Femenismo en El Siglo Xix

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AÑO DE LA UNIDAD LA PAZ Y EL DESAROLLO

ENSAYO CIENCIAS SOCIALES


Movimientos a favor de los derechos de la mujer en el siglo XIX

DOCENTE: Justina Ardiles

ALUMNOS:
Ropa Joselin
Toledo Matheo
Espinoza Margarita
Maria Del Carmen Prieto
Jamanca Sofia
Ayala Olek

PERÚ-202
INTRODUCCION

La lucha por los derechos de las mujeres en el siglo XIX marcó un período
de transformación fundamental en la historia de la igualdad de género.
Durante esta época, en muchas partes del mundo, las mujeres
enfrentaban un conjunto significativo de restricciones que limitaban sus
derechos y oportunidades. Estas restricciones abarcaban desde la
educación limitada hasta la exclusión de la participación política y la
discriminación en el ámbito laboral. Sin embargo, el siglo XIX también fue
testigo del surgimiento de movimientos a favor de los derechos de las
mujeres que buscaban desafiar y cambiar estas condiciones
profundamente arraigadas.
Este período histórico fue caracterizado por una serie de desafíos y
oportunidades para las mujeres que se atrevieron a cuestionar el status
quo. A medida que exploramos este tema, es esencial entender el
contexto histórico en el que se desarrollaron estos movimientos. La
Revolución Industrial estaba en pleno apogeo, transformando las
economías y las sociedades de muchas naciones, pero al mismo tiempo,
generando condiciones laborales precarias para muchas mujeres. Las ideas
de la Ilustración sobre la igualdad y los derechos individuales también se
estaban extendiendo, inspirando a algunas mujeres a reclamar sus propios
derechos civiles.
Este panorama histórico sentó las bases para el surgimiento de diversas
luchas por los derechos de las mujeres en diferentes partes del mundo.
Desde la Convención de Seneca Falls en Estados Unidos en 1848, que fue
un hito importante en la búsqueda del sufragio femenino, hasta las voces
influyentes de figuras como Mary Wollstonecraft y su obra "Vindicación de
los derechos de la mujer", el siglo XIX fue testigo de un activismo
incansable que desafiaba las normas de género y buscaba la igualdad.
A lo largo de esta exploración, examinaremos las estrategias, los logros y
los desafíos que enfrentaron estas mujeres y los hombres que las
apoyaron en su lucha por los derechos de las mujeres. El siglo XIX fue un
período de agitación y transformación que allanó el camino para un
mundo en el que las mujeres tienen acceso a oportunidades educativas.
FEMINISMO EN EL SIGLO XIX:

El feminismo es un movimiento político, social y filosófico radical que


afirma a las mujeres como personas con derechos. Este movimiento se
origina a la par con las luchas revolucionarias y libertarias, especialmente,
con los ideales emancipatorios de la revolución francesa del siglo XVIII y
XIX. Las mujeres inician la lucha por el reconocimiento al voto y a sus
derechos laborales, mientras los revolucionarios franceses les cortaban la
cabeza a las feministas pioneras, en Nuestra América, los españoles
ejecutaban a las rebeldes indígenas (Micaela Bastidas, Tomasa Tito
Condemayta, Marcela Castro, Bartolina Sisa, Greogoria Apaza, y muchas
más) o las tomaban como botines sexuales. La presencia de las mujeres en
la independencia fue más profusa de lo que la historia oficial ha
reconocido, cada país gestó diferentes tipos de mujeres, desde figuras de
heroínas descollantes hasta las que trabajaban clandestinamente y que
daban mensajes o recolectaban dinero o marchaban con la tropa. Todas
sufrieron el flagelo de la guerra y muchas de ellas fueron fusiladas sin
tener un juicio justo. Las mujeres contribuyeron a la creación de las
naciones, pero continuaron excluidas de la ciudadanía. A partir de la
segunda mitad del Siglo XIX las mujeres latinoamericanas comenzaron a
escribir reflexiones sobre sí mismas, los diarios de vida o las revistas de
mujeres durante ello no fueron sólo espacio de ocio o del romanticismo
amoroso, también participaron en periódicos progresistas y fundaron
algunos propios. El feminismo latinoamericano de fines del Siglo XIX fue
liberal y burgués pero también obrero, socialista y sobre todo anarquista,
denunciaban la doble opresión del matrimonio y el trabajo, y la hipocresía
sexual eclesiástica. Las anarquistas exigían derechos sobre su cuerpo y
sexualidad, llevaban a la esfera pública cuestiones que habían quedado
relegadas a la vida íntima o privada. En algunos países habían conquistado
el derecho a asistir a las llamadas escuelas normales, instituciones
seculares que les ofrecían la oportunidad de estudiar fuera de la casa. Las
maestras normales correspondieron al paradigma de optimismo
pedagógico basado en la convicción de que toda persona es educable, y en
la idea de que la educación es capaz de efectuar transformaciones
económicas, sociales y políticas que permitieran la construcción de
sociedades modernas.
De allí, que conformaron un influyente hasta hoy feminismo educacionista
que confiaba en la educación como estrategia para lograr la igualdad.
Como diferencia fundamental frente a otros movimientos sociales, desde
su nacimiento el feminismo desafía el orden social y los códigos
dominantes más históricos y universales que han existido a lo largo de la
historia: la ideología patriarcal. Hacer frente a esta subordinación requiere
hacer uso de un nuevo marco conceptual, ya que esta estructura está
firmemente interiorizada en la sociedad y es complejo deshacerse de ella
dada su normalización en la vida de las personas.
Durante el siglo XIX se dieron importantes acontecimientos que apoyaron
el movimiento y que propiciaron que, por primera vez en la historia, se
desarrollase el sujeto político de la mujer. El comienzo del feminismo
organizado no tuvo lugar, pues, hasta mediados de esa centuria. Las
primeras pretensiones del movimiento estuvieron relacionadas con los
derechos políticos, y más concretamente con el derecho al voto. El
sufragismo fue el nombre que se dio a esta lucha política que buscaba la
igualdad de derechos legales. Sin embargo, las sufragistas no solo
apoyaron tal revolución, sino que lucharon por la universalización de
muchos derechos liberales y democráticos más amplios.
El feminismo de la igualdad representa una visión de corte individualista
radical y defiende que cada persona es única e irrepetible y que lo único
que puede garantizar su libertad es que todo ser humano sea respetado
en su particular especificidad. Se reclama el reconocimiento de los
derechos y libertades de las mujeres porque les corresponde en su calidad
de personas individuales, y no porque ello resulte beneficioso a la
sociedad. Las feministas de la igualdad pretenden reivindicar para las
mujeres los derechos que les corresponden en cuanto individuos son libres
por definición como cualquier otro ser humano, La entrada en la
educación secundaria y universitaria fue la segunda gran petición de
muchos grupos feministas a lo largo del siglo XIX. La entrada de las
mujeres en la universidad se dio por primera vez en los Estados Unidos y
más tarde en Europa. Otras peticiones se relacionaron con la
independencia económica ligada al control de los ingresos y las
propiedades. La educación, que había sido caballo de batalla desde los
inicios del movimiento incluso antes de la época contemporánea, continuó
pues siendo clave durante todo este periodo.
Debido a la heterogeneidad del movimiento, se formaron diferentes
grupos feministas, todos con un fin común, la igualdad de derechos entre
hombres y mujeres. Por este motivo, se habla de que no existe un solo
feminismo, sino que este es un conjunto de movimientos políticos,
económicos, sociales e ideológicos que tiene como fin la eliminación de la
dominación de las mujeres por parte de los hombres.
Igualmente, frente a los avances del feminismo occidental durante el siglo
XIX, el contexto de los feminismos islámicos, africanos o indígenas
latinoamericanos fue notablemente diferente y merece otro capítulo
aparte, para no limitar la comprensión del fenómeno de la lucha por los
derechos femeninos únicamente al contexto europeo o estadounidense,
pues las fórmulas, acciones y nombres de cada una de estas corrientes
merecen su propia historia y análisis.
Los avances más importantes del movimiento feminista se han visto
consolidados en materia de educación, trabajo remunerado, participación
política y el reconocimiento de la violencia de género como un asunto de
interés público; no obstante, es necesaria la creación de políticas de
género que realmente se enfoquen en reducir problemas sociales
relacionados con las desigualdades de género, tales como la escasa
presencia de las mujeres en la construcción de la ciencia, las brechas
salariales entre hombres y mujeres, el reducido número de mujeres que
ocupan altos cargos en la política y los altos índices de violencia hacia las
mujeres.
En las manifestaciones del movimiento feminista se reclamaba el derecho
de acceso a la educación porque era clave para que las mujeres alcanzaran
la autonomía y la independencia económica. Se defendió la idea de que
tanto el hombre como la mujer tienen las mismas capacidades de sentir,
pensar y razonar. Pues básicamente las mujeres inician la lucha por el
reconocimiento al voto y a sus derechos laborales
Conclusión:
El feminismo ha sido interpretado de muchas maneras, como una forma
de ver la realidad, como un estilo de vida o como una teoría, pero muchos
han sido los logros del feminismo en cuanto al acceso a la educación en
todos sus niveles, la participación política y entre otros beneficios más con
los que las mujeres cuentan actualmente y que al inicio del movimiento
eran inimaginables. Sin embargo, estos logros se han conseguido a medias,
la igualdad entre hombres y mujeres por la que se ha luchado, no ha
podido materializarse aún en su totalidad y eso también se observa en
todos los espacios públicos y privados; quizás legalmente no existen
prohibiciones, prueba de ello es que existe un sinnúmero de políticas
dirigidas a las mujeres que se han planteado como meta mejorar las
condiciones de vida de las mismas El feminismo no es un movimiento que
haya terminado, actualmente se encuentra en una etapa cuya principal
responsabilidad se sitúa en seguir en la lucha por la igualdad.
Pioneras en la educación de las mujeres en el
siglo XIX.
Durante el siglo XIX, un período en el que las oportunidades educativas
para las mujeres eran limitadas en muchas partes del mundo, algunas
mujeres destacadas se convirtieron en pioneras en la promoción de la
educación femenina. Estas figuras influyentes jugaron un papel crucial en
la ampliación de las oportunidades educativas para las mujeres y allanaron
el camino para futuras generaciones. Aquí hay algunas de las pioneras más
destacadas en la educación de las mujeres en el siglo XIX:

Mary Wollstonecraft (1759-1797) : Aunque su obra más conocida,


"Vindicación de los derechos de la mujer", fue publicada en el siglo XVIII,
tuvo un impacto duradero en el siglo XIX. Wollstonecraft abogó por la
igualdad de educación para las mujeres y argumentó que las limitaciones
en la educación de las mujeres eran una de las principales razones de su
subordinación.

Catherine Beecher (1800-1878) : Fue una educadora y escritora


estadounidense que promovió la educación de las mujeres en el siglo XIX.
Fundó varias escuelas para mujeres y escribió extensamente sobre la
importancia de la educación femenina en su libro "A Treatise on Domestic
Economy" (Tratado sobre la economía doméstica).

Emily Davies (1830-1921) : Fue activista una británica por los derechos
de las mujeres y una defensora apasionada de la educación superior para
las mujeres. Jugó un papel fundamental en la fundación de Girton College,
la primera institución de educación superior para mujeres en Cambridge,
Reino Unido.

Sophia Jex-Blake (1840-1912) : Fue una médica británica que luchó


por el acceso de las mujeres a la educación médica. Junto con otras
mujeres, intentó inscribirse en la Facultad de Medicina de Edimburgo en
1869, lo que llevó a cambios en las políticas de admisión y la apertura de
oportunidades para las mujeres en la medicina.

Elizabeth Blackwell (1821-1910) : Fue la primera mujer en obtener un


título de doctor en medicina en Estados Unidos en 1849. Su logro abrió el
camino para que otras mujeres persiguieran carreras en medicina.

Esto llego a dar muchos aspectos como el:


1. **Impacto duradero en la educación de las mujeres**: Las
pioneras como Mary Wollstonecraft, Catherine Beecher, Emily Davies,
Sophia Jex-Blake y Elizabeth Blackwell sentaron las bases para la educación
de las mujeres y allanaron el camino para futuras generaciones. Su trabajo
influyó en la apertura de escuelas y universidades para mujeres, lo que
permitió a las mujeres acceder a una educación de calidad.

2. **Liderazgo y activismo**: Estas mujeres no solo abogaron por la


educación de las mujeres, sino que también fueron líderes activas en la
promoción de los derechos de las mujeres en otros aspectos de la
sociedad. Sus esfuerzos contribuyeron al surgimiento del movimiento
feminista y a la lucha por la igualdad de género.

3. **Avances en campos profesionales**: Algunas de estas


pioneras, como Elizabeth Blackwell, abrieron puertas en campos
profesionales que anteriormente estaban cerrados para las mujeres, como
la medicina. Sus logros desafiaron las normas de género y demostraron
que las mujeres eran igualmente capaces en campos tradicionalmente
dominados por hombres.
CONCLUSION:
En conclusión, las pioneras en la educación de las mujeres en el siglo XIX
desempeñaron un papel fundamental en la lucha por la igualdad de
género y el acceso a la educación. Sus esfuerzos incansables y su liderazgo
inspiraron cambios significativos en la sociedad, allanando el camino para
futuras generaciones de mujeres. Su legado perdura como un recordatorio
de la importancia de desafiar las normas de género y luchar por la
igualdad en la educación y en todos los ámbitos de la vida. Estas mujeres
valientes no solo cambiaron sus propias vidas, sino que también
contribuyeron a transformar la sociedad y promover la equidad de género
en todo el mundo.
El movimiento sufragista

En América el movimiento femenino «moderno» nació en los albores de la


lucha por la igualdad y la emancipación, inmediatamente después de la
independencia de los EE.UU en 1776 y surgieron especialmente entre
mujeres de la pequeña burguesía, que necesitaban su propio desarrollo
personal y un ingreso económico; ellas reclamaban el derecho a la
educación y al trabajo,si bien en un principio fue un movimiento pequeño
burgués, con los años se fueron integrando las mujeres obreras del campo
y las ciudades, que padecían, además de la explotación de clase, la
opresión de género.Este movimiento feminista tenía como objetivo central
el logro de la igualdad jurídica y de las libertades y derechos políticos.
Así es como surgió la gran contradicción que marcó la lucha del primer
feminismo: las libertades, los derechos y la igualdad jurídica que habían
sido las grandes conquistas de las revoluciones liberales no beneficiaron a
la mujer. Los «Derechos del Hombre y del Ciudadano» que proclamaba la
revolución francesa se referían en exclusiva al «hombre» no al conjunto de
los seres humanos, es por ello que partir de aquel momento, en Europa
Occidental y Norteamérica se inició un movimiento, el feminismo, que
trabajó por la igualdad de la mujer así como en su liberación. Durante ese
período, el principal objetivo del movimiento fue la consecución del
derecho de voto.
El feminismo,aparece ya como movimiento social, con la influencia del
pensamiento liberal entre los siglos XVIII y XIX, y poco más tarde con el
pensamiento socialista, paralelamente a las luchas sociales y políticas que
levantaron los lemas de igualdad y libertad, y las demandas de derecho al
trabajo y a la educación. El término feminista se registró por primera vez
en un diccionario,como: “una doctrina que preconiza la extensión del
derecho del papel de las mujeres en la sociedad”.
A mediados del siglo XIX surgió una corriente que planteó la relación clase-
sexo, la más destacada exponente de este pensamiento fue Flora Tristán,
quien vinculó al problema obrero al de las mujeres como un tema
específico. Flora Tristán fue una luchadora incansable y precursora del
feminismo socialista que
luchó por demandas relacionadas con la familia, con el derecho al divorcio
y el derecho de las mujeres a la propiedad. Decía que así como la
liberación de la clase obrera sería por obra de ellos mismos, la liberación
de las mujeres, tendria que ser a manos de las mismas.
A fines del siglo XIX, el teórico alemán socialista, Augusto Bebel, publicó su
obra La mujer y el socialismo, y Federico Engels, El origen de la familia, la
propiedad privada y el estado,estos fueron textos fundamentales del
pensamiento marxista y feminista, así mismo John Stuart Mill público “La
sujeción de la mujer”, en donde se plantea la necesidad histórica y social,
de que la mitad de la población pueda tener acceso a la educación. Ese
libro se convirtió en lectura obligada de las mujeres de esa época y lo sigue
siendo en la actualidad,ya que es un texto fundacional de la teoría
feminista.
A pesar del éxito de la obra de Mills, todas las demandas feministas de
entonces fueron fuertemente rechazadas, por diversos sectores de la
sociedad, la iglesia y los estados. En ese contexto, se organizaba en
diversos países del mundo el movimiento sufragista, por el derecho a la
ciudadanía, al voto y a poder ser sujetos de elección.
Por ejemplo:
● En Perú, María Jesús Alvarado en 1915 creó el grupo “Evolución
Femenina”
● En Bolivia fue fundada en 1927 la Federación Obrera Femenina de
La Paz.
● En Venezuela, las mujeres combatieron a la dictadura a través de la
Agrupación Cultural Femenina.
● En Puerto Rico se fundó, la Asociación Feminista Popular.

Se logró, no sin fuerte rechazo masculino, el acceso de las mujeres a las
profesiones y su ingreso a las universidades, gracias al ascenso del
movimiento popular.
En el siglo XX, las socialistas Clara Zetkin , Rosa Luxemburg y Alejandra
Kollontay, ampliaron y enriquecieron esos planteamientos. El libro de
Kollontay, La mujer nueva y la moral sexual, es una obra enriquecedora del
pensamiento feminista socialista.
En América Latina, en la mayoría de los casos, el movimiento autónomo de
mujeres tuvo como finalidad inmediata reafirmar el papel de la mujer en la
sociedad, al luchar por sus derechos cívicos y culturales. La
implementación de ese objetivo adquirió diversas modalidades en cada
país latinoamericano.
A fines del siglo XIX y principios del XX, el movimiento sufragista había
logrado su objetivo. Esta lucha no fue fácil, no sería sino hasta la primera
mitad del siglo XX, que el derecho al voto fue concedido a casi toda las
mujeres.
Tiempo después el movimiento sufragista culmina el año de 1948 con la
Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada por las
Naciones Unidas, donde finalmente se reconoció el sufragio femenino
como derecho humano universal, declarando que "toda persona tiene
derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio
de representantes libremente escogidos".
Conclusión:

A pesar de todos los conflictos, problemas y el rechazo de muchas


personas por este movimiento sufragista, las mujeres que lucharon no
solo en en un país sino en todo el mundo jamás se rindieron o
permitieron que las vean caer sino muy al contrario continuaron
fuertes, desididas hasta lograr lo que ellas querían que era hacer
respetar sus derechos.
Movimiento por los derechos de las mujeres en
Europa:
Fue en la Revolución Francesa cuando las mujeres europeas comenzaron a
tomar el estandarte de los reclamos por la igualdad social y marcharon en
Versalles bajo el lema "libertad, igualdad y fraternidad". En sus trabajos la
diferencia de género era fatal: cobraban la mitad que los hombres
simplemente por ser mujeres. Esos años fueron los cimientos de los
reclamos por los derechos políticos que las consagraron como ciudadanas,
un importante logro fue la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la
Ciudadana redactada por Olympe de Gouges en 1791. Éste es uno de los
primeros documentos históricos que propone la igualdad de derechos o
equiparación jurídica y legal, y derecho a votar.
Los movimientos a favor de los derechos de las mujeres, han sido causa de
controversia desde el inicio de la historia, siendo nadie más que ellas, a las
que les ha tocado defender con uñas, dientes y hasta con la vida su lugar
en el mundo, en la sociedad, el reconocimiento de los derechos básicos y
elementales, así como por tener un trato digno, justo e igualitario. En el
ámbito nacional y mundial, los movimientos de mujeres han impulsado la
acción a favor de la igualdad de género. En países y localidades, los
defensores y defensoras de los intereses de las mujeres suelen conocer
mejor las deficiencias a las que se enfrentan mujeres y niñas, y saben bien
qué medidas se deben adoptar para promover sus derechos. Al presionar
a favor del cambio y la rendición de cuentas, desarrollan aptitudes de
liderazgo; a su vez, algunas utilizan estas aptitudes para introducirse en el
entorno político y transformarlo. A estas alturas de la vida las mujeres
siguen siendo amenazadas y menospreciadas por lo que sigue siendo
prioritario alzar la voz, tal y como lo han hecho desde hace tres siglos en
los que han abierto brecha y logrado pequeños avances. Fue recién
a mediados del S XIX cuando se reivindicó a las mujeres en posición de
igualdad que devino en el ingreso al movimiento obrero. La organización
ya estaba de pie y los reclamos tomaron más fuerza: basta de opresión
laboral, familiar y social empezaba a escucharse con fuerza.

Surgieron movimientos sufragistas con Flora Tristán a la cabeza. Y los


grupos feministas en el movimiento obrero se verán influidos por "El
origen de la familia, la propiedad privada y el Estado" escrito por Friedrich
Engels en 1884. Los movimientos anarquistas florecientes iniciaron
reclamos que alteraron a los más ortodoxos: separación entre la
sexualidad y la reproducción, maternidad libre, liberación femenina,
libertad sexual y, entre otras cosas, métodos anticonceptivos artificiales.
Luego, llegaría el feminismo de la tercera ola o radical. Ya se habla de
patriarcado, se exige la igualdad de hombres y mujeres, y se promueve los
derechos de la mujer sobre su cuerpo. Simone De Beauvoir publicó en
1949 El Segundo Sexo, donde esbozó su máxima: Mujer no se hace, se
nace. Ya en los 70 le seguiría Kate Millet, que afirmó que no existe En esta
etapa es donde parece la teoría Queer, que rechaza la clasificación de los
individuos en categorías universales y fijas. La identidad sexual ahora es
producto de una construcción cultural y no parte de un determinismo
biológico. Disparidad intelectual y emocional entre los sexos.
La declaración de los derechos de la Mujer, no hubiera sido posible sin un
grupo de mujeres que exigió y luchó por ser reconocidas con los mismas
libertades y derechos que los hombres en 1791, resultando en aquel
entonces un escándalo moral y civil. Sin embargo, lo lograrían dos años
después, cuando Mary Wollstonecraft publicó un manifiesto, reclamando
inclusión de las mujeres dentro de la sociedad civil. En 1848, la revolución
ideológica por los derechos de las mujeres pasmo a mas de uno, pero aun
así se celebró la primera convención para la igualdad de derechos, donde
no solo se exigía la inclusión femenina, sino también la abolición de la
esclavitud, a nosotras las mujeres nos costo mas de 30 años poder votar
libremente como lo hacían los hombres, donde el primer país que dio este
derecho a las mujeres fue Nueva Zelanda , en 1918 en Reino Unido se
concedió este derecho, en 1938 en España y en 1955 cuando por fin las
mujeres podían votar en México. Con el derecho al trabajo igualmente fue
una lucha muy larga y cuando finalmente lograron ingresar al ámbito
laboral fueron confinadas al sector textil, en donde eran sometidas a largas
horas de trabajo, en malas condiciones, con un salario bajo facilitando el
abuso de género.
El 8 de marzo de 1857 cientos de trabajadoras de una fábrica textil de
Nueva York marcharon para protestar contra las pésimas condiciones en
las que trabajaban y por sus bajos salarios. El reclamo legítimo terminó
con las balas: en el intento por dispersarlas, la policía mató a 129
mujeres que, lejos de dejarse amedrentar, dos años después fundaron su
primer sindicato, La jornada laboral de una trabajadora textil era de
12 horas por día de lunes a viernes y 7 horas los sábados con un salario
inferior a los 5 dólares. Medio siglo después, en 1908, el Partido Socialista
de los Estados Unidos celebró y consagró el Día Nacional de la Mujer el 28
de febrero de 1908. Ese día las protestas en las calles sucedían bajo el
lema "Pan y Rosas" (el pan simbolizaba la seguridad y la rosa la calidad de
vida). 1910 llegó con cambios significativos, la II Conferencia Internacional
de Mujeres Socialistas reunidas en Copenhague en la que se reiteró el
derecho femenino al voto y se proclamó por voto unánime el 8 de marzo

Recién en diciembre de 1977 la Asamblea General de la ONU proclamó el


8 de marzo como Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz
Internacional "para conmemorar la lucha histórica por mejorar la vida de
la mujer". En la Asamblea General del 2 de julio de 2010, la ONU creó ONU
Mujeres, una entidad para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de
la Mujer cuya primera conmemoración fue el 8 de marzo de 2011 en el
centenario del incendio de la fábrica de camisas.

Conclusión:

La lucha de las mujeres por sus derechos nunca tendrá fin, ya que aún hay
muchos países, ciudades donde aun las mujeres no disfrutan de sus
derechos libremente, donde aun se piensa que la mujer solo puede hacer
las cosas de hogar o cuidar de los hijos, dejando de lado las habilidades de
ellas haciéndoles sentir menos cuando somos las mujeres una pieza
esencial para la sociedad. Las mujeres no solo tenemos que hacer las cosas
del hogar podemos ser grandes profesionales, ser gobernadoras de un
país, poder votar libremente, trabajar en el ámbito que mas nos guste no
simplemente en la textilería, ya que cada una de nosotras tenemos
diversas habilidades y muchas cualidades, tenemos el derecho de vivir
plenamente feliz y sin violencia, poder salir a las calles sin sentirnos
acosadas y sentirnos libres. No ser atemorizadas, poder desarrollarnos
como personas, ciudadanas como profesionales, es por eso que estas
movilizaciones por los derechos de las mujeres nunca deben acabar hasta
que todas nosotras podamos disfrutar libremente de nuestros derechos
como toda persona, cuando la sociedad nos respete y nos deje ser nosotras
mismas en este mundo tan desigual para nosotras.

Las condiciones laborales de las mujeres en el


siglo XIX
La mujer trabajadora alcanzó muchos beneficios durante el siglo XIX.
Naturalmente, su existencia es muy anterior cuando sucedió capitalismo
industrial. Ya entonces la mujer se ganaba la vida como hilandera, modista,
orfebre, cervecera, pulidora de metales, productora de botones,
pasamanera, niñera, lechera o criada en las ciudades y en el campo tanto
en Europa como en Estados Unidos. Pero en el siglo XIX se la observa, se la
describe y se la documenta con una atención sin precedentes, mientras los
contemporáneos discuten la conveniencia, la moralidad incluso la licitud
de sus actividades asalariadas. La mujer trabajadora fue un producto de la
revolución industrial, no tanto porque la mecanización creara trabajo para
ella allí donde antes no había habido, como porque en el transcurso de la
misma se convirtió en una figura problemática y visible.
Durante miles de años, el trabajo en la esfera pública fue considerado
exclusivamente “solo cosa de hombres”, mientras el trabajo doméstico
quedaba bajo la responsabilidad de las mujeres. Para mediados del siglo
XIX en la Argentina y otras países unas 140.000 mujeres eran costureras,
lavanderas, planchadoras, cigarreras, amasadoras, etc. Se estaba hallando
la idea de que los salarios de los varones debían ser suficientes no sólo
para su propio sostén, sino también para el de una familia para sostener.
Por el contrario, los salarios de una esposa, se suponía que no debían
superar lo suficiente como para su propio sustento. La legislación
protectora de las mujeres, desde las primeras leyes fabriles hasta finales
del siglo XIX, en los países con desarrollo industrial, concibió a las mujeres
como inevitablemente dependientes y a las mujeres asalariadas como un
grupo insólito y vulnerable, necesariamente limitado a ciertos tipos de
empleo.
Solo veían a una mujer trabajadora, y esto fue una consecuencia del hecho
de que se la percibiera como problema, como un problema que se
describía como nuevo y que había que resolver sin dilación. Esta cuestión
involucra el verdadero significado de la feminidad y la compatibilidad
entre feminidad y trabajo asalariado, y se plantea en términos tanto
morales como categóricos.
En general, el debate del siglo XIX giró en torno a la historia causal
implícita de la Revolución Industrial, que fue tratada como especulación
en la mayoría de las historias posteriores sobre las mujeres trabajadoras.
Esta historia reveló la fuente del problema para las trabajadoras en la
sustitución de la producción doméstica por la producción fabril que se
produjo durante la industrialización. Dado que en el período preindustrial
se creía que las mujeres combinaban con éxito las actividades productivas
con el cuidado de los hijos, el trabajo y la vida familiar, se dijo que la
reubicación propuesta en el lugar de trabajo hacía que esto fuera difícil, si
no imposible. Como resultado, se argumentó, las mujeres sólo podían
trabajar durante períodos cortos de sus vidas, retirarse del trabajo
remunerado después de casarse o tener un hijo, y volver a trabajar más
tarde sólo si el marido no podía mantener a la familia de la mujer.
Consideran la postulación de género como la única razón de las diferencias
entre hombres y mujeres en el mercado laboral, pero estas diferencias
también pueden entenderse en términos del mercado laboral, las
fluctuaciones económicas o las relaciones cambiantes de oferta y
demanda. La historia de la separación entre el hogar y el trabajo
selecciona y organiza la información de tal manera que logra un cierto
efecto: enfatizando con énfasis en las diferencias funcionales y biológicas
entre mujeres y hombres, legitimando e institucionalizando en última
instancia estas diferencias como la base de las relaciones sociales. Las
interpretaciones de la historia del trabajo de las mujeres dieron lugar y
contribuyeron a opiniones médicas, científicas, políticas y morales que han
sido denominadas "ideología doméstica" y "doctrina de campo separado".
Esto se describe mejor como un discurso que, en el siglo XIX, entendía la
división sexual del trabajo como una división “natural” del trabajo. La
división del trabajo es considerada la forma más eficiente, racional y
productiva de organizar el trabajo, los negocios y la vida social, es decir la
línea divisoria entre lo útil y lo “natural”, no existe cuando el ovejo se
refiere al “género”.
También se ve que, durante el siglo XIX, las mujeres comenzaron a ocupar
nuevos espacios laborales y uno de los más importantes fue el de la
educación como maestras de nivel inicial. El aumento de la participación
de las mujeres en el sector industrial se hizo evidente desde fines del siglo
XIX, por la lucha por la igualdad en el mundo laboral fue uno de los
motivos que originaron el Día de la Mujer. A principios del siglo XIX, la
Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reclamaba el derecho a
voto para las mujeres, mientras las trabajadoras de las fábricas de Estados
Unidos se declaraban en huelga para conseguir mejoras laborales.

Conclusiones
Durante el siglo XIX, la mujer trabajadora logró numerosos beneficios,
entre ellos ganarse la vida como hilandera, modista, orfebre, cervecera,
pulidora de metales, productora de botones, pasamanera, niñera, lechera,
o criada en las ciudades y el campo. Sin embargo, durante esta época, el
trabajo de las mujeres se volvió más visible y problemático. Durante el
siglo XIX el trabajo público era considerado exclusivamente para hombres,
mientras que el trabajo doméstico era considerado para mujeres. En
algunos países, las mujeres trabajaban en diversas profesiones, con la idea
de que los salarios de los hombres fueran suficientes para sus familias y su
propio sustento, pero de ella no. La protección de las mujeres desde las
primeras leyes fabriles hasta finales del siglo XIX las consideraba
dependientes y vulnerables, limitadas a ciertos tipos de empleo. El debate
en torno al trabajo de las mujeres giró en torno a la causal implícita de la
Revolución Industrial, que reveló el problema de las mujeres en la
sustitución de la producción fabril por la producción doméstica durante la
industrialización. Se vio que durante el siglo XIX, la mujer trabajadora
alcanzó muchos beneficios, aunque todo el discurso del siglo la presentaba
como una trabajadora de segunda y le negaba su capacidad de productora
que podría asegurarle un reconocimiento social y económico, las mujeres
jugaron un papel fundamental para mantener el país en marcha, muchas
mujeres ocuparon el lugar de los hombres en las fábricas y consiguieron
que la economía no se derrumbara en muchos países.

BIBLIOGRAFIAS
Autor: Fabiola Benítez Quintero y Graciela Vélez Bautista
Cita: http://politicas.uaemex.mx/espaciospublicos/eppdfs/N51-6.pdf

Autor: Alba Carosio


Cita: http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1316-
37012009000200001#:~:text=El%20feminismo%20latinoamericano%20de
%20fines,y%20la%%C3%ADa%20sexual%20eclesi%C3%A1stica.

Autor: Dra. Marilú Rojas Salaza


cita: https://ibero.mx/prensa/debateibero-que-es-el-feminismo-y-cual-es-
su-importancia#:~:text=Este%20movimiento%20se%20origina%20a,voto
%20y%20a%20sus%20derechos%20laborales.

Autor: Joaquina Samaniego


Cita: https://perifericas.es/blogs/blog/el-movimiento-feminista-en-el-
siglo-xix-sufragismo

https://estudiosdelamujer.wordpress.com/418-2/#:~:text=En%20Am
%C3%A9rica%20Latina%2C%20en%20la,modalidades%20en%20cada
%20pa%C3%ADs%20latinoamericano

-Movimientos de mujeres | ONU Mujeres

https://www.unwomen.org/es/what-we-do/leadership-and-political-
participation/womens-movements

-Derechos de las mujeres

https://www.mpdl.org/noticias/global/prevencion-violencia/derechos-
mujeres

-Movimientos por los derechos de la mujer: fuertes, pero asediados

https://www.hrw.org/es/news/2017/11/26/movimientos-por-los-
derechos-de-la-mujer-fuertes-pero-asediados
-Derechos de las mujeres
https://www.mpdl.org/noticias/global/prevencion-violencia/derechos-
mujeres

-Mujeres que han luchado por los derechos de la mujer

https://www.elperiodico.com/es/civismo/20210303/mujeres-han-
luchado-derechos-mujer-11554829

Las condiciones laborales de las mujeres en el siglo XIX

http://angarmegia.wikidot.com/lc-mujer-trabajadora-xix

https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/
un_breve_resumen_de_la_conquista_de_derechos_laborales_de_l
as_mujeres_en_la_historia.pdf

https://uvadoc.uva.es/bitstream/handle/10324/51685/TFG-E-
1310.pdf;jsessionid=1EF777ADE78B14930C6F2D2E8D8A7E71?
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Pioneras en la educación de las mujeres en el siglo XIX.

https://personal.us.es/alporu/historia/mujer_educacion.htm

https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7371726
https://uvadoc.uva.es/bitstream/handle/10324/1806/TFG-L44.pdf?
sequence=1

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