Tema 7. Hes
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PEDRO PARRA HERNÁNDEZ HISTORIA DE ESPAÑA
Fernando VII no tuvo hijos varones, por lo que el heredero al trono y futuro rey sería
su hermano Carlos M.ª Isidro. Cuando se produjo el nacimiento de la princesa Isabel tras
su cuarto matrimonio con M.ª Cristina de Nápoles, se creó un problema dinástico.
Fernando VII, para que reinara su hija, anula la ley Sálica a través de la Pragmática
Sanción.
Esta decisión no fue aceptada por Carlos M.ª Isidro y sus seguidores, partidarios del
absolutismo, negándose a aceptar a Isabel como reina, y desde Portugal, se proclamó
rey de España con el nombre de Carlos V. Con ello se inició una guerra civil entre carlistas
e isabelinos, esta guerra duró 7 años.
3.- LA GUERRA CARLISTA. - Esta guerra no fue solo un enfrentamiento por la cuestión
sucesoria, sino una confrontación entre dos ideologías: el absolutismo defendido por los
carlistas y el liberalismo defendido por los isabelinos.
Los carlistas eran partidarios de la religión católica, de la monarquía absoluta, de los
antiguos fueros amenazados por el liberalismo.
Los liberales eran partidarios de la monarquía constitucional, de la separación de
poderes, de la igualdad, de los derechos individuales.
En definitiva, esta guerra fue una lucha contra la política centralista, unificadora y
anticlerical del liberalismo.
Esto explica que el carlismo fuese apoyado en las zonas rurales del País Vasco, Navarra,
Aragón (Maestrazgo), y Cataluña, todas ellas de tradición foral. Las clases urbanas, la
burguesía, los altos cargos del ejército y las grandes ciudades apoyaron a Isabel.
Del exterior, los carlistas reciben apoyo de las potencias absolutistas y los liberales
tuvieron apoyo de Francia, Gran Bretaña y Portugal.
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Tercera fase (1837-1840) - En esta fase, los carlistas, ante las continuas derrotas se
dividen en dos grupos: los ultras liderados por Cabrera y partidarios de continuar la
lucha, y los moderados, liderados por Maroto y partidarios de una solución pactada
del conflicto. El predominio de estos últimos condujo a la firma del Convenio de Vergara
(1839), simbolizado con un abrazo entre Espartero y Maroto (Abrazo de Vergara).
Convenio de Vergara
Carlos M.ª Isidro, contrario al pacto, se exilió en Francia. Los últimos reductos carlistas,
dirigidos por el general Ramón Cabrera, resistieron en el Maestrazgo hasta 1840. Las
consecuencias de esta paz fueron:
-Por parte carlista, reconocer a Isabel II como reina.
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-Por parte isabelina, respetar los fueros de las regiones que apoyaron a Don Carlos,
mantener los cargos y el ejército carlista, bien mediante la jubilación o integrándolos en
el isabelino.
- Los militares adquirieron mucho protagonismo político.
b.- Segunda guerra carlista.-. Comenzó en 1846 siendo el detonante de esta guerra
el matrimonio de Isabel II con su primo Francisco de Asís, ya que este enlace frustraba
los deseos de los carlistas de la unión entre Isabel y el pretendiente carlista Carlos Luis
de Borbón. Más que una guerra civil fue una insurrección durante la Década Moderada,
pues los carlistas seguían siendo la mayor fuerza opositora al liberalismo. Se centró en
la zona de los Pirineos, concretamente en Cataluña “guerra dels matiners” y fue
fácilmente sofocada. Los intentos de rebelión fueron sofocados en 1949.
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Pero las elecciones llevadas a cabo tras aprobar la Constitución le dan el triunfo a los
moderados que modificaron la Ley de Ayuntamientos, alegando que los alcaldes en
municipios de más de 2000 habitantes debían de ser elegidos por el gobierno. Esto es
considerado por los progresistas como una violación a la Constitución y a la
independencia municipal (alcaldes elegidos por los vecinos). Esta medida junto a otras
de carácter conservador, hicieron que los progresistas llevasen a cabo una insurrección
que acabó con la dimisión y exilio de M.ª Cristina. Espartero asumió la regencia en 1840
a propuesta de las Cortes.
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Pero esta amplia labor legislativa estuvo condicionada por escándalos de corrupción y
la inestabilidad ministerial, creciendo a lo largo de esta década la oposición al gobierno.
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En este marco se llevó a cabo la revolución de 1854 en la que las tropas del general
O’Donnell se enfrentaron a las del gobierno en Vicálvaro con el objeto de derribarlo.
Como este pronunciamiento no dio resultado, O’Donnell se dirige hacia Andalucía en
busca de apoyos. y en el pueblo de Manzanares (Ciudad Real), lee un manifiesto escrito
por Cánovas del Castillo en el que se reclaman medidas liberales como reforma de la ley
electoral o ley de imprenta. Dicha revolución hizo que la reina mandase formar de nuevo
gobierno a los progresistas.
4-2.- Bienio Progresista. (1854-56). - Con Espartero a la cabeza, se intentaron poner
en marcha medidas de corte liberal destacando:
-La constitución de 1856, que al no ser puesta en funcionamiento se le llamó la non
nata (no nacida), era similar a la de 1837.
-Se lleva a cabo la desamortización general o civil por Pascual Madoz (1855) que
afectó a los ayuntamientos y al clero secular. Afectó a tierras comunales de propios y
baldío, lo que supuso más miseria para los campesinos pobres.
Encontró gran oposición en la reina, que se vio obligada a firmarla, ya que suponía una
nueva ruptura con la iglesia.
-Ley General de Ferrocarriles (1855) por la que se regula su construcción.
-Ley de Sociedades de Crédito y Bancarias, que dio lugar a la creación del Banco de
España.
Pero en esta época fueron creciendo los conflictos laborales, así como los motines de
subsistencia que desembocaron en la huelga general de 1855 en Barcelona, por lo que
O’Donnell dio un golpe de estado, asumiendo la presidencia del gobierno, apoyándose
para ello en el partido que creó: La Unión Liberal.
4-3.-La Unión Liberal.- (1856-63).- O’Donnell asume la presidencia del gobierno
apoyado en su partido, la Unión Liberal, un partido formado por todos aquellos
descontentos tanto de la derecha como de la izquierda. Su idea era restablecer el orden
y conciliar a todos. El crecimiento económico del momento hizo que se llevaran a cabo
inversiones públicas en el ferrocarril, y la búsqueda de prestigio para devolver a España
el papel de potencia de primer orden. Esto último se llevó a cabo a través de una política
exterior supeditada a los intereses de Gran Bretaña y de Francia, destacando como
actuaciones más importantes la intervención en la Conchinchina, en México y en
Marruecos, pero sin conseguir en ninguna de ellas grandes ventajas económicas. Esta
política exterior acabó desprestigiándolo que, unido al malestar social agitado por los
republicanos, hace que la reina le quitara su apoyo, volviendo de nuevo a Narváez en
1863 con su política represiva y conservadora.
El descrédito de la reina, el malestar social generado por una nueva crisis de
subsistencia (hambre, enfermedades, subida de precios), unido a dos acontecimientos,
como la noche de San Daniel en la que una manifestación estudiantil se enfrentó a las
fuerzas de la Guardia Civil y ejército por estar en contra de la expulsión de Emilio Castelar
de la universidad acusado de criticar a la reina en un artículo de periódico, o el
levantamiento de los sargentos del cuartel de San Gil (1866), duramente reprimidos,
que acabó con el fusilamiento de 40 de ellos, hacen que Prim, uniera a todas las fuerzas
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