Hielo Ardiente y Denso

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¡ HIELO ARDIENTE Y DENSO !

El agua es una sustancia maravillosa, no sólo por lo que representa para la vida tal como la
conocemos, sino también por sus interesantísimas propiedades. En nuestra experiencia cotidiana
estamos acostumbrados a verla en tres estados: agua líquida, hielo, y vapor de agua. Es algo tan
común a nuestra existencia que de hecho la escala Celsius toma como referencia para el 0 y el
100 las temperaturas a la que se produce el cambio de fase sólido/líquido y líquido/gaseoso
respectivamente.

El agua sólida o hielo es polimorfo y presenta varias modificaciones cristalinas que exhiben
diferentes propiedades físicas y estructurales. La variedad más común y a la que estamos
acostumbrados es la que se conoce como hielo Ih, en la que las moléculas de agua se
estructuran de manera tetraédrica, en virtud del enlace de hidrógeno. Por esto, las moléculas de
agua no se amontonan de manera compacta, sino que están espaciadas; por lo tanto, la
densidad del hielo es menor que la del agua (alrededor de 0.9 g/cm3). La ‘h’ hace referencia a
que la organización de los cristales es hexagonal.

Fuera de la Tierra, en otros planetas o en satélites en los que las condiciones de presión y de
temperatura son diferentes, el hielo puede adoptar otras estructuras más compactas:

o hielo II (ortorrómbica centrado, densidad aprox. 1,2).


o hielo III (tetragonal, densidad aprox. 1,1).
o hielo V (monoclínica de base centrada, densidad aprox. 1,2).
o hielo VI (tetragonal, densidad aprox. 1,3).
o hielo VII (cúbico sencilla, densidad aprox. 1,7).
o hielo VIII (tetragonal centrada, densidad aprox. 1,6).

Diagrama de fases para el agua a altas presiones.


Si se inspecciona el diagrama de fases, se puede apreciar que con presiones muy altas, la
fusión del hielo es bastante caliente (hielos VI y VII). Se trata de un hecho muy sorprendente
con respecto a lo que estamos acostumbrados: en determinadas circunstancias extremas de
presión, el agua se congela a pesar de tener temperaturas que harían que se evaporara
inmediatamente, de estar en condiciones ambientales normales. La producción de estas exóticas
variedades de hielo es algo que se puede hacer desde hace décadas, aunque a medida que los
medios técnicos lo va permitiendo, se van explorando condiciones cada vez más extremas.

Un experimento de este tipo es el que han realizado en los Laboratorios Sandia, en Albuquerque,
Nuevo Méjico. Concretamente han estudiado la formación de hielo VII, un hielo de estructura
cúbica que, de acuerdo con el diagrama de fases, tiene un punto triple con el agua líquida y el
hielo VI, a 81.6°C y 22,000 atmósferas, una presión formidable que requiere medios técnicos muy
importantes para ser alcanzada. El método seguido ha sido emplear la máquina Z, un formidable
acelerador que ha sido capaz de producir la más alta temperatura jamás registrada: más de 2,000
millones de grados kelvin, superior a la del interior de la mayoría de las estrellas.

En el experimento reseñado, se ha utilizado la máquina para comprimir extraordinariamente una


fina capa de agua de 25 micras de espesor. Las altas temperaturas generadas volatilizan parte del
agua, generando ondas de choque que comprimen el líquido en un rango de entre 50,000 y
120,000 atmósferas. En estas situaciones, el agua líquida se congela inmediatamente, en un
tiempo cuyo orden es de nanosegundos.

Este tipo de estudios son interesantes por varios motivos de índole tecnológica y científica. En
particular, esta línea de investigación puede ayudar a aclarar cuáles son exactamente las fases
del agua en condiciones extremas. Esto es importante ya que por ejemplo, algunas simulaciones
indican la existencia de un estado denominado agua metálica: en este estado, los electrones se
mueven libremente por el material, como en los metales, lo que hace que sea conductor. Las
condiciones necesarias para que se produzca este estado son de unos 4000 K de temperatura, y
unos 100 GPa de presión, lo que abre la puerta a que pueda darse en el interior de planetas
gigantes gaseosos como Neptuno.

En el campo de la tecnología de alimentos, se han realizado estudios de congelación utilizando


altas presiones, para conseguir otros tipos de hielo de menor volumen específico que el hielo
común, por lo que es de esperar que provocarían menor daño en los tejidos.

Fuchigami y col (1996, 1998), reportaron el estudio de congelaciones asistidas con presión, de
tofu, zanahoria, col china y gel de agar, con la formación de hielos III, V y VI. Los investigadores
comprobaron que las congelaciones con hielos III y V, ocasionaban menos daños histológicos y
de textura, que las que se hacían con hielo I, debido al menor volumen específico de los hielos
densos, por lo que forman cristales de menor tamaño.

Por último, una alternativa interesante, es la congelación con hielo VI sin necesidad de frío, ya
que a 9000 atm, el agua cristaliza a hielo VI a temperatura ambiente.

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