Tesis
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Tesis
SANTIAGO M. RODRIGUEZ-BUALO
2009
1
CONTENIDO
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Resumen…………………………………………………….......................................... I
Agradecimientos…………………………………………….........................................II
1. INTRODUCCIÓN
1.1. LOS XENARTHRA: GENERALIDADES…………………………….1-2
1.1.1. LOS CINGULATA: ORIGEN, EVOLUCIÓN Y
MORFOLOGÍA…………………………………………………………2-3
1.1.1.1. LOS PAMPATHERIIDAE………………………………..3-4
1.2. EL PLEISTOCENO EN EL NORTE DE LA ARGENTINA: SU
REGISTRO PALEOMASTOZOOLÓGICO…………………………..4-5
1.3 OBJETIVOS GENERALES Y PARTICULARES………………………6
1.4 HIPÓTESIS DE TRABAJO.........................................................................6
2. MATERIALES Y MÉTODOS
2.1. PROCEDENCIA GEOGRÁFICA Y ESTRATIGRÁFICA DE LOS
MATERIALES ESTUDIADOS……………………………………………7-10
2.2. ABREVIATURAS.................................................................................10-11
2.3. DESARROLLO DE LA METODOLOGÍA…………………………….11
2.4. MEDIDAS UTILIZADAS…………………………………………...11-14
4. SISTEMÁTICA PALEONTOLOGICA
4.1. PAMPATHERIUM AMEGHINO, 1891…………………………..........19
4.1.1. Pampatherium typum……………………………………..…19-23
4.1.2.1. Ilustración de los materiales……………………...24-25
4.1.2.2. Distribución geográfica y estratigráfica………….....26
4.2. HOLMESINA SIMPSON, 1930………………………………………....27
4.2.1. Holmesina paulacoutoi……………………………………....28-29
4.2.2.1. Ilustración de los materiales………………………….30
4.2.2.2. Distribución geográfica y estratigráfica…………..…31
7. CONCLUSIONES……………………………………………………………....37-38
8. BIBLIOGRAFIA………………………………………………………………..38-45
9. TABLAS DE MEDIDAS…………………………………………………...…..46-49
10. ANEXOS…………………………………………………………………...….50--52
2
Resumen
Los sedimentos loéssicos y palustres del Pleistoceno tardío-Holoceno temprano (ca 130-8 ka)
de la Argentina preservan uno de los registros más completos de vertebrados (principalmente
mamíferos) de América del Sur, en el que los Xenarthra constituyen uno de los elementos más
conspicuos. Sin embargo, no todas las áreas con esos sedimentos han recibido la misma
atención, y en particular, aquellas del centro-norte y noroeste de Argentina (29º S-21º S),
fueron las menos tratadas. Recientemente, ciertos autores han dado a conocer una notable y
diversa asociación de mamíferos fósiles asignables al Pleistoceno tardío, soportada
bioestratigráficamente por la presencia del Glyptodontidae Neosclerocalyptus cf. N. paskoensis
(Zurita, 2002). De modo tentativo, la unidad portadora corresponde a la Fm. Fortín Tres Pozos.
Dataciones OSL efectuadas en el área de estudio arrojan valores cercanos a los 58.160 años
AP (±4390), período correlacionable con el Estadio Isotópico (OIS) 3. En este contexto, se ha
llevado a cabo un estudio de los materiales asignados a Xenarthra Cingulata Pampatheriidae,
uno de los taxones de mayor registro en esta área, y sus principales implicancias
paleobiogeográficas y paleoambientales. Los resultados muestran la presencia de una alta
diversidad de Pampaterios, representada por el hallazgo de dos especies, Holmesina
paulacoutoi (Cartelle y Bohórquez, 1985) y Pampatherium typum (Gervais y Ameghino, 1880)
provenientes de ámbitos paleobiogeográficos distintos y con diferentes requerimientos
ecológicos. H. paulacoutoi es un taxón propio de origen intertropical de clima húmedo y cálido,
en tanto que P. typum es una especie característica de paleoambientes más fríos y áridos. La
presencia de ambos taxones en un mismo yacimiento puede ser explicada sin recurrir a casos
de simpatría, en tanto estas secuencias sedimentarias representan una síntesis temporal. Así,
la presencia alternada de estos pampaterios puede ser el resultado de procesos de expansión
y retracción de la biota, concomitante con las fluctuaciones paleoclimático-ambientales del
Pleistoceno tardío, muy acentuadas durante el Estadio Isotópico 3. Finalmente, y desde un
punto de vista paleobiogeográfico, la asociación de megamamíferos exhumada de las
barrancas del río Bermejo (Fm. Fortín Tres Pozos) muestra más semejanza con aquella
conocida para el Pleistoceno tardío de la provincia de Corrientes (formaciones Toropí y Yupoí;
ca. 35-50 ka) y el sector occidental de Uruguay que con la región Pampeana y centro-norte de
Argentina. Esta diferenciación puede ser resultado tanto de factores latitudinales como
cronológicos, en tanto la mayor parte de las asociaciones de megafauna conocidas para la
región Pampeana y centro-norte de Argentina son correlacionables con el Estadio Isotópico
(OIS) 2, un lapso predominantemente frío y árido y que involucra el Ultimo Máximo Glacial.
3
Agradecimientos
4
1. INTRODUCCION
5
por completo como ocurre en los Vermilingua (motivo por el cual se los conoce
también como “Edentados”); sin embargo, algunos armadillos pueden presentar
un incremento en el número de dientes. A nivel del post-cráneo hay numerosas
características que definen a los integrantes del orden; de hecho el nombre
Xenarthra hace referencia a la presencia de articulaciones accesorias
(articulaciones “xenartrales”) en las últimas vértebras dorsales y las vértebras
lumbares. A su vez el número de vértebras cervicales varía entre cinco y nueve
dependiendo de la especie, algo extremadamente inusual entre los mamíferos
(que generalmente poseen siete). Las vértebras caudales proximales se
fusionan al isquion para formar el sinsacro. El esternón está segmentado y
cada segmento posee dos facetas articulares a las que se unen las costillas
esternales brindándoles movilidad. Todos los Xenartros retienen la clavícula y
presentan una escápula muy desarrollada con dos espinas, y una apófisis
coracoidea muy prominente. Las extremidades pueden ser tanto garras como
“pezuñas”; las garras están presentes en tardigrados, osos hormigueros y
dasipódidos tanto en las “manos” como en los “pies”. Los Pampatheriidae
poseen garras en las “manos” pero “pezuñas” en los “pies”, y los gliptodontes
poseen pezuñas tanto en los autopodios delanteros como en los posteriores
(Grassé, 1955; Hoffstetter, 1958; Paula Couto, 1979; Hill, 2006).
6
Los registros más tempranos de xenartros corresponden a cingulados,
más precisamente a una especie de Dasypodidae, Riostegotherium yanei, del
Paleoceno Superior de Brasil (Bergvist et al., 2004). Posteriormente, durante el
Eoceno medio (Edad Mustersense), los cingulados sufrieron una importante
radiación, incluyendo probablemente en este momento el origen de los
Glyptodontidae, a través de la poco conocida subfamilia Glyptatelinae
(Ameghino, 1902; Scillato-Yané, 1986).
A pesar de que la aparente semejanza externa existente entre los cuatro
grandes grupos de cingulados (gliptodontes, pampaterios, armadillos y
peltefílidos) puede sugerir un estrecho grado de parentesco, la evidencia
paleontológica indica claramente que estos grupos han tenido historias
evolutivas independientes desde, por lo menos, el Eoceno medio (Scillato-
Yané, 1986; Flynn y Swisher, 1995), esto es, desde hace al menos 50 millones
de años.
7
(molariformes 1-3) a reniformes y bilobulados los restantes (Edmund, 1985;
1996; Gaudin y Wible, 2006).
Aunque los pampaterios no han tenido a lo largo de su historia evolutiva
la diversidad alcanzada por los gliptodontes ni por los dasipódidos, si fueron
capaces de cruzar América Central durante el Gran Intercambio Biótico
Americano en el Plioceno (Stehli y Webb, 1985; Morgan y Hulbert, 1995;
Scillato-Yané et al., 2005). El registro certero más temprano de un pampaterio
corresponde a Scirrotherium, del Mioceno medio de La Venta, Colombia.
Posteriormente, se han reconocido tres géneros propios del Mioceno tardío-
Plioceno (Kraglievichia, Vasallia y Plaina) (Castellanos, 1927, 1937) y dos
pleistocenos (Holmesina y Pampatherium), de amplia distribución latitudinal, ya
que sus registros se extienden desde el sur de la provincia de Buenos Aires
(Argentina) hasta Estados Unidos (Edmund, 1996; Scillato-Yané et al., 2005).
Al igual que los gliptodontes, los pampaterios han sido interpretados
como formas básicamente herbívoras (Winge, 1941). Más en detalle, estudios
cráneo-mandibulares y dentarios sugieren que Pampatherium fue un género
adaptado básicamente a consumir vegetación más abrasiva (propia de climas
áridos y fríos) que Holmesina, adaptado a ambientes más húmedos y cálidos
(De Iuliis et al., 2000; Scillato-Yané et al., 2005).
8
interesante tendencia al desarrollo de nuevos grupos de investigación en el
interior del país, lo que implica, en muchos casos, una mejora sustancial en el
conocimiento de diversas áreas, principalmente en el Pleistoceno tardío (ca.
130-10 ka) (e.g. región Mesopotámica y centro-norte de Argentina; Carlini et al.,
2008; Zurita et al., 2004; Noriega et al., 2004).
En este contexto, una de las áreas más pobremente conocidas desde
una perspectiva paleontológica corresponde al actual territorio de la provincia
de Formosa (Tonni y Scillato-Yané, 1997). Desde hace aproximadamente cinco
años, la sistemática prospección efectuada por el personal del Museo
Paleontológico de Villa Escolar, Formosa (en colaboración con investigadores
de la Universidad Nacional del Nordeste y de la Universidad Nacional de La
Plata), en las barrancas aflorantes del río Bermejo (en el marco de los
proyectos PI 068: SGCYT-UNNE, PICT R 074 y Fundación YPF), ha brindado
una importante diversidad y cantidad de mamíferos fósiles pleistocenos (Zurita
et al., 2009), particularmente xenartros cingulados (aprox. 7 taxones), muchos
de ellos de notable importancia científica (e.g. Alcaraz y Zurita, 2004; Prevosti
et al., 2005; Zurita et al., 2009).
En esta asociación, uno de los elementos más comunes está
representado por la familia Pampatheriidae (Xenarthra, Cingulata), en tanto la
frecuencia de hallazgos, comparada con la de otros xenartros, es alta. Esto
sugiere que se trataba de un elemento conspicuo dentro del elenco de
xenartros pleistocenos de esa área. Así, los hallazgos de numerosos
ejemplares (que forman parte de la Colección Paleontológica del Museo de
Villa Escolar; PVE-F) en excelente estado de preservación ha brindado la
oportunidad de efectuar un estudio anatómico comparado de estos interesantes
xenartros, y al mismo tiempo efectuar comparaciones con aquellos
Pampatheriidae exhumados del Pleistoceno del Arroyo Toropí, Corrientes
(Carlini et al., 2004, 2008; Scillato-Yané et al., 2005), y que provienen de un
ámbito paleobiogeográfico distinto como lo constituyó la región Mesopotámica
durante el Pleistoceno tardío (Tonni et al., 2005).
9
1.3. Objetivos generales y particulares
Objetivos particulares
a) Realizar un estudio anatómico-comparado de los restos exhumados
(particularmente cráneo y osteodermos), incluyendo un análisis de las
variaciones morfológicas de los osteodermos de la coraza dorsal.
b) Efectuar comparaciones con otros ejemplares de Cingulata
Pampatheriidae cuaternarios de Argentina, especialmente con aquellos
exhumados del Arroyo Toropí.
c) Establecer la relevancia paleoambiental y paleobiogeográfica de los
taxones involucrados
d) Formular y contrastar hipótesis paleobiogeográficas para explicar la
posible coexistencia de taxones con diferentes requerimientos
paleoecológicos.
10
2. MATERIALES Y MÉTODOS
11
PVE-F 18, un osteodermo de la región dorsal. Procedencia geográfica y
estratigráfica: Estancia “Don Felipe”, Villa Escolar, Formosa. Formación Fortín
Tres Pozos, Pleistoceno Superior.
12
MACN 11474, hemimandíbula derecha que preserva todos sus dientes, sin la
parte dorsal del proceso coronoideo. Procedencia geográfica y
estratigráfica: Río Carcarañá, Santa Fe. Pleistoceno.
13
CTES-PZ 3581, placas de la coraza dorsal. Procedencia geográfica y
estratigráfica: Arroyo Toropí, Bella Vista, Corrientes. Formación Toropí,
Lujanense.
2.2. Abreviaturas
Otras abreviaturas
14
Ka. Kilo años, miles de años.
Medidas utilizadas
a) Craneanas (Lámina 1)
15
Lámina 1
16
b) Mandibulares
c) Radio
17
e) Osteodermos (Organizar en Ost. Fijos y Moviles)
1. Osteodermos Fijos
Espesor (EF)
2. Osteodermo Movil
Espesor (EM)
18
3. CONTEXTO GEOMORFOLÓGICO, GEOLÓGICO Y ESTRATIGRÁFICO
DEL AREA EN ESTUDIO
19
sentido, recientes dataciones OSL (UIC2108BL; University of Illinois, Chicago,
USA) efectuadas a aproximadamente un tercio de altura desde la base de la
formación sugieren una antigüedad cercana a 58.160 años AP (±4390), lo que
corresponde a la etapa inicial del Estadio Isotópico 3.
Suprayace a esta unidad un depósito moderno denominado
informalmente “sedimentos palustres superficiales” (Iriondo, 2007).
En este marco, los materiales aquí estudiados provienen de las
barrancas del río Bermejo, en los alrededores de la localidad de Villa Escolar,
provincia de Formosa (26º 36’ S y 58º 40’ O). Los sedimentos portadores
corresponden, como ya hemos mencionado, a los abanicos aluviales del oeste,
más precisamente al abanico aluvial del río Bermejo (Iriondo, 1987, 1995), y
tentativamente se asignan a la Fm. Fortín Tres Pozos. De acuerdo a Iriondo
(1987) y desde un punto de vista litológico, gran parte de los sedimentos que
integran estos abanicos están constituidos por limo y arcilla, y la fracción de
arena es escasa, limitada en algunas fajas.
Un análisis granulométrico efectuado en la localidad de El Colorado (27º
60’ S y 59º 22’ O) mostró un sedimento portador rojizo de composición areno-
limo-arcilloso, con los siguientes porcentajes: arena (79,30 %), limo (20,03%) y
arcilla (0,58%) (Prevosti et al., 2005).
20
Fig. 1. Mapa de ubicación de la localidad estudiada
21
Fig. 2. Perfil estratigráfico de la localidad en estudio. (Ver Anexos)
22
4. SISTEMÁTICA PALEONTOLÓGICA
23
apendicular; restos no determinados. PVE-F 5, diversos osteodermos fijos y
móviles de la coraza dorsal; fragmento de costilla; porción del extremo distal
del humero; porción del extremo proximal del humero; fragmentos sin
determinar. PVE-F 13, numerosos osteodermos fijos y móviles de la coraza
dorsal; sección de costilla. PVE-F 14, numerosas placas en estado
fragmentario; fragmentos de huesos sin identificar. PVE-F 18, un osteodermo
de la región dorsal. PVE-F 27, osteodermos fijos y móviles pertenecientes a la
coraza dorsal; osteodermos pertenecientes a la región caudal y las
extremidades; fragmentos de costilla; cuatro vértebras. PVE-F 35, diversos
osteodermos de la región dorsal; porción de tibia-fíbula; porción de fémur;
fragmentos vertebrales; huesos metacarpales. PVE-F 37, cráneo parcialmente
completo, hemimandíbula derecha, cinco falanges anteriores; elementos del
metacarpo; numerosos osteodermos fijos y móviles de la coraza dorsal;
fragmentos del esqueleto apendicular; restos no determinados. PVE-F 47,
extremo distal de húmero. PVE-F 51, numerosos osteodermos fijos y móviles
de la coraza dorsal. PVE-F 52, osteodermos móviles en estado fragmentario;
osteodermos fijos de la región dorsal. PZ-CTES 7217, tres placas móviles, dos
de ellas en estado fragmentario. PZ-CTES 1654, diversas placas
pertenecientes a la banda móvil de la coraza dorsal.
Descripción anatómica
24
diámetro dorso-ventral, rasgo más marcado por detrás del borde posterior de la
escotadura orbitaria. A su vez, el borde dorsal del proceso cigomático del
escamoso es recto y paralelo al borde dorsal del cráneo a nivel de los
parietales; esto lo diferencia de H. paulacoutoi en el que este borde es
claramente cóncavo. A nivel del borde ventral del arco cigomático, las mayores
diferencias con H. paulacoutoi se encuentran en su mitad distal, ya que en este
taxón este borde es de naturaleza cóncava, mientras que en el material aquí
estudiado es claramente recto e inclinado hacia abajo en sentido distal. La cara
externa de la porción maxilar y escamosa del arco cigomático presenta surcos
y rugosidades que no son apreciables en H. paulacoutoi. Por otro lado, el
contorno de la escotadura orbitaria es de forma subtriangular con el vértice
ubicado ventralmente; esto lo diferencia de H. paulacoutoi en tanto aquí la
escotadura tiene una clara morfología subcircular en sentido transverso.
Inmediatamente por delante del borde anterior de la escotadura orbitaria, se
aprecia que el proceso maxilar del arco cigomático es de conformación más
robusta que en H. paulacoutoi. El extremo más ventral del proceso maxilar
sobrepasa la línea de los molariformes y de la apófisis pterigoidea, en tanto que
para H. paulacoutoi este borde ventral se extiende aun más hacia abajo. Tal
como sostienen Cartelle y Bohórquez (1985: 238), una diferencia interesante
entre ambos taxones a nivel del arco cigomático es la presencia de suturas
visibles en H. paulacoutoi y su ausencia en P. typum. Nuestras observaciones
concuerdan con lo sostenido por estos autores. Hacia adelante, la región rostral
se encuentra en mal estado de preservación, lo que impide su descripción.
En vista dorsal (Fig. 3 A), se observa que la cresta nucal presenta un
contorno con una evidente concavidad en su parte media; en H. paulacoutoi
esta cresta nucal se engrosa hacia los laterales, siendo a este nivel mucho más
robusta que en el material aquí descripto. Inmediatamente por delante, a nivel
de la región más posterior de la porción escamosa del temporal, se aprecia en
este ejemplar un notable ensanchamiento en sentido transverso; este mayor
diámetro transverso impide que se observe, en vista dorsal, el proceso
paraoccipital, que si es apreciable en cambio en H. paulacoutoi.
En vista posterior (Fig. 3 C) se aprecian notables diferencias
morfológicas con respecto a H. paulacoutoi. Mientras que en el ejemplar aquí
analizado, toda la región occipital posee un mayor diámetro transverso que
25
dorso-ventral, en H. paulacoutoi ambas medidas tienden a ser iguales,
adquiriendo toda esta zona un contorno circular. En concordancia con esto, el
foramen magnum de H. paulacoutoi es de contorno casi circular, mientras que
en el ejemplar aquí descrito, esta estructura posee un contorno más bien
elíptico con su eje mayor orientado en sentido transverso. La cresta occipital
externa no está presente en este ejemplar, sin embargo, en H. paulacoutoi
muestra un alto grado de desarrollo.
En vista ventral (Fig. 3 D), los cóndilos occipitales presentan forma
cuadrangular (diámetro antero-posterior de 23 mm y transverso de 30 mm). El
foramen magnum es de forma elíptica con 32 mm de diámetro transverso y 28
mm de diámetro dorsoventral. Este no posee la fina cresta interna que rodea el
contorno del foramen magnum en H. paulacoutoi, como describen Cartelle y
Bohorquez (1985: 234). El borde en contacto con la región esfenoidea presenta
un contorno angular, en tanto que en H. paulacoutoi es casi completamente
semicircular. El proceso paraoccipital se extiende ventralmente pero sin
sobrepasar a los cóndilos occipitales (similar a lo que ocurre en H. paulacoutoi),
separado de estos últimos por una distancia de 12 mm. A nivel de la región
esfeno-occipital se observan dos fosas separadas por una cresta medial; a su
vez, H. paulacoutoi presenta un tubérculo para inserción muscular a cada lado
de las fosetas (ausente en el taxón en estudio). Los procesos pterigoideos
están constituidos por tubérculos robustos, a diferencia de los Cingulata
Dasypodidae en los que son de conformación laminar. Los molariformes que
se preservan son los M8-M9 del lado izquierdo. Estos presentan una forma
bilobada característica de los Pampatheriidae. Según Cartelle y Bohórquez
(1985: 236) P. typum presenta el mayor espacio interdentario entre los
Pampatheriidae. En el material estudiado sólo fue posible realizar la medición
correspondiente al espacio interdentario entre el M8 y el M9, el cual es de 2
mm. El palatino es de forma ligeramente cóncava y no presenta la secuencia
de forámenes dispuestos linealmente existentes en H. paulacoutoi.
26
Coraza dorsal. Se preservan numerosos osteodermos fijos y móviles,
algunos de ellos en estado fragmentario.
Osteodermos fijos. (Fig. 4 A). Presentan un contorno poligonal o
rectangular. Según Edmund (1985) el 63% presenta un contorno rectangular,
ubicándose la mayoría de ellos en la porción pélvica de la coraza. Estos
osteodermos son de menor tamaño que aquellos de H. paulacoutoi. Poseen un
diámetro antero-posterior de 30 mm a 50 mm, un diámetro transverso de entre
20 mm y 35 mm, y un espesor de 6 a 10 mm. En vista dorsal presentan una
banda marginal de diámetro transverso variable (4-7 mm), que puede hacerse
más notoria en el borde anterior del osteodermo, al igual que en Holmesina
paulacoutoi. Sin embargo, y a diferencia de lo observado en ese taxón, en P.
typum la banda marginal puede ahusarse (incluso ausentarse) en el margen
lateral y posterior del osteodermo. A su vez, en el borde anterior de esta banda
marginal existen forámenes de mayor diámetro que los observados en el resto
de la superficie del osteodermo, como ocurre también en H. paulacoutoi. La
figura central es plana, sin surcos ni quillas notorios, a diferencia de P.
humboldtii, taxón en el cual la figura central es más definida, con un surco
notorio; en Holmesina, la figura central presenta tanto la quilla como el surco
bien definidos.
Osteodermos móviles (Fig. 4 B). Tienen un diámetro antero-posterior
variable, de entre 65 a 85 mm; 20 a 30 mm de diámetro transverso, y 7 a 9 mm
de espesor. La superficie dorsal está dividida, como en todos los
Pampatheriidae, en tres áreas: a) una porción posterior ornamentada y
expuesta, que presenta la banda marginal y la figura central; b) un área central,
deprimida y rugosa, con forámenes evidentes de entre 2-4 mm de diámetro; y
c) una parte anterior plana y no ornamentada, con escasos forámenes de
pequeño diámetro y que articula con la hilera contigua de osteodermos.
27
4.1.2.1. Ilustración de los materiales
Fig. 3. Pampatherium typum (PVE-F 37). Cráneo en vista dorsal (A); vista
lateral izquierda (B); vista occipital (C); vista oclusal (D). Mandíbula en vista
lateral interna (E).
28
Fig. 4. Pampatherium typum (PVE-F13 y 52). Osteodermos fijos (A-A’);
osteodermos móviles (B)
29
4.1.2.2. Distribución estratigráfica y geográfica
30
4.2. GÉNERO Holmesina Simpson 1930
Glyptodon septentrionalis Leidy 1889
Chlamydotherium humboldtii Lund 1841
Clamytherium septentrionalis (Sellards 1915)
Holmesina septentrionalis (Simpson 1930)
Hoffstetteria occidentalis (Castellanos 1957)
Diagnosis: Osteodermos con una amplia banda marginal que rodea los
laterales y el margen posterior; a nivel del borde anterior del osteodermo esta
banda marginal es prominente pero de variable desarrollo, con un diámetro
transverso de 4 a 10 mm; en esta región se encuentran los forámenes de
mayor tamaño (3-5 mm de diámetro). La banda sub marginal se eleva
claramente sobre la banda marginal. A nivel de la figura central, el surco se
encuentra bien desarrollado y se distingue de la banda sub marginal; posee
forma de “U” debido a que la figura central se une a la banda marginal en
sentido posterior. La figura central es variable, pero usualmente presenta una
forma de “quilla”, que se estrecha posteriormente. El tamaño de los
osteodermos puede ser igual, o considerablemente mayor que los de
Pampatherium. Los osteodermos de la porción pélvica de la coraza son
mayormente de contorno poligonal.
31
4.2.1. Holmesina paulacoutoi (Cartelle y Bohórquez, 1985) Cartelle, Camara y
de Prado, 1991
Pampatherium paulacoutoi Cartelle y Bohórquez, 1985
32
Descripción anatómica
Coraza dorsal. Solamente se preservan osteodermos fijos, en tanto los
móviles muestran un muy bajo grado de preservación, impidiendo su
descripción.
Osteodermos fijos: presentan un mayor tamaño que los de Pampatherium
typum y que de las demás especies de Holmesina, siendo esta diferencia más
marcada con H. occidentalis. Los osteodermos son de contorno rectangular o
poligonal, con un espesor variable de entre 11-15 mm, un diámetro transverso
de entre 55-30 mm y uno antero-posterior de 70-40 mm. En vista dorsal se
observa una banda marginal marcada de 2-5 mm de diámetro transverso que
se extiende rodeando la figura central del osteodermo, haciéndose más
evidente a nivel del borde anterior (6-9 mm). Este carácter es propio de
Holmesina, y se encuentra mejor evidenciada en H. paulacoutoi, mientras que
está poco desarrollada en H. occidentalis. Los forámenes de esta banda
marginal son de mayor tamaño que aquellos presentes en la figura central, y su
eje se encuentra en un ángulo mayor a 90° con respecto a la superficie
expuesta. La figura central está más ornamentada que en Pampatherium
typum, con una banda sub marginal que se encuentra sobreelevada con
respecto a la banda marginal. En el centro de la figura central existe una quilla,
que posteriormente se pone en contacto con la banda marginal. Esta quilla se
encuentra separada de la banda sub marginal por un surco deprimido con
forma de “U”.
33
4.2.2.1. Ilustración de los materiales
34
4.2.2.2. Distribución geográfica y estratigráfica
35
5. CONTEXTO PALEOFAUNÍSTICO Y PALEOAMBIENTAL EN EL
PLEISTOCENO TARDÍO
36
formas de procedencia intertropical (e.g. Holmesina paulacoutoi y Procyon
cancrivorus; ver Rodriguez-Bualó et al., 2009; Soibelzon et al., 2009). Muchos
de estos taxones se caracterizaron por una muy amplia distribución latitudinal
durante el Pleistoceno más tardío, especialmente en las áreas subandinas y
oeste de América del Sur (e.g. Glyptodon, Pampatherium typum) (Marshall et
al., 1984; Webb, 1991; Scillato-Yané et al., 2005; Carlini et al., 2008).
Desde una perspectiva paleoclimática-ambiental, la megafauna
pleistocena exhumada del actual territorio de la provincia de Formosa (Tonni y
Scillato-Yané, 1997; Alcaraz y Zurita, 2004; Prevosti et al., 2005; Zurita et al.,
2009) muestra un claro predominio de formas adaptadas a ambientes abiertos
con climas áridos o semiárido de pastizales o sabanas (e.g. Neosclerocalyptus
cf. N. paskoensis, Megatherium, cf. H. paradoxa) junto con otros que parecen
haber tenido una mayor tolerancia ecológica (e.g. Protocyon cf. P. troglodytes;
ver Cartelle y Langguth, 1999; P. typum; ver De Iuliis et al., 2000; M.
patachonica; ver Bond, 1999; Carlini y Tonni, 2000; Toxodon; ver MacFadden,
2000). La presencia de cérvidos (Morenelaphus y Antifer) sugiere la existencia
de ciertas áreas de vegetación arbórea y/o arbustiva durante algunos lapsos
(Menegaz y Ortiz Jaureguizar, 1995).
Por otro lado, los recientes hallazgos de taxones adaptados claramente
a ambientes húmedos y cálidos (H. paulacoutoi, P. cancrivorus) muestran un
panorama paleoclimático ambiental más complejo que el previamente supuesto
para el Pleistoceno tardío de Formosa (Rodriguez-Bualó et al., 2009;
Soibelzon et al., 2009). En este contexto, las edades absolutas disponibles
para la Formación Fortín Tres Pozos (ca. 58 ka) sugieren que al menos gran
parte de su depositación resulta correlacionable con OIS 3. Este lapso, aunque
complejo (Kröhling e Iriondo, 1999), estuvo caracterizado por una alternancia
de climas relativamente húmedos y tropicales con otros períodos más áridos o
semiáridos y fríos (Iriondo, 1999).
En suma, el panorama paleoambiental que puede inferirse a partir del
estudio de la megafauna de los sectores sur y centro del Chaco Oriental, la
provincia de Formosa, la provincia de Chaco, el norte de la provincia de Santa
Fe (Zurita et al., 2004) y la mayor parte del actual territorio de Paraguay (Carlini
y Tonni, 2000) es congruente con las condiciones predominantemente áridas y
frías bajo las cuales se habrían depositados los sedimentos loéssicos de
37
carácter secundario que componen el abanico aluvial del río Bermejo, en parte
como se ha mencionado correlacionables con el Estadio Isotópico 3 (ca. 59-28
ka). La presencia de taxones de origen intertropical en estos depósitos puede
haber estado estimulada por el desarrollo de ciertos lapsos más cálidos y
húmedos del OIS 3, que permitieron una ampliación en sus rangos de
distribución. En este sentido, cabe mencionar que esta hipótesis se ha
postulado para áreas geográficamente cercanas y cronológicamente
correlacionables, como el Pleistoceno tardío del arroyo Toropí (28º 36’ S y 59º
02’ O), provincia de Corrientes (Carlini et al., 2008). Más puntualmente, en esta
región la notable “mezcla” de taxones con requerimientos ecológicos diferentes
(e.g. Holmesina paulacoutoi vs Pampatherium typum) ha sido recientemente
reinterpretada como una serie de procesos de retracción y ampliación en los
rangos de distribución de las biotas durante los pulsos cálidos y húmedos y
aquellos fríos y áridos propios del Pleistoceno (Tonni et al., 1999). Esta
hipótesis tiene la ventaja de que no es necesario recurrir a casos de simpatría
para explicar la presencia de estos taxones en un mismo yacimiento.
Los mamíferos fósiles del Pleistoceno del norte de Argentina (29º S-21º
S), exceptuando aquella de la región mesopotámica, son conocidos sólo a
partir de algunas contribuciones aisladas (Powell, 1998; Ortiz y Pardiñas, 2001;
Zurita et al; 2004; Reguero et al., 2007).
En este marco, una de las áreas más pobremente conocida está
representada por el actual territorio de la provincia de Formosa, aunque de
modo informal se conocen reportes de megafauna desde hace más de 50 años
(Friedrich, Juan com. pers. 2009). Así, las únicas contribuciones de una
asociación de mamíferos referibles al Pleistoceno tardío correspondía a la de
Tonni y Scillato-Yané (1997), proveniente de la margen derecha del río
Pilcomayo (aprox. 25ºS y 58º 10'O), compuesta por elementos típicamente
“pampeanos-australes” propios de la región pampeana y claros indicadores de
ambientes abiertos de pastizales o sabanas de clima árido (Tonni et al., 1999;
Cione et al., 2003; Ortiz-Jaureguizar y Cladera, 2006). De igual modo, Alcaraz y
38
Zurita (2004) han reportado la presencia del Cervidae Antifer Ameghino, 1888
(25º 08' S-58º 14' O), en tanto que Prevosti et al. (2005) han dado a conocer el
hallazgo del Canidae Protocyon cf. P. troglodytes (Lund, 1838) (27º 60' S-59º
22') en localidades cercanas al área en estudio. La contribución más reciente
corresponde a Zurita et al. (2009), quienes dan a conocer una asociación de
megamamíferos con la misma procedencia geográfica y estratigráfica que los
materiales de Pampatheriidae aquí estudiados.
En síntesis, la megafauna exhumada previa a la realización de esta
contribución indicaba un claro predominio de taxones propios de la región
pampeana durante los ciclos glaciales, sin elementos de exclusiva procedencia
intertropical (Tonni et al., 1999; Zurita et al., 2009). Esta caracterización
paleobiogeográfica y paleoambiental propia de lapsos glaciales parecía
extenderse hacia el centro-norte de Argentina (provincias de Chaco, Santa Fe y
Córdoba) y Paraguay (Zurita et al., 2004; Carlini y Tonni, 2000).
El hallazgo de nuevos taxones durante la realización de nuevas
campañas a la localidad en estudio ha estimulado una revisión de la evolución
paleoclimática-ambiental y paleobiogeográfica del área, y su comparación con
otras áreas correlacionables del sur de América del Sur. Más precisamente, el
hallazgo, en el contexto de este estudio, de dos especies de Pampatheriidae,
una de ellas con características intertropicales (Holmesina paulacoutoi) y otra
propia de los ciclos glaciales (Pampatherium typum) permite postular ciertas
hipótesis paleobiogeográficas y paleoambientales para explicar este fenómeno.
Desde una perspectiva morfológica los osteodermos de P. typum se
caracterizan por presentar a nivel de su superficie expuesta una figura central
plana y poco ornamentada, la banda marginal de menor diámetro transverso
que Holmesina, con forámenes de gran diámetro en su borde anterior. En
general todos los osteodermos son de menor tamaño que en Holmesina
paulacoutoi. P. typum presenta una mayor proporción de osteodermos de
contorno rectangular (hasta un 70%). Por otro lado, H. paulacoutoi presenta
sus osteodermos de mayor tamaño. A nivel de su superficie expuesta, existe
una evidente banda marginal que rodea todo el contorno del osteodermo, y una
banda sub marginal que se eleva claramente sobre la banda marginal. La figura
central muestra un surco en forma de “U” y una quilla central. Ambas
39
estructuras se ponen en contacto con la banda sub marginal en margen
posterior del osteodermo.
A nivel de América del Sur se ha reportado la posible coexistencia de las
mismas especies de Pampatheriidae en el Pleistoceno tardío del área del
arroyo Toropí, provincia de Corrientes (Carlini et al., 2008), en un contexto
cronológico similar al observado en el área de estudio (OIS 3) (Tonni et al.,
2005). En principio, una posible hipótesis consistiría en aceptar la simpatría de
estos taxones; sin embargo, los diferentes requerimientos ecológicos de ambas
especies (Scillato-Yané et al., 2005) vuelve esta explicación poco probable y
difícil de refutar. Alternativamente, y partiendo de la premisa de que las
secuencias sedimentarias portadoras de los restos fósiles representan sólo
una síntesis temporal, es posible desarrollar nuevas hipótesis, aplicables tanto
a la provincia de Formosa como a Corrientes. Más precisamente, la presencia
de ambos taxones puede ser reinterpretada como una serie de procesos de
retracción y ampliación en los rangos de distribución de las biotas durante los
pulsos cálidos y húmedos y aquellos fríos y áridos propios del Pleistoceno
(Tonni et al., 1999). En este sentido, las dataciones OSL efectuadas tanto en el
área del arroyo Toropí (ca. 35-50 ka) y en las barrancas del río Bermejo (ca. 58
ka) avalan en parte esta interpretación, en tanto en el OIS 3 (28-59 ka) se han
detectado al menos dos pulsos húmedos y cálidos intercalados con otros más
fríos y áridos (Iriondo, 1999). Recientemente, el registro del Carnivora
Procyonidae Procyon cancrivorus apoya la existencia de estos pulsos húmedos
durante el OIS 3 (Soibelzon et al., 2009).
En resumen, el hallazgo de formas intertropicales entre los Cingulata
Pampatheriidae y Carnivora Procyonidae permite postular una interesante
diferenciación paleoambiental y paleobiogeográfica entre diferentes áreas del
sur de América del Sur (e.g. regiones Pampeana, Mesopotámica y centro-norte
de Argentina, sur de Brasil y sector occidental de Uruguay). De este modo, la
paleofauna exhumada del Pleistoceno tardío de las barrancas del río Bermejo,
provincia de Formosa (Fm. Fortín Tres Pozos), muestra una mayor semejanza
taxonómica con aquella conocida para el Pleistoceno tardío de la región
Mesopotámica y el sector occidental de Uruguay (Ubilla et al., 2004) que con la
de la región Pampeana y centro-norte de Argentina (provincias de Córdoba,
Santa Fe y Chaco), compuesta por elementos faunísticos adaptados a
40
ambientes abiertos de pastizales y clima árido/semiárido y frío (Tonni et al.,
1999). En parte, esta similitud paleofaunística observada entre la paleofauna
exhumada de la provincia de Formosa, la región Mesopotámica y el sector
occidental de Uruguay se debe, por un lado, a factores latitudinales y, por otro,
a cuestiones cronológicas, en tanto todos estos yacimientos son
correlacionables, al menos en parte, con el OIS 3 (Carlini et al., 2008). Por el
contrario, la mayor parte de la megafauna exhumada del actual territorio de la
región Pampeana es correlacionable con el OIS 2, cuya parte final abarca el
Ultimo Máximo Glacial, período en el cual las temperaturas podrían haber sido
de entre 4º y 6º más bajas que las actuales (Tonni et al., 1999).
7. CONCLUSIONES
41
Procyon cancrivorus y las dataciones OSL efectuadas en el yacimiento avalan
este modelo explicativo.
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9. TABLAS DE MEDIDAS (EN MILIMETROS)
Medidas Craneales
Pampatherium LM AIM AFP AB AC AP LE
typum
PVE-F 37 280 102 72 209 a) 100 a) 34 45
b) 115 b) 30
Medidas Mandibulares
Pampatherium LM AM ARH LSD DM
typum
PVE-F 37 232 112 a) 53 174 33
b) 77
Medidas de Osteodermos
50
42 35 9
48 33 8
48 26 7
48 32 7
48 31 8
48 33 7
38 29 7
PVE-F 14 30 25 6
28 21 6
39 28 7
32 26 8
PVE-F 27 37 36 8 81 22 7
35 32 8 84 23 -
35 30 8 87 24 -
35 28 8 86 25 -
41 21 10 85 27 -
41 23 8 83 28 -
44 22 8 82 28 -
43 22 9 86 26 8
39 29 9 85 24 7
39 30 9
42 25 10
41 28 8
44 31 8
42 29 8
49 32 9
32 27 7
33 31 8
30 29 7
28 27 7
27 26 7
PVE-F 28 50 43 -
45 42 -
52 44 -
46 41 -
44 45 -
69 55 -
60 42 -
41 32 -
51
45 39 -
46 45 -
42 47 -
58 44 -
PVE-F 35 48 24 - 80 35 -
84 29 -
84 30 -
PVE-F 37 30 21 -
31 21 -
29 25 -
28 26 -
29 25 -
32 26 -
34 23 -
34 25 -
33 23 -
39 24 -
38 28 -
35 30 -
36 30 -
40 22 -
39 23 -
40 25 -
38 28 -
37 30 -
40 26 -
41 28 -
39 29 -
PVE-F 51 31 24 - 77 28 -
28 30 - 77 28 -
36 27 - 76 28 -
38 30 - 77 27 -
36 24 - 75 26 -
42 28 - 78 28 -
37 27 - 78 30 -
36 26 - 77 29 -
79 32 -
77 33 -
78 30 -
52
76 28 -
77 29 -
53
10. ANEXOS
Peso
Capsula c/sed tara Peso sed (g)
12 56,0432 55,8372 0,206 0,166 8,3
13 53,7792 53,582 0,1972 0,1572 7,86 0,44
14 57,2018 57,0288 0,173 0,133 6,65 1,21
15 54,236 54,1196 0,1164 0,0764 3,82 2,83
17 57,5663 57,462 0,1043 0,0643 3,215 0,605
ABUNDANCIA RELATIVA
54
b) Analisis granulométrico del estrato no fosilífero (medio). Holoceno
MUESTRA FECHA Procedencia Tratamiento Previo PESO INIC. (g)
Peso
Capsula c/sed tara Peso sed (g)
2 112,1815 111,9152 0,2663 0,2263 11,315
7 59,8832 59,6192 0,264 0,224 11,2 0,115
23 59,2704 59,0168 0,2536 0,2136 10,68 0,52
29 46,9288 46,696 0,2328 0,1928 9,64 1,04
35 48,8213 48,6338 0,1875 0,1475 7,375 2,265
ABUNDANCIA RELATIVA
55
c) Analisis granulométrico del estrato superior. Holoceno.
MUESTRA FECHA Procedencia Tratamiento Previo PESO INIC. (g)
Peso
Capsula c/sed tara Peso sed (g)
25 50,5218 50,2851 0,2367 0,1967 9,835
27 52,0088 51,803 0,2058 0,1658 8,29 1,545
30 46,1874 46,065 0,1224 0,0824 4,12 4,17
33 45,5611 45,477 0,0841 0,0441 2,205 1,915
36 45,4117 45,341 0,0707 0,0307 1,535 0,67
ABUNDANCIA RELATIVA
56