Notas Sobre Colosenses
Notas Sobre Colosenses
Notas Sobre Colosenses
Copyright, 1996
By Wayne Partain
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Comentarios citados
Colosenses
Introducción:
I. Recuérdese que para estos falsos maestros Cristo era simplemente una
de las supuestas emanaciones (PLEROMA). Con toda fuerza y claridad, pues,
Pablo escribe de la grandeza y preeminencia de Cristo; que, en lugar de ser
una emanación, "en él habita toda la plenitud (PLEROMA) de la deidad
corporalmente" (2:9).
Colosenses 1
1:3 Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro
Señor Jesucristo, -- Al igual que la expresión en Cristo, la expresión Padre
de nuestro Señor Jesucristo tiene significado especial en esta carta que exalta
a Cristo.
1:4, 5 habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a
todos los santos (2:1, 2; 3:14; Filemón 5, Efes. 1:15), a causa de la
esperanza (1:23, 27; Efes. 1:18; 2:12; Rom. 8:23, 24; 15:13; 1 Ped. 1:21;
3:15; la esperanza de la herencia celestial es la base de
nuestra perseverancia ahora, 1:12; 3:24; Fil. 3:8-16; Heb. 6:17-20, MRW.
Véase la combinación de fe, amor y esperanza en 1 Tes. 1:3 y en 1 Cor.
13:13.) que os está guardada (reservada, LBLA) en los cielos (esta
expresión nos hace ver que la esperanza de este texto es la esperanza objetiva,
"la meta que se tiene delante" (ATR). De esta manera Pablo habla de la
seguridad de la esperanza. Para muchas actividades, sea de negocio o de
vacaciones, etc., es necesario tener una reservación (tener algo guardado o
reservado de antemano; el cristiano tiene una reservación celestial), de la cual
ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio, -- "como lo habéis
aprendido de Epafras" (1:7); "si en verdad permanecéis fundados y firmes en
la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se
predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui
hecho ministro" (1:23); "Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor
Jesucristo, andad en él" (2:6).
Pablo enfatiza el evangelio puro que ellos habían oído antes de oír las
"filosofías y huecas sutilezas". Deberían perseverar en el evangelio puro, pues
ahora había llegado un evangelio no verdadero (falso). Compárese Gál. 1:6-9.
1:6 que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, (El evangelio
puro es el evangelio universal, Mat. 28:19; Hech. 1:8; así pues había llegado a
esa área también; véase 1:23) y lleva fruto (Pablo describe este fruto en Gál.
5:22, 23; "aumentará los frutos de vuestra justicia", 2 Cor. 9:10; "para tener
también entre vosotros algún fruto" Rom. 1:13; el fruto de la obediencia al
evangelio y de la nueva vida del cristiano, 3:12-24. "Por sus frutos los
conoceréis", Mat. 7:16. El evangelio puro había llevado buenos frutos en todas
partes del mundo, como también entre los colosenses y, de esa manera,
manifestaba que era la verdad. El fruto que lleva el hueco engaño de la
filosofía humana, como la que se enseñaba en Colosas, llevaba fruto corrupto;
"el árbol malo da frutos malos", Mat. 7:17).
-- y crece también en vosotros, -- Los falsos maestros querían que los
colosenses "crecieran" y que llegaran a ser muy "sabios" en el conocimiento
de la filosofía humana.
-- desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad,
-- 1:7; 2:6, etc.
1:10 para que andéis como es digno del Señor (Efes. 4:1; 2 Tes. 1:5; Fil.
1:27; para andar de esta manera es indispensable que sigamos el evangelio
verdadero y no ser llevados por doctrinas falsas), agradándole en todo,
llevando fruto en toda buena obra (Jn. 15:1-8), y creciendo en el
conocimiento de Dios; -- Pablo siempre conecta la doctrina con la conducta.
El fruto de la doctrina falsa es corrupto, pues produce el ritualismo (2:16), el
ascetismo (2:20-23), y aun el libertinaje (Apoc. 2:14), pero el fruto del
evangelio puro es la santidad.
1:12 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos (nos ha
capacitado, LBLA; véase 2 Cor. 3:6, "competentes") para participar de la
herencia de los santos en luz; -- Los judaizantes y los gnósticos negaban que
con tan sólo el evangelio los cristianos fueran aptos o capacitados para
participar de la herencia de los santos en luz. "Esto no necesariamente se
limita a la gloria futura. Los hijos de Dios andan en luz en la tierra. Véanse Jn.
3:21; 11:9; 12:36; Efes. 5:8; 1 Tes. 5:5; 1 Jn. 1:7; 2:10" (MRV).
Es necesario capacitarse para participar en los deportes o en actividades
académicas; así también lo es en cuanto a participar de la herencia de los
santos en luz. No todos pueden hacerlo porque es necesario
ser aptos o capaces para hacerlo.
1:13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, -- Dios había
librado a su pueblo del poder de Egipto, de Babilonia y de Asiria, y los judíos
esperaban que Dios les librara del yugo de Roma, pero Cristo trajo otra clase
de libertad, pues nos ha librado de la potestad de las tinieblas. Ya no estamos
bajo el poder del mundo (2:8, 20; 3:2).
Según la herejía gnóstica, Cristo no vino para sufrir y morir en la cruz
por los pecados del mundo, y no resucitó de entre los muertos, sino que sólo
vino para librar el espíritu que está encarcelado en el cuerpo malo. Pablo dice,
sin embargo, "¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el
cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque
habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y
en vuestro espíritu, los cuales son de Dios" (1 Cor. 6:19, 20). Pablo no habló
del cuerpo como la cárcel del alma, sino como el templo de Dios.
-- y trasladado al reino de su amado Hijo (del Hijo de su amor),
-- Esto ocurrió cuando fueron bautizados (2:12, 20; 3:1; compárense Hech.
2:47; 1 Cor. 12:13). Muchos religiosos menosprecian la importancia del
bautismo, pero compárense Mar. 16:16; Hech. 2:38; 22:16; Rom. 6:3, 4; 1
Ped. 3:21.
Nunca dejemos de dar gracias a Dios por la gran bendición de estar en
el reino de su amado Hijo. Verdaderamente hemos sido rescatados, pues la
vida en el mundo de pecado, de error y de toda clase de tinieblas es una
miseria continua. El alma está en gran peligro, porque los que no mueren en
Cristo no pueden estar con Cristo. Además, aparte de evitar el castigo eterno,
nuestra vida aquí en la tierra está muy bendecida porque andamos en luz y
tenemos un gozo en el alma que nunca encontramos en el mundo.
El verbo trasladar (METHISTEMI) ocurre cinco veces en el Nuevo
Testamento: Luc. 16:4 ("cuando se me quite de la mayordomía, me reciban en
sus casas"); Hech. 13:22 ("Quitado éste Error! Reference source not found.,
les levantó por rey a David"); Hech. 19:26 (Pablo "ha apartado a muchas
gentes con persuasión, diciendo que no son dioses los que se hacen con las
manos"); 1 Cor. 13:2 ("y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los
montes, y no tengo amor, nada soy").
Muchas razas o naciones han sido trasladadas o trasplantadas de un
lugar a otro. Los israelitas fueron trasladados de Canaán a Egipto, de Egipto a
Canaán (la tierra prometida), de la tierra prometida a Asiria y Babilonia y,
después de setenta años, el remanente en Babilonia fue trasladado otra vez a
su propia tierra.
Varias tribus de indios del estado (departamento) de Florida
fueron trasladadas al "Territorio indio" que llegó a ser el estado
(departamento) que se llama Oklahoma (tierra colorada). Pero aunque a veces
muchas personas obedecen al Señor al mismo tiempo (Hech. 2:41), no se
trasladan al reino de Cristo en grupos (naciones, razas, tribus, etc.) sino uno
por uno.
Obsérvese que según este texto (1:13) sin duda alguna el reino de
Cristo existía cuando Pablo escribió esta carta. Juan el bautista y Jesús
anunciaban que el reino se había acercado (Mat. 3:2; 4:17); Jesús dijo, "que
hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan
visto el reino de Dios venido con poder" (Mar. 9:1); después de morir Jesús,
José de Arimatea "esperaba el reino de Dios" (Luc. 23:51); después de su
resurrección Jesús dijo a los apóstoles, "quedaos vosotros en la ciudad de
Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto" (Luc. 24:49); esta
promesa se repite justamente antes de su ascensión: "recibiréis poder, cuando
haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén,
en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra" (Hech. 1:8). El
cumplimiento de estas promesas se ve en Hech. 2:1-4, en el día de
Pentecostés, cuando vino el Espíritu Santo sobre los apóstoles y comenzaron a
predicar el evangelio. Los que obedecieron al evangelio (Hech. 2:37, 38)
nacieron del agua y del Espíritu (Jn. 3:5) para entrar en el reino. Desde aquel
día en adelante el Nuevo Testamento habla del reino como ya existente (Hech.
8:12).
1:16 Porque en él (no sólo por sino en El; Rom. 12:5; 16:3, 7, 9, 11; 1 Cor.
1:30; 4:15) fueron creadas todas las cosas ("quedan creadas. La
permanencia del universo, así, reside muchísimo más en Cristo que en la
gravedad. El universo es Cristocéntrico", ATR), las que hay en los cielos y
las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios,
sean principados, sean potestades (2:10, 15; Rom. 8:38; 1 Cor. 15:24; Efes.
1:21; 3:10; 6:12); todo fue creado por medio de él y para él. -- Esta
afirmación refuta el concepto gnóstico de que la creación se realizó por medio
de una sucesión de emanaciones de Dios, y que Cristo era solamente una de
ellas. "Estos seres angélicos de los cuales los falsos maestros hablan ... son
meras criaturas que, habiendo sido creadas por Cristo, están sujetas a El"
(GH).
"Este texto se dirige hacia el culto a los ángeles de los colosenses;
mostrando que mientras que ellos estaban discutiendo los varios grados de
ángeles que llenan el espacio entre Dios y los hombres, y dependiendo de ellos
como el medio de comunión con Dios, habían rebajado a Cristo quien está
arriba de todos ellos, y es el único mediador. Compárese Heb. 1:5-14, donde
las ideas del Hijo como Creador y como Señor de los ángeles están
combinadas" (MRV). Pablo afirma enfáticamente que ningún principado o
potestad -- de cualquier clase -- tiene poder aparte de Cristo, el Creador.
En algunas ediciones inglesas de la llamada "Biblia" del Atalaya (en
español, La Traducción del Nuevo Mundo) se ha colocado la
palabra otras cinco veces en los versículos 16-20. En otras ediciones la agrega
entre corchetes. "Porque en él fueron creadas todas las otras cosas, etc." Hacen
esto porque enseñan que Cristo mismo fue creado; es decir, dicen que Dios
creó a Cristo y entonces Cristo creó "todas las otras cosas". Los "testigos"
afirman, pues, que Cristo es una cosa, una criatura, que fue creado por Dios.
Ellos trabajan arduamente, tocando puertas a tiempo y fuera de tiempo,
soportando trabajos, insultos y persecuciones pero ¿con qué propósito? Con el
propósito de amontonar blasfemia sobre blasfemia contra Cristo, negando su
Deidad y proclamando que El es sólo una criatura. Aunque digan que El es
"un dios" o "un arcángel", para ellos Cristo es, en fin de cuentas, un ser
creado. En un futuro no muy lejano ellos estarán delante de Cristo como el
Juez del mundo para dar cuenta de sus blasfemias.
La "biblia" de los testigos del Atalaya hace que Pablo diga lo opuesto de
lo que en realidad dice. Sólo Dios puede crear (Gén. 1:1; Isa. 44:24, "Yo
Jehová, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra
por mí mismo"); pero Cristo es el Creador. Por eso, Cristo es Dios (2:9, "en él
habita la plenitud de la Deidad corporalmente"). La Traducción del Nuevo
Mundo contradice este texto, como también 1 Cor. 8:6; Heb. 2:10; y Jn. 1:3.
"Pero el manifiesto propósito de los “Testigos de Jehová” de tergiversar la
Palabra de Dios según su conveniencia, llega al colmo cuando en su libro
«Qué ha hecho la religión para la humanidad?» transcriben estos mismos
textos sin separar con corchetes las palabras añadidas, para hacer así creer al
confiado lector que se trata de una traducción directa y exacta de la Sagrada
Escritura auténtica" (Proceso a la “biblia” de los Testigos de Jehová, por
Eugenio Danyans, página 69).
Los de El Atalaya dicen, "No obstante que no hay principio de Dios
(Elohim), o Jehová, sí hubo principio del habla o la palabra; y fue Dios quien
comenzó o produjo o principió a aquel quien es llamado La Palabra o El
Verbo... Recordando que la palabra ‘dios’ de acuerdo con el hebreo significa
‘poderoso’ o ‘uno que está antes que (otros)’, y recordando el poder del Hijo y
su posición con referencia al resto de la creación, fácilmente se deduce que el
Hijo de Dios, el Verbo, era y es ‘un dios’ (El), o ‘poderoso’, preeminente
sobre otras criaturas, mientras que Jehová, el Creador del Verbo, es el Dios
(Elohim), sin principio y ‘desde la eternidad’” (La verdad os hará libres,
páginas 45, 46). Estos falsos maestros, al igual que los gnósticos, no dejan de
blasfemar contra Cristo. Dicen que Dios produjo o principió al Verbo y que El
era "un dios". Ellos son politeístas, pues "adoran" a dos dioses.
Después de haber leído las palabras blasfemas de los testigos, léanse
otra vez con cuidado las palabras de Pablo: "Porque en él fueron creadas todas
las cosas". Si Cristo mismo hubiera sido creado, Pablo no podría haber dicho
que en El fueron creadas todas las cosas, pues El no podía haberse creado a sí
mismo.
1:17 Y él (no era, sino) es (para Dios no hay tiempo pasado o tiempo futuro,
porque eternamente vive en el tiempo presente) antes de todas las cosas (por
eso, es eterno: Jn. 1:1, 2, 10; 8:58, "antes que Abraham fuese, yo soy"; 17:54;
Fil. 2:6, 7; Miqueas 5:2; Heb. 1:8-12; Apoc. 22:13), -- Pablo no dice que
Cristo "fue engendrado antes de todas las cosas", sino que El es antes de todas
las cosas. Para el Atalaya Cristo mismo es una "cosa" (un ser creado); según
esto, pues, El es antes de sí mismo. Tal filosofía hueca es pura locura e
insensatez.
En sus cartas Pablo emplea tales términos como "principado y autoridad
y poder y señorío" (Efes. 1:21). Los gnósticos daban un lugar muy prominente
a los varios grados de ángeles (como seres intermediaros) y aun les daban
culto (2:18), pero sean ángeles fieles o rebeldes, sean espíritus buenos o
malos, todos están sujetos a Cristo y "cuando introduce al Primogénito al
mundo, dice: Adórenles todos los ángeles de Dios" (Heb. 1:6). "Lejos de ser
uno de ellos, él los creó" (WB).
-- y todas las cosas en él subsisten; -- Heb. 1:3. "La filosofía gnóstica,
que afirma que la materia es mala y que fue creada por un eón remoto, queda
así barrida de un plumazo. El Hijo del amor de Dios es el Creador y
Sustentador del universo, que no es de sí malo" (ATR). El universo
(KOSMOS) está dirigido y controlado por la mente de Cristo y, por eso, está
sumamente ordenado (la palabra KOSMOS significa orden). Todas las leyes
"naturales" (leyes de la naturaleza) son, en realidad, las leyes de Cristo por
medio de las cuales El sustenta y gobierna el universo. "Hay una cohesión
maravillosa en el universo ... La gravedad y otras leyes de la física regulan los
cuerpos celestiales con un orden tremendo. Nadie realmente sabe por qué la
gravedad funciona, excepto que el poder supremo lo decreta. Hay una
interdependencia entre las criaturas naturales que en cuanto a su origen desafía
las explicaciones naturalistas" (WF). Sin el control y dirección de Cristo, el
universo estaría desordenado y arruinado.
1:18 y él es la cabeza del cuerpo (1:24; 1 Cor. 12:12,27; Rom. 12:5; Efes.
1:22; 4:2, 15; 5:30) que es la iglesia, -- "Jesús es el primero asimismo en el
reino espiritual, así como en la naturaleza (versículos 18-20)" (ATR). La
iglesia es su organismo por el cual obra y lleva a cabo su propósito en el
mundo. El cuerpo recibe dirección de la cabeza, obedece sus instrucciones. La
iglesia no manda, sino que recibe y obedece los mandamientos de su cabeza.
Esta verdad sencilla condena todos los concilios, convenciones, sínodos, etc.
establecidos por los religiosos para hacer leyes, establecer prácticas y ordenar
el culto de la iglesia.
-- él que es el principio (ARCHE, prioridad), -- "He aquí el Amén, el
testigo fiel y verdadero, el principio (ARCHE; "el origen o la fuente", LBLA,
margen) de la creación de Dios" (Apoc. 3:14); es decir, El es el Principio en
el sentido de ser el Principiador (Originador, Creador) de la creación de Dios
(Jn. 1:3; Heb. 1:2.
-- el primogénito de entre los muertos (Apoc. 1:5), para que en
todo (entre todos) tenga la preeminencia; -- La palabra primogénito equivale
a Señor. Cristo es el Señor de los muertos como también de los vivos (Rom.
14:9).
1:20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están
en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la
sangre de su cruz. -- Todos los hombres han pecado (Rom. 3:23) y, por eso,
están alejados de Dios (Isa. 59:1, 2). ¿Cómo podría Dios ser justo si justificara
al pecador? (Rom. 3:26). Sólo por medio del sacrificio de Cristo como
propiciación por nosotros (1 Jn. 1:7; 2:1, 2). Cristo derramó "la sangre de su
cruz" para ser la propiciación por los pecados del hombre y, por lo tanto, Dios
nos puede perdonar y recibir (2 Cor. 5:18-19. De esta manera "por medio de"
Cristo Dios ha reconciliado a los que obedecen al evangelio.
1:26 el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero
que ahora ha sido manifestado a sus santos, -- Al hablar del misterio Pablo
se refiere al plan de Dios de salvar a todos -- tanto a los gentiles como a los
judíos -- por medio del evangelio de Cristo (véase Efes. 3:3-5). No era
misterio en el sentido místico, misterioso o difícil de entender, sino
simplemente por no haber sido revelado. Los gnósticos se gloriaban de sus
misterios que solamente ellos (los elegidos) podían entender, pero el
verdadero misterio está al alcance de todo el mundo porque se ha revelado a
todos.
1:27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas (2:2; esta es una
palabra favorita de Pablo: Rom. 2:4; 9:23; 11:33; Efes. 1:18; 2:7; 3:8, 16; Fil.
4:19) de la gloria de este misterio entre los gentiles; -- De la manera más
elocuente Pablo escribe estas palabras y frases para enfatizar la grandeza del
evangelio universal.
-- que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, -- La única
esperanza de gloria. Sólo por medio de Cristo puede el hombre participar de la
gloria de Dios. "Cristo Jesús, como El vivió aquí en la tierra, es el perfecto
patrón de la vida apropiada para alcanzar y gozar de esa gloria con Dios.
Cristo en nosotros nos hace como Cristo en la vida, como El en la fidelidad a
Dios y su voluntad. Como El en estimar la humildad, el amor, la buena
voluntad y la bondad hacia el hombre. Como El en buscar la felicidad por
medio de la abnegación de sí para hacer felices a otros ... Como El en practicar
los principios que moraban en su propio pecho" (DL).
"El secreto más glorioso de la historia ahora (está) revelado: ¡Cristo en
vosotros, la esperanza de la gloria! (1) Glorioso poder para llevar una vida
piadosa. (2) Glorioso poder para obrar victoriosamente. (3) Glorioso gozo
disponible. (4) Gloriosa paz para el alma. (5) Glorioso consuelo en (tiempo
de) problemas. (6) Gloriosa victoria sobre la muerte. (7) Gloriosa vida eterna
con Dios" (WF).
Hay ocho expresiones en el Nuevo Testamento que se refieren al estado
de salvación: "(1) Cristo en vosotros; (2) vosotros estáis en Cristo; (3) Dios
está en vosotros; (4) vosotros estáis en Dios; (5) el Espíritu Santo está en
vosotros; (6) vosotros estáis en el Espíritu Santo; (7) la mente de Cristo está en
vosotros; (8) la palabra de Cristo está en vosotros" (JBC).
Colosenses 2
2:1 Porque (este versículo está conectado con 1:29) quiero que sepáis cuán
gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea (4:16,
ellos leerán esta carta; Apoc. 3:14), y por todos los que nunca han visto mi
rostro (p. ej., los de Hierápolis, 4:13). -- Recuérdese Pablo sostenía esta lucha
como preso en Roma. "Se trata de una lucha interior de ansiedad, como
el MERIMNA para todas las iglesias, 2a Co. 11:28", (ATR). Sin duda Pablo
luchaba por ellos en sus oraciones (compárese 4:12), pero también en esta
carta él está luchando al instruir, exhortar y amonestar a estos hermanos
acerca de los peligros de la herejía que se había introducido entre ellos. En ese
momento no podía estar seguro de la condición espiritual de estos hermanos;
sólo sabía que había problema en las iglesias causado por quienes les querían
engañar con una filosofía hueca (2:8).
Probablemente los colosenses no se imaginaban cómo Pablo se
preocupaba por ellos, como también por todas las iglesias. El gran amor y
preocupación de los evangelistas, ancianos y otros hermanos maduros siempre
fortalece a los hermanos débiles. Es desastroso cuando los débiles piensan que
nadie se preocupa por ellos ("ni hay quien cuide de mi alma", Sal. 142:4
LBLA). Pablo dijo de Timoteo, "pues a ninguno tengo del mismo ánimo, y
que tan sinceramente se interese por vosotros" (Fil. 2:20). Todos los cristianos
deben preocuparse los unos por los otros (1 Cor. 12:25-27).
Pablo ora por los hermanos, pues, para suplir la falta de su presencia
entre ellos.
2:2 para que sean consolados (alentados, LBLA; 4:7, 8; Ef. 6:22; 2 Tes.
2:17) sus corazones, unidos (tejidos juntos, mayormente en vista de la
amenaza de la filosofía hueca, 2:8, 17) en amor ("vestíos de amor, que es el
vínculo de la unidad", 3:14, es decir, el elemento de tejer, Efes. 3:17; 4:16;
5:2), hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento (“plena
seguridad de comprensión”, LBLA); -- Pablo quería que los colosenses
tuviesen las riquezas de la plena seguridad de comprensión (una convicción
fuerte) que resulta del conocimiento del evangelio verdadero. "Nuestro
evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder,
en el Espíritu Santo y en plena certidumbre" (1 Tes. 1:5). Todo cristiano debe
tener plena comprensión de todo asunto espiritual, y también una fuerte
convicción que no permita que sea sacudido por los falsos maestros.
Pablo rogaba a Dios por los efesios (y también por nosotros) "que habite
Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados
en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál
sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de
Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la
plenitud de Dios" (Efes. 3:17-19).
-- a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, (misterio
de Dios, es decir, de Cristo, LBLA; 1:27) -- Pablo quería que el
entendimiento de los hermanos se desarrollara de tal manera que apreciaran
las incalculables riquezas del evangelio. No quería que hubiera duda alguna.
El misterio de Dios es Cristo (1 Tim. 3:16).
Todos los hermanos podían alcanzar el conocimiento del misterio de
Dios; con casi cada palabra Pablo combate a los gnósticos, pues estos decían
que solamente los "iniciados" (un grupo elegido o selecto) podían conocer los
misterios. Sin duda el clero romano ha sido influenciado por ellos para
concebir la distinción entre los llamados clérigos y laicos.
2:4 Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas.
-- "Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas"
(2:8); "Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad" (2:16). Pablo
estaba muy preocupado por estos hermanos, pues sabía que la herejía que se
enseñaba entre ellos era muy destructiva.
El conocimiento verdadero -- el de los cristianos -- se basa en la
realidad (Cristo es la verdad, 1 Cor. 2:4) y, por eso, no debe ser olvidado o
dejado para aceptar los argumentos huecos, aunque persuasivos, de los falsos
maestros cuyos argumentos suenan bien a los oídos de los que no saben o no
aman la verdad. Estos fingen mucha humildad y piedad (2 Cor. 11:13-15) y
citan textos que según indoctos parecen apoyar su enseñanza. Por lo tanto,
"que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de
doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia
las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en
todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo" (Efes. 4:14, 15).
"Palabras persuasivas es la traducción del término
griego PITHANOLOGIA. El término pertenecía al lenguaje de los tribunales
de justicia; indicaba el poder persuasivo de los argumentos del abogado, la
clase de argumentos que pueden hacer que el mal aparezca como la mejor
razón, que el criminal escape al justo castigo; el poder que podía arrastrar a
una asamblea hasta a seguir por caminos torcidos" (WB). Como dice Isaías
5:20, "¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de
la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo
dulce por amargo!" Lamentablemente muchos hombres hacen precisamente
esto con "sus palabras persuasivas".
Con palabras persuasivas los judaizantes convencían a muchos
hermanos gentiles que debieran someterse a la circuncisión y a la guarda de la
ley de Moisés para ser justificados. Con palabras persuasivas los fariseos
convencían a muchos judíos a seguir la tradición aunque ésta violara el
mandamiento de Dios. En la actualidad millones son convencidos por
las palabras persuasivas de los del Atalaya, por los "élderes" mormones, por
los calvinistas y por otros sectarios.
Lo más triste de todo es que aun dentro de la iglesia del Señor andan
falsos maestros con palabras persuasivas engañando a los santos: Por
ejemplo: (1) algunos han abandonado el plan de salvación y prefieren el
calvinismo, lo cual enseñan con mucho entusiasmo; (2) algunos han
abandonado la autonomía de la iglesia local y enseñan que las iglesias de
Cristo pueden imitar a los sectarios en su práctica de centralizar sus fondos (en
alguna institución o en una "iglesia patrocinadora") para hacer lo que suelen
llamar "las buenas obras"; (3) algunos han abandonado el evangelio que salva
el alma y promueven el evangelio social, es decir, el evangelio del bienestar
físico (por eso, forman organizaciones para establecer clínicas, repartir ropa y
comida, enviar "misioneros médicos", etc.); (4) algunos dicen que la
enseñanza de Jesús en Mat. 5:32; 19:9 no es para los inconversos y, por eso,
aunque alguno se haya divorciado y vuelto a casarse dos o tres (o más) veces
(no por causa de fornicación), al bautizarse debe quedarse en su presente
estado matrimonial; (5) otros hermanos simplemente afirman que todos los
divorciados pueden volverse a casar; (6) otros hermanos imitan a los testigos
del Atalaya al negar la Deidad de Cristo; (7) un número creciente de hermanos
que han sido muy fieles (conservando el patrón de sanas palabras) ahora
enseñan que Romanos 14 requiere que se reciban a los que enseñan falsa
doctrina sobre el divorcio y segundas nupcias y otros errores.
La preocupación de Pablo debe ser la nuestra en la actualidad, porque
muchísimos hombres andan engañando con palabras persuasivas a los
religiosos, y aun nuestros hermanos en Cristo engañan a los que han
obedecido al evangelio puro.
2:18 Nadie os prive ("actuar como juez contra uno ... decidir o emitir juicio
en contra", ATR) de vuestro premio, -- Para Pablo estos falsos maestros
hacían el papel de juez o árbitro ("constituido por sí mismo", JFB) juzgando
contra los fieles, rehusándoles el premio de la vida eterna. Cristo es el "juez
justo" (2 Tim. 4:8). Querían ser jueces o árbitros sobre los hermanos,
diciéndoles que el evangelio predicado por Epafras no era adecuado y que su
santidad era deficiente a menos que practicaran los reglamentos con respecto a
comida y bebida, la guarda de los días festivos, etc. De esta manera Pablo
muestra lo serio del error doctrinal, pues priva al cristiano de su corona de
vida eterna. Los hermanos, sin embargo, podían negarles esta autoridad como
jueces sobre ellos. Nadie podía privarles de su premio sin su consentimiento.
Al meditar, pues, en la carrera descrita por Pablo, p. ej., en 1 Cor. 9:24-
27 y Fil. 3:14, nos conviene tomar muy en serio este peligro. En esta
amonestación se ve la responsabilidad de los colosenses -- y de todos los
santos -- con respecto a su salvación. Los falsos maestros querían juzgarles y
privarles de su premio, pero en el día final cada persona será responsable
delante de Dios, tanto el discípulo como el maestro. Sin el permiso de "los
santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas", los falsos maestros
no podían privarles de su premio.
-- afectando humildad -- pero en realidad "vanamente hinchado por su
propia mente carnal".
-- y culto a los ángeles, -- La herejía de Colosas (el gnosticismo
incipiente) era una mescolanza de prácticas judaicas y paganas. Por denigrar a
Cristo exaltaban a los ángeles como mediadores (aunque éstos no son
omnipresentes), enseñando la falsa humildad de que el hombre no es digno de
acercarse a Dios excepto por la mediación de intermediarios angélicos. Es
semejante el concepto católico de que es necesaria la mediación de María y
los llamados "santos". Los fieles saben que no son dignos de acercarse a Dios,
pero al mismo tiempo saben que Dios mismo les explica con toda claridad que
pueden y deben acercarse a El por medio de Cristo (Heb. 4:15, 16; 1 Tim. 2:5;
Efes. 2:18). Esta es la verdadera humildad del cristiano.
Compárese Heb. 1:5-14 que explica la superioridad de Cristo sobre los
ángeles y que es adorado por los ángeles.
"Lo que muestra cuán fundada y necesaria era la advertencia del
apóstol, es el hecho de que ese culto de los ángeles se perpetuó en Asia
Menor, sobre todo en Frigia y Pisidia, al punto de que el concilio de Laodicea,
en 364, debió prohibir a las iglesias la costumbre de dirigir oraciones a los
ángeles" (B-S).
-- entremetiéndose en lo que no ha visto, (basándose en
las visiones que ha visto, LBLA; "Es decir, en pretendidas visiones", FL; o,
posiblemente, escuchaban "a espíritus engañadores y a doctrinas de
demonios", 1 Tim. 4:1) -- La diferencia entre estas dos traducciones se basa en
la diferencia en los textos griegos. La Versión Valera tiene la palabra no,
siguiendo el Texto Receptus, "Pero no es genuina", ATR.
"Los falsos maestros con presunción penetraban los secretos del mundo
invisible, y hablaban de ellos con mucha confianza, sin tener conocimiento de
las cosas de las cuales hablaban: a saber, que los ángeles se ocupan en llevar
las oraciones de los hombres a Dios, y en traer de él las bendiciones que se
piden en sus oraciones; que los ángeles interceden por ellos delante de Dios; y
que el adorar a los ángeles es aceptable ante los ojos de Dios" (JM).
Esta práctica de hablar de lo que "ha visto" nos recuerda de los
"milagros" que los carismáticos "han visto con sus propios ojos". Estos se
sienten muy ofendidos cuando no les creemos, pero no tienen el derecho de
poner lo que "han visto" en contra de la revelación clara de la palabra de Dios
(1 Cor. 13:8-10).
-- vanamente hinchado por su propia mente carnal, -- Basándose no
en la Escritura sino en "pretendidas visiones" decían que entendían grandes
misterios. Tal vez éstos -- al igual que algunos de Tiatira -- profesaban
conocer "las profundidades de Satanás" (Apoc. 2:24). Se sentían, pues, muy
elevados e importantes, pero en lugar de tener el verdadero conocimiento o
sabiduría, en realidad estaban simplemente hinchados (inflados), llenos de
orgullo y vanidad. Así son todos los que no dependen de la revelación de
Dios, sino de su propia imaginación.
2:20, 21 Pues si habéis muerto con Cristo (Gál. 2:20; 2 Tim. 2:11). -- En el
bautismo uno muere con Cristo cuando muere al pecado (Rom. 6:2), a sí
mismo (2 Cor. 5:15) y en cuanto a los rudimentos del mundo, -- La
palabra si no indica duda, sino que equivale a puesto que (compárese Fil. 2:1).
Esto se refiere a su muerte o separación del pecado al ser sepultado en el
bautismo (2:12) para no andar más "en el mundo", sino en vida nueva en el
reino de Cristo (1:13).
-- ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos
-- Es decir, ¿por qué se bautizaron si no pensaban morir a tales preceptos?
-- tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques -- Algunos han
entendido que Pablo mismo está diciendo, "No manejes, ni gustes, ni aun
toques" ciertas cosas y en Estados Unidos este texto se ha aplicado aun al
consumo de bebidas alcohólicas, pero los preceptos de este texto son los
reglamentos ascéticos. No hay mucha certeza en cuanto a los originarios de
ellos, pues varios grupos tuvieron tales preceptos (p. ej., los fariseos, los
esenios, los gnósticos, los judaizantes, como también en la actualidad algunas
sectas los enseñan). "Los esenios enseñaban que se debería evitar el aceite, la
carne, el matrimonio y el contacto con extranjeros. Jesús dijo lo mismo que
Pablo en contra de los fariseos quienes enseñaban que para ser salvos era
necesario lavarse las manos antes de comer (Mar. 7:14-19). Los monjes y las
monjas practican el ascetismo para el supuesto efecto piadoso para ellos. La
idea de que la pobreza es esencial para la piedad viene del mismo concepto"
(DL).
Lo que todos tienen en común es la enseñanza errónea de que la práctica
de tales preceptos produce más piedad o santidad que el evangelio de Cristo.
Colosenses 3
3:1 Si, pues (lo que dice ahora se conecta con lo que acaba de decir, pues
Pablo no dividió su carta en capítulos y versículos), habéis resucitado con
Cristo, -- 2:12, cuando fuimos bautizados, resucitamos de la muerte
espiritual. Al decir, "Si, pues", no indica duda, sino "puesto que" (como en
2:20 y en Fil. 2:1). Compárese 2:20, "Si habéis muerto con Cristo". Estos son
los dos aspectos del bautismo. Pablo dice que el bautismo es una sepultura,
pero también enfatiza que es una resurrección. Rom. 6:4. Al convertirse a
Cristo el hombre muere a sus pecados y es sepultado, pero
entonces resucita para andar en vida nueva. Les exhorta, pues, que lleven a
cabo este propósito y que no vuelvan a someterse a los hombres. Al
convertirse a Cristo el pecador muere a sus pecados y es sepultado, pero
entonces resucita para andar en vida nueva (Rom. 6:4).
-- buscad (dedicarse a) las cosas de arriba, -- Buscar las cosas de
arriba (la verdadera religión de Cristo con su sana doctrina y promesas
celestiales) en lugar de buscar los reglamentos de los hombres (2:8, 22) con
respecto a la comida y bebida, etc. (2:16), las reglas ascéticas (2:20-23) y las
obras de la carne (3:5-9; Gál. 5:19-2).
Pablo "no aboga por un orden ultramundano en que el cristiano se
separe de toda obra o actividad y no haga nada sino, por decirlo así,
contemplar la eternidad" (WB). El cristiano tiene deberes domésticos (3:18-
20); tiene que trabajar (Efes. 4:28; 1 Tes. 4:11); en fin, él vive en el mundo y
Cristo dijo, "No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal"
(Jn. 17:15). Pero al considerar las actividades se debe tener la perspectiva
correcta, la eterna. Véase 1 Cor. 7:29-32. En toda actividad y en toda relación
de la vida, es necesario recordar siempre que "el tiempo es corto", y es
menester que las actividades y relaciones de esta vida no nos estorben
espiritualmente. "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las
cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" (2 Cor. 5:17). Ahora
vemos las cosas desde otro punto de vista: Ahora es mejor dar que recibir,
ahora es mejor servir que ser servido, es mejor perdonar que vengarse. El
cristiano verá las cosas no como aparecen ante los hombres, sino como
aparecen ante Dios. Su escala de valores será la escala de Dios, no la escala de
los hombres (WB).
Pablo quiere que busquemos las cosas mencionadas en seguida (3:10 -
4:6) como también en Gál. 5:22, 23 y otros textos que describen la vida
espiritual. Estas son "las cosas mejores, y que pertenecen a la salvación" (Heb.
6:9), "las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad" (2 Ped. 1:3), las cosas
del evangelio que les fue predicado por Epafras (1:7). "Las cosas de arriba son
pues todos los bienes celestiales de que Cristo es para nosotros la fuente" (B-
S). Buscar las cosas de arriba incluye todo esfuerzo hecho para agradar a
Cristo. Dios "pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que
perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad" (Rom.
2:7).
Al buscar las cosas de arriba, crecemos y avanzamos hacia la
perfección (Fil. 3:12-14) (AB).
"Examinaos a vosotros mismos", pues, para preguntar: ¿Cuál es el
propósito principal de la vida? ¿De qué nos preocupamos? "Buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia" (Mat. 6:33). ¿Buscamos "la perla
de gran precio" (Mat. 13:45, 46)? "Esta es una muy buena regla general: ‘Sea
tan celoso por las cosas celestiales y eternas, como antes lo era por las cosas
terrenales y perecederas’" (AC).
-- donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. -- 1:15-19; 2:9; Ef.
1:20; Hech. 2:33. "Donde está la Cabeza, allí tienen que estar los miembros"
(JFB). "Juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los
lugares celestiales con Cristo Jesús" (Efes. 2:6). El es el Autor del evangelio,
"el camino, la verdad y la vida". De El procede la vida espiritual y de los
reglamentos humanos procede la muerte espiritual.
3:2 Poned la mira (la mente) -- Meditar, estudiar, concentrarse, fijar los
pensamientos, deseos y afectos. "No solamente buscar el cielo, sino que el
cielo sea su pensamiento" (Lightfoot, citado por MRV). El cristiano no debe
tener una mentalidad terrenal sino una mentalidad celestial (Fil. 3:20).
¿Queremos ir al cielo? ¿Cuándo? Pablo nos exhorta que "en
corazón ascendamos al cielo ahora" (E-AB). Como Cristo ascendió al
cielo literalmente, nosotros podemos ascender figuradamente, "Porque donde
esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón" (Mat. 6:21). Entonces,
un día de estos -- un día pronto -- cuando Cristo "se manifieste",
ascenderemos literalmente con El (1 Tes. 4:16, 17).
-- en las cosas de arriba, no en las de la tierra. -- En este contexto "las
cosas de arriba" son las verdades, los mandamientos y las promesas -- todos
los tesoros -- del evangelio verdadero, y las cosas de la tierra son los
rudimentos en cuanto a cosas que perecen, y que sólo promueven la
carnalidad. El discípulo de Cristo debe tener la mente de Cristo: Fil. 2:5,
"Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús". Lo
opuesto de esto es la mente carnal: Rom. 8:1, 5; Fil. 3:19. "Todo lo que es
verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo
que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en
esto pensad" (Fil. 4:8).
En este texto (3:1 - 4:6) Pablo presenta el contraste entre las obras de la
carne y el fruto del Espíritu (como lo hace en Gál. 5:19-23), pero primero
enfatiza la necesidad de la mira (la mente), porque la conversión se efectúa
por medio de la renovación de la mente (Rom. 12:1, 2; Efes. 4:23). Sin el
cambio radical del corazón (el verdadero arrepentimiento) la transformación
de carácter que el Señor requiere es imposible (Rom. 8:29; 2 Cor. 3:18).
3:4 Cuando Cristo, vuestra vida -- "No sólo con Cristo, sino que es
Cristo" (MV). El es la fuente y la esencia de nuestra vida, Jn. 11:25; 14:6; 2
Cor. 4:10, 11; Gál. 2:20; Fil. 1:21; 1 Jn. 5:12. "Algunas veces decimos de
alguien: ‘La música es su vida… El deporte es su vida… Vive para su
trabajo…’. Los tales encuentran la vida y todo lo que significa la vida en la
música, el deporte, o el trabajo. Para el cristiano, Cristo es su vida. Jesucristo
domina su pensamiento y colma su vida" (WB).
-- se manifieste (1 Tim. 6:14; 2 Tim. 1:10; 4:1, 8; Tito 2:13), entonces
vosotros también seréis manifestados con él en gloria. -- "Si es que
padecemos juntamente con él, para que juntamente con él, seamos
glorificados" (Rom. 8:17); "Padre, aquellos que me has dado, quiero que
donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me
has dado" (Jn. 17:24). "Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más
preciosa que el oro ... sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea
manifestado Jesucristo" (1 Ped. 1:7). "Sino gozaos por cuanto sois
participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la
revelación de su gloria os gocéis con gran alegría" (1 Ped. 4:13). "Sabemos
que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal
como él es" (1 Jn. 3:2). "El cual transformará el cuerpo de la humillación
nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya" (Fil. 3:21; 1 Cor.
15:51-53).
3:5 Haced morir, pues, -- como dice Rom. 4:19, el cuerpo de Abraham "que
estaba ya como muerto". Diariamente, con esfuerzo voluntario e intensivo,
debemos controlar y sujetar los miembros del cuerpo a la voluntad de Dios, y
no dejar que vuelvan a ser miembros del pecado.
-- lo terrenal en vosotros: (considerad los miembros de vuestro
cuerpo terrenal como muertos a la, LBLA) -- "ni tampoco presentéis
vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad" (Rom. 6:13);
"Los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos"
(Gál. 5:24). Este lenguaje significa acabar con las obras (pensamientos,
acciones y palabras) pecaminosas.
Se encuentra la enseñanza de hacer morir lo terrenal en nosotros --
expresada de varias maneras -- en muchos textos: (1) Rom. 6:2, "los que
hemos muerto al pecado"; (2) Rom. 6:6, "nuestro viejo hombre fue crucificado
juntamente con él"; (3) Rom. 8:1, 5, "no andan conforme a la carne, sino
conforme al Espíritu"; (4) Rom. 8:5, "los que son de la carne piensan en las
cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu"; (5)
Rom. 13:14, "No proveáis para los deseos de la carne"; (6) Gál. 5:16, "Andad
en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne"; (7) Efes. 4:22-30,
"despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos
engañosos"; (8) Efes. 4:31, "Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira,
gritería y maledicencia, y toda malicia"; (9) 2 Tim. 2:22, "Huye de los deseos
juveniles"; (10) Tito 2:12, "renunciando a la impiedad y a los deseos
mundanos"; (11) 1 Ped. 2:11, "que os abstengáis de los deseos carnales que
batallan contra el alma" (12) Sant. 4:8, "purificad vuestros corazones". En
estos textos, el Señor nos dice lo que debemos hacer con el "viejo hombre" (la
carne).
Es importante que se enfatice que estos textos se dirigen a los
discípulos de Cristo (a los santos). Pablo dice, "Quítense de vosotros";
Santiago dice, "Pero si tenéis celos amargos y contención
en vuestro corazón ... "; Dice Pedro, "que os abstengáis ... ".
Pero, sobre todo, recordemos lo que Pablo dice en Gál. 5:16, "Andad en
el Espíritu y no cumpliréis (no satisfaréis) el deseo de la carne (no cumpliréis
el deseo, LBLA) de la carne". La traducción de LBLA es correcta aquí; Pablo
dice que si andamos por el Espíritu no cumpliremos los deseos malos. La
palabra deseos (EPITHUMIAN) se usa en sentido bueno en Luc. 22:15; Fil.
1:23; y 1 Tes. 2:17, etc., pero la expresión "deseos de la carne" se refiere a
deseos malos en Efes. 2:3; 1 Ped. 2:11; 2 Ped. 2:18; 1 Jn. 2:16. Estos textos no
se refieren a los deseos inocentes (normales) del hombre. También se usa en
Sant. 1:14 ("concupiscencia").
Los deseos de la carne son simplemente los deseos del corazón
malo. La palabra corazón se usa en la Biblia muchísimas veces para hablar
del intelecto, la voluntad, las emociones y la conciencia. Pablo habla de "las
concupiscencias (deseos malos) de sus corazones" (Rom. 1:24) y luego hace
una lista larga de pecados como los de Gál. 5:19-21. También dice que
"su necio corazón fue entenebrecido" (Rom. 1:21). Entonces (2:5) habla del
"corazón no arrepentido". Al hablar de tales pecados en Efes. 4:18 se refiere a
"la dureza de su corazón". Jesús dice, "Porque de dentro, del corazón de los
hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los
homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la
envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez" (Mar. 7:21, 22). ¡Los
"deseos de la carne" son, pues, los deseos del corazón malo!
En lugar de traducir la palabra griega SARX como carne, algunas
versiones la traducen "la naturaleza pecaminosa", pero éstas no son
consecuentes. Por ejemplo, la palabra SARX aparece diez veces en Efesios,
pero la Nueva Version Internacional la traduce "naturaleza pecaminosa"
solamente en Efes. 2:3; la palabra aparece nueve veces en Colosenses, pero la
traduce "naturaleza pecaminosa" solamente en Col. 2:11, 13. Es decir, la tra-
ducen así cuando les conviene para dar aparente apoyo a la doctrina falsa de la
depravación hereditaria total del hombre.
Pero ¿qué dice la Biblia? Ezeq. 18:20 enfáticamente enseña que "El
alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre". Jesús dice
(Mat. 18:2-4) que tenemos que ser como niños para heredar el reino de los
cielos; por eso, los niños no son pecadores. En la parábola del sembrador hay
cuatro clases de tierra (cuatro clases de corazón) y ninguna de las cuatro es de-
pravada. Una de las cuatro es tierra buena (Luc. 8:15).
La verdad es que el hombre no nace con naturaleza corrupta (Ezeq.
18:20; Mat. 18:3; Luc. 18:16). El hombre es responsable por sus pensamientos
y sus hechos y puede controlarlos. Tiene malos pensamientos
porque quiere tenerlos y hace maldades porque las quiere hacer. La Biblia
condena los malos pensamientos y los malos deseos. El que mira a una mujer
para codiciarla ya adulteró con ella en su corazón (Mat. 5:28); el que aborrece
a su hermano ya es homicida (1 Jn. 3:15); el avaro es idólatra (Col. 3:5). Por
lo tanto, Pablo dice, "Andad por el Espíritu y no cumpliréis el deseo de la
carne", porque los deseos de la carne no caracterizan la "nueva criatura en
Cristo" sino el viejo hombre (Rom. 6:6; Efes. 4:22-32; Col. 3:5-14, etc.).
Algunos filósofos griegos explicaron este conflicto diciendo que el
cuerpo es malo, que es la cárcel del alma, que el alma está corrompida por el
cuerpo, etc., pero véanse Rom. 12:1; 1 Cor. 6:19. De tal filosofía falsa vino la
doctrina del pecado original y de la depravación hereditaria total del hombre.
El calvinismo enseña que la carne es "la naturaleza corrupta" o "la naturaleza
pecaminosa". Muchos religiosos enseñan la "depravación hereditaria total" del
hombre, es decir, que nace totalmente depravado, y que no puede creer en
Dios ni amar a Dios hasta que el Espíritu Santo lo mueva. Se enseña que el
hombre peca porque tiene que pecar (peca porque es hombre). Se enseña esta
teología torcida porque los hombres quieren evitar la responsabilidad por sus
pecados. Si el hombre nace pecador, ¿de quién será la culpa? Desde luego, el
hombre no tiene la culpa porque no escogió nacer, mucho menos nacer
pecador. No lo quieren admitir pero los proponentes de la teoría del pecado
original y de la depravación hereditaria total del hombre (que el hombre nace
con naturaleza corrupta) en realidad están culpando a Dios, porque El es el
Padre de nuestros espíritus (Heb. 12:9).
Los miembros del cuerpo son los instrumentos que se emplean en el
servicio del pecado, de las siguientes maneras: "fornicación, impureza,
pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría".
-- fornicación (PORNEIA) -- Algunos enseñan que esta palabra se
refiere al pecado sexual cometido sólo por solteros, pero en la Biblia se refiere
a toda relación sexual ilícita. Incluye el adulterio (Mat. 5:32; 19:9); el incesto
(1 Cor. 5:1); y la homosexualidad (Judas 7).
Algunos de los promotores principales de la fornicación son los
siguientes: (1) los que producen las películas para el cine y la televisión que la
presentan como un modo de vivir normal y aceptable. Tal vez el medio más
potente es la televisión, puesto que tantas personas pasan varias horas cada día
viéndola; (2) los que publican toda clase de pornografía (libros, revistas,
periódicos, fotos); (3) las escuelas que no sólo enseñan que la fornicación es
conducta aceptable, sino que reparten contraceptivos a los alumnos,
incluyendo información acerca del aborto fácil; (4) las iglesias sectarias, como
también los hermanos liberales y algunos que profesan ser hermanos
conservadores, que rechazan la enseñanza del Nuevo Testamento con respecto
al divorcio y segundas nupcias.
Cada vez más Satanás logra su propósito, lavando cerebros, para que se
acepte toda forma de la fornicación. ¿Cómo presenta la televisión a los que se
oponen a la fornicación? Como fanáticos, ignorantes y extremistas. Hay cada
vez menos crítica a la fornicación, y cada vez más crítica a los que la
condenan. Por ejemplo, cuando alguno se opone a la homosexualidad, como
protesta muchos gritan "homofobia" para hacer callar la oposición. El vocablo
"homofobia" (homo=mismo; fobia=temor) es una palabra nueva, inventada
por los homosexuales y quienes simpatizan con ellos, para acusar a sus
oponentes de temer las relaciones íntimas entre los del mismo sexo. De una
cosa estamos seguros: aunque la fornicación sea aceptable según los hombres,
sigue siendo abominable ante los ojos de Dios.
A pesar de lo abominable de la fornicación ante los ojos de Dios, los
santos pasan muchas horas viendo la fornicación (adulterio, homosexualidad,
incesto), la desnudez, y la violencia excesiva, y escuchando lenguaje
vergonzoso en la televisión. No se permite que se practique la fornicación en
los hogares cristianos, pero sí se permite que se practique repetidas veces día y
noche en la televisión. No se permite el lenguaje vergonzoso en los hogares de
los hermanos a menos que sea en la televisión.
La única explicación de tal conducta es que a los tales les gusta
alimentar su alma con la putrefacción. No hay otro medio que promueva la
fornicación como lo hace la televisión, pero en muchísimos hogares de los
santos el televisor se prende cuando la primera persona se levanta por la
mañana y se apaga cuando la última persona se acuesta en la noche. Aunque
llueva, truene, relampaguee, está funcionando el televisor. En el hogar de
muchos de los santos ni siquiera se apaga el televisor cuando llega visita
(mucho menos si es el predicador). Muchos son expertos en platicar con el
predicador sin perder ningún detalle de las actividades de los fornicarios y
borrachos de la novela. Los tales no solamente son de doble ánimo, también
tienen doble visión y doble oído. Al igual que los inconversos muchísimos
santos están completamente adictos al vicio de la televisión como el borracho
está adicto al alcohol y el fumador al cigarrillo.
¿Cómo se evita la fornicación? (1) "Huid de la fornicación. Cualquier
otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica,
contra su propio cuerpo peca" (1 Cor. 6:18); es decir, otros vicios hacen daño
al cuerpo, pero en la fornicación el cuerpo mismo es el instrumento del
pecado. (2) Evítese la mala compañía (1 Cor. 15:33). (3) Evítense los libros,
revistas, películas, etcétera, que propagan la fornicación (sobre todo, apáguese
el televisor; si no se puede controlar, fuera mejor tirarse). (4) "A causa de las
fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio
marido" (1 Cor. 7:2). Dios "dará también juntamente con la tentación la
salida, para que podáis soportar" (1 Cor. 10:12). ¿Cuál es? El matrimonio es la
salida de la tentación de fornicar. "La voluntad de Dios es vuestra san-
tificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener
su propia esposa (SKEUOS, vaso, LBLA, margen, cuerpo; o, posiblemente,
esposa) en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia" (1 Tes. 4:3-5).
El adulterio, (MOICHEIA) se define como la relación ilegítima con la
esposa de otro, pero en Rom. 13:9 y otros textos se refiere al pecado sexual en
general. Este pecado no solamente destruye al que es culpable del acto, sino
también al hogar. Al destruir la familia también destruye la sociedad, porque
la familia es el fundamento de la sociedad. Por eso, Jesús condenó este pecado
aun en el corazón antes de que físicamente se cometiera ("cualquiera que mira
a una mujer para codiciarla ya adulteró con ella en su corazón" Mat. 5:28).
Algunos hermanos enseñan que el adulterio de Mat. 5:32; 19:9 no es
sexual, sino que consiste en repudiar al cónyuge y en volverse a casar. Dicen
esto para justificar a los que están mal en segundas nupcias; es decir, según
ellos, los que se han divorciado de sus cónyuges y vuelto a casar solamente
deben arrepentirse de estos dos actos y entonces podrían -- con la aprobación
de Dios -- continuar viviendo como esposos. Desde luego, esta "definición" de
la palabra "adulterio" no se encuentra en ningún léxico griego, ni en ningún
diccionario de palabras bíblicas, sino que es una invención de conveniencia de
falsos maestros con el propósito de justificar y legalizar el adulterio.
Muchos santos cometen el adulterio mencionado por Jesús en Mat.
5:32; 19:9, pues se divorcian no por fornicación y vuelven a casarse. Suponen
que por haber conseguido licencia y por estar bien ante el gobierno y ante el
pueblo (aun ante miembros de la iglesia), están bien ante los ojos de Dios,
pero Jesús dice que "el que repudia a su mujer salvo por causa de fornicación,
y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera".
Muchísimas personas que no se atreverían a cometer el adulterio a escondidas
lo hacen abiertamente, y no se avergüenzan porque han legalizado su unión
adúltera. El gobierno los aprueba, la sociedad los aprueba y muchas iglesias de
Cristo los aprueban, pero Jesús dice que cometen adulterio.
-- impureza -- akatharsia, suciedad, (Rom. 1:24; 2 Cor. 12:21; Ef.
4:19; 1 Tes. 2:3, impureza; Ef. 5:3; Col. 3:5). La inmundicia está asociada con
el adulterio y la fornicación e incluye la impureza de corazón que lleva a estos
pecados. "Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a
Dios" (Mat. 5:8). Recuérdese que el libro de Levítico habla mucho de los
inmundos que estaban separados de Dios, que por causa de su impureza no
podían acercarse a El. No estamos bajo aquella ley, pero el Nuevo Testamento
condena la impureza. "Después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron
a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza" (Efes. 4:19). No
hay otra palabra que describa mejor el desenfreno y la desvergüenza de mucha
gente moderna que la palabra avidez, pues ansiosamente practican el mal. En
cuanto a los deseos y pasiones carnales son glotones, cuyo apetito es
insaciable. Liberan desenfrenadamente las emociones. Sus canciones son
gritos de disolución, de rebeldía, y a la vez una profunda expresión de su
miseria. De hecho, su gozo principal es su miseria. Rápidamente va
degenerando su moralidad: los homosexuales ya salieron del escondrijo y
abiertamente exigen sus derechos; más de un millón y medio de abortos
(homicidios) se practican cada año en Estados Unidos cuya moneda dice "En
Dios Confiamos"; se da el divorcio a la mitad de las parejas que se casan
(algunos "se casan" para poder cruzar fronteras legalmente sin ningún
pensamiento de ser esposos); los criminales se prenden para ser puestos en
libertad o inmediatamente o en muy poco tiempo; el comercio en drogas y
todos los problemas causados por su uso han llegado a niveles catastróficos; y
todas estas cosas se cometen "con avidez", con ansia.
La palabra lascivia (ASELGEIA) es otro término que frecuentemente se
asocia con la impureza, la fornicación, etc. Quiere decir el exceso, la licencia,
o ausencia de freno, sin dominio propio, indecencia, disolución; Rom. 13:13;
2 Cor. 12:21. A los que practican la lascivia no les importa lo que otros
piensen. Son totalmente indiferentes hacia la opinión pública. La decencia no
les interesa. Son insolentes y abusivos y no respetan a nadie. No consideran
los derechos ni los deseos de otros. Son totalmente indisciplinados y
desenfrenados. Son víctimas de sus pasiones, emociones y sentimientos. "Los
cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia
para cometer con avidez toda clase de impureza" (Efes. 4:19). Dan rienda
suelta a las pasiones y practican las cosas más vergonzosas. "¿Se han
avergonzado de haber hecho abominación? Ciertamente no se han
avergonzado, ni aun saben tener vergüenza (ni aún han sabido ru-
borizarse, LBLA); por tanto, caerán entre los que caigan; cuando los castigue
caerán, dice Jehová" (Jer. 6:15). Este texto bien describe a muchísimas
personas hoy en día; por ejemplo, a las mujeres que llevan ropa deshonesta
(traje de baño, minifalda, blusa transparente, shorts, ropa muy ajustada al
cuerpo) y no saben ruborizarse.
Según el léxico griego de Grimm-Thayer, esta palabra describe
movimientos indecentes del cuerpo (p. ej., el baile) como también el manosear
de cuerpos de hombres y mujeres. Sale por televisión en un canal por cable de
Estados Unidos un programa que se identifica con las letras MTV que pre-
senta música y actuación de la más vil y corrupta. Este programa -- como la
mayoría de los programas de televisión -- podríamos decir que se origina en la
fosa séptica.
-- pasiones desordenadas (PATHOS) -- Deseos llenos de pasión
(WEV). "Pasiones vergonzosas" (Rom. 1:26); "pasión de concupiscencia" (1
Tes. 4:5). "Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus
pasiones y deseos" (Gál. 5:24). La crucifixión era una muerte cruel y dolorosa;
por eso, este término implica sufrimiento y sacrificio.
-- malos deseos (EPITHUMIAN) -- Pasiones desordenadas y malos
deseos son pecados del corazón: son la fuente y raíz del pecado (Mar. 7:21),
porque "cada uno es tentado cuando por su propia concupiscencia
(EPITHUMIAS) es atraído y seducido" (Sant. 1:14).
-- y avaricia (PLEONEXIA) -- La definición de avaricia: Codicia;
literalmente, "un deseo de tener más, siempre en mal sentido ... Mar. 7:22,
avaricias ... esto es, las varias formas en que se revela la avaricia; Ro 1:29; Ef
5:3; 1 Ts 2:5 ... el avaro es ... tacaño y mezquino" (WEV). "Pero fornicación y
toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene
a santos" (Efes. 5:3).
Pablo dice (3:4) que Cristo es nuestra vida, pero la vida del avaro no es
Cristo sino los bienes materiales. Sus ojos nunca están satisfechos (Prov.
27:20).
Los hermanos avaros deben ser disciplinados. La iglesia de Corinto
había de apartarse de los avaros: "No os juntéis con ninguno que, llamándose
hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o
ladrón; con el tal ni aun comáis" (1 Cor. 5:11), porque los avaros se
encuentran entre los peores pecadores: "No erréis; ni los fornicarios, ni los
idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones
(los homosexuales, LBLA), ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni
los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios" (1 Cor. 6:9-
10).
Pero ¿qué iglesia en el vasto mundo se ha apartado de algún avaro? "Un
sacerdote católico dice que durante sus largos años de escuchar en el
confesional la confesión de toda clase de pecados y crímenes, nunca oyó la
confesión del pecado de la avaricia" (RCHL).
¿Cómo se identifica al avaro?
1. Por ser avaros algunos practican el engaño y fraude en su negocio o
en su empleo; es decir, son ladrones. Siendo avaro y ladrón Judas vendió al
Señor por treinta piezas de plata (Jn. 12:6; Mat. 26:15).
2. Algunos, por causa de su mucho afecto por las cosas materiales,
contraen deudas que no pueden pagar. ¿Cuál es peor, el ladrón que roba en
secreto de noche o el ladrón que "compra" mercancía que no puede o no
quiere pagar?
3. El hombre de la parábola de Luc. 12:16-21 era avaro (véase el ver.
15, "Guardaos de toda avaricia").
4. Si algún hermano deja de reunirse por causa del negocio (o empleo),
es avaro, porque no pone a Dios en primer lugar; no busca primeramente el
reino de Dios y su justicia (Mat. 6:33). Más bien, el ganar dinero es su
religión.
5. En realidad si algún miembro de la iglesia que tenga ingresos ya no
ofrenda cada primer día de la semana por cualquier motivo, es obvio que ama
su dinero más que ama a Dios.
6. Si alguno no ofrenda según Dios le haya prosperado (1 Cor. 16:2), es
avaro. Lo opuesto de la avaricia es la generosidad (2 Cor. 9:5, 6).
7. Muchos líderes religiosos son avaros: "Y oían también todas estas
cosas los fariseos, que eran avaros, y se burlaban de él" (Luc. 16:14). "Por
avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas" (2 Ped. 2:3). "No
somos como muchos que comercian con la palabra de Dios" (2 Cor. 2:17,
LBLA). Uno de los requisitos para ser un anciano de la iglesia es "no
codicioso de ganancias deshonestas" (1 Tim. 3:3), porque muchos enseñan
"por ganancia deshonesta lo que no conviene" (Tito 1:11).
Por esta causa Pablo enfatizaba que en sus acciones y enseñanzas no era
motivado por el amor al dinero (Hech. 20:33-35; 1 Tes. 2:5).
8. Muchos gobernantes son avaros. Jetro dijo a Moisés, "escoge tú de
entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de
verdad, que aborrezcan la avaricia" (Ex. 18:21). "No anduvieron los hijos por
los caminos de su padre (Samuel), antes se volvieron tras la avaricia,
dejándose sobornar y pervirtiendo el derecho" (1 Sam. 8:3). Al hablar de los
pastores de Israel, Isaías dijo, "Y esos perros comilones son insaciables ...
cada uno busca su propio provecho" (Isa. 56:11). Félix "Esperaba ... que Pablo
le diera dinero para que le soltase; por lo cual muchas veces lo hacía venir y
hablaba con él" (Hech. 24:26).
9. Muchos textos hablan de cómo los ricos se aprovechan de los pobres
(Prov. 30:14; Amós 8:6; Sant. 5:1-5).
10. La avaricia es el egoísmo: "¡Ay de los que juntan casa a casa, y
añaden heredad a heredad!" (Isa. 5:8). El avaro desprecia los derechos de
otros: "¿Os es poco que comáis los buenos pastos, sino que también holláis
con vuestros pies lo que de vuestros pastos queda?" (Ezeq. 34:18). El avaro
(egoísta) es como el sacerdote y el levita que pasaron "de largo" y no
ayudaron al herido (Luc. 10:31, 32); es indiferente hacia su hermano y no le
ayuda (Mat. 25:43). El cristiano tiene que hacer morir el egoísmo (la avaricia)
o, de otro modo, perderá su alma. "Ninguno busque su propio bien, sino el del
otro (1 Cor. 10:24). "Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo,
que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su
pobreza fueseis enriquecidos" (2 Cor. 8:9).
Por esta razón Cristo enseñaba mucho sobre la mayordomía: Mat. 6:19-
24; 16:26, "Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y
perdiere su alma?"; 19:21; Mar. 12:41-44; Luc. 12:15-21; 16:1-16. Véase
también 1 Tim. 6:1-10, 17, 18.
-- que es idolatría; -- Porque el avaro desconfía de Dios, pues tiene su
propio dios; por eso, se puede decir que la avaricia es una religión (MRW).
"Es cierto que de todas las pasiones, aquella de la que el hombre es más
absoluta y constantemente esclavo es la avaricia; hace por el dinero todo lo
que debería hacer por Dios" (B-S). "No podéis servir a Dios y a las riquezas
("MAMONA, riqueza idolatrada; la riqueza personificada, convertida en base
de la fe y del afecto servil de alguien", FL). Pablo dice que la avaricia
es idolatría, pues "los que quieren enriquecerse" (1 Tim. 6:9, 10) ponen las
cosas materiales en lugar de Dios (Mat. 6:24). Todos entienden lo que es un
ídolo literal y lo que es la idolatría literal, pero muchos no toman en cuenta
que también la avaricia es idolatría.
3:6 -- cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de
desobediencia, -- Ha habido muchos ejemplos de esto: Gén. 6:5, 7, 17; 19:24,
25; Lev. 10:1, 2; Núm. 16:32. Véase 2 Ped. 2:4-9. Aunque millones no
quieran creerlo, la ira de Dios viene sobre los que no le obedecen: Mat. 3:7;
Jn. 3:36; Gál. 5:21; Efes. 5:6. Beberán "del vino de la ira de Dios, que ha sido
vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre
delante de los santos ángeles y del Cordero" (Apoc. 14:10). Este es el fin
(castigo) ineludible que espera a los desobedientes.
Compárense 1 Cor. 6:9, 10; Efes. 5:5. Pablo dice a los gálatas (5:21),
"acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que
practican tales cosas no heredarán el reino de Dios". ¿Habría reposo y gozo en
el hogar celestial si hubiera impureza, inmundicia, contiendas, disensiones y
facciones, o pleitos, celos, iras, etc.? Este texto nos dice enfáticamente que si
no podemos dominar los apetitos y sentimientos carnales, estamos rechazando
el hogar celestial y escogiendo la compañía de los peores de la tierra.
La ira de Dios habría venido sobre todos si no hubiéramos dejado esas
"cosas", porque antes de la conversión "éramos por naturaleza hijos de ira"
(Efes. 2:3), es decir, condenados, expuestos a la ira de Dios. Sin el evangelio
este fin sería ineludible; no habría esperanza de escapar. La palabra hijos se
emplea figuradamente en el Nuevo Testamento para indicar alguna carac-
terística sobresaliente, o como en este caso para indicar "el destino que se
corresponde con el carácter, sea malo, Mt. 23:15; Jn 17:12; 2 Ts 2:3, o bueno,
Lc 20:36" (WEV). Pero Pablo no dice somos, sino éramos. Varias sectas
religiosas (y algunos hermanos) afirman que Pablo enseña en este texto que el
hombre tiene una "naturaleza corrupta" a consecuencia del pecado de Adán.
Hay varias doctrinas falsas que son variaciones de este error: se habla de
"pecado original", de "naturaleza caída", de "la depravación total", etc. ¿Por
qué se enseñan tales errores? Para no decir que el hombre es totalmente
responsable por sus pecados.
Pablo afirma que cuando "anduvimos" (vivimos) en los "delitos y
pecados" "éramos por naturaleza hijos de ira". La palabra naturaleza significa
"costumbre confirmada"; es decir, así era la práctica de su vida, porque
seguían "la corriente de este siglo". No hay texto que enseñe que el hombre
nazca con "pecado original", ni que nazca con una "naturaleza corrupta o
caída". No hay ningún texto que enseñe "la depravación total". Esta clase de
teología inculpa a Adán -- y, por consiguiente, a Dios -- por nuestros pecados.
Enseñan que el hombre peca porque es hombre y que, por eso, tiene que
pecar. Dicen que todos los pecados de nuestra vida son expresiones naturales
de nuestra naturaleza caída y corrupta.
Pero dice Cristo que tenemos que convertirnos para ser como niños,
"porque de los tales es el reino de Dios" (Luc. 18:16). Cuando "renunciamos a
lo oculto y vergonzoso" (2 Cor. 4:2), y nos convertimos, volvemos a la
inocencia y pureza de niños (Mat. 18:3). El nacimiento físico no tiene que ver
absolutamente nada con esta condición de ser "por naturaleza hijos de ira".
Rom. 2:14,15 nos ayuda a entender la palabra, naturaleza: "Pero cuando
los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos,
aunque no tengan ley, son ley para sí mismos ..." Si la expresión "por
naturaleza" en Efes. 2:3 significa "por nacimiento", entonces en Rom. 2:14
significa lo mismo. Pero sería absurdo decir que los gentiles, por nacimiento,
hacían las cosas de la ley. En los dos textos la palabra tiene que ver con la
práctica habitual y confirmada.
3:9 No mintáis los unos a los otros, -- "Dejad de mentir o no tengáis el hábito
de mentir" (ATR). "Desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su
prójimo (como la regla de su vida, como proceso continuo, ASP). "Por lo
cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo, porque
somos miembros los unos de los otros" (Efes. 4:25). Obsérvense las palabras
conectivas, "Por lo cual". La primera aplicación práctica hecha por Pablo de
su enseñanza acerca de "despojarse" y "vestirse" (Efes. 4:22-24) es desechar la
mentira y hablar verdad. ¡Qué difícil es dejar la mentira! ¡cuántos nuevos
conversos luchan con esta tentación! La mentira es un "modo de vivir" de
mucha gente inconversa. Se usa en el hogar, en el trabajo, en los negocios, y
casi en toda faceta de sus vidas. Las vidas de los del mundo están llenas de
"toda injusticia ... engaños y malignidades" (Rom. 1:29).
La mentira debe desecharse porque es una causa mayor de la
condenación del viejo hombre. "Ya que cambiaron la verdad de Dios por la
mentira" (Rom. 1:25) cayeron en abominables idolatrías. Convenciéndose de
que eran sabios (una mentira), rechazaron la sabiduría de Dios. Las mentiras
que los hombres fabrican, creen y enseñan acerca de Dios les conducen a
aceptar filosofías huecas, tales como la "evolución" y otra "ciencia" falsa-
mente así llamada (1 Tim. 6:20). Las mentiras propagadas por los mormones,
los "testigos", los "solo-Jesús", etc. les mueven a resistir y a pelear contra el
Dios verdadero y la doctrina sana de la Biblia. La mentira arrulla al hombre
moral con el refrán mortal de que "no he hecho nada digno del castigo eterno".
¡Cuántos hogares y cuántas congregaciones se han destruido por la
mentira en forma de chismes y calumnias! "Desechando la mentira, hablad
verdad". Y recuérdese que es posible mentir, no solamente con palabras, sino
también con los ojos, con los hombros (encogidos para indicar "no sé"), con el
silencio, con alguna expresión del rostro, o con algún gesto de las manos, etc.
Si el propósito es engañar o dejar alguna impresión falsa o errónea, es mentira.
También, la "media-verdad" es una mentira (Gén. 12:13).
3:9 habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, -- "En cuanto a
la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre" (Efes. 4:22). Varios
textos describen la "pasada manera de vivir" de los gentiles: 2:2,3; 4:17-19;
5:8,14; Col. 1:21; 2:13; 3:7, etc. Esta manera de vivir debe cesar ter-
minantemente. El arrepentimiento significa un cambio de mente para dar una
vuelta de 180 grados. El viejo hombre es conocido por sus hechos o prácticas;
de la misma manera, la nueva vida es conocida por sus hechos o prácticas.
"Despojarse" y "vestirse" sugiere un cambio de ropa; se debe quitar la ropa su-
cia, para vestir la ropa limpia. Es necesario despojarnos de toda inmundicia,
de toda carnalidad, y el principio de este proceso es el cambio de corazón.
Efes. 4:25 dice "desechando"; Efes. 4:31 dice "quítense de vosotros ...";
Rom. 6:6 dice, "nuestro viejo hombre fue crucificado"; Rom. 13:14 dice "no
proveáis para los deseos de la carne"; Gál. 5:16 dice "no satisfagáis los deseos
de la carne"; Col. 3:5 dice "Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros"; y Tito
2:12 dice "renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos".
En varios textos el vestido es símbolo del carácter (o de la conducta):
bueno (Job. 29:14; Sal. 132:9; Isa. 11:5; 61:10); o malo (Sal. 73:6; 35:26;
109:29).
3:10 y revestido del nuevo, -- Como la ropa nueva nos agrada a nosotros, el
vestido nuevo (espiritual) del cristiano agrada a Dios. "Y vestíos del nuevo
hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad" (Efes. 4:24).
El nuevo hombre creado según Dios (2:10) es creado o recreado por el
evangelio predicado por Pablo. El mismo Pablo es un buen ejemplo de esto.
Oyó el evangelio, se arrepintió y se bautizó para lavar sus pecados (el relato
de su conversión se halla en Hech. 9, 22, 26 y Gál. 1). 2 Cor. 5:17 dice "si
alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas
son hechas nuevas". Gál. 3:27 nos dice cómo estar revestidos: "todos los que
habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos".
En las palabras despojaos y vestíos se ven los lados negativos y
positivos del evangelio. Hay predicadores y otras personas que llenan sus
enseñanzas con prohibiciones, condenando la mundanalidad y el error. Otros
dan mucha importancia a la predicación positiva, y aun critican a otros por ser
tan negativos, no reconociendo que ellos mismos son negativos cuando
condenan a otros por ser negativos. Pero la verdad es que el evangelio tiene
muchos requisitos tanto negativos como positivos. Ni el uno ni el otro se
puede descuidar. No es posible sembrar la semilla sin antes preparar (limpiar)
el terreno. No es posible construir un edificio sin limpiar el solar, y esto a
veces requiere trabajo difícil y complicado. Dios dijo a Jeremías (1:10), "Mira
que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para
destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar". Así es
nuestro trabajo en el evangelio. No se puede dar una respuesta afirmativa a
Cristo sin dar una respuesta negativa a Satanás.
-- el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando
hasta el conocimiento pleno -- La vida nueva en Cristo es un proceso
continuo de renovación. Al resucitar de las aguas del bautismo, empezamos
este proceso y lo continuamos hasta la muerte, con la esperanza de que
después de morir estaremos entre "los espíritus de los justos hechos perfectos"
(Heb. 12:23). "A los que antes conoció, también los predestinó para que
fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo" (Rom. 8:29); "No os
conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento" (Rom. 12:2); "mirando a cara descubierta como en un
espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la
misma imagen" (2 Cor. 3:18); "aunque este nuestro hombre exterior se va
desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día" (2 Cor. 4:16); "y
renovaos en el espíritu de vuestra mente" (Efes. 4:23); "y revestido del nuevo,
el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el
conocimiento pleno" (Col. 3:10); "nos ha dado preciosas y grandísimas
promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza
divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la
concupiscencia" (2 Ped. 1:4).
Muchos bautizados no perseveran, por falta de esta renovación, porque
es imposible vivir por Cristo sin la renovación de la mente. Es indispensable
que haya cambio de corazón, cambio del entendimiento, cambio de voluntad y
cambio de las emociones, en fin, un cambio del carácter y cambio de la
disposición (genio). La conversión es una regeneración, una recreación. El
individuo es "rehecho", hecho de nuevo. "Y vestíos del nuevo hombre, creado
según Dios en la justicia y santidad de la verdad" (Efes. 4:24). La
expresión conforme a la imagen del que lo creó se refiere a Gén. 1:26 y
significa que el nuevo hombre se transforma cada vez más en la semejanza de
Dios.
3:11 donde (en Cristo y, por eso, en el nuevo hombre) no hay (no
simplemente que no debe haber, sino que en la verdadera iglesia de Cristo no
hay) griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, (para los judíos los
demás eran griegos, gentiles, incircuncisos), bárbaro ("significaba
propiamente aquel cuya habla era ruda, o dura; ... de ahí vino a significar a
aquel que habla un lenguaje extraño o extranjero. Ver 1 Co 14:11, RVR,
‘extranjero’. Vino de ahí a denotar a cualquier extranjero desconocedor de la
lengua y de la cultura griegas" (WEV) ni escita ("asociada con el término
‘bárbaro’, denota a una persona ínfimamente instruida" (V-E); gente salvaje
que ofrecía sacrificios humanos, usaba la calavera del enemigo como vaso y
bebía su sangre; al morir el rey, una de sus concubinas era ahogada y
sepultada con él, etc., MRV), siervo (p. ej., Onésimo) ni libre (p. ej.,
Filemón), -- "Estas diferencias estaban hondamente arraigadas" (DG), pero el
evangelio, que es el poder de Dios para salvarnos, tiene poder para derribar
todas las paredes de separación para que el pueblo de Dios esté unido.
-- sino que Cristo es el todo, y en todos. -- (Gál. 3:28). "Cristo ha
barrido los términos bárbaro, amo, esclavo, todos ellos, poniendo en su lugar
la palabra ADELPHOS (hermano)" (ATR).
"Pablo había hablado de los pecados (ira, enojo, malicia) que son
incongruentes con el amor fraternal" (ASP). Efes. 2:14 explica que Cristo
derribó "la pared intermedia de separación" entre los judíos y los gentiles; se
puede agregar que en Cristo todas las distinciones de raza, nación, color,
habla, nivel económico, etc. desaparecen.
3:13 soportándoos unos a otros, -- "Soportándoos con paciencia ... Antes sed
benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como
Dios también os perdonó a vosotros en Cristo" (Efes. 4:2, 32); El cristiano
debe soportar "a los difíciles de soportar" (1 Ped. 2:18) pero, al mismo tiempo,
se debe agregar que cada miembro debe examinar su vida y si alguno es uno
de los "difíciles de soportar", debe arrepentirse. El amor bíblico se describe en
1 Cor. 13:4-7: es sufrido, es benigno, no tiene envidia, no es jactancioso, no se
envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda
rencor, no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad, todo lo sufre,
todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor "no se irrita", sino que
soporta con paciencia.
Nunca faltarán entre hermanos diferencias y desacuerdos de alguna
clase. Hay gran diversidad de preferencias personales y opiniones entre
hermanos que no deben interrumpir la comunión. Si hay humildad en lugar de
orgullo, y si hay mansedumbre en lugar de despotismo, tales diferencias no
serán la causa de problemas. Nos soportaremos con paciencia si hay amor
bíblico.
Lamentablemente algunos hermanos no se soportan los unos a los otros,
sino que se quejan los unos contra los otros: "Hermanos, no os quejéis unos
contra otros, para que no seáis condenados; he aquí, el juez está delante de la
puerta" (Sant. 5:9).
-- y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro.
-- El soportar a los hermanos no significa soportar pecados y descuidar
la disciplina (Mat. 18:15-17; Rom. 16:17; 1 Cor. 5; 2 Tes. 3:6, 14), pero el
hermano arrepentido debe ser perdonado (2 Cor. 2:6).
Pero "fuisteis llamados en un solo cuerpo" (3:15) y, por eso, lo que
afecta a nuestro hermano también afecta a nosotros. "Por lo cual, desechando
la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros
los unos de los otros" (Efes. 4:25); es decir, si somos miembros los unos de
los otros, lo que hacemos al otro, nos lo hacemos a nosotros mismos. En un
sentido, pues, si perdonamos a otros miembros del cuerpo, nos perdonamos a
nosotros mismos. Lamentablemente, algunos santos no se convencen de la
importancia de perdonar.
-- De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo
vosotros. -- Recordemos que la necesidad más grande de cada uno de
nosotros es el perdón de Dios. El promete perdonarnos si nos arrepentimos y
somos bautizados (Hech. 2:38), pero otro requisito es que perdonemos a otros.
"Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a
vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus
ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas" (Mat. 6:14, 15;
18:23-35; Sant. 2:13).
Reconciliarte con tu hermano antes de adorar a Dios. "Si traes tu
ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja
allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y
entonces ven y presenta tu ofrenda" (Mat. 5:23, 24). "Si tu hermano peca
contra ti, vé y repréndele estando tú y él solos" (Mat. 18:15); es decir, si
alguno ofende a su hermano o si su hermano le ofende a él, Jesús dice a cada
uno de ellos: anda tú, vé tú. Tanto el ofendido como el ofensor deben buscar
la reconciliación. "Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se
arrepintiere, perdónale" (Luc. 17:3). ¡Sin duda esta es una de las fallas más
grandes de los santos! Cuando algún hermano se ofende, se lo cuenta a todo
el mundo menos a la persona que le ofendió. Muchos son muy rebeldes contra
este mandamiento. Están muy dispuestos a ser bautizados y a asistir a las
reuniones, etc., pero les faltan la humildad y el valor para obedecer el
mandamiento de Cristo de ir con el hermano para buscar la reconciliación.
Cada uno dice, "él o ella sabe donde vivo yo", pero Jesús dice, "anda" y "vé"
tú. Si existe una pared de separación entre dos hermanos, los dos deben hacer
todo lo posible por derrumbarla, porque una pared de separación entre dos
hermanos bien puede ser una pared de separación entre ellos y Dios.
Para recibir el perdón es necesario que el culpable se humille
(venciendo el orgullo) y que reconozca su falta, siguiendo el ejemplo del hijo
pródigo: "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti" (Luc. 15:21). Con
respecto a su pecado David dijo, "Mientras callé, se envejecieron mis huesos
en mi gemir todo el día ... Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi
pecado" (Sal. 32:3-5; véase también Sal. 51). "El que encubre sus pecados no
prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia" (Prov.
28:13).
No podemos perdonar al culpable hasta que se arrepienta, pero debemos
estar muy dispuestos a perdonar. La benignidad de Dios nos "guía al
arrepentimiento" (Rom. 2:8; 2 Ped. 3:9; Isa. 1:18), y la misma cualidad en
nosotros bien puede producir el arrepentimiento en otros, pero si guardamos
rencor y buscamos la manera de "arreglar cuentas", ¿hasta cuándo se va a
arrepentir?
Algunos dicen, Te perdono pero no olvido. ¿Queremos que Dios diga lo
mismo de nosotros? ¿Es esta la actitud de Dios cuando El nos perdona?
"Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras
rebeliones" (Sal. 103:12); "Echaste tras tus espaldas todos mis pecados" (Isa.
38:17); "Sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos
nuestros pecados" (Miq. 7:19); "Nunca más me acordaré de sus pecados y de
sus iniquidades" (Heb. 8:12). Los que no quieren perdonar siguen
alimentando y satisfaciendo sus sentimientos carnales (Gál. 5:16). Repetidas
veces los santos (congregaciones enteras) han mostrado que no son guiados
por el Nuevo Testamento, sino por los sentimientos carnales.
Los paganos despreciaban a los humildes y mansos y a los que
perdonaban, pues pensaban que solamente los débiles eran humildes y mansos
y perdonaban a otros. Parece que algunos santos están de acuerdo con ellos.
Será fácil soportar al hermano -- por desagradable que sea -- si siempre
recordamos lo que Jesús ha tenido y tiene que soportar de nosotros. "Cristo ...
tuvo causa de queja infinitamente mayor contra nosotros" (JFB). Cuando el
hermano se arrepiente de su pecado, debemos perdonarlo (2 Cor. 2:6).
¿Cuántas veces? Mat. 18:22. ¿Cuántas veces pedimos perdón a Dios?
¿Cuántas veces nos ha perdonado?
Cristo nos ha dejado el ejemplo de mostrar la compasión hacia todos
(Mat. 9:36; 14:14; 15:32; 20:34);
3:14 Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, (Rom. 13:10; 1 Cor. 13;
Efes. 5:2) que es el vínculo (o, lazo, margen de LBLA) perfecto (de la
unidad, LBLA; margen, Lit., de la perfección que une). -- El amor es el
vínculo que une a los santos, pues sin el amor la unidad sería imposible.
"Estas virtudes son manifestaciones del amor, pero es concebible que se
exhiban donde el amor esté ausente" (ASP). El amor (AGAPEN) no es la
expresión de los sentimientos o emociones, sino de la voluntad. "El amor
cristiano, sea que se ejercite hacia los hermanos, o hacia hombres en general,
no es un impulso que provenga de los sentimientos, no siempre concuerda con
la general inclinación de los sentimientos, ni se derrama sólo sobre aquellos
con los que se descubre una cierta afinidad. El amor busca el bien de todos,
Ro 15:2; y no busca el mal de nadie, 13:8-10; el amor busca la oportunidad de
hacer el bien a 'todos, y mayormente a los de la familia de la fe'. Gá 6:10"
(WEV). "El significado de agape es benevolencia inconquistable, buena
voluntad que no se vence. AGAPE es el espíritu en el corazón que nunca
buscará otra cosa sino el bien máximo de sus semejantes. No importa cómo
sus semejantes lo traten; ... no importa la actitud de ellos hacia él, éste nunca
buscará otra cosa sino el bien máximo de ellos". (WB).
Los filósofos griegos enseñaban que el amor era solamente para
aquellos que lo merecían, -- y parece que mucha gente está de acuerdo con
ellos -- pero Jesús nos enseña que debemos amar a los no amables. El cristiano
ama a los que no merecen su amor, Mat. 5:44-48; Rom. 5:8. Dice Cristo, "En
esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con
los otros" (Jn. 13:35). "Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el
vínculo perfecto" (Col. 3:14). No solamente Pablo sino también Juan (1 Jn.
3:14; 4:8, 19) y Pedro (1 Ped. 4:8) dan prioridad a esta gracia. "El que no ama,
no ha conocido a Dios; porque Dios es amor" (1 Jn. 4:8). Por eso, es
indispensable que los santos posean el amor verdadero para ser "participantes
de la naturaleza divina" (2 Ped. 1:4).
El amor de Dios nos disciplina (Heb. 12:4-11); el amor de los padres
disciplina (Efes. 6:4); y el amor de los santos disciplina (1 Cor. 5:5). Después
de todas las exhortaciones y amonestaciones de la primera carta a los corin-
tios, el apóstol Pablo la termina con estas palabras: "Mi amor en Cristo Jesús
esté con todos vosotros. Amén" (1 Cor. 16:24). Pablo amaba a las iglesias
"con el entrañable amor de Jesucristo" (Fil. 1:8).
Por amar a Dios y a la verdad y por amar las almas de los gálatas, Pablo
escribió Gál. 1:6-9. Los carnales dirán que ese texto no refleja amor,
benignidad y paciencia, pero el proclamar el evangelio puro y condenar el
error son actos de amor. Hay una diferencia significativa entre el contender
por la fe y contender por celos, etc., que son obras de la carne.
3:15 Y la paz (EIRENE) de Dios (Cristo, LBLA, VM, la paz que Cristo
da) -- En esta carta Pablo exalta a Cristo; compárese 3:16, La palabra de
Cristo. "La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la
da ... Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo
tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo" (Jn. 14:27; 16:33);
"Y el Dios de esperanza os llene de gozo y paz en el creer" (Rom. 15:13).
"Gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno" (Rom. 2:10). "Justificados,
pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo" (Rom. 5:1). Esto significa que ahora Dios nos acepta (habiéndonos
perdonado) y sostenemos una relación buena con El. Por eso, el evangelio se
llama "el evangelio de la paz" (Hech. 10:36). El que predica y enseña este
evangelio de la paz es "pacificador" (Mat. 5:9).
-- gobierne (reine, LBLA) en vuestros corazones, a la que asimismo
fuisteis llamados en un solo cuerpo; -- Al tomar decisiones siempre
escojamos lo que no estorbe la paz con Cristo y, por consiguiente, la paz en el
alma y la paz con los hermanos. Los que tienen paz con Dios y paz en el alma
también tendrán paz los unos con los otros. "Así que, sigamos lo que
contribuye a la paz y a la mutua edificación" (Rom. 14:19; dando preferencia
a otros, Gén. 13:9; y aun sufrir el agravio, 1 Cor. 6:7); "Tened paz entre
vosotros" (1 Tes. 5:13). También en cuanto sea posible tendrán paz con todos
(Rom. 12:18; Heb. 12:14; 1 Ped. 3:10, 11). Sin embargo, el "Príncipe de paz"
(Isa. 9:6) dijo, "No penséis que he venido para traer paz a la tierra, no he
venido para traer paz, sino espada" y luego habla de conflictos entre parientes
por causa del evangelio (Mat. 10:34-38).
Cristo quitó la pared intermedia (la ley de Moisés) que había separado a
los judíos de los gentiles (Efes. 2:14-17), "haciendo la paz".
Al decir, "Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la
paz" (Efes. 4:3), Pablo explicó la base de la verdadera paz y unidad: un
cuerpo, un Espíritu, una esperanza, un Señor, una fe, un bautismo, un Padre
(Efes. 4:4-6). La paz es la cadena de oro que une las siete unidades. Si no hay
paz, no hay unidad. En otras palabras, podemos creer en un solo Dios, un solo
Señor, un solo Espíritu Santo, una misma fe, un mismo bautismo, una misma
esperanza, y ser miembros de un mismo cuerpo, pero si esta unidad no se
guarda en el vínculo de la paz, no vale nada.
Se puede afirmar con toda confianza que la mayoría de los hermanos
creen que todo está bien con tal que prediquemos estas siete unidades. Creen
que con esto somos la única verdadera iglesia de Cristo, y que esto es la
garantía de la salvación. Al parecer se supone que si se predica la paz,
estamos bien, pero si no guardamos estas siete unidades en el vínculo de la
paz, no estamos bien con Dios. Este asunto debe causar grandes
preocupaciones en los corazones de todos los miembros de la iglesia, y
mayormente en los de los evangelistas, pero parece que existe la idea de que la
"paz" es secundaria, que no se puede comparar con la predicación de las siete
unidades.
"Busque la paz, y sígala", (1 Ped. 3:11).
-- y sed agradecidos. -- 1:3, 12; 2:7; 3:17; "Perseverad en la oración,
velando en ella con acción de gracias" (4:2); "dando siempre gracias por todo
al Dios y Padre" (Efes. 5:20; Fil. 1:3, 12-21; Filemón 4) a través de oraciones
y cantos (3:16). El pueblo de Dios es un pueblo agradecido.
Debemos ser agradecidos y alabar a Dios por sus atributos y
perfecciones: es eterno, inmutable, omnipotente, omnisciente, omnipresente,
perfecto en amor, en justicia, en misericordia y en fidelidad. ¡Siempre
alabemos a Dios! Sal. 100:4; 147:12; 1 Crón. 29:13. Bajo la ley de Moisés el
pueblo ofrecía el "sacrificio de paz en acción de gracias" (Lev. 7:15), y ahora
su pueblo ofrece "sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que
confiesan su nombre" (Heb. 13:15). Véanse también Apoc. 4:9; 7:11, 12.
Debemos ser agradecidos y alabar a Dios por su gracia hacia nosotros
en proveernos un Salvador, Jesucristo. 1 Cor. 1:4; 15:57; Tito 2:11. Debemos
ser agradecidos por haber obedecido al evangelio (Rom. 6:17, 18), y ahora
debemos dejar todas las "palabras deshonestas ... que no convienen"; más
bien, ahora debe haber muchas acciones de gracias" (Efes. 5:4). Seamos
"arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe ... abundando
en acciones de gracias" (Col. 2:7). "Por nada estéis afanosos, sino sean
conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego,
con acción de gracias" (Fil. 4:6).
Debemos ser agradecidos y alabar a Dios por toda bendición espiritual
en Cristo (Efes. 1:3): la redención, el perdón, la reconciliación, el privilegio de
orar, de cantar, de ofrendar, de ofrecer el cuerpo en sacrifico vivo, etc. Cada
primer día de la semana debemos dar gracias por el pan sin levadura y la copa
para conmemorar el cuerpo y sangre de Cristo (Mat. 26:26, 27). Obsérvese
que Jesús bendijo el pan y dio gracias por la copa. A veces en lugar de dar
gracias por el pan o la copa algún hermano dirá, "Bendice este pan" o
"bendice esta copa", pero al dar gracias a Dios nosotros mismos bendecimos el
pan y la copa. "La copa de bendición que bendecimos" (1 Cor. 10:16). ¡No
dejemos de dar gracias por el pan y la copa!
Debemos ser agradecidos por las Escrituras (2 Tim. 3:16, 17; 2 Ped.
1:3; Judas 3).
Debemos ser agradecidos por las iglesias fieles. Rom. 1:8; Fil. 1:3; 1
Tes. 3:9; 2 Tes. 1:3. Debemos ser muy agradecidos por la congregación de la
cual somos miembros, como también por las otras iglesias fieles del área
donde vivimos.
"¿Qué pagaré a Jehová por todos sus beneficios para conmigo?" (Sal.
116:12). "El es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas" (Hech.
17:25): el alimento, la ropa, el techo y toda provisión necesaria. "Toda buena
dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el
cual no hay mudanza, ni sombra de variación" (Sant. 1:17). No hablemos
nunca de "buena suerte", sino de la providencia de Dios. Los que dan gracias a
sus "estrellas de buena suerte" no ponen su confianza en el Creador sino en la
creación (Rom. 1:25). Antes de comer debemos dar gracias por los alimentos
(Mat. 14:19; Jn. 6:11). "Y habiendo dicho esto, tomó el pan y dio gracias a
Dios en presencia de todos (los marineros, soldados y otros en la nave), y
partiéndolo, comenzó a comer" (Hech. 27:35). No tengamos vergüenza, pues,
de dar gracias a Dios por los alimentos que comemos en un restaurante u otro
lugar público.
Debemos ser agradecidos por el empleo o el negocio, pues por este
medio Dios pone pan sobre la mesa para nosotros. Deut. 8:17, 18.
Debemos ser agradecidos por nuestra familia. 1 Tim. 5:4; Efes. 6:1-3;
Tito 2:3-5. Los esposos deben dar gracias a Dios los unos por los otros.
Dios aborrece la ingratitud. "Pues habiendo conocido a Dios, no le
glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias" (Rom. 1:21). "Habrá
hombres ... ingratos" (2 Tim. 3:2). Recuérdese Gén. 40:14, 23; cuando en la
cárcel José interpretó el sueño del jefe de los coperos, explicándole que sería
restaurado a su puesto, le dijo, "Acuérdate, pues, de mí cuando tengas ese
bien, y te ruego que uses conmigo de misericordia, y hagas mención de mí a
Faraón, y me saques de esta casa ... Y el jefe de los coperos no se acordó de
José, sino que le olvidó". También cuando Jesús limpió a los diez leprosos,
"Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a
Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste
era samaritano. Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron
limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? ¿No hubo quien volviese y diese gloria
a Dios, sino este extranjero?" (Luc. 17:12-18). En el vasto mundo no hay
pecado más feo que la ingratitud.
3:23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, -- "Desde dentro del alma, y
no meramente para guardar las apariencias" (ATR). Al igual que el esclavo
cristiano también el trabajador cristiano debe siempre tener presente que
Cristo es su verdadero patrón o mayordomo.
"Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo,
que no sean respondones; no defraudando, sino mostrándose fieles en
todo, para que en todo adornen la doctrina de nuestro Salvador" (Tito 2:9,
10).
-- como para el Señor y no para los hombres; -- "Porque el que en el
Señor fue llamado siendo esclavo, liberto es del Señor" (1 Cor. 7:22).
"Sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres" (Efes. 6:7).
Todo trabajo se hace más fácil si trabajamos "de buena voluntad, como al
Señor".
El cristiano debe reconocer que su empleo es un don de Dios, que por
este medio Dios contesta su oración, "El pan nuestro de cada día, dánoslo
hoy". Por esta razón el cristiano debe dar muchas gracias por su empleo, y en
lugar de quejarse de injusticias y buscar maneras de vengarse o de defraudar al
patrón, debe ser muy cumplido en su trabajo. El trabajo se hace más pesado
para los que trabajan de mala gana, con resentimiento y amargura. Esto no
quiere decir que el trabajador cristiano no puede tratar de mejorar la situación
de su empleo, pero la mala voluntad, los enojos y disgustos, y las reacciones
carnales no ayudan a mejorar la situación, sino que hacen más duro y más
insoportable el trabajo. Jesús dice, "a cualquiera que te obligue a llevar carga
por una milla, vé con él dos" (Mat. 5:41).
Por lo tanto, al terminar el trabajo de cada día el esclavo cristiano
debería pensar "yo ofrezco el trabajo de este día a mi Señor". El obrero
cristiano debe hacer la misma cosa. ¿Será una ofrenda digna para el Señor el
trabajo que hacemos cada día?
Los esclavos cristianos de los primeros siglos tenían una oportunidad
excelente para exhibir las virtudes del evangelio. "No defraudando, sino
mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de nuestro
Salvador" (Tito 2:10). Comúnmente el esclavo era de mala voluntad; era
rebelde, perezoso y respondón, pero al convertirse a Cristo era de buena
voluntad, obediente, dedicado y sumiso. El cambio sería como una luz
prendida en medio de las tinieblas. Sin duda en muchas ocasiones los
inconversos les habrán preguntado acerca de su esperanza (1 Ped. 3:15) para
saber del poder del evangelio que hace posible tal transformación.
Este pensamiento es muy importante pues el obrero cristiano siempre
sirve a Dios. Dios le da empleo, y es importante que el cristiano recuerde esto.
Hay patrones y mayordomos duros, desconsiderados y déspotas, pero será más
fácil tolerarlos si se recuerda que el verdadero Patrón es Dios quien, con este
empleo que da al cristiano, pone pan sobre la mesa. Por lo tanto, es necesario
estar agradecido siempre y evitar el murmurar. Si es posible conseguir otro
empleo mejor, bien; pero, siempre conviene la paciencia y tolerancia, y sobre
todo el agradecimiento. Tengamos cuidado de no murmurar contra Dios (no
vayamos a morder la mano que nos da el pan).
3:25 Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque
no hay acepción de personas. -- Aun en esta vida se observa este principio:
los que practiquen injusticias serán tratados con injusticia; "todos los que
tomen espada, a espada perecerán" (Mat. 26:52); los que usen la mentira serán
víctimas de mentiras; los que roben serán robados, etc. Cuánto más se recibirá
de Dios el pago según la injusticia que se hiciere, pues nada escapa de su
conocimiento y su juicio será sin parcialidad.
El siervo cristiano que no es cumplido en su servicio dará cuenta no
sólo al amo sino también al Señor. Por lo tanto, el esclavo cristiano (o el
trabajador cristiano) no debe preocuparse demasiado en cuanto a las injusticias
de la vida, porque todos daremos cuenta a Dios el Gran Nivelador de cuentas.
Colosenses 4
4:1 Amos, haced lo que es justo y recto con vuestros siervos, (tratad con
justicia y equidad a vuestros siervos, LBLA) -- Los siervos (esclavos) no
tenían derechos y no esperaban un trato justo de parte de sus amos; más bien
eran considerados como herramientas vivas. Dios, sin embargo, los veía como
seres humanos hechos a la imagen de Dios que deberían ser tratados con
justicia y rectitud (equidad). En la iglesia del Señor había esclavos y amos.
Filemón era un amo y Onésimo era su esclavo. Los amos eran tentados a
proferir amenazas y asustar a los siervos para que trabajaran mejor y se
sujetaran, pero el evangelio requería que los amos buscaran el bienestar de los
siervos, porque en Cristo "no hay esclavo ni libre" (Gál. 3:28). Los siervos
deberían servir a sus amos "de buena voluntad, como al Señor ... Y vosotros,
amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas" (Efes. 6:7, 9). Los
amos empezarían a tratar con justicia y equidad a sus siervos, y la esclavitud
terminaría desapareciendo.
Hoy en día esta enseñanza es para los patrones también, pues igual que
los amos a los esclavos, deben tratar a los obreros con justicia y rectitud.
-- sabiendo que también vosotros tenéis un Amo en los cielos.
-- "sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para El no
hay acepción de personas" (Efes. 6:9). Su Amo en los cielos los tratarían como
ellos trataban a sus siervos. Dios no reconoce las distinciones de clase hechas
por los hombres; los amos también tienen Amo. Dios es el Defensor de los
siervos, de los pobres, de las viudas y los huérfanos y de todo necesitado. Los
que maltraten a los tales -- o no cuidan de ellos -- darán cuenta a Dios.
Los amos deberían tratar a los siervos, pues, como les gustaría ser
tratados. "Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con
vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los
profetas" (Mat. 7:12).
4:2 Perseverad en la oración, -- (Gén. 32:26; Hech. 1:14; 2:42; 6:4; Rom.
12:12; Efes. 6:18; 1 Tes. 5:17); Luc. 11:5-13; 18:1-8). Esta exhortación viene
inmediatamente después de ciertas instrucciones; la iglesia, pues, debería
pedir la ayuda de Dios para que todos (maridos, esposas, padres, hijos,
siervos, amos) practicaran estas enseñanzas (JM). La oración (1) es el medio
de obtener para nosotros y para otros la satisfacción de las cosas necesarias,
tanto físicas como espirituales; (2) es el arma contra el ataque del diablo y sus
ángeles; (3) es el vehículo para la confesión de los pecados; (4) y el medio por
el cual el alma agradecida ofrece su adoración espontánea delante del trono de
Dios (GH).
-- velando en ella -- La oración no es, pues, una ceremonia o
formalidad. Más bien, al orar debemos estar conscientes de la seriedad que
este mandamiento encierra. Debemos velar contra el desaliento o la
indiferencia; Mat. 24:42; 25:13; 26:40, "¿no habéis podido velar conmigo una
hora?"; Mar. 13:35; Hech. 20:31; 1 Cor. 16:13; Efes. 6:18; 1 Tes. 5:6; 1 Ped.
5:8. Nos dirigimos a Dios para ofrecerle palabras de alabanza, para darle
gracias por tantos favores, para hacer súplicas por la obra del evangelio para la
extensión del reino, por nosotros, por los seres queridos, por los hermanos, por
los enfermos, y por todos los hombres. Al orar debemos estar pensando en los
peligros espirituales que nos rodean y amenazan nuestras almas. En fin,
debemos recordar cómo orar (de acuerdo con la enseñanza de Cristo y los
apóstoles) y, sobre todo, pedir que se haga la voluntad de Dios. Por muchas
razones, pues, es necesario velar (estar alerta) al orar.
-- con acción de gracias; -- "sed agradecidos" (véase 3:15, notas) por
todos los innumerables favores de Dios, "por todas las cosas, sean gozosas o
tristes, misericordias temporales y espirituales, nacionales, familiares e
individuales" (JFB). Si estamos agradecidos y siempre oramos con mucha
acción de gracias, seremos motivados a cumplir con todo deber. "Por nada
estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en
toda oración y ruego, con acción de gracias" (Fil. 4:6). "Dad gracias en todo,
porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús" (1 Tes.
5:18). Lo muy impresionante de este texto (y otros relacionados) es que en
calidad de preso Pablo habla de acción de gracias.
4:3 orando también al mismo tiempo por nosotros, -- Rom. 15:30; Efes.
6:19; 1 Tes. 5:25; 2 Tes. 3:1, como él oraba por ellos (1:9).
-- para que el Señor nos abra puerta (oportunidad) para la palabra,
-- Desde luego, si fuera la voluntad del Señor él quería ser puesto en libertad
para poder seguir haciendo viajes para predicar, pero también estando preso
tenía puerta abierta y un ministerio muy exitoso (Fil. 1:12-14; 4:22).
Compárense otros textos que hablan de abrirse puertas: "Se me ha abierto
puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios" (1 Cor. 16:9); "Cuando
llegué a Troas para predicar el evangelio de Cristo ... se me abrió puerta en el
Señor" (2 Cor. 2:12); "he puesto delante de ti una puerta abierta" (Apoc. 3:8).
Si era necesaria la oración a Dios para que abriera puertas aun para el
apóstol Pablo, cuánto más debemos nosotros orar que nos abra puertas para la
palabra. Al mismo tiempo hay que estar alerta para aprovechar toda
oportunidad.
-- a fin de dar a conocer el misterio de Cristo (1:25-27), por el cual
también estoy preso, -- Su predicación a los gentiles era la verdadera causa
de sus prisiones (Hech. 21:28; 22:21, 22; 24:5, 6; 25:6-8). Aun estando preso
Pablo siguió siendo el embajador de Cristo (2 Cor. 5:20): "por el cual soy
embajador en cadenas" (Efes. 6:20).
4:6 Sea vuestra palabra siempre con gracia, -- "cantando con gracia," 3:16.
"A fin de dar gracia a los oyentes" (Efes. 4:29). "Palabra sana e irreprochable,
de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de
vosotros" (Tito 2:8). La conversación de los mundanos es corrupta (Efes.
4:29), violenta y está llena de palabras que excitan las pasiones carnales. El
cristiano es conocido por su habla. Los que son de la carne (los que son del
mundo) "piensan en las cosas de la carne" (Rom. 8:5) y "hablan del mundo" (1
Jn. 4:5), pero la palabra de los verdaderos cristianos es siempre con gracia
porque imitan a Cristo: "Y todos daban buen testimonio de él, y estaban
maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca" (Luc. 4:22).
-- sazonada con sal -- Mar. 9:50. Al predicar la palabra y al platicar de
las verdades bíblicas nuestra palabra estará "sazonada con sal". Si nuestra
palabra está sazonada con sal, (1) no hablaremos palabras corrompidas:
"Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena
para la necesaria edificación a fin de dar gracia a los oyentes" (Efes. 4:29); (2)
tampoco hablaremos "palabras deshonestas", obscenidades, palabras
vergonzosas, palabras o expresiones contrarias al pudor y decencia; (3) ni
necedades; (4) ni truhanerías, groserías, disparates, decir bufonadas, burlarse
de la modestia, la castidad y toda cosa virtuosa (Efes. 5:4).
Ahora cada vez más se están aceptando las palabras más corrompidas en
las conversaciones ordinarias. Hay muchas palabras que se oyen ahora en la
televisión, en las canciones populares, se leen en los periódicos y revistas, y se
oyen en conversaciones que hace quince o veinte años nunca se pronunciaban
en público, mucho menos delante de las damas y los niños. Como Pablo bien
dice, "irán de mal en peor" (2 Tim. 3:13).
La degeneración es muy precipitada. Un fenómeno sobresaliente en
nuestra época es el llamado "concierto" de la "música" rock and roll. En estos
hay demostraciones exageradas de la degeneración. Las emociones de
rebelión, de frustración, y de pura malicia se expresan a rienda suelta. Las
canciones y todo el lenguaje de los participantes son totalmente corruptos,
como también sus gestos que reflejan su identidad con lo oculto y satánico.
"Los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la
lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza" (Efes. 4:19).
Hay otra especie de "groserías" que son sumamente populares. Se trata
del lenguaje de doble sentido, de indirectas o sugerencias vulgares. Las
llamadas "comedias" de la televisión moderna se basan en gran parte en este
tipo de lenguaje. Lo que no es abiertamente vulgar, pero sutilmente siguiere lo
sucio o sensual, ya no se considera gracioso ni de buen gusto. Es como el caso
de las novelas de la televisión; si no están repletas de sensualidad, violencia,
intriga y traición, etc. no son populares.
¿Cómo se puede corregir este problema de hablar palabras
corrompida? Limpiar el corazón. "Porque de la abundancia del corazón habla
la boca" (Mat. 12:34). Las palabras corrompidas que salen de la boca indican
que el corazón (el carácter) es corrupto. "El hombre bueno, del buen tesoro del
corazón saca buenas cosas; el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas"
(Mat. 12:35). Véanse también Mat. 15:18,19; Mar. 7:21-23; Prov. 4:23 (del
corazón mana la vida").
La lengua es una fuerza tremenda para bien o para mal. Se usa la lengua
para predicar, para enseñar, para exhortar, para amonestar y para alentar, pero
también se usa para destruir con mentiras, con chismes y con toda clase de
ataque contra la persona de otros (Sant. 3:3-12). Hay muchos textos en
Proverbios que nos instruyen sobre el uso correcto de la lengua.
-- "sino antes bien acciones de gracias". -- ¿Qué relación tiene la
gratitud con las palabras deshonestas? Las personas que usan las palabras
deshonestas son personas ingratas que no quieren "tener en cuenta a Dios"
(Rom. 1:28). Obsérvese esto en 2 Tim. 3:2 "blasfemos, desobedientes a los
padres, ingratos, impíos ..."
-- para que sepáis cómo debéis responder a cada uno. -- 1 Ped. 3:15;
4:8 el cual he enviado a vosotros para esto mismo, para que conozca lo
que a vosotros se refiere, (nuestras circunstancias, LBLA); "las cosas que
nos atañen" (ATR). -- Las cartas de Pablo contienen detalles limitados acerca
de su vida personal, pero sus compañeros podían suplir toda la información
necesaria. Aunque nos gustaría saber todos estos detalles de la vida de Pablo,
será necesario esperar hasta que podamos preguntarle personalmente.
-- y conforte vuestros corazones, -- Compárese Fil. 1:12-14.
4:9 con Onésimo (Filemón 10), amado y fiel hermano, que es uno de
vosotros. -- La carta de Pablo a Filemón, miembro de la iglesia de Colosas,
explica acerca de Onésimo, un esclavo fugitivo de Filemón. Habiendo dejado
a Filemón y huido a Roma, Onésimo fue convertido por Pablo quien lo envía
de vuelta a su amo. También envió la carta que ha formado parte del Nuevo
Testamento, en la cual Pablo exhortó a Filemón que aceptara a Onésimo como
un hermano en Cristo. "Porque quizás para esto se apartó de ti por algún
tiempo, para que le recibieses para siempre; no ya como esclavo, sino como
más que esclavo, como hermano amado" (Filemón 15, 16). En esta carta (Col.
4:9) Pablo se dirige a la iglesia (de la cual Filemón era un miembro) para dar
apoyo a Onésimo, no llamándole "Onésimo el esclavo fugitivo", sino
"Onésimo, amado y fiel hermano" (WB). Dice que "es uno de vosotros" para
hacerles pensar en el "privilegio para la iglesia en Colosas de dar una
apropiada bienvenida a este esclavo convertido que volvía y para que lo
trataran como hermano, como Pablo argumenta en su carta a Filemón" (ATR).
Es probable que la preservación de la carta a Filemón sea una evidencia de
que Onésimo fue recibido por Filemón. El nombre Onésimo significa útil; "en
otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil" (Filemón 11).
-- Todo lo que acá pasa, os lo harán saber. -- Esto indica la confianza
que Pablo tenía en Onésimo, pues junto con Tíquico les podría dar un reporte
confiable acerca de las actividades de Pablo.
4:11 y Jesús, llamado Justo; que son los únicos de la circuncisión que me
ayudan en el reino de Dios, y han sido para mí un consuelo
(PAREGORIA, palabra encontrada frecuentemente en los escritos médicos,
de la cual viene la palabra paregórico, que durante la niñez de este servidor se
usaba comúnmente para el cólico en niños).
Dice Pablo que estos tres eran los únicos hermanos judíos que le
acompañaban. Los hermanos mencionados en 4:12, 14 eran gentiles.