Clase 1
Clase 1
Clase 1
NOMBRE Y APELLIDO:
La lógica fundamental de la lengua tiene puntos en común con la del ajedrez: así como en ese
juego hay distintas piezas y cada una de ellas puede hacer algunos movimientos y no otros, en la
lengua hay distintas clases de palabras, y cada una de ellas se puede usar para que cumpla
determinadas funciones, y no otras. Algunas de las semejanzas son:
En el ajedrez es más sencillo reconocer las piezas porque cada una tiene una forma particular. Al
alfil, por ejemplo, se lo reconoce porque es una pieza alta y delgada. No importa si en uno u otro
tablero es un poco más alto, o marrón en lugar de negro, lo que importa es que el alfil no sea
ninguna de las otras piezas. En la lengua, en cambio, no alcanza con ver la forma de la palabra
para saber de qué “ficha” se trata. Es necesario considerar un aspecto mucho más complejo: su
significado. Así, una palabra será sustantivo, adjetivo, verbo, adverbio, preposición o conjunción de
acuerdo, no solo a la forma que tenga, sino también a lo que signifique.
La disciplina que se dedica al estudio del significado de las palabras es la Semántica. Este término
proviene del griego “semantikós”, que hace referencia al “significado relevante” de algo.
1 • para entender el sistema del ajedrez, lo primero es reconocer las piezas del juego;
2 • para estudiar el ajedrez, es necesario saber qué movimiento puede hacer cada ficha;
• para estudiar el sistema de la lengua, es necesario saber qué función puede cumplir cada clase
de palabra.
• en la lengua hay 6 clases de palabras, que son las siguientes: sustantivo, adjetivo, verbo,
adverbio, preposición, conjunción. Las relaciones que se establecen en una oración entre estas
clases de palabras son el objeto de estudio de una disciplina conocida como sintaxis oracional.
A los sustantivos se los reconoce porque son las palabras que nombran entidades o cosas, de toda
naturaleza y condición. A partir de lo que significa cada uno de los sustantivos se los puede dividir
semánticamente en comunes (“país”) o propios (“Argentina”).
Los comunes se aplican a todos los elementos de una clase; los propios identifican a un elemento
entre los demás y deben escribirse con mayúscula inicial.
Una clasificación habitual de los comunes es, a su vez, la división en concretos -aquellos que
pueden percibirse con los sentidos- (“tablero”) y abstractos - aquellos que pueden percibirse como
ideas o sentimientos- (“estrategia”).
La Real Academia Española define al adjetivo como “una clase de palabra que modifica al
sustantivo o se predica de él aportándole muy variados significados”.
Entre las muchas clasificaciones semánticas posibles para los adjetivos; adoptaremos la siguiente:
• calificativos: indican una cualidad del sustantivo (grito “sagrado”, “rotas” cadenas).
• numerales: indican un número determinado (“dos” ejercicios) o una posición (“primer” lugar).
A los verbos se los reconoce porque son palabras que expresan acción (“estudié”) o estado
(“estamos”) y tienen información gramatical sobre la persona que realiza esa acción o experimenta
ese estado. A tal punto son fundamentales los verbos que, en sus orígenes, el término “verbum”
significaba, precisamente, “palabra”.
Como su nombre lo indica, los adverbios están relacionados con los verbos. Se los reconoce
porque son palabras que indican las circunstancias, las condiciones del verbo. Semánticamente
pueden dividirse en adverbios de lugar (“cerca”, “arriba”), tiempo (“antes”, “mañana”), modo (“así”,
“bien”), cantidad (“mucho”, “más”), duda (“quizás”), negación (“no”), afirmación (“sí”, “también”),
adición (“además”, “incluso”, “también”), exclusión (“salvo”, “tampoco”).
Las preposiciones forman un grupo cerrado de palabras. Sin embargo, la lista no siempre coincide,
ya que algunas son de uso escaso y otras han sido incorporadas hace no mucho tiempo a este
grupo. En la actualidad suele aceptarse que son las siguientes: Las preposiciones “a” y “de”,
cuando están seguidas por el artículo “el”, se fusionan y forman las palabras “al” y “del”. En lugar
de ser, por ejemplo, “vamos a el parque”, debe decirse “vamos al parque”; en lugar de ser “la figura
de el partido”, debe decirse “la figura del partido”. Estos dos términos se conocen con el nombre de
“contracciones”.
A, ANTE, BAJO, CABE, CON, CONTRA, DE, DESDE, DURANTE, EN, ENTRE, HACIA, HASTA,
MEDIANTE, PARA, POR, SEGÚN, SIN, SON, SOBRE, TRAS, VERSUS.
A las conjunciones se las reconoce porque son palabras que conectan a otras palabras de la
misma clase. Por el tipo de conexión que establecen (o sea, por su significado) se las clasifica
semánticamente en copulativas (“y”, “ni”), disyuntivas (“o”), adversativas (“pero”, “no obstante”, “sin
embargo”).
ACTIVIDAD
1. ¿Nos conocemos? Imaginate que yo soy quien te está haciendo una entrevista
para contratarte al trabajo que estabas esperando hace rato y te digo: Hablame
sobre vos…¿Qué me contarías? Debes usar al menos una palabra de cada tipo de
palabras sobre los que trabajamos.
EL LENGUAJE
El lenguaje es nuestra capacidad de hablar una lengua. Todo el tiempo, y en todos los lugares, el
lenguaje está presente. No sólo para comunicarnos unos con otros, sino incluso para
comunicarnos con nosotros mismos: cada vez que pensamos algo, lo digamos en voz alta o no,
pensamos con palabras. Quienes vivimos en la Argentina, hablamos una lengua particular: el
castellano. Pero no la usamos del mismo modo que en España o en México.
VARIEDADES LINGÜÍSTICAS
Nuestra lengua varía según el lugar en el que se la usa, pero además varía por la condición socio-
cultural y la edad de cada hablante en particular. Es decir, distintos factores influyen en la
conformación de nuestra identidad como hablantes.
Dialecto
Es la variedad del lenguaje determinada por la ubicación geográfica. Además de la diferencia entre
países, también existen diferencias entre el dialecto rural y el dialecto urbano, según la zona en la
que viva el hablante.
Cronolecto
Es la variedad del lenguaje determinada por la edad del hablante. Se divide en cronolecto infantil,
adolescente, adulto y anciano. Por ejemplo, las expresiones que los jóvenes consideran “antiguas”
en los mayores, o las frases que “están de moda” entre los adolescentes.
Sociolecto
Es la variedad del lenguaje determinada por factores sociales, tales como el género al que
pertenece el hablante, el nivel de escolarización alcanzado y los ámbitos sociales en los que
participa. Se divide en masculino / femenino, profesional / no profesional, popular / no popular. Por
ejemplo, el vocabulario profesional se caracteriza por emplear términos técnicos, mientras que las
formas populares de hablar intentan llegar a un público diverso y no a uno selecto.
LO INFORMAL
Cuando los hablantes tienen cierto grado de intimidad entre ellos y no se preocupan por el modo
de hablar. Por eso usan un registro espontáneo donde abundan las expresiones coloquiales, las
frases inconclusas, y un vocabulario poco variado y repetitivo en el que aparecen modismos
propios de su idiolecto. Generalmente se utiliza un registro informal en las charlas. Si uno va a la
playa vestido de traje, o se casa usando ojotas, lo más probable es que su vestimenta no sea la
adecuada a la situación social en la que se encuentra. No es que haya algo malo en el traje o en
las ojotas, lo que sucede es que cada situación social determina ciertas formas de comportamiento.
Así como la sociedad establece que no se puede ir vestido del mismo modo a todos lados, también
establece que no se puede hablar o escribir del mismo modo en todas las circunstancias. La
adecuación del uso del lenguaje a cada situación es lo que se conoce como “registro”.
LO FORMAL
Una situación social es considerada formal cuando los hablantes transmiten un mensaje
conservando cierta distancia emocional entre ellos. En este caso, ambos se preocupan por la
forma en la que usan el lenguaje para lograr una mayor claridad, y pueden integrar también
palabras provenientes de un vocabulario más amplio, a veces ligado a una profesión específica.
Hay, además, algunos eventos y ceremonias que requieren un protocolo especial, un conjunto de
reglas a seguir, como los casamientos, las conferencias, los juicios u otros. Es habitual utilizar un
registro formal en las cartas o correos electrónicos de presentación, solicitud o reclamo. Estos
correos tienen una cantidad de fórmulas usuales para darle al mensaje un tono de seriedad.
¿QUÉ ES COMUNICAR?
La palabra “comunicación” proviene del término latino “communis” que significa “común”. De allí
que “comunicar” signifique “poner en común”, “compartir”. Los seres humanos somos seres
sociales y, para interactuar en sociedad, necesitamos comunicarnos. Ahora bien, ¿cuál es el
proceso que permite esa comunicación?
a - ¿Quién habla?
b- ¿Qué dice?
c - ¿Quién escucha?
Los dos personajes del dibujo se están comunicando. ¿Por qué? Porque uno de ellos le está
enviando un mensaje al otro, porque ese mensaje habla sobre un tema y es comprendido
por ambos. Para que la comunicación sea posible es imprescindible que en una situación estén
presentes los siguientes elementos: referente-emisor-mensaje-receptor-canal-código.
EL CIRCUITO FICCIONAL Y EL CIRCUITO REAL DE LA COMUNICACIÓN
Si bien es cierto que para que sea posible la comunicación, es imprescindible que estén presentes
los seis elementos del circuito, también es cierto que eso no es suficiente para que la comunicación
sea exitosa. Hay distintos factores que influyen sobre el circuito y lo condicionan determinando qué
mensajes pueden circular.
Ellos son:
Además de todas estas cuestiones referidas al circuito de la comunicación y a los factores que lo
condicionan, emisores y receptores también deben tener en cuenta que algunas expresiones o
palabras pueden ser usadas con el sentido que sus letras indican o con un sentido que va más allá
del significado literal. Esa es la diferencia entre el sentido literal y el sentido figurado. Por ejemplo,
si se usa la frase “es de madera” en sentido literal (lo que “dicen las letras”) podría decirse “esa
mesa es de madera”; en cambio, si se la usa en sentido figurado podría decirse “el delantero no
tocó la pelota, es de madera”.
Es muy importante saber que todo “acto de habla” implica un compromiso con el entorno y con los
que habitan ese entorno. Esto se debe a que tiene una intencionalidad por parte del emisor, es
decir, una intención de conseguir un determinado objetivo. Por ejemplo, algunos de los muchos
“actos de habla” que realizamos día a día pueden ser: ofrecer disculpas para conseguir el perdón,
pedirle un favor a alguien para que nos ayude, expresar un desacuerdo para iniciar una discusión
sobre un asunto, amenazar a alguien para que no haga determinada cosa, invitar a alguien para
que asista a un evento, e inclusive aceptar la invitación del otro es también un acto de habla. Cada
una de estas acciones (pedir, expresar, amenazar, invitar, y aceptar, entre otras) son las formas de
enunciar los “actos de habla”.
ACTIVIDAD
Para esta actividad repasamos lo trabajado. Prestá atención a las siguientes situaciones
comunicativas:
Martina fue al teatro con su familia y le cuenta a su compañera qué le pareció la obra.
Al otro día, el docente de Prácticas del lenguaje les pidió a los alumnos que escribieran sus
comentarios sobre alguna obra que hubieran visto para publicar en el periódico escolar.
1. ¿Les parece que Martina utiliza la lengua de la misma manera en ambos mensajes?
2. ¿Qué diferencias encuentran? ¿En cuál de las situaciones les parece que Martina se
esmera por tener un lenguaje preciso y correcto?
3. Elegí una de las dos situaciones y desarrollá el circuito de la comunicación.