Huamaní MF
Huamaní MF
Huamaní MF
UNIDAD DE POSGRADO
TESIS
Para optar el Grado Académico de Magister en Derecho con mención en
Derecho Civil y Comercial
AUTOR
Francisco Solano Huamaní Mendoza
Lima – Perú
2013
1
Dedicatoria:
El presente trabajo de investigación lo
dedico a mis padres Amador Huamanì y
Micaela Mendoza que en paz descansen, a
mis hermanos, a todos mis hijos y a mi
esposa Martha Herrera Javo, a esta última
por haberme incentivado en todo momento.
2
RESUMEN
SUMMARY
INTRODUCCIÓN
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN.
CAPITULO 1: INTRODUCCIÓN.
1.1. Situación Problemática…………………………………………………....8.
1.2. Formulación de Problema…………………………………………: …...16.
1.3. Justificación Teórica……………………………………………………...17.
1.4. Justificación Práctica……………………………………………………..17.
1.5. Objetivos…………………………………………………………………....18.
1.5.1. Objetivo general.
1.5.2. Objetivos específicos.
CAPITULO 3: METODOLOGÍA
3.1. Tipo y Nivel de Investigación………………………………………….135.
3.2. Método y Diseño de la Investigación…………………………………137.
3.3. Procedimiento Metodológico…………………………………………. 138.
3.4. Técnicas de Investigación……………………………………………..139.
CAPITULO 5: IMPACTOS.
CONCLUSIONES………………………………………………………………173.
RECOMENDACIONES………………………………………………………..175.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍA……………………………………………..177.
ANEXOS………………………………………………………………………..186.
CASO Nº 1: Casación Nº 452-2007- Lima………………………….187.
CASO Nº 2: Casación Nº 1757-2009- Arequipa .............................191.
CASO Nº 3: Casación Nº 2587-2005-Lima…………………………194.
CASO Nº 4: Casación Nº 2080-2001- Lima ………………………..196.
CASO Nº 5: Casación Nº 881-99- Ica .............................................198.
CASO Nº 6: Exp. Nº 53822-97- Lima………………………………..199.
Exp. Nº 53822-97-Lima…………………………………200.
Casación Nº 765-99-Lima………………………………201.
CASO Nº 7: Resolución Nº 252-98-ORLC/TR.................................203.
CASO Nº 8: Resolución Nº 212-98-ORLC/TR.................................206.
8
CAPITULO 1: INTRODUCCIÓN1
1. 1. SITUACIÓN PROBLEMÁTICA
1
La Presente Tesis es una Investigación Teórico- Dogmático, cuyo desarrollo se ha
adecuado a la Estructura establecido en el Anexo 2 de la “Directiva para el Procedimiento
de la Elaboración de la Tesis para la Obtención del Grado de Magíster o Doctor”, aprobado
por Resolución Directoral Nº 080-EPG-2010.
2
VIDAL RAMÍREZ, Fernando (2011), “El Acto Jurídico” (8ª edición), Lima-Perú, Editorial
Gaceta Jurídica, p. 353: “En conclusión, el Código Civil no tiene más normas de
interpretación que las reseñadas y salvo respecto de la interpretación de los contratos, la
hermenéutica de la generalidad de los actos jurídicos debe hacerse sobre la base de las
normas de los artículos 168, 169 y 170, incluyendo los testamentos”
9
El artículo 168 establece que: “El acto jurídico debe ser interpretado de
acuerdo con lo que se haya expresado en él y según el principio de la buena
fe”.
3
VIDAL RAMÍREZ, Fernando (2011), “El Acto Jurídico” (8ª ed.), Ob., Cit., Pág. 339.
VIDAL RAMÍREZ, Fernando (2007), “La Interpretación del Contrato en el Derecho
Peruano”; en: VV AA, Carlos Alberto Soto Coaguila (Director), “Tratado de la Interpretación
del Contrato en América Latina”, Tomo III, Lima Perú, Editorial Grijley, Pág. 1646.
11
Por otro lado, cabe señalar que el artículo alude al principio de buena fe en
la interpretación de los negocios jurídicos, lo cual significa que no se está
refiriendo a la buena fe subjetiva, sino a la buena fe objetiva, caracterizada
por el comportamiento correcto del sujeto que es percibido por la contraparte
o por los demás (buena fe, lealtad, probidad, confianza o comportamiento).
De acuerdo con este principio, toda cláusula dudosa o poco clara debe ser
interpretada de manera tal que guarde consistencia con todo el conjunto del
acto jurídico; esto es, que lo que se interpreta de la cláusula dudosa es su
significación en forma coherente con el conjunto del texto del negocio,
tomando acto jurídico como una unidad indivisible.
El artículo 170 regula: “las expresiones que tengan varios sentidos deben
entenderse en el más adecuado a la naturaleza y objeto del acto”.
1.1. 2. Otros artículos del Código Civil sobre interpretación del negocio
jurídico.
4
GALGANO, Francesco (1999), “El Crepúsculo del Negocio Jurídico”. En: VVAA, BETTI,
Emilio y Otros (2001), “Teoría General del Negocio Jurídico” (4 estudios fundamentales),
Lima-Perú, ARA Editores, Pág. 79; afirma “Aquí el contrato y el hecho ilícito son concebidos
como especies de géneros más amplios: del género del acto jurídico, el primero; del género
del hecho jurídico, el segundo”.
14
Este artículo señala una forma distinta de interpretar los contratos, cuando
se trata que el contrato ha sido redactada por una de las partes, lo cual no
15
se tiene regulado en los articulados del libro del acto jurídico, pese a que por
la naturaleza de la regulación genérica de los actos o negocios jurídicos, de
este tipo de normatividad debería estar en el Libro II: Acto Jurídico del
Código Civil.
Este artículo dispone que “si el precio de una transferencia se fija parte en
dinero y parte en otro bien, se calificará el contrato de acuerdo con la
intención manifiesta de los contratantes, independientemente de la
denominación que se le dé. Si no constan la intención de las partes, el
contrato es de permuta cuando el valor del bien es igual o excede al del
dinero; y de compraventa, si es menor”.
Este artículo señala que “las disposiciones del derecho extranjero aplicable
se interpretan de acuerdo al sistema al que pertenezcan”.
1. 3. JUSTIFICACIÓN TEÓRICA.
1. 4. JUSTIFICACIÓN PRÁCTICA.
1. 5. OBJETIVOS.
2.1.1. Introducción.
Ahora bien, una vez señalada el contenido del presente capítulo, iniciaremos
nuestro análisis, dando a continuación las nociones generales que se tiene
sobre el término de interpretación; luego analizaremos los diversos sistemas
o teorías de la interpretación del negocio jurídico.
5
El estudio del conocimiento científico es el tema de la disciplina filosófica llamada
Epistemología. (BARRIGA HERNÁNDEZ, Carlos, “Epistemología”, Lima Perú, UNMSM
2006, Pag.23).
20
6
COUTURE, Eduardo J., “Estudios de Derecho Procesal Civil”, Tomo III. Ediciones
Depalma. Tercera edición, 1979, Buenos Aires – Argentina, Pág., 15. Este jurista uruguayo
nos dice que “la voz latina interpretari deriva de interpres que significa mediador, corredor,
intermediario”. VIDAL RAMIREZ, Fernando (2011), “El Acto Jurídico”, Lima-Perú, 8va.
Edición, Editorial Gaceta Jurídica, Pág., 335. DÍEZ PICAZO, Luís (1973) “Experiencias
Jurídicas y Teoría del Derecho”, Madrid-España, Editorial Ariel, Pág. 225; por su parte
este autor explica “que la locución latina “inter-pres” procede del griego “meta fraxtes” e
indica al que se coloca entre dos que hablan para hacer conocer a cada uno de ellos lo que
el otro ha dicho o está diciendo. En este amplio sentido, la palabra se utiliza hoy entre
nosotros para designar al traductor que se sitúa entre dos personas que hablan lenguajes o
idiomas distintos”. GARCÍA TOMA, Víctor (2007), “Introducción a las Ciencias
Jurídicas”: Lima- Perú, 2da. Edición, Jurista Editores, Pág. 385; este autor refiere la
expresión interpretación procede la voz latina interpretari, que significa “venir en ayuda de
algo o de alguien”. Esta acepción en su momento, se justificaba, ya que los pontífices y,
posteriormente, los jurisconsultos intervenían en auxilio de las personas, develando – los
primeros- lo venidero por la “lectura” de la entrañas de los animales, o brindando – los
segundos- los alcances de un texto jurídico.
7
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA (2001). “Diccionario de la Lengua española” (Tomo II).
Madrid España, 22° Edición, Editorial Espasa Calpe S.A. Pág. 1293.
8
CABANELLAS, Guillermo (1992). “Repertorio Jurídico de Principios Generales del
Derecho, Locuciones, Máximas y Aforismos Latinos y Castellanos”. Buenos Aires –
Argentina, 4ta. Edición ampliada, Editorial Heliasta SRL.,Pág. 309
9
Como por ejemplo “La Interpretación de los Sueños” de Sgmund FREUD
10
“Para entender la Biblia, no podemos fiarnos de cualquier predicador que la tira por su
lado, Debemos recibirla tal como la entiende la Iglesia católica, que fundaron los apóstoles y
que siempre se fijó en sus normas” (La Biblia, edición XXIII 1995, España, editorial Verbo
Divino, Pág.5).
21
11
HINESTROSA, Fernando (2007) “Presentación”. En: SOTO COAGUILA, Carlos A.,
Tratado de la Interpretación del Contrato en América Latina, Tomo III, Lima Perú, Editorial
Grijley, Pág. XXXI.
12
FLUME, Werner (1998), “El Negocio Jurídico”, Madrid España, Parte General del
Derecho Civil, Tomo Segundo, 4ta. Edición no modificada, Traducción: José María Miquel
Gonzales y Esther Gómez Calle, Fundación Cultural del Notariado, Pág. 352.
22
13
FLUME, Werner (1998), Ob. Cit. Pág. 359.
14
ANDORNO, Luís O (2001) “La Interpretación en los Negocios Jurídicos”. En: Derecho
Privado (Libro Homenaje a Alberto J. Bueres), Oscar J. Ámela (dirección) y Dora Mariana
Gesualdi (Coordinación), Buenos Aires-Argentina, Editorial hammurabi, Pág. 595.
15
ROMERO MONTES, Francisco Javier (2003), “Curso del Acto Jurídico”, Lima Perú,
Editorial Librería Portocarrero, Pág. 141.
16
CABANELLAS DE TORRES, Guillermo: “Diccionario Enciclopédico de Derecho
Usual”. Editorial Heliasta. Vigésimo tercera edición, 1994. Buenos Aires – Argentina. Tomo
IV. Pág. 472.
23
17
MÉLICH ORSINI, José (1986), “La interpretación de los contratos y de los actos
jurídicos en el nuevo Código Civil Peruano”. En: “El Código Civil Peruano y el Sistema
Jurídico Latinoamericano”, Ponencias presentadas en el Congreso Internacional celebrado
en Lima del 9 al 11 de agosto de 1985, organizado por la Facultad de Derecho y Ciencias
Políticas de la Universidad de Lima y la Associazione di Studi Sociali Latinoamericani
(ASSLA), Editorial Cultural Cuzco S.A., Pág. 287.
18
ENNECCERUS, Ludwig (1953), “Tratado de Derecho Civil”, Tomo I. Barcelona-España,
Casa Editorial Bosch, traducido de la 39° edición alemana, Pág. 197.
19
MESSINEO, Francesco (1954), “Manual de Derecho Civil y Comercial”, Tomo I.
Buenos Aires Argentina, Primera edición español, Ediciones Jurídica Europa-América, Pág.
95.
20
ANDORNO, Luís O (2001) “La Interpretación en los Negocios Jurídicos”. En: Derecho
Privado (Libro Homenaje a Alberto J. Bueres), Oscar J. Ámela (dirección) y Dora Mariana
Gesualdi (Coordinación), Buenos Aires-Argentina, Editorial hammurabi, Pág. 595.
24
21
CNCiv.. Sala E.26/9/96, LL, 1997-B-782. En: Andorno, Luís O. (2001) Ob. Cit. Pág. 596.
22
CNCiv.. Sala J.30/4/96, LL, 1997-B-1024, 39.833-S. En: ANDORNO, Luís O. (2001) Ob.
Cit. Pág. 596.
23
ANDORNO, Luís O (2001) “La Interpretación en los Negocios Jurídicos”. En: Derecho
Privado (Libro Homenaje a Alberto J. Bueres), Oscar J. Ámela (dirección) y Dora Mariana
Gesualdi (Coordinación), Buenos Aires-Argentina, Editorial hammurabi, Pág. 596.
25
24
“El tema de la interpretación jurídica es un concepto genérico y amplio. Puede ser objeto
de interpretación una ley, una sentencia, una resolución administrativa, un laudo arbitral, un
acto jurídico” (ROMERO MONTES, Francisco Javier, “Curso del Acto Jurídico”, Lima
Perú, 2003, Editorial Librería Portocarrero, Pág. 141).
25
AVENDAÑO, Jorge (2007) “Presentación”. En: SOTO COAGUILA, Carlos A., Tratado de
la Interpretación del Contrato en América Latina, Tomo III, Lima Perú, Editorial Grijley, Pág.
XXXVII.
26
LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo (2007), “Interpretación Contractual y
Casación”. En: SOTO COAGUILA, Carlos A., Tratado de la Interpretación del Contrato en
América Latina, Tomo III, Lima Perú, Editorial Grijley, Pág. 1981.
27
GARCÍA MÁYNEZ, Eduardo (1988), “Introducción al estudio del derecho”, México,
39vo. Edición, Editorial Porrua, Pág. 329 y s.
26
28
ÁLVAREZ GARDIOL, Ariel (1979). “Manual de Filosofía del Derecho”. Buenos Aires:
ASTREA. Pág. 289
29
LATORRE SEGURA, Ángel, “Introducción al Derecho”, Editorial Ariel. Séptima Edición,
Septiembre de 1976. Barcelona – España. Pág. 93.
30
ALZAMORA VALDEZ. Mario (1987), “Introducción a la Ciencia del Derecho”, Lima-
Perú, 10ma. Edición, Editorial y Distribuidora de Libros –EDDILI, Pág. 257
31
TORRES VASQUEZ, Aníbal (2001), “Introducción al Derecho” (Teoría General del
Derecho), Lima-Perú, 2da. Edición, Editorial, Ideosa y Editorial Temis de Colombia, Pág.
516.
27
Tal vez sea necesario citar lo que el inciso 8 del Artículo 139 de la
Constitución Política del Estado establece. “El principio de no dejar de
administrar justicia por vació o deficiencia de la ley. En tal caso, deben
28
32
OSPINA FERNÁNDEZ, Guillermo y OSPINA ACOSTA, Eduardo (1994). “Teoría General
del Contrato y de los demás Actos o Negocios Jurídicos” (4ª ed.). Colombia: THEMIS.,
Pág. 405.
29
33
MESSINEO, Francesco (1986). “Doctrina General del Contrato”- Tomo II. Buenos
Aires: Ediciones Jurídicas Europa-América. Pág. 102.
34
ALBALADEJO, Manuel (1996), “Derecho Civil” Tomo I, Volumen Segundo, Barcelona
España, 14va. Edición, José María Bosch Editor, Pág. 344. “El Negocio Jurídico”,
Barcelona España, 2da. Edición 1993, Librería Bosch, Pág. 321.
35
COMPAGNUCCI DE CASO, Rubén H. (1992), “El Negocio Jurídico”, Buenos Aires
Argentina, Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma, Pág. 359.
36
DANZ, Erich (1926), “La Interpretación de los Negocios Jurídicos”, Madrid,
Traducción de la 3ra. Edición alemana y concordancias con el Derecho español por W,
Roces, Librería General de Victoriano Suarez, Pág. 15.
30
37
COVIELLO, Nicolás (1949), “Doctrina General del Derecho Civil”, México, Traducción
al castellano de la 4ª Edición Italiana Revisada por el Prof. Leonardo Coviello, por Felipe De
J. Tena, Concordancia con el Derecho Mexicano por Raúl Berron Mucel, Editorial UTEHA,
Pág. 454.
38
LEÓN BARANDIARAN, José (1999), “Acto Jurídico”, Lima-Perú, 3ra. Edición, Editores
Gaceta Jurídica, Pg. 83-84.
31
39
TORRES VÁZQUEZ, Aníbal (2012). “Acto Jurídico” (4ª ed.). Lima-Perú: IDEMSA; Pág.
479.
40
SANTORO PASSARELLI, Francesco (1964), “Doctrinas Generales del Derecho Civil”,
Madrid España, Traducción por A. Luna Serrano, Editorial Revista de Derecho Privado, Pág.
275.
32
(1912-1980)41 “La interpretación del contrato tiene lugar cuando los términos
de que las partes se han servido son oscuros o ambiguos; cuando, a pesar
de su claridad, son inconciliables con la naturaleza del contrato o con la
evidente intención de las partes; cuando, en fin, la comparación de las
diversas cláusulas, consideradas en conjunto, hace surgir dudas acerca de
su particular alcance”
41
MEZA BARROS, Ramón (1987), “Manual de Derecho Civil”, Tomo I, Santiago de Chile,
7ma. Edición, Manuales Jurídicos Nº 39, Editorial Jurídica de Chile, Pág. 50.
42
MÉLICH ORSINI, José (1986), “La interpretación de los contratos y de los actos
jurídicos en el nuevo Código Civil Peruano”. En: “El Código Civil Peruano y el Sistema
Jurídico Latinoamericano”, Ponencias presentadas en el Congreso Internacional celebrado
en Lima del 9 al 11 de agosto de 1985, organizado por la Facultad de Derecho y Ciencias
Políticas de la Universidad de Lima y la Associazione di Studi Sociali Latinoamericani
(ASSLA), Editorial Cultural Cuzco S.A., Pág. 287.
33
Doménico Barbero43 partiendo del artículo 1362 del Código Civil Italiano,
hace una precisión clara sobre el concepto de interpretación del negocio
jurídico, cuando señala que “Interpretar significa escrutar (indagar y
examinar) un “hecho” para reconocer su “valor”. En el “negocio jurídico”
(manifestación voluntaria de intención), el dato a escrutar es la
“manifestación negocial”, el valor a reconocer, la “intención”. Interpretar el
negocio jurídico significa, por tanto, escrutar la “manifestación” para
reconocer su “intención”. Reconociendo la intención a través de la
interpretación de la manifestación negocial, se podrá juzgar las
“consecuencias jurídicas” ya que sabemos sus consecuencias jurídicas del
negocio (“efectos negociales”) son las “dirigidas a realizar su intención”.
43
BARBERO, Doménico (1967). “Sistema del Derecho Privado” – Volumen I (6ª ed.).
Buenos Aires: Ediciones jurídicas Europa-América; Pág. 602. Art. 1362.- “Al interpretar el
contrato se deberá indagar cuál ha sido la intención común de las partes y no limitarse al
sentido literal de las palabras. Para determinar la intención común de las partes se deberá
apreciar su comportamiento total, aún posterior a la conclusión del contrato” (Código Civil
Italiano de 1942).
44
OSPINA FERNÁNDEZ, Guillermo y OSPINA ACOSTA, Eduardo (1994). Ob. Cit., Pág.
413-414.
34
45
CIFUENTES, Santos (2004). “Negocio Jurídico” (2ª ed.). Buenos Aires: ASTREA de
Alfredo y Ricardo Depalma. Pág. 336. BETTI, Emilio (1975) “Interpretación de la Ley y de
los Actos Jurídicos”, Madrid: Revista de Derecho Privado; pág. 234 y ss.
46
BIANCA, Massimo (1998), “Diritto Civile, Tomo 3: II Contratto”, Milan, Dott, A. Giuffrè
Editores S.P.A,, Pág. 379.
35
Esta diferencia es lógica, dado que la ley tiene un carácter normativo general
y se aplica a todos los casos que pueda comprender, presentes o futuros.
Debe tener, por lo tanto, necesariamente un sentido propio. El acto jurídico,
en cambio, sólo tiene el ámbito que cubre la declaración de voluntad y afecta
esencialmente al actor o a las partes; es razonable, por lo tanto, tratar de
determinar esa voluntad que ha creado, regulado o limitado sus propias y
personales obligaciones, en ejercicio de la autonomía privada.
47
DUCCI CLARO, Carlos (1989), “Interpretación Jurídica”. Chile, 3° Edición, Editorial
Jurídica de Chile, Pág. 204.
36
Por otro lado cabe señalar también que no es posible utilizar la analogía
para interpretar los negocios jurídicos, pues como refiere el jurista argentino
Santos Cifuentes48 “No se admite la aplicación de la analogía en lo que se
refiere a los negocios jurídicos, a diferencia de la norma positiva, que tiene
en la analogía uno de los principales métodos a seguir. En el negocio se la
deja de lado como inadmisible, pues éste obliga únicamente si es querido y
por lo querido. Si surge una laguna, bien comprendido que no haya que
suplir ex lege (o aplicar leyes supletorias), no habrá necesidad de cubrirla,
porque debe entenderse que las partes no han querido vincularse”. En
consecuencia la diferencia es bastante clara entre la interpretación de una
norma jurídica y del negocio jurídico.
48
CIFUENTES, Santos (2004). Ob. Cit. Pág. 337.
49
MESSINEO, Francesco (1986). “Doctrina General del Contrato”- Tomo II. Buenos
Aires: Ediciones Jurídicas Europa-América. Pág. 88.
37
50
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal (2012). “Acto Jurídico” (4ª ed.). Lima-Perú: IDEMSA; Pag.
477.
51
Es legítima porque ha sido emitida de conformidad con las autorizaciones o con las
exigencias legales, tal como señala Guillermo Ospina Fernández y Eduardo Ospina Acosta
en su libro “Teoría General del Contrato y de los demás Actos o Negocios Jurídicos”, 4ª ed.
1994, Colombia: TEMIS; Pág. 100.
38
52
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal (2012). Ob. Cit. Pág. 481.
53
La declaración se realiza mediante palabras, escritos, comportamientos mímicos,
gestuales, acciones, omisiones, etc.
54
El acto jurídico se forma con la voluntad declarada, de ahí que la voluntad y declaración
constituyen una unidad y no dos elementos separados.
39
55
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal (2012). “Acto Jurídico” (4ª ed.). Lima- Perú: IDEMSA. Pág.
481.
56
VIDAL RAMÍREZ, Fernando (2011), “El Acto Jurídico” (8ª ed.). Lima-Perú: Editorial
Gaceta Jurídica Pág. 339-340.
40
59
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal (2012), Ob. Cit., Pág. 482.
60
COVIELLO, Nicolás (1949), “Doctrina General del Derecho Civil”, México, Traducción
al castellano de la 4ª Edición Italiana Revisada por el Prof. Leonardo Coviello, por Felipe De
J. Tena, Concordancia con el Derecho Mexicano por Raúl Berron Mucel, Editorial UTEHA,
Pág.455.
61
COVIELLO, Nicolás (1949), Ob. Cit., Pág. 407.
42
62
MEZA BARROS, Ramón (1987), “Manual de Derecho Civil”, Tomo I, Santiago de Chile,
7ma. Edición, Manuales Jurídicos Nº 39, Editorial Jurídica de Chile, Pág. 52.
63
STOLFI, Giuseppe (1959), “Teoría del Negocio Jurídico”, Madrid España, Traducción y
notas del Derecho Español por Jaime Santos Briz, Editorial Revista de Derecho Privado,
Pág. XXIII.
43
no puede nunca admitirse como contenido del contrato lo que las partes no
han querido realmente y en lo que, por consiguiente, no han pensado64.
El profesor Francisco Moreyra García Sayán (1935)66 señala que esta Teoría
consiste en sostener que la voluntad interna y subjetiva es la real y debe
prevalecer sobre la voluntad declarada cuando existe discrepancia
64
LARENZ, Karl (1956). Ob. Cit., Pág. 173
65
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal (2012) Ob. Cit. Pág. 481.
66
MOREYRA GARCÍA SAYÁN, Francisco (2005). “El acto jurídico según el Código Civil
Peruano” (curso teórico, histórico y comparativo). Lima-Perú, Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Católica del Perú, Pág. 153.
44
Luego el citado autor señalando como corolario de esta teoría, sostiene que
no puede haber acto jurídico en que falte la voluntad real de los agentes a
quienes se atribuye. La declaración o acto aparente que no obedezca a este
principio debe ser condenado de cualquier manera a la ineficacia. Tal es el
tratamiento aplicable, por tanto, a los actos falsos por suplantación de los
agentes, o por simulación de su representación legal o convencional; a los
67
OSPINA FERNÁNDEZ, Guillermo y OSPINA ACOSTA, Eduardo (1994). Ob. Cit., Pág.
102-103.
45
68
GALGANO, Francesco (1992), “El Negocio Jurídico”, traducción realizada por Francisco
de P. Blasco Gascò y Lorenzo Prats Albentosa, Valencia España, Tirant lo Blanch, Pag.429.
46
Entre las críticas que se formulan a este sistema son los siguientes:
69
COVIELLO, Nicolás (1949), “Doctrina General del Derecho Civil”, México, Traducción
al castellano de la 4ª Edición Italiana Revisada por el Prof. Leonardo Coviello, por Felipe De
J. Tena, Concordancia con el Derecho Mexicano por Raúl Berron Mucel, Editorial UTEHA,
Pág. 408.
70
COVIELLO, Nicolás (1949); Ob. Cit. Pág. 454.
71
VIDAL RAMÍREZ, Fernando (2007) “La interpretación del contrato en el derecho
peruano”. En: SOTO COAGUILA, Carlos Alberto., Tratado de la Interpretación del Contrato
en América Latina, Tomo III, Lima Perú, Editorial Grijley, Pág. 1646. VIDAL RAMÍREZ,
Fernando (2011), “El Acto Jurídico”, Lima-Perú, 8va. Edición, Editorial Gaceta Jurídica,
Pág.339.
48
72
DANZ, Erich (1926), “La Interpretación de los Negocios Jurídicos”, Madrid, Traducción
de la 3ra. Edición alemana y concordancias con el Derecho español por W, Roces, Librería
General de Victoriano Suarez, Pag.17.
73
DANZ, Erich (1926), Ob. Cit. Pág. 58
74
DANZ, Erich (1926), Ob. Cit. Pág. 53
49
75
DANZ, Erich (1926), Ob. Cit. Pág. 77
76
MEZA BARROS, Ramón (1987), “Manual de Derecho Civil”, Tomo I, Santiago de Chile,
7ma. Edición, Manuales Jurídicos Nº 39, Editorial Jurídica de Chile, Pág. 52.
50
Al respecto Vidal Ramírez78 refiere que “En efecto, Enneccerus, uno de los
más caracterizados comentaristas del BGB, sostiene que la finalidad de la
interpretación consiste en determinar el verdadero sentido de la declaración,
77
VIDAL RAMÍREZ, Fernando (2011), “El Acto Jurídico”, Pág. 339.
78
VIDAL RAMÍREZ, Fernando (2011), Ob. Cit. Pág. 342.
51
tal como resulta de todas las circunstancias externas o internas que se han
de tomar en cuenta y, en referencia concreta a la norma del artículo 133, fue
de opinión que la voluntad interna sólo puede ser decisiva para la
interpretación en cuanto haya tenido expresión en la declaración. Puede
apreciarse, pues, en la posición asumida por Enneccerus, como las ideas de
Danz condujeron a rebasar la norma positiva. Similar parecer ha expuesto
Larenz para quien el principio de la interpretación no puede ser inferido del
Código Civil, sosteniendo que si el artículo 133 remite al intérprete a la
voluntad real del declarante, tal remisión puede ser válida para las
declaraciones recepticias y sólo en cuanto el destinatario conociera la
voluntad interna expresada en la declaración, esto es, el significado dado por
el declarante; y, si el destinatario ha entendido la declaración en sentido
destinto del dado por el declarante, es decisivo el significado que el
destinatario pudo y debió necesariamente comprender, por lo que si el
destinatario no puede atenerse simplemente al sentido literal de la
declaración, ésta obligado, conforme a la buena fe, a averiguar lo que ha
pretendido decir el declarante”.
79
FERRI, Luigi, “La autonomía privada”, Traducción de la edición italiana por Luís Sancho
Mendizabal. Editorial Revista de Derecho Privado Madrid. España. 1989. Pág. 184
80
MESSINEO, Francesco (1986). Tomo II. Ob. Cit. Pag. 90.
52
El maestro Aníbal Torres81 refiere que el acto no produce los efectos que las
partes han querido, sino los efectos atribuidos por el Derecho a la
declaración aun cuando esta difiera de la voluntad. Como dice De Gáspari,
“no hace falta mucho esfuerzo para comprender cuán contradictorio es que
el Derecho objetivo confiera plena eficacia a una declaración aun cuando
quien la hace no haya tenido conciencia de sus alcances, y le constriña a
ejecutar una prestación que realmente no quiso llevarla a efecto”. Agrega
este autor, citando a Raymond Célice, que esta concepción destruye toda
relación entre el acto jurídico y su autor; se admite que un acto maquinal, la
producción de un sonido o el trazado de unas líneas, pueden tener un
determinado valor, mientras que la voluntad del hombre no tiene ninguno.
81
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal (2012), Ob. Cit. Pág. 485-486.
53
Para superar los errores del sistema subjetivo y del objetivo, la interpretación
debe orientarse a determinar el significado más correcto del acto,
considerando su función y eficacia como un instrumento de autorregulación
de intereses privados. Desde esta perspectiva, la interpretación debe
orientarse directamente al contenido del acto, el misma que constituye el
punto de partida y el objeto de la valoración que el Derecho hace de la
autorregulación de los intereses privados; por consiguiente el contenido del
acto jurídico debe ser revelado en su pleno significado, según una valoración
comprensiva y equilibrada de los intereses de las partes. La voluntad de las
partes, que representa la fuente de la voluntad negocial, de un lado, el
comportamiento de ellas, como el conjunto de actos exteriores con los
cuales se realiza el contenido, del otro, solamente pueden adquirir
relevancia, según esta correcta perspectiva, como los elementos, si bien de
55
82
Art. 1362.- “Al interpretar el contrato se deberá indagar cuál ha sido la intención común de
las partes y no limitarse al sentido literal de las palabras. Para determinar la intención
común de las partes se deberá apreciar su comportamiento total, aun posterior a la
conclusión del contrato”
83
GALGANO, Francesco (1992), “El Negocio Jurídico”, traducción realizada por Francisco
de P. Blasco Gascò y Lorenzo Prats Albentosa, Valencia España, Tirant lo Blanch, Pág.
427-428.
84
Art. 1367.- “En la duda, el contrato o cada una de sus cláusulas deben interpretarse en el
sentido en el que puedan tener algún efecto y no en aquél según el cual no tendría
ninguno”. Art. 1368.- “Las cláusulas ambiguas se interpretarán de acuerdo con lo que se
practique, generalmente, en el lugar en que el contrato haya sido concluido. En los contratos
en que una de las partes sea un empresario, las cláusulas ambiguas se interpretarán de
acuerdo con lo que se practique, generalmente, en el lugar donde esté la sede de la
empresa”. Art. 1369. - “Las expresiones que puedan tener varios sentidos deberán, en caso
de duda, entenderse en el sentido más conveniente a la naturaleza y al objeto del contrato”.
Art. 1370. - “Las cláusulas insertas en las condiciones generales del contrato o en
formularios dispuestos por uno de los contratantes se interpretarán, en caso de duda, a
favor del otro”. Art. 1371.- “Cuando a pesar de la aplicación de las normas contenidas en
este capítulo, el contrato continúe siendo oscuro, deberá éste ser entendido en el sentido
menos gravoso para el obligado, si fuese a título gratuito; y, en el sentido que realice la
armonización equitativa de los intereses de las partes, si fuese a título oneroso”.
56
Conviene señalar la crítica que a la antítesis de ambas teoría han hecho los
autores italianos más modernos. Expresan que la alternativa es inadmisible y
está mal planteada. Que la voluntad de las partes no adquiere relevancia
jurídica, sino en cuanto sea reconocible en forma de declaraciones o de
conducta. Que si el artículo 1362 valoriza la intención común de las partes
frente al sentido literal de las palabras, entiende por intención no la voluntad
de una sola parte que ha quedado inexpresada en la esfera interna de su
conciencia, sino el intento concorde que se ha formado entre ambas partes y
que es reconocible en su común y congruente declaración y conducta85.
85
BETTI, Emilio (1955). “Teoría general de la Interpretación”. Milán, Giuffre.
86
En los casos en que la intención común de las partes no pueda establecerse, el parágrafo
(2) prevé que el contrato deba ser interpretado de acuerdo al significado que le habrían
dado personas razonables de la misma condición que las partes y colocadas en
circunstancias similares. El criterio para determinar qué debe entenderse por “razonabilidad”
no es general y abstracto, sino que se refiere al entendimiento que cabe esperar de una
persona, por ejemplo, con los mismos conocimientos de idioma, experiencia técnica
o en los negocios que la de las partes en el contrato.
57
87
BETTI, Emilio (2000), “Teoría General del Negocio Jurídico”, Granada, traducción y
concordancia con el Derecho español por A. Martín Pérez y, Estudio preliminar sobre El
negocio jurídico como categoría problemática a cargo de José Luís Monereo Pérez, Editorial
Comares, S. L., Pág. 299.
58
Al respecto Emilio Betti89 refiere que mejor se debería llamar esta teoría
como la “autorresponsabilidad” y, señala que por esta teoría se reconoce la
exigencia de que debe soportar el autor de la declaración, cuyo significado
objetivo sea distinto del que por él se entendió, siempre que esta
divergencia, le sea imputable (cuando la formulación es precisa, peor para el
declarante, si no ha sabido expresar con exactitud su pensamiento). Es
también unilateral esta teoría, en cuanto no razona la preeminencia atribuida
88
VIDAL RAMÍREZ, Fernando (2011), Ob. Cit. Pág. 340.
89
BETTI, Emilio (2000), Ob. Cit. “Teoría….”, Pág. 299.300.
59
90
VIDAL RAMÍREZ, Fernando (2011), Ob. Cit. Pág. 339..
91
VIDAL RAMÍREZ, Fernando (1985), “Exposición sobre el Libro del Acto Jurídico”. En:
“El Derecho: Exegesis y Análisis del Código Civil de 1984”, Arequipa Perú, Colegio de
Abogados de Arequipa, Año LXIV, Nº 297, Pág. 173. Asimismo, al comparar el Código Civil
con la de 1936, señala: “La adopción de normas de interpretación constituyó una innovación
en cuanto han sido consideradas en el Libro del Acto Jurídico, pues, a despecho del
codificador de 1936, la doctrina nacional vio en el art. 1328 del ordenamiento anterior,
instalada en las disposiciones generales de los contratos, una norma de interpretación. Es
importante apuntar que el Código ha tomado partido por una interpretación objetiva, de
“lo expresado”, pero con arreglo al principio de la buena fe (art. 168)”; (VIDAL RAMÍREZ,
Fernando (2000), “El Derecho Civil en sus conceptos fundamentales” (2ª edición), Lima-
Perú, Gaceta Jurídica-edición económica, p.117.
60
Luego el mismo jurista peruano afirma que ”Estos artículos 169 y 170,
demuestran la clara posición asumida por el legislador de 1984, en cuanto
que acoge la teoría objetiva, no queda pues la menor duda que ya hay una
toma de posición definitiva en cuanto a la teoría de la declaración; pero
además estas normas tienen que verse en función de todas las demás
disposiciones del Código, porque si no podríamos llegar a situaciones de
suma injuria, porque puede una persona por defectos idiomáticos dar una
declaración que realmente no responda a su voluntad interna92.
Gastón Fernández Cruz93 precisa que: Bajo el Código Civil peruano de 1984,
el acto jurídico ha sido definido como “la manifestación de voluntad
destinada a crear, regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas”(artículo
140), por lo que pareciera que nuestro Código ha acogido la teoría
voluntarista del acto jurídico. Empero, ello no es exacto y, menos aún,
representa una prevalencia normativa de la voluntad psicológica del sujeto,
si se examina el artículo 168 del mismo Código, el cual señala que es objeto
de interpretación la voluntad declarada de los sujetos, y no su voluntad
interna. Bajo esta óptica y, bajo cualquier concepción que se tenga del
negocio jurídico, siempre deberá ser objeto de análisis interpretativo la
declaración de voluntad de los sujetos.
92
VIDAL RAMÍREZ, Fernando (1985), “Exposición sobre el Libro del Acto Jurídico”. Ob.
Cit., Pág. 173 y 174.
93
FERNÁNDEZ CRUZ, Gastón (2004), “Introducción al estudio de la interpretación en
el Código Civil Peruano”. En: VVAA (Guido Alpa y otros), selección, traducción y notas de
Leysser L. León, Presentación de Vincenzo Roppo, “Estudios sobre el Contrato en General”,
Lima Perú, 2da. Edición, ARA Editores, Pág. 806.
94
GRONDONA, Mauro (2004), “La común intención de las partes y el principio de la
buena fe en la interpretación del contrato: Un panorama de la autonomía privada”. En:
VVAA (Guido ALPA y Otros) “Estudios sobre el Contrato en General”, Lima Perú, 2ª Edición,
ARA Editores, Pág. Pág. 760.
61
95
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal (2012). Ob. Cit., Pág. 503.
96
BETTI, Emilio (2000), “Teoría General del Negocio Jurídico”, Granada España,
Traducción y concordancia con el Derecho español por A. Martín Pérez y Estudio preliminar
sobre El negocio jurídico como categoría problemática a cargo de José Luís Monereo Pérez,
Editorial Comares S.L., Pág. 275.
62
97
ESPINOZA ESPINOZA, Juan (2012). “Acto Jurídico Negocial” (3ª ed.). Lima-Peru:
RODHAS; Pag. 212.
98
OSTI, Giuseppe, voz “Contratto”, en Novìssimo Digesto italiano, vol. Utet, Turin, 1959,
Pág. 522. En: LEÓN HILARIO, Leysser L. (2007), “La Responsabilidad Civil” (2ª edición),
Prólogo de Luigi Corsaro, Lima – Perù, Jurista Editores, Pág. 574.
63
99
DANZ, Erich (1926), “La Interpretación de los Negocios Jurídicos” (3ª ed.),
Traducciòn de la 3ª edición alemana y concordancias con el Derecho español por W. Roces,
Madrid: Librería General de Victoriano Suarez, Pág. 142. DANZ, Erich (2009), Ob. Cit., con
“Estudio Preliminar: La Interpretación del Negocio Jurídico” de Eric Palacios Martínez, Lima-
Perú: Editora Escolani, Pág. 167.
64
Por su parte Juan Espinoza Espinoza100 refiere que el hecho de haber reglas
de interpretación de carácter imperativo, no implica que, adicionalmente, las
partes (o quien manifieste su voluntad) establezcan otras reglas de
interpretación y, en tanto, no contravengan otras normas imperativas, ni
sean contrarias al orden público o a las buenas costumbres (Art. V T.P. del
C. C.), estas son plenamente válidas y eficaces. Tal es el caso, por ejemplo,
que las partes acuerden, que en caso de contradicción entre un contrato y
un anexo del mismo, prevalezca el primero. Mal haríamos en pensar que se
trata de una interpretación asistemática, por cuanto las partes, en ejercicio
de la autonomía privada, están decidiendo su propia jerarquía normativa,
entendida esta última, en el sentido de regla de conducta establecida entre
los particulares ( no como mandato general con eficacia social).
100
ESPINOZA ESPINOZA, Juan (2012), “Acto Jurídico Negocial” (3ª edición), Lima-Perú,
Editorial RODHAS, Pág. 213.
101
BETTI, Emilio (2000), “Teoría General del Negocio Jurídico”, Ob. Cit. Pág. 284.
65
Esta tesis moderna al contrario del anterior, considera que las normas de
interpretación del negocio jurídico son de carácter imperativo u obligatoria,
caso contrario sería de poca utilidad si es que dichas normas son
meramente facultativas, dado que ello implicaría dejar a la libre decisión del
intérprete, para que éste pueda utilizar cualquier otro criterio o métodos para
indagar el sentido de la voluntad declarada.
102
BETTI, Emilio (2000), “Teoría General del Negocio Jurídico”, Ob. Cit., Pág. 284 y 287.
103
LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo (1997), Ob. Cit. Pág. 250.
66
Con razón afirma Erich Danz105 en el sentido de que “no puede admitirse
que se afirme que su aplicación depende del libre arbitrio del Juez; es tanto
como decir que la ley crea las normas y al propio tiempo las deroga
retirándoles su fuerza coactiva”.
104
LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo (1997) Ob. Cit. Pág. 252.
105
DANZ, Erich (2009), Ob. Cit. Pág. 163.
106
DE CASTRO Y BRAVO, Federico (1997), “El Negocio Jurídico”, Madrid España,
Editorial Civitas S.A., Pág. 80.
107
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal (2012), Ob. Cit., Pág. 491.
67
Juan Guillermo Lohmann Luca De Tena111 también considera que las reglas
de interpretación de naturaleza obligatorias, es la que fue recogida por
nuestro Código Civil y llega a esa conclusión no sólo por la redacción
imperativa del articulado, sino también porque el doctor Felipe Osterling,
Presidente de la Comisión Reformadora, había aludido a “reglas sobre la
interpretación con carácter imperativo de los actos jurídicos”. Con lo cual
podemos decir, en conclusión, que el intérprete habrá de atender
obligatoriamente a las reglas de interpretación que nuestro ordenamiento
civil a establecido.
108
BETTI, Emilio (1975), “Interpretación de la Ley y de los Actos Jurídicos”, Madrid
España, traducción y prólogo por José Luís de los Mozos, Editorial Revista de Derecho
Privado, Pág. 219.
109
SCOGNAMIGLIO, Renato (1980), Contratti in generale, Milano, terza edizione, Pág.
179. Citado por Aníbal Torres Vásquez (2012) en Ob. Cit. Pág. 492.
110
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal (2012), Ob. Cit. Pág. 492.
111
LHOMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo (1997). Ob. Cit. Pág. 251
68
114
VIDAL RAMIREZ, Fernando (1985), “Exposición del doctor Fernando Vidal Ramírez
sobre el Libro del Acto Jurídico”. En: “El Derecho (exégesis y análisis del Código Civil de
1984)”, Arequipa-Perú, Colegio de Abogados de Arequipa, Pág. 171 al 174. Asimismo,
VDIDAL RAMIREZ, Fernando (1984), “Acto Jurídico, Prescripción y Caducidad”. En:
“1er. Seminario de Difusión del Nuevo Código Civil del 17 Set. Al 04 Oct. 1984”, Lima –Perú,
Programa Académico de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos, Pág. 86-87 señaló: “El Código del 84 le ha dado a estas normas el carácter de
normas imperativas. Es decir, si el interpretador es un juez, un árbitro o las mismas partes –
si se trata de una interpretación auténtica- tendrán que aplicar las normas de interpretación
señaladas en el Código, para decir –luego- que han interpretado un acto jurídico”.
70
115
BETTI, Emilio (1975), Ob. Cit. Pág. 206.
116
CIFUENTES, Santos (2004), “Negocio Jurídico” (2ª ed.), Buenos Aires: ASTREA de
Alfredo y Ricardo Depalma, Pág., 339. BETTI, Emilio (1975), “Interpretación de la Ley…”.
Ob. Cit. 204 y ss.
71
Manuel Albaladejo resume como “aquella que se realiza por los propios
sujetos del negocio”117.
b) La Interpretación Judicial.
117
ALBALADEJO, Manuel (1993), “El Negocio Jurídico”, Barcelona – España, 2da.
Edición, Librería Bosch, Pág. 338.
118
CIFUENTES, Santos (2004). Ob. Cit. Pág. 340.
119
LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo (1997) Ob. Cit. Pág. 252.
72
e) La Interpretación Doctrinal
120
LORENZETTI, Ricardo Luís (2007). “Interpretación del Contrato en el Derecho
Argentino”. En: VV. AA, Carlos Alberto Soto Coahuila (Director), “Tratado de la
Interpretación del Contrato en América Latina” Tomo I, Lima-Perú, Editora Jurídica Grijley,
Pág. 8.
121
COMPAGNUCCI DE CASO; Rubén H. (1992), Ob. Cit.
73
122
Según el Diccionario de la Real Academia Española (Tomo II, 22vª. Editorial Espasa
Calpe S.A. Edición, pág. 1499), el Método es el “modo de decir o hacer con orden. Modo de
obrar o proceder”.
123
OSSORIO, Manuel (1999), “Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales”
(26ª edición), Buenos Aires – Argentina, Editorial Heliasta; Pág. 620.
124
FERRATER MORA, José (2007), “Diccionario de Filosofía Abreviado” (28ª edición),
Argentina, Editorial Sudamericana S.A., Pg. 241.
74
125
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal (2012) Ob. Cit. Pág. 505-506.
126
VON TUHR, Andreas (2005), “Derecho Civil- Volumen II: Los Hechos Jurídicos”
Madrid España, Editorial Marcial Pons, Pág. 478
75
Por lo tanto, si los términos del acto o negocio jurídico están claros y no
exista ninguna duda sobre la voluntad real del agente (s) que celebraron, se
estará al sentido literal de sus declaraciones.
127
Tal como señala cuando se trata de una interpretación sistemática en la Casacion Nº
090-2006-Lima, Sala Transitoria de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema,
76
En tal sentido, queda claro que la regulación del artículo 170 de nuestro
Código Civil establece el método de interpretación teleológica cuando
establece que: “Las expresiones que tengan varios sentidos deben
entenderse en el más adecuado a la naturaleza y al objeto del acto”.
131
ESPINOZA ESPINOZA, Juan (2012). Ob. Cit. Pág. 236.
132
ARANA COURREJOLLES, Carmen (1992). “La interpretación del acto jurídico”, Lima:
Cultural Cuzco.
78
del Acto Jurídico, a fin de llenar el vació legal dejado por el anterior Código
de 1936 que no dio cabida a normas de interpretación del Acto Jurídico”, y
concluye señalando que “La Jurisprudencia y la Doctrina tienen la gran tarea
de completar y articular las normas interpretativas y elaborar los principios y
criterios necesarios para consolidar el Sistema Peruano de Interpretación,
que permitirá una interpretación del Acto Jurídico con objetividad y
adecuación”133, lo que a nuestro entender, la referida autora estaría de
acuerdo con el sistema objetivo de interpretación adoptado por nuestra
legislación civil, lo cual nosotros discrepamos, tal como señalamos en la
presente investigación, sugiriendo mas por el contrario el sistema mixto.
Tal vez cabria mencionar, que últimamente algunos juristas peruanos que
han realizado sus estudios de posgrado en Italia, como Morales Hervías,
Eric Palacios y Leysser León, quienes como profesores de la Pontificia
Universidad Católica vienen efectuando aportes críticos importantes sobre
133
ARANA COURREJOLLES, Carmen (1992); Ob. Cit. Pág. 330-331.
79
a) Autonomía Privada.
134
BETTI, Emilio (2000), Ob. Cit. 47- 48 y 52.
135
FLUME, Werner (1998). Ob. Cit. Pág. 23.
136
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal (2012), Ob. Cit. Pág. 139.
80
137
ESPINOZA ESPINOZA, Juan (2012).Ob. Cit. Pág. 23.
138
VIDAL RAMÍREZ, Fernando (2011), Ob. Cit. Pág. 59
139
DANZ, Erich (1926), “La interpretación de los negocios jurídicos”, Madrid España,
traducción de la 3ª edición alemana y concordancias con el Derecho español por W. Roces,
Librería General de Victoriano Suarez, Pág. 19. El mismo libro del autor, pero editado en el
Perú en el año 2009, con Estudio Preliminar de Profesor Eric Palacios Martínez, pág. 63.
140
SANTORO-PASSARELLI, Francesco (1964), “Doctrinas Generales del Derecho Civil”,
Traducción y concordancias de derecho español por A. Luna Serrano, Madrid: Editorial
Revista de Derecho Privado, Pág. 139.
81
141
SCOGNAMIGLIO, Renato (2004), “Contribución a la Teoría del Negocio Jurídico” (2ª
ed. 1969), Edición, traducción y notas de Leysser L. León y Prólogo de Pietro Rescigno,
Lima-Perú: Editorial Grijley, Pág. 165.
142
BETTI, Emilio (2001), “Reflexiones sobre la noción del Negocio Jurídico”. En: VVAA,
“Teoría General del Negocio Jurídico” (4 estudios fundamentales), traducción y edición al
cuidado de Leysser L. León, Presentación de Giovanni Battista Ferri, ARA Editores. Pág. 31.
143
BETTI, Emilio (2001), “Reflexiones sobre la noción del Negocio Jurídico”, Ob. Cit.
Pág. 34.
144
BETTI, Emilio (2000). “Teoría General del Negocio Jurídico”. Granda: Comares, pág. 57.
145
STOLFI, Giuseppe (1959), “Teoría del Negocio Jurídico”, Madrid España, Editorial
Revista de Derecho Privado, Pág. 2.
82
Guillermo Lohmann Luca De Tena147, define “El negocio jurídico puede ser
conceptuado como la declaración o declaraciones de voluntad de Derecho
Privado que, por sí o en unión de otros hechos, estarán encaminados a la
consecución de un fin práctico, lícito y admitido por el ordenamiento jurídico,
el cual reconoce a tales declaraciones como el sustento para producir
efectos prácticos queridos y regular relaciones jurídicas de derecho
subjetivo”.
Por su parte los juristas peruanos Felipe Osterling Parodi y Mario Castillo
Freyre150, refiere que “De hecho, la definición recogida en nuestro Código
146
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal (2012), Ob. Cit. Pág. 77 y 59.
147
LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo (1997). “El Negocio Jurídico”. Lima-Perú,
segunda reimpresión de la segunda edición, Editora Jurídica Girjley, Pág. 46
148
ESPINOZA ESPINOZA, Juan (2012), Ob. Cit., Pág. 40.
149
MORALES HERVIAS, Rómulo y LEÓN Leyser L. (2004), Presentación del libro Lecciones
sobre el Contrato (curso de derecho civil) de Luigi Ferri, Lima Perú, Editora Jurídica Grijley,
Pág. XV-XVI.
150
OSTERLING PARODI, Felipe y CASTILLO FREYRE, Mario (2011) “Nulidad virtual. La
sanción no tipificada”. En: Observatorio de Derecho Civil, Volumen X: Acto Jurídico,
83
El maestro Aníbal Torres Vásquez154 define que “La interpretación del acto
jurídico es la técnica dirigida al conocimiento del contenido, sentido y
alcance del acto, o sea de la regulación establecida por el agente o agentes
que lo crean. En otras palabras, se trata de determinar el contenido del acto
atribuyéndole su exacto significado que determine los deberes u
obligaciones y los derechos que de él se derivan”.
152
BETTI, Emilio (2000). “Teoría General del Negocio Jurídico”. Granada- España,
traducción y concordancia con el Derecho español por A. Martín Pérez, y Estudio Preliminar
por José Luís Monereo Pérez, Editorial Comares, S.L. Pág. 273-274. En su libro
“Interpretación de las leyes y actos jurídicos” (1975), en la página 347 señala : “En la
interpretación del negocio se trata de darse cuenta, con criterio ante todo psicológico, del
precepto de la autonomía privada con relación a la coherencia (falta de contraste) entre el
intento práctico perseguido y la función económico-social típica de aquella autonomía que
merezca la tutela jurídica según los criterios generales del ordenamiento”.
153
LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo (1997). “El Negocio Jurídico”. Lima - Perú,
segunda reimpresión de la segunda edición, Editora Jurídica Girjley, Pág. 253.
154
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal (2012). Ob. Cit., Pág. 479.
155
LEÓN BARANDIARAN, José (1999). “Acto Jurídico”. Lima-Perú, Editores Gaceta
Jurídica, edición económica, 3ra. Edición, Pág. 82
85
Por su parte Fernando Vidal Ramírez156 refiere que “la interpretación del acto
jurídico supone, la indagación del verdadero sentido y alcance de la
manifestación o manifestaciones de voluntad que lo han generado y le han
dado contenido con la finalidad de precisar y normar sus efectos. La
interpretación viene, así, a reparar el defecto en la manifestación de la
voluntad, a fin de que ésta alcance el fin que se ha propuesto, pues consiste,
en suma, en establecer lo que la parte o partes del acto jurídico han
manifestado y asegurar, por este medio, la preservación de lo que cada
sujeto ha querido y expresado”. Luego al concluir señala “En conclusión, la
interpretación tiene una finalidad normativa pues su objeto es, precisamente,
el contenido de la manifestación de voluntad, que cumple una función
normativa de las relaciones jurídicas generadas por los actos jurídicos”.
156
VIDAL RAMIREZ, Fernando (2011). Ob. Cit. Pág. 336.
157
MOREYRA GARCÍA SAYÁN, Francisco (2005). “El Acto Jurídico según el Código
Civil Peruano”. Lima-Perú, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú,
Pág. 148.
86
d) Interpretación Jurídica
158
CABANELLAS DE TORRES, Guillermo: “Diccionario Enciclopédico de Derecho
Usual”. Editorial Heliasta. Vigésimo tercera edición, 1994. Buenos Aires – Argentina. Tomo
IV. Pág. 472.
159
ENNECCERUS, Ludwig (1953). “Tratado de Derecho Civil”, Tomo I. Barcelona-
España, Casa Editorial Bosch, traducido de la 39° edición alemana, Pág. 197.
160
MESSINEO, Francesco (1954). “Manual de Derecho Civil y Comercial”, Tomo I.
Buenos Aires Argentina, Primera edición español, Ediciones Jurídica Europa-América, Pág.
95.
161
TORRES VASQUEZ, Aníbal (2001). “Introducción al Derecho” (Teoría General del
Derecho). Lima-Perú, 2da. Edición, Editorial, Ideosa y Editorial Temis de Colombia, Pág.
516.
87
162
VIDAL RAMÍREZ, Fernando (2011), Ob. Cit. Pág. 94.
163
LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo (1997), Ob. Cit. Pág. 107-18.
164
ESPINOZA ESPINOZA, Juan (2012). Ob. Cit. Pág. 51. Si bien un sector de la doctrina
nacional y extranjera considera como sinónimos los conceptos de manifestación y
declaración; sin embargo otros sostienen que “en ambas se produce la exteriorización de un
hecho psíquico interno; pero la diferencia estriba en que la consecuencia jurídica en la
manifestación de voluntad no es necesariamente querida por el sujeto, mientras que sí lo es
en el caso de la declaración”. Por su parte Aníbal TORRES VÁSQUEZ, hace la siguiente
distinción: “La declaración es aquella con la cual se celebra el acto, en cambio, la
manifestación comprende tanto la declaración con la cual se celebra el acto como todo
comportamiento de las partes anterior, simultaneo y posterior a la celebración” (TORRES
VÁSQUEZ, Aníbal, “Acto Jurídico”. Lima-Perú, 3ra. Edición 2007, Editorial Idemsa pág.
133).
88
f) Buena fe.
165
DANZ, Erich (1926), Ob. Cit. Pág. 191.
166
ESPINOZA ESPINOZA, Juan (2012). Ob. Cit., Pág. 224.
167
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal (2012). Ob. Cit. Pág. 510.
89
En tal sentido, la importancia de los códigos civiles de estos países han sido
considerados como modelo y emblemático para los código civiles de muchos
países, por lo que hemos creído conveniente señalar algunas normas
referidas a la interpretación del negocio jurídica, a fin de determinar el
sistema de interpretación adoptada.
“Artículo 1160.- Se debe suplir en el contrato las cláusulas que son de uso,
aunque ellas no sean expresadas”.
168
CÓDIGO CIVIL FRANCÉS, Traducido por Álvaro Núñez Iglesias, Madrid Barcelona,
Marcial Pons, Ediciones Jurídicas y Sociales, 2005).
91
“Artículo 1163.- Por generales que sean los términos en los que un convenio
es conocido, este convenio no comprende sino las cosas sobre las cuales
aparece que las partes se han propuesto convenir”.
169
DANZ, Erich (1926), “La interpretación de los negocios jurídicos”, Madrid España,
traducción de la 3ª edición alemana y concordancias con el Derecho español por W. Roces,
Librería General de Victoriano Suarez, Pág. 14.
170
DANZ, Erich (1926), Ob. Cit., pág. 36-37.
93
Como dice Luigi Ferri173, “el acuerdo no puede producirse entre intenciones
que se mantienen internas o secretas, ya que, para encontrarse, dos
voluntades deben exteriorizarse, y, por lo tanto, objetivarse. La intención
común es un concepto que alude, no a las voluntades internas o
172
STOLFI, Giuseppe (1959), “Teoría del Negocio Jurídico”, Madrid España, Traducción y
notas del Derecho Español por Jaime Santos Briz, Editorial Revista de Derecho Privado
Pág. 288.
173
FERRI, Luigi (2004), “Lecciones sobre el contrato” (Curso de Derecho Civil), Lima
Perú, 6ta. Reimpresión de la 2da. Edición de 1982, Presentación- notas y edición al cuidado
de Rómulo Morales Hervías y Leysser León, Traducción de Nèlvar Carreteros Torres, Pág.
155.
96
Artículo 1281.- “Si los términos de un contrato son claros y no dejan duda
sobre la intención de los contratantes, se estará al sentido literal de sus
cláusulas. Si las palabras parecieran contrarias a la intención evidente de los
contratantes, prevalecerá esta sobre aquellas”.
Pero para indagar esta voluntad común de las partes deberá atenderse a los
actos de los contratantes anteriores, coetáneos y posteriores al contrato o
negocio jurídico: a) Actos anteriores son los denominados tratos
preliminares; b) Actos coetáneos son los que dan lugar al nacimiento del
contrato y vienen determinados por el encuentro de voluntades de las partes;
c) Actos posteriores son los que comprenden la realización de las
prestaciones derivadas del negocio jurídico o del contrato175.
174
BETTI, Emilio (2001), “Reflexiones sobre la noción de negocio jurídico”. En: VVAA,
Teoría General del Negocio Jurídico (4 estudios fundamentales), traducción y edición al
cuidado de Leysser L, León, Presentación de Giovanni Battista Ferri, ARA Editores, Pág.
65.
175
Aun cuando el jurista español Ignacio DÍAZ DE LEZCANO SEVILLANO en su artículo “La
Interpretación del Negocio Jurídico” (página web:
htt://www.ulpgc.es/hege/almacen/download/7096/7096856) se refiere solamente a los
contratos, nosotros porque por considerar que los contratos vienen a ser una especie del
negocio jurídico, consideramos que es perfectamente aplicable su versión a todos los
negocios.
97
Articulo 18.- “Para apreciar la forma y las cláusulas de un contrato hay que
buscar la real y común intención de las partes, sin detenerse en las
expresiones o denominaciones inexactas, de la convención”.
Articulo 1851.- “Si los términos son claros y no dejan duda sobre la intención
de los contratantes, se estará al sentido literal de sus cláusulas. Si las
palabras parecieran contrarias a la intención evidente de los contratantes,
prevalecerá esta sobre aquella”.
Podríamos decir que este artículo es casi similar que el artículo 1281 del
Código Civil español.
176
Fue sustituido por Art. 1 de la Ley 17.711 del 26 de abril de 1968, entrando en vigencia a
partir del 01 de Julio de 1968.
177
VIDAL RAMIREZ, Fernando (2011) Ob. Cit. Pág. 341.
178
“Artículo 16.- Si una cuestión civil no puede resolverse, ni por las palabras, ni por el
espíritu de la ley, se atenderá a los principios de leyes análogas; y si aún la cuestión fuere
dudosa, se resolverá por los principios generales del derecho, teniendo en consideración las
circunstancias del caso”.
99
En tal sentido, es necesario tener en cuenta los citados artículos del Código
de Comercio179, cuyas disposiciones son las siguientes:
Regla 1º de Pothier180, recogido por el artículo 1156 del Código Civil francés.
Pothier ejemplifica así: si alguien alquila una habitación de mi casa, y en el
nuevo contrato le doy en alquiler mi casa por tantos años, por el precio del
anterior arriendo, aunque gramaticalmente mi casa significa la totalidad y no
una sola habitación, es obvio que la intención “no ha sido otra que la de
renovar el arriendo de un cuarto que ya había alquilado”. La regla 8º de
Pothier establece que, aunque se haya convenido en términos generales, el
contrato “no comprende más que las cosas por las cuales las partes
contratantes han entendido contratar, y no aquellas en las que no han
pensado”.
179
Por Ley 2637 del 05 de octubre1889, fue dado el Código de Comercio, entrando en
vigencia a partir de 01 de mayo de 1890 (Ley 2637)
180
LORENZETTI, Ricardo Luís (2007), “Interpretación del contrato en el Derecho Argentino”. En:
VV. AA (2007), “Tratado de la Interpretación del Contrato en América Latina”, Tomo I, Lima-
Perú, Editorial Grijley, Pág. 22.
100
El nuevo Código Civil que data del 02 de abril 1976 la interpretación de los
contratos se encuentra regulada en los artículos 510 al 518, las que citamos
a continuación:
181
CORDERO MIRANDA, Mario (2007), “La interpretación de los contratos en Bolivia”.
En: VV. AA (2007), “Tratado de la Interpretación del Contrato en América Latina”, Tomo I,
Lima-Perú, Pág. 439-440.
101
182
MEZA BARROS, Ramón (1987), “Manual de Derecho Civil”, Tomo I, Santiago de
Chile, 7ma. Edición, Manuales Jurídicos Nº 39, Editorial Jurídica de Chile, Pág. 52.
103
183
RODRÍGUEZ ALCALÁ, Roberto Moreno, “¿Contratos hechos por Jueces? 4 ½
sugerencias para evadir al Juez cadi en la Interpretación del Contrato”. En: VVAA
(2007), “Tratado de la Interpretación del Contrato en América Latina”, Tomo II, Lima-Perú,
Editorial Grijley, Pág. 1474-1475.
105
184
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel (2007), “Interpretación del Contrato”. En: SOTO
COAGUILA, Carlos A., Tratado de la Interpretación del Contrato en América Latina, Tomo
III, Lima Perú, Editorial Grijley, Pág. 1637-1638.
185
SOTO COAGUILA, Carlos Alberto (2007), “La Interpretación de los Contratos
Predispuesto en el Derecho Peruano”. En: VV AA (2007), “Tratado de la Interpretación
del Contrato en América Latina”, Tomo III, Lima Perú, Editorial Grijley, pág. 2057.
186
VIDAL RAMÍREZ, Fernando (1985), “Exposición sobre el Libro del Acto Jurídico”.
En: “El Derecho: Exegesis y Análisis del Código Civil de 1984”, Arequipa Perú, Colegio de
Abogados de Arequipa, Año LXIV, Nº 297, Pág. 172.
107
VIDAL RAMÍREZ, Fernando (1985), “Exposición sobre el Libro del Acto Jurídico”.
187
En: “El Derecho: Exegesis y Análisis del Código Civil de 1984”, Arequipa Perú, Colegio de
Abogados de Arequipa, Año LXIV, Nº 297, Pág. 173.
108
hacerse en base a lo que el sujeto quiso, pero el Derecho marcha hacia una
objetivación, es un hecho, y entonces el Código Civil de 1984 ha tomado
partido y lo ha tomado así de manera definitiva, decisiva y definitoria. El
Código Civil de 1984 adopta la Teoría de la Declaración. El acto jurídico se
tiene que interpretar sobre lo declarado y no sobre lo querido, así aparece
con toda claridad en el artículo 168 del Código. El acto jurídico dice: “Debe
ser interpretado de acuerdo con lo que se haya expresado en él”. No hay
nada que hacer, el acto jurídico se interpreta de acuerdo a la declaración, de
acuerdo a lo que se haya expresado en él. No puede decirse que la buena fe
es subjetiva, esto es que la buena fe es la intención, pues la buena fe ya no
es un concepto subjetivo, ya dejó de serlo, dado que la buena fe debe ser
apreciada objetivamente, la buena fe es importante como conducta externa.
El Derecho no se mete en el campo de las intenciones, en el mundo
subjetivo de las personas, el Derecho aprecia la conducta externa de las
personas, el comportamiento y ese comportamiento nos va a llevar a
apreciar si existe buen o mala fe; y en consecuencia este punto ya estaba
dilucidado en la doctrina nacional previa al Código Civil de 1984, por cuanto
el propio maestro José León Barandiaran, comentando el artículo 1328 del
Código Civil de 1936 hablaba que la buena fe tenía que ser apreciada
objetivamente, entonces pues, no se trata de una buena fe que debe ser
interpretada subjetivamente, sino de una buena fe que es objetiva,
manifestada a través de comportamientos, de allí que el Código Civil haya
tomado la posición que dejó expresado. Pero, si nosotros vamos a la lectura
de los artículos que siguen, se confirma aún más la posición del Código Civil
de 1984 en cuanto no cabe la menor duda que el nuevo Código Civil ha
tomado posición afiliándose a la Teoría Objetiva o de la declaración.
b) Consideraciones preliminares
Otro ejemplo sería, cuando alguien comunica por telegrama que le sean
reservadas en un hotel “dos habitaciones con tres camas” para una
determinada noche. El comunicante entiende por ello una habitación con dos
camas y otra con una cama, esto es, tres camas en total. El hotelero, no
obstante, entiende que aquél encarga dos habitaciones con tres camas
respectivamente, esto es, seis camas en total. Así, reserva para el cliente las
dos habitaciones más amplias con dos camas y en cada una de ellas hace
colocar una cama adicional. Dado que todas las habitaciones están
ocupadas, no admite después a otras personas que solicitaban alojamiento,
y el cliente en cuestión llega al anochecer. Este quiere pagar solamente el
precio por tres camas, dado que, según él, no ha encargado más; el hotelero
le carga en cuenta seis camas, pues, conforme al telegrama, la ha reservado
por esa cantidad190.
190
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal (2012). Ob. Cit., Pág. 476.
191
Citado por OSPINA FERNÁNDEZ, Guillermo y OSPINA ACOSTA, Eduardo (1994). Ob.
Cit. Pág. 409-410.
192
ESPINOZA ESPINOZA, Juan (2012). Ob. Cit Pág. 207.
112
En principio debemos señalar que los artículos 168, 169 y 170 del Código
Civil, son normas interpretativas, aplicables a todo o a cualquier negocio
jurídico; sin embargo estos artículos han establecido diversos criterios de
interpretación del acto jurídico y del contrato de modo muy desordenado y en
113
193
Artículo 140 del Código Civil: “El acto jurídico es la manifestación de voluntad
destinada a crear, regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas. Para su validez se
requiere: 1. Agente capaz; 2. Objeto física y jurídicamente posible; 3. Fin lícito; 4.
Observancia de la forma prescrita bajo sanción de nulidad”.
Artículo 141 del Código Civil: “La manifestación de voluntad puede ser expresa o tácita.
Es expresa cuando se formula oralmente, por escrito o por cualquier otro medio directo. Es
tácita, cuando la voluntad se infiere indubitablemente de una actitud o de circunstancias de
comportamiento que revelan su existencia. No puede considerarse que existe manifestación
tácita cuando la ley exige declaración expresa o cuando el agente formula reserva o
declaración en contrario”.
115
El artículo 1362 del Código Civil establece que los contratos deben
negociarse, celebrarse y ejecutarse según las reglas de la buena fe y común
intención de las partes; en consecuencia, cuando exista el conflicto en
cuanto al contenido de la declaración de los actos o negocios jurídicos, se
debe indagar e interpretar que dichos contratos, sí haya negociado,
celebrado y ejecutado de acuerdo a la común intención de las partes y no
194
BARCHI VELAOCHAGA, Luciano (2007), “La Interpretación del Contrato en el
Código Civil Peruano de 1984”. En: VV AA (2007), “Tratado de la Interpretación del
Contrato en América Latina”, Tomo III, Lima-Perù, Editorial Grijley, Pág. 1810-1811.
116
Tanto el artículo 168 como el artículo 1362 del Código Civil peruano refieren
a la noción de buena fe en los contratos, lo cual consideramos una
reiteración innecesaria, pues se presume que todos los actos o negocios
jurídicos se negocian, celebran y se ejecutan según las reglas de buena fe;
asimismo, consideramos que el operador jurídico interpreta según el
principio de la buena fe, caso contrario no tendría sentido depositar la
confianza en los intérpretes; pero en todo caso, convendría suprimir en el
artículo 1362 y dejar subsistente en las normas interpretativas de los actos o
negocios jurídicos. Precisamente este cuestionamiento es también señalado
por el profesor Juan Espinoza Espinoza195 cuando refiere “el artículo 1362
del Código Civil redunda en la invocación al principio de la buena fe. En
efecto, si ya se establece el mismo en el artículo 168 del Código Civil, que es
195
ESPINOZA ESPINOZA, Juan (2012), Ob. Cit., Pág. 215.
117
para todo tipo de acto jurídico (incluso el contrato), este extremo del artículo
1362 del Código Civil resulta superfluo”.
196
Ver: FERNÁNDEZ CRUZ, Gastón. “Introducción al estudio de la interpretación en el
Código Civil peruano”. En: Estudios sobre el contrato en general. Editorial ARA editores.
Lima, Perú, 2004, pág. 823.
197
BIANCA, Massimo. “Diritto Civile. Tomo 3: Il contratto”. Dott. A. Giuffré Editore S.p.A.
Milán, 1987, Ristampa, 1992, p.394.
198
Conforme a la doctrina actual (BIGLIAZZI GERI, Lina; BRECCIA, Umberto; BUSNELLI,
Francesco Donato; y NATOLI, Ugo) existen dos aspectos necesario y básicos en la
interpretación del negocio: los de puntualización del hecho, para lo cual se utiliza el criterio
de la común intención de las partes; y los de valoración del hecho, para lo cual se utiliza el
criterio de la buena fe.
118
199
COMPAGNUCCI DE CASO, Rubén H. (1992), “El Negocio Jurídico”, Buenos Aires
Argentina, Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma, Pág. 369.
200
BETTI, Emilio (1965), “Reflexiones sobre la Noción de Negocio Jurídico”. En: VVAA,
BETTI, Emilio y Otros (2001), “Teoría General del Negocio Jurídico” (4 estudios
fundamentales), Lima-Perú, ARA Editores, Pág. 65.
201
GRONDONA, Mauro (2004), “La común intención de las partes y el principio de la
buena fe en la interpretación del contrato: Un panorama de la autonomía privada”. En:
VVAA (Guido ALPA y Otros) “Estudios sobre el Contrato en General”, Lima Perú, 2ª Edición,
ARA Editores, Pág. 761.
119
202
GACETA JURÍDICA, con Presentación de Jorge Avendaño Valdez (2013), “Diccionario
Civil”, Lima-Perú, Editorial Gaceta Jurídica, Pág. 65.
203
ESPINOZA ESPINOZA, Juan (2012). Ob. Cit., Pág. 229. En igual término en el
“Diccionario Civil” publicado en 2013 por Editorial Gaceta Jurídica Lima-Perú, con
presentación de Jorge Avendaño Valdez, pág. 265.
120
204
VIDAL RAMÍREZ, Fernando (2011). Ob. Cit. Pág. 351.
205
Artículo 1161.- “Todas las cláusulas de los convenios se interpretan las unas por la
otras, dando a cada una el sentido que resulte del acto entero”.
206
Artículo 1363.- “Las cláusulas del contrato se interpretan las unas por medio de las
otras, atribuyendo a cada una el sentido que resulte del conjunto del acto”.
121
207
PASQUINI, Nelllo. “L´interpretazione complessiva”. En: L´interpretazione del
Contratto”, a cura di Alpa, Guido, op.cit. p.224.
208
GACETA JURÍDICA, con Presentación de Jorge Avendaño Valdez (2013), “Diccionario
Civil”, Lima-Perú, Editorial Gaceta Jurídica, pág. 265.
209
VIDAL RAMÍREZ, Fernando (2011). Ob. Cit. Pág. 351-352.
122
Este criterio interpretativo podría ser visto como uno de carácter objetivo
pero ello no es correcto, puesto que el criterio finalista se relaciona con la
común intención de las partes y se emplea como último recurso ante la
210
ESPINOZA ESPINOZA, Juan (2012). Ob. Cit. Pág. 236.
123
Por otro lado, Gastón Fernández Cruz212 nos indica: “La interpretación
funcional está necesariamente conectada con la regla de interpretación
subjetiva de la “común intención de las partes” (y por ello con la
interpretación literal y con la interpretación global relativa a la valoración del
comportamiento integral de las partes) y con la interpretación según buena
fe, toda vez que, ante la existencia de diversos sentidos que pueden
atribuirse a las expresiones declaradas por las partes, sólo cabe entenderlas
referidas a la más conveniente a su causa, la cual, al estar necesariamente
recogida en el consentimiento, nos reconduce a la común intención de las
partes”.
211
BIANCA, Massimo. Op. cit. p. 405
212
FERNÁNDEZ CRUZ, Gastón (2004), “Introducción al estudio de la interpretación en
el Código Civil peruano”. En: VV.AA. (2004), “Estudios sobre el Contrato en General” (2ª
ed.). Lima-Perú: ARA Editores, Pág. 835.
124
213
ESPINOZA ESPINOZA, Juan (2012). Ob. Cit., Pág. 224.
125
214
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal (2012). “Acto Jurídico”. Ob. Cit. Pág. 517.
215
Artículo 1392 del Código Civil.- Cláusulas generales de contratación: “Las cláusulas
generales de contratación son aquellas redactadas previa y unilateralmente por una persona
o entidad, en forma general y abstracta, con el objeto de fijar el contenido normativo de una
serie indefinida de futuros contratos particulares, con elementos propios de ellos”.
126
Desde el punto de vista doctrinal podemos citar uno de los principios sobre
los Contratos Comerciales Internacionales que establece UNIDROIT219 en
216
Artículo 1390 del Código Civil.- Contrato de adhesión: “El contrato es por adhesión
cuando una de las partes, colocada en la alternativa de aceptar o rechazar íntegramente las
estipulaciones fijadas por la otra parte, declara su voluntad de aceptar”.
217
ESPINOZA ESPINOZA, Juan (2012). Ob. Cit Pág. 244.
218
GACETA JURÍDICA, con Presentación de Jorge Avendaño Valdez (2013), “Diccionario
Civil”, Lima-Perú, Editorial Gaceta Jurídica, pág. 265.
219
UNIDROIT - Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado. El objetivo
de los Principios de UNIDROIT es establecer un conjunto equilibrado de reglas destinadas a
ser utilizadas en todo el mundo independientemente de las específicas tradiciones jurídicas
127
su artículo 4.6 (Interpretación contra proferentem) que a la letra dice: “Si los
términos de un contrato dictados por una de las partes no son claros, se
preferirá la interpretación que perjudique a dicha parte”.
Por tanto, como dice Aníbal Torres Vásquez220, los contratos concluidos
mediante cláusulas generales como en los por adhesión el contenido
contractual es redactado por una sola de las partes denominada
predisponente, sin participación del otro contratante, es lógico que a ella se
le atribuya la responsabilidad por las obscuridades, falta de claridad,
imprecisiones o ambigüedades, puesto que estaba en sus manos el
expresarse en forma adecuada, o sea, idónea, clara, suficiente, seria,
inequívoca, de fácil comprensión por el destinatario, razón que justifica que
el contrato sea interpretado en su contra y en favor de la otra parte, quien lo
único que hace para poder contratar es someterse a las estipulaciones del
contrato estándar que casi siempre no lee, o si lo lee no lo entiende por su
redacción técnica o abigarrada, o si lo entiende no tiene la posibilidad de
obtener su modificación.
y condiciones económicas y políticas de los países en que vengan aplicados. A la vez, este
objetivo se refleja en su presentación formal y en la política general que los inspira.
220
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal (2012). “Acto Jurídico”. Ob. Cit. Pág. 518.
128
exista duda en los alcances de los contratos por adhesión y los celebrados
en base a las cláusulas generales de contratación, debe interpretarse en
sentido más favorable al consumidor”. Además se debe tener presente que
este Código fue promulgado el primero de setiembre de 2010.
221
ARANA COURREJOLLES, Carmen (1992), “La Interpretación del Acto Jurídico”.
Lima-Perú: Cuzco., Pág. 166-167.
222
DANZ, Erich (1926). Ob. Cit. Pag. 156-157.
223
LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo (1997), “El negocio jurídico”, (2ª edición),
reimpresión de la segunda edición de 1994, Lima Perú, Editorial Griley, Pág. 281.
131
224
COMPAGNUCCI DE CASO, Rubén H. (1992), “El Negocio Jurídico”, Buenos Aires
Argentina, Editorial ASTREA de Alfredo y Ricardo Depalma S,R,L. Pág. 368.
132
b) Situación socioeconómica.
Se dice que una familia es pobre cuando no tiene la capacidad para cubrir
una canasta básica de subsistencia, y una familia es de extrema pobreza
cuando no logre cubrir los requerimientos de una canasta alimentaria228. Por
tanto la pobreza es una situación o forma de vida que surge como producto
de la imposibilidad de acceso y/o carencia de los recursos para satisfacer las
necesidades físicas y psíquicas básicas humanas que inciden en un
deterioro del nivel y calidad de vida de las personas, tales como la
225
FLUME, Werner (1998), “El Negocio Jurídico”, Madrid España, Traducción de José
Miquel González, Fundación Cultural del Notariado, Pág. 375-376.
226
COMPAGNUCCI DE CASO, Rubén H. (1992) Ob. Cit., Pág. 368.
227
DANZ, Erich (1926), Ob. Cit. Pág. 125.
228
Según el censo de población 1993, existe en el país más de 12 millones de habitantes en
condición de pobreza del total de 22’639 mil personas.
133
229
Pobreza significa: “Indigencia, escasez, falta, carencia de lo imprescindible para el
sustento de la vida, escaso haber de la gente pobre”. En: “Diccionario Básico de la
Lengua Española”, España, Editorial Planeta, Volumen II, Pág.1115.
230
BARBERO, Doménico (1967). Ob. Cit. Pág. 605.
231
Art. 1362.- “Al interpretar el contrato se deberá indagar cuál ha sido la intención común
de las partes y no limitarse al sentido literal de las palabras. Para determinar la intención
común de las partes se deberá apreciar su comportamiento total, aún posterior a la
conclusión del contrato” (Código Civil Italiano de 1942).
134
Por eso consideramos que la interpretación que recae en un juez debe tener
presente lo que el jurista alemán Erich Danz232 reclama al tratar de
caracterizar al buen juez y dice: “el mejor juez será el que sepa ponerse el
mismo en el lugar de las partes; verá entonces, y muy pronto, si se coloca
primero en el lugar del demandante y luego en el del demandado, pero
seriamente como si se tratase de su propio bolsillo”. Precisamente al optar
esa posición neutral e imparcial permitirá al juez advertir la presencia
implícita o no del aspecto económico de una de las partes celebrantes del
acto o negocio jurídico, o también del más fuerte o del más débil, y
precisamente a ello se refería el profesor Aníbal Torres Vásquez cuando
señalaba: “Si el Código adoptara el criterio objetivista a ultranza, sin ninguna
atenuación, sería un pobre Código puesto solamente al servicio de la parte
más fuerte, propiciaría la usura, la expoliación de la parte débil, el dolo”233.
232
DANZ, Erich (1926), Ob. Cit. Pág. 133.
233
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal (2012). Ob. Cit., Pág. 503.
135
CAPITULO 3: METODOLOGÍA.
234
Los estudios exploratorios se realiza cuando el objetivo es examinar un tema o problema
de investigación poco estudiado, del cual se tienen muchas dudas o no se ha abordado
antes. En: HERNÁNDEZ, S., FERNÁNDEZ, C., & BAPTISTA, L.,(2010). “Metodología de
la investigación” (5ª ed.). México: Mc Graw Hill, pág. 85.
136
235
Los estudios descriptivos miden conceptos o recolectan información sobre éstos. Sirven
para analizar como es y cómo se manifiestan un fenómeno y sus componentes. En:
HERNÁNDEZ SAMPIERI y Otros (2010). Ob. Cit. pág. 87.
236
El estudio explicativo está dirigido a responder por las causas de los eventos y
fenómenos físicos o sociales. Se enfoca en explicar por qué ocurre un fenómeno y en qué
condiciones se manifiesta, o por qué se relacionan dos o más variables. En: HERNÁNDEZ
SAMPIERI y Otros (2010). Ob. Cit. Pág. 85.
237
Una misma investigación puede abarcar fines exploratori0s, descriptiva, en su inicio, y
terminar siendo descriptivo, correlacional y hasta explicativa, todo depende de los objetivos
del investigador. En: HERNÁNDEZ SAMPIERI y Otros (2010). Ob. Cit. Pág. 87.
137
238
Las investigaciones dirigidas a establecer o a refutar teorías y proposiciones
fundamentales de una rama de la ciencia, con validez más o menos universal, son llamados
investigaciones básicas. En: MALETTA, Héctor (2009). “Epistemología aplicada:
Metodología y técnica de la producción científica”. Lima: Universidad del Pacífico. Pág.
110.
239
Esta investigación se caracteriza por su interés en la aplicación de los conocimientos
teóricos a determinada situación concreta y las consecuencias prácticas que de ella se
deriven. En: SÁNCHEZ CARLESSI, Hugo & REYES MEZA, Carlos (2002). “Metodología y
diseños en la investigación científica” (3ª ed.). Lima: Universidad Ricardo Palma. pág. 18.
138
3. 2. 2. Diseño de la Investigación.
3. 3. PROCEDIMIENTO METODOLÓGICO.
4. CAS. Nº 2587-2005- LIMA: “Que, conforme a los artículos 168 y 170 del
Código Civil los actos jurídicos deben ser interpretados de acuerdo con
lo que se haya expresado en él y según el principio de la buena fe, así
como según la naturaleza y el objeto del acto; siendo que en el presente
caso si bien se advierte que las partes han otorgado el “Nomen juris” de
renovación, la naturaleza del pacto de acuerdo a los criterios de
interpretación que establecen las normas acotadas ha sido establecer
una cláusula de prórroga en la que se autorizaba al Banco a prorrogar el
plazo del título valor sin que sea necesaria la intervención de los
obligados” (CAS. Nº 2587-2005-Lima 12 de abril 2006).
8. CAS. Nº 2013-96: “Que, el artículo 1362 del Código Civil preceptúa que
los contratos deben negociarse, celebrarse y ejecutarse según las reglas
de la buena fe y común intención de las partes. Que la común intención
de las partes a que se refiere el artículo acotado, no puede ser
interpretada en forma distinta a la efectiva declaración de voluntad
expresada por las partes en el contrato respectivo, toda vez que ello
significaría prescindir de la interpretación objetiva que todo magistrado
debe observar de conformidad con nuestro ordenamiento jurídico”(Cas.
N° 2013-96. Diálogo con la Jurisprudencia Nº 38. Enero 2001. Pág. 239).
241
BIGLIAZZI GERI, Lina y Otros (1992), “Derecho Civil. Tomo I – Volumen 2: Hechos y
Actos Jurídicos”, Traducción Fernando Hinestrosa, Colombia, Universidad Externado de
Colombia; Pág. 977.
242
CIEZA MORA, Jairo (2013), “Informe sobre borrador de tesis presentado por el sr.
Francisco Solano Huamani Mendoza, titulado La Interpretación del negocio jurídico:
Problemas normativos y soluciones a la luz del Código Civil Peruano para optar por el
Grado Académico de Magister”, pág. 3-4.
243
DANZ, Erch (1926). Ob. Cit. Pág. 337.
244
DANZ, Erch (1926). Ob. Cit. Pág. 338
148
245
DANZ, Erch (1926). Ob. Cit. Pág. 339.
246
LEÓN BARANDIARAN, José (1983), “Curso del Acto Jurídico”, Lima Perú, Imprenta
UNMSM, Pg. 17.
149
247
BIANCA, Massimo, “Diritto Civile, Tomo 3: Il Contratto”, Dott. A. Giuffrè Editore S.p.A.
Milán, 1987, Ristampa. 1992, p. 385. Citado por FERNÁNDEZ CRUZ, Gastón en
FERNÁNDEZ CRUZ, Gastón (2004), “Introducción al estudio de la interpretación en el
Código Civil Peruano”. En: VVAA (Guido Alpa y otros), selección, traducción y notas de
Leysser L. León, Presentación de Vincenzo Roppo, “Estudios sobre el Contrato en General”,
Lima Perú, 2da. Edición, ARA Editores, Pág.809.
248
BIANCA, Massimo, oB. Cit. Pag. 406-407, citado por FERNÁNDEZ CRUZ, Gastón
(2004), “Introducción al estudio de la interpretación en el Código Civil Peruano”. En: VVAA
(Guido Alpa y otros), selección, traducción y notas de Leysser L. León, Presentación de
Vincenzo Roppo, “Estudios sobre el Contrato en General”, Lima Perú, 2da. Edición, ARA
Editores, Pág.809.
150
249
ROPPO, Enzo. Citado por FERNÁNDEZ CRUZ, Gastón (2004), Ob. Cit. Pág. 818.
250
DE LA PUENTE Y LAVALLE, Manuel (2007), “Interpretación del Contrato”. En: SOTO
COAGUILA, Carlos A., Tratado de la Interpretación del Contrato en América Latina, Tomo
III, Lima Perú, Editorial Grijley, Pág. 1637-1638.
251
FERNÁNDEZ CRUZ, Gastón (2004), Ob. Cit. Pág. 801.
151
Fernando Vidal Ramírez253 nos dice que “la interpretación del contrato en el
derecho peruano está regulada por las normas del Código Civil en materia
de interpretación del acto jurídico, desde que el contrato está comprendido
dentro de la latitud de su concepto y que cualquiera que sea su naturaleza y
características es, esencial y básicamente, un acto jurídico negocial. El
articulado en materia contractual no tiene propiamente normas de
interpretación, salvo la del artículo 1401 respecto a las cláusulas generales
de contratación y contratos de adhesión”.
252
GALGANO, Francesco (1992), “El Negocio Jurídico”, traducción realizada por
Francisco de P. Blasco Gascò y Lorenzo Prats Albentosa, Valencia España, Tirant lo
Blanch, Pág. 35
253
VIDAL RAMÍREZ, Fernando (2007) “La interpretación del contrato en el derecho
peruano”. En: SOTO COAGUILA, Carlos A., Tratado de la Interpretación del Contrato en
América Latina, Tomo III, Lima Perú, Editorial Grijley, Pág. 1643.
152
Además existen vacíos que deberán ser cubiertos con reglas adicionales y
normas dispersas que deberán ser integradas para evitar la existencia de
una duplicidad (de reglas) que generen problemas de vaguedad y
antinomias.
Por otro lado, el artículo 1401 del Código Civil regula que “Las estipulaciones
insertas en las cláusulas generales de contratación o en formularios
redactados por una de las partes, se interpretan, en caso de duda, a favor de
la otra”; como se observa este artículo establece una forma distinta de
interpretar los contratos, cuando se trata que el contrato ha sido redactado
por una de las partes, lo cual no se tiene regulado en los artículos genéricos
de los actos o negocios jurídicos, cuando lo correcto es que este tipo de
normas debería estar en el Libro II del Código Civil.
Asimismo cabe mencionar el artículo 1531 del Código Civil que dispone que
“Si el precio de una transferencia se fija parte en dinero y parte en otro bien,
se calificará el contrato de acuerdo con la intención manifiesta de los
contratantes, independientemente de la denominación que se le dé. Si no
constan la intención de las partes, el contrato es de permuta cuando el valor
del bien es igual o excede al del dinero; y de compraventa, si es menor”.
Como puede notarse en el presente artículo, también se toma en cuenta “la
intención de las partes”, al igual que en el sistema de interpretación subjetiva
en el que se privilegia la intención de las partes.
Finalmente tenemos el artículo 2055 del Código Civil que señala que “las
disposiciones del derecho extranjero aplicable se interpretan de acuerdo al
sistema al que pertenezcan”; esto es, que la interpretación puede ser de
acuerdo con el sistema objetivo, subjetivo o mixto, dependiendo al sistema
al que pertenece el derecho extranjero, lo cual consideramos que debió estar
en el libro del acto jurídico como una de las reglas de interpretación para
disposiciones extranjeras.
254
PALACIOS MARTÍNEZ, Eric (2002). “Contribución a la Teoría del Negocio Jurídico”
(Concepto, interpretación, ineficacia). Lima: Jurista Editores, Pág. 130.
255
ARANA COURREJOLLES, Carmen (1992). Ob Cit. Pág. 320-319.
156
hay claridad en los planteamientos del Código Civil, pues algunos artículos
son típicamente declaracionista. Esta disparidad de criterios al interior del
propio Código ha dado lugar a un interesante debate en nuestro medio sobre
si en materia contractual se ha consagrado el voluntarismo o el
declaracionismo., pues sería absurdo e incongruente que dentro de un
Código se establecieran normas declaracionistas para el acto jurídico y
normas voluntaristas para el contrato.
Por ello, es necesario señalar también –al igual que el maestro extinto
Lizardo Taboada Còrdova256_ que en el ámbito nacional, con la mayor
naturalidad, como algo totalmente lógico, se acostumbra mencionar que el
sistema del Código es declaracionista en materia negocial y voluntarista en
materia contractual, lo que desde nuestro punto de vista es completamente
inadecuado e incorrecto. Sería absurdo que en un Código declaracionista en
materia negocial existan normas voluntaristas en materia contractual, pues
se trata de dos campos íntimamente vinculados, que no pueden tener en
esta materia una regulación distinta.
256
TABOADA CÓRDOVA, Lizardo (2002). “Acto Jurídico, Negocio Jurídico y Contrato”.
Lima: Grijley, .Pág. 206 y 207.
157
257
CIFUENTES, Santos (2004). Ob. Cit. Pág. 344.
158
En países como México, a falta de ley que precise el alcance de los actos
jurídicos, establecen como reglas de interpretación los Principios Generales
del Derecho: “Debe tenerse en cuenta que a falta de ley que precise el
alcance de los actos jurídicos, cuando sus autores no han hecho uso de su
autonomía de voluntad, se debe estar a los Principios Generales de Derecho
según dispone el Código Civil de acuerdo con la Constitución Federal de la
República”259.
258
MESSINEO, Francesco (1986). Tomo II. Ob. Cit. Pag. 90.
259
BAQUEIRO ROJAS, Edgard (1995), “Diccionario Jurídico Harla. Volumen I: Derecho
Civil”. México: Harla, Pág. 63-64.
159
“Sétimo.- Que, conforme a los artículos 168 y 170 del Código Civil los actos
jurídicos deben ser interpretados de acuerdo con lo que se haya expresado en él y
según el principio de la buena fe, así como según la naturaleza y el objeto del acto;
siendo que en el presente caso si bien se advierte que las partes han otorgado el
“Nomen juris” de renovación, la naturaleza del pacto de acuerdo a los criterios de
interpretación que establecen las normas acotadas ha sido establecer una cláusula
de prórroga en la que se autorizaba al Banco a prorrogar el plazo del título valor sin
que sea necesaria la intervención de los obligados”.
En esta casación los magistrados solo se limitan indicar que los actos
jurídicos se interpretan de acuerdo con lo que se haya expresado en el
contrato; esto desde el punto de vista del sistema objetivo de interpretación y
para nada señala la voluntad real o sistema subjetivo de interpretación o sea
lo que importa es lo que se ha expresado en el contrato y no la voluntad real
Sala se limita a indicar que tal precisión no le resulta posible por una supuesta
“confusa redacción del contrato”, y que el derecho de propiedad o no deberá ser
determinado en la vía correspondiente, lo cual constituye un error porque el
Colegiado tiene la obligación de interpretar el título del accionante ya sea aplicando
el método objetivo, sistemático o teleológico, previstos en los artículos 168, 169 y
170 del Código Civil, a fin de determinar si le asiste o no el derecho de propiedad,
porque sólo así se estará pronunciando adecuadamente sobre uno de los puntos
controvertidos fijados en la audiencia correspondiente”.
En este caso la Sala Civil Suprema señala que el título debe interpretarse
conforme a los artículos 168, 169 y 170 del Código Civil; esto es en otras
palabras desde el punto de vista del sistema subjetivo de la interpretación,
sin reparar para nada el sistema subjetivo.
“CUARTO.- Que siendo ello así no puede inferirse que se haya incurrido en causal
de nulidad por exceso en las atribuciones del representante en la constitución de
hipoteca antes referida, puesto que en el poder no se indicó que la facultad de
otorgar en garantía el inmueble fuera únicamente para deudas u obligaciones de
los demandantes, ni hasta por un monto determinado, ni que debiera señalarse
expresamente en cualquier posterior hipoteca el domicilio real de los demandantes
y no del representante; que en todo caso, se debieron haber limitado los alcances
del poder en forma expresa, puesto que conforme establece el artículo 168 del
Código Civil, el acto jurídico debe ser interpretado de acuerdo con lo que se haya
expresado en él y según el principio de buena fe; que en tal sentido, la buena fe
protege a quien realiza un acto jurídico basado en la expresión de voluntad
exteriorizada, tal como lo ha hecho el Banco Mercantil, ahora absorbido por el
Banco Santander-Perú”.
Se observa que en esta sentencia el Juez Civil, señalando el artículo 168 del
Código Civil, se refiere a la interpretación objetiva del acto jurídico; luego
dicha sentencia fue confirmada por la Sala Civil Superior (Exp. Nº 53822-97);
pero lo que llama la atención es lo que la Sala Civil de la Corte Suprema se
ha pronunciado en vía de Casación Nº 765-99-Lima, en su quinto
considerando, cuyo tenor literal es la siguiente:
CAPITULO 5: IMPACTOS.
Considerando:
Exposición de Motivos.
Que, teniendo en cuenta los artículos 1361 y 1362 del Código Civil, se
advierte que en materia contractual se acoge al sistema o teoría de
interpretación subjetiva o voluntaria, en contraste con el artículo 168 del
Código; generando con ello una confusión y/o desorden en materia de la
interpretación de los actos o negocios jurídicos, toda vez que el negocio
jurídico viene ser el género, mientras el contrato la especie.
260
Art. 1. Constitución Políticas del Estado, prescribe: “La defensa de la persona humana
y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado”.
169
b) Proyecto de Ley.
Artículo 1.- Modificación de los artículos 168, 169 y 170 del Código
Civil.
Modificase los artículos 168, 169 y 170 del Código Civil, conforme a los
siguientes textos:
CONCLUSIONES.
RECOMENDACIONES.
Artículo 168 del Código Civil.- “El negocio jurídico debe ser interpretado de
acuerdo a la común intención de las partes y no limitarse al sentido literal de
las palabras.
Artículo 169 del Código Civil.- “Las cláusulas de los negocios jurídicos se
interpretan las unas por medio de las otras, conforme la unidad del acto
jurídico. De existir una cláusula dudosa se interpretará según el sentido
unitario del negocio jurídico.
Artículo 170 del Código Civil.- “Si una expresión tiene varios significados
debe utilizarse aquel que sea conforme a la causa del negocio jurídico
celebrado y en el sentido que le permita producir efectos jurídicos”.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ANEXOS
187
CASO Nº 1
no puede pretenderse que exista una sola obligación de pago “fraccionada” en el período
temporal contenido en los contratos de arrendamiento financiero, en consecuencia no
resulta aplicable al presente caso la norma denunciada, III. La contravención a las normas
que garantizan el derecho a un debido proceso, ya que, a) no es posible pretender
considerar que al amparo del principio de libertad de contratación y del principio de
búsqueda de la voluntad real (artículo mil trescientos sesenta y dos del Código Civil), se
pueda resolver ultra petita, lesionando con ello los legítimos derechos de su representada
con una interpretación antojadiza y contraria al sentido de la voluntad contractual y la
legislación especial que regulan los contratos de arrendamiento financiero, ya que al señalar
que la resolución del contrato por parte del Banco Interbank no es tal en base al principio de
la búsqueda de la voluntad real, sin embargo, en base al mismo principio las partes
acordaron que en caso de incumplimiento el acreedor podía resolver el contrato tal como así
lo disponen los diferentes contratos mercantiles; y b) en ningún momento se nos ha
comunicado el hecho fáctico de haber recibido de parte de uno de los fiadores solidarios un
pago parcial ascendente a cuatrocientos sesenta mil dólares, importe que la Sala pretende
desconocer al señalar taxativamente en el sexto considerando de la impugnada,
desconociendo con ello el valor probatorio que un instrumento público tiene, no está
cuestionando el derecho que tiene el acreedor a exigir que se pague, lo que cuestiona es
que el acreedor no tiene derecho a exigir más allá de lo que el contrato y la propia ley le
otorga; y, CONSIDERANDO: Primero.-Que, existiendo denuncias por vicios In Iudicando e
in Procedendo, corresponde verificar primero si se ha configurado o no esta última causal,
pues en caso de ser estimada se dispondría el reenvío de la causa al estado procesal
correspondiente, impidiendo que sea factible el análisis de las normas materiales en las que
se sustenta o debió sustentarse la resolución recurrida; Segundo.-Sobre las denuncias
por vicios In Procedendo, con respecto al ítem a) de la denuncia por contravención a las
normas que garantizan el derecho a un debido proceso, se debe indicar que como lo ha
expuesto el Tribunal Constitucional, en su sentencia recaída en el Expediente número dos
mil quinientos ocho-dos mil cuatro-AA, publicada el doce de noviembre del dos mil cuatro,
en el diario Oficial El Peruano, “el debido proceso está concebido como el cumplimiento de
todas las garantías, requisitos y normas de orden público que deben observarse en las
instancias procesales de todos los procedimientos, (…), a fin de que las personas estén en
condición de defender adecuadamente sus derechos ante cualquier acto del Estado que
pueda afectarlos. Vale decir que cualquier actuación u omisión de los órganos estatales,
dentro de un proceso, (…) jurisdiccional, debe respetarse el debido proceso legal…, desde
aquella perspectiva y estando a los hechos en que se sustenta el ítem a), se debe precisar
que los presentes autos versan sobre una de Obligación de Dar Suma de Dinero, por la cual
el Banco Internacional del Perú – INTERBANK-, emplaza a Del Pilar Miraflores Hotel
Sociedad Anónima a efectos que se le pague la suma de un millón ciento sesenta y seis mil
novecientos veintisiete dólares americanos con treinta y cuatro centavos, más los intereses
moratorias y compensatorios, según lo pactado en los contratos materia de ejecución,
siendo que como es de verse de la resolución impugnada de fojas trescientos setenta y tres,
su fecha cuatro de octubre del dos mil seis, que confirma la sentencia de primera instancia,
de fojas doscientos ochenta y cinco, de fecha veinticinco de mayo del dos mil seis, se
ordena que se lleve adelante la ejecución hasta que la ejecutada cumpla con pagar a la
ejecutante la suma de un millón ciento sesenta y seis mil novecientos veintisiete dólares
americanos con treinta y cuatro centavos, más los intereses demandados, con lo que se
cumple el Principio de Congruencia Procesal, por el cual, el Juez debe dictar sus
resoluciones de acuerdo con el sentido y alcances de las peticiones formuladas por las
partes en atención al principio antes mencionado previsto en la segunda parte del artículo
séptimo del Título Preliminar citado, toda vez que la infracción a este principio determina la
emisión de sentencias incongruentes como la sentencia ultra petita, la extra petita, citra
petita e infra petita, estando a que en el caso de autos de forma alguna puede alegarse que
la sentencia recurrida es incongruente por ser una sentencia ultra petita, vale decir, que se
resuelve más allá del petitorio o hechos, por lo expuesto líneas arriba, consecuentemente
este extremo del recurso deviene en inamparable, máxime si lo que busca en el fondo la
recurrente es cuestionar la aplicación de normas de naturaleza material, como lo es el
artículo mil trescientos sesenta y dos del Código Civil, lo que no resulta viable al amparo de
una causal de naturaleza procesal, Tercero.-Con respecto al ítem b) de la causal de
contravención a las normas que garantizan el derecho a un debido proceso, se tiene que,
como se observa de autos la Sala Civil, en la resolución de vista recurrida, ha valorado de
189
manera conjunta, utilizando su apreciación razonada todos y cada uno de los medios
probatorios aportados al proceso, de conformidad con el artículo ciento noventa y siete del
Código Procesal Civil, al extremo de no desconocer, como alega la recurrente, el pago
parcial que supuestamente habrían haber realizado los fiadores sino que en todo caso,
ordena al AQuo que en la etapa de ejecución verifique tal hecho, resultando igualmente
inviable este extremo del recurso, Cuarto.-Con respecto a las denuncias por vicios In
Iudicando, a saber de la interpretación errónea del artículo mil trescientos sesenta y
dos del Código Civil y nueve del Decreto Legislativo número doscientos noventa y
nueve, (ítems a y b del numeral I), causal que se configura cuando concurren los
siguientes supuestos: a) el Juez establece determinados hechos esenciales, a través de una
valoración conjunta y razonada de las pruebas aportadas al proceso; b) que aquellos
hechos, así establecidos judicialmente tienen relación de semejanza esencial o identidad
con los supuestos fácticos de una norma jurídica material individualmente seleccionada
como pertinente para el caso concreto; c) que elegida esta norma como pertinente (sólo ella
o en concurrencia con otras) para resolver el caso concreto, la interpreta ( y aplica); d) que
en la actividad interpretativa, el Juzgador utilizando los métodos de interpretación, yerra al
establecer el alcance y sentido de aquella norma (es decir, incurre en error al establecer la
verdadera voluntad objetiva de la norma), con lo que resuelve litigio de manera distinta o
contraria a los valores y fines del derecho y, especialmente vulnerando el valor superior del
ordenamiento jurídico, como es el de la justicia; Quinto.- Interpretación de los contratos,
ello consiste en determinar el sentido y alcance de sus estipulaciones, siendo que en tres
hipótesis fundamentales tiene lugar la interpretación del contrato: 1. Cuando sus términos
son oscuros y ambiguos, 2. Cuando siendo claros sus términos, no se concilian con la
naturaleza del contrato o con la verdadera intención de las partes que aparece manifestada
y, 3. Cuando relacionando las cláusulas del contrato, surgen dudas acerca del alcance
particular de alguna o algunas de ellas, estando a que los artículos ciento sesenta y ocho a
ciento setenta regulan las reglas de interpretación correspondiendo a los Jueces de mérito -
primera y segunda instancia- interpretar los contratos, lo que escapa al control de la Corte
de Casación, pues esta sólo puede intervenir cuando se infringe una Ley en caso que se
desnaturaliza el contrato al interpretarlo, o como sostiene Sánchez Palacio Paiva, en su libro
“El Recurso de Casación Civil-Praxis”, “en casación, no se controla la interpretación de la
voluntad de las personas. Esto excluye los términos de un contrato…Resultando claro que
los fines de la casación no se compatibilizan con los pactos privados y que tampoco pueden
dar lugar a la ejemplificación”, sin embargo dicho autor reconoce que “por ejemplo,
determinar si los hechos que se han constatado configuran un contrato de mutuo o se trata
de un contrato de depósito, o establecer si se presentan los elementos que configuran un
contrato de compra venta, etc. Tal calificación no importa una cuestión fáctica, sino que es
un control de derecho que entra de lleno en el oficio casatorio”, criterio que es tomado por
este Supremo Colegiado; Sexto.-Sobre lo cuestionado por la recurrente, como es de
verse del recurso de casación interpuesto, lo que la denunciante cuestiona no es sino la
interpretación sobre adelantamiento de cuotas vencidas, que el A Quem ha dado a los
contratos sub litis específicamente a la cláusula décima de la Escritura Pública de Compra
Venta Leaseback inmobiliario de fecha once de agosto del dos mil de fojas catorce –treinta y
nueve, modificado por Escritura Pública de modificación de Arrendamiento Financiero de
fecha diez de noviembre del dos mil de fojas cuarenta, así como la cláusula décima de la
Escritura Pública de arrendamiento financiero de fecha once de agosto del dos mil de fojas
cincuenta, modificada por Escritura Pública de medicación de arrendamiento financiero de
fecha diez de noviembre del dos mil de fojas setenta y dos, y de la décima cláusula de la
Escritura Pública de arrendamiento financiero de fecha nueve de noviembre del dos mil de
fojas ochenta y dos, que señalan que “…si el banco resolviera el presente contrato, podrá
dar por vencida todas las cuotas del arrendamiento financiero, produciéndose el
vencimiento anticipado de las mismas, las que deberán ser pagadas de inmediato…”lo cual
difiere, según la recurrente, de la verdadera voluntad objetiva de las normas denunciadas,
en tal sentido, y como ya se ha señalado líneas arriba, éste Colegiado ha precisado que la
interpretación de los contratos –en línea de principio rector- es tarea confiada a la cordura
del juzgador de mérito, pues ello son cuestiones de hecho reservados a jueces de instancia,
y la decisión que al respecto ellos produzcan, sólo será atacable en Casación por denuncia
de error de calificación del contrato, error éste de derecho, situación que de forma alguna
ha denunciado la recurrente al invocar la interpretación errónea del artículo mil trescientos
sesenta y dos del Código Civil o del artículo noveno del Decreto Legislativo doscientos
190
noventa y nueve, pues no cuestiona la naturaleza de los contratos sub litis (leasing) sino
más bien los acuerdos adoptados, vale decir, si es o uno un adelantamiento de cuotas, o
que nos remitiría a una interpretación de los pactos privados, por lo que el recurso en este
extremo debe desestimarse; Séptimo.-Sobre la inaplicación de una norma de derecho
material, a saber del artículo mil trescientos veintitrés del Código Civil, a que se hace
referencia el ítem II), causal que se configura cuando concurren los siguientes supuestos: a)
el Juez por medio de una valoración conjunta y razonada de las pruebas, establece como
probado ciertos hechos alegados por las partes y relevantes del litigio; b) que estos hechos
guardan relación de identidad con determinados supuestos fácticos de una norma jurídica
material; c) que no obstante esta relación de identidad (pertinencia de la norma) el Juez no
aplica esta norma (específicamente, la consecuencia jurídica), resolviendo el conflicto de
intereses de manera contraria a fines del derecho y, particularmente, lesionando el valor de
justicia, a dicho respecto ante todo debe señalarse que como es de verse de la sentencia
impugnada, la Sala Civil si ha aplicado dicha norma material, por lo que la causal deviene
en inamparable, sin embargo se debe indicar que nuevamente lo que pretende la recurrente
es una interpretación de las cláusulas contractuales, lo cual resulta inviable en cede
Casatoria, mas aún si se precisa que el recurso extraordinario de casación tiene un carácter
restrictivo, pues en primer lugar sólo se provocara la apertura de esta Sede Casatoria si se
configuran, algunas de las causales que se encuentran predispuestas en la ley, vale decir,
las preceptuadas en el artículo trescientos ochenta y siete del Código Procesal Civil, siendo
que tal criterio se agudiza por no actuar este Supremo Tribunal como una tercera instancia
y en segundo lugar, por cuanto, este recurso tiene por principal finalidad, en el sistema puro
u ortodoxo, la correcta observación del derecho positivo en las decisiones judiciales y,
complementariamente la unificación de dichas decisiones en casos similares, en tal línea de
ideas, es de deducir que en lo que concierne a la interpretación de los contratos no es tarea
de este Supremo Tribunal, pues ello encierra una cuestión de hecho reservada a los Jueces
de instancia; Octavo.-Que, siendo así, al no verificarse las causales denunciadas, debe
procederse conforme a lo dispuesto en los artículos trescientos noventa y siete, trescientos
noventa y ocho y trescientos noventa y nueve del Código Procesal Civil; por cuyas razones,
declararon: INFUNDADA el recurso de casación interpuesto Del Pilar Miraflores Hotel
Sociedad Anónima, en consecuencia NO CASARON la resolución de vista de fojas
trescientos setenta y tres, su fecha cuatro de octubre del dos mil seis, CONDENARON al
recurrente al pago de las costas y costos originados en la tramitación del recurso; así como
a la multa de dos Unidades de Referencia Procesal; DISPUSIERON la publicación de la
presente resolución en el Diario Oficial El Peruano bajo responsabilidad; en los seguidos por
Banco Internacional del Perú -Interbank contra Del Pilar Miraflores Hotel Sociedad Anónima
sobre Obligación de Dar Suma de Dinero; y los devolvieron. Vocal Ponente Señor Solís
Espinoza.- SS. TICONA POSTIGO, SOLÍS ESPINOZA, PALOMINO GARCÍA, CASTAÑEDA
SERRANO, MIRANDA MOLINA.
191
CASO Nº 2
CAS. Nº 1757- 2009 AREQUIPA. Lima, nueve de marzo de dos mil diez.- VISTA;
Con el acompañado; la causa número mil setecientos cincuenta y siete – dos mil nueve; en
audiencia pública llevada a cabo en la fecha, luego de verificada la votación con arreglo a
ley, se ha emitido la siguiente sentencia: RECURSO DE CASACIÓN: Se trata del recurso
de casación interpuesto mediante escrito de fojas ciento noventa y siete por don Fidel Díaz
Miranda, contra la sentencia de vista de fojas ciento ochenta y siete, su fecha quince de
mayo de dos mil nueve, expedida por la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Arequipa, que confirma la sentencia de fojas ciento catorce, su fecha veintiuno de octubre
de dos mil ocho, en el extremo que declara fundada la demanda interpuesta por don Yuri
Herrera Camino sobre otorgamiento de escritura pública. FUNDAMENTOS DEL
RECURSO: La parte recurrente, invocando la causal de infracción normativa material,
denuncia que si bien la pretensión incoada por el demandante se sustenta en el artículo
1412 del Código Civil, también es cierto que su defensa se fundamenta en lo dispuesto en el
artículo 1426 del citado Código, que establece que en los contratos bilaterales se suspende
el cumplimiento de una obligación si la otra parte no ha cumplido con la suya, por lo que
debió fijarse como punto controvertido establecer si el demandante cumplió con su
obligación del pago total del precio de venta del predio. Agrega, que en el caso de autos
existen dos posiciones respecto de la minuta de compraventa, la que exige el otorgamiento
de la escritura pública y la que se opone a dicha formalización, pues los compradores no
han cumplido con el pago total de venta, por lo que la recurrida debió interpretar el contrato
conforme a las reglas del artículo 168 del Código Civil de lo que se desprende que se ha
inaplicado una norma de derecho material. Finalmente sostiene que la sentencia debió
considerar el artículo 1426 del Código Civil, pues una de las partes no cumplió la prestación
a su cargo, dado que el demandante no canceló el precio total de la compraventa.
CONSIDERANDO: Primero.- Que, es materia de la demanda el otorgamiento de la
escritura pública correspondiente a la venta de la propiedad denominada Fundo La
Verónica, ubicado en la Avenida La Aviación, kilómetro 7 Lateral 4 Cerro Colorado, de la
ciudad de Arequipa, efectuada mediante minuta de contrato de compra venta de predio
rústico de fecha tres de agosto de dos mil cinco, demanda que se sustenta en lo dispuesto
en el artículo 1412 del Código Civil referido a la exigencia de partes del cumplimiento de la
formalidad del contrato. Segundo.- Que, en ambas instancias de mérito se ha llegado a
determinar que de acuerdo a lo pactado en la cláusula quinta, forma de pago del contrato de
compra venta de predio rústico, antes citado, los compradores tenían noventa días para
cancelar el saldo del precio, plazo que empezaba a computar a partir de la suscripción de la
escritura pública, por lo que, atendiendo a que a la fecha aún no se ha suscrito la escritura
pública, el plazo de los noventa días no ha empezado a correr, por lo que concluyen que, de
acuerdo a lo dispuesto en el artículo 1549 del Código Civil el comprador puede requerir al
vendedor para que formalice el referido contrato. Tercero.- Cabe tener presente que la
autonomía privada o libertad de contratación es el derecho que tienen las personas para
decidir celebrar contratos y con quién hacerlo, así como la libertad para determinar el
contenido de los mismos. Las personas son libres para negociar la celebración de sus
contratos (libertad de contratar) y las condiciones, limitaciones, modalidades, formalidades,
plazos, y demás particularidades que regirán la relación jurídica creada por el contrato
(libertad contractual). Esta libertad de contratación es un derecho fundamental de la persona
reconocido por la Constitución Política en el inciso 14) del artículo 2 y garantizado también
por el artículo 62 del texto constitucional; siempre y cuando no contravengan al orden
público, a las buenas costumbres (artículo V del Título Preliminar del Código Civil), así como
las normas legales de carácter imperativo (artículo 1354 del Código Civil). Por tanto el
acuerdo entre las partes de elevar a escritura pública la minuta de compraventa y
192
261
Artículo 1426 del Código Civil.- En los contratos con prestaciones reciprocas en que éstas deben
cumplirse simultáneamente, cada parte tiene derecho de suspender el cumplimiento de la prestación a
su cargo, hasta que se satisfaga la contraprestación o se garantice su cumplimiento.
193
nueve, en el extremo que confirma la sentencia apelada de fojas ciento catorce, su fecha
veintiuno de octubre de dos mil ocho que declara fundada la demanda sobre otorgamiento
de escritura pública, con lo demás que contiene; ORDENARON la publicación del texto de
la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano, conforme a ley, y los devolvieron.-
Vocal Ponente Mac Rae Thays.- SS. VÁSQUEZ CORTEZ, TÁVARA CÓRDOVA,
RODRÍGUEZ MENDOZA, ACEVEDO MENA, MAC RAE THAYS.
Publicado en El Peruano el miércoles 29 de febrero de 2012. Pág. 33822-33823.
194
CASO Nº 3.
prórroga consiste en un consentimiento expreso que otorga el obligado principal para que el
título valor pueda ser ampliado en su plazo por el tenedor a su vencimiento, sin que sea
necesaria la intervención del obligado ni de los garantes solidarios respecto de los cuales
también surte sus efectos la prórroga del plazo de vencimiento del título valor; no quedando
los mismos liberados de la obligación. Quinto.-Que, a diferencia de ello la renovación no es
una autorización previa para que el título-valor sea prorrogado a su vencimiento por el
tenedor, sino que es un acuerdo de ampliación del plazo que se manifiesta con la nueva
intervención del obligado en el título-valor asumiendo desde entonces las obligaciones
respectivas, quedando liberados de toda obligación quienes no intervienen en la
renovación; requiriéndose por tanto su intervención para que se entienda que el título-valor
renovado surte efectos con respecto de ellos. Sexto.-Que, en el caso sub materia se ha
establecido en el pagaré emitido con fecha treinta y uno de julio de dos mil uno, obrante a
fojas dos, se señaló que: “…el Banco se reserva el derecho de renovar este pagaré cuando
lo estime conveniente, por lo que acepto/ aceptamos todas las anotaciones que en tal
sentido haga en este título, ya sea por el importe total o cantidad menor, aun cuando las
mismas no aparezcan suscritas por mi/nosotros”. Sétimo.-Que, conforme a los artículos 168
y 170 del Código Civil los actos jurídicos deben ser interpretados de acuerdo con lo que se
haya expresado en él y según el principio de la buena fe, así como según la naturaleza y el
objeto del acto; siendo que en el presente caso si bien se advierte que las partes han
otorgado el “Nomen juris” de renovación, la naturaleza del pacto de acuerdo a los criterios
de interpretación que establecen las normas acotadas ha sido establecer una cláusula de
prórroga en la que se autorizaba al Banco a prorrogar el plazo del título valor sin que sea
necesaria la intervención de los obligados. Octavo.-Que, asimismo se colige que el pagaré
puesto a cobro ha sido prorrogado conforme a lo previsto en el artículo 49.1 de la Ley de
Títulos Valores, por cuanto ello se ha efectuado después de su vencimiento y antes de que
se haya extinguido el plazo para ejercitar la acción derivada del título-valor; no habiéndose
incurrido por tanto en defecto formal, gozando el título de mérito ejecutivo para que se
pueda despachar su ejecución. Noveno.-Que, si bien la Sala de mérito ha incurrido en error
al invocar el artículo 279 inciso 11º de la Ley de Títulos Valores, respecto de la renovación
de los títulos valores, cuando de acuerdo a la naturaleza del acto corresponde una cláusula
de prórroga, ello no amerita que se case la sentencia de vista por el simple hecho de estar
erróneamente motivada sólo en este punto, puesto que su parte resolutiva se ajusta a
derecho, habiéndose procedido a efectuar la correspondiente rectificación conforme a los
considerandos precedentes; resultando infundado el recurso de casación de conformidad
con lo prescrito en el segundo párrafo del artículo 397 del Código Procesal Civil. 4.
DECISIÓN: Por tales consideraciones: a) Declararon INFUNDADO el recurso de casación
de fojas doscientos veintisiete, interpuesto por Estancia Don Sancho Sociedad Anónima
Cerrada, en consecuencia, NO CASARON la sentencia de vista de fojas doscientos dos, su
fecha once de mayo de dos mil cinco, b) CONDENARON a la entidad recurrente a la multa
de dos Unidades de Referencia Procesal, así como al pago de las costas y costos
originados en la tramitación del recurso, c) DISPUSIERON la publicación de la presente
resolución en el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos por el
Banco Wiese Sudamris, sobre obligación de dar suma de dinero; y los devolvieron.- SS.
CAROAJULCA BUSTAMANTE, SANTOS PEÑA, PALOMINO GARCÍA, HERNÁNDEZ
PÉREZ, MIRANDA CANALES. C-53188.
Publicado: en El Peruano el lunes 2 de octubre de 2006, Pág. 17134-17135.
196
CASO Nº 4
VII del Título Preliminar del C.P.C. e inc.4° del artículo 122 del Código acotado. Sexto.-Que,
a lo expuesto debe añadirse que lo que no es materia de un proceso de desalojo por
ocupación precaria, es la determinación a cuál de las partes le asiste mejor derecho de
propiedad, para lo cual se requiere evidentemente que dichos sujetos procesales hayan
acreditado derecho de propiedad sobre el mismo predio, pero ni siquiera ha sido
determinado ni en forma positiva ni negativa en este proceso al accionante, pese a que ello
constituye uno de los elementos centrales de la discusión jurisdiccional en este tipo de litis.
Sétimo.-Que, de lo expuesto resulta evidente que se ha contravenido las normas que
garantizan el derecho a un debido proceso, siendo de aplicación lo establecido en el
numeral 2.1 del inciso 2° del art. 396 del C.P.C.; que estando a las conclusiones arribadas
declararon FUNDADA el Recurso de Casación interpuesto por doña Julia Aurora Urresti
Torres; en consecuencia NULA la sentencia de vista de fs. 9, su fecha 19 de abril del 2001;
ORDENARON al Órgano Jurisdiccional Inferior expedir nuevo fallo con arreglo a Ley; en los
seguidos por Julia Aurora Urresti Torres con Víctor Saúl Polanco Sevilla y otra; sobre
Desalojo por Ocupante Precario; y los devolvieron. SS. ECHEVARRIA A, LAZARTE H,
ZUBIATE R, BIAGGI G., QUINTANILLA Q. C-30344
Fecha de Publicación: 02-02-02.
198
CASO Nº 5
CASO Nº 6
extemporáneos; Por escrito de fojas 316 los demandantes formulan apelación la misma que
se concede por resolución de fojas 319 sin efecto suspensivo y con calidad de diferida
ordenándose traerse los autos para la sentencia; Por resolución de fojas 320 se ordena
sobrecartar a las partes el escrito de fojas 133; Por resolución de fojas 339 se tiene por
absuelto el traslado conferido ordenándose tener presente al momento de sentenciar; por lo
que los presentes autos se encuentra en estado de emitir sentencia; y CONSIDERANDO:
PRIMERO.- Que el artículo 160 del Código Civil establece que el acto jurídico celebrado por
el representante, dentro los límites de las facultades que se haya conferido, produce efecto
directamente respecto del representado; que asimismo el inciso 1 del artículo 167 del mismo
cuerpo de leyes establece que los representantes legales requieren autorización expresa
para disponer o gravar los bienes del representado; SEGUNDO.-Que conforme aparece del
testimonio de escritura pública de poder especial que corre de fojas 3 a 5 del expediente, los
demandantes otorgaron poder especial a favor de don José Darío Hernández Jiménez, para
que en su nombre y representación, hipotecara, gravara, o pusiera en garantía a favor de
entidades ya sean bancarias, financiera o de otra índole el inmueble ubicado en el jirón Los
Algarrobos número 108, lote 6, manzana V, Urb. Los Jardines del distrito de San Martín de
Porres; que si bien los demandantes han cuestionado dicho poder indicando que no
correspondió a la realidad de su intención, no lo es menos que los demandantes no han
demandado expresamente en el presente proceso la invalidez del mencionado poder, sino
tan sólo de la constitución de la hipoteca cuyo testimonio corre a fojas 614 del principal,
celebrada por el mencionado José Darío Hernández Jiménez en representación de los
demandantes a favor del Banco Mercantil, con intervención de la firma J.H.M. Contratistas
Generales S.A.; TERCERO.-Que dicho poder se autorizó en su cláusula segunda, en forma
expresa, para que el apoderado suscribiera los documentos para tales efectos, tales como
la escritura y sus aclaraciones de ser necesarias; CUARTO.-Que siendo ello así no puede
inferirse que se haya incurrido en causal de nulidad por exceso en las atribuciones del
representante en la constitución de hipoteca antes referida, puesto que en el poder no se
indicó que la facultad de otorgar en garantía el inmueble fuera únicamente para deudas u
obligaciones de los demandantes, ni hasta por un monto determinado, ni que debiera
señalarse expresamente en cualquier posterior hipoteca el domicilio real de los
demandantes y no del representante; que en todo caso, se debieron haber limitado los
alcances del poder en forma expresa, puesto que conforme establece el artículo 168 del
Código Civil, el acto jurídico debe ser interpretado de acuerdo con lo que se haya expresado
en él y según el principio de buena fe; que en tal sentido, la buena fe protege a quien realiza
un acto jurídico basado en la expresión de voluntad exteriorizada, tal como lo ha hecho el
Banco Mercantil, ahora absorbido por el Banco Santander-Perú; QUINTO.-Que por lo tanto,
la pretensión resulta improbada debiendo desestimarse la pretensión conforme lo establece
el artículo 200 del C.P.C.; por cuyos fundamentos y administrando justicia a nombre de la
nación; FALLO: DECLARANDO INFUNDADA la demanda, su fecha 16 de setiembre de
1997; con costas y costos; en los seguidos por don Antonio León Mosquito y otra contra el
Banco Santander y otros sobre nulidad de Constitución de Hipoteca.
denuncia por inaplicación del inciso 2º del artículo 167 del Código Civil también tiene el
mismo propósito. Quinto.-Que la interpretación del contenido de determinada cláusula
contractual a fin de determinar cuál fue la intención de las partes al redactarla, es una tarea
de las instancias de mérito, pues la labor de la Corte cuando conoce en vía de casación se
circunscribe a las cuestiones de iure o de derecho con expresa exclusión de la apreciación
probatoria. Sexto.-Que la denuncia in procedendo tampoco puede prosperar pues fluye que
la prueba ofrecida fue emitida con anterioridad a la presentación de la demanda por lo que
mal puede calificarse como un hecho nuevo en los términos del artículo 429 del C. P.C.
Sétimo.-Que, en consecuencia, no se satisface a cabalidad el requisito de la debida
fundamentación a que se refiere el inciso 2º del artículo 388 del C.P.C.; por estas razones y
en uso de la facultad contenida en el artículo 392 del aludido Código Procesal; declararon
IMPROCEDENTE el recurso de casación interpuesto a fojas 451 por don Antonio León
Mosquito, en los seguidos con el Banco Santander-Perú y otros sobre Nulidad de Acto
Jurídico; CONDENARON al recurrente al pago de la multa de 3 de Unidades de Referencia
Procesal así como al pago de las costas y costos originados en la tramitación del recurso;
DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial “El Peruano”,
bajo responsabilidad; y los devolvieron.
203
CASO 7
262
Tomado de: DIALOGO CON LA JURISPRUDENCIA, Año 9, Numero 58, Julio 2003. Pág. 107-
109.
204
matrimonio tuvieron seis hijos, dos de ellos fallecidos al nacer, siendo los cuatro restantes:
María Antonia, Alejandro, Julio Cesar y Rosa Nelly Manchego Pellanne, y además, un hijo
natural llamado Carlos Alberto Manchego Bravo; Que, las personas señaladas tienen
derecho a la legítima, parte de la herencia de la que no puede disponer libremente el
testador cuando tiene herederos forzosos, salvo los casos expresamente determinados,
porque la ley se lo confiere aunque el causante no los designe sus sucesores de
conformidad con los artículos 700 y siguientes del Código Civil de 1936; Que, si bien en la
redacción del testamento, el causante omitió consignar la frase: “instituyo como herederos
a”, no es menos cierto que en las disposiciones testamentarias subsiguientes manifiesta:
“cláusula quinta: Declaro tener una casa(…) adquirido dentro del matrimonio(…) situada en
le Parque Gonzáles Prada; cláusula octava: (…) dejo un seguro de (…) los que deben ser
recogidos por mis herederos (…); cláusula novena: (…) el auxilio mutual(…) que acuerda el
Colegio de Abogados(…) será recogido por mis herederos a efecto de que se repartan de
acuerdo a ley; cláusula décima: seguro (…) que dejo para mi esposa Manuela Pellanne ya
que todos mis hijos son mayores de edad; cláusula décima cuarta: Declaro que es mi
voluntad y confió en la nobleza de mis hijos, que mientras viva su madre, contribuyan a que
la casa en el Parque González Prada sea ocupada por ella (…) salvo acuerdo voluntario de
madre e hijos; cláusula décima quinta: Declaro que los dos haberes mensuales (…) se
hagan efectivo por mis herederos, con el fin de que se apliquen a los gastos modestos de mi
entierro”; evidenciándose en forma indubitable la voluntad testamentaria de designar a su
esposa e hijos como sus sucesores, vale decir, en el presente caso, no hay ausencia de
nombramiento ni se ha prescindido de los legitimarios o herederos forzosos, estos han sido
señalados en la segunda y tercera cláusula del testamento; Que, el aspecto que refuerza la
procedencia de la inscripción del título venido en grado, es que si bien no siempre el
legitimario es heredero porque puede haber recibido su legítima por acto intervivos, no
menos cierto es que el testador, en otras cláusulas del testamento, ha dispuesto de todos
sus bienes sin privar a su esposa e hijos de la legítima y sin designar a otros sucesores, ya
sea como herederos voluntarios o legatarios, tampoco indica que ha pagado la legítima de
los mismos con legados o con bienes extrahereditarios; de lo que se concluye que se está
frente a una situación ordinaria en la que los legitimarios son también herederos; Que, en tal
sentido, si bien el Código Civil no contiene disposiciones específicas sobre la interpretación
de los testamentos, resulta supletoriamente aplicables, en cuanto resulten compatibles con
la naturaleza de esta declaraciones “mortis causa”, las normas generales de interpretación
de los actos jurídicos, entre las cuales se encuentran los artículos 168 y 169 del mismo
Código, que estipulan que dicha interpretación debe efectuarse de acuerdo con lo
expresado en él y según el principio de buena fe, atribuyéndose a las cláusulas dudosas el
sentido que resulte del conjunto de ellas; Que, Lohmann Luca de Tena al referirse a las
reglas particulares de interpretación de los testamentos menciona el principio de
conservación del testamento que busca la subsistencia y utilidad de los efectos de sus
disposiciones y que opera en favor de la máxima eficacia de las cláusulas dudosas; este
principio interesa en los casos en que la disposición admite varias interpretaciones, y una de
ellas permite la validez y aplicación de la disposición y la otra conduce a su ineficacia o
menor utilidad, el hermeneuta debe optar por la primera, siempre que no resulte
incompatible con la voluntad notoria del testador; y el principio de equivalencia de beneficio
entre dos o más sujetos llamados a suceder, señala que la finalidad de tal principio apunta a
evitar que la disposición testamentaria se invalide por no haberse expresado el causante
con claridad, atribuyendo de esta manera a la disposición que es más conforme a la
voluntad del testador antes que anular la atribución, señalando además que contra dicho
principio no debe prevalecer una aplicación literal del artículo 734 del Código Civil de 1984
(que tiene como antecedente al referido artículo 686 del Código Civil de 1936), según el cual
la institución de heredero o legatario debe recaer en persona cierta designada de manera
indubitable por el testador, manteniéndose contrario a aquellas tesis que consideran que
para los supuestos de institución a que se refiere la norma no cabe interpretación alguna y
que el testador debe designar con certeza e indubitablemente a sus sucesores, bajo pena
de nulidad, como postulan algunas legislaciones. (“Derecho de Sucesiones” VOL. XVII-
Tomo II, Pág.236. Fondo Editorial 1996-Pontificia Universidad Católica del Perú); Que,
además debe tenerse en cuenta que el apelante es uno de los albaceas nombrados por el
testador, quien puede interpretar el testamento porque esta facultad es inherente a su
función, pues sin interpretación no podría darse cumplimiento a las disposiciones
testamentarias; sin perjuicio del derecho de los herederos de impugnar la interpretación
205
realizada por el albacea (ob. Cit. Pág. 246); Que, en concordancia con lo expuesto en los
considerandos precedentes, así como en la Resolución Nº 434-97-ORLC/TR del 16 de
octubre de 1997 y de conformidad con lo dispuesto en el artículo 2011 del Código Civil, el
Numeral IV del Título Preliminar y artículos 150 y 151 del Reglamento General de los
Registros Públicos; y, Estando a lo acordado; SE RESUELVE: REVOCAR La denegatoria
de inscripción formulada por la registradora pública del Registro de Personas Naturales de
Lima a la solicitud referida en la parte expositiva, y disponer su inscripción por los
fundamentos expuestos en la presente resolución. Regístrese y Comuníquese. (Fdo.) – Dra.
Elena Vásquez Torres, presidenta de la Segunda Sala del Tribunal Registral.- Dr. Walter
Poma Morales, vocal del Tribunal Registral.- Dr. Luís Aliaga Huaripata, vocal (e) del Tribunal
Registral.
206
CASO Nº 8
RESOLUCIÓN Nº 212-98-ORLC/TR.
Lima, 29 de mayo de 1998.
VISTA, la apelación interpuesta por María Nelly Ruesta Angulo De Prosser (Hoja de Trámite
Documentario Nº 10685 de fecha 8 de mayo de 1998) contra la denegatoria de rectificación
de oficio formulada por la registradora pública del Registro de Propiedad Inmueble de Lima,
Dra. Gloria Amparo Salvatierra Valdivia. La solicitud se presentó mediante Hoja de Trámite
documentario Nº 7419 del 1 de abril de 1998. La Registradora denegó la rectificación por
cuanto: “Visto el título archivado donde corre el testamento otorgado por doña Mercedes
Agripina Angulo Ramírez, y que, diera origen al asiento 1-C de la ficha 1718679 del Registro
de Propiedad Inmueble de Lima, señala que Petronila del Rosario Murguicila y Carmen
Teresa Gálvez Vargas son herederos del inmueble ubicado en el Distrito de Miraflores; y
que María Nelly Ruesta Angulo de Prosser además de ser nombrada albacea sería
heredera de bienes muebles y enseres. (Cláusula cuarta del testamento de fecha
25/09/97…”; interviniendo como Vocal ponente el Dr. Jorge Luis Gonzales Loli; y,
CONSIDERANDO: Que, mediante escrito de fecha 31 de marzo de 1998, presentado a
través de Hoja de Trámite Documentario Nº 7419 del 1 de abril de 1998, María Nelly Tuesta
Angulo de Prosser solicita la rectificación de oficio del asiento 1-C de la ficha Nº 1718679
del Registro de Propiedad Inmueble de Lima, en el sentido que se consigne su calidad de
coheredera del inmueble ubicado con frente a la Calle Bellavista Nº 112-120 del distrito de
Miraflores; Que, consta en el asiento cuya rectificación se solicita que doña Petronila del
Rosario Murgucila y doña Carmen Teresa Gálvez Vargas, han adquirido la propiedad del
citado inmueble, en su calidad de herederas de la anterior titular de dominio doña Mercedes
Agripina Angulo Ramírez, fallecida el 5 de diciembre de 1997, en mérito al testamento en
escritura pública de fecha 15 de noviembre de 1982 otorgada ante el notario de Lima, Dr.
Felipe de Osma Elías, modificado según escritura pública de fecha 25 de setiembre de 1987
extendida ante el Notario de Lima, Dr. Javier Aspauza Gamarra; Que, aparece del
testamento en escritura pública del 15 de noviembre de 1982, otorgado por doña Mercedes
Agripina Angulo Ramírez, obrante en el título archivado Nº 19937 del 4 de febrero de 1998,
que la testadora declaró ser propietaria del cincuenta por ciento del inmueble antes
mencionado, expresando no tener herederos forzosos e instituyendo como herederas
universales en partes iguales a su sobrina Nelly Ruesta Angulo de Prosser y a las señoritas
Petronila del Rosario Murguicila y Carmen Teresa Gálvez, asimismo declaró que era su
voluntad que mientras permaneciera con vida su hermana Livia Zoraida Angulo Ramírez se
mantuviera la indivisión del inmueble submateria; Que, posteriormente, a través de la
escritura pública del 25 de setiembre de 1987, materia del mismo título archivado a que se
refiere el considerando precedente, la causante amplío y modificó las referidas
disposiciones testamentarias, expresando en la cláusula tercera de dicho instrumento
263
Tomado de: DIALOGO CON LA JURISPRUDENCIA, Año 11, Nº 87, Diciembre 2005.
Pág. 99 - 101.
207