3-Saber Matewmático de Los Analfabetos

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Revista Latinoamericana de Estudios

Educativos (México)
ISSN: 0185-1284
[email protected]
Universidad Iberoamericana, Ciudad de
México
México

Ávila Storer, Alicia


El saber matemático de los analfabetos. Origen y desarrollo de sus estrategias de cálculo
Revista Latinoamericana de Estudios Educativos (México), vol. XXXV, núm. 3-4, 2005,
pp. 179-219
Universidad Iberoamericana, Ciudad de México
Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=27035406

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El saber matemático de los
analfabetos. Origen y desarrollo
de sus estrategias de cálculo*
Revista Latinoamericana de Estudios Educativos (México, 1990), Vol. XX, No. 3, pp. 55-95

Alicia Ávila Storer**

RESUMEN

En el campo de la educación matemática, la investigación sobre los mecanismos


y procedimientos de aprendizaje de los adultos no se ha consolidado en paradig-
mas. Algunas investigaciones reportan que los adultos analfabetos o en proceso
de alfabetización resuelven problemas aritméticos elementales, incluso en oca-
siones realizan cálculos complicados.
Este artículo se basa en un estudio de casos, con una población de 13 sujetos,
todos de origen rural y con diversas ocupaciones, considerados como analfabe-
tos “puros”. En la investigación se utilizó el método clínico, que exige entrevistas
a profundidad.
El artículo reporta los pasos y resultados de esta investigación y concluye con al-
gunas reflexiones finales sobre las estrategias y niveles de cálculo de los adultos
analfabetos o en proceso de alfabetización.

ABSTRACT

The research on the process and mechanisms of learning mathematics by the


adult population, has not yet arrived at definitive conclusions. Researchers tell us
that illiterate adults are able to solve problems of elemental arithmetics, but that at
times some of them make more complicated calculations.
Our study, based on clinical methods, performed in depth interviews in 13 cases,
all of them being peasants, totally or almost illiterate.
This article describes the methods followed as well as the results obtained, such
as the determination of the calculating potentials of the illiterate peasants.

* Agradezco profundamente la participación de los hombres y mujeres cuyo saber mate-


mático se reporta en este artículo. En particular, deseo expresar a Don José que su claridad
de pensamiento fue fundamental para la recolección e interpretación de los datos.
** Profesora de la Universidad Pedagógica Nacional, México.
180 REVISTA LATINOAMERICANA… VOL. XXXV, NÚMS. 3-4, 2005

I. MARCO DE REFERENCIA

Valorar la experiencia de los analfabetos ha sido un postulado básico


de la alfabetización desde finales de los cuarenta. Desde la época de
la educación fundamental, enlazar la experiencia de los adultos con los
contenidos educativos se ha considerado una condición de eficacia y
significatividad. La alfabetización funcional trata de articular la experien-
cia de los analfabetos a procesos globales de desarrollo, tanto en el
ámbito económico como en el social. Para Freire se trataría de recons-
truir la experiencia vital —de reconocerse oprimidos— para vincularla
con procesos liberadores de acción cultural.
Sin embargo, sólo hasta fechas recientes el planteamiento glo-
bal acerca de la experiencia se ha traducido en investigación sis-
temática de los saberes que los analfabetos construyen en su vida
cotidiana. Los aportes de la psicología genética problematizaron los
esquemas desde los cuales se había pensado tradicionalmente el
proceso de aprendizaje, y hoy son los mecanismos de conocimiento
el tema central de la reflexión.
Simultáneamente, se constituyó un nuevo reto pedagógico: consi-
derar el saber y fundamentarse en la estructura y desarrollo del cono-
cimiento que los adultos construyen en su interacción con el mundo.
En el campo de la educación matemática, la investigación sobre
los mecanismos y procesos de aprendizaje de los adultos no se
ha consolidado en paradigmas. Y no es difícil ver por qué apenas
se está edificando el marco que sustente modelos de intervención
pedagógica basados en los mecanismos de aprendizaje. De hecho,
tanto el planteamiento funcional como el psicosocial enfatizaron, por
distintas razones, la lecto-escritura y soslayaron el significado del
cálculo en la experiencia vital de los adultos, particularmente en el
mundo del trabajo.
Con todo, la investigación sobre las formas de aprendizaje del
cálculo elemental se organizó lenta y progresivamente en torno a
tres núcleos temáticos fundamentales:

1. Algoritmos construidos por los analfabetos.


2. Los contextos de construcción y uso de los algoritmos.
3. Conocimiento de los símbolos numéricos.
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1. Algoritmos construidos por los analfabetos

Se ha reportado que los adultos analfabetos o en proceso de alfabeti-


zación resuelven problemas aritméticos elementales (Ávila et al., 1986;
Carraher et al., 1986; Acioly y Días Schielman, 1986; Dimensión Edu-
cativa, 1986; Ferreiro, 1983). Los cálculos que realizan en ocasiones
llegan a ser complicados; los que sobrepasan la centena, en algunos
casos se resuelven por aproximación (Ferreiro, 1983: 23 y ss).
Parece haber coincidencia en la idea de que los adultos tienen
su propio estilo de resolución: prefieren sumar y restar de izquierda
a derecha, multiplicar por sumas reiteradas o duplicaciones y dividir
por restas reiteradas (Acioly y Días Schielman, 1986; Carraher et
al., 1986; Dimensión Educativa, 1986). Se ha indicado también que
analfabetos corredores de apuestas utilizan procedimientos escritos
como soporte de la realización de cálculos cuando éstos son difíci-
les de realizar mentalmente (Acioly y Días Schielman, 1986).
Estos hallazgos son de especial significación porque indican que
los sujetos construyen procedimientos de cálculo, y que éstos son
distintos de los escolarizados. Sin embargo, no se ha estudiado
si estos procedimientos ocurren de manera diferenciada o si son
comunes a todos los analfabetos. La explicación no profundiza res-
pecto a las estrategias globales de resolución, a la lógica que las
sustenta, o a los diversos casos aritméticos en que éstas pueden ser
utilizadas. Es decir, no se conocen los principios en que se basan
los mecanismos de resolución. Tampoco se conoce la génesis y el
desarrollo de tales procesos.

2. Los contextos de construcción y uso de los algoritmos

Las operaciones aritméticas que realizan los analfabetos se rela-


cionan con su trabajo, con los intercambios comerciales y con el
dinero (Ferreiro, 1983; Luria, 1980). También se ha afirmado que el
pensamiento matemático de los analfabetos está irremediablemente
ligado al contexto en el que se genera la experiencia particular; y
que esta liga no permite resolver problemas más allá de los datos
proporcionados por el ámbito de la propia experiencia (Luria, 1980).
Vale la pena indagar, sin embargo, si en cualquier condición los anal-
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fabetos sólo pueden ver y pensar el mundo desde los datos de la


experiencia o si, por el contrario, existen grados en la capacidad de
abstracción y generalización dados por la intensidad y complejidad
de la experiencia. Esto es, se plantea el problema de la posible exis-
tencia de distintos grados de “analfabetismo matemático”.

3. Conocimiento de los símbolos numéricos

Se ha indicado que los adultos identifican algunos símbolos numé-


ricos (Ferreiro, 1983; Ávila, 1989), y que tal capacidad es diversa:
algunos adultos sólo identifican los dígitos, otros, en cambio, son
capaces de reconocer números hasta de cuatro cifras. Estos conoci-
mientos derivan de las experiencias y necesidades cotidianas de los
adultos: identificar caminos, rutas de camión, domicilios y monedas
(Ávila, 1989). De entre las distintas necesidades destacan el manejo
de precios y el dinero (Ferreiro, 1983).
Queda por responder si el conocimiento de los símbolos está
relacionado con la habilidad en el cálculo y si —como afirman Acio-
ly y Días Schielman— el manejo de números grandes obliga a los
sujetos a usar lápiz y papel; o, en un sentido inverso, si cierta com-
plejidad en el cálculo constituye un límite precisamente porque no
se cuenta con un sistema de escritura.

II. OBJETIVOS Y METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN

La investigación que aquí reportamos es un estudio de casos. Se


realizó con el fin de detectar y describir, con base en la entrevista
clínica, las estrategias de cálculo con las cuatro operaciones aritmé-
ticas básicas que utilizan los adultos no alfabetizados, la capacidad
de generalización de tales estrategias, así como la relación entre
cálculo y simbolización.
La estrategia seguida para realizar el estudio consistió en plantear
al sujeto una lista de 24 problemas aritméticos y, una vez resuelto el
problema, le pedíamos que: a) nos explicara verbalmente cómo había
hecho el cálculo y, b) ejecutara nuevamente el cálculo con monedas,
frijoles o hatos de palitos, materiales que le habíamos proporcionado
al principio de la entrevista. Asimismo, solicitamos a los sujetos iden-
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tificar 32 números naturales entre 1 y 1 000, representados en forma


manuscrita. El tiempo de trabajo con cada uno de los sujetos osciló
—de acuerdo con la rapidez con que eran resueltos los problemas
planteados— entre dos y seis horas, diferidas en dos o tres sesiones.
Las entrevistas las realizamos, de manera individual, en el local del
Círculo de Alfabetización, en la fábrica o el taller, en los puestos ca-
llejeros, en los parques o en la casa de los entrevistados.
Nuestra población estuvo conformada por 13 sujetos (siete mujeres
y seis hombres), todos de origen rural y con diversas ocupaciones: un aseador
de calzado, un mozo, un artesano, un campesino, un velador, un obre-
ro, cuatro empleadas domésticas, una hilandera, un ama de casa y una
vendedora ambulante. Vale la pena aclarar que ninguno de ellos había
asistido a la escuela, por lo que según las definiciones tradicionales
pueden ser considerados como analfabetos puros.
Respecto al tamaño de la muestra, conviene advertir que el mé-
todo clínico utilizado exige, por su propia naturaleza, entrevistas a
profundidad. En el método clínico —a diferencia de la encuesta— es
irrelevante la significación estadística de los datos porque no intere-
sa estimar los parámetros de la población. El reto es otro: reconstruir
la génesis y la estructura de desarrollo en un modelo donde aciertos,
deficiencias y errores adquieren significado explicativo.
Los resultados de la investigación apuntan a caracterizar las
estrategias de cálculo construidas y utilizadas por los analfabetos en
el contexto de su vida cotidiana. Se describe su origen y desarrollo
y se analiza la capacidad de abstracción y generalización que se
despliegan con su uso. Se exponen los principios rectores que guían
a cada una de las estrategias, los casos aritméticos en que son utili-
zadas y los procesos específicos que caracterizan su desarrollo pro-
gresivo. El desglose se realiza de acuerdo con los distintos niveles
que logran los sujetos en cada una de las operaciones aritméticas.
Se analiza también la relación existente entre el manejo de registros
gráficos y el desarrollo de la capacidad de cálculo.

III. LAS ESTRATEGIAS DE CÁLCULO

Los sujetos entrevistados mostraron poseer estrategias para resol-


ver problemas con las cuatro operaciones aritméticas. Tales estrate-
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gias son diferentes de las que implican los algoritmos escolarizados


y tienen en la base a la adición, operación que se muestra como
estrategia universal del cálculo adulto no escolarizado. Así, la resta
se traduce en una adición que permite calcular un faltante; la multi-
plicación, en su estrategia más general, es una adición que duplica
reiteradamente un valor; la división es la suma iterada de un cocien-
te hipotético y, por supuesto, la adición es también y simplemente
una adición.
Si bien las estrategias son similares para cada una de las cuatro
operaciones, sin embargo, se expresan con diferentes grados de
desarrollo en los distintos sujetos. Definimos al respecto tres niveles
que, por ahora, hemos llamado inicial, intermedio y final. Los indi-
cadores que permitieron definir tales niveles, y que emergieron del
análisis de los datos, son los siguientes:

a) eficacia, entendida como la capacidad de obtener resultados co-


rrectos;
b) eficiencia, es decir, número de tanteos necesarios para lograr
resultados correctos;
c) destreza, esto es, capacidad de rebasar dificultades derivadas
de la naturaleza de los números involucrados;
d) necesidad de utilizar objetos físicos (además de movimiento de
dedos) y conteo para apoyar los cálculos;
e) capacidad de generalización de las estrategias, entendida como
la posibilidad de manejar datos y contextos distintos de aquellos
que se manejan en la experiencia de vida;
f) agilidad, es decir, rapidez con que los cálculos son realizados;
g) flexibilidad en el cálculo, esto es, capacidad de complementar o
modificar estrategias básicas cuando la dificultad del cálculo así
lo requiere.

El nivel inicial se caracteriza por una mezcla ocasional de los


datos de la experiencia personal con los datos del problema mate-
mático planteado.
Los sujetos realizan tanteos para resolver los cálculos, recurren al
apoyo de objetos físicos (además del conteo con los dedos) para obte-
ner las soluciones, y son incapaces de obtener resultados satisfactorios
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cuando aparece la reagrupación (en la suma) la desagrupación (en la


resta) o el residuo (en la división). Por lo que a la multiplicación respec-
ta, el límite lo constituye la incapacidad de memorizar las duplicaciones
cuando el cálculo implica un buen número de ellas.
Asimismo, los sujetos del nivel inicial verbalizan sólo fragmentos
de las estrategias de cálculo.
En el nivel intermedio, los sujetos ya no mezclan los datos de la ex-
periencia personal con los datos del problema matemático planteado.
Los tanteos para resolver los cálculos han disminuido en rela-
ción con el nivel antecedente, así como la recurrencia a los obje-
tos físicos para obtener las soluciones. En cambio, ha aumentado
la agilidad en los cálculos y la reagrupación y desagrupación han
desaparecido como obstáculos. El residuo permanece como impe-
dimento y las estrategias de cálculo, en la mayor parte de los casos,
no son verbalizados de forma sistemática y global.
El nivel final se caracteriza por la agilidad con que se resuelven
los cálculos, por la ausencia de errores y tanteos y por la memoriza-
ción de algunos productos (en el caso de la multiplicación), así como
por la capacidad de obtener satisfactoriamente todos los resultados,
de flexibilizar, complementar o modificar estrategias, y por la capa-
cidad generalizada de verbalizarlas sistemáticamente.
En este nivel, la reagrupación, la desagrupación y el residuo
ya no son obstáculos para el cálculo, y el apoyo en objetos físicos
se torna innecesario. Asimismo, para la multiplicación y la división
han aparecido estrategias más económicas, esto es, más simples
y eficientes. Además, es amplia la capacidad de generalización de
las estrategias de cálculo que han alcanzado los sujetos.
Conviene insistir en que estos niveles son parte de un proceso
y que el paso de uno a otro, esto es, el progreso en la capacidad de
cálculo, parece provenir de la frecuencia, la diversidad y la exigen-
cia de exactitud en los cálculos que realizan los sujetos en su vida
cotidiana y laboral.

IV. LA ADICIÓN

La estrategia general para efectuar adiciones, y que hemos llamado


procedimiento indoarábigo por haber sido registrada en ese sistema
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hacia el año 1000 de nuestra era (cf. NCTM, 1969), tiene los siguien-
tes componentes:

a) descomposición de los números involucrados en el cálculo con


base en el sistema decimal (… centenas, decenas, unidades);
b) suma de los agrupamientos de orden superior (… centenas) y
obtención de la primer suma parcial;
c) suma de los agrupamientos siguientes (… decenas) y obtención
de una segunda suma parcial;
d) suma de los agrupamientos menores (unidades) y obtención de
una tercer suma parcial;
e) suma de las sumas parciales, a partir de los agrupamientos ma-
yores y obtención de la suma total (… centenas, decenas, uni-
dades).

Este procedimiento está orientado por un principio de ordena-


ción decreciente, es decir, primero las centenas, luego las decenas,
luego las unidades, en el caso de los números naturales. Valga para
ilustrar el procedimiento indoarábigo, el diálogo con un sujeto ubica-
do en el tercer nivel (E = Entrevistadora, S = Silvino):

E: Plantea un problema que implica sumar $250 de dulces y $310 de


pepitas.
S: Pues… 250 y 310… resulta… 560 [muy rápido].
E: ¿Cómo hizo la cuenta, cómo le pensó para sacarla?
S: Pues es que como son $310 de pepitas y 250 de dulces, pues uno le
piensa que 300 y 200 son 500 y 50 y 10 son 60, entonces, son 560.

La estrategia seguida por todos los sujetos para resolver el


cálculo 250 + 310, puede esquematizarse así:

a) descomposición de los números en centenas y decenas:

250→200 + 50, 310→ 300 + 10

b) suma de las centenas:


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200 + 300 = 500

c) suma de las decenas:

50 + 10 = 60

d) suma de las sumas parciales para obtener la suma total:

500 + 60 = 560

El esquema expresa la estrategia seguida en los tres niveles, a


pesar de las diferencias en la seguridad y la agilidad en el cálculo
en cada uno de ellos.
Analicemos ahora el cálculo 45 + 28.
En esta adición reaparece el procedimiento indoarábigo. Por la
reagrupación implicada, esto es, porque 5 y 8 suman más de 10,
esta resultó ser la suma más difícil en el primer nivel. De hecho,
sólo uno de los sujetos logró obtener un resultado correcto, luego
de muchos tanteos. Asimismo, en el segundo nivel se exhibe pérdi-
da de eficiencia en la solución de esta adición, aunque es resuelta
exitosamente por cuatro de los cinco sujetos. Y si bien el uso de la
estrategia en los tres niveles se diferencia por su eficiencia y efica-
cia, y por los conteos que se incorporan como apoyo, el esquema
de resolución es el siguiente:

a) descomposición de los números en decenas y unidades:

45→40 + 5, 28→20 + 8, donde 8 = 5 + 3

b) suma de las decenas:

40 + 20 = 60

c) suma de las unidades:

5 + 8→5 + 5 + 3 = 13
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d) suma de las sumas parciales para obtener la suma total:

60 + 13 = 73

Veamos a un sujeto trabajar con la estrategia (José (J), tercer


nivel):

J: ¿45 y 28?… 40… 60… 70… 73 [bastante rápido]. Sí, porque en un


lado eran 5, en otro otros 5, pero eran 3 más, entonces se los junté
hasta al último.
E: Explíqueme otra vez eso…
J: Eran 40 y 5, y 20 y 5, y los 3 que quedaron bailando.

En el primer nivel esta adición no se resuelve correctamente,


mientras que en el nivel intermedio el cálculo se realiza con ciertas
dificultades y en el nivel final se resuelve con agilidad y certeza. La
diferencia se ubica en el hecho de que en el nivel final se maneja
eficazmente la descomposición de los números:

45 + 28 → (40 + 5) + (20 + 5 + 3) → (40 + 20) + (5 + 5 + 3)

mientras en el nivel inicial tal transformación lleva a los sujetos


a omitir un 5, o a sumarlo dos veces, lográndose así o bien 68 (45
+ 23), o bien 78 (45 + 20 + 5 + 5 + 3).
En el procedimiento indoarábigo, utilizado en todos los casos de
adición a que fueron enfrentados los sujetos, destaca el hecho de
que el proceso que se sigue es exactamente inverso al escolariza-
do, donde la suma se empieza precisamente por los agrupamientos
de orden inferior, es decir, por los agrupamientos menores (por las
unidades, en el caso de los números naturales). Destaca asimis-
mo que el principio de ordenación decreciente en el cual descansa
la estrategia, deriva su lógica del manejo del dinero, y uno de los
sujetos lo dijo con claridad: “primero se cuentan los billetes, hasta
después los quintos, si no, estaría uno al revés”.
Hemos afirmado antes que la agilidad y eficiencia, la naturaleza
de los números involucrados, la capacidad de manejar la reagru-
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pación y los apoyos adicionales que se requieren, son elementos


que diferencian el uso de la estrategia en los tres niveles. Así, en
el primer nivel, aun para los casos en que no hay reagrupación, se
observan tanteos, apoyo en monedas, conteos e incluso errores;
mientras que en el tercer nivel el resultado se obtiene mentalmente
y con gran rapidez, aun cuando la reagrupación está implicada.

V. LA SUSTRACCIÓN: UNA SUMA


PARA CALCULAR UN FALTANTE

Para resolver problemas que involucran sustracción, los analfabetos


han construido dos estrategias: el procedimiento indoarábigo y la
sustracción por complemento aditivo.
La estrategia utilizada para resolver sustracciones cuando el cálculo
no implica desagrupación, basada también en el principio de or-
denación decreciente, es el procedimiento indoarábigo y tiene los
siguientes componentes:

a) descomposición de los números en… centenas, decenas y uni-


dades, en ese orden;
b) resta de las… centenas, es decir, de los agrupamientos mayo-
res, con la idea de completar (mediante una suma), y obtención
de la primera resta parcial;
c) resta de las decenas, predominantemente con la idea de com-
pletar, y obtención de la segunda resta parcial;
d) resta de las unidades, es decir, de los agrupamientos menores,
predominantemente con la idea de completar, y obtención de la
tercera resta parcial;
e) suma de las restas parciales, a partir de los agrupamientos ma-
yores para obtener la resta total.

En el caso de la resta 75-62, el esquema que expresa la estra-


tegia de resolución es el siguiente:

a) descomposición de los números en decenas y unidades:

75→70 + 5 , 62→60 + 2
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b) resta de las decenas, con la idea de:

resto: o complemento:

70 - 60 = 10 60 + 10 = 70

c) resta de las unidades, con la idea de:

resto: o complemento:

5-2=3 2+3=5

d) suma de las restas parciales para obtener la resta total:

10 + 3 = 13

En esta estrategia —procedimiento indoarábigo— destaca, al igual


que en la suma, el manejo a partir de los agrupamientos mayores. Se
restan primero las centenas, luego las decenas, después las unidades.
Y esto, sugerimos, porque el referente que se tiene es el dinero.
La sustracción por complemento aditivo es la estrategia analfa-
beta que permite resolver sustracciones que implican desagrupa-
ción. Esta estrategia, que traduce la resta en una adición, puede
esquematizarse así en el caso del cálculo: 92-55:

92 - 55 = X → 55 + X = 92.

En este caso los sujetos obtienen el valor de X sin descomponer


los números involucrados. En lenguaje común sería posible expre-
sar así el razonamiento involucrado en la estrategia: “55 para 92…
37, porque 55 y 37 son 92”. Escuchemos a uno de nuestros sujetos
(Valentín (V), tercer nivel):

V: Si hiciera 92 y le quedaran 55… (se refiere a un problema con el


cálculo 92-55)… ¡ahora sí está difícil!… pero la vamos a sacar…son
55... 30… 35 [en voz baja]… le quedarían ¿33? [dirigiéndose a E]…
E: A ver, dígame otra vez: eran 92…
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V: [Interrumpe a E] Eran 92… bueno, eran 90… (obsérvese la introduc-


ción del redondeo: 92 = 90 + 2)… y vendió 55… le quedaban 35… si
tuviera 90, pero tenía 92… entonces le quedan 37 [bastante rápido].

La sustracción por complemento aditivo no está de hecho per-


filada en el primer nivel. Los sujetos fracasan sistemáticamente al
intentar resolver cálculos que involucran desagrupación cuando los
números involucrados no terminan en 0 o 5 respectivamente. En el segundo
nivel, la desagrupación obliga a tanteos y conteos. En el tercer nivel
reaparecen la agilidad y la certeza no observadas en los niveles
antecedentes.
En la estrategia que acabamos de describir, el progreso es no-
table de nivel a nivel. Mientras en el nivel inicial la estrategia aún no
está delineada y los sujetos realizan intentos sin lógica aparente, en
el nivel intermedio se necesitan objetos físicos, tanteos y conteos para
obtener el cálculo. Los sujetos de este nivel nos explicaron: “Yo en 55
me baso, y de ahí ya me voy: 56, 57, 58”; o “primero le conté los 55 y
de ahí agarré: 55, 56, 57, 58, 59, 60”… y los vimos resolver el cálculo
con las monedas, en ocasiones, contándolas de una en una. En el
nivel final, en cambio, se prescinde de los conteos, los tanteos y los
objetos. Y esto gracias a que los sujetos han incorporado el redondeo,
mecanismo que hace eficaz el cálculo.
Un último comentario en relación con la sustracción. Si bien en
términos generales los sujetos transforman en adición la sustracción,
al pensarla como la búsqueda de un faltante, en los sujetos con menos
desarrollo se evidenció en ocasiones la necesidad de recurrir a la idea de
obtener el resto (gastar dinero, para ser exactos) ante la incapacidad de
calcular el faltante que implicaba el problema en cuestión. Esto permite
interpretar la idea de obtener el resto (quitar) como la más primitiva
asociada a la resta, por estar ligada a la acción particular y concreta
que la generó: gastar dinero, esto es, retirar monedas.

VII. LA MULTIPLICACIÓN: UNA SUMA PARA DUPLICAR


REITERADAMENTE UN VALOR

Las estrategias que han construido los analfabetos para resolver


multiplicaciones son tres:
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a) conteo o suma de sumandos iguales; se utiliza cuando la senci-


llez del cálculo permite transformarlo en un simple conteo;
b) duplicación reiterada; ésta es la estrategia más general de multipli-
cación; es utilizada cuando los cálculos rebasan la dificultad seña-
lada en el inciso anterior, esto es, cuando no pueden resolverse
por un simple conteo;
c) multiplicación abreviada. Esta estrategia se utiliza exclusivamen-
te en el tercer nivel. Sustituye a la duplicación reiterada en los
casos en que los sujetos han memorizado los productos involu-
crados en el cálculo.

a) Conteo o suma de sumandos iguales

Esta estrategia consiste en un conteo seriado en donde la unidad


de conteo es uno de los factores, valor que también corresponde
a cada uno de los sumandos iguales de la suma con que podría
expresarse el cálculo.
En el caso del cálculo 200 x 6, la estrategia puede expresarse así:

200 x 6→200, 400, 600, 800, 1 000, 1 200

“De a 200: 2, 4, 6, 8, 10, 12… vienen a ser 1 200”, nos dice un


sujeto.
La estrategia también podría expresarse como una suma de su-
mandos iguales, en particular si nos referimos al primer nivel, donde
los sujetos no han memorizado del todo las series involucradas y
aún recurren a la suma, base de la memorización:

200 x 6→200 + 200 + 200 + 200 + 200 + 200 = 1 200

El conteo o suma de sumandos iguales no aparece en el tercer


nivel, ya que los sujetos han memorizado combinaciones de multipli-
cación y de esta manera obvian los conteos. Es decir, la estrategia
puesta en marcha en el tercer nivel, supone una síntesis del conteo
propio del nivel antecedente, síntesis que se basa en la memoriza-
ción de productos.
EL SABER MATEMÁTICO DE LOS ANALFABETOS… 193

Mientras que en el segundo nivel nos dicen: “es así como quien
dice seguido”, o “yo fui de uno por uno”, refiriéndose al conteo 200,
400, 600, 800, 1 000, 1 200, necesario para calcular 200 x 6, en el
tercer nivel nos indican: “de tanto, ya sabe uno lo que es”, y la rapi-
dez con que se realizan cálculos como el mencionado, son prueba
de tal afirmación.

b) Duplicación reiterada

Ésta es la estrategia básica de multiplicación por la potencia que


supone, esto es, por el infinito número de cálculos que pueden ser
resueltos con ella. Consiste en duplicar reiteradamente uno de los
números involucrados en el cálculo, hasta lograr la suma equivalen-
te al producto buscado. Es decir, la estrategia consiste en duplicar
uno de los factores, obteniendo así dos veces el valor del factor
utilizado para realizar el cálculo; duplicar nuevamente el resultado
obtenido, obteniendo así cuatro veces el valor del factor; duplicar
nuevamente el resultado obtenido, obteniendo así ocho veces el
valor del factor tomado para realizar el cálculo; el procedimiento
se repite tantas veces como sea necesario para lograr el producto
correspondiente o, en ocasiones, sólo hasta encontrar un número
cómodo para continuar realizando el cálculo. Para el caso de la
multiplicación 12 x 30, el esquema de resolución es el siguiente:

((( 30 + 30 ) + 60 ) + 120 ) + 120 = 360

Cabe señalar que la estrategia de duplicación reiterada es si-


milar a la utilizada por los egipcios según se registra en el Papiro
Rhind, manual práctico de matemáticas escrito hacia el año 1700
a.C. (cf. Newman, 1968).
Conviene hacer dos señalamientos más sobre la duplicación
reiterada antes de iniciar el desglose de su desarrollo: 1) en el nivel
inicial aún no se encuentra consolidada; 2) en el tercer nivel, prác-
ticamente ha desaparecido debido a la memorización de productos
que han logrado los sujetos, memorización que les permite sintetizar
los mecanismos de multiplicación. Así, en el primer nivel la estra-
tegia se abandona cuando apenas se han realizado unas cuantas
194 REVISTA LATINOAMERICANA… VOL. XXXV, NÚMS. 3-4, 2005

duplicaciones, mientras que en el tercer nivel sólo quedan resabios


de su uso. Los diálogos que insertamos a continuación ilustran el de-
sarrollo progresivo de la duplicación reiterada en el caso del cálculo
12 x 30 (Margarita, primer nivel):

E: Plantea un problema con el cálculo 12 x 30:


M: ¿12 bolillos?
E: Sí, 12 bolillos, a $30 cada uno.
M: ¡Ay, maestra, voy que no me sale! [se ríe] ...12 me dijo… de a 30... [pien-
sa, mueve los labios y los dedos]… en dos serían ¿qué?… ¿60?…
[pensativa]… otros 60 serían… ¿qué? ¿120?… [pensativa]… ¡No,
maestra, no va a salir, es más fácil de a 500! [M se refiere a que es
más fácil comprar $500 de pan].
E: Pero yo le puse a $30 cada bolillo, 12 bolillos.
M: (Piensa, mueva los labios)...60 [en voz baja, sigue pensativa]… ¡No
sale, maestra!
E: Hágala si quiere con las monedas...
M: Piensa un momento, luego toma, de tres en tres, monedas de $10
hasta hacer 12 alteros de $30… Aquí está lo de 12 [dirigiéndose a
E]…

La estrategia, que en el primer nivel se abandona apenas he-


chas unas cuantas duplicaciones, o se maneja de manera ineficien-
te y mezclada con la suma de sumandos iguales, gana en claridad,
eficiencia y eficacia en el segundo nivel (Vicenta, segundo nivel):

V: [Refiriéndose a 12 bolillos de $30]… en 2 serían 60; de otros 2


serían otros 60; serían 60...120 de 4; de otros 4 otros 120… 240;
de otros 4 serían otros 120; son… 360.

La estrategia de duplicación reiterada ha caído en desuso en el


tercer nivel. A la pregunta ¿fue contando lo que era en dos y luego
lo que era en otros dos?, un sujeto responde: “No, no, yo de un
jalón agarré… muy poco pienso en contar así como usted dice”. Y
la rapidez con que los sujetos ubicados en el tercer nivel resuelven
los cálculos es testimonio del abandono de la duplicación reiterada.
El caso de la multiplicación 17 x 18 exhibe también la evolución de
EL SABER MATEMÁTICO DE LOS ANALFABETOS… 195

la duplicación reiterada. En los intentos de resolución observados


en el primer nivel, los sujetos evidenciaron nuevamente incapacidad
de resolución. Ninguno de los sujetos ubicados en este nivel obtuvo
un resultado correcto; en tres casos por manejo ineficiente de la es-
trategia y en dos más porque de antemano se reconoció como irre-
soluble el cálculo. Vale la pena mencionar que los sujetos de este
nivel tienen claridad respecto a las multiplicaciones que son incapa-
ces de resolver, de tal suerte que, en ocasiones, hay una negativa
rotunda a solucionar el cálculo y, en otras, se accede a resolverlo
una vez que las cifras planteadas originalmente son sustituidas por
otras terminadas en 5. Cabe mencionar, por otra parte, que sólo dos
sujetos de este nivel resolvieron satisfactoriamente el cálculo 25 x
23, el cual hemos visto que es más sencillo, desde la lógica de los
sujetos, precisamente porque uno de los factores termina en 5.
En el segundo nivel, el cálculo 25 x 23 es resuelto exitosamen-
te en todos los casos. Los límites en el cálculo se encuentran en
multiplicaciones como 17 x 18, esto es, en multiplicaciones que in-
volucran números de dos cifras con terminación distinta de 5 o 0.
Pero aquí los obstáculos y errores son distintos de los que impiden
las soluciones satisfactorias en el primer nivel: el abandono de la
estrategia antes de lograr la solución o de obtener sumas parciales,
e incapacidad de integrarlas para obtener el producto total. Así, por
ejemplo, es posible obtener mediante duplicaciones iteradas los pro-
ductos parciales 72, 72, 72, 72 y 18, pero no es posible sumarlos
para obtener el 306.

c) Multiplicación abreviada

En cuanto a la multiplicación, el cálculo adulto no escolarizado ha


alcanzado en el nivel final un avance muy considerable en relación
con la etapa que le antecede. Los cálculos se resuelven con gran
agilidad, sin apoyo de objetos físicos y con certeza. Y esto se logra
gracias a que se ha construido una nueva estrategia, la multipli-
cación abreviada, que sustituye a la duplicación reiterada, y que
constituye una forma de sintetizar el cálculo mediante el redondeo
de uno de los factores y la utilización de los productos que se han
memorizado. De esta manera, en el tercer nivel se han hecho a
196 REVISTA LATINOAMERICANA… VOL. XXXV, NÚMS. 3-4, 2005

un lado los obstáculos en la multiplicación y los sujetos resuelven


cálculos que no logran realizar en los otros niveles. Observemos el
uso de la estrategia (Silvino, tercer nivel):

S: Ahí está más larga [se refiere al cálculo 17 x 18].


E: Pero, ¿sí la puede sacar?
S: Sí, nomás espéreme… [piensa, mueve los labios]… me saldrían
306 [bastante rápido].
E: ¿Cómo hizo la cuenta, cómo contó para sacar los 306?
S: Pensé en que fueran de a 20 cada caja, ahí serían 340; si fueran
de a 20, pero luego de ahí hay que irle quitando porque sobraban
2 en cada una [el problema indicaba 18, no 20].
E: ¿Cómo?
S: Sí, 2 en 17… son 34, es lo que hay que apartar de lo que teníamos,
y salió… a 306.

El esquema que puede expresar la estrategia de resolución, en


el caso que hemos ejemplificado, es el siguiente:

a) redondeo de uno de los factores:

17 x 18→17 x 20

b) realización de la multiplicación con los nuevos factores:

17 x 20 = 340

c) cálculo del excedente introducido por el redondeo:

20 - 18 = 2, entonces, 2 x 17 = 34

d) resta del excedente introducido por el redondeo:

340 - 34 = 306

Esta estrategia, que introduce el redondeo y la memorización de


productos, y que es utilizada por los sujetos del tercer nivel, consti-
EL SABER MATEMÁTICO DE LOS ANALFABETOS… 197

tuye el grado máximo de desarrollo en el manejo de la multiplicación


analfabeta, y sugerimos que es resultado del desarrollo progresivo
de la estrategia denominada duplicación reiterada.

VIII. LA DIVISIÓN: UNA SUMA PARA PROBAR UN COCIENTE

La estrategia básica de división, a la cual hemos llamado suma


iterada del cociente hipotético, se basa nuevamente en la adición.
Consiste en suponer un resultado (cociente hipotético) y probar si
es correcto sumándolo tantas veces como indique el número corres-
pondiente al divisor.
La suma iterada del cociente hipotético se aplica con la descom-
posición del dividendo cuando la complejidad del cálculo lo requiere
—dividiéndose las… centenas, decenas y unidades por separado,
con este mismo procedimiento— y se maneja con más o menos
certeza de acuerdo con el nivel en que se encuentren los sujetos.
El principal obstáculo en el manejo de la división lo constituye el
residuo, elemento que marca la pérdida de la eficiencia en la estra-
tegia y que hace exclusiva del nivel final la resolución de los cálculos
que lo implican. Y es que en este nivel los sujetos han tomado con-
ciencia del sobrante, lo cual es condición indispensable para poder
manejarlo. Asimismo, en el nivel final se ha desarrollado una nueva
estrategia, basada también en la suma iterada, pero esta vez no del
cociente hipotético sino de múltiplos del divisor.
Ejemplificamos a continuación, con la división 900 ÷ 3.

a) suma iterada del cociente hipotético en su versión más elemen-


tal, esto es, sin descomposición del dividendo:

900 + 3 → ¿300?

b) prueba de la validez del cociente hipotético mediante su suma


iterada:

300 + 300 + 300 = 900


198 REVISTA LATINOAMERICANA… VOL. XXXV, NÚMS. 3-4, 2005

La prueba de la validez se realiza mediante la comparación del


número de veces que es utilizado como sumando el cociente hi-
potético y el número que corresponde al divisor, así como por la
igualdad que deberá existir entre el resultado obtenido en la suma
y el dividendo.
Si la prueba no otorga validez al cociente hipotético, entonces:

c) suposición de un nuevo resultado (cociente hipotético) y repeti-


ción del proceso hasta encontrar el que sea válido.

Esta estrategia fue utilizada con tanteos por todos los sujetos
del primer nivel y no en todos los casos resultó exitosa. Así, vimos
a los sujetos suponer 200 o 400 como cocientes, los cuales fueron
eliminados al realizarse la suma iterada: “Está muy arriba el precio”
o “hay que ponerle de más, porque en 200 no sale”, fueron expresio-
nes de los sujetos que en ocasiones no reiteraron el procedimiento
hasta obtener un cociente válido. La estrategia, en el segundo nivel,
muestra avances importantes: todos los sujetos resuelven el cálcu-
lo, el tiempo para hacerlo ha disminuido, algunos ya no realizan tan-
teos y ninguno se apoya en objetos físicos para llegar al resultado
correcto. En el tercer nivel, el progreso es notable. No hay tanteos y
el cálculo se realiza con suma rapidez (José, tercer nivel):

J: … $300 cada kilo: 3, 6, 9 [muy rápido].


E: ¿Me puede explicar cómo la hizo?
J: De a $3, de a $300 por cada kilo; o sea, la saqué con tres dedos:
3, 6, 9. Ésta es más sencilla: 3, 6, 9, porque se trata de precio ce-
rrado… son $900.

La suma iterada del cociente hipotético se aplica con descompo-


sición del dividendo cuando la complejidad del cálculo así lo exige.
Es decir, se dividen por separado las… centenas, decenas y uni-
dades, reiterando el procedimiento antes descrito. Analicemos el
caso de la división 480 ÷ 4, en la cual se utiliza esta estrategia. El
esquema de resolución es el siguiente:

a) descomposición del dividendo en centenas y decenas:


EL SABER MATEMÁTICO DE LOS ANALFABETOS… 199

480 → 400 + 80

b) resolución de la división 400 ÷ 4 mediante suma iterada del co-


ciente hipotético:

400 ÷ 4 → ¿100 ?

c) prueba de la validez del cociente hipotético con base en su suma


iterada:

100 + 100 + 100 + 100 = 400

Si el cociente hipotético no prueba su validez, entonces se su-


pone otro cociente hasta encontrar el que sea válido.

d) resolución de la división 80 ÷ 4, mediante suma iterada del co-


ciente hipotético:

80 ÷ 4→¿20?

e) prueba de la validez del cociente hipotético:

20 + 20 + 20 + 20 = 80

Si el cociente hipotético no prueba su validez, entonces se su-


pone otro hasta encontrar el que sea válido.

f) suma de los cocientes parciales para obtener el cociente total:

100 + 20 = 120

En el primer nivel sólo tres de los cinco sujetos resolvieron co-


rrectamente esta división, uno de ellos apoyándose en monedas
y después de muchos tanteos. En el segundo nivel, el progreso
específico lo constituye el hecho de que todos los sujetos logran un
resultado correcto, sin apoyarse en objetos físicos y con muchos
menos tanteos que en el nivel antecedente. Una explicación típica
200 REVISTA LATINOAMERICANA… VOL. XXXV, NÚMS. 3-4, 2005

de este nivel es la siguientes: “¿480 los cuatro?… ‘ora’ verá… salen


a ciento... a 120 cada uno... hice la cuenta empezándole de a 100…
de a 100 a cada uno, y luego se le agregan 20 a cada uno [a cada
100]; son 80, son 480". Nuevamente son la certeza y la agilidad las
que constituyen el progreso en el tercer nivel, donde han desapare-
cido por completo los tanteos.
Hasta aquí hemos analizado divisiones exactas, divisiones que
están al alcance de los sujetos del primer y segundo nivel, pues no
implican la dificultad que marca el límite en el cálculo de cocientes
en estos niveles, que es el manejo del sobrante. En seguida nos
ocupamos de este caso.
Como hemos dicho, el residuo marca los límites del cálculo de
cocientes en el primer nivel. La división 840 ÷ 3 (que de acuerdo
con el procedimiento seguido por los sujetos implica un residuo in-
termedio) evidencia tal situación, pues ninguno de los sujetos logró
resolverla satisfactoriamente.
La estrategia observada —suma iterada del cociente hipotético— si
bien en el primer nivel no es exitosa, puede esquematizarse así:

a) suposición de un cociente:

840 ÷ 3 → ¿300?

b) prueba de la validez del cociente hipotético, mediante suma ite-


rada:

300 + 300 + 300 = 900

c) percepción de la no validez del cociente hipotético, e incapaci-


dad de modificarlo para obtener el correcto.

A continuación se observa la incapacidad de modificar el cocien-


te hipotético propia del primer nivel (Delfina, primer nivel):

D: 840… [en voz baja]... ¿que me los dieran a cómo? [se refiere al
cálculo 840 ÷ 3].
E: A $3.
EL SABER MATEMÁTICO DE LOS ANALFABETOS… 201

D: [Piensa, hace conteos en voz baja durante un rato]. Dos saldrían a


300 y uno a 240 [dirigiéndose a E].
E: Hágala [la cuenta] por favor otra vez, porque no le entendí muy
bien.
D: ¿Por qué, cuánto me dijo?
E: Eran $840, para comprar conos de $3…
D: ¿De a $3?, ¡ah!, yo la saqué de a 300… [piensa un rato]… es que
no sé contarla bien… [se queda callada, no continúa].

Este sujeto, al igual que otros del primer nivel, muestra la incapaci-
dad de modificar el cociente supuesto inicialmente (300). El obstácu-
lo radica en que se espera obtener en la prueba del cociente una
suma igual al dividendo. Por supuesto, con base en la herramienta
con que cuentan los sujetos de este nivel, tal expectativa no se cum-
ple. Al respecto se nos dice: “Dos saldrían en 300 y uno a 240” o
“300… y otros 300...en los otros 300 es donde ya no salió…” En otras
palabras, los sujetos buscan un resultado exacto (sin residuo) en su
aproximación, y al no lograrlo abandonan la solución o sostienen un
resultado erróneo porque no han incorporado en su reflexión la po-
sibilidad de un sobrante, es decir, la posibilidad de que el resultado
de la suma iterada del cociente hipotético no coincida con el divisor.
He aquí los límites del cálculo de cocientes en el primer nivel.
En el segundo nivel el cálculo 840 ÷ 3 marcó el inicio de la pérdi-
da de la eficiencia de la suma iterada del cociente hipotético. Si bien
se ha avanzado, pues todos los sujetos intentan resolver el cálculo
mentalmente, se hipotetiza más de un cociente y se logra el resul-
tado en un caso, los tanteos aumentan y pierden seguridad si se les
compara con las divisiones que no implican residuo, tal como se
resuelven en este mismo nivel.

Suma iterada de múltiplos del divisor

En contraste con los niveles antecedentes, en el tercer nivel se re-


suelven exitosamente divisiones como 840 ÷ 3. La estrategia que se
pone en marcha para hacerlo, denominada suma iterada de múltiplos
del divisor, sustituye a la suma iterada del cociente hipotético. Ilustra-
mos en seguida el uso de la estrategia (Valentín, tercer nivel):
202 REVISTA LATINOAMERICANA… VOL. XXXV, NÚMS. 3-4, 2005

E: [Plantea un problema con el cálculo 840 ÷ 3].


V: 840… ¿de a tres?… ¡ahora bien, yo creo que aquí sí vamos a
necesitar algo que nos ayude, porque son varias!… tres por cinco:
15... 45 90… [en voz baja, luego toma una revista y un lápiz que
yo le doy y, a la vez que va haciendo cálculos mentalmente, anota
lo siguiente:]
33
33
33
33
33
33
33
33
33 [cabe señalar que ésta fue la única ocasión en que en el tercer
nivel se utilizó un registro no mental del cálculo], [luego, dirigién-
dose a E] ¿Serán 280?

E: Sí, ¿cómo la sacó?.


V: Pues “ora” sí que con un poquito de suma… [fui sumando] los
montones… fui sumando de, digamos, de 33…
E: ¿Por qué de a 33?
V: Porque me salía más fácil… me salen 99, sobrándome uno [segu-
ramente se refiere a que 33 x 3 = 99 y 99 + 1 = 100] .

En otras palabras, para realizar la división, el sujeto obtiene al


menos los siguientes múltiplos del divisor:

3 x 11 = 33 (primer múltiplo),
33 x 3 = 99 (segundo múltiplo).

La obtención de tales múltiplos facilita notablemente la obtención


del cociente.
Este esquema de resolución corresponde también a la estrategia
utilizada para resolver el cálculo 200 ÷ 12. Los pasos seguidos en
este último caso pueden esquematizarse así:
EL SABER MATEMÁTICO DE LOS ANALFABETOS… 203

a) iteración del divisor tantas veces como sea necesario para ob-
tener un múltiplo cómodo para el cálculo:

12 x 5 = 60

b) iteración del múltiplo obtenido tantas veces como sea necesario para
obtener el múltiplo más próximo al dividendo, menor que éste:

60 x 3 = 180

c) cálculo del residuo intermedio (diferencia entre el múltiplo obte-


nido en el paso anterior y el dividendo):

200 - 180 = 20

d) división del residuo intermedio:

20 ÷ 12 = 1

e) cálculo del residuo final:

20 - 12 → 12 + 8 = 20

f) integración del cociente global, mediante suma de los cocientes


parciales:

15 + 1 = 16

Cabe mencionar que, en la aplicación de la suma iterada de múl-


tiplos del divisor, los sujetos utilizaron distintos múltiplos y distinta
ordenación de los mismos; aquí ejemplificamos con los múltiplos es-
pecíficos utilizados por dos sujetos; que otros sujetos hayan utilizado,
por ejemplo, la secuencia 12 x 4 = 48 (primer múltiplo), 48 x 2 = 96
(segundo múltiplo) no invalida, empero, el esquema general que sub-
yace en la estrategia.
De manera parecida a como ocurre en la multiplicación, es la
ejercitación y diversidad en los cálculos, que deviene memorización
204 REVISTA LATINOAMERICANA… VOL. XXXV, NÚMS. 3-4, 2005

y destreza, la que posibilita la construcción de esta estrategia, la


que, ha de señalarse, amplía notablemente los límites del cálculo
de cocientes en el tercer nivel.

IX. LA CAPACIDAD DE GENERALIZAR


LAS ESTRATEGIAS DE CÁLCULO

Los sujetos ubicados en el primer nivel muestran, ocasionalmente,


dificultades para desprenderse de los datos de su experiencia par-
ticular e introducirse en la lógica y en los datos de los problemas
aritméticos planteados. Es decir, en ocasiones los sujetos funden la
lógica y los datos de las situaciones hipotéticas que se les presentan
con los datos de su experiencia previa, y esta fusión toma diversos
grados y diversas formas:

1. Centralización en la experiencia particular

En este caso, los sujetos exhiben una total incapacidad de manejo


del problema. Dicha incapacidad denota que los sujetos no se intro-
ducen en la lógica de la situación planteada y permanecen centra-
dos en los datos de su experiencia cotidiana. Los sujetos ubicados
en el primer nivel evidencian, ocasionalmente, tal centralización en
el momento de intentar resolver un cálculo hipotético. Tal es el caso
siguiente (Hilario, primer nivel):

E: Si se pagan $575 por cinco pasajes, ¿cuánto cuesta cada pasaje?


H: Póngale que son 250 por pasaje.
E: ¿Por qué 250?, le dije $575 por cinco pasajes.
H: Así pago de aquí a Taxqueña: 250.
E: Haga otra vez la cuenta por favor, le dije que se pagaban $575 por
los cinco pasajes.
H: 250… en un pasaje [dirigiéndose a E].
E: ¿Por qué le salió a 250, cómo hizo la cuenta?
H: Lo que pago de aquí a allá [nuevamente los datos de su experien-
cia] son $250, ahora que cinco pasajeros… [se queda pensativo,
no resuelve el problema, sólo alude otros datos y circunstancias de
su experiencia personal].
EL SABER MATEMÁTICO DE LOS ANALFABETOS… 205

Y esta centralización en la experiencia particular, que no permite a


los sujetos introducirse en la situación hipotética que se les plantea,
se presentó, en algún momento, en cuatro de los cinco sujetos ubi-
cados en el primer nivel.

2. Canjeo de los datos numéricos del problema


por los datos de la experiencia personal

En este caso, la resolución de los problemas se basa en los datos nu-


méricos de la experiencia previa. Es decir, los sujetos sustituyen los
números del problema por los que manejan cotidianamente. La dife-
rencia con la centralización en la experiencia particular la constituye
el hecho de que los sujetos se introducen en la lógica de la situación
hipotética planteada y utilizan las relaciones implicadas en la misma.
Si bien permanecen los datos numéricos de la realidad cotidiana, se ha
aceptado la situación problemática planteada y es ésta la que guía el
razonamiento. Sugerimos, al respecto, que el contexto planteado en el
problema permite resolverlo porque expresa acciones familiares para
el sujeto: comprar y vender, por ejemplo. Esto se observó en varios
sujetos que al intentar resolver problemas con acciones como comprar
tortillas, cigarros o pan, lo hicieron correctamente, pero con los precios
que ellos cotidianamente manejaban.

3. Canjeo del contexto del problema —y conservación


de los datos numéricos— para reinterpretarlo y resolverlo
con base en una acción conocida

En los intentos de resolución en que se observó este tipo de fusión,


el problema se transforma en otro relacionado con la experiencia
previa para lograr la solución. Esto apoya una afirmación hecha
anteriormente: las acciones ligadas al manejo del dinero (comprar
y vender) son el origen de las estrategias de cálculo. Y la reinterpre-
tación de los problemas con base en tales acciones da a los sujetos
del primer nivel, en ocasiones, la posibilidad de resolución. Así, es
factible resolver problemas que implican, por ejemplo, sacar o per-
der, sustituyendo dichas acciones por otras más familiares como
gastar o vender, acciones por demás familiares a los sujetos.
206 REVISTA LATINOAMERICANA… VOL. XXXV, NÚMS. 3-4, 2005

4. Yuxtaposición, es decir, intento de solución con los datos


del problema hipotético y regreso, en una etapa avanzada
del proceso de resolución, a los datos de la experiencia personal

En este caso, los sujetos muestran inicialmente un desprendimiento


de los datos cotidianos. Finalmente, tal desprendimiento no se logra
y se regresa a los datos de la experiencia. De esta manera, las so-
luciones que se obtienen son erróneas pues contienen, en parte, los
datos del problema y, en parte, los datos de la experiencia. Veamos
(Ramón, primer nivel):

E: Si usted comprara cinco bolillos, a $30 cada uno, ¿cuánto tendría


que pagar?
R: Cinco bolillos… ¿a 30?… 30... 60… 60…120; 120 y… 35.
E: Iba usted en 120, luego, ¿qué le puso para que la cuenta le saliera
a 135?
R: Le puse cinco más [el sujeto se refiere a que aumentó $5 al bolillo.
El precio real del bolillo en la época en que se realizó la entrevista
era de $35].
E: Pero usted me dijo que de cuatro bolillos son 120…
R: Sí… más 35 [vuelve al precio real del bolillo. No obtiene el resultado
correcto].

En casos como el anterior, los sujetos muestran un desprendi-


miento inicial de los datos manejados en la experiencia vital. Final-
mente, tal desprendimiento no se logra y se concluye la resolución
con los datos correspondientes a la experiencia cotidiana.
La dificultad para desprenderse de los datos de la experiencia par-
ticular, dijimos antes, se observa solamente en el primer nivel, lo cual
convierte a esta característica en uno de sus rasgos definitorios.
Y los datos sugieren que tal dificultad deriva de la falta de frecuen-
cia, diversidad y exigencia de exactitud en los cálculos que realizan
los sujetos. En efecto, los sujetos ubicados en el primer nivel han
tenido a lo largo de su vida escaso o monótono manejo del cálculo, es
decir, escasas o monótonas necesidades de intercambio comercial.
Destaca aquí el caso de una persona que vende raspados desde
hace 10 años, que si bien maneja permanentemente dinero por su
EL SABER MATEMÁTICO DE LOS ANALFABETOS… 207

condición de vendedora, al manejar un único precio (fijado además


para facilitar el cálculo) sus esquemas han permanecido atados a
esos datos y muestran escaso desarrollo.
En contrapartida, los sujetos con más desenvolvimiento en sus
estrategias de cálculo (y con más capacidad de generalizarlas) son
los sujetos cuya experiencia matemática ha sido diversa, frecuente
y con exigencia de exactitud. Tal es el caso de los sujetos ubicados
en el tercer nivel (Ávila,1988:10 y ss).

X. CONOCIMIENTO Y MANEJO DE SÍMBOLOS NUMÉRICOS

Existe disparidad en el conocimiento que sobre los símbolos numé-


ricos poseen los analfabetos. Detectamos desde sujetos que co-
nocen sólo el 5 e identifican los billetes por el color, hasta sujetos
que reconocen la representación simbólica de todos los números
naturales entre 1 y 1 000.
Y las fuentes de este conocimiento, a decir de los sujetos, son
fundamentalmente los precios, las monedas, los números de las
casas y de los camiones. Una mujer, por ejemplo, nos relata:

Yo aprendí los números cuando llegué a México: en un papel traía


anotada la dirección a donde yo venía… llegué a la calle [donde vivían
los familiares] de puro preguntar; entonces empecé a ver los números
en las puertas, hasta que dí con el que traía anotado…

Asimismo, son las exigencias laborales las que, en ocasiones,


llevan a ampliar este conocimiento. Tal es el caso de un obrero que
trabaja desde hace muchos años en una fábrica de zapatos. Ahí dia-
riamente identifica los números marcados en los cortes de piel, pues
éstos indican estilos de calzado con base en los cuales debe hacer de-
terminadas perforaciones. Otro sujeto relata una situación parecida:

Entre los artesanos empezamos a aprender porque vemos las cuentas


de los otros, para saber cómo vamos. Unos saben más que otros, y
ésos son los que te dicen, así es como poco a poco fui aprendiendo…
también de albañil aprendí. El maestro albañil nos hacía las cuentas,
porque nos pagaba por metro y nos mostraba las cuentas que él hacía
para que viéramos lo que nos tenía que pagar.
208 REVISTA LATINOAMERICANA… VOL. XXXV, NÚMS. 3-4, 2005

Es posible afirmar, por otra parte, que no existe relación entre el


uso de los símbolos numéricos o la posesión de un sistema gráfico
de registro, y el desarrollo de las estrategias de cálculo. No contar
con un sistema gráfico de registro no es un obstáculo para el cálculo
y, en sentido inverso, contar con él tampoco asegura el desarrollo
del mismo: las estrategias analfabetas de cálculo son, finalmen-
te, estrategias ágrafas. En efecto, los sujetos no necesitan anotar
las complicadas cuentas que hacen. Si bien en el primer nivel se
observa apoyo frecuente en objetos físicos, es la memoria, cuyo
desarrollo va aparejado al despliegue de la capacidad de cálculo,
la que permite la realización de éste a niveles más complejos. Y tal
situación es notoria en el tercer nivel, en donde el cálculo se apoya
casi exclusivamente en el movimiento imperceptible de los dedos.
Se nos dice al respecto: “las cuentas se hacen en la mente”, o “sólo
se apunta lo que te queda o lo que entregas, lo demás (el cálculo) se
hace pensando” (un sujeto refiriéndose a su trabajo como ayudante
en un comercio al mayoreo).
Pero éstos no son casos excepcionales, algo similar ocurre con
los demás sujetos a quienes prácticamente no vimos utilizar el lá-
piz para ejecutar los cálculos. Y es que, en el cálculo analfabeto,
el sistema de registro —necesario fundamentalmente en el primer
nivel— se constituye a partir de los dedos de las manos, las mo-
nedas y los billetes, cuya manipulación sustituye la posesión de un
código gráfico. El manejo de este sistema de registro es el que, en
muchas ocasiones, da a los sujetos del primer nivel la posibilidad
de resolución.
Es importante destacar, en esta misma dirección, el valor re-
lativo que los sujetos del tercer nivel son capaces de otorgar a los
dedos de las manos, los cuales igual pueden representar 1, 10, 100,
1 000… De acuerdo con José:

El que no sabe, cuenta con las manos… o sea también para contar
de a 10 se empieza de aquí para acá [del meñique al pulgar]… 10,
20, 30, 40, 50… o sea $50 se cuentan aquí [en la mano]… o sean 50
centavos… o lo mismo si fuera a contar sumas grandes igualmente
puede usted contar con las manos. O sea aquí [en la mano abierta]
determina usted $50 000.
EL SABER MATEMÁTICO DE LOS ANALFABETOS… 209

Siguiendo esta lógica, y suponiendo resuelto el problema de la


memorización de los cálculos parciales, podría afirmarse que los
sujetos ubicados en el tercer nivel son capaces de resolver prácti-
camente cualquier cálculo que se les presente, pues su sistema de
registro ofrece enormes posibilidades.
Con base en la explicación insertada arriba y en la declaración
hecha por varios sujetos acerca de que “el palabreo” ayuda a hacer
las cuentas, sugerimos: los dedos de las manos y el “pensar en voz
alta” son dos instrumentos poderosos que apoyan el cálculo mental.
Y el manejo de ambos instrumentos, en el tercer nivel, llega a estar a
tal grado interiorizado que resulta imperceptible hasta al observador
más atento, de ahí que a lo largo del escrito hayamos hablado de
cálculo mental cuando quizá debiésemos haber hablado de cálculo
apoyado en movimiento imperceptible de dedos.
Este cálculo, por lo demás, representa el mayor grado de des-
treza, abstracción y generalización del cálculo construido por los
analfabetos en la interacción con el mundo.

XI. REFLEXIONES FINALES

• La investigación confirma que los analfabetos construyen estrate-


gias de cálculo diferentes de las que subyacen en los algoritmos
escolarizados. No hay indicios de que las estrategias de resolu-
ción se inviertan y correspondan a las escolarizadas, ni siquiera
en el tercer nivel. La pregunta es si los proyectos de alfabetización
han de promover la consolidación y desarrollo de los esquemas y
mecanismos propios de los analfabetos o, por el contrario, si han
de basarse en la lógica de resolución escolarizada. En todo caso,
una cuestión central es qué pasa con las estrategias construidas
por los analfabetos cuando éstos se confrontan con la lógica de
los programas. Desde la persepectiva de los programas el proble-
ma es cómo ponerse en relación con una estrategia que, siendo
diferente y en ocasiones inversa, es eficaz en la vida cotidiana y
laboral de los adultos, y por tanto es necesariamente el punto de
partida de los analfabetos. Un reto es indagar si los mecanismos
y estrategias de los adultos pueden ser desarrollados y consolida-
dos mediante su formalización, y relacionarse así con las formas
210 REVISTA LATINOAMERICANA… VOL. XXXV, NÚMS. 3-4, 2005

escolarizadas actuales. En cualquier caso, el reto de la educación


de adultos no es sólo ponerse globalmente en relación con una
lógica diferente o inversa, sino con los niveles de su desarrollo. Es
evidente que los niveles encontrados exigen tácticas programáticas
de resolución diferenciadas. Asimismo, sería importante construir
procesos pedagógicos que facilitaran el tránsito de un nivel a otro
mediante la intensificación y diversificación de la experiencia de
aprendizaje.
Los adultos han desarrollado una estructura de pensamiento que
deriva, fundamentalmente, del manejo del dinero y el intercambio
comercial. No ocurre, sin embargo, que todos hayan logrado un
grado óptimo de desarrollo en sus estrategias de cálculo. De he-
cho, hay algunos que por su limitada experiencia en el intercambio
comercial y el manejo del dinero, se encuentran apenas constru-
yéndolas.
La diferencia de niveles y de eficacia en el uso de mecanismos de
cálculo puede ser comprendida en el contexto de las interaccio-
nes con el mercado. La intensidad, diversidad y complejidad del
intercambio comercial que realizan los sujetos es lo que delimita
las posibilidades de construcción y desarrollo de mecanismos y
estrategias de cálculo.
La base decimal que tiene nuestro sistema monetario y el inter-
cambio comercial, es isomorfa a la que sustentan las operaciones
con números naturales. Esto plantea, al menos, el problema de
la construcción de mecanismos y estrategias de sujetos analfabe-
tos cuyo sistema cultural no implique intercambios comerciales en
base diez.
• El carácter de esta investigación llevó a definir descriptivamente,
según ciertos principios rectores e indicadores, los niveles de de-
sarrollo del cálculo elemental entre los analfabetos. El problema
de su delimitación conceptual sigue en pie. Nuevas indagacio-
nes sobre los niveles aquí descritos podrán caracterizarlos como
modelos hipotéticos que expliquen relaciones entre mecanismos,
principios rectores y estrategias de resolución. Igualmente, en
cada nivel deberán delimitarse zonas de frontera, de manera que
pueda identificarse a los sujetos que no se han desprendido cla-
ramente de las características prototípicas de cada nivel.
EL SABER MATEMÁTICO DE LOS ANALFABETOS… 211

• La problemática de la alfabetización ya no puede ser abordada


en el plano de las generalizaciones programáticas. Es necesario
acotar sus campos específicos. Y la acotación implica conjunción
de ópticas disciplinarias y apertura a estrategias metodológicas
diversas. Su tratamiento sistemático demanda, al menos, el con-
curso de campos consolidados, tales como la psicología y la epis-
temología genética, la antropología y la propia matemática.
• Confirmamos nuestra certeza de que el cálculo es parte fundamental
en la vida cotidiana y laboral de los individuos y que, por lo tanto, ha
de asumirse más allá del discurso como parte central de la alfabeti-
zación y la educación de adultos. Creemos que una tarea previa al
desarrollo de programas y políticas educativas en la enseñanza de
la aritmética, ha de ser la promoción de la investigación en torno al
saber y los mecanismos de aprendizaje de los adultos, así como de
su relación con los sistemas escolarizados. Los millones de analfa-
betos o adultos sin escolaridad básica que cotidianamente enfrentan
problemas de cálculo, justifican que se realice tal empresa.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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tics and schooling in a lottery game”. Proceeding of the Tenth
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en América Latina”, en Ensayos sobre la educación de adultos
en América Latina, México, CEE, 1982.
EL SABER MATEMÁTICO DE LOS ANALFABETOS… 213

ANEXO

1. Esquema de la adición

Estrategia única Procedimiento indoarábigo

Principio rector Sumar primero lo más grande.

Casos en que es Todos los casos aritméticos (sin reagrupa-


utilizada la estrategia ción y con reagrupación).

Primer nivel • Algunos sujetos no han consolidado el prin-


cipio de sumar primero lo más grande.
• La estrategia es ine ciente, se necesitan
tanteos repetidos para obtener los resul-
tados.
DESARROLLO PROGRESIVO DE LA ESTRATEGIA

• Se necesita apoyo en objetos físicos (por


ejemplo, monedas) para realizar los cálculos,
excepto en los más elementales.
• La reagrupación constituye un obstáculo
insalvable en el cálculo, los casos que la
implican no se resuelven.
• Hay escasa agilidad en el cálculo.

Segundo nivel • Se ha consolidado el principio de sumar


primero lo más grande.
• La estrategia es e ciente (disminuyen los
tanteos propios del primer nivel) excepto
en los casos que implican reagrupación.
• La reagrupación deja de ser obstáculo insal-
vable en el cálculo, la mayor parte de los
sujetos resuelven los cálculos que implican.
reagrupación, aunque con algunos tanteos
• Aumenta la agilidad en el cálculo.

Tercer nivel • Permanece el principio de sumar primero


lo más grande.
• Hay tendencia a no descomponer los nú-
meros cuando terminan en 5 o 50.
• La estrategia es altamente e ciente, no se
necesitan tanteos ni aun en los casos en
que la reagrupación está implicada.
• El cálculo es exclusivamente mental.
• No hay obstáculos para el cálculo, la
reagrupación se maneja con soltura.
• La agilidad en el cálculo es notable.
214 REVISTA LATINOAMERICANA… VOL. XXXV, NÚMS. 3-4, 2005

2. Esquema de la sustracción

Estrategia Procedimiento indoarábigo Sustracción por comple-


mento aditivo

Principio rector Restar primero lo más gran- Completar una cantidad


de

Casos en que es utilizada Cuando el cálculo no im- Cuando el cálculo implica


plica desagrupación desagrupación
DESARROLLO PROGRESIVO DE LA ESTRATEGIA

Primer nivel • Se utiliza el principio de • Sólo se resuelven los


restar primero lo más cálculos que incluyen
grande números terminados en
0 y 5, respectivamente
• La estrategia es ine cien- • El complemento se en-
te, se realizan tanteos en cuentra, generalmente,
todos los cálculos por conteo de 1 en 1
• El apoyo en objetos fí- • La necesidad de tan-
sicos para realizar los teos es notable, la es-
cálculos es frecuente trategia es altamente
ine ciente
• La estrategia es inefi- • La necesidad de apoyo
caz, en algunos casos en objetos físicos, para
no lleva al resultado co- resolver los cálculos, es
rrecto frecuente
• La idea de complemen- • No se resuelven los cál-
to es asociada frecuen- culos que involucran nú-
temente al cálculo, pero meros con terminaciones
en ocasiones se cambia distintas de 5 o 0, de he-
por la idea de resta, li- cho, la estrategia para
gada a la acción de resolver tales casos no
gastar dinero se ha con gurado
• Hay escasa agilidad en
el cálculo

Segundo nivel • Se conserva el princi- • La estrategia se ha per-


pio de restar primero lo lado con claridad
más grande
• Los cálculos se realizan, • No se necesita el apoyo
por lo general, mental- en objetos físicos para
mente realizar los cálculos
EL SABER MATEMÁTICO DE LOS ANALFABETOS… 215

• La estrategia no es del • La estrategia es inefi-


todo e ciente, se nece- ciente cuando los nú-
sitan tanteos al resolver meros involucrados no
restas con números de terminan en 5 o 0.
dos cifras; sin embar-
go, se obtienen todos
los resultados correcta-
mente.
• La idea predominante • El conteo de 1 en 1 se ne-
asociada a la resta es cesita sólo en los casos
la de complemento. en que los números invo-
lucrados tienen termina-
ciones distintas de 5 o 0.

• La estrategia no es del
todo e caz, en ocasio-
nes no se logran resul-
tados correctos.
• La agilidad en el cálculo, • La agilidad en el cál-
en relación con el nivel culo, en relación con el
antecedente, ha aumen- nivel inicial, ha aumen-
tado. tado.

Tercer nivel • Permanece el principio • La estrategia es altamen-


de restar primero lo más te e ciente, los tanteos
grande. han desaparecido.
• La estrategia es alta- • No se necesitan con-
mente eficiente, no se teos de 1 en 1 para ob-
necesitan tanteos para tener el complemento.
realizar los cálculos.
• La estrategia es e caz, • No hay obstáculos para
se obtienen todos los el cálculo, la estrategia
resultados. se vuelve e caz gracias
a la incorporación del
redondeo, mecanismo
que permite el logro de
todos los resultados.
• La idea predominante • El cálculo es exclusiva-
asociada a la resta es mente mental.
la de complemento.
• No hay obstáculos para • La agilidad en el cálculo
el cálculo. ha aumentado notable-
mente, en relación con
el nivel antecedente.
• La agilidad en el cálculo,
en relación con los niveles
antecedentes, es notable.
216 REVISTA LATINOAMERICANA… VOL. XXXV, NÚMS. 3-4, 2005

3. Esquema de la multiplicación

Estrategia Conteo o suma de Duplicación reite- Multiplicación abre-


sumandos iguales. rada. viada.
Principio rector Conteo de series Duplicar reiterada- Simpli cación sintéti-
digitales. mente el último fac- ca de la duplicación
tor. reiterada.
Casos en que es Cuando los números En todos los casos Cuando los cálcu-
utilizada involucrados son dí- aritméticos, excepto los no pueden re-
gitos o pueden ma- en aquellos que se solverse por con-
nejarse como dígi- resuelven por con- teo simple.
DESARROLLO PROGRESIVO DE LA ESTRATEGIA

tos y re eren a una teo o suma de su-


serie memorizada mandos iguales.
previamente.

Primer nivel • La estrategia es • La estrategia no se • La estrategia no


eficaz, se logran encuentra conso- se ha construido.
resultados correc- lidada, frecuente-
tos en todos los mente se mezcla
casos. con la suma de
sumandos iguales.
• El apoyo en ob- • La estrategia no
jetos físicos es es e ciente ni e -
frecuente. caz, no se obtie-
nen resultados
correctos casi en
ningún caso.
• Hay escasa agili- • Se necesita, de ma-
dad en los cálcu- nera generalizada,
los. el apoyo en objetos
físicos.
• Hay problemas
para memorizar el
número de dupli-
caciones que se
realizan.
• Hay escasa agili-
dad en el cálculo.

Segundo nivel • La estrategia es • La estrategia se • La estrategia no


e caz, se logran ha consolidado. se ha construido.
resultados correc-
tos en todos los
casos.
EL SABER MATEMÁTICO DE LOS ANALFABETOS… 217

• El cálculo es pre- • La estrategia es


dominantemente eficaz, excepto
mental. en multiplicacio-
nes de números
de dos cifras con
terminaciones di-
ferentes de 5 o 0.
La ineficacia toma
dos formas: aban-
dono de la estra-
tegia, u obtención
de sumas parciales
que no logran inte-
grarse.
• La agilidad en el • La eficiencia ha
cálculo ha aumen- aumentado, los
tado, en relación tanteos disminu-
con el nivel ante- yen.
cedente.
• El cálculo es pre-
dominantemente
mental.
• La agilidad en el
cálculo ha aumen-
tado en relación
con el nivel ante-
cedente.

Tercer nivel • La estrategia es • La estrategia, prác- • La estrategia cons-


altamente e cien- ticamente, ha caído tituye una síntesis
te y e caz. en desuso, y se sus- de la duplicación
tituye por otra deno- reiterada, a la cual
minada de multiplica- sustituye.
ción abreviada.

• El cálculo es exclu- • La estrategia se


sivamente men- ha construido gra-
tal. cias a la memori-
zación de algunos
productos.
• Se ha abreviado • El cálculo es exclusi-
el cálculo y los vamente mental.
resultados se ob-
tienen sin conteo
evidente.
• Se han memoriza- • La e ciencia, e -
do algunos produc- cacia y agilidad
tos, lo cual permite con que se utiliza
notable agilidad en la estrategia son
el cálculo. notables.
218 REVISTA LATINOAMERICANA… VOL. XXXV, NÚMS. 3-4, 2005

4. Esquema de la división

Estrategia Suma iterada del Suma iterada del Suma iterada de


cociente hipotéti- cociente hipotético múltiplos del divi-
co. (con descomposi- sor.
ción del dividendo) .
Principio rector Hipotetizar un co- Hipotetizar un co- Obtención y suma
ciente y ponerlo a ciente parcial y reiterada de múlti-
prueba mediante ponerlo a prueba plos del divisor.
su suma reiterada. mediante su suma
reiterada.
Casos en que es Básicamente cuan- Básicamente cuan- En divisiones de
utilizada do el dividendo y el do el divisor es un números de 3 ci-
divisor son dígitos dígito o puede ma- fras entre otros de
o pueden manejar- nejarse como tal, y 1 o 2 donde hay
se como dígitos. el dividendo tiene 2 residuo intermedio,
o 3 cifras signi ca- o si la suma reite-
DESARROLLO PROGRESIVO DE LA ESTRATEGIA

tivas. rada del cociente


resulta laboriosa.

Primer nivel • La estrategia está • La estrategia está • No se ha construi-


de nida. perfilada pero es do la estrategia.
ineficaz, sólo al-
gunos sujetos ob-
tienen resultados
correctos.
• La estrategia es • La estrategia es
ine ciente, se ne- ine ciente, se ne-
cesitan varios tan- cesitan varios tan-
teos para obtener teos para obtener
un resultado. los resultados.
• Se necesita apo- • El apoyo en obje-
yo en objetos físi- tos físicos es ge-
cos para realizar neralizado.
los cálculos.
• La estrategia es • No se resuelven
ineficaz, no se ob- los cálculos que
tienen todos los implican residuo
resultados. intermedio, porque
la expectativa de
los sujetos es ob-
tener en la prueba
del cociente una
suma igual al “di-
videndo parcial” y
tal expectativa no
se cumple.
EL SABER MATEMÁTICO DE LOS ANALFABETOS… 219

• No se resuelven • La agilidad en el
los cálculos con cálculo es escasa.
residuo.
• La agilidad en el
cálculo es escasa.

Segundo nivel • Aumentan la efi- • La estrategia es e - • No se ha construi-


ciencia y la e ca- caz en los casos en do la estrategia.
cia de la estrategia que no hay residuo
en relación con el intermedio.
nivel antecedente:
los tanteos han
disminuido y se
obtienen todos los
cálculos que no
implican residuo.
• La eficiencia ha
aumentado: los tan-
teos han disminuido.
• El cálculo es exclu-
sivamente mental.
• El obstáculo en el
cálculo lo constitu-
ye el residuo inter-
medio que, cuando
aparece, cancela la
posibilidad de reso-
lución.
• La agilidad del cálcu-
lo ha aumentado.

Tercer nivel • La estrategia es al- • La estrategia es • Esta estrategia eli-


tamente eficiente: e caz en todos los mina los obstácu-
el primer cociente casos. los para el cálculo
que se hipotetiza de cocientes.
resulta válido.
• Se resuelven to- • El cálculo es exclu- • El cálculo es exclu-
dos los cálculos, sivamente mental sivamente men-
el residuo deja de tal.
ser obstáculo.
• La agilidad en el • La agilidad en el • La eficiencia, la
cálculo es notable. cálculo es notable. e cacia y la agili-
dad en el cálculo
son notables.
• El cálculo es exclu-
sivamente mental.

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