Vih y Sifilis en El Embarazo
Vih y Sifilis en El Embarazo
Vih y Sifilis en El Embarazo
PRUEBAS DE DIAGNOSTICO
PRUEBAS DE TAMIZAJE:
o Pruebas rápidas: 1º 2º y 3º generaciòn
o Elisa
PRUEBAS CONFIRMATORIAS: permiten confirmar la infección por VIH.
o Western Blot
o Detecciòn del àcido nucleico viral
PRUEBAS DE SEGUIMIENTO: Se utilizan para el seguimiento del paciente infectado y
evaluar la eficacia del tratamiento ARV.
o Contaje de Linfocitos T CD4: monitorea la evolución de la respuesta
inmunológica
o Carga viral: cuantifica la cantidad del virus que existe en una muestra.
tratamiento.
CV plasmática
CV en leche materna
Deterioro inmunológico
Presencia de mastitis
Lesiones sangrantes en los pezones
Erociones de la mucosa oral del niño
Primoinfecciòn durante la lactancia
En caso de resultar no reactiva la primera evaluación, se debe repetir a las 34, 36 semanas y
en la labor de parto (por la posibilidad de período de ventana o infeccción durante el
embarazo).
La tasa natural de transmisión de madre a hijo del 25% al 40%. Con un adecuado manejo se
puede reducir a 0%- 2%.
• Cesárea programada
• No lactancia materna
Los ARV en la mujer embarazada con VIH se administran desde el momento del diagnóstico y
se continúan indefinidamente.
AZT 2mg/kg en Dextrosa al 5% completando 100cc y pasar en una hora + NVP de 200 mg dosis
única, via oral y continuar con una infusión continua intravenosa de AZT 1 mg/kg/hora en
Dextrosa al 5% hasta clampear el cordón.
En caso de no disponer de AZT intravenoso, se debe administrar cada tres horas 300 mg de
AZT vía oral, iniciándose 12 horas antes de la cesárea y mantenerse hasta el nacimiento.
MUJERES CON VIH QUE HAN RECIBIDO TRATAMIENTO Y QUE SE PRESENTAN EN TRABAJO
DE PARTO
ANTICONCEPCION
En principio y en condiciones generales TODAS las mujeres deberían recurrir a un método dual
con el objetivo de protegerse y proteger a sus parejas de la infección por VIH, o cepas distintas
del VIH, y de otras ITS.
La esterilización F o M pueden ser considerados solo cuando los deseos genésicos de la pareja
hayan sido cumplidos.
SIFILIS EN EL EMBARAZO
Se desarrolla en etapas agudas asintomáticas o sintomáticas hasta infecciones crónicas
causantes de graves secuelas y discapacidades, si no es detectada y tratada adecuadamente.
La sífilis congénita es el resultado de la transmisión de la infección por vía perinatal al RN, que
puede ocurrir por paso transplacentario o durante el paso a través del canal del parto.
Toda mujer embarazada, puérpera o con aborto reciente, con evidencia clínica de úlcera
genital o lesiones compatibles con sífilis secundaria y/o pruebas serológicas reactivas, que no
ha recibido tratamiento o el tratamiento no ha sido adecuado para sífilis durante la presente
gestación.
Todo niño, aborto o mortinato, cuya madre tiene evidencia clínica de úlcera genital o lesiones
compatibles con sífilis secundaria y/o prueba reactiva para sifilis durante la gestación, parto o
puerperio, que no haya sido tratada o haya sido tratada inadecuadamente (tratamiento
incompleto o con medicamento diferente a la penicilina benzatínica de 2 400 000 UI).
• Todo niño con una o varias manifestaciones clínicas sugestivas de SC al examen físico y/o
evidencia radiográfica de SC y/o resultado positivo de una prueba treponémica o no
treponémica.
• Todo neonato con títulos de RPR/VDRL cuatro veces mayor que los títulos de la madre. Por
ejemplo, de 1:4 en la madre a 1:16 en el neonato.
DIAGNOSTICO
Se realiza mediante pruebas serológicas, que deben hacerse en la primera visita de control
prenatal.
Si es negativa, se debe repetir durante el tercer trimestre y al momento del parto o puerperio
previo al alta.
Después del cuarto mes de embarazo, el feto está expuesto a una espiroquetemia más alta. La
respuesta inmunológica humoral de la madre, por iniciarse más tardíamente, no será
suficiente para disminuir el daño fetal y puede derivar en muerte fetal intrauterina alrededor
de la semana 20 de gestación o en enfermedad grave del recién nacido.
SEGUIMIENTO
A todas las gestantes que recibieron tratamiento para sífilis se les debe realizar un seguimiento
con pruebas serológicas no treponémicas cuantitativas (RPR o VDRL) a los tres y seis meses
(con el mismo método y, de ser posible, en el mismo laboratorio).
• Que la prueba se torne no reactiva, o el título de esta disminuya por lo menos en dos
diluciones a los tres meses, y que sea menor de 1:8 a los seis meses.