Dialogamos para Llegar A Acuerdos.
Dialogamos para Llegar A Acuerdos.
Dialogamos para Llegar A Acuerdos.
Al encontrarnos en medio
de un conflicto, cada uno de
nosotros reaccionamos de manera
distinta, dependiendo del contexto
en que se dé.
No nos comportamos de
igual manera si el conflicto se da en
la familia, entre compañeros o entre
amigos, a veces nos da temor
enojarnos o que se dañen las relaciones con las personas o los grupos con los que entramos en
conflicto. Los otros también tienen diversas sensaciones y pensamientos, así que es necesario
aclarar lo que nos sucede y dialogar buscando una solución pacífica.
Telesecundaria
Acomodarse o ceder. Priorizas la relación con la otra persona y a
menudo olvidas tus intereses, cediendo demasiado.
En el fondo, cada uno de los estilos puede ser válido, dependiendo del contexto. Por
ejemplo, si la causa del conflicto no es importante, uno puede optar por acomodarse; en cambio,
esta postura no sería adecuada si se refiere a cuestión de principios, donde convendría más un
estilo competitivo, negociador o de colaboración. Lo difícil es saber cuándo corresponde aplicar un
estilo u otro. Una pauta que puede ayudar en esto es lo siguiente: cuanto más importante sea una
relación, más importante será aprender a colaborar y preocuparse por ambas partes.
NEGOCIACIÓN Y DIALOGO
La negociación está compuesta por una serie de actividades
Telesecundaria
complejas o “movimientos” que la gente fomenta para resolver sus
diferencias y solucionar el conflicto; este proceso sigue una serie de
etapas en las que han de considerarse los siguientes elementos
generales:
LA MEDIACIÓN
Es un proceso que trata de aislar temporalmente los
problemas en disputa con objeto de encontrar opciones, considerar
alternativas y llegar a un acuerdo mutuo que se ajuste a sus
necesidades, está más orientada hacia la forma en que las partes
pueden resolver el conflicto y crear un plan, que a las historias
personales.
La mediación necesita de la participación de las partes
enfrentadas; sin esa implicación de las partes, la mediación no puede existir. En la fase de
prenegociación tiene que ayudar a crear una atmósfera adecuada activa que debe ayudar a vencer
obstáculos para una negociación productiva.
La función de la persona mediadora es la de reconciliar los intereses de las partes en
litigio, buscar un equilibrio de poder que conduzca a ajustes, ayudar a las partes a examinar su
futuro y sus intereses o necesidades, y a negociar el intercambio de promesas y relaciones que les
serán mutuamente satisfactorias.
La práctica de la mediación, a cualquier nivel de las relaciones humanas, supone un
aprendizaje y un adiestramiento en la resolución positiva de los conflictos. Tiene mucho que ver,
por ello, con la educación para una cultura de paz, puesto que cuando
solucionamos un conflicto adquirimos la capacidad de solucionar otros futuros
conflictos, sea de la misma temática o de otra diferente (transferencia de
aprendizaje).
La mediación es además un proceso que activa la participación de las
personas para solucionar sus propios conflictos; nos interpela y nos invita a
buscar soluciones. Aunque sea una técnica, es también una forma de ampliar el
sistema de relaciones sociales, una cultura del compromiso y del diálogo, una
conducta ética, en la medida que es un ejercicio de respeto, de empatía,
de confianza, y hasta de solidaridad.
La mediación, por tanto, tiene un alto potencial educativo,
puesto que “tiende a favorecer conductas autónomas, a actuar según
reglas que consensuamos y construimos, a hacernos responsables de
nuestras propias disputas, tanto en lo que las motivó como en la manera
de resolverlas”.