Tema 54

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Unidad de Formación y Documentación

TEMA 54. CONTINGENCIAS Y SITUACIONES PROTEGIDAS. EL CONCEPTO DE


ACCIDENTE DE TRABAJO. EL ACCIDENTE "IN ITINERE". EL CONCEPTO DE
ENFERMEDAD PROFESIONAL. PARTICULARIDADES EN ORDEN A LA
NOTIFICACIÓN DEL ACCIDENTE DE TRABAJO Y DE LA ENFERMEDAD
PROFESIONAL, A LA COTIZACIÓN Y A LAS PRESTACIONES. PENSIONES
DERIVADAS DE ACTOS DE TERRORISMO.

1. CONTINGENCIAS Y SITUACIONES PROTEGIDAS.


La acción protectora se define por el Profesor De la Villa como la forma en que se organizan
los mecanismos específicos de cobertura y se determinan las necesidades sociales protegidas.
El esquema de la acción protectora parte de la existencia de unos riesgos cubiertos por el
sistema de Seguridad Social, que pueden ser profesionales: accidente de trabajo, enfermedad
profesional, riesgo durante el embarazo, riesgo durante la lactancia y el cese en el trabajo sin pérdida
de la capacidad de trabajo y sin cumplimiento de la edad de jubilación (desempleo), y comunes:
enfermedad común, accidente no laboral, suspensión del contrato de trabajo por causa que exija
atención sanitaria, cese (voluntario o involuntario) en el trabajo por cumplimiento de la edad de
jubilación,) e hijo a cargo.
Estos riesgos son eventos que ocurren y que dan lugar a las contingencias que llevan consigo
la producción de una situación de necesidad protegida caracterizada por el defecto de ingresos
(desempleo, incapacidad, vejez, etc.) o el aumento de gastos (en la asistencia sanitaria o en las cargas
familiares).
Para prever, reparar, o superar el estado de necesidad derivado de la actualización de una
contingencia, el sistema de Seguridad Social configura una serie de medidas técnicas o económicas,
denominadas prestaciones, a fin de mantener la seguridad económica de cada individuo (De la
Villa/Desdentado).
Según se establece en el artículo 42 de la Ley General de Seguridad Social, la acción
protectora del sistema de la Seguridad Social comprende:

a) La asistencia sanitaria en los casos de maternidad, de enfermedad común o profesional y


de accidente, sea o no de trabajo.

b) La recuperación profesional, cuya procedencia se aprecie en cualquiera de los casos que


se mencionan en la letra anterior.

c) Las prestaciones económicas en las situaciones de incapacidad temporal; nacimiento y


cuidado de menor; riesgo durante el embarazo; riesgo durante la lactancia natural; ejercicio
corresponsable del cuidado del lactante; cuidado de menores afectados por cáncer u otra
enfermedad grave; incapacidad permanente contributiva e invalidez no contributiva;
jubilación, en sus modalidades contributiva y no contributiva; desempleo, en sus niveles
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contributivo y asistencial; protección por cese de actividad; pensión de viudedad; prestación


temporal de viudedad; pensión de orfandad; prestación de orfandad; pensión en favor de
familiares; subsidio en favor de familiares; auxilio por defunción; indemnización en caso de
muerte por accidente de trabajo o enfermedad profesional; ingreso mínimo vital.

d) Las prestaciones familiares de la Seguridad Social, en sus modalidades contributiva y no


contributiva.

e) Las prestaciones de servicios sociales que puedan establecerse en materia de formación y


rehabilitación de personas con discapacidad y de asistencia a las personas mayores, así
como en aquellas otras materias en que se considere conveniente.

2. EL CONCEPTO DE ACCIDENTE DE TRABAJO


2.1. Concepto.
En términos similares a los contenidos en la Ley de Accidentes de Trabajo de 30 de enero de
1900, el artículo 156.1 del Texto Refundido de la Ley General de la Seguridad Social (aprobado por
Real Decreto Legislativo 8/2015) define el accidente de trabajo como toda lesión corporal que el
trabajador sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que ejecuta por cuenta ajena.

Este concepto presupone la concurrencia de tres elementos para que el accidente sea de
trabajo: lesión corporal, trabajo por cuenta ajena y relación de causalidad trabajo-lesión.

Lesión corporal:

El accidente de trabajo conlleva una lesión o daño en el cuerpo del trabajador accidentado,
como consecuencia de una acción súbita y violenta producida por un agente exterior, así como
cualquier otro daño de carácter psíquico.
Asimismo, con base en la propia Ley General de la Seguridad Social, se consideran accidentes
de trabajo y se incluyen dentro del término lesión:
- las enfermedades de trabajo, distintas de las listadas como estrictamente profesionales,
que contraiga el trabajador con motivo de la realización de su trabajo, siempre que se
pruebe que la enfermedad tuvo por causa exclusiva la ejecución del mismo [art. 156.2.e)]
- las enfermedades o defectos, padecidos con anterioridad por el trabajador, que se agraven
como consecuencia de la lesión constitutiva del accidente [art. 156.2.f)]
- las denominadas enfermedades intercurrentes, entendiéndose por tales las que
constituyan complicaciones derivadas del proceso patológico determinado por el
accidente mismo o tengan su origen en afecciones adquiridas en el nuevo medio en que
se haya situado al paciente para su curación [art. 156.2.g)].
Igualmente, hay que señalar que, las enfermedades cardíacas vienen siendo aceptadas
reiteradamente por la jurisprudencia como accidente de trabajo.
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Trabajo por cuenta ajena:

La lesión corporal ha de sufrirla el trabajador con ocasión o por consecuencia del trabajo que
ejecuta por cuenta ajena.
La Ley General de la Seguridad Social no dice qué ha de entenderse por trabajador ni por
trabajador por cuenta ajena, existiendo, en consecuencia una remisión implícita a los
conceptos del Estatuto de los Trabajadores (Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de
octubre) y Leyes complementarias.
Según se establece en el artículo 1º ET, son trabajadores por cuenta ajena los que
voluntariamente prestan sus servicios retribuidos por cuenta ajena y dentro del ámbito de
organización y dirección de otra persona física o jurídica denominada empleador o empresario.
El trabajo por cuenta ajena presupone, por consiguiente, la existencia de una relación laboral
(contrato) pensable no sólo en relación con los trabajadores de la industria y de los servicios
afiliados al Régimen General de la Seguridad Social, sino también con los asimilados a éstos
[art. 7.1a) Ley General de la Seguridad Social], a los que se aplica una cobertura prácticamente
idéntica en materia de accidentes de trabajo. Tal es el caso, de los trabajadores por cuenta
ajena afiliados a los Regímenes Especiales de la agricultura y del mar.
Hay que tener en cuenta que los trabajadores por cuenta propia de los distintos Regímenes
Especiales, también tienen dentro de las contingencias protegidas el accidente de trabajo,
encontrando el concepto en las distintas normas reguladoras de los Regímenes.
A partir del 1 de enero de 2004, el Real Decreto 1273/2003, de 10 de octubre, introduce el
concepto de accidente de trabajo para los trabajadores incluidos en el Régimen Especial de
Trabajadores por Cuenta Propia o Autónomos, en el artículo tercero.
A partir del 1 de enero de 2011, en virtud de la disposición final tercera.nueve de la Ley
39/2010, de 22-12, se extiende la acción protectora por accidente de trabajo a los trabajadores
incluidos en el Régimen Especial de la Seguridad Social de los Empleados de Hogar
(actualmente trabajadores del Sistema Especial para Empleados de Hogar establecido en el
Régimen General de la Seguridad Social).

Relación de causalidad: trabajo-lesión:

La lesión sufrida por el trabajador, ha de serlo con ocasión o por consecuencia del trabajo
ejecutado por cuenta ajena. En consecuencia, se presumirá salvo prueba en contrario, que son
constitutivas de accidente de trabajo las lesiones que sufra el trabajador durante el tiempo y en
el lugar del trabajo (art. 156.3 Ley General de la Seguridad Social).

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2.2. Extensión del concepto de accidente de trabajo.


En el nº 2 del art. 156 de la Ley General de la Seguridad Social se establece que tienen
también la consideración de accidentes de trabajo:
1. Los que sufra el trabajador al ir o al volver del lugar de trabajo (accidente "in itinere").
2. Los que sufra el trabajador con ocasión o como consecuencia del desempeño de cargos
electivos de carácter sindical, así como los ocurridos al ir o al volver del lugar en que se
ejercitan las funciones propias de dichos cargos (accidentes de cargos electivos sindicales).
3. Los ocurridos con ocasión o por consecuencia de las tareas que, aun siendo distintas a las de
su categoría profesional, ejecute el trabajador en cumplimiento de las órdenes del
empresario o espontáneamente en interés del buen funcionamiento de la empresa (accidente
de trabajo no habitual).
4. Los acaecidos en actos de salvamento y en otros de naturaleza análoga, cuando unos y otros
tengan conexión con el trabajo (accidente en acto de salvamento).
Asimismo, se calificará un accidente como de trabajo:
- Cuando el acto propio del accidentado sea debido a una imprudencia profesional,
entendiéndose como tal, la que es consecuencia del ejercicio habitual de un trabajo y se
deriva de la confianza que éste inspira [art. 156.5.a) de la Ley General de la Seguridad
Social].
- Cuando en el accidente concurra culpabilidad civil o criminal del empresario, de un
compañero de trabajo del accidentado o de un tercero, salvo que no guarde relación alguna
con el trabajo [art. 156.5.b) de la Ley General de la Seguridad Social].
Aparte de las previsiones contenidas en el citado artículo, también se consideran accidentes de
trabajo:
- Los que se produzcan durante el viaje de salida o de regreso de los emigrantes en las
operaciones realizadas por la Dirección General de Migraciones del Ministerio de Empleo y
Seguridad Social (Orden de 23-12-71 y Disposición Adicional 2ª.2 de la Ley General de la
Seguridad Social). La protección de los emigrantes en este supuesto, se reconocerá cuando
el emigrante no esté protegido contra el riesgo de accidente de trabajo o de enfermedad
profesional por el país de inmigración (O. M. de 30-05-86).
- Los que deriven del ejercicio de la función parlamentaria, así como los accidentes de viaje
derivados de la actividad política o parlamentaria del Diputado o Senador con convenio
especial.
- Las lesiones sufridas con ocasión o por consecuencia del cumplimiento de la función de
presidente o vocal de mesa electoral elegido reglamentariamente (R.D. 605/1999 de 16 de
abril).
A partir del 26 de octubre de 2017, también se contempla como accidente de trabajo el
accidente “in itinere” para los trabajadores comprendidos en el Régimen Especial de la Seguridad

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Social de Trabajadores por Cuenta Propia o Autónomos (artículo 316.2 de la Ley General de la
Seguridad Social).

2.3. Supuestos excluidos del concepto de accidente de trabajo.

En el nº 4 del art. 156 de la Ley General de la Seguridad Social se citan como exclusiones.
1. Los que sean debidos a fuerza mayor extraña al trabajo, entendiéndose por ésta la
que sea de tal naturaleza que ninguna relación guarde con el trabajo que se ejecutaba al
ocurrir el accidente.
No se considera fuerza mayor extraña al trabajo la insolación, el rayo y otros
fenómenos análogos de la naturaleza.
Según Alonso Olea son poco frecuentes las sentencias que aprecian la llamada
"excepción de fuerza mayor extraña" que sólo juega para los supuestos de guerra.
En cuanto a los accidentes debidos a sucesos catastróficos, éstos están cubiertos por
normas conexas con las de accidentes de trabajo, pero distintas de ellas (art. 160 Ley
General de la Seguridad Social).
2. Los que sean debidos a dolo o a imprudencia temeraria del trabajador accidentado.
Existe dolo en caso de autolesión para causar derecho a la prestación. Sin embargo, el
tema más dudoso en el caso de suicidio o intento frustrado del mismo, ya que éste
podría ser consecuencia directa o indirecta del trabajo o de un accidente de trabajo
previo, en cuyo caso el hecho habría de considerarse accidente laboral.

La imprudencia que aquí se trata es la extraprofesional, es decir, ajena al hábito del


trabajo. Ha de ser una imprudencia personal, temeraria, evidente y grave que provoque
la aceptación de un riesgo innecesario con claro y patente menosprecio del mismo.

3. EL ACCIDENTE "IN ITINERE".

Según se establece en el art. 156.2.a) de la Ley General de la Seguridad Social, se consideran


accidentes de trabajo los que sufra el trabajador al ir o al volver del lugar de trabajo.
Asimismo, el citado texto legal amplía la consideración de accidente "in itinere" a los que
sufra el trabajador al ir o al volver del lugar en que se ejercitan las funciones propias de los cargos
electivos de carácter sindical [art. 156. 2.b)].
La creación de esta figura jurídica se debe a la jurisprudencia del Tribunal Supremo, ya que,
inicialmente, en España no se consideraba accidente laboral al sufrirlo al ir o venir del trabajo. La
jurisprudencia entendió que el accidente ocurrido en el trayecto de ida o vuelta al trabajo se producía
con ocasión del trabajo y que, por consiguiente, debía de ser considerado como accidente de trabajo.
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El Texto articulado primero de la Ley de Bases de 1966 consideraba accidente laboral el


sufrido por el trabajador al ir o venir del trabajo, pero añadía "siempre que concurran las condiciones
que reglamentariamente se determinen". Dicha reglamentación nunca se llevó a cabo, llegándose
incluso a suprimir tal frase en los Textos Refundidos de la Ley General de la Seguridad Social de
1974, 1994 y 2015, en los cuales, se dice, exclusivamente, que el accidente se ha de producir al ir o
volver del lugar de trabajo, pero sin referencia alguna a los requisitos y circunstancias necesarias
para que el accidente se pueda considerar accidente de trabajo "in itinere".
Esta falta de normativa concreta ha hecho que se recurra a los requisitos y circunstancias
exigidos por la jurisprudencia para apreciar el accidente "in itinere" y que se sistematizan por
diferentes autores en los siguientes:
- Que el accidente ocurra en el trayecto habitual y normal, es decir, el que precise recorrer
desde su domicilio al lugar de trabajo o viceversa (SSTS 7-12-66, 4-12-75, etc.).
Que por domicilio se entiende el habitual del trabajador, aceptándose, incluso el ocasional
de verano del que se regresa con coche de empresa (STS 29-9-97).
Que el recorrido no sea interrumpido por motivos de interés particular de tal índole que
rompa la relación de causalidad con la ida o la vuelta del trabajo, o se rompa por separarse
del camino habitual 300 metros (STS 23-9-72), por tomar unas copas con compañeros,
durante 3 horas o en varios bares (STS 2-IV y 19-XI-70). No existe tal interrupción cuando
ésta es debida a una causa ajena a la voluntad del trabajador, por ejemplo a causa de la
lluvia (STS 3-5-72), ni tampoco cuando el trabajador se hubiera detenido media hora en un
bar (S 10-4-75).
Que el trayecto se realice a pie o a través de medios de transporte normales, habituales y
generalizados (STS 22-12-87). Si los medios de transporte no son de esa naturaleza,
entonces han de ser expresamente autorizados, o por lo menos tolerados, en cuanto que
conocidos y no prohibidos, por el empresario (STS 26-I, 18-XII/63 y 24-1-80).
Que no se produzca por imprudencia temeraria ni por infracción de las normas de
circulación (STS 27-2-70, 12-5-69, etc.).
Que el accidente de trabajo sobrevenga dentro del plazo prudencial normalmente invertido
en el trayecto (STS 17-6-74 y STCT 9-12-70).
Se considera también accidente de trabajo "in itinere" el que se produzca: al ir o al volver a
reconocimiento médico y a la farmacia para adquirir las medicinas recetadas (STS de 1-4-69) al ir a
la empresa para presentar los partes de alta o baja médica por enfermedad (STCT de 5-7-69).
En general, es necesario que la actitud del trabajador no haya supuesto un aumento de los
riesgos ordinarios del traslado. (STS 24-9-69, etc.).
Por último indicar que, según opinión del Profesor Alonso Olea, no son propiamente
accidentes de trabajo "in itinere" sino accidentes de trabajo puros y simples, los denominados
accidentes en misión que son aquellos que ocurren en trayecto que el trabajador tiene que recorrer
por consecuencia de su trabajo, bien habitualmente en el desempeño mismo de sus funciones
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(promotor de ventas), bien en cumplimiento de órdenes o indicaciones ocasionales del empresario


(incorporación a su destino de capitán de buque), cualquiera que sea el medio de transporte.
Se incluyen también en este tipo de accidentes los ocurridos en "viajes de servicio" siempre
que exista conexión con el trabajo (no existiría accidente en misión cuando el trabajador en viaje de
servicio sufriera un accidente bañándose en día de descanso en una playa).
Para los trabajadores pertenecientes al Régimen Especial de la Seguridad Social de
Trabajadores por Cuenta Propia o Autónomos, a partir del 26 de octubre de 2017, en virtud del
artículo 14 de la Ley 6/2017, de 24 de octubre, de Reformas Urgentes del Trabajo Autónomo, que
modifica el apartado 2 del artículo 316 del texto refundido de la Ley General de la Seguridad Social,
también se entiende como accidente de trabajo el sufrido al ir o al volver del lugar de la prestación de
la actividad económica o profesional. Se entenderá como lugar de la prestación el establecimiento en
donde el trabajador autónomo ejerza habitualmente su actividad siempre que no coincida con su
domicilio y se corresponda con el local, nave u oficina declarado como afecto a la actividad
económica a efectos fiscales.

4. EL CONCEPTO DE ENFERMEDAD PROFESIONAL

4.1. Antecedentes.
En los inicios de nuestra legislación social (Ley de Accidentes de 1900), en la cual la fuerza
lesiva provocadora del accidente de trabajo comprendía las acciones lentas y progresivas, la
enfermedad profesional quedaba integrada como accidente laboral, sin requerir régimen asegurativo
propio.
Sin embargo, en la medida en que la enfermedad común tuvo su protección y a fin de evitar
que ésta atrajera a la enfermedad profesional, se estimó oportuno ordenar para ésta última un
régimen asegurativo más próximo al de accidente de trabajo, como riesgo profesional, que al de
enfermedad común, como enfermedad.
El primer intento de ordenación asegurativa de la enfermedad profesional lo constituye la Ley
de Bases de 13 de julio de 1936 que conceptuaba como enfermedades profesionales "las que se
originan en el trabajo desarrollado en industrias relacionadas enumerativamente".
La Orden de 7 de marzo de 1941 desarrolla parcialmente la ley anterior y asimila al régimen
asegurativo de accidentes de trabajo la silicosis.
El Decreto de 3 de septiembre de 1941 establece el "seguro de silicosis" íntimamente ligado al
de accidente de trabajo.
Es a partir del Decreto de 10 de enero de 1947 de enfermedades profesionales, por el que se
definen éstas y se regulan con carácter general, estableciéndose un aseguramiento especial para las
mismas, autónomo respecto del accidente de trabajo y que ya existía con anterioridad para la
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silicosis. En el anexo del citado Decreto se recogía el cuadro de enfermedades profesionales,


pudiendo ser éste ampliado.
El Decreto 792/1961, de 13 de abril, y su Reglamento (O.M. de 9 de mayo de 1962) deroga la
normativa anterior aunque manteniendo el régimen de lista cerrada de enfermedades profesionales
pero sin definir su concepto. Así, el Decreto citado se limita a decir que "sólo es enfermedad
profesional aquella que se encuentra en la lista".
Por último, la Ley General de la Seguridad Social de 1974 (también la Ley de 1994) definía la
enfermedad profesional de forma idéntica a como lo hace en la actualidad la Ley General de
Seguridad Social de 2015.

4.2. Concepto legal.


El artículo 157, párrafo 1, de la Ley General de la Seguridad Social define la enfermedad
profesional como la contraída a consecuencia del trabajo ejecutado por cuenta ajena en las
actividades que se especifiquen en el cuadro que se apruebe por las disposiciones de aplicación y
desarrollo de esta Ley, y que está provocada por la acción de los elementos o sustancias que en dicho
cuadro se indiquen para cada enfermedad profesional.
La enfermedad profesional se diferencia,
 de la enfermedad común porque aquella es consecuencia del trabajo por cuenta
ajena.
 del accidente de trabajo porque, mientras éste surge de la acción súbita de un agente
exterior, la enfermedad profesional aparece como efecto de agente no
manifiestamente externo que suele actuar lenta y progresivamente. En este sentido
hay que insistir en que solamente son enfermedades profesionales las enfermedades
previstas en un doble listado reglamentariamente establecido de actividades y
enfermedades. Las demás, aquellas que encuentran su causa en el trabajo pero no
están listadas, o las que aun estando listadas no derivan del trabajo sino de un
accidente de trabajo (enfermedades intercurrentes) no son enfermedades
profesionales sino accidentes de trabajo.
Hay que tener en cuenta que los trabajadores por cuenta propia de los distintos Regímenes
Especiales, también tienen dentro de las contingencias protegidas la enfermedad profesional,
encontrando el concepto en las distintas normas reguladoras de los Regímenes.
A partir del 1 de enero de 2004, el Real Decreto 1273/2003, de 10 de octubre, introduce el
concepto de enfermedad profesional para los trabajadores incluidos en el Régimen Especial de
Trabajadores por Cuenta Propia o Autónomos, en el artículo tercero, apartado 5.
A partir del 1 de enero de 2011, en virtud de la disposición final tercera.nueve de la Ley
39/2010, de 22-12, se extiende la acción protectora por enfermedad profesional a los trabajadores
incluidos en el Régimen Especial de la Seguridad Social de los Empleados de Hogar (actualmente
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trabajadores del Sistema Especial para Empleados de Hogar establecido en el Régimen General de la
Seguridad Social).

4.3. Cuadro de enfermedades profesionales.


El nuevo cuadro de enfermedades profesionales, aprobado por el Real Decreto 1299/2006, de
10 de noviembre, es consecuencia del Acuerdo sobre Medidas de Seguridad Social, suscrito el 13 de
julio de 2006 por el Gobierno y los interlocutores sociales, que sigue la Recomendación Europea
sobre enfermedades profesionales de 2003, adecuando la lista vigente a la realidad productiva actual,
así como a los nuevos procesos productivos y de organización.
En relación con dicha lista se ha discutido doctrinalmente si la misma es abierta o cerrada. La
posición mayoritaria se ha inclinado a favor de que se trata de una lista cerrada, si bien ello no
impide que puedan añadirse, de forma reglamentaria, otras enfermedades profesionales por el
Ministerio de Empleo y Seguridad Social "previo informe, en todo caso, del Ministerio de Sanidad,
Servicios Sociales e Igualdad (art. 157, párrafo 2, LGSS).
Asimismo, el artículo 2 del Real Decreto 1299/2006, de 10-11, determina los mecanismos de
modificación del cuadro de enfermedades profesionales:
- Propuesta del Ministerio de Empleo y Seguridad Social previo informe del Ministerio de
Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y de la Comisión Nacional de Seguridad y Salud en
el Trabajo.
- Inclusión automática por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, previo informe del
Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, cuando se trate de enfermedades
incorporadas a la lista europea de enfermedades profesionales.
La lista vigente abarca seis grupos o tipos de enfermedades profesionales expresándose en
cada una de ellas las principales actividades capaces de producirlas. Son las siguientes:
Grupo 1: Enfermedades profesionales causadas por agentes químicos (plomo, mercurio,
cadmio, etc.)
Grupo 2: Enfermedades profesionales causadas por agentes físicos (Hipoacusia o sordera
provocada por el ruido, angioneuróticas provocadas por las vibraciones mecánicas,
enfermedades provocadas por posturas forzadas y movimientos repetidos en el trabajo, etc.)
Grupo 3: Enfermedades profesionales causadas por agentes biológicos (enfermedades
infecciosas causadas por el trabajo de las personas que se ocupan de la prevención, asistencia
médica y actividades en las que se ha probado un riesgo de infección; enfermedades
infecciosas o parasitarias transmitidas al hombre por los animales o por sus productos y
cadáveres; paludismo; amebiasis; tripanosomiasis; dengue; fiebre amarilla; fiebre papataci;
fiebre recurrente; peste; leishmaniosis; pian; tifus exantemático; etc.)

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Grupo 4: Enfermedades profesionales causadas por inhalación de sustancias y agentes no


comprendidas en otros apartados (polvo de sílice libre, polvo de carbón, polvos de amianto,
silicocaolinosis, etc.)
Grupo 5: Enfermedades profesionales de la piel causadas por sustancias y agentes no
comprendidos en alguno de los otros apartados (Sustancias de bajo peso molecular por debajo
de los 1000 daltons, Sustancias fotosensibilizantes exógenas, etc.)
Grupo 6: Enfermedades profesionales causadas por agentes carcinógenos (Amianto, Aminas
aromáticas, Arsénico y sus compuestos, Benceno, etc.).
El Real Decreto también aprueba una lista complementaria de enfermedades (relacionadas en
el Anexo 2) cuyo origen profesional puede establecerse en un futuro.

5. PARTICULARIDADES EN ORDEN A LA NOTIFICACIÓN DEL ACCIDENTE DE


TRABAJO Y DE LA ENFERMEDAD PROFESIONAL, A LA COTIZACION Y A LAS
PRESTACIONES.
5.1. Particularidades relativas a la notificación del accidente de trabajo y de la enfermedad
profesional.
5.1.1. Notificación de los accidentes de trabajo.
La Orden de 16 de diciembre de 1987 estableció nuevos modelos para la notificación de
los accidentes de trabajo y reguló el procedimiento para su cumplimentación y tramitación.
Dichos modelos fueron sustituidos por los previstos en la Orden TAS/2926/2002, de 19 de
noviembre, por la que se establecen nuevos modelos para la notificación de los accidentes de
trabajo y se posibilita su transmisión por procedimiento electrónico.
Los documentos a notificar son los siguientes:
a) Parte de accidente de trabajo.
El parte de accidente de trabajo deberá cumplimentarse en aquellos accidentes de trabajo
o recaídas que conlleven la ausencia del accidentado del lugar de trabajo de, al menos,
un día (salvedad hecha del día en que ocurrió el accidente), previa baja médica.
Dicho documento será remitido por el empresario (o trabajador por cuenta propia
comprendido en el campo de aplicación de regímenes especiales, cuya acción
protectora comprenda la contingencia de accidentes de trabajo) a la entidad gestora o
colaboradora que tenga a su cargo la protección por accidente de trabajo, en el plazo
máximo de 5 días hábiles, contados desde la fecha en que se produjo el accidente o
desde la fecha de la baja médica.
b) Relación de accidentes de trabajo ocurridos sin baja médica.
Deberá cumplimentarse mensualmente en aquellos accidentes de trabajo que no hayan
causado baja médica.
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Dicho documento será remitido por el empresario (o trabajador por cuenta propia
comprendido en el campo de aplicación de regímenes especiales, cuya acción
protectora comprenda la contingencia de accidentes de trabajo) a la entidad gestora o
colaboradora que tenga a su cargo la protección por accidente de trabajo en los 5
primeros días hábiles del mes siguiente al que se refieran los datos.
c) Relación de altas o fallecimientos de accidentados.
Deberá cumplimentarse mensualmente, relacionándose aquellos trabajadores para los que
se hubieran recibido los correspondientes partes médicos de alta.
Dicho documento será remitido mensualmente por la entidad gestora o colaboradora la
Subdirección General de Estadística del Ministerio de Trabajo y Economía Social
antes del día 10 del mes siguiente al de referencia de los datos.
Además de lo expuesto, existe una especialidad prevista en aquellos accidentes ocurridos en el
Centro de trabajo o por desplazamiento en jornada de trabajo que provoquen el fallecimiento del
trabajador, que sean considerados como graves o muy graves o que el accidente ocurrido en un
Centro de trabajo afecte a más de cuatro trabajadores, pertenezcan o no en su totalidad a la
plantilla de la Empresa, el empresario, además de cumplimentar el correspondiente modelo,
comunicará, en el plazo máximo de veinticuatro horas, este hecho por telegrama u otro medio de
comunicación análogo a la autoridad laboral de la provincia donde haya ocurrido el accidente, o
en el primer puerto o aeropuerto en el que atraque el buque o aterrice el avión, si el Centro de
trabajo en que ocurriera el accidente fuera un buque o avión, respectivamente.
En la comunicación deberá constar la razón social, domicilio y teléfono de la Empresa, nombre del
accidentado, dirección completa del lugar donde ocurrió el accidente, así como una breve
descripción del mismo.
La autoridad laboral dará traslado de la comunicación a la correspondiente Unidad Provincial de la
Inspección de Trabajo y Seguridad Social a fin de que preceptivamente practique la consiguiente
información en la Empresa sobre la forma en que ha ocurrido el accidente, causas del mismo y
circunstancias que en el concurran. Las Direcciones Provinciales de Trabajo y Seguridad Social
enviarán copia de la misma a los correspondientes Órganos Técnicos competentes de las
Comunidades Autónomas.
Por lo que se refiere a la cumplimentación y transmisión de la documentación citada, de
conformidad con lo previsto en la disposición adicional primera de la Orden TAS/2926/2002,
desde el 1 de enero de 2004, se ha de realizar por medios electrónicos a través del Sistema de
Declaración Electrónica de Accidentes de Trabajo (Delt@), que se configura como el conjunto de
medios que permiten la presentación de los referidos documentos por vía electrónica.
5.1.2. Notificación de las enfermedades profesionales.
En esta materia es de aplicación la Orden TAS/1/2007, de 2 de enero, por la que se establece el
modelo de parte de enfermedad profesional, se dictan normas para su elaboración y transmisión y
se crea el correspondiente fichero de datos personales.
a) Contenido del parte de enfermedad profesional.

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El parte de enfermedad profesional, cuya elaboración y transmisión se llevarán a cabo en su


totalidad por medio electrónicos, sin perjuicio de su posible impresión en soporte papel en los
casos en que se considere necesario, y concretamente cuando lo soliciten en trabajador y el
empresario, este último con las implicaciones que procedan, tendrá el contenido a que se
refiere el anexo de esta orden.
b) Entidades obligadas.
La entidad gestora o mutua colaboradora con la Seguridad Social que asuma la protección de las
contingencias profesionales vendrá obligada a elaborar y tramitar el parte de enfermedad
profesional que se establece en la citada Orden, sin perjuicio del deber de las empresas o de
los trabajadores por cuenta propia que dispongan de cobertura por contingencias
profesionales de facilitar a aquella la información que obre en su poder y les sea requerida
para la elaboración de dicho parte.
A efectos de lo previsto en el párrafo anterior, los servicios médicos de las empresas
colaboradoras en la gestión de las contingencias profesionales deberán dar traslado, en el
plazo de 3 días hábiles, a la entidad gestora o a la mutua que corresponda del diagnóstico de
las enfermedades profesionales de sus trabajadores.
c) Transmisión de la información.
La cumplimentación y transmisión del parte de enfermedad profesional se realizará únicamente
por vía electrónica, por medio de la aplicación informática CEPROSS (comunicación de
enfermedades profesionales de la Seguridad Social), a la que se tendrá acceso a través de la
oficina virtual de la dirección electrónica http://www.seg-social.es.
d) Plazos.
 Comunicación inicial. La comunicación inicial habrá de llevarse a cabo dentro de los
10 días hábiles siguientes a la fecha en que se haya producido el diagnóstico de la
enfermedad profesional.
 La totalidad de los datos contemplados en el anexo de la Orden TAS/1/2007 (en el
que se regula el contenido del parte de enfermedad profesional) deberán transmitirse
en el plazo de los 5 días hábiles siguientes a la comunicación inicial, a cuyo fin la
empresa deberá remitir la información que le sea solicitada por la entidad gestora o
por la mutua colaboradora para que esta pueda dar cumplimiento a los plazos
anteriores.
De no remitirse dicha información en el plazo señalado, se procederá a la tramitación del
parte poniendo el citado incumplimiento en conocimiento de la autoridad competente.
 La finalización del proceso por las causas expresadas en el anexo de la citada Orden
se comunicará en el plazo de los 5 días hábiles siguientes al hecho que motica dicha
finalización.

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5.2. Particularidades relativas a la cotización.


a) Sujetos obligados: El sujeto obligado es exclusivamente el empresario, sin que exista
aportación por parte del trabajador a diferencia de lo que ocurre en la cotización por
contingencias comunes.
b) Base de cotización: Por lo que respecta a la base de cotización, de conformidad con lo previsto
en el artículo 147.2.e) (LGSS) en la retribución mensual se computa también el importe percibido
por horas extraordinarias, el cual no se incluye para la determinación de la base de cotización por
contingencias comunes.
No se aplican las bases máximas y mínimas que limitan la base de cotización por contingencias
comunes, sino los topes máximo y mínimo.
c) Tipos de cotización: El artículo 146 de la LGSS establece que la cotización por las
contingencias profesionales de realizará mediante la aplicación de los tipos de cotización
establecidos para cada actividad económica, ocupación o situación en la tarifa de primas
establecida legalmente.
De igual forma se podrán establecer, para las empresas que ofrezcan riesgos de enfermedades
profesionales, tipos adicionales a la cotización de accidentes de trabajo, en relación a la
peligrosidad de la industria o clase de trabajo y a la eficacia de los medios de prevención
empleados.
La cuantía de los tipos de cotización a que se refieren los párrafos anteriores podrá reducirse en el
supuesto de empresas que se distingan por el empleo de medios eficaces de prevención.
Asimismo, dicha cuantía podrá aumentarse en el caso de empresas que incumplan sus
obligaciones en materia de seguridad y salud en el trabajo. La reducción y el aumento previstos
en este apartado no podrán exceder del 10 por ciento de los tipos de cotización, si bien el
aumento podrá llegar hasta un 20 por ciento en caso de reiterado incumplimiento de las aludidas
obligaciones.
Los empresarios que ocupen a trabajadores, a quienes en razón de su actividad les resulte de
aplicación un coeficiente reductor de la edad de jubilación, deberán cotizar por el tipo de
cotización por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales más alto de los establecidos,
siempre y cuando el establecimiento de ese coeficiente reductor no lleve aparejada una cotización
adicional por tal concepto.
Lo previsto en este último párrafo no será de aplicación a los empresarios que ocupen a trabajadores
incluidos en el ámbito de aplicación del Real Decreto 1539/2003, de 5 de diciembre, por el que se
establecen coeficientes reductores de la edad de jubilación a favor de los trabajadores que
acreditan un grado importante de discapacidad. Tampoco resultará de aplicación a los
trabajadores embarcados en barcos de pesca hasta 10 Toneladas de Registro Bruto incluidos en el
Régimen Especial de Trabajadores del Mar.
d) Reducciones de aportaciones empresariales a la Seguridad Social en caso de traslado de un
trabajador con enfermedad profesional a un puesto compatible con su estado (artículo 5 del Real
Decreto 1430/2009, de 11 de septiembre, por el que se desarrolla reglamentariamente la Ley

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40/2007, de 4 de diciembre, de medidas en materia de Seguridad Social, en relación con la


prestación de incapacidad temporal).
Cuando los trabajadores a los que se les haya diagnosticado una enfermedad profesional en un grado
que no dé origen a prestación económica, sean trasladados a un puesto de trabajo alternativo y
compatible con su estado de salud, con objeto de interrumpir la desfavorable evolución de su
enfermedad, las aportaciones empresariales a la cotización a la Seguridad Social por
contingencias comunes serán objeto de una reducción del 50 por ciento. En idénticas situaciones
de diagnóstico, la misma reducción se aplicará en los casos en que los trabajadores con
enfermedad profesional sean contratados por otra empresa, diferente de aquella en que prestaban
servicios cuando se constató la existencia de dicha enfermedad, para desempeñar un puesto de
trabajo compatible con su estado de salud.
La existencia de la enfermedad profesional se acreditará mediante certificación del correspondiente
equipo de valoración de incapacidades del Instituto Nacional de la Seguridad Social. La
constatación de la compatibilidad del nuevo puesto de trabajo con el estado de salud del
trabajador se efectuará por la Inspección de Trabajo y Seguridad Social

5.3. Particularidades relativas a las prestaciones.


Las principales particularidades en materia de prestaciones derivadas de accidentes de trabajo o
enfermedad profesional son las siguientes:
1. La presunción legal de alta de pleno derecho. El trabajador tiene derecho a la protección, aun
cuando el empresario haya incumplido su obligación de afiliación y alta (artículo 166.4 de la
LGSS).

El artículo 167.2 de la LGSS establece que el incumplimiento de las obligaciones en materia de


afiliación, altas y bajas y de cotización determinará la exigencia de responsabilidad, en cuanto
al pago de las prestaciones. Pero con el objeto de evitar la desprotección de los sujetos
afectados, el artículo 167.3 establece el principio de automaticidad de prestaciones, que
supone imponer a las correspondientes entidades gestoras, mutuas colaboradoras con la
Seguridad Social o, en su caso, a los servicios comunes, el anticipo de prestaciones a los
beneficiarios, en los casos de responsabilidad empresarial por incumplimiento de las
obligaciones de afiliación, alta y cotización, independientemente de que tales entidades se
reintegren posteriormente de las mismas con cargo al empresario. El anticipo de las
prestaciones en ningún caso podrá exceder de la cantidad equivalente a dos veces y media el
importe del IPREM vigente, en el momento del hecho causante o, en su caso, del importe del
capital coste necesario para el pago anticipado, con el límite indicado por las entidades
gestoras, mutuas o servicios.
2. No se requiere ningún periodo de carencia para tener derecho a las prestaciones (artículo
165.4 de la LGSS).

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3. La base reguladora de las pensiones se calcula en función del salario real del año anterior a la
fecha del accidente de trabajo o de la enfermedad profesional. Para la determinación de este
salario real se aplican las siguientes reglas:

 El salario del día del accidente de trabajo o la enfermedad profesional se multiplica


por 365.

 Se suma el importe de las pagas extraordinarias, en cómputo anual.

 Se incluyen los restantes conceptos retributivos (primas, incentivos, horas


extraordinarias, etc.).

La manera de computar los complementos salariales ha sido regulada por la disposición adicional
undécima del Real Decreto 4/1998, de 9 de enero, en el siguiente sentido: el cociente que
resulte de dividir la suma de los complementos salariales percibidos por el interesado en el
año anterior al hecho causante entre el número de días realmente trabajados por aquel en el
mismo periodo se multiplicará por 273, salvo que el número de días laborales efectivos en la
actividad de que se trate sea menor, en cuyo caso se aplicará el multiplicador que
corresponda.
No obstante, esta fórmula de cálculo de la base reguladora es distinta para la IT derivada de
contingencias profesionales, conforme se estudia en el tema correspondiente.
4. Las prestaciones pueden ser incrementadas con un recargo del 30% al 50%, cuando el
accidente de trabajo o la enfermedad profesional se haya producido por falta de medidas de
seguridad y salud en el trabajo. La competencia para declarar la responsabilidad del pago del
recargo es declarada por el INSS o, en su caso, por el ISM, y recaerá directamente sobre el
empresario infractor sin que pueda ser objeto de seguro alguno, siendo nulo de pleno derecho
cualquier pacto o contrato que se realice para cubrirla, compensarla o transmitirla. Esta
responsabilidad es, además, independiente y compatible con las de todo orden, incluso penal,
que puedan derivarse de la infracción (artículo 164 LGSS).

Las particularidades en el cálculo de cada una de las prestaciones de la Seguridad Social se


estudian en el tema correspondiente.

6. PENSIONES DERIVADAS DE ACTOS DE TERRORISMO.


La Disposición Adicional 4ª de la Ley 21/1986 de 23 de diciembre de Presupuestos
Generales del Estado para 1987 previó un régimen de pensiones extraordinarias en favor de las
personas que resultasen incapacitadas y de los familiares de quienes fallecieran como consecuencia
de actos de terrorismo. Esta misma previsión se contenía en el número 4 del artículo 64 de la Ley
33/1987, de 23 de diciembre, de Presupuestos Generales del Estado para 1988 y en la redacción
dada, al mencionado artículo 64, por la Disposición Adicional 16ª de la Ley 4/1990, de 29 de junio,
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de Presupuestos Generales del Estado para 1990, en la cual se añadía que dichas pensiones no
estarían sujetas a los límites de señalamiento inicial y revalorización establecidas en la Ley.
En cumplimiento de tal previsión, se dictó el Real Decreto 1576/1990, de 7 de diciembre
que disponía que, quienes estando afiliados al Sistema de Seguridad Social, se encuentran o no en
situación de alta en algunos de sus regímenes, y sean víctimas de un acto de terrorismo, tendrán
derecho a causar las pensiones extraordinarias previstas en el número 4 del artículo 64 de la Ley
33/1987 de 23 de diciembre de Presupuestos Generales del Estado para 1988, con arreglo a los
términos establecidos en el Régimen General de la Seguridad Social para las pensiones de invalidez
y supervivencia derivadas de accidentes de trabajo.
a) Cuantía de las pensiones:
La cuantía de dichas pensiones extraordinarias se determinará de acuerdo con las normas que
regulan el método de cálculo de las pensiones de invalidez y supervivencia derivadas de accidentes
de trabajo, con las siguientes reglas especiales:
Primera.- La base reguladora para el cálculo de la correspondiente pensión se determinará
dividiendo por 14 el resultado de multiplicar por 12 la última base mensual de cotización, en caso de
alta o situación asimilada.
- Cuando la persona víctima del acto terrorista no se encontrase en alta o en situación
asimilada, en el momento de producirse aquél, se tomará como base mensual de cotización
la base mínima de cotización del Régimen General de la Seguridad Social.
- Si la persona víctima del acto terrorista tuviese la condición de pensionista de la Seguridad
Social, se tomará como base reguladora la correspondiente a la pensión que viniera
disfrutando, actualizando la misma conforme a la evolución experimentada por el Índice
de Precios al Consumo desde el mes de determinación de la base reguladora hasta el
segundo mes anterior al que se produjera la comisión de aquél.
Segunda.- El importe de la pensión será igual al 200 por 100 de la cuantía resultante de aplicar
el porcentaje que corresponda a la base reguladora, determinada de conformidad con lo previsto en la
regla primera.

b) Límite de la cuantía:
Las pensiones extraordinarias originadas por actos de terrorismo no estarán sujetas, en ningún
caso, a los límites de señalamiento inicial y de revalorización de las pensiones previstas con carácter
general.
Asimismo, se establece una garantía mínima para las pensiones extraordinarias que, por actos
de terrorismo, se reconocen y abonan por cualquier régimen público de Seguridad Social,
equivalente al triple del indicador público de renta de efectos múltiples (IPREM), abonándose dos
pagas extraordinarias del mismo importe en los meses de junio y diciembre de cada año.

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No están sujetas al I.R.P.F.

c) Régimen de incompatibilidades:
Las pensiones extraordinarias del Real Decreto 1576/1990 son incompatibles:
- con las pensiones ordinarias que pudieran corresponder a sus beneficiarios por los mismos
hechos causantes
- con cualesquiera otras pensiones extraordinarias que, en razón a la misma causa, pueda
reconocer cualquier régimen público de protección social básica
- cuando el beneficiario de la pensión extraordinaria fuese ya pensionista, con la pensión
ordinaria que se empleó para determinar la base reguladora de la pensión extraordinaria.
Regla general:
Quien tuviera derecho a dos o más pensiones podrá optar entre causar derecho a las pensiones
extraordinarias o bien a las que pudieran corresponderle en el sistema de la Seguridad Social.
Particularidad:
Las pensiones extraordinarias motivadas por actos de terrorismo serán, no obstante,
compatibles con las pensiones ordinarias de igual naturaleza que, en razón de la pluriactividad del
interesado, pudiera éste causar en otro régimen distinto del propio sistema de la Seguridad Social.

d) Gestión:
La gestión de las pensiones extraordinarias motivadas por actos de terrorismo se llevará a cabo
por la Entidad Gestora de la Seguridad Social (INSS o ISM) que resulte competente, en razón del
régimen de Seguridad Social en que se encontrase encuadrado el beneficiario o el causante de la
pensión.
La evaluación y calificación de la incapacidad permanente se llevará a cabo por el Equipo de
Valoración de Incapacidades de la Dirección Provincial del INSS de Madrid.

e) Financiación:
La financiación de tales pensiones variará según que:

- El beneficiario de la pensión extraordinaria no tenga derecho a la correspondiente pensión


ordinaria del sistema de la Seguridad Social, en cuyo caso, el coste íntegro de la pensión
extraordinaria se financiará con cargo a los Presupuestos del Estado, o que

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- El beneficiario de la pensión extraordinaria tenga derecho a causar la correspondiente pensión


ordinaria del sistema de la Seguridad Social. En este supuesto, la diferencia entre el importe
de la pensión extraordinaria y el de la pensión ordinaria que hubiera podido corresponderle
será financiada, asimismo, con cargo a los Presupuestos del Estado.

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