DERECHO CIVIL LL

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TEMA 1: EL DERECHO DE OBLIGACIONES.

LA OBLIGACIÓN

1. DERECHO DE OBLIGACIONES:

- LAS OBLIGACIONES EN GENERAL


- LA Tª GENERAL DEL CONTRATO
- LA REGULACIÓN DE LAS DISTINTAS FIGURAS CONTRACTUALES
- LOS CUASICONTRATOS
- LA RESPONSABILIDAD CIVIL

LIBRO IV CÓDIGO CIVIL


“De las obligaciones y contratos”

La relación obligatoria:

Aunque continuamente en Derecho se hable de “obligación” verdaderamente nos


referimos a una “relación obligatoria” puesto que las personas “obligadas” siempre lo
son frente a alguien o frente a algo.

Importancia práctica: multiplicidad de relaciones obligatorias existentes en la realidad


cotidiana.

La obligación:

Hay que diferenciar:


OBLIGACIÓN: situación de subordinación en la que la conducta del obligado es
susceptible de una valoración patrimonial concreta:
Ejm:
Art. 1254 C.c. “en el contrato una o varias personas se obligan a dar…”;
Art. 1902 C.c. “el que causa daño está obligado a reparar…”;

PATRIMONIALIDAD DE LA PRESTACIÓN: OBLIGACIÓN

En caso contrario se habla de DEBER JURÍDICO:


Ejm:
Art. 16 CE “nadie puede ser obligado a declarar sobre su ideología, religión…”;
Art. 110 C.c “los padres tienen la obligación de velar por los hijos…”

2. ESTRUCTURA DE LA RELACIÓN OBLIGATORIA

SUJETOS DE LA OBLIGACIÓN:
La relación obligatoria vincula, por lo menos, a 2 personas, que ocupan posiciones
distintas:
- sujeto activo: la persona que tiene derecho a exigir de otra una determinada conducta:
ACREEDOR
- sujeto pasivo: la que debe observar la conducta prevista en la obligación, es decir,
cumplir con lo que debe: DEUDOR
LA PRESTACIÓN
Es la conducta que debe prestar el deudor y puede ser de muy distinta naturaleza
Art. 1088 C.c.:
“puede consistir en dar, hacer o no hacer alguna cosa”

EL DERECHO DE CRÉDITO
El poder o facultad de reclamar la prestación que se reconoce al acreedor se denomina
derecho de crédito.

Diferencias entre derechos de crédito y derechos reales:

1. El derecho real otorga a su titular un señorío o una facultad concreta sobre las cosas
en sí mismas consideradas y con independencia de quién sea su titular; los de crédito
otorgan el derecho a que se realice una prestación por parte de otra persona.

2. Los derechos reales son absolutos o con eficacia erga omnes; los de créditos sólo
pueden ser hechos valer frente al obligado (relativos)

3. Los derechos reales son, tendencialmente, permanentes; los de crédito son


transitorios.

3. FUENTES DE LAS OBLIGACIONES:

Art. 1089 C.c. “las obligaciones nacen de:


. LA LEY
. LOS CONTRATOS
. LOS CUASICONTRATOS
. ACTOS Y OMISIONES ILÍCITOS O EN LOS QUE INTERVENGA CUALQUIER GÉNERO DE
CULPA O NEGLIGENCIA”
Esto no quiere decir que no pueda haber otros actos que originen obligaciones, por
ejemplo, la propia voluntad unilateral de una persona.

OBLIGACIONES EX LEGE
Art. 1090 C.c.: las que derivan de la Ley.
¿Ley en sentido estricto o cualquier norma jurídica?
Doctrina actual: sentido amplio

LOS CONTRATOS
Art. 1091 C.c. “las obligaciones que nacen de los contratos tienen fuerza de ley entre las
partes contratantes, y deben cumplirse al tenor de los mismos”
La celebración de un contrato y su ejecución tienen por finalidad fundamental crear un
entramado de derechos y de obligaciones entre las partes.
LOS CUASICONTRATOS
Art. 1887 C.c. afirma que son cuasicontratos “los hechos lícitos y puramente voluntarios
de los que resulta obligado su autor para con un tercero y a veces una obligación
recíproca entre los interesados”
Cuasicontratos regulados en el C.c.: la gestión de negocios ajenos (sin mandato del otro
sujeto) y el cobro de lo indebido.

RESPONSABILIDAD CIVIL
El art. 1089 considera conjuntamente “los actos y omisiones ilícitos o en los que
intervenga cualquier género de culpa o negligencia”
El propio Código distingue entre:
- Responsabilidad civil nacida del delito (1092) o faltas (1093)
- Responsabilidad civil extracontractual (culpa o negligencia 1902 y siguientes)

LA VOLUNTAD UNILATERAL
- Promesa pública de recompensa (los códigos que sí la regulan – el nuestro, no- señalan
que ha de ser dirigida a personas indeterminadas y lo que es más cuestionado es si se
habla de revocabilidad o de irrevocabilidad.
- Concurso con premio (algunos lo consideran un tipo de promesa pública de
recompensa)
TEMA 2: LOS SUJETOS DE LA RELACIÓN OBLIGATORIA

1. UNIDAD Y PLURALIDAD DE SUJETOS


- Ya hemos visto que, en toda relación obligatoria, son necesarias, al menos, dos
personas.
- Ocupan posiciones contrapuestas
Acreedor: el que tiene derecho a exigir una prestación DERECHO DE CRÉDITO
Deudor: debe observar la conducta prevista en la obligación
¿y si hay varios deudores o varios acreedores en una misma relación jurídica?

Pluralidad de sujetos
Varios acreedores y/o varios deudores (fianza o aval, en los supuestos de
responsabilidad extracontractual…)
- En caso de varios acreedores:
. Puede ser que cualquiera de ellos esté legitimado para exigir el íntegro cumplimiento
de la obligación
. Que cada uno de ellos solo pueda reclamar la parte de le corresponde en el crédito.
- Si hay varios deudores:
. Puede que cada uno esté obligado a cumplir sólo su parte
. Que esté obligado a cumplir la obligación íntegra:
OBLIGACIONES MANCOMUNADAS Y SOLIDARIAS

2. OBLIGACIONES MANCOMUNADAS (DIVIDIDAS)

Se producen cuando:
- Cada uno de los acreedores sólo puede exigir del deudor la parte que le corresponde
en el crédito (mancomunidad activa)
- Cada uno de los deudores sólo está obligado a cumplir la parte de la deuda que le
corresponde (mancomunidad pasiva)

Art. 1137 C.c. (presunción de mancomunidad)


“la concurrencia de dos o más acreedores, o de dos o mas deudores en una sola
obligación no implica que… cada uno de estos deba prestar íntegramente las cosas
objeto de esta. Sólo habrá lugar a esto cuando la obligación expresamente lo determine,
constituyéndose con el carácter de solidaria”

. Una cosa es la teoría y otra la práctica


. Hoy hay una verdadera crisis del principio de no solidaridad.
. La Comisión General de Codificación en la Propuesta de Modernización del C.c. en
materia de obligaciones y contratos ya lo recoge.
. También lo entiende así la jurisprudencia (SSTS)

El art. 1138 C.c. insiste en la mancomunidad al disponer que, si del texto de la obligación
con pluralidad de sujetos no resultare otra cosa, “el crédito o la deuda se presumirán
divididos en tantas partes iguales como acreedores o deudores haya, reputándose
créditos o deudas distintos unos de otros”.
Ej. Cuatro hermanos que venden una casa heredada (mancomunidad activa acreedores
del precio)
Dos dentistas adquieren un piso para instalar una clínica (mancomunidad pasiva
deudores del pago del precio)

Obligación mancomunada:
- Legitima la actuación separada de cada uno de los acreedores y/o deudores implicados
en la relación obligatoria.

- División en partes iguales como regla supletoria: (art. 1138 C.c.) ya visto, es sólo una
presunción.
Ej. Si uno de los 4 hermanos del caso anterior ha sido mejorado y es titular de 3/6 de la
finca, es evidente que su crédito será independiente y distinto del de sus hermanos (que
sólo tienen 1/6 parte)

Obligación solidaria:
- Igual que ocurre con la mancomunidad, puede darte tanto en la posición de acreedor
como en la de deudor:

a) solidaridad activa: cualquiera de los acreedores podrá pedir al deudor/deudores la


prestación íntegra.
b) solidaridad pasiva: cuando el acreedor obligue a cumplir la prestación todos y cada
uno de los deudores están obligados a cumplir íntegramente la prestación.
c) solidaridad mixta: varios acreedores y varios deudores

Es mucho más frecuente la solidaridad pasiva:


1. Muchas veces es el propio acreedor el que para garantizar el pago de su crédito
impone los deudores la solidaridad
2. Otras veces lo obliga la ley: ej. Código civil al regular la gestión de negocios ajenos
señala que en caso de pluralidad de gestores: responden solidariamente.

En cualquier caso, en materia de obligaciones solidarias, lo importante es el posterior


“reparto interno “o “arreglo de cuentas”, como vamos a ver.

Solidaridad activa:
- Cuando un acreedor ha cobrado ÍNTEGRAMENTE el crédito debe hacer partícipes a los
demás acreedores (según la cuota que les corresponda)
- “El que cobra la deuda responderá a los demás de la parte que les corresponde en la
obligación (art.
1.143.2 C.c.)

ACREEDOR QUE HA COBRADO TODO: ACCIPIENS


Los acreedores que no han cobrado tienen derecho de regreso:
A partir de aquí las reglas en la relación interna entre acreedores son las de la
mancomunidad, es decir, cada acreedor sólo podrá exigir al accipiens la cuota que le
corresponda cobrar

¿y si ocurre otra cosa que no sea el cobro del crédito por el accipiens?
El acreedor solidario que mediante su acción individual haya dado origen a la extinción
de la obligación (liberación del deudor) ha de responder frente a los otros acreedores
de la parte que corresponda a cada uno.
(art. 1143.1. C.c.)

Solidaridad pasiva:
1. Relaciones externas entre acreedor y deudores solidarios
- Pluralidad de deudores: el cumplimento ÍNTEGRO de la obligación por uno de ellos
implica la extinción de esta (art. 1145.1)
- El acreedor puede reclamar el pago a su libre arbitrio, a cualquiera de los deudores
solidarios, a varios de ellos sucesivamente o a todos simultáneamente hasta que la
deuda quede satisfecha.
- Problemas: ¿todas vencidas? ¿cobro de lo indebido?

2. La relación interna entre los codeudores solidarios:


- Internamente la obligación no puede darse por extinguida. El que ha pagado todo:
SOLVENS
TIENE DERECHO A QUE LOS DEMÁS DEUDORES SOLIDARIOS LE ABONEN LA PARTE
CORRESPONDIENTE: ACCIÓN DE REEMBOLSO

- El hecho de que el solvens tenga derecho a ser reembolsado por los demás deudores
no quiere decir que continúe viva la obligación.
- Interna y externamente desaparece el régimen de la solidaridad y por eso:
- El solvens podrá reclamar a cada uno de los codeudores la parte que le corresponda,
pero no podrá dirigirse contra uno para que le abone todo (art. 1145.2 C.c.)
- Es decir, una vez satisfecho el acreedor, la obligación solidaria se convierte en
mancomunada
- Para garantizar la efectividad de la acción de reembolso, el solvens se SUBROGA
LEGALMENTE en la posición del acreedor (derecho que le otorga el haber pagado
íntegramente la deuda):
- Lógicamente se subroga en el crédito no íntegramente considerado sino lo que resulte
de restarle la parte que le correspondía a él pagar.
- El deudor-solvens puede reclamar los intereses de cuanto haya pagado, computados
desde el momento del pago (art. 1145.2 C.c.) –aunque no hayan sido convenidos, ni
hayan incurrido en mora los otros deudores-
norma dispositiva (pueden pactar otra cosa)
3. La insolvencia del codeudor:
(en este caso, importancia práctica de las diferencias entre obligación mancomunada y
solidaria)

a) Obligación mancomunada: si alguno de los deudores resulta insolvente, los demás no


están obligados a suplir su falta (art. 1139 C.c.)
b) Obligación solidaria: la falta de cumplimiento de la obligación por insolvencia el
deudor solidario será suplida por sus codeudores, a prorrata de la deuda de cada uno
(relación interna: en principio cada uno pagaba su parte, pero si uno de ellos en
insolvente…se prorratea).
TEMA 3: EL OBJETO DE LA OBLIGACIÓN: LA PRESTACIÓN

PRESTACIÓN: la conducta prometida por el obligado sea cual sea su naturaleza, alcance
y concreción.

Requisitos:
1. Posible (art. 1272 C.c.): no puedo entregar la Luna.
Ahora bien, la imposibilidad sobrevenida no afecta el nacimiento de la obligación sino a
su cumplimiento (ej. Enciclopedia que se quema en un incendio). Si la imposibilidad es
imputable al deudor, la relación obligatoria subsistirá y el deudor tendrá que hacer
frente a la correspondiente indemnización de daños y perjuicios.

2. Lícita: conforme a los principios del ordenamiento jurídico (serán ilícitas no sólo
cuando sean consideradas actos delictivos sino también si son reprobables
jurídicamente –buenas costumbres-) art. 1271.3 y art. 1255 C.c.
Ilícitas: ej. fuera del comercio de los hombres: bienes de dominio público, derechos de
la personalidad.

3. Determinada/determinable: el deudor sabe a qué queda obligado y el acreedor sabe


qué reclamar. Puede que en un primer momento sólo sea aproximadamente
identificada y después se concreta (art. 1273 C.c.)

Casos de determinabilidad:

- La identificación inicial de la prestación se ha realizado sólo mediante la referencia a


un género de cosas (habrá que aplicar las reglas de las obligaciones genéricas).
- Hay casos en los que la determinabilidad desaparece tras un acto de elección entre
varias prestaciones posibles (obligaciones alternativas)
- Otras veces para determinar la prestación se recurre a elementos externos: a algún
hecho (ej. El precio del dólar en determinada fecha) o a la intervención de un tercero…

TRES TIPOS DE PRESTACIONES: Art. 1088 C.c.


1. DAR
2. HACER
3. NO HACER

1. DAR/ ENTREGAR alguna cosa:


Según la naturaleza del objeto (veremos distintos tipos de obligaciones de dar)

2. HACER alguna cosa:


a) obligación de medios: desempeño de una actividad (abogado que lleva un proceso)
b) obligación de resultado: obtener un resultado concreto (albañil que nos hace la
obra)
c) obligación personalísima (intuito personae) /no personalísima
3. NO HACER alguna cosa:
No desarrollar una actividad, ya sea de tipo material (no viajar con perro en el tren) o
propiamente jurídica (no vender un inmueble durante un plazo de tiempo)

CLASIFICACIÓN DE LAS OBLIGACIONES:


1- POSITIVAS Y NEGATIVAS
2- RANSITORIAS Y DURADERAS
3- PRINCIPALES Y ACCESORIAS
4- DE CANTIDAD LÍQUIDA E ILÍQUIDA
5- DIVISIBLES E INDIVISIBLES
6- GENÉRICAS Y ESPECÍFICAS
7- CUMULATIVAS, ALTERNATIVAS Y CON CLÁUSULA FACULTATIVA
8- OBLIGACIONES PECUNIARIAS

1- POSITIVAS Y NEGATIVAS:
- Dar o hacer alguna cosa: positiva
- No hacer alguna cosa: negativa
(En ocasiones en una misma obligación se impone hacer una determinada conducta y
abstenerse de realizar otra: mixtas)

2. TRANSITORIAS Y DURADERAS:
- Transitorias: aquellas que se agotan o realizan en un acto único
- Duraderas: presuponen una cierta continuidad temporal en su realización.

Transitorias = instantáneas= tracto único (pagar el precio de un objeto de forma


inmediata en una compraventa)

Duraderas = tracto continuado = t. sucesivo


1. Simples
2. Continuadas
3. Periódicas

1. Duraderas simples o propiamente dichas: aquéllas en que la prestación del deudor es


de tracto único, pero se encuentra aplazada y por tanto no es exigible hasta que llegue
el término o plazo
(Ej: pago único de una cantidad aplazada)
2. Duraderas continuadas: la conducta del deudor debe mantenerse durante un cierto
tiempo
Ej: obligación de no realizar una determinada actividad en el inmueble arrendado)
3. Duraderas periódicas: el deudor debe satisfacer de forma regular prestaciones
parciales previstas en la relación obligatoria
(Ej. Renta que paga el arrendatario mensualmente)
3. PRINCIPALES Y ACCESORIAS
Principal: la que es autónoma e independiente de las demás relaciones obligatorias
Accesoria: las que nacen como complemento o añadido de otra relación obligatoria
(subordinada de la principal)
Ejemplos más típicos en el C.c.:
- Arts. 1154 y 1155 C.c.: se refiere a la cláusula penal como accesoria de la principal.
- Art. 1528 C.c.: “la venta o cesión de un crédito comprende la de todos los derechos
accesorios, como fianza, hipoteca…”

4. DE CANTIDAD LÍQUIDA E ILÍQUIDA


- Obligación líquida: cuando el montante de la prestación de dar se encuentra
determinado numéricamente, cuando se conoce con exactitud la cantidad de cosas o
unidades monetarias debidas.
(en gran porcentaje se refiere a obligaciones
pecuniarias)
- Obligación ilíquida: en la que se desconoce la cuantía exacta de la prestación debida
(Ej. Cuantía que corresponde por indemnización al atropellado por un automóvil)

5. DIVISIBLES E INDIVISIBLES
La posibilidad de dividir o no una obligación depende del a propia prestación.
Una prestación pecuniaria es, por naturaleza, divisible. Ahora bien, la divisibilidad de la
prestación no autoriza a que el cumplimiento de esta pueda ser parcial por ser
considerado perjudicial para el acreedor de ahí que sólo se admita cuando así se haya
pactado o establecido (art. 1169 C.c)
divisibilidad convencional

El Código civil regula qué obligaciones han de ser calificadas como indivisibles:
Art. 1151 C.c.:
1. Las obligaciones de dar o entregar una cosa que no permita fraccionarse o distribuirse
en lotes (entregar un caballo) cuerpos ciertos.
2. Las obligaciones de hacer que no sean susceptibles de cumplimiento parcial: (cantar
en el estreno de una zarzuela)
3. Por lo general serán indivisibles la mayor parte de las obligaciones negativas o de no
hacer (la realización de un acto contrario a dicha actitud pasiva será generador del
incumplimiento de la obligación.

La obligación indivisible con pluralidad de sujetos:

- Obligación indivisible solidaria:


se aplica el régimen propio de la solidaridad y cualquiera de los deudores o acreedores
podrá actuar libremente frente a la contraparte (prima la solidaridad sobre la
indivisibilidad de la obligación.

- Obligación indivisible mancomunada:


la indivisibilidad de la obligación impide que ésta se pueda dividir. La doctrina ha
decidido hablar de una tercera categoría OBLIGACIONES EN MANO COMÚN
OBLIGACIONES EN MANO COMÚN
Art. 1150 C.c.: “la obligación indivisible mancomunada se resuelve en indemnizar daños
y perjuicios desde que cualquiera de los deudores falta a su compromiso”
. En caso de obligación en mano común con pluralidad de deudores, si la referida
actuación conjunta no resulta posible, debe entenderse que se ha producido el
INCUMPLIMIENTO de la obligación y a causa de dicho incumplimiento se reconvierte en
la INDEMNIZACION DE DAÑOS Y PERJUICIOS
. En caso de pluralidad de acreedores (art. 1139 Cc)

Esa deuda indemnizatoria SÍ será divisible y a partir de ahí ya se podrán aplicar las reglas
propias de las obligaciones mancomunadas respondiendo cada uno de los deudores pro
su parte (art. 1138 C.c)
Art. 1150 C.c. continúa diciendo que “no contribuirán a la indemnización con más
cantidad que la porción correspondiente del precio de la cosa o servicio en que
consistiere la obligación”

6. GENÉRICAS Y ESPECÍFICAS
Atendiendo a la naturaleza propia de las obligaciones de dar y de hacer podemos
distinguir entre:
- OBLIGACIONES GENÉRICAS: determinado por su pertenencia a un género.
- OBLIGACIONES ESPECÍFICAS: recaen sobre un objeto determinado o individualizado (la
entrega de una cosa diferente no satisface el interés del acreedor)

Obligación genérica de género limitado:


-Dentro de las genéricas se distingue entre
a) las genéricas ordinarias
b) las genéricas de género limitado (ordenadores, pero con un determinado sistema
operativo, ladrillos de cierta clase…)
En estos casos no se habla de auténticas obligaciones genéricas puesto que no se aplica
la regla
GENUS NUNQUAM PERIT

RÉGIMEN JURÍDICO DE LAS OBLIGACIONES GENÉRICAS


Plantean dos problemas fundamentales.:

1. La calidad de la cosa que ha de entregarse


2. La repercusión que tiene la pérdida de la cosa

1. La calidad de la cosa que ha de entregarse


Cuando se haya determinado la calidad de la cosa genérica por las partes se estará a lo
pactado, pero si no se ha determinado (ej. obligación genérica de responsabilidad
extracontractual) se aplicará la regla del art. 1167 in fine
“el acreedor no podrá exigir la de calidad superior, ni el deudor entregarla de la inferior”
(carácter supletorio)
2. La pérdida de la cosa y la regla genus nunquam perit
En una obligación específica, la pérdida de la cosa supone la extinción de la obligación
(por imposibilidad de cumplimento) siempre que no se deba a dolo, culpa o mora del
deudor.
(art. 1182 C.c.)
En la obligación genérica, la pérdida de la cosa no supone la extinción puesto que puede
ser sustituida por otra del mismo género
En algún momento la indeterminación de la conducta del deudor tiene que desaparecer
y se tiene que concretar cuál es la prestación debida.

CONCENTRACIÓN/ CONCRECIÓN/ ESPECIFICACIÓN

Si no se dice nada sobre quién debe concretar hay dos posturas doctrinales:
. Será el deudor quien lo haga, por aplicación de la regla FAVOR DEBITORIS
. Se hará de forma consensuada, no unilateral

Diferencia entre específica y genérica respecto de la ejecución forzosa

- En la genérica: (art. 1096 párrafo 2º C.c) el acreedor podrá pedir que se cumpla la
obligación a expensa del deudor, es decir, si no colabora el deudor en el cumplimiento,
el acreedor podrá obtener judicialmente el resultado debido.
- En la específica: (art. 1096, 1º párrafo) el acreedor sólo podrá “compeler al deudor a
que realice la entrega” (sin la colaboración del deudor sería en muchos casos imposible
cumplir la obligación in natura) con independencia de la consiguiente indemnización de
daños y perjuicios.

7. OBLIGACIONES CUMULATIVAS, ALTERNATIVAS Y CON CLÁUSULA FACULTATIVA


Según la unidad o multiplicidad de prestaciones previstas en la obligación distinguimos:

A) Obligaciones simples: la prestación es única (sólo un objeto o sólo un


comportamiento)
B) Obligaciones complejas: multiplicidad de objetos o comportamientos en la
obligación.
Cumulativas Alternativas Cláusula facultativa

CUMULATIVAS

Cuando la relación obligatoria tiene un contenido múltiple y las diversas prestaciones


sean todas ellas exigibles (para liberarse, el deudor tiene que cumplir todas)
(Ej. URJC compra a HP unos ordenadores, pero además en el contrato se pacta
instalación, cursos de formación de los profesores…)
ALTERNATIVAS

Ej: contratamos una cena para varias personas dentro de una semana y elegimos un
menú, el encargado no propone otro alternativo por si ese día tiene dificultades en el
suministro de ese alimento (el obligado cumple en el momento que ejecuta cualquiera
de ellas)
Art. 1131 C.c. “el obligado alternativamente a diversas prestaciones debe cumplir por
completo
una de éstas”
LA ELECCIÓN QUEDA RESERVADA AL DEUDOR
(a menos que expresamente se hubiera concedido al acreedor, art. 1132.1 C.c.)

. Esta elección de la prestación se suele denominar CONCENTRACIÓN, aunque el Código


civil hable de “elección”
. Una vez que ha sido elegida la prestación, la obligación deja de ser alternativa y se
convierte en obligación simple y si esa prestación deviene imposible, la obligación se
extingue.
. Por el contrario, mientras no se ha producido la concentración la imposibilidad de
realización de una prestación es indiferente puesto que se cumplirá con la ejecución de
cualquier otra (alternativa).
. Si todas las previstas devienen imposibles por culpa del deudor, éste no queda liberado
y responderá en todo caso (art. 1136 C.c.)
. Si la pérdida de las cosas se debiera a culpa del deudor, el acreedor podrá reclamar
cualquiera de las que subsistan, o el precio de la que, por culpa de aquel hubiera
desaparecido.
. Si todas las cosas se hubiesen perdido por culpa del deudor, la elección del acreedor
recaerá sobre su precio

CLÁUSULA FACULTATIVA
. En el título constitutivo (contrato, por ejemplo) sólo aparece una prestación prevista
pero el deudor cuanta con la posibilidad de llevar a cabo otra diversa llegado el
momento del pago
. Ej. en el contrato de compraventa en el que el vendedor se reserva el derecho de
desistir del contrato y en vez de entregar la casa vendida abonará al comprador una
cantidad de dinero)
. El acreedor sólo podrá exigir el cumplimento de la única prestación debida

La diferencia básica entre las alternativas y facultativas es:


. En las alternativas se debe una prestación, aun no individualizada, entre varias
prestaciones contempladas en el título constitutivo de la obligación
. En las facultativas se debe una prestación única.
. En el ejemplo que hemos visto, la facultad de desistimiento es una adenda (añadido) a
la obligación principal, es decir, una estipulación complementaria o accesoria de la
principal. Si, por ejemplo, la casa se destruye sin culpa del deudor, la obligación se
extingue (principal y accesoria)
8. OBLIGACIONES PECUNIARIAS Consisten en pagar una suma de dinero.
Gran importancia práctica de estas obligaciones. Distinguir entre: deudas monetarias y
deudas pecuniarias:
. En las deudas monetarias no hay deuda pecuniaria, sino que se trata de obligación
específica cuyo cumplimiento requiere la entrega del objeto de la obligación
(coleccionista que busca una moneda concreta)
. En las obligaciones pecuniarias el dinero es considerado en cuanto objeto de la
obligación como mera unidad de valor

El dinero es considerado, como objeto de la obligación, como mera unidad de valor y


por referencia a unidades monetarias jurídicamente establecidas (dólar, euro)

dinero legal dinero fiduciario (instrumento mercantil


que incorpora un valor en dinero)

El dinero para el derecho privado es:


- Un bien mueble
- Fungible (sustituible e inagotable)
- Bien productivo (intereses)

Características de las obligaciones pecuniarias:


1. Obligación genérica
2. El objeto de la obligación es la entrega de una cantidad de dinero DE CURSO LEGAL
(sirve como medio liberatorio de pago porque lo impone la ley)
3. La indemnización por su incumplimiento consistirá, salvo pacto en contrario, en el
pago de intereses.

Distinción entre deudas de dinero y deudas de valor:


. Deuda de dinero: la prestación coincide con una suma de dinero y hay una
predeterminación de dicha suma desde el principio (1.000 euros)
. Deuda de valor: el deudor cumple entregando una suma de dinero, pero esta no está
determinada en el título constitutivo de la obligación. En cuanto se fije la obligación (en
dinero) se transforma en deuda de dinero y pasa a ser líquida y exigible.

En el derecho español triunfa el llamado PRINCIPIO NOMINALISTA: art. 1753 C.c. (“otro
tanto de la misma especie y calidad” – tantundem-)
El deudor cumple entregando el valor nominal o el importe de unidades monetarias
contemplado en el título constitutivo con independencia de que dicho valor no satisfaga
suficientemente los intereses del acreedor de la obligación pecuniaria debido al proceso
inflacionario o a la devaluación de la moneda
Doctrina manifiesta la injusticia de este principio, aunque algunos hablan de mayor
seguridad jurídica con este principio.
Hoy en día hay un planteamiento más acorde con la realidad económica de la continua
inflación y consiguiente pérdida de valor adquisitivo del dinero

CLÁUSULAS DE ESTABILIZACIÓN
(garantizan el justo equilibrio entre las prestaciones)
Las partes acuerdan que el importe nominal de la obligación pecuniaria se
actualizara, llegado el momento de cumplimiento, conforme al valor de un bien que se
toma como punto de referencia en el momento constitutivo de la obligación o con
referencia a unos índices objetivos.

Ley 30/2015, de 30 de marzo, de desindexación de la economía española


Propósito: que los valores monetarios no sean modificados en virtud de índices de
precios
Ej. En materia de alquileres donde antes se pactaba (entre particulares) la posibilidad de
incremento de renta según el IPC (índice de precios al consumo) ahora se habla de IGC
(índice de garantía de competitividad)
IGC: establece una tasa de revisión de precios acorde con la recuperación de
competitividad de España frente a la zona euro.
INE: encargado de elaborar y publicar mensualmente estos índices.
(Modifica la LAU: si no hay pacto expreso no se aplica revisión de rentas y si hay pacto
expreso de revisión y no se acuerda un método de revisión concreto, se aplicará IGC)

Tipos de cláusulas contractuales de actualización


Las partes pueden fijar el criterio actualizador que más les convenga y son muy
variopintos. Los más conocidos son:
- Cláusulas de valor en especie (ej. Precio del petróleo Brent en la bolsa de Londres)
- Cláusulas de valor en oro o plata
- Cláusulas de moneda extranjera (ej. Cotización del dólar o del yen en España)
- Cláusula de índices variables (ej. IGC) Estas últimas son las más seguras y utilizadas

LOS INTERESES Y LA OBLIGACIÓN DE INTERESES


- El dinero es un bien productivo (produce frutos civiles: intereses)
- La obligación de pagar intereses es una obligación accesoria que requiere una de estas
dos premisas:
1. o que se hayan pactado convencionalmente al establecer la obligación principal
2. o que el deudor haya incurrido en mora (sólo ocurrirá cuando la prestación sea
líquida)

El primer supuesto da lugar a los llamados INTERESES CONVENCIONALES

Los intereses convencionales y la usura:


- C.c. no contiene una barrera a partir de la cual el tipo de interés convencionalmente
fijado pueda considerarse USURARUIO.
- Ley de 1908 Ley de represión de la usura, LEY AZCÁRATE: se considerará usurario el
interés que sea notablemente superior al normal del dinero y manifiestamente
desproporcionado.
- Arts. 1, 9 y 14 siguen vigentes. Algunas normas de carácter procesal de la materia
fueron derogadas por la LEC 2000.

Intereses usurarios:
. “interés normal del dinero”: es un dato extrajurídico que viene proporcionado por
parámetros macroeconómicos, coyunturales y cambiantes.
. Durante décadas el TS consideraba usurarios los intereses por encima del 30 o 40 %
. S. XXI, ejemplo STS 113/2013, de 22 de febrero, considera usurarios intereses
superiores al 20% cuando el interés legal del dinero está al 5%.
. Importantes también las decisiones del TJUE: entidad bancaria había fijado en una
cláusula el interés de demora en un 29% nula e inaplicable (usuraria)

EL ANATOCISMO: (INTERESES DE LOS INTERESES)


Art. 1109.1 C.c. “Los intereses vencidos devengan el interés legal desde que son
judicialmente reclamados, aunque la obligación haya guardado silencio sobre este
punto”.

Tanto los intereses convencionales como legales devengan intereses.

El interés legal- Gobierno- Ley de Presupuestos- BOE


- Es el tipo o tasa de interés que viene establecido o fijado por la ley, por
considerar que el dinero es un bien productivo que, en numerosas ocasiones,
requiere actualizar el valor nominal de las deudas pecuniarias.
- Suele estar entre el 5 y el 9 % y es uno de los puntos de inflexión del sistema
contractual y del sistema económico (en situaciones extraordinarias ha estado a
un 4 y a un 11 %)
- En 2015 el interés legal en España se fijó al 8,05 %
- Los Principios de Derecho Europeo de Contratos (PECL) acuden a valores de
mercado

OBLIGACIONES SINALAGMÁTICAS
- Denominadas también obligaciones bilaterales o reciprocas, son aquellas en las
que ambas partes son acreedoras y deudoras la una de la otra.
- La calidad de acreedor y deudor de cada parte es recíproca, se fundamenta en la
misma razón de ser y se justifican mutuamente; puede decirse que la obligación
de cada parte es la contrapartida de la que asume la otra.
- Se caracterizan porque ninguna de las partes puede compeler a la otra a
realizar lo que debe mientras ella no haya realizado lo que le incumba. CC, arts.
1.100, 1.124.
TEMA 4: EL CUMPLIMIENTO DE LAS OBLIGACIONES

Cumplimiento o pago:
-Art. 1157 C.c. “se entenderá pagada una deuda cuando se hubiese entregado la cosa o
hecho la prestación en que la obligación consista”
PAGO = CUMPLIMIENTO
¿Cual es su naturaleza jurídica?
¿Es un hecho jurídico, acto o negocio jurídicos?
- Toda relación jurídica tiene un HECHO JURÍDICO DETERMINANTE que puede ser
natural o voluntario y que es el origen de esa relación.
- Los hechos jurídicos pueden ser: naturales (la muerte de alguien, inundación…)
o voluntarios
- Los hechos jurídicos voluntarios son los ACTOS JURÍDICOS y se clasifican en:
a) ACTOS LÍCITOS E ILÍCITOS.
b) ACTOS JURÍDICOS EN SENTIDO ESTRICTO (si el sujeto lo realiza se producirán unos
efectos jurídicos quiera o no, un delito…) Y DECLARACIONES DE VOLUNTAD (el sujeto
declara su voluntad, lo que quiere internamente). En este último caso la ley atribuye
unos efectos a esa declaración de voluntad. Esta es la base del NEGOCIO JURÍDICO.

Los sujetos del cumplimiento


. Obligación: presupone la existencia de dos o varias personas vinculadas por la misma.
. Utilizar términos solvens y accipiens con carácter general: SOLVENS = quien realiza el
pago y ACCIPIENS = receptor del cumplimiento.

CAPACIDAD DEL SOLVENS CAPACIDAD DEL ACCIPIENS

A) Capacidad del solvens:


Art. 1160 C.c.
“en las obligaciones de dar no será válido el pago hecho por quien no tenga la libre
disposición de la cosa debida y capacidad para enajenarla. Sin embargo si el pago
hubiere consistido en una cantidad de dinero o cosa fungible, no habrá repetición contra
el acreedor que la hubiese gastado o consumido de buena fe”

B) Capacidad del accipiens


Art. 1163.1 C.c.
“el pago hecho a una persona incapacitada para administrar sus bienes será válido en
cuanto se hubiere convertido en su utilidad”
Por tanto, la validez del pago no exige como presupuesto una especial situación de
capacidad en el accipiens si el cumplimento redunda en su beneficio.

EL PAGO HECHO POR TERCEROS


. Esto es posible en todas las obligaciones excepto en aquellas en las que “la calidad y
circunstancias de la persona del deudor se tengan en cuenta al establecer la obligación”
(art. 1161 C.c.) PERSONALÍSIMAS.
. La ejecución de la prestación será válida en cualquiera de estas situaciones: que el
deudor la ignore, que la apruebe, que se oponga a ella.
. Lo importante es satisfacer los intereses del acreedor.
La relación entre solvens y accipiens
“arreglo de cuentas” tras el pago por el tercero:
A. Si el solvens ha intervenido aprobándolo el deudor: se habla de subrogación: donde
se encontraba el acreedor se coloca ahora el solvens.
B. Si el deudor ignoraba o se ha opuesto al pago: el C.c. otorga al solvens un crédito para
reclamar al deudor “aquello en que le hubiera sido útil el pago (art. 1158 .3 C.c.).
La relación obligatoria preexistente se ha extinguido y el pago del tercero ha generado
una nueva obligación llamada ACCIÓN DE REINTEGRO/REEMBOLSO

Pago al acreedor aparente:


- Art. 1164 C.c. “el pago hecho de buena fe al que estuviere en posesión del crédito,
liberará al deudor”. Aunque sea acreedor aparente tendrá eficacia liberatoria (pantalón-
tintorería-resguardo)

Pago al tercero:
(entrego un libro a un amigo para que lo devuelva a la biblioteca, dejo algo en el bar
para que se lo den a un amigo)
Art. 1163.2 C.c. “también será válido el pago hecho a un tercero en cuanto se hubiere
convertido en utilidad del acreedor” (el bien llega al final al acreedor)

LOS REQUISITOS DEL CUMPLIMIENTO: EXACTITUD DE LA PRESTACIÓN


Cumplir consiste en realizar exactamente la prestación debida de ahí que son requisitos
del cumplimiento:

A) Identidad de la prestación
B) Integridad de la prestación
C) Indivisibilidad de la prestación

A) Identidad de la prestación
Art. 1166 C.c. “El deudor de una cosa no puede obligar a su acreedor a que reciba otra
diferente, aun cuando fuere de igual o mayor valor que la debida. Tampoco en las
obligaciones de hacer podrá ser sustituido un hecho por otro contra la voluntad del
acreedor”

B) Integridad en la prestación:
Art, 1157 C.c. “No se entenderá pagada una deuda sino cuando completamente se
hubiese entregado la cosa o hecho la prestación en que la obligación consistía”
- En las obligaciones de dar: la integridad se refiere tanto a la cosa como a los
frutos y accesorios.
- En las obligaciones pecuniarias que generen intereses la prestación debe
alcanzar al principal y a los intereses vencidos.

C) Indivisibilidad de la prestación:
Art.1169 C.c. “A menos que el contrato expresamente lo autorice, no podrá compelerse
al acreedor a recibir parcialmente las prestaciones en que consista la obligación.
Sin embargo, cuando la deuda tuviera una parte líquida y otra ilíquida podrá exigir el
acreedor y hacer el deudor el pago de la primera sin esperar a que se liquide la segunda”
(Hay veces que las partes permiten la divisibilidad y otras ésta es necesaria, ej. Contrato
de suministro)

MOMENTO DEL CUMPLIMIENTO


Es muy importante determinar ese momento puesto que, a partir de ahí, si el deudor no
cumple, incurre en MORA. Puede haber mora del deudor, pero también del acreedor
porque rechace, sin razón, el cumplimiento ofrecido por el deudor.
- Obligaciones puras: (no sometidas ni a condición ni a plazo)
Han de cumplirse de forma inmediata una vez nacida (art. 1113.1 C.c.) no así las
obligaciones mercantiles puesto que el CC. en el art. 62 habla de 10 días después de
contraídas.
- Obligaciones sometidas a condición suspensiva o término inicial:
En la práctica es muy frecuente
La obligación no será exigible mientras que no se produzca el suceso contemplado como
condición o llegue el día señalado como término.
- Obligaciones a condición resolutoria o a termino final:
Son aquellas obligaciones cuya eficacia depende de un día cierto, de manera que el
señalamiento de una fecha concreta determina el comienzo o la cesación de sus
efectos.
- Obligaciones sometidas a término esencial:
Son aquellas en las que la fijación de una fecha para el cumplimiento ha de considerarse
circunstancia absolutamente determinante. (actuación de un payaso el día del
cumpleaños de mi hijo)
- Plazo a voluntad del deudor:
La ejecución de la prestación queda aplazada sin fijar extensión temporal
Ej. Préstamos en los que la devolución de lo prestado no se ve sometida a una
determinada precisión temporal
En estos casos los tribunales fijarán la duración según art. 1128 C.c.
(Ley 15/2015, LJV, no lo modifica, pero aclara su aplicación en sus artículos 96 y 97)
- El vencimiento anticipado de las obligaciones aplazadas
Si la situación patrimonial del deudor o su actitud hace peligrar el cumplimiento de la
prestación, aunque sea haya aplazado del pago se puede llevar a acabo la ANTICIPACIÓN
DEL VENCIMIENTO.
Art. 1129 C.c. Esto se permite en tres casos.:
1. Cuando después de contraída la obligación resulte insolvente, salvo que garantice la
deuda.
2. Cuando no otorgue al acreedor las garantías a que estuviere comprometido
3. Cuando por actos propios hubiese disminuido aquellas garantías o por caso fortuito
desaparecieran, a menos que sean inmediatamente sustituidas por otras igualmente
seguras.
- Cumplimiento anticipado de las obligaciones aplazadas:
Es posible que, aunque se haya fijado un plazo el cumplimiento, éste se realice antes de
que se cumpla
Generalmente se da por estos supuestos:
1. Por iniciativa del acreedor
2. Por iniciativa del deudor
3. Mediante acuerdo acreedor/deudor: préstamos que se pagan antes – conlleva
descuento de intereses.
(Esto no es posible en las obligaciones con término esencial porque el cumplimiento
extemporáneo no satisface el interés del acreedor)

a) Validez e irrepetibilidad del pago anticipado:


Art. 1126 C.c. “lo anticipadamente se hubiese pagado en las obligaciones a plazo no se
podrá repetir” (repetir significa en Derecho de obligaciones: solicitar o reclamar la
devolución de algo)
b) Error en el plazo del pago:
Si el solvens en el momento de pagar desconocía por error la existencia del plazo
“Tendrá derecho a reclamar del acreedor los intereses o los frutos que éste hubiese
percibido de la cosa” (Art. 1126.2) (ha habido un enriquecimiento injusto por parte del
accipiens)
LA DETERMINACIÓN LEGAL DEL PLAZO DE
CUMPLIMIENTO (ley 11/2013, 26 de julio)

Casos en los que es el legislador el que establece le plazo máximo de pago o


cumplimento de una obligación determinada
Ley 11/2013, de medidas de apoyo al emprendedor y de estímulo del crecimiento y de
la creación de empleo: establece, como regla general para los plazos de pago aplicables
a las operaciones comerciales, 30 días y sólo podrán ser ampliados mediante pacto entre
las partes hasta un máximo de 60 días.

LUGAR DEL CUMPLIMIENTO


- Importancia práctica y económica.
- Junto a reglas particulares en distintas materias, el c.c. contiene una regla general en
el Art. 1171 que se basa en estos dos principios:
1. El pago deberá ejecutarse en el lugar que hubiese designado la obligación (regla
general)
2. Si no se ha señalado lugar (supletorio)
a) si es una obligación de dar una cosa determinada se hará el pago donde ésta existía
en el momento de constituir la obligación
b) En cualquier otro caso, el lugar del pago será el domicilio del deudor (favor debitoris).
Lugar de cumplimiento en los PECL (Principles of European Contract Law)

Regla general: el lugar que fijen las partes. Si no han fijado lugar o éste no pueda
determinarse con arreglo al contrato

Reglas supletorias:
a) Si son obligaciones pecuniarias: el lugar del establecimiento del acreedor en el
momento de la conclusión del contrato
b) Si no son pecuniarias el lugar del establecimiento del deudor en el momento de la
conclusión el contrato
(si alguna de las partes tiene varios establecimientos será el que tenga mayor
vinculación y si no hay establecimiento será la residencia habitual)
IMPUTACIÓN Y RECIBO DEL PAGO
Hay posibilidad de equívoco a la hora de cumplir. Para que se produzca esta situación se
necesita:
1. Que un deudor lo sea por varios conceptos o tenga varias deudas respecto de un solo
acreedor
2. Que las deudas sean de una misma especie o naturaleza, se trata de obligaciones
genéricas.
3. Que las obligaciones se encuentren vencidas y sean, por tanto, exigibles.

Imputación convencional e imputación legal


La imputación del pago es la designación o el señalamiento de la deuda a la que se haya
de aplicar la prestación verificada por el deudor.
Arts. 1172 a 1174 C.c. establece las reglas:
1. Se atribuye al deudor la facultad de realizar tal determinación.
2. En caso de existir recibo, la definitiva atribución del pago la realiza el acreedor
(relacionado con lo dispuesto en el art. 1110 C.c.)

En los casos en los que no haya habido imputación por el deudor, ni se haya emitido
recibo por el acreedor (aceptado por el deudor) entrarán en juego las siguientes reglas:
IMPUTACIÓN LEGAL (carácter subsidiario)
1. Se entiende satisfecha en primer lugar la deuda que resulte más onerosa para el
deudor (art. 1174 párf. 1º C.c.)
2. Si las diversas deudas fueren de igual naturaleza y gravamen, el pago se imputará a
todas a prorrata (art. 1174, párf. 2º)

FORMAS ESPECIALES DE CUMPLIMIENTO


- Si llegado el momento del cumplimiento el deudor no puede cumplir, el acreedor podrá
proceder judicialmente para satisfacer su derecho de crédito.
- Como el proceso judicial no es deseable, en ocasiones se sustituye la prestación debida
por otra, aunque no se hubiera contemplado al establecer la obligación (alternativa)
RENEGOCIACIÓN DE UN CRÉDITO.
- La sustitución de la prestación requiere acuerdo entre acreedor y deudor.
Esto da lugar a dos modos especiales de cumplimiento DACIÓN EN PAGO /CESION DE
BIENES PARA EL PAGO

a) DACION EN PAGO
- Cuando el deudor, con consentimiento del acreedor, realiza una prestación distinta a
la originaria que, no obstante, surte el efecto de extinguir la obligación.
- No regulada en el Código civil pero el TS ya se ha pronunciado en ocasiones sobre su
validez.
- Requisitos:
1. Acuerdo entre las partes para extinguir la obligación
2. Transmisión o entrega simultánea del objeto de la prestación.

Muy utilizada para extinguir tanto la responsabilidad hipotecaria como la obligación


personal.
La Ley 1/2013, de 14 de mayo, de medidas para reforzar la protección a los deudores
hipotecarios, restructuración de deuda y alquiler social, ha incorporado al Código de
Buena Práctica para la restructuración viable de las deudas con garantía hipotecaria
sobre la vivienda como medida sustitutiva de la ejecución hipotecaria, la posibilidad de
que el deudor solicite la dación en pago de su vivienda habitual.

B) La cesión de bienes para pago (pago por cesión)


El deudor se limita a transferir al acreedor la posesión y administración de sus bienes
para que los liquiden y apliquen el precio obtenido al pago de sus créditos. No se
extingue la obligación automáticamente, es decir no equivale al cumplimiento, sino que
lo facilita, art. 1175 C.c. (típico en los procedimientos concursales)
Dos tipos:
- Judicial: sigue normas de procedimiento concursal
- Convencional o extrajudicial: se rige por las normas del derecho de obligaciones y
contratos (autonomía de la voluntad)
Diferencia fundamental entre dación en pago y cesión de bienes:
La dación transmite la titularidad del bien entregado al acreedor y la cesión de bienes
NO

MORA DEL ACREEDOR


- El acreedor no está en disposición de recibir el pago, no es lo frecuente.
- El deudor, aunque quiera, no puede liberarse de su obligación.
- A veces por motivos externos a la voluntad del acreedor y otras veces por su
intención.
- En estos casos, según el art. 1176 C.c, el deudor quedará libre mediante LA
CONSGINACIÓN de la cosa debida.
El ofrecimiento del pago y la consignación:
- Ley de Jurisdicción Voluntaria (Ley 15/2015) señala que la consignación consiste
en que el deudor o un tercero ponga las cosas debidas a disposición del juzgado
(primera instancia del lugar donde deba cumplirse la obligación) o del notario.
- Antes de proceder a la consignación, el deudor debe haber ofrecido el pago y el
acreedor se ha negado (documento que lo acredite)
- En este caso, el deudor se libera mediante la consignación.
La constitución en mora del acreedor traerá consigo, entre otras, estas consecuencias:
- Que el retraso en el cumplimiento no hará nacer la mora del deudor
- En caso de obligaciones pecuniarias cesará la obligación de intereses.
- En general, la imposibilidad de cumplimiento de la prestación sin culpa del deudor
operará en perjuicio del acreedor (robo en el domicilio del deudor)
- El acreedor deberá abonar todos los gastos derivados de la conservación y custodia de
la cosa debida

Supuestos de consignación directa:


Hay algunos casos en los que no se hace ofrecimiento de pago sino directamente la
consignación (ejm. cuando el acreedor está ausente o incapacitado para recibir el pago)
se trata de ausencia e incapacidad de hecho.
Otro caso es aquel en el que el deudor no sabe a quién tiene que pagar, bien por ser
desconocido el acreedor bien porque haya varios y se haya extraviado el título… en estos
casos la ley permite realizar directamente la consignación (art.1176.2)

Efectos de la consignación:
- La aceptación de la consignación por el acreedor o la declaración judicial de estar
bien hecha extinguirá la obligación y el deudor podrá pedir que se mande
cancelar la obligación.
- En el caso de consignación notarial, el notario la notificará a los interesados para
que en 10 días hábiles acepten el pago, retiren la cosa o hagan las alegaciones
que consideren oportunas.
- Los gastos generados por la consignación serán de cuenta del acreedor.
TEMA 5: EL INCUMPLIMIENTO DE LAS OBLIGACIONES

SUPUESTOS DE INCUMPLIMIENTO
Incumplimiento = no llevar a cabo la prestación debida.
A) Incumplimiento propio o absoluto: aquellos supuestos de falta de cumplimiento
caracterizados por la imposibilidad futura de ejecutar la prestación.
B) Incumplimiento impropio o relativo: caso de cumplimiento defectuoso,
extemporáneo o parcial. Para el Código civil cualquier contravención de la relación
obligatoria será considerada como falta de cumplimiento indemnización y de dará lugar
los daños y al resarcimiento o perjuicios (art. 1101 C.c.)

RESPONSABILIDAD DEL DEUDOR


¿Responde en cualquier caso? ¿Sea o no culpa suya la falta de cumplimiento de la
obligación?
- Cuando no puede cumplir por causas de caso fortuito y fuerza mayor, no responderá
(art. 1105 C.c.)
- En los demás será responsable de la falta de cumplimiento y, en particular, cuando
haya incurrido en dolo, culpa o mora (art. 1101 C.c.)
CASO FORTUITO Y FUERZA MAYOR
Regla general
Exoneran al deudor de responsabilidad: art. 1105 C.c. “nadie responderá de aquellos
sucesos que no hubieran podido preverse o que, previstos, fueran inevitables”
Será el deudor el que deberá probar el caso fortuito o la fuerza mayor
El propio art. 1105 señala en qué casos esta regla general no es de aplicación

1. En los expresamente mencionados por la ley (ejm. Comodatario que destina la cosa a
un uso distinto de aquel para el que se le prestó; cuando el deudor pierde la cosa tras
incurrir en mora)
2. Cuando expresamente lo declare la obligación

Salvo caso fortuito o fuerza mayor, el deudor será responsable de la falta de


cumplimiento por:
1. Incurrir en dolo, negligencia o morosidad
2. Contravenir de cualquier modo el tenor de la obligación

CULPA O NEGLIGENCIA
DOLO
MORA

CULPA O NEGLIGENCIA

Art. 1104 C.c. “omisión de aquella diligencia que exija la naturaleza de la obligación y
corresponda a las circunstancias de las personas, del tiempo y del lugar”
Y si no expresa la diligencia que ha de prestarse en su cumplimiento se exigirá la que
correspondería a “un buen padre de familia”
DOLO
- No lo define el Código civil
- Consiste en una actuación consciente y deliberada el deudor que se resiste a
cumplir la obligación.
- Se encuentra presidida por la mala fe.
- No es necesario que tenga intención de dañar, sino que basta con que el deudor,
a sabiendas, infrinja el deber de cumplimiento.

MORA DEL DEUDOR


- Cuando el cumplimiento de la obligación no tiene lugar en el momento temporal
prefijado.
- Se habla de mora cuando el cumplimiento, aunque sea tardío, resulte
satisfactorio para el acreedor porque sino no hay mora sino incumplimiento (me
dan el traje de novia un día después de la boda)
- Tiene que haber retraso por culpa o dolo porque si ha sido caso fortuito o fuerza
mayor no será constituido en mora.
- Sólo procede en las obligaciones positivas, no en las negativas (no hacer algo) –
lógico- y EXIGIBLES.

Para que el retraso se convierta en mora es necesario que el acreedor exija al deudor,
judicial o extrajudicialmente, el cumplimiento de la obligación (art. 1100.1)

INTERPELACIÓN O INTIMACIÓN
- Podrá ser judicial/extrajudicial
- La carga de la prueba de la intimación recae sobre el acreedor

En la interpelación judicial….
¿Cuándo comienza a pagar intereses moratorios con la interposición de la
demanda o a partir del emplazamiento del demandado?
(TS a partir de la interposición de la demanda)
La regla general de la necesidariedad de interpelación NO ES ABSOLUTA

Mora automática
Art. 1100, párrafo 2º “no será, sin embargo, necesaria la intimación del acreedor para
que la mora exista:
1. Cuando la obligación o la ley lo declaren así expresamente.
2. Cuando el momento de entrega sea determinante (no hay mora, hay incumplimiento)
Ej. De mora automática: art. 1124 obligaciones recíprocas “ninguno de los obligados
incurre en mora si el otro no cumple…. Desde que uno de los obligados cumple su
obligación, empieza la mora para el otro”
Efectos de la mora:
Ya hemos distinguido claramente entre un mero retraso y la mora. El deudor MOROSO
queda obligado a:
- Cumplir la obligación y además indemnizar por daños y perjuicios por su retraso
- Responder incluso en supuesto de incumplimiento debido a caso fortuito o fuerza
mayor (a diferencia del no moroso)
Cuando el acreedor concede un nuevo plazo de cumplimiento al deudor se le conoce
con el nombre de MORATORIA (convencionales y legales)

Reacción del acreedor y ejecución forzosa


El acreedor reclamará judicialmente una de estas opciones:
- el cumplimiento de la obligación y la correspondiente indemnización
- resolución del contrato
Si solicita el cumplimiento, el deudor podrá cumplir o negarse a cumplir. En este último
caso el acreedor reclamará de nuevo al juez, ahora para que se EJECUTE LA SENTENICA
DE CONDENA previamente obtenida
EJECUCIÓN FORZOSA

EJECUCIÓN FORZOSA
(arts. 701.3 y 712 y ss. LEC)

IN NATURA EQUIVALENTE PECUNIARIO


(forma específica) (forma genérica)
obtiene la misma prestación valor patrimonial

Indemnización de daños y perjuicios


- Siempre es de carácter pecuniario
- Suma de dinero que el deudor incumplidor ha de entregar al acreedor para resarcirle
de los daños y perjuicios causados por el incumplimiento.
Art. 1101 C.c.
- Finalidad: dejar al acreedor indemne de las consecuencias perjudiciales causadas. Se
indemniza por:(Art. 1106 C.c.)
daño emergente (daño o pérdida sufrido)
por lucro cesante (lo que deja de obtener) (el acreedor debe probarlo)

Diferente indemnización según sea deudor culposo o doloso:

a) Deudor de buena fe o culposo: responderá de los daños y perjuicios que se hubieran


previsto o podido prever al tiempo de constituir la obligación y sean consecuencia de su
falta de cumplimiento.

b) Deudor de mal fe o doloso: responde de todos los daños y perjuicios que se deriven
de la falta de cumplimiento (siempre que puedan probarse)
TEMA 6: MODIFICACIÓN DE LAS OBLIGACIONES

Diferentes tipos de modificaciones


Posibilidad de alterar y modificar la relación obligatoria sin que ello suponga la extinción
de esta.

1. Modificaciones subjetivas:
a) cambio de acreedor: transmisión del crédito
b) cambio de deudor: transmisión de deuda (necesita consentimiento del acreedor)

2. Modificaciones objetivas: pueden afectar a objeto, aspectos circunstanciales

LA CESIÓN DEL CRÉDITO


- Facultad del acreedor, este puede hacerlo por propia iniciativa con independencia de
la voluntad del deudor.
- Nuestro Código civil se ocupa de la cesión de créditos en los arts. 1526 y ss. al tratar de
la compraventa
- Se pueden utilizar los créditos con una finalidad solutoria, es decir, en pago de una
obligación preexistente.

No todos los créditos son transmisibles. La regla general quiebra en estos casos:
a) Art. 1112 C.c.: “si se pacta lo contrario”
b) Los derechos personalísimos derivados de una relación obligatoria cualquiera
c) No pueden cederse créditos a ciertas categorías de personas que tengan una especial
relación con el cedente o ciertas funciones públicas en relación con el crédito de que se
trate (art. 1459 C.c.)

Cedente-Cesionario-Deudor:
- La cesión del crédito es válido por el mero consentimiento entre el acreedor originario
(cedente) y el nuevo acreedor (cesionario)
- Se entiende que el deudor tiene conocimiento de la cesión desde que el cedente le
comunica la cesión o cuando el cesionario le presenta el documento acreditativo de la
misma.
- Al cesionario le conviene poner en conocimiento del deudor la cesión lo antes posible
y evitar así el pago indebido al acreedor cedente.

La cesión se podrá hacer de forma onerosa o gratuita y la responsabilidad del cedente


frente al cesionario será distintas según se trate de:
a) cedente de mala fe: responderá siempre del pago de todos los gastos que haya
realizado el cesionario y de los daños y perjuicios que la falta de cumplimento del deudor
(incluso insolvencia) le haya ocasionado.
b) Cedente de buena fe: sólo responderá de la existencia y legitimidad del crédito al
tiempo de la venta o cesión, pero no de la solvencia del deudor.
Efectos de la cesión:
- Dado que ésta es una novación modificativa de la obligación preexistente, está
claro que ésta continúa subsistiendo conforme a su estado anterior.
- El derecho de crédito sobrevive en la misma forma a la que tenía antes del
cambio de acreedor.
- El cesionario se encuentra en la misma posición en que se encontraba el cedente
y contará con las mismas garantías y derechos accesorios inherentes al crédito
originario.

LA SUBROGACIÓN DEL CRÉDITO Y EL PAGO CON SUBROGACIÓN


Es el caso en el que el solvens (que cumple) sucede al acreedor en su posición jurídica y
pasa a ocupar su lugar en el crédito y sus accesorios.
La subrogación por pago puede ser:
- Convencional
- Legal

a) Convencional:
Aquellos casos en los que el pago hecho por el tercero es conocido por el deudor y el
solvens y acreedor han llegado a tal acuerdo. Se requiere:
- Que se establezca con claridad (art. 1209.2 C.c.)
- Que el solvens haya realizado el cumplimento de la obligación con conocimiento del
deudor puesto que si el deudor lo ignora o se opone no hay subrogación sino derecho
al reintegro o reembolso.
Si el deudor no sólo conoce el pago del solvens, sino que además lo consiente, éste
tendrá derecho a la subrogación legal del artículo 1210.2 C.c.

b) Legal: (supuestos del art. 1210 C.c.)


Art. 1210: Se presumirá que hay subrogación:
1º. Cuando un acreedor pague a otro acreedor preferente
2º Cuando un tercero, no interesado en la obligación, pague con aprobación expresa o
tácita del deudor
3º Cuando pague el que tenga interés en el cumplimiento de la obligación salvo los
efectos de la confusión en cuanto a la porción que le corresponda (fiador)

Efecto del pago con subrogación:


Es el mismo efecto que en el caso de la cesión de créditos:
SE MANTIENE EL CRÉDITO TAL Y COMO SE ENCONTRABA EN EL PATRIMONIO DEL
ACREEDOR
Art. 1212 C.c. “La subrogación transfiere al subrogado el crédito con los derechos a él
anexos, ya contra el deudor, ya contra los terceros, sean fiadores o poseedores de las
hipotecas”

LOS CAMBIOS DE DEUDOR: la transmisión de la deuda


Las modificaciones en el “lado pasivo de la obligación” (transmisión de deuda) son más
complejas que la transmisión de crédito
La capacidad de cumplimiento y la solvencia del deudor son determinantes para el
acreedor de ahí que éste último tenga un gran interés en saber quién es el deudor y es
fundamental SU CONSENTIMIENTO para poder cambiar de deudor.

Formas de transmisión de deuda:


1. Expromisión: pacto o acuerdo entre el acreedor y un tercero, nuevo deudor, que se
sitúa como sujeto pasivo de la obligación liberando al deudor primitivo.
2. Delegación: el acuerdo se produce entre el deudor primitivo y el nuevo deudor, que
se coloca en la posición de sujeto pasivo liberando al deudor originario.
EL CONSENTIMIENTO DEL ACREEDOR ES INEXCUSABLE, EN CUALQUIER CASO

Efectos de la transmisión de deuda:


En muchos casos el cambio del sujeto pasivo genera una verdadera novación, es decir,
sustitución de una obligación por otra nueva a causa del cambio del deudor. Otras veces
sólo es novación modificativa.
En la transmisión de deuda -a diferencia de lo que ocurre en la cesión de créditos- las
garantías y accesorios de la obligación principal se extinguirán por el cambio de deudor,
como regla general (art. 1207 C.c.)
TEMA 7: EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES

ART. 1156 C.c. enumera las causas de extinción:


- Pago o cumplimiento
- Pérdida de la cosa debida
- Condonación de la deuda
- Confusión de los derechos de acreedor y deudor
- Compensación
- Novación

Pérdida de la cosa debida o imposibilidad sobrevenida de la prestación:


Es más correcta la segunda expresión porque así se incluye la pérdida de la cosa en las
obligaciones de dar (art. 1182 C.c.) y que la prestación sea físicamente imposible en las
de hacer (art. 1184 C.c.)

Características de la imposibilidad de cumplimiento:


1.El carácter sobrevenido: siempre el incumplimiento se deberá a
circunstancias posteriores al momento
de constituirse la obligación (en caso
contrario sería ya NULA por falta de objeto y no nacería la obligación)

2.Origen físico o jurídico de la imposibilidad


Art. 1184 habla de “prestación que resulte legal o físicamente imposible”
(ej. Que el cuadro de Goya desaparezca por un incendio o que se apruebe una ley que
impida el tráfico económico de bienes culturales de la Nación)
El art. 1122 C.c. define lo que se entiende por pérdida de la cosa

3. Carácter objetivo de la imposibilidad:


Son intrascendentes las circunstancias relativas a la persona del deudor (enfermedad,
insolvencia…). No obstante, serían una excepción a esta regla las obligaciones
personalísimas
(ej. Futbolista de renombre a quien le amputan una pierna…)

4. Imposibilidad sobrevenida total y parcial:


El art. 1182 y siguientes C.c. regulan la imposibilidad sobrevenida de la prestación
de carácter total.
¿Qué ocurre cuando la imposibilidad es sólo parcial?
Lo mejor será dejar la decisión en manos del acreedor de la prestación en el caso de las
obligaciones de carácter oneroso y defender la extinción en las que son a título gratuito

Ahora bien, como ya hemos visto, para que la imposibilidad sobrevenida de la prestación
tenga eficacia extintiva es necesario que se den los siguientes presupuestos:
1. Que no sea imputable al deudor
2. Que la imposibilidad se produzca con anterioridad a la constitución en mora del
deudor (si está en mora responde incluso del caso fortuito)
3. En las obligaciones de dar la cosa tiene que ser específica o determinada
4. Que la cosa específica no proceda de delito o falta, en este caso se aplicará el artículo
1185 C.c.
(Objeto robado que hay que restituir a su propietario)

CONDONACIÓN O REMISIÓN DE LA DEUDA


El Artículo 870, en materia de sucesiones habla de “legado de perdón o liberación de
una deuda” también en el art. 1187 se habla de condonación de deuda.
- Mortis causa: se habla de legado de perdón
- Inter vivos: condonación o remisión propiamente dicha.
DEPENDE EN EXCLUSIVA DE LA INICIATIVA DEL ACREEDOR
(renuncia unilateral del acreedor)

Puede ser que el deudor no quiera extinguir la relación obligatoria en ese caso el deudor
que quiera cumplir y vea rechazada la prestación por el acreedor, puede llevar a cabo la
consignación de esta, extinguiendo la obligación por pago y no por la condonación del
acreedor.
(en este sentido sí se habla de bilateralidad puesto que tiene que consentir el deudor)

Régimen normativo básico de la condonación:


a) Límites de la condonación.
Acto gratuito sin contraprestación por parte del deudor.
El art. 1187 se remite a lo dispuesto para las donaciones inoficiosas en relación con el
636 “nadie podrá donar más de lo que pueda dar por testamento”
El primer límite que encuentra la facultad de renunciar al derecho de crédito viene
representado por los derechos de los legitimarios.

b) Clases de condonación
Art. 1187.1 C.c. puede hacerse de forma expresa o tácita (cualquier actuación o hecho
concluyente del acreedor)
Si es expresa, debe ajustarse a las reglas de la donación (at. 1187.2) por lo que se remite
a los artículos 632 y 633 C.c.
También se puede hablar de condonación presunta en los casos del 1188.1 y 1191 C.c.

c) Efectos de la condonación
Efecto fundamental = extinción de la obligación El acreedor renuncia al ejercicio del
derecho de crédito que ostentaba.
En caso de consolidación parcial la relación obligatoria sigue con la extensión y alcance
que corresponda.
Si en la relación obligatoria hay obligaciones principales y accesorias se aplica la regla
del 1190 y la principal extingue las accesorias (no viceversa)

LA CONFUSIÓN: Art. 1192 C.c.


Se produce esta forma de extinción cuando se reúnan en una misma persona los
conceptos de acreedor y deudor.
Esta coincidencia de la condición de acreedor y deudor en una misma persona puede
deberse a circunstancias diversas:
a) Inter vivos: Ej. Una empresa compra otra con la que tenía ya algún negocio jurídico.
b) Mortis causa: Ej. Préstamo de los padres a uno solo de los hijos que éste deberá
reintegrar a la herencia.

Régimen jurídico de la confusión:


- Aun siendo una misma persona acreedor y deudor, no se dará confusión en caso de
patrimonios separados por disposición legal.
(ej. Herencia aceptada a beneficio de inventario, art. 1192.2 C.c.)
- Si hay obligaciones accesorias, la extinción de la principal por confusión conlleva la
extinción de las accesorias, pero no al revés.
- Si hay pluralidad de acreedores/deudores y se produce confusión parcial, se aplican las
reglas de las obligaciones mancomunadas y solidarias -1143.

LA COMPENSACIÓN
Consiste en la total o parcial extinción de dos deudas homogéneas cuando sus titulares
sean mutua y recíprocamente acreedor y deudor.
(ej. En el bar, a petición del camarero, le dejo en moneda suelta 5 euros para devolverle
el cambio a otro cliente y luego él, cuando yo vaya a abonar mi consumición, me lo
descuenta del precio.)
(ej. bancos que se compensan los talones o chequee s emitidos por sus respectivos
clientes)

Requisitos de la compensación: Art. 1196 C.c.


- Que cada uno de los obligados lo esté principalmente y sea a la vez acreedor principal
del otro.
- Que ambas deudas consistan en una cantidad de dinero o, siendo fungibles las cosas
debidas, sean de la misma especie y calidad.
- Que las dos deudas estén vencidas *
- Que sean líquidas y exigibles *

El artículo 1200 C.c. establece dos supuestos vetados a la compensación:

a) Cuando alguna de las deudas proviniere de depósito o de las obligaciones del


depositario o comodatario
b) En el caso de la obligación de alimentos a título gratuito.

LA NOVACIÓN
Hay dos tipos:
Novación extintiva: art. 1156 “las obligaciones se extinguen por la novación”
Novación modificativa: art. 1203 “las obligaciones pueden modificarse…” la obligación
primitiva subsiste, pero modificada en sus elementos o circunstancias.
Puede ser:
Subjetiva (si cambia el acreedor o el deudor: cesión de crédito y transmisión de deuda)
Objetiva: cambia el objeto o sus condiciones principales (art. 1203.1 C.c.)
Requisitos de la novación extintiva:
- Que la intención de los sujetos sea clara (art. 1204 C.c.) sea de forma expresa o tácita
- Que sea común a ambos sujetos
- Que la obligación primitiva se a válida (art .1208 C.c.)
El efecto fundamental de la novación extintiva es la extinción de la obligación originaria.
Si hay obligación principal y accesorias la extinción de la primera acarrea la de las
segundas, pero si éstas aprovechan a terceras personas pueden subsistir (art. 1207 C.c.)
TEMA 8: LAS GARANTÍAS DEL CRÉDITO

GARANTÍAS:
1. El derecho de retención:
Facultad que se atribuye, en ciertos casos, al acreedor para conservar bajo su poder una
cosa que está obligado a restituir a quien se la entregó, mientras que éste no cumpla
con su deuda.
Este derecho de retención no puede ni transmitirse ni enajenarse aisladamente del
derecho de crédito que asegura.
Es un mecanismo de carácter preventivo de protección del acreedor.

Supuestos legales de retención:


- Retención de la cosa mueble o inmueble por el poseedor de buena fe, en tanto no les
sean abonados los gastos necesarios (art. 453.1) o el precio e la adquisición (art. 464.2)
- La retención de la cosa usufructuada en favor del usufructuario cuando éste hay
atendido a la realización de reparaciones extraordinarias.
- El que tiene quien haya ejecutado una obra en cosa mueble mientras no le sea abonada
(art. 1600)
- La facultad de los depositarios y mandatarios mientras no se les abone cuanto se le
debe a causa del mandado o depósito.

Retención de origen convencional:


Es posible con los límites del art. 1255 C.c.

2. La cláusula penal o pena convencional


El incumplimiento de la obligación produce unos daños que son difíciles de probar y
valorar. Para liberarse de esa difícil prueba se establece la cláusula penal en el propio
contrato contemplando lo que ocurrirá en caso de incumplimiento.
a) Pena sustitutiva o compensatoria: art. 1152.1
“En las obligaciones con cláusula penal, la pena sustituirá a la indemnización de daños y
al abono de intereses en caso de incumplimiento, si otra cosa no se hubiera pactado”
b) Pena cumulativa: art. 1153, segunda parte, “el acreedor podrá exigir conjuntamente
el cumplimiento de la obligación y la satisfacción de la pena” siempre que “esta facultad
le haya sido claramente otorgada”
c) Multa penitencial: art. 1153, primera parte “el deudor no podrá eximirse de cumplir
la obligación pagando la pena, sino en el caso de que expresamente le hubiese sido
reservado este derecho”
(el pago de esa multa le permite desentenderse de la relación obligatoria) –obligación
con cláusula facultativa

La cláusula penal está referida al incumplimiento de la obligación principal, pero …


¿y si hay un incumplimiento parcial o defectuoso?
Art. 1154 C.c. “el juez modificará equitativamente la pena cuando la obligación
principal hubiera sido en parte o irregularmente cumplida por el deudor”

LA CLÁUSULA PENAL ES UNA OBLIGACIÓN ACCESORIA Y SUBSIDIARIA


3. Las arras o señal:
a) Arras confirmatorias: entrega de una cantidad de dinero a modo de señal o parte del
precio realizada por uno de los contratantes y dirigida a reforzar de algún modo la
existencia del contrato o a constituir un principio de ejecución de este.
El C.c. no habla de ellas, sí el CC. en su art. 343 “las cantidades que, por vía de señal, se
entreguen en las ventas mercantiles, se reputarán siempre dadas a cuenta del precio y
en prueba de la ratificación del contrato, salvo pacto en contrario”.
b) Arras penitenciales/Arras de desistimiento: También entrega una cantidad de dinero
uno de los contratantes, pero en el caso de que cualquiera de las partes desistiera del
contrato perderá las arras el que las haya entregado o tendrá que devolver el doble el
que las haya recibido (art. 1454 C.c.) – compraventa-
c) Arras penales: aquellas que se fijan como quantum indemnizatorio, en el caso de
incumplimiento del contrato las retendrá quien las haya recibido (no las regula el C.c.)
TEMA 9: LA PROTECCIÓN DEL CRÉDITO PROTECCIÓN DEL CRÉDITO

Se trata de garantizar el cumplimiento de las obligaciones responde el deudor con todos


sus bienes, presentes y futuros”
Se trata de garantizar el cumplimiento de la obligación; en caso de incumplimiento entra
en juego la responsabilidad patrimonial universal.
El deudor responde con todo su patrimonio (bienes, derechos, acciones). Al acreedor le
interesa que el patrimonio del deudor no se vea disminuido o perjudicado (transmisión
a terceros, no ejercita derechos que le corresponden para que no cobre el acreedor…)

1. Acción subrogatoria o indirecta:


Art. 1111 C.c. “los acreedores después de haber perseguido los bienes de que esté en
posesión * el deudor para realizar cuanto se le debe, pueden ejercitar todos los
derechos y acciones de éste con el mismo fin, exceptuando los que sean inherentes a su
persona”
(en definitiva, el acreedor ejercita derechos del deudor en su propio beneficio cuando
aquel no tenga otro medio de hacer efectivo su derecho de crédito)
*carácter subordinado

2. Acción directa:
Se concede al creedor la facultad de reclamar el cumplimiento de la obligación al deudor
de su deudor sin necesidad de que lo obtenido haya de pasar por el patrimonio del
deudor intermedio.
Son supuestos concretos, entre otros:
- facultad concedida a los trabajadores o suministradores de materiales de un contrato
de obra, de dirigirse directamente contra el dueño de la obra por la cantidad que éste
adeude al contratista (que a su vez es deudor de los trabajadores)
- posibilidad de que el mandante se dirija directamente contra el sustituto del
mandatario

3. Acción revocatoria o pauliana:


Tiene por finalidad privar de eficacia a los actos de enajenación fraudulentos realizados
por el deudor (carácter subsidiario: cuando no encuentre otro medio de satisfacer su
crédito, burlado por el acto fraudulento del deudor)
Presupuesto fundamental:
- Acción fraudulenta del deudor (como es muy difícil probarlo, el CC. en su art. 1297
establece dos presunciones:
- Se presumen celebrados en fraude de acreedores todos los contratos en los que el
deudor enajenare un bien a título gratuito.
- También se presumen fraudulentas las enajenaciones a título oneroso hechas por
aquellas personas contra las cuales se hubiese pronunciado antes sentencia
condenatoria o expedido mandamiento de embargo.
¿qué ocurre con el tercer adquirente?
Dado que la acción revocatoria tiene por objeto privar de eficacia a los actos dispositivos
del deudor tachados de fraudulentos
- Si adquiere de buena fe y a título oneroso: la transmisión no será revocada o rescindida
- Si el adquirente conocía y ha participado en el fraude (mala fe) no es digno de
protección y la rescisión del contrato le afectará de plano quedando obligado a devolver
o, en último término, a indemnizar (art. 1298 C.c.)
PLAZO: 4 años, de caducidad (=rescisión 1299.1)
TEMA 10: LA CONCURRENCIA Y PRELACIÓN DE CRÉDITOS

CONCURRENCIA Y PRELACIÓN DE CRÉDITOS


Concurrencia de acreedores: todos tienen el mismo derecho a cobrar (par conditio
creditorum). En caso de ejecución si no hay patrimonio bastante para satisfacer el
crédito de todos se hará un reparto proporcional, sin embargo, el C.c rompe dicho
principio y se habla de: PRELACION DE CRÉDITOS O CRÉDITOS PREFERENTES

REGULACION
- Arts. 1921 y siguientes bajo la rúbrica “de la concurrencia y prelación de créditos”
- Ley Concursal 22/2003, 9 julio añadió el párrafo segundo al artículo 1921 “en caso de
concurso, la clasificación y graduación de los créditos se regirá por lo establecido en la
Ley concursal”

Causas de preferencia y orden de prelación:


a) por ser un crédito privilegiado, es decir, porque ese crédito tiene una cualidad
especial legalmente atribuida.
b) preferencia real, es decir, porque están garantizados por un derecho real (hipoteca…)
c) preferencia documental, esto es, que constan en escritura pública o han sido
reconocidos en sentencia firme.
d) los comunes o no preferentes, los demás no comprendidos en los apartados
anteriores

¿Qué orden seguimos dentro de los créditos preferentes?

1. En primer lugar los de carácter especial, y dentro de ellos:


a) los mobiliarios y b) inmobiliarios
2. En segundo lugar los créditos preferentes generales
En caso de que dentro de un mismo grupo concurran varios créditos preferentes, el
Código civil otorga prelación al más antiguo (prior tempore potior iure)

1.a) Créditos preferentes especiales de carácter mobiliario


Enumeración de los supuestos en el art. 1922 C.c.:
- los créditos por construcción…
- los garantizados con prenda…
- los garantizados con fianza…
- los créditos por transporte…
- los de hospedaje…
- los créditos por semillas y gastos de cultivo…
- los créditos por alquileres y rentas…
Orden interno de preferencia entre éstos: art. 1926
1.b) Créditos preferentes especiales de carácter inmobiliario:
Enumeración del art. 1923 C.c.
- los créditos a favor del Estado
- los créditos de los aseguradores
- los créditos hipotecarios y los refaccionarios*
- los créditos preventivamente anotados en el Registro de la Propiedad
- los refaccionarios no anotados ni inscritos
*Créditos refaccionario (el que se contrae y se destina a la construcción, conservación o
reparación de un inmueble)

2. Los créditos preferentes generales:


Una vez satisfechos los créditos preferentes especiales (art. 1929) podremos destinar el
patrimonio restante del deudor a satisfacer los generales.
Se pagarán siguiendo la jerarquía establecida en el art. 1924:

1º- los créditos a favor de la provincia y municipio


2º- los devengados por:
a) gastos de justicia y administración del concurso…
b) funerales del deudor…
c) última enfermedad…
d) salarios y sueldos de los trabajadores…
e) cuotas de regímenes obligatorios de subsidios…
f) anticipaciones hechas al deudor…
g) por pensiones alimenticias …
3º los créditos que sin privilegio especial consten:
- en escritura pública
- por sentencia firme

Estos créditos comunes u ordinarios se pagarán a prorrata y aquí ya no rige el principio


prior in tempore potior iure
TEMA11: LOS CUASICONTRATOS Y EL ENRIQUECIMIENTO INJUSTO

LOS CUASICONTRATOS Y EL ENRIQUECIMIENTO INJUSTO


Art. 1887 son cuasicontratos los hechos lícitos y puramente voluntarios, de los que
resulta obligado su autor para con un tercero y a veces una obligación recíproca entre
los interesados.
- Hechos lícitos
- Hechos voluntarios
- Son fuente de obligaciones, es indiferente que resulte obligado sólo el autor del
acto que los origina o éste y cualquier otra persona afectada por el supuesto de hecho.

GESTIÓN DE NEGOCIOS SIN MANDATO


Art. 1888 “se encarga voluntariamente de la agencia o administración de negocios de
otro, sin mandato de éste”
Requisitos:
- Actuación voluntaria del gestor: actúa por decisión propia, considerando que, según su
leal saber y entender, la situación fáctica existente justifica su intervención en la esfera
ajena.
- Actuación espontánea del gestor: por su propia iniciativa, sin encontrase obligado a
ello, ni estar autorizado por el “dominus” (sin mandato)
- Actuación lícita: así lo establece el art. 1887 para los cuasicontratos
- Actuación útil: Art. 1893 C.c. debe ser útil al dominus, es decir, beneficiosa para éste.
- Actuación desinteresada: carácter altruista, lo hace sin pesar en el lucro o provecho
propios.

Obligaciones del gestor:


- continuidad de la gestión, art. 1888
- deber de diligencia, art. 1889
- responsabilidad por delegación, art. 1890

Obligaciones del dominus:


- ratificación, art. 1892
- Gestión útil o provechosa, art. 1893.1
- Gestión precautoria, art. 1893.2

EL COBRO O PAGO DE LO INDEBIDO


Art. 1895 “cuando se recibe alguna cosa que no había derecho a cobrar, y que por error
había sido indebidamente entregada, surge la obligación de restituir”
(antes se llamaba pago de lo indebido, ahora se le ha dado la vuelta a la denominación,
el obligado no es el solvens, sino el accipiens del pago, aunque el C.c. utiliza
indistintamente una y otra)

Requisitos:
- Pago con animus solvendi: cumple con animo solutorio, entendiendo por error
el solvens que mediante su ejecución cumple una obligación.
- Inexistencia de obligación: indebitum ex re - indebitum ex persona
- El error del solvens: que el solvens haya intervenido por error (art. 1900)
- Obligación de restitución: art. 1895 C.c.
- Distinta obligación según haya habido buena o mala fe del accipiens.
- Buena fe: art. 1897: el accipiens ha de devolver la cosa o su valor de enajenación.
En caso de perdida de la cosa o de haberse deteriorado, sólo habrá de
indemnizar en el caso de que haya obtenido enriquecimiento efectivo.
- Mala fe: art. 1896 C.c. Su responsabilidad por pérdida o deterioro de la cosa se
ve agravada (si era dinero habrán de añadirse los intereses legales, si la cosa era
fructífera, deberán entregar los frutos)

En cuanto a los gastos que el accipiens haya realizado durante el periodo en que se
encontraba poseyendo la cosa, se aplicarán las normas sobre la liquidación del estado
posesorio, como establece el art. 1898 cuando se remite a lo dispuesto en el título V del
Libro II (de la posesión)

Se distingue entre gastos necesarios, gastos útiles o mejoras y gastos suntuarios (arts.
453 y ss.)

EL ENRIQUECIMIENTO INJUSTO
Se produce un enriquecimiento sin causa y paralelamente se produce un
empobrecimiento con una relación de causalidad entre uno y otro.
El que sufre el empobrecimiento puede interponer una acción personal (con un plazo
general de prescripción de 15 años)
Importante en esta materia la STS de 13 de enero de 2015.
TEMA 12: CONTRATOS

1. Acuerdo que consiste en realizar un determinado intercambio de un bien o servicio


por otro.
2. Operación económica consistente en un intercambio de bienes o servicios

CARÁCTER PATRIMONIAL DE LA RELACIÓN CONTRACTUAL


(Si no hay ese carácter no hablamos de contrato, ej. MATRIMONIO)

- Principio de autonomía de la voluntad = autonomía contractual


- Nunca se debe actuar en contra de: LA LEY, LA MORAL Y EL ORDEN PÚBLICO.
- Las normas legales referentes a los contratos son:
NORMAS DISPOSITIVAS
(ACUERDO DE VOLUNTADES)

IMPORTANCIA DEL CONSENTIMIENTO Y LIBERTAD DE FORMA

- Lo importante es que se pongan de acuerdo dos o más personas para celebrar el


contrato, no la forma.
- El momento determinante del contrato radica en el acuerdo de voluntades, es decir,
en la coincidencia del consentimiento de las partes.
1. CONTRATOS VERBALES
2. CONTRATOS ESCRITOS

Tienen las mismas consecuencias: las partes quedan obligadas (PREGUNTAR PRUEBA)

TIPOS DE CONTRATOS

CONTRATOS ESCRITOS:

1. DOCUMENTO PRIVADO (no sirve para acreditar su fecha frente a terceros que
pudieran verse perjudicados por la existencia el contrato, lógico, peligro de engaños...)
por eso frente a terceros (art. 1227 C.c.) la fecha del documento privado sólo se contará
desde que se incorpore en un registro publico o se entregue a un funcionario, también
desde la muerte de uno de los firmantes.

2.DOCUMENTO PÚBLICO: tienen una mejor condición probatoria frente a terceros,


tanto del hecho como de la fecha (ej. Notariales)

FORMA:

El principio de libertad de forma (art. 1278 C.c.) parece ser contradicho por el propio
Código civil (art. 1280 C.c.) puesto que se enumeran unos supuestos que DEBEN
CONSTAR EN DOCUMENTO PÚBLICO. Y otros que deben constar en documento ESCRITO
(aunque sea privado).
No obliga, verdaderamente sólo lo ACONSEJA por los efectos probatorios que hemos
dicho antes.

Sólo casos muy concretos en los que SÍ se exige contrato por escrito y en documento
público: CONTRATOS FORMALES
- HIPOTECA
- SOCIEDAD A LA QUE SE APORTEN BIENES INMUEBLES - DONACIÓN DE BIENES
INMUEBLES
Prácticamente todos son consensuales (≠ formales): compraventa, arrendamientos,
sociedad, mandato, seguro, fianza...

Hay otra clasificación de contratos que distingue entre:


- Contratos consensuales: se perfeccionan con el mero consentimiento
(compraventa)
- Contratos reales: se perfeccionan con la entrega de una cosa (depósito)

CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS:

A) Consensuales, reales y formales


B) Gratuitos (donación) y onerosos (compraventa, arrendamiento) en estos últimos la
prestación de una de las partes encuentra su razón de ser en la contraprestación de la
otra. Onerosos:
- Si la relación de equivalencia entre las prestaciones queda fijada de antemano se habla
de CONMUTATIVO
- Si la cuantía de la prestación depende de un acontecimiento incierto se habla de
ALEATORIO (cosecha...)
C) Típicos y atípicos. Los primeros siguen un esquema legalmente contemplado y a los
que el Derecho les proporciona una regulación general. Los siguientes tienen cabida por
el art. 1255 C.c. (ppio. autonomía voluntad)
D) Unilaterales y bilaterales (sinalagmáticos). Los primeros generan obligaciones para
una sola de las partes (préstamo). Los segundos generan obligaciones para ambas partes
de forma recíproca (compraventa)

ELEMENTOS DEL CONTRATO:

ESENCIALES:
- Consentimiento
- Objeto cierto
- Causa

ACCIDENTALES:
- Condición
- Termino
- Modo
ELEMENTOS ESENCIALES

1. CONSENTIMIENTO:
Hay que tener capacidad para contratar: la regla general es la capacidad de obrar
(mayoría de edad). Tener en cuenta siempre la relativa capacidad del menor.
Prohibiciones para contratar: tutor, respecto bienes del tutelado...
El consentimiento ha debido formarse LIBREMENTE, es decir, que no sea VICIADO.

Vicios del consentimiento (art. 1265 C.c.)


1. Error en los motivos (art. 1266 C.c.) esencial en la persona
2. Violencia: se ha empleado una fuerza irresistible
3. Intimidación: consiste en inspirar un temor racional y fundado de sufrir un mal
inminente y grave en sus bienes, su persona... (art. 1267 C.c.)
Si ha habido violencia o intimidación ANULABLES (criticado por la doctrina)
4. Dolo: cuando se actúa maliciosamente (art. 1269 C.c.)
- Se exige que sea un dolo grave, con la intención consciente de engañar a otra persona
y que no lo hayan empleado las dos partes para que produzca la NULIDAD del contrato
(art. 1270 C.c.)
- Además se exige que sea determinante para celebrar el contrato, es decir, sin él la
parte no hubiera celebrado el contrato. Se contrapone así (el dolo determinante) al dolo
incidental, que sólo daría lugar a indemnización de danos y perjuicios.

2. OBJETO:
Pueden ser objeto de contrato tanto las cosas como los derechos y también los servicios.
El objeto del contrato puede consistir en dar, hacer o no hacer alguna cosa o prestar
algún servicio.
REQUISITOS
- Lícito
- Posible
- Determinado/determinable

- Lícito: es decir, NO podrán ser objeto de contrato cosas que estén fuera del comercio
de los hombres o servicios que vayan contra las leyes y las buenas costumbres (se habla
de posibilidad jurídica)
- Posible: se refiere a posibilidad física, material
- Determinado/determinable: es decir, que no haga falta un nuevo acuerdo o convenio
entre las partes para fijar el objeto.

3. CAUSA:
Dependerá del tipo de contrato:
- En los gratuitos: la causa no es otra que la mera liberalidad, el altruismo de una de las
partes (donación)
- En los onerosos: las causas son muy variadas, hay muchos tipos, además, dentro de
cada contrato, cada parte tendrá su propia causa. Una causa muy frecuente dada la
función socioeconómica de los contratos es la de intercambiar cosa por precio
(compraventa, arrendamientos...)
- Los contratos sin causa o causa ilícita son NULOS (Art. 1275 C.c.)
ELEMENTOS ACCIDENTALES

1. CONDICIÓN
El suceso contemplado como condición tiene que ser: POSIBLE, LÍCITO Y NO DEPENDER
DE LA VOLUNTAD DE LAS PARTES.

CONDICIÓN:
- SUSPENSIVA
- RESOLUTORIA

a) CONDICIÓN SUSPENSIVA: la eficacia del contrato depende del acaecimiento de la


condición, es decir, el contrato empieza a ser eficaz cuando se cumple.
b) CONDICIÓN RESOLUTORIA: el contrato es eficaz hasta que la condición se cumpla, a
partir de ese momento, deja de tener eficacia.
También hay autores que distinguen entre:
- condición voluntaria: la fijan las partes
- condición legal (conditio iuris) que son casos en los que la ley subordina la eficacia del
contrato a un acontecimiento futuro.

2. TÉRMINO o PLAZO
Puede ser una fecha determinada o un periodo temporal determinado. Eso sí, siempre
ha de ser UN DÍA CIERTO, es decir, que necesariamente ha de llegar, aunque no se sepa
cuándo.
1.Término inicial o suspensivo (DIES A QUO) es el día a partir del cual un contrato genera
los efectos que le son propios (relacionado con la condición suspensiva)
2. Término final o resolutorio (DIES AD QUEM) es el día cierto en el que los efectos
propios del contrato concluirán (condición resolutoria)
(Hay que cumplir con la obligación el día señalado, no otro, sino habrá́
INCUMPLIMIENTO)

El términos puede fijarse por las partes, por un tercero, por la ley, o por el Juez.
El término lo fija la ley en supuestos concretos, en defecto de que lo hayan hecho las
partes, y presupuesto siempre un contrato celebrado a término, sin haberse precisado
este (por ejemplo, arts. 1577 y 1581 C.c.).

El término lo fija el Juez en los siguientes supuestos:


- Cuando, sin haber sido señalado por las partes, de la naturaleza y circunstancias del
negocio se deduzca que se ha querido a término (art. 1128.1 C.c.).
- Cuando haya quedado a voluntad del deudor (art. 1128.2 C.c.).
- Cuando las partes determinen que será́ el Juez quien lo fije.

3. EL MODO:
CONCEPTO Y DIFERENCIAS CON LA CONDICIÓN.
- Se llama modo, carga o gravamen (aunque el código civil también lo denomina,
erróneamente, condición; por ejemplo, arts. 647.1, 651.2 y 798.2) a la obligación
accesoria que puede imponerse al beneficiario, en los negocios a título gratuito
(por ejemplo, testamento, donación).
- La principal diferencia es que en la de modo hay una condición económica
(componente o gravamen)
- Se trata, en definitiva, de un límite a la liberalidad, o un gravamen que pesa sobre
ésta.

Los requisitos que debe reunir el modo, carga o gravamen son los siguientes:
- La obligatoriedad: Debe existir en el disponente el ánimo de crear un vínculo
obligatorio, sin el cual sólo existiría un consejo o deseo (modum praeceptum).
- La gratuidad: El vínculo de que se trata debe incorporarse a un acto de
liberalidad.
- La accesoriedad: El modo consiste en una obligación accesoria.
- La prestación en que consiste el modo debe ser posible y lícita.

La distinción entre condición y modo queda clara en los artículos 1114 y 797,2 o del
Código civil.
Según el primero, “En las obligaciones condicionales la adquisición de los derechos, así
como la resolución o pérdida de los ya adquiridos, dependerán del acontecimiento que
constituya la condición”.
Por el contrario, según el segundo, lo dejado sub-modo “puede pedirse desde luego, y
es transmisible a los herederos que afiancen el cumplimiento de lo mandado por el
testador, y la devolución de lo percibido con sus frutos e intereses, si faltaren a esta
obligación”.
En cada caso concreto, la investigación sobre si se trata de un contrato condicional o
modal se resuelven en una quaestio facti, en la que no deben pesar excesivamente las
palabras utilizadas por el sujeto, ya que a veces, la propia ley llama condición al modo.
A este respecto el Código civil dicta una norma específica, el artículo 797, 1o: “La
expresión del objeto de la institución o legado, o la aplicación que haya de darse a lo
dejado por el testador, o la carga que el mismo impusiere, no se entenderán como
condición, a no parecer que ésta era su voluntad”.

La esencia de la distinción entre ambas figuras radica en que de la condición dependen


los efectos del contrato, mientras que en el contrato modal tales efectos se producen
con independencia del modo, que sólo obliga a cumplir éste.

Para expresar tal diferencia se dice que la condición suspende, pero no constriñe, y el
modo constriñe, pero no suspende.
TEMA 13: FORMACIÓN DE LOS CONTRATOS

Para que se perfeccione el contrato hace falta que la propuesta que realiza una persona
sea aceptada por otra. Art. 1262 C.c. “el consentimiento (contractual) se manifiesta por
el concurso de la oferta y la aceptación”.
(oferta/contraoferta)
Hay veces que las partes no están físicamente en el mismo sitio: CONTRATOS ENTRE
AUSENTES.

LA FORMACIÓN DEL CONTRATO

Para que se perfeccione el contrato hace falta que la propuesta que realiza una
persona sea aceptada por otra. Art. 1262 C.c. “el consentimiento (contractual) se
manifiesta por el concurso de la oferta y la aceptación”.

(oferta/contraoferta)

Hay veces que las partes no están físicamente en el mismo sitio: CONTRATOS ENTRE
AUSENTES.

Ley 34/2002, de 11 de julio, de comercio electrónico:

- Hay consentimiento desde que el oferente conoce la aceptación.


- En los contratos celebrados mediante dispositivos automáticos hay consentimiento
desde que se manifiesta la aceptación.

Lo que nunca va a suponer la fijación definitiva de una oferta son los llamados TRATOS
PRELIMINARES.
Como su propio nombre indican son actos preparatorios de un (eventual o hipotético)
contrato que puede llegar a celebrarse o no.

La doctrina suele distinguir tres fases o momentos importantes en el proceso de


formación del contrato:

1. Fase de generación, que comprende el período denominado de «tratos preliminares»,


durante el que las partes debaten el contenido de un futuro y eventual contrato.
2. Fase de perfección, en la que se produce el acuerdo y coincidencia de intereses de las
partes contratantes, y con ello el nacimiento del contrato a la vida jurídica.
La perfección no sólo marca la fase en que concluye el proceso de formación del
contrato, sino también el momento a partir del cual éste existe ya y puede desplegar sus
efectos.
3. Fase de consumación. Comprende el período de cumplimiento del fin (realización de
prestaciones) para el cual se ha celebrado el contrato.

Para poder considerar que hay una oferta, ésta ha de reunir los siguientes requisitos:
1. Debe ser completa, lo que significa que debe contener todos los elementos necesarios
del contrato proyectado, de manera que si recae aceptación por quien ha recibido la
propuesta, el contrato queda perfeccionado.
Lo anterior no significa que en esta declaración deban estar contenidos los elementos
del contrato de manera determinada, ya que es también posible que se haya fijado un
método para su posterior determinación.

2. Debe ser seria, definitiva y recepticia. De este modo se impide que las declaraciones
sin contenido jurídico puedan tener la condición de oferta (por ejemplo, las ofertas
hechas iocandi causa, o con la simple intención de instruir o ilustrar, etc.), ya que no hay
en ellas una propuesta contractual.

3. Debe revestir una forma determinada cuando la ley la exija para el contrato que se
oferta, o cuando así lo hayan convenido las partes; en los demás supuestos, no requiere
forma especial alguna.

4. Ha de estar vigente en el momento de producirse la aceptación, es decir, es necesario


que la oferta no haya sido revocada ni esté caducada.

REVOCACIÓN DE LA OFERTA

Aunque nuestro Código civil no prevé́ el supuesto de revocación de la oferta, la doctrina


y la jurisprudencia son unánimes en admitir esta posibilidad.
Por excepción a la regla general de que la oferta es revocable en cualquier momento
anterior a la conclusión del contrato, el oferente puede haber renunciado (art. 6, párr.
2 c.c.) a su derecho a retirarla.

Conviene distinguir entre dos situaciones, que, por parecidas, pueden dar lugar a
confusión

A) Que la oferta se haya hecho para que esté en vigor durante un cierto plazo. En este
caso la oferta no podrá ser retirada durante ese período de tiempo; pero una vez haya
transcurrido el plazo, la oferta quedará automáticamente extinguida, sin necesidad de
revocación.
B) Que la oferta se haya hecho, no para un plazo determinado, pero sí
comprometiéndose a no retirarla durante cierto tiempo. Entonces, durante dicho
período de tiempo no cabe retirarla, e incluso concluido sigue en vigor en tanto que no
se retire, aunque ciertamente, transcurrido aquél, puede ser retirada cuando el oferente
quiera.

EL DEBER DE INFORMACIÓN

. El deber de buena fe precontractual presenta como uno de sus contenidos principales


el deber de información entre quienes participan en las negociaciones, que vienen
obligadas a comunicarse las circunstancias que cada parte desconozca y pueden resultar
definitivas para la prestación del consentimiento,
. La vulneración de este deber puede provocar (si se concluye el contrato) el ejercicio de
una acción de anulación por dolo omisivo.
. Para decidir sobre la conveniencia o no de celebrar el contrato, las partes procuran
informarse de todas las circunstancias que les son desconocidas; muchas de estas
circunstancias no son cognoscibles empleando una diligencia normal, pero sí con la
cooperación de la otra parte.

LA ACEPTACIÓN: CONCEPTO Y REQUISITOS

. La aceptación es una declaración de voluntad unilateral y con carácter recepticio por


la cual el destinatario de la oferta mantiene su voluntad de adherirse al contenido de
ésta
Art. 1262, párr. 2o C.c.: “Hallándose en lugares distintos el que hizo la oferta y el que la
aceptó, hay consentimiento desde que el oferente conoce la aceptación o desde que,
habiéndosela remitido el aceptante, no pueda ignorarla sin faltar a la buena fe. El
contrato, en tal caso, se presume celebrado en el lugar en que se hizo la oferta.”

. Con la aceptación se producirá la perfección del contrato (si es consensual), pero


siempre que aquélla reúna los siguientes REQUISITOS:
- Que vaya dirigida al oferente (carácter recepticio). Ello es consecuencia del
sistema adoptado (cognición) en orden a la formación del contrato.
- Que haya sido emitida con intención seria y definitiva de contratar: El
aceptante (que ha de tener capacidad contractual) debe emitir su declaración
con seria y definitiva intención de contratar. En este sentido, la aceptación no
podrá estar sometida a condición, ni a plazo, y tampoco podrá hacerse reserva
alguna en la declaración, de manera que sea necesaria la posterior aceptación
del oferente.
- Que su contenido coincida con el de la oferta. El contenido de la declaración de
aceptación debe coincidir plenamente con el de la propuesta en que tuvo su
origen; es lo que se ha denominado la regla del espejo.

Si quien emite la declaración de aceptación modifica alguno de los términos recogidos


en la oferta contractual, o inserta algún punto no incluido en ésta, el contrato no se
perfecciona, porque su declaración no podrá ser considerada como aceptación, sino
como “contraoferta”.
La contraoferta genera la extinción de la oferta inicial, ya que, en su virtud, el oferente
rechaza la propuesta contractual y asume la posición de proponente.

- Que recaiga tempestivamente, es decir, antes de que la oferta haya sido


revocada por el proponente, deba entenderse caducada por el transcurso del
plazo fijado, o transcurra el tiempo que se considere razonable para aceptar
conforme con los usos del negocio.
- Puede hacerse de cualquier forma (expresa o tácita), salvo que el oferente
hubiera establecido que la oferta se hiciera de una forma concreta, o ésta venga
exigida por imperativo legal, o por mutuo acuerdo de las partes.
- Del mismo modo que la oferta, la aceptación puede ser revocada antes de que
haya llegado a conocimiento del oferente, porque es en ese momento cuando el
contrato queda perfeccionado.
MOMENTO Y LUGAR DE LA PERFECCIÓN DEL CONTRATO.

. Los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, manifestado por el


concurso de la oferta y de la aceptación, que marca el final del iter formativo del
contrato, lo que requiere que la oferta contenga todos los elementos determinantes del
objeto y la causa, para que la posterior aceptación determine el concurso respecto de
ellos, sin introducir modificación alguna que requiera nuevo acuerdo.

Dado que tanto la oferta como la aceptación son declaraciones de voluntad recepticias,
el contrato se perfecciona en el momento en que la aceptación ha llegado a
conocimiento del oferente (o éste debió conocerla; o se estableció por voluntad de los
interesados el perfeccionamiento mediante emisión), estando vigente la oferta.
En este sentido, dispone el artículo 1.262, párrafo 1o, del Código civil que “El
consentimiento se manifiesta por el concurso de la oferta y de la aceptación sobre la
cosa y la causa que han de constituir el contrato”.

Esta regla general se refiere exclusivamente a los contratos consensuales (se


perfeccionan por el simple consentimiento), pero no a los contratos reales (mutuo,
comodato, depósito, etc.), que requieren para su perfección, además de aquél, la
entrega de la cosa; ni a los contratos con forma ad substantiam, que precisan que la
manifestación del consentimiento se produzca mediante la preceptiva observancia de
una forma determinada (por ejemplo, la donación de bienes inmuebles debe hacerse
constar en escritura pública, según el art. 633 C.c.).

. Para que un contrato haya quedado perfeccionado, es necesario que se cumplan los
siguientes requisitos:
- La manifestación de la voluntad de las partes debe hacerse por medios idóneos
que permitan su conocimiento (por ejemplo, el egiptólogo A no puede realizar
una oferta en un jeroglífico faraónico a B, desconocedor de ese lenguaje).
- Debe haber interdependencia entre las declaraciones de voluntad, en el sentido
de que ninguna de ellas tenga sentido sin la otra (por ejemplo, A oferta la venta
de su coche a B, y éste dirige su aceptación a A para perfeccionar el contrato).
- Es necesario que exista una concordancia o correlación entre las declaraciones
de voluntad que configuran el consentimiento manifestado
- El consentimiento manifestado debe fijarse en una cierta forma jurídica que
permita identificar la existencia y la naturaleza del contrato (por ejemplo, un
apretón de manos de ambos contratantes, la firma de un documento que recoge
el acuerdo de las partes, etc.).
- Las declaraciones de voluntad deben recaer en un tiempo y lugar determinados.
La oferta y la aceptación no son declaraciones de voluntad autónomas, sino
interdependientes, por lo que deben coincidir en un determinado momento para
que pueda existir el contrato como acuerdo de voluntades en un propósito
práctico común.
EL CONTRATO DE ADHESIÓN Y LAS CONDICIONES GENERALES DE LA CONTRATACIÓN.

La expresión “contrato de adhesión” se utiliza para referirse a aquellos supuestos


contractuales en los cuales una de las partes, que generalmente es un empresario
mercantil o industrial que realiza sus operaciones en masa, establece un contenido
prefijado (condiciones generales de la contratación) para todos los contratos que se
realicen en el ejercicio de su empresa, y al que debe adherirse el futuro aceptante, si
quiere contratar con aquélla.

Estos contratos se caracterizan por los siguientes rasgos:


- Las partes no están situadas en pie de igualdad, pues la conclusión del contrato
no va precedida de una discusión sobre su contenido, sino que sus cláusulas han
de ser aceptadas o rechazadas.
- El contenido está redactado de manera uniforme para muchos contratos, por lo
cual resulta inalterable, ya que se ajusta a un modelo standard.
- El contrato de adhesión es la respuesta que da la contratación en masa a la
demanda, también en masa, de bienes o servicios determinados, de manera que
el cliente ha de tomarlo o dejarlo.
- La oferta existe de una manera general y permanente, lo que significa que el
oferente no se preocupa de elegir a la otra parte contratante; y el cliente, por su
parte, en ocasiones tampoco puede contratar con alguien distinto, sobre todo
en situaciones de monopolio (de hecho, o de derecho).
- En muchas ocasiones, las condiciones generales de la contratación, al figurar
en letra impresa, no se leen, o, en caso de hacerse, resultan prácticamente
ininteligibles.

Esta contratación por medio de formularios, impresos, pólizas, o modelos


preestablecidos es muy frecuente en la práctica bancaria, en la de seguros, en la de
transportes, en los suministros de energía eléctrica, agua potable, teléfono y gas.
No hay duda de que los contratos de adhesión presentan algunas ventajas (como la
rapidez en su conclusión, que ahorra discusiones y tiempo), pero también serios
inconvenientes para la masa anónima de ciudadanos que se ve obligada a aceptar las
cláusulas que se le imponen.
TEMA 14: INTERPRETACIÓN DE LOS CONTRATOS

LA INTERPRETACIÓN DEL CONTRATO: LOS PRINCIPIOS RECTORES DE LA


INTERPRETACIÓN.

La interpretación contractual es una actividad dirigida a determinar el sentido de una


declaración o de un comportamiento de las partes contratantes y a fijar sus efectos
jurídicos, realizada con arreglo a unas normas jurídicas preestablecidas

INTERPRETACIÓN E INTEGRACIÓN DE LOS CONTRATOS:


Interpretación subjetiva (verdadera intención)
Interpretación objetiva:
- Sistemática (unas cláusulas con otras)
- Principio de conservación del contrato
CALIFICACIÓN DEL CONTRATO

Para interpretar un contrato, pueden utilizarse dos vías interpretativas:


- La interpretación subjetiva, dirigida a averiguar la voluntad común de los
contratantes (voluntas spectanda). Para ello se realiza una interpretación
histórica del contrato, intentando reconstruir el pensamiento y el propósito
común de los contratantes (por ejemplo, a través de los actos de los
contratantes, coetáneos y posteriores al contrato; art. 1.282 C.c.).
- La interpretación objetiva, es decir, intentando eliminar las dudas o
ambigüedades de la declaración contractual, mediante la atribución a la ésta de
un sentido y significado objetivos, prescindiendo incluso de la voluntad real de
las partes (por ejemplo, mediante el uso o la costumbre del lugar).

. El principal artífice de la interpretación contractual es el Juez. Las normas sobre


interpretación de los contratos van dirigidas a él principalmente, en tanto que es misión
suya decidir sobre el significado de las cláusulas dudosas (interpretación judicial).
. Pero esto no quiere decir que el Juez sea el único autor de la interpretación, pues
también las partes del contrato, al fijar su contenido, lo están interpretando
(interpretación auténtica).
. Además, cabe referirse a la interpretación realizada por un tercero en función
dictaminadora o asesora (interpretación doctrinal).

Pero, en muchas ocasiones, no podrá determinarse exactamente el contenido


contractual mediante una actividad estrictamente interpretativa (interpretación), sino
que será necesario avanzar más y determinar la naturaleza del contrato, es decir,
identificar el tipo contractual celebrado (típico o atípico), para así determinar las normas
(imperativas y supletorias) que le son aplicables (calificación del contrato).

A veces, la búsqueda del exacto contenido del contrato requiere una actividad más: la
integración del contrato, es decir, añadir a los derechos y obligaciones de las partes
(fijados mediante la interpretación y la calificación) todas aquellas otras consecuencias
complementarias que sean conformes al ordenamiento jurídico
De lo expuesto se deduce que interpretación, calificación e integración del contrato son
operaciones distintas; cada una de ellas tiene su propia autonomía e independencia,
aunque es indudable que están estrechamente relacionadas entre sí.

A la operación dirigida a determinar el exacto contenido del contrato mediante la


extracción de consecuencias complementarias acorde con el conjunto del sistema
normativo, se le denomina integración del contrato
porque su resultado puede suponer la agregación de derechos y obligaciones no
contemplados por las partes ni por las normas de carácter dispositivo aplicables al
contrato en cuestión, la sustitución de determinadas estipulaciones convencionales por
otras consecuencias impuestas por el ordenamiento, o la declaración de nulidad de
algunas cláusulas contractuales

La integración del contrato se encuentra contemplada en el artículo 1.258 del Código


civil, el cual, tras identificar el momento de perfección de los contratos con el mero
consentimiento, establece que “desde entonces obligan no sólo al cumplimiento de los
expresamente pactado, sino también a todas las consecuencias que, según su
naturaleza, sean conformes a la buena fe, al uso y a la Ley”.
TEMA 15: MODIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS POR ALTERACIÓN DE LAS
CIRCUNSTANCIAS BÁSICAS

Una vez que las partes han creado el contrato por su libre voluntad, vienen obligadas a
comportarse de acuerdo con sus estipulaciones.

Este principio de la obligatoriedad del contrato (pacta sunt servanda) opera, por
razones de seguridad jurídica, aun cuando la realidad provoque (sin intervención de las
partes) una alteración de las circunstancias que presidieron la conclusión del contrato
(principio de inalterabilidad del contrato).

Sería contrario a la buena fe que un contratante pretendiera quedar liberado de su


obligación por el mero hecho de haber sucedido algo imprevisto (por ejemplo, el
comprador ha de cumplir el contrato, aunque el precio de la mercancía haya bajado
posteriormente).
Pero en momentos de crisis económica, o cuando se trate de contratos de ejecución
sucesiva y de larga duración, una alteración extraordinaria de las circunstancias que
presidieron la contratación puede convertir en excesivamente onerosa para una de las
partes el cumplimiento de lo convenido, convirtiendo al contrato en objetivamente
injusto.

Para evitar las injusticias que pueden resultar de estas circunstancias extraordinarias, se
permite la revisión del contenido del contrato en los tres supuestos siguientes:

1. Cuando las partes, previendo esa posible alteración, establecieron en el contrato


ciertas medidas cautelares correctoras de los eventuales desequilibrios (por ejemplo,
las partes insertan cláusulas de estabilización de la moneda con la que se pagan los
servicios), o pactaron la modificación o extinción del contrato.

2. Cuando el Estado dicta leyes generales para corregir desequilibrios económicos


producidos como consecuencia de circunstancias excepcionales (por ejemplo, leyes de
emergencia para subvenir a una catástrofe) o para dar respuesta a ciertas exigencias
sociales (por ejemplo, revisión de la renta en los arrendamientos rústicos).

3. Los Tribunales, ante tal alteración, pueden fallar, excepcionalmente y en los casos
que se verán, contra la fuerza obligatoria de los contratos, previo ejercicio de la
correspondiente acción por una de las partes.

Dado que nuestro Ordenamiento, y nuestro Sistema Jurídico en general, parte de las
bases de libertad contractual y respeto a las obligaciones libremente contraídas, tanto
la doctrina como la jurisprudencia están conformes en aplicar de manera restrictiva la
cláusula rebus sic stantibus a supuestos realmente graves en los que el cambio de
circunstancias haya trastocado las previsiones iniciales de los contratantes
La revisión puede obtenerse y el contrato ajustarse a las nuevas circunstancias a petición
de parte interesada si concurren los siguientes requisitos:
- Que entre las circunstancias existentes entre el momento de celebración del
contrato y las concurrentes en el momento de su cumplimiento o ejecución se
haya producido una alteración extraordinaria.
- Que las nuevas circunstancias sean imprevisibles para las partes en el momento
de la celebración del contrato.

EFECTOS DE LA CLÁUSULA REBUS SIC STANTIBUS.

El efecto propio y característico de la presencia de esta cláusula radica en la


imposibilidad de mantener el contrato en los términos pactados inicialmente,
permitiéndose, de manera excepcional, proceder a la modificación o a la resolución del
mismo

LA CESIÓN DEL CONTRATO

Además del crédito (o de la deuda) aisladamente considerados, puede ser también


objeto de transmisión la íntegra posición contractual que una persona ocupa en un
determinado contrato.

La cesión, sucesión o transmisión del contrato es aquella situación jurídica por la que
una persona (cesionario) pasa o ocupar la posición de otra (cedente) en aquél,
asumiendo sus mismos derechos y obligaciones, siempre que la otra parte contratante
(cedido) acepte la transmisión (por ejemplo, la cadena de televisión A cede al canal B
unas imágenes compradas a C, quien deberá prestar su conformidad a tal cesión).

SU ADMISIBILIDAD EN NUESTRO DERECHO

Aunque nuestro Derecho positivo omite su regulación, con carácter general, su


admisibilidad ha sido proclamada por la doctrina y la jurisprudencia, a la luz del principio
de libertad de pactos (art. 1.255 C.c.), por no oponerse a ninguna norma imperativa, ni
ser contraria a la moral, ni al orden público, ni atentar contra las buenas costumbres.
Además, siendo transmisibles singularmente los derechos y las obligaciones, por qué no
va a ser posible su transmisión en bloque
TEMA 16: LA EFICACIA NEGOCIAL

LA EFICACIA DEL CONTRATO “INTER PARTES” Y CON RESPECTO A TERCEROS.

Los efectos inter-partes derivan del concepto mismo de contrato. Si el contrato es una
manifestación de autonomía privada en orden a la reglamentación de los propios
intereses, es lógico que sólo produzca efectos respecto de sus autores (tercero será todo
el que no haya intervenido en la formación del contrato)

Hay que tener en cuenta estas dos circunstancias:


- Debe ser considerada parte del contrato no sólo la persona que ha realizado la
declaración de voluntad, sino también sus herederos.
- El contrato concluido por medio de representante tiene como parte al
representado o dominus negotii.

Para las partes, todo contrato supone siempre la creación, modificación, determinación
del contenido, declaración o extinción de una situación jurídica.
Por lo que se refiere a la eficacia del contrato respecto de terceros, diremos que ésta
se produce cuando el contrato afecta de alguna manera la situación de personas que
han sido totalmente ajenas a su realización, sin ser tampoco destinatarias de las
declaraciones de las partes.

El artículo 1.257, párrafo 1o, del Código civil: “Los contratos sólo producen efecto entre
las partes que los otorgan y sus herederos; salvo, en cuanto a éstos, el caso en que los
derechos y obligaciones que proceden del contrato no sean transmisibles, o por su
naturaleza, o por pacto, o por disposición de la ley.”
Pero no puede desconocerse que los contratos pueden producir, indirectamente,
algunos efectos respecto de terceros que no sean destinatarios de las declaraciones de
voluntad de las partes contratantes

Ej.:
yo contrato con mi vecino una servidumbre para que no eleve una pared en su
propiedad, pero de ella se aprovecha también B (que no fue parte, ni destinatario del
contrato)
cuando el propietario vende a un comprador su finca, el nuevo propietario debe ser
respetado por los que tienen un ius in re aliena sobre aquélla.

Con la expresión “ineficacia del contrato” se hace referencia a todos aquellos supuestos
en que el contrato no llega a producir los efectos a que estaba dirigido o deja de
producirlos en un momento dado. Los supuestos de ineficacia contractual pueden
integrarse en dos grandes grupos:

A) Invalidez. Viene motivada por la existencia de circunstancias intrínsecas a cualquiera


de los elementos esenciales del contrato que no resultan admisibles para el
ordenamiento jurídico. Dentro de la invalidez, según gravedad de tales circunstancias,
hay que distinguir entre:
a) Nulidad radical y absoluta
b) Nulidad relativa o anulabilidad.

B) Ineficacia en sentido estricto. Abarca todos aquellos casos en que ciertos defectos o
carencias extrínsecos al contrato conllevan su falta de efectos. Comprende los siguientes
casos:
a) El mutuo disenso;
b) El desistimiento unilateral;
c) La resolución por incumplimiento;
d) La rescisión;
e) La revocación;
f) Cumplimiento de la condición resolutoria;
g) Incumplimiento de la condición suspensiva.

A. INVALIDEZ:

a) Nulidad radical y absoluta: el contrato nulo carece inicial y perpetuamente de efectos,


de modo que la situación jurídica permanece como se encontraba antes de celebrarse
el contrato.
- La nulidad absoluta o de pleno derecho tiene lugar cuando el contrato carece de alguno
de sus elementos esenciales (consentimiento, objeto, causa y forma ad substantiam).
- Para que el contrato sea radicalmente nulo por falta de consentimiento, no basta con
que éste se encuentre viciado, sino que es preciso que de ningún modo se haya
consentido.
- Por lo que se refiere al objeto, el contrato puede ser nulo por su indeterminación
absoluta (art. 1.273 C.c.), o por su ilicitud (arts. 1.271, 1.272 y 1.305 C.c.).
- Con relación a la causa, el contrato estará afectado de nulidad si aquélla no existe o
resulta ilícita (arts. 1.275, 1.305 y 1.306).

La nulidad puede ser parcial.


Existe nulidad parcial cuando el contrato contiene una o varias cláusulas ilegales, pese a
la validez y adecuación al ordenamiento jurídico del conjunto esencial del mismo; es
decir, el consentimiento, el objeto, la causa y, en su caso, la forma, son intachables, pero
algunos aspectos del contrato son contrarios a norma imperativa.
En los casos de nulidad parcial, las cláusulas nulas se tendrán por no puestas, como si
fuesen inexistentes. Pero, salvo en estos aspectos, el contrato mantendrá su eficacia
(principio de conservación del contrato), y el vacío contractual resultante se llenará
mediante las operaciones de interpretación e integración.

- El contrato anulable, en cambio, es aquel que, por haberse celebrado con


determinados defectos, está amenazado de destrucción.
- El contrato anulable es inicial y provisionalmente válido, aunque es
potencialmente inválido. Por tanto, mientras no es impugnado, produce efectos.
Pero su validez depende de que quien esté legitimado solicite o no su anulación:
- Si la solicita, el contrato será declarado nulo
- Si no la solicita, podrá sanar el contrato por confirmación o por caducidad de la
acción de anulación, que tiene una duración de cuatro años (art. 1.301 C.c.).
La anulabilidad resulta más ventajosa que la nulidad, ya que mediante ella los incapaces
y, en general, los afectados por algún vicio del consentimiento quedan más protegidos
que, con esta última, que les impediría aprovecharse de los beneficios de un contrato
que les resultare ventajoso

En nuestro Código civil, la categoría da la anulabilidad se construye sobre la base de los


artículos 1.300 a 1.314, cuando se refiere a contratos en los que hay consentimiento,
objeto y causa, y son susceptibles de confirmación

Las causas generadoras de anulabilidad aparecen, indirectamente, enunciadas en el


artículo 1.301 C.c. Pueden reducirse a los tres grupos siguientes:
1. Los vicios de la voluntad de una de las partes, a los que se refiere el artículo 1.265
C.c. (dolo, error, violencia o intimidación). También la irregularidad de la causa falsa,
salvo cuando la falsedad de la causa comporte su inexistencia (art. 1.276 C.c.), lo que
provocará la nulidad del contrato.
2. La falta o limitación de la capacidad de obrar en una de las partes contratantes; así,
los contratos celebrados por menores no emancipados (art. 1.263, 1o C.c.), o por
menores emancipados sin la asistencia de las personas señaladas en el artículo 323 C.c.,
o por incapacitados (arts. 222 y 267 C.c.), o por los pródigos sin la asistencia de su
curador (art. 293 C.c.).
3. La ausencia de los consentimientos o asentimientos legalmente exigidos como
requisitos de eficacia del contrato, y que sean sancionados con la anulabilidad. Tal cosa
ocurre, por ejemplo, en relación con los contratos celebrados por un cónyuge sin el
consentimiento del otro. (ej. Art. 1.323 C.c.)

CARÁCTER CONSTITUTIVO O DECLARATIVO:

La sentencia de nulidad radical y absoluta tiene naturaleza meramente declarativa: a


través de ella, los tribunales se limitan a constatar la nulidad del negocio, sin que sea
necesario el ejercicio de la acción para que aquél quede privado de efectos, ya que el
negocio nulo nunca produjo efecto alguno.

La doctrina mayoritaria considera que la sentencia de anulabilidad tiene carácter


constitutivo de ésta, ya que con anterioridad a ella el negocio era eficaz (aunque con
eficacia claudicante)
Por lo tanto, esta sentencia producirá (constituirá) un cambio jurídico, en tanto que
privará de validez y de eficacia a un negocio que, hasta ese momento, era eficaz.
Determinada judicialmente la nulidad (anulabilidad), la sentencia tendrá carácter
retroactivo, lo que significa que el contrato será considerado nulo ab origine (no a partir
de la sentencia).

LEGITIMACIÓN:
ACTIVA:
Por lo que se refiere a la legitimación activa para el ejercicio de la acción de nulidad
(radical y absoluta): pueden ejercitar la acción de nulidad de los contratos: las partes,
los obligados por él y los terceros que sean perjudicados.
Tratándose de la anulabilidad, la acción de impugnación sólo puede ser ejercitada por
la víctima del vicio contractual

PASIVA
Quien ejercita la acción de nulidad de los contratos ha de dirigirse contra todos los
interesados en ellos (intervinientes, herederos, los causantes de la nulidad...)
En cambio, la acción de anulabilidad deberá dirigirse contra la otra parte contratante,
o sus causahabientes.

PLAZO PARA EJERCITAR LA ACCIÓN:

La acción de nulidad es imprescriptible.


La dirigida a solicitar la anulabilidad de un contrato caduca por el transcurso de 4 años
(art. 1301 C.c) transcurrido el plazo sin interponer la acción, el contrato queda
definitivamente válido.
(Este plazo de caducidad persigue no mantener indefinidamente una situación de
incertidumbre en las relaciones jurídicas)

El artículo 1.301 C.c. indica la forma en que ha de realizarse el cómputo de este plazo de
caducidad
- En los casos de intimidación o violencia, desde el día en que éstas hubiesen
cesado.
- En los de error, o dolo, o falsedad de causa, desde la consumación del contrato.
- Cuando la acción se refiera a los contratos celebrados por los menores o
incapacitados, desde que salieren de la tutela.
- Si la acción se dirigiese a invalidar actos o contratos realizados por uno de los
cónyuges sin consentimiento del otro, cuando este consentimiento fuere
necesario, desde el día de la disolución de la sociedad conyugal o del
matrimonio, salvo que antes hubiese tenido conocimiento suficiente de dicho
acto o contrato.”

EFECTOS DE LA NULIDAD Y ANULABILIDAD

Una vez firme la sentencia de nulidad (o de anulabilidad), el contrato se entiende nulo


desde su celebración (ineficacia ex tunc), con la consiguiente destrucción de los efectos
que hubiese podido producir, ya que opera con carácter retroactivo, eliminando
cualquier consecuencia que haya podido producir la apariencia negocial.

La destrucción de esos efectos se produce:


- en relación con quienes fueron parte en el negocio
- en relación con terceros (siempre que éstos hayan sido demandados y no estén
protegidos por el artículo 34 de la Ley Hipotecaria, o por el 464 del Código civil, o, en
general, cuando no hayan adquirido de buena fe y a título oneroso)

La declaración de nulidad, o de anulabilidad, producirá el efecto fundamental de


restitución establecido en el artículo 1.303 C.c.
La finalidad de este precepto es conseguir que las partes afectadas vuelvan a tener la
situación personal y patrimonial anterior al efecto invalidante.
Esta restitución es una obligación que surge ex lege de la nulidad (o de la anulabilidad),
por lo que podrá ser acordada en la propia sentencia, aunque no haya mediado petición
de parte.

El artículo 1.303 C.c. exige una restitución in natura. Pero cuando ésta resulte imposible,
procederá aplicar la norma del artículo 1.307 C.c.
Aunque los efectos del ejercicio de la acción correspondiente son los mismos para la
nulidad y la anulabilidad, en materia de restitución hay dos reglas específicas, que sólo
pueden aplicarse en sede de anulabilidad (arts. 1304 y 1314, párrafo 2o) mientras que
los arts. 1305 y 1306 solo se aplican a la nulidad)

CONVERSIÓN DE LOS NEGOCIOS NULOS


La conversión es un medio jurídico por virtud del cual un contrato nulo, que reúne los
elementos esenciales de otro, puede salvarse de la nulidad, al quedar transformado
(convertido) en un contrato distinto cuyos requisitos esenciales reúne.
por ejemplo, una donación nula, que puede valer como préstamo

Para que pueda haber conversión, es necesario que se den los siguientes requisitos:
- Que se trate de un negocio nulo susceptible de conversión, ya que no todos lo
son, como sucede con los que persiguen fines incompatibles con prohibiciones
legales, la moral o el orden público (art. 1.255 C.c.); en estos casos no habrá base
para recurrir a la defensa de la autonomía de la voluntad.
- Que el negocio base y el negocio sustitutivo tengan una común finalidad
económico-social, y, además, este último contenga un equilibrio de las
prestaciones equivalente al del primero.
- Los contratantes deben ignorar la nulidad del negocio-base y no haber excluido
la posibilidad de conversión del contrato (solo así cabe suponer que habrían
querido la validez del negocio de sustitución)

Nuestro Derecho carece de un texto legal que regule la conversión con carácter general.
Esto no significa que la conversión no sea posible en nuestro Derecho gracias a:
- el principio de conservación del negocio, y, sobre todo,
- la regla de integración del contenido del contrato según su naturaleza.

La conversión puede ser de dos clases:


Material. Tiene lugar cuando se convierte un negocio jurídico en otro sustancialmente
distinto; por ejemplo, la conversión de la donación en un préstamo,
Formal. Se produce cuando permanece el mismo negocio, pero con forma diferente;
por ejemplo: el artículo 715 C.c. establece que un testamento cerrado (nulo por
inobservancia de las formalidades exigidas) puede convertirse en testamento ológrafo
válido, si reúne todos los requisitos de éste.
CONFIRMACIÓN DE LOS NEGOCIOS ANULABLES

A diferencia de la conversión, que sólo afecta a los contratos radicalmente nulos, la


confirmación sólo encuentra aplicación en los negocios anulables, como se desprende
del artículo 1.310 C.c.: “Sólo son confirmables los contratos que reúnan los requisitos
expresados en el artículo 1.261”.
La confirmación sí aparece regulada en nuestro Código civil, en sede de contratos. El
artículo 1.309 C.c. establece que “La acción de nulidad queda extinguida desde el
momento en que el contrato haya sido confirmado válidamente.”

Como pone de relieve el artículo 1.313 C.c., “La confirmación purifica al contrato de los
vicios de que adoleciera desde el momento de su celebración.” Por tanto, los efectos
producidos por el contrato se hacen definitivos y gozan de carácter retroactivo.

Los requisitos para que se produzcan una eficaz confirmación son:


- Que el contrato adolezca de un vicio sanable; lo que significa que sólo los
contratos anulables pueden ser objeto de confirmación (art. 1.310 C.c.).
- Que haya desaparecido la causa que provocaba el vicio o defecto (art. 1.311 C.c.);
por ejemplo, después de haber cesado la violencia.
- Que la confirmación sea realizada por quien de ejercitar válidamente la acción
de impugnación; así se desprende del artículo 1.312 C.c.: “La confirmación no
necesita el concurso de aquel de los contratantes a quien no correspondiese
ejercitar la acción de nulidad.”
- Es necesario que quien confirma tenga capacidad para realizar el negocio
confirmatorio.

Existen dos tipos de confirmación; el artículo 1.311 C.c. establece, en este sentido, que
“La confirmación puede hacerse expresa o tácitamente. Se entenderá que hay
confirmación tácita cuando, con conocimiento de la causa de nulidad y habiendo ésta
cesado, el que tuviese derecho a invocarla ejecutase un acto que implique
necesariamente la voluntad de renunciarlo.”

B. LA INEFICACIA EN SENTIDO ESTRICTO

EL MUTUO DISENSO
El mutuo disenso consiste en el acuerdo de voluntades, emitido por las mismas partes
que celebraron el contrato previo, por medio del cual disuelven, extinguen o anulan
todas las obligaciones nacidas de ese contrato inicial, válidamente constituido y no
consumado.
Dado que el mutuo disenso es un consentimiento generador de un contrato, no tiene
otros límites que los que afectan a aquéllos (art. 1.255 C.c.), y puede, por tanto,
producirse en cualquier momento de la vida del contrato inicial, incluso si éste ya se ha
ejecutado total o parcialmente.
La razón de ser del mutuo disenso se basa, no sólo en el principio de autonomía de la
voluntad (art. 1.255 C.c.), sino también en la norma que establece que la validez y el
cumplimiento de los contratos no puede dejarse al arbitrio de uno de los contratantes
(art. 1.256 C.c.)
Es un contrato, porque debe reunir los requisitos exigidos por el artículo 1261 del Código
civil para la validez de cualquier contrato.
Es un contrato extintivo, porque las partes no pretenden crear obligaciones, sino
eliminar o extinguir una relación jurídica preexistente.
Es un contrato bilateral, porque produce obligaciones para ambas partes contratantes,
que quedan obligadas a la restitución de las prestaciones recibidas como consecuencia
del cumplimiento del contrato previo.
Es un contrato oneroso por su propia naturaleza, ya que en su virtud cada parte queda
obligada a realizar una prestación a favor de la otra.
Es un contrato consensual, porque se perfecciona por el mero consentimiento de las
partes contratantes, manifestado sin sujeción a forma, salvo que ésta sea necesaria para
que produzca efectos.

EFECTOS
El mutuo disenso tiene o no efectos retroactivos, según que la relación anterior que
mediante él se extingue sea de tracto único o de tracto sucesivo.
Si dicha relación es de tracto único, el mutuo disenso tiene unos ciertos efectos
retroactivos, ya que los contratantes se restituirán recíprocamente las cosas entregadas,
con sus frutos e intereses.
En cambio, si la relación que se extingue es de tracto sucesivo, no hay retroacción; la
extinción se produce ex nunc, y por tanto subsisten los efectos contractuales ya
producidos, pero las prestaciones que hubieran de realizarse tras la celebración del
mutuo disenso no podrán ser exigidas

EL DESISTIMIENTO UNILATERAL

Nuestro Código civil no dedica precepto alguno a regular el desistimiento unilateral.


Definición: acto por medio del cual cualquiera de las partes pone fin a su relación
contractual, antes del tiempo previsto, sin más requisitos que la comunicación de su
decisión a la otra parte contratante
Causas del desistimiento, pueden citarse: la ley, la voluntad de las partes (mutuo
consenso), y el actuar unilateral de una de ellas.

Aunque son varios los fundamentos en que puede estar basada la figura del
desistimiento unilateral, en general se traducen todos en el ejercicio de un poder o de
una potestad otorgada a una de las partes.
Los principales casos en los que el legislador consiente que una o cada una de las partes,
por su sola decisión unilateral y sin necesidad de causa que lo justifique, ponga fin a una
relación contractual, son difícilmente reconducibles a categorías generales, por lo que
es preferible considerarlos de aisladamente
Ciñéndonos al Código civil, citaremos los siguientes:

1. Contrato de obra, según el artículo 1.594 C.c


2. Sociedad civil (arts. 1.700, 4a, 1.705 y 1.706 C.c.)
3. Mandato (arts. 1.739 C.c. y ss.).
4. Comodato (art. 1.750 C.c.)
5. Depósito (art. 1.775 C.c.).

Los presupuestos necesarios para que entre en juego el desistimiento unilateral son los
siguientes
Que exista una relación de tracto sucesivo o continuada que desarrolle su eficacia a lo
largo de un período de tiempo de mayor o menor duración.
Además, pero alternativamente, deben darse alguna de las situaciones siguientes:
- Que la duración de esa relación sea indeterminada, creándose entonces el riesgo
de que se genere una vinculación vitalicia, lo que va en contra del principio que
niega las vinculaciones de por vida (art. 1.583 C.c.).
Que la economía interna de la relación contractual en cuestión asigne roles no
equilibrados a las partes, siendo predominante el interés de una de ellas (dueño de la
obra, depositante, mandante...)
En cuanto a sus efectos, el libre desistimiento extingue la relación obligatoria, pero sin
alcance retroactivo. Al tratarse de una relación duradera, normalmente deberá
procederse a liquidarla, con la oportuna rendición de cuentas, reembolsos y
restituciones, y, en su caso, indemnización de daños y perjuicios a la parte afectada.
Pero lo hecho hasta ese momento ha surtido plenamente sus efectos.

LA RESCISIÓN

Es un tipo más de ineficacia del contrato. Es una institución distinta y contrapuesta a las
nulidades; al igual que éstas, produce la ineficacia del contrato, pero no está basada en
vicios o ausencia de elementos de éste que puedan anularlo. Este planteamiento pasó
después a nuestro Código civil, que regula la rescisión como una figura autónoma, en el
Capítulo V del Título II del Libro IV (arts. 1.290-1.299).

Requisitos para el ejercicio de la acción de rescisión:


- Que “el perjudicado carezca de todo otro recurso legal para obtener la
reparación del perjuicio” (art. 1.294 C.c.). Por eso, dice este precepto que “La
acción de rescisión es subsidiaria.”
- Que el perjudicado que ejercita la acción esté, a su vez, en condiciones de
devolver aquello a que por su parte estuviese obligado. (art. 1295, párrafo 1o)
- “Tampoco tendrá lugar la rescisión cuando las cosas, objeto del contrato, se
hallaren legalmente en poder de terceras personas que no hubiesen procedido
de mala fe” (art. 1.295, párrafo 2o, C.c.). “En este caso podrá reclamarse la
indemnización de perjuicios al causante de la lesión” (art. 1.295, párrafo 3o, C.c.).

El artículo 1.290 C.c. dice que “Los contratos válidamente celebrados pueden rescindirse
en los casos establecidos por la ley.”
Los contratos rescindibles son, por tanto, contratos válidos, es decir, reúnen todos los
elementos necesarios, no vulneran prohibición legal alguna, ni están afectados por
vicios de la voluntad; tan sólo ocurre que:
- Han causado una lesión injusta a una de las partes
- Han sido utilizados para defraudar a los acreedores

Contratos rescindibles, según el Código civil:


El artículo 1.291 C.c. determina los contratos que pueden ser objeto de rescisión, en los
siguientes términos:
“Son rescindibles:
1. Los contratos que pudieran celebrar los tutores sin autorización judicial, siempre que
las personas a quienes representan hayan sufrido lesión en más de la cuarta parte del
valor de las cosas que hubiesen sido objeto de aquéllos.
2. Los celebrados en representación de los ausentes, siempre que éstos hayan sufrido
la lesión a que se refiere el número anterior.
3. Los celebrados en fraude de acreedores, cuando éstos no puedan de otro modo
cobrar lo que se les deba.
4. Los contratos que se refieran a cosas litigiosas, cuando hubiesen sido celebrados por
el demandado sin conocimiento y aprobación de las partes litigantes o de la Autoridad
judicial competente.
5. Cualesquiera otros en que especialmente lo determine la ley.”

LA RESOLUCIÓN

En los contratos sinalagmáticos, cuando uno de los contratantes cumple su parte y el


otro, en cambio, se niega a realizar la suya, el que cumplió tiene la facultad de escoger
entre exigir de la parte deudora el cumplimiento, o pedir la resolución del contrato;
pudiendo reclamar, además, en ambos casos, los daños y perjuicios que se le hayan
causado.

Esta facultad la recoge el artículo 1124 C.c. cuando dispone que “La facultad de resolver
las obligaciones se entiende implícita en las recíprocas, para el caso de que uno de los
obligados no cumpliere lo que le incumbe...

Efecto de la resolución contractual es la extinción de las obligaciones recíprocas, de


forma que éstas desaparecen y dejan de producir los efectos que les son propios.
Tiene, además, eficacia retroactiva en cuanto ha de volverse al estado jurídico
preexistente, como si el contrato no se hubiera concluido.

Ahora bien, este principio general de retroactividad y de eficacia ex tunc de la resolución


contractual cede cuando la acción resolutoria se dirige a poner fin a un contrato de
tracto sucesivo que da lugar a relaciones duraderas entre las partes, cuando las
recíprocas relaciones de las partes han sido ya, total o parcialmente, realizadas,
imponiéndose a las partes la simple obligación de liquidar la situación resultante tras la
resolución.
TEMA 17: RESPONSABILIDAD CIVIL

• La doctrina moderna no se muestra unánime a la hora de definir la responsabilidad


civil

• Un sector considera que el criterio determinante de la responsabilidad civil reside en


la imputación: un determinado sujeto será responsable de un incumplimiento de un
deber o de una obligación, o de la causación de un daño, siempre que dicho
incumplimiento le sea imputable.

• Para otros autores, lo realmente importante es el daño causado: tiende a conseguir la


reparación del daño cuando ha sido generado injustamente, es decir, cuando tienen su
origen en “la ley, en los contratos y cuasi contratos y en los actos y omisiones ilícitos que
intervenga cualquier género de culpa o negligencia”.

Al buscar una definición más amplia, que abarque todos los elementos de la figura,
YZQUIERDO TOLSADA considera que para que exista responsabilidad civil es necesaria
la constatación de una acción u omisión, la cual tendrá relación con un daño mediante
un nexo de causalidad.

1. Responsabilidad penal

Es la consecuencia jurídica derivada de la comisión de un hecho tipificado en una ley


penal por un sujeto imputable, y siempre que dicho hecho sea contrario al orden
jurídico, es decir, sea antijurídico; además de punible.

Generan responsabilidad penal todas aquellas acciones humanas (entendidas como


voluntarias) que lesionen o generen un riesgo de lesión a un bien jurídicamente
protegido por el ordenamiento jurídico (por ejemplo: vida, integridad física, libertad,
honor, orden público, etc.).

La comisión de un delito generará responsabilidad penal.

• La responsabilidad penal se concreta en la imposición de una pena:

- puede ser pena privativa de libertad (como la pena de prisión o la localización


permanente)
- privativa de otros derechos (como el derecho a portar armas, el derecho a conducir
vehículos a motor, el derecho a residir en un lugar determinado, etc.)
- también puede consistir dicha pena en una multa pecuniaria.

De la comisión de un hecho punible se derivan responsabilidades penales y


responsabilidades civiles. No obstante, ambas son diferentes e independientes la una
de la otra.
La responsabilidad penal no busca resarcir o compensar a la víctima del delito, sino más
bien, una vez concretada en una pena que se impone al sujeto que ha delinquido, se
orienta a la resocialización del mismo procurando que éste no vuelva a cometer otro
hecho delictivo.

La responsabilidad civil, por su parte, busca resarcir al titular del bien jurídico lesionado,
ofreciéndole una compensación económica por el daño que el hecho delictivo le
provocó, entre otras funciones que ahora analizaremos.

- La responsabilidad civil puede ser contractual o extracontractual, aunque aquella


derivada de un delito será extracontractual, en cuanto tiene su origen en un acto lesivo
respecto a unos intereses privados.

• En principio, la responsabilidad civil puede cumplir fundamentalmente tres funciones:


resarcitoria, preventiva y punitiva.
• La principal y clásica función que se le ha atribuido en nuestro ordenamiento es la de
resarcir, también llamada de compensación, indemnización o reparación.
• Esta función también se denomina reintegradora, teniendo en cuenta que lo que se
busca es, en la medida de lo posible, llevar a la víctima al mismo estado en que estaba
antes de haber sufrido el daño.

Pero la función clásica de reparación ha sido objeto de flexibilización y, en algunos casos,


ha debido convivir con las otras funciones. La función disuasoria o preventiva, como su
nombre indica, tiene la finalidad de disuadir a toda persona de causar daño alguno, para
que, en lo posible, tome las medidas de prevención necesarias para evitarlos

Por último está la función sancionatoria o punitiva. Se ha discutido si existe o no en el


ordenamiento jurídico español.
ROCA TRIAS considera que debe eliminarse del panorama pues pertenece a sistemas
como el norteamericano, que funciona de forma diferente al nuestro, añadiéndose a la
suma indemnizatoria una cantidad en representación de los denominados daños
punitivos, teniendo estos la naturaleza de multas penales, lo cual es abiertamente
contrario a la Constitución Española, según su artículo 25

Responsabilidad contractual y extracontractual


Diferencias prácticas entre uno y otro tipo de responsabilidad

Responsabilidad contractual:

En términos generales podemos describir la responsabilidad contractual como aquella


derivada del incumplimiento total, parcial o tardío de una obligación derivada de un
contrato.

En este ámbito, podemos hablar de un deber jurídico incumplido, derivado de la ley que
regula la naturaleza del contrato al que nos estemos refiriendo, o del pacto entre las
partes, gracias a la autonomía de la voluntad que les concede la legislación civil. El
principio general se traduce en no dañar al acreedor.
• Se refiere a ello el Código Civil en el art. 1.101, expresando:

“Quedan sujetos a la indemnización de daños y perjuicios causados los que en el


cumplimiento de sus obligaciones incurrieren en dolo, negligencia o morosidad, y los
que de cualquier modo contravinieran al tenor de aquellas”.

Responsabilidad extracontractual:

La responsabilidad civil por daños surge en la Lex Aquilia, que sancionó en Roma este
tipo de responsabilidad en el año 408.
Esta da lugar a la sustitución de la pena por la reparación, en cuanto a daños se trataba.
Por ello este tipo de responsabilidad es también conocida como aquiliana.
En ella no existe un convenio entre las partes que regule la relación de éstas.

Concurrencia de responsabilidades:

Son supuestos en los cuales no está claro si se deriva una acción de responsabilidad
contractual o extracontractual.
A pesar de que la teoría de la responsabilidad parezca ser muy clara, esto sucede en la
práctica en múltiples situaciones y más aun teniendo en cuenta la evolución que ha
tenido esta figura con el tiempo, buscando ampliar su campo de acción y acoger nuevos
supuestos.

Por ejemplo, un empleado de una empresa va a la casa de un cliente a instalar un


colchón y aprovecha para cometer un hurto o deja un cigarrillo encendido e incendia la
casa.

En este caso el daño no se da en ejecución de la prestación, es decir, en el ejemplo


expuesto no se genera cuando se está instalando el colchón, que es esa precisamente la
obligación de la parte contractual, sino que tiene lugar con independencia al contenido
de la obligación.

El diferente régimen jurídico de la responsabilidad civil contractual y extracontractual


A pesar de que ambas responsabilidades tienen la misma finalidad reparadora con
elementos comunes, existen en la práctica diferencias importantes.
No se trata ahora de determinar las zonas en que se hace difícil diferenciarlas, ni las
soluciones que se dan jurídicamente a dichas dificultades, sino de ver qué trascendencia
tiene en la práctica aplicar una u otra.

Inicialmente podría decirse que la primera diferencia conceptual entre la


responsabilidad contractual y extracontractual se deriva de:
- Contractual: existe una obligación previa, derivada de un contrato, que ha sido
incumplida.
- Extracontractual: la relación entre el causante del daño y la víctima es independiente
de una relación previa contractual.
Por tanto, el criterio diferenciador es el origen.
2. ELEMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL

Los elementos de la responsabilidad civil son:


1.LOS SUJETOS
2. EL HECHO GENERADOR (ACCIÓN U OMISIÓN)
3. LA IMPUTACIÓN (FACTOR DE ATRIBUCIÓN)
4. EL NEXO CAUSAL
5. EL DAÑO

1. SUJETOS

Presunto responsable: Es una persona física o jurídica, sobre la cual recaerá el juicio de
imputación. Una vez determinado si se dan todos los elementos de la responsabilidad,
recaerá sobre él la obligación de indemnizar.

Víctima: Es quien sufrió directamente el daño. Puede tratarse también de una persona
natural o jurídica. En caso de muerte de la víctima, habrá lugar a que otras personas,
además de sus herederos, estén legitimados activamente para reclamar la
indemnización por el daño causado

2. HECHO GENERADOR (ACCIÓN U OMISIÓN)

Este elemento de la responsabilidad se refiere a aquella acción u omisión que efectúa el


sujeto sobre la que se hará el análisis de causalidad con el daño.
En su determinación habrá que considerar si estamos ante un supuesto de
responsabilidad contractual o extracontractual.
En términos generales, se puede entender por acción cualquier actuación positiva (un
hacer) que provoca, de forma mediata o inmediata, el daño que deba indemnizar.

• Hecho Generador (Acción u Omisión)


• Si estamos ante la responsabilidad contractual se tratará del incumplimiento de una
obligación a cargo del deudor, ya sea porque no desplegó la conducta debida (o si el
desplego, debiendo abstenerse), o porque cumplió parcialmente, defectuosamente o lo
hizo de manera tardía.
• En la responsabilidad extracontractual se tratará de la causación de un daño de
manera injustificada a alguien.

3. LA IMPUTACIÓN

También es llamada por la doctrina factor de atribución.


Se denomina como imputación subjetiva, a diferencia de la objetiva, porque se refiere
al análisis de conducta del sujeto reclamado, determinando si cabe alguno de los
factores de atribución a la conducta del sujeto frente al hecho.
Lo importante será la relación entre la acción u omisión (hecho generador) con el sujeto.
Existen en la doctrina y jurisprudencia dos principales factores de atribución: subjetivo
y objetivo.
Factores de atribución subjetivos.
De acuerdo con el tipo de responsabilidad que se analice se examinará el grado de
diligencia y cuidado que era exigible y el que fue desplegado en el caso concreto.

1. El dolo:
Se define como la intención deliberada De causar daño a otro.
Esta acepción de dolo cabria tanto para el ámbito contractual como extracontractual,
aunque en el primero se señala que basta la intención deliberada de incumplir,
retrasarse en el cumplimiento o cumplir mal para que se entienda configurado el factor
de dolo. Por lo que se refiere al dolo en el ámbito de la responsabilidad extracontractual,
la doctrina no se muestra unánime.
Un sector mayoritario entiende que hay que atender al art. 1902CC, y que cuando éste
se refiere a “culpa o negligencia”, está contraponiendo ambos términos, por lo que la
palabra culpa equivale al término dolo, esto es, a la conducta observada con conciencia
y previsión del resultado dañoso y no a la simple falta de diligencia exigible en cada caso
y con la que podría haberse evitado

2. La culpa:
La doctrina afirma, por un lado, que cuando las normas hablan de culpa en
responsabilidad civil extracontractual se comprenden todas las formas de culpabilidad,
ya que “el resarcimiento integral del daño se produce cualquiera que sea la forma de
culpabilidad que haya concurrido”.

Ello lleva a concluir que se incurre en responsabilidad hasta por culpa levísima.

Así lo ha aceptado la STS de 11 de abril 2011 (RJ 2011/3447), que en un caso de accidente
laboral confirma la declaración de responsabilidad de la entidad encargada de la
elaboración del plan de seguridad de riesgos laborales de la empresa, responsabilidad
que en apelación alcanzó también a la empresa empleadora por culpa levísima.

Esta cuestión es una de las más afectadas con la evolución de la concepción de la


responsabilidad civil, pues es en este elemento donde se ha transformado la imputación,
volviéndose en muchos casos un factor sin análisis alguno de la conducta del
responsable.
Como destaca ROCA TRIAS, por medio del criterio objetivo se imputa a una persona el
daño que produzca la actividad desarrollada, con independencia del nivel de
contribución del imputado en la producción del daño ni de la diligencia desplegada. El
ejemplo más claro en los actuales sistemas de responsabilidad lo constituye el daño
causado por la conducción de vehículos automóviles.

Es importante aclarar en este punto que no se trata de que una vez la víctima pruebe el
daño no haya posibilidad alguna de que el responsable se exonere.
Se trata de que en uno de los elementos de la responsabilidad, que es la imputación
subjetiva, ya no es posible exonerarse probando diligencia y cuidado. El reclamado se
tendrá que ir al nexo causal para desvirtuar éste, y así poder romper su responsabilidad.
4. RELACIÓN DE CAUSALIDAD

Este elemento de la responsabilidad civil es sin duda el más problemático de determinar.


El jurista analizará las diferentes causas, determinando cuales de éstas puede
considerarlas unidas al hecho del sujeto.

En la doctrina mayoritaria la tesis más aceptada es la de la conditio sine qua non,


también conocida como la teoría de la equivalencia de las condiciones. Ésta propone
darle igual importancia a todas las condiciones que pudieron haber producido el daño,
y hacer un ejercicio mental de supresión de cada una de ellas hasta determinar con cuál
de las conductas el daño no se hubiese presentado.

Después de determinar la causalidad material, se acude a los criterios de imputación


objetiva, que son los que permitirán determinar la causalidad jurídica.
Estos permiten responder en principio a las preguntas de ¿quién responde? y ¿de
cuantas consecuencias?

Esta imputación objetiva implica que no es suficiente la voluntariedad de la acción, sino


que habrá de examinarse todo el proceso posterior desencadenante del daño para
imputar la responsabilidad. Solo cabe atribuir aquel daño cuando razonablemente se
derive de la conducta inicial según el devenir normal de los acontecimientos

En relación a la carga de la prueba del nexo de causalidad, el TS ha dicho que, salvo casos
excepcionales, le corresponde al demandante, que es quien pretende la indemnización.
Dicha carga no se modifica en los supuestos de responsabilidad objetiva, entendiéndose
que no por ser objetiva le da la virtud de ser automática.

El demandante no puede pretender que se le indemnice con la sola afirmación de un


daño. Deberá probar el hecho generador, el daño y al menos los elementos que
permitan analizar la relación causal entre ambos.
No es que el demandante siempre tenga la carga de la prueba de todo, ya que por
ejemplo en caso de que haya culpa presunta, no deberá probar la conducta del
responsable para que se le atribuya dicho hecho, pero el hecho mismo si deberá
probarlo.

5. EL DAÑO

El daño es uno de los elementos fundamentales de la responsabilidad civil, ya que si no


existe daño se descarta cualquier análisis posterior de esta figura.

Esto ha llevado a que muchos autores se refieran a esta figura como “derecho de daños”,
teniendo en cuenta no solo el papel fundamental del daño sino también la función
principal de la responsabilidad, que es el resarcimiento de este.

El concepto de daño: Podríamos decir que este constituye una lesión a un bien o interés
jurídico protegido, relevante para la responsabilidad civil, en cuanto sea ocasionado por
una persona diferente a la víctima.
Características del daño

1. Certeza del daño:


Como primera característica se impone que el daño sea cierto, refiriéndose
principalmente a la existencia de este al momento de la reclamación y a la cuantía.
Este es un tema principalmente probatorio, y quien lo alega debe probar su existencia.
En el caso del daño moral, el Tribunal Supremo en sentencia de 31 mayo 2000 (RJ
2000/5089) señala que no son necesarias las pruebas de tipo objetivo.

2. Actual o futuro

El daño que se reclama puede ser el que exista al momento de la reclamación o un daño
que se presentará en el futuro.
En este último caso debe tenerse en cuenta la característica de la certeza, referida
anteriormente, ya que de ser un daño futuro debe quedar acreditada la seguridad de
que éste se ocasione (por ejemplo, un daño emergente futuro; una cuenta por pagar).
No puede tratarse de un daño aleatorio o meramente eventual.

3. Directo - Mediato:

Es unánimemente aceptado que el daño no debe limitarse al directo causado a la


víctima, pues también son indemnizables los causados a terceros como consecuencia
del directamente percibido por la víctima.

No tiene que acreditarse una relación parental entre la víctima y el tercero, pero sí debe
quedar probado el perjuicio padecido como consecuencia del hecho dañoso. Se habla
así de daño directo y mediato

4. Antijuridicidad

Se refiere a aquellas lesiones de intereses dignos de tutela jurídica, que la víctima no


tenga obligación de soportar.

En el caso de los daños morales, por ser un concepto tan amplio, da lugar a múltiples
interpretaciones a la hora de determinar si realmente se lesionó un interés tutelado
jurídicamente. Podría decirse que prácticamente este tema queda al arbitrio de los
tribunales, y son múltiples las sentencias en que se solicitan.
Vemos, por ejemplo, la STS de 30 de junio 2009 (RJ 2009/5490), la cual reconoce la
posibilidad de daños por culpa extracontractual en el ámbito de las relaciones
subsiguientes a una crisis matrimonial.

• Con lo dicho anteriormente se vislumbra que no es fácil determinar con claridad desde
la teoría qué daños son resarcibles, ya que dependerá del análisis casuístico, en el cual
se revisará si el daño fue causado a un bien o interés jurídicamente relevante, revisando
en conjunto si el sistema jurídico le da algún tipo de protección y valoración y analizando
si encaja en alguno de los supuestos de exclusión.
Clases de daño:
Los tipos de daños se dividen principalmente en dos grupos:

1. Daños Patrimoniales: son los daños que afectan a un conjunto de bienes y derechos
de naturaleza patrimonial de la víctima.

- Se indemnizan de acuerdo con el valor que el bien dañado tiene en el mercado.


- Generalmente es fácil determinar su certeza y realidad para que cumplan los requisitos
de ser indemnizables.
- Se dividen en daño emergente y lucro cesante.
- Se relacionan con el principio de reparación integral y con el art. 1106 CC.

- El daño emergente es la pérdida patrimonial causada en el patrimonio de la víctima, o


que efectivamente se va a causar.
- El lucro cesante: A diferencia del concepto anterior se trata de una ganancia que la
víctima ha dejado de obtener, o un ingreso que dejara de percibir como consecuencia
del hecho dañoso.
Como se vio anteriormente, los daños pueden ser presentes o futuros, pero en el caso
del lucro cesante futuro, se genera gran dificultad en su determinación, por ello se
deben evitar vaguedades e indeterminaciones y acudirse al juicio de probabilidad o
verosimilitud atendiendo un curso normal de los acontecimientos
- “La pérdida de la oportunidad” ¿qué es esto?
No es lo mismo que el lucro cesante, en la pérdida de oportunidades se trata de una
frustración de expectativas de ganancias futuras (en el primero hay certeza de una
situación jurídicamente idónea que le permite esperar unas ganancias en el futuro en
la segunda no hay tal certeza)
(un caballo que debía correr un gran premio en el hipódromo no lo hace a causa de un
retraso del transportista, no era seguro que fuera a ganar, pero era uno de los
favoritos...)

Se priva de una ESPERANZA (de una “posibilidad”) pero esto también supone un
perjuicio indemnizable

Junto los patrimoniales están también:

2. Daños no patrimoniales, que a su vez se dividen en:


- corporales: resultado de un atentado a la integridad física y psíquica
- morales: perjuicios causados en la esfera espiritual de la persona, como es el caso del
honor o la intimidad.

Se trata de daños o lesiones a bienes jurídicos que no forman parte del patrimonio de la
víctima.
Se afectan bienes de carácter extrapatrimonial, que por dicha naturaleza no son
susceptibles de ser reparados en sentido estricto, pero si se les da un valor para que la
víctima sea indemnizada.
Como ya hemos apuntado, la prueba de éstos y su cuantificación presenta grandes
problemas, si se tiene en cuenta que son bienes inmateriales, que no tienen un valor en
el mercado (queda en manos de los jueces según el caso concreto)

Esta categoría de daño no tiene regulación en el Código Civil, aunque sí se recoge en el


Código penal y algunas leyes especiales, como, por ejemplo:
- en el Real Decreto Legislativo 6/2004, de 29 de octubre, por el que se aprueba el texto
refundido de la Ley de ordenación y supervisión de los seguros privados y
- en la Ley Orgánica 1/1982, de 5 de mayo, de Protección Civil del Derecho al Honor, a
la Intimidad Personal y Familiar y a la Propia Imagen.

• En las indemnizaciones por los daños personales que se hayan causado, como ya
sabemos, se incluye la pérdida de ganancias presente y futuras.
• En los casos del trabajador asalariado es fácil calcular la indemnización porque será el
salario bruto dejado de percibir mientras dura la convalecencia, no es tan clara la
situación en el caso del profesional liberal, que habrá de aportar algo más que la
declaración del IRPF.

EL DAÑO

• Mayores problemas se plantean:

- si el perjudicado es un trabajador de la “economía sumergida” (siempre que su


actividad no sea delictiva, claro)
- también el caso de actividad no remunerada (ama de casa)
- O que no desempeñe ninguna actividad como sucede con la mayoría de los menores
de edad

• En sede de daños corporales, tiene la condición de daño material:


- los gastos médicos
- de farmacia
- asistencia
- rehabilitación, etc.
que no hayan sido directamente asumidos por la seguridad social sino soportados
directamente por el lesionado
- los gastos que una lesión irreversible va previsiblemente a comportar (equipamiento
de la vivienda del minusválido recuperación funcional y psicológica...)
En caso de muerte, además, los de entierro y funeral.

Especial atención al DAÑO MORAL


- Uno de los temas más difíciles de la RC
El código civil no dice nada de daño moral, pero sí el Código penal:
Artículo 113.
La indemnización de perjuicios materiales y morales comprenderá no sólo los que se
hubieren causado al agraviado, sino también los que se hubieren irrogado a sus
familiares o a terceros.
RELACIÓN DE CAUSALIDAD

• Los problemas causales nacen sobre todo del hecho de que normalmente todo daño
es el resultado de una pluralidad de causas, y que todas ellas constituyen un
antecedente sin el cual aquél no se habría producido, con independencia de que sean
directos o indirectos, próximos o remotos.
• Lo primero que debe determinarse para dilucidar si se cumple el requisito causal es si
la conducta o actividad del demandado constituye un antecedente físico o material del
hecho dañoso.
ES DECIR, SI FUE UNA CONDITIO SINE QUA NON DE ESE RESULTADO.

Pero junto a la causalidad física u objetiva es necesario una causalidad jurídica, por la
que se parte de la base de que no todos los antecedentes causales físicos o materiales
generan el mismo aporte causal a los efectos de la imputación.
Por esta razón se descarta como criterio aplicable la llamada teoría de la conditio sino
qua non, o de la equivalencia de las condiciones, según la cual todos los antecedentes
causales de un determinado resultado son equivalentes, de modo que el daño es
imputable a todo sujeto que contribuyó a ese resultado.

El criterio dominante: el de la causalidad adecuada o causalidad eficiente


En la actualidad el criterio dominante es el de la causalidad adecuada (o de la causalidad
eficiente), según el cual, del conjunto de hechos antecedentes sólo tienen entidad
causal aquellos de los que quepa esperar a priori, y según criterios de razonable
seguridad o de verosimilitud estadística (juicio de probabilidad), la producción de un
resultado (dimensión positiva de la Causa adecuada).

¿A quién le corresponde la prueba de la existencia de la relación causal?

La prueba de la existencia de la relación causal corresponde también al dañado, aunque


hay casos en los que la jurisprudencia ha considerado que la mera existencia del daño
constituye un resultado probable de un hecho dañoso. En estos casos se dice que los
hechos hablan por sí solos (res ipsa loquitur).

RELACIÓN DE CAUSALIDAD INTERFERENCIAS EN EL NEXO CAUSAL

Ahora bien, realizado el acto y producido el daño pueden existir causas externas que
rompen o interfieren el nexo causal.

1. El caso fortuito y la fuerza mayor


Entre las causas que rompen o interfieren el nexo causal merece especia mención el
caso fortuito y la fuerza mayor.
Conforme al artículo 1105 del Código Civil nadie responderá de aquellos sucesos que no
hubieran podido preverse o que previstos fueran inevitables, y estas causas externas
son el caso fortuito y la fuerza mayor.
Cuando concurre caso fortuito o fuerza mayor se rompe el nexo causal, por cuanto la
acción u omisión humana no es la causa apropiada para la producción del daño, por
cuanto la causa del daño viene dada por una fuerza mayor o un caso fortuito.
En ambos casos se tratará de un acontecimiento que no se podrá imputar al sujeto y
que es inevitable o imprevisible.
Ahora bien, ambos conceptos se han de distinguir, así por el grado de evitabilidad del
suceso:
criterio subjetivo, el caso fortuito es un suceso que no pudo preverse, pero de haberse
previsto se hubiera podido evitar; y la fuerza mayor es un suceso inevitable, aunque se
hubiera previsto.
criterio objetivo, el caso fortuito se produce en el círculo interno de la obligación,
mientras que la fuerza mayor es un suceso totalmente extraño a la actividad ordinaria,
ajeno al círculo de la obligación; aunque, en ambos casos, se tratará de un suceso
imprevisible o inevitable.

La “fuerza mayor” ha de consistir en una fuerza superior a todo control y previsión, y


para ponderar su concurrencia habrá de estarse a la normal y razonable previsión que
las circunstancias exijan adoptar en cada supuesto concreto, o inevitabilidad en una
posibilidad de orden práctico.

• La carga de la prueba de una situación de caso fortuito o fuerza mayor corresponde a


quien la opone como causa de exoneración de responsabilidad, la imprevisibilidad y la
inevitabilidad exige una prueba cumplida de parte de quien la alega.

2. Acción que proviene de un tercero


Lo que romperá la relación de causalidad con relación al presunto causante.

3. Concurrencia de culpas
Un supuesto especial es el de la concurrencia de culpas o de causas, es decir, cuando en
la producción del resultado interviene, a su vez, la negligencia o falta de diligencia del
propio perjudicado.

Lo que implica que tanto el actuar del agente (tercero) como el propio perjudicado
intervienen en la producción del daño, por lo que se deberá tener en cuenta la incidencia
que en el efecto dañoso ha tenido la conducta del propio perjudicado, por cuanto ésta
puede ser de tal entidad que exonere al agente, al ser la conducta del perjudicado el
único fundamento del resultado, o por el contrario, la conducta del perjudicado sea de
tan escasa entidad o relevancia que no tiene incidencia alguna en el resultado, por lo
que el agente responderá en su integridad del resultado dañoso; y por último, si ambas
conductas inciden en el resultado dañoso, se producirá la distribución de la obligación
de reparar el daño causado, lo que ocasionará la compensación, con una rebaja de la
cuantía indemnizatoria

RESPONSABILIDAD POR HECHOS PROPIOS


Una vez decidido que determinada acción u omisión se encuentra conectada
causalmente con un determinado daño hay que decidir si existe una razón suficiente
para atribuir la responsabilidad.
Ya no se trata de ver de qué se responde sino de por qué se responde.
Las respuestas serán variadas:
- los modelos de responsabilidad subjetiva nos dirán que es porque ha habido dolo,
culpa o negligencia.
- los de responsabilidad objetiva nos dirán que es porque ha habido un riesgo, o que es
más equitativo que responda alguien de las consecuencias de un hecho antes que
tolerar que cargue con éstas el perjudicado o porque es el padre del que causó el daño
y la patria potestad es suficiente razón, por ejemplo.

LA INVERSIÓN DE LA CARGA DE LA PRUEBA

La jurisprudencia del Tribunal Supremo ha virado vertiginosamente, desde un inicio en


el que se exigía una prueba completa del daño, de la relación causal y de la culpa o
negligencia del agente, a un estado de la cuestión en que basta con probar los dos
primeros elementos referidos, pues la culpa se presume.
(Excepción: actividad médica. El Tribunal Supremo insiste en que, siendo las que
contraen los médicos obligaciones de medios o actividad, ellos no comprometen en la
curación del enfermo. Ha de ser el paciente el que demuestre la negligencia del
facultativo para que éste responda del daño causado)

La inversión de la carga de la prueba de la culpa en sede de responsabilidad civil no es


inconstitucional, pues nada tiene que ver con la presunción de inocencia recogida en el
art. 24.2 de la Constitución, cuyo ámbito es solo el derecho punitivo o sancionador.

EL RECONOCIMIENTO LEGAL DE LA RESPONSABILIDAD OBJETIVA

Por todo lo anterior, y para concluir con los factores de atribución, podemos decir que
en determinadas actividades peligrosas ha sucedido que es el propio legislador el que
se ocupa de establecer la fórmula de la responsabilidad objetiva o sin culpa: el que sufre
el daño como fruto de una actividad dominada por el signo de la responsabilidad
objetiva, tiene que ser resarcido.
No es que se suavice la prueba de la culpa o se desplace sobre el demandado la prueba
de su ausencia, es que, simplemente, se prescinde de ella; de lo que no se prescinde es
de la relación de causalidad: el agente no podrá exonerarse demostrando su exquisita
diligencia, pero sí en caso de que demuestre una circunstancia que rompa el nexo causal
(caso fortuito, fuerza, mayor, conducta de tercero o culpa del perjudicado)

Se trata de actividades que, por su riesgo, provocan que el legislador se preocupe


también de asegurar la solvencia del causante del daño , estableciendo la obligación de
suscribir un SEGURO DE RESPONSABILIDAD CIVIL que cubra las indemnizaciones. No se
puede llevar a cabo la actividad de que se trate sin tener suscrito tal seguro.
Estas leyes empezaron a promulgarse en la segunda mitad del siglo XX (con sus
correspondientes reformas hasta la actualidad) entre ellas podemos citar: Ley de
Navegación aérea de 21 de julio de 1960, Ley sobre Uso y Circulación de Vehículos de
Motor de 24 de diciembre de 1962, Ley de Energía Nuclear de 29 de abril de 1964, Ley
de Caza de 4 de abril de 1970, Ley de Régimen Jurídico de la Administración del Estado
de 1957 (hoy con otro nombre), Ley de responsabilidad civil por los daños causados por
productos defectuosos...
RESPONSABILIDAD POR HECHOS AJENOS

• El carácter subjetivo de la responsabilidad indirecta

La responsabilidad por hecho ajeno o de responsabilidad por hecho de otro, es la


responsabilidad civil que tiene una persona por los actos cometidos por aquellas
personas de quienes se debe responder. La persona que origina el daño y quién ha de
responder frente al perjudicado no son coincidentes.

La responsabilidad por hecho ajeno tiene carácter subjetivo y se funda en una


"presunción de culpa" de las personas que teniendo facultad de elección o de guarda
sobre otras, actúan descuidadamente permitiendo o dando ocasión a que estas últimas
dañen a terceros.

No hay responsabilidad cuando quienes hayan de responder por otro "prueben que
emplearon toda la diligencia de un buen padre de familia para prevenir el daño".

Los casos especialmente contemplados en el artículo 1903 CC


Según el art. 1903 CC los supuestos de responsabilidad por hecho ajeno pueden
conllevar que la exigencia de responsabilidad civil recaiga sobre las siguientes personas:
Los padres, respecto de los daños causados por los hijos que se encuentren bajo su
guarda.
Los tutores, respecto de los daños causados por los menores o incapacitados que estén
bajo su autoridad y habiten en su compañía.
Los comerciantes o empresarios, respecto de los daños causados por sus empleados o
dependientes en el servicio o con ocasión de sus funciones.
Los educadores o titulados de determinados centros docentes.
El Estado, cuando obra por mediación de un agente especial. Otros posibles supuestos
de responsabilidad por hecho ajeno

La aplicación de criterios hermenéuticos a la interpretación del art. 1903 CC arroja el


resultado de que se exige que entre el responsable y el agente del daño exista una
relación de subordinación o de particular custodia o vigilancia. Por tanto, basta con
dicha relación de dependencia para que pueda y deba predicarse la vigencia de la
responsabilidad por hecho ajeno, aunque el supuesto de hecho concreto no se
encuentre expresamente contemplado en el art. 1903 CC.

LA RESPONSABILIDAD DE PADRES O TUTORES

Tradicionalmente, se ha considerado que los padres o tutores de los menores o de los


incapacitados deberían ser considerados responsables civiles de los daños ocasionados
por las personas de las que son guardadores legales.
El CC regula la responsabilidad por hecho ajeno en el entendido de que los padres o
tutores son responsables por culpa invigilando, in custodiando, o in educanda.
• La presunción de culpa y la objetivación de la responsabilidad
El fundamento de esta responsabilidad de la culpa invigilando, en término teórico,
debiera suponer que padres o tutores quedarán exentos de responsabilidad cuando
acrediten haber sido personas diligentes y cuidadosas respecto de la conducta de los
menores o incapacitados sometidos a su autoridad.
No obstante, con reiteración, la jurisprudencia del TS ha declarado que la exclusión de
la responsabilidad de los guardadores legales no puede darse, aunque éstos hayan
observado una conducta diligente en relación con la educación y formación de los
menores incapacitados por quienes deben responder.

• La responsabilidad civil dimanante de la responsabilidad penal de los menores


Respecto a la asunción objetiva y solidaria de la responsabilidad civil de los padres y
guardadores legales de la LO 5/2000 reguladora de la responsabilidad penal de los
menores, algunos autores consideran que debería establecerse en el CC una regla que
permitiera a los tribunales, atendiendo a las circunstancias fácticas de cada supuesto,
establecer la responsabilidad civil propia del menor de edad por los daños causados
siempre que tenga una mínima capacidad de entender y de querer que, en
consecuencia, le permita responsabilizarse de sus propios actos.

LA RESPONSABILIDAD DEL EMPRESARIO

Carácter y presupuestos de su exigencia

Los dueños o directores de un establecimiento o empresa son responsables respecto de


los perjuicios o daños causados por sus dependientes (estos deben encontrarse
respecto del empresario en una situación de subordinación) a terceros en el ámbito
empresarial en que estuvieran empleados o con ocasión de sus funciones.

El empresario o dueño que paga el daño causado por sus auxiliares o dependientes tiene
el derecho de repetición contra aquellos que hubiesen originado la propia
responsabilidad de aquél.
Para que la posible exigencia de responsabilidad al empresario sea efectiva requiere el
CC que se den dos presupuestos:

La relación de dependencia. El causante del daño debe encontrarse respecto del


empresario en una situación de subordinación, en el entendido de que la actuación del
dependiente responde a las órdenes o instrucciones de aquél.

La actuación del dependiente en la esfera de actuación de la empresa. Los actos dañosos


de los dependientes sólo generarían la responsabilidad del empresario cuando puedan
considerarse inherentes al desempeño de las funciones o gestiones encomendadas
dentro del ámbito empresarial.
Sin embargo, en la actualidad, la responsabilidad del empresario responde más a la
doctrina del riesgo que a la visión exegética que proporciona la interpretación literal.
• El derecho de repetición
Art 1904 CC: "el que paga por el daño causado por sus dependientes puede repetir de
éstos lo que hubiese satisfecho".
Es un derecho de repetición del empresario contra aquellos auxiliares dependientes que
hubiesen originado la propia responsabilidad de aquel.
La reclamación está sometida a las reglas del art 1902 CC y a la concurrencia de los
presupuestos.

• Responsabilidad civil del empresario en el ámbito de los riesgos laborales


El empresario está obligado a reparar los daños causados como consecuencia del
incumplimiento de las medidas de prevención.
Caracteres generales:
Estamos ante una responsabilidad contractual que deriva de una conducta omisiva del
empresario por incumplimiento del deber de protección eficaz.
Estamos ante una obligación de medios.
El empresario responde de los daños causados por quienes tienen encomendadas
tareas de prevención en su empresa.
El empresario debe resarcir todos los daños causados, tanto al trabajador como a
terceros.
Para el cálculo de la indemnización deben descontarse algunos conceptos, como la
prestación a la SS

LA RESPONSABILIDAD DE LOS TITULARES DE CENTROS DOCENTES DE ENSEÑANZA NO


SUPERIOR

Redacción originaria: la responsabilidad de maestros y profesores


• La redacción original del art. 1903.6 CC establecía que "son responsables los maestros
o directores de artes y oficios respecto a los perjuicios ocasionados por sus alumnos
aprendices mientras que éstos permanezcan bajo su custodia".
La reforma de la Ley 1/1991: la responsabilidad de los titulares de los centros docentes
Después de la reforma de 1991, (Ley 1/1991 que modifica el Art. 1903) esta
responsabilidad que en principio recaía sobre los profesores y maestros, recae ahora
sobre los titulares de los centros. La responsabilidad sólo tiene lugar mientras los
alumnos se hallan bajo el control o vigilancia del profesorado del centro desarrollando
actividades programadas o regidas por éste, sean propiamente escolares o
complementarias, y se funda en criterios de "culpa in vigilando" o, en "culpa in
eligiendo".
Los titulares de los centros podrán exigir de los profesores las cantidades satisfechas si
hubiesen incurrido en dolo o culpa grave en el ejercicio de sus funciones que fuese en
causa del daño.

• El derecho de repetición
La Ley 1/1991 añade un párrafo al art 1904 CC. Así, los titulares de los Centros docentes
"podrán exigir de los profesores las cantidades satisfechas, si hubiesen incurrido en dolo
o culpa grave en el ejercicio de sus funciones que fuesen causa del daño".
El sentido de la norma es que ni siquiera en el caso de que los profesores hayan
desempeñado sus funciones incurriendo, por acción u omisión, en culpa grave o dolo, la
relación de causalidad debe darse entre la acción y omisión del profesor y el daño
causado, sino entre el hecho o acto del menor sometido a control o vigilancia y la
causación del daño. Lo que sí ocurre es que la conducta activa u omisiva del profesor
determina la responsabilidad de éste en el caso de haber podido ser un obstáculo a la
realización del acto ilícito del menor, si no hubiera intervenido dolo o culpa grave de
aquél.

Por tanto, el profesor queda exonerado de responsabilidad frente al Centro en el caso


de que su actuación sea meramente culposa, mientras que en caso de culpa grave o
dolo, nace el derecho de repetición del Centro contra el profesor.

• RESPONSABILIDAD POR HECHOS DE ANIMALES


La tenencia de animales supone asumir cierta responsabilidad por parte de su
propietario, ya que este tipo de animales deben de estar custodiados y protegidos por
su amo, toda vez que el hombre tiene dominancia sobre los mismos, de tal suerte que a
mayor protección y dependencia requerida por estos animales, mayor será la
responsabilidad de su dueño.

En caso de que el animal cause daños, su propietario responderá frente a los mismos
por infracción del deber de vigilancia; se trata de una responsabilidad calificada por la
jurisprudencia como “responsabilidad objetiva” o “responsabilidad no culpabilística”, es
decir, la existencia del daño causado por la mascota es suficiente para imponer
responsabilidad al propietario, aunque no se impute a este último culpa o negligencia,
precisamente por el riesgo que entraña el simple hecho de poseer un animal.

El artículo 1.905 del Código Civil establece que “el poseedor de un animal, o el que se
sirve de él, es responsable de los perjuicios que causare, aunque se le escape o extravíe.
Solo cesará esta responsabilidad en el caso de que el daño proviniera de fuerza mayor
o de culpa del que lo hubiese sufrido”.

Por consiguiente, para poder exigir la responsabilidad es necesario la concurrencia de


los siguientes presupuestos:
- Producción de un daño.
- Que el daño sea consecuencia del comportamiento de un animal.
- Nexo causal entre el daño y el riesgo que supone la tenencia del animal.

Es necesario destacar, tal y como establece el citado precepto, que incurren en


responsabilidad tanto el poseedor de hecho del animal, como al que se sirve de él, es
decir, que lo utilice en su provecho, sea o no propietario del mismo. Además, la
obligación de reparar el daño causado es solidaria en los casos de concurrencia de
pluralidad de sujetos y a los que también se les pueda atribuir la responsabilidad, es lo
que se conoce como solidaridad impropia.
En España, al imponerse la figura jurídica de la posesión en esta materia, es confuso
determinar en muchas ocasiones el sujeto responsable del daño causado por el animal,
con lo que no faltan criterios dispares, tanto jurisprudenciales como doctrinales, a los
efectos de atribución de responsabilidad.

• Ejemplo:
Imaginemos que un perro escapa del cercado como consecuencia de la acción de un
terremoto y cause daños a terceros, nos encontramos ante un supuesto claro de fuerza
mayor, en el que un hecho ajeno (terremoto) produce la ruptura del nexo causal; sin
embargo, el hecho de que el perro rompa una alambrada y escape del cercado causando
daños, no es un supuesto de fuerza mayor, ya que no interviene un elemento extraño
que produzca ruptura del nexo causal, es decir, no se trata de un supuesto ajeno al
ámbito de la tenencia del animal; sin embargo, si un tercero rompe la cerradura de la
puerta del cercado y consecuentemente escaque el cánido, produciendo daños, es
considerado como fuerza mayor.

RESPONSABILIDAD POR HECHOS PRODUCIDOS POR COSAS INANIMADAS

Modalidad de responsabilidad extracontractual en la que se agrupan


diferentes supuestos de responsabilidad: el propietario de un edificio debe responder
de los daños ocasionados por la ruina del edificio o por la falta de reparaciones en el
mismo; las explosiones de máquinas que no hayan sido cuidadas con diligencia; de los
humos excesivos; de caídas de árboles y otros (arts.1.907,1.908)

ESPECIAL ATENCIÓN A LA RESPONSABILIDAD POR PRODUCTOS DEFECTUOSOS


Actualmente, este área del derecho se rige por las normas previstas en el Real Decreto
Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la
Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes
complementarias.

LA LEGITIMACIÓN ACTIVA EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL


El principal titular del derecho a exigir la responsabilidad civil es quien ha sufrido el daño,
pero puede existir legitimación activa por parte de otras personas directa o
indirectamente perjudicadas, como sucede en los casos de indemnización por causa de
muerte.
Se plantea también el problema de si los acreedores del perjudicado pueden intentar
ejercitar los derechos de éste por vía subrogatoria, esto es, si en el caso de que la actual
insolvencia del deudor no les permita obtener la satisfacción de sus créditos pueden
tales acreedores ejercitar la acción de resarcimiento por vía subrogatoria contra
quienes, por obra del daño causado, se convirtieron en deudores de sus deudores.

LA VÍCTIMA Y EL PERJUDICADO

Por víctima se entiende comúnmente el perjudicado directo (quien muere por


consecuencia de un accidente) con lo que el término perjudicado tendrá un significado
más amplio, comprensivo de la víctima y de otras personas que indirectamente han
sufrido un perjuicio (los parientes del fallecido)
El C.c. no establece quién está legitimado para reclamar los daños que la muerte
ocasiona, pero sí hay norma (civil) en el Código penal. El art. 113 establece que “la
indemnización de perjuicios materiales y morales comprenderá no sólo los que se
hubieren causado al agraviado sino también los que se hubieren irrogado a sus
familiares o a un tercero”

Desde este punto de vista, los herederos, por su condición de tales, sólo tendrían
derecho a ser indemnizados por los daños materiales que, sufridos por el causante, se
les trasmitió. Por su condición de perjudicados, podrán ellos u otras personas, reclamar
los daños materiales o morales directas.

Dentro del conjunto de perjudicados, es lógico entender que tienen legitimación activa:
- EL CÓNYUGE DEL FALLECIDO, EN CONCURRENCIA CON SUS HIJOS MENORES.
- LOS PADRES, SI NO HAY CONYUGE VIUDO.
- En algún caso se ha admitido concurrencia de padres y compañera sentimental (STS de
30 de junio de 2008); de la compañera y la hija (STS de 4 de julio de 2005) de los
hermanos y la abuela (STS de 23 de septiembre de 2004)

Por otro lado, respecto a los acreedores hemos de señalar que si la acción subrogatoria
prevista en el art. 1111 del C.c. permite remediar la momentánea insolvencia del deudor
confiriendo a los acreedores a la posibilidad de ejercitar las acciones que el deudor tenga
contra sus propios deudores, se ha debatido si ello puede dar lugar a que ejerciten por
esta vía subrogatoria las acciones de resarcimiento de daños.

(La indemnización ingresará en el patrimonio del deudor como si hubiera sido él el que
ejerciera la acción y así los acreedores podrán cobrar sus créditos sobre el patrimonio
recién incrementado de su deudor)
PROBLEMA: el art. 1111 C.c. excluye la posibilidad de ejercitar la acción subrogatoria de
los derechos inherentes a la persona del deudor así que no habrá problema con el
resarcimiento de daños materiales, pero sí con el de los daños corporales y morales.

Las acciones colectivas:


El moderno derecho procesal comienza a considerar la necesidad de dar carta de
naturaleza a las denominadas acciones colectivas particularmente interesantes en el
terreno de la responsabilidad civil
CASOS EN LOS QUE TODA UNA COLECTIVIDAD MÁS O MENOS IDENTIFICADA RESULTA
DAMNIFICADA POR UN AGENTE CONTAMINANTE O UN PRODUCTO DEFECTUOSO
(supuestos más llamativos)

Una solución podría ser convertir al Estado en acreedor del resarcimiento, de tal manera
que puedan asociaciones y ciudadanos denunciar los hechos, pero siendo el Estado el
que exija las indemnizaciones y destine luego los fondos obtenidos a la atención de los
servicios sociales para la restauración del equilibrio ecológico.
Pero hay que distinguir dos cosas:
- una es la posibilidad por parte de las administraciones de reclamar la restauración o
reposición del medio ambiente, o el reembolso de gastos hechos para reponerlo y
- otra la reclamación de los daños irrogados directamente a los particulares, que éstos
podrán utilizar por medio de acciones ordinarias o, de admitirse, a través de
asociaciones. Es sesto último lo que concomeos como ACCIONES COLECTIVAS (que hay
que distinguir de ACCIÓN POPULAR)

El actor popular no tiene que coincidir necesariamente con el ofendido por el delito (de
hecho, la acción popular se emplea solicitando el ius puniendi en defensa de la sociedad
en su conjunto) pero en la acción colectiva actúa quien resultó perjudicado por la acción
en cuestión.

El problema está en determinar si ha de ser el directamente perjudicado el único que


puede intentar la acción o si lo puede hacer alguien más.
En EE. UU. tienen gran interés las denominadas “class actions”. Se trata de conferir a
uno sólo de los perjudicados por la agresión una especie de pseudo-representación del
conjunto de los afectados (no es propiamente una representación, pero la decisión que
se tome alcanzará a todos los que formen parte del grupo, hayan o no litigado)
Ejm:
- Reclamación dirigida contra la General Motors por el propietario de un Oldsmobile
modelo 77; como comprador de este, no había sido notificado de la sustitución del
motor del modelo. El señor Oswald, decía actuar “en nombre” de otros 67000
adquirentes.
- Prótesis de silicona, también en EE. UU.
Es difícil encajar estas “acciones de clase” en nuestro derecho procesal puesto que no
se conoce una actuación en nombre de un grupo cuyos miembros no han litigado -tal
vez pueda servir para solicitar la remoción de la fuente contaminante, o la declaración
de legalidad de una industria (por ejemplo)- pero no es tan sencilla su utilización para
exigir la indemnización por los daños causados a todos los miembros del grupo.

Por ahora, en el marco general que traza el art. 7.3 de la LOPJ está prevista la protección
de los “intereses colectivos”.
Esto está admitido en todos los ordenamientos con cierto grado de desarrollo, pero
donde no hay coincidencia es en el cauce procesal establecido al efecto.
Este cauce procesal puede consistir en la posibilidad de admitir, más allá́ de las acciones
individuales, la adhesión al procedimiento de sujetos que no fueron los que lo iniciaron
ART. 11 LEC

Dada la falta de tradición de las Class Actions en nuestro país, el legislador procesal no
quiso ir demasiado lejos y la LEC se limita a regular la legitimación colectiva en el ámbito
de la protección de los derechos de los consumidores y usuarios (cosa que ya establecía
el art. 20 e la LGDCU del 84, ahora art. 23 del TRLGDCU)
El art. 11 LEC comienza con una norma general que concilia cada interés individual y su
legitimación correspondiente con la legitimación que tienen las asociaciones para hacer
valer sus interese propios, los de sus asociados y además los generales de los
consumidores y usuarios.
A continuación el artículo distingue entre:
- Grupos de consumidores cuyos miembros estén determinados o sean fácilmente
determinables y
- Grupos donde existe indeterminación o difícil determinación
- Grupos de consumidores cuyos miembros estén determinados o sean fácilmente
determinables
A éstos la doctrina procesal les llama INTERESES COLECTIVOS
- Grupos donde existe indeterminación o difícil determinación
A estos la doctrina les llama INTERESES DIFUSOS

LEGITIMACIÓN PASIVA EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL

- Son variados los problemas que plantea la legitimación pasiva, fundamentalmente


centrados en los casos de causación de daños por varios agentes o por un miembro
indeterminado de un grupo determinado.
- También el responsable singular presenta un interesante problema en estos casos:
1- Responsabilidad por el hecho ajeno o cuando ha fallecido y la acción ha de plantearse
contra sus herederos
2- Cuando está casado y su régimen económico matrimonial es el de gananciales u otro
semejante.

EL AGENTE. EL RESPONSABLE POR EL HECHO AJENO Y LOS HEREDEROS DE UNOS U


OTROS.

Legitimado pasivamente en responsabilidad civil lo esta:


- el autor del daño
- las personas legalmente obligadas a reparar los daños causados por otro (padres,
tutores…)
En aplicación de las normas centrales en materia sucesoria, si el responsable ha
fallecido, la deuda indemnizatoria se transmite a sus herederos, se trata de un pasivo
del sujeto responsable que no tiene la condición de personalísimo
(arts.659 y 661 C.c.)

DAÑOS CAUSADOS POR VARIOS AGENTES

¿Mancomunidad o solidaridad de responsables?


En la jurisprudencia más reciente se sigue la regla de APLICAR EN MATERIA DE
RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL LA RESPONSABILIDAD SOLIDARIA DE LOS
DISTINTOS PARTÍCIPES EN EL HECHO DAÑOSO.

El art. 1137 C.c. establece un principio de no presunción de la solidaridad, pero el


Tribunal supremo viene manteniendo una postura claramente decidida a favor de la
solidaridad.
Podemos destacar, por ejemplo, cómo se defiende este principio de solidaridad en las
sentencias relativas a la ruina de edificios puesto que cuando ésta se deba a causas no
probadas durante el pleito responden solidariamente todos los agentes de la
edificiación.
Afección de los bienes gananciales por la obligación resarcitoria de un cónyuge
Una de las cuestiones menos tratadas en responsabilidad civil es la manera en que ésta
puede afectar a los bienes gananciales, lo que constituye un importante punto de
contacto entre el Derecho de obligaciones y el Derecho de familia.

El art. 1362 establece que son de cargo común los gastos originados por el sostenimiento
de la familia, pero también los que origine la adquisición, tenencia y disfrute de los
bienes comunes. Por ejemplo, constituye una carga de la sociedad la indemnización por
el daño causado por el hijo menor común, por el edificio ganancial en el que no se
efectuaron las reparaciones necesarias o por las cosas o animales comunes.

Por lo anterior, podemos afirmar que, si para pagar la indemnización por las lesiones
producidas por un perro que fue adquisición ganancial, el marido vende la finca privativa
que heredó de su madre, la sociedad deberá en su momento reintegrar el importe.
Son también gananciales los gastos producidos por la explotación regular de los
negocios o por el desempeño de la profesión de los cónyuges (art. 1362.4): si los salarios
que produce la profesión de neurocirujano son comunes (art. 1347.1) comunes son
también las obligaciones resarcitorias derivadas de la misma, ya provengan del hecho
propio, ya del de las personas de las que el neurocirujano deba responder (aert. 1903.4)

Las condiciones o requisitos para su aplicación se recogen en el propio artículo 1366:

- se exige que se trate de deuda que derive de una actuación en beneficio de la sociedad
conyugal o de la administración de los bienes.
- que la obligación no se haya debido a dolo o culpa grave del cónyuge autor del daño.
(Recupera aquí el Código civil la graduación de la culpa en orden a excluir, llegado el
caso, el régimen de responsabilidad de los bienes gananciales)
LEGITIMACIÓN PASIVA EN LA RESPONSABILIDAD CIVIL
Daños causados por miembro indeterminado de un grupo
Ejm. Cámaras de videograbación urbana que logran identifica a un número determinado
de personas como autoras de diferentes lanzamientos delos célebres “́cocteles
molotov” incendiarios, pero no ese sabe con certeza cuál de los jóvenes fue,
precisamente, el que logró la propagación del fuego en la concreta entidad bancaria que
ahora pretende dilucidar la responsabilidad civil.
DE ÁNGEL YAGÜEZ entiende que habrá responsabilidad solidaria de todos los miembros
del grupo salvo que alguno demuestre cumplidamente que no fue el causante del daño.

(Se trata, como dice la jurisprudencia, de una culpa conjunta en una acción común y un
resultado que es su consecuencia, por lo que a los varios agentes que han participado
en el hecho es atribuible su consecuencia)

En esta misma línea se sigue a nivel de derecho comparado como:


Francia: la doctrina francesa se refiere a esta fórmula como acción peligrosa común o
culpa colectiva.
Alemania: en el Código civil alemán se establece que, si varias personas han caudas o un
daño por un acto ilícito realizado en común, cada uno de ellos es responsable del daño.
Lo mismo vale si no se puede saber quién, entre varios partícipes, ha causado el daño
con su acto (parágrafo 830)

VÍAS O CAUCES DE RECLAMACIÓN

A. Cauce extrajudicial para lograr el resarcimiento del daño

1. La transacción
Afortunadamente el arreglo extrajudicial de las controversias es muy frecuente en el
ámbito de la responsabilidad civil. Nada impide que, una vez producido un daño, pueda
mediar un acuerdo entre el responsable y el perjudicado para evitar un pleito.
Esta reparación por vía de convenio o transacción es una fórmula relativamente más
frecuente en el terreno del daño extracontractual porque en las relaciones
obligacionales las partes normalmente han pactado una fórmula para liquidar de forma
anticipada y preventivamente la responsabilidad derivada del incumplimiento del
contrato.

El contrato de transacción, cuando se utiliza al servicio de los problemas de


responsabilidad civil, no presenta modificaciones respecto del régimen común previsto
en los arts. 1809 y ss. del C.c.

2. El arbitraje
Es el contrato por el que las partes acuerdan someter su controversia al conocimiento
de terceros para que éstos le den solución. (También tiene utilidad en el mundo de la
responsabilidad por daños)
Buen ejemplo de esto es el art. 57 TRLGDCU que prevé el establecimiento de un sistema
arbitral que atienda y resuelva con carácter vinculante ejecutivo para las partes las
quejas o reclamaciones de los consumidores o usuarios.

- Se trata de una fórmula de solución a la que no se puede acudir en los casos de


intoxicación, lesión, muerte o existencia de indicios racionales de delito.
Estos casos llevan aparejada la intención el Ministerio Fiscal y queda así excluida la
posibilidad transacción o arbitraje.
Al margen de las reclamaciones relacionadas con el consumo, el arbitraje en a la
responsabilidad civil seguirá para su celebración las prescripciones generales de la Ley
60/2003, de 23 de diciembre de Arbitraje.

B. Reclamación en el orden jurisdiccional civil

Probablemente sea la responsabilidad civil la única materia del ordenamiento jurídico


español que está presente en todas las jurisdicciones:
- en el orden civil
- en el orden penal: que será en al que se dilucide la responsabilidad civil del condenado
penalmente y la de los responsables subsidiarios y los aseguradores si unos y otros
fueron llamados al proceso
- también en el orden social o laboral para los casos de responsabilidad del empresario
debida a accidentes de trabajo
- vía contencioso-administrativa cuando agotada la vía administrativa previa es preciso
litigar contra una Administración.
- incluso la militar puede ser competente en materia de responsabilidad civil cuando los
daños se han causado en este ámbito.

Duración del plazo


El art. 1968 C.c. establece que prescriben por el transcurso de un año “la acción para
exigir la responsabilidad civil por injuria o calumnia, y por las obligaciones derivadas de
la culpa o negligencia de que se trata en el art. 1902 C.c., desde que lo supo el
agraviado”.

El plazo anual juega para todas las acciones de responsabilidad extracontractual prevista
por los arts. 1903 y 1905 a 1910 por más que el tenor literal del precepto invite a pensar
que la prescripción anual solamente opera en el campo del art. 1902.
En los ordenamientos jurídicos europeos (Francia, Italia, Alemania) el plazo es mayor
(10, 5 y 3 años respectivamente, éste último también adoptado por el C.c de Cataluña)

La mayoría de la doctrina es partidaria de elevar este plazo de prescripción, más si


tenemos en cuenta la diferencia que hay entre éste y el de prescripción de 5 años
establecido en el art. 1964 para las acciones personales que no estén dotadas de plazo
especial.
La unificación de los plazos de prescripción en materia de responsabilidad civil
extracontractual y contractual es la tendencia que se ha seguido tanto en los Principios
Europeos del Derecho de Contratos, como en el Proyecto de un Marco Común de
Referencia.
- EN LOS DOS SE HA OPTAOD POR UN PLAZO GENERAL DE PRESCRIPCIÓN DE 3 AÑOS,
CUALQUIERA QUE SEA LA NATURALEZA DE LA OBLIGACIÓN CUYO CUMPLIMIENTO SE
POSTULA

Comienzo del cómputo


El art. 1969 C.c. dispone que, en general, los plazos de prescripción de las acciones
comienzan a contarse desde el día en que éstas pudieron ejercitarse, el art. 1968, 2o
concreta el dies a quo de las acciones de responsabilidad extracontractual: “desde que
lo supo el agraviado”
(Ejm. STS de 5 de febrero de 2000 dictada para un caso de responsabilidad de un Notario
cuya negligencia consistió en no cerciorarse de la personalidad del otorgante dique que
la “acción que ejercita la parte actora no nació hasta que se tuvo conocimiento cabal y
completo de que el poder estaba invalidado por ser falso”

La que hemos visto es la regla general para el cómputo, pero hay otras especiales:
- Daños duraderos y lesiones corporales: una vez manifestados estos daños, se conoce
con relativa aproximación que se van a continuar produciendo de forma continuada. Un
buen ejemplo lo constituyen los gastos de atención que anualmente necesitará
satisfacer el afectado por una gran invalidez. El plazo de prescripción comienza a contar
desde que existe constancia médica definitiva del alcance de la lesión.
(En el caso de lesiones corporales será desde que tiene lugar el alta médica definitiva, o
parte definitivo de secuelas
- Daños diferidos: daños que se manifestaran tiempo después de ocurrido el evento
dañoso. En estos casos está claro que nunca habrá comenzado a prescribir la acción
hasta que no se hayan manifestado los daños y se tenga certeza de su alcance.
(STS de 15-9-2001, trabajadoras que 20 años después de abandonar la empresa
comenzaron a tener síntomas de silicosis por el sílex que habían inhalado)
- Daños continuados y daños permanentes: Si en los daños duraderos existe un acto
dañoso que termina (accidente de tráfico) y unos efectos dañosos que se van a
prolongar en el tiempo (la invalidez), aquí estamos ante otra modalidad: la conducta
comienza y permanece, produciendo daños continuados a lo largo de toda su duración.

Ejm. Son los daños producidos en unas cosechas por obras o por explotaciones
industriales, las inmisiones y molestias vecinales, la contaminación, las emanaciones, las
filtraciones de aguas...
En estos casos para el cómputo del plazo de prescripción es preciso conocer cuál es el
comienzo de éste, que conlleva la posibilidad del ejercicio de la acción: la doctrina
jurisprudencial ha entendido que no haya tal posibilidad cuando el hecho determinante
se oculta o se desconoce, en cuyo caso comienza el cómputo de la prescripción cuando
se tuvo conocimiento del acto perjudicial o del daño objeto de reclamación (STS 29.10.
2008)

- Daños sobrevenidos: interesante cuestión se plantea en este caso, cuando existen


daños que sobrevienen con posterioridad a la decisión que puso fin a la contienda
(sentencia, laudo arbitral o transacción)

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