Tema16 KANT
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16
TEMA
La filosofía en la edad moderna
Esquema
TEMA 16 - Esquema
La filosofía en la edad moderna
Ideas clave
Para estudiar este tema lee la filosofía de Kant (páginas 245–274) del manual
de la asignatura: Historia de la filosofía III. Filosofía moderna de Mariano Fazio y
Daniel Gamarra.
Sin embargo, transcurrirán once años hasta que el filósofo vuelva a publicar un trabajo,
durante ese tiempo Kant estuvo trabajando en su obra más célebre y una de las más
importantes de toda la historia de la filosofía, la Crítica de la Razón Pura (1781)
escrita con 57 años. Seis años más tarde, la obra verá una segunda edición, corregida y
aumentada. Entre medias de las dos ediciones, Kant publicó Prolegómenos para toda
metafísica futura (1783) y Fundamentación de la metafísica de las costumbres (1785).
Los últimos tres años de su vida estarán marcados por la enfermedad y esto será lo que
le impedirá terminar su último trabajo que tenía como objetivo revisar críticamente
todo su sistema filosófico. Estas anotaciones fueron publicadas en 1920 y se conocen
como Opus Postumum.
Kant realizo una síntesis de las dos corrientes filosóficas precedentes: el racionalismo
bajo el influjo de Leibniz y de su exposición por Christian Wolff y del empirismo de D.
Hume. También podemos observar la influencia de la física de Newton en su
pensamiento y del pietismo protestante en el que fue severamente educado.
Kant tratará de superar ambas corrientes Kant tratará de construir una moral
mediante una nueva comprensión de la autónoma por la que los hombres puedan
razón. La razón kantiana construye los obrar conforme a un uso práctico de la
objetos mediante determinadas razón. En este punto se observan las
estructuras que, al contrario de Hume, son influencias del pietismo, de Rousseau y de
ellas mismas determinantes para conocer los ilustrados ingleses como el conde de
la experiencia. Frente al racionalismo, Shaftesbury y Hutcheson.
Kant afirma que no existen las ideas
innatas y que la ciencia necesita del ámbito
de la experiencia para poder constituirse.
En cuanto al resto de obras tenemos que mencionar que, a pesar de que el filósofo no salió
nunca de su ciudad, sobresalió como un pensador liberal que siguió con gran interés la
Revolución francesa (1789) y con gran entusiasmo los desarrollos de la independencia de
los EEUU. Kant abogaba por la autonomía del hombre para decidir sobre su propio
destino y estas reflexiones le llevaran a defender, no sin polémica, La religión dentro de los
límites de la razón (1794) así como la tolerancia religiosa. A la muerte de Federico II, le
siguió en el trono su hijo Federico Guillermo II, celoso de la ortodoxia cristiana que le
conminó a guardar silencio sobre las ideas expresadas en materia de religión. Kant no se
retractó, pero guardó silencio mientras vivió el rey prusiano.
Período crítico de 1770 a 1800: el nuevo viraje kantiano viene marcado por la
publicación de la Disertación cuyo subtítulo es la Forma y los Principios del mundo
sensible e inteligible. Este es el período del pensamiento maduro del filósofo en
donde nos encontramos con las tres Críticas.
Período del Opus postumum a partir de 1800: Kant no llegó a concluir su
último proyecto y solo nos quedan anotaciones dispersas.
Kant en su primera crítica se propone examinar cuáles son las posibilidades que tiene la
razón en el conocimiento. Y éste es precisamente el significado que tiene el término crítica
(crinein), discernir y examinar las capacidades o límites de la razón. Kant trata de
evitar y superar las dos actitudes filosóficas que han vertebrado la modernidad: el
racionalismo dogmático y el escepticismo humeano.
Resolviendo estas tres cuestiones que coinciden con los intereses de la razón humana,
respondemos a su vez a una cuarta pregunta más general: ¿Qué es el hombre?
A la primera pregunta: ¿Qué puedo saber? Kant respondió con la Crítica de la Razón
pura (Kritik der reinen Vernunft). En esta obra trató de demostrar si las
matemáticas, la física y la metafísica son propiamente ciencias. Para hacerlo
comienza por analizar los elementos que constituyen todo conocimiento, es decir, los
juicios (S es P) que clasifica de la siguiente manera:
Juicios analíticos: los juicios en los que el predicado queda incluido dentro del
sujeto, por ello los denominamos formales porque su construcción no añade
conocimiento nuevo al que ya teníamos tras conocer el sujeto del juicio. Además
Antes de Kant, esta división se reducía únicamente a dos tipos de juicios, como
tuvimos ocasión de ver cuando estudiábamos a Hume:
Tipos de juicios
1 2
Juicios analíticos Juicios sintéticos
Los juicios analíticos que siempre eran Los juicios sintéticos que siempre eran
a priori y que expresaba lo que Hume a posteriori, las denominadas
denominaba “relaciones entre ideas” “cuestiones de hechos”
Lo que plantea Kant es que los juicios analíticos, aunque son válidos universalmente,
no nos ofrecen ningún conocimiento nuevo. En cambio, los juicios sintéticos que sí que
amplían nuestro conocimiento, no nos dan leyes universales y necesarias, porque la
experiencia es siempre particular. Por eso Kant trata de demostrar que existen otro tipo
de juicios, que él denomina juicios sintéticos a priori y que son los adecuados para
expresar el conocimiento científico porque son universales, necesarios y añaden
conocimiento a partir de la experiencia.
De este modo, el problema del que partíamos, a saber, si las matemáticas, la física y la
metafísica tienen el estatuto de ciencia, se reformula en el problema de examinar si son
o no posibles en ellas los juicios sintéticos a priori. Ya anticipamos que el desarrollo de
la Crítica de la Razón Pura (KrV) excluirá a la metafísica del ámbito científico por
encontrarse más allá de toda experiencia posible.
Aclaraciones
Antes de ver los contenidos de los tres apartados en los que se divide la KrV hay que
hacer tres aclaraciones importantes:
Por último, hay que mencionar el famoso giro copernicano que utiliza el propio
Kant para autodenominar a su propia filosofía por la revolución que supone el hecho
de afirmar, que el espacio deja ya de ser propiedad de las cosas, para comenzar a ser
la condición de posibilidad para poder percibirlas. Las cosas externas son percibidas
en el espacio y las sensaciones internas lo son el tiempo, lo que significa que el
objeto pasa a depender de la actividad del sujeto.
Estética trascendental
El término estética proviene de la palabra sensación y, con él Kant se refiere por tanto
al ámbito de la sensibilidad o conocimiento sensible.
El fenómeno, como todo objeto de conocimiento, está formado por algo que pone la razón y
algo que es recibido. En el fenómeno la razón ordena la "materia bruta de las sensaciones"
mediante las formas a priori de la sensibilidad. Estas formas a priori o puras, que se
captan mediante una intuición pura y que están presentes en todos los fenómenos, son
el espacio (forma a priori de la sensibilidad externa) y el tiempo (forma a priori de la
sensibilidad interna). La intuición es un modo de captar las cosas de manera inmediata y
que estas sean puras hace referencia a que están vacías de contenido empírico.
Estas dos formas a priori hacen posible que las matemáticas estén constituidas de
juicios sintéticos a priori, es decir, la geometría (espacio) y la aritmética (tiempo). Kant
considera que se puede mostrar la aprioridad de estas dos formas al advertir que
podemos pensar el espacio sin objetos y el tiempo sin sucesiones, mientras que
resultaría imposible pensar objetos sin espacio o sucesiones sin tiempo.
Analítica trascendental
Kant examinará la facultad del entendimiento para mostrar las formas a priori que
lo hacen posible y poder así comprobar si la física está constituida por juicios sintéticos
a priori. El entendimiento es la facultad de hacer juicios por medio de conceptos,
bajo los cuales unificamos los fenómenos y podemos hablar de experiencia, ya que los
objetos sentidos son puestos bajo conceptos y, en este sentido, pueden ser pensados.
Las categorías o también denominadas conceptos puros tienen por tanto como función la
de unificar las impresiones sensibles dadas en el espacio y tiempo, y sin la cual,
no podríamos hablar de conocimiento intelectual. Si no se diera esta función unificadora,
nos quedaríamos con un conjunto de impresiones inconexas, como dice Kant: “las
intuiciones sin conceptos son ciegas”. Pero además al ser conceptos puros, vacíos de
contenido empírico, tampoco nos ofrecen ningún conocimiento, son construcciones
puramente ideales por lo que Kant afirma que “los conceptos sin contenido son vacíos”.
Kant analizará los distintos tipos de juicios que se encuentran relacionados con las
distintas formas de juzgar para conocer las categorías o formas puras del entendimiento:
Juicios Categorías
Unive rsale s Totalidad
Cantidad Particulare s Pluralidad
Singulare s Unidad
Afirmativos Re alidad
Cualidad Ne gativos Ne gación
Inde finidos Limitación
Cate góricos
Hipoté ticos Inhe re ncia (sustancia/accidente)
Re lación
Disyuntivos Causalidad (causa/e fecto)
Re ciprocidad (agente /paciente)
La segunda conclusión que obtenemos después de estos análisis es que la actividad del
pensamiento tiene un límite que no puede superar: la sensibilidad. El entendimiento
solo conoce cuando piensa sobre impresiones sensibles.
Dialéctica trascendental
Kant pretende examinar en la última parte de la KrV las ideas de la razón y definir
cuál es el estatuto de la metafísica.
Sin embargo, Kant considera que la razón se extralimita en esa tendencia a reducir los
conocimientos a principios generales, construyendo principios, objetos o ideas que
se encuentran más allá de toda experiencia posible. Esas ideas, denominadas
ilusiones de la razón por Kant son el alma, el mundo y Dios, y apuntan a los tres
objetos de la metafísica de Wolff y que Kant va a criticar:
Objetos criticados
fundamento los paralogismos que no son más que silogismos en los que ha tenido
lugar un error lógico. Kant pone como ejemplos de razonamientos invalidados: la
sustancialidad, la simplicidad, la personalidad y la acción con el exterior.
o Tesis: es necesario admitir una causalidad libre para explicar ciertos fenómenos.
Antítesis: No existe la libertad, sino que todo acontece según leyes necesarias.
Al igual que la KrV partía del hecho de la ciencia, la Crítica de la Razón práctica, a partir
de ahora KpV (Kritik der praktischen Vernunft) parte del hecho la conciencia moral. De
modo que para hablar de razón pura práctica tenemos que conjugar las intuiciones
sensibles que se dan en el conocimiento científico, con la ley moral que se da
totalmente a priori y de un modo necesario.
Kant antes de proponer su ética formal, examinará las formulaciones que se han
propuesto con anterioridad a la suya, y comprobará que han resultado inadecuadas
para fundamentar una ética científica:
La ética de Kant está construida a priori, fundamento necesario para que podamos
hablar de moral científica. Además es una ética formal porque no nos indica el
contenido concreto de los actos que debemos de realizar, sino más bien la forma o
intención con que debemos de actuar. Por último, la ética kantiana es autónoma
porque viene determinada por la razón misma, al margen de lo que nos dicte la
experiencia. Para Kant resulta inadmisible que lo que nos mueva a obrar sea algo
externo a nuestra propia razón. Esto supone para Kant una degradación moral.
La ley moral
Además distingue entre obrar conforme al deber que puede ser un acto legalmente
bueno, pero que carece de bondad moral, porque el motivo que mueve es el miedo o el
interés; de obrar por deber que es una acción que realizo por el mismo respeto o amor a
la ley. A continuación tenemos que señalar los dos tipos de imperativos que distingue Kant:
materia de la acción, solo la forma o el motivo por el que debemos actuar. Kant
afirma que las leyes morales solo quedan formuladas bajo este tipo de imperativo.
La moral kantiana queda reflejada en las distintas formulaciones que hace de la ley
moral en la Fundamentación de la metafísica de las costumbres:
1. "Obra solo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne
ley universal".
2. "Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona
de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un
medio".
3. “Obra por máximas de un miembro legislador universal en un posible reino de los
fines”.
El rigorismo kantiano
Kant subraya que la ética no depende de la naturaleza humana, sino de la razón. Esta
cuestión lleva a que consideremos esta concepción moral como excesivamente rigorista
porque de la triple actitud que puede adoptar la voluntad del hombre ante el imperativo
categórico, solo la primera tiene valor:
Las acciones realizadas por deber en las que actuamos única y exclusivamente por
respeto o amor a la ley, merecen que las denominemos como buena voluntad. Se
trata por tanto de la perfección moral o santidad.
Las acciones conforme al deber que cumplen, pero no por respeto a la ley, sino por
otras inclinaciones se denominan voluntad de las buenas costumbres.
La voluntad moralmente mala es aquella que está fundada sobre acciones que
violan voluntariamente la ley.
La Dialéctica de la razón pura práctica examina los postulados que son proposiciones
que no son evidentes por sí mismos y que por tanto no pueden demostrarse. Para
que podamos afirmar que la voluntad humana sea libre, necesitamos reconocer la
existencia del alma y Dios, aunque no podamos demostrarlas. Negar este hecho,
implicaría negar, según Kant, la misma existencia de la ley moral. Los postulados de la
razón práctica son la condición de posibilidad del conocimiento moral y son:
“Dos cosas llenan el alma de admiración siempre nueva, creciente y de religioso fervor:
en las alturas el cielo estrellado; en mí, la ley moral”.
La última crítica escrita por Kant trata de servir como puente de unión de los dos usos
de la razón pura. Para Kant con los juicios podemos reflexionar sobre aquellos objetos
construidos por la razón en armonía con los objetos y con nosotros, es decir, la relación
existente entre lo fenoménico y lo nouménico. Kant desarrolla en esta crítica lo que él
denomina como facultad del juicio y que se encuentra relacionado con el
sentimiento puro.
A este respecto Kant utiliza los juicios reflexionantes, no los juicios determinantes
(los juicios de la KrV porque determinaban teóricamente a los objetos), para obtener el
concepto intermedio entre la necesidad y la libertad, esto es, la naturaleza concebida
desde la finalidad y que coincide al mismo tiempo con la finalidad moral. Este
finalismo lo encontramos en la naturaleza de dos maneras:
Juicio estético: primer tipo de juicio reflexivo. Kant afirma que reflexionar sobre lo
bello que consiste en un sentimiento de placer, lo bello es lo que nos agrada, no es
reflexionar desde el ámbito teórico, sino desde una facultad con la que expresamos el
juicio del gusto. Esta consideración nos lleva a hacer una distinción entre por un lado lo
qué es bello, que se caracteriza por ser la forma de finalidad de un objeto, y que viene
expresada por la determinación y limitación del mismo; y por otro lado, lo sublime,
que siendo afín a lo bello es justamente lo contrario, porque es lo ilimitado que no está
contenido en la cosa sensible, sino más bien en nosotros y por eso mismo nos eleva por
encima de los sentidos. Kant afirma que es necesario aceptar una validez subjetiva
universal del placer para poder hablar de juicio estético.
Juicio teleológico: consiste en la reflexión sobre el orden de la naturaleza desde
un punto de vista finalístico que para Kant obedece a un deseo natural de mi propia
razón. Precisamente porque solo podemos conocer la naturaleza fenoménicamente,
surge la necesidad de utilizar los juicios reflexionantes.
“Tenemos motivos suficientes para juzgar al hombre, no solo, igual que los seres
organizados todos, como fin de la naturaleza, sino también aquí en la tierra, como el último
fin de la naturaleza en relación con el cual todas las demás cosas naturales constituyen un
sistema de fines, y ese juicio, no, desde luego, para el Juicio determinante, pero sí para el
Como tuvimos ocasión de decir al principio del tema, algunos estudiosos de Kant utilizan la
expresión “cuarta Crítica” para referirse a los escritos sobre historia, derecho y religión,
cuestiones todas ellas que no escapan de la mentalidad sistemática de su autor.
“Si existe un deber y al mismo tiempo una esperanza fundada de que hagamos realidad el
estado de un derecho público, aunque solo sea en una aproximación que pueda progresar
hasta el infinito, la paz perpetua, que se deriva de los hasta ahora mal llamados tratados de
paz (en realidad armisticios), no es una idea vacía sino una tarea que, resolviéndose poco a
poco, se acerca permanentemente a su fin (porque es de esperar que los tiempos en que se
producen iguales progresos sean cada vez más cortos)”.
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reflexionar sobre los límites éticos del imperativo categórico.
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A fondo
Análisis crítico del formalismo kantiano realizado por uno de los mayores especialistas
en Kant.
Webgrafía
Kant en español
http://www.ucm.es/info/kantesp/index.html
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Bibliografía
JIMÉNEZ MORENO, L. Immanuel Kant (1724-1804). Ediciones del Orto, Madrid, 1993.
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Test
3. ¿Cuáles son los juicios que constituyen para Kant el conocimiento científico?
A. Juicios analíticos a priori.
B. Juicios sintéticos a priori.
C. Juicios sintéticos a posteriori.
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