Este documento contiene varias poesías y oraciones dedicadas a la Virgen María, describiéndola como Madre de Dios, esperanza de los pecadores, y consuelo de los mortales.
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OH VIRGEN SANTA
Oh Virgen Santa, Madre de Dios, sois la esperanza del pecador.
Vuela suspiro del alma mía,
lleva a María mi ardiente amor, haz que me mande mi Madre amada una mirada de protección.
Dile que has visto mi sufrimiento,
dile que siento mortal dolor, que es su amor santo mi ardiente anhelo, que es el consuelo del corazón.
Somos cual nave que va perdida
y combatida del Aquilón, mas tú nos llevas con rumbo cierto al feliz puerto de salvación.
En ti ponemos nuestra esperanza,
todo lo alcanza tu intercesión; hacia nosotros tu mano extiende, benigna atiende nuestra oración. Venid y vamos todos ESTRIBILLO: Venid y vamos todos, con flores a porfía, con flores a María, que Madre nuestra es. Con flores a María, que Madre nuestra es.
De nuevo aquí nos tienes,
Purísima Doncella, más que la luna, Bella, postrados a Tus pies.
ESTRIBILLO. Venimos a ofrecerte las flores de este suelo. Con cuánto amor y anhelo, Señora, Tú lo ves.
ESTRIBILLO.
Por ellas Te rogamos,
si cándidas Te placen. Las que en la Gloria nacen, en cambio, Tú nos des. Oh María, Madre mía Letra:
OH MARÍA, MADRE MÍA,
OH CONSUELO DEL MORTAL, / AMPARADME Y GUIADME A LA PATRIA CELESTIAL. / (2)
Con el ángel de María
las grandezas celebrad; / transportados de alegría sus finezas publicad. / (2) ESTRIBILLO.
Quien a ti ferviente clama
halla alivio en el pesar; / pues tu nombre luz derrama, gozo y bálsamo sin par. / (2) ESTRIBILLO.
De sus gracias tesorera
la nombró tu Redentor; / con tal Madre y medianera, nada temas, pecador. / (2) ESTRIBILLO.
Pues te llamo con fe viva
muestra oh, Madre, tu bondad; / a mí vuelve compasiva tu mirada de piedad. / (2) ESTRIBILLO.
Hijo fiel quisiera amarte
y por ti sólo vivir; / y por premio de ensalzarte, ensalzándote morir. / (2) ESTRIBILLO.
Del eterno las riquezas
por ti logré disfrutar / y contigo sus finezas, para siempre publicar. / (2) ESTRIBILLO. Adiós, excelsa Reina
Adiós, excelsa Reina
Delicia del Señor; Adiós, Madre adorada; ¡Adiós, adiós, adiós! De tu divino rostro Me alejo con pesar; Permíteme que vuelva Tus plantas a besar. Adiós, ¡oh Virgen Madre! Más bella que la luz; Jamás, jamás me olvides Delante de Jesús. ¡Oh, Reina de los cielos! ¡Oh Madre de bondad! Me aparto de tu trono, Mas siempre te he de amar. Me ofrezco a ti Señora; Tu amor será mi amor; Y al fenecer mi vida, Condúceme al Señor. Adiós, del cielo encanto, Del orbe entero honor; Adiós ¡oh Madre mía! Adiós, adiós, adiós.... Viva la Virgen
Viva la Virgen, nuestra patrona,
que en nuestro pecho tiene su altar; y reina siempre triunfante Cristo en nuestro pueblo noble y leal.
Siempre seremos tus fieles hijos,
tú nuestra madre siempre serás, y con tu ayuda perpetua siempre derrotaremos a Satanás.
Siempre seremos tus fieles hijos
y siempre España te ha de ser fiel. Respondió Virgen desde tu trono: —Yo vuestra madre siempre seré—.
Siempre seremos tus fieles hijos,
nuestro abogado será Jesús, y, ¡qué locura!, los hombres todos arrodillados ante la cruz. Madre de los pobres
MADRE DE LOS POBRES,
LOS HUMILDES Y SENCILLOS, DE LOS TRISTES Y LOS NIÑOS QUE CONFÍAN SIEMPRE EN DIOS
1. Tú, la más pobre, porque nada ambicionaste;
Tú, perseguida, vas huyendo de Belén. Tú, que un pesebre ofreciste al rey del cielo, toda tu riqueza fue tenerlo sólo a Él.
2. Tú, que en sus manos sin temor te abandonaste,
Tú, que aceptaste ser la esclava del Señor, vas entonando un poema de alegría; Canta alma mía, porque Dios me engrandeció.
3. Tú, que has vivido el dolor y la pobreza,
Tú, que has sufrido en las noches sin hogar, Tú, que eres la madre de los pobres y olvidados, eres el consuelo del que reza en su llorar.