Sentencia Chernobyl

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PARLAMENTO / CONSEJO

SENTENCIA DEL TRIBUNAL DE JUSTICIA


22 de mayo de 1990 *

En el asunto C-70/88,

Parlamento Europeo, representado por los Sres. Francesco Pasetti Lombardella y


Jorge Campinos, Jurisconsultos, asistidos por los Sres. Christian Pennera y Johann
Schoo, miembros de su Servicio Jurídico, en calidad de Agentes, que designa como
domicilio en Luxemburgo la Secretaría General del Parlamento europeo,
Kirchberg,

parte demandante,

contra

Consejo de las Comunidades Europeas, representado por los Sres. Raffaello Forna-
sier, Director General del Servicio Jurídico, y Bernhard Schloh, Consejero Jurí­
dico, en calidad de Agentes, que designa como domicilio en Luxemburgo el despa­
cho del Sr. Jörg Käser, Director de la Dirección de Asuntos Jurídicos del Banco
Europeo de Inversiones, 100, boulevard Konrad-Adenauer,

parte demandada,

apoyada en sus pretensiones por

Remo Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, representado por la Sra.
J. Gensmantel, del Treasury Solicitor's Department, en calidad de Agente, que
designa como domicilio en Luxemburgo la sede de la embajada del Reino Unido,
14, boulevard Roosevelt,

y por

Comisión de las Comunidades Europeas, representada por los Sres. Michel Van
Ackere-Pietri, Consejero Jurídico, y Jürgen Grünwald, miembro del Servicio Jurí­
dico, en calidad de Agentes, que designa como domicilio en Luxemburgo el despa­
cho del Sr. Georgios Kremlis, miembro del Servicio Jurídico, Centro Wagner,
Kirchberg,

partes coadyuvantes,

* Lengua de procedimiento: francés.

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SENTENCIA DE 22. 5. 90 — ASUNTO C-70/88

que tiene por objeto, en la fase en que se encuentra actualmente la tramitación del
procedimiento, la admisibilidad de un recurso interpuesto, con arreglo a los artícu­
los 173 del Tratado CEE y 146 del Tratado CEEA, solicitando la anulación del
Reglamento (Euratom) n° 3954/87 del Consejo, de 22 de diciembre de 1987, por
el que se establecen tolerancias máximas de contaminación radiactiva de los pro­
ductos alimenticios y de los piensos tras un accidente nuclear o cualquier otro caso
de emergencia radiológica (DO L 371, p. 11),

EL TRIBUNAL DE JUSTICIA,

integrado por los Sres. O. Due, Presidente; Sir Gordon Slynn, C. N . Kakouris,
F. A. Schockweiler y M. Zuleeg, Presidentes de Sala; G. F. Mancini, R. Joliet, J. C.
Moitinho de Almeida y G. C. Rodríguez Iglesias, Jueces,

Abogado General: Sr. W. Van Gerven


Secretaria: Sra. D. Louterman, administradora principal

habiendo considerado el informe para la vista,

habiendo sido oídos los informes orales de las partes en la vista, celebrada el 5 de
octubre de 1989 y en la que el Parlamento Europeo estuvo representado por los
Sres. Francesco Pasetti Lombardella, Christian Pennera y Johann Schoo, asistidos
por el Sr. Michel Waelbroeck, Abogado de Bruselas; el Consejo por los Sres. Raf­
faello Fornasier y Bernhard Schloh, y la Comisión por el Sr. Jean-Louis Dewost,
Director General del Servicio Jurídico, asistido por la Sra. Denise Sorasio, Conse­
jera Jurídica, en calidad de Agentes,

oídas las conclusiones del Abogado General, presentadas en audiencia pública el


30 de noviembre de 1989,

dicta la siguiente

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PARLAMENTO / CONSEJO

Sentencia

1 Mediante recurso presentado en la Secretaría del Tribunal de Justicia el 4 de


marzo de 1988, el Parlamento Europeo, con arreglo a los artículos 146 del Tra­
tado CEEA y 173 del Tratado CEE, solicitó la anulación del Reglamento (Eura­
tom) n° 3954/87 del Consejo, de 22 de diciembre de 1987, por el que se estable­
cen tolerancias máximas de contaminación radiactiva de los productos alimenticios
y de los piensos tras un accidente nuclear o cualquier otro caso de emergencia
radiológica (DO L 371, p. 11).

2 Este Reglamento, que se basa en el artículo 31 del Tratado CEEA, define el proce­
dimiento que debe seguirse para determinar los niveles máximos admisibles de con­
taminación radiactiva de aquellos productos alimenticios y piensos que puedan co­
mercializarse tras un accidente nuclear, o en cualquier otro caso de emergencia
radiológica, a resultas del cual se hayan contaminado radiactivamente de forma
importante dichos productos y piensos o exista un riesgo en este sentido. No po­
drán comercializarse los productos alimenticios o piensos cuyo nivel de contamina­
ción sobrepase los niveles máximos admisibles, que se recogerán en una norma que
deberá adoptarse de conformidad con lo previsto en el Reglamento impugnado.

3 Durante el procedimiento de elaboración del Reglamento impugnado, el Parla­


mento Europeo, que fue consultado por el Consejo, de conformidad con lo pre­
visto en el artículo 31 del Tratado CEEA, expresó su desacuerdo en relación con
el fundamento jurídico tomado como base por la Comisión, y pidió a esta última
que le presentara una nueva propuesta apoyada en el artículo 100 A del Tratado
CEE. Al no atender la Comisión esta petición, el Consejo adoptó el Reglamento
n° 3954/87 sobre la base del artículo 31 del Tratado CEEA. Contra dicho Regla­
mento, el Parlamento interpuso el presente recurso de anulación.

4 El Consejo propuso una excepción de inadmisibilidad, al amparo del párrafo 1 del


apartado 1 del artículo 91 del Reglamento de Procedimiento del Tribunal de Justi­
cia, solicitando a este Tribunal que se pronunciara sobre la misma sin entrar en el
fondo del asunto.

5 En la fase escrita del procedimiento, cuando aún no se había dictado la sentencia


de 27 de septiembre de 1988 (Parlamento Europeo/Consejo, «Comitología»,
302/87, Rec. 1988, p. 5615), el Consejo esgrimió, en apoyo de esta excepción,

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SENTENCIA DE 22. 5. 90 — ASUNTO C-70/88

argumentos análogos a los ya invocados en apoyo de la excepción de inadmisibili-


dad propuesta en el asunto 302/87. En la vista, celebrada el 5 de octubre de 1989,
el Consejo expuso que la cuestión de la legitimación activa del Parlamento Euro­
peo para interponer recursos de anulación la había ya resuelto claramente este
Tribunal en la sentencia de 27 de septiembre de 1988, y que, por lo tanto, proce­
día declarar la inadmisibilidad del presente recurso.

6 El Parlamento Europeo solicitó que se desestimase la excepción. Alegaba que el


presente recurso contenía un elemento nuevo en relación con el asunto 302/87.
Para justificar, en efecto, la negativa a reconocer al Parlamento Europeo la legiti­
mación activa para interponer recursos de anulación, el Tribunal de Justicia señaló
que, en virtud del artículo 155 del Tratado CEE, corresponde a la Comisión velar
por el respeto de las prerrogativas del Parlamento, e interponer, a tal efecto, los
recursos de anulación que fueran necesarios. Ahora bien, el asunto que nos ocupa
demuestra que la Comisión no puede considerarse que cumple con esta función, en
la medida en que basó su propuesta en un fundamento jurídico distinto del que el
Parlamento consideraba adecuado. Por consiguiente, este último no puede contar
con la Comisión para que defienda sus prerrogativas mediante un recurso de anu­
lación.

7 Añade el Parlamento Europeo que la adopción por el Consejo del acto impugnado
no puede considerarse como una negativa implícita a actuar que permita al Parla­
mento interponer un recurso por omisión. Por otra parte, la protección de sus
prerrogativas mediante recursos interpuestos por particulares es completamente
aleatoria y, por lo tanto, carente de eficacia alguna.

8 Existe, por consiguiente, un vacío jurídico que este Tribunal debe colmar, recono­
ciendo al Parlamento Europeo legitimación activa para interponer recursos de anu­
lación en la medida necesaria para la salvaguarda de sus propias prerrogativas.

9 Mediante resolución de 13 de julio de 1988, se admitió a la Comisión de las Co­


munidades Europeas para que interviniera como coadyuvante en apoyo de las pre­
tensiones de la parte demandada. Tras solicitar que se desestimara el recurso en
cuanto al fondo del asunto, la Comision solicitó igualmente en la vista oral que se
desestimase la excepción de inadmisibilidad propuesta por el Consejo. Por otra
parte y mediante resolución de 18 de enero de 1989, se admitió al Reino Unido
para que interviniera como coadyuvante en apoyo de las pretensiones de la parte
demandada. El Reino Unido no manifestó pretensión alguna en relación con la
admisibilidad del recurso.

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PARLAMENTO / CONSEJO

10 Para una más amplia exposición de los hechos, del desarrollo del procedimiento así
como de los motivos y alegaciones de las partes, el Tribunal se remite al informe
para la vista. En lo sucesivo sólo se hará referencia a estos elementos en la medida
exigida por el razonamiento del Tribunal.

11 Procede observar, con carácter previo, que, dado que la base jurídica del Regla­
mento impugnado es una disposición del Tratado CEEA, la admisibilidad del re­
curso de anulación interpuesto contra dicho acto deberá apreciarse a la luz de este
Tratado.

12 Como se desprende de la ya citada sentencia de 27 de septiembre de 1988, el


Parlamento carece de legitimación activa para interponer recursos de anulación,
con base en los artículos 173 del Tratado CEE o 146 del Tratado CEEA, ambos
de idéntico tenor.

13 Por un lado, en efecto, en el párrafo 1 del artículo 173 o del artículo 146 no se
menciona al Parlamento entre las instituciones que, junto con los Estados miem­
bros, pueden ejercitar acciones de anulación contra los actos de otra institución.

1 4 Por otra parte, y dado que no es una persona jurídica, el Parlamento no puede
entablar recurso alguno ante el Tribunal de Justicia con base en el párrafo 2 de los
dos artículos citados, cuya sistemática, de todos modos, no se adaptaría a un re­
curso de anulación interpuesto por aquél.

15 En la misma sentencia de 27 de septiembre de 1988, tras recordar las razones por


las que el Parlamento no tenía legitimación activa para ejercitar acciones al am­
paro de lo dispuesto en el artículo 173 del Tratado CEE, este Tribunal recordó
que, para garantizar el respeto de las prerrogativas del Parlamento, existían otras
vías procesales. Como se señalaba en esta sentencia, no sólo el Parlamento dispone
de la posibilidad de ejercitar una acción por omisión sino que, además, los Trata­
dos ofrecen distintos medios para someter al control jurisdiccional del Tribunal de
Justicia los actos del Consejo o de la Comisión que se adopten infringiendo las
prerrogativas del Parlamento.

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16 Tanto las circunstancias que han rodeado el presente litigio como el contenido de
los debates de las partes muestran, no obstante, que, por útiles y variadas que
puedan ser, las distintas vías procesales previstas en el Tratado CEEA y en el Tra­
tado CEE pueden revelarse ineficaces o inciertas.

17 En primer lugar, un recurso por omisión no puede utilizarse para impugnar el


fundamento jurídico de un acto ya adoptado.

18 En segundo lugar, el planteamiento de una cuestión prejudicial en apreciación de


la validez de dicho acto o la interposición por los Estados o por los particulares de
un recurso de anulación contra el mismo no constituyen sino meras eventualidades
con cuya realización efectiva el Parlamento no puede contar.

19 Por último, si bien es cierto que la Comisión debe velar por el respeto de las
prerrogativas del Parlamento, esta función no puede concebirse extensiva hasta el
punto de forzar a dicha institución a plegarse a la postura del Parlamento y a
interponer un recurso de anulación que, por su parte, pudiera estimar no ajustado
a Derecho.

20 Se deduce de lo expuesto que la existencia de estas vías procesales no basta para


garantizar, en toda circunstancia y de manera cierta, el control jurisdiccional de un
acto del Consejo o de la Comisión que infrinja las prerrogativas del Parlamento.

21 Ahora bien, estas prerrogativas constituyen uno de los elementos del equilibrio
institucional creado por los Tratados. Estos han instituido, en efecto, un sistema de
reparto de competencias entre las distintas instituciones de la Comunidad, que atri­
buye a cada una un ámbito de actuación propio dentro de la estructura institucio­
nal de la Comunidad y en el marco de la ejecución de las funciones a ellas asigna­
das.

22 El respeto del equilibrio institucional implica que cada una de las instituciones ha
de ejercer sus competencias sin invadir las de los demás. Exige también que cual­
quier incumplimiento de esta regla, caso de que se produzca, pueda ser sancio­
nado.

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23 Este Tribunal, que, en virtud de los Tratados, ha de velar por el respeto del Dere­
cho en su interpretación y aplicación, debe igualmente poder garantizar el mante­
nimiento del equilibrio institucional, y, por consiguiente, .el control jurisdiccional
del respeto de las prerrogativas del Parlamento cuando, a tal efecto, este último
interponga ante este Tribunal el correspondiente recurso, a través de una vía pro­
cesal adaptada al objetivo por aquél perseguido.

24 Bien es cierto que, en el ejercicio de esta función, este Tribunal no puede elevar al
Parlamento al rango de aquellas instituciones que pueden interponer un recurso, al
amparo de los artículos 173 del Tratado CEE o del artículo 146 del Tratado
CEEA, sin necesidad de justificar un interés en el ejercicio de la acción.

25 No obstante , incumbe a este Tribunal garantizar la plena aplicación de las disposi­


ciones de los Tratados relativas al equilibrio institucional y efectuarlo de manera
tal que , al igual que las restantes instituciones, no puedan menoscabarse las prerro­
gativas del Parlamento sin que éste, de manera cierta y eficaz, pueda disponer de
una de las vías procesales previstas en los Tratados .

26 El hecho de que en los Tratados no exista una disposición que confiera al Parla­
mento Europeo la legitimación activa para interponer recursos de anulación puede
constituir una laguna de orden procesal, pero esta laguna no puede prevalecer
contra el interés fundamental en que se mantenga y respete el equilibrio institucio­
nal definido por los Tratados constitutivos de las Comunidades Europeas .

27 Por consiguiente, el Parlamento tiene legitimación activa para interponer ante este
Tribunal un recurso de anulación contra un acto del Consejo o de la Comisión, a
condición de que el objeto del mismo no sea otro que la salvaguarda de sus pre­
rrogativas propias y que en el mismo se invoquen únicamente motivos basados en
la violación de estas últimas. Con esta reserva, el recurso de anulación interpuesto
por el Parlamento queda sujeto a las mismas disposiciones de los Tratados regula­
doras de los recursos de anulación ejercitados por las restantes instituciones.

28 Entre las prerrogativas conferidas al Parlamento figura su participación, en los ca­


sos previstos en los Tratados, en el procedimiento de elaboración de los actos nor­
mativos, y, en particular, su participación en el procedimiento de cooperación pre­
visto en el Tratado CEE.

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29 En el caso de autos, el Parlamento alega que el Reglamento impugnado se basa en


el artículo 31 del Tratado CEEA, que únicamente prevé la consulta del Parla­
mento, cuando aquél hubiera debido basarse en el artículo 100 A del Tratado
CEE, que exige la apertura del procedimiento de cooperación con el Parlamento.

30 De lo dicho, este último extrae la consecuencia de que la base jurídica por la que
optó el Consejo condujo a un quebranto de sus prerrogativas, privándole de la
posibilidad, que ofrece el procedimiento de cooperación, de participar de manera
más intensa y activa en la elaboración del acto que lo que permite el procedimiento
de consulta.

31 Dado que el Parlamento alega que se han menoscabado sus prerrogativas como
consecuencia de la base jurídica del acto impugnado por la que optó el Consejo,
ha lugar a declarar, en virtud de todo lo expuesto, la admisibilidad del recurso.
Por consiguiente, procede desestimar la excepción de inadmisibilidad propuesta
por el Consejo y proseguir la tramitación del procedimiento para que se examine el
fondo del litigio.

Costas

32 Procede reservar la decisión sobre las costas.

En virtud de todo lo expuesto,

EL TRIBUNAL DE JUSTICIA

decide:

1) Desestimar la excepción de inadmisibilidad propuesta por el Consejo.

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2) Proseguir la tramitación del procedimiento por lo que respecta al fondo del liti­
gio.

3) Reservar la decisión sobre las costas.

Due Slynn Kakouris Schockweiler

Zuleeg Mancini Joliet Moitinho de Almeida Rodríguez Iglesias

Pronunciada en audiencia pública en Luxemburgo, a 22 de mayo de 1990.

El Secretario El Presidente

J.-G. Giraud O. Due

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