Tema 5 Resumido Oposición Judicatura

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 13

TEMA 5

El principio y derecho fundamental a la igualdad y la prohibición de


discriminación. El derecho a la vida y a la integridad física y moral. La
libertad ideológica, religiosa y de culto. La protección jurídica de los
extranjeros en España.

1. EL PRINCIPIO Y DERECHO FUNDAMENTAL A LA IGUALDAD Y LA


PROHIBICIÓN DE DISCRIMINACIÓN.

1.1 NORMATIVA INTERNACIONAL


La Declaración universal de los derechos humanos de 1948
establece en su art. 7, "todos son iguales ante la ley y tienen, sin
distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a
igual protección contra toda discriminación que infrinja esta declaración y
contra toda provocación a tal discriminación".
El Convenio europeo de derecho humanos de 1950 lo recoge en su
art. 14, bajo la rúbrica "prohibición de discriminación".
El Pacto internacional de derechos civiles y políticos de 1966, en su
art. 3 da un mandato imperativo a los Estados a fin de garantizar "la igualdad
en el goce de todos los derechos civiles y políticos enunciados en el
presente pacto".
La Carta de derechos fundamentales de la Unión Europea de 2000,
regula en su capítulo III la igualdad, sentando el principio de igualdad y
proscribiendo la discriminación por los motivos que el mismo enumera.

1.2 INTRODUCCIÓN
Existen en nuestra Constitución diversos artículos en los que la idea de
igualdad se manifiesta de forma clara y nítida.
El art. 14 CE establece, "Los españoles son iguales ante la ley, sin
que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento,
raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia
personal o social". Dicho derecho, de conformidad con lo dispuesto en el art.
53.2 CE, está protegido por el recurso de amparo.
El art 1 CE que consagra la igualdad como uno de los valores superiores
del ordenamiento jurídico.
El art. 9.2 CE incide sobre la igualdad en su vertiente material al
disponer que, "CORRESPONDE a los poderes públicos promover las
condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los
grupos en que se integra sean reales y efectivas..."

1
El art. 23.2 CE, que exige que el derecho de acceso a las funciones y
cargos públicos se realice en condiciones de igualdad.
El art, 31.1 CE, que exige la igualdad en el sistema tributario.
El art. 32.1 CE, que consagra la igualdad jurídica de los cónyuges
El art. 39.2 CE, que establece la exigencia de la igualdad de los hijos
ante la ley con independencia de su filiación.
El art. 139.1 CE al disponer que todos los españoles tiene los mismos
derechos y obligaciones en cualquier parte del territorio del Estado.
El art. 149.1.1 CE, que otorga en exclusiva la competencia al Estado
para regular las condiciones básicas que garanticen la igualdad de todos los
españoles en el ejercicio de los derechos y en el cumplimiento de los deberes
constitucionales.

1.3 TITULARIDAD DEL DERECHO


Siguiendo a CABELLOS ESPIÉRREZ, el art, 14 CE se refiere a los
"españoles" como titulares del derecho y ello, hace plantearse dos cuestiones,
la primera si puede extenderse a los extranjeros y la segunda, si se refiere
tanto a las personas físicas como jurídicas.
En cuanto a la primera de las cuestiones, el TC -STC 107/1984-
considera que existen derechos que por su conexión directa con la dignidad de
la persona corresponde por igual a españoles y extranjeros (vida, libertad,
seguridad...etc.), mientras que otros, en consideración a lo establecido en el
art. 13 CE se les reconocerán a los extranjeros en función de lo que dispongan
los tratados y las leyes. (En la última pregunta del tema se aborda la cuestión en
profundidad).

Por lo que se refiere a las personas jurídicas, el TC ha declarado que


la mención genérica a los españoles comprende tanto a las personas físicas
como a las jurídicas, sin perjuicio de que siendo estas últimas una creación del
legislador, pueda introducir al regularlas, alguna condición o límite.

1.4 LA IGUALDAD EN LA LEY


El derecho de los ciudadanos a ser iguales en la ley obliga al autor de la
norma a no diferenciar en ella situaciones que son sustancialmente iguales y a
establecer una adecuada proporcionalidad entre las diferencias que la norma
reconoce y las consecuencias jurídicas que a ellas han de anudarse. Esta
exigencia ha sido recalcada en multitud de ocasiones por el TC -STC 48/1982-
(Rubio Llorente). Por tanto, la igualdad en la ley opera frente al legislador y
frente al poder reglamentario.
El art. 14 CE NO PROHÍBE TODA DIFERENCIA DE TRATO por parte
de los poderes públicos, sino únicamente aquella diferencia de trato que sea

2
discriminatoria, es decir, que no esté justificada objetiva y razonablemente
(Naranjo de la Cruz).

Para decidir si una diferencia de trato está justificada objetiva y


razonablemente deben de cumplirse, siguiendo la doctrina del TC, los
siguientes requisitos:
1. Aportación de un término de comparación, ya que no existe un
derecho a la igualdad en abstracto, sino que se es igual respecto de alguien. El
término de comparación debe de venir constituido por otras situaciones subjetivas homogéneas
y equiparables -STC 75/2011-. En ocasiones, y como excepción, no será necesario aportar el
término de comparación en el caso de discriminaciones indirectas -STC 240/1999-.

2. Una finalidad constitucionalmente admisible. Un trato diferenciado


carente de dicha finalidad es una arbitrariedad.
3. La finalidad debe de ser razonable y congruente con el sistema de
valores y principios constitucionales.
4. Proporcionalidad con el fin perseguido, por lo que deben de
evitarse resultados especialmente gravosos o desmedidos -STC 253/2004-.

1.5 DISCRIMINACIÓN DIRECTA Y DISCRIMINACIÓN INDIRECTA


En materia de discriminación por razón de sexo, se puede distinguir
entre discriminación directa e indirecta. Esta diferencia fue señalada por el
Tribunal Constitucional y recogida por la LO 3/2007.
Dispone el art. 6.1 LO 3/2007, "Se considera discriminación directa
por razón de sexo la situación en que se encuentra una persona que sea,
haya sido o pudiera ser tratada, en atención a su sexo, de manera menos
favorable que otra situación comparable". Establece el art.6.2 "Se considera
discriminación indirecta por razón de sexo la situación en que una
disposición, criterio o práctica aparentemente neutros pone a personas de un
sexo en desventaja particular con respecto a personas del otro, salvo que dicha
disposición, criterio o práctica puedan justificarse objetivamente en atención a
una finalidad legítima y que los medios para alcanzar dicha finalidad sean
necesarios y adecuados".

1.6 DISCRIMINACIÓN INVERSA Y ACCIÓN POSITIVA


Siguiendo a CABELLOS ESPIÉRREZ, la igualdad en la ley supone
tratar de modo igual a los iguales, y desigualmente a los que son desiguales.
Las medidas de discriminación inversa y de acción positiva no son sino dos
formas de llevar la anterior fórmula hasta sus últimas consecuencias. Mediante
dichas medidas la acción de los poderes públicos se dirige a acabar
progresivamente con situaciones que históricamente han venido marcadas por
la discriminación.

3
Las medidas de acción positiva son aquellas que, mediante ayudas,
subvenciones, incentivos y estímulos diversos, se dirigen a mejorar
directamente la situación de los miembros de colectivos tradicionalmente
discriminados por cualquiera de las causas del art. 14 CE, pero sin entrar en
una comparación con otros colectivos o establecer una regulación diferenciada
de unos y otros.
Las medidas de discriminación inversa toman en consideración a
ambos colectivos, el tradicionalmente desfavorecido y el que tradicionalmente
ha gozado de una situación o trato favorable y, al regular una situación que
afecta a ambos, reservan expresamente para el desfavorecido una
determinada cuota o posición, lo que por tanto restringe las posibilidades del
otro colectivo.

1.7 IGUALDAD EN LA APLICACIÓN DE LA LEY


La igualdad en la aplicación de le ley supone examinar como la norma,
con independencia de su contenido, es aplicada por la Administración y por los
órganos judiciales.

La Administración debe tratar igual a quienes se hallen en


situaciones iguales, y quien sostenga que se ha quebrantado dicha regla debe
aportar el necesario término de comparación, esto es, un caso precedente en
que se haya tratado a otro, en igual situación que el reclamante de forma
distinta. Ahora bien, el TC exige que deba darse lo que denomina "IGUALDAD
DE COBERTURA JURÍDICA" de los precedentes invocados respecto de la
actuación que se combate. La STC 62/1987 afirma que un precedente administrativo no
confirmado posteriormente por una resolución judicial no puede prevalecer frente al que ha
obtenido la fuerza que genera la sanción judicial, de modo que el cambio de criterio
administrativo carece de relevancia jurídica cuando éste es confirmado por resoluciones de los
tribunales, que son las competentes para realizar la interpretación y aplicación de la legalidad
ordinaria. (CABELLOS ESPIÉRREZ).

Señala NARANJO DE LA CRUZ que, en cuanto a la aplicación que de


las normas realizan los órganos judiciales, sólo habrá desigualdad en la
aplicación de la ley -STC 13/2011- si se cumplen los siguientes requisitos:
1. Quien alega desigualdad en la aplicación de la ley debe aportar
un término de comparación: otra resolución o resoluciones judiciales con las
que establecer la comparación. Estas resoluciones deben de reunir las
siguientes condiciones:

 Deben ser anteriores, nunca posteriores a la de la persona que alega


desigualdad.
 Han de haber sido dictadas por el mismo órgano judicial, misma Sala y
misma Sección.
 Entre las resoluciones judiciales debe darse el elemento de alteridad. Es
decir, los sujetos afectados por tales resoluciones deben ser distintos.

4
2. La resolución judicial presuntamente lesiva no justifica el cambio de
jurisprudencia respecto de aquella con la que se establece la
comparación.

1.8 LA PROHIBICIÓN DE LA DISCRIMINACIÓN


La igualdad, como derecho público subjetivo ejercitable ante los jueces y
tribunales ordinarios, conlleva la alegación de una discriminación. El art. 14 CE
contiene una enumeración abierta de prohibiciones, ya que, tras efectuar una
detallada enumeración, nacimiento, raza, sexo, religión y opinión, concluye con
una cláusula abierta "cualquier otra condición o circunstancia personal o
social”.
De estas prohibiciones se deriva una exigencia de trato paritario, esto
es, la imposibilidad de establecer normativamente diferencia alguna en razón
de los criterios expresamente mencionados o, posteriormente, la de tomarlos
en consideración a la hora de aplicar las normas (Rubio Llorente).
La STC 39/2002, recoge los requisitos de la prohibición de la
discriminación:

 No es una lista cerrada de presupuestos, sino de todas aquellas


situaciones que puedan producir un tratamiento diferenciado, que se
traduzca en un perjuicio para personas o grupos.
 Esa diferenciación no está justificada ni atiende a fines legítimos.
 No supera el test de racionalidad.
La jurisprudencia del TC relativa a la interdicción de la discriminación es
casuística y exige la determinación caso por caso.

2. DERECHO A LA VIDA Y A LA INTEGRIDAD FÍSICA Y MORAL


2.1 DERECHO A LA VIDA
2.1.1 Introducción
El derecho a la vida se encuentra recogido en el art. 15 CE que
establece que "todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y
moral, sin que en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura, ni a penas
o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de muerte,
salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares en tiempo de
guerra".
El derecho constitucional a la vida tiene un contenido de protección
positiva y no puede ser considerado como un derecho de libertad que incluya el
DERECHO A LA PROPIA MUERTE. No existe en el ordenamiento ningún
derecho a la muerte, habiendo entendido el TC que el art. 15 CE en modo
alguno garantiza el derecho a la propia muerte. En base a lo establecido por el
TC en sus sentencias 120/1990 y 137/1990, puede afirmarse que no existe un
derecho a la muerte que comprenda la facultad de oponerse a actos
5
impeditivos de la Administración de la voluntad de morir de un sujeto que esté
bajo su tutela. En esta línea el TC ha declarado que la Administración
penitenciaria debe velar por la vida de los internos que están a su cargo,
incluso hasta el punto de proceder a la administración forzosa de alimentos
cuando aquellos no sean capaces de hacerlo por sí mismos, y a pesar de que
dicha imposibilidad sea consecuencia de una actuación deliberada como la
huelga (Balaguer Callejón).

2.1.2 El aborto
El derecho a la vida es titularidad de todo ser humano, sin distinción.
Esta afirmación no admite debate alguno, sin embargo, sí existe una viva
discusión en determinar en qué momento comienza la existencia de una
persona que, a partir de ese mismo momento, deviene titular del derecho a la
vida. (APARICIO WILHELMI).
Como señala NARANJO DE LA CRUZ, el TC ha abordado la cuestión en
la STC 33/1985. De ello resulta que, aunque el feto no es titular de la
dimensión subjetiva del derecho fundamental a la vida, sí aparece
comprendido en el ámbito de protección del art. 15 CE en su vertiente objetiva.
En la actualidad, el Código Penal regula esta materia en los arts. 144 a 146
CP, en la redacción que les otorga la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo.
Esta ley, llamada a integrar las previsiones penales, se caracteriza por poner
punto final al sistema de indicaciones y, en su lugar, por adoptar definitivamente
en nuestro país el SISTEMA DE PLAZOS con exigencias de asesoramiento, si
bien previendo una serie de indicaciones adicionales que permiten la interrupción
voluntaria del embarazo fuera de los márgenes legales fijados de carácter
general.

2.1. 3 El suicidio
Ningún ordenamiento constitucional, ni tampoco el nuestro, reconoce su
derecho al suicidio, definido como disponibilidad de cada persona para acabar
voluntariamente con su propia vida. Lógicamente nuestro Derecho, como casi
todos los demás, tipifica como delito la inducción o prestación de ayuda al
suicidio (art. 143 del CP).

2.1.4 La eutanasia.
Se plantea la cuestión de si el art. 15 CE comprende el derecho a una
finalización digna de la vida, a una muerte digna. Ello incide sobre el debate de si
es constitucionalmente legítima la eutanasia. En general se habla de dos tipos
de eutanasia: la pasiva y la activa, teniendo la consideración esta última de un
suicidio asistido.
La LO 3/2021, de 24 de marzo, de regularización de la eutanasia, trata
de conectar ésta con el derecho fundamental a la vida, pero que, a la vez, se
debe cohonestar con otros derechos y bienes, igualmente protegidos

6
constitucionalmente, como son la integridad física y moral de la persona -art. 15
CE-, la dignidad humana -art. 10 CE-, el valor superior de la libertad -art. 1.1
CE-, la libertad ideológica o de conciencia -art. 16 CE o el derecho a la
intimidad -art. 18.1 CE-.

2.1.5 La prohibición de la pena de muerte


El art. 15 CE dispone que «queda abolida la pena de muerte, salvo lo que
puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra». En la
actualidad la pena de muerte se encuentra DEROGADA como consecuencia de
la LO 11/1995. En el año 2009 España ha ratificado el Protocolo nº 13 al
Convenio para la protección de los Derechos Humanos y Libertades
Fundamentales, relativo a la abolición de la pena de muerte en todas las
circunstancias.

2.2 EL DERECHO A LA INTEGRIDAD FÍSICA Y MORAL


El art. 15 CE reconoce, junto al derecho a la vida, que "todos tienen
derecho a la integridad física y moral". Dicho derecho protege, en palabras del
Tribunal Constitucional -STC 120/1990- la inviolabilidad de la persona, no solo
contra ataques dirigidos a lesionar su cuerpo o espíritu, sino también contra toda
clase de intervención en esos bienes que carezca de consentimiento de su
titular.
Para poder apreciar que se encuentra afectado el derecho a la integridad
física y moral, no es necesario que la lesión se haya consumado, sino que basta
con que exista un peligro grave y cierto para la salud del afectado. -STC
220/2005- . Dentro de este ámbito cabe encuadrar aquellas conductas de
ACOSO MORAL EN EL ÁMBITO LABORAL, las cuales pueden, además, incidir
en la integridad moral de la persona, que ve con ello afectada su dignidad
profesional -STC 106/2011-.

2.2.1 Actuaciones en el curso de un proceso penal.


En las denominadas "inspecciones o registros corporales", (cacheos,
inspecciones anales, exámenes ginecológicos, pruebas de alcoholemia) no
resultaría afectado el derecho a la integridad física, dado que no se produce un
menoscabo o lesión del cuerpo -STC 37/1989-, pero sí podría verse afectado el
derecho fundamental a la intimidad corporal protegido por el art. 18 CE.
En cuanto a las "intervenciones corporales” que suponen la extracción del
cuerpo de determinados elementos internos o externos (análisis de sangre, de
orina, pelos), o determinadas actuaciones que puedan afectar a la salud
(radiografías, resonancias magnéticas), el derecho que por norma general se
verá afectado será el de la integridad física -art. 15 CE-. Para que una
intervención corporal no voluntaria sea conforme a la Constitución, exige, según
el TC -STC 207/1996- los siguientes requisitos: a) fin constitucionalmente

7
legítimo; b) respeto al principio de legalidad, c) jurisdiccionalidad, d)
proporcionalidad, e) respeto a la dignidad, f) debe efectuarse por personal
sanitario.
2.2.2 Pruebas biológicas de investigación de la paternidad
El TC ha remarcado el interés social en la determinación de la filiación, al
estar en juego los intereses sucesorios de los hijos, lo cual es objeto de
protección por la Constitución- art. 39.2 CE-, así se manifiesta en la STC 7/1997.
A pesar de ello, refiere el Tribunal Constitucional que cuando la evidencia de la
paternidad pueda obtenerse por otros medios menos lesivos para la integridad
física, no estará autorizado el órgano judicial a disponer la práctica obligatoria de
los análisis sanguíneos -STC 7/1994-´.
2.2.3 Exposición continuada a niveles intensos de ruido.
Afirma el TC -STC 119/2002- que, "si bien es cierto que no todo supuesto
de riesgo o daño para la salud implica una vulneración del art. 15 CE, sin
embargo, cuando los niveles de saturación acústica que deba soportar una
persona, a consecuencia de una acción u omisión de los poderes públicos,
rebasen el umbral a partir del cual se ponga en peligro grave e inmediato la
salud, podrá quedar afectado el derecho garantizado en el artículo 15 CE".

2.2.4 Esterilización de personas incapaces.


La LO 2/2020, de 16 de diciembre, de modificación del CP para la
erradicación de la esterilización forzada o no consentida de personas con
discapacidad incapacitadas judicialmente ha supuesto la derogación del párrafo
segundo del art. 156 CP.

2.2.5 Protección de la salud


El derecho a la protección de la salud se encuentra recogido en el art. 43
CE y contiene en esencia dos manifestaciones:
 la prohibición de experimentación cuando ésta no sea conocida o
desconocida por la persona, lo que puede suponer un atentado contra su
integridad física o moral y,
 el derecho a la integridad física y moral no consiente que se imponga a
una persona asistencia médica en contra de su voluntad, cualesquiera
que fueren los motivos de esa negativa -STC 48/1996-. Existen
excepciones como las ya reseñadas en el caso de relaciones de sujeción
especial como la existente entre la Administración penitenciaria y los
presos sujetos a su custodia.
Debe de tenerse en cuenta el contenido de la Ley 41/2002, de 14 de
noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y
obligaciones en materia de información y documentación.

8
2.2.6 Prohibición de tortura y penas o tratos inhumanos o degradantes.
Recogido en el art. 15 CE, que advierte que nadie puede ser sometido, en
ningún caso. a "tortura ni a penas o tratos inhumanos de degradantes". El
reflejo de eta prohibición se encuentra en la tipificación de los delitos de tortura y
otros delitos contra la integridad moral en los arts. 173 a 177 CP.
La declaración prestada bajo tortura sería una prueba obtenida con
violación de derechos fundamentales y, por ello, radicalmente nula -STC
114/1984-.

3. LA LIBERTAD IDEOLÓGICA, RELIGIOSA Y DE CULTO.


3.1 CONFIGURACIÓN CONSTITUCIONAL Y DESARROLLO LEGISLATIVO
El art. 16 CE dispone, "1. Se GARANTIZA la libertad ideológica,
religiosa y de culto de los individuos y las comunidades, sin más
limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento
del orden público protegido por la ley. 2. Nadie podrá ser obligado a
declarar sobre su ideología, religión o creencias. 3. Ninguna confesión
tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las
creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las
consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las
demás confesiones".
La libertad ideológica carece de desarrollo legal; sin embargo, la libertad
religiosa viene regulada por la LO 7/1980, de libertad religiosa.

3.2 TITULARIDAD
El art. 16 CE reconoce el derecho a la libertad ideológica, religiosa y de
culto a "los individuos y las comunidades". Este concepto incluye a las
personas jurídicas, e incluso grupos de personas que carecen de tal
personalidad jurídica independiente -STC 46/2001-.
En la medida en que se encuentra estrechamente vinculada a la dignidad
de la persona, dicho derecho corresponde a los extranjeros en igualdad de
condiciones.
En cuanto a los menores, el TC -STC 141/2000- afirma que desde la
perspectiva del art. 16 CE los menores de edad son titulares plenos de su
derecho a la libertad de creencias, sin que el ejercicio de los mismos y la facultad
de disponer sobre ellos puedan abandonarse por entero a lo que puedan decidir
aquellos que tengan atribuida, su guardia, custodia o patria potestad.

3.3 LA LIBERTAD IDEOLÓGICA

9
La libertad ideológica, a juicio del TC, presenta en cuanto derecho
subjetivo, una triple dimensión.
 La dimensión interna viene referida a la libre formación de la conciencia
y a la libertad de pensamiento -STC 20/1990-.
 La dimensión externa supone la posibilidad de actuación libre, en base a
sus propias ideas y sin sufrir, por ello, sanción o demerito ni padecer la
compulsión o injerencia de los poderes públicos -STC 20/1990-.
 La dimensión negativa, que actúa como garantía de las dos primeras y
supone conforme a lo establecido en el art. 16.2 CE, que "nadie podrá
ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias".
El TC ha afirmado, de forma reiterada, que el derecho a la libertad ideológica no resulta
por sí sólo suficiente para eximir a los ciudadanos por motivos de conciencia del cumplimiento de
los deberes constitucional o legalmente establecidos, tal es el supuesto del deber de contribuir a
los gastos públicos a través del sistema tributario -STC 160/1987-. La única manifestación
constitucional de este derecho, es el derecho a la objeción de conciencia recogido en el art. 30.3
CE (Navarro de la Cruz).

La dimensión institucional del derecho a la libertad ideológica tiene


como punto de partida la neutralidad del Estado en el plano ideológico.
Los límites a la libertad ideológica se encuentran plasmados en el art.
16.1 CE, "sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para
el mantenimiento del orden público protegido por la ley". Estamos ante un
concepto jurídico indeterminado que deja un amplio margen a su interpretación
por parte de los poderes públicos. Por ello, entiende el TC que este límite debe
entenderse de forma restrictiva -STC 20/1990-.

3.4 LA LIBERTAD RELIGIOSA Y DE CULTO


De forma análoga a la libertad ideológica, la libertad religiosa y de culto
presenta una triple dimensión.
 La dimensión interna garantiza a la persona la existencia de un claustro
íntimo de creencias vinculado a la propia personalidad y dignidad
individual -STC 101/2004-, así como el derecho a gozar de una libertad
plena para adoptar las creencias de su elección.
 La dimensión externa garantiza que el individuo pueda actuar de
acuerdo con sus convicciones religiosas libre de la coacción de los
poderes públicos -STC 46/2001-.
 La dimensión negativa, que actúa como garantía de las dos primeras y
supone conforme a lo establecido en el art. 16.2 CE, que "nadie podrá
ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias".
La dimensión institucional de la libertad religiosa supone que el ESTADO
SE DECLARA ACONFESIONAL, así, dispone el art. 16.3 CE que "ninguna
confesión tendrá carácter estatal". A juicio del TC supone el "presupuesto para
la convivencia pacífica entre las distintas convicciones religiosas existentes en
una sociedad plural y democrática" -STC 177/1996-.

10
Finalmente, el art 16.3 CE establece que "los poderes públicos tendrán
en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán
las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las
demás confesiones". Para el Tribunal Constitucional, este precepto regula un
deber de cooperación del Estado con la Iglesia Católica y demás confesiones y
no un derecho fundamental de los ciudadanos -STC 93/1983-.

4. LA PROTECCIÓN JURÍDICA DE LOS EXTRANJEROS EN ESPAÑA.


4.1 PLANTEAMIENTO GENERAL
Dispone el art. 13.1 y 2 CE, " 1. Los extranjeros gozarán en España de
las libertades públicas que garantiza el presente Título en los términos que
establezcan los tratados y la ley. 2. SOLAMENTE LOS ESPAÑOLES serán
titulares de los derechos reconocidos en el artículo 23, salvo que,
atendiendo a criterios de reciprocidad, pueda establecerse por tratado o
ley para el derecho a sufragio activo o pasivo en las elecciones
municipales".
El TC ha partido de una lectura amplia de la expresión "libertades
públicas", afirmando que no va a tener "obviamente un significado restrictivo, de
manera que los extranjeros disfrutarán, no sólo de las libertades sino también de
los derechos reconocidos en el Título I de la Constitución "-STC 107/1984-.
El TC, ha establecido -STC 107/1984 y 236/2007- una ya clásica teoría
tripartita de los derechos fundamentales de los extranjeros afirmando en primer
lugar que la referencia a libertades públicas ha de entenderse comprensiva de
todos los derechos fundamentales, y, en segundo lugar, que ha de entenderse
que, a los efectos de su titularidad, existen tres tipos de derechos:
1. Derechos que corresponden por igual a los españoles y extranjeros y cuya
regulación ha de ser igual para ambos -formarían parte de este grupo todos los
directamente vinculados a la dignidad de la persona- (derecho a la vida,
integridad física y moral, intimidad...);
2. Derechos que no pertenecen en modo alguno a los extranjeros (los
reconocidos en el art. 23 CE, con la salvedad que contiene el art. 13.2 CE);
3. Derechos que corresponderán o no a los extranjeros según lo dispongan los
tratados y las leyes, siendo entonces admisible la diferencia de trato con los
españoles en cuanto a su ejercicio (Aparicio Pérez).

4.2 REGULACIÓN LEGAL


La regulación legal se contiene en la LO 4/2000, sobre Derechos y
Libertades de los Extranjeros en España y su Integración Social, la cual ha sido
reformada por las Leyes Orgánicas 8/2000, 11/2003, 14/2003, 2/2009 y 10/2011.

11
En cuanto a los derechos fundamentales desarrollados en la Ley, se
puede establecer la siguiente clasificación en función de la situación
administrativa de los extranjeros (Vidal Fueyo):
a) Existen muchos derechos que gozan de titularidad ex constitucional,
aunque no se haga referencia expresa a ellos en la LOE.
b) Tras la reforma operada por la LO 2/2009, la Ley extiende con
independencia de su situación administrativa y, en las mismas condiciones que a
los españoles los siguientes derechos: reunión -art. 6 LOE-, asociación -art. 7
LOE-, derecho a sindicarse libremente o a afiliarse a una organización
profesional -art. 11 LOE- y el derecho de huelga -art. 11 LOE-. También a la
asistencia jurídica gratuita -art. 22 LOE-.
c) A los extranjeros menores de 16 años, con independencia de sus
situación legal o administrativa, el derecho y el deber a la educación -art. 9-1
LO-.
d) La titularidad de otros derechos se encuentra supeditada a que los
extranjeros se encuentren, desde el punto de vista administrativo, legalmente en
España, derecho a la libertad de circulación y de residencia -art. 5 LOE, derecho
al trabajo -art. 36 y ss-
e) Derechos de contenido prestacional, cuya libertad de configuración es
total, al estar recogidos en el Capítulo III del Título I CE.

4.3 LA EXTRADICIÓN
El art. 13.3 CE dispone, " La extradición sólo se concederá en
cumplimiento de un tratado o de la ley, atendiendo al principio de
reciprocidad. Quedan excluidos de la extradición los delitos políticos, no
considerándose como tales los actos de terrorismo".
La ley 4/1985, de 21 de marzo, de extradición pasiva, siguiendo la
directriz marcada por la CE ha excluido de la consideración de delitos políticos a
los actos de terrorismo. En cuanto a la extradición entre los Estados miembros
de la Unión Europea hay que acudir a lo establecido en la Ley 33/2014, de 20
de noviembre, de reconocimiento mutuo de resoluciones penales en la Unión
Europea.

4.4 EL DERECHO DE ASILO


El art. 13.4 CE establece, "La ley establecerá los términos en que los
ciudadanos de otros países y los apátridas podrán gozar del derecho de
asilo en España".
La normativa vigente sobre la materia se recoge en la Ley 12/2009, de 30
de octubre, reguladora del derecho de asilo y de la protección subsidiaria. El
art. 3 de la Ley recoge el concepto de condición de refugiado; mientras que el

12
art. 4 contempla el derecho a la protección subsidiaria. Por su parte, el art. 5
describe los derechos garantizados por la Ley.

13

También podría gustarte