Trabajo Final
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Trabajo Final
En las últimas semanas, las principales noticias deportivas del país giraron en torno a un
tema que viene generando muchas preocupaciones dentro de todos los clubes que
participan en la primera división del fútbol profesional (Liga1): el ofrecimiento y venta de sus
derechos de transmisión. Recordemos que el pasado 9 de agosto, la Federación Peruana
de Fútbol (FPF) emitió un comunicado donde menciona que inició un proceso de licitación
de los derechos televisivos de la Liga1 2023 para encontrar una nueva casa televisora que
emita todos los juegos de la próxima temporada. Sin embargo, esto ha generado posturas
muy divididas entre los actores principales del fútbol en nuestro país: ¿a quién pertenece los
derechos de transmisión?, ¿por qué la FPF realizó la licitación del torneo en Chile?, ¿acaso
el proceso está ligado a la falta de poderes de Agustín Lozano, actual presidente de la FPF,
dentro de registros públicos?
FPF vs clubes, la lucha sobre quién es el dueño de los derechos de
transmisión
“Hasta hace dos años, los clubes podían negociar sus derechos de transmisión de manera
particular, esto porque la Federación le cedió la posibilidad a cada institución de cerrar
contratos con los términos que ellos crean convenientes”, menciona Oscar Paz, periodista
deportivo en Radio Exitosa, acerca del sistema que se viene empleando en el Perú desde
hace muchos años para que todos los juegos de fútbol profesional puedan ser transmitidos
a través de la televisión y así los miles de hinchas, que siguen a los diversos clubes
pertenecientes a la Liga1, puedan alentar a sus respectivos equipos. Y razón no le falta,
pues si revisamos los estatutos que planteó la misma federación y que fueron aprobados,
mediante una asamblea de bases, el pasado octubre del 2021, en el artículo 74, inciso B
dice expresamente: “El 10 % de los derechos que se cobren por transmitir los partidos de
fútbol organizados por las Ligas Departamentales y los clubes, que se disputen en el Perú y
el extranjero se constituirá como patrimonio de la federación”.
Sin embargo, desde la FPF se declara que los derechos de transmisión son de su
exclusividad y que, por lo tanto, al tener el control total de este activo pueden ofrecerlo
como ellos y con quien ellos consideren “aporten lo que el fútbol peruano realmente
merece”. Lo más llamativo de esta situación es la gran contradicción que hay entre lo que
dice la propia federación y sus acciones, puesto que estos estatutos, son los mismos por los
que la FPF luchó para poder inscribirlos dentro de registros públicos y así poder tomar las
decisiones en cuanto a los patrimonios que les corresponde.
Sin embargo, Oscar Paz nos menciona que la licitación debió ser declarada desierta ya que
el objetivo principal de dicho proceso es poder conseguir una nueva casa televisora que
pueda transmitir los juegos de la Liga1. Sin embargo, lo máximo que pudo conseguir la
Federación fue un acuerdo con la empresa 1190 Sports que funciona como un intermediario
para que este último sea el encargado de ofrecer los derechos de transmisión del torneo de
fútbol peruano.
La repentina aparición de 1190 Sports y David Belmar
“Nosotros fuimos invitados al proceso que inició la Federación Peruana de Fútbol con el
apoyo de la consultora Landmark que es un banco de inversión internacional privado y la
compañía Prisma que consiguió poner en marcha el “Canal del fútbol” en Chile, un proyecto
que multiplicó el valor del fútbol chileno en más de 20 veces”, fue lo que nos comentó David
Belmar, uno de los principales gerentes de 1190 Sports, empresa que se hizo acreedora de
los derechos de transmisión. Esta declaración contrasta con la versión que da la FPF
respecto a la aparición de la empresa en mención. Mediante un comunicado el pasado 11
de agosto, la entidad máxima del fútbol local, anunció que había “recibido una muy
interesante oferta” por parte de la empresa 1190, lo más interesante es que para el 23 de
septiembre, nuevamente mediante un comunicado, la federación anuncia que la empresa
encabezada por David Belmar se adjudica con la licitación y que será la encargada de
gestionar los derechos de transmisión de todos los clubes pertenecientes a la primera
división del fútbol profesional.
Vista esta información, asoma un dato importante: Belmar carece de aptitudes para
descifrar el contexto social y económico de un país. Entonces, si no pudo manejarse bien en
su país, Chile, ¿cómo podría operar adecuadamente en un medio que le es ajeno como el
Perú con todas las complejidades y dificultades que existen en el fútbol peruano y en el país
en general?
En suma, la gestión como productor televisivo de David Belmar fue un fracaso económico y
televisivo. Con estos antecedentes, la pregunta se asoma sola: ¿Cómo va a conseguir
David Belmar, el flamante socio de Agustín Lozano, los millones de dólares que necesitan
los 19 clubes del fútbol profesional peruano? ¿Cómo garantiza la obtención de recursos
millonarios si Belmar no tuvo capacidad para mantener un programa televisivo que era un
show de baile?
Quizá por eso, 1190 Sports —su actual emprendimiento— no es capaz de dar respuestas
concretas a las preguntas centrales que le hacen los principales clubes peruanos: cuánto y
de dónde va a obtener el dinero. Las respuestas son evasivas. Nada concreto en un tema
tan delicado como la economía de los esforzados y débiles clubes peruanos.