R. Guerra Civil

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TEMA 6 - LA GUERRA CIVIL (1936-1939)

La Guerra Civil Española fue un conflicto social, político y militar que se


desencadenó en España tras fracasar el golpe de estado del 17 y 18 de julio de 1936
llevado a cabo por una parte del ejército contra el gobierno legítimo de la Segunda
República y que terminaría el 1 de abril de 1939 con el último parte de guerra del general
Franco declarando su victoria y estableciendo una dictadura que duraría hasta su muerte en
1975.

1. CAUSAS E INICIO DEL CONFLICTO


La conspiración militar se inició como consecuencia de la victoria del Frente popular en las
elecciones de febrero de 1936. El estratega y jefe fue Emilio Mola. Sanjurjo, por su parte,
era el pretendiente a asumir el Directorio militar que se proponía crear tras el golpe, pero
murió los primeros días de la sublevación. Por su parte, Franco, tras controlar la situación
en Canarias, se desplazó a Marruecos para dirigir lo que pretendían que fuera un golpe
breve y rotundo.

Las causas que desatan la Guerra son diversas, desde las posturas más conservadoras de
la Iglesia (que interpretará la Guerra como una cruzada) hasta la violencia callejera, la
polaridad de la sociedad española, las repercusiones del Crac del 29, la estructura
socio-económica de España como país subdesarrollado, aumento del paro, malestar del
ejército por las reformas militares de Azaña o formación de un bando anti-autonomista
apoyado por la CEDA y la Falange.

2. FASES MILITARES DE LA GUERRA CIVIL


La primera etapa se desarrolló entre julio y noviembre de 1936 y es conocida como la
Guerra de Columnas, donde participaron diversas columnas militares de ambos bandos. La
toma de Madrid se convirtió en el principal objetivo de los sublevados quienes, gracias a la
colaboración de Hitler y Mussolini, lograron cruzar el estrecho y avanzar a través de
Extremadura sin que el Gobierno Republicano pudiera detenerlos. La toma de Irún cortaba
el acceso del ejército republicano a la frontera con Francia e impedía la llegada de
refuerzos.

Entre 1936 y 1937 el conflicto se convirtió en una guerra de desgaste a causa de la


inesperada resistencia de Madrid. El Gobierno republicano se fue a Valencia, y a partir de
entonces la resistencia fue dirigida por la Junta de Defensa, que recibió armamento
soviético y refuerzos extranjeros. Al no tomar Madrid, Franco decidió comenzar una
operación para rodearla.

De esta manera, los rebeldes lograron tomar Málaga, representando esto, para los
republicanos, el fracaso del modelo de guerra con milicias desorganizadas y se hizo
evidente la necesidad de crear un ejército disciplinado.

Entre marzo de 1937 y marzo de 1938, las tropas franquistas decidieron atacar el territorio
republicano del norte. El ejército franquista ocupó Vizcaya, Bilbao y Santander. El
reconstruido ejército popular de la República emprendió varias ofensivas para intentar
detener el avance franquista desde el norte peninsular.
Consecuentemente ocurrieron las batallas de Brunete, de Belchite y tras la batalla de
Teruel, los republicanos ocuparon esta ciudad. Entre marzo de 1938 y febrero de 1939,
Franco desplegó un ataque a lo largo del frente de Aragón con la intención de alcanzar el
Mediterráneo y dividir la zona republicana. El ejército republicano lanzó una ofensiva y logró
cruzar el Ebro, ofensiva conocida como la batalla del Ebro que tuvo como consecuencia el
quebrantamiento definitivo del ejército popular.

Posteriormente, se llevó a cabo la conquista de Cataluña, y en febrero del 39 cae Barcelona


en manos de los sublevados. La Guerra concluye el 1 de abril del 39. Negrín y el PCE
propusieron seguir con el conflicto, actitud que chocó con la oposición de políticos y
militares republicanos, como el coronel Casado. No obstante, esté y sus partidarios
entregaron a Franco toda la zona que aún estaba en manos de los republicanos.

3. DIMENSION INTERNACIONAL
El ejército sublevado contaba con un importante apoyo militar y político fuera de las
fronteras españolas, gracias al régimen alemán e italiano, que fue decisivo para el fin de la
guerra. El panorama español era la situación perfecta para poner a prueba los ejércitos de
cara a la guerra mundial que se avecinaba.

Por otro lado, el apoyo al ejército rebelde permitía ejercer influencia sobre un nuevo aliado,
lo cual podría ser útil para una guerra posterior. La mayor parte de las ayudas italogermanas
fueron a crédito y se convirtieron en semigratuitas, por lo que España aportó los materiales
de interés estratégico que necesitaba Alemania. Por su parte, el apoyo con el que contaba
la República era escaso.

Los gobiernos conservadores ingleses decidieron no apoyar al bando republicano,


promoviendo una política de apaciguamiento. El Gobierno francés cerró las fronteras para
evitar la entrada de armas en España. Finalmente, Estados Unidos procuró mantenerse
neutral para no apoyar el comunismo europeo. Consecuentemente, el bando republicano
tan
solo contó con el apoyo de la Unión Soviética y de Méjico, el cual acogió a exilados
españoles. No obstante, todas las potencias acordaron el no entrometimiento diplomático y
militar en los asuntos españoles y prohibieron las exportaciones de armamento a España, lo
que significó una clara desventaja para el bando republicano. Sin embargo, fue una
desventaja ya que aisló el conflicto español reforzando el fascismo alentando un conflicto
internacional: La Segunda Guerra Mundial.

4. EVOLUCIÓN DE LOS BANDOS


4.1 LA REPÚBLICA
La desarticulación de la república burguesa (Julio-septiembre de 1936). Ante la pasividad
del gobierno de Quiroga, que había perdido parte del control del ejército, los comités
obreros se armaron por sí mismos. Este gobierno fue sustituido por el de Giral, que
aceptando armas para los obreros.

El Gobierno de Caballero (Septiembre de 1936-Mayo de 1937), intentó unificar el poder


político para poder dirigir la guerra, encontrando dificultades en Cataluña, donde miembros
de la izquierda se opusieron a los movimientos anárquicos y trotskistas, provocando la
dimisión del gobierno de Caballero.
El gobierno de Negrín y los comunistas (Mayo de 1937-Marzo de 1939). Las sucesivas
derrotas de la República, llevaron a los republicanos a buscar una paz negociada con
Franco. Ello llevó al Golpe de Estado de Casado que derribó al Gobierno de Negrín y
negoció la paz con Franco, quien exigió la rendición incondicional.
4.2 LOS SUBLEVADOS
La junta de Defensa Nacional (Julio-Septiembre 1936). Los sublevados estaban formados
por grupos heterogéneos sin un objetivo político claro y sin un liderazgo definido. Las
primeras medidas de la Junta de Defensa Nacional de Burgos fueron la prohibición de
sindicatos y partidos políticos, la censura y el asesinato de civiles. Posteriormente,
Franco fue nombrado Jefe del Estado y Generalísimo.

El Decreto de Unificación y el apoyo del Episcopado. En 1937 Franco llevó a cabo el


Decreto de Unificación, evitando así la competencia política en su bando, dando lugar a la
Falange Española Tradicionalista y a las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista. Otro
factor del éxito de Franco fue el apoyo de la Iglesia. El Primer Gobierno de Burgos y el
Nuevo Estado (1938). A partir de 1938 se fue formando el Régimen Franquista con la
formación del Gobierno de Burgos que era un régimen donde Franco acaparaba todo el
poder político y militar.

5. CONSECUENCIAS
- Pérdidas demográficas que ascendían a más de un millón.
- Una gran cantidad de población se exilió a Francia, Méjico, al norte de África o a la URSS,
donde el estallido de la IIGM agravaría su situación. Se produce la perdida de mucha vida
cultural española.
- Se produjeron innumerables pérdidas económicas ya que la política franquista agravó
esta situación y el nivel de producción y bienestar no se recuperó hasta décadas después.
- Sin embargo, hubo grupos que se beneficiaron de la nueva situación (terratenientes,
Ejército e Iglesia).

Como vimos, en 1931 la proclamación de la República significó para la generación de


Ortega mucho más que un cambio de régimen. Significó, sobre todo, la posibilidad de
ofrecer una alternativa genuinamente liberal al revenido sistema de la Restauración. El
problema fue que el camino ancho y limpio de la Segunda República, al tomar forma política
y jurídica, no resultó ni tan ancho ni tan limpio.
La Guerra Civil fue la consecuencia del fracaso de una sociedad, pero no fue inevitable.
Ocurrió y petrificó el porvenir de aquellos españoles del verano de 1936, todos ellos
perdedores de algo: la vida, la decencia, la libertad, la ilusión, la infancia, la inocencia ...

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