Compendio de Derecho Constitucional. German J. Bidart Campos
Compendio de Derecho Constitucional. German J. Bidart Campos
Compendio de Derecho Constitucional. German J. Bidart Campos
COMPENDIO DE-
DERECH(!
CONSTITUCION
GERMAN J. BIDART CAMPOS
COMPENDIO
DE
DERECHO
CONSTITUCIONAL
PRIMERA REIMPRESIÓN
El autor
INDICE
El derecho de la constitución
Las fuentes
El preámbulo
15. — Todo lo que inicialmente había de hacerse de conformidad con los ver-
bos y los fines recién citados, persiste y se mantiene actualizado como propuesta
que, día a día, necesita y exige las respuestas que la circunstancia de cada tiempo y
lugar hacen necesarias para que el preámbulo se cumpla. k
22. — Conviene dejar bien aclarado que los principios generales de la consti-
tución —o los simples principios— y también los valores, son aplicables no solamen-
te cuando por integración hay que cubrir un vacío normativo, sino a la vez, y mucho,
cuando hay normas a las que dar interpretación. Es así porque principios y valores
del sistema axiológico de la constitución dan luz para entender y saber cuál es el
sentido de las normas existentes.
CaPiruLo Il
LA SUPREMACIA DE LA CONSTITUCIÓN
- hemos de dar por cierto que son y deben ser aplicables y aplicadas porque,
--. de no ser así, la complementariedad que la constitución les adjudica no
-. funcionaría ni tendría sentido alguno.
: 8. — Pero más allá del arduo debate interpretativo que este párrafo
-tan inocuo ha provocado, la referencia ala primera parte de la constitución
- no nos impide, personalmente, aseverar que:
E a) los instrumentos internacionales de derechos humanos con jerar-
-. quía constitucional no forman parte del texto de la constitución; pero
: b) se sitáan a su misnio nivel, y en comün con la constitución encabe-
-. zan el vértice del ordenamiento jurídico argentino;
C) esto significa que, también en paridad con la constitución, forman
parte de lo que cabe denominar el "bloque de constitucionalidad fede-
- ral".
| - El control constitucional
nas privadas de
- ma situación. (En este sentido, resolvió que todas las perso
iento peni-
su libertad sin condena tienen derecho a votar en el establecim
ivo promo-
" tenciario de detención; lo hizo en un proceso de amparo colect
oció legi-
- vido por el Centro de Estudios Legales y Sociales al que le recon
- timación para articular la pretensión.)
o püblico pro-
15.— La mirada que puede recorrer el vasto campo del derech
Aires, encuen tra marcadas
. vincial, así como de la Ciudad Autónoma de Buenos
locales que acogen acciones de
diferencias con el orden federal, ya que hay normas
trada en el superior tri-
- inconstitucionalidad (para el caso, con jurisdicción concen
declarativas de inconstitu-
' bunal), así como el efecto erga-omnes de las sentencias
- éionalidad.
en condi-
16. — ;Qué hace falta para que un tribunal judicial se halle
ciones de ejercer el control constitucional?
so en el que
a) En primer lugar, hacc falta que haya una causa o proce
actáan de oficio
se sitüe la cuestión constitucional a decidir. Los jueces no
cada a efectos
(o sea, por sí mismos), porque su jurisdicción debe ser provo
de configurar la causa judiciable.
mación pro-
f b) En segundo lugar, es menester que un sujeto con legiti
en la actualidad la
A cesal alegue o articule la cuestión constitucional (pero
idad de que haya
Corte ha dado un sesgo favorable al control sin neces
petitorio expreso de parte interesada).
niencia o la
c) Los jueces zo juzgan la oportunidad, el acierto, la conve
eficacia de la ley.
rudencia,
d) Tampoco resuelven cuestiones que, conforme a la jurisp
ables.
se enrolan en la categoría de las cuestiones políticas no judici
norma o un
€) A la inversa, la razonabilidad o arbitrariedad de una
el control de
acto caen bajo la mirada del tribunal que tiene a su cargo
constitucionalidad.
para los
f) La declaración de inconstitucionalidad ha de reservarse
o un acto con la
casos en que sea imposible compatibilizar una norma
a ratio" del
constitución; por eso, se dice que tal declaración es la *ültim
orden jurídico.
30 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
g) Los jueces no pueden desaplicar una norma vigente si, para hacer-
lo, no declaran su inconstitucionalidad.
h) Como principio. el control no recae sobre el modo o procedimiento
formal que se ha seguido para sancionar una ley, a menos que la transgre-
sión sea muy grave y ostensible,
18. — A la fecha hay que recordar que cuando se alega violación a derechos,
libertades y garantías del Pacto de San José de Costa Rica, es viable que después
de agotar las instancias judiciales en nuestra jurisdicción interna se lleve la queja o
denuncia a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la que à su vez
puede, luego, valorar si el caso ha de ser elevado —o no— a la Corte Interamericana
de Derechos Humanos.
Esto es así porque la Repüiblica Argentina ha acatado la jurisdicción supraestatal
al momento de ratificar, en 1984, el Pacto de Costa Rica.
CaprtruLo Ill
EL PODER CONSTITUYENTE
-— A Del poder constituyente originario se suele decir que tiene como titu-
- lar natural al pueblo o a la sociedad, y ello porque al no estar predetermi-
—. nada una forma política concreta para la comunidad que se va a erigir en
- «estado, es esa comunidad la que debe elegir la de su preferencia. Ello a
— efectos de conferir legitimidad en el ejercicio del poder constitu yente ori-
Por supuesto que el pueblo como titular del poder constituyente originario no
-. lo ejerce en forma directa ni por sí mismo, sino indirectamente a través de la habili-
[o tación que, mediante diversos mecanismos posibles, otorga a determinados sujetos
- que se hallan en condiciones de adoptar con eficacia una constitución dotada de
- suficiente consenso social.
mitado es menester, al día de hoy, escudrifiar qué significa ese "no tener
límites". En primer lugar, quiere decir que no tiene límites provenientes de
una instancia de derecho positivo superior. En segundo lugar, no significa
desconocer la suprapositi vidad del valor justicia (o derecho natural), ni los
límites que colateralmente derivan del derecho internacional püblico —por
ej.. tratados, derecho de gentes, etc.—; finalmente, hay que tomar en cuenta
los condicionamientos que, segün el lugar, el momento, y la cultura social,
provienen de la realidad con todos sus ingredientes concretos; y ello para
no caer en los extravíos de un método racionalista que prescinda de cuanto
esa misma realidad aconseja o exige para lograr la eficacia del producto
constitucional.
vez se modifique tal otro con el que tiene relación la finalidad perse-
guida; c) no es posible —y deviene inconstitucional- que el congreso que
establece el temario sometido a reforma le derive a la convención una en-
mienda preelaborada o cerrada, o una normativa ya redactada en su formu-
lación.
15. — A partir del aio 7985, sin que se hubiera reformado la constitución
(ederal, tomó curso un ciclo de novísimo constitucionalismo provincial, cuya inicia-
Et. PODER CONSTITUYENTE 37
necesita ser puesto "en acto", o sea, tiene que ser impulsado y ejercido. De
ahí que haya que anadir como cuarto elemento al gobierno, porque el po-
der sin gobierno es como un motor al que le falta quien lo accione.
Sobre el federalismo omitiremos ahora todo desarrollo, porque será objeto del
capítulo V.
positivo, y que ostentan las personas que titularizan el ejercicio de los de-
rechos políticos.
En nuestra constitución, la ciudadanía está identificada con la na-
cionalidad, de modo que todos los nacionales son ciudadanos, y vice-
versa; ello se infiere del art. 20, cuando dice que los extranjeros gozan
en
el territorio argentino de los mismos derechos civiles del ciudadano", o
sea, de quien por haber nacido acá no es extranjero sino "nacional". Ade-
más, el mismo art. 20 aclara que los extranjeros no están obligados a ad-
mitir la ciudadanía, o sea, la nacionalidad por naturalización.
de otra
modificar la condición de ciudadaneno perjuicio de los ciudadanos
de dicho ar-
- provincia, ni en beneficio de los ciudadanos propios, porque
los ciu-
tículo se desprende el principio que consagra la igualdad de todos
dadanos en todas las provincias.
la mujer casada con
27. — No sería constitucional imponer (coactivamente) a
aunque no sería inconst itucion al que la ley
un argentino la nacionalidad de éste,
de elegir (volun tariam ente) la nacionali-
previera en caso de matrimonio el derecho
75 inc. 12 prevé la
dad argentina del cónyuge. Esto ültimo porque el actual art.
"opción" en beneficio de la nacionalidad argentina.
tucio-
28. — Con la reforma de 1994, hay tratados de jerarquía consti
ellas, en el
- nal que contienen normas en materia de nacionalidad. Una de
dere-
-.Pacto de San José de Costa Rica, consigna que toda persona tiene
os, y la
- eho a una nacionalidad. El Pacto de Derechos Civiles y Polític
s similar es. La na-
-.Convención sobre Derechos del Nifio, contienen norma
Eliminación
cionalidad está prevista, asimismo, en la Convención sobre 1a
ón contra
- de todas las Formas de Discriminación Racial y de Discriminaci
- laMuyjer.
EL FEDERALISMO ARGENTINO
.Fisonomía y origen
| |. — Nuestra constitución adopta la forma federal de estado. Ella
- importa una relación del poder con el territorio: el poder se descentrali-
za políticamente con base física, geográfica o territorial.
Federalismo es lo opuesto a unitarismo. Además, combina una fuerza
centrífuga cn cuanto descentraliza al poder, con una fuerza centrípeta en
cuanto la pluralidad y autonomía de varios estados se integra en la urtidad
- de uno solo: el estado federal.
—. Conlareforma de 1994 hay que completar el cuadro: en las provin-
- cias hay, y debe haber, municipios con autonomía conforme a los arts. 5^ y
- 123: y alas provincias se suma un nuevo sujeto de la relación federal, que
"es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Por otro lado, los órganos de gobiernos locales —sobre todo los cabrl-
dos- proporcionaron al federalismo futuro una base municipal o comunal.
Ideológicamente, desde la revolución de Mayo, se perfilaron dos sec-
tores: el unitario y el federal que, un poco ligeramente, lleva a recordar
que el unitarismo fue preponderantemente monárquico, liberal. centralis-
tà, y de fuerte influencia portefía, en tanto el federalismo aglutinaba a la
masa popular e inorgánica de tendencia republicana y fedcralista. Sin que
esto signifique una coincidencia perfecta, cabe situar al principal nücleo
representativo de la corriente unitaria en la capital, y al pueblo federal en la
campatia.
EI derecho *federal"
relaciones federales
— El reparto de competencias
8. — Hay que empezar por el art. 121, segün cl cual las provincias
gonservan todo el poder no delegado por la constitución al gobierno
deral, y el que expresamente se hayan reservado por pactos especiales al
" liempo de su incorporación.
En primer lugar, la delegación ha sido efectuada por las provincias à
"través de la constitución; o sea, mediante la constitución.
En segundo lugar, la norma esclarece que el poder de las provincias
- preexistió al del gobierno federal. que ha recibido el suyo por delegación
- que ellas le hicieron a través de la constitución. De tal modo, cl poder
provincial fue y es el poder originario.
|. En tercer lugar, el reparto de competencias arroja este resultado: a)
- competencias exclusivas del estado federal; b) competencias exclusivas
«de las provincias; c) competencias concurrentes; d) competencias excep-
-cionales del estado federal y de las provincias; e) competencias compar-
- tidas por el estado federal y las provincias.
— Las prohibidas a las provincias constan en los arts. 126 y 127.
11. — Así como las competencias exclusivas del estado federal se suponen
prohibidas a las provincias, las exclusivas de las provincias se reputan prohibidas al
estado federal.
Las provincias
14. — Las provincias son las unidades políticas que, con calidad de
estados. integran nuestra federación. No son soberanas. pero sí son autó-
nomas (para ambas cosas remitimos a los arts. 5?. 31, 122 y 123). Histó-
Ticamente, son preexistentes al estado federal, aunque solamente las cator-
-€e que existían al ejercerse en 1853-1860 el poder constituyente origina-
rio.
15. — Los lfmites interprovinciales son fijados por el congreso (art. 75 inc.
- 15). En tal delimitación, respecto de las provincias históricamente preexistentes,
dejamos aclarado que el congreso no dispone de discrecionalidad como para igno-
rar o alterar la dimensión que a cada una de aguellas provincias le corresponde por
, sus antecedentes históricos.
"Los conflictos entre provincias están previstos en el art. 127, que prohíbe la
guerra entre ellas y que deriva a la competencia de la Corte Suprema *dirimir" las
"quejas" entre provincias. (El fallo de la Corte de 1987 en el litigio entre La Pampa
Mendoza por la interprovincialidad del río Atuel es ejemplo de un caso relevante
el tema.)
Segün el art. 7? los actos páblicos y procedüunientos judiciales de una provin-
cia gozan de entera fe en las demás, La jurisprudencia de la Corte anade que se les
| debe asignar el mismo efecto que son capaces de producir en la provincia de origen.
El art. 8? prescribe que los "ciudadanos" de cada provincia gozan de los de-
"rechos, privilegios e inmunidades inherentes a ese título de ciudadano en las demás.
" Asimismo, la extradición de criminales es obligación recíproca de todas las provin-
cias.
mente, el art. 124 les reconoce el dominio originario de los recursos natu-
rales existentes en sus territorios: b) deslindar cuáles de esos bienes son de
dominio páblico y de dominio privado de las provincias es competencia
del congreso, porque se trata de una cuestión propia del código civil; c) es
competencia provincial la legislación sobre el uso y goce de esos bienes; d)
dominio y jurisdicción no coinciden (por ej., los ríos de las provincias son
de dominio provincial en las aguas que corren por sus territorios, pero la
jurisdicción es federal a efectos de la navegación y el comercio interpro-
vincial).
Los municipios
La regionalización
en los territorios nacionales que queden fuera de los límites asignados a las
provincias.
Actualmente, no existen territorios nacionales -antes llamados
gobernaciones-, porque el territorio argentino se compone ahora solamen-
te de provincias, más el de la ciudad de Buenos Aires con su régimen auto-
nómico.
La intervención federal
; los ejemplos (en forma similar a la declaración del estado de sitio) más elocuentes de
una mutación constitucional transgresora de Ia constitución formal.
El federalismo concertado
EL SISTEMA DE DERECHOS
-.... ll. — Alcanzada tal visión integral, y comprobado que entre la parte
— dogmática (arts. 1? a 43) y la parte orgánica, con más el preámbulo y las
66 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
ioo controversia entre sujetos que disputan entre sí diversos derechos, hay
preferir el que *segün las circunstancias de ese caso concreto" resulte
valioso de acuerdo a ellas;
' f)el titular delos derechos puede o no ejercerlos, porque como princi-
io le resultan disponibles; en cambio, el sujeto pasivo debe cumplir su
stación (de omisión, de dar o de hacer), por lo que, en cuanto a él, los
rechos ajenos le son izdisponibles:
£g) conforme a la jurisprudencia de la Corte, nadie puede sustraer al
poder judicial la facultad y el deber de hacer respetar la constitución y los
chos, razón por la cual se produce agravio a la garantía de la defensa
n juicio cuando una cuestión justiciable queda excluida compulsivamente
le la decisión de los jueces;
— 1) los bienes jurídicos que quedan comprendidos y amparados por la
declaración de derechos no imponen necesariamente la obligación de que
olítica criminal del congreso les depare rutela penal por incriminación
V-sanción de la lesión que se infiera a tales bienes, salvo cuando es la
: 'opia constitución la que tipifica una conducta como delito (que es el
lupuesto de los delitos constitucionales), o cuando algo semejante surge
le tratados internacionales.
17. — Las obligaciones del sujeto pasivo —sean de omitir dafio, sean
de dar o de hacer- son obligaciones de naturaleza constitucional, y así
como se pone énfasis a favor de los derechos, también hay que tener muy
en claro que, por la correspondencia entre derechos y obligaciones, las
obligaciones que son recíprocas de derechos revisten igual valor que éstos.
La fuente internacional
s derechos y la legitimación
El principio de legalidad
Compo aclaratoria, hay que dejar establecido que no sólo la ley obliga y prohíbe:
toda otra fuente distinta de la ley, o inferior a ella, también dispone de competencia,
cn la medida que provenga de un órgano habilitado por la constitución. Asimismo,
fuentes no estatales -como los contratos- tienen capacidad de generar obligacio-
nes,
El principio de razonabilidad
Conductas autorreferentes no son solamente las que tienen corno autor a una
sola persona (lo son también, por ej., las de una pareja en relación con la intimidad
de su convivencia, o las propias de un paciente con su médico); tampoco lo son
solamente las que sc recluyen en la interioridad sin que terceros tengan noticia de
ellas (1o son también, por ej., las de quien se viste o se peina a su gusto, de forma
que los demás pueden verlo).
- del más variado tipo -por ej.. los pueblos indígenas de nuestro art. 75 inc.
^17—. Las prohibiciones sobre discriminación racial, étnica, religiosa, na-
."cional. económica, etc. —muchas de las cuales constan en tratados de jerar-
' quía constitucional- tienden a amparar la identidad y la diferencia, perso-
P
' nal y grupal. Subyace acá cl derecho a ser "uno mismo", es decir, la
— mismidad personal.
16. — Para dar algunos ejemplos en los que personalmente tenemos opinión
"muy personal hemos de afiadir:
a) al día de hoy sería arbitrariamente desigualitario dividir a los Aijos en matri-
"moniales y extramatrimoniales a los efectos de cuantos derechos y situaciones per-
'sonales derivan de la filiación;
b) es contraria a la igualdad la jurisprudencia contradictoria (o sea, la exis-
-tencia de sentencias que en aplicación de la misma normativa en situaciones simi-
-— lares interpretan de distinta manera dicha normativa);
| c) es igualitarismo lesivo del pluralismo democrático el que surge de estable-
cer una forma üánica de matrimonio (por ej., la civil) con la que sea posible emplazar
el estado de familia (porque no deja opción razonable para que cada pareja pueda
elegir la forma matrimonial segün su preferencia religiosa o moral);
d) es desigualitario que la mujer casada que hà tenido un hijo extramatrimonial
no pueda remover judicialmente (por falta de legitimación) la paternidad que 1a ley
78 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
LALIBERTAD RELIGIOSA
2. — Más allá de las réplicas de que pueda ser objeto nuestro punto
- de vista, reiteramos lo que tenemos dicho desde siempre:
a) la "letra" del art. 2? cuando habla de "sostener" el culto católico
- por parte del gobierno federal no equivale a un sostenimiento económico
- obligatorio, sino a la diferente naturaleza en la relación de tal culto con el
- €itado gobierno, cuando a esa relación se la compara con la mantenida con
— ]os otros cultos;
| b) el catolicismo no es "religión de estado" ni "religión oficial";
c) el art. 2? de la constitución, junto con el art. 33 del código civil, dan
"curso a la noción que, entre las personas jurídicas, confiere a la Iglesia
Católica la condición de ser de "existencia necesaria";
d) el *sostenimiento" aludido en el art. 2? define la unión "moral"
entre el estado y la Iglesia Católica.
80 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
En 1994, mantenido el art. 2^, fueron eliminados del texto constitucional todos
los anteriores artículos con referencias confesionales —entre éstos, el que confería al
congreso el deber de promover la conversión de los indios al catolicismo-.
Esta libertad religiosa como derecho frente al estado ya los demás, que tiene
titularidad no sólo en la persona individual sino a la vez en asociaciones y comuni-
dades religiosas, no exime a la conciencia personal ante Dios del deber de buscar la
verdad. Y no hay que olvidar que la Iglesia incluye en su haber dogmático a la
revelación divina.
LA LIBERTAD DE EXPRESION
ción intercultural para los pueblos indígenas (inc. 17). Por su lado, el art.
38 garantiza a los partidos políticos el acceso a la información püblica y
la difusión püblica de sus ideas. La información y educación ambienta-
les (art. 41) y laeducación para el consumo (art. 42) presuponen la nece-
saria y convergente libertad de expresión.
La censura
| 1. — El Pacto de San José de Costa Rica en su art. 13,4 hace un inal empleo
de la palabra "censura" cuando dice que los espectáculos püblicos pueden ser so-
metidos por ley a "censura previa" con el exclusivo objeto de regular el acceso a
ellos para la protección moral de la infancia y adolescencia. Esto no es censura,
sino una forma razonable de control para impedir, por motivos de moralidad pibli-
cá, que tengan acceso a tales espectáculos los menores de edad.
. Elartículo 14
El artículo 32
LA EDUCACION Y LA CULTURA
a render"
Derechos y deberes en relación con *'ensefiar yyap
orientación que gustan, si discrepan con la elegida por sus padres. El esta-
do no puede coartar la iniciativa privada para crear y hacer funcionar
establecimientos de ensefianza, ni negarles el reconocimiento, ni imponer
un ünico tipo de ensefianza obligatoria —ni religiosa ni laica, ni crear pri-
vilegios lesivos de la igualdad a favor de los establecimientos oficiales.
El derecho x
*a"
^"
la educación
Para dar curso viable al acceso de todos a este derecho a educarse, es obvio
que el estado y los particulares deben abstenerse de cuanto signifique impedime
n-
los porque, a la inversa, hay que facilitar y promover aquel acceso en el ámbito de
un pluralismo educativo, dentro del cual el estado tiene que crear establec
imientos
oficiales gratuitos.
Conviene, asimismo, no marginar las responsabilidades que gravan a los pa-
LA EDUCACIÓN Y LA CULTURA 93
dres, tutores y guardadores respecto de los menores a su Cargo, así como las propias
de los empleadores que en la relación laboral tienen a sus órdenes a analfabetos.
La libertad de ensefanza
La libertad de cátedra
La reforma de 1994
13. — Es fácil admitir que las pautas generales que el inc. 19 del art.
75 fija para las leyes de organización y de base de la educación obligan a
las provincias en todo cuanto les compete en materia de ensefianza.
El derecho a la cultura
EL DERECHO DE ASOCIARSE
5. — Así como para la persona física todo lo que no le está prohibido le queda
permitido, para las asociaciones rige la regla de la especialidad, segün la cual
tienen capacidad para todo cuanto se halla comprendido en sus fines propros. Tal lo
que surge del código civil, bien que por encima de él tal principio deriva implícita-
mente de la constitución.
LA LIBERTAD DE CONTRATAR
que los derechos y obligaciones emergentes de los contratos integran uno de los
contenidos del derecho constitucional de propiedad.
El derecho de reunión
Las reuniones en los templos, bien que son püblicas, se sustraen en principio a
la intervención estatal.
El derecho de petición
- El derecho de circular
12. — El art. 14 menciona el derecho de entrar, permanecer, trarsi-
ión o
- tar y salir del territorio, que es equivalente a la libertad de locomoc
- circulación o movimiento, y que deriva de la libertad corporal o física, en
su
- cuanto ésta apareja el desplazamiento y traslado de la persona, así como
' residencia, radicación o domicilio en el lugar que elige.
El derecho de casarse
Este derecho a casarse no da pie para afirmar que las uniones de hecho son
ilícitas o ilegales, si se trata de personas hábiles para contraer matrimonio que eli-
gen convivir sin casarse entre sí.
El matrimonio
La familia
27. — Cuando se encaran las normas sobre la familia, hay que poner-
se de acuerdo en definir qué es "familia". Familia no es una entidad dife-
rente de las personas físicas que forman parte de ella, sino la denomina-
ción acordada al conjunto de quienes tienen un vínculo parental. Por ende,
la familia no es un sujeto de derecho ni una persona jurídica, de lo que se
desprende que cuando se habla de derechos de la familia" ha de entender-
se que se alude a "derechos de las personas físicas en sus relaciones de
familia".
nocividad bienes colectivos como —por ej.— la salud páblica. En otras palabras, la
salubridad, la moralidad, el orden püblico, y los mismos intereses económicos legi-
timan la intervención reglamentaria del estado, aun cuando -a la inversa- no puede
prohibir determinados negocios por considerarlos ruinosos, ni imponer otros que
repute de conveniencia püblica.
En 1967, el caso "Empresa Mate Larangeira Méndez S.A. y otros" dio lugar a
que la Corte declarara que la prohibición para cosechar la yerba mate para el atio
1966 segün lo estableció un decreto, cuando ya la cosecha se había realizado y
había originado gastos y obligaciones, vulneraba el derecho de trabajar y de gozar
de la propiedad adquirida.
CapftruLo XIV
El derecho ambiental
M.
^ 4. — *Los derechos que protegen al aribiente" cuentan, segün el art.
-43 con la vía del amparo para esa protección. Puede, por ende, llamarse
amparo ambiental o amparo ecológico.
y sobre
8. — Cuando un problema ambiental es jurisdiccionalmente divisible
la protec-
&l recae la respectiva legislación provincial, ésta debe, aün así, respetar
ción surgida de la ley de presupuestos mínimos.
del congreso, el
9. — En cuanto a la ejecución y aplicación de la legislación
art. 41 adopta la solución clásica del art. 75 inc. 12 al disponer que dicha legtaa-
deli-
ción no altera las jurisdicciones locales. No obstante, creemos que: a) algunos
y provocar, por
tos ambientales admiten ser calificados como de naturaleza federal
le
ende, la jurisdicción de tribunales federales; b) fuera del ámbito penal, es razonab
medidas protectoras del am-
suponer que en determinadas políticas ambientales y
118 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
de veracidad,
14. — La lealtad comercial, la propaganda competitiva, el deber
estratos sociales, y ante
el espíritu de lucro, la tendencia al consumismo en muchos
, obligan a que en el
todo la dignidad de la persona y los derechos que le son propios
ión de la persona
orbe del consumo y los servicios se procure equilibrar la protecc
con el mercado, la competencia y la oferta-demanda.
conforme al art.
15.— En el derecho de consumo" hay que ordenar cuanto,
s, tanto cuando tienen
42, gira en torno de los "derechos" de consumidores y usuario
el de derechos de
perfil de derechos personales (o individuales) como si ofrecen
incidencia colectiva o de intereses de pertenencia difusa.
19. — En síntesis, a cada uno de los aspectos a cuya protección deben proveer
las autoridades, corresponde en reciprocidad la serie de derechos correlativos
del
consumidor y del usuario.
Hay que indagar bien en caso "ante quién" —como sujeto pasivo— existen o se
hacen valer esos derechos. No hay duda de que el estado es sujeto obligado
, pero a
la vez hay una ambivalencia de los derechos cuando son oponibles a quien
provee
los bienes y servicios. Así -por ej.— el derecho a la calidad y eficiencia,
y a que el
mercado no se distorsione en desmedro de la competencia. En el párrafo
primero del
art. 42 hay también supuestos de similar ambivalencia, que muestran como
sujetos
pasivos obligados tanto al estado (las autoridades) como a los proveedores de
bie-
nes y servicios.
Un listado abierto
EL DERECHO DE PROPIEDAD
Su encuadre
Los contenidos
La depreciación monetaria
Inviolabilidad
Limitaciones
LA EXPROPIACION
3. — No hay que confundir la: "ley" de expropiación (federal o local) que re-
glamenta el instituto de la expropiación, con "cada una" de las leyes que sobre esa
base es dictada para proceder a realizar "una" expropiación concreta y actual.
El procedimiento expropiatorio
La expropiación inversa
Todo ello revela que ese propietario padece cierta dosis de indisponi-
bilidad en el goce de su derecho.
La retrocesión
El abandono
LA TRIBUTACION
poder tributario
La actividad financiera del estado y el
del estado —o püblica- quc se
|. — La llamada actividad financiera apa-
y en la realización de gastos,
exterioriza en la obtención de recursos
la afectación de erogaciones.
reja, recíprocamente, la recaudación fiscal y
con stitución, y lejos
Lista actividad financiera queda engarzada en la
tiene respecto de él carácter
de independizarse del ordenamiento jurídico,
fines de esa actividad finan-
instrumental. Vale, entonces, afirmar que los
to integral del estado demo-
ciera apuntan a hacer viable cl funcionamien
ividad de los derechos.
crático en todas sus instituciones y en la efect
guiar su actividad finan-
2. —Enesa línea, la política del estado debe
ciera a tenor de pautas como:
ómico-social; el equili-
a) el desarrollo humano; el desarrollo econ
y regiones:
brio en el desigual desarrollo de provincias
b) la solidaridad;
c) la igualdad de oportunidades y de trato;
d) el progreso económico. con justicia social;
e) la generación de empleo;
f) la productividad de la economía;
g) la defensa del valor de la moneda;
ial de los
h) el pleno goce de los derechos, con la consideración espec
pacidad.
nifios, las mujeres, los ancianos y las personas con disca
142 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL,
ión facul-
" páblico; y del precio porque éste se paga por servicios que son de utilizac
(como lo es la tasa por alumbra do püblico o por limpieza ).
átiva y no obligatoria
stración en
17. — La determinación tributaria es el acto de la admini
146 COoMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
20. — Las leyes que crean o modifican tributos no pueden ser retro-
activas, por la sencilla razón de que la ley tributaria debe ser previa o
anterior al hecho imponible. Si un hecho no es imponible porque no hay
Icy fiscal vigente al tiempo de producirse, hemos de admitir que hay dere-
cho "adquirido" a quedar libre de obligación fiscal respecto de ese mismo
hecho, Cuando el hecho imponible es de ejercicio (por ej.. impuesto a la
renta o a las ganancias) la ley debe ser anterior a la fecha en que se cierra el
ejercicio (por ej., el 31 de diciembre) pero no necesariamente ha de ser
anterior a la iniciación del período, pudiendo dictarse durante su transcur-
80.
El control constitucional
24. — Hay doctrina que a la luz del Pacto de San José de Costa Rica, que
desde 1994 tiene jerarquía constitucional, sostiene que el "solve et repete" está
derogado o se ha vuelto improcedente, porque dicho Pacto consagra el derecho a un
proceso razonablemente rápido para determinar derechos y obligaciones del
justiciable, incluidos los de índole fiscal.
27. — La constitución siempre previó en su arí. 4^ cuáles son los fondos del
tesoro nacional, y citó entre ellos a los derechos de importación y exportación (im-
puestos aduaneros) y las demás contribuciones que imponga el congreso.
los: los directos y los indirectos. Se dice que en los directos el contribu-
yente está serialado "de iure", mientras en los indirectos el que es contribu-
yente "de iure" transfiere la carga fiscal a terceros como contribuyentes
"de facto".
Lareferida dualidad se describe así:
La coparticipación
La cláusula comercial
35. — El peaje que debe pagar el usuario de una obra püblica vial (camino,
puente, ruta) no vulnera la circulación territorial libre mientras no sea un tributo por
el mero paso, sino por estar vinculado a servicios o prestaciones a favor del usuario,
como es el caso de la construcción y el mantenimiento de una vía de tránsito. Cuan-
do, conforme a cierta doctrina, el peaje es considerado una tasa, se advierte que el
monto ha de guardar proporción razonable con el costo, el uso y la conservación de
la obra, y ser uniforme para lodos los usuarios que se hallen en las mismas condi-
ciones.
CartruLo XIX
El constitucionalismo social
El derecho de trabajar
Con las modalidades propias de cada uno en ambos casos, la actividad laboral
ha de permitir a la persona el disfrute de su rendimiento económico.
Por supuesto que las políticas sociales del estado han de tender al
ofrecimiento de un mercado ocupacional suficiente y amplio, donde el jue-
go de la competencia se equilibre con la presencia y la rectoría del propio
estado. El art. 75 inc. 19 primer párrafo sefiala ejemplificativamente una
serie de parámetros que es bueno releer.
es. La obliga-
El sujeto pasivo es doble: cl estado, y los demás hombr ;
ción de estos sujetos pasiv os no es i gual ni la misma en todos los Casos
ión que el sujeto activo ha
así, en tanto siempre deben respetar la elecc
hecho de determinada acti vidad, la situación cambia cuando en la relación
r tiene obligaciones
de empleo -püblico o privado- el que es empleado
jador que se desempefia
específicas e individualizadas para con cada traba
de descanso, etc.).
a sus órdenes (pago de salario justo, tiempos
postula, un supuesto derecho
7. — Cuando el vocabulario usa, y la doctrina Pero jfrente a quién
ocupación.
"al trabajo ", se piensa en el derecho a conseguir
puede prete nder o exigir que ese sujeto pa-
—como sujeto pasivo obligado- alguien
de un derecho "al trabajo"?
sivo le provea un empleo en cuanto sujeto activo
razonable es ésta: a) el estado
La ánica respuesta que juzgamos posible y
persona individualmente, desplegar
debe, de cara a toda la comunidad y no à cada
ómico que active y haga accesibles
políticas que establezcan un orden social y econ
do ocupacional; b) además de tales
las fuentes de trabajo para todos en cl merca
el estado debe arbitrar prestaciones
políticas activas y medidas de acción positiva,
idad social, para prevenir y cubrir el
de desempleo, dentro del régimen de la segur
so.
riesgo de desocupación, desempleo, o paro forzo
El derecho judicial
la Corte ha dado las
&. — Un somero esquema de la jurisprudencia de
siguientes pautas:
de la justicia la igual
a) En el contrato de trabajo €s requisito esencial
libertad de las partes contratantes;
icto con la libertad
b) cuando la libertad de contratar entra en confl
de prevalecer esta áltima
contra la opresión del empleado u obrero, ha
de un orden social justo;
porque así lo requiere la serie de principios
154 COoMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
El plexo de derechos
10. — Los derechos emergentes del art. 14 bis pueden agruparse así:
a) Condiciones de trabajo, definidas como dignas y equitati vas;
b) Remuneración justa, comprensiva del salario mínimo vital y mó-
vil; de igual remuneración por igual tarea, y de participación en
las ganan-
Los DERECHOS SOCIALES Y El. TRABAJO 155
ador
cias de la empresa (este aspecto juega —por un lado- frente al emple
debe
que debe satisfacer todo lo acá invol ucrado, y frente al estado que
protegerlo y hacerlo operativo mediante leyes);
c) Duración del trabajo, diversificada en la jornada diaria, el descan-
rio:
so y las vacaciones pagados, y la protección contra el despido arbitra
d) Control de la producción y colaboración en la dirección de la em-
presa.
La estabilidad
11. — El empleo püblico cuenta en el art. 14 bis con una norma dife-
rencial respecto del empleo privado. Es la que atafie a la estabilidad.
ción
Vimos que en el lineamiento recién sintctizado figura la protec
o la ley
contra el despido arbitrario. En cambio, para el empleo püblic
e tiene la aludida
debe asegurar la estabilidad del empleado. jQué alcanc
diferencia?
la estabili-
Para comentarlo, hay que recordar que la doctrina divide
a;
dad en dos clases o formas: la propia o absoluta, y la impropía o relativ
justa
la primera apareja prohibición para el empleador de despedir (sin
segund a no
causa), y obligación de reincorporar si despide, mientras la
deber de
prohíbe el despido, pero cuando se dispone sin justa causa hay
indemnizar.
do
Trasladada la cuestión al art. 14 bis, parece que para el emplea
pero
privado la ley no está obligada a establecer la estabilidad propia,
inados tipos,
tampoco impedida de acogerla razonablemente para determ
que
clases o casos de empleo privado. Para el empleo páblico, advertimos
..". se
en lugar de figurar en el art, 14 bis el vocablo "protección contra.
nte
consigna la palabra "estabilidad", lo que lleva a suponer con sulicie
o sea.
certeza que acá se la utiliza como equivalente a estabilidad propia;
para que no se pueda disponer el cese sin justa causa, y para que si se lo
amos
hace haya que reintegrarle su empleo al cesante, de modo que estarí
ante un "derecho a zio ser privado del empleo (püblico)".
o que, como
12.— La Corte registra jurisprudencia en la que: a) ha reputad
propia en el empleo privado; b) el
principio, la ley no puede establecer la estabilidad
en el empleo püblic o.
art. l4 bis no consagra la estabilidad propia
156 C'OMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
El desarrollo infraconstitucional
14. — Para cl desarrollo del art. 14 bis hay que tener presente, entre
otras cosas, que el congreso tiene competencia para dictar el códrgo de
trabajo v seguridad social en el ámbito de lo que se califica como dere-
cho "conn", y puede hacerlo en forma codificada o mediante legislación
dispersa (esta competencia no cancela la propia de las provincias para sus
empleados püblicos, tanto en la órbita laboral como en la de la seguridad
social).
La fuente internacional
La *flexibilización" laboral
alerta ante todo lo que,
19. — El derecho constitucional debe estar
proyecta "flexibilizacio-
desde la llamada globalización" de la economía
constitución ordena en el ám-
nes" laborales que ritien con todo cuanto la
bito del derecho del trabajo.
CaptruLo XX
La huelga
La contratación colectiva
—
18. Los topes constitucionales que es fácil inferir del art. 14 bis y del prin-
s
cipio protectorio mínimo del trabajador no toleran ser dejados de lado o rebasado
por ninguna política de la llamadá "'flexibilización" laboral, como tampoco admiten
la preponderancia unilateral de la voluntad patronal.
La conciliación y el arbitraje
Si bien estamos ante un "derecho", hay situaciones extremas en las que una
ley reglamentaria puede imponer la obligatoriedad de tratativas conciliatorias o del
arbitraje, cuando el conflicto colectivo tiene capacidad de alterar la paz social. La
Corte lo ha reconocido.
La representación sindical
22. — La ley tiene que ser moderada y razonable en el alcance y los efectos
que asigna a la estabilidad sindical. Por un lado, ha de tomar en cuenta que el marco
completo de la garantía sindical tiene no sólo carácter subjetivo o personal para cl
trabajador representante, sino además carácter sindical, por el cual su violación
incurre en lo que se reputa "práctica desleal".
Pero no es constitucionalmente razonable que en caso de tener que promoverse
un proceso penal al representante gremial haya que tramitarse una especie de "ante-
juicio" ante un organismo administrativo.
—
CarfruLo XXI
LASEGURIDAD SOCIAL
Su encuadre constitucional
mos de la seguridad social que cuenten con fondos propios para financiar y
otorgar
los beneficios.
Esto áltimo suscita la duda de si siempre es el estado el que debe hacerse car-
&o de la cobertura y del pago. Segán la jurisprudencia, ciertas prestaciones pueden
estar a cargo del empleador. Asimismo, implantados regímenes jubilatorios surgi-
dos de la privatización del sistema, afirmamos que su existencia no es inconstit
u-
cional en la medida en que subsista también un régimen estatal: pero, además, aun
para el sistema privado, el estado no puede abdicar de su rol de protección y garan-
tía.
En suma, "otorgar" los beneficios de la seguridad social no significa, literal-
mente, que es el estado el que siempre y en todos los casos tiene que conceder
los,
sino que el estado debe organizar y controlar el sistema, y en parte puede dejar
que
entidades no estatales tengan a su cargo la concesión y el pago de los beneficio
s.
10. — Los vericuetos del tema jubilatorio no concluyen acá. Hay que
analizar varios aspectos del monto de la jubilación, que llevan al siguiente
deslinde:
a) cuando al otorgarse el beneficio se fija cuál es su monto, tal canti-
dad debe guardar cierta proporción razonable con el salario que Ia perso-
na ganaba mientras estaba en actividad; de esa manera se satisface el prin-
cipio de la naturaleza sustitutiva que es propia de la jubilación, en cuanto a
la necesaria proporcionalidad entre el haber de actividad y el haber de pa-
sividad que lo reemplaza;
b) este primer aspecto a la época de concederse la jubilación cuenta
con adaptaciones posteriores, todas las cuales vienen presididas por la ünica
pauta constitucional explícita, cual es la de la movilidad; durante el lapso
de goce o disfrute del beneficio, su monto tiene que aumentar pero no
disminuir, y cuando el art. 14 bis no establece ningün sistema específico
de movilidad, la jurisprudencia tiene exigido que al irse aumentando el
monto móvil, cada cantidad tiene que guardar a su vez cierta proporción
razonable con lo que ganaría el jubilado si hubiera seguido trabajando;
c) las sucesivas variaciones del sistema de movilidad que procuran
mantener el nivel de vida a que estaba habituado el jubilado, hallan dos
excepciones: c*) el congelantierto del haber jubilatorio por plazo incierto
ha sido declarado inconstitucional por la Corte, de modo que si en situa-
170 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
10. — Nuestra perspectiva nos lleva a sugerir que los extranjeros no natural
zados argentinos que cuentan con un tiempo suficiente de residencia en el pai
deben merecer la titularidad del derecho a votar, porque en la medida que forma
parte estable de nuestra sociedad poseen interés en cuanto se refiere al gobierno dt
estado.
A la inversa, los ciudadanos que no son habitantes de nuestro estado porqu
no viven acá, no deben ser electores de autoridades argentinas, y ello por la mu
simple razón de que si la constitución afirma en su art. 45 que son elegidas por
^pueblo", hay que formar parte de ese pueblo, y no de Ia población de otro estadi
Discrepamos, por eso, con la solución que en 1991 adoptó la ley 24.007.
chos y obligaciones, y que opera como una técnica que se utiliza para que
las personas expresen su voluntad política a efectos de Ja nominación de
los titulares de poder. También para la adopción de decisiones que no se
relacionan con la designación de gobernantes, lo que ocurre en las formas
semidirectas (referéndum, iniciativa, consulta popular. etc.).
Suencuadre
El artículo 38
LAS GARANTIAS
La seguridad
El derecho de la jurisdicción
en administrar justicia, y que está a cargo de los órganos del poder judi-
cial. Lo que en rigor se buscaes que, mediante ese primer paso de acceso a
un tribunal, seguido por el desarrollo del proceso judicial (debido proce-
so), el justiciable disponga de tutela judicial efectiva.
Tales órganos deben ser los "jueces naturales" del art. 18 de la constitución,
los cuales, de no existir normas procesales para tramitar un proceso, han de inge-
niarse para cubrir la carencia normativa, como lo hizo ejemplarmente la Corte cuan-
do en 1957 y 1958 dio curso a la acción de amparo contra actos de autoridad y de
particulares sin que entonces hubiera norma alguna en la constitución y en la legis-
lación.
LASGARANTÍAS 185
La sustracctón prohibida
La inmunidad de declaración
La inmunidad de arresto
El debido proceso
31. — Las formas regulares y básicas del debido proceso son condi-
ción indispensable para que la sentencia que pone fin al proceso goce de la
inmutabilidad y del efecto de la cosa juzgada, que se convierte así en un
contenido del derecho de propiedad inviolable.
La irretroactividad de la ley
convenios
ción ante legislaciones de emergencia), así como de los derivados de
colectivos de trabajo.
38. — Ya dijimos que para su efectividad, este sistema exige que quien
pro-
pretende la tutela judicial de sus derechos disponga de legitimación
cesal para hacerlos valer.
2. — Hasta que se dicta sentencia y ésta queda firme, toda persona tiene dere-
194 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
El proceso penal
Elartículo 118
10. — Elart. 118 dispone que los juicios criminales ordinarios se ter-
minarán por "jurados", luego que se establezca en la repüblica esta institu-
ción. Hacen también alusión al juicio por jurados los arts. 24 y 75 inc. 12.
La forma en que está redactada la frase citada del art. 118 nos lleva a pensar
que 1a constitución ha concedido al congreso un espacio temporal amplio y elástico
para decidir en qué momento considera oportuno y conveniente implantar el juicio
por jurados, lo que de ser así no permitiría afirmar que la inexistencia del jurado
equivale a una omisión inconstitucional. Pero, evidentemente, queda la duda de
hasta cuándo es razonable suponer que se prolonga el plazo indeterminado a favor
del congreso, porque en algán momento se habría de reputar extinguido y, por ende,
configurada la inconstitucionalidad por omisión.
196 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
Por una razón de sentido comán tenemos dicho, a la inversa, que analógica-
mente debe aceptarse que si el delito contra el derecho de gentes se comete en terri-
torio argentino, puede existir jurisdicción a favor de un tribunal extranjero. Por ende,
en ambos supuestos no rige el principio de territorialidad para los delitos contra el
derecho de gentes, equiparables a los de lesa humanidad.
Así como dijimos que la política cririiinal del congreso es la que decide qui
bienes jurídicos van a recibir tutela penal, hemos de reafirmar que cuando la cons
titución contiene delitos, la ley está obligada a adjudicarles la pera corresporidien
te. Asimismo, la ley penal no puede alterar la descripción típica de las condueta:
que la constitución incrimina en los artículos antes citados.
Carfru.o XXVI
ción específica, porque nos hallamos ante una porción o un segmento del poder
estatal.
12. — Con la reforma de 1994 hay que recordar que el art. 76 emplea la locu-
ción "emergencia püáblica" para calificar una situación excepcional en materia de
delegación legislativa a favor del poder ejecutivo: asimismo, el art. 99 inc. 3? prevé
las circunstancias también excepcionales que permiten al poder ejecutivo dictar
decretos de "necesidad y urgencia".
La guerra y la paz
El estado de sitio
una de las dos situaciones recién citadas debe poner en peligro el ejerci-
cio de la constitución y de las autoridades creadas por ella; y b) debe
producir perturbación del orden. O sea que no es suficiente que haya ata-
que exterior o conmoción interna, porque además han de concurrir los
requisitos que acabamos de enunciar.
EL AMPARO
como propio del amparo "colectivo". Allí se afiade que la acción de am-
paro se podrá interponer contra cualquier forma de discriminación, yen 1o
relativo a derechos que protegen al ambiente, a la competencia, al usuario
y al consumidor, así como a derechos de incidencia colectiva en general.
En estos supuestos, están legitimados para promover el amparo el sujeto
que resulta afectado, así como el defensor del pueblo y las asociaciones
que propendan a esos fines. (Cabe entender que, aun sin estar mencionado.
hay casos en los que también este tipo de amparo puede ser interpuesto por
el ministerio püblico.)
14. — No es dudoso que aquí han hallado recepción expresa los intereses
difusos o colectivos, y que la ^afectación" personal no requiere que cl dario o perjui-
cio recaiga solamente en "el afectado", porque también si es comiín a muchos (afec-
tación grupal o colectiva) hay que admitir que en ella queda comprendido e indivi-
dualizado cada uno de esos "varios" o "muchos". Por ende, rechazamos toda inter-
pretación que, ariadiendo a la norma algo que la norma no dice, sostenga que para
deducir este amparo el sujeto promotor haya de ser afectado "personal y directo".
16. — También en este amparo del párrafo segundo hemos de dar por
cierto que procede el control de constitucionalidad; que los bienes, dere-
EL AMPARO 213
18. — Aunque sin perfilar los rasgos típicos del amparo que es pro-
« pio del derecho interno, hay tratados internacionales de rango constitu-
cional que albergan innominadamente un proceso judicial que da cabida y
encuadre a nuestro amparo.
CartruLo XXVIII
EL HABEAS DATA
3. — A nuestro criterio, aun cuando los registros privados sólo pueden ser
materia de habeas data si están destinados a proveer datos, creemos que si no po-
seen esa finalidad pero suministran información a terceros, han de considerarse
abarcados en la viabilidad del habeas data.
cionales cuando toma en cuenta que la tutela mediante el habeas data cu-
bre los servicios informáticos, computarizados o no, con toda clase de uti-
lización, aunque no sca automatizada, si el soporte material de los datos es
susceptible de tratamiento automatizado.
EL HABEAS CORPUS
efecto suspensivo:; o sea que mientras se tramita el recurso el beneficiario del ha-
beas corpus mantiene recuperada su libertad.
10. — En caso de sanciones privativas de libertad que son impuestas por or-
ganismos no judiciales que disponen de esa competencia, es sabido que debe que-
dar expedita una vía judicial de revisión ulterior "suficiente". Si acaso tal control
no abastece en un caso determinado ese recaudo de "suficiencia", debe reputarse
viable el uso del habeas corpus.
6. — El congreso aprueba los tratados dictando una ley, pese a que el acto de
aprobación es de naturaleza política y no legislativa. La "ley" aprobatoria no incor-
pora el tratado a nuestro derecho interno, porque como principio tal incorporación
recién se produce con la ratificación en sede internacional a cargo del poder ejecuti-
vo.
- elestado dicte la normativa para darle desarrollo, la ley que así lo hace no
produce la "incorporación" del tratado (que ya está incorporado por la
-ratificación) sino quc permite su funcionamiento (porque el tratado por sí
- sólo es incompleto) (por ej., la norma del Pacto de San José de Costa Rica
-segün la cual la 4ley" "debe igualar" las filiaciones, no produce por sí
——mismo tal igualdad, sino que "obliga" al derecho interno a hacerla efecti-
- va).
12. — Cuando el art. 75 inc. 22 prevé que el congreso puede otorgar jerar-
- quía constitucional a tratados de derechos humanos, hemos de desdoblar la hipó-
tesis:a) si el tratado ya forma parte de nuestro derecho interno y recibe jerarquía
— constitucional dei congreso, logra ese nivel directa e inmediatamente: b) si el ttata-
— do todavía no está incorporado a nuestro derecho interno y recibe jerarquía constitu-
"eional antes de ser ratificado por el ejecutivo, la decisión del congreso no le da
pción, por lo que la jerarquía constitucional se poslerga hasta que se lo ratifi-
P 16. — Como punto de vista personal, damos por cierto que cuando
un tratado de derechos humanos con jerarquía constitucional es denuncia-
- doy extingue su vigencia de acuerdo con el derecho internacional, se debe
226 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
17. — Tampoco puede el congreso derogar la ley por la que con anterioridad
dio aprobación a un tratado que luego ratificó el poder ejecutivo y que, por ende,
entró a formar parte del derecho interno.
La reforma de 1994
lay que tomar muy en cuenta cuál es la interpretación que a los menciona:
osinstrumentos les otorga la jurisprudencia internacional.
- eonuna ley anterior, hay que afirmar que esta ley queda incursa en incons-
peeoones sobreviniente.
. 30. — También hay que traer a colación otro recordatorio: el derecho interna-
l humanitario, destinado a aplicarse en los conflictos bélicos para proteger
nàs y bienes, y el derecho internacional de los refugiados que tutela a las
nas que con esa calidad, forman parte de nuestro ordenamiento interno.
[ La integración supraestatal
31. — La integración supraestatal, y el llamado derecho comunita-
como derivación de ella, cuentan desde la reforma de 1994 con el ya
ado inc. 24 del art. 75.
Segün la letra de esta norma, nuestro estado está habilitado para *de-
legar competencias y jurisdicción" a organizaciones supraestatales me-
230 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
33. — Es fácil coincidir en que las normas del mencionado derecho comunita-
rio derivado se incorporan directamente a nuestro derecho interno, sin intervención
de ningün órgano de poder interno.
34. — Además, hay que tomar en cuenta todo lo que la constitución liene se-
fialado respecto de los mecanismos de celebración y denuncia de los tratados de
integración.
El poder
que es la persona física (una o varias) que realiza la función o actividad del poder:
b) el *órgano-institución ", como repartición con una determinada esfera de compe-
tencia.
Así, el "congreso", el "poder ejecutivo" y el "poder judicial" son órganos-
instilución, que el orden de normas configura y describe, en tanto los diputados y
senadores son los órganos-individuo del congreso; el presidente de la repáblica es
el órganó-individuo del poder ejecutivo; y los jueces son los árganos-individuo del
poder judicial.
— Así, serían sujetos auxiliares del estado: la Iglesia Católica, el cuerpo electo-
ll. los partidos políticos, los sindicatos, etc. Tales sujetos pueden ser, en su caso,
jas püblicas o entes "paraestatales" que, como auxiliares del estado, están ''al
de él, pero en ese caso hay que decir que tienen naturaleza de personas de
ho piblico "no estatales". Un ejemplo claro de estas ültimas son las universi-
rias, para que quede a salvo el sistema de derechos de la persona y de las asociacio-
nes,
c) Alberto A. Spota, por su parte, habla de tres divisiones: c') una primera,
entre poder constituyente y poder constituido; c") una segunda, entre estado fede-
ral y provincias, a la que personalmente agregamos, sobre todo después de la refor-
ma de 1994, los municipios de provincia y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires;
c'"")la tercera, que es la clásica división de poderes dentro del gobierno federal y de
los gobiernos locales.
d) Los afiadidos que hemos incorporado en el inc. c.") del anterior inc. c) dan
lugar a una cuarta división entre: d') poder provincial y poder municipal.
16. — Esta indagatoria acerca de las funciones del poder se circunscribe a las
que son propias del poder del estado, o sea, a las que con su ejercicio ponen en
acción fuentes estatales de producción jurídica (normas, actos, sentencias).
Decimos esto porque no hay que olvidar que también existe una serie de fuen-
les "no-estatales", o sea, ajenas al estado, entre las que podernos mencionar a
título de ejemplo: a) los tratados internacionales; b) los contratos; c) los convenios
colectivos de trabajo; d) las sentencias emanadas de tribunales supraestatales; €)
los laudos arbitrales.
LA PARTE ORGÁNICA DE LA CONSTITUCIÓN à
— s Así, las leyes que dicta el congreso se derogan por otras leyes del mismo ci
Bio: los decretos o reglamentos del poder ejecutivo, por otros decretos o reg
— mentos del mismo poder ejecutivo, etc.
Sin embargo, este principio no es rígido ni absoluto, y admite excepciones
y
obligaciones constitucionales
re, 0 se abstiene. Por ej.:el llamado poder tributario; las del art. 75
incisos 22 y 24; las de los arts. 125 y 126, etc.
^ b) Hay competencias para cuyo ejercicio la constitución parece con-
al órgano el plazo que éste considere oportuno tomarse para usarla.
interpretamos al art. 118 sobre juicio por jurados.
c) Hay competencias que el órgano puede ejercer cuando prudencial-
te considera que debe hacerlo; por ej.. declararla guerra, o el estado de
Oo intervenir una provincia.
d) Hay competencias que tienen marcado un condicionaniento ex-
por la constitución y que. si se ejercen fuera de él. violan la constitu-
; por ej.; el estado de sitio, la intervención federal, el establecimiento
' impuestos directos por el congreso, deben sujetarse al marco de situa-
Ones, causas y condiciones que claramente está trazado en los arts, 23, 6"
inc. 25, respectivamente.
-..e) Hay competencias para cuyo ejercicio la constitución z:9 senala
dicionamientos ni oportunidades. Por ej.: declarar la guerra.
D Hay competencias que abren variedad de opciones en el momento
—
en que son ejercidas con suficiente margen de arbitrio para el órgano, pero
quedan orientadas y enderezadas por un claro criterio constitucional
finalidad. Así, la cláusula del progreso del art. 75 inc. 18, y las compe-
ias de ejercicio obligatorio que encontramos en el inc. 19.
£g Hay competencias que, cuando se ejercen, imponen acatar una pauta
uivable que suministra la constitución. Por ej.: cuando el congreso
la ley de ciudadanía, debe necesariamente acoger el principio de la
icionalidad "natural" (ius soli); cuando dicta las leyes laborales (o códi-
'0 de trabajo) debe "asegurar" los derechos del art. 14 bis.
haya interrumpido pueda ser motivo de que se le complete más tarde" (arts. 90 y
91).
35. — Sin que sea totalmente análogo al caso recién senalado, la Coimisiór
Bicameral Permanente institucionaliza dentro del congreso un órgano compuestc
jor legisladores de cada cámara, que ha de integrarse respetando la proporción dk
las representaciones políticas (o sea, partidarias) de cada una de ellas.
-.... Tal Comisión tiene tres competencias: a) intervenir cuando el poder ejecutivc
à decretos de necesidad y urgencia, a modo de seguimiento y control antes d
que los trate el congreso (art. 99 inc. 3? párrafo cuarto): b) controlar los decretos qu
]por delegación del congreso (art. 76) dicta el poder ejecutivo (art. 100 inc. 12); c
intervenir cuando el poder ejecutivo promulga parcialmente una ley de acuerdo a
art. 80, a efectos de considerar el decreto de promulgación parcial (art. 100 inc. 13)
246 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
El poder ejecutivo
os partidos políticos
39. — A los partidos políticos se los inserta o toma en cuenta con especi
tagonismo en algunos órganos de poder, como son el senado, la Auditoría Gen:
de la Nación, la Comisión Bicameral Permanente, y en la fórmula para la ele
directa de presidente y vicepresidente.
"Los controles
cial. Lo mismo cabe decir del habeas data (párrafo tercero del citado artículo) y del
habeas corpus (párrafo cuarto).
€) El art, 85 incorpora controles a cargo del congreso y de la Auditoría Gene-
ral de la Nación sobre el sector püblico nacional y la actividad de la administración
püblica, respectivamente.
La descentralización política
El artículo 36 y el poder
Es sugestiva la ubicación del art. 36, que preserva al poder, dentro del rubro de
los nuevos derechos y garantías. Por eso, también lo ligamos al sistema de dere-
chos,
En efecto, es fácil entender que el orden institucional y el sistema democráti-
co hallan eje vertebral en dicho sistema de derechos, y que atentar contra el orden
institucional democrático proyecta consecuencias negativas y desfavorables para
los derechos. No en vano en el art. 36 también viene encapsulado, con definición
expresa, el derecho de resistencia dentro del marco genérico que incrimina las con-
ductas que lesionan al bien jurídico penalmente tutelado en forma directa por la
constitución, para evitar la ruptura en la transmisión legal del poder.
:Hay dos conductas tipificadas como delitos: a) las de quienes sean ejecutore
actos de fuerza contra el orden institucional y el sistema democrático; b) Ia d
enes, como consecuencia de tales actos, usuzpen (es decir, ejerzan "de facto"
funciones que la constitución sefala para las autoridades creadas por ella, su
ito para el cual se suma la responsabilidad civil a la responsabilidad penal.
Las acciones penales para la persecución de ambos delitos son imprescriptible:
ra los que los cometan hay inhabilitación a perpetuidad para desempefiar cárgo
blicos; y queda excluido el beneficio del indulto y de la conimutación de penas.
El art. 36 no fija la sanción penal, pero hace una remisión clara: será la mism
e tiene prevista el viejo art. 29. Este artículo -sobre concesión de facultades ex
raordinarias y la suma del poder püblico—- reenvía a su vez a la pena de la fraició,
à I3 patria, que se halla establecida en el código penal.
.La acción penal es de ejercicio obligatorio para el Ministerio Páblico, en |
edida en que entendamos que tal deber dimana directamente de la constitución e
zón de estar también directamente tipificado el delito por sus norrias. Es válidc
emás, argüir que es titular posible de la acción cada ciudadano, ya que el párra
cuarto del artículo dispone que todos los ciudadanos tienen el derecho de resis
ic contra quienes ejecutan los actos de fuerza enunciados en él.
5:45. — Qué es este derecho de resistencia, no viene definido. Tal vez cabe en
mblarlo con el art. 21, que obliga a todo ciudadano a armarse en defensa de 1
nstitución.
"En el siglo pasado, Mire fue presidente de facto cuando, como gobernador de
provincia de Buenos Aires, asumió la presidencia de la repüblica después de
o el gobierno federal a raíz de la batalla de Pavón. En 1865, la Corte Supre-
pronunció sobre e] ejercicio de sus facultades invocando el hecho de la revo-
ión triunfante y el asentimiento de los pueblos (caso "Martínez c/Otero").
ZEn 1930 y 1943, reconoció en sendas Acordadas el "título" de facto de los
cti vos presidentes.
los gobernantes de facto para remover a los jueces de sus cargos, llegándose a des-
tituir a los de la Corte Suprema en 1955, 1966 y 1976:
f) aunque no fue pacífica la jurisprudencia sobre el status de los jueces que
designaron los gobernantes de facto para cubrir vacantes, siempre se reconoció
intangibilidad a las sentencias dictadas por los tribunales de justicia en los perío-
dos de facto.
57. — El tema de las presiones que se cjercen o recaen sobre el poder es pro-
pio de la ciencia política y de la sociología. No obstante, como fenómeno que acon-
tece en la constitución material, no hemos de omitir unas breves explicaciones.
Tanto los factores de presión como los factores de poder en cuanto fuerzas
as (cuando provienen de la sociedad) operan de algün modo como un control
el poder, sea en un área limitada de decisiones determinadas, sea en la gene-
.de muchas o de todas.
59. — Asimismo, no hay que olvidar que además de lus presiones que provie-
»sde la sociedad, otras tienen como autores a operadores gubernamentales
cuando un ministro presiona al presidente de Ia repáblica, o éste a legisla-
c.— También hemos de recordar que sujetos que se encuentran constitucio-
e institucionalizados pueden actuar como factores de presión o de poder
la Iglesia Católica, los partidos políticos, las entidades sindicales-.
sión y los factores de poder sean lfcilos, las presiones significan un medio de
ióno influencia que no parece disvalioso. Las excepciones que nos merecen
io negativo de valor son, por ejemplo:
lo sector o grupo;
- €) la corporativización que pulveriza a la sociedad con una atomización o frag-
iltación de grupos que, sin solidaridad convergente al bien comán püblico, pug-
r su propio interés sectorial y fracturan el consenso de base;
EL CONGRESO
.. El *poder legislativo"
j l. — Nuestra constitución formal comienza el articulado dedicado a
-la parte orgánica o derecho constitucional del poder con las normas sobre
: el congreso, encabezando la sección primera del título primero (Gobierno
- federal) de la segunda parte (Autoridades de la Nación) con el rótulo Del
- Poder Legislativo".
77 Ta palabra "poder" aquí y así empleada, más que connotar una "función" del
poder, está mentando a un "órgano". Es órgano colegiado, porque se compone de
varios individuos (diputados y senadores), y es órgano complejo porque cada una
de sus cámaras tiene naturaleza de órgano.
2. — Aceptando esta categoría, decimos que: a) los actos del congreso que
- exigen competencia compartida de ambas cámaras, son actos complejos (el acto de
- cada cámara compone al acto complejo del congreso); a estos actos, y a la compe-
- tencia en cuyo ejercicio se cumplen, los llamamos congresionales; b) los actos de
- cada cámara que no requieren la competencia compartida de la otra son actos sini-
ples de la cámara que los cumple; por eso, no pueden denominarse actos del congre-
-..$6, ni tienen naturaleza compleja.
; La reforma de 1994
El bicamarismo
La cámara de diputados
is inconstitucional que el diputado que cubre la banca dejada vacante por otro
lante'el plazo de cuatro afios, vea reducido el suyo por uno menor para sólo com-
lar el período.
262 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
La cámara de senadores
17. — Los requisitos para ser "elegido" senador (que deben reunirse,
por eso, en el momento en que la elección se realiza, y no en el que cl
senador se incorpora a la cámara) son: edad de treinta aiios, haber sido seis
afios ciudadano de la nación, disfrutar de una renta anual de dos mil pesos
fuertes o entrada equivalente, y ser natural de la provincia que lo elige o
con dos afios de residencia inmediata en ella. Así lo establece el art. 55.
Los senadores, de acuerdo con el art. 56, ya no duran nueve alos en
el ejercicio de su mandato, sino seis, y son reelegibles indefinidamente
(este adverbio no figura en la cláusula de reelección de los diputados del
art. 50). El senado se renueva a razón de una tercera parte de los distritos
electorales cada dos afios,
Cuando vaca una plaza senatorial por muerte, renuncia u otra causa,
el gobierno a que corresponde la vacante hace proceder inmediatamente
(este adverbio tampoco figura en la norma análoga para la cámara de dipu-
tados, del art. 51) a la elección de un nuevo miembro.
" Algunos de estos aspectos están regulados por la propia constitución formal;
ros mediante el reglamento interno de cada cámara, que ambas dictan por expre-
sompetencia acordada por la constitución (art. 66); muchos surgen de la práctica
postumbre (derecho espontáneo), especialmente por la intercalación de los parti-
sp líticos en la dinámica del derecho constitucional del poder.
3. — Las sesiones preparatorias tienen por objeto recibir a los electos que han
presentado diploma expedido por autoridad competente, y elegir las autoridades de
cada cámara.
El juramento de diputados y senadores es exigido por el art. 67 de la constitu-
ción, y se presta en el acto de la incorporación.
Cabe observar que el texto dice que cada cámara "es juez" pero no dice que sea
juez "exclusivo". Esta acotación debe tenerse presente para analizar si es una facul-
tad que admite o no control judicial.
elecciones
de | derechos | de sus miembros
títulos
en cuanto a su validez
jo parlamentario
Para el trabajo de cada cámara por separado, existe la opción de aplicar, por
analogía, el procedimiento de sanción que la constitución establece para las leyes.
17. — Ambas cámaras, reza el art. 65, empiezan y corncluyen sus se-
stones simultáneamente; ninguna de ellas, mientras se hallen reunidas,
podrá suspender sus sesiones más de tres días sin consentimiento de la
otra.
quórum especial o agravado para las decisiones propias de las cámaras del congre-
80, tanto relativas a competencias privativas como a las comunes a ambas.
Asi:
a) El art. 39 prevé que la ley reglamentaria del derecho de iniciativa popular
legislativa (pero no cada proyecto que en ejercicio del mismo se presenta) habrá de
sancionarse con el voto de la mayoría absoluta de la totalidad de miembros de
cada cámara;
b) El art. 40 fija igual quórum de votos favorables para la sanción de la ley
reglamentaria de la consulta popular (pero no para cada ley por la que se somete un
proyecto a consulta popular);
c) El art. 75 inc. 2? párrafo cuarto consigna que la ley-convenio en materia im-
positiva necesita aprobarse con la mayoría absoluta de la totalidad de miembros
de cada cámara;
d) El art. 75 inc. 3* prescribe igual quórum de votos favorables para establecer
y modificar asignaciones específicas de recursos coparticipables;
e) El art. 75 inc. 22 se diversifica así: e") para denunciar uno o más instrumen-
tos internacionales de los que taxativamente enumera como investidos de jerarquía
constitucional, hace falta que con anterioridad a la denuncia que le compete al po-
der ejecutivo el congreso la apruebe con dos terceras paries de la totalidad de
miembros de cada cámara; e") igual quórum de votos favorables se necesita para
que otros tratados y convenciones sobre derechos humanos (fuera de los que direc-
tamente han recibido jerarquía constitucional) gocen en el futuro del mismo rango
de la constitución (debe recordarse que para esta hipótesis el inc. 22 también agrava
el procedimiento, porque es menester que primero el tratado sea aprobado, y luego
se le otorgue jerarquía constitucional -a menos que, segün interpretamos, ya la
aprobación alcance el quórum exigido para obtener esa jerarquía);
f) Elart. 74 inc. 24 se diversifica así: f ") los tratados de integración supraestatal
con estados de Latinoamérica han de aprobarse con el voto de la mayoría absoluta
de la tatalidad de miembros de cada cámara; f ") cuando tales tratados se celebren
con otros estados no latinoamericanos, el mecanismo se desdobla: primero la decla-
ración de conveniencia ha de aprobarse por la mayoría absoluta de los miembros
presentes en cada cámara, y después de transcurridos ciento veinte días de ese acto
declarativo el tratado tiene que ser aprobado por la mayoría absoluta de la totali-
dad de miembros de cada cámara; f '")la denuncia de cualquier tratado de integra-
ción -que está a cargo del poder ejecutivo- requiere la aprobación previa por mayo-
ría absoluta de la totalidad de miembros de cada cámara;
£g) Las leyes modificatorias del régimen electoral y de partidos políticos deben
aprobarse por mayoría absoluta del total de miembros de las cámaras;
h) El art. 79 establece que: h") después de aprobarse un proyecto en general en
el congreso, cada cámara puede delegar (debe decirse: imputar) en sus comisiones
la aprobación en particular de ese proyecto, con el voto de la mayoría absoluta del
EL DERECHO PARLAMENTARIO 273
de sus miembros; h") con igual quórum cada cámara puede dejar sin efecto
legación ; b") con igual quórum cada comisión aprueba el proyecto enco-
ado por la cámara de su pertenencia.
-i) El art. 81 prevé hipótesis de quórum de votos en el proceso cornün de san-
las leyes que en su trámite han tenido adiciones o correcciones; las mayorías
adas son: i*) mayoría absoluta de los presentes, o i") dos terceras paries de
esentes, segán las hipótesis que el artículo regula;
El art. 85 consigna que la ley reglamentaria de la Auditoría General de la
à tiene que ser aprobada por la mayoría absoluta de los miembros de cada
»
"e H,
LK) El art. 86 prescribe que la designación y remoción del Defensor del Pueblo a
«go.del congreso ha de efectuayse con el voto de dos terceras partes de los miem-
Ds presentes de cada cámara;
7D El art. 99 inc. 3? párrafo cuarto, al regular el trámite a que quedan sujetos los
Gretos de necesidad y urgencia dictados por el poder ejecutivo, establece que la
ención final del congreso será reglamentada en su trámite y en sus alcances
a ley que precisa ser aprobada con el voto de la mayoría absoluta sobre la
lad de miembros de cada cámara;
El art. 99 inc. 4? prevé que el acuerdo del senado para la designación de los
dos de la Corte Suprema de Justicia debe prestarse con el voto de dos
de miembros presentes de la citada cámara:
El art. 101 contempla dos situaciones respecto del jefe de gabinete de mi-
n") para ser interpelado a los fines de una moción de censura hace falta el
la mayoría absoluta sobre la totalidad de miembros de cualquiera de las
aras del congreso; n") para ser removido es menester el voto de la mayoría
de miembros de cada una de las cámaras;
art. 114 dispone que la ley reglamentaría del Consejo de 1a Magistratura
sancionarse con la mayoría absoluta de la totalidad de miembros de cada
fü
privilegios e inmunidades
24. — Nuestra Corte Suprema, en el antiguo caso "Alem" —del ato 1893- sos-
tuvo que la constitución no ha buscado garantizar a los miembros del congreso con
una inmunidad que tenga objetivos personales, ni por razones del individuo mismo
aquien se hace inmune; son altos fines políticos —Cagregaba- los que se ha propues-
to, y si ha considerado esencial esa inmunidad es precisamente para asegurar no
sólo la independencia de los poderes püblicos entre sí, sino la existencia misma de
las autoridades creadas por la constitución.
n2
un
-]
127. — Entre los privilegios personales se cita: a) la inmunidad de opi-
Ly expresión: b) la inmunidad de arresto: c) el desafuero; d) la dieta.
- 30. — Nuestra Corte Suprema, al fallar en. 1877 el caso "Lino de la Torre",
Iconoció a las cámaras la facultad de reprimir hechos ofensivos que ste están
&dos como delitos en el código penal.
— En un fallo mucho más reciente recaído en el caso "Peláez, Víctor", del 15 de
Jetubre de 1995, la Corte hizo lugar a un habeas corpus y consideró justiciable el
arresto que había dispuesto el senado contra quien había efectuado una publicación
- periodística que 1a cámara reputó ofensiva para sus miembros. La Corte sentó doc-
276 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
trina que compartimos, conforme a la cual el poder disciplinario contra terceros sólo
procede cuando se entorpece u obstaculiza el cumplimiento de las funciones de la
cámara.
En doctrina penal, hay quienes consideran que la norma del art. 68 consagra no
una "inmunidad" sino una indenmnidad.
Con posterioridad, otros fallos han aclarado que el art. 68 no sólo consagra la
Inunidad de sanción, sino la inmunidad de proceso,
' 34. — Para otros hechos distintos de la expresión, los arts. 69 y 70,
im consagrando privilegios, admiten la procedencia de causa judicial.
— Elart. 69 dice que ningün senador o diputado, desde el día de su elec-
lón hasta el de su cese, puede ser arrestado, excepto el caso de ser sor-
dido "in fraganti" en la ejecución de algün crimen que merezca pena
muerte, infamante u otra aflictiva, de lo que se dará cuenta a la cámara
ispectiva con la información sumaria del hecho.
- Es fácil comprender que cl autor de la constitución apuntó con esas
ixpresiones a incriminaciones de gravedad, cualquiera sea su nombre en
IMegislación penal del momento.
La norma extiende el privilegio, en el tienpo. desde Ia elección (y no
sde la incorporación, como interpretamos implícitamente para el art. 68)
jasta el cese. Concluido el período de mandato, el privilegio ferma.
' Setrata de inmunidad de detención o privación de la libertad corporal.
El artículo abarca dos supuestos: a) uno, que es el genérico. y se refiere ala
imposibilidad de detención; b) otro, que es su excepción, y que prevé la
inica hipótesis en que la detención es posible.
— La inmunidad de arresto zo es, por ende, "inmunidad de proceso".
?uede iniciarse la causa penal y tramitarse mientras no se afecte la libertad
Corporal ni se dispongan medidas de coerción personal.
"Cuando resuelve desaforar, cabe suponer que no necesariamente tiene que ha-
'T umbas cosas; podría poner al acusado a disposición del juez sin suspenderlo (a
ienos que, ordenada la privación de libertad, Ia detención del legislador le impi-
ira desempenarse como tal).
4]. — Nuestra valoración nos lleva a decir que no hallamos razón suficiente
à que, si cada cámara puede corregir, remover o expulsar a un legislador por
hechos tal vez menos graves que un delito, el poder judicial no pueda condenar por
delito sin previo desafuero parlamentario: supeditar la finalización de la causa judi-
] mediante sentencia, al "permiso" de la cámara a que pertenece el legislador
esado, es menoscabar la administración de justicia. De ahí que si bien la juris-
rudencia también nos parece en este caso ajustada a lo que prescriben los arts. 69
!y 70, ambas normas constitucionales no satisfagan nuestro sentimiento de justicia.
43. — Hemos de preguntarnos qué ocurre con los privilegios de los legislado-
Tes cuando éstos —si son abogados- actáan en sede judicial. Compartimos lo decidi-
'do por la Corte en 1912 en el caso "Manuel Gascón (h)", en el sentido de que tales
privilegios no obstan a la imposición de sanciones disciplinarias por parte de un
tribunal judicial cuando un legislador que actiia en juicio incurre en inconductas
lesivas del decoro y la buena administración de justicia.
280 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
44. — Otro problema se suscita con los privilegios que las constituciones de
provincia confieren a los legisladores locales. Corrigiendo una opinión anterior,
ahora sostenemos que aquellos privilegios son oponibles en todo el territorio del
país ante la jurisdicción federal y la jurisdicción
de otras provincias. El principio de
lealtad federal y buena fe aporta una de las razones existentes para respaldar esta
nueva propuesta.
45, — a) El art. 71 dispone que cada una de las cámaras puede hacer
venir a su sala a los ministros del poder ejecutivo para recibir las explica-
ciones e informes que estime conveniente.
En nuestro derecho constitucional del poder, siempre se denominó in-
terpelactón a este llamado que efectüan las cámaras para hacer compare-
cer a los ministros.
b) Sin perjuicio de lo dispuesto en el art. 71, ahora el art. 101 hace
abligatoria la concurrencia del jefe de gabinete de ministros al menos una
vez por mes, alternativamente, a cada una de las cámaras. La finalidad es
informar sobre la marclia del gobierno.
Asimismo, el jefe de gabinete puede ser interpelado segün la misma
norma a efectos de tratar una moción de censura, y puede ser removido,
todo ello con las mayorías previstas para el caso.
c) Finalmente, el art. 100 inc. 11 dispone que al jefe de gabinete le
corresponde producir los informes y explicaciones verbales o escritos que
cualquiera de las cámaras solicite al poder ejecutivo.
6. — Hay doctrina que incluye entre los actos del congreso requeridos
de participación provincial a la "fijación" de límites interprovinciales,
que es una competencia prevista en el inc. 15 del art. 75.
No parece que pueda generalizarse esta interpretación.
di
conocimiento" del congreso federal (que para nosotros impli-
ón" del congreso) las provincias pueden: a*) celebrar los tra-
iales a que ya se refería el ex art. 107, que ahora subsiste como
a") crear regiones para el desarrollo económico y social confor-
: 124; a"") celebrar convenios internacionales con el marco y los
fijados por el art. 124.
'on autorización del congreso federal, las provincias pueden esta-
ncos con facultad de emitir billetes. Ello surge del art. 126 que, en
ativa, les prohíbe hacerlo sin autorización del congreso.
"inalmente, si se acepta dentro del marco de un federalismo "con-
la inclusión como derecho intrafederal de convenios, acuerdos,
8$ 0 normas (también "leyes-contrato") que son resultado de deci-
coincidentes del estado federal y de las provincias, es válido agrc-
i ejemplo como uno más de facultades compartidas (aunque acaso
'ompartidas voluntariamente" y no obligatoriamente).
El art. 15 estipula que una ley especial reglará las indemnizaciones a que da
lugar la abolición de Ia esclavitud.
El art. 17 otorga al congreso la competencia exclusiva para declarar y calificar
por ley la utilidad püblica en caso de expropiación.
También se requiere ley para exigir servicios personales e imponer contribucio-
nes.
E] art. 18, al estatuir que nadie puede ser penado sin juicio previo fundado en
ley anterior al hecho del proceso, ni sacado de los jueces designados por la ley antes
del hecho de la causa, implica atribuir al congreso la competencia exclusiva para
incriminar conductas que constituyen delitos del código penal, y para establecer la
organización estable y permanente del poder judicial; lo primero vuelve a aparecer
expresamente en el art. 75 inc. 12 -que prevé la sanción del código penal- y lo
segundo en el art, 108 y en el art. 75 inc. 20, que ordenan al congreso establecer los
tribunales inferiores.
Asimismo, el art. 18 determina que una ley establecerá en qué casos y con qué
justifieativos podrá procederse al allanamiento y ocupación del domicilio, la corres-
pondencia epistolar y los papeles privados.
El art. 19 contiene (en su parte final) el enunciado del principio de legalidad.
El art. 21 contempla la obligación del ciudadano de armarse en defensa de la
patria y la constitución, conforme a las leyes que al efecto dicte el congreso (y,
además, a los decretos del ejecutivo nacional).
El art. 24 dispone que el congreso promoverá la reforma de la actual legisla-
ción en lodos sus ramos, y el establecimiento del juicio por jurados; esto ültimo es
insistido en el art. 75 inc. 12? (in fine) y en el art. 118.
El art. 26 prevé la libre navegación de los ríos, con sujeción nica a los "'regla-
mentos" de autoridad federal, que implican una posible legislación.
El art. 36 remite a la ley para: a) fijar el tiempo de inhabilitación para ocupar
cargos o empleos püblicos en caso de delito doloso contra el estado que conlleve
enriquecimiento; b) reglamentar la ética páblica para el ejercicio de la función.
El art, 37 prevé que las leyes de partidos políticos y régimen electoral garanti-
cen la igualdad real de oportunidades entre varones y mujeres.
El art. 38 abre el espacio para la legislación sobre-partidos políticos.
El art. 39 se refiere a la ley reglamentaria del derecho de iniciativa legislativa
popular, y a la competencia (obligatoria) del congreso para dar trámite y tratamiento
expreso a los proyectos de ley surgidos de aquella iniciativa,
El art. 40, sobre consulta popular, consigna Ja competencia del congreso para
convocarla y para dictar la ley reglamentaria de la misma,
El art. 41, sobre derecho ambiental, alude a la ley que establezca la obligación
de recomponer el daio ambiental, y a las normas que contengan los presupuestos
mínimos de protección del ambiente.
L.4 COMPETENCIA DEL CONGRESO FUERA DEL ARTÍCULO 75 287
El'ar:.42, coordinado con el 43, requiere que la ley prevea la existencia de las
nes de consumidores y usuarios y su registración, requisitos y formas de
ión.
«L'art. 45 menciona la fijación por el congreso de la representación que, des-
& cada censo, compondrá la cámara de diputados de acuerdo con la pobla-
art. 49 remite al congreso la expedición de una ley electoral para proveer a
bn de diputados después de la instalación del primer congreso.
74 prevé la remuneración de los diputados y senadores de acuerdo con la
ue sefale la ley.
85 prevé una ley para la Auditoría General de la Nación.
&6 sobre el Defensor del Pueblo dice que "Ia organización y el funciona-
e esta institución serán regulados por una ley especial",
88 asigna al congreso la facultad de determinar qué funcionario püblico
ehar la presidencia, en caso de destitución, muerte, dimisióno inhabi-
le presidente y vicepresidente.
Vari. 92, al aludir al sueldo del presidente y vicepresidente, da por sentado
nente su fijación por el congreso.
trt. 93 habilita al congreso en pleno (asamblea legislativa) para que el pre-
)vicepresidente de la repüblica presten juramento constitucional ei manos
nte del senado,
Irt. [00 menciona a la ley que, con relación al jefe de gabinete de ministros
» ministros secretarios, debe establecer su nümero y competencia.
T. 10 se refiere a la determinación por ley del sueldo de los jueces federa-
11. — Si siempre fue comün destacar que el congreso cumple una función de
control, después de la reforma de 1994 el nuevo art. 85 ha incorporado fuera del art.
75 una competencia explícita. Dice el primer párrafo del art. 85: "El control externo
del sector püblico nacional en sus aspectos patrimoniales, económicos, financieros
y operativos, será una atribución propia del poder legislativo".
El congreso cuenta para ello con un órgano (extrapoderes) de asistencia técri-
ca, que es la Auditoría General de la Nación.
EL ARTICULO 75
a rentístico y financiero
6, — Con los fondos del tesoro nacional el congreso puede acordar subsidios a
las provincias cuyas rentas no alcancen a cubrir sus gastos ordinarios, segün sus
presupuestos (art. 75 inc. 9*).
sla remisión a las pautas del inc, 2? (que en él están destinadas a la distribu
-
la coparticipación federal) le impone al presupuesto un orden de priorida-
ber: los criterios objetivos (como los califica el inc. 2^) aluden a la equi-
daridad, cl logro de un grado equivalente de desarrollo, calidad de vida
ad de oportunidades en todo el territorio.
ira las inversiones püblicas damos por cierto que, aun cuando el inc. 8* no
alusión al inc. 19 del mismo art. 75, hay que tomar en consideración las pautas
n él se estipulan.
Elinciso 12
La cláusula comercial
Jlos indígenas
16. — El inc. 18 (que fue inc. 16 del art. 67, y se ha dado en llamar la cláusula
del progreso) es de una amplitud manifiesta y engloba en su enunciado una temáti-
ca que, sin carácter taxativo, equivale a los contenidos del bien comin y de lo que
hoy se denomina desarrollo.
Proveer lo conducente a la prosperidad del país, al adelanto y bienestar de "'to-
das las provincias", y al progreso de la ilustración, abarca aspectos materiales y
Er. ARTÍCULO 75 295
720. — Vale repetir que los ejes lineales de las políticas páblicas hallan
"un nücleo de naturaleza operativa al que debe dársele desarrollo con-
Juente, y que nuevamente nos revela fuertes reenvíos hacia la parte dog-
inática de la constitución. Así, una manera especial y diferenciada dc aten-
296 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
Tiene más amplitud y distintos alcances que el indulto (privativo del poder
ejecutivo), ya que la amnistía extingue la acción y la pena, y reputa inocentes a los
autores del hecho, pudiendo asimismo disponerse antes del proceso, pendiente el
mismo, o después de concluido por sentencia firme.
El estado de sitio
30. — EI inc. 29 del art. 75 pone a cargo del congreso declarar en estado de
sitio uno o varios puntos de la repáblica en caso de conmoción interior. También
aprueba o suspende a posteriori el estado de sitio declarado durante su receso por el
poder ejecutivo.
Ex ARTÍCULO 75 299
iones internacionales
presalias
T
3. — EI inc. 26 sufrió modificaciones con la reforma de 1994. En
Llugar se eliminó la competencia referida a las patentes de corso. En
rvención federal
De este modo se despeja toda duda en torno del art. 6^, que globalmente sigue
SNignando que el "gobierno federal" interviene en el territorio de las provincias.
s poderes im plícitos
35. — Por fin, cerrando la enumeración del art. 75, su inc. 32 consagra
denominados poderes implícitos. A1 congreso compete "hacer todas
?ves y reglamentos que sean corverientes para poner en ejercicio los
es antecedentes y todos los otros concedidos por la presente constitu-
al gobierno de la Nación Argentina".
"300 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAF
37. — Como el inc. 32 otorga los poderes implícitos al congreso para poner en
ejercicio los otros concedidos por la constitución *al gobierno de Ia Nación Argen-
tina", queda algo por anadir porque, segün las divisiones que efectáa y menciona el
texto constitucional, Autoridades de la Nación" son también (además del gobier-
no federal) los gobiernos de provincia. Quiere decir que para poner en ejercicio los
poderes que la constitución reconoce a los gobiernos provinciales y al de la ciudad
de Buenos Aires, el congreso federal también inviste poderes implícitos.
Otras competencias
38. — La guerra cuenta con la norma del inc. 25; los límites interprovinciales,
con la del inc. 13; los correos, con la del inc. 14; los lugares sometidos a jurisdic-
ción federal, con la del inc. 30; los poderes militares, con las de los incs. 27 y 28.
Apéndice al capítulo XXXV
067 Articulo 75
Reformado
Reformado
Pasa a ser 4", reformado
Inciso 3: nuevo
Inciso 4: es el anterior inc. 3^, reformado
Pasa a ser 5", sin reforma
Pasa a ser 6^, reformado
Pasa a ser 7?, sin reforma
Pasa a ser 8?, reformado
Pasa a ser 9?, sin reforma
Pasa a ser 10, reformado
Pasa a ser 11, sin reforma
Pasa a ser 12. reformado
Pasa a ser 13, sin reforma.
Pasa a ser 14, reformado
Pasa a ser 15, sin reforma
Pasa parcialmente a ser 16, reformado
Inc. 17: nuevo
302 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
Inc. 17 Nuevo
Inc. 18 Mantiene el anterior inc. 16 del art. 67
Inc. 19 Nuevo
Inc. 20 Reformado (corresponde al anterior inc. 17
del art. 67)
Inc. 21 Reforniado (corresponde al anterior inc. 18
del art, 67)
Inc, 22 Nuevo (corresponde parcialmente y con reforma
al anterior inc. 19)
Inc. 23 Nuevo
Inc. 24 Nuevo
Inc. 25 Mantiene el anterior inc. 21 del art, 67
Inc. 26 Reformado (corresponde al anterior inc. 22
del art. 67)
Inc. 27 Reformado (corresponde al anterior inc. 23
del art. 67)
Inc. 28 Marntiene el anterior inc. 25 del art. 67
Inc. 29 Mantiene el anterior inc, 26 del art. 67
Inc. 30 Reformado (corresponde al anterior inc. 27
del art. 67)
Inc. 31 Nuevo
Inc. 32 Mantiene el anterior inc. 28 del art. 67
CabtrutLo XXXVI
LALEY
La iniciativa puede provenir del seno del mismo congreso, o del poder
ejecutivo y, con la reforma de 1994, también del cuerpo electoral en la
forma prevista en el art. 39 de la constitución.
La etapa constitutiva, consistente en la sanción del proyecto, está a
cargo del congreso y transita por los cauces que regulan los arts. 78 a 84.
Después de la reforma, también puede insertarse el mecanismo de la con-
sulta popular prcvisto en el art. 40 de la constitución.
La etapa de eficacia está a cargo del poder ejecutivo; en los casos en
que la propia constitución dispone excepcionalmente que la promulgación
sea automática, o que el proyecto sancionado no puede ser vetado, o que
queda sancionado como ley (por ej., en los arts. 40 y 83) el margen de
arbitrio de que dispone normalmente el ejecutivo en la etapa de eficacia se
reduce mucho.
m) "reconocer",
a* dà
"earantizar",
LETS
regular",** 4à,
"asegurar" todo lo referente a los pue-
blos indígenas (art. 75 inc. 17);
n) "proveer" y "promover" todo lo que senala el art. 75 incs. 16, 18 y 19; "pro-
mover" y "dictar" (inc. 23);
ii) "establecer" tribunales (art. 75 inc. 20);
s? &4
0) "admitir o desechar", *aprobaro desechar" cuando hace referencia a las com-
petencias del art. 75 incs. 21, y 22, respectivamente:
p) "autorizar" a declarar la guerra y hacer la paz (art. 75 inc. 25);
q) "facultar" para ordenar represalias (art. 75 inc. 26):
r) "permitir" la entrada de tropas extranjeras y la salida de las nacionales (art.
75 inc. 28);
&) "declarar" el estado de sitio, "aprobar o suspender" el declarado por el ejecu-
tivo (art, 75 inc, 29);
t) "disponer" la intervención federal", "aprobar o revocar" la decretada por el
ejecutivo (art. 75 inc. 31).
Sanción A Promulgación
—— ———— ———
——————— À——————— —
LB
(Acto complejo externo)
la ley contempla
'El procedimiento de formación y sanción de
cciones, los
los varios: la aprobación, el rechazo, las adiciones y corre
su respectiva
10$ vetados. Cada uno de tales supuestos cuenta con
a partir del art. 77.
iva en la constitución, que ya hemos citado,
itución
[J. — El procedimiento o trámite parlamentario que la const nues-
i para la sanci ón de las leyes no puede en modo alguno -segün
constitucionalidad. El
lunto de vista- eximirse de control judicial de
cuestión política no
]ho judicial que considera a la cuestión como una
rada incons-
le está equivocado. Si una ley puede y debe ser decla
serlo cuando se
al en cuanto a su contenido, también puede y debe
ón prescribe para
ionado transgrediendo las normas que la constituci -
ionada" defec
ite, porque cualquiera comprende que una ley ^sanc ón
que la constituci
nte no es una ley "sancionada" en la forma
*
prohibiciones antes
2 1. — La constitución reformada ha incluido tres ido las
amente, ha afiad
*Xistentes pero, luego de formularlas normativ
spectivas excepciones.
Se trata de:
tivo (art. 76);
^a) la delegación legislativa a favor del poder ejecu
nes de carácter le-
— b) la emisión por el poder ejecutivo de disposicio
lislativo (art. 99 inc. 3" párrafo segundo):
ejecutivo (art. 80).
| c) la promulgación parcial de leyes por el
se dirige exclusiva-
"Hay otra prohibición diferente a estas tres, que la del art.
poder ejecutivo. Es
nente al congreso, sin relación alguna con el
sobre la sanción tácita o ftcta de las leyes.
";
u normal decir que las lcyes nacionales locales eran las que el congreso dic-
?on ámbito de aplicación en la capital federal (que era territorio federalizado
imente), en los territorios nacionales o gobernaciones (que con la provincia-
de Tierra del Fuego hoy ya no existen, y que estaban bajo jurisdicción
), y para los [ugares del ex art. 67 inc. 27 (que se hallaban sujetos a jurisdic-
ral, a veces total, a veces parcial, segün los virajes que registró la jurispru-
ia de la Corte).
Ahora el panorama es otro, Es cierto que la ciudad de Bienos Aíres sigue sien-
apital federal, pero también lo es que por el art. 129 tiene autonomía y faculta-
de legislación y jurisdicción (judicial). Por ende, la legislación que puede dictar
D para la ciudad se restringe a lo razonablemente necesario a efectos de
izar en ella los intereses del estado federal. De este modo, la legislación
siva" que para la capilal sigue previendo el actual art. 75 inc. 30 queda aco-
la disposición transitoria séptima, a tenor de la cual sólo ejerce, mientras la
de Buenos Aires mantenga la capitalidad, las atribuciones legislativas que
*so "conserve" con arreglo al art. 1 29,
I
- 4. — Noes errado considerar que cada vez que la constitución seiiala cuál debe
rla cámara de origen para determinados proyectos de ley, la competencia de esa
a para la iniciativa y el tratamiento del proyecto debe reputarse como privati-
obstante que, a partir de ahí, prosiga el trámite legislativo en el que toman
nción las dos cámaras).
Podemos citar en el tema los arts. 52, 39, 40, y 75 inc. 2? párrafo 4^, e inc. 19
Áirrafo 2^.
5. — A pesar de la ya sefialada igualdad de ambas cámaras, el seriado
316 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
La diferencia con la cámara de diputados radica en que ésta elige sus autorida-
des de acuerdo con normas infraconstitucionales (por ej.: las de su propio reglamen-
to interno) en Lanto el senado lo hace por concesión expresa de la constitución.
El juicio político
del poder judicial federal y la del art. 120 para regular el ministerio páblico habilita
a la ley para incluir a los miembros de dicho ministerio como funcionarios que sólo
pueden ser removidos de sus cargos mediante juicio político, a efectos de asegurar-
les sus inmunidades funcionales.
Por ello, estimamos que el mal desempeiio puede no ser doloso ni culposo, y
provenir -por ej.— de causas ajenas a la voluntad del funcionario. Un presidente que
perdiera el uso de la razón, o padeciera una hemiplejia, y no renunciara o no pudiera
renunciar, sería pasible de juicio político.
EL PODER EJECUTIVO
idencialismo
- Para nosotros, el poder ejecutivo resume una triple actividad: 1") la po-
ernativa, vinculada a la constitución, pero libre en su iniciativa y en su
; 2?) la administración, que tampoco es siempre meramente de ejecución,
bien es sub-legal (o sea, que debe moverse en un plano inferior, vincula-
la ley) presupone también en amplias zonas un poder de iniciativa; 3?) la
Ón, o decisión ejecutoria, que recae en la aplicación y el cumplimiento de
ecisión, sea ésta emanada de otro órgano —congreso o judicatura— o del mismo
ejecutivo.
393 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
- El art. 101 obliga también al jefe de gabinete a concurrir al menos una vez por
ternativamente, a cada una de las cámaras, para informar de la marcha del
rno.
basta para afirmar, sin más, que el congreso se halle en condición de forti-
ficar sus competencias y. de ese modo, atemperar las presidenciales.
e) La competencia para intervenir a una provincia o a la ciudad de
Buenos Aires queda ahora explícitamente atribuida al congreso (art. 75
inc. 31), así como la de aprobar o revocar la que, de acuerdo con el art. 99
inc. 20, dispone durante su receso el poder ejecutivo.
f) La ley de convocatoria a consulta popular sobre un proyecto de
ley no puede ser vetada; el voto afirmativo del cuerpo electoral la convier-
te en ley de promulgación automática (art. 40).
El juramento es un requisito que hace a la validez del título de jure del presi-
dente. $i se negara a prestarlo, o si hiciera asunción del cargo antes de prestarlo, el
título presidencial quedaría viciado y, por ende, sería de facto.
17. — El art. 88 -que mantiene el texto del anterior art. 75— enfoca
dos supuestos: a) que una causal de acefalía afecte tmicamente al presi-
dente de la repüblica, en cuyo caso el poder ejecutivo es cjercido por el
vicepresidente (es lo que llamamos la "sucesión" del vicepresidente); b)
que /anto el presidente como el vice estén afectados por una causal de
acefalía, en cuyo caso le cabe al congreso "determinar" el funcionario
püblico que ha de desempenar la presidencia.
La primera parte del art. 88 dice: en caso de enfermedad, ausencia
de la capital, muerte, renuncia o destitución del presidente, el poder eje-
cuti vo será ejercido por el vicepresidente de la nación".
Si se lee detenidamente el art. 88, se observa que en la primera parte,
donde se refiere al presidente de la repüblica, habla de "enfermedad", *au-
sencia de la capital", "muerte". *renuncia" o "destitución" (cinco causales).
En cambio, en la segunda parte, cuando se refiere al presidente y al vice-
presidente, habla de "destitución", *muerte", "dimisión" o "inhabilidad"
(cuatro causales).
Haciendo el cotejo, se mantienen dos causales con las mismas pala-
bras: "muerte" y *destitución"; se cambia la palabra de otra causal: **dimi-
sión" en vez de "renuncia"; desaparece una causal: la "ausencia" de la
capital; y es dudoso si la palabra "inhabilidad" equivale a "enfermedad",
lo que también convierte en dudoso si la causal "enfermedad" se suprime y
se sustituye por otra (inhabilidad), o si es la misma causal con nombre
diferente.
Estamos ciertos de que, no obstante los matices diferenciales apunta-
EL PODER EJECUTIVO 327
20. — La primera ley de acefalía fue la 252, dictada en 1868. En 1975 fue
derogada la ley 252 y sustituida por la n" 20.972.
Esta ley dispuso dos etapas para cubrir la acefalfa: una provisoria hasta que el
congreso elija el nuevo presidente, y otra definitiva a cargo del presidente electo por
el congreso reunido en asamblea. Si la causal de acefalfa es transitoria, la segunda
etapa no se cumple.
a) Cuando 1a vacancia del poder ejecutivo es /ransitoria y el vice no puede
suceder al presidente, la ley prevé el desemperio temporario del poder ejecutivo por
alguno de los siguientes funcionarios, en este orden: 1?) el presidente provisorio
del senado; 2?) el presidente de la cámara de diputados; 3) el presidente de la
Corte Suprema de Justicia. El que asume, ejerce el poder ejecutivo "hasta que
reasuma su titular".
b) Cuando la vacancia es permanente hay dos etapas: b") en la primera, el
poder ejecutivo es ocupado transitoriamente por uno de los funcionarios ya men-
cionados que prevé el art. 1? de la ley, en el orden que ella consigna; b") en la
segunda, el congreso reunido en asamblea elige definitivamente al nuevo presiden-
te, entre los senadores federales, diputados federales, y gobernadores de provincia.
La vacancia de la vicepresidencia
ión presidencial
à de tenerse en cuenta que las normas analizadas imponen el voto "por fói
es decir, por el binomio de candidatos que se postulan a |a presidencia y a |
^ sidencia, No se vota por personas y, en consecuencia, el escrutinio se tier
le realizar por fórmulas y no por personas.
24. — Queda sembrada una duda cuando los arts. 97 y 98, al fijar los porcei
330 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
s jefaturas presidenciales
El texto reformado en /994 dice: art 99 inc, 1*: "Es el jefe supre
mo de
la nación, jefe del gobierno y responsable político de la
administración
general del país".
La comparación nos hace ver que:
a) se mantiene la jefatura "del estado":
b) el texto actual mericiona la Jefatura "del gobierno";
c) la jefatura de la administración también se mantiene. aunque hay
una distinción a efectuar porque: c") el texto anterior estipu
laba que cl
presidente "tiene a su cargo" la administración general del país,
en tanto
€") el texto actual reza que *es responsable político" de esa admini
stra-
ción; pero c") el art. 100 inc. 1? asigna el "ejercicio" de
la misma admi-
nistración al jefe de gabinete.
d) la jefatura local e inmediata de la capital ha sido elimina
da:;
€) se mantiene la jefatura de las fuerzas armadas.
La administración püblica
ta
c
L4 COMPETENCIA
os del
. — Con respecto a los reglamentos de ejecución, o decret
cutivo dictados en reglamentación de las leyes, la constitución
s y
(ce, en su art. 99 inc. 2^, que el presidente expide las instruccione
cuidando
nentos que scan necesarios para la ejecución de las leyes,
' lMierar su espíritu con excepciones reglanientarias.
to de la publica-
[3. — La jurisprudencia de la Corte tiene exigido el requisi
aclarado pos-
je los decretos como condición para su obligatoriedad, habiendo
os en uso de la
ente que ello rige ánicamente en el caso de decretos dictad
inc. 7? de la consti-
iid constitucional que acuerda al poder ejecutivo el art. 99
normativo gene-
Il. no extendiéndose a los decretos que carecen de contenido
l es un requisito de
publicación de actos administrativos de alcance genera
republicana de gobierno.
la denominación de
6. — En el derecho constitucional argentino tomó curso
so dicta una ley en la
Weución "impropia" para el supuesto en que: a) el congre
la materi que regula y, a")
a
B traza el lineamiento de su política legislativa en
os que en dicha ley sólo
ya al poder ejecutivo la pormenorización de los aspect
que en rigor no se
lecibido un marco general; por lo que, b) se ha interpretado
ento de la facultad re-
li. de una delegación "Jegislativa" sino de un ensanchami
con un ámbito disponi-
Wentaria que es propia del ejecutivo, la cual, b") queda
es general y elástico.
s amplio en la medida en que el referido marco de la ley
de ejecución
'- 17. — Los reglamentos autónomos no son reglamentos
por lev, y reser-
ila ley; sino reglamentos sobre materias no reguladas
la "zona de
das a la administración. Recaen sobre materias propias de
erva" de la administración, que no pueden regularse por ley.
ej. la regulación de los
.— Una materia propia de reglamento autónomo es por
va en el área de la adminis-
Icursos administrativos y la organización administrati
lición dependiente del poder ejecutivo.
reglamenta-
— 48. — El reglamento delegado, a diferencia del decreto
esfera de reserva de la
Tio que ejecuta la ley, y del autónomo que surge de la
336 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
La fase de eficacia
Los nombramientos
35.
— Cuando el ejecutivo pide el acuerdo para nombrar como juez a una
342 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
persona que no está desempenándose, o que lo está en un cargo distinto a aquél para
el cual el acuerdo se solicita, entendemos que una vez prestado ese acuerdo por el.
senado, hace falta el nombramiento presidencial para integrar el título completo.
37. — El poder cjecutivo, a tenor del inc. 13 del art. 99 provee con
acuerdo del senado los empleos militares en la concesión de los empleos o
grados de oficiales superiores de las fuerzas armadas. Por sí solo —es de-
cir, sin acuerdo del senado, y también sin refrendo de un ministro lo pue-
de hacer en campo de batalla.
38. — Hil inc. 7? del art. 99 establece quc el presidente nombra y re-
mueve por sí sólo al jefe dc gabinete y alos ministros del despacho. Pensa-
mos que no necesita refrendo de otro ministro. Es un acto personalísinio.
41. — Laley que requiere el acuerdo senatorial para cargos que por la
constitución no exigen ese requisito es inconstitucional.
LA COMPETENCIA DEL PODER EJECUTIVO 343
;— Se nos ocurre que la misma norma dcl inc. 19 regula también el caso de
lentos para cargos "nuevos" que, por ser de creación reciente, se han de
'acantes.
gamos inviable, porque implica bloquear la participación del senado so
XIo de ejercer Ia [acultad presidencial de efectuar nombramientos en comisión,
| er ejecutivo deje vencer el período legislativo sin solicitar el acuerdo, y
ducar dicho nombramiento vuelva a realizar otro para la misma persona.
ay duda de que, de darse este procedimiento, el designado permanecería en su
D través de sucesivas renovaciones de su nombramiento, con marginamienlo
itervención senatorial, que se hace imprescindible para la continuidad o per-
a en la función.
47. — El inc. 8" del art. 99 establece que el presidente hace anualmente la
de las sesiones del congreso.
49. — Segün el inc. 18 el presidente puede ausentarse del país con permiso
del congreso.
El indulto
elaciones internacionales
El estado de sitio
E
58. — El inc. 16 del art. 99 prevé la declaración del estado de sitio por el
presidente de la repüblica, con acuerdo del senado, en caso de ataque exterior y
por un término limitado. En caso de conmoción interior, afade la norma, sólo tiene
346 COMPENDIO DE. DERECHO CONSTITUCIONAL
Artículo 86 Artículo 99
Reformado
Sin reformar
Inc. 3*: nuevo
Suprintido
Pasa corn reforma a integrar el 3* nueve
Pasa a ser 4^, reformado
Pasa a ser 5?, sin reforma
Pasa a ser 6?, reformado
Supriniido
Suprimido
Pasa a ser 7^, reformado
Pasa a ser 8, reformado
Pasa a ser 9", sin reforma
Pasa a ser 10, reformado
Pasa a ser 11, reformado
Pasa a ser 12, reformado
Pasa a ser 13, reforniado
Pasa a ser 14, reforniado
Pasa a ser 15, reformado
348 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
nomía general
NY
id
Il jefe de gabinete
a") las que Je delegue el presidente; todo ello conforme al inc. 2*:
b) Ejercicio (directo) de las funciones y atribuciones que le delegue
el presidente, segün el inc. 4*;
c) Resolución, en acuerdo de gabinete, sobre materias que le indique
el poder ejecutivo, y
C") resolución por decisión propia en las materias que estime necesa-
rio por su importancia en el ámbito de su competencia; todo ello conforme
al inc. 4*;
d) Nombramiento de empleados de la administración, con excepción
de los que correspondan al presidente;
€) Coordinación, preparación y convocatoria de las reuniones de ga-
binete de ministros, y
e^) presidencia de las mismas en ausencia del presidente: todo ello
conforme al inc, 5?
f) Remisión al congreso de los proyectos de ley de ministerios y de
presupuesto, una vez que se han tratado en acuerdo de gabinete y han sido
aprobados por el poder ejecutivo; todo ello conforme al inc. 6*:
g) Hacer recaudar las rentas del estado y ejecutar la ley de presupues-
to, segün el inc. 7?;
h) Concurrir a las sesiones del congreso y participar, sin voto, en sus
debates, segtün el inc. 9", y
h^) producir los informes y explicaciones verbales o escritos que sean
solicitados por cualquiera de las cámaras al poder ejecutivo, segün el inc.
I1;
h") presentar junto a los demás ministros, al iniciarse las sesiones or-
dinarias del congreso, una memoria detallada del estado de "1a nación" en
cuanto a los negocios de los respectivos departamentos, segün el inc. 10;
h"") concurrir como mínimo una vez por mes al congreso, alternati-
vamente a cada cámara, para informar sobre la marcha del gobierno, con-
forme al art. 101;
i) Tomar intervención en el procedimiento inmediato al dictado de
decretos de necesidad y urgencia para someterlos a la Comisión Bicameral
Permanente, conforme al inc. 13 en relación con el art. 99, inc. 3*, y
i") en el correspondiente a decretos de promulgación parcial de le-
yes, conforme al inc. 13 en relación con el art. 80, y
Los ÓRGANOS DEPENDIENTES DEL PODER EJECUTIVO 353
h
^ B"
) enel correspondiente a decretos dictados en ejercicio de faculta-
delegadas por el congreso al poder ejecutivo, conforme al inc. 12 en
ión con el art. 76. para control de la Comisión Bicameral Permanente;
- p Refrendar los decretos del poder ejecutivo:
- j) que prorrogan las sesiones ordinarias del congreso, y
1) que convocan a sesiones extraordinarias, todo ello conforme al
E 13".
I 4
) que reglamentan leyes, segün el inc. 8";
Dm que ejerzan facultades delegadas por el congreso al poder ejecu-
/O, segün el inc. 12;
1") que se dictan por razones de necesidad y urgencia, segün el inc.
El ministerio
10. — Tanto el jefe de gabinete como los demás ministros son nombrados y
removidos por el presidente (art. 99 inc. 7^). Todos son, asimismo, susceptibles de
Los ÓRGANOS DEPENDIENTES DEL PODER EJECUTIVO 355
13. — El art. 102 dispone que cada ministro es responsable de los actos que
Iza: y solidartamente de los que acuerda con sus colegas.
ine). Los ministros no pueden ser senadores ni diputados sin hacer dimisión
cargos (art. 105).
- UN
mientras no quedan destituidos por fallo senatorial no pueden ser juzgados crimi-
nalmente.
c) Segün el art. 107 los ministros gozan por sus servicias de un sueldo estable-
cido por la ley, que no puede aumentarse ni disminuirse en favor o perjuicio de los
que se hallan en ejercicio.
Otros organismos
19. — Con jerarquía distinta a los ministerios, puede haber y hay otros órga-
nos dependientes del poder ejecutivo, de creación y origen infraconstitucional.
El poder ejecutivo tiene competencia para crear órganos dependientes con
fines de asistencia o asesoramiento técnico-administrativo para todas las cuestiones
propias de su competencia, o afines con ella, y para establecer los que integran el
organigrama de la administración püblica de la que es titular, inclusive erigiendo
entidades autánquicas.
CapfruLo XLI
EL PODER MILITAR
3. — A nuestro juicio debe quedar en claro que ninguna ley puede inhibir o
scabar la jefatura presidencial sobre las fuerzas armadas, que otorga compe-
al poder ejecutivo para recurrir a ellas y disponer su intervención razonable
sguardo tanto de la llamada defensa nacional cuanto de la seguridad interna
lo existe grave perturbación de ambas, imposible de superar por otros medios
es. Tal competencia existe con ley o sin ley, y ninguna ley puede impedir su
icio, porque proviene directamente de la constitución.
6. — El inc. 27 del art. 75 pone a cargo del congreso ftjar las fuerzas
armadas en tiempo de paz y de guerra y dictar las normas para su orgamni-
zación y gobierno.
El inc. 28 le otorga permitir la introducción de tropas extranjeras en
el territorio de la nación, y la salida de fuerzas nacionales fuera de él.
La jurisdicción militar
Sise extiende la jurisdicción militar más allá de esa finalidad precisa, el "plus"
pura un fuero "personal" opuesto a la constitución, y no un fuero real.
ión
Por ende, para reconocer carácter constitucional de fuero real a la jurisdicc
M
lar no basta que los hechos que juzga sean infraccio nes a la ley militar que rige
sar
v fuerzas armadas, porque lo esencial y decisivo es que esa ley militar que
&nicamen te a los hechos que real y es-
Iu infracciones incluya en su categoría
Wunente dafan a la organización castrense , límite que no se guarda cuando
yt ej.— se califican como infracciones militares a delitos comunes que, aunque
idan ser conexos con el servicio castrense, pertenecen al campo general del dere-
D penal comán. Para nosotros, delitos militares son los que daüan bienes jurídi-
S de la institución armada, y nada más.
M
10. — A nuestro criterio, el código de justicia militar es una ley de naturaleza
cia
Weral. Si en vez de crear tribunales militares el congreso atribuyera competen
uzgar los delitos militares al poder judicial, tendría que asignarla a tribunales
ales.
-— 1I. — En suma, cabe decir que los tribunales militares son órganos
extrapoderes", que 7o integran el poder judicial, ni tampoco dependen
el poder ejecutivo.
" Con tal característica, no hallamos óbice en decir que son tribunales
le la constitución y "jueces naturales" (bien que fuera del poder judicial).
14. — Además conviene resaltar la facultad que como comandante en jefe asiste
al presidente para ejercer el poder disciplinario en el ámbito del órgano castrense.
La sanciones aplicadas disciplinariamente no deben eximirse de revisión judi-
cial, pero sólo han de "descalificarse" judicialmente cuando exhiben arbitrariedad
manifiesta
15. — No cabe duda de que los actos presidenciales que, tanto en tiempo de
paz como de guerra, traducen el ejercicio de los llamados poderes militares y de
guerra, son —como principio- de naturaleza política.
Introducción
3. — El art. 85 dice:
"El control externo del sector püblico nacional cn sus aspectos pa-
trimoniales, económicos, financieros y operativos, será una atribuc
ión del
poder legislativo.
El examen y la opinión del poder legislativo sobre el desempefio y
situación general de la administración püblica estarán sustentados en
los
dictámenes de la Auditoría General de la Nación.
Este organismo de asistencia técnica del congreso, con autononía
funcional, se integrará del modo que establezca la ley que reglam
enta su
creación y funcionamiento, que deberá ser aprobada por mayorí
a absoluta
de los miembros de cada cámara. El presidente del organi
smo será desig-
nado a propuesta del partido político de oposición con mayor
nümero de
legisladores en el congreso.
Tendrá a su cargo el control de legalidad, gestión y auditoría de to-
da la actividad de la administración püblica centralizada y descentrali-
zada cualquiera fuera su modalidad de organización, y las
demás funcio-
nes que la ley le otorgue. Intervendrá necesariamente en el trámite
de apro-
bación o rechazo de las cuentas de percepción e inversión
de los fondos
püblicos."
el art. 75 inc.
X 7.— En cuanto a las universidades nacionales (autónomas por
Ia administra-
19) el control de la Auditoría solamente queda habilitado en orden a
l.
"ción que efectian de los recursos que derivan del tesoro naciona
en relación
. Por analogía de razonamiento, el control posible de la Auditoría
que coparti cipan en la
on las provincias parece también limitarse à la porción
" distribución de contribuciones conforme al art. 75 inc. 2".
-—. 12.— El ontrol en sentido lato que el art. 86 confía al Defensor del
Pueblo para la protección de los derechos y sobre el ejercicio de las ""fun-
'eiones adniinistrativas püblicas" abre un espacio amplio.
El área tutelada se enmarca en la actividad —por hechos, acciones u
"omisiones- de la administración. Damos por cierto que alude a la admi-
nistración püblica —centralizada o descentralizada-— que el art. 100 inc. 1?
hace depender en su ejercicio del jefe de gabinete de ministros, y que el art.
-.99 inc. 1? coloca bajo la responsabilidad política del presidente de la repü-
- blica.
No dudamos de que también la actividad del congreso, en cuanto se
despliega en el ámbito administrativo, queda sometida a la competencia
del Defensor del Pueblo.
368 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
15. — Por ültimo debemos decir que el Defensor del Pueblo, como
órgano federal de control, circunscribe su competencia al espacio exclu-
sivamente federal, o sea, a las violaciones de autoría federal y a la fiscali-
zación de las funciones administrativas püblicas de alcance federal. Si lo
enunciamos negativamente, queda claro que no puede intervenir en la zona
que es propia de las provincias.
CaprfruLo XLIII
EL PODER JUDICIAL
Por justicia ^privada" hay que entender la justicia por mano propia que cada
uno se hace a sí mismo en sus conflictos con otro, pero no las soluciones alternati-
vas al proceso judicial que, de no estar comprometido el orden püblico, son válidas
cuando las partes en conflicto resuelven, de comün acuerdo y con pleno consenti-
miento, pactar en pie de igualdad un mecanismo sustitutivo del proceso judicial,
como puede ser el sometimiento a arbitraje; la ley puede también, razonablemente,
implantar la ctapa de jiediación como previa al proceso judicial.
13) Establecimiento por ley del juicio por jurados (arts. 24 y 75 inc.
12) y conclusión (después de establecida la institución) de todos los jui-
cios criminales ordinarios por jurados (art. 118).
14) Administración de recursos y ejecución del presupuesto por el
Consejo de la Magistratura (art. 114).
15) Previsión de la existencia de un poder judicial local en la ciudad
de Buenos Aires (art. 129).
Por integrar el gobierno federal como titular del poder judicial, la Corte debe
residir en la capital federal conforme a lo prescripto por el art. 3* de la constitu-
ción.
uu
-
uU
; uso cuando el derecho provincial discrepa con la constitución;
'actáa como custodio del sistema de derechos;
vigila que los tratados internacionales no se violen, ni por acción
omisión, para resguardar la responsabilidad internacional del esta-
un
-
Uu
Imeraciones, aparte de vedar la alteración nominal por "acto del príncipe",
e laobligación constitucional de mantener su significado económico y de recu-
Tür su pérdida cada vez que ésta se produce con intensidad deteriorante.
La unidad de jurisdicción
EL MINISTERIO PUBLICO
Su encuadre
— Del art, 120 cabe inferir una di visión en las funciones del Minis-
Ana Estas serían:
a) promover la actuación de la justicia, lo que a su vez admite des-
doblarse en:a") para incitar la persecución penal en los delitos de acción
püblica; a") para iniciar procesos no penales cuando -usando el vocabu-
lario que emplea la norma es necesario hacerlo en defensa de la legalidad
o de los intereses generales de la sociedad;
b) defender la legalidad en cada proceso judicial que promueve o
en el que interviene;
EL MINISTERIO PÜBLICO 381
n materia
- penal, qud margen para que el Ministerio Püblico actüe itane criterios ra-
gonables de oportunidad para la promoción de dicha acción.
nt.
9. — El nücleo del art. 120 tiene carácter operativo, pero deja abierto un am-
o espacio a laley para que ésta desarrolle todo cuanto no viene directamente esta-
Es en la norma constitucional. Así, lo referido a las inmunidades para equipà-
raras a las del Defensor del Pucblo (que conforme al art. 86 son las mismas de los
egisladores); al régimen de designación y remoción, similar al de los jueces; a la
permanencia en el cargo y su remuneración, de modo análogo, etc. Como eje orien-
tador, subsiste la manda constitucional que preserva la independencia funcional.
ÉE
Ro
E
CapfruLo. XLV
EL CONSEJO DE LA MAGISTRATURA
Y EL JURADO DE ENJUICIAMIENTO
De la Auditoría General, del Defensor del Pueblo, del jefe de gabinete y de los
iros hemos sostenido que, no obstante el sector donde los regulan las normas
(coristitución, son órganos extrapoderes.
Del Consejo de la Magistratura ; cabe afirmar lo mismo, o no?
Tay quienes han contestado que no forma parte del poder judicial, y para ello
Il al art. 108, que en forma terminante dice que **el poder judicial de là nación
pjerctdo por una Corte Suprema de Justicia y por los demás tribunales infe-
ique el congreso estableciere en todo el territorio de la nación".
sta norma subsiste intacta después de la reforma de 1994, y tomada en su
lida l daría razón a quienes niegan que el Consejo dela Majistratura integra el
E Ls. justicia en las causas que otros artículos atribuyen a la competencia del
judicial. O sea, no se reftere a la estructura de órganos que lo forman, por lo
384 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
que al día de hoy no debe interpretarse como negando que, dentro de esa estructura,
haya otros órganos que no cumplen función judicial (los que los arts. 114 y 115
ahora encuadran en el segmento de la constitución destinado al poder judicial).
El Consejo de la Magistratura
| 1. — El art. 115 dispone que los jueces de los tribunales inferiores serán
removidos por las causales expresadas en el art. 53, por un jurado de enjuiciamien-
to integrado por legisladores, magistrados y abogados de la matrícula federal.
Er CoNsEJO DE LA MAGISTRATURA Y EL JURADO DE ENIUICIAMIENTO — 387
LA ADMINISTRACION DE JUSTICIA
La sentencia
10, — Nuestra Corte Suprema ha elaborado toda una rica teoría acerca de los
casos en que falta la verdadera calidad de acto jurisdiccional (o sentencia) à un
pronunciamiento judicial. Es la teoría de la arbitrariedad de sentencia, o de la sen-
tencia arbitraria". Tal descalificación implica, para nosotros, un vicio o defecto de
inconstitucionalidad, que nos permite hablar de sentencias "inconstitucionales",
La sentencia arbitraria es susceptible de recurso extraordinario ante la Corte
Suprema.
c) üitil y eficaz;
d) justa;
e) ajustada al principio de congruencia (que se explicó en el tema del
'debido proceso);
D imparcial.
No debe:
a) renunciar conscientemente a la verdad objetiva o material;
b) anteponer la verdad formal;
€) incurrir en exceso ritual manifiesto (segün se explicó en el tema
pe debido proceso).
E" 185. —1a cosa juzgada frrita a nula proporciona ocasión para ser atacada por
"vía judicial, cualquiera sea Ia solución que arbitren las leyes procesales.
c) Por fin, hay que dotar de las normas procesales a que deben ate-
nersc el juez y las partes.
24. — Parece imposible negar que el derecho se crea u origina también por vía
judicial, o sea, por la jurisprudencia de los tribunales, Si a esta creación le asigna-
. fhos el tradicional título de "fuente", Ia jurisprudencia o el derecho judicial son
- fuente del derecho.
|
30. — Por eso también creemos que los tribunales inferiores (los fe-
de la
- derales y también los provinciales) deben ajustar a la jurisprudencia
"Corte las decisiones que dictan sobre puntos regidos por la constitución.
" Cuando esos tribunales son provinciales, tal subordinación responde al
esquema de la estructura federal de nuestro régimen, expresado en los arts.
— 5? y 31 de la constitución, porque el derecho federal (en el cual ubicamos a
los
- |a jurisprudencia de la Corte en materia constitucional) prevalece sobre
-ordenamientos jurídicos provinciales.
rt.
FK
33, — Una vez que dejamos esbozados nuestros criterios sobre lo que
es el derecho judicial, sobre la posible extensión de los efectos de las sen-
tencias más allá del caso que resuelven, sobre la uniformidad y unificación
de la jurisprudencia para resguardar la igualdad jurídica, eic., no hemos de
omitir alguna referencia a lo que tiene dicho la Corte Suprema.
a) Tal vez, en cierto sentido, pueda entenderse que —a su manera- nues-
tra Corte comparte el aforismo de los Estados Unidos segün el cual "la
constitución es lo que los jueces dicen que es". En efecto, nuestra Corte
afirma que /os tribunales inferiores deben tomar en cuenta su jurispru-
dencia, y para apartarse de ella sin desconocer la autoridad del tribunal
supremo han de controvertir sus fundamentos y proporcionar los propios
diferentes.
b) Con todo, ha afianzado la noción de que la constitución consagra
la igualdad "ante /a ley". por manera que la desigualdad derivada de fallos
contradictorios no viola la garantía de la igualdad. Como consecuencia, el
recurso extraordinario no es, para la Corte, una vía hábil para lograr la
unificación de la jurisprudencia di vergente.
Hay, como se advierte, un punto medio o una mixtura: por un lado, la
Corte rescata el valor de su jurisprudencia y el seguimiento que han de
darle los demás tribunales. Por cl otro, al no acoger la noción de que la
jurisprudencia contradictoria afecta y vulnera la igualdad jurídica (que para
la Corte es solamente igualdad "ante la ley" segün la constitución), declina
erigir la desigualdad emergente de fallos contradictorios en una cuestión
constitucional susceptible de ser resuelta mediante el recurso extraordina-
rio federal.
Capbítrutro XLVII
UCIONAL
EL CONTROL Y LA JURISDICCION CON STIT
Su concepto
entenderse la función
]. — Por "jurisdicción constitucional" suele
olar la supreniacía de
jurisdiccional ejercida para tutelar. mantener y contr , sobre
dà constitución. La referida tutela parece recaer, fundamentalmente
constitución, se califica como
Ja actividad que, por ser infractora de la
inconstitucional o anticonstitucional.
ión" constitucio-
Es vocablo análogo, o quizá sinónimo, de "jurisdicc
- pal el de "justicia" constitucional.
ón constitucional
Entendemos que, en un sentido amplio, la jurisdicci
constitución, aunque al
" comprende también la interpretación de la
stitucionalidad. Por su-
- éfectuarla no se arribe à una declaración de incon itu-
, puesto, también la integración de los vacíos normativos de la const
ción.
en el derecho procesal consti-
2. — La jurisdicción constitucional despliega
de las estructuras (o los órganos)
lucional dos ámbitos conexos: a) ]a organización
los judiciales); y b) los procesos en
-.que ejercen dicha jurisdicción (principalmente
se deciden, por razón de materia, cüéstiones constitucionales.
que
A
La cuestión constitucional
nal federal, es menester que: b") esa cuestión obtenga en jurisdicción local
una decisión del superior tribunal de la provincia, y b") producida su
intervención, quede abierta la posibilidad ültima de acceso posterior a la
jurisdicción federal (que se da mediante el recurso extraordinario ante la
Corte Suprema).
c) Cuando en juicios que tramitan ante tribunales locales existe una
cuestión consütucional provincial que no excede el marco del derecho lo-
cal, el control constitucional se recluye en el ámbito de los tribunales Io-
cales.
d) Cuando en el supuesto del anterior inc. c) la cuestión constitucional
provincial es ala vez, y de alguna manera, cuestión constitucional federal,
la causa respectiva se somete a las mismas pautas que hemos resefiado en
el inc. b).
€) Las cuestiones constitucionales exclusivamente provinciales que-
dan reguladas solamente por el derecho provincial.
f) En las cuestiones constitucionales provinciales que, a la vez, son
cuestiones constitucionales federales (supuesto del inc. d), los tribunales
locales no pueden negarse a resolver la cuestión federal; £') si el derecho
local se los impide, la norma local es incomnstitucional; f") debe quedar
abierto el posible acceso ulterior a la jurisdicción federal, una vez que ha
recaído la necesaria decisión del superior tribunal de la jurisdicción local.
- quiere como base un proceso o una causa judiciales en los que, al tenerse que dictar
sentencia, se hace necesario efectuar aquel control y, eventualmente, declarar la
- inconstitucionalidad de una norma o de un acto relacionados con Ia materia de la
"J causa.
12. — En el viejo caso "Los Lagos c/Gobierno Nacional" (del atio 1941), la
Corte alegó que el control constitucional sin pedido de parte vendría a significar
- que los jueces pueden controlar por propia iniciativa (de oficio) los actos legislati-
— voso los decretos de la administración;lo que a su criterio rompe el equilibrio de
. poderes por la absorción del poder judicial en desmedro de los otros dos.
Posibles ampliactones
Esta jurisdicción (judicial) federal es ejercida por órganos que se llaman zribu-
nales de justicia (o judiciales), cuyo conjunto integra el poder judicial [ederal (o "de
la nación").
Además de la Corte Suprenia como "cabeza" del poder judicial, hay por crea-
ción de la ley tribunales federales de primera instancia (juzgados) y de segunda
instancia (cámaras de apelaciones).
Federal
a) Provincial (tantas
Administración como provincias hay)
de Justicia Local
b) De la ciudad autó-
nona de Buenos Aires
(ünica)
En términos generales, cabe afirmar que: b") la jurisdicción federal admite que
la ley del congreso regule los casos de su competencia, sin que se oponga a ello la
generalidad de los términos del art. 116, atento que el art. 75 inc. 20 presupone que
la organización de los tribunales federales por ley del congreso incluye la de atri-
buirles jurisdicción y competencia; b") además de esta regulación legal, hay casos
LA JURISDICCIÓN Y LA COMPETENCIA DE LOS TRIBUNALES FEDERALES 409
en que las "partes" a cuyo favor está discernida la jurisdicción federal pueden pro-
rrogarla a favor de tribunales no federales.
7. — El art. 116 utiliza los vocablos causa y asunto, que en el lenguaje cons-
titucional y procesal han sido asimilados también a caso, proceso, juicio, pleito,
cuestión, elc.
410 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL.
10. — En este rubro se agrupan tres clases de causas que en el art. 116
vienen precedidas por la palabra "todas", y que son federales por razón de
la "materia": las que versan sobre puntos regidos por a) la constitución
federal; b) las leyes federales; c) los tratados internacionales.
11. — Las causas que versan sobre puntos regidos por las leyes del congreso
obligan a repasar las categorías de leyes que el congreso sanciona: a) leyes federales
o especiales; b) leyes nacionales ordinarias o de derecho comán; c) leyes locales.
La parte del art. 116 que estamos examinando excluye expresamenie de la jurisdic-
ción federal a las causas que versan sobre puntos regidos por el derecho comuín
(inc. b), y que quedan resguardadas con la reserva del art. 75 inc. 12, que confiere a
los tribunales provinciales la aplicación del derecho comün (básicamente constitui-
do por los códigos de fondo civil, penal, comercial, de minería, de trabajo y segu-
ridad social-).
12. — Vale reiterar asimismo que si en una causa regida por el dere-
cho comán se inserta una cuestión federal, la jurisdicción federal apelada
debe quedar disponible para resól verla.
13. — Son federales todas las causas que versan sobre purttos regi-
dos por tratados con los otros estados y, genéricamente, por el derecho
internacional. De ahí que este tipo de causas involucra también las regu-
ladas por derecho internacional consuetudinario (o derecho de gentes).
412 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
15. — Las causas que por razón de "materia" (no federal) se sustraen a la
jurisdicción federal, pueden llegar a pertenecer a dicha jurisdicción por razón de
"personas" (o paries) o por razón de "lugar", pese a que su materia sea de dere-
cho comápn, o de derecho provincial.
21. — Sin entrar al detalle de las leyes que regulan las demandas contra el
estado, creemos que no es inconstitucional prever en ellas que antes de promover
juicio contra el estado haya que efectuar en determinados casos una reclamación
administrativa previa.
Las provincias que demandan al estado federal no quedan sometidas, sin em-
bargo, a observar el requisito de la reclamación administrativa previa ante él (ver
doctrina del fallo de la Corte en el caso "Provincia de Salta c/Estado Nacional", del
25 de julio de 1985).
25. — Como principio general del derecho judicial vigente, citamos el que
surge de ]a jurisprudencia de la Corte en el caso "Chiodetti, Remo J. y otros c/
Gobierno Nacional" «cl ano 1967— el carácter declarativo de las sentencias contra
el estado no significa, en modo alguno. una suerte de autorización al estado para
que no las cumpla, porque ello importaría tanto como colocarlo fuera del orden
jurídico, cuando es precisamente quien debe velar por su respcto; por ello, el art. 7"
de la ley 3952 no descarta una pertinente intervención judicial tendiente al adecua-
do acatamiento del fallo cuando se dilata irrazonablemente su cumplimiento.
26. — El art. 116 —entre las causas que incluye dentro de la jurisdicción fede-
ral de nuestros tribunales- prevé algunas en que es "parte" un estado extranjero;
o sea, admite como posible que un estado extranjero litigue ante tribunales argenti-
nos. De aquí inferimos que si los estados extranjeros son justiciables por nuestra
constitución en jurisdicción argentina, la elemental regla de igualdad, reciprocidad
y coherencia conduce a afirmar que, a la inversa, la constitución permite implícita-
mente que nuestro estado sea justiciable ante tribunales extranjeros.
27. — Analizadas las causas en que el estado es parte resta otro cü-
mulo en que también dicha jurisdicción está dada por el art. 116 en virtud
de (o en razón de) las personas o partes. Si se lo lee atentamente, se ad-
vierte una diferencia con el enunciado de las causas (o los asuntos) en que
[a nación" (el estado) es parte, sin indicarse cuál es -o debe ser- la otra
LA JURISDICCIÓN Y LA COMPETENCIA DE LOS TRIBUNALES FEDERALES 415
- parte; es decir, basta que el estado sea parte. En cambio, en las causas que
. ahora hemos de enunciar se emplea otra terminología, porque se habla de
causas "que se susciten entre..." o "contra" tales y cuales partes; es decir.
. aquí viene indicado cuál es —o debe ser— /a parte actora y la parte denian-
dada. La terminología aludida sólo reviste -por ende- el alcance de sefia-
lar la bilateralidad de partes que han de intervenir en un proceso para quc
quede comprendido en el art. 116.
32. — Queda claro, entonces, que hay dos causas en que. pese a ser
parte una provincia, es improcedente su agregación a las ünicas cuatro
antes citadas. Esas dos son:
a) Entre "una provincia y el estado federal" (1a ^nación"), que son de
jurisdicción federal porque es parte el estado (y no porque lo sea una pro-
vincia) (y a nuestro criterio, no son de competencia originaria de la Corte);
b) Entre "una provincia y sus vecinos" (que no son de jurisdicción
federal por razón de personas, aunque puedan serlo por razón de mate-
ria) (y en caso de serlo por razón de materia, tampoco son de competencia
originaria de la Corte).
34. El art. 116 establece la jurisdicción federal para las causas que
se suscitan:
a) entre "vecinos" de diferentes provincias;
b)entre "vecinos" de una provincia y un estado extranjero;
C) entre "vecinos" de una provincia v un ciudadano extranjero;
d) entre una provincia y "vecinos de otra".
35. — Son también de jurisdicción federal las causas en que son parte
una provincia o sus vecinos con un ciudadano extranjero,
Se reputa tal no sólo al habitante extranjero, sino tanibién a quien, sin
ser habitante ni tener domicilio en territorio argentino, litiga ante sus tribu-
nales.
La extranjería debe probarse.
De la áltima parte del art. | 16 surge que las causas posibles en que es
parte un ciudadano extranjero se suscitan entre: a) una provincia y un cíu-
dadano extranjero; b) vecinos de una provincia y un ciudadano extran-
jero (cualquiera sea la vecindad de éste). Podemos ailadir: c) el estado
(federal) y un ciudadano extranjero (caso en el que la jurisdicción federal
surge por ser parte el estado).
Además queda pendiente:.d) un estado extranjero y un ciudadano ex-
tranjero, que no está expresamente incluida en el art. 116.
39, — Nos resta decir algo sobre la competencia de la justicia federal en cau-
sas penales, Ella puede surgir: a) en razón de materia (federal) por la naturaleza
(federal) del hecho criminoso; b) en razón del lugar donde se ha cometido; c) en
razón de materia y de persona, por la naturaleza del hecho y la calidad del autor.
42, — Elart. 117 en su primera parte dice que en los casos agrupados
en el art. 116 la Corte Suprema ejercerá su jurisdicción por apelación
segün las reglas y excepciones que prescriba el congreso; pero..." (y
aquí aparece la jurisdicción originaria y exclusiva).
De esta fórmula inferimos:
a) Que las causas en que resulta competente la Corte en jurisdicción
apelada dependen de lo que establezca la ley que dicta el congreso regla-
420 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
Su encuadre
3. — El art. 117 es como una prolongación del 116, tanto que por su misma
ambos en
redacción se aprecia que ló contina, en forma que casi podrían incluirse
los asuntos de com-
una sola y misma norma con numeración nica. De este modo,
asuntos nuevos, sino
petencia originaria y exclusiva previstos en el art. 117, no son
dó a la jutisdic-
asuntos que la disposición extrae de entre los que el 116 encomen
ción federal de modo genérico.
Cualquiera de las causas enumeradas en el 117 debe ser una causa que enun-
424 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
8. — Valga, entonces, repetir cuáles son las cuatro ünicas causas del
art. 116 a que nos venimos refiriendo:
a) "provincia" con "provincia";
b) "provincia" con "vecinos de otra provincia";
c) "provincia" con "ciudadano extranjero";
d) "provincia" con "estado extranjero".
Y nada más.
Por eso, para nosotros, no son de competencia originaria y exclusi-
va de la Corte las causas en'que litigan: a) provincia con sus propios
vecinos (salvo que el avecindado v aca Ld » prometo con el es-
tado federal (1a "nación"), «0o uon
I0. — A los efectos de su competencia originaria la Corte exige que para que
una provincia pueda ser tenida por "parte" en la forma prevista por el art. 117, la
provincia debe ser parte "nominal" y "sustancial".
426 COMPENDIO DE DERECHO CONSTITUCIONAL
13. — Los agentes diploméáticos —al igual que los estados extranje-
ros- están investidos por las normas del derecho internacional püblico de
un privilegio de inmunidad frente a la jurisdicción del estado en que ac-
t&an como representantes del propio. Esa inmunidad los exinie de la juris-
dicción de los tribunales de justicia del estado ante el cual ejercen su
función. La violación del privilegio origina responsabilidad internacional
del estado que lo ha infringido.
16. — La Corte debe conocer del modo como puede hacerlo un tri-
bunal con arreglo al derecho de gentes. Norma tan antigua en nuestro
régimen presupone que la causa no es judiciable por la Corte sin previa
renuncia al privilegio de exención de jurisdicción (si existe para el caso).
éstos el acceso a la jurisdicción ante los tribunales locales del estado extranjero al
cual representa el diplomático.
Si en su propia jurisdicción tampoco resultara justiciable, el caso se asimilaría
al de privación de justicia.
20. — No hay duda de que los arts. 116 y 117 se refieren a agentes diplomáti-
cos extranjeros, o sea, acreditados por otro estado ante c1 nuestro, lo que significa
que las causas concernientes a agentes diplomáticos que nuestro estado acredita en
otro, escapan a la previsión especial de estas normas.
recordando que: a) los arts. 116 y 117 los colocan en paridad de condicio-
nes con los embajadores y ministros püblicos a efectos de hacer surtir la
competencia originaria y exclusiva de la Corte en causas o asuntos que les
conciernen; b) pero segün el derecho internacional püblico. no ostentan
carácter de agentes diplomáticos.
EL RECURSO EXTRAORDINARIO
apertura del recurso extraordinario no es, para nosotros, una creación "con-
tra legem", ni un supuesto que se haya incorporado en forma autónoma €
independiente al art. 14 de la ley 48. Tratándose de una sentencia que, por
arbitrariedad, es iniconstitucional, hay más que fundamento para sostener
que se trata de una "cuestión constitucional conipleja directa".
El recurso de queja
El certiorari
LA JURISDICCION SUPRAESTATAL
El articulado
También sin reforma, el art. /28 se refiere al deber federal de los go-
bernadores de provincias.
El nuevo art. 129 está dedicado al gobierno autónomo de la ciudad de
Buenos Aires.
La debilidad del alegato cae sin esfuerzo cuando, más allá nuevamente del
nombre asignado al Estatuto y hasta de su naturaleza ontológica, damos por seguro
que todo ordenamiento jurídico-político destinado a una comunidad territorialmente
demarcada y dotada de autonomía incluye y resuelve necesariamente en su conteni-
do -sea breve o extenso- dos cuestiones: a) la manera de situar a las personas en
esa comunidad (parte dogmática), y b) la organización del poder (parte orgánica).
Si al término "Estatuto Organizativo" que consigna el art, 129 se lo pretendió
circunscribir a la "organización" de la estructura de poder, se olvidó que además de
un "estado-aparato" siempre hay inescindiblemente unido un "estado-comunidad",
segün enseüa Pablo Lucas Verdü, y que se trata de las dos caras de una misma
moneda: la convivencia política.
En la ciudad de Buenos Aires hay seres humanos que conviven; un "Estatuto"
que organiza a la ciudad los abarca y los instala, y cuando organiza al poder lo
organiza "para" proveer al bienestar de los convivientes.