Mocárabes y Mucarnas

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Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

OBJETIVOS
El objetivo de este trabajo final de máster es indagar en
la relación entre mocárabes orientales y occidentales, estu-
diando de forma paralela sus trazas, geometrías, despieces,
materiales, a través de la investigación y la experimenta-
ción en su construcción.

Con los resultados expuestos se intentará demostrar que


ambos sistemas, pese a tener posiblemente un origen común,
suponen dos tipologías diferentes de construcción.

ESTADO DE LA CUESTIÓN

En este momento hay bastantes investigadores indagando en la temática de los mocárabes. Sin duda son base, al igual
que de muchos otros temas, las investigaciones realizadas por Enrique Nuere, especialmente al interpretar el tratado del
alarife Diego de Arenas y el estudio realizado por el ingeniero Antonio Prieto y Vives en “El arte de la lacería”. Aunque
como algo complementario a la carpintería de lo blanco, en estas publicaciones se acota por primera vez el tema de
los mocárabes, dando los primeros esbozos de medidas, jairas y trazas. También es muy interesante, y ha supuesto una
guía muy importante a la hora de dar los primeros pasos en este trabajo, las investigaciones realizadas en la Alhambra
por Antonio Fernández Puertas, Ramón Rubio Domene y Gaspar Aranda Pastor, este último además sigue el levantamiento
practicamente completo del iwan suroeste del patio de Comares en la Alhambra y propone teorías cuanto menos intere-
santes sobre la construcción de estas piezas.
Sobre el estudio de los mocárabes orientales he encontrado menos referencias que sobre los occidentales, aunque esto
sea principalmente por las trabas lingüisticas, ya que tengo constancia de varios escritos en farsi sobre el tema. Sobre los
sistemas orientales destaca el trabajo de Ivonne Dold Samplonius en lo referente al tratado del matemático Al-Kashi que
indaga en las generatrices geométricas de este sistema y las traduce desde el farsi.

Pocas investigaciones relacionan mocárabes orientales y occidentales. El profesor Jose Carlos Palacios intuye la posibili- METODOLOGÍA
dad de diferentes formas de resolución de un mismo problema geométrico en su artículo “bóvedas de mocárabes” dando
una interesantísima teoría sobre su origen, que consiste en el principal cimiento de este trabajo fin de máster. El estudio Para el análisis de ambos sistemas se organizará un trabajo
más extenso de estas bóvedas de ambos tipos es el del profesor, ya jubilado, Shiro Takahashi. Este, además de tener una de investigación en bloques paralelos donde se acometa
extensa carrera docente en la Tama Art School de Tokio, emplea su tiempo libre en la escultura, y los viajes en coche. De el estudio de los sistemas oriental y occidental de mocá-
los últimos ha extraído una impresionante colección de fotografías y levantamientos en planta de mocárabes y mucarnas. rabes.
Sin embargo, pese a lo amplísimo de esta recopilación fotográfica, es poco concluyente, siendo este trabajo más cercano Primero se hará un esbozo histórico entrando a posteriori
a una colección que un estudio academico consistente. Sobre la relación entre ambos sistemas Gaspar Aranda Pastor en la geometría y el análisis de caso particulares y de los
también realiza un artículo, aunque al contrario que otras de sus publicaciones, esta es bastante imprecisa y escasa de diferentes sistemas constructivos de estos elementos. Para
contenido. concluir cada sistema se explicarán las experiencias rea-
lizadas durante el Máster Universitario en Construcción y
En conclusión, no abundan, pero existen estudios de ambos sistemas, aunque la mayoría de ellos independientes entre Tecnología de Edificación Histórica (MUCTEH) durante el
si, siendo necesario un estudio de la arquitectura y construcción desde una perspectiva mucho más amplia y general. curso 2016-2017

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Manuel Esteban Barba Delgado Máster Universitario en Tecnología de Construcción en Edificación Histórica
Trabajo Fin de Máster

INTRODUCCIÓN
La Alta Edad media es una época que tradicional e in-
justamente hemos asociado a momentos difíciles para la
cultura y el progreso de la humanidad. Sin embargo es
precisamente doscientos años después de la caída del im-
perio romano, en pleno siglo VII, cuando florece una de las
civilizaciones más importantes de la historia, el Islam.

Bajo las doctrinas coránicas, se hicieron enormes avances


en matemáticas, geometría o astronomía. Se tradujeron y
difundieron las grandes obras de la antigüedad clásica,
mientras que en los monasterios de Europa esos volúme-
nes se pudrían en las bibliotecas, salvados unicamente por
copistas dedicados a la labor mecánica de reproducción
de estos.

Asociada a estos avances, la arquitectura llevó apareja-


da su propio avance. Los valores de proporción que he-
redaron los romanos de los griegos y que en europa se
PECHINA DE TAJ-AL-MOK MEZQUITA DEL VIERNES. ISFAHÁN IRÁN.
perdieron súbitamente permanecieron y evolucionaron con FOTOGRAFÍA: JOSE CARLOS PALACIOS GONZALO.
nuevas aportaciones a través de la arquitectura islámica,
junto a otras proporciones anticlásicas de gran belleza. Las
prohibiciones del islam no fueron más que la excusa para ORÍGENES se puede ver por ejemplo en el mausoléo Samani de Bujara,
espolear la proliferación de motivos decorativos basados S.X) alcanza por primera vez una complejidad superior a la
en un intensísimo estudio de las sucesiones aritméticas, las La confusión en torno a los orígenes de este elemento es conocida, sustituyendo la trompa en rincón de claustro típi-
proporciones basadas en números irracionales y la trigono- bastante generalizada y ciertamente razonable, ya que ca por una bóveda apuntada, sobre un rincón de claustro
metría. Así aparece una arquitectura símbolica, abstracta con los datos actuales, y los vestigios arquitectónicos que a cuyos lados mueren otros dos rincones de claustro de
y evocadora, que reivindica lo divino sobre lo terrenal, a han llegado hasta nuestros días es casi imposible llegar a menor apertura.
través de los sentidos más allá de la vista, atrayendo las una conclusión directa, tajante y definitiva sobre cual es el
origen del sistema de mocárabes y mucarnas. La aparente Pese a que hay grandes indicios del origen de los sistemas
ideas de paraíso prometidas en aquellos textos sagrados.
generación espontánea de estos elementos probablemente de mucarnas y mocárabes en oriente algunas fuentes como
se deba a que se originasen en ciudades y edificios que John D. Hoag en su libro “Arquitectura Islámica” mencionan
Tanto la azulejería, la carpintería o la yesería utilizada en
no han llegado hasta nuestros días. restos de estuco con mocárabes conservados procedentes
los comienzos por la cultura islámica tiene su origen en ci-
de la desaparecida Al-Qal’a de Beni Hammad, fundada
vilizaciones preislámicas o territorios conquistados. Sin em-
Aunque su origen se desconozca, la traza geométrica de en el año 1007, abandonada en el 1090 bajo amenaza
bargo en torno al siglo XI surge una técnica decorativa
estos elementos recuerda en cierta medida a formas ya de la confederación beduina de Banu Hilal y arrasada por
propia, sin precedentes anteriores: las mucarnas y los mo-
conocidas en el ámbito islámico, tanto en decoración como los almohades apenas ciento cincuenta años después de
cárabes
en arquitectura, como sucede con las bóvedas nervadas su fundación. John D. Hoag además señala un posible ori-
cordobesas. Uno de los primeros elementos que podemos gen de estos mocárabes en la arquitectura doméstica y
Las mucarnas y los mocárabes son una serie de piezas mo-
considerar formado por este tipo de piezas son las trom- el mobiliario, lo cual explicaría la ausencia de vestigios de
dulares, a través de cuyas uniones se pueden configurar
pas de la capilla de Taj-Al-Mok en el pabellón norte de la los primeros momentos de estos sistemas. Estas afirmaciones
con facilidad espacios complejos y vibrantes, de simbo-
mezquita del viernes de Isfahan. En estas, la división de las situarían por tanto dos surgimientos prácticamente parale-
logía teológica y pese a su complejidad visual, de una
trompas que venía dándose ya desde hacía tiempo (como los en dos puntos alejados entre si aproximadamente 6000
asombrosa sencillez constructiva.
kilómetros y bajo dominios selyúcidas y almohades.

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Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

Tras este momento de ligero desbarajuste en cuanto al ori- MUCARNAS Y MOCÁRABES


gen de estas formas de construcción, conviene pararse un
segundo en la teoría propuesta por el profesor Jose Carlos
Palacios sobre estos elementos expuesta en las actas del Desde el comienzo de este texto me he tomado la licencia
séptimo congreso nacional de historia de la construcción. de hacer hincapie reiteradamente en estos dos terminos, no
solo por la facilidad a la hora de referir unos u otros, sino
Para comprender el surgimiento de los mocárabes y las porque, pese a pertenecer a un aspecto decorativo co-
mucarnas conviene pararse a razonar las soluciones para mún, creo que suponen dos sistemas diferenciables entre si.
resolver un problema arquitectónico bastante sencillo: Ambos varían en muchos aspectos como la medida, piezas,
ochavar el cuadrado. El Imperio Sasánida, que se mantuvo o construcción admitiendo incluso “dialectos” dentro de su
al margen de la conquista romana, comenzó ofreciendo lenguaje constructivo. Aunque ha habido autores que han
dos soluciones diferentes, como se puede observar en los intuido la relación entre ambos sistemas, no se ha llegado
palacios de Firuzabad y Sarvestán. En Firuzabad, del S. V a una conclusión firme sobre las diferencias entre mucarnas
BASE DE LA TORRE DE LA VELA. LA ALHAMBRA, GRANADA
aparecen trompas cónicas, una solución a este problema y mocárabes. El fin de este TFM es establecer una linea de FOTOGRAFÍA: MANU BARBA
donde la resolución del ochavo consistía en hiladas radia- investigación comparativa entre mocárabes y mucarnas.
les siguiendo la directriz de un cono de eje esquina-centro
de la bóveda. Pese a que esta solución no ahondó en la El origen de ambas palabras es muqarba (‫ )صبرقم‬que se-
cultura islámica como lo hizo en lo que a posteriori sería el gún autores como Yvonne Dold-Samplonius, podría ser una
románico (supone el autor por vía Bizantina), evoluciona variante etimológica del verbo qarnasa significa “amueblar
dando lugar a la resolución del ochavo por medio del una estructura con elementos en voladizo”.Sin embargo esta
rincón de claustro, como sucede en Sarvestán. Este a priori palabra sufrió su propia españolización almuqárbas, que
supone una solución más sencilla de ejecutar para la re- se transformaría en almocárabe y posteriormente mocá-
solución del ochavado de la planta, dando lugar a una rabe. A posteriori, y probablemente como un extranjerismo
solución aceptada en el oriente islámico. aparece la palabra mucarna procedente problablemente
del francés mucarne y que varios investigadores han utili-
Otra forma de solucionar el ochavo consiste en el uso de zado ya para referirse a este tipo de decoración islámica.
pechinas. Esta es una superficie triangular de directriz esfé- Aprovechando la riqueza etimológica de la que disfruta-
rica y permite un sistema de ejecución muy sencillo y primi- mos denominaremos de ahora en adelante mucarnas a las
TROMPA CÓNICA, PALACIO FIRUZABAD, IRÁN
tivo: el de los vuelos sucesivos. Esta resolución procedente orientales y mocárabes a los occidentales. ORIGEN DESCONOCIDO
de la arquitectura bizantina, encajaba a la perfección en
la arquitectura islámica por la facilidad de decoración de Probablemente, ya que como he dicho es realmente com-
esos vuelos. plicado seguir los pasos de este sistema, las mucarnas sur-
gieran en Isfahan o en los alrededores, centro mundial de
La tercera solución procede de la zona islámica occiden- la cultura del momento. En este punto las mucarnas son ele-
tal, un lugar en contacto con soluciones ya propuestas por mentos de gran tamaño, normalmente realizados mediante
los romanos. Es precisamente la bóveda de arista, cono- aparejos de fábrica de ladrillo y siguiendo unas reglas de
cida y utilizada, la que se utiliza en el occidente islámico trazado basadas en las que ya se seguían para la rea-
para resolver el ochavo de la planta. Mediante media bó- lización de arcos mediante cuerdas, conocidas en Irán. A
veda se realiza la transición, dando lugar a una trompa de partir de ahí, siguiendo rutas lógicas de comercio, es muy
dos cañones. posible que la técnica llegara a Turquía por la ruta comer-
Con el avance de las técnicas decorativas se produce la cial hacia Europa, y a Egipto siguiendo la ruta del norte
enorme multiplicación de elementos, tendentes al infinito y de Africa en los límites de ese mismo imperio. Es aquí donde
es precisamente esa multiplicidad y división la que acaba se generan los principales “dialectos” de las mucarnas, tra- LAS TRES RESOLUCIONES DEL OCHAVO DE UN CUADRADO:
generando dos sistemas: mucarnas y mocárabes ducidos a materiales más nobles como los mármoles y las RINCÓN DE CLAUSTRO, PECHINA Y BÓVEDA DE ARISTA

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Trabajo Fin de Máster

piedra donde esos mismos rincones de claustro aparecen


decorando los vuelos sucesivos que se producían en las En occidente con este sistema de ocho piezas se alcanza
pechinas. un nivel de prefabricación que no poseen en ese momento
Siguiendo esta ruta norteafricana es posible que la técni- las mucarnas orientales dando lugar a piezas particulares e
ca, de alguna manera poco rigurosa como transmisión oral, incluso piezas de carga (medinas). Es especialmente impor-
instrucciones o lo que personalmente considero más pro- tante la construcción del Patio de Leones en la Alhambra
bable, que es que un trazado de planta pasase a manos de Granada, ya que constituye un espacio de experimen-
de los artesanos y arquitectos occidentales en el imperio tación con mocárabes sin precedentes en la arquitectura
Almorávide. Los planos de planta de este tipo de construc- islámica. También es reseñable la aportación del imperio
ciones son comunes y lo más curioso es que pueden repre- otomano y las bóvedas realizadas en época de Sinan, que
sentar cualquiera de los dos sistemas, ya que al contrario dio lugar a un sistema propio de mucarnas otomanas.
que sus alzados o volumetrías, las plantas de las piezas
utilizadas son idénticas. Según el doctor Shiro Takahashi, en el SXV, bajo el dominio
Pese a esto, al pasar esta frontera hacia occidente, las Timúrida, el sistema de mucarnas se moderniza, asumiendo
piezas utilizadas se formalizan de forma completamente unos niveles de prefabricación por niveles parecido al de
diferente a las que configuran las mucarnas. Comienzan los mocárabes., sin embargo hay vestigios de la existencia
a aparecer piezas que, como he dicho, en planta siguen de este sistema ya en el S.XIII y S.XIV. Con el Imperio Timúrida,
los mismos esquemas de triángulos isósceles, rombos y cua- con capital en Samarkanda se extendiera este sistema por
drados, pero en volumen toman una dimensión totalmente la zona Pakistaní e Hindú.
diferente, apareciendo los guilillos o patitas en adarajas En España este sistema se mantuvo vivo a través de la
prismáticas. Estas piezas empiezan por agrupaciones in- carpintería mudejar, dando ejemplos como la impresionan-
completas pero acaban generando las 8 piezas funda- te bóveda de mocárabes del Palacio del Infantado en
mentales de los mocárabes. Guadalajara, destruída durante la Guerra Civil o la sala
Es aquí donde se pueden fechar las obras de Fez, Marra- de Embajadores del Alcázar de Sevilla de 1437. En época
kech y algunos cupulines de menor entidad situados en renacentista estos sistemas eran considerados como sím-
Sevilla y Zaragoza. bolo de lujo y delicadeza llegando incluso a aparecer en
sudamérica.
En estas primeras obras es donde se pueden observar como
las subdivisiones comienzan siendo de gran tamaño, o por
el contrario empiezan a darse de forma algo primitiva en
elementos ornamentales de menor escala como cupulines
anexos a las grandes bóvedas, como sucede en la cupula
de la mezquita mayor de Tremecén (1136), rematada con
un cupulín de mocárabes, los laterales de la Qubba Al-
Barudiyyin de Marrakech (aprox. 1117) y algunos cupulines
menores de Sevilla, como el del patio de Banderas.
Pese a esto, como ya he dicho antes, estos sistemas apa-
recen, dentro de lo primitivos que se supone que son como
algo bastante completo, lo cual da a entender que po-
siblemente hubiera un precedente doméstico que no ha
llegado hasta nuestros días. Las consideradas primeras bó-
vedas de mocárabes son las de la mezquita Qarawiyyin de
Fez y las de Tinmal, ambas en Marruecos. y del año 1134 y
1156 respectivamente. BÓVEDAS DE MOCÁRABES. MEZQUITA TINMAL (MARRUECOS)
FOTOGRAFÍA: JOSE CARLOS PALACIOS GONZALO

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Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

MUCARNAS
Este primer sistema de mucarnas consiste en la creación de
espacios abovedados alrededor de la geometría de sie-
te piezas fundamentales basadas en el rincón de claustro,
pieza principal de este sistema. Al realizar el análisis de una
bóveda de mucarnas primitiva, como es la del iwan sur de
la Mezquita del Viernes de Isfahan podemos observar el
modus operandi de este sistema y las primeras piezas.

En este Iwan podemos observar como las mucarnas se or-


ganizan en 4 niveles partidos por un arco diafragma inte-
grado entre los mucarnas y un quinto nivel para la bóveda
y semibóveda. Los tres primeros niveles tienen la misma al-
tura mientras que el cuarto tiene la mitad. Los vuelos su-
cesivos de los diferentes rincones de claustro acortan las
luces de la bóveda y semibóveda dando nuevas trazas en
planta para cada nivel.
Si analizamos la configuración en planta del Iwan podemos
ver como el cuadrado original queda dividido en para-
lelepípedos y triángulos de menor tamaño, partiendo del
octógono y semioctógono de las dos bóvedas.

Las mucarnas, marcadas en color., son rincones de claus-


tro que tienen tres plantas diferentes: triángulos isósceles,
cuadrados y rombos, cuya unidad es el lado del octógono
generado por la bóveda principal. Como consecuencia
de estas plantas los rincones de claustro tienen unicamente
aperturas de 45º, 90º y 135º, pero el sistema genera unas
formas que poseen diferentes curvaturas según la pieza, lo
cual aunque no es estrictamente perfecto al estar hecho
en ladrillo no es un problema para los habilísimos albañiles
iraníes. En este espacio ya se genera la segunda pieza de
este sistema: el bípedo. Las piezas marcadas en naranja
son aquellas que aunque tienen una planta compatible
con el resto crecen al revés que los rincones de claustro,
ya que la cara superior de apoyo es mayor que la inferior.

Aunque este Iwan ya presenta los preceptos básicos de las


bóvedas de mucarnas, tiene ciertos plementos que pese a
parecer piezas están hechas ex-profeso para encajar con
la arquitectura del lugar, lo que da a entender que toda-
vía el nivel de estandarización no es muy alto IWAN SUR, MEZQUITA DEL VIERNES. ISFAHÁN (IRÁN)
FOTOGRAFÍA: WWW.WIKIPEDIA.ORG

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Rojo Mucarna isósceles 1


Amarillo Mucarna romboidal
Verde Mucarna cuadrada
Azul Mucarna isósceles 2
Cyan Mucarna isósceles 3
Naranja Bípedo
Blanco Arco diafragma

PLANTA DEL IWAN SUR, ISFAHAN (IRÁN)

ISOMÉTRICA DEL IWAN SUR, ISFAHAN (IRÁN)

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Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

GEOMETRÍA DE LAS MUCARNAS


De estas primeras mucarnas no hay un método estricto de
traza salvo por las plantas que varían poco de las más
primitivas, semejantes a las de los mocárabes occidentales.
Es en el S.XV donde aparece el primer tratado que explica
y recoge las trazas geométricas de las mucarnas. Estas que
aparecen en el tratado no son las primitivas de ladrillo,
estas suponen ya elementos con un cierto nivel de prefabri- ROMBO CUADRADO
cación que se hacían de yeso.

El tratado define dos juegos de piezas diferentes: mucar-


nas simples y curvas, que varían únicamente en su perfil y
en la aparición de dos piezas particulares. Aunque apa-
recen como dos sistemas distintos estos aparecen muchas
veces mezclados. Partiendo del lado del cuadrado como
unidad, se definen cuatro plantas diferentes: la del propio
cuadrado y la del rombo, divisibles a su vez en triángulos
isósceles, y la del bípedo y la almendra. La obtención de
estas 6 plantas se podía realizar con cartabón, escuadra
y compás mediante procedimientos pitagóricos básicos y
números irracionales.

Según este tratado para obtener el volumen de las piezas


ALMENDRA BÍPEDO
se consideraba la altura de las mucarnas era el doble del
lado “módulo” de la pieza cuadrada. Según Al-Kashi, para
OBTENCIÓN DEL PERFIL DE LAS PIEZAS
hallar la inclinación de la cara interior se realiza un trazo
desde el punto A a 30º, generando un triángulo BAE, aun-
que dada la variedad de mucarnas es posible que este
principio no se aplicase siempre. Para la curva se divide el
segmento AE en cinco partes y se toman dos para determi-
nar el punto Z, dando lugar a EZ y EH. Con radio ZH se di-
bujan dos arcos desde Z y H para hallar T y dibujar desde
ahí el arco. A partir de esta traza se obtienen las del resto
de piezas. Una de las piezas particulares del sistema de
mucarnas curvas es la jaudana, que solo aparece, según
Dold-Samplonius en el último nivel de la bóveda, aunque no
siempre sucede así. La jaira y su bípedo del sistema de mu-
carnas curvas consisten en una variación del cuadrado del CUADRADO Y BÍPEDO
sistema simple. La configuración general en planta de las CURVO
bóvedas a partir de la ocupación Timúrida son mucho más JAUDANA CURVA ESTUDIO GEOMÉTRICO DE LAS MUCARNAS DEL TRATADO
complejas presentando simetrías polares y trazas radiales “LLAVE DE LA ARITMÉTICA” DE Jamshid Mas’ud al-Kashi
en lugar de divisiones de cuadriláteros y triángulos.
fragmento de “practical arabic mathemathics: measuring the mucarnas by
al-kashi” por yvonne dold-samplonius. centaurus 1992

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Una vez expuesto este sistema de trazado de las mucarnas


pasamos al análisis de una estructura algo más compleja:
La portada del recinto sagrado de Bayacid Bastami en
Bastam, Irán. Esta estructura, ya realizada en pleno siglo
XIV posee una cúpula de mucarnas realizadas en yeso me-
diante planos sucesivos y probablemente elementos pre-
fabricados. Las mucarnas de esta portada son curvas ya
que poseen jaudanas y cuadrados y bípedos de directriz
curva.

Al intentar aplicar los principios descritos en el tratado de


Al-Kashi descubrimos que además de las piezas descritas
esta bóveda posee al menos una pieza más de planta
isósceles y combina cuadrados curvos y rectos cuando es
necesario. El sistema se ordena en 7 niveles de adarajas y
un nivel extra de piezas hechas ex profeso para cerrar la
bóveda.

Las piezas utilizadas son las siguientes:

PÓRTICO DE ACCESO AL TEMPLO BAYACID BASTAMI (IRÁN) BÓOVEDA DEL TEMPLO BAYACID BASTAMI (IRÁN)
©WWW.TISHINEH.COM ©WWW.TISHINEH.COM

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Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

MUCARNAS FUNDAMENTALES PRESENTES EN LA BÓVEDA DE BAYACID BASTAMI

Bípedo curvo Jaudana Bípedo recto Almendra

Rombo Cuadrado recto Tríangulo isósceles Cuadrado curvo

*No presente en el tratado

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Como primer análisis conviene pararse a


observar las características de esta bóve-
da. Como podemos comprobar, apoyán-
donos en las planimetrías del Doctor Shiro
Takahashi este iwan posee una doble sime-
tría axial, una por el eje que pasa por el
centro y otra por el eje a 45º del primero.
Teniendo esto en cuenta esta circunstan-
cia nos centramos en el levantamiento úni-
camente de uno de los cuartos de esta
bóveda que será la clave para el volumen
completo.

PLANTA DEL PÓRTICO DE BAYACID BASTAMI


©SHIRO TAKAHASHI

Se comienza a levantar la bóveda por


niveles desde la parte inferior donde se
observan algo parecido a palmetas, que
no son más que agrupaciones de bípedos,
muy reconocibles por su remate. Entre estos
se sitúan dos piezas, que dada la calidad
de la fotografía presupongo que son cua-
drados, pero como la decoración de am-
bos varía se ha considerado uno curvo y
otro recto.
En el segundo nivel hay una agrupación
de bípedos curvos y almendras, que se
complica en el lateral derecho con la
adicción de unas jaúdanas.
He considerado dos piezas más (cyan)
que aunque aparecen decoradas en con-
tinuidad con el trépano del panel base, y
no pertenezcan a las piezas fundamenta-
les descritas por Al-Kashi encajan perfec-
tamente en el sistema, sin posibilidad de ser
LEVANTAMIENTO DEL PRIMER Y SEGUNDO NIVEL
sustituidas. Esto demuestra que este juego
BAYACID BASTAMI (IRÁN) admitía ligeras variaciones en sus piezas.

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Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

La sucesión de piezas va conformando poco a poco


la bóveda a la que nos referimos. Al igual que sucedía
con el Iwan sur, esta bóveda está formada por piezas
de 45º, 90º y 135º pero en esta los perfiles superiores
de cada pieza definen los niveles siguientes, así por
ejemplo un cuadrado curvo (verde claro) encaja en
planta con el bípedo curvo (naranja) o un bípedo
(azul) con una almendra (rojo). Esto hace que sea tre-
mendamente fácil ir montando la bóveda casi sin pla-
nimetrías previas, simplemente replanteando las piezas
de la bóveda sobre la marcha.

La altura de las mucarnas varía según su posición. Así


las piezas del primer nivel tienen muchísimo desarrollo
mientras que a partir del sexto nivel estas reducen su
tamaño. Esto se debe a que la cúpula se va adap-
tando a la curvatura del arco del iwan, que marca
con su perfil el que debe seguir aproximadamente la
bóveda de mucarnas. Durante el modelado de ésta he
preferido prescindir de esta característica para facili-
tar el reconocimiento de cada una de las piezas que
la componen.

En el tercer nivel se puede observar como el bípedo


presenta un perfil superior recto, al contrario que el res-
to, para adaptarse a la pieza superior, un cuadrado
curvo. Pese a que Al-Kashi establece unas normas bá-
sicas, la artesanía y la obra in situ muchas veces con-
templa situaciones con las que los teóricos no cuentan.

Es interesante comprobar como estas piezas dejaban


muchas veces sus laterales vistos, pese a ser una parte
que no se solía decorar, lo cual da una idea muy apro-
ximada del volumen capaz de la pieza.
Las piezas de remate parecen realizadas ex profe-
so para esta bóveda. Casualmente (o no) éstas y las
existentes a partir del sexto nivel han sido producto de
una reciente restauración.

ISOMETRÍA EXPLOTADA DE LA BÓVEDA


TEMPLO BAYACID BASTAMI (IRÁN)

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VOLUMETRÍA ISOMÉTRICA DE MEDIA BÓVEDA


TEMPLO BAYACID BASTAMI (IRÁN)

0 1 2
metros
ALZADO DE LA BÓVEDA DE MUCARNAS
TEMPLO BAYACID BASTAMI (IRÁN)

PLANTA DE LA BÓVEDA DE MUCARNAS


TEMPLO BAYACID BASTAMI (IRÁN)

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Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

TIPOLOGÍA DE LAS MUCARNAS


Pese a lo descrito por Al Kashi, estas mucarnas definidas no
son más que un porcentaje ínfimo de todas las tipologías y
dialectos que surgieron en oriente. Al contrario que sucede
con los mocárabes, al tener un sistema muchísimo más flexi-
ble de formalización también la traza de sus piezas, pese a
no variar en planta, puede presentar perfiles muy diversos,
independientemente del material con el que se realicen.

Las mucarnas en la zona persa evolucionan desde los


grandes paños de ladrillo a las piezas de yeso. Como ya
hemos visto estas piezas pueden ser curvas o rectas, dan-
do lugar a perfiles más rotundos o suaves dentro de la
formación de estas estalactitas.

En las zonas de mayor riqueza geológica el lenguaje de


las mucarnas se transladó a la cantería donde, al confor-
marse las piezas por sustracción de material, se propicia la
aparición de piezas extrañas o irregulares dentro de estas
EL CAIRO, EGIPTO ESTAMBUL, TURQUÍA S.XVI
bóvedas por ser piezas continuas con el muro. Esto provo- ©Jose Carlos Palacios G. ©Jose Carlos Palacios Gonzalo
ca que aparezcan irregularidades, bolardos o pinjantes
muy arriesgados dentro de estas bóvedas.

Es especialmente significativa la variación de estas piezas


en el imperio Otomano, donde a las mucarnas les aparece
una “proa” en el interior que aporta muchísima vibración a
los espacios y hace muy dificil reconocer las piezas.

Además de estos dialectos, aparecen bóvedas aisladas en


lugares dispersos que siguen su propio esquema formal y
compositivo pero que sin duda podríamos clasificar dentro
de bóvedas de mucarnas.

VARIACIONES DE UNA MISMA MUCARNA

LAHORE, PAKISTÁN S.XVII DAMASCO, SIRIA S.XIII


©www.visitlahore.com ©Jose Carlos Palacios Gonzalo

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MOCÁRABES
Chiira 1 Chiira 2 D’denbouq
El sistema de mocárabes parte de la creación de unas Mariposa 1 Mariposa 2 Pequeña Pechina
condiciones y reglas de espacios abovedados que se fun-
damentan en la bóveda de arista, generando un juego de PLANTA: triángulo rectáng. PLANTA: romboidal PLANTA: triángulo rect.
ocho piezas fundamentales para la construcción de frisos, isósceles
pechinas, arcos, piñas, cubos, bóvedas, etc. Se obtiene al dividir por
Esta pieza es la más
Se cree que este sistema decorativo nace como elemento su diagonal una bóveda Esta pieza es un cuarto de
compleja del sistema
menor de bóvedas de pequeña escala, cupulines y pechi- de arista, dando lugar a bóveda de arista, al igual
ya que es la única de
dos patas cortas y una que sucede con el pantalón
nas. La considerada primera bóveda de mocárabes es la planta romboidal y tres
más larga pero la patilla desciende
de la mezquita Qarawiyyin de Fez, en Marruecos datada guilillos. por el vértice opuesto a la
en 1134 aunque posiblemente hubiera algunas anteriores. hipotenusa del prisma.

Las reglas de medida de los mocárabes son muy parecidas


a las de las mucarnas y han sido estudiadas en diversos
tratados como el del alarife Diego López de Arenas ba-
sado en los estudios que ya realizara Fray Andrés de San L’ouza L’ouza
Miguel en el S.XVI. El sistema está compuesto por una va-
Almendra 1 Almendra 2
riedad de plantas de mayor diversidad que las mucarnas:
Tres piezas en planta de triángulo rectángulo, dos en trián- LOS
PLANTA: triángulo rectáng. PLANTA: triángulo rectáng.
gulo de 45º isósceles, tres romboidales y una cuadrada de
proporción raíz de dos. Parte de un triángulo agu-
OCHO Parte de un triángulo
do donde el lado viene agudo donde el lado
Todo este sistema tiene su propio e inmenso léxico, espe- marcado por la “pequeña MOCÁRABES viene marcado por la “pe-
cialmente en el caso de la carpintería ejecutada por los bóveda de cañon”. Esta queña bóveda de cañon”
pieza es clave en la for- pero su guilillo baja por el
alarifes de esta época. A las piezas, bien de madera o yeso
mación de los octógonos
PRINCIPALES lado contrario al de la al-
se les conoce como adarajas. Estos prismas con diferentes
de las cúpulas de mocá- mendra 1.
plantas rematan en un pinjante llamado guilillo. La transi-
rabes
ción entre el prisma y el pinjante se realiza normalmente con
una curva dada por el prisma cuadrado que bien puede
ser semicircular o carpanel y a cuya obtención se conoce
como desjarretar. Es frecuente que en los racimos de mo- T’stiya L’serwal L’qtaf
cárabes lleven guarnecida la base, siguiendo su perímetro Pequeña bóveda Pantalón El hombro
poligonal, con una cinta modulada llamada albernica.
de cañon PLANTA: romboidal
PLANTA: triángulo rect.
Los mocárabes además poseen una característica bastan- isósceles
PLANTA: rectangular aúrea
te innovadora, que es la presencia de una serie de piezas Esta pieza surge por la
de división y arranque, complementarias al sistema general Esta pieza consiste en intersección entre las dos
Esta pieza se rige por el
y cuya función es dividir paños aunque hasta cierto punto un cuarto de una bó- almendras y sirve para
principio de la proporción
transmiten y concentran cargas. Las piezas de arranque veda de arista, como conectar niveles de mo-
del teorema de Pitágoras,
si fuera el corte directo cárabes.
suelen ser palmetas que actúan a modo de ménsula y las siendo además su altura
de división de paños de mocárabes se conocen como me- referencia para las demás de una pechina por su
piezas bisectriz.
dinas.

Página 15
Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

GEOMETRÍA DE LOS MOCÁRABES Rectángulo Triángulo rectáng. Triángulos isósceles Rombo


90°
Como ya se ha dicho anteriormente el tratado más antiguo
que se conserva de este sistema es el de Diego López de 90°
Arenas, alarife del SXVII que escribe sobre las trazas previas


1 1 1

2
de Fray Andrés de San Miguel y desconozco si existe algún
tratado de alarifes islámicos occidentales contemporáneos 1 1

1
45

45
a Lopez de Arenas o Al-Kashi. En cualquier caso Diego Ló- 45° 45° 135°

°
pez de Arenas nos describe de manera bastante acepta- 1
ble el sistema de dibujo y generación de estos mocárabes,
√2 1
lo cual da una buena descripción de elementos típicos en TRAZADO DEL GUILILLO.
ENRIQUE NUERE, NUEVO TRATADO DE LA CARPINTERÍA DE LO BLANCO
la carpintería de armar, pero deja fuera todo el mundo de
las grandes bóvedas y las yeserías.

Los volúmenes en los que se incluyen estas piezas son pris-


mas con cuatro plantas diferentes: Cuadrado aúreo, trián-
gulo rectángulo, triángulo isósceles con el ángulo desigual
de 45º y un rombo de 135º. De todas estas la pieza prin-
cipal es el cuadrado raíz de dos, que es el que, tras el
replanteo y traza de la planta, da en su lado corto la
medida “unidad” sobre la que se comienzan a ejecutar el
resto de piezas.

Sobre el prisma rectangular fundamental se traza el guilillo. mínimo para anclarse convenientemente. Sin embargo a ma-
Para dibujarlo dividimos el lado unidad de la pieza en yor altura de la pieza mayor descuelgue puede tener esta.
siete partes iguales y realizamos un arco de circunferencia Es por tanto muy normal ver como en piñas y en pinjantes
de medida seis séptimos a seis séptimos de uno de los ex- los mocárabes tienen una altura enorme, mientras que en
tremos, quedando la patilla como un prisma de un séptimo cornisas y cenefas son de menor tamaño.
de profundo por seis séptimos de alto y de ancho el de la
pieza. Para hallar las curvas del resto de piezas de forma Con este método obtenemos unas piezas genéricas cuyas
práctica se translada esta usándola como plantilla al resto medidas variarán en base a una serie de factores deter-
de prismas. De esta manera todas las piezas encajan entre minantes como el material en el que se realizarán o las
si ofreciendo continuidad. medidas e idiosincrasia de los espacios a cubrir, como se
verá más adelante.
Aunque Diego López de Arenas describe de forma muy di-
recta como obtener el guilillo es posible ver piñas, cornisas
y otros elementos con guilillos que no siempre siguen esta
regla. Esto nos indica que posiblemente en los guilillos y
el trazado de esas curvas era donde los alarifes podían
dejar su marca personal.

Sobre la altura las condiciones son algo más abstractas. En


principio se supone que la altura de cada nivel de la pieza PIÑA DE MOCÁRABES. MUSEO DE LA ALHAMBRA
ORIGEN DESCONOCIDO.
es 13/7 del ancho, teniendo cada pieza dos niveles como ©Patronato de la Alhambra y el Generalife. Junta de Andalucía

Página 16
Manuel Esteban Barba Delgado Máster Universitario en Tecnología de Construcción en Edificación Histórica
Trabajo Fin de Máster

Tras exponer los entresijos de los mocárabes pasemos a


analizar una bóveda real: La bóveda del mihrab de la
Madrasa Ben Youssef en Marrakech.

Esta bóveda de mocárabes consiste en un ochavo sobre


pechinas de 1’90m entre caras paralelas. Se organiza en
diez niveles rematada con un cupulin yeso monolítico, pre-
sentando en total 704 piezas. En esta bóveda se utilizan
los ocho mocárabes fundamentales, añadiendo pequeños
prismas estrellados en algunos puntos entre almendras
además del cupulín de remate. La bóveda además pre-
senta una simetría polar.
La unidad (lado menor del mocárabe rectangular) de
esta bóveda es aproximadamente de nueve centímetros y
medio.
En ésta se puede ver como los mocárabes se estructuran
a través de la superposición y concatenación de niveles
enlazando a través de los guilillos y no como niveles inde-
pendientes como sucede con las mucarnas.

PLANTA DE LA MADRASA BEN YOUSSEF Y UBICACIÓN DE LA BÓVEDA


©www.archnet.com

Página 17
Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

Como sucedía con las mucarnas, las bóvedas de mocá-


rabes también conviene estudiarlas antes de acometer su
construcción. Esta del mihrab de Ben Youssef, pese a pare-
cer tremendamente compleja resulta que sigue una simetría
polar entre puntos medios de los paños del ochavo. No
sigue una simetría respecto a los paños completos como
sucedería en la carpintería de lazo, un sistema totalmente
diferente pero que funciona a base de ochavos. Aquí pre-
cisamente el punto más dificil de resolver es la esquina. Por
tanto analizaremos únicamente el fragmento ampliado y lo
copiaremos hasta completar el octógono.

El despiece de una bóveda de mocárabes entraña más


dificultad que una de mucarnas ya que las piezas de los
diferentes niveles se superpone dejando muchas veces solo
la cara desjarretada al descubierto. Aún así reconocerlos
es cuestión de práctica y sobre todo de paciencia.

FRAGMENTO DE OCHAVO
MADRASA BEN YOUSSEF, MARRAKECH

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Trabajo Fin de Máster

PLANTA DE ARRANQUE DEL OCHAVO Comenzamos analizando el fragmento de ochavo que se


MADRASA BEN YOUSSEF, MARRAKECH
repite desde la base hacia arriba.
Las piezas, pese a ser más complicadas de identificar que
las mucarnas tienen una ventaja y es la decoración que
poseen, que permite identificarlas de forma practicamente
inmediata
En este fragmento podemos reconocer de la esquina hacia
la izquierda un hombro (rayado en su primer nivel y liso en
el segundo), un pantalón (reconocible por sus dos patitas),
una mariposa de planta triangular(con un dibujo de una
flor que recorre su guilillo) y otra vez, hombro y pantalón.
Hacia la derecha tenemos una mariposa triangular con me-
dia bóveda de cañon agujereada (con un motivo vegetal
tallado en el desjarretado). Tras este pantalón, mariposa t.
hombro y pantalón. Teniendo esto tenemos el arranque de
la bóveda y al multiplicarlo debería proporcionarnos la
forma ochavada de la bóveda

ARRANQUE DEL OCHAVO ISOMETRÍA ARRANQUE DEL OCHAVO


MADRASA BEN YOUSSEF, MARRAKECH MADRASA BEN YOUSSEF, MARRAKECH

Página 19
Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

PLANTA DE SEGUNDO NIVEL DEL OCHAVO Conforme aumenta la altura se va reduciendo el número
MADRASA BEN YOUSSEF, MARRAKECH
de piezas y van apareciendo nuevas como la mariposa
romboidal y la media bóveda de cañon, presente solo una
vez en cada uno de los paños

NIVELES INTERMEDIOS DEL OCHAVO ISOMETRÍA INTERMEDIA DEL OCHAVO


MADRASA BEN YOUSSEF, MARRAKECH MADRASA BEN YOUSSEF, MARRAKECH

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Trabajo Fin de Máster

PLANTA SUPERIOR DEL OCHAVO


MADRASA BEN YOUSSEF, MARRAKECH

En esta bóveda
aparecen tres
piezas especiales
combinadas entre
si:
dos almendras con
una muesca en la
que encaja una
medina estrellada,
dandole ritmo a la
decoración y ha-
ciendo algo más
complejo el juego
de la bóveda de
NIVELES SUPERIORES DEL OCHAVO Ben Youssef ISOMETRÍA SUPERIOR DEL OCHAVO
MADRASA BEN YOUSSEF, MARRAKECH MADRASA BEN YOUSSEF, MARRAKECH

Página 21
Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

Subiendo poco a poco por los diferentes niveles de esta


bóveda se puede ir conformando y descifrando la forma
de la misma.

En ésta son reseñables varios hechos: El primero de ellos es


la presencia de dos tipos de almendra especiales y una
medina estrellada que dan ritmo a la bóveda. Otro hecho
particular es la presencia de una pieza de remate final, que
culmina un octógono bastante particular. Este, en lugar de
estar formado por pantalones y almendras, como suele ser
lo habitual realiza un juego de pantalon, almendra 1,al-
mendra 2, almendra 1, pantalón, consiguiendo una estrella
final de mayor tamaño y un perfil estrellado diferente.

Por la conformación de las piezas es muy probable que es-


tas sean piezas prefabricadas de escayola, ya que muchas
presentan los mismos grabados, posiblemente resultado de
haber empleado el mismo molde, habiendo sido retacadas
por detras para su colocación en esta cúpula.

NIVELES FINALES DEL OCHAVO ISOMETRÍA NIVEL FINAL DEL OCHAVO


MADRASA BEN YOUSSEF, MARRAKECH MADRASA BEN YOUSSEF, MARRAKECH

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0 1 metros

PLANTA Y SECCIÓN DE LA BÓVEDA DE MOCÁRABES


Madrasa Ben Youssef, Marrakech (Marruecos)

VOLUMETRÍA SECCIONADA
Madrasa Ben Youssef, Marrakech (Marruecos)

Página 23
Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

Tras exponer la anterior bóveda pasamos a analizar un La bóveda del Corral del Carbón se organiza en trece
ejemplo de bóveda nazarí. Esta pertenece al Corral del niveles de mocárabes de yeso y presenta varias piezas
Carbón, una alhóndiga presente en el casco histórico de con modificaciones sobre las piezas fundamentales y dos
Granada, que conserva en su zaguan una bóveda de mo- tipologías de medinas
cárabes. Fundado en pleno reinado nazarí anteriormente La bóveda tiene un tamaño de 5’50m por 2’20m aproxi-
a 1336, dos siglos antes de las reconstrucción saadí de la madamente, presentando piezas de un tamaño semejante
Madrasa de Ben Youssef. al de las grandes bóvedas de la Alhambra (64x17x24cm)
Esta bóveda siendo anterior es mucho más compleja que
la de Ben Youssef, presentando una asombrosa riqueza de
piezas pese a lo humilde de su uso como hospedaje para
mercaderes.

Página 24
Manuel Esteban Barba Delgado Máster Universitario en Tecnología de Construcción en Edificación Histórica
Trabajo Fin de Máster

Observando esta bóveda detenidamente se puede apre-


ciar como responde a una doble simetría axial, lo cual
facilita el análisis ya que con un cuarto podemos obtener
la bóveda completa.
Además esta posee una cenefa de semibóvedas de ca-
ñon perpendiculares y paralelas al paramento que facilita
el reconocimiento de los niveles y los diferentes acoples a
la bóveda.
Además en el centro de los vanos más cortos, esta bóve-
da posee dos piezas de ajuste, probablemente por inco-
patibilidades geométricas del espacio. Estas consisten en
una palmeta y una medina en media bóveda de cañon
que actúan a su vez de ménsulas. de la bóveda.
La bóveda del corral del carbón posee además de estas
dos piezas particulares lo que en carpintería se cono-
ce como una “jaira ahorcada” y almendras con medinas
estrelladas.

PALMETA SOBRE MEDINA DE YESO.


CORRAL DEL CARBÓN, GRANADA
©MANU BARBA

FRAGMENTO A ANALIZAR
CORRAL DEL CARBÓN, GRANADA

Página 25
Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

Siguiendo el sistema de construcción por niveles explica-


do anteriormente se analiza esta bóveda. Como se puede
comprobar, la ejecución de ésta por niveles escalonados
para seguir la forma de arco en sus perfiles no supone un
problema a la hora de organizar los mocárabes, sino todo
lo contrario, aumenta la riqueza de la misma.
Esta bóveda pese a ser al menos tres veces mayor que Ben
Youssef, posee doscientas piezas menos, lo cual nos da una
idea del tamaño de las mismas.

En este modelo, para simplificar, se han representado las


uniones de almendras y medinas con una pieza naranja.

JAIRA AHORCADA

NIVELES 1-5 NIVELES 1-8 NIVELES 1-13


CORRAL DEL CARBÓN, GRANADA

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Trabajo Fin de Máster

0 1 metros

PLANTA Y SECCIÓN DE LA BÓVEDA DE MOCÁRABES


Corral del Carbón, Granada

ISOMETRÍA DE LA BÓVEDA DE MOCÁRABES


Corral del Carbón, Granada

Página 27
Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

TRAZAS
La construcción de las bóvedas y otros elementos de mo-
cárabes se produce a través de su traza en planta. Este
método se basa en el replanteo de una serie de piezas en
el espacio a cubrir, que siempre será regular, independien-
temente de su forma triangular, cuadrada, octogonal, etc.
Normalmente las formas a cubrir se solían reducir por sime-
trías polares o axiales para simplificar el planteamiento del
diseño, el trabajo del artesano e incluso en algunos casos
la construcción.

El tamaño del espacio y su relación con el tamaño de las


piezas es un elemento determinante para la formación de
la bóveda. Así, un espacio muy grande respecto al tamaño
de las piezas permitirá un juego mayor de estas estalac-
titas, mientras que un espacio pequeño se resolverá facil-
mente con grandes piezas. Según el alarife Diego López
de Arenas los lados del espacio a cubrir tienen que ser
divisibles entre cinco y siete.

En las mucarnas, el replanteo de las formas básicas da el


nivel inferior y el superior, pero en los mocárabes una vez
planteada la división de la bóveda en los prismas básicos
se colocan los guilillos de las piezas concatenando unas
con otras y por los dibujos de André Paccard parecen de
especial importancia las formas estrelladas como referencia
en los planos. Para dibujar la bóveda y las piezas exactas
es la maestría, experiencia y creatividad del artesano la
que crea unas u otras divisiones aumentando o disminuyen-
do la riqueza de la bóveda.

PANTALÓN PECHINA MEDIA BÓVEDA HOMBRO

PLANTA DE UNA BÓVEDA DE MOCÁRABES


MARIPOSA R. ALMENDRA ALMENDRA
“Le Maroc et L’artisan traditionel
islamique dans l’architecture”
MOCÁRABES PRESENTES EN LA BÓVEDA DESCRITA POR ANDRÉ PACCARD ANDRÉ PACCARD

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Trabajo Fin de Máster

PLANTA DE UN ARCO DE MOCÁRABES


“Le Maroc et L’artisan traditionel
islamique dans l’architecture”
ANDRÉ PACCARD

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Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

1 2

1-REPLANTEO EN PLANTA Y ALZADO DE UNA BÓVEDA DE MUCARNAS


2-TRAZADO POR POR REPLANTEOS SUCESIVOS DE UNA BÓVEDA DE MUCARNAS

AUTOR Y TÍTULOS DESCONOCIDOS*

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Trabajo Fin de Máster

EL YESO
Uno de los materiales más comunes para la elaboración
de mocárabes y mucarnas es el yeso. Su antiquísimo co-
nocimiento, su facilidad de obtención y sus propiedades
mecánicas hacen de este un material excelente para la
conformación de mucarnas y mocárabes.
Las bóvedas de este tipo realizadas en yeso compondrían
un sistema de “falso techo” ya que van ancladas a una
estructura portante externa y se sitúan bajo cubierta. Pese
a que su uso es común en ambos sistemas, su forma de uti-
lización es diferente, por las diferencias constructivas ante-
riormente descritas entre sistemas.

EL YESO EN LAS MUCARNAS

Aunque para conformar estas se pueda utilizar ladrillo o


cerámica, el material de construcción más común entre las
mucarnas es el yeso. La forma que estas poseen, donde las
piezas poseen una enorme sencillez y no hay piezas o frag-
mentos endebles, hacen que sea muy fácil prefabricarlas.
Para ello se utiliza un molde sobre el que se aplica un des-
moldante y se repella con una pasta bastante consistente
de yeso fino que una vez seca da la forma de la mucarna.

Las bóvedas y otros elementos de mucarnas se realizan por


niveles sucesivos. Para ello se realizan plataformas horizon-
tales cerámicas que actúan a modo de ménsulas, nivelando
todas las mucarnas del mismo piso en una superficie ho-
rizontal. Estas ménsulas llevan ya incluidas las estrellas de
la bóveda de mucarnas, no siendo necesaria la aparición
de piezas como sucede en los mocárabes con las medinas
estrelladas.

Sobre la primera “plataforma” se colocan las mucarnas con


forma de rincón de claustro, que son las que poseen la
geometría más estable y cuando estas están colocadas se
procede a poner la siguiente “plataforma”. Otras veces las
plataformas apoyan directamente en la estructura externa
de la bpor lo que las mucarnas simplemente se apoyan una
vez estos niveles están colocados. Las mucarnas se pueden
decorar a priori o a posteriori con mosaicos y azulejería que CONSTRUCCIÓN DE PIEZAS PREFABRICADAS DE MUCARNAS
difumine los niveles generados por la división en plataformas. AUTOR Y TÍTULOS DESCONOCIDOS*

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Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

MONTAJE DE LA BÓVEDA DE MUCARNAS


AUTOR Y TÍTULOS DESCONOCIDOS*

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Trabajo Fin de Máster

RESULTADO DEL MONTAJE DE UNA BÓVEDA DE MUCARNAS


AUTOR Y TÍTULOS DESCONOCIDOS*

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Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

EL YESO EN LOS MOCÁRABES FRAGMENTO DE BÓVEDA DE MOCÁRABES POR VERTIDO SOBRE MOLDES
ESCUELA DE OFICIOS TRADICIONALES, MARRAKECH ©MANU BARBA

El yeso en los mocárabes tiene un sistema de aplicación


diferente al de las mucarnas, generando dos vías de fa-
bricación que han convivido paralelamente en el mundo
islámico. Uno de los sistemas, que tuve oportunidad de ver
personalmente en Junio de 2017 es el de vertido.
Para conformar las piezas de una bóveda se realizaría
un molde de “contramocárabes”, es decir de los volúmenes
negativos de las diferentes adarajas. Sobre estos, que esta-
rían unidos, bien con cola, o bien con algún tipo de clavo
se vertiría una colada de yeso fino, que entrase por todos
los recodos de las piezas y posteriormente se rejuntaría con
un mortero más pobre y seco que el primero. Una vez seca
la mezcla se retiraría y se aprovecharía para otra zona.

Este sistema es muy práctico ya que, por la configuración


de las bóvedas de mocárabes en paños simétricos permite
reutilizar un mismo molde para diferentes zonas. Muchas ve-
ces las medinas, tienen como función separar las diferentes
coladas que se producen en las bóvedas en paños iguales
(en las fotografías de la introducción de este TFM de la MOCÁRABES Y SUS NEGATIVOS
mezquita de Tinmal se puede apreciar esto con facilidad).
Este sistema permitía además ciertas correcciones bien en
el molde o bien a posteriori de realizar la colada para
que la bóveda encajase en un espacio cuyas proporcio-
nes normalmente no eran exactas. Además este sistema tie-
ne una ventaja enorme que no tienen otros: permite hacer
piezas de poquísimo tamaño, semejante a las dimensiones
que se manejan en madera (en torno a 5/7cm de lado por
cada pieza), haciendo juegos de estas mucho más abiga-
rrados y complejos.

El segundo método de conformación de mocárabes se-


ría la prefabricación completa de las piezas en escayola,
mediante unos moldes, probablemente de madera o cerá-
micos. Mediante un vertido líquido de un yeso fino en los
moldes se conformarían estas piezas, que el artesano po-
dría hacer en cualquier momento y tener preparadas para
cuando fuera necesario, a modo de como se fabricaban
los adobes.
Una vez replanteada la bóveda se colocarían estas pie-
zas y se fijarían mediante el vertido y repellado de la parte
trasera. En las bóvedas de la Alhambra, construidas con NEGATIVOS UNIDOS DE LAS DIFERENTES PIEZAS QUE FORMAN UNA BÓVEDA
PREPARADOS PARA UN VERTIDO DE YESO

Página 34
Manuel Esteban Barba Delgado Máster Universitario en Tecnología de Construcción en Edificación Histórica
Trabajo Fin de Máster

este método, según Ramón Rubio Domene todavía se pue-


den reconocer las marcas de las manos de los artesanos,
incluso diferenciar entre maestros y aprendices por el tama-
ño de los dedos.

El tamaño de piezas utilizadas es muy grande, ya que de


otra forma los guilillos son demasiado frágiles y no llegan
ni a desmoldarse correctamente. Este sistema es util para
grandes bóvedas y arcos, o elementos que estén a mucha
altura, para que se puedan apreciar correctamente las
piezas. Sin embargo, este sistema genera bóvedas de un
peso excesivo, ya que cada pieza, que por ejemplo en la
Alhambra alcanzan en torno a 60cm de altura fabricada
con un yeso de baja dureza (600kg/m3 según el CTE) ge-
nera un objeto de entre 1 y 4kg. Teniendo en cuenta que
cada bóveda tiene un número de piezas elevadísimo (Ben
Youssef, sin ser de las más grandes posee 700 mocárabes
aproximadamente) estamos hablando de un par de tone-
ladas de peso sin contar con la masa de repellado de las
piezas. Por esto, las enormes bóvedas de mocárabes se co-
locaban no solo ancladas a los muros portantes laterales
sino también colgadas de las cubiertas mediante tirantes
de esparto y tomizas.

André Paccard llega a referir un tercer método, más arcaíco


consistente en realizar una base de mocárabes de madera
que posteriormente se repellaban con escayola, se retoca-
ban y se decoraban, pero no he tenido constancia ni en
Marruecos ni en España del uso de este método. Proba-
blemente generase mocárabes mucho más fáciles de hacer,
pero con una capa de escayola mucho más endeble que
hiciera que se degradaran muchísimo antes. Aún así este
método da a entender que posiblemente los mocárabes
de yeso prodían haber surgido a raíz de los de madera.

BÓVEDA DE LA SALA DE DOS HERMANAS EN LA ALHAMBRA


GRANADA.
CONSTRUIDA CON GRANDES PIEZAS PREFABRICADAS

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Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

EXPERIMENTACIÓN EN YESO

Durante el desarrollo del máster MUCTEH he llevado a cabo


diferentes experimentaciones en torno a la temática de los
mocárabes. El primer intento de realizar unos mocárabes de
yeso fue un trabajo realizado junto a Julián Chaur Gonzá-
lez para la asignatura de materiales históricos, coordinada
por el profesor David Sanz.

En esta asignatura nos enfrentamos a la interpretación de


la tratadística de los mocárabes por primera vez hasta
llegar al resultado que buscábamos, construir una pieza.
Fueron todos los errores que cometimos mientras hayába-
mos la forma de realizar los mocárabes los que finalmente
nos encaminaron a conseguir lo que buscábamos

Durante el desarrollo de este trabajo hicimos varios mode-


lados de las 8 piezas fundamentales de los mocárabes que
finalmente imprimimos en 3D para lograr mayor exactitud.

En el trazado de las piezas cometimos varios errores, es-


pecialmente a la hora de realizar las alturas y los desja-
rretados ya que algunos métodos dejaban en el aire su
trazado cuando este es fundamental para la composición
de la construcción. Con estos mocárabes impresos en 3D,
realizamos unos moldes de silicona de diferentes formas. En
este punto nos dimos cuenta de que para conseguir rea-
lizar y desmoldar correctamente unas piezas es muy nece-
sario tener unos conocimientos de matricería superiores a
los que manejábamos nosotros, lo que nos dio bastantes
quebraderos de cabeza y nos obligó a repetir varios de
estos moldes.

Por requisitos de la máquina de impresión 3D nos vimos


obligados a realizar sólo siete mocárabes demasiado pe-
queños, del tamaño de los de madera, lo cual nos mostró
la problemática y debilidad de estas piezas al realizarse
de una escala poco apropiada. Tuvimos que armarlos con
alambre y mezclarlos con fibras de poliester para conseguir
la consistencia suficiente como para desmoldar correcta-
mente. Esto nos dió una idea de la proporción que debían
tener las piezas prefabricadas para poder realizarse.

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Manuel Esteban Barba Delgado Máster Universitario en Tecnología de Construcción en Edificación Histórica
Trabajo Fin de Máster

PROCESO Y RESULTADO DE LA CONSTRUCCIÓN DE MOCÁRABES.


JULIÁN CHAUR Y MANU BARBA. MÁSTER M.U.C.T.E.H.

Página 37
Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

Tras esta experiencia y ya embarcado en el TFM, decidí


enmendar los errores cometidos en esta mediante la crea-
ción de unas piezas mucho mayores que permitieran reali-
zar una bóveda completa en escayola, un material por otro
lado muy barato y fácil de obtener. Tras realizar de nuevo
el proceso con unas piezas en 3D mayores, unos moldes
de silicona más resistentes y mejor planteados hice varias
pruebas de estas piezas que se correspondian a escala
1-2 respecto a las piezas reales.

Aunque menos, las piezas seguían quebrándose por los


guilillos, probablemente por mis escasos conocimientos de
matricería y por mi reticencia a realizar moldes a dos caras,
mucho más difíciles de ejecutar, pero que probablemente
fueran los que dan la solución al problema.

Además las piezas obtenidas requerían de muchisimo ma-


terial, dañaban los moldes al romperse y daban como re-
sultado unas piezas de un peso enorme, lo cual hizo que
abandonase esta línea de investigación tras realizar algu-
nas pruebas por la del poliuretano aligerado, material algo
más caro pero con garantías de funcionamiento mecánico
a la hora de verter y desmoldar.

El poliuretano de vertidos es un plástico formado por dos


líquidos diferentes, poliol e isocianato, que endurecen al
mezclarse mediante una reacción exotérmica. Para aligerar
esta mezcla se procede a la adicción de unas microesferas
de vidrio, que consiguen hacer las piezas mucho menos
pesadas, ganando volumen y favoreciendo el rendimiento
del volumen del material.

Con poliuretano pude reproducir las piezas sin problemas


obteniendo varios juegos de gran tamaño, permitiendo
aproximarme más a una escala real. Con estas piezas re-
produje un fragmento de la bóveda del Corral del Carbón
de Granada

PIEZAS DE ESCAYOLA CON DIFERENTES PROBLEMAS DE CONFORMACIÓN

Página 38
Manuel Esteban Barba Delgado Máster Universitario en Tecnología de Construcción en Edificación Histórica
Trabajo Fin de Máster

LAS DIFERENTES PIEZAS OBTENIDAS EN POLIURETANO

Página 39
Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

FRAGMENTO DE LA BÓVEDA DEL CORRAL DEL CARBÓN (GRANADA)

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Manuel Esteban Barba Delgado Máster Universitario en Tecnología de Construcción en Edificación Histórica
Trabajo Fin de Máster

FRAGMENTO DE LA BÓVEDA DEL CORRAL DEL CARBÓN (GRANADA)

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Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

LA MADERA
Este material también es tremendamente común a la hora
de realizar mucarnas y mocárabes, aunque está especial-
mente extendido su uso en la zona occidental, por la ma-
yor presencia y acceso a la madera. En el magreb es muy
común el uso de la madera de cedro procedente de la
cordillera del Atlas mientras que en la península se suele
utilizar el pino.

La madera consiste en un material preformado del cual, por


sustracción se extraen las piezas de mocárabes, algo que
es radicalmente opuesto al yeso y sus sistemas ya que estos
se conforman por adicción.
Estos mocárabes son de un tamaño muy reducido ya que
sus piezas se ajustan al tamaño de las escuadrías de ma-
dera presentes intentando rentabilizarlas al máximo. Así
cuando en mocárabes de yeso hablamos de dimensiones
cercanas a los 60cm de altura, en mocárabes de madera
las dimensiones se sitúan en torno a 10-15cm de altura.

El proceso para obtener las piezas de madera de las es-


cuadrías se puede producir de dos maneras. Una de ellas,
descrita brevemente por Enrique Nuere en su “Nuevo Trata-
do de Carpintería de lo Blanco”, consiste en adaptar las
piezas al ancho y alto de los listones de madera, lo cual
simplificaría mucho los cortes y explica además la particular
forma de las piezas de madera en su parte superior donde
aparece un “contraguilillo”.

Otra forma de obtener los mocárabes consiste en colocar


las adarajas transversales a las piezas de madera. Aun-
que también es bastante posible, este sistema conllevaría
multitud de cortes oblicuos, lo cual llevaría más trabajo al
artesano a la hora de realizar los mocárabes y además
obligaría a las piezas a trabajar en la dirección transversal
a las fibras de madera.

PIEZAS DE MADERA DE CEDRO


PROCEDENTES DE MARRAKECH
©MANU BARBA

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Trabajo Fin de Máster

LA MADERA EN LOS MOCÁRABES CORNISA DE MOCÁRABES CON RAKHWI TALLADO


“Le Maroc et L’artisan traditionel
islamique dans l’architecture”
El tratamiento de los mocárabes en madera se realiza de ANDRÉ PACCARD
manera amplia y extendida en la obra de André Paccard
y en el campo la carpintería de armar española, donde
Diego de Arenas dedica unas páginas al tratamiento de
los mocárabes que con bastante rigor traduce Antonio de
Prieto y Vives a principios del siglo XX. Prieto y Vives explica
con detenimiento el origen de las piezas y hace una revi-
sión de incalculable valor sobre la bóveda del Salón de
Linajes del Palacio del Infantado de Guadalajara, que nos
ha dado las claves de sus trazas pese a su destrucción en
la guerra civil.

La técnica de los mocárabes de madera sigue muy viva


en el entorno marroquí, donde sus técnicas se utilizan aún
a día de hoy para gran cantidad de composiciones: fal-
sos techos, ochavos, pechinas, arcos, ménsulas, gorroneras,
cornisas, restauraciones diversas e incluso mobiliario como
mesas o alacenas. Las composiciones de mocárabes de
madera en cuanto a geometría se refiere, distan poco de
las de yeso, simplemente varía el sistema de unión que mu-
chas veces se produce mediante clavos o pegamentos na-
turales. Las composiciones de cornisas de mocárabes en
madera suelen comenzar en un paramento generalmente
plano y rematarse con un algo parecido a un embellece-
dor llamado “rakhwi”. El “rakhwi” también se utiliza en arcos
o incluso de manera independiente, apareciendo incluso
en yeserías.

Normalmente los mocárabes se decoran con pintura de co-


lores muy vivos que abigarra y complica aún más si cabe
la composición.

COMPOSICIÓN DE LA CORNISA, TODAVÍA SIN RAKHWI.


FALSO TECHO CON MOCÁRABES “Le Maroc et L’artisan traditionel
EN CORNISA, PECHINAS Y CUPULÍN islamique dans l’architecture”
KASBAH DE TELUET ©MANU BARBA ANDRÉ PACCARD

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Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

La composición con los mocárabes de madera en España, Nomenclatura de las piezas en la carpintería de lo blanco
salvo en casos como sucede con el Palacio del Infantado
medio cuadrado
en Guadalajara, y algunas capillas como las situadas en la jaira jaira CIRUELO
abierto
Almendrilla dumbaque conça dumbaque atacia
catedral de Toledo, es un complemento de la carpintería de
armar, apareciendo como remate de los techos de lacería,
rellenando los octógonos mediante composiciones como
dice Diego López de Arenas “ya crespos, ya colgantes”,
osease, cóncavos (cupulines o cubos) o convexos (piñas o
racimos). Es curioso como la misma forma en planta puede
representar un cubo o una piña de forma indiferente, ya
que diferentes piezas tienen plantas iguales. Como se pue-
de comprobar, el nombre de los mocárabes islámicos pasa
a la carpintería de armar española con otras traducciones
y a los 8 fundamentales se les añaden otros probablemente
para casos más particulares, o como adicción personal de
los carpinteros a los primeros. Esto da a entender como
entre los mocárabes de la carpintería de lo blanco hay
una evolución que no se da en la carpintería del Magreb.

Antonio Prieto y Vives describe una regla muy sencilla para


organizar los mocárabes presentes en los ochavos de las OTRAS PIEZAS PRESENTES EN la carpintería de lo blanco
armaduras y se basa en la consideración de Diego López (SEGÚN ENRIQUE NUERE)
de Arenas de que los lados de los mocárabes seguían una
DUMBAQUE MEDIA JAIRA DE CUADRADO
relación exactamente de 1’4 en vez de √2 (1’41421356...) GRULILLO ABIERTA POR ESPALDA
JAIRA AHORCADA MEDIA JAIRA JAIRA RUBÍ MEDIA JAIRA
POR TABLA
lo cual significaba que un lado de la media bóveda, pieza
fundamental como recordaremos, tenía valor 5 y otro 7. En
base a esto dividía los ochavos en productos de la suma
de los número 5 y 7 como por ejemplo 19 (7+5+7), 21
(7+7+7), 31 (7+5+7+5+7), etc...Y conforme a esta regla se
desarrolla el resto de la composición, según Enrique Nuere
mediante el trazado con los cartabones de 8 usados en la
carpintería de lo blanco. Según Prieto y Vives, estas com-
posiciones se aderezaban ocasionalmente con descansos
o zonas donde la composición de mocárabes dejaba de
ascender.

La piña o el cubo culminaban en una pieza que solía te-


ner forma de octógono y tallada en su remate conocida
como “nabo”. En caso de ser una piña existe una pieza se
sujección a la armadura que atraviesa el nabo en per-
pendicular, llamada “telera”, afianzando piña y almizate
correctamente.

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Trabajo Fin de Máster

PIÑA Y CUBO DE MOCÁRABES DESARROLLADOS A PARTIR


DE UNA PLANTA IDÉNTICA.

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Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

EXPERIMENTACIÓN EN MADERA

Gracias al generoso regalo de Jose Carlos Palacios Gon-


zalo pude realizar una breve experimentación en madera.
Mediante unos mocárabes procedentes de Marrakech, y
las planimetrías de un cubo de mocárabes del Alcázar de
Sevilla probé a realizar una pequeña operación “compa-
tibilidad entre mocárabes marroquíes y carpintería de lo
blanco.

Para evitar que las piezas quedaran definitivamente pe-


gadas entre si realicé las uniones mediante cinta adhesiva
doble cara (de bastante mala calidad, he de decir) lo cual
me permitió recuperar todas las piezas una vez completa-
do el diseño para reutilizarlas en otras figuras.

La formación por niveles de este cubo de mocárabes es


una ventaja tremenda a la hora de ejecutarlo ya que per-
mite realizar los anillos de forma independiente por dos
o más personas, agilizando tremendamente el trabajo. Es
importante ajustar y rectificar las piezas entre niveles ya
que muchas veces se pueden producir holguras que aca-
ben haciendo que algunas piezas caigan. El primer nivel,
especialmente con las almendras fue un problema en este
caso ya que no paraban de caer por la separación entre
atacias. En las esquinas se sustituyeron los dumbaques, de
los cuales no tenía piezas, por jairas (mariposas t.) compro-
bando que encajan a la perfección

Como resultado, se obtiene medio cubo completo, por falta


de atacias, pero con esto, se puede comprobar como pese
a que la carpintería de lo blanco incluye nuevas piezas,
probablemente desarrolladas a través de rectificaciones
de las piezas fundamentales, estas sirven perfectamente
para el cometido buscado.

CUBO DE MOCÁRABES DEL


ALCÁZAR DE SEVILLA
©MANU BARBA

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Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

Además de la figura anterior y otras figuras más sencillas


probé a seguir uno de los planos descritos por André Pac-
card (pag 29 de este TFM) para la resolución de un arco
de mocárabes.
Teniendo los planos es realmente sencillo interpretar el có-
digo de puntos y formas de los mocárabes. El único pro-
blema es la inestabilidad de la pieza que obliga a tener
mucho cuidado a la hora de conformar este arranque.

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Trabajo Fin de Máster

LA LADRILLO Y LA CERÁMICA
El uso del ladrillo está tremendamente extendido especial-
mente en la zona de Irán, donde la albañilería alcanza un
nivel de desarrollo increible pese a lo rudimentario de las
herramientas de la época. También hay ejemplos de mocá-
rabes en ladrillo, como el de la cúpula de la torre de las
damas en La Alhambra, pero no alcanzan la importancia
de los orientales.

EL LADRILLO EN LAS MUCARNAS

El ladrillo fue uno de los primeros materiales utilizados para


conformar los primeros rincones de claustro de aquellas
enormes y primitivas mucarnas de las que hablaba al prin-
cipio de este trabajo. Las técnicas de traza de arcos por
parte de los iraníes desarrollada hasta puntos altísimos
cuando aparecen los mocárabes, por tanto estos beben
de lo ya aprendido hasta entonces. El trazado de las mu-
carnas en ladrillo permite alcanzar el rectificado continuo
de las trazas para adaptarlas a las imperfecciones de la
construcción, consiguiendo una precisión encomiable.

Estos se configuran mediante el uso de cuerdas y trazados


en planta para definir los perfiles de los rincones de claus-
tro, que serán las guías de los aparejos que rellenarán esos
rincones. La cantidad y calidad de los aparejos presentes
en la arquitectura iraní hace que las diferencias entre bó-
vedas sea infinita apareciendo aparejos por vuelos suce-
sivos, con escritura kúfica, en espina de pez, concéntricos,
etc.

ejemplos de los aparejos de las mucarnas


mezquita del viernes de isfahan (irán)
©jose carlos palacios gonzalo

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Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

EXPERIMENTACIÓN EN FÁBRICA DE LADRILLO

Durante el desarrollo de la asignatura de sistemas estruc-


turales de fábrica, se nos requirió un trabajo por parejas
consistente en realizar una bóveda de fábrica. Mi compa-
ñero Julián Chaur y yo, nos lanzamos a la comprensión y
desarrollo de una de las bóvedas de mucarnas de fábrica
de la mezquita del viernes de Isfahan. Esta bóveda se si-
túa en un espacio hipóstilo donde cada bóveda realiza
un juego diferente, en este caso, dos niveles de rincones
de claustro se sucedían hacía un tronco de cono que re-
mataba en un óculo la bóveda, generando un juego de
sistemas octogonales y hexadecagonales en planta.

Nuestro principal problema es que unicamente poseíamos


una sola fotografía para trabajar, lo cual complicaba las
cosas, pero con un análisis minucioso de la misma decidimos
adoptar unas medidas aproximadas en base a las hiladas
y el tamaño de los ladrillos y comenzar a levantar los dife-
rentes niveles. Consideramos la bóveda como un elemento
en tres niveles: primer nivel del rincón de claustro, segundo
nivel del rincón de claustro y chimenea.

El primer nivel se construye sobre una base octogonal con


unos tabiques de piezas cortadas de cerámica formando
un rombo con respecto a la arista del octógono. Supone-
mos que estos tabiques se colocan antes, posiblemente a
mano o con una pequeña cimbra y dan las trazas laterales
e inferior del primer nivel de rincones de claustro, que son
mucarnas con apertura de 135º. El segundo nivel se forma
sobre el anterior, cerrando el espacio entre los rincones de
claustro inferiores con otros de menor entidad y de ángulo
90º. Para hacer estos primero se formaliza un arco menor
que el inferior, con una hilada de ladrillos y que da las
guías de estos mocárabes. Una vez rellenas las pechinas se
continúa hasta la cornisa el tronco de cono.

Desconociamos el aparejo utilizado, por ello fuimos proban-


do diferentes soluciones para las aristas y los plementos en
general. De lo utilizado lo más lógico parece ser inclinar las
hiladas utilizando como referencia los arcos “cimbra” , cuyas
aristas marcan la inclinación de los ladrillos. No realizamos bóveda a construir
la cornisa superior por miedo a que su realización afectase mezquita del viernes de isfahan (irán)
a la estabilidad general del modelo. ©www.wikipedia.org

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Vistas del modelo


E_1:10

MODELO 3D DE LA BÓVEDA

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Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

PROCESO CONSTRUCTIVO

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RESULTADO

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Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

LA PIEDRA MUCARNAS EN PIEDRA CON PINJANTES


MEZQUITA SEHZADE, ESTAMBUL (TURQUÍA)
©JOSE CARLOS PALACIOS GONZALO
El uso de la piedra contradice hasta cierto punto la ideo-
logía de este tipo de decoración y su capacidad de pre-
fabricación, convirtiéndolo en un sistema estereotómico por
plantillas, semejante al que utilizaría el gótico por toda Eu-
ropa. El uso de la piedra se da en lugares donde hay proxi-
midad a canteras y facilidad para conseguir el material. Así
es muy común el uso de este en las mucarnas de la zona del
Imperio Otomano y Egipto. Como caso excepcional apa-
rece este sistema en los mocárabes de Silicia, en concreto
del palacio de la Cuba en Zisa dándose un caso rarísimo
de correspondencia entre las reglas de los mocárabes y
de la estereotomía.

Las mucarnas del Imperio Otomano, Egipto y Siria se or-


Despiece de los niveles de una bóveda de El Cairo. Pese
ganizan como una decoración en los vuelos sucesivos de
a la aparente complejidad de la misma se puede averi-
los despieces de piedra que forman las edificaciones. Lo
guar la sucesión de niveles de sillares e incluso desajustes
normal es que la altura del vuelo del sillar se corresponda
entre unos y otros por las pestañas que aparecen.
con un nivel de mucarnas. Esto sumado a la forma de crea-
ción propia del material mediante talla, facilita la aparición ©jose carlos palacios gonzalo
de formas singulares incluso rectificados y deformaciones
en las trazas estereotómicas para adaptar el dibujo a la
piedra. Muchas veces en estas piezas particulares es dificil
encontrar las formas concretas que forman el sistema.
Es especialmente espectacular cuando a estas piezas, ya
de por si complejas, se les agregan pinjantes y bolardos,
muy comunes en la tradición otomana

Entre los mocárabes la piedra es un material extraño y


como podemos observar a veces causa problemas de es-
tereotomía difíciles de resolver, ya que los mocárabes al
contrario que las mucarnas se organizan solapando niveles.
Como se puede observar, en el palacio de la Cuba de
Zisa este problema se resuelve mediante la división de los
mocárabes en dos niveles diferentes, con excepciones en
algunas de las piezas, probablemente las más complicadas
de tallar

MOCÁRABES DEL PALACIO DE LA CUBA.


ZISA, SICILIA (ITALIA)
©JOSE CARLOS PALACIOS GONZALO

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CONCLUSIONES

Tras este breve barrido sobre estas dos vertientes de esta de las mucarnas por niveles consecutivos mientras que los
tipología constructiva se puede hacer repaso y acopio de mocárabes enlazan dos niveles con cada pieza. Esto pro-
las ideas obtenidas. voca que unos sistemas constructivos sean más adecuados
para unos sistemas que para otros. La cantería por ejem-
Claramente el origen de ambos elementos tuvo que ser co- plo, al tratarse de niveles sucesivos de sillares, es más fácil
mún, probablemente desarrollado en algún tipo de arqui- decorar con mucarnas que con mocárabes como sucede
tectura doméstica o bienes muebles que no han llegado en el palacio de la Cuba. Sin embargo la madera trabaja
hasta nuestros días, como bien dice John D. Hoag y trans- mejor en los niveles enlazados de los mocárabes que en los
mitirse, probablemente mediante un dibujo en planta de un sucesivos de las mucarnas, donde la falta de continuidad
lado a otro de estos dos imperios, de creencia común pero entre piezas provocaría más problemas de deformaciones.
diferente liderazgo. Aunque comunmente se ha aceptado Incluso en los sistemas comunes, como sucede con el yeso,
la creencia de que el origen es oriente es dificil definir se presentan soluciones diferentes en un lado y otro, apa-
cronológicamente si se produjo de oriente a occidente o reciendo las plataformas en las mucarnas y los vertidos y
al revés. prefabricados en los mocárabes.

Sobre las piezas y la geometría se puede apreciar como En cuanto a uso se refiere las mucarnas siempre se asocian
ambos sistemas poseen plantas comunes basadas en geo- a recintos de gran envergadura o poder, como mihrabs,
metrías obtenidas facilmente mediante escuadras, cartabo- madrasas, iwanes, etc mientras que los mocárabes además
nes y compases. Además ambos sistemas admiten la apa- de estos sitios poseen variantes domésticas presentes en
rición de piezas puntuales además de las fundamentales mobiliario, cornisas o falsos techos de poca envergadura.
para la resolución de situaciones particulares.
Todos estos análisis realizados en mucarnas y mocárabes
Sin embargo las mucarnas poseen siete piezas fundamen- desde puntos de vista paralelos ha llevado a reforzar la
tales basadas en el rincón de claustro como pieza princi- conclusión inicial, aunque con ciertos matices. Si bien es
pal, basando el juego en la mayor o menor apertura de cierto que poseen muchas cosas en común, producto de
los mismos y en la presencia de unas palmetas intermedias ese origen común o de ser soluciones para los mismos fines,
llamadas bípedos. Los mocárabes por su parte nacen de se generan dos caminos separados, dos interpretaciones
la división de la bóveda de arista y están compuestos por diferentes de un mismo saber que inconexos entre si, han
ocho piezas principales que toman sus medidas de la pro- generado dos técnicas diferenciadas. La base propues-
porción de la media bóveda de cañon, pieza no presente ta por el profesor Jose Carlos Palacios sobre una misma
en oriente. Según la tratadística su geometría varía unica- resolución de un conflicto común como es la cuadratura
mente en el alzado, como dice ya Gaspar Aranda Pastor, del ochavo es la idea que germina en estas dos solucio-
sin embargo podemos ver como esto no es exactamente nes diferenciables en cuanto a elementos, forma, geometría,
así, ya que varía su configuración volumétrica de las piezas materialidad y construcción y comunes en usos, materiales
más allá de las combinaciones de alzado-planta. Además y plantas.
las plantas de las mucarnas evolucionan hacia complejísi-
mas simetrías multi-polares con deformaciones de la altura
de las piezas, mientras que las de los mocárabes se man-
tienen en los sistemas de cuadrados, rombos y triángulos.

Constructivamente hay una diferencia fundamental proce-


dente de la geometría de las piezas, y es la formalización

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Mocárabes y mucarnas. Estudio comparativo.

BIBLIOGRAFÍA

-ANDRÉ PACCARD “Le Maroc et L’artisanat Traditoniel Islamique dans L’Architecture”

-ENRIQUE NUERE MATAUCO ”Nuevo Tratado de la Carpintería de lo Blanco”

-ENRIQUE NUERE MATAUCO ”La Carpintería de Armar Española”

-ANTONIO PRIETO Y VIVES ”El Arte de la Lacería”

-GASPAR ARANDA PASTOR La técnica del mocárabe en el Iwan SE del patio de Comares en la Alhambra
“Arte y Cultura. Patrimonio hispanomusulmán en Al-Andalus”

-RAMÓN RUBIO DOMENE”Yeserías de la Alhambra. Historia, técnica y conservación”

-JOHN D. HOAG ”Arquitectura Islámica”

-JEAN MARC CASTERA “Arabesques. Art Decoratif au Maroc”

-RICHARD ETTINGHAUSEN Y OLEG GRABAR ”Arte y Arquitectura del Islam 650-1250”

-SHEILA S. BLAIR Y JONATHAN M. BLOOM ”Arte y Arquitectura del Islam 1250-1800”

-ANTONIO ALMAGRO ”La Mezquita de Tremecén y la cúpula de su Maqsura”

-DIEGO LÓPEZ DE ARENAS ”Breve Compendio de la Carpintería de lo Blanco y Tratado de Alarifes”

-JOSE CARLOS PALACIOS GONZALO ”Las cúpulas de mocárabes”

-JUAN MANUEL BARRIOS ROZÚA “Guía de la Granada Desaparecida”

-MARKUS HATTSEIN “Islam (Art and Architecture)”

-BASILIO PAVÓN MALDONADO ”La decoración monumental. Maderas y Mocárabes”


AGRADECIMIENTOS
-YVONNE DOLD-SAMPLONIUS ”Practical Arabic Mathemathics, Measuring the Mucarnas by Al-Kashi”
Quisiera agradecer en primer lugar la generosidad y capacidad profesional del pro-
-ALICIA CARRILLO CALDERERO ”Las cúpulas de mucarnas. Consideraciones generales acerca de su simbología” fesor Jose Carlos Palacios Gonzalo, quien, como buen docente, sembró la inquietud de
la investigación a través del disfrute de los oficios en todos los presentes en el máster, y
-STEPHANIE SCHULDES ”Muqarnas in Blender. Modelling and Rendering” que a mi en particular me proporcionó todo un abanicos de recursos. Estos, obtenidos a
través de los años, de viajes y de mucho esfuerzo han supuesto el cimiento sobre el que
-SHIRO TAKAHASHI ”Muqarnas, a Three Dimensional Decoration of Islamic Architecture” se fundamenta todo el trabajo conseguido y sin el que este trabajo fin de máster no
hubiera podido llevarse a cabo.
-Usain Zumaršd ”Gunbad wa anir-i q-i rn”*
También a Julián Chaur González, amigo y compañero de trabajos que nunca objetó
-‫ یدنبراک و هرگ باتک‬- ‫ یتنرتنیا هاگشورف‬- ‫*رهش تن‬ sobre ninguna de las locuras en las que nos embarcamos en pareja o junto a Jorge
Nieto Andrade para realizar los trabajos durante el máster. Algunos de estos trabajos
estuvieran a punto de acabar con nuestros nervios y nuestra economía pero finalmente
salimos a flote. Todo por “Estefi”.

A mis compañeros de clase: Miriam y Marías (Escalada y Esteban), y especialmente a


Jorge, Sonia y Ying, que me animaron durante la investigación y que no dudaron en pro-
porcionarme información sobre mocárabes y mucarnas siempre que se cruzaban con ella.
A mis profesores en general, por alimentar el gusanillo de los oficios, ya sea con tierra, cal
o ladrillo. A Diego y el equipo del 3DLab por imprimirme tan estupendamente los mocára-
bes. A Blanca Espigares Roone y Ramón Rubio Domene por guiarme por los entresijos de
la Alhambra. A mi madre y mi hermana por aguantar que le llenase la casa de cacharros
y productos químicos de relativa toxicidad. A Cova por aguantarme tantas horas de pie-
zas y teorías y dejarse llevar allá donde hubiera una bóveda. A Javier Bernalte y Edurne
Altuna, mis jefes, por su inestimable flexibilidad y comprensión, que dieron el pistoletazo de
salida definitivo a este máster y a Renfe, que pese a la loable extorsion económica que
ejerció durante meses acabó llevándome a clase todos los días,

A todo lo que vino antes, indiferentemente bueno y rotundamente malo, que acabó
*estos pertenecen a una colección de tres libros en farsi sobre la construcción en Irán cuyos trayéndome por caminos insospechados hasta aquí, gracias, y a lo que vendrá, también.
datos están en este idioma y soy incapaz de descifrar.

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JUNIO 2017

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