Contextos Laborales, Subjetividad y Formas de Gobierno
Contextos Laborales, Subjetividad y Formas de Gobierno
Contextos Laborales, Subjetividad y Formas de Gobierno
Contextos laborales,
subjetividad y formas de
gobierno. El caso del
Ministerio Público en la
Ciudad de Corrientes
Revista de estudios regionales y mercado de trabajo
Cita sugerida
Avellaneda, A. (2011) Contextos laborales, subjetividad y formas de
gobierno. El caso del Ministerio Público en la Ciudad de Corrientes [En
línea] Revista de estudios regionales y mercado de trabajo, (7),
233-260. Disponible en Memoria Académica:
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.5064/pr.5064.pdf
Licenciamiento
Esta obra está bajo una licencia Atribución-No comercial-Sin obras derivadas 2.5
Argentina de Creative Commons.
O envíe una carta a Creative Commons, 559 Nathan Abbott Way, Stanford, California
94305, USA.
Revista de Estudios Regionales | 7 | Año 2011 | págs. 233-260 233
Introducción
En este escrito se presenta una caracterización de las formas de regula-
ción de las actividades y las conductas en un contexto laboral público. Interesan
las modalidades de gobierno, es decir, de conducción de conductas, por las vías
que fueran, desde psicológicas hasta físicas, por medio de las cuales se canaliza
una determinada organización y forma de participación en el trabajo. Además,
se analizan las formas en que los trabajadores, en sus distintos rangos, entien-
den y reflexionan sobre ello, adecuando parte de su experiencia vital –su vida
como trabajadores– a las formas de participación y organización existentes.
El problema del control y la regulación de las actividades y las conductas
en los contextos laborales ha suscitado siempre un renovado interés entre los es-
pecialistas. Esta perspectiva cuenta con sus hitos, sus autores clásicos, sus líneas
temáticas, sus abordajes locales. Sucede, sin embargo, que las formas de control
y regulación en los ámbitos laborales públicos no han sido observadas al mismo
nivel que sus pares privados, al menos en el período reciente. Un breve repaso
por los últimos cinco congresos de la Asociación de Especialistas en Estudios
del Trabajo (aset) y de la Asociación Latinoamericana de Sociología del Trabajo
(alast) pone en evidencia el desnivel existente.1 Este hecho llama la atención si
se considera que el sector público, en un proceso de recuperación luego de varias
El trabajo que aquí se presenta forma parte de un proyecto más general que tiene como meta un estudio
comparativo de las formas de subjetivación política en dos contextos laborales específicos: las dependen-
cias del Ministerio Público del Poder Judicial de la Ciudad de Corrientes capital y la sucursal de la empresa
Wal-Mart situada en la misma ciudad.
Aldo Avellaneda es becario de posgrado Universidad Nacional del Nordeste (unne)- conicet. E-mail:
[email protected]
1 Se ha hecho un relevamiento de las presentaciones en dichos congresos que tienen por objeto de estudio
las formas de organización y control puestos de manifiesto en el ámbito laboral público. De manera sorpren-
dente, la temática aludida se encuentra fuertemente relacionada con el sector privado y tan solo unos pocos
casos toman al sector público como objeto de análisis.
234 Contextos laborales, subjetividad y formas...
Aldo Avellaneda
2 Datos del indec. Los datos corresponden a 2007; de seguir la tendencia iniciada en 2004, es de esperar
una cifra mayor.
3 Tomamos el término y su sentido de Foucault (2007a y b) y de Agamben (2008).
4 Nótese que no se afirma que el trabajo sea únicamente esto, sino que, en su dimensión política, implica
los fenómenos de gobierno y de resistencia, y que esto no necesariamente está ligado a alguna de las tres
mediaciones aludidas más arriba.
Revista de Estudios Regionales | 7 235
5 Esto no significa que las formas de regulación no mutan o no se adaptan a nuevos contextos, sino que, en
un determinado período histórico, las formas en que operan los procesos de regulación laboral se entienden
mejor en algunos contextos laborales que en otros.
236 Contextos laborales, subjetividad y formas...
Aldo Avellaneda
De la gloria a la regulación
En lo esencial, tomamos el concepto “dispositivo” de la obra de Michel
Foucault. En cuanto tal, lo hemos puesto en relación con trabajos que, desde
el mismo plano categorial, han estudiado contextos laborales específicos (Abal
Medina, 2004 y 2008; Newton, 2008). El dispositivo se configura como una red
de relaciones formada por elementos heterogéneos, es decir, exteriores unos
respecto de los otros, pero conectando de una determinada manera y teniendo
efectos específicos. Junto a determinadas formas de racionalizar las prácticas
laborales, el dispositivo permite caracterizar las formas de gobierno sobre un
marco espacio-temporal específico.
Como primer paso en la caracterización del dispositivo en el espacio la-
boral del Ministerio Público, se realiza un pequeño estudio del marco normativo
en funcionamiento. Se pretende indagar el efecto de la norma de acuerdo con lo
que regula y respecto de quién lo hace.
Buena parte del sistema de relaciones en el Ministerio Público, de sus
ritos de autoridad, están presentes en el marco normativo. Más aún, bajo la nor-
ma se codifica jurídicamente la asimetría en las relaciones laborales. Y no sola-
mente la asimetría, sino la gloria, es decir, la “majestuosidad ceremonial y litúr-
gica” que acompaña las denominaciones de los cargos, los detalles de algunas
prácticas y las características de la institución.
El marco normativo contiene, además, una dimensión performativa
instituyente de entornos relacionales específicos. Así, mientras que en algunos
casos la norma puede instituir una facultad, en otros puede regular y aun puede
prohibir. Podemos ejemplificar lo que se quiere decir, con el comienzo del art. 7
del Reglamento Interno para la Administración de Justicia (riaj): “El presidente
6 En cuanto al diseño estrictamente metodológico, se trata de un estudio de caso, con estrategia multimé-
todo, que intenta abarcar las múltiples dimensiones implicadas. Para el caso de las técnicas cualitativas, se
recurrió a la observación no participante y a la entrevista semi-estructurada. Se realizaron un total de
13 entrevistas tomando a defensores/fiscales, secretarios/as y empleados/as. En cuanto a estos últimos, las
entrevistas, en algunos casos –a contrapelo de las autorizaciones recibidas–, se llevaron a cabo por fuera del
espacio laboral, dada la carencia de un ambiente conveniente. Para el caso de los empleados, se ha seguido
el método de bola de nieve. Respecto de las observaciones, se tomó registro de un total de 17 intervencio-
nes en el contexto del Ministerio Público. En cuanto a la fase cuantitativa del estudio, se implementó un
cuestionario con el objeto de poder caracterizar de manera global y sistemática a la población. Dada la poca
recepción que tuvo, no es posible un sostén estadístico que brinde contexto a algunas de las formulaciones.
Sin embargo, se ha utilizado su información para mejorar la lectura de determinados factores. El trabajo de
campo se llevó a cabo entre los meses de enero y mayo de 2011.
238 Contextos laborales, subjetividad y formas...
Aldo Avellaneda
del Superior Tribunal, además de las que le acuerda la Ley Orgánica, tiene las si-
guientes facultades...” En sentido estricto, el Presidente del Superior Tribunal no
tiene ninguna facultad anterior a estos enunciados que las estipulan. En esto se
hace hincapié cuando se menciona la dimensión performativa de la norma. La
norma es un enunciado que, a diferencia de otros, no se puede clasificar en ver-
dadero o falso, sino que su estudio debe tener en cuenta: a) el efecto que intenta
producir;7 b) la característica de aquello con lo que conecta; y c) el diferencial
entre a y b, estableciendo segmentaciones, campos separados en los que dicha
norma actúa homogéneamente en su interior y distintivamente respecto de su
exterior.
Para el caso del funcionamiento del Ministerio Público, son tres
los cuerpos de normas que lo regulan: el ya citado Reglamento Interno para
la Administración de Justicia (riaj), La Ley Orgánica de la Administración
de Justicia y el Decreto Ley N° 21 conteniendo la Ley Orgánica del Ministerio
Público. En su conjunto, y en lo que aquí interesa especialmente, tienen cuatro
funciones: a) de orden litúrgico-ceremonioso; b) de otorgamiento de facultades y
atribuciones, c) de instalación de deberes, derechos y prohibiciones; y d) de dar
forma a un conjunto de regulaciones.
En cuanto a la primera función, las actividades de protocolo, las fórmu-
las declamativas y las denominaciones disponen a lo largo de todas las atribu-
ciones del cargo el modelo de la celebridad y del prestigio. En este sentido, los
términos Excelencia (art. 3, riaj), de utilización exclusiva para los Ministros que
integran el Superior Tribunal de Justicia, y Señoría, utilizado indistintamente
para jueces de Cámara (art. 10) y jueces de primera instancia y de paz (art. 11),
emplazan un simbolismo que no puede ser explicado únicamente recurriendo a
las distinciones jerárquicas. Sus actividades están recubiertas, por lo general, de
un halo de honorabilidad pública.
El Superior Tribunal podrá disponer asuetos y feriados judiciales; la
colocación de la bandera a media asta; la remisión de notas de condo-
lencia; la concurrencia a actos determinados y, en general, las medidas
de homenajes que fuesen de costumbre. Cuando el Poder Ejecutivo
de la Provincia o de la Nación dispongan para la Administración izar
la bandera a media asta, la medida regirá también para el Superior
Tribunal (riaj, art. 6).8
Así como estas, las actividades del Presidente del Superior Tribunal
(art. 7, inc. a, b, c y d) son todas actividades/rituales –especialmente art. 7, inc. d,
referente al permiso requerido a su persona para sentarse o hacer uso de la pala-
7 Dejamos de lado la voluminosa discusión en torno al origen de la fuerza de la norma así como de los
enunciados performativos en general.
8 Para más atribuciones del Superior Tribunal de Justicia, véase Constitución de la Provincia de Corrientes,
Sección Tercera, Cap. II, art. 187.
Revista de Estudios Regionales | 7 239
bra por parte de quienes integran las audiencias o acuerdos– que no funcionan
sobre una concepción totalmente secularizada de la autoridad (como lo veremos
para el caso de los titulares de las fiscalías y defensorías).
Respecto de los funcionarios, la instancia normativa que queda habi-
litada deja de pertenecer al orden de los ritos y pasa a apoyarse en el dominio
mismo del trabajo y de su instrumentalidad. En este lugar se instalan como
funciones normativas los deberes y derechos. El objeto de la norma que queda
configurado es la función (con mayor peso en el caso de los defensores y fiscales)
y, en algunos casos, la actividad (punto de contacto primordial en el caso de los
secretarios). Para el caso de los secretarios, la elaboración de los escritos, sus
plazos, las formas de presentación, etc. quedan señaladas en detalle.9
En el lado opuesto, un ejemplo de devaluación extrema de lo ritual lo
representa precisamente el caso de los empleados. El primer artículo del riaj
está dedicado a delimitar el alcance del cargo:
En el presente Reglamento se llama “empleado” a todo el personal de
la Administración de Justicia que no tenga una denominación especial
en la Ley Orgánica de los Tribunales.
9 “Art. 94: El cargo de los escritos judiciales es función indelegable de los Secretarios… Los escritos presen-
tados en las dos primeras horas, conforme al art. 75 ‘in fine’ de la ley 2990, deberán ser entregados personal-
mente al Secretario actuante, quien deberá llenar el cargo íntegramente de su puño y letra.”
“Art. 96: Los secretarios deberán cuidar las foliaturas de las actuaciones en forma de que aparezcan siempre
corridas, colocándose la numeración en la parte superior de la foja y a la derecha.”
“Art. 106: En caso de extravío o pérdida de expedientes, su reconstrucción será a cargo de los Secretarios
que intervengan en los mismos sin perjuicio de toda otra responsabilidad que les pueda corresponder como
consecuencia de la pérdida, siempre que no se pruebe su falta de culpabilidad o responsabilidad.”
Los tres artículos citados corresponden al riaj. Otro conjunto de funciones de los secretarios como de los
titulares de oficina se encuentran en la Ley Orgánica del Ministerio Público, art. 21, 26, 29 (fiscales), 31, 33,
34, 36 (defensores).
10 “Art. 9: Inc. a: No permanecer estacionados o conversar de asuntos ajenos a sus obligaciones, en sus
oficinas, pasillos o corredores, después de iniciado el horario de trabajo. Inc. b: No recibir visitas durante la
hora de oficina, ya sea dentro de ella o en los pasillos o en otros lugares de la repartición. Inc. c: Atender con
deferencia a los profesionales y litigantes, dándoles las informaciones que fueren pertinentes y exhibiéndo-
les las actuaciones y expedientes que soliciten en los que son partes.”
“Art. 35: Inc. a: No abandonar la labor sin permiso del jefe. Inc. b: Abstenerse de peticionar ante las autori-
dades superiores sin la venia de sus jefes inmediatos, salvo el caso de injusta denegación. Inc. c: Abstenerse
de peticionar ante los demás poderes y organismos estatales sobre asuntos inherentes a la Administración
de Justicia sin la venia del Superior Tribunal. La inobservancia de esta disposición se considera falta grave.”
“Art. 40: Inc. a: Permanecer en sus puestos hasta que se haya terminado o hasta que el Superior de quien de-
pendan autorice el fin de las actividades. Inc. b: Permanecer en sus puestos cuando lo exijan las necesidades
240 Contextos laborales, subjetividad y formas...
Aldo Avellaneda
del servicio fuera del horario habitual y desempeñar cualquier función o tarea compatible con la preparación
general e idoneidad que debe suponérsele. Inc. c: Cumplir el horario establecido. Inc. d: El personal de ser-
vicio y maestranza debe cumplir la jornada de trabajo que establece el horario, pero, cuando las necesidades
del servicio lo requieran, está obligado a trabajar fuera de las horas normales de labor o en sábados, domin-
gos o feriados. Inc. e: El empleado no puede distraer su tiempo en tareas ajenas a sus funciones. Inc. g: El
saludo es obligatorio entre todo el personal, especialmente con relación a los señores magistrados y miem-
bros del Ministerio Público, debiendo iniciarlo el subalterno y contestarlo el superior, cuando el magistrado
o jefe superior hable a un empleado, este permanecerá de pie en actitud correcta.”
11 ---Aprobado por el Superior Tribunal en mayo de 2002 y contenido en el Reglamento Interno para la
Administración de Justicia en lugar del art. 42 al 63.
Revista de Estudios Regionales | 7 241
En otro caso, una de las secretarias menciona cómo quien está en mesa
de entradas es, además, el que tiene a su cargo la distribución de los expedientes
a los secretarios, de acuerdo con el exceso de trabajo que pueda tener uno de
estos respecto de los otros.
[...] acá hay un escribiente que está ahí en mesa de entrada que lleva
una ficha de expedientes que tenemos, ese tipo de proceso; ve a qué se-
cretaría le tiene que mandar, porque ve si yo estoy teniendo menos que
las otras dos me lo coloca a mí, hasta que yo me equipare a las otras dos
en ese tipo de proceso (Sec., abril de 2011).
12 Las referencias de las entrevistas son: Def.: Defensor/a; Sec.: Secretario/a; Emp.: Empleado/a.
244 Contextos laborales, subjetividad y formas...
Aldo Avellaneda
como “qué desea”, cuando alguien pide de manera insistente hablar con el titu-
lar, hasta una suerte de “camino” por el cual, quien realiza una consulta y no se
siente satisfecho por las respuestas, pasa gradualmente por los escribientes, las
secretarias hasta llegar al titular de la oficina. En ningún caso se saltean estos
pasos y en muy pocos alguna persona llega hasta el último escalón.
Los ambientes de trabajo pueden variar según esté o no el personal
afectado a un turno, la cantidad de personas esperando a ser atendidas y, en al-
gunas ocasiones, según el titular esté ausente y lo esté subrogando otro defensor
o fiscal de acuerdo con el caso.
Más allá de estas condiciones, el clima por lo general es austero y apa-
cible. Las actividades se realizan entre silencios pausados por consultas, indi-
caciones, órdenes, etc. Empleados, secretarios y jefes de oficina reconocen un
ambiente tranquilo, de diálogo y de compañerismo –términos utilizados en las
entrevistas–, de relaciones de trabajo óptimas. El nivel promedio de aceptación
general de las condiciones y del ambiente de trabajo es importante.
Precisamente, el carácter prácticamente unánime respecto de la des-
cripción del ambiente laboral fue motivo de algunas consultas específicas en las
entrevistas, en cuanto a los factores con los que podría estar relacionado. Una de
las secretarias manifestó:
[...] lo bueno que tenés al ser una oficina relativamente chica, con poco
personal, a eso me refiero, que vos más o menos los tenés manejados
a los chicos, ¿viste?; o sea, decís “hoy tenemos que controlar; ¿está, fu-
lana, terminaste?”, “no doctora, ya estoy terminando”... o sea, bastante
coordinado lo hacemos; por ahí, cuando tenés diez, quince empleados,
“no, porque no vino mengano”, ‘”no, porque fulano está en la fotoco-
piadora’”; o sea, eso es lo que te lleva a tener un eslabón que se te corta
la cadena, se te interrumpe tu circuito (Sec., marzo de 2011).
sustraen a quien trabaja allí de la mirada del resto. Sobre el carácter público/
privado de la tarea personal se juegan los roles de observador/observado.
Todo esto no quiere decir que los empleados se perciban necesariamen-
te como observados ni mucho menos que el contexto laboral esté por entero
configurado de tal forma que pueda pensárselo como una caricatura débil de un
panóptico. Que los empleados compartan o no espacios con los secretarios abre
o clausura, además, el juego a toda una gama diferente y posible de relaciones
cotidianas, de cercanía, roces, exposición e intimidad.
Había mucho compañerismo entre los tres empleados. Mucha unión
entre ellos y muy separados del resto, o sea de la jefa y de los secreta-
rios. En mi oficina se da que estamos todos mucho más juntos, los
empleados y los secretarios. Influye mucho que en la oficina de X los
secretarios tienen el despacho aparte. Vos tenés que cruzar un pasillo.
En nuestra oficina están dentro (Emp., enero de 2011).
14 En general, estas distinciones no están presentes en aquellas oficinas en las que comparten espacios de
trabajo los secretarios y los empleados, pues en estos casos tampoco los secretarios disponen de veladores.
Revista de Estudios Regionales | 7 247
15 Tampoco esta afirmación es igualmente válida en todas las oficinas. Existen al menos dos cuya organi-
zación fue establecida en su momento por el titular, y no ha tenido mayores cambios aunque hayan pasado
varios secretarios.
16 Pareciera suceder algo diferente en las fiscalías: en los relatos se encuentra presente la referencia tanto a
la función de fiscal como al cargo específico de Fiscal General.
17 Aunque, como veremos a continuación, la organización de las oficinas implica, en algunos casos, la
participación de los empleados y en otros no.
248 Contextos laborales, subjetividad y formas...
Aldo Avellaneda
18 La autoridad y el líder no es algo que se reparta por igual entre las oficinas. Tan solo aquí se hace hincapié
en algunas de las diferencias respecto de las formas de organización y control desde el punto de vista de la
modalidad que asumen los titulares de oficina. Esto no quiere decir que sean causa o factor explicativo de
tales diferencias.
Revista de Estudios Regionales | 7 251
“Si te dice que tenés que venir a la tarde, tenés que venir.” La autoridad
puede crear tareas en un sentido lato, es decir, ex nihilo. En una de las oficinas
el personal “ya sabe” y “se convocan solos” para cumplir horario vespertino los
días que están de turno, por más que esto no esté contemplado en ninguna le-
gislación ni, por lo tanto, cubierto por seguros de riesgos de trabajo.
Tanto la estructura jerárquica como las prácticas concretas de las auto-
rizaciones parecen ser la condición y el ejercicio sobre los cuales queda armada
la figura de la autoridad.
[...] todo es autorización. Esta es una estructura jerárquica. Ninguna
dependencia, por más titular que uno sea, puede hacer algo sin pedir
autorización; y debe ser así, debe ser así (Def., marzo de 2011).
Esto no quiere decir que el líder no esté ubicado sobre los mismos ele-
mentos. Como veremos, es su peso en la organización del trabajo lo que cambia.
Tal vez una de las visiones más sólidamente incorporadas en las fiscalías y de-
fensorías es la que sostiene que la autoridad se apoya en la norma para dirigir
las actividades y el personal en el horario de trabajo. Sucede que esta relación
252 Contextos laborales, subjetividad y formas...
Aldo Avellaneda
Para esta misma persona, el trabajo en equipo tiene dos sentidos es-
pecíficos: a) que todos manejen la misma información; es decir, no debe haber
segmentaciones ni diques para la información, porque puede ser claramente
contraproducente tanto para la eficiencia como para la calidad del servicio de
la defensa; b) que los empleados de igual jerarquía roten las funciones. Esto
obedece a dos razones concretas: en primer lugar, impide que el sujeto se estan-
que en una sola tarea y, en segundo lugar, permite a la oficina una continuidad
de funciones en el caso de que falte personal por algún motivo.
La conducta no es el blanco directo de las acciones de gobierno, aunque
sí el punto de llegada. Con la regulación del entorno, del ambiente, se espera
poder arribar a una mayor implicación subjetiva del sujeto con su trabajo. Por
ello es que, en este caso, el gobierno de la conducta no se da sin el paso previo
del gobierno de la voluntad. Y esto en función del máximo posible de eficiencia y
productividad.
En el apartado final esbozamos la confrontación que existe entre la mo-
dalidad de la autoridad y la modalidad del líder con respecto al funcionamiento
de los ámbitos de trabajo. Baste agregar acá que en el Ministerio Público son
pocas las oficinas que asumen un modelo de gestión del trabajo con las caracte-
rísticas descriptas.
19 Para estos dos subtipos apelamos exclusivamente a la literatura sobre el tema ya que exceden el marco de
las relaciones laborales exclusivamente planteado en este estudio.
Revista de Estudios Regionales | 7 255
to del empleado; pero, por otra parte –y este segundo sentido revierte sobre el
primero–, implica, si no una mayor familiaridad, al menos un mayor grado de
aceptación del contexto laboral.
Sin embargo, en la misma respuesta, tan solo unas pocas líneas más
adelante, la misma persona se ve en la necesidad de aclarar los límites de sus
intervenciones en la organización:
[...] si bien ellos ... [tienen] muy claro el rol de cada uno, yo soy emplea-
da y tengo que acatar las directivas de ellos; y ellos son los que contro-
lan y los que deciden, digamos; siempre están consultando, abiertos a
cualquier cambio (Emp. , abril de 2011).
Conclusiones
El hecho de que la eficiencia sea, por lejos, la característica percibida
como privilegiada en el espacio relacional estudiado, permite reconducir todo
lo dicho sobre la problemática del trabajo.20 La malla de relaciones entre objetos
y sujetos así como entre estos últimos, que aquí se ha denominado dispositivo,
tiene por efecto principal potenciar, estimular la eficiencia aunque hayan obsta-
culizaciones o perturbaciones de diversa índole (algunas de estas constitutivas
del propio dispositivo).
Una de las características sobresalientes es la conjugación de diversos
factores en la elaboración del efecto de autoridad. La norma, la arquitectura, el
mobiliario, las relaciones interpersonales, el trato instituyen cotidianamente a la
jerarquía con un rol preponderante en el juego que anuda la eficiencia del traba-
jo al orden del espacio y las relaciones.
Sin embargo, en ningún caso puede desprenderse de esto ninguna afir-
mación sobre una condición de alienación del sujeto en su contexto laboral. En
primer lugar, porque este estudio no ha tenido por finalidad interrogarse por las
formas, sean individuales o colectivas, planificadas o no, por las que los sujetos
revierten sobre el dispositivo, relativizando el sistema de jerarquías o el efecto de
autoridad.21 Sea porque los sujetos pueden encapsular sus experiencias labora-
les en los marcos espacio-temporales de trabajo, sea porque pueden hacer con-
vivir espacios laborales y extralaborales sin mayores inconvenientes, no resulta
apropiado pensar en términos de tal condición. En todo caso –y con seguridad–,
ello puede ser materia de otro estudio. Pero, por otra parte, porque no es posible
20 Tanto la entrevista a los titulares de oficinas como la información contenida en los cuestionarios permi-
ten dar cuenta de ello. Tomando como parámetro lo respondido por una sexta parte del personal, la eficien-
cia, el orden y la responsabilidad individual (listados según su importancia) son las características que más
se aprecian en el espacio laboral del Ministerio Público.
21 Aunque algo de ello ha sido dicho por medio de la categoría de subjetividad intersticial.
Revista de Estudios Regionales | 7 257
endosar al sistema de las relaciones laborales las formas por las que el sujeto se
piensa a sí mismo como sujeto de trabajo, como sujeto a relaciones jerárquicas.22
En cuanto al caso estudiado, dos modalidades de gobierno son clara-
mente distinguibles. En una se busca gobernar la conducta; el efecto pretendido
es la docilidad, su blanco es el sujeto individual y sus elementos primordiales,
la norma y la autoridad. Esta resulta la modalidad mayormente extendida en el
sistema de relaciones. En otra, que apenas se esboza en ciertas dimensiones de
trabajo de algunas oficinas, se busca regular un ambiente y, por su intermedio,
gobernar una voluntad. El efecto no es la docilidad sino el compromiso y el me-
dio es el autocontrol y el control.
No se trata de dos realidades diferentes que puedan ser ubicadas y seña-
ladas como algo tangible, como si fuera posible clasificar las oficinas en función
de algunas de estas dos formas de gobierno. Más allá del resultado de este inten-
to, se trata más bien de dos matrices de regulación susceptibles de convivir en
un mismo microespacio laboral, que pueden –y de hecho sucede– obstaculizar-
se mutuamente, aunque también en ocasiones puedan potenciar la eficiencia
y la productividad del trabajo –por ejemplo, en un espacio laboral en el que se
apela incesantemente al compromiso y a la organización conjunta de determina-
das tareas, el recurso a la autoridad ha servido para destrabar una situación de
conflicto en la oficina.
A lo largo del estudio se ha hecho hincapié en los operadores de regu-
lación activos en un ámbito infrecuentemente estudiado: el trabajo en el sector
público. Respecto de lo que pueda pensarse en relación con trabajos similares
emprendidos sobre el sector privado, quedan por ver las relaciones de estos con
la norma y la autoridad, puesto que en lo relativo a los dispositivos de control
existe ya un corpus formado.
22 Esto, a su vez, queda brevemente expuesto en una de las modalidades de subjetividad autoritaria.
258 Contextos laborales, subjetividad y formas...
Aldo Avellaneda
Bibliografía
Resumen Abstract
En este escrito se presenta una caracterización This paper presents a characterization of forms
de las formas de regulación de las actividades of regulating conduct and activities in a public
y las conductas en un contexto laboral públi- employment context. It is interested in forms of
co. Interesan las modalidades de gobierno, government, that is, driving behaviors, by the
es decir, de conducción de conductas, por way they were, from psychological to physi-
las vías que fueran, desde psicológicas hasta cal, through which it is possible a particular
físicas, por medio de las cuales se canaliza una organization and form of participation in a
determinada organización y forma de parti- workplace. It also analyzes the ways in which
cipación en el trabajo. Se analizan también workers at different ranges understand and
las formas en que los trabajadores, en sus reflect on it, adapting his life experience –
distintos rangos, entienden y reflexionan their life as workers– to determined forms
sobre ello, adecuando parte de su experiencia of work participation and organization.
vital –su vida como trabajadores– a las formas
de participación y organización existentes.