
obedece a varias razones:
Manejo de secreciones
Uno de los problemas más frecuentes y añejos relacionados con la ventilación
mecánica es el mal manejo de secreciones. Un paciente intubado tiene abolido
el mecanismo de Valsalva, que permite una expulsión adecuada de las secrecio-
nes del árbol respiratorio.
Infección
La ventilación mecánica por sí misma abate los mecanismos de defensa de barre-
ra, mecánico y humoral. No es de extrañar que la neumonía continúe siendo un
viejo acompañante de los pacientes en estado crítico. La vigilancia clínica, las ra-
diografías, el hemograma de Schilling y un cultivo de secreción bronquial a tiem-
po pueden ser la diferencia en el desenlace.
Arritmias
Se pueden presentar en cualquier momento. Pueden o no estar relacionadas con
manipulación de la vía aérea (aspiración) y el ciclado del ventilador. Es impor-
tante identificar su origen y tiempo de aparición. Cuando las arritmias son persis-
tentes la valoración cardiológica y su manejo pueden evitar complicaciones que
retrasen el proceso de liberación.
Broncoespasmo
Es frecuente en los pacientes intubados y con ventilación mecánica.
Barotrauma
El incremento en la presión en la vía aérea se puede traducir como la presencia
de aire fuera del parénquima pulmonar. El hallazgo radiográfico de neumotórax,
neumomediastino, enfisema subcutáneo y neumoperitoneo es dato de alerta.
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316 Ventilación mecánica (Capítulo 19)
20
Neumonía asociada a la
ventilación mecánica
Christian Villavicencio, Karla Malpica Basurto, Alejandro Rodríguez,
Jordi Rello
INTRODUCCIÓN
317
318 Ventilación mecánica (Capítulo 20)
EPIDEMIOLOGÍA
Incidencia
20
Casos/
1 000 d VM
15
10
0
2006 2007 2008 2009
Mortalidad
La mortalidad cruda de la NAVM fluctúa entre 24 y 76%, según las series.10 Los
estudios, como el de Craven y col., muestran una mortalidad general de 55%, en
comparación con 25% de pacientes sin neumonía.10
En un reciente estudio europeo la mortalidad fue significativamente superior
en los pacientes con neumonía nosocomial, en comparación con los que no desa-
rrollaron infección pulmonar.11 Sin embargo, estas cifras no reflejan adecuada-
320 Ventilación mecánica (Capítulo 20)
FISIOPATOLOGÍA
por microaspiración, aunque podrían entrar por vía del lumen del tubo endotra-
queal a partir de bacterias residentes en el circuito del ventilador. El neumotapo-
namiento tiene un rol central en la transferencia bacteriana a la vía aérea inferior.
La cantidad o inóculo será escasa si existen pocas secreciones acumuladas; sin
embargo, si la integridad del sistema está alterada, el inóculo que puede llegar al
parénquima pulmonar puede ser mayor. Si el inóculo supera la capacidad de de-
fensa del huésped se produce una reacción inflamatoria cuya expresión histológi-
ca es la aparición de un infiltrado agudo con leucocitos polimorfonucleares, con
la consiguiente aparición de secreciones purulentas a través del tubo endotra-
queal. Se ha comprobado que una baja presión del neumotaponamiento permiti-
ría un mayor paso de secreciones, lo que se asocia a desarrollo de NAVM. Por
otro lado, una mayor presión comprometería la circulación en la mucosa respira-
toria, provocando lesión. Se recomienda que la presión del neumotaponamiento
se mantenga entre 25 y 30 cmH2O.21 Las medidas de prevención de la NAVM di-
rigidas al cuidado de la vía aérea deben evitar la presencia de secreciones, su con-
taminación o el paso de ellas a la vía aérea inferior.
MICROBIOLOGÍA
CLÍNICA Y DIAGNÓSTICO
La existencia de una vía aérea artificial implica que la esterilidad de la vía aé-
rea inferior se pierde a las pocas horas de intubar a un paciente.32 Así, las muestras
microbiológicas cualitativas casi siempre confirman la existencia de microorga-
nismos, sin que ello implique que el paciente presente un papel patogénico en la
NAVM en ese momento.
El cultivo negativo debe llevar a cuestionar el diagnóstico de NAVM y hacer
pensar en diagnósticos alternativos. Por otro lado, la calidad de la muestra se debe
evaluar mediante la presencia de células epiteliales. La obtención de una muestra
mediante catéter telescopado (CT) protegido deberá presentar menos de 1% de
células epiteliales (un número mayor sugeriría colonización orofaríngea) y más
de 10 neutrófilos por campo.33
En el lavado broncoalveolar (LBA) de pacientes con neumonía la presencia
de neutrófilos es un hallazgo constante, aunque no exclusivo, ya que se puede en-
326 Ventilación mecánica (Capítulo 20)
PRONÓSTICO
TRATAMIENTO
resulta ser exitosa. Los puntos de esta estrategia intentan responder las preguntas
que con frecuencia surgen a pie de cama, mientras se asiste a un paciente con
NAVM.
dar a lo largo del tiempo.44 Esta estrategia consiste en la utilización de una terapia
rotacional de antibióticos, por la cual se restringe el uso de un antibiótico o una
clase de antibiótico específico durante un periodo de tiempo para ser reintrodu-
cido posteriormente; con este procedimiento se pretende reducir la presión selec-
tiva que los antibióticos ejercen sobre la flora microbiana.
El grupo del autor de este capítulo recomienda iniciar la terapia empírica con
un ATB de amplio espectro para pacientes con sospecha de NAVM y luego reali-
zar un reevaluación del plan ATB de acuerdo con los resultados de microbiología,
con énfasis en la necesidad de realizar un desescalamiento del espectro cuando
sea posible, con el fin de minimizar la presión de selección.
La tinción de Gram podría ayudar a la toma de decisiones. Si se informara la
presencia de un microorganismo gramnegativo y el paciente tuviera riesgo de
Pseudomonas aeruginosa se deberá administrar un agente antipseudomónico
330 Ventilación mecánica (Capítulo 20)
CBP
P/T AMK Q
CEF
Figura 20--2. Elección del tratamiento inicial basada en la exposición previa del paciente
a antibióticos. La amikacina (AMK) funciona como antibiótico de combinación en los
casos que lo requieren. CBP: carbapenem; Q: fluoroquinolona; CEF: cefalosporinas de
tercera o cuarta generación; P/T: piperacilina más tazobactam. Modificado de Sandiu-
menge et al.: Treatment of ventilator--associated pneumonia: a patient--based approach
based on the ten rules of “The Tarragona Strategy”. Int Care Med 2003;29:876--883.
Dosis y duración
El estado de respuesta inflamatoria sistémica que desencadena la sepsis, junto
con el aporte elevado de líquidos y el empleo de VM, se asociaron con un incre-
Neumonía asociada a la ventilación mecánica 331
mento en el volumen de distribución, que puede ser superior a 50%. Como resul-
tado de ello, la concentración pico y la vida media del los ATB disminuyen res-
pecto de los valores esperados en pacientes no críticos. La principal causa de
aparición de resistencia de los patógenos y de fracaso de la terapéutica es la utili-
zación de dosis subóptimas de ATB. Estos efectos adversos en los pacientes críti-
cos se pueden minimizar con un incremento de la dosis habitual de fármacos cuya
actividad depende de la concentración alcanzada, como las fluoroquinolonas y
los aminoglucósidos. En cambio, los antibióticos como los betalactámicos y la
vancomicina son dependientes del tiempo, es decir su acción se logra cuando la
concentración sérica se mantiene por encima de la concentración inhibitoria
mínima (CIM) durante 40% del tiempo. Este tipo de medicaciones pueden reque-
rir una infusión continua para mantener concentraciones por encima de la CIM
en los pacientes críticos. Sin embargo, adecuar la dosis no asegura que el fármaco
logre la concentración adecuada en todos los tejidos. La escasa penetración de
los ATB en los tejidos infectados se asocia con el fracaso terapéutico. La evalua-
ción de la penetración de la vancomicina en el pulmón mostró que sus niveles en
el tejido pulmonar fueron inferiores a la CIM para Staphylococcus aureus en las
dosis habituales y que luego de cinco días de tratamiento la concentración de van-
comicina en el líquido epitelial fue < 4 mg/kg en 36% de los pacientes.47 A su vez,
cuando se comparó la vancomicina con cloxacilina o linezolid se evidenció una
mortalidad superior.48
La óptima duración del tratamiento es un tema de amplio debate, con poco ni-
vel de evidencia científica y con recomendaciones que surgen del consenso de
expertos. Una semana es suficiente en el mejor de los casos, aunque se debe ajus-
tar a la evolución clínica, siendo habituales pautas más prolongadas para
MARSA. Los periodos largos seleccionan cepas resistentes, incrementando el
riesgo de efectos adversos.
El empleo del antibiótico se replantea tras 72 h de haber logrado una resolu-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
PREVENCIÓN
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21
Terapia nutricional en el paciente en
asistencia mecánica ventilatoria
Janet Silvia Aguirre Sánchez
INTRODUCCIÓN
Los pacientes en estado crítico requieren un aporte nutricional precoz que atenúe
la respuesta fisiopatológica al mismo, por lo que se prevendría o disminuiría la
progresión de la disfunción orgánica múltiple (DOM) resultante de una respuesta
inflamatoria sistémica exacerbada. Esto se une al ya mermado estado nutricional
en el que ingresan los pacientes a la unidad de cuidados intensivos, lo cual com-
plica el manejo metabólico--nutricional de los mismos.1
El sostén alimentario del estado nutricional es una parte insuperable de la vida,
su duración y su calidad. Para abastecer y mantener el metabolismo, la función
biológica más importante de todas, se requiere el aporte regular y sistemático de
un conjunto de sustancias químicas conocidas con el nombre genérico de nutri-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
337
338 Ventilación mecánica (Capítulo 21)
cionan con mediadores inflamatorios que traen como consecuencia una respuesta
sistémica en dos fases: una primera fase inmediata, que es la fase de choque, y
una segunda fase, que es la fase de reparación. Esta segunda fase está a su vez
compuesta por dos etapas: una de hipermetabolismo orientada a la reparación y
otra etapa de repleción de los elementos del organismo consumidos durante la
primera etapa.
Existe dos factores que influyen en la magnitud del cambio metabólico en las
fases mencionadas: la gravedad de la lesión y el estado nutricional previo.
La terapia nutricional tiene como objetivo principal evitar el desgaste de la
masa proteica que da soporte a las funciones vitales y proveer los requerimientos
energéticos necesarios y demás nutrientes, permitiendo un medio interno en
equilibrio óptimo.1
En las unidades de terapia intensiva la desnutrición es una situación difícil de
salud que repercute desfavorablemente sobre la evolución del paciente, pudiendo
afectar a entre 30 y 50% de los casos. Este problema es de mayor intensidad en
los pacientes que se encuentran en asistencia mecánica ventilatoria (AMV), ya
que existe un estrecho vínculo entre la función respiratoria y el estado nutricional
del paciente en estado crítico.2
La primera descripción de la AMV con presión positiva se atribuye al doctor
Velasio; sin embargo, pasaron 400 años para aplicar este concepto a la asistencia
de los pacientes. En dicha ocasión se presentó en la epidemia de poliomielitis de
1955, cuando la demanda de ventilación asistida creció más que la provisión de
ventiladores con tanque de presión positiva (conocidos como pulmón de acero).
La AMV se utiliza para los pacientes que por múltiples causas dejan de tener au-
tomatismo respiratorio o les es muy difícil respirar por sí solos.
Bistrian3 utilizó técnicas de valoración sencilla para demostrar la epidemia de
malnutrición que afecta a los pacientes hospitalizados. Estas técnicas sirvieron
para alertar a los médicos sobre la posibilidad de complicaciones evitables. Entre
los métodos utilizados para identificar los grados de malnutrición se encuentran
los antropométricos, los bioquímicos y los inmunitarios.
En los pacientes críticos sometidos a AMV la muerte puede sobrevenir por la
concurrencia de desnutrición, sepsis y disfunción orgánica múltiple, las cuales
son eventos asociados con carencias nutrimentales, síntesis inadecuada de proteí-
nas hepáticas y fracaso de los mecanismos de defensa inmunitaria.
Métodos antropométricos
Los métodos antropométricos son de utilidad comprobada para evaluar el estado
de salud y nutrición de un individuo o una población. A partir de las mediciones
Terapia nutricional en el paciente en asistencia mecánica ventilatoria 339
sobre el cuerpo humano se obtienen índices que son válidos para identificar a in-
dividuos y poblaciones en riesgo, e incluso para hacer pronósticos relacionados
con la supervivencia.
Los datos básicos para evaluar el estado nutricional son la edad, el sexo, la
edad gestacional, el peso y la talla.
Estas mensuraciones deben ser tomadas con mayor rigor para obtener un dato
primario de calidad.
Indicadores biomédicos
Indicadores inmunitarios
Los músculos respiratorios, al igual que los cardiacos, nunca cesan de trabajar,
de ahí su importancia. El músculo esquelético tiene dos tipos de fibra: tipo I (de
contracción lenta), que emplea como fuerza energética el glucógeno asociado a
las grasas como fuente alternativa, y tipo II (de contracción rápida), que emplea
de manera exclusiva el glucógeno. El diafragma es el músculo principal de la res-
piración: 25% de su masa muscular está formada por fibras tipo II, por lo que su
metabolismo es glucolítico.
La pérdida de la masa muscular respiratoria es proporcional a la pérdida de
peso corporal. El deterioro de la musculatura respiratoria conduce a fatiga mus-
cular, lo que conduce a disnea, disminución de la ventilación efectiva, presencia
de atelectasias, retención de secreciones e insuficiente perfusión tisular, todo lo
cual puede comprometer la vida del paciente, por lo que es necesario darle apoyo
bajo asistencia mecánica ventilatoria.
El parénquima pulmonar puede estar afectado por la desnutrición. El ayuno
provoca pérdida de la masa seca pulmonar con disminución de la síntesis de sur-
factante, proteínas y colágena, e incremento de la proteólisis; al aumentar la ten-
sión superficial y reducirse la elasticidad pulmonar se facilita el colapso pulmo-
nar, como su insuflación. Su manifestación clínica es la aparición de enfisema.
El metabolismo de los neumocitos tipo II se ve comprometido por el ayuno, lo
que da origen a una menor síntesis de surfactante y a una mayor sensibilidad a
la toxicidad por oxígeno. En el síndrome de insuficiencia respiratoria aguda
(SIRPA) el daño alveolar a partir de una inflamación reduce la capacidad del or-
ganismo de oxigenación y de eliminación de bióxido de carbono.
Las enfermedades consuntivas crónicas, el hipercatabolismo, la inanición y
las infecciones graves, entre otras causas, provocan insuficiencia nutricional, lo
cual puede afectar al paciente en estado grave que se presenta con ingresos ali-
menticios insuficientes y depleción magra significativa. En el paciente grave con
AMV la muerte puede sobrevenir por la concurrencia de desnutrición, sepsis y
falla orgánica múltiple, todos eventos asociados con carencias nutrimentales,
síntesis inadecuada de proteínas hepáticas y fracaso de los mecanismos de defen-
sa inmunitaria.
La desnutrición repercute desfavorablemente sobre la morbilidad y la mortali-
dad del paciente crítico en AMV, retrasa el retiro de la AMV y prolonga la estan-
cia hospitalaria.
La relación entre la desnutrición energético--nutrimental (DEN) y la aparición
de insuficiencia respiratoria fue corroborada durante la Segunda Guerra Mun-
Terapia nutricional en el paciente en asistencia mecánica ventilatoria 341
paciente.
Los antioxidantes endógenos durantes los procesos inflamatorios son insufi-
cientes, a la vez que hay un incremento de los radicales libres, los cuales son mo-
léculas inestables porque tienen un electrón extraviado y el robo de electrones
para estabilizar la molécula propaga más radicales libres. La ayuda de los antioxi-
dantes consiste en frenar el robo de electrones, para evitar la reacción en cadena.
La alteración del sistema antioxidante del pulmón, al que contribuye la depleción
de cobre, hierro, selenio, ceruloplasmina y vitaminas C y E, facilita la agresión
de diversas proteasas endógenas, fundamentalmente la elastasa liberada por los
neutrófilos, los mastocitos y los macrófagos alveolares, lo que acelera la apari-
ción de infección.
El objetivo del apoyo nutricional está orientado a la satisfacción de los requeri-
mientos nutrimentales estimados y, al mismo tiempo, a la modulación de la res-
342 Ventilación mecánica (Capítulo 21)
Los mediadores nutricionales que se analizan aquí son la albúmina sérica, el co-
lesterol sérico y el recuento total de linfocitos (CTL).
Las causas del deterioro de los mediadores bioquímicos de interés nutricional
en el paciente en AMV pueden ser varias. En los pacientes críticamente enfermos
la síntesis hepática de albúmina disminuye, como consecuencia de la reprioriza-
ción de la actividad hepática hacia la síntesis de reactantes de fase aguda. Tanto
el factor de necrosis tumoral como la interleucina 6, importantes mediadores in-
flamatorios, son capaces de deprimir la transcripción del gen de la albúmina y la
tasa de producción de esta proteína. Sin embargo, in vivo se puede observar una
gran variabilidad de la tasa hepática de síntesis de albúmina. Por otro lado, duran-
te la respuesta al estrés existe un aumento de la concentración de corticosteroides,
lo cual provoca una elevación del catabolismo de la albúmina. Pese a todo esto,
la tasa neta de degradación de la albúmina disminuiría en la medida en que lo hace
la concentración plasmática de la misma. Por lo tanto, la degradación absoluta
de albúmina disminuye, aun cuando la tasa de degradación fraccional sea normal
o incluso elevada.
La vida media de la albúmina es de aproximadamente 16 h. Esta proteína cir-
cula entre los espacios vascular e intersticial a través del sistema linfático; en con-
diciones normales la concentración de albúmina en el espacio intersticial es la mi-
tad de la existente en el intravascular: 14 g/L--1 vs. 40 g/L--1, respectivamente.
En el paciente en estado crítico la presencia de hipoalbuminemia se puede ex-
plicar en relación con la enfermedad de base, el estado de deshidratación y la des-
Terapia nutricional en el paciente en asistencia mecánica ventilatoria 343
TIPOS DE DIETAS
Los pacientes que se encuentran en AMV pueden presentar una patología prima-
ria o secundaria pulmonar o supresión del eje central respiratorio, debido a la ac-
ción de fármacos utilizados en diferentes intervenciones médicas o quirúrgicas;
por lo tanto, el tiempo de permanencia en AMV será diferente de acuerdo con la
patología existente. Indistintamente de la causa que originó la asistencia mecáni-
ca ventilatoria, el soporte nutricional temprano es una estrategia terapéutica in-
dispensable para la obtención de resultados exitosos.
Desde el decenio de 1970 se reconoció la importancia de proporcionar un so-
porte nutricional adecuado a los pacientes, por lo que en la década de 1980 co-
Terapia nutricional en el paciente en asistencia mecánica ventilatoria 345
CONCLUSIÓN
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22
Preparación y manejo de una
emergencia ventilatoria masiva
Enrique M. Ramírez Gutiérrez
INTRODUCCIÓN
Los desastres pueden ser naturales (enfermedad), causados por imprudencia hu-
mana (fugas de químicos, incendios, explosiones, biológicos) o ser intenciona-
les, como el uso de armas de destrucción masiva. El vertiginoso desarrollo cientí-
fico y técnico experimentado por el mundo, en particular de la industria química,
ha provocado que la humanidad se vea expuesta diariamente a más de siete millo-
nes de sustancias químicas en formas diversas. Tan sólo en países del tercer mun-
do se estima una mortalidad anual de 100 000 casos por plaguicidas.1 Muchos de
ellos son tóxicos para el ser humano, los animales y las plantas. Algunos poseen
una toxicidad considerablemente elevada, aun en concentraciones muy bajas.
Asimismo, en los dos últimos siglos la humanidad se ha enfrentado a enferme-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
dades que han causado un desastre por su magnitud y la mortalidad que generan.
Es por eso que los profesionales de la salud son parte de un sistema de respues-
ta más amplio. La educación y la capacitación son la mejor defensa contra las
amenazas de desastres naturales y terroristas reales o percibidas. La idea de que
uno “nunca tendrá pacientes así” en la cambiante sociedad de hoy quedó invalida-
da por algunos acontecimientos recientes.
Es necesario reconocer y conocer los problemas extraños cuando se presentan
los pacientes al área de urgencias, además de poder contar con respuesta a las ca-
tástrofes y el tratamiento de víctimas múltiples. Los profesionales de la salud de-
ben dirigir la formulación de acciones de respuesta médica local y regional ade-
cuadas, y hacerlo de manera adecuada, precisa y rápida.
349
350 Ventilación mecánica (Capítulo 22)
ANTECEDENTES
Desastres químicos
Las causas de estos desastres pueden incluir el empleo de armas de destrucción
masiva en forma intencional en alimentos, fuentes de agua, accidentes de vehícu-
los que transportan productos químicos industriales, escape de gas o derrame de
sustancias, sabotaje, imprudencia y error humano.2
Las fuentes de liberación se pueden originar por actividad humana o bien tener
un origen natural. Entre las causas antropogénicas se incluyen la manufactura,
el almacenamiento, la manipulación, el transporte (ferrocarril, carreteras y tube-
rías), el uso de arma no convencional y el terrorismo. Por ejemplo, en Bhopal,
India, el 3 de diciembre de 1983 ocurrió la fuga de una nube de gas que contenía
diferentes sustancias químicas, como fosfogeno, bióxido de carbono, ácido cian-
hídrico y monometilamina, generando entre 6 000 y 8 000 defunciones la prime-
ra semana, 12 000 muertes como consecuencia directa y la afectación de 600 000
personas, de las cuales 150 000 sufrieron graves secuelas (figura 22--1).3
La planeación de emergencia debe tomar en cuenta el potencial de factores que
pueden estar asociados con el accidente en la instalación de químicos peligrosos,
así como los factores que harán la respuesta más difícil. Esto incluye condiciones
extremas de clima, desastres naturales, pérdida de energía eléctrica o depósitos
de agua, problemas con sistemas de comunicación y transporte, efectos sinérgi-
cos de accidentes con múltiples sustancias, “efecto dominó” y sabotaje.
Sin embargo, existe otro tipo de desastres, como los incendios de inmuebles,
como el que sucedió en la Guardería ABC en Hermosillo, Sonora, el 5 de junio
y una radiación térmica tal que sólo 2% de los cadáveres encontrados pudieron
ser reconocidos (figura 22--2).
Unas 20 hectáreas de superficie resultaron afectadas por la explosión y la ra-
diación, pereciendo en la catástrofe unas 600 personas, según fuentes oficiales,
y resultando heridas otras 2 500. No obstante, hay quienes piensan que la cifra
real de muertos nunca llegará a saberse, teniendo en cuenta que muchos cuerpos
quedaron reducidos a cenizas y que muchos de ellos no serían reclamados.4
Figura 22--3. Tiendas de campaña para atención de los pacientes con influenza.
virus H2N2, que afectó a 153 países con 177 457 casos, de los cuales 1 462 falle-
cieron.13 Pocas veces en la historia de la humanidad se ha generado tanta expecta-
tiva ante una posible epidemia de influenza.
Cuando se habla de prepararse surge la sensación inevitable de que se cuenta
con el tiempo suficiente para hacerlo; sin embargo, es el mismo tiempo nuestro
peor enemigo y el que puede jugar en contra nuestra y sorprendernos de una ma-
nera adversa.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 22--5. Hospital del Niño Jesús en Madrid, España. Pacientes con polio.
354 Ventilación mecánica (Capítulo 22)
Comando
Triage
Los establecimientos de salud serán puntos de aumento ante la presencia de pa-
cientes en una situación de emergencia, como puede ser una pandemia respirato-
ria. Los hospitales se verán saturados con pacientes afectados por la infección
epidémica, pero también con pacientes con otro tipo de patologías, con cuadros
clínicos leves que en otras ocasiones no habrían acudido a consulta, por lo que
los servicios de emergencia serán especialmente solicitados; es aquí en donde se
deben efectuar y ejercer mecanismos de clasificación y priorización de casos para
su manejo hospitalario.15,16
Se espera que en una pandemia de influenza entre 15 y 35% de la población
presente enfermedad sintomática; de ellos 15% ameritarán el ingreso a una uni-
dad hospitalaria en cuidados intensivos, y de este porcentaje 7.5% ameritarán
ventilación mecánica.17
El triage es una medida útil en los periodos interpandémicos, de alerta pandé-
mica y pandémicos. En todos los casos es especialmente útil para efecto del con-
trol de infecciones y seguimiento epidemiológico, pero particularmente en el pe-
riodo pandémico para la racionalización, organización y oferta de los servicios
médicos ante la gran demanda de los mismos (cuadro 22--1).18
Aunque este protocolo de triage es el que se emplea en México,19 no se cuenta
con criterios para el ingreso de los pacientes a la unidad de medicina crítica para
apoyo ventilatorio. En el cuadro 22--2 se muestran los criterios para priorizar el
triage.
En los cuadros 22--3 y 22--4 se incluyen los criterios para la nueva evaluación
de los pacientes a las 48 y las 120 h.
Si el paciente cumple con un criterio de exclusión o la escala SOFA es > 11
desde la evaluación inicial hasta 48 h hay que cambiar el código a categoría azul
y proceder según se indica.
Preparación y manejo de una emergencia ventilatoria masiva 357
Sobre los criterios de inclusión se realiza el triage para seleccionar a los pacientes
que requieren atención en cuidados intensivos. Esto es importante, ya que se
carece de la cantidad de camas necesarias en caso de pandemia para la atención
de estos pacientes, así como de ventiladores.
Entre 10 y 40% podrían requerir atención en terapia intensiva, de los cuales
30% podrían requerir ventilación mecánica.20 Es por eso que un adecuado y rigu-
roso triage es la primera línea de contención ante un arribo masivo de pacientes.
Sin embargo, es necesario transformar otras áreas en sitios para cuidado crítico
de estos pacientes, expandiendo de esta forma la capacidad interna.21,22 Es por
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
ello que se debe estudiar el sistema de ventilación de esas nuevas áreas para evitar
la contaminación de otros pacientes que no padecen problemas respiratorios.
Es importante mencionar el equipo de protección personal, que consiste en
bata impermeable, gorro, mascarilla N95, guantes desechables y lentes de protec-
ción ocular, lo cual constituye el mínimo necesario para la atención, ya que en
las áreas críticas se debe utilizar también respirador purificador de aire, o PAPR
(figura 22--9).23
En los hospitales en los cuales se formaron áreas de terapia intensiva por la
necesidad de camas se debe pensar en la manera de no contaminar otras áreas a tra-
vés del sistema de ventilación, el cual debe ser cambiado a presión positiva, es de-
cir, que el sentido del aire sólo debe ser hacia afuera.24 Sin embargo, aún se tiene
el problema de cómo aislar estas áreas, lo cual se podría hacer mediante el cierre
de pasillos con material plástico transparente, como se muestra en la figura 22--10.
Preparación
Las claves para reducir el impacto de un desastre consisten en la prevención, la
mitigación y la preparación. La preparación para la respuesta médica a un desas-
tre implica:
S Personal:
S Identificación.
S Diagnóstico.
S Fisiopatología.
S Tratamiento del curso esperado de la enfermedad.
S Reducción del sufrimiento.
S Papel y función durante la respuesta.
S Seguridad personal.
S Sistemas:
S Integración y coordinación de las funciones.
S Comunicaciones.
S Prevención.
S Mitigación.
S Preparación.
S Planes operativos (respuesta).
S Planes de recuperación.
El factor determinante del resultado es el riesgo por vulnerabilidad (figura
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
22--11).
Figura 22--9. Personal con equipo respirador purificador de aire intubando a un paciente.
En el área de recepción del hospital (emergencias) sólo debe haber una puerta
de entrada de descontaminación y triage. Debe haber áreas designadas para las
víctimas y plan de admisión para registrar a las víctimas. Los profesionales de
cuidados críticos deben ser participantes activos en el proceso de preparación
para emergencias. Deben estar familiarizados con el hospital, el plan de prepara-
ción de emergencia y, más importante, con los actores involucrados en la prepara-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Figura 22--10. Área del hospital sellada que se destina a la atención de pacientes con
problemas respiratorios agudos por pandemia.
362 Ventilación mecánica (Capítulo 22)
S Entrenamiento al personal.
S Tecnología de detección.
S Equipos de protección personal.
S Suministros médicos.
S Protocolos de control.
Trat
Reto
Prot S Contención
Det S Detección
S Protección
Cont S Tratamiento
Figura 22--12. Esta gráfica explica el reto que consiste en el grado de dificultad para el
control de una epidemia.
1. Ventilación mecánica.
2. Reanimación con líquidos por vía intravenosa.
3. Administración de vasopresor.
4. Administración de medicamentos para los estados específicos de la enfer-
medad (como antibióticos y antídotos).
5. Sedación y analgesia.
6. Selección de prácticas para reducir las consecuencias adversas de la enfer-
medad crítica y la prestación de cuidados críticos.
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Además, todos los hospitales con UCI deben estar preparados para entregar un
PEMCC y un censo de todos los días de cuidados críticos con tres veces su capaci-
dad habitual de la UCI durante un máximo de 10 días, en casos de desastres, y
48 h para un ataque bioterrorista, que sería la meta a seguir.30,31
1. Cada hospital con una UCI debe planear para proveer el PEMCC cada día
de la respuesta al desastre por el total de camas, al menos al triple de lo
usual.
2. El hospital debe estar preparado para entregar el PEMCC por lo menos 10
días, sin necesidad de recibir asistencia externa (recursos).
3. El PEMCC debe incluir ventilación mecánica, líquidos intravenosos para
reanimación, vasopresores, antimicrobianos específicos y óptimas inter-
venciones terapéuticas, como terapia renal de reemplazo y alimentación
enteral o parenteral.
366 Ventilación mecánica (Capítulo 22)
4. Los ventiladores deben proveer ventilación a los adultos y a los niños; asi-
mismo, se debe contar con compresor de aire.
5. Optimizar los medicamentos y su administración segura: reglas para me-
dicamentos substitutos, reglas para dosis o reducción, reglas para conver-
sión de administración intravenosa a oral y reglas para restricción de medi-
camentos.
6. El reglamento para el equipo de trabajo debe incluir lo siguiente:
S La asignación de pacientes debe de ser manejada por el clínico más ex-
perto.
S Las asignaciones deben ser basadas en experiencia y habilidad.
S Delegación de funciones.
S Esfuerzos sistemáticos para reducir la variabilidad en el cuidado, las
complicaciones de los procedimientos y de los errores de omisión.
7. Todos los hospitales deben operar de manera uniforme y cooperar, con el
fin de implementar exitosamente un triage en el proceso de recursos, cuan-
do éstos son escasos o no se dispone de ellos.
8. Los cuidados críticos se deben racionar sólo cuando un aumento exceda
la capacidad instalada.
9. El racionamiento del cuidado crítico debe ser uniforme, transparente y ob-
jetivo en cuanto a los criterios médicos.
10. Los pacientes no elegibles para cuidados críticos continuarán recibiendo
soporte médico o cuidados paliativos.
11. El PMCC sugiere que un oficial de triage y un equipo de soporte imple-
menten y coordinen los escasos recursos.
12. El PMCC debe crear un fuerte compromiso con las consideraciones éticas
descritas, que son necesarias en la aplicación del proceso de selección
(triage) y la asignación de los escasos recursos.
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Preparación y manejo de una emergencia ventilatoria masiva 369
INTRODUCCIÓN
ANTECEDENTES
Una de las mejores descripciones para hablar del edema pulmonar fue la realizada
por Laennec6 en 1834, quien indicó que “el edema de pulmón es la infiltración
del suero en la sustancia de este órgano, en grado tal que disminuye la permeabili-
dad al aire en la respiración”. Al hacer una revisión en cuanto a la información
sobre el uso de la terapia ventilatoria en esta entidad, en 1936 Poulton7 hizo refe-
371
372 Ventilación mecánica (Capítulo 23)
rencia al uso de la presión positiva continua de la vía aérea y estableció una adver-
tencia durante su aplicación: “when the household vacuum cleaner is employed
the machine should be run for some minutes first to get rid of dust”. Realmente
no hay muchos antecedentes; las revisiones en los decenios de 1930 al de 1950
sólo mencionan como apoyo terapéutico la administración de oxígeno a 100%
con humidificador para proteger la mucosa en forma intermitente, ya que las altas
concentraciones se consideraban irritantes y ocasionaban mayor riesgo que bene-
ficio, además de que esta terapia sólo se indicaba en pacientes con cianosis.6,8 Fue
a partir de la presentación del trabajo de Rasanen, en 1985, cuando se iniciaron
las investigaciones sobre la aplicación de la terapia no invasiva en el paciente con
falla respiratoria y posteriormente se comenzaron estudios sobre sus indicacio-
nes en diferentes contextos, entre ellos el edema pulmonar cardiogénico agudo
(EPCA), que a la fecha ha llevado a la realización de múltiples estudios y varios
metaanálisis que se han dado a la tarea de evaluar los beneficios y riesgos de este
tipo de terapia ventilatoria, además de su inclusión en las diferentes guías de tra-
tamiento.9--11
Figura 23--1. Radiografía que muestra datos de edema pulmonar agudo en un paciente
con insuficiencia renal crónica.
Las respuestas que se den a ambas cuestiones llevarán a elegir el mejor método
ventilatorio para el paciente; sin embargo, no cabe duda de que en ocasiones esta
decisión tomada en un servicio de urgencias puede llevar a elegir la carga de tra-
bajo del servicio —por el hecho de ingresar en forma pronta al paciente a la uni-
dad de terapia intensiva—, a intubar al paciente y a iniciar la ventilación mecá-
nica asistida, la cual, si no está claramente justificada, puede conducir a un mayor
daño que a beneficio.4 Hay que aclarar que habrá situaciones en las cuales no se
pueda evitar este tipo de procedimiento, dadas las condiciones clínicas y bioquí-
micas con las que se presente el paciente.
El uso de presión positiva continua de la vía aérea (CPAP, por sus siglas en in-
glés) ha demostrado que mejora tanto la función ventilatoria como la hemodiná-
mica del paciente, aunado a la terapia farmacológica.10,11 La asistencia ventilato-
ria durante la inspiración, combinada con la presión positiva al final de la
espiración (PEEP, por sus siglas en inglés), reduce el trabajo de la respiración en
forma más efectiva que la sola utilización de CPAP.12,13,19,20
Los efectos a nivel cardiaco de la presión positiva intratorácica son variables
que dependen de las presiones de llenado ventricular. El gasto cardiaco del cora-
zón con falla está sujeto sobre todo a la poscarga; en cambio, durante el uso de
presión positiva el incremento de la presión intratorácica en la sístole disminuye
la precarga de ambos ventrículos al reducir el retorno venoso, en la diástole incre-
menta la presión pericárdica, reduce la presión transmural y disminuye la pos-
carga, incrementando así el índice cardiaco.13 Varios estudios han demostrado
que el mantenimiento de la presión positiva continua de aire de 12.5 cmH2O se
asoció con disminución de la frecuencia cardiaca, reducción de la presión sistó-
lica e incremento del volumen latido del ventrículo izquierdo.21--23
ción del paciente combinando la presión inspiratoria con la PEEP, mientras que
la CPAP mantiene una presión positiva durante todo el ciclo ventilatorio. Teóri-
camente la VNIPP ofrece mayores ventajas en el tratamiento del paciente con
EPCA, ya que permite la reducción del trabajo de la respiración.12,13
Los resultados de varios metaanálisis sugieren que la VNIPP es similar al uso
de CPAP y no ofrece ventaja alguna en términos de necesidad de intubación y
mortalidad hospitalaria. Teóricamente la VNIPP es superior a la CPAP debido a
que provee asistencia inspiratoria por arriba de la PEEP y reduce la carga de los
músculos respiratorios. En periodos cortos de tiempo durante los cuales se utili-
zan ambos modos ventilatorios se ha observado que la VNIPP también disminu-
ye el estrés cardiaco, reduce el esfuerzo ventilatorio e incrementa el volumen co-
rriente sin alterar demasiado la mecánica ventilatoria, en comparación con la
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
CPAP.19,24,25
Sin embargo, pese a estos beneficios, mucho ha quedado en duda después de
que dos estudios mostraron que el uso de VNIPP se relaciona con un incremento
del riesgo de infarto agudo del miocardio en el paciente con EPCA.26,27 Aún se
discute sobre estos resultados. Los estudios posteriores que los han replicado ob-
servaron que esta complicación de infarto agudo del miocardio se puede presen-
tar en los pacientes en quienes cuando se inicia la VNI el valor de la presión posi-
tiva se mantiene fijo, no así en los pacientes en los que este valor de presión se
mantiene en forma dinámica; además, esta complicación tuvo una tendencia a
ocurrir cuando se utilizaron presiones elevadas, lo cual hace suponer que la pre-
sencia de infarto agudo del miocardio asociado a VNI podría estar más relacio-
nado con los niveles de presión utilizados que con el tipo de ventilación propor-
cionada.
376 Ventilación mecánica (Capítulo 23)
Está bien demostrado que el uso de presiones elevadas tanto con CPAP como
con VNIPP puede disminuir el índice cardiaco y esto a su vez empeorar la isque-
mia miocárdica. Más aún, queda como recomendación que cuando se utilice la
ventilación invasiva se deben emplear protocolos para la aplicación de los grados
de presión a utilizar y titularlos de acuerdo con las condiciones del paciente, es
decir, a sus niveles de gases en sangre, así como las mediciones de los volúmenes
y capacidades pulmonares.28--30
Estudio 3CPO
estándar. El efecto benéfico fue mayor en los pacientes con isquemia miocárdica
o infarto como detonantes del EPCA. La VNIPP tuvo significancia estadística en
cuanto a la reducción de la necesidad de intubación, no así en la mortalidad o inci-
dencia de nuevo infarto del miocardio, en comparación con la terapia estándar.
Al comparar los resultados de la VNIPP con la CPAP no se observaron diferen-
cias con significancia estadística.
CONCLUSIONES
En los pacientes con EPCA están ampliamente demostrados los beneficios del
uso de la ventilación no invasiva sobre la invasiva; sin embargo, la decisión acer-
ca de cuál de estos dos métodos se debe aplicar a cada paciente dependerá de las
condiciones con las cuales esté cursando. La mayoría de las guías a nivel interna-
cional señalan el uso de la ventilación no invasiva como la mejor opción terapéu-
tica cuando el paciente requiere apoyo ventilatorio, siempre teniendo en cuenta
claramente las indicaciones, las contraindicaciones y los efectos esperados al ini-
ciar esta terapéutica. Determinar si se usará VNIPP o CPAP es un tema que de-
penderá de la pericia del médico y de su conocimiento en la materia; con ambos
métodos se observa similitud en cuanto a mejoría de los signos vitales de los pa-
cientes, intercambio gaseoso y disminución en la necesidad de intubación, pero
hasta el momento ningún estudio ha demostrado en forma contundente efectos
benéficos ante la mortalidad, por lo que aún no se le puede dar mayor peso a un
método que a otro. Aún quedan muchas dudas ante el uso de la VNI, pero hasta
el momento son muchos también los beneficios que ha mostrado al ser aplicada
en el paciente con insuficiencia respiratoria aguda secundaria a edema pulmonar
cardiogénico agudo.
Estrategia ventilatoria en edema pulmonar cardiogénico agudo 379
REFERENCIAS
INTRODUCCIÓN
381
382 Ventilación mecánica (Capítulo 24)
ESTRATIFICACIÓN DE RIESGO
FISIOPATOLOGÍA APLICADA
A LA VENTILACIÓN MECÁNICA
VENTILACIÓN MECÁNICA
Constituye uno de los momentos más críticos de estos pacientes. Las dos compli-
caciones más temidas del paciente con neumopatía crónica agudizada que requie-
ra ventilación mecánica son el neumotórax y el colapso hemodinámico por atra-
pamiento de aire. Hasta 75% de los neumotórax en pacientes asmáticos han
ocurrido en el momento de la intubación debido al exceso de volumen adminis-
trado con la bolsa mascarilla--reservorio. Con la intención de mantener una ade-
cuada oxigenación, y encontrando resistencia por la obstrucción de la vía aérea
propia de la enfermedad, el reanimador trata de empujar más aire a los pulmones
384 Ventilación mecánica (Capítulo 24)
del paciente va a estar dada por obstrucción aérea rígida por edema bronquial y
broncoconstricción. La adición de PEEP externa elevará la presión total de la vía
aérea, aumentando el riesgo de colapso hemodinámico y barotrauma. En el pa-
ciente no paralizado o con respiraciones espontáneas la adición de PEEP extrín-
seca ayuda a reducir el trabajo respiratorio (WOB) sobreimpuesto por la auto--
PEEP, manteniendo la vía aérea abierta en contra del colapso dinámico causado
por esfuerzos espiratorios forzados. En el paciente con EPOC avanzada, fumador
crónico y asmático viejo el uso de PEEP externo contribuye a compensar la pér-
dida de las propiedades elásticas del pulmón, manteniendo la pequeña vía aérea
abierta adyacente a las áreas hiperinsufladas. Si al adicionar PEEP no incrementa
significativamente la presión de la vía aérea y el flujo espiratorio mejora se debe
mantener la PEEP extrínseca siempre y cuando no exceda el valor de la auto--
PEEP; algunos proponen como regla general un valor arbitrario de 80% del valor
de la auto--PEEP como valor de referencia para titular la PEEP extrínseca.
La acidosis respiratoria puede ser parcialmente amortiguada con NaHCO3; sin
embargo, no está recomendada esta terapia a menos que el pH esté por debajo de
7.15 a 7.10. La efectividad de este tratamiento es incierta y corre el riesgo de cau-
sar alcalosis metabólica una vez que se corrige la obstrucción del flujo de aire en
la vía aérea y se resuelve la hipercapnia, que usualmente toma 24 h en el paciente
con asma aguda severa y más tiempo en la EPOC exacerbada.
El uso de un relajante neuromuscular puede ayudar a sobreponer el exceso de
componente dinámico y de hiperinflación en un paciente con incremento del es-
fuerzo respiratorio, además de ser un auxiliar una vez que esté bien sedado el pa-
ciente.3
presión adicional para el paciente. Los pacientes ventilados debido a una reagudi-
zación de la EPOC experimentan colapso dinámico de la vía aérea y limitación
del flujo.6 Para superar esta resistencia se debe administrar PEEP extrínseca
(80% de la auto--PEEP) con el fin de mejorar la eficacia de la musculatura inspira-
toria sin consecuencias hemodinámicas negativas tan drásticas.7 Otras medidas
encaminadas a aumentar el tiempo espiratorio incluyen el empleo de bajos volú-
menes corrientes (5 a 8 mL/kg), altos flujos inspiratorios (70 a 100 L/min), baja
frecuencia respiratoria y sedación como sea necesario. El ajuste de la sensibilidad
es esencial, conformándose habitualmente en --1 o --2 cmH2O cuando es de pre-
sión y en 2 L/min cuando es de flujo. Hay que recordar que la sensibilidad es un
parámetro ventilatorio que cuando se programa es muy sensible (valor numérico
más pequeño) y activará más fácilmente el ventilador ante un esfuerzo del pa-
ciente; al programar una sensibilidad menor (valor numérico más alto) se puede
incrementar el trabajo respiratorio del paciente, ya que el ventilador se disparará
cuando el paciente haga un esfuerzo más intenso.8
Se administrará la suficiente ventilación como para mantener un pH superior
a 7.15, empleándose bicarbonato ante cifras inferiores, inestabilidad hemodiná-
mica o hipertensión endocraneal. El parámetro guía será el pH y no la pCO2, evi-
tando la alcalemia, especialmente en retenedores crónicos.9
La elección del modo ventilatorio posee menor relevancia que los principios
básicos de la ventilación mecánica en el paciente neumópata crónico, pero con-
viene destacar los siguientes puntos:
S En modos asistidos se recomienda utilizar altos flujos inspiratorios y mini-
mizar el esfuerzo del paciente.
S En la ventilación mandatoria intermitente sincronizada se deben utilizar al-
tos flujos inspiratorios, procurando no sobrepasar una frecuencia respirato-
ria total de 30/min.
S El modo presión de soporte suele ser más confortable para la mayoría de los
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
El destete es uno de los retos más difíciles del intensivista. Es aconsejable iniciar
el destete lo más precozmente posible (en general tras uno o dos días), mantenien-
do una PaO2 de 55 a 65 mmHg (Sat O2 de 85 a 90%), utilizando la presión de so-
porte10 y las pruebas en “T” intermitentes,11 y evitando la fatiga respiratoria que
conlleva, por el aumento del espacio muerto en un paciente con neumopatía pre-
via. Se prefiere el uso de presión de soporte mínima (p. ej., 8 mmHg) diaria para
evitar la resistencia del tubo, si bien esta técnica no se ha evaluado en ningún en-
sayo clínico hasta la fecha.12 Se debe prevenir el agotamiento y considerar el apo-
yo de la ventilación mecánica no invasiva como transición en los casos difíciles.13
Hay que considerar la ventilación mecánica no invasiva como opción en todo
paciente con EPOC recién extubado por fracaso respiratorio, como una alterna-
tiva que ayude a evitar una reintubación.
Hay que optimizar al máximo otras variables, como el tratamiento farmacoló-
gico respiratorio y no respiratorio (nutrición, manejo de la cardiopatía isquémica
y la insuficiencia cardiaca, etc.), y el psicológico (ritmo sueño--vigilia, ansiedad,
ampliación del horario de visitas, etc.). Asimismo, se debe evitar la excesiva se-
dación, intentando utilizar sedantes de vida media corta en la mayor medida posi-
ble.
zar posteriormente, si bien se aconseja el uso del volumen control frente a la pre-
sión control por la constante fluctuación que la vía aérea de estos pacientes puede
presentar, con el consiguiente riesgo de hiperventilación en caso de rápida resolu-
ción del cuadro.
La programación del ventilador debe tomar en cuenta la titulación de la FiO2
para alcanzar una SatO2 de al menos 88%. La frecuencia respiratoria no deberá
sobrepasar las 16/min, con un volumen tidal sobre el peso ideal de 6 a 8 mL/kg,
evitándose las presiones plateau superiores a 35 cmH2O. El uso de altos flujos
inspiratorios (y corto tiempo inspiratorio) permitirá maximizar el tiempo espira-
torio, no demostrándose beneficio en el empleo de un tiempo espiratorio superior
a cuatro segundos.22 En cuanto al empleo de PEEP extrínseca, se aconseja la rea-
lización de una prueba empírica inicial para investigar sus efectos sobre la pre-
sión plateau. No obstante, y pese a existir notable controversia al respecto, en los
pacientes sedados y relajados no se recomienda el empleo de PEEP (zero--
PEEP), con el fin de maximizar la exhalación y evitar la sobredistensión regio-
nal. Posteriormente, y con el paciente en respiración espontánea, se debe emplear
PEEP extrínseca para compensar hasta 80% de la auto--PEEP, reduciendo el es-
fuerzo de triggering (desencadenante) del paciente.23
El inicio del destete en el asma es fundamentalmente una cuestión de criterio
clínico, comenzándose una vez que la hiperinflación dinámica empiece a resol-
verse (mejoría auscultatoria y auto--PEEP < 5 cmH2O). Si bien la evolución suele
ser más rápida y favorable que en la EPOC, se debe sospechar la aparición de
miopatía ante procesos de destete difíciles, lo cual no es de extrañar en pacientes
en quienes la asociación de relajantes musculares y corticoides es frecuente. El
procedimiento a seguir es el estándar, mediante el empleo del modo presión de
soporte y prueba en “T”.
Por último, en seguida se resumen algunas indicaciones para el soporte mecá-
nico ventilatorio invasivo y no invasivo en el paciente con EPOC.24
Indicaciones para la ventilación mecánica no invasiva en pacientes con EPOC
grave estables:
1. Arresto cardiorrespiratorio.
2. Agitación o alteración del estado de conciencia.
3. Neumonía sobreagregada que conlleve a hipoxemia severa (PaO2 < 60
mmHg).
4. Obstrucción de la vía aérea.
5. Abundantes mucosidades en la vía aérea que impidan un adecuado aspira-
do respiratorio.
6. Encefalopatía severa.
7. Hemorragia gastrointestinal severa.
8. Inestabilidad hemodinámica o arritmias.
9. Traumatismo facial.
10. Vómitos.
11. Obstrucción intestinal asociada.
Asimismo, se han publicado dos metaanálisis con la intención de hacer una sínte-
sis de la evidencia existente con el uso de VMNI en la agudización de la EPOC:
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394 Ventilación mecánica (Capítulo 24)
25
Cuidados paliativos en el paciente
que recibe ventilación mecánica
Alfredo Covarrubias Gómez, Jonathan J. Mendoza Reyes,
Ismael García Ramírez, Angélica A. Landín Alaniz
INTRODUCCIÓN
Generalidades
395
396 Ventilación mecánica (Capítulo 25)
interacción entre los equipos EMP y las UCI. Es posible que lo anterior se deba
a que los grupos médicos (y más en los paramédicos) desconocen las intervencio-
nes de los equipos que proporcionan atención en salud de tipo paliativo, poniendo
de manifiesto la necesidad de establecer mecanismos que permitan el intercam-
bio, el apoyo y la organización operacional entre ambos servicios.
Definiciones
Para entender cabalmente la función de los EMP en las UCI es menester puntuali-
zar los conceptos asociados a la atención en salud de tipo paliativo. Estas preci-
siones son necesarias, debido a que las acciones asociadas con la paliación han
sido motivo de confusión entre los grupos médicos. El origen de la confusión está
en los diversos escritos no médicos acerca del tema, los cuales se orientan predo-
minantemente a la acción de aliviar el sufrimiento.
Tomando esto como marco de referencia, las palabras sufrimiento (español)
y suffering (inglés) tienen connotaciones distintas. Por un lado, la palabra sufri-
miento se relaciona con la acción de sentir física o moralmente un daño, un dolor,
una pena, una enfermedad o un castigo. Por el contrario, la palabra suffering (en
inglés) se relaciona únicamente con la experimentación (mental o física) de un
dolor. Dado que el concepto de la atención paliativa nació en países de habla in-
glesa, las publicaciones relacionadas con esta intervención tuvieron que ser tra-
ducidas al español; en ese paso dichas traducciones malinterpretaron el concepto
original.
Por todo lo anterior, es imprescindible que los grupos médicos conozcan el
concepto de atención paliativa (atención médica o medicina paliativa vs. atención
paramédica o cuidados paliativos), el concepto de enfermedad terminal y las di-
ferencias entre el individuo con cuidados paliativos que vivirá más de seis meses
(de soporte) y el que vivirá menos de seis meses (terminal).5 En los párrafos si-
guientes se realizarán dichas precisiones.
vida”.8
De acuerdo con la Ley General de Salud de México, entre las actividades relacio-
nadas con la atención médica se debe considerar a las de tipo paliativo (atención
paliativa) (Artículo 33, fracción IV), definiendo dichas acciones como “aquellas
que incluyen el cuidado integral para preservar la calidad de vida del paciente a
través de la prevención, el tratamiento y el control del dolor, y otros síntomas físi-
cos y emocionales por parte de un equipo profesional multidisciplinario (sic)”
(Artículo 33, fracción IV).6
De igual forma, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la aten-
ción paliativa (palliative care, en inglés) (1989) como “aquel abordaje que mejo-
398 Ventilación mecánica (Capítulo 25)
La Ley General de Salud define los cuidados paliativos como “el cuidado activo
y total de aquellas enfermedades que no responden a tratamiento curativo, el con-
trol del dolor y de otros síntomas, así como la atención de aspectos psicológicos,
sociales y espirituales” (Artículo 166 bis 1, fracción III).6 Esta definición legisla-
tiva engloba las acciones de los grupos médicos y no médicos. Esto se debe a que
en ocasiones existe confusión acerca del campo de acción de la medicina paliati-
va y los cuidados paliativos. En este sentido, la medicina paliativa se relaciona
enteramente con el acto médico y los cuidados paliativos con las acciones realiza-
das por el grupo no médico (enfermeras, cuidadoras, familiares). El motivo de la
confusión se debe a la presencia de diferencias conceptuales que existen entre las
palabras cuidar (en español) y care (en inglés). En español la palabra cuidado se
refiere a “la asistencia, atención, y conservación de la salud”.10 En inglés la pala-
bra care se refiere a “la precaución ante una situación de riesgo o la preocupación
y la ansiedad derivadas de una situación determinada y que requiere de atención
dirigida”.11 Ambos conceptos son diferentes, por lo que las imprecisiones reali-
zadas en la traducción han motivado la presencia de confusiones conceptuales.
S Ser racional.
S Ser interdisciplinaria.
S Enfocarse primordialmente en mejorar las condiciones asociadas a la vida
tanto del paciente como de sus familiares.12
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
S Garantizar las condiciones necesarias para que el deceso ocurra con el me-
nor sufrimiento posible.13
S Considerar el control sintomático.6
Esas acciones aseguran que la atención del paciente terminal sea óptima, promue-
ven el correcto funcionamiento de la relación médico paciente, validan a los fa-
miliares, así como las creencias del paciente, consideran diversos aspectos éticos
relacionados con el acto médico y permiten el acceso de los trabajadores de la
salud a recibir apoyo emocional. Sobre esto último es importante puntualizar que
al médico se le ha educado para salvaguardar a ultranza la vida de sus pacientes;
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
va, avanzada, progresiva, incurable y que cuenta con un pronóstico de vida limi-
tado, mediante la indicación de diversas estrategias terapéuticas enfocadas a sa-
tisfacer dicho objetivo.1
La funcionalidad es uno de los parámetros que conforman las condiciones aso-
ciadas a la vida.
Considerando dicha variable, se puede identificar que los pacientes paliativos
de soporte pueden ser funcionales durante un periodo largo (incluso años) antes
de que ocurra su evento terminal, o bien que en los pacientes paliativos terminales
la funcionalidad disminuye en forma progresiva y de forma irreversible con-
forme avanza la enfermedad. Estas diferencias condicionan que la recuperación
funcional del individuo sea un elemento necesario en la toma de decisiones médi-
cas.1
liativos de soporte) que tienen una insuficiencia respiratoria aguda y severa que
pone en riesgo inminente la vida (criterios de intubación), y que cuentan con ór-
denes de no intubación, el empleo de ventilación no invasiva para el control sinto-
mático asociado al distrés respiratorio puede ser una herramienta útil.21--24
Los objetivos del clínico al proponer esta estrategia deben ser claros y centrar-
se en el abordaje paliativo de soporte en un evento probablemente terminal y el
abordaje paliativo de soporte en un evento posiblemente reversible.23 Aunado a
ello, se debe considerar el beneficio de la intervención sobre el daño que ésta pu-
diera representar.5
En este sentido, la ventilación no invasiva en el paciente paliativo con insufi-
ciencia respiratoria aguda e hipercárbicos mejora significativamente el índice de
disnea de Borg y los valores gasométricos. Más aún, 57% de los casos han podido
ser egresados vivos.24
404 Ventilación mecánica (Capítulo 25)
Los deseos del paciente sobre el retiro de la ventilación mecánica deben ser cono-
cidos por sus familiares. Por otro lado, la decisión de los familiares sobre el retiro
de esta intervención debe ser explicada claramente. Uno de los puntos que se de-
ben explicar bien cuando se retira este tipo de apoyo se relaciona con el retiro del
tubo endotraqueal. Sobre esto se debe informar que cuando se retira el tubo se
pueden escuchar sonidos conocidos como estertores agónicos y que no son causa
de sufrimiento.31
Sedación y analgesia
La mayoría de los pacientes mueren después del retiro del ventilador; sin embar-
go, un porcentaje de los que no fallecen pueden sobrevivir por más tiempo (por
Cuidados paliativos en el paciente que recibe ventilación mecánica 407
horas, días, o semanas). En todos los casos se debe permitir que los familiares y
los seres queridos del paciente permanezcan cerca de él, en su habitación, durante
el mayor tiempo posible.31
En ocasiones los equipos médicos consideran conveniente que se traslade al
paciente a una habitación en la que la familia pueda estar cerca del paciente. Sin
embargo, esta acción puede incrementar la ansiedad de los familiares que sienten
que en la UCI van a recibir mejor atención. Si este es el caso y si la familia acepta
las limitaciones que representa el continuar en ese espacio, el equipo médico pue-
de considerar no trasladar al paciente de habitación.31
CONCLUSIONES
Todo paciente que se encuentra en una UCI debe recibir atención paliativa. Lo
anterior tiene la finalidad de mejorar las condiciones asociadas a la vida durante
su internamiento en dicha área hospitalaria. El manejo paliativo del paciente debe
estar a cargo de un EMP. Como resultado de lo anterior, debe existir un binomio
balanceado y racional entre los equipos de las unidades de cuidados intensivos
y los EMP.5
Los EMP proporcionan atención paliativa (atención médica paliativa y cuida-
dos paliativos) a sujetos que cuentan con una sobrevida menor de seis meses (pa-
cientes terminales) o una sobrevida limitada, pero mayor a seis meses (pacientes
de soporte). El diagnóstico de sobrevida de los pacientes modifica las opciones
terapéuticas ofrecidas por el médico paliativista.5
En las unidades de cuidados intensivos los pacientes paliativos pueden recibir
algún tipo de apoyo ventilatorio, pero también algunos pacientes paliativos fuera
de las unidades de cuidados intensivos se pueden beneficiar con este tipo de apo-
yo (en casos bien seleccionados). Ambas circunstancias requieren las unidades
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
En todos los casos el paciente debe sentirse cómodo, por lo que el distrés que
pudiera condicionar descontrol sintomático debe ser abolido. Por ello es conve-
niente controlar la disnea, el dolor y cualquier otro síntoma que se presente.1 Di-
cho control requerirá el empleo de fármacos tendientes a lograr dichos objetivos.
Algunos de ellos pueden condicionar efectos adversos, como somnolencia; sin
embargo, este evento está permitido mientras se controle el síntoma inicial y no
se agreguen otros eventos adversos.25,26
La decisión de retirar la ventilación invasiva es seria, por lo que debe involu-
crar al paciente (si es posible) y a los familiares. Una vez que se toma dicha deci-
sión se deben llevar a cabo las previsiones necesarias para que el deceso ocurra
en condiciones controladas, en las que el paciente esté cómodo y presente control
sintomático.31 Es necesario que el paciente (si es posible) y sus familiares tengan
acceso a todos los servicios que mejoren su entorno (apoyo psicológico, espiri-
tual, etc.).
Finalmente, en México la medicina paliativa y los cuidados paliativos, aunque
se han practicado desde hace más de 20 años, aún presentan recursos limitados
para la atención de dichos pacientes. La principal problemática radica en la esca-
sez de recursos humanos para la salud y en que la atención paliativa no se encuen-
tra entre los programas curriculares universitarios de las facultades de medicina
del país.
En fechas recientes la legislación mexicana cambió, promoviendo que la aten-
ción paliativa sea un derecho de los ciudadanos mexicanos. En consecuencia, la
nación mexicana debe alentar la formación de recursos para la salud, con la finali-
dad de que los servicios de seguridad social proporcionen este tipo se servicios.
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26
Desconexión de la ventilación mecánica
Fernando Frutos Vivar, Andrés Esteban
411
412 Ventilación mecánica (Capítulo 26)
0.29; intervalo de confianza [IC] 95%: 0.15 a 0.58) aunque sin diferencias signifi-
cativas en la tasa de fracaso de la extubación (razón de momios global de la ATC
frente al resto de modos: 0.78; IC 95%: 0.46 a 1.74).
La duración de la prueba de respiración espontánea se ha establecido de mane-
ra arbitraria en dos horas, pero en varios estudios se ha observado que los pacien-
tes empiezan a mostrar signos de intolerancia mucho antes. Basándose en esas
observaciones el Spanish Lung Failure Collaborative Group ha demostrado que
una prueba de respiración espontánea de 30 min de duración es igual de efectiva
que una de dos horas.22 El porcentaje de pacientes que permanecieron extubados
48 h fue similar en los dos grupos (76% para el grupo de 30 min vs. 73.0% para
el grupo de dos horas, p = 0.45), así como el porcentaje de pacientes que precisa-
ron reintubación en las primeras 48 h tras la extubación (13.5 vs. 13.4%, p = 0.26).
Resultados similares han sido descritos recientemente en un estudio que compara
una prueba de respiración espontánea de 30 min frente a 120 min con presión de
soporte de 7 cmH2O.23
La evaluación del paciente durante la prueba de respiración espontánea tiene
dos objetivos: evitar la fatiga de los músculos respiratorios y después estimar la
probabilidad de ser extubado con éxito. Los criterios que se utilizan para conside-
rar que el paciente está tolerando la prueba de respiración espontánea son los mis-
mos que se utilizan para iniciar la prueba (cuadro 26--3), aunque hasta el momen-
to no hay ensayos clínicos aleatorizados para evaluar la utilidad y la precisión de
estos criterios.
El factor fisiopatológico que determina la capacidad de un paciente para tole-
rar la desconexión de la ventilación mecánica es el mantenimiento de un adecua-
do intercambio gaseoso y de un adecuado funcionamiento de los músculos respi-
ratorios. Además, otros factores —cardiovasculares y no cardiopulmonares—
pueden desempeñar un importante papel en la tolerancia a la respiración espontá-
nea (cuadro 26--4).
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Métodos de desconexión
Tubo en “T”
Hasta principio del decenio de 1970 era el único método con que se contaba para
la desconexión de la ventilación mecánica, siendo todavía el método más utiliza-
do. Su ventaja esencial es que permite que los periodos de respiración espontánea
se alternen con periodos de descanso cuando el paciente es reconectado al respi-
rador. Esto es muy importante, ya que si se acepta que los músculos respiratorios
pueden presentar, por una parte, atrofia secundaria a la ventilación mecánica y,
por otra, fatiga secundaria a la restauración de la respiración espontánea, será ne-
cesario asegurar un tiempo de descanso para su recuperación completa. Teniendo
en cuenta el trabajo de Laghi y col.,24 en el que el tiempo de recuperación de la
fatiga diafragmática en personas sanas sometidas a un protocolo de fatiga con una
carga resistiva inspiratoria puede ser de al menos 24 h, parece lógico pensar que
Desconexión de la ventilación mecánica 417
Presión de soporte
A mediados del decenio de 1990 se publicaron dos grandes ensayos clínicos alea-
torizados39,40 con el objetivo de encontrar un método de desconexión que acortara
la duración del tiempo dedicado al destete.
Brochard y col.39 estudiaron a 456 pacientes que cumplían criterios para la
desconexión de la ventilación mecánica; 76% de ellos fueron extubados con éxito
tras una prueba de respiración espontánea con tubo en “T” de dos horas. Los 109
enfermos que fracasaron en esta prueba fueron aleatorizados a ser desconectados
por alguna de estas tres estrategias:
1. Pruebas con tubo en “T” hasta que tolerasen dos horas (35 pacientes).
2. SIMV con intentos de reducción de dos a cuatro respiraciones/minuto dos
veces al día hasta tolerar cuatro respiraciones/minuto (43 pacientes).
3. Presión de soporte con reducciones, dos veces al día, de 2 a 4 cmH2O hasta
llegar a un nivel de 8 cmH2O (31 pacientes).
se obtuvo un destete más corto cuando se comparó con los otros dos métodos con-
siderados como un grupo único.
Esteban y col.40 realizaron un estudio similar con 546 pacientes médico--qui-
rúrgicos; 416 pacientes (76%) fueron extubados con éxito tras una prueba con
tubo en “T”. Los 130 pacientes que fracasaron fueron aleatorizados en cuatro gru-
pos:
En los últimos años se han incorporado a los ventiladores nuevos modos de venti-
lación (ASV, NAVA, PAV). De todos ellos, sólo la adaptive support ventilation
(ASV) ha sido evaluada en el proceso de la desconexión de la ventilación mecáni-
ca. En dos pequeños estudios, incluyendo pacientes posoperados de cirugía car-
diotorácica, la ASV no mostró ventajas, en comparación con modos tradicionales
de desconexión.48,49
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Extubación
Una vez que el paciente es capaz de mantener su respiración espontánea hay que
decidir si es necesario que se mantenga la intubación endotraqueal o puede ser
extubado con garantías de no precisar reintubación.
En primer lugar hay que plantearse si el paciente tiene alguna lesión en la vía
aérea superior que aumente la posibilidad de colapso posintubación. Los pacien-
tes más proclives a esta posibilidad son aquellos que han precisado intubación por
obstrucción de la vía aérea superior y estridor, así como aquellos sometidos a in-
tubaciones muy prolongadas. Para intentar predecir la aparición de estridor pos-
intubación disponemos del test de la fuga aérea (cuff leak test). Este test ha sido
evaluado en varios estudios cuyas limitaciones principales son el pequeño ta-
maño muestral y las diferentes definiciones utilizadas para considerar la presen-
422 Ventilación mecánica (Capítulo 26)
enfermos sin secreciones traqueales. Salam y col.59 también encuentran una rela-
ción significativa entre cantidad de secreciones y fracaso de la extubación. En un
estudio, incluyendo 88 pacientes, determinan cualitativamente la cantidad de se-
creciones y encuentran que los enfermos con un volumen de secreciones mayor
de 2.5 mL/h tuvieron tres veces más probabilidades de ser reintubados (riesgo re-
lativo 3.0; IC 95%: 1.0 a 8.8). En el lado opuesto a estos estudios se encuentra
el de Smina y col.56 Estos autores, también cuantificando el volumen de las secre-
ciones, no encuentran diferencias significativas en la cantidad de secreciones as-
piradas en las seis horas previas a la extubación entre enfermos que son extubados
con éxito y enfermos con extubación fallida.
A la vista de lo previamente expuesto la capacidad de los factores estudiados
para predecir el éxito de la extubación es sólo moderada. Esto puede ser un índice
de la complejidad de los factores que se asocian a la extubación con éxito y de
424 Ventilación mecánica (Capítulo 26)
la existencia de cierto grado de sinergismo o relación entre todos ellos. Esta hipó-
tesis vendría avalada por las observaciones de Salam y col.59 Estos autores eva-
lúan los tres factores que se han comentado previamente (tos, secreciones, estado
neurológico) y observan, como ya se ha indicado, que la tos y la cantidad de secre-
ciones se relacionan con el fracaso de la extubación. Asimismo, estos autores des-
criben la relación entre el estado neurológico, evaluado mediante una sencilla
prueba que consiste en la capacidad del enfermo de completar cuatro órdenes sen-
cillas (abrir los ojos, seguir con la mirada, apretar la mano y sacar la lengua) y
el desenlace de la extubación. Los enfermos incapaces de realizar estas acciones
tuvieron un riesgo relativo de fracaso de la extubación de 4.3 (IC 95%: 1.8 a
10.4). Lo interesante de este trabajo es que cuando se analizan conjuntamente los
tres factores de riesgo se observa que hay una interacción sinérgica entre ellos;
así, los enfermos con los tres factores de riesgo tuvieron una tasa de reintubación
de 100% comparada con el 3% de los pacientes sin ningún factor de riesgo.
Además de los factores analizados previamente (capacidad de toser, cantidad
de secreciones y estado neurológico) el riesgo de reintubación se ha asociado con
la edad, con el tipo de patología, con la sedación administrada durante la ventila-
ción mecánica y con la duración de la ventilación mecánica. Upadya60 ha descrito
recientemente en un estudio prospectivo la asociación entre el balance positivo
en los días previos y el fracaso de la extubación, observando que el balance nega-
tivo en las 24 h previas a la prueba de ventilación espontánea (razón de momios
[RM] para la extubación exitosa 2.9; IC 95%: 1.1 a 7.6) y el acumulado desde el
ingreso (RM para la extubación exitosa 3.4; IC 95%: 1.3 a 8.7) se asocia indepen-
dientemente con el éxito de la misma. Estos datos han sido confirmados en un
estudio multicéntrico que incluyó a 900 enfermos que pasaron con éxito una
prueba de respiración espontánea.61 En este estudio se observó que, además del
balance hídrico, un índice de respiración rápida y superficial previo a la extuba-
ción, mayor de 57 respiraciones/L/min y la neumonía como motivo de la necesi-
dad de soporte respiratorio se asociaron con fracaso de la extubación.
Basados en estudios fisiológicos o descriptivos se ha evaluado la eficacia de
la ventilación no invasiva tras la extubación en dos escenarios:
CONCLUSIÓN
Tolerancia de prueba
No Sí
Valorar
Tos
Retirada progresiva Tolera Conciencia/colaboración
de la ventilación Secreciones
mecánica
Prueba diaria de tubo en “T”
Reducción gradual presión soporte Extubación
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27
Sincronía ventilación--paciente
Martín de Jesús Sánchez Zúñiga
INTRODUCCIÓN
EPIDEMIOLOGÍA
431
432 Ventilación mecánica (Capítulo 27)
DEFINICIONES
Estos factores son más evidentes cuando el proceso del retiro de la ventilación
mecánica está en marcha y es derivado, el proceso fisiopatológico que originó la
necesidad del soporte ventilatorio no está controlado, el uso de la ventilación me-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
FACTORES RELACIONADOS
CON EL VENTILADOR MECÁNICO
Tipos de asincronía
Los factores que influyen son dependientes de los pacientes o del ventilador me-
cánico. Dependen básicamente de la capacidad del paciente al generar un esfuer-
zo respiratorio o de la máquina al responder a un estímulo por flujo, presión o
tiempo en el inicio de la respiración.
El fenómeno es más común con la aparición de la presión intrínseca al final de
la espiración (auto--PEEP o PEEPi), la cual genera un gradiente de presión en la
vía área que limita el cumplimiento del trigger de flujo, limitando el estímulo
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Se origina de la incompetencia del ventilador para cumplir las demandas del pa-
ciente. Este fenómeno es observado cuando el flujo al final de la espiración no
llega a cero, ocasionando auto--PEEP o PEEPi, que genera un aumento en la pre-
sión inspiratoria pico de cada siguiente ciclo respiratorio.
Este tipo de asincronía es común en los pacientes con obstrucción de la vía
aérea, asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, hiperinflación dinámica,
etc.
Aparece cuando durante la etapa final del ciclo el esfuerzo generado por el pa-
ciente limita o prolonga el tiempo espiratorio; en la primera generalmente se oca-
siona auto--PEEP, por ejemplo, con el singulto; la segunda no ocasiona complica-
ciones en el paciente, a menos que el esfuerzo inspiratorio inicie antes del término
del tiempo espiratorio, pudiendo ocasionar hipoventilación.
Sincronía ventilación--paciente 437
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
Evaluación de la sedoanalgesia
como irritabilidad y excitación, por lo que en los pacientes que han recibido
sedoanalgesia endovenosa continua más de 96 h se recomienda la suspen-
sión gradual en intervalos que controlen los síntomas (figura 27--1).10,11
1. Inefectivo.
S Definición: deflexión negativa en la curva de presión durante la inspira-
ción, con deflexión positiva o sin ella.12--16
S Causas: paciente con automatismo respiratorio inadecuado, hipocapnia,
volumen corriente alto, sedación, altos requerimientos de asistencia ven-
Sí No
Evaluar Evaluar
Dolor Agitación,
delirium, uso
de escalas
Sí Sí
Antipsicóticos,
Tratar otras ansiolíticos
Evaluar escalas causas de
de dolor asincronia
Mejoría
Uso adecuado de
analgesia con
narcóticos, Uso de sedantes
de acuerdo Sí Sí
AINE (si no están
contraindicados) a protocolos
Curva de
flujo/tiempo
Curva de
presión/tiempo
Figura 27--2. Asincronía por doble trigger. La flecha discontinua muestra el inicio del
esfuerzo respiratorio, la flecha continua muestra el esfuerzo respiratorio insuficiente y
el pico de soporte en presión y flujo: indican asincronía de flujo y doble trigger.
Curva de
presión/tiempo
Curva de
flujo/tiempo
Curva de
presión/tiempo
Curva de
flujo/tiempo
Figura 27--4. Asincronía de término de ciclado. Las flechas continuas muestran esfuer-
zo espiratorio al final de la inspiración, asincronía de término inspiratorio retardada. Las
flechas discontinuas muestran esfuerzo inspiratorio durante la espiración, asincronía
prematura.
Asincronía Mejorar
ventilador/paciente oxigenación
Ventilación manual,
Evaluar parámetros de aumentar el FiO2,
monitoreo, presiones aspirar secreciones
altas, flujos, Valor esfuerzo
volúmenes, distensibi- respiratorio
lidad pulmonar
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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446 Ventilación mecánica (Capítulo 27)
28
Ventilación mecánica en decúbito prono
Martín de Jesús Sánchez Zúñiga, Víctor Manuel Castañeda Morales
INTRODUCCIÓN
447
448 Ventilación mecánica (Capítulo 28)
lución del SIRA, entre los que se incluyen la edad, el sexo, el origen étnico, las
comorbilidades, las puntuaciones de gravedad en el momento del ingreso, el re-
tardo en el ingreso en terapia intensiva y algunos biomarcadores plasmáticos. En-
tre estos últimos los más estudiados han sido los niveles séricos de interleucinas
proinflamatorias y antiinflamatorias (IL--6, IL--8, IL--10 y TNF), que se han utili-
zado para medir los efectos lesivos de las técnicas de reclutamiento y protección
pulmonar.17--19
En términos generales, el mecanismo inicial del daño alveolocapilar consiste
en edema pulmonar por aumento de la permeabilidad. De esta forma, la altera-
ción inicial consistirá en la ocupación alveolar por edema rico en proteínas, lo que
reducirá la superficie alveolar disponible para el intercambio gaseoso, alterando
la relación ventilación--perfusión (V/Q). La hipoxemia secundaria es el estímulo
que desencadena la taquipnea con el fin de aumentar la ventilación minuto, lo que
genera hiperinflación en zonas preservadas, sin modificar las zonas colapsadas
o condensadas, aumentando aún más el cortocircuito intrapulmonar y agravando
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
la hipoxia tisular.
Se han descrito tres etapas clínicas; la primera de ellas abarca las primeras 24
h, en las cuales el paciente presenta signos y síntomas leves, con hallazgos radio-
lógicos inespecíficos que en ocasiones crean confusión con las etapas iniciales
de neumonía, la broncoaspiración o la lesión pulmonar inducida por ventilador
(LPV); en esta etapa suelen encontrarse taquipnea e hipoxemia, que pueden ser
controlables pero requieren concentraciones elevadas de oxígeno.
Después de las primeras 24 h el paciente presenta estertores crepitantes dise-
minados acompañados de hallazgos radiológico, caracterizados por infiltrado al-
veolar y broncograma aéreo. La tomografía axial computarizada (TAC) de tórax
suele mostrar consolidación pulmonar con distribución irregular y en ocasiones
grandes zonas de colapso pulmonar; los estudios de gasometría arterial muestran
hipoxemia grave refractaria al tratamiento, con altas concentraciones de oxígeno
y del índice de oxigenación (PaO2/FIO2), persistentemente menores de 200
mmHg; en esta etapa la mayoría de los pacientes requieren ventilación mecánica
invasiva.
Entre el tercero y el quinto días de iniciados los síntomas, si no se establece
un tratamiento oportuno y adecuado, el pulmón presenta una grave reacción fi-
brótica, lo cual lo convierte en un pulmón rígido y poco distensible; en esta etapa
pueden aparecer complicaciones como barotrauma, volutrauma e infecciones
agregadas, y los pacientes pueden evolucionar con SIRA tardío y disfunción or-
gánica múltiple.
El daño alveolar difuso que se presenta en el SIRA evoluciona de manera se-
cuencial, de tal modo que se pueden reconocer tres fases histopatológicas del sín-
drome.
La primera fase, o fase exudativa, se presenta a partir y junto con las primeras
manifestaciones clínicas; se ha descrito en etapas tempranas (cinco minutos en
modelos animales, con microscopia electrónica) de iniciado el daño. Los cam-
bios histológicos más tempranos son la congestión capilar pulmonar y el edema
intersticial, los cuales explican el incremento de la permeabilidad capilar. Los
alveolos se encuentran llenos de una gran cantidad de líquido que se extiende a
lo largo de la superficie alveolar, formando membranas hialinas, caracterizadas
por una gran cantidad de fibrina, proteínas, complemento, inmunoglobulinas,
neutrófilos y neumocitos tipo I necrosados. En esta etapa aparecen microatelecta-
sias y hemorragias puntiformes en el parénquima pulmonar.20--23
La fase proliferativa se presenta dentro de los cinco a siete días de iniciados
los síntomas. Se caracteriza por hiperplasia de los neumocitos tipo II con meta-
plasia escamosa del epitelio bronquial y alveolar; existe atipia celular que en oca-
siones puede ser confundida con procesos carcinomatosos, y hay proliferación
de fibroblastos y miofibroblastos, los cuales migran hacia la luz alveolar y hacen
que las membranas hialinas se conviertan en fibras de colágeno. Como respuesta
compensadora existe un proceso de organización y los neumocitos proliferan e
Ventilación mecánica en decúbito prono 451
Matrix Quimiotaxis
extracelular Alveolo Complemento
IL--1 Lesión celular
Caspasas Bcl--2 Mac
IFN Apaf--1
Apoptosis Coagulación
TNF, IL--6 Caspasa 9
Remodelación FN--kB Citocinas
Elastina
Fibrina
MMP
Colágeno
MMP MMP
MMP Miofibroblasto
Trombina
TIMP activada
Permeabilidad
Citocinas
Célula endotelial MyD88, GDDA 45
FN--kB
Exposición de FT
Leucocito TLR
Mac
ficial a lo largo del epitelio alveolar, produciendo colapso alveolar por atelectrau-
ma, lisis de células epiteliales y biotrauma. Este fenómeno agrava la respuesta
inflamatoria local y multisistémica (figura 28--1).
Desde que fue descrita por primera vez en 1974 esta técnica ha sido aplicada en
diferentes contextos de SIRA; sin embargo, la mayoría de los estudios no han sido
satisfactorios en sus resultados para recomendarla de manera tajante como una
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ción del peso del corazón y la presión intraabdominal. Este cambio de gradiente
permite que la presión transpulmonar se distribuya de manera más homogénea,
permitiendo la apertura de unidades alveolares previamente colapsadas. En la po-
sición supina la presión hidrostática ocasiona colapsos en las regiones dorsales
(dependientes), pero con el cambio a decúbito prono las zonas dependientes son
las ventrales, aunado a que hay disminución del peso de la masa cardiaca y mejo-
ría en la distribución de la presión hidrostática (sangre), por lo que los alveolos
colapsados potencialmente reclutables son mejor ventilados. Durante el decúbito
prono el movimiento diafragmático es más eficiente; durante la ventilación me-
cánica convencional, en posición supina, el movimiento del diafragma es unifor-
me y la presión intraabdominal es más elevada. Al ventilar en la posición en decú-
bito prono el movimiento diafragmático es mayor en las zonas dorsales (antes
dependientes, ahora ventrales), lo que disminuye aún más la presión transpulmo-
nar, aumenta el reclutamiento alveolar y reduce la presión intraabdominal.34--36
Distribución de la perfusión
Los estudios experimentales en modelos caninos han mostrado que quizá por el
efecto de la gravedad y el peso del tejido pulmonar congestionado el flujo es ma-
yor en las zonas dependientes (dorsales, colapsadas), lo que favorece la aparición
del cortocircuito intrapulmonar. Se ha observado también en modelos animales
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que al colocarlos en decúbito prono la redistribución del peso permite que el flujo
sanguíneo sea más homogéneo, disminuyendo el cortocircuito pulmonar.34--36
Ventilación con
técnica de ¿Existe personal
apertura capacitado?
pulmonar y Realice maniobra Controles gasométricos y
reclutamiento decúbito prono hemodinámicos basales Explique a familiares
alveolar
Sedación, analgesia y
relajación muscular
Monitoreo Respondedor
Succión oral y
endotraqueal
Cuidados oculares S Gasometría arterial cada 30 min
Incremento en
Cuidados de áreas PaO 2 > 10 mmHg S Calcule índice de oxigenación
de presión o IO > 20 mmHg
S En ausencia de respuesta favorable sin deterioro
grave mantener la posición y revalorar en 3 h
S En ausencia de respuesta favorable después de
Regrese a 3 h y sin deterioro grave mantener la posición y
posición supina No respondedor o deterioro monitorear 3 h más
(Capítulo 28)
gía torácica triangular, ápice superior y base inferior tienen mejor respuesta
y mejor distensibilidad pulmonar).
3. El tiempo de evolución del daño pulmonar y la etiología del daño. Los pa-
cientes con SIRA secundario tienen mejor respuesta al reclutamiento alveo-
lar, con cualquier técnica, incluyendo el decúbito prono. Cuanto más avan-
ce el tiempo de evolución del daño pulmonar más probable será que la etapa
de fibrosis limite la mecánica y disminuya la distensibilidad del parén-
quima pulmonar, haciéndolo más susceptible de lesión secundaria.42--44
CONCLUSIONES
1. En el tratamiento actual de los pacientes con SIRA son pocas las interven-
ciones terapéuticas que han demostrado una disminución de la mortalidad.
2. Las técnicas de reclutamiento pulmonar han mostrado ser efectivas para
mejorar la oxigenación y la mecánica pulmonar. Aunque en la actualidad
no existe un consenso acerca de la mejor técnica, se acepta que son más úti-
E Editorial Alfil. Fotocopiar sin autorización es un delito.
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