El documento resume la obra de arte "El garabato del fraile" de la artista Tacita Dean. En 3 oraciones:
La obra se basa en un dibujo que la artista recibió de un fraile cuando era joven. La obra es una proyección lenta del dibujo que nunca lo muestra completamente, reflejando e intercambiando la superficie del papel con la película. El resultado es una exploración del dibujo original que se transforma en un proceso abierto sin una finalidad concreta.
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La obra se basa en un dibujo que la artista recibió de un fraile cuando era joven. La obra es una proyección lenta del dibujo que nunca lo muestra completamente, reflejando e intercambiando la superficie del papel con la película. El resultado es una exploración del dibujo original que se transforma en un proceso abierto sin una finalidad concreta.
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1
Georges Perec, Un cabinet damateur (:gg), en Romans et Rcits, Pars, Librairie
Gnrale Franaise, la Pochothque, zooz, p. :8:. [Ed. Cast.: Georges Perec, El gabi- nete de un acionado. Historia de un cuadro, trad. Menene Gras Balaguer, Barcelona, Anagrama, :g8g]. (E)MOCIN LENTA. EL ARTE DEL REFLEJO SEGN TACITA DEAN rLisnnr1u Lrnovici Toda obra es el espejo de otra: esta armacin, que ser- va de prembulo al artculo Art and Reection 1 publicado en :g: por un tal Lester K. Nowak, parece acompaar de manera persistente el trabajo de Tacita Dean; tal vez porque da idea de hasta qu punto la artista inscribe, de entrada, su singular deriva en una memoria cultural. As, en la mayora de sus obras se encuentra el reejo de otras. Eso fue lo que ms me atrajo cuando vi por primera vez, en la muestra colectiva Il tempo del Postino en Manchester (zoo), su lm Merce Cunningham performs STILLNESS (in three movements) to John Cages composition with Trevor Carlson, New York City, April . Vuelvo a ver a Merce Cunningham en su estudio, sentado en una silla, en silencio, completamente inmvil. Y en la inmovilidad se produce un acontecimiento, una coreografa 01-76_ESPANOL_Opmaak 1 10/11/10 17:13 Pgina 43 2 Julia Kristeva, Ellipse sur la frayeur et la sduction spculaire, Communications, n z, Psychanalyse et cinma, Pars, Seuil, :g, p. b. 3 Vase: Claude Cahun, Tacita Dean, Virginia Nimarkoh, Mise en Scne [Cat. Exp.], Londres, ICA, :gg. Las comisarias, Emma Dexter y Kate Bush, en su introduccin, hacen referencia al surrealismo, que, con su fe en el azar objetivo, el mito y el erotismo como fuentes de inspiracin proporciona una genealoga para Mise en Scne (p. ). 44 ELISABETH LEBOVICI de la que cobramos conciencia por el gran espejo que reeja el lm: mientras Cunningham se relaja para cam- biar de posicin y recomponerse de inmediato, el reejo de un hombre aparece en el espejo. Es Trevor Carlson, el director de la compaa, que a su vez cambia de posicin. Intercambian una seal que puede verse a travs del espejo. Gracias a este desdoblamiento del otro, que es asimismo el despliegue de dos generaciones (la de Cunningham y la de Carlson), se produce la circulacin contempornea de la composicin de John Cage. En la corriente de las amista- des, de los amores, los sueos no aguardan el divn del analista: circulan como regalos, escribi Julia Kristeva. 2 En la Abada de Santo Domingo de Silos, esta cita puede aplicarse a El garabato del fraile (The Friars Doodle), pro- yeccin continua de un lm de :bmm, que tiene menos que ver con el dibujo que con el reejo del dibujo, o incluso con el acto de dibujar sobre un dibujo. Para reverberar en el entorno monacal, la obra de la artista precisa ms de un desdoblamiento. En primer lugar, este lm, El garabato del fraile, es menos una reaccin que una lnea de conver- gencia con la visita de la artista al monasterio benedictino durante el invierno de zoogzo:o. Guiada por lo que los surrealistas llamaban un azar objetivo una nocin que la acompaa desde su participacin en la exposicin Mise en Scne, en :gg, con Claude Cahun y Virginia Nimarkoh, 3 su memoria evoca un regalo: un dibujo fascinante que le dio, 01-76_ESPANOL_Opmaak 1 10/11/10 17:13 Pgina 44 cuando ella era una joven estudiante, un franciscano de Canterbury, su ciudad natal. La artista lo haba conservado durante todos esos aos y lo encontr entre las pginas de un libro. Surgi como un punto de libro, no como un fan- tasma del pasado sino ms bien como algo desaparecido que toma forma. Acaso la invencin del dibujo no se halla asociada a la guracin en el mito original (el de nales del siglo en Occidente) de Dibutade, la hija del alfa- rero, que al partir su amante intenta jar los contornos de aquel que ya no es ms que una sombra que se ha desva- necido de pronto? As pues, el dibujo dio lugar a un lm que, sin embargo, nunca lo muestra completamente. Como ocurre en otras obras de Tacita Dean, no se trata de restaurar sino ms bien de renunciar al fantasma de la totalizacin: por ejem- plo, en Boots una instalacin de , integrada por tres lmes en alemn, ingls y francs, de veinte minutos cada uno los itinerarios de Boots, el personaje que ocia de narrador y de gua en una villa desierta de Portugal, jams brindan la comprensin integral de la arquitectura del lugar. Del mismo modo, en El garabato del fraile se dira que se ha visitado el dibujo mediante la imagen que pasa o planea por encima de l en una serie de tomas. El espec- tador se desplaza por los distintos planos, que se suceden lentamente. La visin en movimiento siempre est descen- trada, guardando as la misma distancia, que tambin sig- nica la misma proximidad. A diferencia del efecto del zoom, la supercie se encuentra aqu protegida, de un modo parecido a lo que ocurre en el cine mudo de Andy Warhol: se trata del intercambio entre dos pieles. El grano del papel se roza con la textura flmica. Recuerda a Mario Merz, un lm de , que me conmueve especialmente ( E ) MOCIN LENTA 45 01-76_ESPANOL_Opmaak 1 10/11/10 17:13 Pgina 45 4 El texto original ha sido escrito en francs. (N. del E.) 46 ELISABETH LEBOVICI porque abole la violencia caricaturesca del monstruo sagrado que suele denir la personalidad social del artista: en general, el encuadre de Tacita Dean establece siempre algn estado de intimidad, de tal modo que, volviendo a El garabato del fraile, la imagen nunca deja de encontrarse circunscrita en el permetro del dibujo, nunca muestra el exterior. Evita toda fuga ms all del encuadre, toda huida, todo resumen de la situacin: todo desenlace. Los signos en blanco y negro, las curvas superpuestas que evocan la posibilidad de una lectura tridimensional que, no obstante, se deja a la subjetividad del espectador: son oricios? O tal vez ilusiones a la manera de Escher? O ms bien una especie de caeras volumtricas? As, las rayas, los rom- bos, los puntos, las zonas abigarradas o despejadas, los blancos moteados, las lneas, conguran un laberinto. Aunque se observe cada palmo del dibujo con precisin, siempre hay algo que se pierde, que desaparece en esas supercies desprovistas de toda forma o desvinculadas de toda digesis identicable. Y es en este punto, que el lm reeja, donde el dibujo se torna doodle (garabato). Sea cual sea su sentido o su no-sentido, que jams conoceremos, en la proyeccin de Tacita Dean ste se transforma, gracias al ttulo escogido por la artista, en un ejercicio o en una prctica que se encuentra en los lmites del verbo y de la imagen. La artista se toma la libertad de reproducir y de trasladar el dibujo al modo operativo del doodle (un trmino que en francs se traduce brutalmente por gribouillage): 4 la lengua francesa toma parte por la violencia mientras que la inglesa parece inscribirse ms bien en el registro 01-76_ESPANOL_Opmaak 1 10/11/10 17:13 Pgina 46 del juego); es decir, de liberarlo de toda nalidad, incluida la esttica. Un dibujo se transforma en un proceso que a su vez se convierte en un lm. El garabato del fraile se expande. No abarca ms que un pequeo rectngulo de la pantalla, el que ocupa la luz reejada de un aparato de proyeccin anticuado y ruidoso. Pero el tiempo despliega y descentra perezosamente un rizoma de caminos trazados que no llevan a ninguna parte. San Agustn escribi: Aunque ande en imagen el hom- bre, en vano se inquieta. 5 Cmo traducir la triangulacin del dibujo si no mediante una instalacin, un dispositivo que garantice esa operacin? El uso de una cmara ros- trum, un bonito nombre martimo para un dispositivo ele- mental y antiguo (en comparacin con la sosticacin del material digital actual) que se utilizaba para las mesas de animacin, permite lmar desde arriba y en perpendicu- lar. En este lm la cmara permanece ja mientras que el plano horizontal se desplaza suavemente, manteniendo una escala similar entre una imagen y otra. Un desdobla- miento suplementario se opera tambin en la misma pro- yeccin, y hace emerger el lm ante el espectador gra- cias a la utilizacin de un sistema que requiere un espejo y que deja la pantalla en suspenso, despegada de la pared. De ah el no lugar que encierra la continuidad flmica que se proyecta, segn las indicaciones de la artista, en una esquina oscura del espacio de exposicin y frente a una silla baja y solitaria asociada as a un enclave impo- nente, el de la Abada de Silos, clebre tanto por su canto ( E ) MOCIN LENTA 47 5 San Agustn, La Trinidad, Libro xiv, Cap. xiv, bgb, :g. Accesible en: http://www.doctri- nacristiana.org/doctrina/apocrifos/sanagustin/trinitate2.htm [consulta: : octubre zo:o]. 01-76_ESPANOL_Opmaak 1 10/11/10 17:13 Pgina 47 48 ELISABETH LEBOVICI gregoriano como por el estilo hispano-rabe de los capite- les de su claustro, y tambin por su Beato, un cdice que tiene ms de aos de antigedad. He aqu una de las abadas benedictinas ms clebres de Espaa, que enar- bola su condicin de monumento histrico, turstico y reli- gioso, y que se reeja en las circunvoluciones de un dibujo hecho por un acionado y entregado a una chiquilla de Kent. Tacita Dean recuerda que una de las impresiones que la embarg en su primera visita no fue visual sino ms bien sonora: el ruido regular de los pasos de un monje que andaba por el claustro. 6 Ella oa su deambular, su rtmico ir y venir, mientras entrevea brevemente su silueta al pasar y desaparecer de su vista; era imposible saber si se trataba de un ejercicio gimnstico o mstico, al menos para la artista, tan alejada de ese universo masculino vedado a las mujeres. Pero ese ir y volver constantemente sobre los propios pasos pareca evidenciar la decisin interior del monje: una eleccin de vida y una eleccin por una vida que, segn la norma monstica, consiste en enclaustrarse, en separarse del mundo, en aislarse en un retiro. Del claustro al enclaustramiento: como en un espejo, la monumentalidad autoritaria de un lugar remite aqu a un dibujo privado, ntimo, que proyecta sobre una pequea pantalla singular la materialidad cotidiana, el tejido, la tesitura de una vida. Tacita Dean seala que sa es la razn por la que escogi una visin singular que, aunque estuviera efectivamente en movimiento, se mantiene en el lado de la interioridad. 7 Se entrev un poco mejor hasta qu punto el planteamiento de la artista desplaza y condensa 6 Entrevista a Tacita Dean, de abril de . 7 Ibdem. 01-76_ESPANOL_Opmaak 1 10/11/10 17:13 Pgina 48 8 El psicoanalista Sndor Ferenczi fue el primero que deni la introyeccin en su obra Introjection und bertragung (). Tambin Freud, en , opone con la misma claridad la introyeccin y la proyeccin. el lugar (volviendo a la idea mencionada del sueo como regalo). Para calicar el proceso mediante el que Tacita Dean da cuenta no slo de la vida ntima de quienes se dan a s mismos un marco como regla de vida, sino tambin del trayecto de esa interiorizacin misma, el vocabulario del psicoanlisis ofrece, a mi juicio, una palabra ms ade- cuada: la introyeccin. El trmino denomina el paso fantas- mtico desde fuera hacia adentro, un viaje que no slo pone en juego el interior del cuerpo sino tambin el del aparato psquico. Alude pues al espacio mental. En el idioma analtico, la introyeccin est en contraste con la proyeccin. 8 Evidentemente, ambos trminos, y la rela- cin de alternancia que los vincula, no son insignicantes para entender la obra de Tacita Dean, su tan sealado apego al material de la pelcula de mm y a la fotografa analgica en un momento en que los usos sociales de tales tecnologas del siglo estn en fase de extincin. Asimismo, hay algo de un estadio oral del cine que Tacita Dean designa en la actividad del proyector que permanen- temente se traga el espectculo que acabamos de observar. Podramos examinar aqu el conocido paralelismo entre la invencin del cinematgrafo y el nacimiento del psicoan- lisis, aunque Freud nunca hiciera referencia alguna al lm, ni siquiera para describir algn que otro mecanismo de manera didctica. Pero volviendo a la instalacin de Tacita Dean en Silos, as como en otros lugares, nos gustara observar lo que ocurre entre la seduccin especular de la pantalla y la observacin de las condiciones de proyeccin, ( E ) MOCIN LENTA 49 01-76_ESPANOL_Opmaak 1 10/11/10 17:13 Pgina 49 como el ruido del aparato en el silencio. La artista propone un desdoblamiento, una doble lectura que permite perci- bir simultneamente el enunciado y las condiciones de enunciacin. La vocacin, el acto de fe captado por la luz del lm y de la pantalla tambin se desplaza y se condensa: del mismo modo que la situacin complica el relato, el cine no es una iglesia. Es aqu donde intervienen, como documentacin provisional en la instalacin de Silos, las fotografas donde Tacita Dean recoge las inscripciones enigmticas y profanas grabadas en las piedras del edi- cio. Rosetones, monogramas, pictogramas, juegos grcos, inscripciones u otras marcas ms innombrables, salen a la supercie de la imagen, atestiguando el constante inte- rs de la artista por esas formas hbridas que surgen a la vez del signo y de una marca personal, por esas rmas del mundo. El artculo de Lester K. Nowak, donde se armaba que muchos cuadros slo cobran autntico signicado en fun- cin de obras anteriores que estn en ellos de algn modo, bien reproducidas integral o parcialmente, o bien de un modo alusivo, cifradas, es un claro reejo de un relato del escritor Georges Perec titulado Un cabinet damateur. De hecho, salvo en el libro de Perec, no es posible veri- car la referencia al texto publicado, segn se dice en el relato, en el Boletn de la Escuela de Artes de Ohio, aun- que s ha generado otros artculos que parecen raticar su existencia, como si se tratara de una ccin que forma parte de lo real tanto como lo real. Aqu, el goce se debe a un entrelazamiento de hecho y ccin que, en el caso de Un cabinet damateur, inserta en la urdimbre de una narracin el lenguaje de la historia del arte y sus taxo - nomas. As ocurre con la expresin que le da ttulo, la 50 ELISABETH LEBOVICI 01-76_ESPANOL_Opmaak 1 10/11/10 17:13 Pgina 50 ( E ) MOCIN LENTA 51 tradicin pictrica de los cabinet damateur, un gnero de pinturas que representaba colecciones de cuadros y a sus espectadores, y que fundaba el acto de pintar en una dinmica reexiva que extraa sus fuerzas de la pintura de otros. 9 As es como yo entiendo las obras flmicas de la artista que surgen de otros, a menudo mayores, ya sea de Mario Merz, de Merce Cunningham, de Giorgio Morandi, de Marcel Broodthaers, de Michael Hamburger, de todas las M masculinas de los nombres o los apellidos que Tacita Dean ha lmado. M, la letra del medio, de la mas- culinidad y de la madre, y acaso tambin del miroir (el espejo)? Sin duda, el trabajo de Tacita Dean no se parece en absoluto a las pinturas cargadas de cuadros, que se consagran a la abundancia de la enumeracin ofreciendo un espectculo que satura la supercie pintada. Sin embargo, s es posible reconocer en l la misma pulsin cuya seduccin evoca Perec: La idea de un cuadro que es a su vez un museo, que es la imagen, la representacin de una serie de cuadros y a veces en esos cuadros haba otro cuadro que era un cuadro que representaba una serie de cuadros, etctera la sucesin de cajas chinas, es algo que me gustaba mucho. 10 Esta gura form parte del mtodo creativo del escritor y podra aplicarse, al menos hipot - ticamente, al trabajo de narracin que conduce a Tacita Dean de una historia a otra, de Crowhurst a The Uncles, de Michael Hamburger a W. G. Sebald, de Twombly a Byron y, 9 Georges Perec, Un cabinet damateur, op. cit, p. . 10 Entrevista radiofnica de Georges Perec con Grard-Julien Salvy, de enero de , citada por Manet van Montfrans en Georges Perec: Copier/Crer. Dun cabinet damateur lautre, en Georges Perec et lhistoire. Actas del coloquio internacional tudes Romanes de la Universidad de Copenhague, . Copenhague, Museum Tusculanum Press Universidad de Copenhague, . 01-76_ESPANOL_Opmaak 1 10/11/10 17:13 Pgina 51 52 ELISABETH LEBOVICI por qu no, a aquel franciscano que le entreg el dibujo y a quien ella habra intentado volver a encontrar en vano. Con cada uno de los relatos, cuya oralidad Tacita Dean traduce en el dispositivo de sus instalaciones, parece manifestar el deseo de no despedirse denitivamente de los otros. La intertextualidad tambin es un modo de resistirse a la transparencia: aqulla que en el arte de las naturalezas muertas, por ejemplo, hizo que la preocupacin de los pin- tores por el realismo abrazara la hiptesis de disolver las fronteras entre el mundo real y la representacin. Qu vemos cuando Tacita Dean nos presenta la lmacin de una pera dentro de un jarrn de cristal (Prisioner Pair, , mm, )? En primer lugar una materia blanca moteada con manchas marrones: moho, un sedimento en una supercie, que a su vez sube hacia la supercie. Los niveles de representacin, que engendran un ddalo de reejos, se mueven desde la redondez de la piel del fruto a la de la pared del recipiente que la conserva (un frasco donde se lee alsace [alsacia]) y, nalmente, hasta la pelcula de celuloide, desmaterializada en la proyeccin. Lo que se transporta en el movimiento del lm, cuya varia- cin de fuentes luminosas tambin escribe el relato, es una serie de huellas la sal marina, el zumo de fruta, la distorsin de un reejo lunar? que muestra y se regodea en la descomposicin al mismo tiempo que se insubordina ante ella. En Day for Night (, mm, ) Tacita Dean vuelve a esa naturaleza muerta que Giorgio Morandi transgur obsesivamente en elemento nico de su universo pict- rico. Al rechazar los apriori acadmicos de un gnero con- siderado como el escaln ms bajo en la jerarqua social 01-76_ESPANOL_Opmaak 1 10/11/10 17:13 Pgina 52 11 Herv Gauville, Les huiles essentielles de Morandi, Libration, Pars, de octubre de . de las bellas artes, Morandi se concentr en la representa- cin sin estridencias cromticas de utensilios humildes, insignicantes, como va de acceso al arte en cuanto exploracin sistemtica de un arte que, precisamente, ofrece la oportunidad de comprender aquello que distin- gue el mundo y el arte. 11 As, al lmar los instrumentos de culto tal como se encontraban en el taller que el pintor ocup monacalmente durante ms de cincuenta aos, stos aparecen abandonados a su anonimato, desprovistos de su transformacin pictrica, de su rigurosa inscripcin en el cuadro, de su imagen. Una botella de cermica blanca, un frasco pintado con Blanco de Espaa, un jarrn de ores bastante feo Objetos relativos a la actividad del pintor, tales como jarras, jarrones, botes, mnsulas, una cafetera, frascos y cajas deslan por la imagen en primer plano, colocados sobre un soporte horizontal en el que se advierten muchsimas lneas (y que tambin se encuentra en otro lm titulado Still Life, de ). Los recipientes aparecen en grupos e imgenes sucesivas, a diferentes dis- tancias y en diferentes planos, a menudo cortados por el encuadre de la imagen. De modo que la referencia en la narracin clsica los objetos del taller del pintor sirven de modelo a las cciones que se encuentran en los cuadros se convierte en una representacin perdida, la de la ausencia de los cuadros. Al mismo tiempo, el lm descom- pone la potica pictrica del pintor, esa forma fantasm- tica agazapada en el vaco de las botellas apretadas unas contra otras, que se torna espacio psquico donde la repre- sentacin da paso a la inscripcin. ( E ) MOCIN LENTA 53 01-76_ESPANOL_Opmaak 1 10/11/10 17:13 Pgina 53 12 Entrevista a Roni Horn, Intenses dessins, Libration, Pars, de noviembre de . 54 ELISABETH LEBOVICI Still Life pone de relieve en forma plstica el desafo de Nabokov, que consista en desarrollar una ccin a partir de lugares tan poco novelescos como podran serlo una introduccin, un comentario o un ndice. En este caso, tal lugar es la supercie de una mesa, que tan bien seala los fondos, pues las marcas que en ella han dejado los dis- tintos recipientes se convierten en indicios. Still Life rene las mil y una marcas inscritas en hojas de papel que Morandi dej bajo sus objetos y que le sirvieron para com- poner sus cuadros de un modo matemtico, al menos segn las reglas de perfeccin comprensibles para l, aun- que no para nosotros. En el encuadre del lm tambin desla, sin que podamos comprender su lgica, todo el proceso de sus composiciones, en forma de trazos a lpiz: arcos, formas trilobuladas, letras y nmeros, ngulos, cru- ces, intersecciones, ejes de simetra que atraviesan la hoja. Recuerdan a los dibujos de Roni Horn, un proceso lento que esta artista compara con aquel proceso de apren - dizaje de una lengua 12 cuya apariencia de complejidad marca el ritmo del tiempo real a los ojos de quienes obser- van inmviles. Como en la instalacin El garabato del fraile, no es posible comprenderlos, no porque carezcan de sentido sino porque el sentido excede el marco en el que aparecen. En el gabinete del acionado, el espectador se encuentra en el interior y se convierte as en un personaje. 01-76_ESPANOL_Opmaak 1 10/11/10 17:13 Pgina 54 01-76_ESPANOL_Opmaak 1 10/11/10 17:13 Pgina 55