Guillermo Del Toro y Su Cuento de Hadas

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El maestro Tolkien en su ensayo Sobre los cuentos de hadas, explicaba como el cuento

de hadas (reducido en el mundo moderno a literatura infantil), es una alta forma de


literatura que reencuentra al hombre caído con el mundo del Mito, entonces el cuento de
hadas es el camino del hombre a la Trascendencia con lo divino.
La supervivencia del cuento de hadas se vuelve vital sobre todo en una época de extremo
racionalismo e industrializada.
Guillermo del Toro es sin duda uno de los más sobresalientes directores que ha dado el
cine mexicano, poseedor de una gran imaginación y un talento para la creación de reinos
mágicos y monstruos.
Uno puede disfrutar las películas del director tapatío, no obstante el cine de del Toro es un
cine al servicio de los oligarcas de Hollywood y su agenda globalista (de no ser así no
hubiera ganado un Oscar, ni tuviera el éxito que tiene), en el que su cine está enfocado a
la distorsión del cuento de hadas tradicional.
La película de 2008 Hellboy 2: The Golden Army, segunda parte de su malograda trilogía
dedicada al comic de Mike Mignola, es interesante porque nos muestra un conflicto entre
la humanidad (representada mayormente por la sociedad yanqui) contra el mundo mágico
de las hadas y los elfos.
El conflicto se debe a la destrucción por parte de los humanos del medio ambiente, la
sobrepoblación de humanos y la desaparición del reino de las hadas, el príncipe Nuada
busca revivir el Ejército de Oro para destruir a la humanidad y crear una nueva Edad de
Oro.
Hellboy a pesar de que no es humanos—y estos lo tratan como un fenómeno—decide
ponerse del lado de esa civilización americana moderna sobre el mundo de las hadas.
La historia es en sí una subversión de la mitología de Tolkien, en su obra existía una
defensa de la naturaleza y del Mito, en la historia de Del Toro se invierte este papel, tanto
la naturaleza como los personajes mágicos son los enemigos, mientras que los
personajes que representan al “bien” protegen la civilización moderna y su humanidad
degradada.
Entonces los elfos criaturas asociadas al Bien en los mitos de Tolkien son los villanos, el
mundo luminoso invertido mientras que un demonio es el bueno.
Fuera de Estados Unidos, del Toro dirigió dos películas en España, ambas ambientadas
en la Guerra Civil, El Espinazo del diablo y El Laberinto del Fauno, esta última ambientada
en el año 1944 cuando la totalidad de España ya estaba bajo el control de Franco y solo
quedaban pocos reductos comunistas.
Como muchas otras películas ambientadas en esa época, las dos películas tienen un
contenido político orientado hacia la izquierda, donde los comunistas son los buenos
mientras que los franquistas son el mal absoluto.
Es irónico como del Toro siente simpatías por el bando comunista, la ideología comunista
y el mundo del Mito son incompatibles.
El comunismo es una ideología materialista, racionalista e igualatoria que niega cualquier
forma de espiritualidad—incluidos los cuentos de hadas—los regímenes comunistas se
dedicaron a perseguir cualquier forma considerada “supersticiosa”, como el cristianismo,
el chamanismo siberiano, el budismo tibetano.
El Laberinto del Fauno película ganadora de diversos premios, aclamada por la crítica,
con una fotografía impecable eso sí pero no deja de ser un producto hecho para los
intelectuales burgueses salidos de caras y prestigiosas universidades, para los críticos
más esnobs y claro las oligarquías del mundo del cine, la película tiene un furioso
mensaje profeministas y es un ataque a la figura paterna.
El villano es un militar, representación de la España franquista, un hombre que va al
campo en compañía de su hija adoptiva Ofelia, de su esposa embarazada por la cual no
siente menor preocupación más que porque espera a su hijo.
La madre no debería hacer el viaje pero el padre la obliga porque como menciona “Un hijo
debe nacer donde está su padre”, dejando ya claro que la paternidad está representada
por el mal.
La película está dividida en dos niveles: por una parte la trama realista con el general
Vidal buscando a los pocos partisanos que quedan y esperando el nacimiento de su hijo,
la segunda es Ofelia y su búsqueda para regresar al mundo mágico.
Al principio de la película nos cuenta que la hija del Rey del Inframundo fue a la superficie,
la luz solar la dejo abrumada, haciéndole perder la moría, desde entonces vaga perdida
por el mundo de los hombres.
Nótese aquí la inversión, el sol, la luz, símbolos claramente masculinos que representan
el camino hacia la Trascendencia, hacia el Logos (la suprema inteligencia), son invertidos
y representan confusión y la pérdida de memoria de la protagonista.
La niña será guiada por un fauno, un personaje de apariencia claramente siniestra y
satánica para realizar tres pruebas para demostrar que es digna de regresar al
Inframundo.
El mensaje aquí en claramente contra iniciático, en todas las Tradiciones Verdaderas—
como los cuentos de hadas—el hombre, el ser humano va en un camino hacia lo
Trascendente, es una renovación del hombre caído hacia el Logos, hacia el reino del Mito
y lo divino, hacia la luz.
En esta película se invierte, aquí la protagonista busca descender al reino de las tinieblas,
al Inframundo—símbolo femenino—aconsejada por una representación diabólica.
El fauno es una criatura en los mitos romanos asociado a la naturaleza, como dios de los
pastores, tiene una relación con el dios griego Pan, tanto el fauno como Pan están
relacionados con los aspectos más oscuros de la naturaleza, su culto este definido
principalmente por los ritos orgiásticos, por su título en inglés Pan’s Labyrinth podemos
intuir que el fauno se trata del mismo Pan.
Hace algún tiempo leí en alguna revista que del Toro tuvo influencia en el relato El Gran
Dios Pan de Arthur Machen pero mientras que en el relato de Machen Pan es la
Encarnación del Mal, una entidad espiritual que corrompe espiritualmente y físicamente a
quienes entran en contacto con él, en la película de del Toro se invierte y es un maestro
para la niña.
Es bastante siniestro como una criatura que representa los instintos sexuales más
oscuros este al lado de una niña aconsejándola para ir al Inframundo, con todos los casos
de pedofilia que se han expuesto en Hollywood, esto resulta verdaderamente perturbador.
No digo que del Toro o los involucrados con esta película sean unos pedófilos, pero
resulta un simbolismo inquietante.
Entonces vemos a Pan guiando a la niña al reino de las tinieblas, cuando en todas las
Tradiciones, religiones solares e incluso en el camino de la mano izquierda, se busca
llegar a la luz (este último atravesando la oscuridad), mientras que en el mundo humano
la heroína guerrillera antes de matar al padre militar le dice que su hijo nunca conocerá a
su padre, el mensaje es claro: el padre ha muerto y el feminismo ha triunfado.
La Forma del Agua película de 2017 y que le dio a del Toro un Oscar como mejor director,
es hasta la fecha su película más políticamente correcta hablando.
La película narra la relación amorosa y sexual entre una mujer y un monstruo, mientras
que el villano es una inversión del héroe americano y del héroe mítico, es un hombre
blanco, heterosexual, un militar, mientras que el monstruo es una criatura noble, tiene las
cualidades del bien para hacerlo simpático en la audiencia.
En los relatos de terror de antaño de la era pulp era habitual tramas de mujeres siendo
acosadas o violadas por monstruos y entidades de otros mundos—el ejemplo más famoso
seria La Sombra sobre Insmoth de Lovecraft—era el deber del héroe rescatar a la
doncella del monstruo, al mismo tiempo estas historias son un reflejo de los mitos donde
el héroe vence al monstruo.
No es la primera vez que del Toro muestra una relación entre una mujer y un monstruo,
anteriormente en las dos películas de Hellboy lo mostro pero en esta última película de
forma más explícita.
En la narrativa pulp los monstruos violaban a las mujeres por lujuria o para engendrar una
estirpe de monstruos, ocurría en cultos degenerados entregados a estos seres pero en la
película de del Toro, la heroína desea al monstruo, se entrega a él por lujuria, el sexo con
monstruos es deseable y positivo en la narrativa hollywoodense.
En el cuento de hadas tradicional el héroe mata al monstruo pero en la subversión el
monstruo es el héroe, el objeto de culto, la sociedad moderna ha rechazado el culto a los
héroes por el del culto a los monstruos.
Lo vemos también en el cine de Tim Burton, el monstruo es solo un ser incomprendido, el
monstruo es bueno, el monstruo es el verdadero héroe.
Es la completa distorsión del cuento de hadas tradicional, Hollywood crea sus propios
cuentos de hadas con modernidad, feminismo, subversión para ir destruyendo la mente
del espectador, en donde Guillermo del Toro es participe.
Hemos sido llevados a un culto al monstruo y con ello a una nueva edad oscura, el
monstruo ha regresado y con ello los sacrificios de niños y animales, la esclavitud mental.
Este es el reino de Moloch y Hollywood es su portavoz.
Debemos regresar al cuento de hadas tradicional, a los viejos Mitos, contar a los niños los
viejos cuentos de hadas, a las historias de Tolkien, donde el héroe mata al monstruo, el
cuento de hadas es una verdadera rebelión contra el mundo moderno donde predomina la
fealdad y la monstruosidad sobre la belleza.

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