Mercancias Culturales. Libros Europeos e
Mercancias Culturales. Libros Europeos e
Mercancias Culturales. Libros Europeos e
net/publication/312610976
CITATION READS
1 76
1 author:
SEE PROFILE
All content following this page was uploaded by Iván Molina Jiménez on 23 January 2017.
Summary: This article analyzes the develop- dounidenses: al viajar por Centroamérica después
ment of printed culture in Central America during de 1821, vivieron el proceso de difusión de los li-
the nineteenth century. Within this context, it is bros profanos. El acceso a obras de este tipo fue
explored the foundation of nationallibraries in El muy limitado durante la época colonial, una con-
Salvador, Nicaragua and Costa Rica, and the va- dición que obedeció más a la pequeñez del merca-
riety of books that these institutions have kept. do que al control de las autoridades. Los títulos
prohibidos, casi siempre vinculados con la Ilustra-
ción, circularon muy poco: en el ocaso del siglo
Resumen: En este artículo, se analiza el desa- XVIII, el tráfico se concentró en Guatemala y se
rrollo de la cultura impresa en Centroamérica du- basó en tan escasos ejemplares que no era excep-
rante el siglo XIX. En este contexto, se explora la cionalla copia manuscrita.'
fundación de las bibliotecas nacionales en El Sal- El contexto descrito varió después de la inde-
vador, Nicaragua y Costa Rica, y se examina el ti- pendencia: a partir de 1821, con la venida de ex-
po de libros que tales instituciones poseían. tranjeros, el crecimiento urbano y los avances -so-
cial y étnicamente limitados- en la alfabetización,
se ampliaron y diversificaron las audiencias de lec-
El viajero alemán Julius Froebel, quien visitó tores. La oferta de libros, otrora servida por los co-
Nicaragua entre 1850 y 1851, fue agradablemente merciantes, se especializó al abrir sus puertas las
impresionado por un médico de Granada, el cual primeras librerías, en Granada (1840) y en San José
(1856).3 El texto devoto (novenas, breviarios y ca-
" ... siendo inclinado a la metafísica se sentía enorme- tecismos) cedió espacio en esos locales a las obras
mente atraído por la filosofía alemana, en la cual se ha-
científicas, a los tratados filosóficos y económicos
bía iniciado leyendo libros franceses llegados de algún
modo a Nicaragua. «Los alemanes», apuntó, «tienen un ya las novelas de Walter Scott y Eugenio Sue.'
gran filósofo llamado Schlegel autor de un libro titulado El período posterior a 1821 fue escenario de
Filosofia de la Vida. Y tienen otro gran filósofo de ape- otro cambio vital: la difusión de la imprenta; en
llido Hegel, pero a éste es muy difícil entenderlo» ...los efecto, durante la época colonial, únicamente
más abstractos metafísicos de Alemania no debieran ol-
Guatemala dispuso de esa tecnología, que se trajo
vidar, y en especial si tienen la desgracia de ser traduci-
dos al francés, que pueden causar perjuicios en Nicara- de México en 1660, empezó a operar bajo la di-
gua." rección de José de Pineda Ibarra y se consagró al
tiraje de textos escolásticos y devotos.' La expe-
La sorpresa de Froebel fue parecida a la de riencia de los países vecinos fue en extremo tar-
otros científicos y aventureros europeos y esta- día: el aparato se introdujo en El Salvador en
La descripción de las librerías josefinas de co- se el arte o la literatura costarricense? Yo, Dios me lo
mienzos del siglo XX ,que efectuó el escritor sal- perdone, me imagino que nunca ... nuestro pueblo es
sandio, sin gracia alguna, desprovisto de toda poesía y
vadoreño, Alberto Masferrer, es elocuente; des-
originalidad que puedan dar nacimiento siquiera a una
pués de una estadía en Costa Rica, acotó: pobre sensación artística...'?'
"...no hay libro bueno que no se encuentre, ni lujosa El desprecio por lo propio, que se transparenta
edición que falte para recreo de la vista y el espíritu. en el exabrupto de Fernández Guardia, lo era a la
Todo Hugo, Rabelais, Taine, Macaulay, de Lisie, Carly-
le, Goethe y Heine; los griegos en ediciones económi- vez por la cultura popular, siempre lista a desafiar
cas francesas; el arsenal completo de Schopenhauer, los el esfuerzo civilizador del Estado liberal, que se
clásicos ingleses, la biblioteca entera de Rivadeneira. aventuró a corregir el lenguaje diario de los hijos
La masa, claro está, se deleita con el admirable Ponson de campesinos, artesanos y obreros. El profesor
du Terrail y con el exquisito Montepin; mas los escogi- Alberto Brenes, al prologar sus Ejercicios grama-
dos leen de veras, y a la mano tienen las grandes pro-
ducciones del ingenio humano.'?" ticales, un texto escolar editado en el San José de
1887 por la tipografía estatal, advertía con verda-
El espacio que les quedó a los tempranos escri- dero orgullo:
tores nacionales fue ínfimo: sin fondos y faltos de
estímulo, entre el escepticismo y el desprecio, fue- "...hemos tratado ... la corrección de los provincialismos
que a nuestro juicio contribuyen a viciar en nuestro país
ron a veces el eje de vivos debates, por ejemplo el
la lengua castellana ... Nosotros los americanos, alejados
que provocó la exposición internacional que se ce- del centro donde se habla con más pureza nuestro idio-
lebraría en Santiago en septiembre de 1875. La ma, debemos poner particular empeño en su cultivo, pa-
Junta de Granada, al preparar el catálogo de lo que ra que no se degenere y se convierta en una jeringoza
se enviaría a Chile, advirtió que el país carecía de informe y falta de unidad.""
obras literarias dignas de ser exhibidas, ya que
La experiencia costarricense fue similar a la de
" ...las reducidas ... que hoi van formando nuestra
El Salvador y la de Nicaragua: en los tres países,
Biblioteca Nacional están incompletas para osten-
la tipografía estatal, comprometida con el afán eu-
tarlas en un país progresista por escelencia ..."18 El
ropeizador de los liberales, se concentró en el tira-
7 de agosto de 1875, en la Gaceta de Nicaragua,
je de textos oficiales y de obras útiles. El quehacer
la severa decisión de la Junta fue cuestionada
literario, de escaso interés para la cultura oficial,
fuertemente:
obligó a los escritores de poesía y ficción a agen-
"si tenemos obras literarias aunque pocas é incompletas, ciarse los más variados tipos de financiamiento
como dice la Junta, debieron enviarse para dar una idea para editar sus libros en las imprentas privadas,
de lo que somos... Ni se diga tampoco que carecemos una opción cuya cristalización era difícil. El poeta
de obras ó que las que hai son incompletas. Las obras Rubén Darío, al evaluar en 1908 el caso nicara-
de Rosales hacen honor á Centro América. Los opúscu- güense, admitía con franqueza y amargura que,
los que sobre varias materias i en distintas ocasiones
publicaron Zavala, Benavente, Buitrago, Zepeda, Jua- pese a la
res, Guerrero, Cortés, Selva, Ayón, Estrada i otros tan-
tos hombres eminentes... no son... [indignos] de figurar "...abundancia de materia prima... el ambiente es hostil,
en una Biblioteca..."·' las condiciones de existencia no son propicias, y la me-
jor planta mental que comienza en un triunfo de brotes
La actitud de la Junta no era excepcional. El se seca al poco tiempo. La impresión de libros... casi es
escritor costarricense, Ricardo Fernández Guardia nula. La producción de literatos y de poetas ha tenido
que desaparecer entre las colecciones de diarios y de
(1867-1950), fue quizá un caso extremo: tras cur- una que otra revista de precaria vida... Nada queda de
sar la escuela en París, volvió a San José en 1878; los pasados cultores de las letras..."23
en junio de 1894, después de otras estadías en Eu-
ropa, W afirmaba: El desprecio por el escritor nacional se asoció
con la queja por el crecimiento de las ocupaciones
"...se dice el arte griego, el arte romano, la literatura parasitarias: abogados y empleados públicos. El
.francesa, las letras españolas. ¿Y cuándo... podría decir- costarricense Carlos Gagini, ya en 1894, culpaba a
326 IV ÁN MOLINA JIMÉNEZ
la educación secundaria de fomentar esas profe- segundo piso de una casa ubicada enfrente del
siones y de quitar " ...brazos a la agricultura, por- mercado; en 1889, se trasladó a otra vivienda, ad-
que los jóvenes del campo trasladados a las ciuda- quirida en 70.000 colones, cuyo acondicionamien-
des se avergüenzan de volver a las faenas agríco- to -en la primera década del siglo XX- costó
las ... y hasta de sus rústicos padres.'?' La opinión 98.435 colones. El Correo de España, en abril de
que unos años después oyó Alberto Masferrer fue 1909, aseguraba:
parecida; un abogado de San José le dijo:
"el edificio es una elegante construcción de aspecto se-
"Costa Rica no necesita literatos sino agricultores. Bra- vero y adecuado al fin á que se destina. Su fachada prin-
zos para laborar nuestras tierras, y no artistas.'?' cipal, con el busto de Minerva y relieves simbólicos de
las ciencias y artes, dibujos del maestro [español, To-
El desafío de los escritores de El Salvador, Ni- más] Povedano, demuestran claramente al exterior ser
un lugar reservado al estudio de aquellas.'?'
caragua y Costa Rica, en las últimas décadas del
siglo XIX, fue construir una identidad colectiva La procedencia de los libros en las bibliotecas
propia y viable, que los diferenciara de los euro- de los tres países se identifica en el Cuadro l. El
peos y, a las vez, les permitiera ser aceptados en grueso provenía de Europa: en su conjunto, el
sus países de origen; legitimar sus específicas op- 89,5 por ciento de los títulos y el 90,9 por ciento
ciones estéticas e ideológicas, un fin cuyo carácter de los volúmenes. Los principales abastecedores,
vital se evidenció con el ascenso del Modernis- en el caso de El Salvador, fueron Francia (1.111
mo;" y diversificar y ampliar el mercado cultural títulos), Italia (656 títulos) y España (280 títulos).
para garantizar la impresión, circulación y consu- La falta de datos para Nicaragua y Costa Rica im-
mo de sus productos." La ejecución de tal empre- pide precisar el cálculo, pero es verosímil que la
sa urgía en el contexto cosmopolita de la época, el mayoría de las obras tuviera un pie de imprenta
cual pesó en las bibliotecas nacionales abiertas en español o francés, una tendencia favorecida por la
San Salvador, Managua y San José. inmigración de impresores y libreros catalanes a
La Biblioteca Nacional de El Salvador se fundó San José."
el 5 de julio de 1870. El poeta nicaragüense, Juan La influencia de la cultura impresa de otros
Felipe Toruño, afirma que para montarla, el Esta- países de América Latina era muy escasa: destaca-
do compró la colección particular del cardenal ban los impresos en México y Chile, esencialmen-
Mambruschini, ex-bibliotecario del Vaticano, te obras de carácter jurídico, que inspiraron el es-
compuesta por unos seis mil volúmenes." La de fuerzo codificador de los Estados liberales del ist-
Nicaragua se abrió doce años más tarde, el 1 de mo en el último tercio del siglo XIX. Lo editado
junio de 1882, con un corpus de inferior tamaño al en Estados Unidos tampoco tenía un peso signifi-
salvadoreño, y con un gasto total -inclusive el mo- cativo: usualmente, se trataba de informes oficia-
biliario- de 15.000 pesos." La institución, un bie- les, de datos estadísticos o de estudios científicos.
nio después, procuraba ya ampliar sus fondos do- El texto centroamericano era todavía menos fre-
cumentales; en octubre de 1884, en la Gaceta Ofi- cuente: el Cuadro 2 traza una ínfima presencia de
cial se avisaba: los libros y folletos publicados en el área, en cuen-
ta de la producción propia.
"en la Biblioteca Nacional se compran colecciones de
periódicos del país de años anteriores al de 1867."" La limitada circulación ístmica de las obras
centroamericanas tenía dos fuentes básicas: el cos-
El caso costarricense fue más tardío y diferen- mopolitismo de las burguesías y de los intelectua-
te: en 1888, el Estado cerró la Universidad de les, europeizados y nacionalistas a la vez; y el po-
Santo Tomás, fundada en 1843, y dispuso que la bre atractivo mercantil de 10 que se editaba en el
colección del ya extinto claustro, compuesta por área, por 10 cual existía poco interés de las libre-
casi 3.500 volúmenes, se convirtiera en la base de rías locales en traer esos textos y ofrecerlos en
la Biblioteca Nacional." La primera sede de tal venta. La excepción sin duda fue la poesía daria-
institución fue poco impresionante y solemne: el nao El periódico El Heraldo publicó, en octubre de
MERCANCíAS CULTURALES 327
Cuadro I
Fuente: Palacios, Rafael, Catálogo alfabético y por materias de todos los libros que contiene la Biblioteca Nacional (San Salvador,
Imprenta de "El Cometa", 1887). Biblioteca Nacional, Catálogo General (Managua, Tipografía de Managua, 1882). Archivo Na-
cional de Costa Rica. Educación. Exp. 95 (1888), ff. 1-40.
1891, un aviso que aprovechaba la estadía del cé- nacional. El grueso de los textos impresos en el
lebre poeta en San José: istmo, a partir de 1821, brillaba por su ausencia en
colecciones de volúmenes escritos en francés, in-
"Azul... El libro de moda. Se vende en la librería de glés, latín, alemán e italiano.
Montero. Hay pocos ejemplares.'?' El porcentaje de libros en español era, según el
Cuadro 3, muy bajo en El Salvador y más elevado
El escritor centroamericano, sin embargo, rara
en los casos de Nicaragua y Costa Rica. El princi-
vez veía sus libros catalogados en la categoría "de
pal idioma extranjero era el francés; pero en la bi-
moda": aunque en periódicos y revistas se solía
blioteca de San Salvador, destacaban el latín y el
informar sobre el tiraje de tal o cual título, la es-
italiano; y en la de San José, sobresalía el alemán,
trategia publicitaria de las librerías enfatizaba en
un énfasis que obedecía a varias donaciones de
la promoción de las obras europeas. La orienta-
obras efectuadas por inmigrantes de ese origen. El
ción de las bibliotecas no era muy diferente: en
trasfondo cardenalicio de la colección salvadoreña
sus estantes, la cultura universal, identificada con
explica que dispusiera de textos escritos en una
la del Viejo Mundo, aventajaba ampliamente a la
Cuadro 2
Cuadro 3
Período El Salvador Nicaragua
Porcentaje de títulos y volúmenes en español en las bibliotecas Títulos Volúmenes Títulos Volúmenes
nacionales de El Salvador (1887),
Nicaragua (1882) y Costa Rica (1888)
1450-1499 2 2
1500-1549 11 11
1550-1599 81 110
Biblioteca Títulos Porcentaje Volúmenes Porcentaje 1600-1649 83 91
en español en español 1650-1699 110 143
1700-1749 128 471
1750-1799 334 1223 14 51
El Salvador 2680 23,2 6801 20,3 1800-1849 759 2501 156 596
Nicaragua 2099 49,2 4678 44,1 1850y + 1066 2115 1834 3537
Costa Rica 1579 51,7 3484 45,4 No aparece 106 134 95 494
El título más antiguo que poseía la biblioteca 1699. La dos obras más antiguas de esa colección
nicaragüense era Década de las Indias, de Anto- eran venecianas; de carácter teológico, fueron pu-
nio de Herrera y Tordesillas, impreso en 1726. La blicadas una en 1477 y la otra en 1491: Opus res-
de Costa Rica, en 1909 y de acuerdo con el Co- titutionum usurarum et excomunicationum, de
rreo de España. tenía Platea, y de Heremita J. Cassianus, Vigintiquator
collationes sanctorum patrum conscripte. El Sal-
"...ejemplares notables de gran valor bibliográfico y que vador del café poseía dos de los primeros libros
se remontan á los primeros tiempos de la imprenta, co- impresos en Venecia, una urbe a la que se exten-
mo por ejemplo. la Gramática latina de Nebrija (1500),
dió el invento de Gutenberg en 1469.37
la Biblia de Ferrara (1602) y otras muchas ediciones de
autores griegos y latinos de los siglos XVII y XVIII."" La invención de la nación, en los distintos paí-
ses centroamericanos, fue un proceso caracteriza-
El caso de El Salvador, sin embargo, no es fá- do por una decisiva extroversión cultural. La iden-
cilmente comparable. El Cuadro 4 descubre un tidad nacional se construyó a la luz de los modelos
contraste claro: a diferencia de la biblioteca de Ni- europeos. La composición de las bibliotecas de
caragua, en la cual prevalecía 10 editado de 1850 Nicaragua, El Salvador y Costa Rica, a fines del
en adelante, en la salvadoreña la ventaja corres- siglo XIX, no fue la excepción. El libro extranje-
pondía a 10 impreso de 1849 para atrás. El catálo- ro, escrito en un idioma distinto del español, pre-
go de 1888, falto de las fechas de edición, impide valecía en sus estantes cosmopolitas. La consulta
clasificar la colección de Costa Rica, pero es facti- de obras, sin embargo, no fue disuadida por tal én-
ble que su cronología se pareciera a la nicaragüen- fasis. La colección nicaragüense fue visitada, en-
se. La Universidad de Santo Tomás efectuó, entre tre junio y noviembre de 1889, por unas 12 perso-
1844 y 1886, diversas compras de libros en Euro- nas por día." El promedio diario para la de Costa
pa, orientadas por un definido criterio de adquirir Rica fue de 30 lectores en julio de 1904.39
10 más actualizado." La asistencia era típicamente estudiantil. Los
La capital de un pequeño -y socialmente opre- niños y jóvenes descubrieron que las bibliotecas,
sivo- país centroamericano podía ufanarse, en aparte de ofrecerles qué leer, constituían un diver-
1887, de disponer de 287 títulos en 357 volúme- tido e inusual espacio de sociabilidad, cuyo acento
nes editados entre el último tercio del siglo XV y en el silencio y el orden invitaba precisamente a la
MERCANCÍAS CULTURALES 329
transgresión. Esta dinámica enfadó a un adulto el libro -europeo o nacional- comenzó a ser dispu-
que publicó, en julio de 1903, una queja en La tado, con creciente éxito, por las películas de Esta-
Prensa Libre: dos Unidos."
res en Costa Rica (1800-1950) (San José, Plumsock acaloradamente sobre la conveniencia de emplear el
Mesoamerican Studies y Editorial Porvenir, 1994), pp. lenguaje popular en sus obras. Quesada, La formación,
145-165. Kinloch, Frances, "El canal interoceánico en pp. 97-129. Rojas, Margarita, et al., La casa paterna.
el imaginario nacional. Nicaragua, siglo XIX". Instituto Escritura y nación en Costa Rica (San José, Editorial
de Historia de Nicaragua, Taller de Historia. Nación y Universidad de Costa Rica, 1994), pp. 71-74; ídem, El
etnia. Managua, No. 6 (julio de 1994), pp. 39-55. Fu- último baluarte del imperio (San José, Editorial Costa
mero, Patricia, "De la iniciativa individual a la cultura Rica, 1995), pp. 32-38.
oficial: el caso del General José Dolores Estrada en la 23. Darío, Rubén, El viaje a Nicaragua e intermez-
Nicaragua de la década de 1870". Molina, Iván y Fume- zo tropical (Managua, Editorial Nueva Nicaragua,
ro, Patricia, Cultura y sociedad en Costa Rica y Nicara- 1987), pp. 147-148.
gua (1821-1914) (en prensa). 24. Gagini, Carlos, Al través de mi vida (San José,
10. Alvarenga, Patricia, "Reshaping the ethics of Editorial Costa Rica, 1961), p. 120.
power. A history of violence in westem rural El Salva- 25. Masferrer, Hombres, p. 295. Masferrer propuso
dor. 1880-1932" (Ph. D. diss., University of Wisconsin, en 1922 fundar una biblioteca municipal en cada pobla-
1994). Pérez, Héctor, "Indians, communist and pea- ción de El Salvador. El artículo termina con una lista se-
sants: The 1932 rebellion in El Salvador". Rosberry, lecta de 100 títulos, de los cuales únicamente 4 son de es-
William, Gudmundson, Lowell y Samper, Mario, Cof- critores de América Latina: el mexicano Juan de Dios Pe-
fee, society and power in Latin America (Baltimore, za, los salvadoreños Francisco Gavidia y Arturo Ambro-
The Johns Hopkins University Press, 1995), pp. 232- gi y el guatemalteco José Milla. Curiosamente, descartó a
261. Gould, Jeffrey, "«!Vana ilusión!» The highlands Rubén Darío. Masferrer, Alberto, Páginas escogidas
indians and the myth of Nicaragua mestiza, 1880- (Buenos Aires, Ediciones Jackson, 1947), pp. 41-43.
1925". Hispanic American Historical Review. 73: 3 26. Beverly, John y Zimmerman, Marc, Literature
(August, 1993), pp. 405-406. and politics in the Central American revolutions (Aus-
11. Acuña, "Nación y clase obrera", pp. 145-165. tin, University of Texas Press, 1990), pp. 54-59.
12. Molina, Iván, Costa Rica (1800-1850). El lega- 27. Rama, Angel, Rubén Darío y el modernismo
do colonial y la génesis del capitalismo (San José, Edi- (Caracas, Alfadil, 1985), pp. 49-79.
torial Universidad de Costa Rica, 1991). 28. Toruño, Juan Felipe, Desarrollo literario de El
13. El Valle Central se extiende de Turrialba en el Salvador (San Salvador, Ministerio de Cultura, 1957),
este a San Ramón en el oeste y consta de unos 100 kiló- p. 151. Escamilla Saavedra, Julio, "Breve historia de la
metros de largo por unos 20 kilómetros de ancho. Biblioteca Nacional de El Salvador". Anaqueles. San
14. Newland, Carlos, La educación elemental en Salvador, No. 1 (julio 1971-diciembre 1972), pp. 9-21.
Hispanoamérica: desde la independencia hasta la cen- 29. Halftermeyer, Gratus, Historia de Managua (Ma-
tralización de los sistemas educativos nacionales". His- nagua, Talleres Nacionales, 1959), p. 115. Zepeda Henrí-
panic American Historical Review. 71: 2 (May, 1991), quez, Eduardo, "Escorzo histórico de nuestra Biblioteca
p. 359. Bums, E. Bradford, "The intellectual infraes- Nacional". Revista Conservadora del Pensamiento Cen-
tructure of modemization in El Salvador, 1870-1900". troamericano. Managua, vol. 21 (1969), pp. 5-6.
The Americas. XLI: 3 (January, 1985), p. 65. 30. Gaceta Oficial, 15 de octubre de 1884, p. 319.
15. Molina, Iván y Palmer, Steven, Héroes al gusto 31. González, Paulino, La Universidad de Santo To-
y libros de moda. Sociedad y cambio cultural en Costa más (San José, Editorial Universidad de Costa Rica,
Rica (1750-1900) (San José, Plumsock Mesoamerican 1989). Obregón, Edgar A., Miguel Obregón (San José,
Studies y Editorial Porvenir, 1992). Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes, 1974), pp.
16. Molina, El que quiera divertirse, pp. 131-211. 178-183. Zeledón, Marco Tulio, "Notas para la historia
17. Masferrer, Alberto, Hombres, ciudades, paisa- de la Biblioteca Nacional". Hipocampo. San José, No. 5
jes, t. 11 (San Salvador, Universidad Autónoma de El (1969), pp. 29-52.
Salvador, 1949), p. 298. 32. Correo de España, 2 de abril de 1909, pp. 1-2.
18. Gaceta de Nicaragua, 7 de agosto de 1875, p. La construcción de un edificio para la Biblioteca Nacio-
327. nal de El Salvador se propuso en 1930. López Valleci-
19. Gaceta de Nicaragua, 7 de agosto de 1875, p. 110s,Italo, El periodismo en El Salvador (San Salvador,
327. UCA Editores, 1987), pp. 255-256.
20. Sotela, Rogelio, Valores literarios de Costa Ri- 33. Molina, El que quiera divertirse, pp. 131-166.
ca (San José, Imprenta Alsina, 1920), p. 38. Varios de estos empresarios vendían también en los
21. Quesada Soto, Alvaro, La formación de la na- otros países del istmo.
rrativa nacional costarricense (1890-1910). Enfoque 34. El Heraldo, 11 de octubre de 1891, p. 1.
histórico social (San José, Editorial Universidad de 35. Correo de España, 2 de abril de 1909, p. 2. Los
Costa Rica, 1986), p. 98. títulos citados no figuran en el inventario de 1888.
22. Dobles Segreda, 1ndice, t. 11, p. 25. Los escrito- 36. Molina, El que quiera divertirse, pp. 75-101.
res costarricenses de fines del siglo XIX discutieron 37. Houston, R. A., Literacy in early Modern Euro-
MERCANCÍAS CULTURALES 331
pe. Culture & education, 1500-1800 (New York, Long- 40. La Prensa Libre, 16 de julio de 1903, p. 4.
man, 1988), p. 156. 41. Acuña, Víctor Hugo, ed., Historia general de
38. Gaceta Oficial, 4 de diciembre de 1889, p. 766. Centroamérica, t. IV. Las repúblicas agroexportadoras
39. Las Noticias, 25 de julio de 1904, p. 3. El pro- (Madrid, FLACSO-Quinto Centenario, 1993), pp. 255-
medio diario de lectores atendidos en la Biblioteca Na- 323.
cional de Costa Rica se elevó de 200 a 500 entre 1910 y 42. López Vallecillos, El periodismo, p. 199.
1914. Gólcher, Erika, "El mundo de las imágenes: per- 43. Marranghello, Daniel, El cine en Costa Rica
cepción del sector gobernante de Estados Unidos y Eu- 1903-1920 (San José, Jiménez y Tanzi, 1988).
ropa Occidental" (Tesis de Maestría en Historia, Uni-
versidad de Costa Rica, 1988), pp. 134-137.