Kumara El Origen Del Alma 1 1
Kumara El Origen Del Alma 1 1
Kumara El Origen Del Alma 1 1
Todo ser humano o persona tiene una ‘signatura vibracional’ única, un ADN etérico, que va
modificándose día a día según sus percepciones y decisiones. La gran pregunta es de dónde
procede esta signatura, esta firma original, este sello o peculiaridad que nos hace distintos y
únicos, lo llamemos alma, esencia o conciencia, palabras que también tendríamos que re-definir.
Todo ser humano o persona es una ‘extensión’ de un alma mayor, de un yo superior o un
ente, que a su vez procede de una mónada o esfera divina. Un individuo encarnado es una
densificación de una conciencia mayor. Cada persona tiene un Yo Superior unido a la
Fuente de origen.
Podéis imaginar la siguiente imagen:
Una gran esfera blanca (Dios, principio único o Unidad fundamental, fuente y origen de todo)
de la que parten varios rayos de luz o frecuencias de distinto color.
Cada rayo o energía tiene un regente, un ente que mantiene esta fuerza divina vibrando y
expresándose. Los humanos, en su limitada comprensión metafísica, habéis puesto nombres a
algunas de estas entidades o avatares (Jesús o Sananda para el regente del rayo dorado, el
maestro Morya es el regente del rayo azul, el violeta corresponde a Saint Germain, el rayo verde
al Arcángel Rafael, yo, Sanat Kumara, soy el regente del rayo rubí o magenta, etc. etc).
Podríais decir que ‘yo existo’ junto a otras esencias o seres (vivos, o no vivos en este
momento, más antiguos o más jóvenes). Somos lo mismo. Todos existimos y estamos teniendo
aprendizajes y experiencias a veces muy parecidas, porque formamos parte de la Misma Energía
de origen.
Nos influenciamos mutuamente y vamos creciendo a un ritmo similar, es decir, si yo
evoluciono, por influencia y afinidad también evolucionan mis almas hermanas. Es como la
marea del mar; cuando la marea sube, todos los barcos de la misma zona suben igualmente.
Cuando la marea baja, también bajan la vibración todas las almas hermanas.
El grupo de almas al que pertenecemos, estamos todos y siempre en sintonía. Y como más
consciente es cada uno de que pertenece a un Todo Universal, como más se abre una persona
y más afina su visión espiritual, más fácil es re-encontrar almas afines e impulsarse mutuamente.
Las conciencias afines se atraen mutuamente, se retroalimentan y activan su propia evolución o
vuelta a Casa. Observa cuáles son tus almas afines espiritualmente aquí y ahora. Siempre nos
unimos por Sintonía, no por palabras, conceptos, emociones, hechos o pactos, sino por afinidad
energética.