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POBREZA Y DELINCUENCIA JUVENIL EN ESPAÑA

Autor: Álvaro Domínguez Guzmán

Estructura Social y Control de la Delincuencia

Curso 2023/2024

ESTRUCTURA:

1. Introducción

2. Marco teórico

3. Análisis estadístico

4. Conclusiones

5. Bibliografía

1. Introducción

La mayoría de personas se han preguntado alguna vez en su vida qué es lo que le


lleva a un joven a cometer un delito. Algunos sostienen que existen “malas” personas,
ya problemáticas desde la infancia, y que muchas de ellas se convierten después en
delincuentes persistentes. Otros, por el contrario, argumentan que el factor
fundamental de estos delincuentes juveniles es su entorno, es decir, que cuanto peor
es su ambiente, peor es su comportamiento a lo largo del tiempo.

Sin lugar a dudas, la delincuencia juvenil es uno de los fenómenos sociales más
importantes planteados por las sociedades actuales, así como uno de los problemas
criminológicos preferidos ya que las manifestaciones de la conducta que llaman
socialmente la atención de forma negativa (comportamientos desviados) pueden
observarse, generalmente, mejor en los jóvenes que en los adultos. Además, resulta
adecuado tratar la delincuencia juvenil presente como una delincuencia adulta futura.

“La delincuencia juvenil es un fenómeno de ámbito mundial, pues se extiende desde


los rincones más alejados de la ciudad industrializada hasta los suburbios de las
grandes ciudades, desde las familias ricas o acomodadas hasta las más pobres, es un
problema que se da en todas las capas sociales y en cualquier rincón de nuestra
civilización” (Vidal, J.M., 2003, pág. 1)

Así, se podría decir que, desde la perspectiva criminológica, la problemática de la


delincuencia juvenil se presenta como un rompecabezas multidimensional en el que
convergen elementos sociales, económicos y psicológicos.

Visto todo lo anterior se ha de destacar el factor de la pobreza, sobre el que se


cimienta el trabajo. Como se ha podido observar anteriormente, no es el único factor
que condiciona la delincuencia juvenil, pero sí es uno de los más importantes.

1
En este trabajo se analizará la relación entre la pobreza y la delincuencia juvenil. Para
ello, se revisará la literatura científica sobre este tema y se utilizarán datos estadísticos
para evaluar la eficacia de las políticas de control social dirigidas a reducir la
delincuencia juvenil en entornos de pobreza. Por último, se establecerán una serie de
conclusiones relacionadas con el contenido de la asignatura.

2. Marco teórico

2.1. Delincuencia juvenil

“Los delitos cometidos por los jóvenes difieren en el género y en el motivo de los
crímenes típicos de los adultos” (West. D.J., 2019, p. 13). Los niños quizás roben
cosas porque no saben que está prohibido, o porque simplemente aun no han
aprendido a dominarse a sí mismos, dado que esto se desarrolla normalmente con la
edad, y es común que los jóvenes violen la ley para creerse más “listos” o para
desafiar a sus progenitores.

Yendo a la práctica, definir lo que es la delincuencia juvenil resulta problemático. Por


tanto, para definir lo que es la delincuencia juvenil hay que, ante todo, esclarecer dos
conceptos: delincuencia y juvenil.

Ante todo, siempre se ha considerado que la delincuencia es “un fenómeno específico


y agudo de desviación e inadaptación” (Herrero Herrero, C., 1997, p. 359). En este
sentido, se ha dicho que “delincuencia es la conducta resultante del fracaso del
individuo en adaptarse a las demandas de la sociedad en que vive” (Comité sobre
Delincuencia Juvenil, 1956), definición que no deja nada claro al poder preguntarse si
se refiere a todas las demandas, unas cuantas, cuáles, si es posible que una persona
se adapte sin más a todas las demandas de una sociedad dada con independencia de
su edad, etc.

Pese a la influencia de la escuela clásica del Derecho penal y al positivismo, que


consideraba a la delincuencia como una realidad exclusivamente individual, hoy en día
la mayor parte de criminólogos concuerdan en que la delincuencia es un fenómeno
vinculado íntimamente a cada tipo de sociedad y es un reflejo de las principales
características de la misma. Así, la delincuencia sería un “fenómeno social constituido
por el conjunto de las infracciones, contra las normas fundamentales de convivencia,
producidas en un tiempo y lugar determinados” (Herrero Herrero, C., 1997, p. 225).

Visto el concepto de delincuencia hay que delimitar el adjetivo de juvenil. No se puede


aplicar al objeto del trabajo el sentido etimológico de este adjetivo, dado que desde
este punto de vista quiere decir “perteneciente o relativo a la juventud” (RAE). Y no es
aplicable este concepto etimológico debido a que en el campo de las ciencias penales
se entiende por delincuencia juvenil la llevada a cabo por personas que no han
alcanzado aun la mayoría de edad penal.

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Lo expuesto permite afirmar que el término delincuencia juvenil es “un concepto
eminentemente socio-histórico” (Herrero Herrero, C., 1997, pág. 362). Y en este
sentido, se define al delincuente juvenil como “una figura cultural, porque su definición
y tratamiento legal responde a distintos factores en distintas naciones, reflejando una
mezcla de conceptos psicológicos y legales. Técnicamente, el delincuente juvenil es
aquella persona que no posee la mayoría de edad penal y que comete un hecho que
está castigado por las leyes” (Garrido Genovés, V. 1986, pág. 11).

En nuestro vigente Código Penal aprobado por L.O. 10/1995, de 23 de noviembre, la


mayoría de edad penal quedó fijada en los 18 años de edad. Así se establece en el
artículo 19 del Código Penal, en virtud del cual, “los menores de dieciocho años no
serán responsables criminalmente con arreglo a este Código. Cuando un menor de
dicha edad cometa un hecho delictivo podrá ser responsable con arreglo a lo
dispuesto en la Ley que regule la responsabilidad penal del menor”. Por tanto, las
disposiciones de la L.O. 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad de
los menores, van a ser aplicables a los mayores de 14 y menores de 18 años
presuntamente responsables de la comisión de infracciones penales, en tanto que a
los menores de 14 años les serán de aplicación las normas sobre protección de
menores previstas en el Código Civil y en la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de
Protección Jurídica del Menor.

En definitiva, y teniendo en cuenta todo lo expuesto, podemos definir la delincuencia


juvenil en España como el fenómeno social constituido por el conjunto de las
infracciones penales cometidas por los mayores de 14 años y menores de 18.

Una vez aclarado el término de delincuencia juvenil, resulta adecuado saber


diferenciarlo de otros conceptos que, debido a que tienen un terreno común con la
delincuencia, son afines a este y suelen conducir a la confusión. Dichos conceptos
son: conflicto social, desviación o marginación.

- Conflicto social: ”Lucha por los valores y por el status, el poder y los recursos
escasos en cuyo proceso las partes enfrentadas optan por anular, dañar o
eliminar a sus contrarios” (Herrero Herrero, C., 1997, pág. 363).

- Desviación: Cohen y Merton han definido la desviación como el


comportamiento o conducta que viola el código normativo observado por un
grupo y que éste espera sea cumplido por el individuo, que ahora se convierte
en sujeto activo de la citada trasgresión.

- Marginación: “Situación psicosocial en la que se ve envuelta una persona en


virtud de la insuficiencia de recursos, la precariedad o total ausencia de status
social y la exclusión total o parcial de las formas de vida mínimamente
próximas a las del modelo prevalente en la comunidad” (Vidal, J.M., 2003, pág.
4).

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2.2. Factores de riesgo

“Los factores de riesgo son variables que pueden afectar negativamente el desarrollo
de las personas” (Hein, A., Blanco, J., & Mertz, C., 2004).

En términos específicos, los factores de riesgo son situaciones contextuales o


personales que, al estar presente, incrementan la posibilidad de desarrollar problemas,
ya sea problemas emocionales, conductuales o de salud. Estos problemas propician la
aparición de dificultades de adaptación que obstaculizan el desarrollo previsto para el
individuo durante su transición de la infancia a la adultez, impidiéndole convertirse en
una persona responsable y capacitada para contribuir y participar de manera activa en
la sociedad.

Según Trudel y Puentes Neuman, los factores de riesgo pueden ser clasificados en 6
ámbitos de procedencia, de acuerdo a un continuo que va desde el nivel individual
hasta el nivel sociocultural.

- Factores individuales
- Factores familiares
- Factores ligados al grupo de pares
- Factores escolares
- Factores sociales o comunitarios
- Factores socioeconómicos y culturales: Vivir en situación de pobreza.

2.3. Pobreza

Según la RAE, la pobreza es aquello que tiene cualidad de pobre y pobre es aquello
necesitado, que no tiene lo necesario para vivir.

Siempre que se habla de pobreza se piensa que se trata únicamente de falta de


dinero, pero la pobreza es un fenómeno multidimensional que puede traducirse en
factores objetivos, como la falta de recursos para satisfacer las necesidades básicas
para la supervivencia; o en factores subjetivos, como la privación de participación
social por cuestiones relacionadas al género.

Como se ha explicado anteriormente, el enfoque más común describe la pobreza


como la falta de ingresos. Esto está basado en los estudios de Benjamin Rowntree
(1901). Según este, la pobreza se configura cuando el total de ingresos disponibles no
satisface el mínimo necesario para subsistir. Esta idea llevó al Banco Mundial a la
creación del umbral de pobreza, que se trata de “el costo monetario de un nivel de
bienestar de referencia para una persona dada, en un momento y un lugar dados”. El
actual umbral de pobreza se establece en 2,15 USD al día, por tanto, se considera que
todas las personas que dispongan de menos de 2,15 dólares al día viven en situación
de pobreza, según el Banco Mundial.

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No obstante, existen teorías que defienden que la pobreza trasciende la falta de
ingresos. El enfoque de las Necesidades Básicas promovido por la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) en la década de 1970, incluyó la salud, la educación, el
saneamiento, las ropas y etc., entre los mínimos necesarios para una calidad de vida
digna. Igualmente, el economista Amartya Sen introdujo la visión de la pobreza como
privación de desarrollo humano individual. De esta teoría, Mahbub ul Haq concibió el
Índice de Desarrollo Humano del PNUD (IDH). El IDH combina tres indicadores de
capacidad para medir el desarrollo humano: esperanza de vida, nivel educativo e
ingreso.

En definitiva, se podría definir la pobreza como falta de recursos o deficiencia de


medios para disfrutar de una calidad de vida mínima deseable.

3. Análisis estadístico

Renta neta media por persona (2022). Comunidades y Ciudades Autónomas.

Fuente: Instituto Nacional de Estadística (INE).

Renta neta media por hogar (2022). Comunidades y Ciudades Autónomas.

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Fuente: INE.

Tasa de riesgo de pobreza (2022). Comunidades y Ciudades Autónomas.

Fuente: INE.

Tasa de riesgo de pobreza (2022). Menores de 16 años: 27,7. (Fuente: INE).

Tasa de riesgo de pobreza (2022). De 16 a 29 años: 22,3. (Fuente: INE).

Tasa de riesgo de pobreza (2022). Menores de 18 años: 27,8. (Fuente: INE).

Tasa de riesgo de pobreza (2022). Total: 20,4. (Fuente: INE).

Menores condenados (2022). Comunidades y ciudades autónomas.

Fuente: INE.

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Menores condenados según la edad (2022). Comunidades y Ciudades

Autónomas.

Fuente: INE.

4. Conclusiones

Lo primero que se puede sacar en claro de los datos es que existe un mayor riesgo de
pobreza en la población menor de 18 años comparándola con la población total.
Además, el riesgo de pobreza en esta población supera la tasa de pobreza de la
mayoría de las Comunidades Autónomas, aspecto bastante preocupante.

También se puede afirmar observando los datos que existe una relación inversamente
proporcional entre la renta media por persona y la tasa de riesgo de pobreza. Así, en
Comunidades Autónomas donde la renta es más baja existe mayor riesgo de pobreza.
Esto se puede comprobar observando los datos de, por ejemplo:

- Andalucía: Renta Media: 10.500 euros aprox. Riesgo de pobreza: 28,7.


- Cataluña: Renta Media: 14.700 euros aprox. Riesgo de pobreza: 14,5.

Sin embargo, a la hora de observar los datos de los menores condenados, a primera
vista, se podría llegar a pensar que no guarda ninguna relación con respecto de la tasa
de riesgo de pobreza, ya que, por ejemplo:

En la Comunidad Autónoma de Cataluña, la tasa de riesgo de pobreza es de las más


bajas del país. No obstante, esta Comunidad es la segunda en la que más menores
han sido condenados en el último año.

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Esto no es determinante a la hora de hablar de la relación entre pobreza y
delincuencia juvenil, ya que a la hora de hablar de menores condenados se ha de
tener en cuenta multitud de factores como son: la densidad de población, la
inmigración, efectividad policial, etc.

- Control Social

Como se ha explicado anteriormente, la pobreza no es la única causa de la


delincuencia juvenil, sino más bien un factor de riesgo. La desigualdad económica
puede generar percepciones de injusticia social. Los jóvenes en situaciones de
pobreza pueden sentirse marginados y privados de oportunidades. La respuesta a
esta percepción de injusticia a menudo se canaliza a través de mecanismos de control
social formales, como la aplicación de leyes y la presencia policial en áreas
empobrecidas para mantener el orden.

Hablando de la privación de oportunidades, la falta de estas oportunidades tanto


educativas como laborales pueden llevar a los jóvenes a recurrir a la delincuencia
como una forma de obtener recursos o mejorar sus condiciones de vida. En este
sentido, la comunidad puede ejercer mecanismos de control social informal, como la
estigmatización social, para desalentar la participación en actividades delictivas. Sin
embargo, en entornos donde la pobreza es generalizada, estos mecanismos pueden
ser menos efectivos.

De otro lado, la pobreza a menudo implica un acceso limitado a servicios sociales, lo


que puede dejar a los jóvenes sin recursos para abordar problemas subyacentes que
podrían contribuir a la delincuencia. Por ello, tanto los mecanismos formales, como la
implementación de programas de prevención del delito; como los mecanismos
informales, como la intervención comunitaria, son formas de control social que buscan
abordar las causas subyacentes de la delincuencia juvenil.

- Criminalización, estigmatización y etiquetamiento

Criminalización: proceso a través del cual la sociedad (a través de sus instituciones)


define un comportamiento/conducta como «criminal» cuyos autores serán definidos y
tratados como tales (criminales).

En algunos casos, la pobreza misma puede ser tratada como un delito, especialmente
cuando ciertos comportamientos asociados con la pobreza, como la mendicidad, son
penalizados. La delincuencia juvenil a menudo se enfrenta con medidas legales que
pueden ser desproporcionadas, contribuyendo así a la criminalización de la juventud,
especialmente en áreas empobrecidas.
Estigmatización: proceso a través del cual se adjudica un
atributo/marca/desacreditador/diferenciador definido en términos de relaciones a un
individuo o grupo social. Conlleva la desaprobación del entorno social.

Las personas que viven en la pobreza a menudo son estigmatizadas, y esta


estigmatización puede contribuir a la percepción negativa de la sociedad hacia los
individuos de bajos recursos. Los jóvenes en entornos empobrecidos pueden ser

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estigmatizados como propensos a la delincuencia, lo que puede afectar su reputación
y oportunidades futuras.

La estigmatización puede actuar como un factor de riesgo que impulsa a los jóvenes
hacia la delincuencia como una forma de rebelión contra la percepción negativa que la
sociedad tiene de ellos. Algunos jóvenes, al ser estigmatizados, pueden adoptar la
delincuencia como una forma de autoafirmación, desafiando las etiquetas negativas
impuestas por la sociedad.
Etiquetamiento: La teoría del etiquetado estudia cómo la autoidentidad y el
comportamiento de los individuos pueden ser determinados o influenciados por los
términos que se usan para describirlos o clasificarlos.

Los jóvenes de comunidades empobrecidas pueden ser etiquetados como


delincuentes con mayor frecuencia debido a prejuicios y estereotipos. Una vez
etiquetados, los jóvenes pueden enfrentar estigmatización adicional, lo que puede
influir en su autoconcepto y contribuir a una mayor participación en la delincuencia
como resultado de las expectativas sociales negativas. El etiquetamiento de jóvenes
como delincuentes puede tener efectos a largo plazo en su vida, afectando su acceso
a oportunidades educativas y laborales, perpetuando así un ciclo de pobreza y
delincuencia.
- Miedo al delito
En primer lugar, en áreas empobrecidas, la delincuencia puede ser más prevalente
debido a diversos factores, como la falta de oportunidades y recursos. Esto contribuye
a una mayor percepción de riesgo y al miedo al delito entre los residentes. Además, la
pobreza a menudo se asocia con entornos inseguros. La falta de seguridad percibida
puede aumentar el miedo al delito, afectando la calidad de vida y el bienestar
psicológico de los residentes, incluidos los jóvenes. La presencia de la delincuencia en
áreas empobrecidas puede generar un círculo vicioso en el que el miedo al delito
contribuye a la marginalización de la comunidad, lo que a su vez puede afectar
negativamente la movilidad social y económica. Por último, el miedo al delito puede
contribuir a la desconfianza entre los miembros de la comunidad. Esto puede resultar
en un aislamiento social y una falta de apoyo mutuo, lo que a su vez puede afectar
negativamente la capacidad de la comunidad para abordar los problemas de pobreza y
delincuencia juvenil.
- Desigualdad social
La desigualdad social a menudo se manifiesta en la falta de acceso equitativo a
oportunidades educativas y laborales. Los jóvenes en situaciones de pobreza pueden
enfrentar barreras significativas para acceder a una educación de calidad y a empleos
bien remunerados, lo que puede aumentar la probabilidad de involucrarse en la
delincuencia. Además, la desigualdad también puede influir en la distribución de
recursos básicos, como atención médica y vivienda. La falta de acceso a estos
recursos puede afectar la calidad de vida de los jóvenes, aumentando la probabilidad
de que recurran a comportamientos delictivos como una forma de sobrevivir.

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Por último, la percepción de desigualdad puede generar frustración y resentimiento
entre los jóvenes que se sienten excluidos de las oportunidades disponibles para
aquellos en estratos socioeconómicos más altos. La falta de perspectivas y la
sensación de injusticia social pueden conducir a la participación en actividades
delictivas como una forma de expresar esa frustración o buscar una salida a la falta de
oportunidades.

- Grupo de iguales
En primer lugar, se llama grupo de iguales a aquel grupo social compuesto por
personas que tienen más o menos la misma edad y posición social y unos intereses
comunes.
Los jóvenes, especialmente aquellos en entornos empobrecidos, pueden buscar un
sentido de pertenencia y apoyo en su grupo de iguales. Si el grupo de iguales tiene
normas y valores que favorecen la delincuencia o la rebeldía, los jóvenes pueden ser
más propensos a involucrarse en actividades delictivas para ser aceptados o
respetados dentro del grupo. Además, en entornos empobrecidos, donde las
oportunidades son limitadas, la reputación dentro del grupo de iguales puede ser
especialmente importante para los jóvenes. Participar en actividades delictivas a veces
se percibe como una forma de ganar respeto y reconocimiento.
De otro lado, como ya se ha dicho anteriormente, la pobreza puede limitar las
oportunidades recreativas y educativas disponibles para los jóvenes. En ausencia de
alternativas positivas, los grupos de iguales pueden ser una fuente de actividades,
incluso si incluyen comportamientos delictivos. Así, la asociación con pares que
participan en comportamientos delictivos puede aumentar la probabilidad de que los
jóvenes también se involucren en actividades ilegales.
Por último, la pobreza puede estar asociada con la falta de modelos a seguir positivos,
como figuras parentales o líderes comunitarios. En ausencia de modelos positivos, los
jóvenes pueden buscar influencia y orientación en sus grupos de iguales, incluso si
estos grupos promueven comportamientos delictivos.
- Punitivismo
Punitivismo: Aumento de las penas legales como solución de problemáticas sociales.
Castigar una conducta considerada falta ante la ley.
Primero, la pobreza puede contribuir a desigualdades en el sistema legal, donde los
jóvenes de comunidades empobrecidas pueden enfrentar respuestas punitivas más
severas en comparación con aquellos de estratos socioeconómicos más altos. El
punitivismo puede ser más pronunciado cuando se trata de delincuencia juvenil, con
respuestas legales que a menudo enfatizan la sanción punitiva en lugar de enfoques
más rehabilitadores.
Las comunidades empobrecidas a menudo carecen de recursos para implementar
programas efectivos de prevención del delito y rehabilitación para jóvenes en riesgo.
En ausencia de alternativas, la sociedad puede recurrir al punitivismo como respuesta
principal, a menudo a través de la aplicación de leyes más estrictas y penas más
severas.

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El punitivismo excesivo puede contribuir a un ciclo de encarcelamiento que afecta
negativamente la movilidad social, ya que los antecedentes penales pueden dificultar
la obtención de empleo y acceso a oportunidades educativas para los jóvenes
empobrecidos. Este ciclo puede perpetuar la pobreza, ya que aquellos que han estado
encarcelados a menudo enfrentan barreras significativas para reintegrarse en la
sociedad y mejorar sus condiciones económicas.

Por último, el punitivismo a menudo se centra en castigar el comportamiento delictivo


sin abordar las causas subyacentes, como la pobreza y la falta de oportunidades. Sin
abordar las raíces del problema, el punitivismo puede resultar en una respuesta a
corto plazo, pero no resolver las condiciones que contribuyen a la delincuencia juvenil
en comunidades empobrecidas.

5. Bibliografía
Garrido Genovés, V. (1986). Delincuencia juvenil. Alambra.
Herrero Herrero, C. (1997). Criminología (parte general y especial). Dykinson.
Trudel, M., Puentes-Neuman, G. (2000) Los conceptos contemporáneos de niños en
riesgo: modelos teóricos y enfoques en los primeros años. Simposio de la Agenda de
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58551523610332031.
Hein, A., Blanco, J., & Mertz, C. (2004). Factores de riesgo y delincuencia juvenil:
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Loeber, R., Farrington, D., & Illescas, S. R. (2011). La transición desde la delincuencia
juvenil a la delincuencia adulta. Revista española de investigación criminológica, 9, 1-
41.

West, D. J. (2019). Delincuencia juvenil. Ediciones Olejnik.

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