Balance de Energía y Nutrimentos
Balance de Energía y Nutrimentos
Balance de Energía y Nutrimentos
Cuando ingerimos algún alimento estamos obteniendo energía, cuando gastamos la misma
cantidad de energía que consumimos en el día, estamos hablando de un balance
equilibrado, cuando gastamos menor cantidad de energía de la que consumimos en el día,
estamos hablando de un balance positivo, por lo contrario si gastamos más energía de la
que consumimos, nos referimos a un balance negativo. Existen ciertas situaciones donde es
necesario tener un balance positivo, por ejemplo en el embarazo, lactancia, infancia,
adolescencia o cuando por algún padecimiento, enfermedad, o lesión hubo una pérdida
importante de peso. Por el contrario es de desearse un balance negativo cuando el aumento
de peso puede llegar a niveles no saludables.
Ejemplo 1: una persona consume una pizza y refresco con un total de 4000 calorías, y lo
único que hace es sentarse a hablar por teléfono todo el día con lo que gasta 2000 calorías
con lo cual al ser su balance energético positivo aumentará de peso.
Ejemplo 2: una persona consume un plato de cereal con un total de 1000 calorías y al
escalar montañas de hielo gasta 3000 calorías con lo que su balanza energética es negativa
y baja de peso.
Ejemplo 3: una persona consume una comida de 3000 calorías se va a jugar fútbol y gasta
3000 calorías, el resultado es una balanza equilibrada con lo cual mantiene su peso
La forma de alimentarnos y los nutrientes que incorporamos en las comidas no es algo que
se de en forma estable, es decir, los nutrientes que absorbemos no los incorporamos en
forma regular en cantidad y en tiempo.
Para contrarrestar esto nuestro organismo evoluciono para almacenar ciertos nutrientes y
usarlos en determinados momentos de carencia.
Esto es muy importante, podríamos decir que el cuerpo humano es como una máquina que
necesita diferentes tipos de combustible, y ninguno es más importante que el otro.
LA IMPORTANCIA DEL EQUILIBRIO DE NUTRIENTES
En función de lo anterior, es una realidad que no todos los combustibles metabólicos están
disponibles al mismo tiempo y en la cantidad adecuada.
Sin embargo, esto no le quita importancia al hecho de que el uso de estos combustibles,
tanto exógenos como endógenos tenga que estar en equilibrio con el fin de mantener el
funcionamiento saludable de nuestro organismo.
Y si bien, no influye mucho dentro del periodo del día, sí que es importante mantener un
equilibrio nutritivo a lo largo del tiempo.
A nivel nutritivo los nutrientes mayoritarios (no los más importantes, sino los de mayor
presencia en los alimentos) son la glucosa, los ácidos grasos y los aminoácidos, los que
participan tanto en funciones energéticas, como estructurales y de regulación.
Obviamente, no podemos olvidarnos de los minerales y vitaminas, que si bien las
encontramos en menor cantidad, su importancia es tan alta como las de los macronutrientes.
ECUACIÓN DE EQUILIBRIO ENERGÉTICO
Bien con lo analizado hasta aquí, podemos establecer una ecuación que si bien aplica a
nivel energético, aplica para cada tipo de nutriente que se les ocurra poner en la siguiente
ecuación de equilibrio de nutrientes, también conocida como ecuación de balance de
nutrientes:
Depósitos de Energía corporal = Ingesta Calórica – Gasto Energético
Analizar esta ecuación es muy fácil, independientemente del estado nutritivo que tengamos,
lo que dice es que si lo que consumimos a través de la dieta es igual a lo que gastamos en
los proceso metabólicos estaremos en un equilibrio energético o nutricional.
Ahora bien, un balance positivo nos diría que lo que incorporamos es mayor a lo que
utilizamos.
Mientras que un balance negativo es o contrario, es mayor lo que gastamos que lo que
consumimos.
Y entender esto a nivel nutricional es muy, muy importante y que como dije antes no
debemos tomarlo desde el punto de vista diario o de corto tiempo ya que nuestra dieta varia
día a día. Recién cuando vemos cómo se comportan los nutrientes en un periodo a largo o
mediano plazo es que realmente podemos hablar de equilibrios nutricionales.
ANALIZANDO EL EQUILIBRIO DE NUTRIENTES
Bien, dijimos que el balance de nutrientes no dependía del estado inicial, vamos a ver este
punto y analicemos porque es importante entenderlo de acuerdo a nuestra situación
nutricional.
Pongamos el ejemplo de una persona que presenta un estado de salud óptimo en cuanto a
peso y a nivel nutricional.
Si mantiene su dieta tal cual seguirá bajo las mismas condiciones, ahora bien si aumenta el
consumo de nutrientes tendrá un balance de +, desde un punto de vista energético esto
puede hacer que gane peso, y contrario a esto si el balance es negativo, tendera a perder
peso, ambas situaciones están lejos de ser óptimas.
Pero analicemos otro caso, si esta persona tuviese problemas de sobrepeso, y mantiene su
dieta tal cual, el balance energético estaría en equilibrio, bien, en este caso eso no es algo
bueno para su salud, ni que hablar si el balance es +.
Para volver a recuperar el estado de salud nutricional, el balance energético en esta persona
debería ser negativo, pero ojo! Quizás solo el balance energético. A nivel de nutrientes
como vitaminas minerales o proteínas quizás no haya problemas, el asunto quizás sea
disminuir el consumo de hidratos de carbono y/o grasas que son los principales aportadores
de energía.
Bueno espero que con estos dos ejemplos se haya terminado de comprender el asunto del
balance de nutrientes, por cualquier inquietud no dudes en dejar un comentario e intentaré
ayudarte!
FUENTE BIBLIOGRAFICA: El Balance de Nutrientes - NutriBlogger
Regulación de la ingesta alimentaria y del balance energético; factores y mecanismos
implicados
RESUMEN
La regulación de la ingesta energética representa un proceso de vital importancia en el
organismo ya que posibilita el mantenimiento de un equilibrio entre la cantidad de energía
almacenada en forma de grasa corporal y el catabolismo de la misma.
Objetivo: El objetivo de este trabajo ha sido analizar los principales factores implicados en
la regulación de la ingesta alimentaria, el balance energético y su fisiopatología.
Metodología: Se realizó una búsqueda en Medline y Ebsco de artículos publicados en
inglés y español en el período comprendido entre enero de 2009 y enero de 2012. Los
términos de búsqueda fueron "food intake", "energy balance", "regulation", "nutritional
homeostasis".
Resultados: Se encontraron un total de 198 estudios científicos, de los cuales únicamente
70 cumplían los requisitos de la búsqueda. Todos los estudios consultados coinciden en la
importancia de las hormonas gastrointestinales como principales agentes moduladores de la
homeostasis energética. Dicho efecto modulador sobre el apetito y la saciedad tiene lugar
mediante su acción directa sobre el hipotálamo o el núcleo del tracto solitario a nivel del
tronco encefálico (sistema nervioso vegetativo). Únicamente la ghrelina, ha sido
relacionada con el inicio de la ingesta considerándola una de las principales señales
orexigénicas en los modelos animales estudiados y en humanos.
Discusión: La regulación de la ingesta alimentaria y el balance energético constituye un
proceso extremadamente complejo cuyo funcionamiento y equilibrio es posible gracias a la
acción de las distintas señales endocrinas del tracto gastrointestinal.
Palabras clave: Ingesta alimentaria. Balance energético. Regulación. Homeóstasis
nutricional.
Homeostasis nutricional
La homeostasis nutricional supone el conjunto de procesos fisiológicos implicados en los
mecanismos de digestión, absorción de los nutrientes, almacenamiento de los mismos, así
como su utilización y consiguiente gasto cuando proceda 5. Todo ello con un único objetivo:
permitir un crecimiento adecuado en talla y peso durante la infancia y la adolescencia, para
en etapas posteriores, esto es, en la edad adulta, adquirir y mantener un peso apropiado 5. El
proceso de homeostasis nutricional tiene su inicio con la ingestión de los alimentos y su
posterior digestión y absorción de las sustancias nutritivas, donde participan numerosas
enzimas y hormonas gastrointestinales6.
Secuencialmente a estos procesos, se lleva acabo una distribución y llenado de los
depósitos de glucógeno hepático y muscular (depósitos de utilización inmediata), así como
el depósito de triglicéridos en el interior de los adipocitos en la fase pospandrial 7. Este ciclo
tiene su continuación en la fase de ayuno en la que para obtener el aporte de nutrientes
necesario se pondrán en marcha distintos procesos metabólicos (lipolisis, glucogenolisis y
neoglucogénesis)8. Atendiendo al gasto energético, debemos establecer una diferenciación
entre el gasto ligado a los procesos de mantenimiento del propio organismo (metabolismo
basal), de aquel gasto derivado de la actividad física, crecimiento, acción dinámico-
específica de los alimentos y la energía perdida a través de las secreciones y fluidos
corporales (orina, heces y sudor). A continuación, en la figura 1, se muestran los principales
aspectos implicados en el proceso de homeóstasis nutricional.
Todo este entramado de procesos queda a su vez interconectado y controlado por un amplio
número de señales nerviosas periféricas, diferentes moléculas y mediadores de acción
neuroendocrina, integrados a su vez en el sistema nervioso central (SNC) 10. Localizados en
el hipotálamo, residen las estructuras responsables del control de las sensaciones de
saciedad y de hambre en el organismo sano10. Por un lado, el núcleo lateral, responsable de
la sensación de hambre. En segundo lugar, el núcleo ventromedial, encargado del manejo y
control de la saciedad durante el proceso de ingestión de alimentos. Desde estos centros
tiene lugar una respuesta nerviosa eferente, desde la que se controla el volumen de energía
almacenado o consumido a corto, medio y largo plazo 11. Todo ello encaminado a mantener
al sujeto en una situación de normopeso.
La carencia de leptina en sujetos, bien sea por un déficit en su producción, bien por
defectos en los receptores específicos de ésta, va a determinar el desarrollo de
complicaciones precoces en los sujetos que la padecen tales como obesidad severa de
aparición precoz, hiperfagia, diabetes, e infertilidad 38. Así, se ha comprobado cómo
aportaciones exógenas de leptina mejoran sustancialmente estos síntomas y su intensidad 38.
Sin embargo, y de un modo casi paradójico, la mayoría de sujetos con obesidad severa
(excepto aquellos con una mutación en el gen ob/ob y el consiguiente déficit inducido de
leptina), presentan unos niveles de leptina e insulina plasmáticos considerablemente
elevados39. Esta situación, nos lleva a sospechar de un posible fenómeno de resistencia a la
acción de estas hormonas, aspecto ya verificado en el caso de la insulina. Dicha resistencia
a la leptina podría venir mediada por alteraciones en el proceso de transporte de la leptina a
través de la célula endotelial de la barrera hemato-encefálica hacia el líquido
cefalorraquídeo Disfunción de la trasducción de la señal del receptor de la leptina. Por
defectos en el receptor de la leptina o bien por alteraciones en uno o varios de los sistemas
neuronales que responden a la señalización de la leptina 40,41. A pesar de desconocer aún en
la actualidad múltiples de los procesos relacionados con la leptina y su implicación en la
obesidad, son numerosos los aspectos que nos llevan a pensar más en una situación de
resistencia orgánica a la leptina que a la carencia de ésta en aquellos sujetos con obesidad 42.
Insulina
La insulina comparte con la leptina numerosas propiedades referidas a la regulación del
balance energético. En este sentido, las concentraciones en sangre de sendas hormonas,
resultan ser directamente proporcionales al volumen graso corporal del sujeto 43. La insulina
circulante, al igual que la leptina, puede acceder al sistema nervioso central, mediante un
proceso de transporte saturable basado en receptores presentes en las células endoteliales de
capilares y vasos cerebrales. También los receptores de insulina se hallan ubicados en áreas
cerebrales hipotalámicas43. A pesar de las semejanzas entre sendas moléculas, la liberación
de insulina, a diferencia de la leptina, se hace en respuesta al estímulo de una única comida.
Se ha comprobado, cómo la administración de insulina a nivel del sistema nervioso central,
provoca un considerable efecto anorexígeno y una consiguiente pérdida de peso corporal en
el sujeto en cuestión. Bien es cierto que dichos efectos resultan ser dosis-dependientes 44.
Esta circunstancia se ha podido comprobar mediante la situación inversa, esto es, la
disminución de los niveles de insulina a nivel cerebral (por inoculación central de
anticuerpos antiinsulina), que genera un incremento de la ingesta y por consiguiente una
ganancia de peso en el sujeto. Ante tales evidencias, no cabe duda sobre el papel de la
insulina como agente anorexígeno. No obstante, no debemos olvidar otras funciones de esta
hormona como el efecto que la insulina ejerce en el almacenamiento de los nutrientes
ingeridos45.
Antes de comenzar, vale mencionar que cuando hablamos de grasas el término apropiado es
lípidos.
Los lípidos se almacenan en el cuerpo en forma de triglicéridos (probablemente los hayas visto
en tus análisis de sangre) principalmente en el tejido adiposo, pero también dentro de tus músculos
y en el hígado.
Sin lugar a dudas, la mayor reserva de energía en el cuerpo humano se encuentra en los
triglicéridos del tejido adiposo, y estas reservas son una importante fuente de combustible.
Para utilizar esta rica fuente de energía, tu cuerpo utiliza un proceso conocido
como lipólisis, donde los triglicéridos del tejido adiposo son hidrolizados, convertidos en ácidos
grasos y glicerol y luego transportados a los músculos donde se oxidarán.
Ane un aumento de la demanda energética , tu cuerpo responde aumentando la cantidad de
triglicéridos que son hidrolizados.
En deportistas, incluso durante un entrenamiento de muy baja intensidad (del 25% de tu
VO2max) la lipólisis aumenta de dos a cinco veces por encima de los niveles de una persona en
reposo.
Esto se produce todo el tiempo, pero cuando corres a intensidades más altas la cantidad de grasa
utilizada como energía tiende a ser menor y el glucógeno es la fuente de energía preponderante.
Otro dato importante que puede determinar la cantidad de lípidos que utilizas como energía es
la insulina, ya que la lipólisis del tejido adiposo es muy sensible a los cambios de los volúmenes
de dicha hormona en tu sangre.
Así, hasta un incremento pequeño de la concentración de insulina en tu sangre puede suprimir la
tasa de lipólisis en forma significativa.
Por el contrario, una disminución de la concentración de insulina en la sangre (como la que suele
verse cuando corres) incrementa la lipólisis.
El aporte energético que hace la grasa es heterogéneo y surge de diferentes zonas de tu cuerpo.
Así, la mayoría de los ácidos grasos en plasma a disposición para funcionar como energía de tus
músculos deriva probablemente de la grasa subcutánea abdominal.
La otra buena parte de la energía de la grasa que utilizas mientras corres, provendría de los lípidos
almacenados entre las células musculares.
Ahora bien, para determinar cuanta energía proveniente de grasa acumulada dispone el ser humano,
será necesario que conozcas el porcentaje de grasa corporal y realices los siguientes cálculos:
1- Determinar cuantos gramos de grasa tienes a partir de tu peso y porcentaje de grasa corporal. Ej:
70 kg de peso en un corredor con un 10% de grasa corporal da como resultado 7 kilogramos o
7000 gramos de grasa – 70 (peso) x 0.01 (porcentaje)
2- A partir de tu grasa acumulada y su densidad energética (9 kcal por gramo de grasa) podrás
determinar la cantidad de energía en forma de grasa disponible. Ej. 7000 gramos de grasa * 9 kcal=
63.000 kcal.
Claro está que cuanto más elevada sea la cantidad de grasa corporal acumulada en tu cuerpo más
energía tendrás.
De más está decir que esto no significa que sea bueno estar lleno de grasa acumulada. De hecho es
poco saludable y te pone en un elevado riesgo.
La energía que tienes en tu cuerpo se encuentra disponible para realizar funciones diferentes en tu
cuerpo que se dividen en tres categorías:
1.- Metabolismo basal
Existen procesos fisiológicos que son esenciales para la supervivencia como son los latidos del
corazón, la función cerebral, la respiración, etc.
La energía necesaria para estas tareas es conocida como tasa metabólica basal o metabolismo
basal.
El metabolismo basal de cada persona es diferente, pero una gran parte del consumo energético
total diario de una persona (entre el 60/70%) es consecuencia de estos procesos fisiológicos.
Dentro de la energía del metabolismo basal, también se incluye el gasto energético consecuencia
de la digestión y absorción de los alimentos que consumes (estimada en el 10%).
Es decir, aproximadamente un 10% del valor calórico de una comida se consume en la digestión y
absorción de sus nutrientes (termogénesis inducida por la dieta).
Gasto energético al correr.
2.- Actividad física
La actividad física es el componente mas variable dentro del gasto energético, ya que puede variar
significativamente entre una persona que corre dos veces por semana respecto a aquellos que lo
hacen todos los días.
Básicamente la cantidad de energía que gastas durante la actividad física depende de la intensidad,
tipo, volumen de lo que hagas (no es lo mismo correr 4 kilómetros que 15) y también de tu peso
corporal (no es lo mismo mover un cuerpo de 100 kilos que uno de 70).
ATENCIÓN: ¿Quieres saber cuantas calorías quemas al correr? HAZ CLICK AQUÍ
Aquí es importante destacar que el consumo energético de la actividad física, no se limita a lo que
gastas mientras la realizas, sino que también se mantiene luego de realizarla ( aquí hablamos de
esto).
Si te interesa como tu cuerpo utiliza la energía mientras hacer deporte, te sugerimos que leas nuestro
artículo donde explicamos como funcionan los sistemas energéticos del organismo humano: los
famosos sistema aeróbico y anaeróbico.
Entre correr y vivir, tu cuerpo utiliza casi toda tu energía
3.- Crecimiento
El crecimiento se refiere a la cantidad de energía utilizada para sintetizar nuevos tejidos; puede ser
cero en adultos estables de peso, pero se vuelve relevante en niños y mujeres embarazadas.
El coste energético de crecimiento es de aproximadamente 35% de las necesidades totales de
energía durante los primeros tres meses de edad, cae rápidamente a cerca de 5% a los 12 meses y
3% por ciento en el segundo año, permanece en 1 a 2% hasta mediados de la adolescencia, y es
insignificante en la adolescencia.
FUENTE BIBLIOGRAFICA: De donde obtiene la ENERGÍA el cuerpo humano (runfitners.com)
Balance de energía y nutrimentos
(resumen)