Hora Santa 4

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Hora santa

Parroquia Jesus camina con nosotros

1
BUSQUEMOS AL MAESTRO,
CRISTO RESUCITADO

EXPOSICION DE RODILLAS
CANTO
ORACION: Aleluya, aleluya, aleluya.
Ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo.
Así, pues, celebremos la Pascua en el Señor.
Aleluya, aleluya, aleluya.
NOS PONEMOS DE PIE
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 1-4
Hermanos:
Si habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde
Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba,
no a los de la tierra. Porque habéis muerto; y vuestra vida está con
Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida vuestra,
entonces también vosotros apareceréis gloriosos, juntamente con él.
REFLEXION
Cada vez que celebramos la Pascua de Resurrección escuchamos la
alegre y esperanzadora proclamación de que "Jesús ha resucitado" y
naturalmente todos estamos de acuerdo; pero aunque conocemos de
sobra estas palabras, es posible que el anuncio no siempre transmita la
expectativa y el entusiasmo que debería causarnos. Claro que
disfrutamos de la Misa de la Vigilia Pascual y es fantástico hacer el
recorrido de la historia de la salvación en el Antiguo Testamento, que
vino a culminar con el nacimiento, la muerte y la resurrección de
Jesucristo, nuestro Señor.

2
Pero el milagro de la Pascua encierra en sí mismo el poder que es
capaz de llevarnos hacia las profundidades del Corazón de Jesús. La
resurrección de Cristo contiene la promesa de que nosotros mismos
podremos experimentar la resurrección en forma palpable, que se
manifiesta en una vivencia renovada del amor a Dios y al prójimo, la
gracia necesaria para perdonar y la fuerza espiritual para llevar una
vida consagrada a Dios.
Al comenzar esta temporada de Pascua, imitemos la actitud de María
de Betania, la hermana de Marta, que se sentaba a los pies de Jesús
para escucharle, y pidámosle al Señor que nos enseñe a meditar
detenidamente en el milagro de la Pascua. Es indudable que vale la
pena dedicar tiempo y esfuerzo a esta valiosa reflexión, porque la
resurrección de Jesús es el acontecimiento más trascendental de la
historia humana, es decir, el suceso que más nos toca personalmente
y al que debemos atribuirle un gran valor y la mayor importancia.
Algo de vida o muerte. En su carta a los fieles de Roma, San Pablo
les dijo: "Si con tu boca reconoces a Jesús como Señor, y con tu
corazón crees que Dios lo resucitó, alcanzarás la salvación" (Romanos
10,9). Esto significa que cada vez que rezamos el Credo en la Santa
Misa "reconocemos" públicamente que Jesús murió por nuestros
pecados y que resucitó de entre los muertos. Ahora, lo que nos falta
determinar con seguridad es si realmente "creemos con el corazón" lo
que dicen estas palabras.

PADRE NUESTRO
NOS PONEMOS DE PIE
CANTO
COMUNIÓN ESPIRITUAL
Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo
Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo

3
recibirte en mi alma. Mas no pudiendo hacerlo ahora
sacramentalmente, ven a lo menos
Espiritualmente a mi corazón.

(Pausa en silencio para adoración) Y Como si ya te hubiese


recibido, me abrazo y me uno enteramente a TI. No permitas,
Señor, que me separe de Ti Amén.
ORACION
La Resurrección de Cristo es mi resurrección propia. Yo morí en
el Bautismo al pecado para vivir la gracia de Dios. Y muriendo
ahora al pecado es como vivo la Resurrección de Cristo en mí, y
me aseguro también la resurrección gloriosa mía después de la
muerte. ¿Vivo esta mística cristiana? ¿Lucho contra todos los
enemigos que pretenden someterme de nuevo a una esclavitud
ignominiosa? ¿Colaboro también en la resurrección del mundo,
trabajando según mis fuerzas, pocas o muchas, para que triunfen
la justicia, la paz y el gozo del Señor Resucitado en todos mis
hermanos que sufren?

CANTO FINAL.

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