El Preámbulo
El Preámbulo
El Preámbulo
El Preámbulo de la Constitución Nacional es una declaración formal y solemne que motiva y otorga fundamento a la
Ley Suprema. Contiene y condensa las decisiones políticas fundamentales.
Se comprimen las pautas del régimen, los fines y objetivos, los valores y principios propugnados, el plan o programa
del constituyente.
Posee la misma fuerza normativa que la Constitución y por ende resulta aplicable.
a) Los “representantes del pueblo” como titulares del poder constituyente originario. El pueblo decide la
conformación del Estado.
b) “por voluntad y elección de las provincias”: Es un reconocimiento de la preexistencia histórica de las provincias
que en 1853 y 1860 que dieron origen a la Constitución. Las provincias crean la Constitución, existen antes del
Estado Nacional.
c) “cumplimiento de pactos preexistentes”: El poder constituyente ejercido por el pueblo de las provincias en 1853-
1860 tuvo base contractual o consensual en los instrumentos que prepararon, como antecedentes, la formación y el
nacimiento del estado federal argentino (Tratado del Pilar, Pacto Federal, Protocolo de Palermo, Acuerdo de San
Nicolás de los Arroyos, entre otros.). El poder constituyente es el que dicta la constitución.
-Constituir la unión nacional: satisface una meta histórica concreta vinculada con la reunión de un país
disperso en catorce provincias en un estado federal, una meta permanente de consolidación del sistema
nacional perpetuo y asegurar la supervivencia de la sociedad argentina. Para terminar con los conflictos, las
guerras.
-proveer a la defensa común: complementa el anterior vinculado con la necesidad de repeler agresiones
exteriores. Se refiere a los ataques externos, de otros países.
-promover el bienestar general: la CSJN ha declarado que el bienestar común es fin del estado. El bienestar
común legitima la existencia del estado. Es lo que le da sentido a la existencia del Estado.
-asegurar los beneficios de la libertad: para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del
mundo que quieran habitar en el suelo argentino. Es de fomento a la inmigración.
El poder constituyente
El poder es una capacidad o una energía, que cuando lo relacionamos con la potestad constituyente, estamos frente
a la competencia que tiene como finalidad la elaboración de una constitución en aras de organizar un Estado.
Bidart Campos sostiene que el poder es la competencia o la energía para cumplir con un fin y constituyente, es el
poder que da constitución al Estado, a fin de organizarlo, de establecer su estructura jurídica y política.
El poder constituyente es la potestad de dictar la primera constitución o cambiar la vigente dando un sentido político
sustancialmente diferente. Se suele distinguir el poder constituyente originario (al que corresponde a la descripción
anterior) del poder constituyente reformador (que es el que, como ha quedado dicho realizado reformas a la
constitución).
Poder constituyente originario: El ejercicio del poder constituyente permite a una comunidad determinada
organizarse con la finalidad de asegurar a sus integrantes el reconocimiento expreso de sus derechos y de las
garantías necesarias para hacerlos valer, para asegurar su defensa y vigencia frente a toda circunstancia adversa que
impida de alguna manera su ejercicio efectivo.
Tiene como titulares a todo el pueblo, a la comunidad que ha decidido organizarse en forma de Estado.
Este objetivo se logra a través de una organización del poder que permita la representación del pueblo en la gestión
de los ideales que lo han llevado a su conformación como Estado. El ejercicio de este poder constituyente tiene su
fundamento en la teoría de la soberanía popular.
Cuando el Estado organizado jurídico y político por su primera constitución decide introducir reformas a la
constitución tal como ha sido concebida por el poder constituyente originario, por caso a las reglas de juego o para
adoptar nuevos mecanismos de defensa de las libertades o, nuevas metas socioeconómicas, en fin, adecuar el texto
constitucional a los tiempos y circunstancias del momento, en tal caso deberá pronunciarse el denominado poder
constituyente derivado.
Cuando el poder constituyente se ejerce por primera vez a fin de elaborar una constitución, hablamos de poder
constituyente originario y cuando una vez establecido se vuelve a ejercer el poder constituyente, para modificar
alguno o algunos de sus contenidos, de acuerdo con el procedimiento que establece la propia constitución, se estará
ejerciendo el poder constituirte derivado.
Autores como Bidart Campos, Vanossi y Bidegain consideran que también se produce el ejercicio del poder
constituyente originario en un Estado ya constituido, cuando la convención constituyente convocada a reformar la
ley fundamental decide llevar a cabo innovaciones tan fundamentales a su texto que en realidad se produce. Una
reforma total del mismo.
Aquellos Estados que no tienen constitución escrita, en los cuales un cambio en la constitución material también
implica ejercicio del poder constituyente derivado. Ello, a pesar de que la teoría del poder constituyente ha surgido
de la mano de las constituciones escritas y rígidas.
La constitución "puede reformarse en el todo o en cualquiera de sus partes" En tal sentido, aparece la controversia
en relación con la posibilidad o no de que una reforma total pueda alcanzar aquellos elementos que la doctrina
identifica bajo la denominación de "contenidos". pétreos".
Si aceptamos la existencia de límites en materia de contenidos hemos de permitir de manera concomitante que su
violación por la convención constituyente reformadora, pueda acarrear la inconstitucionalidad de la reforma,
hipótesis en la cual estaríamos ante un caso de reforma inválida, nula o inconstitucional.
Pues donde dice "en el todo" es en su totalidad —sin excepciones— se estaría hablando de un todo cuantitativo. Por
el contrario, si se toma la expresión "todo" en el sentido de los contenidos o partes que pueden ser objeto de
reforma, pero siempre que no puedan alterarse completamente cambiando su sentido estaríamos frente a lo que
Bidart Campos denomina "contenidos pétreos". Especialmente, entre ellos consideran a aquellos que pueden
reformarse, pero no abolirse, como ocurriría con la forma de Estado democrático, federal, republicano o la
confesionalidad del Estado.
Según las disposiciones del art. 30, la Constitución solo puede ser modificada con la intervención de tres cuerpos
diferentes, que actúan de manera sucesiva —Congreso, electorado y convención.
Congreso – etapa constituyente
Esta primera etapa del procedimiento exige el pronunciamiento del Congreso de la Nación quien se expresa a través
de la declaración de la necesidad de la reforma. Esta decisión se ha manifestado en todas las ocasiones en que se
reformó nuestra Constitución, por medio de la sanción de una ley.
La ley declarativa de la necesidad de la reforma requiere para su sanción de la observancia del procedimiento
establecido en la Constitución para la formación de las leyes. Según el art. 30, la aprobación de la necesidad de la
reforma requiere de los dos tercios de los miembros de cada una de las Cámaras (Diputados y Senadores) reunidos
de manera separada.
Acá aparecen las dos primeras "lagunas". El texto en comentario no especifica si se trata de los miembros totales, ni
tampoco si las cámaras del Congreso deben manifestar su voluntad de manera separada. Sin embargo, una
interpretación que tome en cuenta a las cláusulas concordantes permite llenar de manera razonable estos vacíos.
Por ello, la mayoría de la doctrina entiende que cuando la Constitución habla de los dos tercios de miembros, esa
mayoría agravada debe ser calculada sobre los integrantes totales de cada cámara.
La ley declarativa de la necesidad de la reforma se pronuncia sobre su alcance, al determinar si esta debe ser total o
parcial. De decidirse por esta última deberá indicar los puntos de la Ley Fundamental susceptibles de ser modificados
por la convención constituyente. La atribución del Congreso de fijar el temario de la convención, cuando se trata de
reformas parciales al texto constitucional, ha sido reconocida en forma unánime por la doctrina, puesto que "...la
reforma parcial supone provocar el funcionamiento de un órgano que sólo puede reformar ciertas y determinadas
prescripciones, ya que de lo contrario se confundiría con una reforma total y perdería toda razón de ser la distinción
adoptada por la Constitución..."
Etapa electoral
Si bien la Constitución nada dice sobre el modo como deben ser elegidos los convencionales que integrarán el
órgano colegiado encargado de llevar a cabo la reforma —tercera laguna—, una interpretación integrada del texto
constitucional lleva a la conclusión de que debe convocarse a elecciones.
La tercera y última etapa se lleva a cabo con la reunión de la Convención Constituyente, convocada especialmente
para efectuar la reforma, una vez que han sido elegidos sus miembros. A la convención le cabe la tarea de efectuar la
reforma. La Convención puede limitarse a trabajar sobre las modificaciones que considere pertinentes, omitiendo el
tratamiento de otros puntos contemplados en el menú elaborado por el Congreso en ejercicio de su función pre
constituyente.
En caso de reforma parcial, la convención no puede agregar puntos al menú de enmiendas contenido en la ley
declarativa. Si lo haría estaría violando el trabajo del Congreso en su calidad de titular del poder preconstituyente,
también desconocería la voluntad popular expresada en las urnas en la etapa electoral. Será inconstitucional.
Supremacía de la Constitución
Una constitución no es un fin en sí mismo, sino un medio para alcanzar determinados objetivos. la constitución
racional normativa del Estado liberal consta de elementos formales y materiales, sin los cuales no se puede hablar de
constitución. El elemento formal que surge en primer término es la ley fundamental, generalmente escrita,
sancionada por el titular del poder constituyente o por un órgano que lo ejerce en su nombre y con su asentimiento,
y reformable por procedimientos que dificultan su modificación. Esta constitución es el resultado del ejercicio del
poder constituyente.
Una constitución tiene también elementos sustanciales o materiales, hemos de concluir que una constitución para
ser tal debe contener normas de organización del Estado, debe ser suprema, debe reconocer los derechos
fundamentales de las personas y garantizar su ejercicio, repartir el poder entre órganos distintos y en su conjunto
debe configurar un gobierno democrático.