El Bien Morir o La Muerte Digna

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 2

EL BIEN MORIR O LA MUERTE DIGNA

by María del Carmen Ochoa | Sky Ecuador

febrero 1, 2024

Lo que importa es lo buena que sea tu vida, no cuan larga sea. Y muchas veces, que sea
buena, depende de que no sea larga (Séneca)

El gran dilema médico frente a un paciente de mal pronóstico, con una


enfermedad incurable y refractaria a todo tratamiento es interrogarse si a ese
ser humano es necesario prolongarle la vida o prolongarle la agonía. Vital es
que el paciente debe saber que se está muriendo y la negación de la realidad
no la cambia. Existe un miedo colectivo a la muerte por temor o ignorancia, al
no saber lo que existe más allá de esta vida.

Actualmente la medicina está centrada en la enfermedad y por tanto en el


cuerpo. Se ha perdido el objetivo de ejercerla desde principios y valores éticos
y espirituales. La ciencia medicaliza la vida y al hacerlo desvitaliza el valor de la
vida misma. Esencial es retomar el concepto de cuidar y acompañar.
Actualmente el único objetivo es curar, con esto se está olvidando de la
dimensión trascendente inherente a cada ser humano. El objetivo es hacer una
medicina humana y espiritual comprendiendo la esencia del Ser y al mismo
tiempo la vulnerabilidad del cuerpo físico.
La última etapa de esta encarnación no es un fracaso a evitar ni es un
problema a resolver. Cuando la enfermedad no se puede tratar lo más
importante es acompañar a la persona, no a la enfermedad. El peor sitio para
desencarnar es un hospital con prácticas de obstinación terapéutica,
deshumanizando un momento sacro que debería empezar con comunicar al
paciente la verdad de lo que le está ocurriendo. Hacerle propietario del tiempo
que le queda.

Una buena muerte puede dar sentido a una biografía. Al acercarse el final de
esta vida, lo correcto es que se lo haga sin el estrépito de una tecnología que
consigue dar más horas de vida, pero se corre el riesgo de abandonar el
planeta con un paisaje lleno de tubos, vías de administración, mascarillas y
monitores, que constituye el ensañamiento terapéutico, práctica por demás
antiética.

La ciencia explica el mundo físico desde un modelo racionalista. Cree en lo


tangible. Lo intangible no es científico. Tiene que abrirse a integrar el tema de
la consciencia. Para explicar la materia no se puede obviar la conciencia como
si fuera un subproducto de la mente. La ciencia debe reconocer que somos
conciencia y desde ahí se construye toda la realidad visible e invisible.

Trascender esta vida abre a otra dimensión cuando se ha logrado responder a


las grandes preguntas de saber quién soy y para qué he venido. Lo que da el
verdadero significado a la existencia, conocerse y aceptarse es el principio para
acceder a otro plano de conciencia.

La mayor parte de la vida se vive para el “tener”, acumular bienes materiales,


títulos profesionales, viajar por el planeta, ser reconocido en el entorno. Esto es
un estorbo a la hora de partir. Transitar un camino espiritual, conduce con
esperanza de que todo lo que sucede es perfecto, y se debe recorrerlo
desmoronando lo mal aprendido y deslastrando insensatez e inmadurez.

Por todo lo expuesto Mataji Shaktiananda nos recuerda: “Porque si respiras,


debes vivir. Si vives debes contemplar tanto, porque no sería suficiente que
apenas te asomes a lo que tu vida es”.

También podría gustarte