Terapia Nutricional en El Enfermo Grave
Terapia Nutricional en El Enfermo Grave
Terapia Nutricional en El Enfermo Grave
EN EL ENFERMO GRAVE
Editorial
Alfil
ZZZPHGLOLEURVFRP
Terapia nutricional
en el enfermo grave
Dr. Ral Carrillo Esper
Academia Nacional de Medicina de Mxico.
Academia Mexicana de Ciruga. Jefe de la Unidad de Terapia Intensiva,
Fundacin Clnica Mdica Sur.
Direccin editorial:
Jos Paiz Tejada
Revisin editorial:
Berenice Flores, Irene Paiz
Ilustracin:
Alejandro Rentera
Diseo de portada:
Arturo Delgado
Impreso por:
Impresiones Editoriales FT, S. A. de C. V.
Calle 31 de julio de 1859 Manz. 102 Lote 1090, Col. Leyes de Reforma
09310 Mxico, D. F.
Septiembre de 2013
Esta obra no puede ser reproducida total o parcialmente sin autorizacin por escrito de los editores.
Fundacin IMSS, A. C.
Dr. Alejandro Valenzuela del Ro
Dr. Jess Kumate Rodrguez
Editores
Acad. Dr. Felipe Cruz Vega
Acad. Dr. Germn Fajardo Dolci
Acad. Dr. Francisco P. Navarro Reynoso
Acad. Dr. Ral Carrillo Esper
VII
VIII
Coleccin
Medicina de Excelencia
Acad. Dr. Alejandro Reyes Fuentes
Presidente de la Academia Mexicana de Ciruga, A. C.
IX
Colaboradores
AUTORES
Dr. Ral Carrillo Esper
Academia Nacional de Medicina. Academia Mexicana de Ciruga. Jefe de la Unidad de Terapia Intensiva, Fundacin Clnica Mdica Sur.
Captulos 1, 2, 10, 11
Dra. Martha Patricia Mrquez Aguirre
Subdirectora de Medicina Crtica, Instituto Nacional de Pediatra. Profesora Titular del Curso de Especialidad Medicina del Enfermo Peditrico en Estado Crtico, Instituto Nacional de Pediatra, UNAM. Asesora Tcnica en la Licenciatura
en Nutricin, Universidad Autnoma Metropolitana, Xochimilco. Profesora de
la Licenciatura en Nutricin, Universidad Anhuac. Miembro de la Academia
Mexicana de Pediatra, de la Academia Mexicana de Biotica, Universidad La
Salle, y de la Asociacin Mexicana de Nutricin Enteral y Parenteral.
Captulos 17, 18, 19
Dr. Carlos Alberto Pea Prez
Especialista en Medicina Interna. Residente del Tercer Ao en Medicina del Enfermo en Estado Crtico en la Unidad de Terapia Intensiva, Fundacin Clnica
Mdica Sur. Escuela Mdico Naval, Secretara de Marina Armada de Mxico.
Captulo 10
XI
XII
(Colaboradores)
COLABORADORES
Dra. Mara Salom Anaya Florez
Jefe del Servicio de Nutricin Parenteral y Enteral Especializada, Hospital de Pediatra, CMN Siglo XXI, IMSS.
Captulo 21
Dr. Amado de Jess Athi Athi
Especialista en ciruga general. Maestra en Nutricin Clnica. Mdico Adjunto
de la Especialidad de Ciruga General, Fundacin Clnica Mdica Sur.
Captulo 6
Lic. Daffne Danae Baldwin Monroy
Licenciada en Nutricin por la Universidad Autnoma Metropolitana. Certificada por el Colegio Mexicano de Nutrilogos. Candidata a Maestra en Nutricin
Clnica por la Escuela de Diettica y Nutricin, ISSSTE. Adscrita al Equipo de
Soporte Metablico Nutricional del Departamento de Terapia Intensiva, Instituto
Nacional de Pediatra. Profesora de Nutricin Clnica Peditrica, Universidad
Anhuac del Norte. Profesora de Evaluacin del Estado de Nutricin, Escuela de
Diettica y Nutricin.
Captulos 17, 18, 19
Dr. Alexis Bolio Galvis
Director de la Facultad Mexicana de Medicina, Universidad La Salle. Expresidente de la Asociacin Mexicana de Nutricin Clnica y Terapia Nutricional.
Especialista en Ciruga General, Laparoscopia Avanzada y Nutricin Clnica.
Captulo 5
Dra. Teresa de la Torre Len
Especialista en Medicina Interna. Residente del Segundo Ao de Medicina del
Enfermo en Estado Crtico, Fundacin Clnica Mdica Sur.
Captulo 1
Dr. Manuel Alejandro Daz Carrillo
Especialista en Urgencias MdicoQuirrgicas. Residente del Primer Ao en
Medicina del Enfermo en Estado Crtico, Fundacin Clnica Mdica Sur.
Captulo 2
Dr. Alejandro Daz Girn Gidi
Residente de Ciruga General, Fundacin Clnica Mdica Sur.
Captulo 6
Dr. Jos Ignacio DazPizarro Graf
Jefe del Departamento de Nutricin Clnica, Hospital ngeles Lomas.
Captulo 12
Colaboradores
XIII
XIV
(Colaboradores)
Colaboradores
XV
XVI
(Colaboradores)
Contenido
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Ral Carrillo Esper
Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Ral Carrillo Esper
Respuesta inmunometablica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Ral Carrillo Esper, Teresa de la Torre Len
Valoracin nutricional inicial del paciente en estado crtico .
Ral Carrillo Esper, ngel Augusto Prez Calatayud,
Manuel Alejandro Daz Carrillo,
Carlos Rodrigo Rangel Olascoaga
Metabolismo proteico del paciente en estado crtico . . . . . . .
Vanessa Fuchs Tarlovsky, Jazmn Garca Maya,
Fernanda Fajardo
Control estricto de la glucosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Martn de Jess Snchez Ziga, Sandra Elizondo Argueta
Nutricin enteral temprana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Alexis Bolio Galvis
Actualidades en nutricin parenteral . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Amado de Jess Athi Athi, Carlos Lpez Caballero,
Alejandro Daz Girn Gidi, Diego Martn Garca Vivanco
Complicaciones asociadas a la nutricin parenteral total . . .
Gabriel Alberto Meja Consuelos
XVII
XIX
XXI
1
15
41
49
61
67
81
(Contenido)
8. Nutricin mixta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Hania Gonzlez Terrones
9. Nutricin perioperatoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Luis Galindo Mendoza
10. Bases nutricionales en el paciente con sepsis grave y choque
sptico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Ral Carrillo Esper, Carlos Alberto Pea Prez
11. Soporte nutricional en el paciente con lesin pulmonar
aguda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Jess Ojino Sosa Garca, Ral Carrillo Esper
12. Terapia nutricional en pancreatitis aguda grave . . . . . . . . . .
Jos Ignacio DazPizarro Graf
13. Apoyo nutricional en el paciente quemado . . . . . . . . . . . . . . .
Leonel Arturo Quiones Salido
14. Terapia nutricional en el paciente oncolgico . . . . . . . . . . . . .
Daniel Motola Kuba, Karla Snchez Lara
15. Valoracin y manejo nutricional del paciente cirrtico en
estado crtico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Jos A. Estradas, Aldo Torre Delgadillo
16. Fstulas enterocutneas: actualidades en el manejo integral
Sal Ocampo Gonzlez, Thanya Alexandra Gonzlez Rentera
17. Respuesta inmunometablica al estrs en el paciente
peditrico en estado crtico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Martha Patricia Mrquez Aguirre, Patricia Zrate Castan,
Aracely Maldonado Cisneros, Daffne Danae Baldwin Monroy,
Ariadna Lara C.
18. Estado actual del soporte metablico nutricional en el
nio grave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Patricia Zrate Castan, Martha Patricia Mrquez Aguirre,
Vianey Melchor Garca, Mireya Muoz Ramrez,
Daffne Danae Baldwin Monroy
19. Evaluacin del estado de nutricin en el paciente peditrico
grave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Daffne Danae Baldwin Monroy,
Martha Patricia Mrquez Aguirre, Patricia Zrate Castan,
Denisse Alejandra Gonzlez Estrada
20. Alimentacin enteral en el neonato de muy bajo peso . . . . . .
Carlos Lpez Candiani
21. Nutricin parenteral domiciliaria en pediatra . . . . . . . . . . .
Mara Salom Anaya Florez
93
99
107
119
127
141
151
159
179
197
209
229
243
255
Prefacio
Dr. Ral Carrillo Esper
La evaluacin y la terapia nutricionales son dos de las piedras angulares en el manejo del paciente grave. Los avances recientes en el conocimiento fisiopatolgico
y molecular del imbalance inmunometablico hormonal que presenta el enfermo
grave han hecho posible el desarrollo de diferentes estrategias de terapia nutricional dirigidas a diferentes escenarios clnicos que tienen como objetivo mantener
un adecuado aporte de nutrientes para mantener la funcin celular y regular en
lo posible el complejo imbalance molecular.
En este texto se abordan tpicos de gran inters relacionados con el manejo
nutricional del paciente adulto y del paciente peditrico en estado crtico. Cada
uno de los captulos est escrito por expertos en el tema, teniendo el privilegio
y honor de contar entre ellos a la Dra. Martha Patricia Mrquez y su grupo del
Instituto Nacional de Pediatra.
Con este texto todos los participantes en su elaboracin nos adherimos a la celebracin del octogsimo aniversario de la fundacin de la Academia Mexicana
de Ciruga y al septuagsimo aniversario de la fundacin del Instituto Mexicano
del Seguro Social, instituciones que dan fortaleza al pas, servicio a los mexicanos y vanguardia a la medicina.
XIX
XX
Lumbalgia
Introduccin
Dr. Ral Carrillo Esper
El paciente grave se caracteriza por presentar alteraciones en el balance metablico nutricional, debido a una compleja desregulacin de diferentes vas de sealizacin, lo que en buena parte es condicionado por una intensa respuesta inmunoinflamatoria que se incrementa por la activacin de la inmunidad innata y la
disfuncin de sus mecanismos contrarreguladores. Como resultado de esto se
presenta un estado hipercatablico que trae consigo una deplecin de los diferentes compartimentos corporales, en especial la masa muscular y la reserva proteica. Este mecanismo favorece un estado de mayor disfuncin inmunorreguladora
que amplifica el estado catablico y la deplecin progresiva de la reserva energtica y funcional de los diferentes rganos.
Si lo anterior no se modifica de alguna manera, se favorecen y perpetan la
inmunoparlisis, las disfunciones orgnicas y la dependencia del paciente de diferentes terapias de soporte, lo que favorece un crculo vicioso que puede ocasionarle la muerte.
Pocas maniobras teraputicas han logrado modificar este complejo comportamiento fisiopatolgico y mejorar la sobrevida de los enfermos; una de ellas es la
terapia nutricional.
La terapia nutricional en el paciente grave, junto con las novedosas tcnicas
de reanimacin, los antibiticos y la ventilacin mecnica, son los pilares del
abordaje teraputico en los pacientes internados en la unidad de terapia intensiva.
A partir de las aportaciones del Dr. Stanley Dudrick qued claro y bien fundamentado el hecho de que la terapia nutricional es parte del manejo temprano de
los pacientes que cursan con un padecimiento grave. Esto se ha corroborado al
XXI
(Introduccin)
paso de los aos; en la actualidad es contundente la evidencia cientfica que demuestra que la evaluacin y una adecuada terapia nutricional disminuyen las
complicaciones, la estancia hospitalaria, los das de ventilacin mecnica y la
mortalidad.
En este ao 2013, en el que se conmemora el octogsimo aniversario de la fundacin de la Academia Mexicana de Ciruga y el septuagsimo aniversario de la
fundacin del Instituto Mexicano del Seguro Social, uno de los grandes compromisos de ambas instituciones es poner al alcance de los mdicos mexicanos libros
de texto que apoyen y faciliten su prctica profesional.
Por lo antes expuesto, cremos conveniente desarrollar un texto en el que se
analicen tpicos actuales de la terapia nutricional en el paciente grave con el objetivo de crear conciencia en todos los profesionales de la salud involucrados en
el manejo de ellos, poniendo a su alcance los conceptos ms actuales relacionados con la evaluacin nutricional, el clculo energtico y la terapia nutricional
en diferentes escenarios tanto en el paciente adulto como en el paciente peditrico
en estado crtico. En este libro se conjuntan los esfuerzos de un gran nmero de
expertos en cada uno de los temas tratados; sin embargo, hay que resaltar el trabajo de la distinguida Dra. Martha Patricia Mrquez, ya que con su apoyo fue posible contar con los captulos de abordaje y terapia nutricional en el nio grave.
Por ltimo, es prioritario enfatizar que la terapia nutricional en el paciente grave, como se practica en la actualidad, se debe a la contribucin y el esfuerzo de
distinguidos acadmicos miembros de nuestra noble corporacin, y tres de ellos
distinguidos mdicos que desarrollaron su trabajo profesional en el Instituto Mexicano del Seguro Socia;, me refiero a los Acadmicos Doctores Alberto Villazn
Sahagn, Luis Ize Lamache, Jos Antonio Carrasco Rojas y Jess Tapia Jurado,
fundadores de la Escuela Mexicana Contempornea de Terapia Nutricional.
(Introduccin)
1
Respuesta inmunometablica
Ral Carrillo Esper, Teresa de la Torre Len
ANTECEDENTES
A finales del siglo XVIII el bilogo ingls John Hunter sugiri que la respuesta
biolgica a la lesin tena una ndole benfica y postul que durante el trauma
existe un proceso de especial importancia que no pertenece al dao sino al intento
de cura. En 1920 Aubb postul que la respuesta del metabolismo se da en relacin
directa a la severidad de la lesin, existiendo una disminucin en el metabolismo
basal; esta disminucin sera directamente proporcional a la gravedad de la lesin. En 1928 Landis, haciendo referencia a la hipoxia tisular, postul que la asfixia de los tejidos puede ser un factor de incremento de la permeabilidad capilar.
En esa misma dcada Carrel y Baker hablaban de que la alteracin del metabolismo del tejido daado tena a su vez un papel importante en el proceso de reparacin del mismo. Sin embargo, fue hasta 1942 cuando Cuthbertson elabor las bases de la respuesta metablica a una agresin, determinando los conceptos de
edema reaccionario e inflamacin traumtica.1
As, en 1942 Sir David Patton Cuthbertson dividi en dos fases la respuesta
metablica en pacientes sometidos a una lesin:
1. Fase inicial de decadencia o hipodinmica (ebb phase).
2. Fase de flujo o segunda fase de flujo, de aumento o hiperdinmica (flow
phase).1
La fase hipodinmica se presenta como consecuencia inmediata de una lesin;
esta fase puede durar horas y se considera un estado de declinacin de los parme1
(Captulo 1)
Respuesta hormonal
La respuesta al estrs se divide en dos fases: aguda y crnica. La aguda es apropiada y adaptada por intervencin del sistema neuroendocrino. La crnica es mal
adaptada y se produce un sndrome de desgaste sistmico secundario a una respuesta endocrina prolongada5 (cuadro 11).
Insulina
La insulina es la principal hormona anablica. Se produce una resistencia perifrica que condiciona incremento en la gluconeognesis, uso excesivo del lactato,
aminocidos y sustratos de glicerol, con un incremento de la glucogenlisis heptica.6
Hormona del crecimiento
La hormona del crecimiento se ve incrementada en las primeras horas de la lesin
tisular promoviendo la liplisis, adems de degradacin de protenas y liberacin
de cidos grasos, y contribuyendo a un sndrome de desgaste en fases crnicas.
Se conoce adems un efecto de antagonismo sobre la insulina.5,6
Respuesta inmunometablica
Disminucin en la perfusin
tisular
Aumento de glucocorticoides
Aumento de glucagn
Disminucin en la velocidad
metablica
Aumento de catecolaminas
Liberacin de citocinas, mediado-
Disminuye la respuesta
hipermetablica
Disminuye VO2
Disminuye la tensin arterial
Disminuye la temperatura
res lipdicos
Produccin de protenas
Incremento en la excrecin de
Se asocia a recuperacin
Restauracin potencial de
las protenas corporales
nitrgeno
Aumenta la velocidad metablica
Aumenta VO2
Alteracin en el empleo de
nutrientes
Hormonas tiroideas
Las hormonas tiroideas se conocen como reguladoras de la actividad metablica
celular; durante la respuesta endocrina se produce una disminucin de la conversin perifrica de T4 a T3, con TSH normal. Estos cambios se producen entre 30
y 120 min despus de la lesin y la magnitud de la produccin de T3 se ha correlacionado de manera directa con un incremento en la mortalidad.6,7
Cortisol
Normalmente la secrecin de cortisol tiene un patrn diurno con un pico mximo
a las 8:00 a.m. Sin embargo, en situaciones de lesin se produce un incremento
de su nivel srico, en promedio a las cuatro horas posteriores a la lesin, que desencadena un estado de hipercortisolismo transitorio, con el propsito de disminuir la respuesta inflamatoria sistmica. Sin embargo, dada su condicin transitoria, despus se produce un descenso paulatino que desencadena una insuficiencia
adrenal relativa, condicionando secrecin de catecolaminas con un estmulo directo sobre el incremento de la frecuencia cardiaca, la contractilidad miocrdica
y la vasoconstriccin. Estimula adems el sistema reninaangiotensinaaldosterona promoviendo la retencin de lquidos.8
Catecolaminas
Los cambios en la noradrenalina reflejan modificaciones en la actividad del sistema nervioso simptico, mientras que los observados en la adrenalina correspon-
(Captulo 1)
den a la actividad de la mdula suprarrenal. Sus principales efectos son vasodilatacin arterial e incremento en la contractilidad miocrdica. Las concentraciones
altas de noradrenalina y adrenalina condicionan a su vez la liberacin de glucagn, favoreciendo as la gluconeognesis, adems de estimular la liplisis y la cetognesis heptica.9
Eicosanoides
Estas sustancias son derivados del cido araquidnico y entre ellas puede mencionarse prostaglandinas, prostaciclinas, tromboxanos y leucotrienos, cininas
calicrenas y bradicinina. Los efectos de estas sustancias son tan variados como
sus propios sitios de accin, desencadenan vasoconstriccin, incremento de la
agregacin plaquetaria, favorecen la migracin leucocitaria, la liberacin de mediadores de respuesta inflamatoria sistmica y la broncoconstriccin.10
Respuesta celular
La disfuncin orgnica es el reflejo de la disfuncin celular. La principal funcin
de una clula es mantener activos los procesos metablicos; esto se logra mediante la produccin de energa, en especial de ATP adenosn trifosfato, la cual es vital
para llevar a cabo todas las reacciones bioqumicas anablicas necesarias para el
crecimiento, la reproduccin y la sntesis. La generacin de ATP se genera tanto
por va aerbica como anaerbica: la gluclisis es la generacin de ATP que ocurre en el citoplasma en la va anaerbica. Esta produccin de ATP ocurre exclusivamente en el interior de la mitocondria y usa aproximadamente 95% del consumo
de oxgeno celular para la generacin de ATP.10 La fosforilacin oxidativa que ocurre en la membrana interna a nivel mitocondrial se acopla en dos procesos:
1. La progresiva oxidorreduccin de la cadena respiratoria que finalmente reduce el oxgeno molecular a agua y que al mismo tiempo crea un gradiente
electroqumico de protones entre la matriz mitocondrial y el espacio intramembranal.
2. La fosforilacin de adenosn difosfato (ADP) para formar adenosn trifosfato (ATP).
La produccin de ATP a nivel celular es consecuencia de varios procesos metablicos interconectados: gluclisis, ciclo de Krebs, betaoxidacin y fosforilacin
oxidativa (FO) (figura 11).11,12
La disfuncin mitocondrial puede ocurrir a cualquiera de los niveles descritos,
ya sea por un bloqueo de la enzima PDH, de cualquiera de los pasos del ciclo de
Krebs, por inhibicin de los complejos de la FO o por prdida de la integridad
Respuesta inmunometablica
Figura 11. Diagrama que muestra el flujo metablico de la glucosa desde su entrada
a la clula, la va glucoltica, la entrada de piruvato a la mitocondria y al ciclo de Krebs,
y la entrega de compuestos reductores a la cadena de fosforilacin oxidativa. Los electrones pasan del complejo I al complejo IV mientras este paso se acopla a la translocacin de protones desde la matriz mitocondrial al espacio intramembranal. El gradiente
quimioosmtico creado por el paso de protones permite el regreso de stos a la matriz
mitocondrial a travs de la enzima adenosn trifosfato (ATP) sintasa, que ocupa la energa disipada para generar ATP a partir de adenosn difosfato. (Tomado de T. Regueira.)
(Captulo 1)
Respuesta inmunohumoral
La lesin tisular produce liberacin de ms de 200 mediadores, que pueden clasificarse en hormonales (catecolaminas, glucocorticoides), peptdicos (interleuci-
Respuesta inmunometablica
Inmunidad adquirida
La inmunidad adquirida requiere el reconocimiento especfico de molculas (antgenos) de los patgenos invasores, que los distingue como un agente extrao
al husped. Esta respuesta se inicia con la sealizacin a nivel intracelular y con
activacin de los linfocitos T mediante la expresin en superficie de fragmentos
peptdicos derivados del patgeno. Estos antgenos se presentan unidos a protenas del complejo mayor de histocompatibilidad (CMH) y es la combinacin antgenoCMH lo que reconoce el linfocito T a travs de su receptor especfico denominado RCT. Existen dos clases de protenas de CMH, de clase I y de clase II.
La de clase I es expresada en todas las clulas nucleadas y plaquetas, mientras
que en la de clase II se encuentran clulas presentadoras de antgeno profesionales (macrfagos, clulas dendrticas, linfocitos B y algunos otros tipos celulares).
El CMH I sirve de mecanismo de presentacin para antgenos virales a linfocitos
CD8+, mientras que el MHC II presenta antgenos derivados de microorganismos extracelulares y protenas a linfocitos CD4+. Por medio del reconocimiento
(Captulo 1)
INMUNONUTRICIN
La nutricin enteral es una tcnica de soporte nutricional mediante la cual se
aportan sustancias nutritivas al tracto gastrointestinal. Los enfermos crticos presentan alteraciones en el metabolismo, con estados de anabolismo, catabolismo
e hipermetabolismo. Esto condiciona que no se logre cubrir sus requerimientos
bsicos, por lo que se vuelve fundamental iniciar la nutricin enteral de manera
temprana.20
En los ltimos aos la inmunonutricin ha sido objeto de estudio, fundamentalmente en pacientes crticos, obteniendo resultados controversiales. La inmunonutricin se realiza a travs de frmulas enterales adicionadas con uno o ms
inmunonutrientes: arginina, glutamina, nucletidos y cidos grasos omega 3, co-
Respuesta inmunometablica
nocidos por su accin inmunomoduladora, que han demostrado reducir las complicaciones infecciosas en el posoperatorio, entre otros beneficios.21
Glutamina
La glutamina es un aminocido no esencial, uno de los ms abundantes del organismo; es sintetizada en el msculo y se utiliza como combustible de clulas en
rpida proliferacin, como las clulas intestinales, macrfagos y linfocitos. A
nivel intestinal previene el deterioro de la permeabilidad de la barrera intestinal
y preserva la funcin de la mucosa, evitando la translocacin bacteriana. Es el
principal transportador de nitrgeno del msculo a los tejidos y ayuda a mantener
el equilibrio cidobase por participar en la produccin de amoniaco en el rin.
Tambin interviene en la sntesis de cidos nucleicos y nucletidos. Cuando la
glutamina se absorbe es degradada a alanina y amoniaco y utilizada en el proceso
de gluconeognesis.22
La glutamina y la alanina son sintetizadas a partir de los aminocidos ramificados durante el catabolismo proteico, cuando aumentan sus necesidades; tambin
se utiliza en el hgado para la produccin de protenas de fase aguda en situaciones de estrs. Por tal razn en situaciones de catabolismo proteico (pacientes crticos, posoperatorios, ayunos prolongados o pacientes desnutridos) se la considera
como un aminocido esencial, ya que su demanda supera la produccin endgena. Por lo tanto, en estados catablicos se sugiere la adicin de glutamina en la
alimentacin, ya que mejora la respuesta inmunitaria en la mucosa gastrointestinal y previene el deterioro de la funcin de barrera, disminuyendo el riesgo de
infecciones.22,23
Arginina
Es un aminocido esencial en estados crticos y se adiciona en aproximadamente
2 a 5% de las caloras totales de las frmulas. Es sintetizada en el hgado, los riones y el cerebro. En pacientes quemados se ha observado que la administracin
de 2% de las caloras como arginina en la dieta ha logrado disminuir la mortalidad
y mejorado la respuesta inmunitaria. Tambin promueve la liberacin de factores
de crecimiento, mejora el balance nitrogenado y la sntesis de colgeno, y es un
potente inmunoestimulador, ya que mejora la capacidad de respuesta de linfocitos T y la poblacin de clulas CD4. Se sabe que la arginina es adems precursor
del xido ntrico que modula sntesis heptica de protenas, reduce el tono vascular, es mediador de los efectos vasodilatadores de las endotoxinas y reduce el crecimiento tumoral y la proliferacin bacteriana.24
10
(Captulo 1)
Aminocidos ramificados
La valina, la leucina y la isoleucina son aminocidos esenciales que disminuyen
en situaciones de estrs metablico aumentando su movilizacin desde el msculo esqueltico. La mayora de las frmulas contienen entre 18 y 22% del total de
protenas como aminocidos ramificados; sin embargo, la adicin de estos aminocidos en pacientes crticos ha mostrado preservar la masa muscular. Tambin
son de utilidad en pacientes con enfermedad heptica por el desbalance que existe
entre aminocidos ramificados y aromticos.26
Carnitina
Es un dipptido producido en el hgado y el rin a partir de la lisina y la metionina; su funcin principal es transportar los cidos grasos de cadena larga al interior de la mitocondria para ser metabolizados. En pacientes desnutridos, crticos
o con alimentacin enteral y parenteral carente de carnitina puede ocurrir un dficit de la misma; por tal motivo muchas frmulas diseadas para pacientes en
estado crtico la contienen como agregado.27
Respuesta inmunometablica
11
12
(Captulo 1)
Con respecto a pacientes con cncer de cabeza y cuello, los cuales en general
se encuentran severamente desnutridos e inmunosuprimidos, existe evidencia de
que la inmunonutricin mejora la respuesta inmunitaria posoperatoria y la recuperacin de la inmunodepresin seguida del acto quirrgico, con reduccin de la
incidencia de infecciones. Adems, en estos pacientes se observ una disminucin de los niveles de factor de necrosis tumoral alfa en comparacin con una frmula estndar.34
Las estrategias para asegurar el xito de la inmunonutricin son las siguientes:
S Administrar frmulas con arginina con una dosis mayor de 12 g/L.
S La duracin del soporte debe ser mayor de 3 das (de preferencia entre 5 y
10 das).
S El objetivo nutricional debe ser como mnimo 25 kcal/kg o > 800 mL/da
de frmula.
S La alimentacin enteral se debe progresar cada 4 a 6 h para alcanzar rpidamente los objetivos nutricionales.35
CONCLUSIONES
La respuesta al trauma est dada por un elevado gasto metablico y un gran catabolismo proteico, que trae consigo el deterioro del estado nutricional e inmunitario, con un incremento de la morbilidad.
En el paciente crtico la malnutricin puede ser preexistente, manifestarse al
ingreso o desarrollarse de forma evolutiva, y est favorecida por el estado hipercatablico. Se requiere una intervencin nutricional temprana que impacte en la
evolucin de la enfermedad, adems de controlar la malnutricin con sus efectos
deletreos. El descubrimiento del efecto inmunoestimulador de algunos nutrientes ha evolucionado y se ha demostrado una reduccin en la morbilidad, la mortalidad, los das de estancia en terapia intensiva, los das de ventilacin mecnica
y en la disminucin de los costos.
REFERENCIAS
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Respuesta inmunometablica
13
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2
Valoracin nutricional inicial
del paciente en estado crtico
Ral Carrillo Esper, ngel Augusto Prez Calatayud,
Manuel Alejandro Daz Carrillo, Carlos Rodrigo Rangel Olascoaga
INTRODUCCIN
La desnutricin es un problema reconocido en los pacientes hospitalizados, en
especial en los crticos. Hay una estrecha relacin entre estado nutricional y severidad de la enfermedad. Se asocia a mayor tiempo de hospitalizacin, menor
sobrevida a largo plazo, infecciones y alteraciones en la cicatrizacin.
Existe evidencia de que un adecuado soporte nutricional disminuye la estada
en las unidades de cuidados intensivos. En consecuencia, es de gran importancia
registrar el estado nutricional al ingreso, para implementar el soporte nutricional
en el momento ms apropiado. Como primera medida se debe realizar una exploracin nutricional, que servir para identificar a los individuos desnutridos o en
riesgo de desarrollar desnutricin.
En la fisiopatologa de la malnutricin vinculada a la enfermedad crtica tienen
un papel importante los diferentes grados de inflamacin aguda o crnica, que
dan lugar a una composicin corporal alterada y a una prdida de funciones, entre
ellas la cognoscitiva, la inmunitaria y la muscular.1,2 El catabolismo aumentado
puede, en los casos ms graves, contribuir a la mortalidad o, por el contrario, autolimitarse si se resuelve la propia enfermedad crtica.
La evaluacin del estado nutricional en el paciente crtico tiene como objetivos:
S Valorar el estado nutricional en el momento de ingreso en la unidad de cuidados intensivos (UCI).
15
16
(Captulo 2)
RIESGO NUTRICIONAL
Valoracin inicial: historia nutricional
e ndice de masa corporal
La historia nutricional es el primer paso en la valoracin de riesgo. Desafortunadamente en el paciente crtico, una historia detallada podra no estar disponible.
En estudios recientes se pudo obtener la historia nutricional de 171 de 597 pacientes de terapia intensiva.4
La historia nutricional tiene tres indicadores clave:
1. El peso y la talla (ndice de masa corporal).
2. Una prdida reciente de peso (tres a seis meses).
3. Disminucin reciente del consumo nutricional.
Los parmetros dinmicos, como la prdida de peso y la disminucin de la ingesta de nutrientes, son difciles de obtener en pacientes crticamente enfermos admitidos como emergencias. Mientras que la prdida de peso y la ingesta disminuida han demostrado en pacientes hospitalizados el aumento de la mortalidad
por un factor 2 en 30 das,5 la conclusin no est clara para el ndice de masa corporal (IMC), que tiene una asociacin en forma de U con la mortalidad. La
mortalidad ms baja se ha visto en pacientes con sobrepeso y obesos. Es de particular importancia notar que el riesgo de muerte aumenta en pacientes con IMC
entre 18.5 y 25 kg/m2. El punto de corte para el aumento del riesgo de muerte debe
considerarse en relacin con la edad y la enfermedad. Los pacientes de la terapia
intensiva tienen perfiles diferentes que la poblacin general; por ejemplo, ms
pacientes se encuentran en los extremos bajo y alto del ndice de masa corporal.
17
VARIABLES BIOQUMICAS
Al igual que con los parmetros antropomtricos, las variables bioqumicas se encuentran interferidas por la respuesta del organismo en la fase aguda e influidas
por trastornos no nutricionales en los pacientes crticos, por lo que su inters en
la interpretacin del estado nutricional es limitado.
18
(Captulo 2)
19
de forma rpida con el soporte nutricional sino hasta que se retorna a una
situacin de anabolismo. Sus valores aumentan con la ingesta de vitamina
A, disminuyen en la enfermedad heptica, la infeccin y el estrs grave.
Tiene valor relativo en pacientes con insuficiencia renal.
S Somatomedina. Se trata de un pptido de bajo peso molecular cuya sntesis
est regulada por la hormona de crecimiento y el factor 1 de la insulina. Tiene una vida media corta y es estable en el suero. Es un buen marcador del
balance nitrogenado en pacientes graves e hipercatablicos y un buen parmetro de seguimiento nutricional en pacientes desnutridos. Tiene valor pronstico para mortalidad en pacientes crticos con insuficiencia renal aguda14 y ha demostrado ser un parmetro ms adecuado que la transferrina y
la protena ligada al retinol para la valoracin del estado metablico en pacientes quirrgicos en fase de estrs, al no verse influido, como estos parmetros, por el grado de estrs del paciente.8 La complejidad en su determinacin y su elevado costo limitan su uso.
S Colesterol. Un valor bajo de colesterol srico se ha observado en pacientes
desnutridos, con insuficiencia renal, heptica y sndrome de malabsorcin.
La presencia de hipocolesterolemia puede ser indicativa de malnutricin en
los pacientes crticos y se relaciona con un incremento en la mortalidad.
20
(Captulo 2)
REQUERIMIENTOS DE MACRONUTRIENTES
Y MICRONUTRIENTES
Clculo de requerimientos y aporte energtico
La calorimetra indirecta es el mtodo considerado en la clnica como patrn oro.
Presenta varios problemas para su aplicacin, como equipamiento costoso, necesidad de tiempo para realizar las mediciones, personal con experiencia y falta de
disponibilidad en la mayora de las unidades.
Adems, intenta predecir el gasto energtico total (GET) a partir de mediciones realizadas en un intervalo corto de tiempo (5 a 30 min), habindose demostrado variaciones de hasta 20% a lo largo del da. De esta forma, al gasto energtico
en reposo (GER) deber aadirse de 15 a 20% para calcular el GET, aunque lo
ms exacto es mantener las mediciones durante 24 h para conocer el GET.17 El
mtodo de Fick no ha demostrado una buena correlacin con la calorimetra y es
poco usado en la prctica diaria.18,19
Mtodos de estimacin
En la bibliografa hay ms de 200 frmulas para estimar el gasto energtico (GE),
aunque ninguna de ellas ha demostrado una buena correlacin con las mediciones
realizadas mediante calorimetra indirecta. Sin embargo, se recomienda su utilizacin cuando no se pueda practicar la calorimetra. Para elegir la frmula idnea
hay que tener en cuenta el tipo de pacientes que dieron origen a stas.20,21 Recientemente se ha publicado un estudio que incluye a 202 pacientes crticos sometidos
a ventilacin mecnica y que compara la calorimetra indirecta con diferentes
frmulas para el clculo del GE basal. Los autores concluyen que la frmula de
Penn State proporciona una evaluacin ms precisa de la tasa metablica en pacientes crticos ventilados mecnicamente.22
21
Aporte energtico
Las necesidades variarn dependiendo de la fase metablica en la que se encuentre el paciente: fase catablica inicial o fase anablica de recuperacin. Donde
no se pueda medir el GE se recomienda un aporte lo ms prximo posible a los
requerimientos medidos mediante calorimetra indirecta en la fase inicial, para
aumentar en fases ms avanzadas de convalecencia, basndose en estudios que
demuestran una mayor incidencia de infecciones en relacin con el balance calrico negativo25,26 y mejores resultados con un balance calrico positivo.26 Algunos autores recomiendan suplementar con nutricin parenteral (Np) cuando no
se llegue a cubrir los requerimientos (60 a 70% del aporte enteral). Un metaanlisis de estudios que comparan nutricin enteral (NE) con nutricin mixta aplicada
desde el ingreso de los pacientes no demuestra menor incidencia de complicaciones infecciosas, das de estancia en UCI ni das de ventilacin mecnica.27 El peso
por utilizar en las frmulas va a depender del ndice de masa corporal (IMC). En
pacientes con IMC < 18 kg/m2 se recomienda usar el peso actual para evitar el
sndrome de realimentacin, y para el resto de los pacientes se ha recomendado
que sea el peso previo a la agresin, ya que el peso actual presenta amplias variaciones a consecuencia de la reanimacin inicial. En los ltimos aos ha ido tomando fuerza la hipoalimentacin permisiva durante las primeras fases del paciente crtico (18 kcal/kg de peso/da),28 esperando que pase la primera semana
para conseguir el objetivo completo de los requerimientos (25 kcal/kg/da). Estudios recientes avalan esta actitud, encontrndose mejores resultados clnicos
cuando durante los primeros das de la fase de catabolismo el aporte calrico est
entre 33 y 66% de los requerimientos estimados.29
Aportes inferiores se asociaran con un mayor nmero de bacteriemias30 y superiores con un mayor ndice de complicaciones.31 Sin embargo, esta recomendacin no puede hacerse de forma firme sin un estudio prospectivo del que no se
dispone todava.
22
(Captulo 2)
Hidratos de carbono
La glucosa contina siendo el principal sustrato calrico en el paciente crtico.
Una perfusin de glucosa a 4 mg/kg/min slo suprime la neoglucognesis en 50%
y el catabolismo proteico en 10 a 15%, por lo que se recomienda no administrar
nunca un aporte de glucosa > 4 g/kg/da. En general, los hidratos de carbono representan 50% de los requerimientos energticos totales, aunque este porcentaje
puede variar con la dependencia de factores individuales y de la gravedad de la
agresin. Como consecuencia de su aporte y del estrs metablico se produce hiperglucemia, que se ha asociado con peores resultados clnicos.32 Por ello se han
realizado mltiples estudios y metaanlisis,33,34 algunos de los cuales recomiendan mantener la glucemia en valores de entre 140 y 180 mg/dL, recurriendo a insulina si se sobrepasa este lmite, aunque no existe consenso respecto de la cifra
lmite ms recomendable. Valores superiores estaran relacionados con peores resultados clnicos, sobre todo en complicaciones infecciosas, y el intento de mantener valores inferiores se asociara con una mayor incidencia de hipoglucemias
graves sin conseguir efectos beneficiosos sobre la mortalidad. En Np se administran en forma de dextrosa y en NE en forma de azcares ms complejos, disacridos, maltodextrinas y almidones, entre los que se suele utilizar aqullos con un
menor ndice glucmico.
Lpidos
El aporte lipdico debe formar parte fundamental del soporte nutricional, ya que
adems de aportar energa en poco volumen es imprescindible para evitar un dficit de cidos grasos esenciales (al menos 2% de las caloras en forma de cido
linoleico y al menos 0.5% en forma de cido linolnico), y para mantener la estructura de las membranas celulares as como para modular las seales intracelulares.35,36 En comparacin con los hidratos de carbono, el aporte de lpidos produce un efecto menor sobre la termognesis, la lipognesis, la estimulacin de la
liberacin de insulina, la produccin de CO2 y los valores de glucemia. En general se considera que los cidos grasos w3 pueden contrarrestar los efectos proinflamatorios de los w6.37
El aporte de grasas es seguro y bien tolerado en una cantidad de 0.7 a 1.5 g/kg/
da.38 Se deben administrar en concentraciones de 30 o 20 vs. 10% por la reduccin en el aporte de fosfolpidos (relacin fosfolpidos/triglicridos de 0.04 en la
concentracin a 30%), y en infusiones largas ms que en periodos cortos para evitar alteraciones de la ventilacin/perfusin pulmonar. Hay diferentes formulaciones comerciales en forma de triglicridos de cadena larga (LCt), pero actualmente las mezclas con triglicridos de cadena media (MCt), aceite de pescado o aceite
23
de oliva han demostrado ser bien toleradas y se emplean con preferencia a los LCt
aislados. Sin embargo, es difcil hacer una eleccin especfica de qu tipo utilizar,
dada la ausencia de ventajas significativas de alguna de ellas frente a las otras.39,40
No debe administrarse, o reducir su aporte, cuando los valores plasmticos de triglicridos sean > 400 mg/dL.41 Se puede aportar hasta 40% de caloras no proteicas. Con respecto a la NE, las dietas con elevado contenido en w3 procedente
de aceite de pescado estaran especialmente indicadas en los pacientes afectados
de lesin pulmonar aguda y sndrome de distrs respiratorio agudo.42,43
Requerimientos proteicos
Aunque las prdidas nitrogenadas puedan ser muy altas, en especial en pacientes
traumatizados y quemados, no se recomienda aportes excesivamente elevados,
porque mientras que el aporte de protenas en cuanta de 1.5 g/kg/da reduce el
catabolismo proteico en 70%, su incremento a 2.2 g/kg/da produce un aumento
de la degradacin proteica neta.44 En Np el aporte habitual se realiza mediante
formulaciones de aminocidos estndar, donde la composicin en aminocidos
esenciales es similar a los requerimientos de las personas sanas. El enriquecimiento de la nutricin parenteral con aminocidos de cadena ramificada ha sido
estudiado sobre todo en pacientes spticos,45 pero no hay evidencia suficiente que
justifique su empleo. Actualmente hay evidencia suficiente para el uso rutinario
de glutamina en el paciente crtico,4648 en el que se comporta como un aminocido condicionalmente esencial. En Np se recomienda de 0.3 a 0.5 g/kg/da en forma de dipptidos de glutaminaalanina, que son ms estables y solubles. Su aporte en NE tambin ha demostrado una reduccin en la morbilidad e incluso en la
mortalidad en pacientes quemados y traumatizados,49 aunque no se ha demostrado todava en grupos heterogneos de pacientes crticos. Se ha constatado un mejor control en el metabolismo de la glucemia en los pacientes que reciben glutamina por va parenteral, ya que contribuira a disminuir la resistencia a la
insulina.50,51 En NE se emplean en general protenas intactas. Los oligopptidos
no han mostrado beneficios clnicos en cuanto a resultados o complicaciones digestivas. En cuanto al aporte de arginina, asociada a otros sustratos mediante NE,
se cuestiona su empleo en algunas poblaciones concretas de pacientes crticos,
pero algunos estudios han encontrado beneficios usando dietas de inmunonutricin en las que se aportaba arginina.52
Vitaminas y oligoelementos
Una combinacin de vitaminas antioxidantes y oligoelementos, incluyendo selenio, zinc y cobre, puede mejorar los resultados en pacientes crticos.53,54 Un meta-
24
(Captulo 2)
25
La obesidad est asociada con un mayor riesgo de desarrollar una serie de condiciones crnicas; por lo tanto, las personas obesas tienen probablemente un mayor
riesgo de hospitalizacin e ingreso en la UCI que las no obesas. Tambin se podra esperar que la obesidad estuviera asociada con peores resultados en pacientes crticamente pacientes. Entre estos padecimientos asociados se encuentran los
siguientes:58
1. Padecimientos cardiovasculares: insuficiencia cardiaca congestiva, hipertensin, enfermedad coronaria, dislipidemia.
2. Padecimientos respiratorios: hipoventilacin, apnea del sueo, asma, falla respiratoria.
3. Padecimientos gastrointestinales: enfermedad por reflujo gastroesofgico, hgado graso, gastroparesis, litiasis vesicular, padecimientos de la va
biliar, pancreatitis, hernias.
4. Padecimientos endocrinos: diabetes mellitus, sndrome metablico, sndrome de ovarios poliqusticos, hipotiroidismo, infertilidad.
5. Padecimientos neurolgicos y psicolgicos: enfermedad vascular cerebral, depresin, hipertensin intracraneal idioptica, desrdenes alimenticios.
6. Padecimientos hematolgicos: trombosis venosa profunda, estados hipercoagulables, estasis venosa crnica.
7. Padecimientos musculosquelticos: lumbalgia crnica, enfermedad degenerativa de las articulaciones.
8. Padecimientos inmunitarios e infecciosos: propensin a lceras por presin, infeccin de tejidos blandos, estado proinflamatorio persistente, pobre recuperacin de heridas.
9. Riesgo aumentado de cncer: renal, esofgico, pancretico, de mama,
ovrico, endometrial y prosttico.
26
(Captulo 2)
En la evaluacin inicial del paciente obeso en estado crtico se deben puntualizar dos conceptos:59,60
1. El primero compara sujetos de peso normal en ayuno, no sometidos a estrs.
Los sujetos obesos en ayuno, no sometidos a estrs, tienen una mayor cantidad de componentes plasmticos incluyendo sustratos, aminocidos y hormonas. En las personas con peso normal la respuesta metablica secundaria
a la lesin ocasiona un incremento en los requerimientos energticos y proteicos. Como resultado de esto los sustratos endgenos funcionan como
fuente de combustible y como precursores de la sntesis proteica. Esta respuesta es mediada por la epinefrina, el glucagn, el cortisol y la hormona
del crecimiento, los cuales regulan el flujo de los sustratos endgenos entre
los rganos y los tejidos. El efecto de la ciruga y el trauma en este medio
hormonal se desconoce en el paciente obeso; de cualquier manera los sujetos obesos tienen en apariencia ms riesgo que los individuos delgados para
desarrollar sepsis en el posquirrgico, bacteriemia y sepsis posterior a quemaduras. Se ha encontrado un aumento en la mortalidad de sujetos obesos
que presentan trauma contuso por incremento en la presencia de complicaciones pulmonares, y en los pacientes obesos con quemaduras la necesidad
de mayor tiempo de soporte ventilatorio.5961
2. Con el segundo concepto, al contrario de la creencia general, los pacientes
obesos con lesiones agudas tienen una respuesta catablica ante la lesin
similar a la de los sujetos con peso normal, lo cual los coloca en un riesgo
igual o mayor de presentar deplecin nutricional.62
Ante la presencia de estrs metablico, los lpidos endgenos cumplen la funcin
de ser la principal fuente energtica nicamente cuando otros sistemas de soporte
nutricional son insuficientes, en especial el derivado de las protenas. El resultado
final es el aumento en la oxidacin proteica con presencia de degradacin muscular en forma diaria. Es probable que uno de los trastornos metablicos ms frecuentes durante las patologas crticas, en especial en pacientes obesos, sea el
efecto de las hormonas contrarreguladoras en el control de la glucosa. Ante la
presencia de diabetes mellitus, una de las patologas que con ms frecuencia se
asocian con la obesidad, el aumento de las hormonas relacionadas al estrs como
el cortisol y las catecolaminas, provoca el empeoramiento de la resistencia a la
insulina. Cuando se combinan el aumento en la produccin endgena de glucosa
y la incapacidad para su adecuada oxidacin, la hiperglucemia asociada a enfermedad crtica es un hallazgo sumamente frecuente en los pacientes obesos. La
hiperglucemia es un factor que en forma independiente predice resultados adversos en diferentes patologas agudas, como la enfermedad vascular cerebral y el
trauma de crneo, as como un aumento en la incidencia de infecciones posoperatorias.63,64
27
28
(Captulo 2)
6. Ecuacin de IretonJones:65,69
Dependiente de ventilador: kcal/d = 1 784 + 5 (peso actual) 11 (a) + 244
(si es hombre) + 239 (si presenta trauma) + 804 (si presenta quemaduras)
Ventilacin espontnea: kcal/da = 629 11 (edad) + 25 (peso actual) 609
(si el IMC > 27 kg/m2)
7. Penn State:70
HarrisBenedict: kcal/d = 0.85 (ecuacin de HB) + 175 (Tmx) + 33 (Ve) 6 344
Mifflin: kcal/d = 0.96 (ecuacin de MSJ) + 167 (Tmx) + 31 (Ve) 6 212
9. Ecuacin de Cunningham:71
kcal/da = 370 + 21.6 (kg de masa libre de grasa)
29
cin, que incluyen: deterioro de la funcin de los msculos respiratorios, reduccin de la contractilidad cardiaca, aumento de la formacin de trombos, deterioro
de la funcin renal y deficiencia inmunitaria, entre otros. En el paciente crtico
la prevalencia de la desnutricin est reportada hasta en 50%, por lo que la valoracin del estado nutricional en el paciente hospitalizado permite conocer qu paciente est desnutrido y en qu grado, detectar qu pacientes requieren nutricin
artificial y evaluar la eficacia de la terapia nutricia.73
Los objetivos de la valoracin nutricional en el paciente crtico son:
30
(Captulo 2)
31
A = bien nutrido
B = riesgo o sospecha de desnutricin
c = desnutricin severa
32
(Captulo 2)
No
Severidad de la enfermedad
Estado nutricional
normal
Ausente
0 puntos
Requerimientos nutricionales
normales
Ausente
0 puntos
Leve
1 punto
Leve
1 punto
Moderado
2 puntos
Severo
3 puntos
Moderado
2 puntos
Severo
3 puntos
1 punto
Valoracin
Puntuacin total: suma deterioro del estado nutricional + gravedad de la enfermedad + ajuste
por edad
33
Score menor de 3
Score 1
Score 2
Score 3
Pacientes con enfermedades crnicas, quienes han sido hospitalizados por complicaciones secundarias a su enfermedad. Pacientes que por lo general deambulan. Requerimientos de protena pueden estar incrementados pero pueden ser cubiertos a
travs de una dieta convencional o a travs de suplementos
nutricionales
Pacientes encamados como consecuencia de su enfermedad.
Requerimientos de protenas se encuentran levemente incrementados, pero pueden ser cubiertos, aunque la nutricin artificial es requerida en la mayora de los casos
Pacientes en cuidados intensivos, con ventilacin mecnica. Los
requerimientos se encuentran incrementados, demandas que
en algunos casos son difciles de cubrir a pesar de manejarse
con nutricin artificial
RECOMENDACIONES
1. Ni los parmetros antropomtricos ni los marcadores bioqumicos ms
frecuentes utilizados en la evaluacin del estado nutricional deben recomendarse en la prctica clnica habitual en los pacientes crticos (C).
2. Para valorar el estado nutricional al ingreso puede utilizarse la prdida de
peso, el IMC o la VSG. Para monitorear la realimentacin se puede emplear el balance nitrogenado, la prealbmina, el retinol y la 3MH. Para
valorar la respuesta metablica pueden ser tiles la excrecin de urea, el
balance nitrogenado y la 3MH. Como parmetros de pronstico se pueden emplear el balance nitrogenado y la albmina (C).
3. A modo orientativo se puede recurrir a la utilizacin de los parmetros de
valoracin y seguimiento propuestos en el cuadro 23.
4. El mtodo ms confiable en la prctica diaria para el clculo del gasto energtico es la calorimetra indirecta (A). El mtodo de Fick y los mtodos
estimativos no presentan una buena correlacin con el gasto energtico
medido mediante calorimetra indirecta en el paciente crtico (B).
34
(Captulo 2)
Parmetro
Al ingreso
Diario
Una vez a la semana
35
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40
(Captulo 2)
3
Metabolismo proteico del
paciente en estado crtico
Los pacientes crticos presentan modificaciones importantes en sus requerimientos energticos en las que intervienen la situacin clnica, el tratamiento aplicado
y el momento evolutivo.1 Estos pacientes se caracterizan por estar en un estado
hipermetablico y tener una respuesta catablica elevada.2 El conocimiento de
las alteraciones metablicas permite determinar la capacidad de respuesta de estos pacientes, as como la magnitud de la agresin.3 En los pacientes crticos ms
de 20% de las protenas se pierden en las primeras tres semanas de estada, en su
mayor parte durante los primeros 10 das siguientes al dao.4,5
Cerca de 70% de las protenas perdidas provienen del msculo esqueltico. En
lesiones traumticas severas la excrecin del nitrgeno urinario puede alcanzar
ms de 30 g de nitrgeno diario, lo que significa un equivalente de 1 kg de masa
magra.4,5 Las prdidas de nitrgeno pueden ocurrir en el paciente crtico por otras
vas no fisiolgicas, amplificando las prdidas totales.6 La creatininuria va a expresar el estado metablico de la masa muscular e inferir el estado de sta. Los
valores bajos pueden relacionarse con una reduccin del catabolismo celular
muscular y con ello con una disminucin de la masa muscular. Las cifras elevadas
en estos pacientes permiten apreciar un aumento del catabolismo celular y la presencia de una masa muscular adecuada.3 La creatininuria como expresin del metabolismo celular muscular da una idea de en qu condiciones se encuentra este
tejido y de su capacidad de soporte en respuesta a la agresin. Se ha reportado que
la creatininuria puede ser un indicador del catabolismo celular; un incremento de
la creatinina urinaria, as como de la excrecin de nitrgeno total en la orina, es
expresin fisiolgica del hipercatabolismo.7 El catabolismo en estos pacientes
41
42
(Captulo 3)
43
Respuesta fsica
Prdida de calor
Prdida de fluidos
Respuesta hormonal
incrementada:
Epinefrina
Norepinefrina
Cortisol
Glucagn
Insulina
Respuesta metablica
Flujo de glucosa incrementado
Glucogenlisis
Gluconeognesis
Ciclos futiles incrementados
Movilizacin de grasa
Ruptura de musculosqueltico
Herida
Respuesta inflamatoria
Activacin de leucocitos
Produccin de citocinas
Produccin de factor de crecimiento
Produccin de factor quimiotctico
Figura 31. Adaptada de S. Hill, 2013.14
Lesin sea
grave
Lesin grave
por quemadura
Semana 24
Semana 10
Semana 5
Semana 4
Semana 3
Semana 2
Semana 1
50
100
150
200%
44
(Captulo 3)
Lesin sea
grave
Lesin grave
por quemadura
Semana 24
Semana 10
Semanas 56
Semanas 45
Semanas 23
Semana 1
g/da
10
15
20
25
30
35
dor tan confiable, sobre todo durante el periodo temprano de la respuesta de fase
aguda, debido al retraso en la respuesta anablica. Sin embargo, es un buen marcador de la respuesta inflamatoria sistmica; cuando hay parmetros inflamatorios estables s puede ser un adecuado indicador de la respuesta a la intervencin
nutricional. Para monitorear la respuesta de fase aguda es necesario medir la protena C reactiva: se debe medir dos veces por semana junto con la prealbmina
para tener un panorama claro del estado metablico (anabolismo vs. catabolismo). Cuando existe falla orgnica mltiple, sndrome de respuesta inflamatoria
sistmica y sepsis, la procalcitonina es un buen indicador.15 En un estudio reciente sobre pacientes en la unidad de cuidados intensivos las cifras de urea plasmtica se asociaron con la mortalidad hospitalaria, lo cual se interpreta como resul-
CHO
50%
Grasa
35%
CHO
60%
Protena
15%
Grasa
15%
Protena
25%
45
Recuperacin nutricional
Respuesta metablica
Seguimiento nutricional
Pronstico
Prdida de peso
ndice de masa corporal
ndice creatinina/talla
Colesterol srico
Valoracin subjetiva global o escrutinio inicial
Balance nitrogenado
Prealbmina
Protenas sricas
Albmina (con reservas)
Excrecin de urea
3metilhistidina
Protenas de fase aguda
Prealbmina
Albmina
Funcin muscular
Balance nitrogenado
Albmina26
RECOMENDACIONES
El aporte de los requerimientos energticos y proteicos a los pacientes crticos es
complejo, pues debe considerar tanto las circunstancias clnicas como su mo-
46
(Captulo 3)
Un balance nitrogenado positivo indica un buen progreso y la meta debe ser mantenerlo positivo de 4 a 6 g con un aporte suficiente de caloras no proteicas.8
Las prdidas nitrogenadas son mayores en pacientes con ciruga de abdomen
abierto que en cualquier otro tipo de ciruga, por lo que se propone aumentar la
protena a 2 g de nitrgeno por litro de gasto de lquido abdominal.18
Las frmulas enriquecidas con aminocidos de cadena ramificada se han probado sobre todo en pacientes spticos, pero no hay suficiente evidencia para justificar su uso. Existe suficiente evidencia para el uso de glutamina en pacientes cr-
47
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Control estricto de la glucosa
Martn de Jess Snchez Ziga, Sandra Elizondo Argueta
INTRODUCCIN
La hiperglucemia de estrs es comn en los pacientes crticamente enfermos y
se presenta como un marcador de gravedad; se define como la elevacin de la glucosa sangunea en presencia de una enfermedad aguda, y se observa no slo asociada a pacientes con diabetes, sino tambin en pacientes que previamente no se
conoca que tuvieran algn trastorno de la glucosa. La hiperglucemia en el paciente crtico sugiere en forma inmediata la alteracin del metabolismo de la insulina y su relacin directa con el proceso inflamatorio al cual est expuesto el
paciente. Varios mecanismos forman parte de la hiptesis que explica cmo se
presenta la hiperglucemia y sobre todo el porqu de sus efectos deletreos en el
organismo. En la ltima dcada se han presentado diferentes sugerencias para el
manejo de la hiperglucemia, desde el control estricto y el no control hasta un control moderado. Sin embargo, an se requiere ms evidencia para determinar tanto
el papel fisiopatolgico de la hiperglucemia de estrs y la actuacin de la insulina
en este proceso como su papel protector o de dao en el paciente crtico.
MECANISMOS FISIOPATOLGICOS
La hiperglucemia en el paciente crtico se ha descrito como una respuesta endocrina normal del organismo ante un evento de estrs agudo o crnico, caracteriza49
50
(Captulo 4)
51
S Antiinflamatorios:
S Disminucin de citocinas proinflamatorias
S Disminucin en los niveles de NFkb
S Incremento en los niveles de Ikb
S Supresin de la accin de PAI1
S Coagulacin:
S Supresin del factor tisular
S Supresin de PAI1
S Supresin de metaloproteinasas
S Efectos a nivel celular:
S Previene la disfuncin mitocondrial
S Mejora el perfil lipdico
S Efectos antiapoptsicos
S Sistema cardiovascular:
S Incremento en la formacin de xido ntrico y su expresin a nivel endotelial
S Efectos cardioprotectores
52
(Captulo 4)
SEPSIS E HIPERGLUCEMIA
El rol de la sepsis en el desarrollo de la hiperglucemia est relacionado con la presencia de citocinas proinflamatorias, las cuales inician su participacin al activarse
la respuesta inmunitaria mediante el reconocimiento de los PAMP (pathogen
associated molecular patterns) por los TLR (tolllike receptors), desarrollndose as la activacin del factor nuclearkb (NFkb), el cual regula la transcripcin de diversas e importantes citocinas proinflamatorias, como el factor de
necrosis tumorala (TNFa), IL1, IL6, IL8 e IL12. El proceso mediante el
cual las citocinas producen resistencia a la insulina deriva en la fosforilacin de
residuos de serina, lo cual induce la disociacin de los sustratos de receptores de
insulina (IRS), su degradacin y su conformacin como inhibidores de la cinasa
receptora de insulina. Diversas molculas adems de las citocinas se han visto
relacionadas con esta fosforilacin de residuos de serina, como AKt, mTOR
(mammalian target of rapamycin), inhibidor de la cinasa Ikkb, cjunNHterminal cinasa (JNK), ERK, etc., as como metabolitos de cidos grasos como diacilglicerol y ceramidas, entre otros.1113
El TNFa es la principal citocina implicada en la patognesis de la sepsis y
uno de los principales reguladores de procesos celulares como inmunidad, diferenciacin, proliferacin, uso de energa y apoptosis. En el caso de la hiperglucemia de estrs y resistencia a la insulina, esta citocina suprime la expresin a nivel
celular del receptor de insulina, IRS y GLUT4, mediante mecanismos de alteracin en la traslacin y la transcripcin. Los eventos transcripcionales requeridos
por TNFa para inducir resistencia a la insulina pueden involucrar la actividad
transcripcional de NFkb, el cual normalmente se encuentra inactivo por secuestro en el citoplasma por protenas inhibitorias. Diversos estmulos como la unin
de TLR4 a lipopolisacridos y TLR2 con productos bacterianos grampositivos
(peptidoglucanos), sacridos, estrs fsico y qumico y citocinas inflamatorias,
entre otros, activan el complejo NFkbIkb a travs de fosforilacin y degradacin proteoltica de Ikb, permitiendo la translocacin de NFkb al ncleo celular
al unirse a regiones promotoras de genes inflamatorios. As se inicia la transcripcin de citocinas inflamatorias, molculas de adhesin celular, entre otros mediadores, lo que produce un crculo vicioso.1215
53
NUTRICIN E HIPERGLUCEMIA
La ingesta de 75 g de glucosa muestra en la generacin de superxidos un incremento de ms de 140% comparado con el estado basal. Una dosis equicalrica
de grasa resulta en un incremento similar del estrs oxidativo, generando as un
estado inflamatorio con incremento intracelular de NFkb, en la expresin de
IKk, en la activacin de receptores nucleares incluyendo PPAR, en el incremento
en la expresin de metaloproteinasas y en el factor tisular e inhibidor del activador de plasmingeno1 (PAI1). Las cargas excesivas de dextrosa administrada
no pueden ser oxidadas ni almacenadas, lo que genera hiperglucemia, hiperinsulinemia y estimulacin continua del proceso inflamatorio. Se ha demostrado que
pacientes no diabticos que reciban nutricin parenteral con infusin de glucosa
mayor de 4 mg/kg/min tenan un alto riesgo de desarrollar hiperglucemia, hiperinsulinemia y complicaciones como infeccin e incremento del cociente respiratorio.1820
EFECTOS DELETREOS
SECUNDARIOS A HIPERGLUCEMIA
La presencia de hiperglucemia en el paciente crtico est asociada a una serie de efectos deletreos en el organismo y en la morbimortalidad, ya demostrado en patologas como trauma, infarto agudo de miocardio y pacientes con quemaduras.21,22
El estado inflamatorio y la respuesta al estrs agudo al alterar la funcin de los
transportadores de glucosa permiten el desarrollo de hiperglucemia, ya que al no
54
(Captulo 4)
VARIABILIDAD GLUCMICA
La variabilidad glucmica es una alteracin importante que se haba abordado
poco en el paciente en estado crtico, en quien se ha observado que la complejidad
del perfil glucmico con el que cursa est relacionada con el riesgo de muerte.
Los estudios iniciales mostraron que esta variabilidad es un factor de riesgo con
55
valor significativo e independiente para el incremento en la mortalidad del paciente. Al principio se consideraba que la menor variabilidad poda estar asociada
a una mejor vigilancia mdica, que muestra una mejor evolucin del paciente por
el cuidado que se le tiene; sin embargo, los estudios posteriores mostraron que
la presencia de una mayor variabilidad glucmica desencadenaba un estado de
mayor estrs oxidativo en comparacin con un estado con hiperglucemia persistente y estrs oxidativo relacionado con el proceso inflamatorio, y que poda ser
parte de la explicacin de la importancia de evitar esta variabilidad.3032
CONTROL DE LA GLUCOSA
El Estudio Leuven de terapia intensiva con insulina es el primero que observa que
la terapia intensiva con insulina (TII) reduce la mortalidad y morbilidad entre
pacientes que ingresaron a una UTI. Anlisis logsticos de regresin multivariados mostraron que el control de la glucosa, y no las dosis de insulina administrada, explicaba los efectos benficos de la terapia con insulina en los pacientes crticos. Eran necesarios niveles de glucosa menores de 110 mg/dL para prevenir la
presencia de comorbilidades como bacteremia, anemia e insuficiencia renal aguda. El nivel de hiperglucemia fue un factor de riesgo independiente para el desarrollo de neuropata y la reduccin absoluta en la mortalidad fue de 3 a 4%, y el
beneficio en la sobrevida se asoci con una reduccin del riesgo absoluto de 8%
cuando la terapia con insulina se continuaba por lo menos por tres das. Sin embargo, en un segundo estudio de los mismos autores ya no se observ una importante reduccin en la mortalidad, y cuando se realiza en forma conjunta el anlisis
de los dos estudios se observa que la mortalidad de los pacientes con TII disminuy 5% vs. los que fueron tratados en forma convencional (niveles de glucosa entre
180 y 200 mg/dL).3337
Estos resultados llevaron a que los esfuerzos en la comunidad mdica estuvieran dirigidos a lograr un control estricto de los niveles de glucosa a travs de la
TII; sin embargo, el riesgo inminente fue la hipoglucemia y no una diferencia significativa en la mortalidad, resultados observados en los estudios VISEP, GLUCONTROL y NICESUGAR. Luego de estos estudios se han publicado tres metaanlisis y otras revisiones sistemticas, los cuales concluyen que la TII no es
benfica en los pacientes crticos e incrementa el riesgo de hipoglucemia; no obstante, las conclusiones siguen siendo muy controversiales.3845
Las sociedades de medicina crtica y las asociaciones europea y americana de
nutricin enteral y parenteral han publicado sus recomendaciones a travs de
guas de tratamiento en las que mantienen con un grado C el nivel de evidencia
para el control de la glucosa en el paciente crtico, adems de considerar la varia-
56
(Captulo 4)
bilidad glucmica y el error durante la medicin como factores que podran modificar la conducta de tratamiento. Las guas para el uso de la insulina en infusin
para el manejo de la hiperglucemia en pacientes crticamente enfermos (publicadas en 2012) recomiendan realizar las intervenciones necesarias para evitar llevar
los niveles de glucosa sangunea por debajo de 150 mg/dL, y no mayores de 180
mg/dL; para ello sugieren establecer un protocolo seguro de infusin de insulina,
medicin frecuente de los niveles de glucosa sangunea y sobre todo evitar el uso
de medicin de glucosa capilar por puncin en dedos, as como dar preferencia
a la medicin de muestras de sangre arterial o venosa.4648
Las guas de la Campaa para el Incremento de la Sobrevida en Sepsis,49 publicadas en 2013, recomiendan:
1. Un abordaje protocolizado del manejo de la glucosa sangunea de los pacientes con sepsis grave e iniciar con una dosis de insulina cuando dos mediciones consecutivas de glucosa sean mayores de 180 mg/dL, mantener una
glucosa objetivo menor de 180 mg/dL y evitar llevar los niveles a glucosas
menores de 110 mg/dL (alto nivel de evidencia).
2. Los valores de glucosa deben ser monitoreados cada hora o cada dos horas
hasta que los valores de glucosa y la velocidad de infusin de insulina se
mantengan estables (bajo nivel de evidencia).
3. Los resultados obtenidos por las mediciones de la glucosa por puncin capilar deben ser interpretados con cautela, ya que podra existir una importante
diferencia de la glucosa arterial o plasmtica (no graduado).
CONCLUSIONES
La hiperglucemia de estrs y la resistencia a la insulina son dos de los principales
hallazgos relacionados con alteraciones metablicas en el paciente crticamente
enfermo, donde estn interrelacionados mltiples mecanismos fisiopatolgicos.
Actualmente se tiene evidencia de que ante la presencia de hiperglucemia, hipoglucemia y variabilidad glucmica existe un incremento en la mortalidad del
paciente. Antes se consideraba que el control estricto de la glucosa era uno de los
principales mecanismos para disminuir la morbimortalidad de los pacientes en
la UTI; sin embargo, la revisin ms estricta de los protocolos utilizados refut
esta propuesta, por lo que la recomendacin actual es la vigilancia estricta del paciente para evitar los factores que pudieran llevar a los graves cambios de los
niveles de glucosa sangunea (variabilidad glucmica), y procurar a travs de
protocolos seguros el mantener los niveles entre 140 y 180 mg/dL. Por supuesto,
hasta que las nuevas evidencias sugieran otras recomendaciones.
57
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60
(Captulo 4)
5
Nutricin enteral temprana
Alexis Bolio Galvis
INTRODUCCIN
La nutricin es el producto de una interaccin compleja y dinmica entre la informacin gentica y su particular historia ambiental. Actualmente en Mxico se sufre una transicin epidemiolgica compleja entre la pobreza y la riqueza, lo que
genera amplias reas marginadas en las zonas rurales.1 Asociado a esto, la nutricin en general depende de factores culturales, sociales, econmicos y polticos.
Todo esto, as como la cercana y la influencia anglosajonas, ha generado que
en el pas se presente un cuadro excepcional con altos ndices de obesidad (de
30% en adultos y de 26% en nios), aunque sin dejar de ser un pas con altos ndices de desnutricin.2
Aunado a esto, los trastornos de la alimentacin van aumentando y hoy en da
el porcentaje de ingresos por anorexia y bulimia ha crecido de 1.9 a 67.9% en los
ltimos ocho aos.3
En Mxico los estudios realizados en hospitales de concentracin demuestran
que aproximadamente entre 54 y 64% de los pacientes hospitalizados presentan
algn tipo de alteracin nutricional.4
REALIDADES
Todo lo anterior lleva a pensar en lo poco que preocupa a los mdicos los aspectos
nutricionales de sus pacientes, ya que siguen dando un servicio de alimentos de
61
62
(Captulo 5)
mala calidad y en ocasiones solicitan a los familiares que sean ellos quienes alimenten a los enfermos hospitalizados. Los mdicos creen que saben, por osmosis, dar indicaciones de aporte nutricional especializado por el simple hecho de
que son mdicos, cuando la realidad es que no han recibido preparacin alguna;
no tienen las bases ms simples de la nutricin, tomando en cuenta que hoy es una
verdadera teraputica que puede complicar a un enfermo y en ocasiones llevarlo
a la muerte. Con frecuencia han visto indicaciones nutricionales errneas y debido a la posibilidad de cobrar honorarios, no permiten que un especialista del rea
aplique la teraputica nutricional adecuada. Para los servicios hospitalarios en
general, la prioridad ltima es la nutricin y suele considerarse que un aporte especializado es un gasto innecesario, cuando que atender el aspecto nutricional de
los enfermos es no slo un derecho humano, sino una obligacin.
Es importante mencionar que hoy, en Mxico, hay pocos hospitales que hayan
implementado equipos de soporte nutricional como parte de su atencin diaria
y stos por lo general no estn trabajando como deberan, ya que la nica razn
para ello es cumplir con certificaciones diversas.
Hoy se sabe que tomar un curso corto de nutricin bsica aumenta de manera
importante la interconsulta en estos aspectos.5
El departamento de dietas est ntimamente relacionado con el aumento de
costos y tiempos de estancia intrahospitalaria, ya que son los encargados de otorgar la nutricin de calidad y con las caractersticas adecuadas al enfermo.6
Es bien conocido que la malnutricin es una causa del aumento de costos de
hospitalizacin, de los das de estancia intrahospitalaria y de las complicaciones
y la morbilidad; tambin se sabe que la adecuada aplicacin de un soporte nutricional y ms especfico (de tipo temprano cuando no se trate de un enfermo crtico) reduce estos aspectos de forma considerable.711 Otros estudios han proclamado de forma puntual no slo que el aporte nutricional logra estos efectos
benficos en los pacientes, sino que cuando es posible la va enteral, esto mejora
en mucho estas respuestas.12
Hoy en da ya se empieza a acuar nuevos trminos en la nutricin clnica,
como ecoinmunonutricin, que significa aplicar probiticos en el aporte para mejorar las caractersticas de la flora intestinal, lo que logra un descenso de los efectos de la translocacin bacteriana.13
Asimismo, se sabe que el administrar un manejo nutricional enteral antes de
generar la agresin en el enfermo (ya sea ciruga, quimioterapia o radioterapia,
etc.) de 10 a 15 das antes de un procedimiento reduce de forma importante las
complicaciones posoperatorias y mejora la evolucin transhospitalaria. De hecho, esto mismo se ha seguido para realizar las recomendaciones actuales de la
ciruga de corta evolucin (fast track surgery), y tambin la alimentacin temprana en el posoperatorio mejora los tiempos de recuperacin y el estrs oxidativo y reduce la posibilidades de complicaciones mayores.14,15
63
64
(Captulo 5)
est bien nutrido, moderadamente desnutrido o en riesgo de desnutricin. Por ltimo, el paciente puede estar severamente desnutrido, lo que puede adjuntarse a
los marcadores nutricionales bioqumicos ms comnmente utilizados, que son:
albmina, prealbmina, transferrina, linfocitos y balance nitrogenado. Adems,
se puede complementar con mediciones antropomtricas como los pliegues tricipital, bicipital, subescapular, etc. Por supuesto, habr que tomar en cuenta siempre el diagnstico de base y cmo afecta al balance nutricional y a las condiciones
del enfermo.
Ya se han publicado en Europa, Canad y EUA guas especficas para el manejo del paciente en el perioperatorio y sin importar cul se prefiera, prcticamente todas comentan los mismos puntos que se muestran a continuacin.
El manejo nutricional especializado lo ameritan pacientes que han presentado
un descenso de peso de 10% o ms en los ltimos seis meses, cuyo ndice de masa
corporal sea menor de 10, cuyo resultado de la valoracin global subjetiva resulte
como severamente desnutrido, o cuya albmina est por debajo de 3 g/dL. Asimismo, y como ya se mencion, hay que dar aporte parenteral si el paciente permanecer siete das o ms en ayuno, o cuando el enfermo no pueda consumir
cuando menos 60% de sus requerimientos. Por supuesto, siempre se considerar
el aporte mixto.
Slo se deber contraindicar la nutricin enteral cuando el paciente presente
isquemia intestinal, oclusin intestinal o estado de choque; por lo dems, el tubo
digestivo deber ser la va predilecta para el mayor aporte.
Existen muchas formas de iniciar y calcular el aporte adecuado; no importa el
mtodo mientras se recuerde no dar una gran cantidad de caloras, sino un aporte
ligeramente bajo.
Esto ha comprobado hasta el momento que es la mejor forma de administrar
y favorecer la mejor evolucin, calculando el aporte de 25 a 35 kcal/kg/da, y en
el caso de los pacientes obesos, 21 kcal/kg/da. Evidentemente ya se sabe, y vale
la pena comentarlo, que la mejor forma de calcular el aporte calrico es a travs
de la calorimetra indirecta.
El aporte siempre deber contener los tres macronutrientes: carbohidratos, lpidos y protenas. Nunca se debe eliminar uno de ellos, pues eso no ha comprobado nada en absoluto.
Los aportes debern ser:
S Protenas: de 1.2 a 2 g/kg/da.
S Carbohidratos: de 3 a 6 mg/kg/min.
S Lpidos: de 10 a 25% del total del aporte.2224
Es mejor mantener nutriciones hipocalricas que hipercalricas, evitar siempre
la sobrealimentacin y vigilar en todo momento la hiperglucemia y el sndrome
de sobrealimentacin.
65
La inmunonutricin, que contiene aminocidos de cadena ramificada, glutamina, lpidos omega 3, nucletidos y arginina, deber reservarse slo para aquellos pacientes que presenten la indicacin adecuada para ella, y de forma general
recordar que tiene contraindicaciones especficas, como en el estado de choque
y en la inestabilidad hemodinmica.
En suma, el manejo nutricional siempre estar enfocado en beneficiar la evolucin del paciente, sobre todo de aquel con desnutricin o con riesgo de tenerla.
El administrar el aporte adecuado antes del evento cruento siempre ser mejor
que despus del evento; si no se tiene la opcin preoperatoria se deber iniciar
el aporte de forma temprana (en las primeras 72 h).
La opcin mixta siempre deber ser tomada en cuenta ya que ofrece buenos
resultados, pero cabe recordar que la va enteral ser siempre la predilecta y an
ms si es de forma temprana.
Deber evitarse siempre dar el aporte nutricional con frmulas magistrales:
stas no aportan ni la cantidad ni la calidad de macronutrientes que se requiere
para administrar una teraputica nutricional adecuada.25,26
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6
Actualidades en nutricin parenteral
Amado de Jess Athi Athi, Carlos Lpez Caballero,
Alejandro Daz Girn Gidi, Diego Martn Garca Vivanco
ANTECEDENTES HISTRICOS
El advenimiento de la modernizacin de las tcnicas de nutricin parenteral supuso un gran avance en la evolucin y el pronstico de una gran cantidad de pacientes, ya que antes muchos fallecan a causa de la desnutricin.
La leche fue el primer nutriente completo en ser administrado por va intravenosa a los pacientes. Su pionero fue Older, quien en 1873 la utilizaba no tanto
para nutrir sino para combatir la deshidratacin en la epidemia de clera, ya que
se crea que era lo ms parecido a la sangre. Por supuesto, los pacientes moran
o presentaban reacciones anafilcticas serias acompaadas de fiebre alta.
Quiz haya sido Meng, en 1949, el primero en utilizar en perros la mezcla completa de los seis nutrientes bsicos: protenas, grasas, carbohidratos, vitaminas,
electrlitos, algunos elementos traza (oligoelementos) y agua.
Dudrick present en 1968 un trabajo clave en el cual infunda glucosa hipertnica y otros nutrientes con fines especficos de nutricin a travs de un catter
insertado en la vena cava superior, aunque an no aportaba grasas como elemento
calrico y nutritivo.1
Mientras tanto, la escuela sueca de Wretlind y las investigaciones de Jeejeebhoy marcaban la pauta en la nutricin parenteral.2,3,9,21
En las dcadas de 1960 y 1970 se distinguieron dos escuelas: la americana, de
Dudrick y Roads, que utilizaba como nutrientes esenciales aminocidos (AA) y
glucosa (sistema glucosa) administrados por va central, y la europea, de Wretlind, que aada lpidos, lo que permita bajar la cantidad de aporte de glucosa y,
67
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(Captulo 6)
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(Captulo 6)
sobrevivieron y los 5 con LipumolR fallecieron. Parece ser que las partculas
grasas provenientes del algodn son eliminadas ms rpidamente que las que
proceden del IntralipidR o de los quilomicrones naturales, determinando una
agregacin de partculas que quedan atrapadas en el pulmn, el hgado y el sistema retculo endotelial (SRE).28,29,32
La seguridad del IntralipidR qued perfectamente demostrada por los estudios de Hallberg5 y Rssner,6 que revelan una cintica similar a la de los quilomicrones, de modo que cuando las partculas son infundidas son recubiertas por una
apoprotena procedente de las lipoprotenas de alta y muy baja densidad, de este
modo son fcilmente hidrolizadas por la lipoproteinlipasa a cidos grasos libres.
Estudios con C14 revelan una ulterior oxidacin a CO2, H2O y energa, siendo
mayor la de los cidos grasos insaturados que la de los saturados. La oxidacin
es idntica cuando se utiliza la va enteral y no la IV, aunque es ms rpida en las
primeras horas cuando se utiliza la IV debido al retraso que supone la absorcin
intestinal. Adems, es mayor en situaciones de desnutricin que en normonutricin. En NPT la oxidacin es mayor cuando se administra junto a glucosa que
cuando slo se aporta grasa. Entre las dcadas de 1930 y 1950 se aislaron casi todas
las vitaminas y despus de la Segunda Guerra Mundial se realizaron grandes avances en instrumentacin y equipos de determinacin analtica que permitieron profundizar en el conocimiento del metabolismo intermediario. Ello inclua desde
tcnicas colorimtricas hasta la cromatografa y el inmunoensayo, pasando por
el anlisis del intercambio de gases en la funcin respiratoria, ya en 1964.15,16,29
A finales de la dcada de 1960 Dudrick, uno de los padres de la alimentacin
parenteral moderna, utilizaba aportes de 2 500 a 3 500 kcal con 100 a 120 g de
protenas, con lo que el pronstico de los pacientes mejor de manera ostensible.
Es evidente que no se conoca el problema de las sobrecargas calricas sobre la
funcin respiratoria.21,27
A partir de la dcada de 1970, y en el periodo comprendido hasta 1985, se profundiz en el conocimiento de la malnutricin hospitalaria y en la bsqueda de
parmetros que permitan su valoracin y cuantificacin, as como en el establecimiento de ndices pronsticos. Para ello se introdujeron la antropometra, los
marcadores bioqumicos, la prueba de inmunidad y otros mtodos que permitan
mejorar el control de los pacientes.17,30
Igualmente se profundiz en la determinacin de sus indicaciones y en las
complicaciones tcnicas y metablicas. Las medidas de composicin corporal,
la calorimetra indirecta, los balances metablicos y los estudios isotpicos se introdujeron para distintas patologas y fueron implementados para mejorar la aplicabilidad de la alimentacin parenteral. Fueron especialmente interesantes los
estudios con glucosa isotpica para estudiar la hiperglucemia del paciente hipercatablico, para comprobar si su oxidacin disminuye o no, cul es el lmite de
la capacidad mxima de oxidacin de la glucosa, el comportamiento de la oxida-
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(Captulo 6)
73
cial y el establecimiento de guas de nutricin clnica, en las unidades de elaboracin se ha evolucionado hacia la redaccin de protocolos y la estandarizacin de
las formulaciones de NP.
Por su parte, la industria farmacutica basndose en estas premisas ha impulsado la comercializacin de preparados estndar binarios (aporte proteico y glucdico) y terciarios o todo en uno (aporte nitrogenado, glucdico y lipdico). La
composicin de estas frmulas est basada en las recomendaciones de consenso
de soporte nutricional, por lo que con su administracin se puede cubrir una amplia gama de situaciones clnicas y metablicas, a la vez que supone un ahorro
de tiempo y dinero. Sin embargo, el mayor conocimiento de las alteraciones metablicas especficas de determinadas situaciones clnicas requiere un abordaje
nutricional individualizado en el que la utilizacin de preparados estndar presenta algunos inconvenientes debido a la rigidez de su composicin. Entre estos
inconvenientes se podra pensar en la ausencia de nutrientes especficos o farmaconutrientes, en el aporte calrico excesivo o insuficiente y en la falta de adaptacin a perfiles clnicos especficos (estrs, sepsis, hipoalbuminemia severa, alteraciones hepticas, hipertrigliceridemias, alteraciones electrolticas). En este
contexto se genera una hiptesis de trabajo basada en que los rangos calricos
aportados con nutricin parenteral estndar (NPE) cubren los requisitos calricos
de los pacientes adultos hospitalizados en unidades quirrgicas.32,33,3739
74
(Captulo 6)
75
al nitrgeno ureico total ya calculado hay que sumarle las prdidas de la materia
fecal y el tegumento. El nitrgeno fecal est compuesto por clulas descamadas,
bacterias y protenas no absorbidas de la dieta, lo cual implica un espectro de excrecin de 0.2 a 4 g/N/da.47
La idea es que este equilibrio se acerque lo ms posible a la neutralidad aumentando el aporte proteico de la nutricin parenteral si es persistentemente negativo,
para evitar o minimizar el consumo catablico de las protenas endgenas, que
a la larga disminuyen la masa magra corporal.47
El clculo del equilibrio nitrogenado es una herramienta til no slo para evaluar si la ingestin (aporte) de protenas es adecuada, sino tambin para determinar el grado de catabolismo inducido por la enfermedad. Por ejemplo, se estima
que si la prdida de nitrgeno ureico total es de 10 a 15 g/da se trata de un catabolismo moderado, pero si es mayor de 15 g/da el catabolismo es severo. El objetivo de la nutricin parenteral es lograr un equilibrio positivo de nitrgeno mximo
de 4 a 6 g/da.47
SOLUCIONES DE AMINOCIDOS
Hay diversas soluciones disponibles para cuadros clnicos especficos. Las ms
utilizadas contienen aproximadamente 50% de aminocidos esenciales y 50% de
no esenciales y semiesenciales.48
Glutamina
Tiene efectos musculares, intestinales (proliferacin de clulas de la mucosa, disminucin de la permeabilidad de la mucosa), pulmonares (nutriente especfico
para el neumocito) e inmunitarios (estimula la funcin inmunitaria). Tambin nutre al rin, donde se convierte en arginina va citrulina. Ha generado buenos resultados en pacientes posoperados, en los que tienen intestino corto, en los trasplantados de mdula sea y en los enfermos crticos. Se ha informado que mejora
el equilibrio nitrogenado, previene la atrofia de la mucosa intestinal y la alteracin de la permeabilidad, y que disminuye las complicaciones infecciosas, el
tiempo de hospitalizacin y la mortalidad. La dosis recomendada es de 20 a 30
g/da o de 20 a 30% de las caloras proteicas o ms de 0.2 g/kg/da.49
Arginina
Este aminocido ha despertado un extraordinario inters debido a su efecto en los
traumatismos, ya que estimula la respuesta inmunitaria y la cicatrizacin de las
76
(Captulo 6)
Selenio
El selenio es un micronutriente esencial para el hombre. Los estados de respuesta
inflamatoria sistmica (RIS) y disfuncin orgnica mltiple (DOM), tales como
sepsis severa, trauma grave, pancreatitis severa y quemaduras crticas, se caracterizan por la existencia de estrs oxidativo. Estos eventos conducen a un estado
de deficiencia del estado nutricional de selenio endgeno y de las diferentes selenoenzimas, en especial la glutatin peroxidasa y la selenoprotena P, y no es posible reponerla con el aporte de selenio habitualmente utilizado en el soporte nutricional enteral o parenteral estndar, que no supera los 50 a 100 mg/da.51
Ha sido demostrada la existencia de una correlacin directa entre el grado de
deplecin de selenio y la severidad de la enfermedad crtica. En los ltimos aos
numerosos estudios clnicos han investigado los efectos de la suplementacin de
selenio en pacientes crticos con RISDOM. Esta estrategia teraputica sera capaz de mejorar los resultados optimizando el pronstico de la enfermedad crtica.51
En medicina crtica y en nutricin clnica, el rol biolgico mayor del selenio
reside en dos propiedades fundamentales: la funcin antioxidante protectora de
la lesin oxidativa y la inmunomodulacin. Esta ltima propiedad reside en los
efectos del selenio sobre la optimizacin de la respuesta inmunitaria celular y
humoral mediante la mejora de los fenmenos de fagocitosis, actividad de las
clulas asesinas naturales, proliferacin de los linfocitos T y sntesis de inmunoglobulinas.51
Las Guas de la ASPEN del ao 2001 establecen que en los pacientes quemados crticos adultos no est definido el uso de la rutina de nutrientes antioxidantes, siendo sta una recomendacin grado B.52
Por su parte, las Guas de la ESPEN publicadas recientemente recomiendan
en el subgrupo de pacientes quemados crticos un aporte de una dosis diaria mayor de selenio, cobre y zinc en relacin a la dosis estndar de estos tres micronutrientes (recomendacin grado A).53
En un metaanlisis publicado por Heyland y col. se afirma que la dosis de selenio asociada a una reduccin de la mortalidad en pacientes crticos debe ser de
500 a 1 000 mg/da (p = 0.10).54
77
gstrica o nasoyeyunal. Con valores mayores de 250 mL se considera intolerancia a la va enteral de alimentacin; los equivalentes a un residuo gstrico elevado
en pacientes sin sonda enteral son: distensin abdominal, nuseas y vmito. La
intolerancia a la va enteral en pacientes bajo sedacin y con ventilacin mecnica se ha relacionado con mayor incidencia de neumona asociada a ventilador
(NAV). Sin embargo, un reciente estudio multicntrico de Reignier y col. demostr que el monitoreo del residuo gstrico en pacientes bajo ventilacin mecnica
con inicio de nutricin enteral temprana (primeras 36 h despus de la intubacin
endotraqueal) no disminuye la incidencia de NAV en la UTI.55
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7
Complicaciones asociadas a la
nutricin parenteral total
Gabriel Alberto Meja Consuelos
Los pacientes que no pueden tolerar sus requerimientos nutricionales por va natural requieren con frecuencia nutricin por va parenteral (NPT) y aunque este
tipo de administracin es una terapia fundamental en muchos casos para promover la sobrevida, no deja de tener ciertos riesgos que pueden complicar su evolucin.
Las complicaciones hepticas asociadas a la NPT pueden ser desde leves hasta
representar un peligro real para la vida; se incluyen las siguientes:
1.
2.
3.
4.
Esteatosis.
Esteatohepatitis.
Colestasis.
Colelitiasis.
Es frecuente que la disfuncin heptica derivada de la NPT no pueda ser diferenciada de otros factores nocivos para el hgado o de la enfermedad de base del paciente y la disfuncin heptica; en trminos generales es ms frecuente observar
la esteatosis en los adultos y la colestasis en los nios.
Tomando en cuenta que no existe una estrategia teraputica definitiva para tratar este dao heptico inducido por la NPT es importante resaltar aspectos de prevencin y un abordaje multifactorial.
81
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(Captulo 7)
Los mecanismos por los que el hgado sufre dao no han sido completamente
comprendidos, pero se han propuesto varias posibles causas tanto para el paciente
adulto como para el peditrico.
La disfuncin heptica asociada a NPT es detectada inicialmente por la elevacin de bilirrubinas y la alteracin de enzimas hepticas se presenta con una frecuencia de entre 25 y 100%, aunque estas cifras pueden variar cuando la disfuncin heptica coexiste con un estado inflamatorio sistmico como cncer, sepsis
o enfermedad inflamatoria intestinal; de ah la dificultad para detectar su incidencia y evaluarla.1,2 Asimismo, los proyectos de investigacin dedicados a descubrir la fisiopatologa de esta disfuncin no se pueden consensuar debido a la diversidad de poblaciones en estudio; esto quiere decir que existen numerosas
variables fuera de control. Adems, numerosos pacientes con disfuncin heptica asociada a NPT presentan un padecimiento heptico previo, o bien se tiene que
diferenciar el dao heptico de la accin de los medicamentos, de la obstruccin
biliar intraheptica o extraheptica y de otros desrdenes metablicos.
El diagnstico de dao heptico asociado a NPT por lo general se hace por exclusin y la elevacin de enzimas hepticas suele observarse durante la primera
semana. De estas enzimas, las que anuncian este dao son la gammaglutamil
transpeptidasa (GGT), la alanino aminotransferasa (ALT), la aspartato aminotransferasa (AST) y la fosfatasa alcalina (FA). La elevacin de bilirrubinas sobreviene poco tiempo despus.3
En caso de que pudiera realizarse una biopsia heptica y anlisis histopatolgico se observar una acumulacin de grasa periportal que en casos ms severos
podra extenderse hasta el centro del lobulillo. Tambin se observarn gotitas de
grasa en el espacio intracelular, en especial en las clulas de Kupffer, aunque no
se hayan presentado datos clnicos o de laboratorio que sugieran disfuncin heptica.
Tambin puede observarse colestasis intraheptica, esteatohepatitis y varios
grados de cirrosis.
Adems de la disfuncin heptica referida, Messing y col. demostraron por
medio de ultrasonido que 6% de pacientes con apoyo nutricional por va parenteral durante tres semanas presentaban lodo biliar y estancamiento del flujo biliar;
esto mismo se observa en 50% de pacientes con NPT durante seis semanas y en
100% con ms de seis semanas, por lo que esta circunstancia puede culminar con
una colelitiasis complicada.4
Para tratar este evento se han propuesto diversos esquemas teraputicos para
promover la dieta enteral lo ms pronto posible, el uso de cido ursodesoxiclico,
administracin de colecistocinina exgena, e incluso se puede considerar una colecistectoma profilctica.
Se han estudiado diversos factores que predisponen al dao heptico, como la
enfermedad inflamatoria intestinal, el sndrome de intestino corto y leucemias,
83
84
(Captulo 7)
85
86
(Captulo 7)
bargo, una de las complicaciones ms frecuentes y temidas es la infeccin relacionada con catter.
La infeccin puede ser local o provocar una bacteremia, e incluso llegar al desarrollo de sepsis, con la implicacin que esto lleva en cuanto a morbilidad y mortalidad asociada y aumento en la utilizacin de recursos, como ya se mencion.
La patognesis se da por la formacin de una placa biolgica (biofilm) que se
crea por agregados bacterianos irreversibles sobre la superficie del catter, lo que
produce una matriz de diversas sustancias. Este biofilm o biocapa confiere proteccin a los microorganismos por al menos tres mecanismos:9,10
1. Inhibe la difusin de agentes antiinfecciosos dentro de la matriz.
2. Ofrece un ambiente que inhibe la captacin bacteriana del agente antiinfeccioso.
3. Aparicin de cepas resistentes a los agentes antiinfecciosos.
Para diagnosticar y tratar una bacteremia es necesario distinguir la patognesis
de los catteres de uso a corto plazo de los usados a largo plazo.
Los catteres de uso a corto plazo no son tunelizados y por lo general son contaminados y colonizados a lo largo de su superficie externa por migracin o arrastre de la flora epidrmica en los primeros 10 das de su insercin. Por el contrario,
los catteres de uso prolongado se colonizan en el espacio intraluminal por manipulacin frecuente y esto suele suceder despus de 10 das de su insercin.
Por otra parte, la adhesin bacteriana del catter vara segn el material de fabricacin, siendo de mayor riesgo los de polivinilo o ltex siliconizado y de menor riesgo los de poliuretano, polietileno o tefln.
Los grmenes ms frecuentes descubiertos en los cuadros clnicos de bacteremia son los cocos grampositivos como Staphylococcus coagulasa negativos y
Staphylococcus epidermidis, y en los ltimos aos se ha incrementado la incidencia de Staphylococcus aureus, que provocan mayor gravedad y mortalidad. Asimismo, tambin se ha observado un incremento de grmenes gramnegativos sobre todo en pacientes inmunocomprometidos con catteres tunelizados y de
Candida sp en relacin al uso de NPT.
Los mtodos para determinar que el catter ha sido colonizado y es el responsable de la bacteremia o sepsis son:
1. El retiro y el cultivo de la punta del catter (mtodo cualitativo) que aunque
es una tcnica fcil, no es recomendable.
2. El cultivo y el mtodo semicuantitativo (tcnica de Maki) son fciles y de
bajo costo, y se considera que el crecimiento de ms de 15 unidades formadoras de colonias (UFC) se traduce en colonizacin del catter.
3. El mtodo que mantiene el catter en su sitio se define como la toma de
muestras para el cultivo de piel en la zona de insercin y la toma de cultivo
87
a 2 cm del segmento subcutneo, lo que hace que esta tcnica sea ms cruenta. Si el cultivo muestra ms de 15 UFC se considera catter colonizado.
4. Otro mtodo que mantiene el catter en su sitio son los hemocultivos pareados y consiste en cuantificar las UFC obtenidas a travs del catter potencialmente colonizado. Si las UFC son de 5 a 10 veces ms que el nmero
de UFC de sangre perifrica, se considera colonizado.
5. De igual forma, otro mtodo que mantiene el catter en su sitio se denomina
tiempo diferencial positivo y se basa en el tiempo de incubacin en los frascos hasta la deteccin de crecimiento significativo cuando es menor (120
min antes) en la sangre extrada por el catter que en la sangre extrada por
va perifrica.11
En relacin al tratamiento de la infeccin asociada al catter se pueden establecer dos estrategias: qu antiinfeccioso indicar y qu hacer con el catter.
En primer lugar, ante la sospecha de bacteremia relacionada con el catter la decisin es: retirar el catter. Otra conducta es el recambio de catter sobre gua, controversial ya que 90% de los catteres retirados pueden no estar relacionados con
infeccin asociada al mismo. Si el cultivo de la punta del catter retirado demuestra que hubo colonizacin del mismo, se debe retirar el nuevo catter y buscar otro
sitio de insercin.
Cuando un paciente presenta datos de inestabilidad hemodinmica, neutropenia, signos inequvocos de infeccin en la zona de puncin, metstasis spticas,
el retiro del catter es obligatoria, as como cuando la colonizacin est producida
por Staphylococcus aureus, Pseudomonas aeruginosa, Cndida sp., Enterococcus sp., Corynebacterium JK, Mycobacterium sp., Aspergillus sp. y bacterias
gramnegativas multirresistentes.
En relacin al tratamiento antiinfeccioso se consideran dos estrategias: el uso
de antiinfecciosos de forma emprica y el tratamiento especfico.
La indicacin inmediata de antiinfecciosos se da en los pacientes que se encuentren en sepsis severa o choque sptico, y la eleccin del antiinfeccioso se
har basndose en los antecedentes epidemiolgicos del hospital y de la enfermedad subyacente.
La recomendacin emprica para cubrir cocos grampositivos es la vancomicina, y como alternativas estn la teicoplanina y el linezolid.
Una decisin ms compleja es la eleccin emprica contra bacilos gramnegativos, ya que de ello depende la cobertura para Pseudomonas aeruginosa, Acinetobacter sp. o bacterias de la familia enterobactericea con betalactamasa de espectro extendido.
La recomendacin es emplear un glucopptido y asociarlo a un aminoglucsido o a carbapenem. Estos esquemas sern temporales y cambiarn en cuanto se
obtenga un cultivo con antibiograma y concentracin mnima inhibitoria.12
88
(Captulo 7)
En pacientes de larga estancia hospitalaria, con antecedente de ciruga y sometidos a NPT por un periodo prolongado, se recomienda ampliar la cobertura para
cubrir hongos, en especial Candida sp. (fluconazol en dosis de 10 mg/kg/da).
Las medidas de prevencin son lo ms importante para reducir las complicaciones atribuibles a la bacteremia relacionada con el catter. Por otra parte, hay
numerosas condiciones de riesgo que no pueden ser modificadas por el mdico,
como inmunosupresin, nmero de disfunciones o fallas orgnicas y das de estancia hospitalaria, aunque existen otras relacionadas con la tcnica de insercin
y su mantenimiento en las que s se puede influir y son las siguientes:
1. Aplicacin del catter por personal mdico experimentado.
2. Tcnica de insercin bajo estrictas medidas de asepsia y antisepsia que incluyen: lavado quirrgico de manos, utilizacin de gorro, guantes, cubreboca y bata estriles, lo mismo que campos quirrgicos.
3. Preparacin de la piel de preferencia con clorhexidina a 2% o con povidona
yodada si no se cuenta con la primera.
4. Aplicar de preferencia catteres de TeflnR o poliuretano. Evitar hasta
donde sea posible los de polivinilo y polietileno.
5. La canalizacin de la vena subclavia tiene menor riesgo de infeccin que
la yugular interna y la femoral.
6. Una vez aplicado el catter debe protegerse el sitio de insercin con gasa
estril (cambio cada dos das) o con apsito estril con pegamento (cambio
mnimo cada semana). No es recomendable el uso de ungentos o pomadas
con antispticos.
La utilizacin de nuevas tecnologas, como los catteres recubiertos de antibiticos o antispticos, la conexin con solucin antisptica y el uso de apsitos con
clorhexina, puede ser eficaz en la reduccin de bacteremias relacionadas con el
catter. Finalmente, es deber del especialista vigilar catteres de ms de cinco
das de aplicacin y uso, para detectar en forma oportuna su colonizacin y evitar
que se desarrolle inicialmente una bacteremia o peor an, un estado sptico.
(Se recomienda la lectura y el anlisis del artculo Clinical Practice Guidelines for the Diagnosis and Management of Intravascular CatheterRelated Infection: 2009 Update by the Infectious Diseases Society of America: 145. IDSA
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COMPLICACIONES DE LA CATETERIZACIN
VENOSA CENTRAL
Se considera que a lo largo de un ao se aplican millones de catteres centrales
en los diferentes hospitales a nivel mundial y se ha considerado que la complica-
89
1. Inexperiencia.
2. Nmero de punciones, elevndose la incidencia cuando se dan dos intentos
y 6 veces ms cuando se dan tres o ms intentos.
3. IMC > 30 o < 20, sobre todo cuando hayan sucedido otros intentos o el paciente est deshidratado o hipovolmico.
4. Trombocitopenia (50 000 plaquetas), por lo que se deber transfundir plaquetas antes del intento y si es necesario, plasma fresco.
5. Instalacin de catteres gruesos como los que se utilizan para dilisis.
6. Ciruga previa o radioterapia del rea anatmica de inters.
7. Intentos enrgicos de instalacin sin xito con 28% de desarrollo de complicacin.
El neumotrax es la ms comn de las complicaciones cuando el abordaje es subclavio y representa 30% de todas las complicaciones; este riesgo aumenta cuando
se realizan numerosos intentos, en situaciones de urgencia o cuando el calibre del
catter es grueso, como los que se utilizan para hemodilisis. El neumotrax diferido o retardado tiene una incidencia baja (0.4 a 4%) y habitualmente los sntomas
se presentan despus de seis horas, por lo que se debe estar alerta cuando la insercin represente dificultad. El ultrasonido a la cabecera del enfermo permite detectar en forma inmediata el neumotrax y proceder en consecuencia.
En experiencia del autor, los neumotrax menores de 10% se han manejado
en forma conservadora siempre y cuando no exista incremento del trabajo ventilatorio o alteraciones en la difusin de gases. Los de mayor colapso pulmonar tendrn que ser resueltos con la aplicacin de un tubo pleural.14
La posicin ideal de la punta del catter debe ser la unin cavoatrial, evitando
la colocacin dentro de la aurcula por el riesgo de perforacin. Se ha considerado
que un ngulo de incidencia > 40_ de la punta del catter sobre la aurcula o la
pared vascular representa un elevado riesgo de perforacin.
Para colocar la punta del catter con menor riesgo se recomienda la aplicacin
del catter del lado izquierdo introduciendo slo 20 cm del catter y del lado derecho 16 cm.
90
(Captulo 7)
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Nutricin mixta
Hania Gonzlez Terrones
94
(Captulo 8)
De acuerdo con las guas de la Sociedad Europea de Nutricin Parenteral y Enteral (ESPEN), los pacientes que no complementen sus requerimientos a los dos
das de recibir nutricin enteral deben recibir nutricin parenteral complementaria, con un grado de evidencia C.3
En contraste, las guas americanas y canadienses recomiendan iniciar nutricin enteral temprana en pacientes sin desnutricin previa y esperar al menos una
semana para complementar con nutricin parenteral si fuera necesario.1
Para minimizar los riesgos de la colocacin de un catter central y las complicaciones asociadas a la nutricin parenteral central puede utilizarse la nutricin
parenteral perifrica. La nutricin parenteral perifrica se limita a la administracin de nutrientes con una osmolaridad menor de 900 mOsm/L. La cantidad total
de caloras y protenas tambin es limitada, por lo que casi siempre debe administrarse en combinacin con nutricin enteral o va oral para alcanzar los requerimientos totales. Algunos expertos recomiendan asociar la nutricin parenteral
complementaria si tras 72 h de ingreso no se logra un aporte calricoproteico
de al menos 60% de las necesidades.4
La nutricin parenteral perifrica no tiene los riesgos relacionados con el catter que tiene la nutricin parenteral central, y aunque el aporte calrico que puede
administrarse es menor, se ha demostrado que en muchos cuadros clnicos las necesidades calricas andan por las 1 500 kcal/da y las proteicas estn entre 67 y
70 g/da. En el paciente crtico se recomienda que el aporte calrico diario no exceda las 20 a 25 kcal.
El paciente crtico presenta sntomas de intolerancia gastrointestinal de manera frecuente, principalmente residuos gstricos elevados, distensin o dolor abdominal. La aparicin de estos sntomas hace que la nutricin enteral sea limitada. El beneficio de mantener el trofismo intestinal es indispensable para la
recuperacin del paciente crtico, por lo que siempre que sea posible deber mantenerse un aporte calrico bajo por va enteral. En estos casos la nutricin parenteral complementaria es la opcin teraputica nutricional indicada.
Adems de la intolerancia gastrointestinal, los pacientes crticos con frecuencia inician la nutricin enteral hasta el tercer da y ya para el cuarto da su aporte
calrico es menor de 70% del deseado. Si no se cubre el requerimiento calrico
se compromete el estado nutricional del paciente, as como la situacin clnica.
Se ha establecido una relacin entre el bajo aporte calrico y el aumento de las
complicaciones infecciosas en los pacientes crticos. El aporte de menos de 25%
de las caloras previstas se asocia con un mayor riesgo de infeccin nosocomial
sangunea. Tambin se reporta un aumento en los casos de dificultad respiratoria
aguda, sepsis, fracaso renal, lceras por presin y necesidad de ciruga.5 Sin embargo, algunos estudios han sugerido que el paciente crtico se beneficia de un
aporte calrico de entre 33 y 66% del objetivo con un grado de evidencia IIb. A
pesar de que faltan estudios para determinar objetivamente cul es el requeri-
Nutricin mixta
95
miento energtico ideal para cada paciente en terapia intensiva, est demostrado
que en ningn caso se recomienda la hipernutricin.
El estudio EPaNIC (Early parenteral nutrition completing enteral nutrition in
adult critically ill patients) es multicntrico, aleatorio, en pacientes adultos crticos, que compar el inicio temprano de la nutricin parenteral (antes de las 48
h del ingreso) con el inicio tardo de la nutricin parenteral para completar la nutricin enteral (a los ocho das). El grupo con inicio tardo de la nutricin parenteral tuvo ms hipoglucemias y valores ms elevados de protena C reactiva. No
hubo diferencias de mortalidad ni de capacidad funcional al alta.
La nutricin parenteral complementaria que se inici hasta el da ocho se asoci con menos infecciones pero con un mayor grado de inflamacin. El inicio tardo de la nutricin parenteral tuvo una menor duracin de la ventilacin mecnica
y terapia de remplazo renal ms corta, una menor estancia en terapia intensiva y
una menor estancia hospitalaria, y disminuy los costos de atencin. Este estudio
concluye que no es recomendable iniciar una terapia mixta de forma temprana;
sin embargo, la de inicio tardo es una buena opcin teraputica para evitar la malnutricin y completar el requerimiento energtico del paciente crtico.1
Los estudios actuales no incluyen el uso de inmunonutricin parenteral y s incluyen distintos diagnsticos que pueden interferir con la objetividad del beneficio de una nutricin mixta, ya sea temprana o tarda.
En pacientes con disfuncin gastrointestinal la nutricin parenteral es la ruta
de eleccin. Se ha demostrado en diversos estudios que las dehiscencias de heridas y las infecciones de catter venoso se observan con frecuencia en pacientes
con nutricin parenteral total que reciben menos de 90% de su requerimiento total. Los pacientes crticos que se encuentran en tratamiento con nutricin parenteral total pero que pueden recibir nutricin enteral de al menos 10% del total tienen
una evolucin clnica ms favorable que aquellos que reciben menos de 10% de
su requerimiento por va enteral.6
Otros estudios han demostrado que la combinacin de nutricin parenteral con
nutricin enteral mejora el control glucmico vs. el uso de nutricin parenteral
exclusiva. Este resultado sugiere que la mejora en el control glucmico se favorece por la combinacin de una secrecin adecuada de insulina y disminucin en
la resistencia a sta. Es probable que el polipptido insulinotrpico dependiente
de glucosa (GIP) y otras incretinas sean los responsables. La adicin de nutricin
enteral mejora la integridad de la mucosa intestinal, con aumento en la permeabilidad y una mayor secrecin de GIP que promueve un aumento en la liberacin
de insulina dependiente de glucosa.7
Heidegger y col. realizaron un estudio en 305 pacientes de terapia intensiva
y los dividieron en dos grupos: un grupo con nutricin enteral exclusiva y otro
con nutricin parenteral complementaria. Los resultados demostraron un beneficio con la suplementacin de nutricin parenteral entre los das cuatro y ocho des-
96
(Captulo 8)
pus del ingreso a terapia intensiva. El mayor aporte calrico del grupo suplementado disminuy el riesgo de desarrollar infecciones nosocomiales, el nmero
de das de antibitico y la duracin de la ventilacin mecnica en pacientes sin
infecciones nosocomiales hasta el da 28.
El estudio TICACOS (Tight Calorie Control Study) demostr que la nutricin
enteral combinada con nutricin parenteral disminua la mortalidad siempre y
cuando se realizara un ajuste en el requerimiento calrico efectuado por calorimetra indirecta en comparacin con pacientes que no tuvieran objetivos calricos especficos.8
La nutricin enteral debe ser siempre la primera opcin para el tratamiento nutricional del paciente. En los casos en los que la nutricin enteral no pueda ser
exclusiva, la nutricin enteral mnima (trfica) asociada a nutricin parenteral o
la nutricin parenteral complementaria para alcanzar el objetivo calricoproteico pueden ser de utilidad en la alimentacin del paciente crtico.
La nutricin parenteral complementaria est incluida en las guas de la ESPEN
con grado de recomendacin C. Sin embargo, en las guas americanas no hay datos suficientes que la apoyen y se recomienda que se utilice nicamente cuando
hayan fracasado todas las tcnicas de maximizacin de la nutricin enteral, como
el uso de procinticos y el acceso yeyunal.9 Las guas americanas recomiendan
la suplementacin con nutricin parenteral de manera tarda en aquellos pacientes que no completen su requerimiento calrico con nutricin enteral exclusiva.
El punto donde convergen las guas americanas y las europeas es en que la homeostasis energtica debe ser el objetivo ms importante en el paciente grave.
Tanto el exceso como el aporte insuficiente de energa pueden ser negativos para
el paciente. El Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clnica (NICE,
por sus siglas en ingls) declara que la va de administracin no es tan importante
como la cantidad de nutricin que se debe aportar al paciente.10
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98
(Captulo 8)
9
Nutricin perioperatoria
Luis Galindo Mendoza
INTRODUCCIN
La ciruga impone retos nutricionales y metablicos especiales en el paciente quirrgico. El estrs de la ciruga rompe el equilibrio fisiolgico entre las vas anablicas y catablicas, con predominio del catabolismo.1
En este captulo no se trata de hacer una resea histrica del apoyo nutricional
perioperatorio. Sin embargo, la intencin de este abordaje es que el lector adquiera conciencia de que a lo largo del desarrollo de la nutricin clnica se han construido paradigmas que deben ser modificados para que los pacientes reciban apoyo nutricional oportuno y de calidad. Este espritu explica el que algunas de las
referencias bibliogrficas sean ms antiguas que los cinco aos retrospectivos habitualmente recomendados, aunque tambin se han consignado referencias contemporneas.
Casi todos los autores que escriben sobre el apoyo nutricional perioperatorio
se refieren al trabajo publicado en 1936 por Studley en la revista JAMA.2 Studley
analiz la evolucin de 46 pacientes con lcera pptica crnica recurrente sometidos a manejo quirrgico electivo y encontr que la prdida de peso era un factor
de riesgo muy importante. Los pacientes que haban perdido menos de 20% de
su peso antes de la ciruga tuvieron una mortalidad de 3.5%, en tanto que el grupo
de pacientes con prdida de peso preoperatoria de 20% o ms tuvieron una mortalidad de 33.3%. En el reporte original no se realiz ningn anlisis estadstico,
pero con los datos crudos originales Martin3 calcul que el valor de p era de 0.01
con la prueba exacta de Fisher, y un riesgo relativo de muerte era de 9.3 (intervalo
99
100
(Captulo 9)
de confianza de 95% de 1.22 a 71.24) para los pacientes con prdida de peso mayor a 20% vs. el grupo de pacientes con menos de 20% de prdida de peso.
Nutricin perioperatoria
101
INMUNONUTRICIN
En 1999 Marco Braga10 public un trabajo prospectivo, controlado, aleatorizado
y doble ciego que incluy a 206 pacientes consecutivos de ambos sexos, de entre
18 y 75 aos de edad, con cncer de estmago, colonrecto o pncreas, candidatos a ciruga curativa. 104 tomaron una frmula enteral enriquecida con sustratos
inmunoestimulantes a razn de 1 000 mL/da por va oral durante siete das antes
de su operacin (12.5 g de arginina, 3.3 g de cidos grasos w3 y 1.2 g de cido
ribonucleico), adems de sus alimentos estndar ad libitum, y 1 500 mL/da por
siete das durante el posoperatorio por sonda nasoyeyunal en el caso de los pacientes operados de ciruga gstrica o de colonrecto, o por yeyunostoma en los
pacientes con ciruga de pncreas. El grupo control recibi una dieta isocalrica
e isonitrogenada de la misma densidad, sabor y apariencia, preparada especialmente. En el grupo experimental se registr una proporcin significativamente
102
(Captulo 9)
menor de infecciones posoperatorias vs. el grupo control (11 vs. 24%, P = 0.02).
Sin embargo, el resultado ms sorprendente fue que no slo disminuy de 38.8
a 13.6% el nmero de complicaciones infecciosas en el subgrupo de pacientes
con desnutricin, sino que en el subgrupo de pacientes bien nutridos las infecciones posoperatorias disminuyeron de 20.5 a 9.5% (P = 0.05). sta fue una de las
primeras evidencias para poner en entredicho el paradigma tradicional, que sugiere preocuparse solamente por los pacientes desnutridos, tanto as que la recomendacin de dar inmunonutricin al paciente quirrgico que se enfrenta a ciruga mayor por cncer est plasmada en las Guas de ESPEN8 y ASPEN11 con
evidencia tipo A.
Nutricin perioperatoria
103
ciente toma una carga de carbohidratos con una bebida azucarada de 800 mL a
12.6% la noche previa y de 400 mL de dos a tres horas antes de la ciruga, se reducen el hambre, la sed y la ansiedad preoperatorias, as como la resistencia posoperatoria a la insulina, y los pacientes en un estado ms anablico se benefician ms
de la nutricin posoperatoria a la vez que se disminuye el riesgo de hiperglucemia.
En la actualidad tampoco se recomienda la instalacin de sondas nasogstricas
para descompresin del estmago, ya que estas sondas se asocian con fiebre, atelectasia pulmonar y neumona. Aunque es difcil de creer, sobre todo si uno ha
sido formado en la tradicin quirrgica ms comn, el reinicio de la va oral despus de la ciruga del colon se recomienda a las dos horas posoperatorias en el
da cero; la meta son 800 mL por va oral el mismo da de la operacin. El leo
posoperatorio debe prevenirse con el uso de analgesia epidural y xido de magnesio: 1 g dos veces al da desde la tarde de la ciruga (disponible solamente como
preparacin magistral en Mxico), as como evitando los opiceos y la sobrecarga de lquidos.13 En la actualidad el concepto de Enhanced Recovery se ha extendido a otros campos de la ciruga.14 En una revisin sistemtica, Spelt15 encontr que la estancia hospitalaria se redujo significativamente en los pacientes
sometidos a resecciones hepticas en dos de tres estudios, sin modificacin significativa de la readmisin hospitalaria, la morbilidad o la mortalidad, con respecto
a los pacientes en quienes no se usaron las estrategias de Enhanced Recovery. En
ciruga pancretica la duracin de la estancia hospitalaria disminuy significativamente en tres de cuatro estudios, un estudio encontr que la tasa de readmisin
hospitalaria disminuy significativamente de 25 a 7% (P = 0.027) y un trabajo
ms report disminucin de la morbilidad de 58.7 a 47.2% (P < 0.01) en favor
del grupo tratado con Enhanced Recovery.
Munitiz16 report una disminucin significativa en las complicaciones pulmonares, la mortalidad posoperatoria y la duracin de la estancia hospitalaria en los
pacientes sometidos a reseccin transtorcica de esfago cuando se sigui un
protocolo escrito de Enhanced Recovery. Por su parte, Li17 encontr una disminucin significativa en la duracin de la hospitalizacin posoperatoria, sin incremento de las complicaciones o la readmisin hospitalaria.
ALIMENTACIN POSOPERATORIA
No existe ninguna ventaja al mantener con ayuno posoperatorio a los pacientes
sometidos a ciruga con reseccin gastrointestinal electiva. En una revisin sistemtica y metaanlisis de ensayos clnicos controlados, Lewis18 encontr que la
alimentacin temprana (en las primeras 24 h despus de la ciruga) se asociaba
de manera estadsticamente significativa con una disminucin del riesgo para de-
104
(Captulo 9)
REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES
En trminos generales, los requerimientos estarn dictados por la patologa de
base; sin embargo, se puede decir que en ausencia de obesidad o desnutricin severa se pueden prescribir unas 25 kcal/kg de peso ideal/da, y en condiciones de
estrs importante, 30 kcal/kg de peso ideal/da.8,9 El aporte de nitrgeno en condiciones de enfermedad o de estrs se sugiere a razn del equivalente de 1.5 g de
protena/kg peso ideal/da,8,9 o aproximadamente 20% de los requerimientos
energticos diarios, y la relacin entre protena:lpido:glucosa debe ser aproximadamente de 20:30:50.
CONCLUSIN
El apoyo nutricional perioperatorio es una necesidad reconocida desde la primera
mitad del siglo pasado. No existe justificacin alguna para someter a un paciente
a una ciruga electiva sin apoyo nutricional en el periodo perioperatorio.
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106
(Captulo 9)
10
Bases nutricionales en el paciente con
sepsis grave y choque sptico
Ral Carrillo Esper, Carlos Alberto Pea Prez
INTRODUCCIN
La sepsis es la respuesta sistmica y perjudicial que monta el husped ante una
infeccin y que conduce en muchas ocasiones al desarrollo de sepsis grave y choque sptico. La sepsis grave y el choque sptico figuran entre los principales problemas de salud pblica, ya que afectan a millones de personas alrededor del
mundo cada ao, matan a uno de cada cuatro pacientes que la padecen y su incidencia va en aumento. Es similar a lo que le acontece al paciente con politrauma,
infarto agudo al miocardio o con un evento cerebrovascular, en donde la velocidad y lo apropiado del tratamiento administrado en las primeras horas una vez
iniciado el cortejo sindromtico impactan directamente sobre el desenlace de los
pacientes. El manejo nutricional constituye en la actualidad, junto con el resto de
las medidas de tratamiento y soporte, uno de los pilares del manejo del paciente
sptico. ste debe iniciarse precozmente, tras la resucitacin inicial, con el objeto
de evitar las consecuencias deletreas de la desnutricin, proveer el adecuado
aporte de nutrientes energticos y prevenir el desarrollo de complicaciones secundarias, como sobreinfeccin y fracaso multiorgnico.15
ANTECEDENTES
Los mecanismos de defensa empleados por el hospedador para hacer frente a la
infeccin y la inflamacin son soportados mediante mltiples procesos bioqu107
108
(Captulo 10)
109
desnutricin grave en los pases en desarrollo han llevado a generar hiptesis sobre el impacto negativo que impone la desnutricin sobre el sistema inmunitario.
Mltiples deficiencias nutricionales han sido implicadas en la disfuncin del sistema inmunitario, en particular sobre el sistema inmunitario adquirido, en particular la deficiencia y la disfuncin de los linfocitos T.
Un hecho interesante demostrado en estudios prospectivos en los que se ha
comparado las infecciones entre individuos bien nutridos vs. desnutridos ha evidenciado una mayor severidad de la infeccin, y slo algunos han documentado
un discreto aumento en la frecuencia de infecciones entre ambos grupos. Otro hallazgo por destacar es que los patgenos que infectan a los pacientes con desnutricin grave son los mismos que infectan a los bien nutridos, siendo la virulencia
y la carga de microorganismos las que determinan la gravedad de la infeccin.
El dao a la integridad fsica de las barreras epiteliales y mucosas, comunes
en los pacientes con desnutricin grave, sobre todo en aqullos con deficiencia
de vitamina A y desnutricin protenicocalrica, permite el acceso de los microorganismos endgenos a la circulacin sistmica, siendo este factor determinante
en los pacientes con sepsis grave y choque sptico, y contribuyendo al desarrollo
de disfunciones orgnicas.7
ESTADO ACTUAL
Los estudios publicados y referidos al soporte nutricional en pacientes con sepsis
son escasos y habitualmente obtenidos de resultados extrapolados de otras poblaciones de pacientes crticos o sometidos a otro tipo de lesin. Las conclusiones
sobre el empleo del soporte nutricional especializado en la sepsis van habitualmente dirigidas a una mejora de la estancia hospitalaria, de la funcin orgnica
y de otros objetivos subrogados. Otra dificultad ms es que la mayora de los estudios sobre la nutricin en sepsis se han realizado con mezclas de nutrientes, por
lo que los resultados son de difcil interpretacin entre un sustrato y otro. Por lo
tanto, se est ante un escenario donde hay una opinin comn acerca de la necesidad de nutrir al paciente sptico, pero donde todava no se han definido la calidad,
la cantidad ni la oportunidad en el tiempo del requerimiento de sustratos.
A este respecto, una de las principales controversias que se generan en el entorno del paciente con sepsis grave y choque sptico es la va a travs de la cual se
administra la nutricin, y antes que nada es el momento en el cual sta debe iniciarse.
Como en el resto de los pacientes crticos, siempre que el tracto gastrointestinal est intacto y el paciente requiera nutricin artificial, la va enteral ser la de
eleccin sobre la parenteral. El inicio de la nutricin enteral debe ser precoz, en
110
(Captulo 10)
FARMACONUTRICIN
Slo se ha publicado un estudio controlado sobre los efectos de las dietas enriquecidas en farmaconutrientes inmunomoduladores en pacientes spticos en situacin crtica. Sus resultados indican que la utilizacin de una dieta enriquecida se
asocia con menor mortalidad en comparacin con el uso de la dieta control.19
111
Los metaanlisis que se han publicado sobre los estudios que comparan dietas
enriquecidas en farmaconutrientes con dietas no enriquecidas no contemplan el
anlisis especfico del subgrupo de pacientes spticos, sobre todo debido a la escasez de estudios existentes. No obstante, es conocida la controversia de los resultados y recomendaciones procedentes de los diferentes metaanlisis.20 Como
ejemplo de esto, el estudio realizado por Heyland21 sugiere que el empleo de dietas enriquecidas en farmaconutrientes inmunomoduladores puede asociarse con
incremento en la mortalidad. Por su parte, Montejo22 concluye que hay evidencia
suficiente para el empleo de farmaconutrientes inmunomoduladores en pacientes
crticos, considerando los efectos beneficiosos asociados a su utilizacin y la ausencia de efectos deletreos. Marik y Zaloga,23 en el ltimo metaanlisis publicado a tal respecto, llegan a la conclusin de que solamente en el grupo de pacientes
con sepsis, choque sptico y con sndrome de insuficiencia respiratoria aguda
(SIRA), el empleo de farmaconutrientes inmunomoduladores se asocia a un descenso significativo de la mortalidad, de infecciones secundarias y de das de estancia en la unidad de terapia intensiva, pero siempre y cuando dicha frmula contenga aceite de pescado.
Otras formulaciones enriquecidas en farmaconutrientes, inicialmente diseadas para la lesin pulmonar aguda/SIRA, han sido investigadas en pacientes spticos. Un estudio multicntrico en pacientes sometidos a ventilacin mecnica
con sepsis grave o choque sptico demostr una disminucin de 19.4% en el riesgo absoluto de mortalidad, mejora en los parmetros de oxigenacin, ms das
libres de ventilacin mecnica, disminucin de la estancia en UTI y menor desarrollo de nuevas disfunciones orgnicas en el grupo que recibi la dieta en estudio.24
Persiste la controversia sobre el empleo de dietas enriquecidas en farmaconutrientes en los pacientes spticos. No obstante, los resultados existentes no parecen ser suficientes para contraindicar el empleo de este tipo de dietas en los pacientes con sepsis grave o choque sptico; por el contrario, su administracin
podra ir seguida de efectos benficos.
112
(Captulo 10)
ARGININA
Existe una clara ausencia de estudios sobre la administracin de la arginina como
agente farmaconutriente nico en pacientes con sepsis y otras infecciones. La ar-
113
ginina se suele administrar como parte de los componentes incluidos en las llamadas dietas inmunomoduladoras, en las cuales se incluye tambin aceite de pescado, nucletidos, vitaminas antioxidantes y en ocasiones glutamina. Este tipo de
dietas, administradas por va enteral, han demostrado reducir el nmero de complicaciones de ndole infecciosa en pacientes quirrgicos. Sin embargo, en el paciente sptico crticamente enfermo el empleo de esta inmunonutricin se ha
prestado a controversia. En este sentido surgen dos preguntas relevantes en el entorno del paciente sptico y que siguen sin tener una respuesta contundente o
clara:
114
(Captulo 10)
tes patgenos, tales como bacterias, hongos, virus y parsitos protozoarios. Los
mecanismos de accin antimicrobiana mediada por el xido ntrico, aunque todava no investigados de manera exhaustiva, pueden implicar la nitrosilacin de enzimas esenciales para la respiracin microbiana, as como la replicacin de su
DNA. Las interacciones entre la arginina como precursor del xido ntrico y otros
componentes de las dietas inmunomoduladoras no se han establecido an en su
totalidad; por lo tanto, falta desarrollar estudios clnicos en relacin a los potenciales beneficios o perjuicios de la administracin de la arginina como monoterapia, ya sea por va enteral o parenteral.
Existe an mucha controversia acerca de la suplementacin con arginina en
el paciente sptico crticamente enfermo y los potenciales efectos txicos del xido ntrico.
En la actualidad existe una creciente evidencia del comportamiento condicionalmente esencial de la arginina en este grupo de pacientes. Los bajos niveles de
arginina parecen ser un indicador de mal pronstico en los pacientes crticamente
enfermos, dado que los pacientes sobrevivientes del choque sptico han demostrado tener niveles de nitritos superiores a los no sobrevivientes. Existe alguna
evidencia de los beneficios de la arginina en modelos animales de sepsis. Tanto
la inhibicin selectiva como la no selectiva de la ONS han demostrado producir
mayor dao que beneficio. La concentracin basal del xido ntrico es esencial
para mantener las funciones tanto a nivel celular como orgnico, as como para
mantener la respuesta del husped frente a la infeccin. Todos estos puntos parecen apoyar la suplementacin con arginina en el paciente sptico y con deplecin
de arginina. Por otra parte, la arginina puede tener un papel fundamental en la prevencin y el tratamiento de las infecciones.
GLUTAMINA
Los niveles de glutamina se reducen durante las enfermedades graves. La suplementacin exgena de glutamina puede mejorar la atrofia de la mucosa intestinal
as como la permeabilidad a travs de sta, logrando reducir con ello la translocacin bacteriana. Otros beneficios potenciales son: mejorar la funcin inmunitaria
celular, reducir la produccin de citocinas proinflamatorias y mejorar los niveles
del glutatin, as como su capacidad antioxidante. Sin embargo, lamentablemente la importancia clnica de estos hallazgos no ha sido establecida en la medicina
traslacional.34,35
Pese a que en un metaanlisis previo se demostr reduccin en la mortalidad,36
cuatro metaanlisis publicados posteriormente no lograron establecer esta asociacin.3741 Otros estudios pequeos no incluidos en los metaanlisis tuvieron
115
resultados similares.42,43 Tres estudios bien diseados y publicados de manera reciente tampoco lograron demostrar un beneficio significativo en la mortalidad en
el anlisis primario, destacando el hecho de que ninguno de estos estudios ha sido
centrado o dirigido especficamente a pacientes spticos.4446 Dos estudios pequeos realizados en pacientes spticos no demostraron ningn beneficio en la
tasa de mortalidad, pero s una reduccin significativa en las complicaciones infecciosas y una recuperacin ms rpida de las disfunciones orgnicas.47,48 Todos
estos efectos benficos se han demostrado sobre todo en ensayos que han implementado la administracin de glutamina por va parenteral sobre la enteral. Sin
embargo, estudios recientes y bien diseados no han logrado demostrar la reduccin de complicaciones infecciosas o disfuncin orgnica ni siquiera con la administracin de glutamina por va parenteral.
CONCLUSIONES
En la actualidad la terapia de soporte nutricional para el paciente grave es considerada como parte esencial de la atencin clnica. El uso adecuado de la terapia
de soporte nutricional en la unidad de terapia intensiva ha demostrado resultados
favorables en el desenlace de los pacientes graves. A pesar de este conocimiento,
mltiples estudios observacionales han demostrado que aun en la actualidad se
siguen prcticas de nutricin inadecuadas y subptimas en las unidades de terapia
intensiva. Como tal, la brecha entre la investigacin y la prctica clnica resulta
evidente, existiendo la imperiosa necesidad de transpolar los resultados de la investigacin en la prctica clnica cotidiana a fin de garantizar que los pacientes,
en especial los crticamente enfermos, reciban el soporte nutricional apropiado
en calidad, cantidad y por el tiempo necesario, ajustado a los requerimientos individuales de cada paciente y basado en la evidencia cientfica disponible.
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11
Soporte nutricional en el paciente
con lesin pulmonar aguda
Jess Ojino Sosa Garca, Ral Carrillo Esper
INTRODUCCIN
El abordaje integral del enfermo grave se caracteriza por un manejo multidisciplinario y a su vez complejo, ya que no solamente requiere medidas de soporte
multisistmico, sino tambin estrategias especficas de tratamiento mdico o quirrgico (o de ambos tipos) que impacten de manera positiva en su evolucin y en
su pronstico.
La lesin pulmonar aguda (LPA) y el sndrome de insuficiencia respiratoria
aguda (SIRA) se caracterizan por la presencia de inflamacin a nivel pulmonar
y sistmico con diferentes grados de intensidad, y que puede evolucionar a la resolucin o a fibrosis dependiendo de la respuesta del paciente y de las estrategias
implementadas para contrarrestar su efecto. El cuadro clnico del enfermo con
LPA se caracteriza principalmente por la presencia de insuficiencia respiratoria
aguda e hipoxemia refractaria a la suplementacin de oxgeno.1
Por lo anterior, el objetivo teraputico del enfermo con LPA est enfocado en
la optimizacin de la oxigenacin y la modulacin de la respuesta inflamatoria
sistmica a travs de un grupo de intervenciones con las que se obtienen mejores
resultados cuando se implementan de manera conjunta que individualmente.
Entre las medidas que se puede utilizar para modular la respuesta inflamatoria
se encuentra el soporte nutricional enriquecido, ya que previene el dficit calrico, la desnutricin, la prdida de masa muscular y el deterioro de la fuerza de los
msculos de la respiracin. En contraparte, la desnutricin impacta de manera
negativa en el desenlace del enfermo grave.2
119
120
(Captulo 11)
EPIDEMIOLOGA Y DEFINICIN
La incidencia general de la LPA es de 78.9 casos por cada 100 000 personas/ao,
con una incidencia ajustada por edad de 86.2 casos por cada 100 000 personas/
ao. La tasa de mortalidad hospitalaria es de 38.5%. En EUA cada ao se presentan 190 600 casos de LPA, los cuales estn asociados a 74 500 muertes y a 3.6
millones de das de estancia hospitalaria.3
A pesar de un incremento en los ingresos hospitalarios por pacientes con enfermedades graves, mayor nmero de comorbilidades y factores de riesgo, la incidencia actual del SIRA ha disminuido de manera significativa de 82.4 a 38.9
casos por cada 100 000 personas/ao (p v 0.001). En relacin a la tasa de mortalidad, los das de estancia en la unidad de terapia intensiva (UTI) y la hospitalaria,
todos han descendido a travs del tiempo (p v 0.001).4
El SIRA fue definido en 1994 por la Conferencia de Consenso Americano
Europeo (CCAE), modificado por consenso a travs de un panel de expertos en
el ao 2011, desarrollndose la Definicin de Berln, la cual propone tres categoras de SIRA basndose en el grado de hipoxemia: leve PaO2/FiO2 < 300200
mmHg), moderada 200100 mmHg) y grave < 100 mmHg).5
La Definicin de Berln en estadios leve, moderado y grave se hizo evaluando
y asociando stos a un incremento de la mortalidad (27% [IC 95%: 24 a 30%],
32% [IC 95%: 29 a 34%] y 45% [IC 95%: 42 a 48%] respectivamente, p: < 0.001)
y a los das de ventilacin mecnica (cinco das [2 a 11], siete das [4 a 14] y nueve
das [5 a 17] respectivamente, p: < 0.001). Comparada con la definicin de
CCAE, la Definicin de Berln presenta mejor valor predictivo de mortalidad,
con un rea bajo la curva de 0.57 (IC 95%: 0.561 a 0.593) vs. 0.536 (IC 95%:
0.520 a 0.553, p: < 0.001).5
121
122
(Captulo 11)
presentan un alto riesgo de desnutricin por su patologa de base, el estado catablico per se y por el empleo de ventilacin mecnica. Por ello deben ser valorados desde el punto de vista nutricional y a su vez determinar qu soporte nutricional especializado requerirn.7,8
La calorimetra indirecta (CI) se considera el estndar de oro para evaluar los
requerimientos de energa; sin embargo, su costo y la ausencia de personal entrenado hacen que sea poco utilizada. El objetivo de la CI es obtener el estado nutricional basal y continuo del enfermo, en un esfuerzo por proveer de manera segura
y apropiada el soporte nutricional.9
La terapia nutricional especializada debe limitar los efectos catablicos de la
enfermedad, evitar la sobrecarga de caloras y utilizar, en casos seleccionados,
dietas especficas enriquecidas con cidos grasos w3 y antioxidantes que pudieran mejorar el pronstico del paciente.8 Por lo tanto, se deben considerar diferentes elementos en el momento de prescribir la terapia de soporte nutricional en los
pacientes con LPA y SIRA, desde el tiempo de inicio, el tipo de frmula, la ruta
de administracin y las dietas especficas enriquecidas, entre otros.
En relacin a la administracin de la nutricin enteral trfica vs. la completa,
existen varios estudios que no han demostrado que una sea mejor que la otra.
Rice10 llev a cabo un estudio aleatorizado y abierto en 200 pacientes para demostrar que la nutricin enteral trfica disminuye las complicaciones gastrointestinales y mejora el pronstico de los pacientes comparado con la nutricin enteral calrica completa de inicio temprano en enfermos bajo ventilacin
mecnica. En cuanto al desenlace primario, no hubo diferencia significativa en
los das libres de ventilacin mecnica a los 28 das (p < 0.90). Los desenlaces
secundarios de mortalidad a los 28 das, la mortalidad de cualquier causa, los das
libres de disfuncin orgnica, los das libres de estancia en la UTI y a nivel hospitalario tampoco demostraron diferencia estadsticamente significativa a los 28
das. En el subgrupo de pacientes con LPA no hubo diferencia en cuanto a los das
libres de ventilacin (p: 0.59), los das libres de estancia en la UTI (p: 0.76) y la
mortalidad hospitalaria por cualquier causa (p: 0.95).
El estudio EDEN evalu a 1 000 pacientes respecto al uso de terapia nutricional enteral trfica vs. nutricin enteral calrica completa en pacientes con LPA,
para demostrar que la primera disminuye el nmero de das de ventilacin mecnica a los 28 das, entre otros desenlaces. La conclusin del estudio demostr que
la nutricin enteral trfica inicial por seis das no increment el nmero de das
libres de ventilacin mecnica ni redujo la mortalidad comparada con la nutricin
enteral calrica completa.11
La fisiopatologa de la LPA se caracteriza por inflamacin pulmonar con infiltracin por neutrfilos, incremento en la permeabilidad capilar y depsitos de fibrina a nivel intravascular y alveolar. Los cidos grasos w3 y el cido eicosapentaenoico, en conjunto con el cido gammalinoleico y antioxidantes, pueden
123
modular la respuesta inflamatoria sistmica y mejorar la oxigenacin y el pronstico en los pacientes con LPA. En el ao 2011 Rice12 llev a cabo un estudio para
demostrar que la administracin de nutricin enteral enriquecida con cidos grasos w3, cido gammalinoleico y antioxidantes reduce los mediadores inflamatorios y mejora los das libres de ventilacin mecnica y otros desenlaces en pacientes con LPA. Sin embargo, el estudio fue suspendido por su futilidad,
concluyndose que la administracin de nutricin enteral enriquecida no mejora
los das libres de ventilacin mecnica ni otros desenlaces como la mortalidad,
e incluso puede ser daino para el paciente.
En otro ensayo clnico se midi la concentracin de eicosanoides (tromboxano
B2, 6ceto prostaglandina F1 y leucotrienos B4) en pacientes que haban recibido
nutricin parenteral enriquecida (cidos grasos de cadena mediana, cidos grasos
de cadena larga y cidos grasos w3), demostrndose una disminucin posterior
a la administracin de la emulsin lipdica comparada con pacientes que slo haban recibido emulsin con cidos grasos de cadena larga (cido gammalinoleico).13
En 2008 Pontes Arruda14 llev a cabo un metaanlisis para evaluar la administracin de cido 3 ms cido gammalinoleico (grupo de estudio) comparada
con dieta estndar (grupo control) en pacientes con LPA y SIRA. La administracin de dieta con cido 3 y cido gammalinoleico fue asociada con una reduccin de 60% en el riesgo de mortalidad hospitalaria a los 28 das por cualquier
causa (OR 0.40, IC 95%: 0.24 a 0.68, p: 0.001; X 2 0.91, p: 0.63, I 2 0%), lo cual
fue corroborado en el anlisis de intencin a tratar con una reduccin de 49% (OR
0.51, IC 95%: 0.33 a 0.79, p: 0.02; X 2 2.12, p: 0.35, I 2 5.8%). La reduccin del
riesgo de mortalidad fue de 43% (OR 0.57, IC 95%: 0.41 a 0.79, X 2 0.48, p: 0.79,
I 2 0%, Z 3.37, p: 0.001). En relacin a los das libres de ventilacin mecnica,
a los 28 das fue de 4.9 y los das libres de estancia en la UTI a los 28 das fueron
4.3 (15.1 " 10 en el grupo de estudio vs. 10.8 " 9.6 en el grupo control). La administracin de cido omega 3 ms cido gammalinoleico se asoci con una reduccin estadsticamente significativa del riesgo de desarrollo de nueva disfuncin orgnica de 83% (OR 0.17, IC 95%: 0.08 a 0.34, p: < 0.0001; X 2 0.34, p: 0.56,
I 2 0%).
Otras variables determinadas fueron los parmetros de ventilacin mecnica,
como la fraccin inspirada de oxgeno, la presin espiratoria al final de la inspiracin, la ventilacin minuto, el volumen corriente y los ndices de oxigenacin,
los cuales mostraron una mejora estadsticamente significativa al da cuatro de
administracin de nutricin complementada con cido omega 3 y cido gammalinoleico.14
El consenso de la SEMICYUCSENPE recomienda con grado B que los pacientes con falla respiratoria aguda reciban una dieta con los requerimientos calricos y proteicos similares a cualquier otro enfermo grave con alto grado de es-
124
(Captulo 11)
trs, y tambin que los pacientes con LPA y SIRA sean suplementados con una
dieta enteral enriquecida con cidos grasos w3, cido gammalinoleico y antioxidantes. Por otra parte, la gua refiere que no hay recomendaciones especficas
para el empleo de cidos grasos w3 va parenteral (grado C de recomendacin).8
La gua de la Sociedad de Medicina de Cuidados Crticos y la Sociedad Americana de Nutricin Enteral y Parenteral recomiendan con grado A que los pacientes con LPA y SIRA reciban soporte nutricional enteral enriquecido con lpidos antiinflamatorios (p. ej., omega 3, aceite de pescado y aceite de borraja) y
antioxidantes, ya que han demostrado reducir de manera significativa los das de
estancia en terapia intensiva, la duracin de la ventilacin mecnica, la disfuncin orgnica y la mortalidad, comparados con el uso de frmulas enterales estndar.15
CONCLUSIONES
La LPA se caracteriza por la presencia de un estado inflamatorio manifestado por
insuficiencia respiratoria aguda e hipoxemia, lo cual desencadena un estado catablico intenso. Por lo tanto, se debe realizar una evaluacin y determinacin del
soporte nutricional adecuado, ya que est demostrado que la implementacin nutricional mejora el pronstico de los pacientes, disminuye la incidencia de infecciones, acorta los das de ventilacin mecnica y disminuye la tasa de mortalidad.
En la actualidad, la toma de decisiones en el abordaje diagnstico y teraputico
de los enfermos con LPA y SIRA se basa en la mejor evidencia disponible; sin
embargo, a pesar de ello es poco el apego que se tiene a la literatura cientfica.
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(Captulo 11)
12
Terapia nutricional en
pancreatitis aguda grave
Ya en 1889 Reginald Fritz haba demostrado su asombro ante la repercusin sistmica de la pancreatitis aguda grave cuando mencion que es fascinante cmo
el proceso inflamatorio de una glndula retroperitoneal produce anormalidades
en tantos rganos.1 Unos aos despus, en 1925, Moynihan describi la pancreatitis aguda como la ms terrible de las calamidades que ocurren en relacin
a las vsceras abdominales.2
En la actualidad se define la pancreatitis aguda como el proceso inflamatorio
agudo del parnquima pancretico que involucra en forma variable a tejidos adyacentes y rganos remotos. En 80% de los casos su presentacin es leve y se autolimita; sin embargo, en 20% de los casos su manifestacin es considerada grave
y puede progresar hacia la sepsis, e incluso a falla orgnica mltiple (FOM) y la
muerte. La clasificacin de pancreatitis en leve y grave se realiza con base en lo
acordado en el Consenso de Atlanta.3
En septiembre de 1992 se reuni en la ciudad de Atlanta (EUA) un grupo de
expertos en pancreatitis con el objeto de definir la enfermedad, su diagnstico,
su clasificacin y su tratamiento, entre otros puntos. Esta reunin se conoce como
Consenso de Atlanta3 y en l se menciona que la pancreatitis debe clasificarse
como leve o grave con base en parmetros objetivos y en cmo debe tratarse cada
una. Ms recientemente Petrov propuso una nueva clasificacin4 en la que la pancreatitis puede considerarse como leve, moderada, grave y crtica. Esta clasificacin ha ganado popularidad, aunque an no se utiliza tan universalmente como
la de Atlanta. En el presente captulo se utilizarn los criterios de gravedad del
Consenso de Atlanta.3
127
128
(Captulo 12)
129
renteral) produjeron el mismo estrs oxidativo; sin embargo, 30% de los pacientes nutridos por va parenteral desarrollaron falla respiratoria o de algn otro
rgano, mientras que ninguno de los pacientes del grupo de nutricin enteral la
desarroll. Ello se vio reflejado en la estancia hospitalaria, ya que los pacientes
con nutricin parenteral permanecieron hospitalizados 10 das (7 a 26 das) en
comparacin con los siete das (4 a 14 das) que estuvieron en el hospital los pacientes con nutricin enteral, lo cual result estadsticamente significativo (p =
0.05). Una de las fallas de este estudio11 es que utilizaron como criterio predictivo
de gravedad de pancreatitis un ndice de APACHE II12 igual o mayor a seis puntos, con lo que probablemente incluyeron a pacientes con pancreatitis leve, ya
que el criterio de gravedad de pancreatitis consensado en Atlanta3 para pancreatitis aguda era un ndice de APACHE II12 igual o mayor a 8 puntos.
En un metaanlisis publicado en 2004 por Marik y Zaloga13 en el que se revisaron 117 artculos de nutricin enteral vs. parenteral en pancreatitis aguda y de los
cuales slo seis cumplieron los estrictos requisitos, se pudo analizar la informacin de 263 pacientes y se encontr una menor incidencia de infecciones [RR =
0.45; IC 95% (0.26 a 0.78), p = 0.004], menor necesidad de realizar necrosectomas pancreticas [RR = 0.48; IC 95% (0.22 a 1.00), p = 0.05] y menos das de
estancia hospitalaria [2.9 das menos (1.6 a 4.3), p < 0.001] al utilizar la va enteral para nutrir a dichos pacientes. No hubo diferencia significativa en cuanto a
mortalidad [RR = 0.66; IC 95% (0.32 a 1.37), p = 0.3] ni a morbilidad no infecciosa [RR = 0.61; IC 95% (0.31 a 1.22), p = 0.16]. Con estos resultados Marik
y Zaloga concluyen que la nutricin enteral debe ser la ruta preferida para administrar terapia nutricional a pacientes con pancreatitis aguda grave.
En otro metaanlisis, publicado 2 aos ms tarde por McClave y col.,14 se revisaron 119 artculos, entre ellos 27 para examinar diversos aspectos; se encontraron menos complicaciones infecciosas cuando se nutri a los pacientes por va
enteral [RR = 0.46; IC 95% (0.29 a 0.74), p = 0.001], as como 3.94 das menos
de estancia hospitalaria (p < 0.0001). Sin embargo, no hubo diferencia significativa en cuanto a falla orgnica [RR = 0.59; IC 95% (0.28 a 1.27), p = 0.18] y mortalidad [RR = 0.88; IC 95% (0.43 a 1.79), p = 0.72].
Tanto estos estudios como muchos otros que han sido publicados sobre el tema
han demostrado que la nutricin enteral se asocia a mejores resultados que la nutricin parenteral. Incluso, hoy en da se considera la nutricin enteral como una
verdadera medida teraputica en pancreatitis aguda grave, capaz de modificar favorablemente el curso natural de la enfermedad;15 es decir, no es slo soporte
nutricional, sino realmente terapia nutricional.
Cuando la va enteral no es factible, no es posible o no es tolerada, puede utilizarse la va parenteral como nica fuente de nutrientes o como complemento a
una nutricin enteral insuficiente en pacientes con pancreatitis grave. (El momento ideal para iniciar la terapia nutricional parenteral se discutir ms ade-
130
(Captulo 12)
131
En 1987 Sax y col.19 reportaron un estudio en el que sugirieron que era mejor
no alimentar a los pacientes con pancreatitis grave que administrarles NPT en las
primeras 48 h, ya que al comparar ambos (ayuno vs. NPT temprana) la incidencia
de infecciones de catter fue mayor (1.5 vs. 10.5%, p = 0.003) y permanecieron
ms das en el hospital (10 vs. 16 das, p < 0.04). Este estudio ha sido ampliamente
criticado, ya que no compara NPT con nutricin enteral; sin embargo, su importancia radica en que desde hace 26 aos ha habido evidencia de que la NPT temprana puede tener efectos adversos en la pancreatitis grave.
Recientemente Casaer (y el grupo de Greet van den Bergue) public un estudio20 en el que se demostr que los pacientes crticamente enfermos (incluyendo
algunos con pancreatitis) tuvieron una estancia hospitalaria mayor (p = 0.004),
mayor tiempo de estancia en la unidad de cuidados intensivos (p = 0.02) y ms
complicaciones (p = 0.008) cuando se les administr NPT en forma temprana en
vez de en forma tarda. Cabe mencionar que en este estudio la NPT se administr,
tanto temprana como tardamente, como complemento a nutricin enteral en pacientes en quienes no se pudo administrar los requerimientos energticos totales
por va enteral. Otro grupo de pacientes en quienes se ha demostrado peor evolucin con la NPT temprana son los pacientes con traumatismos. Tanto los pacientes crticamente enfermos como los pacientes con traumatismos comparten caractersticas de gravedad similares a las de los pacientes con pancreatitis, por lo
que se consider que poda extrapolarse esta informacin a pacientes con esta ltima enfermedad; sin embargo, an no hay estudios lo suficientemente grandes
como para hacer recomendaciones respecto al uso o no de NPT temprana en la
pancreatitis grave. Los expertos recomiendan que si es necesario iniciar NPT en
pancreatitis grave, esto se haga hasta el quinto da de evolucin, una vez que haya
disminuido el proceso inflamatorio, ya que la nutricin parenteral iniciada durante la fase inflamatoria aguda15 (es decir, en las primeras 48 h) puede tener en
la evolucin del paciente un peor impacto que dejarlo en ayuno.14
132
(Captulo 12)
lucin clnica; sin embargo, s report menor estancia hospitalaria (23 das " 2
vs. 27 das " 1, p = 0.006) y menor prdida de peso del da cero al da siete (1.3
kg " 1.1 vs. 2.4 kg " 0.0, p = 0.01), ambas con significado estadstico y favoreciendo a la frmula elemental; por ello en sus conclusiones menciona que el uso
de una frmula elemental puede beneficiar el curso clnico de pacientes con pancreatitis grave.
Durante la pancreatitis aguda la tolerancia gastrointestinal a los nutrientes
puede verse deteriorada, por lo que las frmulas elementales desempean un papel fundamental en la terapia nutricional de estos pacientes; sin embargo, algunos
pacientes tampoco toleran estas frmulas. Lo recomendado en estos casos, antes
de considerar el aporte parenteral de nutrientes, es intentar nutrirlos con frmulas
peptdicas, bajas en lpidos, particularmente cidos grasos omega 6, tomando en
cuenta que al ser bajas en lpidos son ricas en carbohidratos, por lo que debe mantenerse un estricto control glucmico.8
La inmunomodulacin con nutrientes ha sido utilizada en diversas condiciones clnicas, con xito en algunas de ellas. Su uso en la pancreatitis aguda grave
ha sido motivo de diversos estudios, los cuales la proponen como parte del tratamiento integral; para ello se ha descrito, entre otras intervenciones, el uso de cidos grasos omega 3. En un estudio experimental24 realizado en roedores de laboratorio a los que se aliment por dos semanas a priori con una dieta especfica,
se les indujo una pancreatitis experimental para luego sacrificarlos y obtener
biopsias de pncreas y de pulmn. Para el estudio se les dividi en cuatro grupos:
a. El primero recibi lpidos omega 3 (cido eicosapentaenoico) y vitamina
E dos semanas antes de la intervencin.
b. El segundo grupo recibi lpidos omega 6 (aceite de maz).
c. El tercero fue el grupo control (no se provoc pancreatitis) y recibi solucin salina.
d. Al cuarto grupo se le provoc pancreatitis y no recibi tratamiento alguno.
La infiltracin de macrfagos en la biopsia de pncreas fue utilizada para representar el proceso inflamatorio temprano de la pancreatitis y la cantidad y actividad de los leucocitos en la biopsia de pulmn para representar el proceso inflamatorio tardo. Las ratas que fueron alimentadas con lpidos omega 3 tuvieron una
respuesta inflamatoria temprana (biopsia de pncreas) y tarda (biopsia de pulmn) significativamente menor (p < 0.01) que las ratas de los otros tres grupos.
Es un estudio con muchas limitaciones al haber sido realizado en animales de laboratorio, pero se ha utilizado como base para otros estudios clnicos.
En 2001 Hallay y col. publicaron un estudio25 en el que administraron inmunonutrientes a un grupo de pacientes con pancreatitis grave; los compararon con un
grupo control, demostrando una menor estancia hospitalaria (48.4 vs. 27.2 das)
y menor estancia en la unidad de terapia intensiva (34.8 vs. 8.6 das); aunque la
133
134
(Captulo 12)
135
136
(Captulo 12)
to de pancreatitis aguda pero en combinacin con probiticos, por lo que se analizar ms adelante.
Segn la Organizacin Mundial de la Salud (OMS), los probiticos son organismos vivos (bacterias u hongos) que, al ser ingeridos en cantidad suficiente, tienen un efecto benfico en el estado de salud del husped.35 Los probiticos son
ampliamente utilizados tanto por personas sanas para la reposicin de la flora
intestinal como en pacientes con enfermedades, principalmente gastrointestinales (sobre todo diarrea); es necesario tomar en cuenta que no es lo mismo administrarlos a personas sanas que a pacientes enfermos. Su uso exitoso en las enfermedades gastrointestinales gener el inters por utilizarlos en pancreatitis aguda
grave. El primer reporte36 sobre su uso en esta enfermedad es de Atilla Olh en
2002, en el que dividi a 45 pacientes con pancreatitis en dos grupos; a los del
grupo experimental les administr por va enteral Lactobacillus plantarum 299
vivo y al grupo control el probitico atenuado, encontrando una menor tasa de
necrosis pancretica infectada (1 de 22 vs. 7 de 23, p = 0.023) y menor porcentaje
de necesidad de intervencin quirrgica (4.5 vs. 30.4%, p < 0.05) en los pacientes
a quienes se les administr el probitico vivo. Es decir, el uso de esta cepa de probitico disminuye la sepsis pancretica y la necesidad de ciruga en pacientes con
pancreatitis aguda grave.
El mismo autor public cinco aos ms tarde otro estudio34 prospectivo, aleatorizado, en el que incluy a 62 pacientes a quienes dividi en dos grupos, administrando por va enteral cuatro lactobacilos y fibra prebitica al grupo experimental y slo fibra prebitica al grupo control. Sus resultados respaldaron las
ventajas del uso de probiticos reportadas en el estudio previo, ya que en esta ocasin encontr una menor incidencia de sndrome de respuesta inflamatoria sistmica (p < 0.05), menos complicaciones generales (p < 0.05), menor incidencia
de falla orgnica mltiple, menos complicaciones spticas, menor mortalidad y
menos das de estancia hospitalaria (estas ltimas sin diferencia significativa) en
el grupo suplementado con probiticos.
Cuando la evidencia pareca apoyar el uso de probiticos en la pancreatitis
aguda grave, pero sin un respaldo estadsticamente significativo, el Grupo Dans
para el Estudio de la Pancreatitis Aguda (Dutch Acute Pancreatitis Study Group)
formul un protocolo de estudio37 con un nmero suficiente de pacientes con el
fin de demostrar con mayor solidez estadstica la utilidad de los probiticos en
esta enfermedad. Los resultados fueron publicados en 2008, cuatro aos despus
de que se publicara el protocolo del estudio conocido como PROPATRIA.
El estudio PROPATRIA38 no tuvo los resultados esperados, sino que encontr
efectos adversos en el uso de probiticos en pacientes con pancreatitis aguda, ya
que 9 de los 152 pacientes a quienes se les administraron probiticos presentaron
isquemia intestinal, mientras que ninguno de los 144 pacientes a quienes se les
administr placebo la present (6 vs. 0%, p = 0.004). Los pacientes a quienes se
137
les administraron probiticos tuvieron mayor necesidad de intervenciones quirrgicas (18 vs. 10%, p = 0.05), mayor incidencia de alguna falla orgnica (27 vs.
16%, p = 0.02), mayor incidencia de falla orgnica mltiple (22 vs. 10%, p = 0.01)
y mayor mortalidad (16 vs. 6%, p = 0.01).
Los resultados del estudio PROPATRIA incluso provocaron que se detuvieran
estudios de probiticos en otras enfermedades que se estaban corriendo cuando
se obtuvieron estos efectos, ante la posibilidad (y el temor) de que tales efectos
adversos se repitieran en dichos estudios.
El estudio PROPATRIA ha sido ampliamente criticado desde el punto de vista
metodolgico,39 ya que se viol o se sesg el protocolo original, entre otras fallas
de mtodo. Es posible que los eventos adversos relacionados con el uso de probiticos en este estudio se deban al uso de un mayor nmero de cepas de probiticos (se utilizaron seis cepas en el estudio PROPATRIA) y a un mayor lapso de
tiempo (cuatro semanas) que en los estudios previos. Asimismo, los pacientes del
estudio PROPATRIA eran en promedio 15 aos mayores que los pacientes de
Olh, tenan una enfermedad ms grave (ndices de Imrie ms altos) y mayor respuesta inflamatoria (cifras ms altas de protena C reactiva). Todos estos elementos indican que hay que tomar con precaucin los resultados del estudio PROPATRIA, no sobrerreaccionar y evitar conclusiones inapropiadas y generalizadas
respecto al uso de probiticos. Por ello las recomendaciones a la comunidad nutricional respecto al uso de probiticos en pancreatitis aguda grave debern esperar los resultados de ms estudios prospectivos, aleatorios, controlados.40
CONCLUSIONES
S La nutricin enteral en la pancreatitis aguda grave es parte fundamental del
tratamiento de la enfermedad, considerndose incluso terapia y no slo
soporte nutricional, ya que su administracin, en conjunto con otras medidas teraputicas, ha demostrado modificar favorablemente el curso de la
enfermedad (a lo que en medicina se llama tratamiento).
S Los pacientes con pancreatitis aguda grave deben iniciar terapia nutricional
enteral temprana en cuanto sea posible (idealmente antes de 48 h).
S Cuando la nutricin enteral no sea factible o no sea suficiente, debe retrasarse el uso de nutricin parenteral (total o parcial) al menos por cinco das,
ya que su administracin temprana se ha asociado a peores resultados clnicos.
S El uso de glutamina intravenosa para complementar la nutricin parenteral,
cuando sta es necesaria, puede tener efectos benficos en la evolucin de
la enfermedad.
138
(Captulo 12)
S Los pacientes con pancreatitis aguda grave pueden ser alimentados con frmulas enterales elementales, peptdicas e incluso polimricas. Su eleccin
y su utilizacin deben basarse en la tolerancia gastrointestinal a ellas.
S No hay evidencia de que el uso de frmulas enterales inmunomoduladoras
favorezca el curso de la pancreatitis aguda grave, por lo que no se recomienda su uso rutinario.
S La nutricin gstrica (prepilrica) es una alternativa de la nutricin enteral
factible en pacientes con pancreatitis aguda grave, que impide el retraso en
la alimentacin enteral asociado a la obtencin de un acceso pospilrico y
evita las complicaciones asociadas a la endoscopia que se requiere para ello.
S El uso de fibra prebitica parece tener beneficios en pacientes con pancreatitis.
S En este momento, el uso de probiticos no parece seguro en pacientes con
pancreatitis aguda grave.
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13
Apoyo nutricional en
el paciente quemado
Leonel Arturo Quiones Salido
ANTECEDENTES
Las lesiones trmicas varan desde la relativamente trivial hasta la ms grave y
devastadora lesin que se puede producir en los seres humanos. Una vez que la
lesin supera de 15 a 20% de la superficie corporal provoca un gran nmero de
alteraciones sistmicas, entre las cuales se incluyen la respuesta metablica a la
agresin, la alteracin a la inmunidad y la prdida de lquidos y electrlitos. Las
citocinas mediadoras de la respuesta inflamatoria sistmica ejercen alteraciones
en el metabolismo y aumento en el recambio proteico.
El paciente quemado crtico presenta particularidades histopatolgicas que se
caracterizan por una lesin tisular especial y por un estado de choque hipovolmico secundario a la prdida de lquidos. La importantsima alteracin de la permeabilidad est provocada por diferentes mediadores (histamina, serotonina, vasopresina, angiotensina, radicales libres, etc.). La hipovolemia junto con la
estimulacin simptica provoca la liberacin de catecolaminas y mediadores vasopresores que producen aumento de las resistencias vasculares sistmicas; dicho
aumento se debe al aumento temporal e inicial de la viscosidad sangunea por hemoconcentracin con dficit de lquidos intravascular, que genera de manera secundaria isquemia e hipoperfusin en los rganos ms sensibles, como el sistema
renal y el gastrointestinal. Tambin hay un aumento en la excrecin de mioglobina debido a lesin muscular, lo que favorece el dao renal aunado a hipovolemia.
Las quemaduras por electricidad son profundas, tienen mayor morbilidad y con
frecuencia van acompaadas de otras lesiones de tipo traumtico que complican
141
142
(Captulo 13)
tanto el manejo inicial como el pronstico funcional y para la vida. Si bien las
quemaduras por electricidad afectan los tejidos cutneos y profundos, est demostrada en modelos animales la lesin estructural y funcional de diversos rganos, ya que el flujo de electrones se distribuye por todos los tejidos siguiendo la
ley de Coulomb para descargar la carga elctrica. Existen adems otras etiologas
de quemaduras, por fortuna poco frecuentes, que tambin cursan con complicaciones multisistmicas, como las originadas por radiacin. Algunas de las causas
ms importantes de morbilidad y mortalidad posteriores a una quemadura grave
pueden atribuirse a prdida de nitrgeno, malnutricin, desnutricin e hipermetabolismo.3
En resumen, la respuesta hipermetablica que sucede tras la agresin trmica
se caracteriza por una progresiva destruccin de la musculatura esqueltica que
supera a la desarrollada en sepsis y trauma, adems de la enorme prdida de lquidos corporales con alto contenido de protenas y electrlitos, Por ello el soporte
nutricional hipermetablico forma parte indiscutible e impostergable del tratamiento de este tipo de pacientes. Por otra parte, la concepcin clsica del paciente
quemado joven y sin trastornos nutricionales o metablicos no es el comn denominador, ya que cada da es ms alta la prevalencia de pacientes portadores de
comorbilidad que influye en el pronstico y el tratamiento. Todos estos trastornos
son ms evidentes en las primeras dos semanas posteriores a la quemadura, aunque pueden prolongarse en relacin directa a las complicaciones aparecidas.1
TIPOS DE QUEMADURAS
Las guas internacionales con mayor difusin en relacin a la etiologa y el manejo de los pacientes quemados (Asociacin Americana de Quemados) se obtuvieron por pacientes y modelos con quemaduras trmicas originadas por fuego
directo, lo que involucra quemaduras de primer grado, segundo grado superficial
y profundo la mayora de las veces, lo que origina prdida de la cubierta cutnea
con eliminacin abrupta de lquidos, protenas y electrlitos (de ah la caracterstica de ser hmedas), en tanto que las quemaduras de tercer grado afectan a estructuras corporales profundas y se distinguen por su aspecto necrtico y seco.
En el caso de las estructuras corporales profundas en tanto no sea eliminado
el agente agresor. En el lamentable caso de las quemaduras con electricidad las
complicaciones son en verdad devastadoras, ya que la lesin cutnea no se correlaciona con el dao a estructuras profundas y no est slo limitado al conjunto
de estructuras epiteliales y musculares, sino a la disfuncin orgnica mltiple demostrada al paso de la electricidad, afectndose con esto la funcin de diversas
glndulas involucradas de manera directa en la sntesis de protenas y la utilizacin de nutrientes.
143
Existen complicaciones derivadas del mal manejo inicial del paciente quemado
(las primeras 48 h) en relacin al aporte de lquidos, lo que genera disfuncin
orgnica, renal, que interfiere y limita el aporte de nutrientes, as como complicaciones orgnicas derivadas del tipo de quemadura, rabdomilisis, embolismo
graso, respuesta inflamatoria sistmica, infeccin y trauma quirrgico, entre los
ms sobresalientes.
Existen limitantes y variantes para otorgar los amplios beneficios del apoyo
nutricional al paciente quemado. La quemadura de las vas areas, por ejemplo,
requiere canulacin endotraqueal para soporte respiratorio mecnico, siendo necesario utilizar sonda de Levin o nasoyeyunal para el suministro de nutrientes.
144
(Captulo 13)
145
Cuadro 131.
Frmula de Curreri
16 a 60 aos de edad: 25 x peso + (40 x % SCQ)
> 60 aos: requerimientos basales + (65 x % SCQ)
Frmula de Long
GER (Harris Benedict) x factor de actividad x factor de agresin
Factor de agresin desde 1.5 hasta 2.1 segn % de SCQ
Factor de actividad: 1.2 en pacientes encamados
Frmula de Burke y Wolf
GER (Harris Benedict) x 2
Frmula de Davis y Kjedahl
Adulto: (20 x peso en kg) + (70 x % SCQ)
Nios: (60 x peso en kg) + (35 x % SCQ)
Frmula de Pruitt
2 000 a 2 200/m2 SCQ
Frmula de Sutherland
(20 x peso en kg) + (70 x % SCQ)
SCQ: superficie corporal. GER: gasto energtico en reposo.
a. Extensin de la lesin.
b. Profundidad de la lesin.
c. Etiologa.
d. Manejo inicial y de reconstruccin de la quemadura.
e. Deber extenderse el apoyo nutricional hasta concluirse la epitelizacin.
SUPLEMENTOS NUTRICIONALES
Existen diversos suplementos muy tiles e incluso insustituibles en el tratamiento
del paciente quemado, no slo por el beneficio nutricional. Tal es el caso de la
glutamina, que promueve la integridad tisular, mejora el sistema inmunitario, reduce la infeccin y promueve la sntesis proteica. La dosis recomendada en el paciente quemado es de 0.5 g/kg/da; existe en presentacin intravenosa y enteral.4
La oxandrolona, un anlogo sinttico de la testosterona, ha demostrado lograr
un incremento significativo en la tasa de restitucin de tejido muscular, adems
de mejorar la cicatrizacin y la funcin musculosqueltica. La dosis recomendada es entre 2.5 y 20 mg/24 h en tres dosis fraccionadas durante dos a cuatro semanas; se recomienda iniciarla entre el da 7 y el 10 una vez estabilizado el paciente.5
146
(Captulo 13)
La importancia de las vitaminas para el ptimo metabolismo est bien establecida. La tiamina es un importante cofactor requerido para el adecuado metabolismo de los carbohidratos; existe evidencia de que el suplemento de esta vitamina
puede disminuir los niveles sricos de piruvato y lactato en el suero.6
Se ha demostrado el beneficio de la glicina en la proteccin de la hipoxia y la
reoxigenacin ante el trauma. En estudios experimentales con ratas se ha demostrado que preserva y mejora el aporte de energa en el cardiomiocito incrementando el ATP.
La vitamina C, un poderoso antioxidante, favorece la epitelizacin y mejora
la respuesta inmunitaria. La dosis recomendada es 1 g por va digestiva cada 12
h durante la estancia hospitalaria y hasta la epitelizacin completa.
COMPLICACIONES
La complicacin ms frecuente se debe seguramente al aporte insuficiente de nutrientes o bien a la mala proporcin en las caractersticas de los nutrientes. La proporcin mayor de caloras debe ser a base de carbohidratos; se recuerda que el
aporte de carbohidratos debe iniciarse desde el momento de la valoracin inicial,
sin tomar en cuenta el aporte de lquidos para la reanimacin, y debe incluir solu-
147
CONCLUSIN
Los pacientes que sufren quemaduras extensas, de origen trmico, superiores a
20%, desarrollan hipermetabolismo. Son de difcil evaluacin los pacientes que
sufren de quemaduras internas (como en el caso de electricidad por alto voltaje)
cuya tasa metablica exceda 200% de lo normal. La prdida de tejido muscular,
la prdida de lquidos, el dficit inmunitario y las alteraciones en la sntesis de
protenas (en particular albmina) son algunos de los principales factores que se
asocian con la mala evolucin de los pacientes quemados.
Se sugiere iniciar el aporte nutricional desde el momento de la reanimacin
inicial del paciente quemado. Es frecuente que se incurra en la confusin de programar y calcular el aporte de lquidos por la superficie corporal quemada, sin
tomar en cuenta que algunas etiologas involucran a estructuras anatmicas profundas y lesin a rganos. Por otro lado, el aporte de carbohidratos debe incluirse
148
(Captulo 13)
149
REFERENCIAS
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150
(Captulo 13)
14
Terapia nutricional en
el paciente oncolgico
Daniel Motola Kuba, Karla Snchez Lara
152
(Captulo 14)
dades avanzadas son que la supervivencia promedio es de 4 a 10 meses, independientemente del tratamiento que se utilice, el cual en la mayora de los pasos es
puramente paliativo y tiene las siguientes metas:
a. Control de sntomas.
b. Evitar o prolongar las complicaciones.
c. Mejorar la calidad de vida.
d. Prolongar la supervivencia.
153
N%
Peso
IMC
v 5%
5 a 10%
w 10%
Total %*
Ca GI
Ca de colon
Ca de pulmn
Ca de mama
Ginecolgicos
Otros
Hematolgicos
Total
35 (18.3)
20 (10.4)
11 (5.8)
61 (31.9)
12 (6.3)
27 (14.1)
25 (13.1)
191 (100)
64.9
69.9
69.3
67.1
57.8
74.1
73
68.0
23.6
25.7
25.3
26.1
22.9
26.6
25.7
25.1
3
3
3
20
3
11
1
42
5
5
2
3
4
4
3
26
19
1
3
4
4
5
6
42
2 777.1
945.0
872.7
2 747.5
1 191.6
2 074.1
1 040.0
11 258.6
Ca: cncer; GI: gastrointestinal; IMC: ndice de masa corporal. * Pacientes que perdieron peso.
Husped
Respuesta
inflamatoria
a citoquinas
Alteraciones
metablicas
Aumento
de gasto
Tumor
Sistema
nervioso
Compuestos
tumorales
PIF, LMF
Liplisis
protelisis
Anorexia
Prdida de peso
y caquexia
Figura 141. Alteraciones que provocan caquexia en los pacientes oncolgicos.
154
(Captulo 14)
les, como elevacin del factor inductor de protelisis y del factor movilizador de
lpidos. Adems, la masa tumoral promueve la activacin de respuesta inflamatoria local y sistmica, que a su vez provoca anorexia a nivel del sistema nervioso
central, concluyendo en disminucin en la ingesta de alimentos.1315
Factores derivados de los efectos
secundarios del tratamiento antineoplsico
El tratamiento antineoplsico (como la quimioterapia y la radioterapia) por lo
general ocasiona efectos secundarios no deseados que interfieren en la alimentacin. Suelen ser reversibles tras la suspensin del tratamiento, pero varan mucho
de manera individual y dependen tambin del estado nutricio inicial del paciente.
Los que ms afectan a la ingestin de alimentos son: alteraciones olfatorias y del
gusto (disgesia), nusea y vmito, disfagia, dolor abdominal, distensin abdominal, saciedad temprana, ascitis y carcinomatosis peritoneal.16 Los tumores que
con ms frecuencia pueden tener efectos secundarios relacionados con la nutricin son aquellos que afectan la cabeza y el cuello, el pulmn, el esfago, la prstata, el crvix, el tero, el colon, el recto y el pncreas.
155
ficiarlos de forma significativa, al disminuir el riesgo de infecciones, la incidencia de complicaciones y la disminucin de das de estancia hospitalaria en cncer
gastrointestinal y en pacientes crticos.20
Inmunonutricin
La inmunonutricin se refiere a la administracin de nutrimentos que habitualmente no son esenciales para la funcionalidad de los seres humanos; sin embargo,
en enfermedades crticas que cursan con estrs metablico como el cncer se convierten en esenciales. Los compuestos que se utilizan como inmunonutricin son
la Larginina, la glutamina, el omega 3 y los nucletidos.
En ciruga gastrointestinal electiva la inmunonutricin perioperatoria ha demostrado disminuir el riesgo de complicaciones, las infecciones secundarias a
procedimientos y el tiempo de hospitalizacin.21 En el tratamiento quirrgico de
cncer de cabeza y cuello la inmunonutricin perioperatoria ha demostrado disminuir el tiempo de hospitalizacin, aunque no tuvo ningn efecto en las complicaciones secundarias.22
Las Guas de la European Society for Clinical Nutrition and Metabolism (ESPEN) recomiendan que a todos los pacientes con cncer sometidos a ciruga mayor abdominal se les administre NE con sustratos inmunomoduladores por un periodo de cinco a siete das, independientemente de su estado nutricional.23
La arginina representa 5.4% de la protena ingerida por los alimentos. Se han
realizado estudios en los cuales se ha utilizado la arginina como suplemento en
dosis de 10 a 30 g. En un estudio donde se suplement con arginina de manera
enteral a pacientes posoperados por carcinomas de cabeza y cuello se demostr
una disminucin significativa de complicaciones de la herida.24
La suplementacin con glutamina ha demostrado importantes beneficios en
los pacientes en tratamiento de quimioterapia o quimiorradioterapia concomitante:
S Disminucin de la incidencia de estomatitis en pacientes manejados con
quimiorradioterapia concomitante por cncer de cabeza y cuello.25
S Disminucin significativa en la incidencia de neuropata perifrica secundaria a tratamiento con paclitaxel.26
El cido eicosapentaenoico (EPA) es un cido graso poliinsaturado de cadena larga de la familia omega 3 (AGPI n3). Por sus propiedades antiinflamatorias disminuye la produccin de vas anorexgenas en el SNC promovidas por la leptina
y la insulina. Tambin atena la prdida de peso, tanto de catabolismo proteico
como lipdico, y reemplaza al cido araquidnico en los fosfolpidos de la membrana celular.27
156
(Captulo 14)
Por sus efectos antiinflamatorios se comenz a estudiar los AGPI n3 en pacientes oncolgicos, mostrndose resultados positivos en la conservacin del
peso28 por la disminucin en la produccin tumoral del factor inductor de protelisis y del factor movilizador de lpidos; disminuyeron as el catabolismo del
msculo esqueltico y las citocinas proinflamatorias, asociadas a la anorexia de
estos pacientes.
Asimismo, hay varios estudios que han demostrado que la suplementacin con
AGPI n3 se asocia a mejora en la calidad de vida de dichos pacientes.2934 Adems de estos efectos en la composicin corporal, es interesante el papel que tienen
en la progresin del cncer; los AGPI n3 han surgido como nutrimentos anticarcinognicos por la regulacin de la expresin de enzimas o por la actividad y la
concentracin final de productos, o por la modulacin de las concentraciones de
precursores de las vas biosintticas.35
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15
Valoracin y manejo nutricional del
paciente cirrtico en estado crtico
Jos A. Estradas, Aldo Torre Delgadillo
INTRODUCCIN
La desnutricin es una complicacin frecuente en el paciente con cirrosis heptica y su presencia influye en el pronstico de los pacientes independientemente
de la etiologa de la cirrosis.1
La prevalencia estimada de desnutricin en los pacientes con cirrosis va de 50
a 90%, es ms frecuente en aqullos de etiologa alcohlica y en quienes estn
hospitalizados.2 Los pacientes cirrticos con desnutricin tienen un riesgo aumentado de morbilidad y mortalidad, deterioro en el funcionamiento del sistema
inmunitario y la funcin respiratoria, disminucin en la masa muscular y retraso
en la cicatrizacin.24 Estos pacientes tienen en promedio ms das de estancia
hospitalaria, mayor prevalencia de ascitis y sndrome hepatorrenal,3 y los que son
sometidos a trasplante heptico presentan una mayor tasa de complicaciones perioperatorias y mortalidad, lo que conduce a ms das de estancia hospitalaria y
a incremento en los costos.5
La cirrosis heptica tiene un curso progresivo y cuando se acompaa de complicaciones como sangrado variceal, ascitis o encefalopata, se la denomina cirrosis descompensada. Es en esta fase avanzada de la cirrosis donde la desnutricin
es ms frecuente. Debido a su alta prevalencia, es muy importante identificar los
datos de desnutricin de forma temprana, para poder iniciar las intervenciones
pertinentes a fin de evitar el desarrollo de las complicaciones asociadas a la desnutricin previamente mencionadas.
159
160
(Captulo 15)
161
El tamizaje es el paso inicial de la evaluacin y puede ser realizado por cualquier mdico. La evaluacin nutricional es una valoracin mucho ms completa
y ha sido definida por la Sociedad Americana para la Nutricin Enteral y Parenteral (ASPEN, por sus siglas en ingls) como un abordaje integral cuyo objetivo
es definir el estado nutricional del paciente a partir de:
a. La historia clnica, nutricional y social.
b. La exploracin fsica.
c. Las medidas antropomtricas.
d. Los estudios de laboratorio.
Una evaluacin nutricional realizada de forma adecuada provee informacin global acerca de dos factores importantes que se interrelacionan:
1. El estado nutricional.
2. La severidad de la cirrosis.1,7
EVALUACIN DE LA INGESTIN
Y LA HISTORIA NUTRICIONAL
La historia nutricional del paciente cirrtico debe evaluar la ingestin de caloras,
protenas, macronutrientes y micronutrientes, as como el entendimiento y el
apego a la dieta. Los puntos importantes que se deben documentar son: restricciones dietticas previas, apetito, saciedad, cambios en el sentido del gusto, estado
socioeconmico, uso de dietas novedosas, uso de suplementos, preferencias tnicas y religiosas, alergias e intolerancia a ciertos alimentos. A pesar de que todas
las herramientas para la evaluacin tienen limitaciones, la historia de la ingestin
oral del paciente puede documentarse mediante el recordatorio de 24 h, cuestionarios de frecuencia de alimentos, cuantificacin de caloras o el diario de comidas. El riesgo nutricional puede calcularse mediante la escala de evaluacin global subjetiva (SGA, por sus siglas en ingls), la cual valora los diagnsticos,
cambios en el peso corporal, ingesta, sntomas gastrointestinales, capacidad funcional y signos fsicos de desnutricin. Dicha escala es un mtodo rpido y de
bajo costo que ayuda a predecir riesgos posteriores al trasplante heptico; sin embargo, debe sealarse que este mtodo infraestima la presencia de desnutricin
en el paciente con cirrosis, ya que se basa en informacin subjetiva y adems no
predice el pronstico de estos pacientes.8,9 El cuadro 152 resume las herramientas disponibles para la evaluacin nutricional, junto con sus respectivas ventajas
y limitaciones.
162
(Captulo 15)
Mtodo
Ventajas
Recordatorio de 24
h10
Recordatorio de todos
los alimentos y bebidas consumidas
en las ltimas 24 h
Usado para estimar la
ingestin de caloras y protenas
Bajo costo
Rpido
No requiere equipo
especial
Bajo costo
Rpida
Cuantificacin de caloras7
Diario de comidas11,12
Documentacin de la
lista de alimentos
consumidos mediante la cual se
calculan las caloras y protenas
No depende de la
memoria del paciente
Bajo costo
No requiere equipo
especial
Bajo costo
No requiere equipo
especial
Precisa
Limitaciones
Pierde exactitud
cuando hay encefalopata
Puede existir informacin sesgada en
mujeres con sobrepeso o alteraciones
de la imagen corporal
Puede no representar
los alimentos ms
frecuentes
Falta informacin de
porciones y caloras
Se requiere un nivel
sociocultural alto
Subjetivo
Las porciones pueden
no estar bien definidas
Se requiere un nivel
sociocultural alto
Puede infraestimar la
ingestin calrica
Lleva tiempo
163
das. Es muy importante conocer los posibles cambios corporales de los pacientes,
para poder evaluar el estado nutricional de forma correcta y dar las recomendaciones adecuadas. Dichos cambios en la composicin corporal progresan en relacin al grado de la cirrosis valorada por la escala ChildPugh.14
La exploracin fsica debe valorar habitus exterior, trofismo muscular, tejido
adiposo, cavidad oral, piel, pelo, uas y temperatura.15 En los pacientes con cirrosis se debe prestar atencin especial a la presencia de los siguientes signos: atrofia
muscular, ascitis y edema perifrico. La presencia de ascitis y edema aumenta el
peso del paciente, lo cual enmascara la prdida de masa magra y de tejido adiposo.22 Las regiones anatmicas que no se afectan por la retencin hdrica, y por
lo tanto hacen evidente la prdida de masa muscular, son: regin clavicular, temporal y escapular. Las herramientas diagnsticas que permiten evaluar la composicin corporal son: la medicin del pliegue cutneo, la fuerza de apretn de la
mano, el escner de absorcin de energa dual (DEXA, por sus siglas en ingls)
y la impedancia bioelctrica. En el cuadro 153 se resumen dichas herramientas
diagnsticas junto con sus ventajas y sus limitaciones.
EVALUACIN BIOQUMICA
El hgado es el sitio de sntesis de la albmina y la transtiretina (prealbmina),
que de forma errnea se han considerado marcadores del estado nutricional. Debido a su patrn de sntesis en respuesta a estados inflamatorios, estos marcadores
son indicadores pobres del estado nutricional del paciente cirrtico en estado crtico;22 sin embargo, han demostrado ser buenos marcadores para el pronstico,23
las complicaciones24 y la mortalidad.25 A medida que la funcin heptica se deteriora, la sntesis de prealbmina y albmina srica disminuye, lo que convierte
a stas en marcadores tiles de la severidad de la cirrosis.26,27 Sin embargo, a pesar de dicha utilidad, la presencia de hipoalbuminemia no demostr tener relacin con el estado nutricional en el paciente cirrtico, aunque s con la presencia
de ascitis o edema.28 Tampoco han demostrado tener una correlacin con las medidas antropomtricas. Por todo lo anterior, las concentraciones sricas de albmina y transtiretina son un marcador til que refleja la severidad de la cirrosis y
del estado inflamatorio, pero no del estado nutricional del paciente cirrtico.
MICRONUTRIENTES
La deficiencia de micronutrientes es frecuente en el paciente con cirrosis descompensada. Por lo tanto, es importante evaluar la presencia de deficiencias, para
164
(Captulo 15)
Mtodo
Ventajas
Limitaciones
Accesible y fcil
No requiere equipo especial
Bajo costo
Accesible y fcil
No requiere equipo especial
Bajo costo
Accesible y fcil
No requiere equipo especial
Bajo costo
Mide cambios a travs
del tiempo
Bajo costo
No requiere equipo especial
Mayor nmero de mediciones aumenta la
precisin
Bajo costo
Requiere equipo especial
Es mejor predictor en
cirrosis que las herramientas arriba
mencionadas
Preciso en la presencia de edema y ascitis
ndice de masa
corporal16
Peso (kg)/estatura
(m2)
Circunferencia de
la cintura17
Circunferencia del
brazo16
Pliegue cutneo18
Mediante el uso de un
calibrador en varias
regiones corporales
Fuerza de apretn
de la mano9
Un dinammetro mide
la fuerza de apretn
de la mano
Una fuerza disminuida
se asocia a desnutricin
Costoso
Disponibilidad limitada
DEXA18
Evala la composicin
corporal mediante
dosis bajas de rayos X
Una corriente elctrica
estima la cantidad
total de agua corporal, masa muscular
y tejido adiposo
Estndar de oro
Costoso
Disponibilidad limitada
Accesible
Se correlaciona con el
ChildPugh
Preciso en pacientes
sin ascitis
Pobre predictor de
desnutricin
Requiere entrenamiento
No hay evidencia contundente de su utilidad en la cirrosis
No se correlaciona con
el ChildPugh
165
Mtodo
Mediante la medicin
de la densidad corporal calcula la
composicin corporal
Ventajas
No invasivo
Rpido
Confiable
Limitaciones
Variaciones entre
hombres y mujeres
Disponibilidad limitada
aportar los suplementos correspondientes. En el cuadro 154 se resumen las principales deficiencias, su papel en la cirrosis heptica, los signos clnicos y la suplementacin recomendada (cuadro 154).29
Vitaminas liposolubles
La deficiencia de vitaminas liposolubles (A, D, E y K) en los pacientes con cirrosis heptica se desarrolla a consecuencia de una disminucin en la ingesta, la malabsorcin o por disminucin en la produccin heptica de protenas transportadoras.
Se ha demostrado que la deficiencia de este tipo de vitaminas es ms frecuente
a medida que la severidad de la cirrosis progresa.3037
La deficiencia de vitamina A causa nictalopa (ceguera nocturna) y xerosis
corneal; adems se ha asociado con un riesgo elevado de desarrollar carcinoma
hepatocelular. Las concentraciones sricas de retinol son normales en pacientes
con ChildPugh A y se encuentran disminuidas en aqullos con un estadio B y C.37
Ms de 90% de los pacientes con cirrosis avanzada tienen deficiencia de vitamina D, y tambin existe una relacin con la escala ChildPugh; dicha asociacin
es independiente de la etiologa de la cirrosis.3840 Este tipo de deficiencia se puede atribuir a una ingestin disminuida, malabsorcin de lpidos, deficiencia de
cidos biliares y una funcin sinttica heptica disminuida.41 La deficiencia de
vitamina D conduce al desarrollo de osteopenia y osteoporosis, puede producir
osteomalacia, dolor seo y debilidad muscular. Se recomienda la suplementacin
de vitamina D (en combinacin con calcio) a todos los pacientes con hepatopatas
crnicas.
Casi la mitad de los pacientes con cirrosis tienen niveles bajos de vitamina E
que se pueden manifestar de la siguiente forma: aumento en la agregacin plaquetaria, disminucin de la vida til de los eritrocitos, anemia hemoltica, creatinuria y degeneracin neuronal. El estrs oxidativo puede producir dao celular
y conducir a un estado inflamatorio crnico; la vitamina E acta como antioxidante que neutraliza los radicales libres. Se ha demostrado que la suplementacin
166
(Captulo 15)
Relacin con la
cirrosis
Signos de
deficiencia
Tiamina, B1
Requerimientos
aumentados
con el consumo de alcohol
Neurolgicos
Cardiovasculares
Oftalmopleja
Atrofia de papilas
linguales
1 a 2 mg
70 a 80 nmol/L
cido flico
Requerimientos
aumentados
con el consumo de alcohol
Ingestin disminuida
Atrofia de papilas
linguales
0.4 mg
> 4 mg/L
Queilosis
Debilidad
Dermatitis seborreica
Glositis
Estomatitis angular
2 mg
3 a 30 mg/L
Piridoxina, B6
ingestin diaria
recomendada
Concentracin
srica normal
Vitamina A
Malabsorcin
Poca exposicin
a la luz solar
Insuficiencia heptica
Hiperqueratosis
folicular
Nictalopa
Xerosis conjuntival
25 000 UI por 4 a
12 semanas
32.5 a 78 mg/dL
Vitamina D
Malabsorcin
Poca exposicin
a la luz solar
Insuficiencia heptica
Osteomalacia
Raquitismo
Tetania
25 a 80 ng/mL
Vitamina E
Vitamina K
Malabsorcin
Sntesis de factores de coagulacin disminuida
Deficiencia relacionada con la
encefalopata
heptica
Deficiencia asociada con el
consumo de
alcohol
Suplementar slo
en caso de deficiencia
Su exceso es hepatotxico
Neuropata
Prpura
Sangrado fcil
400 a 1 200 UI
90 mg
5.5 a 17 mg/L
0.13 a 1.19 ng/
mL
Pelo delgado
Retraso en la cicatrizacin
Disgesia
Cardiomiopata
(raro)
50 mg de zinc
elemental
220 mg de sulfato de zinc
45 mg
Palidez
Uas frgiles
Debilidad
Fatiga
6 a 8 mg
Hombres: 50 a
150 mg/dL
Mujeres: 35 a
145 mg/dL
Zinc
Selenio
Hierro
70 a 150 ng/mL
167
Relacin con la
cirrosis
Signos de
deficiencia
Magnesio
Concentraciones
disminuidas
en cirrosis y
consumo de
alcohol
Falta de apetito
Dolor abdominal
Diarrea, confusin, depresin, debilidad, nusea y
vmito
Colina
Su deficiencia
contribuye a la
fibrosis heptica
Alteraciones en
la memoria
esteatosis
Ingestin diaria
recomendada
Hombres:
19 a 30 aos:
400 mg
> 30 aos: 420
mg
Mujeres:
19 a 30 aos:
310 mg
> 30 aos: 320
mg
425 a 550 mg
Concentracin
srica normal
1.7 a 2.3 mg/dL
7 a 20 umol/L
Para los pacientes cirrticos en estado crtico se recomienda la reposicin de magnesio por va
intravenosa, ya que la va oral tiene una absorcin gastrointestinal disminuida.
Vitaminas hidrosolubles
La presencia de sntomas neuropsiquitricos en pacientes con hepatopatas avanzadas puede ser la consecuencia de deficiencia de vitaminas como piridoxina, tiamina o B12. La deficiencia de tiamina y cido flico puede desarrollarse de forma
ms rpida debido a un almacenamiento heptico disminuido. Otros factores que
contribuyen son: ingestin disminuida, alcoholismo, ciertos medicamentos y la
presencia de insuficiencia renal crnica asociada.43 Los niveles sricos de vitamina B12 pueden estar falsamente elevados en pacientes con cirrosis debido a que
la medicin por laboratorio incluye a los anlogos endgenos metablicamente
inactivos de cobalamina (transcobalamina I y III), a pesar de que los niveles tisulares de B12 se encuentren depletados.
Todos los pacientes con cirrosis de etiologa alcohlica que presenten alteraciones en el estado neurolgico debern recibir suplementacin con tiamina para
168
(Captulo 15)
Oligoelementos
La deficiencia de zinc se ha asociado a hepatopata de etiologa alcohlica; a
medida que la funcin heptica se deteriora y hay desarrollo de encefalopata, la
deficiencia de este elemento es cada vez mayor.34 El zinc se une a la albmina,
la cual est disminuida en la cirrosis; por lo tanto, los niveles de zinc deben interpretarse con precaucin. La deficiencia de zinc puede ser originada por prdidas
gastrointestinales (diarrea, malabsorcin), prdidas urinarias o debido a una dieta
baja en protenas. Puede producir anorexia, disgesia, disfuncin del sistema inmunitario y alteraciones en el metabolismo de las protenas; tambin se puede
manifestar como disminucin en el estado de alerta, hipogonadismo y pobre cicatrizacin.33 A pesar de la evidencia no concluyente en relacin a la suplementacin de zinc y sus efectos en el desarrollo de la encefalopata heptica, la normalizacin de sus niveles se ha asociado a una mejora del funcionamiento heptico.34
La suplementacin puede ser diaria hasta normalizarse los niveles; en caso de que
la malabsorcin intestinal sea la causa de la deficiencia, se recomienda administrar enzimas pancreticas de forma conjunta.
Por ltimo, el cobre y el manganeso se excretan por la bilis; por lo tanto, se
recomienda no agregarlos a las frmulas de nutricin parenteral en los pacientes
con colestasis.
169
35 a 40 kcal/kg/da
1.0 a 1.5 g/kg de protena
1.0 a 1.5 g/kg/da de protena
0.6 a 0.8 g/kg/da de protena
15 a 20 kcal/kg/da
1.2 g/kg/da de protena
25 a 30 kcal/kg/da
1.5 g/kg/da de protena
35 a 50 kcal/kg/da
1.5 a 2.0 g/kg de peso ideal de protena
170
(Captulo 15)
Requerimientos de lquidos
El balance de lquidos debe ajustarse de acuerdo con los ingresos y egresos de
cada paciente. La prdida de lquidos se incrementa por la presencia de diarrea,
heridas, drenajes quirrgicos, sondas nasogstricas, tubos endopleurales, gasto
por estomas, secreciones pancreticas y prdidas renales.
El balance de lquidos es fundamental en el paciente con cirrosis descompensada; la restriccin hdrica (1.5 L/da) est indicada nicamente en aquellos con
ascitis e hiponatremia significativa (< 120 a 125 mEq/L); dicha restriccin no
est recomendada en pacientes con ascitis e hipovolemia o con hiponatremias
moderadas.47,48
171
172
(Captulo 15)
Soporte nutricional
Como en otros pacientes crticos, la va de aporte de nutrientes debe ser la oral
siempre que sea posible. La nutricin por va enteral (NE) es la ruta preferida
cuando no se haya podido alcanzar los requerimientos por va oral, siempre y
cuando el tracto gastrointestinal se encuentre ntegro. Se puede iniciar mediante
una sonda nasoenteral aun en presencia de varices esofgicas que no presenten
sangrado.1,45 La colocacin de una sonda de gastrostoma percutnea (mediante
endoscopia o radiologa) no se recomienda de forma rutinaria en pacientes con
ascitis o vrices gstricas, debido al riesgo de fuga de lquido, infeccin o sangrado. Se deben tomar las medidas pertinentes para evitar la aspiracin cuando la
sonda est colocada a nivel gstrico, debido a la frecuente presencia de gastroparesia en los pacientes con cirrosis. Una alternativa es avanzar la sonda a travs
del ploro para dirigirla hacia el intestino delgado.53
Se recomienda una frmula concentrada, con alto contenido calrico (> 1.5
kcal/mL) en pacientes con hiponatremia y ascitis, que permite que la velocidad
de infusin sea menor y se logre una mejor tolerancia a los requerimientos adecuados. En los casos de sndrome hepatorrenal que presenten hipercalemia o hiperfosfatemia es recomendable utilizar una frmula baja en electrlitos.
La nutricin parenteral total (NPT) debe reservarse nicamente para aquellos
a quienes no se les pueda ofrecer nutricin enteral. Los pacientes con cirrosis descompensada pueden presentar intolerancia a la NE debido a la presencia de ascitis
severa, nusea, distensin y malestar abdominal, y en ocasiones no puede ser administrada debido a la presencia de inestabilidad hemodinmica y el uso de vasopresores. Con el uso de NPT se debe monitorear de forma estrecha los niveles de
glucosa; en caso de hiperglucemia la cantidad de dextrosa puede disminuirse a
2 o 3 g/kg/da. En caso de sobrecarga hdrica es recomendable utilizar frmulas
concentradas. En los casos de colestasis se deben reducir los aportes de manganeso y cobre debido a la inadecuada excrecin biliar de estos elementos. La composicin de dextrosa y lpidos debe ser ajustada para evitar el desarrollo de esteatosis. En los casos en que la NPT se administre de forma prolongada, el aporte de
lpidos no deber ser mayor de 1 g/kg/da, para reducir el riesgo de deterioro de
la funcin heptica.1,54 La estrategia de NPT cclica permite periodos libres de
NPT con efectos favorables en las enzimas hepticas en comparacin con infusiones continuas de NPT.55 Se debe monitorear de forma frecuente las pruebas
de funcionamiento heptico y los electrlitos sricos en aqullos con NPT prolongada. La NPT puede ocasionar esteatosis, colestasis y eventualmente fibrosis
173
y cirrosis. Cuando los pacientes con NPT presenten alteraciones en las pruebas
de funcionamiento heptico, y se hayan descartado causas medicamentosas o
progresin de la enfermedad, se debe ajustar el rgimen de NPT incluyendo reduccin en el aporte de dextrosa, lpidos y caloras totales (de forma apropiada),
realizar ciclos de NPT y maximizar el uso de NE.56
174
(Captulo 15)
crnica con requerimientos de terapia sustitutiva se deber ajustar una dieta baja
en potasio y fsforo.59
Obesidad
Los pacientes obesos con cirrosis compensada secundaria a esteatohepatitis no
alcohlica y con presencia de fibrosis avanzada deben tener un esquema de disminucin progresiva de peso. Aqullos con cirrosis descompensada presentan
una desnutricin con predominio de dficit proteico a consecuencia del estado
catablico persistente de la cirrosis; en estos pacientes se debe asegurar un aporte
de protenas adecuado.60
CONCLUSIONES
La relacin entre desnutricin y sobrevida en los pacientes con cirrosis descompensada es compleja y multifactorial. La desnutricin es una complicacin frecuente en estos pacientes y tiene implicaciones de pronstico importantes; adems, existe una relacin directa entre el grado de desnutricin y el deterioro de
la funcin heptica. Los pacientes con cirrosis tienen el riesgo de presentar deficiencias en los principales micronutrientes. La cirrosis heptica impone retos en
la evaluacin y el manejo nutricional, en particular cuando la enfermedad progresa. La presencia de encefalopata heptica, ascitis y resistencia a la insulina
es un factor importante en el manejo. Debido a la alta prevalencia de desnutricin
en la cirrosis heptica y al riesgo potencial de complicaciones en estados descom-
175
pensados de la enfermedad, el tamizaje, la evaluacin y la intervencin nutricional son crticos para mejorar el pronstico de estos pacientes.
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16
Fstulas enterocutneas:
actualidades en el manejo integral
Sal Ocampo Gonzlez, Thanya Alexandra Gonzlez Rentera
INTRODUCCIN
Las fstulas enterocutneas (F EC) se definen como la comunicacin anormal
entre el tracto gastrointestinal y la piel, con salida de secreciones digestivas a travs de un trayecto fibroso. La meta teraputica principal es promover el cierre
espontneo y si no es posible, restaurar y mantener la composicin corporal y la
funcin fisiolgica orgnica, para que el paciente pueda llegar en ptimas condiciones al tratamiento quirrgico y a restaurar la continuidad intestinal.
Dependiendo de su localizacin, de su gasto y de si est asociada a colecciones
intraabdominales, puede representar una patologa grave que el cirujano debe
afrontar durante el ejercicio de su profesin. Su manejo inicial implica la correccin de alteraciones hidroelectrolticas y del pH, estabilizacin hemodinmica y
la deteccin y el drenaje de posibles colecciones o abscesos intraabdominales.
Posteriormente el abordaje debe establecer un manejo mdico con los siguientes
objetivos:
a. La disminucin del gasto fistuloso.
b. Proteger la zona cutnea afectada.
c. Uso de antimicrobianos adecuados.
d. Dar soporte nutricional adecuado para el patrn metablico especfico de
cada paciente.
e. Estudios de imagen para conocer la anatoma y la localizacin del defecto.
f. Detectar obstrucciones digestivas distales.
179
180
(Captulo 16)
181
CLASIFICACIN
Las fstulas digestivas y enterocutneas han sido clasificadas por varios autores
tomando en cuenta su anatoma, su fisiologa y los factores etiolgicos.811
S
S
S
S
DIAGNSTICO
El diagnstico de las fstulas externas se realiza principalmente con la historia clnica y el examen fsico.4,6,8,12 Los signos y sntomas dependen de la localizacin
y el tipo de fstula. Los sntomas ms comunes son la presencia de SRIS, dolor
abdominal, fiebre, taquicardia y leucocitosis, adems de la presencia de filtracin
de material intestinal por los drenajes y en algunos casos por la herida. Las fstulas de alto gasto en pocos das pueden dar lugar a desequilibrio hidroelectroltico,
hipoalbuminemia y anemia, acidosis en prdida excesiva de secrecin pancretica y alcalosis en prdida abundante de jugo gstrico.8
Si el drenaje no se establece inicialmente en forma adecuada, el paciente
muestra signos de infeccin abdominal por ultrasonido o tomografa axial com-
182
(Captulo 16)
Esofgica
Gstrica
Duodenal
Yeyunal
Ileal
Colnica
Pancretica
Biliar
Etiologa
Saliva
Gstrico
Duodenal
Entrico
Fecaloide
Pancretico
Biliar
Mixto
Sitio de desarrollo
a. Espontnea
b. Iatrognica
c. Traumtica
d. Posoperatoria
S Pleural
S Mediastino
S Peritoneal
S Retroperitoneal
S Intervisceral
b. Externas: TD y piel
Tracto fistuloso
a.
b.
c.
d.
nico
Mltiple
Sencillo
Complejo
Gasto
a. Alto: mayor de 500 mL
b. Medio: de 200 a 500 mL
c. Bajo: menor de 200 mL
putarizada (TAC), y mediante estudios de imagen (USG y TAC) se pueden evidenciar colecciones intraabdominales, volvindose imperativa la reoperacin o
el drenaje percutneo inmediato, lo que evitar un incremento importante de la
mortalidad.8,1220 La observacin del trayecto o de la fuga se obtiene con estudios
contrastados utilizando material hidrosoluble (fistulografa).
La ventaja de la realizacin de una fistulografa es determinar el trayecto de
la fstula, establecer el nivel del tubo digestivo involucrado y algunas caractersticas de la misma, que a su vez pueden indicar la posibilidad de su cierre espontneo.
183
quedar atrapada en los distintos espacios intraperitoneales, conformando colecciones. Ambas condiciones son indicacin absoluta de drenaje quirrgico o percutneo.
Cuando la extravasacin se vuelca en otro segmento del tubo digestivo a travs
de una solucin de continuidad, en este ltimo se establece una fstula interna,
y cuando el material entrico sale a travs de la piel se diagnostica una fstula enterocutnea.5
Los pacientes con F EC pueden desarrollar una gran cantidad de complicaciones en relacin directa con el sitio anatmico, el gasto fistuloso, la presencia
de comorbilidades y el estado de desnutricin. Las tres principales son desequilibrio hidroelectroltico (DHE), desnutricin y sepsis.
En las fstulas de alto gasto la complicacin ms comn es el DHE (alteraciones del sodio, el magnesio, el potasio, el fosfato, el bicarbonato y el calcio), que
asociado a la subsecuente desnutricin (bajo aporte calrico), el hipercatabolismo (por sepsis) y la prdida de protenas (por la fstula), tiene como consecuencia
una mortalidad de ms de 60% en pacientes severamente desnutridos. Los pacientes con sepsis pueden perder 2% de las reservas proteicas corporales al da,
incluso si estn recibiendo nutricin parenteral total (NPT).1,11,13,15,17,21
El estatus nutricional es un importante predictor de mortalidad en pacientes
con F EC. Fazio y col. no reportaron mortalidad en pacientes con niveles de albmina > 3.5 g/dL, mientras que los que tenan < 2.5 g/dL tuvieron una mortalidad de 42%.11,22,23
MORTALIDAD
La mortalidad depende de varios factores, y los principales son la localizacin
anatmica, el gasto de la fstula, el nmero de fstulas, el drenaje a travs de la
herida dehiscente, el desequilibrio hidroelectroltico, la desnutricin y una infeccin no controlada.
La mortalidad reportada por varios autores segn el sitio anatmico de las fstulas comprende: esofgicas 6%, gstricas 26% y duodenales 16%. Cuando estn
afectados ambos segmentos, estmago y duodeno (fstulas gastroduodenales), la
mortalidad se incrementa a 47%.1 Las fstulas del intestino delgado tienen en
general una mortalidad de 31%; la mortalidad de las yeyunales es mayor que la
de las ileales por tener un gasto fistuloso ms alto. Las colnicas se reportan con
una mortalidad de 20%.1
Las fstulas con gasto alto tienen mayor mortalidad que las fstulas con gasto
moderado o bajo, igual que cuando hay ms de un orificio fistuloso o cuando es
a travs de una herida quirrgica dehiscente (36 a 60%).1
184
(Captulo 16)
Los factores ms importantes relacionados con la morbimortalidad son el desequilibrio hidroelectroltico, la desnutricin y la infeccin no controlada.
La mortalidad hasta la dcada de 1960 fluctuaba entre 60 y 80%; gracias al
avance en el cuidado del paciente crtico, la nutricin parenteral, los nuevos frmacos y terapias (octretide y VAC) que controlan las secreciones digestivas, antibiticos ms eficaces y un entendimiento ms profundo de la fisiopatologa, han
provocado una disminucin de la mortalidad hasta 25% o menos.1,6,8,11,24
Soeters, Ebeid y Ficher (1979) reportaron la mortalidad en el Hospital General
de Boston, Massachusetts, en 404 casos de F EC en un periodo comprendido
entre 1946 y 1959: gastrointestinales 62%, de intestino delgado 54%, de colon
16%. Mortalidad total en este periodo: 43.3%. No fue sino hasta la dcada de
1970, con el advenimiento de la nutricin parenteral, que se redujo entre 5 y 20%
(cuadro 163).25
En un metaanlisis de fstulas duodenales realizado por el Dr. Ocampo8 la
mortalidad se dividi en dos pocas:
1. De 1938 a 1974, en 6 informes, el promedio de los porcentajes de mortalidad de fstulas terminales vs. laterales fue de 30 y 52%, respectivamente,
y el total en ambos tipos fue de 40%.
2. De 1978 a 1997, en 10 estudios, se promedi una mortalidad de 13% para
las terminales y de 21% para las laterales, y entre ambas un total de 16%.
Cuadro 163. Factores que influyen en la mortalidad en pacientes con fstulas
Factor
Caractersticas de la fstula
rgano de origen
Favorable
Trayecto fistuloso largo
Continuidad intestinal
Ausencia de obstruccin
Complicaciones (sepsis)
Etiologa
Esfago
Gstrico
Biliopancretico
Ausente
Enfermedad inflamatoria intestinal
Edad
Origen del paciente
Volumen de prdida
Malnutricin
Duracin de la fstula
< 50 aos
Mismo hospital
< 500 mL/da
Ausente
Crnica
Desfavorable
Trayecto fistuloso corto
Eversin de la mucosa
Enfermedad intestinal adyacente
Evisceracin, leo
Oclusin distal
Defecto de la pared abdominal
Duodeno
Yeyunoleon
Colon
Presente
Prdida anastomtica
Enfermedad maligna
> 50 aos
Transferido
> 500 mL/da
Presente
Aguda
185
TRATAMIENTO MDICO
Para Chapman (1964), la falta de un plan teraputico contribua de manera significativa al rpido deterioro del paciente. Las pautas en el manejo eran el control
de la fstula, el control de la infeccin y el apoyo nutricional. Propuso cuatro prioridades para el manejo de la fstula.26
En 1971 Sheldon report la experiencia con estas fases que actualmente son
un esquema vigente que seguir en el manejo de los pacientes con fstulas enterocutneas27 (cuadro 164).
El manejo sistematizado tiene como consecuencia una disminucin de la morbimortalidad y una mejor expectativa en el cierre espontneo de la fstula. El hallazgo ms importante en los trabajos de Chapman y Sheldon fue que al mantener
a los pacientes bien nutridos (3 000 kcal/da o ms) la morbimortalidad disminuy y la tasa de curacin se increment. Se hizo evidente que el apoyo nutricional
es de gran importancia en los pacientes con F EC.1,26,27
Primera fase: (0 a 12 h)
S Corregir dficit hidroelectroltico
S Comenzar a controlar la sepsis al drenar quirrgicamente abscesos accesibles y cobertura
antibitica
S Control de la fstula, proteger la piel y comenzar a cuantificar prdidas de volumen y electrolticas de la fstula
Segunda fase: (0 a 48 h)
S Continuar con la correccin del equilibrio hidroelectroltico
S Reponer los gastos hidroelectroltico de la fstula
S Comenzar el programa nutricional intravenoso
Tercera fase: (1 a 5 das)
S Intentar va enteral de alimentacin de ser posible (a travs de sonda nasoyeyunal, sonda
nasogstrica, yeyunostoma, etc.)
S Realizar estudios de imagen para delinear la fstula: fistulografa, colon por enema, serie
esofagogastroduodenal, etc.
Cuarta fase: (despus de 5 das)
S Mantener el aporte nutricional adecuado
S Ciruga para controlar la sepsis
S Ciruga en caso de que la fstula no cierre
186
(Captulo 16)
TRATAMIENTO QUIRRGICO
La principal indicacin para el tratamiento quirrgico es el drenaje de colecciones o abscesos. Otras incluyen la presencia de factores de mal pronstico para el
cierre espontneo: trayecto corto o epitelizado, oclusin distal, eversin de la mucosa, neoplasias digestivas malignas, etc.1,33,34 Tambin debe considerarse la ci-
187
ruga en pacientes con persistencia de la fstula por ms de seis semanas de tratamiento conservador con ayuno y NPT, despus del control o eliminacin de
colecciones o abscesos. La recurrencia de la fstula es otra indicacin quirrgica.
Se puede realizar ostomas, desfuncionalizacin del segmento intestinal que presenta la fstula, cierre con colocacin de sondas intraluminales y cierre primario,
lo cual no est recomendado en la desnutricin severa debido a la alta incidencia
de dehiscencia, reportada entre 40 y 80%.33,35
La decisin de operar a un paciente para la resolucin de una F EC necesita
un anlisis muy razonado. El enfermo debe haber alcanzado un estatus nutricional ptimo y no tener presencia de foco infeccioso. Lo ideal es que la pared abdominal tenga una mnima inflamacin, para que al final de la ciruga la cavidad
abdominal pueda ser cerrada en forma adecuada. Se requiere preparacin de colon y profilaxis antimicrobiana. Se debe tener especial cuidado en el acceso a la
cavidad abdominal, para no lacerar o perforar las asas intestinales. El despegamiento, la liberacin y la identificacin de todo el intestino delgado son necesarios para corregir cualquier obstruccin distal a la reseccin de la fstula y a la
nueva anastomosis. Es recomendable utilizar suturas monofilamento y evitar al
mnimo la seda, anastomosis sin isquemia y sin tensin. Se debe continuar con
nutricin parenteral hasta el restablecimiento de la alimentacin oral.
CIERRE ESPONTNEO
Con un rgimen conservador adecuado y mejorando el estado nutricional de los
pacientes con nutricin especial (NPT o NE), ms de la mitad de las F EC se
188
(Captulo 16)
Figura 161. Mecanismo de accin del VAC: disminucin del edema, limpieza bacteriana, aumento de la perfusin y aumento de la granulacin.
189
190
(Captulo 16)
TERAPIA NUTRICIONAL
Hace cerca de 50 aos que Chapman (1964) demostr que en 70% de los pacientes que pudieron tolerar una dieta de 3 000 kcal/da la fstula cicatriz en forma
espontnea y la mortalidad se redujo a 6%. Otros reportes muestran un descenso
de la mortalidad de 58 a 16% al utilizar una dieta de ms de 1 500 kcal/da.16
La evaluacin nutricional debe ser completa, abarcando parmetros bioqumicos, antropomtricos e inmunolgicos. Los valores de albmina y la magnitud
de la prdida de peso son elementos esenciales. El objetivo es adquirir informacin inicial para la provisin adecuada de nutrientes y poder evaluar la respuesta
al tratamiento.49,50
Despus de la estabilizacin del paciente se debe tener en cuenta el volumen
del gasto fistuloso y sus caractersticas. Es importante reconocer estos aspectos
en el manejo, porque muchas de las complicaciones que pueden presentar estos
pacientes se derivan de un diagnstico incorrecto y de las repercusiones de una
reposicin inadecuada de lquidos y electrlitos.21,49,51 El soporte nutricional parenteral reduce el volumen de secreciones perdidas al estar en reposo el aparato
digestivo, lo que es esencial para el control y el cierre de la fstula, la mejora del
estado nutricional, la cicatrizacin adecuada y sostener la respuesta inmunitaria.26,50
Es imperativo conocer el patrn metablico de cada paciente, para poder elegir
los nutrientes o la frmula adecuada, as como determinar la viabilidad de la absorcin de la mucosa intestinal (MI) y la cantidad del gasto fistuloso, para establecer la va de administracin de los nutrientes. Siempre que sea posible es mejor utilizar formulas enterales semielementales enriquecidas con nutrientes
inmunomoduladores, para estimular el trofismo de la MI, lugar donde reside 50%
del sistema inmunitario. Si el paciente no tolera la NE, se tiene que complementar
los requerimientos con la nutricin parenteral (NP) central o perifrica.
En el clculo de requerimientos es ampliamente reconocido que la calorimetra indirecta es el mtodo ms preciso, pero no siempre est disponible, as que
es indispensable contar siempre con las frmulas empleadas con mayor frecuencia, y depender de las caractersticas de cada paciente el escoger una de ellas.
Una de las ms usadas es la de HarrisBenedict, que utiliza el factor de correccin
adecuado dependiendo del factor de estrs del paciente, de la presencia o no de
sepsis y de la cantidad de gasto fistuloso.
El requerimiento nutricional basal en un adulto promedio es de 20 kcal/kg/da
(carbohidratos y lpidos), y de 0.8 a 1 g/kg/da de protenas.14,16
Los requerimientos para las fstulas de bajo gasto se incrementan de 25 a 30
kcal/da, con un aporte proteico de 1.5 a 2 g/kg/da de protenas. Las de alto gasto
requieren dos veces ms de caloras no proteicas y de 2 a 2.5 g/kg/da de protenas
para poder mantener un balance nitrogenado positivo. Las secreciones del intes-
191
tino delgado pueden tener 75 g de protenas, que pueden ser excretadas por la fstula en forma de prdidas extraordinarias16,54 (cuadro 166).
La determinacin de glucosa no debe exceder los 140 mg/dL. Se debe dar suplementos adicionales de vitamina C, tiamina, cido flico y elementos traza (oligoelementos). De igual manera se recomienda la adicin de arginina, glutamina
y cidos grasos de cadena corta, elementos fundamentales en el mantenimiento
y la recuperacin de la mucosa gastrointestinal49,51,52 (cuadro 167).
La combinacin de un adecuado aporte nutricional (NPT) y reposo intestinal
ha dado como resultado una disminucin de la morbimortalidad (70%) y un incremento del cierre espontneo de ms de la mitad de las fstulas digestivas (60%
en < 5 semanas), al revertir la desnutricin que conlleva esta patologa (55 a
90%)9,11,4446,51,55 (cuadro 168).
Recientemente se han publicado estudios acerca de la utilidad de dietas enterales inmunomoduladoras ricas en glutamina, arginina, cidos grasos omega3 y ci-
Enteral
1 a 1.5 g/kg/da
Basales
Enteral: 20 a 30% del total de caloras
Basales
Basales
192
(Captulo 16)
Nutricin enteral
NPT: nutricin parenteral total. Fuster GO: Manual de nutricin clnica, 2000.54
dos nucleicos, observndose una mejora en la respuesta inmunitaria de los pacientes, sobre todo de aqullos de F EC de bajo gasto y de las porciones distales del
tubo digestivo. Su uso disminuye las complicaciones infecciosas y la dehiscencia
de anastomosis en los pacientes posquirrgicos del aparato digestivo.1,3,21,57
Los nutrientes enterales deben administrarse de preferencia a travs de una
sonda de alimentacin de 8 a 10 F con la punta radioopaca colocada justo antes
del ploro. En caso necesario (gastroparesia) la punta puede colocarse justo despus de la flexura duodenoyeyunal, siempre conectada a una bomba de infusin
programable.
Debe considerarse la nutricin enteral (NE) en casos de fstulas de gasto bajo
que se forman en el leon distal y el colon. Por otra parte, las fstulas proximales
(esfago, estmago y duodeno) en donde es posible lograr acceso enteral distal
tambin son indicacin para la alimentacin enteral. En casos de intolerancia,
cuando no se pueda colocar un acceso enteral distal, cuando la localizacin sea
en yeyuno e leon o se tenga un gasto alto, es preferible la prescripcin de NPT
con reposo intestinal.3,6,9
El paciente requerir administracin parenteral perifrica de agua, sodio, potasio y cloro cuando las demandas diarias de estos elementos no sean cubiertas
por la NE.
Las necesidades por lo regular no son cubiertas de inmediato, debido a que la
NE tiene que ser incrementada de manera progresiva. Por lo general se comienza
con 25 a 50 mL/h y se incrementa hasta 100 a 125 mL/h durante un periodo de
tres a cinco das. Al mismo tiempo, por la va parenteral perifrica se da de 1 a
2 L de solucin de NaCl a 0.9% y de 27 a 54 mEq de potasio (KCl). La administracin de dextrosa debe evitarse a menos que sea excepcionalmente necesaria por
193
la hiperglucemia potencial que se acompaa de administraciones de maltodextrinas de los productos enterales y la resistencia a la insulina por el estrs. La NPT
debe ser hipocalrica cuando el paciente est inestable y luego dar mayor aporte
de caloras cuando se haya logrado la estabilizacin. Debe vigilarse la reposicin
en especial de los nutrientes con frecuencia depletados en fstulas de alto gasto,
como el zinc y la vitamina C.49,50,56 Se les puede proporcionar una nutricin parenteral hipocalrica as como tambin una nutricin enteral (NE) transfstula,
dando inicialmente de 30 a 40% del aporte por la NE a base de dieta elemental
o de oligopptidos. Posteriormente se incrementar el aporte en la va enteral de
forma progresiva conforme se disminuya la NPT para dejar slo al NE transfstula. Esta va se utiliza principalmente en fstulas altas de alto gasto.21,57,58
RESUMEN
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196
(Captulo 16)
17
Respuesta inmunometablica
al estrs en el paciente
peditrico en estado crtico
Martha Patricia Mrquez Aguirre, Patricia Zrate Castan,
Aracely Maldonado Cisneros, Daffne Danae Baldwin Monroy,
Ariadna Lara C.
INTRODUCCIN
El paciente peditrico es especialmente susceptible a los efectos metablicos a
los que conduce la enfermedad grave. La velocidad de crecimiento durante la infancia temprana es mayor que en cualquier otro periodo de la vida, superada tan
slo por el crecimiento durante la vida intrauterina,1 por lo que cualquier situacin que altere la homeostasis del nio repercutir en su crecimiento y su desarrollo orgnico, con sus potenciales consecuencias a corto y a largo plazo.
Entre los factores predisponentes a este mayor impacto que ejerce la enfermedad sobre el nio se puede considerar el menor porcentaje de masa muscular y
grasa en el infante, as como el tener mayores requerimientos energticos en comparacin con los adultos y menor reserva energtica.2,3 Es por esto que el paciente
peditrico tiene un riesgo mayor de presentar malnutricin cuando padece una
enfermedad grave. Si adems hay preexistencia de desnutricin u obesidad, esto
propiciar consecuencias adversas durante la estancia en la unidad de terapia intensiva. La incidencia de malnutricin en el nio en estado crtico vara entre 40
y 70%.4 La malnutricin impide una adecuada respuesta del organismo contra la
enfermedad y predispone a infeccin, inestabilidad fisiolgica y falla orgnica
mltiple, con lo que aumentan los das de estancia hospitalaria y la mortalidad.5
Por otro lado, la enfermedad aguda modifica de manera significativa las necesidades energticas del individuo, lo cual es proporcional a la magnitud, la naturaleza y la duracin del dao, por lo que el nio grave es extremadamente vulnerable a los efectos del estrs metablico prolongado. El aporte calrico insuficiente
197
198
(Captulo 17)
199
teico con la consecuente elevacin en la excrecin de nitrgeno y por ende prdida de peso, as como movilizacin de grasas. Concretando, el paciente peditrico
al igual que el adulto responde al estrs con cambios que modifican el metabolismo
de protenas, hidratos de carbono y lpidos para apoyar las demandas metablicas
del paciente en situacin de gravedad. El entender los cambios metablicos ante
el estrs representa el primer paso para disear un plan de apoyo metablico nutricional cuya meta sea favorecer los efectos benficos de la respuesta metablica a
corto plazo y a la vez disminuir las consecuencias deletreas a largo plazo.
El estado metablico del nio en estado crtico hace evidente la necesidad de
conocer las bases fisiolgicas de la respuesta metablica al estrs, as como la importancia de proporcionar un soporte metabliconutricional acorde con el momento metablico por el que el nio est cursando, con la finalidad de aportar sustratos que permitan el mantenimiento de las funciones orgnicas, la recuperacin
de la enfermedad y el enfrentar al catabolismo.
Ante la presencia de un estmulo nocivo (sepsis grave, ciruga mayor, quemaduras extensas, trauma) se liberan mediadores neurohumorales que desencadenarn
la respuesta neuroendocrina que se describe a continuacin:
a. Sistema nervioso central: produce dopamina, adrenalina, noradrenalina y
otros neurotransmisores.
b. Sistema endocrino: libera cortisol, glucagn, insulina y otras hormonas conocidas como contrarreguladoras, as como catecolaminas.
c. Sistema inmunitario: genera factor de necrosis tumoral, interleucinas, interfern gamma y otros mediadores inmunitarios que participarn en el proceso inflamatorio.10
La accin sinrgica de los mediadores neurohumorales arriba mencionados ser
la responsable de los siguientes cambios metablicos, cuya meta ser disponer
de sustratos energticos para enfrentar al catabolismo:
S Incremento en protelisis a expensas de la protena muscular con aumento
en la movilizacin de aminocidos, mismos que sern empleados para sintetizar protenas de fase aguda (protena C reactiva, fibringeno, alfa 1 antitripsina, etc.) que actuarn en el proceso inflamatorio; el resto sern empleadas como sustrato gluconeognico para la formacin de glucosa a nivel
200
S
S
S
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S
S
S
(Captulo 17)
201
202
(Captulo 17)
203
por parte del tejido adiposo. Los cidos grasos no sometidos a oxidacin pueden
reesterificarse a triacilgliceroles en el hgado y formar paquetes de lipoprotenas
de muy baja densidad (VLDL). La produccin de triacilglicerol en el hgado est
elevada en el paciente en estado crtico. En casos de sepsis la lipoproteinlipasa
tisular es suprimida por las citocinas inflamatorias y la resistencia a la insulina;
todo esto contribuye a que los triglicridos no se aclaren y a que se incrementen
sus niveles sricos.28
Las VLDL pueden unirse a la endotoxina y as favorecer su degradacin en
el parnquima heptico.
El colesterol srico no se ve modificado durante situaciones de estrs; incluso
puede disminuir.
El proceso inflamatorio generado por una situacin de estrs se caracteriza por
la produccin de citocinas inflamatorias, eicosanoides derivados del cido araquidnico y otros mediadores inflamatorios, como el factor activador de plaquetas, y por otro lado de molculas de adhesin.
Los cidos grasos poliinsaturados omega 3 disminuyen la produccin de citocinas proinflamatorias y de eicosanoides. Actan directamente inhibiendo el metabolismo del cido araquidnico e indirectamente alterando la expresin de genes inflamatorios al afectar factores de transcripcin.29
Recomendacin: comprender los eventos metablicos que acompaan a la enfermedad grave o a la ciruga mayor representa el primer paso para poder disear
un plan de soporte metablico nutricional especializado.
204
(Captulo 17)
Cistena
Aunque es considerado como un aminocido condicionalmente esencial, no se
encuentra en las soluciones de aminocidos para administracin parenteral debido a su inestabilidad bioqumica, que produce un precipitado insoluble. En el
adulto la cistena puede ser sintetizada a partir de la metionina; sin embargo, debido a su inmadurez enzimtica el recin nacido prematuro carece de una adecuada funcin de la cistationasa heptica que favorece esta conversin, afectando as
la disponibilidad de cistena. Una situacin similar se ha reportado en recin nacidos con sepsis.37,38
Recomendacin: Se sugiere en la prctica diaria suplementar con Lcistena
a los recin nacidos, en especial a los prematuros que estn recibiendo nutricin
205
INMUNONUTRICIN: FARMACONUTRIENTES
En los ltimos aos se han generalizado los trminos inmunonutricin y farmaconutricin, basados en el concepto de que la nutricin no slo sirve para administrar sustratos energticos, sino tambin nutrientes que pueden tener funciones especficas sobre diversos rganos y sistemas como el inmunitario.
El trmino inmunonutricin se refiere a la adicin de nutrientes especficos a
los regmenes de nutricin enteral o parenteral en cantidades mayores a los requerimientos normales, para lograr un efecto farmacolgico que regule la funcin
inmunitaria y as mejorar los resultados clnicos en pacientes sometidos a estrs
metablico. Estos nutrientes especficos, adems de regular la respuesta inmunitaria ayudan a controlar la respuesta inflamatoria, el balance nitrogenado y la sntesis de protenas.
Se han publicado estudios acerca de la administracin en adultos de dietas inmunomoduladoras suplementadas con glutamina, arginina, cido ribonucleico,
antioxidantes y cidos grasos omega 3 con resultados clnicos discordantes. Algunos autores han encontrado una disminucin en la incidencia de infecciones
nosocomiales e incluso de la mortalidad, mientras que otros han advertido acerca
de efectos adversos.41,42
Las emulsiones de lpidos pueden influir en la respuesta inmunitaria mediante
diversos mecanismos. Uno de ellos es a travs de la incorporacin de cidos grasos a la membrana de fosfolpidos de las clulas del sistema inmunitario, lo que
altera la fluidez, la estructura y la funcin de varios receptores de membrana,
transportadores, enzimas y canales de iones.43,44
Por otro lado, los cidos grasos omega 3 y omega 6 participan directamente
en la respuesta inmunitaria inflamatoria, sirviendo como sustrato para la sntesis
de eicosanoides (lpidos mediadores de inflamacin).
Ante un estmulo nocivo, los cidos grasos omega 3 (eicosapentaenoico) y
omega 6 (cido araquidnico) son movilizados de los fosfolpidos de la membrana celular por la A2 fosfolipasa, estimulndose as las vas de la ciclooxigenasa
y la lipooxigenasa. Si predomina la va del cido araquidnico se liberan eicosanoides proinflamatorios (PgE2, leucotrieno B4, tromboxano 2 y factor agregador
de plaquetas). Si la balanza es a favor del eicosapentaenoico se producirn agentes antiinflamatorios (PgE3, leucotrieno B5 y tromboxano 3).45
La necesidad de buscar alternativas para ofrecer soporte nutricional a pacientes en estado crtico ha generado el diseo de frmulas conocidas como inmuno-
206
(Captulo 17)
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Estado actual del soporte metablico
nutricional en el nio grave
210
(Captulo 18)
lares e intentar detener prdidas de tejido magro y grasa,11,12 previniendo el catabolismo energtico y evitando la sobrealimentacin.13
ESTRS METABLICO
Diferentes estmulos nocivos, como sepsis grave, trauma severo y quemaduras
extensas, van a desencadenar la liberacin de sustancia neurohumorales a travs
del sistema endocrino, el inmunitario y el sistema nervioso central, que activarn
neurotransmisores, hormonas y mediadores humorales que regularn la respuesta metablica al estrs. Los nios son extremadamente vulnerables a los efectos
prolongados del estrs metablico, comparados con los adultos.14
En 1987 el Dr. Cerra defini las fases de la respuesta al estrs para explicar los
cambios en el metabolismo energtico:15
S Fase de reperfusin. Implica la respuesta hemodinmica para mantener la
perfusin tisular. En esta fase predominan la accin de las catecolaminas,
la hipoperfusin y la hipoxia que resulta en lactoacidosis. Lo importante es
la reanimacin con lquidos, para mantener un buen volumen circulante y
restablecer la perfusin.
S Hipermetabolismo estable. Se incrementan las demandas metablicas en
el organismo como parte de un mecanismo de adaptacin para enfrentar la
lesin, con el fin de preservar la protena muscular ante las elevadas demandas de energa.
S Hipermetabolismo inestable. El organismo ha agotado la reserva energtica y ya no es capaz de enfrentar el incremento en las demandas metablicas, pues se han perdido los mecanismos de compensacin (situacin denominada sndrome de deplecin) que lo llevarn a la falla nutricional aguda.
Si persisten el proceso inflamatorio y la protelisis, se evolucionar a disfuncin orgnica y finalmente a la muerte, siendo la causa final de sta las
complicaciones secundarias a la desnutricin aguda.
Durante la respuesta inflamatoria el suministro de glucosa no reducir el metabolismo proteico ni la prdida de nitrgeno, a diferencia de los cambios metablicos
del ayuno sin estrs.16,17
Las modificaciones en el metabolismo de los sustratos energticos son producidas por la liberacin de sustancias neurohumorales. El sistema nervioso simptico producir adrenalina y noradrenalina, que tendrn como efectos metablicos
inhibir la accin perifrica de la insulina, por inhibicin del transportador de glucosa dependiente de insulina, el transportador de glucosa 4 (Glut4),18 la libera-
211
Metabolismo
de los lpidos
glucogenlisis
Resistencia a la insulina
gluconeognesis
Liplisis
gluconeognesis
gluclisis aerbica
lactato como sustrato gluconeognico
actividad lipoproteinlipasa
actividad carnitina
cidos grasos libres
Hipertrigliceridemia
betaoxidacin
produccin de cuerpos cetnicos
Metabolismo de
las protenas
sntesis de protenas
sntesis de protenas de
fase aguda
recambio de protenas
protelisis
liberacin de aminocidos
de cadena ramificada
Desequilibrio de aminocidos
ureagnesis
212
(Captulo 18)
NUTRICIN PARENTERAL
Ser la va de eleccin para ofrecer soporte metablico nutricional cuando no se
cuente con integridad anatmica o funcional del tubo digestivo.
Son indicaciones de nutricin parenteral las malformaciones del tubo digestivo (como atresia y estenosis esofgicas) o, a nivel intestinal, defectos de la pared
abdominal (onfalocelegastrosquisis), hernia diafragmtica, enterocolitis necrosante, as como el sndrome de intestino corto en sus fases iniciales. Est tambin
indicado en casos de prematurez, colitis neutropnica por quimioterapia, as
como en sndromes de mala absorcin intestinal de diversa etiologa.23
Las indicaciones que las autoras reportan en un grupo de pacientes bajo nutricin parenteral en el Departamento de Terapia Intensiva del Instituto Nacional
de Pediatra6,24,25 se mencionan en los cuadros 182 y 183 y en la figura 181.
El contar en las instituciones con un equipo multidisciplinario responsable de
proporcionar el soporte metabliconutricional ha demostrado disminuir las comCuadro 182. Indicaciones de nutricin
parenteral en recin nacidos pretrmino
Indicacin
Malformacin congnita del tubo digestivo con correccin
quirrgica
Asfixia perinatal
Enterocolitis necrosante
Prematurez: nutricin parenteral total
Prematurez: nutricin parenteralenteral
Isquemia intestinal por choque
Departamento de Terapia Intensiva, Instituto Nacional de Pediatra.
N = 105
35
30.17
28
15
14
11
2
24.13
12.90
12.06
9.48
1.72
213
N = 166
80
48.19
33
17
15
11
6
4
19.7
10.2
9.00
6.6
3.6
2.4
complicaciones.26 Sin embargo, ha sido difcil definir el impacto sobre la mortalidad, porque las variables de desenlace en los pacientes crticos son la severidad
de la enfermedad, la presencia de sepsis y la disfuncin orgnica. El soporte nutricional quiz represente un modesto efecto en la sobrevida, pero s tiene un papel
muy importante en la fase de recuperacin.
SUSTRATOS ENERGTICOS
Hipertrigliceridemia
Hipofosfatemia
Falla heptica
Hiperglucemia
Colestasis
214
(Captulo 18)
Caloras (kcal/kg)
0a1
1a3
4a7
90 a 100
75 a 90
70 a 80
7 a 10
55 a 70
11 a 15
45 a 55
> 15
35 a 45
ASPEN, 2002.56
Energa
Los requerimientos energticos deben ser proporcionales a la gravedad de la lesin. El estndar de oro para el clculo de la energa es la calorimetra indirecta,
que mide el gasto energtico en reposo (GER); el clculo vara entre 60 y 130%
con respecto a las ecuaciones estndar, aunque no todos los centros cuentan con
este recurso.2,27
Pueden utilizarse las ecuaciones de prediccin (existen ms de 239), que miden el gasto metablico basal (GMB); sin embargo, suelen sobreestimar los requerimientos de energa.28
En el cuadro 184 se mencionan los requerimientos calricos de acuerdo con
la edad en el paciente peditrico; sin embargo, este aporte no debe darse en las
Cuadro 185. Macronutrimentos
Recomendaciones de macronutrimentos para iniciar nutricin parenteral en paciente estable,
sin disfunciones orgnicas
Nutriente
< 1 ao de edad
Protenas (g/kg/da)
CHO (mg/kg/min)
Lpidos (g/kg/da)
Nios 1 a 2 aos
Protenas (g/kg/da)
CHO (mg/kg/min)
Lpidos (g/kg/da)
Adolescentes
Protenas (g/kg/da)
CHO (mg/kg/min)
Lpidos (g/kg/da)
Inicio
Metas
1.5 a 3
5a7
1a2
2a3
12 (mximo 14 a 18)
3 (mximo 0.15g/kg/h)
1a2
5a7
1a2
1.5 a 3
8 a 10
2a3
0.8 a 1.5
3.5
1
0.8 a 2.5
5a6
1 a 2.5
Tomado de Nieman L, Nepa A, Shubin S, Dean A: Parenteral and enteral nutrition support: determining the best way to feed. Corkins M, Balint J, Bobo E: The ASPEN Pediatric Nutrition Support
Core Curriculum. ASPEN, 2010.
215
fases iniciales de la lesin, ya que la respuesta metablica al estrs limita su tolerancia y podra empeorarse el estado metablico.
Se ha encontrado que no todos los nios crticamente enfermos son hipermetablicos, a diferencia del adulto.1,29,30 Se recomienda empezar con entre 25 y 30
kcal/kg/da en las fases iniciales de la lesin, como lo sugiere la Sociedad Americana de Nutricin Enteral y Parenteral.
Aminocidos cristalinos
Para los recin nacidos y los lactantes se cuenta con formulaciones de aminocidos diseados con un perfil semejante a los niveles plasmticos de aminocidos
que presentan los nios alimentados con leche materna. En estas soluciones las
concentraciones de aminocidos esenciales son mayores e incluyen aminocidos
condicionalmente esenciales (cistena, tirosina e histidina).32,33
Adems, tienen concentraciones menores de fenilalanina, metionina y glicina,
lo que disminuye los eventos de colestasis asociados a la nutricin parenteral. El
pH es menor que el de las formulaciones convencionales, lo que permite agregar
mayores cantidades de calcio y fsforo sin alterar la estabilidad de la mezcla.34
Los requerimientos dependern de la edad del paciente y del estado metablico,
as como de la patologa de base.28,35
Cistena
Es un aminocido condicionalmente esencial, ya que aunque es producido por el
organismo, se depleta rpidamente en situaciones de estrs.36
En el recin nacido prematuro, y en especial en aquellos neonatos sometidos
a estrs, la actividad heptica de la cistationasa est reducida, de tal modo que las
concentraciones plasmticas de cistena son bajas.37
En las soluciones de aminocidos la cistena es insoluble. Se recomienda la
adicin de cistena a la formulacin parenteral, ya que es soluble y relativamente
estable. Se recomienda entre 30 y 40 mg/g de protenas.38
Emulsiones grasas
El sustrato ptimo para mantener las necesidades energticas del nio grave es
a base de una mezcla de glucosa y grasas. En promedio, del aporte calrico total
calculado se proporciona 60% como hidratos de carbono y 40% con las grasas.
El aporte proteico se utiliza para la sntesis y la reparacin. Los lpidos para em-
216
(Captulo 18)
Hidratos de carbono
La Dglucosa es administrada en forma de monohidrato para infusin intravenosa y proporciona 3.4 cal/g. En pacientes peditricos crticos la tasa de oxidacin
es de 5 mg/kg/min, por lo que se recomienda iniciar con una infusin entre 5 y
6 mg/kg/min, y se incrementar el aporte de acuerdo con el estado metablico del
paciente.
El incremento gradual en la carga de hidratos de carbono permitir una mejor
respuesta endgena de la insulina y mejor tolerancia a la glucosa administrada.39
Se debe mantener la normoglucemia a travs de un aporte adecuado de glucosa, as como de insulina en caso de que est indicado.40
La hiperglucemia es caracterstica de la respuesta metablica al estrs del nio
grave y su etiologa es multifactorial, como ya se mencion. Estudios en pacientes adultos, iniciados con el de Van den Bergh, han correlacionado la hiperglucemia con la mortalidad y recomendado mantener cifras de glucosa de alrededor
de 110 mg a base del empleo de insulina. La terapia agresiva con insulina favorece la sntesis de protenas, estimula la produccin de energa y contrarresta los
efectos adversos de la hiperglucemia.41
No hay suficientes estudios en pacientes peditricos que establezcan un consenso sobre la cifra de hiperglucemia con la cual iniciar la insulina, ni tampoco
su impacto en la sobrevida de nios crticamente enfermos. El criterio institucional es tolerar cifras de glucosa hasta de 180 mg/dL.42
En el ao 2004 el Colegio Americano de Endocrinologa (ACE) y la Asociacin Americana de Endocrinlogos Clnicos (AACE), en colaboracin con la
Asociacin Americana de la Diabetes (ADA), desarrollaron recomendaciones
para el tratamiento de la hiperglucemia en el paciente hospitalizado. Las recomendaciones de la AACE y la ADA fueron sumadas a las unidades de cuidados
crticos y entre ellas estn iniciar infusin de insulina cuando la glucemia sea >
180 g/L, a travs de perfusin intravenosa, y que el nivel ptimo de glucemia debe ser de 140 a 180 g/L.43
217
218
(Captulo 18)
S Heparina. Puede beneficiar el aclaramiento de lpidos al favorecer la liberacin de la lipoproteinlipasa.51 Su funcin es disminuir el depsito de fibrina en el catter. La dosis recomendada es de 0.25 a 1 m/mL de solucin de
nutricin parenteral.
S Carnitina. Su funcin es transportar cidos grasos de cadena larga a la mitocondria para su oxidacin.52 Los pacientes desnutridos y los recin nacidos prematuros que recibirn nutricin parenteral por tiempo prolongado
estn en riesgo de presentar deficiencia de carnitina, dada su limitada sntesis y reserva.
La dosis recomendada es de 8 a 10 mg/kg/da.
COMPLICACIONES METABLICAS
Una de las complicaciones ms temidas en los pacientes que reciben nutricin
parenteral por tiempo prolongado es la colestasis, ya que puede evolucionar a cirrosis. Se considera colestasis cuando las cifras de bilirrubina directa son mayores de 2 mg. La etiologa es multifactorial y el ayuno prolongado es uno de los
factores ms importantes debido a la falta de estimulacin pancreatobiliar. Otros
factores son prematuridad y sepsis. Tambin se ha involucrado al aluminio, un
contaminante de la nutricin parenteral.
El tratamiento se ha orientado a disminuir el aporte de lpidos, a evitar sobrealimentacin, al inicio de nutricin enteral temprana y al tratamiento agresivo de
la sepsis y la administracin de cido urodesoxiclico si no se puede iniciar la
nutricin enteral.53
En el cuadro 186 se muestran las complicaciones metablicas y la frecuencia
de colestasis de un grupo de pacientes del Departamento de Terapia Intensiva del
Instituto Nacional de Pediatra tratados con nutricin parenteral total.
Porcentaje
Potasio
Glucosa
Sodio
Fosfato
Magnesio
Colestasis
Hipertrigliceridemia
83
71.5
44.8
32.7
31.6
19.7
16.1
219
NUTRICIN ENTERAL
El tracto gastrointestinal es la va ptima para proporcionar nutricin en pacientes crticos siempre que pueda utilizarse una porcin del tubo digestivo. Tiene la
ventaja de ser una va fisiolgica para el aporte de nutrientes, mantiene la integridad de la mucosa intestinal por su efecto trfico y estimula la respuesta inmunitaria intestinal, disminuyendo as la translocacin bacteriana y, por lo tanto, de disfuncin orgnica mltiple; adems tiene un costo menor.5456 Se define como la
administracin de frmulas a travs de cualquier porcin del tubo digestivo que
sea funcional y anatmicamente til.35
Existen evidencias de que la nutricin enteral temprana (12 a 24 h despus de
la admisin) en pacientes con enfermedades agudas puede efectivamente aumentar la acumulacin de la energa ingerida y reducir las complicaciones infecciosas
y la duracin de la estancia hospitalaria (LOS).5759
Sin embargo, en la fase inicial del estrs los estados de hipoperfusin que se
presentan en los pacientes graves representan con frecuencia una limitante para
proporcionar nutrientes nada ms por la va enteral, por lo que en esa fase los pacientes reciben la mayora de los nutrimentos por va parenteral, y la va intestinal
se emplea nicamente para estimulacin trfica.
La nutricin enteral (NE) se debe iniciar cuando el paciente est hemodinmicamente estable; se va incrementando gradualmente una vez que se superan los
eventos de hipoperfusin y se suspende poco a poco la administracin de nutrimentos por va parenteral. La nutricin parenteral se suspende cuando la va enteral cubre 70% del aporte calrico total calculado.
La intolerancia a la nutricin enteral y la interrupcin de la nutricin para los
procedimientos diagnsticos y teraputicos son factores limitantes.1,60
La ingestin ptima permitir que se obtenga el aporte total de requerimientos
exclusivamente por esta va y, en este caso, suplementar con nutricin parenteral.1,61,62
Accesos enterales
La va para administrar nutricin enteral depende del tiempo que se considere necesario emplearla.63 Para elegir la va se deben considerar la indicacin, la duracin
aproximada, la integridad anatmica y funcional de la porcin del tubo digestivo
donde se vaya a infundir la frmula, as como el riesgo de broncoaspiracin.
S En caso de que la nutricin enteral vaya a administrarse por un periodo menor de cuatro a seis semanas se recomienda sonda orogstrica, nasogstrica
o nasoenteral.
220
(Captulo 18)
INMUNONUTRICIN
Los nutrientes inmunomoduladores han sido ampliamente estudiados, pero su
funcin en la clnica sigue siendo controvertida. Varios metaanlisis han demostrado que las formulaciones de las dietas que mejoran el sistema inmunitario
221
Glutamina
La glutamina, un aminocido no esencial, es el aminocido ms abundante en el
plasma y tiene varias funciones fisiolgicas importantes (Haussinger, 1998). Durante la sepsis los depsitos de glutamina endgenos se movilizan, la absorcin
intestinal de glutamina se ve disminuida, y el hgado y el sistema inmunitario se
convierten en sus principales consumidores, de tal manera que la utilizacin neta
222
(Captulo 18)
de glutamina excede la produccin y se convierte en condicionalmente esencial (Lacey y Wilmore, 1990; Souba y Austgen, 2001).78 Adems de su papel
como constituyente de las protenas y su importancia en la transaminacin de los
aminocidos, la glutamina puede modular las clulas inmunitarias.79,80 Por lo tanto, en teora, la privacin de glutamina reduce la proliferacin de linfocitos, influye en la expresin de marcadores de activacin de superficie de linfocitos y monocitos, afecta la produccin de citocinas y estimula la apoptosis.79,80
La glutamina ha sido identificada como el principal combustible para los enterocitos, donde se convierte en alanina, sustrato importante para la produccin de
glucosa por el hgado.44
Estudios de nutricin parenteral total (NPT) enriquecida con glutamina reportan aumento de peso de la mucosa yeyunal, de los niveles de nitrgeno, del contenido de DNA, as como disminucin significativa de la atrofia de las vellosidades.44,81
De igual manera, la adicin de glutamina a regmenes de nutricin enteral ha
sido recomendada por la Sociedad de Medicina de Cuidados Crticos (SCCM)/
Sociedad Americana de Nutricin Parenteral y Enteral (ASPEN) para pacientes
con quemaduras y trauma.44
Existen algunos reportes en poblaciones especficas, como en los prematuros
y en los nios con sndrome de intestino corto, en las cuales el empleo de la glutamina ha mostrado beneficios.
La dosis que se recomienda en pediatra, administrada a travs de la nutricin
parenteral, es de 0.3 a 0.5 g/kg/da y se recomienda utilizarla por 21 das.
Arginina
La arginina, un aminocido no esencial, es importante en los pacientes crticamente enfermos debido a que en los periodos de estrs se incrementan sus requerimientos. Tiene diversas funciones, como la estimulacin de la liberacin de
hormona del crecimiento y prolactina, y tambin puede inducir liberacin de insulina.44,82 Con las dietas suplementadas con arginina se ha demostrado mejora
en la ganancia de peso, en la retencin de nitrgeno y en la cicatrizacin de heridas.44,83
Por el contrario, la suplementacin de arginina ha sido relacionada con una tasa de mortalidad potencialmente mayor en los pacientes spticos hemodinmicamente inestables vs. aquellos pacientes que recibieron nutricin enteral y parenteral estndar.44,84,85 El mecanismo propuesto para este resultado adverso es que
la arginina es un sustrato utilizado en la biosntesis del xido ntrico (ON) y que
los niveles elevados de ON pueden dar lugar a una mayor vasodilatacin e inestabilidad hemodinmica.44,85,86
223
Revisiones sistemticas de estudios de inmunonutricin en adultos han advertido contra el uso de la arginina y otros nutrientes debido a la posibilidad de dao
en pacientes spticos crticamente enfermos.87,88
Nucletidos
Los nucletidos son conocidos principalmente por su funcin en la sntesis de
DNA y RNA y por lo tanto en la codificacin gentica. Tambin tienen un papel
en el metabolismo del ATP como componentes de coenzimas que intervienen en
la sntesis de hidratos de carbono, protenas y lpidos.44 Se han implicado en la
modulacin de la funcin inmunitaria; los nucletidos exgenos se requieren para ayudar a inducir la respuesta de las clulas T.44,89 Las dietas que contienen nucletidos han demostrado reducir de manera significativa las infecciones, los das
de ventilacin y la duracin de la estancia hospitalaria tanto en pacientes crticamente enfermos como en los posquirrgicos.44,90 Sin embargo, se necesitan mayores estudios, ya que no se han estudiado los efectos aislados de los nucletidos
como sustratos.44,91
Como conclusin, la funcin de la nutricin enteral inmunomoduladora en nios crticamente enfermos no ha sido estudiada de manera extensa,87 por lo que
no se recomienda su uso mientras no se cuente con mayores estudios.
Las guas clnicas de ASPEN de apoyo nutricional al nio crticamente enfermo no recomiendan usar dietas inmunomoduladoras en nios debido a los pocos
datos disponibles para su uso en pacientes peditricos.87
CONCLUSIONES
S La deplecin nutricional es un factor determinante en la morbimortalidad
del paciente peditrico crticamente enfermo.
S El nio en estado crtico presenta, en la mayora de los casos, un estado de
hipermetabolismo y demandas energticas aumentadas.
S La persistencia del estado crtico se acompaa de degradacin progresiva
de masa muscular, falla nutricional aguda, inmunosupresin y disfuncin
orgnica.
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88.
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90.
91.
92.
93.
(Captulo 18)
19
Evaluacin del estado de nutricin
en el paciente peditrico grave
Daffne Danae Baldwin Monroy, Martha Patricia Mrquez Aguirre,
Patricia Zrate Castan, Denisse Alejandra Gonzlez Estrada
INTRODUCCIN
La Sociedad Europea para la Nutricin Clnica y el Cuidado Metablico
(ESPEN) define la desnutricin como el estado de nutricin en el cual hay una
deficiencia de energa, protenas y otros nutrimentos, causando efectos adversos
en el tejido, la composicin corporal, la funcin orgnica y los resultados clnicos.1,2
La desnutricin hospitalaria constituye un factor de riesgo importante para el
aumento de la morbilidad, mortalidad, estancia hospitalaria y costos mdicos,
aunque ciertamente la evaluacin del estado nutricio del nio crticamente enfermo resulta problemtica durante los primeros das de hospitalizacin.3,4 La desnutricin en el nio hospitalizado tiene un impacto negativo en la evolucin de
la enfermedad.5
Las alteraciones del estado de nutricin del nio en estado crtico se presentan
como consecuencia de un inadecuado aporte de sustratos, una alteracin en el
metabolismo originada a consecuencia de la respuesta metablica al estrs, y prdida de la masa corporal magra con el consiguiente dao de estructura o funcin.6
Es bien conocida la gran asociacin que existe entre la prdida de peso y el aumento de la mortalidad,7 y es posible que este factor refleje el impacto de la enfermedad sobre el peso del infante.6
El primer reporte de desnutricin en el mbito hospitalario se realiz en pacientes adultos con diversos estados patolgicos, mostrando niveles de entre 19
y 80%.8 A pesar de los avances en las terapias nutricionales, estos valores no han
229
230
(Captulo 19)
sufrido modificaciones. De los resultados que arroj el ELAN (Estudio Latinoamericano de Nutricin) realizado en 12 pases de Amrica Latina con pacientes
adultos se observ que aproximadamente 50.2% de la poblacin hospitalizada
presentan algn tipo de desnutricin (12.6% de desnutridos graves y 37.6% de
desnutridos moderados).9
Para los pacientes peditricos, en la dcada de 1970 Pollack report que la desnutricin asociada al paciente hospitalizado tiene una prevalencia de 44%. Cerca
de 16% de los ingresos a las unidades de cuidados intensivos que se estudiaron
con problemas mdicos no quirrgicos presentaban desnutricin energtico proteica; otro 16% dficit de reserva grasa y 20% ms dficit en la reserva proteica.10,11
Merrit y Suskind reportan que una tercera parte de los pacientes peditricos
evaluados durante su hospitalizacin presentan algn grado de desnutricin, en
particular aqullos con fibrosis qustica, cardiopatas congnitas y enfermedades
gastrointestinales.12 En relacin a la incidencia, los grupos ms susceptibles a
presentar desnutricin han sido los recin nacidos (71%), los pacientes sometidos
a ciruga cardiaca (46%) y nios con fibrosis qustica (42%).1214
La desnutricin proteicoenergtica es observada en 16 a 24% de nios crticamente enfermos y asociada con resultados clnicos adversos.15,16
En Mxico se realiz un estudio similar en el ao 2010 por parte del Departamento de Terapia Intensiva del Instituto Nacional de Pediatra; se analiz a 67
nios bajo ventilacin mecnica, de los cuales 57% presentaban desnutricin en
diversos grados (21% con desnutricin aguda y 36% con desnutricin crnica).1719
231
Peso
Diario
3 veces por semana
3 veces por semana
2 veces por semana
Talla
Semanal
Mensual
Mensual
Mensual
Circunferencia ceflica
Semanal
Mensual
Mensual
Segn la indicacin
Adaptado de Academia Americana de Pediatra. Duggan C et al.: Nutrition in pediatrics. 4 ed. Ontario, B. C. Decker, 2008.
Por lo tanto, la evaluacin nutricional es un conjunto de mediciones sistematizadas con las que se determina el estado de nutricin del paciente. Se considera una
herramienta til que permite detectar y atender de manera temprana deficiencias
o excesos nutricionales y toma en cuenta valores objetivos y subjetivos. Estos valores pueden ser de utilidad para valorar el estado de nutricin previo al ingreso;
sin embargo, en los pacientes crticos su aplicacin puede ser problemtica debido a que la interpretacin de los resultados puede verse interferida por cambios
en respuesta a la enfermedad y a las medidas del tratamiento.22
Los componentes de la evaluacin nutricional son:
S
S
S
S
Antropomtricos.
Bioqumicos.
Clnicos.
Dietticos.
Cada uno de ellos evala desde diversas perspectivas los efectos de la desnutricin sobre las condiciones generales de salud del paciente, como lo muestra el
cuadro 191. En el paciente crtico las condiciones de la evaluacin nutricia se
modifican. Los objetivos de la evaluacin nutricional son:
S Medir el impacto de la respuesta metablica a la que ha estado sometido el
paciente.
S Medir las modificaciones en la composicin corporal como una consecuencia de lo anterior.22
S Evaluar la eficacia del tratamiento nutricional al que haya sido sometido el
paciente.21
TAMIZAJE NUTRICIONAL
Para la poblacin adulta existen desde hace 40 aos herramientas de tamizaje nutricional, como la evaluacin global subjetiva (EGS) y la Malnutrition Universal
232
(Captulo 19)
Screening Tool (MUST), para identificar a los pacientes desnutridos. Sin embargo, para pacientes peditricos no se cuenta hasta la fecha con una herramienta que
se utilice de manera generalizada,1 aunque en los ltimos aos han surgido varias
encuestas, como la escala de riesgo nutricional en pediatra,23 STAMP,24
STRONGKIDS,25 PYMS26 y EGS para pediatra,27 las cuales an se estn validando. Sin embargo, dadas sus caractersticas, estas herramientas no contemplan
a pacientes graves, ya que los consideran en riesgo de desnutricin por el solo
hecho de ingresar a terapia intensiva.
EVALUACIN ANTROPOMTRICA
La evaluacin antropomtrica en pacientes hospitalizados depende de su edad,
de la patologa que presente y del tipo de intervencin nutricional que se haya
aplicado. Estas evaluaciones en pacientes crticos debern llevarse a cabo cada
uno a dos meses, y con menos frecuencia en los pacientes con enfermedades leves.28
Para realizar la evaluacin antropomtrica de un nio se incluyen los indicadores de peso, longitud o talla y circunferencia ceflica (desde el nacimiento hasta
los tres aos), y se siguen en el periodo por evaluar, ya sea a corto o a largo plazo,
para determinar el crecimiento y el estado nutricional del nio. Algunos autores
consideran que la circunferencia muscular del brazo y el pliegue cutneo tricipital en nios con enfermedad crnica tambin forman parte de la evaluacin para
determinar las reservas de protenas y la masa grasa corporal. Se recomienda que
estas mediciones sean tomadas siempre por el mismo sujeto y por triplicado, para
utilizar un promedio.29
En pediatra se consideran los ndices de peso/edad, talla/edad y peso/talla
como parte de la evaluacin antropomtrica,3032 y sirven para identificar a pacientes en riesgo utilizando las grficas de referencia de los Centers for Disease
Control and Prevention (CDC), que fueron actualizadas en colaboracin con el
National Center for Health Statistics (NCHS), as como los grados de desnutricin con la referencia de Gmez para el ndice peso/edad (desnutricin global)
y Waterlow para los ndices talla/edad y peso/talla (desnutricin crnica y desnutricin aguda).29
PESO
El peso es una medida del estado nutricional general que est relacionado con la
edad, el sexo y la talla, y es un factor necesario para una ptima interpretacin.33
233
TALLA
La medicin de la talla es importante para el seguimiento a largo plazo del estado
nutricional del infante. Esta medicin debe ser realizada en lactantes desde el nacimiento hasta los dos o tres aos mediante un infantmetro.33
En pacientes crticos hospitalizados, la medicin de su longitud en posicin
supina puede resultar compleja y limitada debido a la cantidad de sondas, catteres y tambin a la dificultad de movilizarlos. Existen frmulas que estiman la talla
del paciente a partir de medidas parciales, como la distancia hueco esternalpunta
de los dedos de la mano, o cndilos femoralespie. Sin embargo, estas frmulas
tienen intervalos de error " 7 cm, lo que implica un sesgo importante para los
pacientes peditricos.35
CIRCUNFERENCIA CEFLICA
La circunferencia ceflica indica el crecimiento de la cabeza debido principalmente al desarrollo del cerebro, ms rpido en los primeros tres aos de vida. La
medicin rutinaria de la circunferencia ceflica es un componente de la evaluacin antropomtrica en nios desde el nacimiento hasta los tres aos de edad y
es utilizada tambin en infantes con riesgo nutricional. Se trata de un indicador
menos sensible a corto plazo de la situacin nutricional que el peso y la talla, ya
que el crecimiento del cerebro por lo general se preserva en los casos de estrs
234
(Captulo 19)
NDICES NUTRICIONALES
Son el resultado de contrastar al menos dos variables. Es a partir de ellos que se
realiza un diagnstico del estado de nutricin. Entre los ms utilizados en pediatra se encuentran:39
235
1. Peso para la edad. Este ndice compara el peso con los datos de referencia
y las mediciones seriadas proporcionan mayor validez. Los cambios recientes pueden ser indicadores de falla nutricional aguda; esta medicin es especialmente sensible en pacientes menores de dos aos de edad.
2. Peso para la talla. Es considerado un ndice til para determinar y clasificar el estado nutricional actual y global del paciente peditrico.29,38 Para los
nios desde el nacimiento hasta los seis aos de edad el peso para la talla
es evaluado con frecuencia y se interpreta por medio de los percentiles de
las grficas de crecimiento.29
3. ndice de masa corporal. El ndice de masa corporal (IMC) es una medicin de peso relacionada con la altura (estatura). Las grficas de crecimiento de la CDC proporcionan el IMC de acuerdo con la edad y el sexo de los
2 a los 20 aos.29,40 El IMC no es un ndice adecuado para medir la adiposidad, ya que la talla no es totalmente independiente del peso. Se ha estimado
que la talla puede modificar el IMC, y en algunas poblaciones con estndares de talla ms altos el IMC puede sobreestimar la prevalencia de obesidad.29
Este ndice debe ser interpretado con cautela en ciertas condiciones clnicas, como en el edema, el embarazo y en pacientes con una alta carga tumoral.29
4. Talla para la edad. Se emplea como un marcador de la desnutricin crnica, por lo que no refleja cambios agudos; sin embargo, es fundamental como
parte de la evaluacin inicial al ingreso a la UTI. Se considera desnutricin
crnica cuando el ndice T/E es v2 DE.15
5. Composicin corporal. La medicin de las proporciones compartimentales del cuerpo del nio es un mtodo adecuado para medir el estado de nutricin. A la fecha existe un gran nmero de tcnicas para determinarla: densitometra sea, absorciometra (DEXA), pletismografa. Pero todas, al ser
dependientes del estado de hidratacin del paciente, representan una limitacin, sin contar con la dificultad de realizar estas mediciones al pie de la
cama del paciente.41,42
6. Evaluacin bioqumica. Permite confirmar las deficiencias detectadas a
travs de la evaluacin clnica o definir las que no fueron detectadas en la
exploracin. Los valores bioqumicos permiten analizar la deplecin de
sustratos especficos. Las alteraciones en los niveles sricos hacen notar deficiencias de nutrientes antes de que exista un signo clnico asociado. Las
pruebas de laboratorio deben ser consideradas como parte del escenario clnico de cada paciente, ya que muchas de ellas tienen limitaciones en los pacientes crticamente enfermos.22
Las pruebas bioqumicas se clasifican como se muestra en el cuadro 192.
236
(Captulo 19)
Normal
Leve
Moderada
Grave
3.8 a 5
20 a 36
200 a 400
3.0 a 7
2.8 a 3.5
10.0 a 15.0
150 a 200
*
2.1 a 2.7
5.0 a 9.9
100 a 150
*
< 2.1
<5
< 100
*
5 000 a 7 000
1 200 a 2 000
800 a 1 200
< 800
237
Cara
Uas
Ojos
Labios
Dientes
Lengua
Huesos
Msculos
Tejido subcutneo
Sistema neurolgico
Hallazgos
Deficiencia
nutricional
caloras
protenas
protenas
vitamina A
niacina
Edema
Petequias
Dermatitis vulvar o escrotal
Dermatitis generalizada
protenas
cido ascrbico
riboflavina
zinc, cidos grasos esenciales
zinc
riboflavina
protenas
hierro
vitamina A
Inyeccin circuncorneal
Estomatitis angular
Queilosis
riboflavina
riboflavina, hierro
complejo de vitamina B
Caries
Dientes manchados
flor
suplementacin
de hierro
flor
vitaminas A y D
niacina, cido flico, riboflavina, vitamina B12
vitaminas C y D
vitamina D
Reborde costocondral
Craneotabes; abombamiento frontal, ampliacin
epifisaria
Fragilidad sea
Disminucin de la masa magra
Debilidad muscular
Disminucin
Incremento
Oftalmopleja
vitamina C
protenas, caloras
tiamina
caloras
caloras
tiamina, vitamina
E
238
(Captulo 19)
Sistema endocrino
y otros
Hallazgos
Hiporreflexia
Ataxia, prdida sensorial
Hipotiroidismo
Intolerancia a la glucosa
Disgesia
Retraso en la cicatrizacin
Deficiencia
nutricional
vitamina E
vitaminas B12, E
yodo
cromo
zinc
vitamina C, zinc
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EVALUACIN CLNICA
Como parte de la evaluacin nutricional se debe incluir la bsqueda sistematizada de datos clnicos que se asocien a deficiencia de macronutrimentos y micronutrimentos (cuadro 194).
EVALUACIN DIETTICA
Las herramientas clsicas para la evaluacin diettica, como el recordatorio de
24 h y la frecuencia de consumo, no se utilizan de manera regular en el paciente
crtico; sin embargo, es importante considerar:
S
S
S
S
Tiempo de ayuno.
Tipo de alimentacin (enteral o parenteral).
Aporte de energa y macronutrimentos.
Porcentaje de adecuacin de los nutrimentos ingeridos.
El estado de nutricin del paciente define en gran medida su evolucin, los das
de estancia hospitalaria y las complicaciones. En el caso de los pacientes peditri-
239
cos adquiere an mayor relevancia, ya que las alteraciones en el estado de nutricin a edades tempranas tiene impacto sobre el estado de nutricin y la salud del
adulto.
Por todo lo anterior se debe sistematizar la evaluacin nutricional en todos los
centros hospitalarios y ms an en las unidades de cuidados intensivos.
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241
242
(Captulo 19)
20
Alimentacin enteral en el
neonato de muy bajo peso
Carlos Lpez Candiani
INTRODUCCIN
Los fetos tienen un ritmo de crecimiento superior al de los recin nacidos con
peso menor a 1 500 g a la misma edad posconcepcional. Este retraso en el crecimiento posnatal persiste durante casi toda la estancia hospitalaria y en ocasiones
mucho tiempo despus del egreso del neonato.1
Hay una gran diversidad en la forma en que los neonatlogos inician y avanzan
en el aporte de nutrientes por vas enteral y parenteral en los neonatos de muy bajo
peso, y ello no slo sucede entre diferentes hospitales, sino entre los distintos mdicos de un mismo hospital.1 La mayora aceptan el precepto de la American Academy of Pediatrics2 de que ...el crecimiento posnatal del prematuro debe aproximarse al crecimiento fetal, pero en la prctica mdica es muy difcil mimetizar
las tasas de crecimiento de esta poblacin.
Los neonatos de muy bajo peso (< 1 500 g) requieren mayor aporte de algunos
nutrientes cuando se comparan con los recin nacido de trmino; entre ellos est
un mayor requerimiento de protena, energa, hierro, zinc y calcio.3 Ernst y col.4
evaluaron el crecimiento posnatal de neonatos de extremadamente bajo peso y
encontraron que stos cursaron con retardo en el crecimiento extrauterino mientras estaban hospitalizados, con algo de mejora despus del egreso.
Cada vez existe mayor evidencia de que la malnutricin en etapas tempranas
de la vida tiene serias consecuencias en la vida posterior; estatura corta, falla en
el crecimiento de rganos, dficit neuronales, menor tamao cerebral y en consecuencia alteraciones en el desarrollo neurocognoscitivo son algunos de estos
243
244
(Captulo 20)
245
que para Khayata23 fue temprana a los cuatro das y tarda a los 10. En el primer
estudio se encontr una diferencia significativa en la duracin de la nutricin parenteral (13 das cuando se inici la alimentacin enteral temprana vs. 30 das
cuando se inici en forma tarda), aunque no hubo diferencias en el tiempo para
alcanzar el total de requerimientos por va enteral, en la ganancia de peso, en el
tiempo de hospitalizacin o en la enterocolitis necrosante. Otros beneficios fueron: menor tiempo de fototerapia, menor proporcin de nios que se evaluaron
por sepsis y menor nmero de catteres percutneos. Kennedy y Tyson concluyen
que aunque parece racional y hay alguna evidencia del beneficio del inicio temprano de la alimentacin enteral, an no est claro si los neonatos de bajo peso
que reciben alimentacin parenteral deban alimentarse en forma enteral temprana o tardamente.21
246
(Captulo 20)
crement la tasa de enterocolitis (RR 2.5, IC 95: 1.2 a 5.1), con nmero necesario
para daar de 33.
La leche humana debe complementarse con un fortificador, incluso ms all
de la cantidad estndar, si el crecimiento no es satisfactorio o si la concentracin
de urea (< 4 mg/dL) sugiere que el consumo de protena es bajo.1 Ziegler y col.1
sugieren que si se debe mantener al neonato con restriccin hdrica por enfermedades cardiacas o pulmonares concomitantes, se incremente la concentracin de
leche hasta obtener 90 o 100 kcal/dL. Tambin recomiendan fortificar la leche
humana mucho antes de alcanzarse los requerimientos totales del volumen diario. De Curtis y Rigo recomiendan su uso a partir de una ingesta de 50 a 70 mL/kg/
da en los nios muy inmaduros.5
Independientemente de las propiedades nutricionales de la leche humana,
existen propiedades inmunitarias de gran utilidad en el prematuro y algunas de
ellas permanecern ms all de la vida neonatal. La lactoferrina tiene propiedades
antibacterianas, antivirales, antifngicas, antiparasitarias y antitumorales. Un
polipptido rico en prolina demostr propiedades inmunitarias, incluyendo la
promocin de madurez de clulas T e inhibicin de enfermedades autoinmunes.
La casena y los pptidos derivados de ella han mostrado actividades protectoras
en desmineralizacin y preventivas de caries. El glicomacropptido (derivado de
la casena kappa) tiene actividad antibacteriana y antitrombtica. La alfa lactoalbmina tiene propiedades antivirales, antitumorales y antiestrs. Hamlet, un
complejo de lactoalbmina y cido oleico, ha sido efectivo en pacientes con papilomas cutneos. La lisozima ha sido til en periodontitis. La lactoperoxidasa tambin tiene propiedades antibacterianas.31
Una revisin de Donovan y Buchanan32 encontr que las madres de bebs prematuros que disminuyeron su produccin lctea despus de dos semanas del nacimiento pudieron elevar el volumen de leche alrededor de 100 mL/da con el uso
de domperidona oral en dosis de 10 mg tres veces al da, lo cual es una alternativa
en madres de prematuros que estn largo tiempo hospitalizados.
Los prematuros toleran bien la frmula isoosmolar de 24 caloras por onza; no
existe evidencia para afirmar que las frmulas diluidas tengan alguna ventaja.17
Las frmulas con protenas parcialmente hidrolizadas se han probado en prematuros, pero se ha descrito una disminucin en la absorcin intestinal de nitrgeno.33 Mihatsch y col.34 compararon la tolerancia de la frmula estndar de prematuro vs. la frmula de prematuro con protenas hidrolizadas; se inici a
discrecin del mdico tratante y se hicieron incrementos de 16 mL/kg/da, tolerndose residuos gstricos de hasta 5 mL/kg preprandiales; el resultado fue que
el grupo alimentado con frmula hidrolizada alcanz 150 mL/kg antes que el grupo alimentado con frmula para prematuro estndar (10 vs. 12 das), y la duracin
de la alimentacin parenteral fue menor (13 vs. 16 das). Al comparar las frmulas empleadas tambin se encuentra una mayor carga de lactosa en la frmula
247
248
(Captulo 20)
249
250
(Captulo 20)
251
guiente toma; las opciones son arbitrarias y basadas ms bien en prcticas locales.20
Otros datos de intolerancia relativa son episodios de apnea y bradicardia que
pueden observarse en los prematuros despus de la alimentacin; por lo general
estn asociados a reflujo gastroesofgico. Se ha reportado que los prematuros tienen entre tres y cinco episodios de reflujo por hora.52
Resumiendo, se puede hablar de intolerancia a la alimentacin ante los siguientes datos: residuo gstrico anormal (> 2 mL/kg o > 50% de la alimentacin;
biliar o con sangre), vmitos, distensin abdominal (> 2 cm) y sangre en las evacuaciones,20,53 sobre todo si se asocian con datos sistmicos, y se debe recordar
que un dato aislado debe aumentar la atencin del mdico aunque por s mismo
no sea diagnstico.
CONCLUSIONES
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21
Nutricin parenteral
domiciliaria en pediatra
Mara Salom Anaya Florez
INTRODUCCIN
La nutricin es un proceso indispensable para todo ser humano; cuando por va
oral o enteral no se puede administrar debido a patologa gastrointestinal, entonces se indica la nutricin parenteral total (NPT), que en algunos casos es necesaria
por largo tiempo. La nutricin parenteral domiciliaria (NPD) surge en respuesta
a hospitalizaciones prolongadas en nios con falla intestinal que presentan estabilidad clnica; por su patologa de base, la nica forma de nutrirlos es por medio
de la nutricin parenteral total (NPT).
La NPD es un tratamiento costoso y complejo pero posibilita la rehabilitacin
social de los pacientes, devolverlos a su medio, disminuir los costos hospitalarios
y mejorar la calidad de vida de los pacientes y de sus familias.
El programa de NPD est incluido en la cartera de servicio del Hospital de Pediatra, del Centro Mdico Nacional Siglo XXI, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), desde 1990.
En Mxico an no se cuenta con una ley que legisle la nutricin parenteral domiciliaria.
DEFINICIN
La nutricin parenteral domiciliaria es la administracin de los nutrientes por va
endovenosa llevada a cabo en el domicilio del paciente; se utiliza una va de ac255
256
(Captulo 21)
ceso venoso central permanente en los pacientes que son incapaces de mantener
un estado nutricional adecuado mediante alimentacin oral o nutricin enteral.
Por lo general son pacientes con falla intestinal de diferentes etiologas que desencadena malabsorcin de nutrientes.13
OBJETIVOS
Los principales objetivos de la NPD peditrica son los siguientes:
S Recuperar o mantener el estado nutricional del nio facilitando un crecimiento y un desarrollo ptimos, controlando o mejorando su enfermedad
y permitiendo que se produzca la adaptacin intestinal.
S Reducir las complicaciones derivadas de la hospitalizacin prolongada, en
especial las infecciones.
S Acortar la estancia hospitalaria integrando al nio en su medio familiar y
social; mejorar la calidad de vida del nio y de su familia.
S Reducir los costos hospitalarios y aumentar la disponibilidad de las camas
hospitalarias.3
INDICACIONES DE LA
NUTRICIN PARENTERAL DOMICILIARIA
La NPD est indicada en pacientes con falla intestinal primaria o secundaria, con
una patologa de base que necesite nutricin parenteral prolongada, pudiendo
sta ser transitoria o indefinida.1,3
Las principales causas de falla intestinal son:
a. Disminucin de la superficie de absorcin intestinal o sndrome de intestino
corto, secundario a enterocolitis necrosante, malformaciones intestinales
congnitas, vlvulo mesentrico con necrosis, enfermedad inflamatoria intestinal e isquemia mesentrica, entre otras causas.
b. Afectacin extensa de la pared intestinal que produzca malabsorcin importante; como diarrea intratable, enfermedades por inclusin de las microvellosidades, enteropata por radiacin y enteritis autoinmunes, entre otras.
c. Trastornos de la motilidad intestinal, que incluyen seudoobstruccin intestinal crnica idioptica, miopata visceral, neuropata visceral, agangliosis
intestinal total y algunas enfermedades de la cadena respiratoria mitocon-
257
258
(Captulo 21)
Lo ideal es que sean por lo menos dos cuidadores (lo ms adecuado es que sean
ambos padres) quienes participen en el aprendizaje, con el objetivo de garantizar
una nutricin eficaz, reduciendo al mximo las complicaciones, y que proporcionen al paciente la mayor independencia, autosuficiencia y calidad de vida posible.
La educacin debe ser completa pero sencilla y comprensible, incluyendo temas tericos y prcticos distribuidos en varias sesiones de duracin limitada y se
prolongar hasta confirmar la plena autonoma. Ser escalonada y progresiva,
debiendo realizarse una evaluacin, tambin tericoprctica, de los conocimientos adquiridos respecto a cada tema tratado antes pasar al siguiente y finalizar el proceso de educacin.13
Es conveniente que los pacientes firmen el consentimiento informado para recibir este manejo en el domicilio, con previa informacin detallada por el equipo
multidisciplinario.1
REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES
Los requerimientos de lquidos, electrlitos, macronutrientes y micronutrientes
dependen de la edad, el peso, la enfermedad de base, el estado de hidratacin y
nutricional, la capacidad de absorcin intestinal y las prdidas que pudieran producirse por un estoma o por diarrea.3,4
La prescripcin de la NPT en los nios debe ser individualizada y prescribirse
segn las guas de nutricin parenteral total.4
Adems, se deben preparar las mezclas de nutricin parenteral en un rea que
cumpla con la Norma Oficial Mexicana NOM249SSA12010.5
ORGANIZACIN DE UN PROGRAMA
DE NUTRICIN PARENTERAL DOMICILIARIA
El equipo del programa de NPD es multidisciplinario y debe incluir mdicos, enfermeras, nutricionista, trabajadora social, psiclogo y el quimicofarmacobilogo; debe haber entre ellos una colaboracin estrecha y tener como prioridad el
apoyo de los padres. Cada miembro del equipo tiene un papel muy importante
y algunos ejemplos son:
Los mdicos deben ser responsables del uso correcto y el seguimiento oportuno de los pacientes con NPD. Las enfermeras tienen a su cargo el programa de
enseanza y capacitacin de los padres.
259
El quimicofarmacobilogo es el responsable de la seguridad de la composicin de la mezcla de la nutricin parenteral y del almacenamiento de las soluciones.
La trabajadora social evaluar que la casa habitacin del paciente cumpla con
las condiciones (higiene, servicios bsicos, lnea telefnica, refrigerador) para
llevar a cabo la NPD.
El psiclogo deber dar apoyo psicolgico tanto al paciente como a la familia.13,6
SEGUIMIENTO
Los pacientes que reciben NPD requieren un seguimiento estrecho con el objetivo de que se compruebe la eficacia del tratamiento nutricional, se realicen las modificaciones que se consideren oportunas en funcin de la evolucin clnica y se
detecten y resuelvan los problemas que pudieran presentarse.
El paciente debe acudir en forma regular a la consulta externa, donde se controlarn los aspectos relacionados con la administracin (volumen diario de la
NPT y de otros aportes, la tcnica y el uso del material), la tolerancia (clnica y
bioqumica) y la eficacia de la NPT (medidas antropomtricas y parmetros bioqumicos). Debe existir la posibilidad del contacto telefnico las 24 h del da.13
MODO DE ADMINISTRACIN
DE LA NUTRICIN PARENTERAL TOTAL
La NPT se administrar de forma cclica en cuanto sea posible; la NPT cclica
tiene ventajas metablicas, fsicas y psicolgicas. Inicialmente la NPT es infundida en forma continua las 24 h al da, luego los pacientes se someten a un periodo
de adaptacin, tiempo en el cual la velocidad de infusin se aumenta progresivamente y se disminuye el periodo de perfusin, ajustando las horas de descanso
a la tolerancia del paciente e infundindose de preferencia durante la noche durante 8 a 12 h. Esto depender de la tolerancia de la va oral o enteral y de la capacidad de absorcin de nutrientes.13
COMPLICACIONES
Las complicaciones de la NPD pueden ser mltiples; por lo tanto, lo ideal es la
prevencin y el diagnstico oportuno para evitar consecuencias inmediatas y futuras. Las complicaciones se clasifican en:
260
(Captulo 21)
CALIDAD DE VIDA
Uno de los objetivos de la NPD es favorecer una mejor calidad de vida tanto para
el nio como para su familia; sin embargo, la carga fsica y emocional del cuidado
de los padres o tutores es enorme. Por lo tanto, con frecuencia la NPD se asocia
con alteraciones psicolgicas y en el entorno social de los pacientes que pueden
influir en su calidad de vida.
La calidad de vida de estos pacientes est influida por la enfermedad de base
y por el propio tratamiento con NPD. Por ello es necesario el apoyo psicolgico
a los pacientes con NPD y a sus familias, as como tambin la realizacin de evaluaciones objetivas de calidad de vida a fin de realizar mejoras continuas del programa de NPD para este tipo de pacientes.1,10
CONTRAINDICACIONES
La NPD est contraindicada:
a. Cuando exista la posibilidad de administrar por va enteral y el paciente tenga la capacidad de absorcin de los nutrientes.
b. Cuando no sea necesaria una nutricin parenteral prolongada.
c. Cuando no le aporte ningn beneficio en cuanto a prolongacin de expectativa de vida y calidad de vida.
Y se debe retirar cuando, una vez iniciada y mantenida, se den las mismas circunstancias.6
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