D Gregory Artículo Mundos Posibles

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D Gregory Possible Worlds: Philosophical Theories 1

D Gregory Possible Worlds: Philosophical Theories

(Concise Encyclopedia of Language and Linguistics Kidlington Elsevier


Ltd. 2010, pp. 580-582)

Cualquiera que lea filosofía contemporánea pronto encuentra hablar de


mundos posibles, y cualquiera que profundice un poco más pronto descubrirá
que hay varias concepciones filosóficas contradictorias acerca de su
naturaleza. Consideramos esas concepciones competidoras, pero es útil
comenzar con una discusión de los fines para cuya función, se han propuesto
los mundos posibles.
En el escenario filosófico contemporáneo, los mundos posibles hicieron su
debut a través del trabajo de Saul Kripke sobre las metamatemáticas de la
lógica modal1, pero su actual ubicuidad probablemente se deba más a sus
relaciones con asuntos menos esotéricos. Comúnmente hacemos afirmaciones
sobre lo que es posible mediante el uso de expresiones que aparecen para
afirmar la existencia de 'posibilidades', por ejemplo, o de 'maneras en que las
cosas podrían haber sido'. Así, por ejemplo, alguien podría afirmar, sin
excepciones, que 'existe la posibilidad de que el mundo termine en el próximo
10 años.'2
Ese hábito tiene sorprendentes afinidades con uno de los principios
característicos relativos a los mundos, que lo que es posible en un mundo dado
1
En su trabajo de 1959, A Completeness Theorem in Modal Logic». The Journal of Symbolic Logic,
Saul Kripke demostró la completud semántica de la lógica modal –es decir que todas las formulas
lógicamente validad o verdades lógicas del sistema son teoremas del sistema.
2
La apelación contemporánea a los mundos posibles, a diferencia de la apelación clásica de Leibniz,
se hace para formular una teoría semántica de las expresiones modales, y el particular para dar
teorías de la verdad de ellas. En efecto, la oración “Las cebras son équidos africanos” es una
oración afirmativa de nuestro mundo actual (real), se verifica mediante un viaje al África y un
estudio genético de la deriva de esa clase de équidos. Pero en el caso de la oración (i) “Las cebras
hubieran sido domesticadas en América porque habrían adquirido comportamientos más
constantes”, ¿Cómo podemos no ya verificar algo que no ocurrió en el mundo real (actual) sino dar
condiciones de verdad de este enunciado? O sea ¿cómo podríamos distinguirlo de su negación (-i)
“Las cebras no hubieran sido domesticadas en América porque no habrían adquirido
comportamientos más constantes” Sabemos que en el mundo actual (real) las cebras son muy
difíciles de domesticar, si es que lo son, pero la oración (i) precisamente afirma que si las cebras
hubieran evolucionado en América sus patrones etológicos hubieran sido distintos. Proveer de
alguna teoría para estos enunciados –en el caso que se pueda proveer- es un asunto que involucra
mudos posibles.?
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w, es lo que se produce en algún otro mundo que es posible en relación con


w3. Otro principio central que involucra mundos se relaciona con la necesidad:
lo que es necesario en un mundo dado w es lo que vale en cada mundo que es
posible en relación con w4. De hecho, este último principio se sigue
inmediatamente del anterior (y viceversa) en el supuesto de que los mundos
son completos, en el sentido de que cada proposición es verdadera en un
mundo dado o falso en él.
Las tesis anteriores pueden interpretarse en numerosas maneras, dependiendo
de cómo se lea el discurso sobre 'posibilidad', “necesidad” y “mundos
posibles”. Por ejemplo, el primer principio puede interpretarse como relativo a
las posibilidades físicas en un mundo dado - lo que sea compatible con la
naturaleza física fundamental de ese mundo- siempre y cuando restrinjamos
los "mundos" allí considerados aquellos que son físicamente posibles en
relación con el mundo posible relevante. Y si nos imponemos esa restricción
sobre los mundos posibles citados en el segundo principio, se puede
considerar que se aplica a necesidades físicas5.
Otro supuesto central involucrada en los mundos posibles es que uno de ellos
es el mundo actual (real), en el que las verdades actuales (reales) ocurren. Este
tercer principio, combinado con las diversas versiones de las tesis anteriores
que relacionan la posibilidad y la necesidad, permiten generar condiciones de
verdad para una amplia variedad de oraciones modales. De ese modo, por
ejemplo, estos principios implican que en realidad es físicamente necesario
que P, en caso de que P sea físicamente necesaria en el mundo actual (real) 6.
3
Si algo es posible –por ejemplo, en nuestro mundo actual (real), eso se produce en otro mundo no
actual (real) pero posible dado nuestro mundo. Por ejemplo, dado nuestro mundo, es posible otro
mundo en el cual los portugueses hubieran descubierto América. Y en ese caso en el nuestro es
posible que todo el continente hable en portugués, aunque de hecho no sucede.
4
Si algo es necesario –por ejemplo, en nuestro mundo actual (real)- eso se produce en todos los
mundos no actuales (reales) pero posibles dado nuestro mundo. Por ejemplo, dado nuestro mundo
en que América fue incorporada a la historia universal por actos de imperios marítimos europeos
en competencia, es imposible –o sea es necesario su negación- que América permanezca sin ser
descubierta.
5
Esto vale para los diversos espacios de modalidad (necesidad-posibilidad- facticidad) sean la
lógica, la física, la tecnológica, la ética, las cuales pueden o no estar determinadas por nuestro
mundo actual (real). Esta dependencia de las variaciones es especialmente importante en el caso de
las modalidades éticas.
6
Si no se puede dar cuenta de la necesidad en nuestro mundo actual (real) por medio de una
semántica de mundos posibles, la necesidad en nuestro mundo actual (real) sería la necesidad de
las consecuencias lógicas de las teorías fundamentales que describen la estructura física de nuestro
mundo actual (real).
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Pero la hipótesis central que relaciona los mundos posibles con las
necesidades físicas implica que P es físicamente necesaria en el mundo actual
(real) precisamente en los casos en que P se cumpla en cada mundo que es
físicamente posible en relación con el mundo real.
Las diversas tesis que acabamos de considerar son quizás los principios menos
controversiales que presentan los mundos posibles (otro uso más polémico,
pero ampliamente aceptado de los mundos posibles, es proporcionar
condiciones de verdad para condicionales contrafactuales, como 'si los tigres
tuvieran 10 patas, estarían altamente incómodos’)7. Como sea, la controversia
está al orden del día.
Así, algunos filósofos, como David Lewis, han afirmado que los mundos
posibles pueden utilizarse para proporcionar completos análisis de expresiones
y vocabularios modales. Pero otros, como Alvin Plantinga, están en
desacuerdo Y algunos filósofos -Lewis de nuevo, por ejemplo- tienen la
esperanza de reducir las proposiciones a clases de mundos, mientras que otros
prefieren seguir a Robert Adams y Arthur Prior, identificando los mundos
posibles con ciertos tipos especiales de proposiciones, o con construcciones de
la teoría de conjuntos que se fundan en proposiciones.
Hay desacuerdo, entonces, sobre lo que es razonable esperar de los mundos
posibles, es decir, sobre para qué podemos esperar usarlos sensatamente.
Aquellas diferencias se repiten en la variedad de teorías sobre lo que sean los
7
En general se distinguen tres tipos de condicionales ((i) oraciones condicionales posibles o reales
presentan un escenario que es posible que ocurra si se satisface una condición. La oración
subordinada (si…) plantea la condición y la principal lo que esta hace posible. La oración
subordinada siempre va en presente de indicativo, mientras que la oración principal puede
aparecer en presente o futuro de indicativo. Ejemplo: Si tengo tiempo, te ayudo. Si tengo tiempo, te
ayudaré. (ii) Oraciones condicionales improbables o imaginarias. Las oraciones condicionales
improbables o imaginarias plantean un escenario imaginario o hipotético que no se considera
probable que pueda tener lugar. La oración subordinada (si…) presenta la condición que no se da y
la oración principal lo que esta haría posible. La oración subordinada se conjuga en imperfecto de
subjuntivo y la oración principal en condicional. Ejemplo: Si tuviera/tuviese tiempo, te ayudaría.
Las oraciones condicionales improbables o imaginarias se refieren a sucesos del presente o del
futuro que no se consideran probables que ocurran. (iii) Oraciones condicionales imposibles o
irreales Las oraciones condicionales imposibles o irreales expresan un escenario hipotético pasado
que no tuvo lugar. Ejemplo: Si no hubiera tenido tiempo, no te habría ayudado. Sí tuve tiempo. Si
hubiera tenido tiempo, te habría ayudado. No tuve tiempo. La oración subordinada se conjuga en
pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo y la oración principal en condicional compuesto de
indicativo o en pluscuamperfecto de subjuntivo. Ejemplo: Si hubiera/hubiese tenido tiempo, te
habría/hubiera/hubiese ayudado. (Fuente: https://espanol.lingolia.com/es/gramatica/estructura-de-
la-oracion/oraciones-condicionales)
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mundos posibles son. Porque comúnmente se sostiene que el concepto de un


mundo posible es funcional: los mundos posibles son aquellas cosas que son
aptas para tener ciertos roles en la teorización filosófica sobre la modalidad y
asuntos relacionados. Pero si un filósofo piensa que un cierto rango de roles
debe ser llenado por mundos posibles, mientras que otro cree que los mundos
deben servir para una gama algo diferente de roles, sus explicaciones de qué
cosas son mundos posibles pueden en consecuencia, divergen simplemente
porque los dos filósofos se han centrado en ciertos objetivos que requieren
diferentes ocupantes8.
En un extremo del espectro, Lewis intentó hacer que los mundos posibles
tuvieran una gama extraordinariamente ambiciosa de tareas (para un panorama
completo de los puntos de vista de Lewis sobre los mundos posibles, véase
Lewis, 1986). Lewis afirmó que un mundo posible es un grupo de cosas que
están relacionadas espacio-temporalmente entre sí, y en el cual cada cosa que
se relaciona espacio-temporalmente con alguna otra en ese mundo, también lo
está con sus ocupantes Así, por ejemplo, el mundo actual (real) contiene
precisamente aquellas cosas que se encuentran en una relación espacio-
temporal contigo o conmigo. Lewis usó su explicación no modal de la
naturaleza de mundos posibles para proporcionar un análisis completamente
no modal de las expresiones modales9. También siguió la práctica común de
utilizar el discurso sobre mundos posibles en el análisis semántico formal de
fragmentos de lenguaje natural.

8
No hay una teoría estándar sobre lo que sean los mundos posibles, dados los fines de proveer de
una semántica del vocabulario modal. Pero se los puede postular como herramientas con
independencia de este uso.
9
La concepción de Lewis es realista, cada mundo posible existe en el mismo modo en que existe
este mundo actual (real) pero en otras circunstancias. Esta es una doctrina metafísica que no es
necesaria para el proyecto que el autor propone: un análisis no modal del lenguaje modal –es decir
lo que es llamado un análisis reductivo. Sostiene D. Lewis: Creo que hay mundos posibles diversos del
que de hecho habitamos. Si se quiere un argumento, es este: es una verdad no controvertida que las casas
podrían haber sido diversas de como son. Creo, y lo mismo usted, que las cosas podrían haber sido diferentes
de incontables formas. ;. ¿Pero qué es lo que esto significa? El lenguaje ordinario permite la paráfrasis: hay
muchas formas en que las casas podrían haber sido además de la forma en que son actualmente. Esto es
evidentemente una cuantificación existencial. Dice que hay muchas entidades que caen bajo una cierta
descripción, a saber "formas en que las casas han podido ser ". Creo que las casas podrían haber sido diferentes
en formas incontables. Creo en las paráfrasis permisibles de lo que creo. Tomando la paráfrasis según lo que
aparece de ella, creo, por lo tanto, en la existencia de entidades que podrían ser llamadas "formas en que
podrían ser las casas". Prefiero llamarlas "mundos posibles
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Y él identificó numerosos tipos de entidades que han postulado filósofos y no


filósofos, como ser propiedades y proposiciones, con construcciones
conjuntistas fundadas en mundos posibles y sus habitantes. Otro aspecto
importante de la posición de David Lewis es su negación de que distintos
mundos posibles jamás podrían compartir cualquier habitante. Esto lo llevó a
desarrollar la teoría de la contraparte, según la cual una declaración sobre un
cierto individuo perteneciente a un mundo posible dado w – por ejemplo ‘Kant
tenía barba’ – es verdadera en otro mundo posible w* en el caso que ese
mundo w* contenga una entidad barbuda suficientemente similar a Kant.
Aunque Lewis argumentó con gran virtuosismo que sus posibles mundos
putativos realizarían las varias tareas que consideró y que, por lo tanto,
debemos creer que sus mundos existen, algunos de las consecuencias obvias
de su teoría son tan inverosímiles que pocas personas han estado dispuestas a
aceptar sus conclusiones. Por ejemplo, podría haber burros que hablan.
Entonces, afirma Lewis, hay un grupo de elementos interrelacionados espacio-
temporalmente que incluye un burro parlante. Por lo tanto, un burro parlante
existe incluso si en realidad no existe-actualmente (existe-realmente) ninguno,
es decir, existe un burro parlante incluso si no mantenemos ninguna relación
espacio-temporal con tal bestia.
Lewis puso gran énfasis en núcleo de su teoría de análisis no modal de
locuciones modales y argumentó que ninguno de los principales competidores
de su punto de vista también podría proporcionar un tal análisis. Pero algunos
de sus oponentes se distanciarían de la teoría reduccionista de Lewis. De
hecho, una laguna significativa en la defensa que hace Lewis de su posición es
que él nunca proporcionó una explicación convincente de por qué deberíamos
querer análisis no modales de locuciones modales. Porque a menos que uno ya
esté persuadido de la conveniencia de tales análisis no modales, uno de los
principales supuestas virtudes que Lewis reclamaba para su postura parece en
cambio ser una mera curiosidad.
Siguiendo a van Inwagen (1986), la teoría de Lewis puede calificarse de
concretista10, porque sus mundos posibles y sus habitantes son más concretos
que abstractos. Así, la visión de Lewis contrastaba con la preponderancia de
las explicaciones de los mundos posibles, en las que los mundos posibles se
identifican con elementos abstractos paradigmáticos de un tipo u otro. Por
10
Ya señalamos que también es realista, es decir los mundos posibles son entidades – mega-
entidades- concretas, o en rigor entidades físicas.
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ejemplo, Adams (1974) identificó los mundos posibles con cierto conjunto
especial de proposiciones, en el que asumiera que las proposiciones fueran una
variedad de objeto abstracto11; Plantinga (1974) identificó a los mundos
posibles con cierto tipo de estados de cosas, otro tipo putativo de elemento
abstracto; y Stalnaker (1976) identificó los mundos posibles con una particular
variedad de formas en que las cosas podrían haber sido, que él tomó como una
especie de propiedad.
Teóricos que identifican mundos posibles con entidades abstractas -
abstraccionistas, para usar la terminología de van Inwagen - no necesita
adherir a puntos de vista fuertemente revisionistas sobre qué objetos concretos
existan (sean reales). Ese hecho hace que este enfoque general sea

11
Las teorías estándar de los lógicos sobre las proposiciones las identifican como entidades
abstractas, ya en los manuales de lógica se definen las proposiciones como “Las proposiciones son
verdaderas o falsas; en esto difieren de las preguntas, las órdenes y las exclamaciones. Sólo es
posible afirmar o negar proposiciones. Una pregunta puede responderse, una orden darse y una
exclamación proferirse, pero ninguna de ellas puede ser afirmada o negada, ni se las puede juzgar
como verdaderas o falsas. La gramática divide las formulaciones dadas en el lenguaje a las
proposiciones, las preguntas, las órdenes y las exclamaciones en oraciones declarativas,
interrogativas, imperativas y exclamativas. Estas nociones son familiares.
Es necesario distinguir entre las oraciones declarativas y sus significados. Dos oraciones
declarativas, que constituyen claramente dos oraciones distintas porque están compuestas de
diferentes palabras dispuestas de manera también diferente, pueden tener el mismo significado. Por
ejemplo:
Juan ama a María.
María es amada por Juan.
son dos oraciones diferentes, pues la primera contiene cuatro palabras mientras que la segunda
contiene cinco, la primera comienza con la palabra 'Juan', mientras que la segunda comienza con la
palabra 'María', etc. Sin embargo, las dos oraciones tienen exactamente el mismo significado. Se
acostumbra usar la palabra 'proposición' para designar el significado de una oración declarativa.
La diferencia entre oraciones y proposiciones se pone de manifiesto al observar que una oración
declarativa forma siempre parte de un lenguaje determinado, el lenguaje en el cual es enunciada,
mientras que las proposiciones no son propias de, ninguno de los lenguajes en los cuales pueden
ser formuladas. Las tres oraciones:

Llueve.
II pleut.
Es regnet.

son diferentes, por cierto, pues la primera está en castellano, la segunda en francés y la tercera en
alemán. Sin embargo, tienen todos unos mismos significados. Este significado común es la
proposición de la cual cada una de ellas es una formulación diferente. Al lógico le interesan las
proposiciones, más que las oraciones que las formulan. (Irving Copi, Introducción a la lógica,
Buenos Aires, Edueba, 1969. Pp. 11-12).
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inmediatamente más atractivo que el concretismo de Lewis. Por supuesto, si


los abstraccionistas han de respetar nuestras opiniones modales, ordinarias,
ellos aún deben postular muchos objetos abstractos; cada estado total posible
del mundo debe corresponder a un mundo posible. Pero parece que aceptamos
que el ámbito de las entidades abstractas está inmensamente poblado
(parecemos creer en infinitas colecciones de números, por ejemplo), y ese
hecho puede hacer que nos burlemos menos, tal vez irracionalmente, de las
extensas ontologías que requieren los abstraccionistas en comparación con las
igualmente grandes ontologías concretistas.
No obstante, los abstraccionistas tienen algo de trabajo que hacer si quieren
hacer que los fundamentos ontológicos de sus teorías sean creíbles. El
descubrimiento de Russell de que los principios de la teoría ingenua de
conjuntos son inconsistentes12, muestra que no se puede estar seguro de que
realmente existan elementos abstractos que correspondan a cualquier
apelación intuitiva a un mapa de algún territorio del reino abstracto. Por lo
tanto, los abstraccionistas necesitan persuadirnos que existen las entidades
abstractas que ellos identifican con los mundos posibles.
Para tomar un caso específico, ¿por qué deberíamos creer en los estados de
cosas abstractos que Plantinga equipara con mundos posibles? Como mínimo,
Plantinga debería presentan un caso sólido de que la concepción de los estados
de asuntos que subyace en su enfoque es consistente. Comentarios similares se
aplican a los otros abstraccionistas mencionados anteriormente, Adams y
Stalnaker.
Como se indicó anteriormente en este artículo, Lewis argumentó que las
explicaciones abstraccionistas de los mundos posibles no pueden proporcionar
análisis no modales de declaraciones modales. Entonces, ¿qué pueden hacer
los abstraccionistas con su supuesto mundos posibles? Pueden usarlos para
proporcionar condiciones de verdad para muchas expresiones modales, por un
lado, aunque esas condiciones de verdad no puedan ser expresadas en modo

12
Se refiere a la paradoja que fuera formulada por el lógico y filósofo británico Bertrand Russell, que
se conoce como paradoja de Russell. Básicamente sostiene que si el conjunto de los conjuntos que
no forman parte de sí mismos (es decir, aquel conjunto que engloba a todos aquellos conjuntos que
no están incluidos en sí mismos, como el de "libros" en el ejemplo anterior) forma parte de sí
mismo. La paradoja consiste en que, si no forma parte de sí mismo, pertenece al tipo de conjuntos
que no forman parte de sí mismos y por lo tanto forma parte de sí mismo. Es decir, formará parte de
sí mismo sólo si no forma parte de sí mismo.
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no modal (En la teoría de Adams, por ejemplo, las condiciones de verdad que
se proveen hablarán de un conjunto de proposiciones 'consistente').
Y pueden proporcionar interpretaciones de esas discusiones filosóficas, que,
en lugar de abordar la cuestión de qué sean lo mundos posibles, por el
contrario, dar por sentados los mundos posibles y proceder a enmarcar
argumentos modales y tesis al hablar de ellos. Si bien esas tareas pueden
parecer insignificante en comparación con los usos reduccionistas más
espectaculares de los mundos posibles propuestos por Lewis, no deben
descartarse, como se señaló al principio, la difusión de los mundos posibles a
través de la filosofía reciente se debe, después de todo, a su uso precisamente
en esas maneras y no a una convicción generalizada de que el discurso modal
finalmente se reduzca al no modal.
Un método aparentemente simple, descrito claramente por Lewis en varios
puntos de sus escritos, muchas veces ha guiado las investigaciones filosóficas
sobre la naturaleza de los mundos posibles: se alinean las diversas
concepciones en conflicto; luego se comparan sus costos y beneficios; y uno
opta por el puesto que en general parezca mejor. Pero, aunque esa
metodología parece sencilla, su correcta aplicación requiere una
determinación previa de virtudes y vicios filosóficos, y esta última tarea no es
baladí. Entonces, por ejemplo, ¿cómo se hace para decidir si, en ese análisis,
las teorías no modales de Lewis de los mundos posibles deben ser preferidas a
las teorías modales frecuentemente ofrecidas por los abstraccionistas? ¿Y
cómo vamos a adjudicar las veces demandas contrapuestas de la opinión
modal de sentido común y la elegancia teórica?
Esas y otras preguntas similares quizás han sido un poco descuidadas por los
filósofos de la modalidad, y una mayor investigación de sus respuestas podría
aportar una brisa fresca en un debate que últimamente ha parecido algo
estancado Proliferan los relatos de mundos posibles, pero los intentos de
descubrir qué sea exactamente lo que deberíamos requerir de tales teorías son
sorprendentemente escasos.
Esto sería comprensible si la discusión fuera manifestar un alto grado de
consenso fundado en los objetivos subyacentes, pero esa condición es
evidentemente insatisfecha: lo que parece un imperativo filosófico para un
filósofo - la necesidad de evitar nociones modales primitivas de un tipo u otro,
digamos, o para garantizar que la lógica modal de primer orden tenga ciertas
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características inferenciales- a menudo puede parecer un mero fetiche a otro.


Por supuesto, puede ser que el actual debate simplemente refleja el hecho de
que no podemos aspirar de manera realista a respuestas totalmente
satisfactorias al tipo de preguntas recién identificadas; pero ese pronóstico es
un desaliento que no deberíamos aceptar a la ligera.

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