Marionavisa@filcat - Udl.cat: Deseo (Of Human Boundage, John Cromwell, 1934), Interpretada Por Bette Davis y Leslie
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Marionavisa@filcat - Udl.cat: Deseo (Of Human Boundage, John Cromwell, 1934), Interpretada Por Bette Davis y Leslie
RESUMEN:
La presente comunicación analiza la evolución del personaje femenino en la película Cautivo del
deseo (Of human boundage, John Cromwell, 1934), interpretada por Bette Davis y Leslie
Howard. La mujer protagonista de la historia encarna el papel de una típica femme fatale, que
pasa por diferentes estadios a lo largo de la película, los cuales son analizados en detalle.
Aparece en un principio de forma discreta y positiva para ir poco a poco transformándose en una
mujer fría que humilla al protagonista masculino constantemente. Finalmente, como en otros
finales de películas del cine negro anterior a la II Guerra Mundial, su personaje es castigado por
los guionistas, refugiándola en la locura para llevarla finalmente a la muerte.
PALABRAS CLAVE:
Arquetipo, femme fatale, anti-héroe, mujer
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1. INTRODUCCIÓN
El cine clásico de Hollywood, comprendido entre los años 30 y 40, es una muestra ejemplar de la
presencia y definición del arquetipo masculino y femenino en el inconsciente colectivo. Cómo
dice Jung, los arquetipos son instintos que se manifiestan a través de imágenes simbólicas
(JUNG, 1976). Son formas de pensamiento que se establecieron mucho antes que el hombre
desarrollara una conciencia reflexionadora. Estos arquetipos se transmiten a través del
inconsciente colectivo, que conserva y transmite la herencia común psicológica de la humanidad.
Actualmente, el cine y especialmente los autores más alejados del clasicismo ya no transmite
este inconsciente colectivo, porque las películas son una transferencia de su mundo personal. En
cambio, en el clasicismo encontramos este universo en un estado puro.
Esta comunicación realiza un análisis del arquetipo femenino de la femme fatale en Cautivo del
deseo (Of human boundage, John Cromwell, 1934).
Esta película narra la historia de Philip Carey (Leslie Howard), un joven con un defecto de
malformación en el pie que le imposibilita andar con normalidad. Philip llega a Londres para
estudiar medicina después de una temporada en Paris, donde ha intentado desarrollar una
carrera, sin éxito, como pintor. En Londres se enamora de la camarera Mildred Rogers (Bette
Davis), que no le corresponde, rechazando su proposición de matrimonio. Aún así, Philip la
ayudará una vez ella es abandonada, embarazada, por su marido. A partir de este momento
Mildred estará siempre presente en la vida de Philip, impidiendo que él desarrolle una carrera
profesional y sentimental. Finalmente, Mildred muere y es entonces cuando Philip puede
empezar a rehacer su vida.
La película es una adaptación de la novela de Somerset Maugham Servidumbre humana, escrita
en 1898. El título original de la novela (Of human boundage) es el mismo que el de la película
americana, a pesar de que en la versión española el título es mucho más explícito en cuanto a la
temática, Cautivo del deseo.
La metodología utilizada para estudiar estos personajes parte de las clasificaciones que Gilbert
Durand realizó en su libro Las estructuras antropológicas de lo imaginario, en el que estudió las
motivaciones simbólicas y aportó una clasificación de los grandes símbolos de la imaginación.
Hasta el momento de la publicación del libro, en 1960, había un gran confusión en estos temas
ya que las clasificaciones se habían hecho bajo categorías muy diversas: psicoanálisis, historia
de la religión, antropología... Durand unifica estos símbolos en dos Regímenes, que son los que
enmarcan el esquema general que seguiré para analizar la película. El Régimen Diurno del
imaginario “está pensado contra el semantismo de las tinieblas, de la animalidad y de la caída,
es decir, contra Cronos, el tiempo inmortal” (DURAND,1981:77). En este régimen encontramos
símbolos como el cetro, la espada y las armas cortantes, el sol y los esquemas ascensionales:
las escaleras, las aves diurnas, la lanza o el héroe sauroctono. En cambio el Régimen Nocturno
acoge aquellos símbolos que toman en consideración nuestra condición mortal: la feminidad
benéfica, la madre nutriente, la oscuridad acogedora o el refugio íntimo y tranquilo. “El antídoto
del tiempo ya no se seguirá buscando al nivel sobrehumano de la trascendencia y de la
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pureza de las esencias, sino al de la tranquilizante y cálida intimidad de la sustancia o en las
constantes rítmicas que acompasan fenómenos y accidentes.” (DURAND, 1981: 184).
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única vez en toda la película, Philip mira directamente a cámara, aunque en un brevísimo
instante, para no romper las normas de transparencia del cine clásico. Parece como si nos
pidiese consejo, como si el espectador pudiera ofrecerle una solución. Es un momento de
reflexión, que dará sus frutos porque es justo a partir de esta escena cuando el personaje, a
pesar de la ayuda que siempre le proporcionará, empieza a no querer a Mildred.
En estos momentos Mildred coquetea con él, mostrándose dispuesta a entregarse a él. Pero
Philip ya no quiere tener ninguna relación sentimental con ella, y en una conversación incluso
llega a decirle: "Me das asco Mildred". Ella no lo puede creer. Cuando oye estas palabras, los
ojos le salen de las órbitas, y se enfurece. Durante toda la película, su mirada siempre está
perdida, nunca mira directamente a los ojos de Philip, no utiliza este recurso para cautivarlo. De
hecho, en la primera escena ni se miran. Y en esta vez, cuando queda patente que Philip no la
quiere, ella no sabe dónde mirar, los ojos locos buscan alguna solución recorriendo rápidamente
todos los rincones. En este momento Mildred pierde los papeles. Es una situación que recuerda
a la última escena de Lo que el viento se llevó (Gone with the wind, Victor Fleming, 1939) cuando
Escarlata es abandonada por Rhet Butler. Jaques Siclier dice que Escarlata es arrinconada con
desprecio por Rhet Butler, y que esta dama por primera vez rechazada no tiene más alternativa
que la locura, que convertirse, con los años, en la desequilibrada Blanche Dubois de Un tranvía
llamado deseo ( A Streetcar named desire, Elia Kazan, 1951). Esta sentencia es discutible si
tomamos como referencia otras películas, pero en el caso de la Bette Davis de Cautivo del
deseo, la mujer queda también totalmente anulada a partir de este momento. Un primer instante
de locura y, a partir de este momento, también la degradación del personaje a causa de una
enfermedad. Cada vez aparecerá menos tiempo en pantalla y su influencia sobre Philip irá
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desapareciendo. Es cierto que mientras Mildred viva su poder sobre él será muy importante,
impidiendo que el personaje masculino se desarrolle con normalidad, pero es a partir del
momento en que él verbaliza su desprecio (que no quiere decir que lo sienta) cuando la
narración toma un cariz distinto.
Una muerte cruel, ya que la heroína fatal que ha dominado al hombre a su voluntad durante todo
el filme termina siendo reducida a un papel roto: su historial médico desgarrado y tirado en el
suelo. De hecho, a medida que ha estado enferma, ha ido disminuyendo su presencia en
pantalla. Su degradación es un proceso en fuera de campo. De este modo, no deja ninguna
posibilidad de que el espectador sienta compasión, de que la comprenda, y tampoco ella se
puede explicar. No hay opción de ninguna transformación ni evolución del personaje.
6. CONCLUSIONES
La heroína de esta película, Bette Davis, es malvada de principio a fin y no aparece ninguna
posibilidad de ser salvada.
La muerte de Mildred es la muerte de una femme fatale diurna, ya que no se intuye en Mildred
ningún indicio de una posible transformación en femme fatale nocturna, consciente de su papel.
Ningún instante para la reflexión para ver en ella una feminidad diferente, la que podría salvarla.
Mildred desaparece progresivamente en la película y en ningún momento se muestra compasión
por ella. Posiblemente, su personaje no tiene redención final porque no hemos visto ninguna
chispa de amor en su interior. Ha actuado por despecho en todo el filme, sin ningún objetivo
claro.
Castigarla con la muerte es sin duda una solución extrema. Lo único que ha hecho Mildred es
complicar la vida de Philip, pero de manera involuntaria, no es una heroína maquinadora. Mildred
realmente no quiere nada de Philip. Es él quien cae accidentalmente en sus manos, y Mildred lo
gobierna porque las circunstancias y él mismo lo permiten, una vez se ha enamorado
perdidamente de ella. La historia que cuenta esta película es incluso banal si lo miramos así. Lo
que sorprende, a la vez que es el auténtico reflejo del arquetipo femenino de la época, es la
negatividad con que Hollywood trata a Mildred. Queda bien claro que en la época no había
espacio para una heroína solar que renuncia a los lazos del tiempo.
BIBLIOGRAFÍA
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Bou, Núria; Pérez, Xavier. (2000): El temps de l’heroi. Èpica i masculinitat en el cinema de
Hollywood, Paidós, Barcelona.
Bou, Núria. (1996): La mirada en el temps. Mite i passió en el cinema de Hollywood., Ed. 62,
Barcelona.
BOU, Núria. (2004): Deeses i tombes. Mites femenins en el cinema de Hollywood, Ed. Proa,
Barcelona.
Siclier, Jaques. (1956): Le mythe de la femme dans le cinéma americain, Les Editions du Cerf,
Paris.
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