Contextualización y Nociones de Inmanuel Kant

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Inmanuel Kant

Kant, I., Crítica de la razón pura, prólogo segunda edición, de B XIV, línea 8, B XVIII, línea 11 (trad. P.
Ribas, Madrid, Alfaguara, 1989, pp. 19-21).

CONTEXTUALIZACIÓN. INMANUEL KANT ( 1724-1804)

Para entender el texto que hemos comentado, es necesario enmarcarlo en dos contextos: uno,
ceñido al propio autor y sus obras; el otro, más amplio, atiende a su época y a la historia de la filosofía.

Comencemos situando nuestro texto en el marco de la obra a que pertenece. El texto


corresponde al prólogo de la segunda edición (1787) de la Crítica de la razón pura. El texto que comentamos
toca precisamente el núcleo de toda la obra kantiana: diagnóstico sobre los saberes que se han convertido
en ciencia (matemática y física) y sobre los que no han entrado por este camino (la metafísica), causas de
esta situación y la solución kantiana para la metafísica.

En cuanto a la contextualización histórica y filosófica, hablemos primero de su época.


Immanuel Kant vivió en el siglo XVIII (1724-1804), en Königsberg (Prusia Oriental). Es el siglo de las
Luces, con innumerables cambios científicos, sociales y políticos. Para el texto que comentamos, lo más
relevante es el triunfo indiscutible de la nueva ciencia: la física de Newton era considerada el paradigma
científico. En el continente, la filosofía racionalista (Leibniz y Wolff) representaba la cumbre de la filosofía,
pero, en Inglaterra, el empirismo (Hume) se abría paso como una nueva interpretación de la ciencia y del
conocimiento. Al inicio, Kant seguiría principalmente la filosofía racionalista, pero luego, despertado por
Hume de su sueño dogmático, haría una síntesis superadora entre racionalismo y empirismo. En el plano
general de las ideas, había surgido una nueva concepción: la Ilustración. El hombre se constituía en el
centro del universo y en medida de todo conocimiento. Esta nueva concepción será decisiva para explicar
el giro copernicano de Kant: el hombre es el centro en torno al cual y a partir del cual se constituye todo
conocimiento teórico y práctico.

La vida de Kant, desde el punto de vista externo, es una vida “aburrida”. Apenas salió de
Königsberg, donde nació y murió. Rechazó puestos académicos, políticos y honores, que le hubieran
dado fama y dinero, pero distraído de su investigación. No obstante, no descuidó las polémicas teoréticas
y prácticas de su época y siempre tuvo máximo interés por todos los acontecimiento históricos en que
vivió. Kant recibió una educación clásica y severa , y en filosofía fue discípulo de Albert Schulz, una gran
figura del racionalismo. Tras varios años de docencia precaria, ganó la cátedra de Lógica y Metafísica
gracias a su Disertación sobre la forma y principios del mundo sensible y del inteligible . Esto le dio, por fin, el tiempo
que necesitaba para trabajar en sus grandes obras.

Su pensamiento puede dividirse en dos etapas:


a) Periodo precrítico. La primera parte de este primer periodo (hasta 1760) se caracteriza por su dedicación
a la física. Escribe Historia natural universal y teoría de los cielos (1755), donde defiende la física de Newton.
A partir de 1760 se va dedicando más intensamente a la metafísica en busca de una fundamentación
última de la física y emprende una crítica contra el racionalismo. Escribe Sueños de un visionario aclarados con
los sueños de la metafísica (1765), donde Kant muestra, como él mismo diría más tarde, haberse despertado
de su sueño dogmático. La reflexión de este periodo culmina en la Dissertatio de 1770.

b) Periodo crítico. En 1770 Kant deja de publicar y dedica 11 años a la redacción de su obra fundamental.
En 1781 publica la primera edición de la Crítica de la razón pura. Esta es indudablemente su obra cumbre
y con ella comienza su periodo crítico. Como esta primera edición pasó inadvertida, en 1783 publicó un
resumen: Prolegómenos a toda metafísica futura, que sí tuvo éxito, y ya en 1787 publicó la segunda edición de
la Crítica de la razón pura. Otras obras son Fundamentación de la metafísica de las costumbres (1785), Crítica de la
razón práctica (1788), Crítica del juicio (1790), La religión dentro de los límites de la razón (1793) y Opus postumum
(publicado en 1820). Entre sus obras de filosofía política, destaca A la paz perpetua.
Por último, mencionemos la influencia de Kant en la historia. El influjo de este pensador
ha sido enorme, no solo en filosofía, sino también en muchos ámbitos del pensamiento. Para muchos,
Immanuel Kant es el pensador más influyente de la modernidad. Las principales corrientes filosóficas de
los siglos XIX y XX serán deudoras del pensamiento kantiano. En concreto, el idealismo alemán del siglo
XIX y el movimiento neokantiano con sus dos escuelas, Marburgo y Baden. También en filosofía de la
ciencia el pensamiento de kant tuvo una gran relevancia con el concepto de fenómeno. Respecto a la ética
y política tenemos que destacar que la importancia de Kant en el siglo XX ha sido enorme ya que han
asumido la centralidad de la dignidad de la persona. La doctrina de los derechos humanos tiene una clara
raíz Kantiana.
Por último, es importante señalar que en sociología ha influido en autores de gran relieve como Max
Weber.

PAREJA DE NOCIONES DE INMANUEL KANT

A) Metafísica y ciencia

La relación entre metafísica y ciencia es el tema central de la Crítica de la razón pura: la metafísica
aún no es ciencia y la gran tarea es conseguir constituirla en ciencia.
Kant advierte la incompatibilidad entre la metafísica racionalista y la física empírica de Newton. Además,
la lectura de Hume le hacen abandonar las posiciones racionalistas.
Esto hace que Kant se plantee uno de los problemas centrales de su filosofía: qué podemos saber, que, junto
a qué debemos hacer y qué podemos esperar, resume toda la temática de su filosofía. De este modo, nace la
cuestión de los límites del conocimiento humano. Kant comienza afirmando que hay un conocimiento
riguroso: la ciencia. Por el contrario, la metafísica no ha conseguido constituirse en ciencia ya que no se
observa en ella progresos ni obtiene consensos. Esto plantea el problema capital de la metafísica.
Este problema no es una mera cuestión técnica, sino que afecta a todo el conocimiento humano
y a los intereses más profundos de la razón. Kant define a la metafísica como el “conocimiento especulativo
de la razón, completamente aislado, que se levanta enteramente por encima de lo que enseña la experiencia, con meros
conceptos”.
Las dos soluciones de su época, el racionalismo y el empirismo no habían sido suficientes. El
racionalismo no hacía una crítica de la razón, sino que admitía ideas innatas y se dedicaba a analizarlas;
pero se trataba de análisis y deducciones en vacío, que no alcanzaban la realidad. Por otro lado, el
empirismo de Hume era insuficiente, pues al negar la causalidad impedía la construcción de toda la ciencia
empírica. Por el contrario, Kant pensaba que la física de Newton ya estaba constituida en ciencia.
Rechazados el racionalismo y el empirismo, Kant busca un nuevo método para constituir la metafísica en
ciencia: la crítica. El método crítico consiste en investigar las condiciones del conocimiento y de la ciencia.
De este modo, si conocemos sus condiciones, podremos saber si la metafísica puede cumplirlas y, si es
así, constituir a la metafísica en ciencia. Cuando ha realizado esta tarea crítica, Kant se da cuenta de que
ha conseguido un saber propedéutico a toda ciencia. Es decir, Kant que se da cuenta que no toda la
metafísica, sino solo la general, puede convertirse –y se ha convertido– en ciencia gracias a su obra.
Ahora bien, respecto al estudio de los tres objetos de la metafísica propiamente dicha, es decir, al estudio
de Dios, alma y mundo, resulta que la crítica kantiana demuestra que tal estudio es imposible: no hay
intuición sensible de Dios, del alma o del mundo.

B) Experiencia y conocimiento a priori


Este par de nociones alude a los dos aspectos básicos de la teoría kantiana del conocimiento: en
todo conocimiento hay algo a posteriori (es la materia o contenido del conocimiento) y algo, a priori o
anterior al conocimiento e independiente de la experiencia que es lo que el sujeto aporta a la hora de
conocer. En consecuencia, Kant se plantea una cuestión central en su filosofía: ¿qué podemos conocer?
Ya sabemos que las dos grandes soluciones del momento –el racionalismo y el empirismo– eran
insuficientes, por eso, Kant busca un nuevo método: la crítica. El método crítico consiste en investigar
las condiciones del conocimiento y de la ciencia. Con esto, tenemos ya las dos clases de elementos
esenciales del conocimiento kantiano: la experiencia (a posteriori) y lo a priori. Y además, Kant ha
descubierto que nuestro conocimiento no es un mero atenerse a los objetos del mundo exterior, sino que
depende de nuestras formas a priori: ha realizado, pues, el giro copernicano.
En consecuencia, Kant afirma que “todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia,
pero no todo procede de la experiencia” . Lo a priori es un elemento estructurante de nuestro
conocimiento, es la forma que conforma y ordena la materia bruta. La gran tarea a que se enfrenta
Kant ahora es determinar qué es lo que procede de la experiencia y qué es lo que pone el sujeto ,
y como se realiza la síntesis o construcción de objetos. Por eso, Kant analiza los dos niveles de
formalidad, es decir, el contenido a priori que aporta el sujeto a través del análisis de las facultades
cognoscitivas. En la Estética trascendental Kant analiza la facultad de la sensibilidad cuya finalidad es
estructurar las impresiones caóticas y múltiples que recibimos a través de los sentidos. Dentro de esta
primera facultad encontramos las intuiciones empíricas que proceden del exterior y las intuiciones puras
que son las formas a priori que aporta el sujeto que son espacio y tiempo. El segundo nivel de formalidad
lo encontramos en la facultad del entendimiento, que Kant analiza en la Analítica Trascendental. El
entendimiento realiza una síntesis de esas intuiciones captadas por la sensibilidad. Dentro del
entendimiento encontramos los conceptos empíricos y los conceptos puros o categorías. Como podemos
ver, el conocimiento solo surge en el encuentro entre razón y experiencia. Ninguna de las dos, por sí solas
aportan conocimiento. Los conceptos sin intuiciones son vacíos y las intuiciones sin conceptos son ciegas.

En resumen, forma y materia, a priori y a posteriori, son los dos elementos constitutivos de los objetos
de conocimientos y juicios científicos.

Preguntas semi-abiertas:

1. ¿Ha tenido la metafísica la suerte de tomar el camino seguro de la ciencia?


No, la metafísica no ha tenido hasta ahora la suerte de poder tomar el camino seguro de la
ciencia.

2. ¿Seguiría existiendo la metafísica aunque hubiera un abismo de una barbarie que lo aniquilara
todo?
Sí.

3. ¿Cuál ha sido el proceder, hasta la fecha, de la metafísica?


Su proceder ha consistido hasta la fecha, en un mero andar a tientas y, lo que es peor, a base de
simples conceptos.

4. ¿Qué ha provocado que la matemática y la ciencia natural sean elevadas al concepto de ciencias?
Una revolución repentinamente producida.

5. ¿Qué se ha supuesto hasta ahora en el acto de conocer?


Que todo nuestro conocimiento debía regirse por los objetos.
6. ¿Qué supone Kant respecto al conocimiento que se parece a la situación de Copérnico?
Que los objetos deben conformarse a nuestro conocimiento.

7. ¿El entendimiento posee unas reglas que yo debo suponer en mí? ¿Cómo son estas reglas?
Las reglas del entendimiento se expresan en conceptos a priori a los que se conforman
necesariamente todos los objetos de la experiencia.

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