Npliego, Artículo 4o

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La Organización Económica

de la Hacienda*

PRANK T ANNENBAUM
fTraducción de ANTONIO CÁSTRO LEAL] .

La hacienda mexicana como la conocemos hoyes


el resultado de un largo período de evolución. Como
lo insinuamos al principio (véase Cap. I.) es posible
que existiese. aun antes de laCdnquista Española. un
t¡pode gran propiedad rural con cierto carácter feu'"
da!' Pero esta institución. cualquiera que haya sido
su verdadera naturaleza, fue reemplazada por un nue:'
vo tipo de propiedad rural derivada de la Conquista y
que. con algunas modificaciones. perduró hasta fine,
del Gobierno de Díaz (l91 O) 1. El haber súbsistido
tanto tiempo se debe sin duda. en no poco. a qUe fue
implantada en un medio propicio. La escasez y el ca.;,
rácter primitivo de la: población; el hecho de queexten.-
sas regiones del país se adaptaran mejor a laganadl."":'
ría mientras que otras; debido acondkiones pluviales.
exigieran obras de irrigación. fueron factores que. u11i ..
" * Capítulo del libro de Frank Tannellbaum, "The MexicanAgrarian
Revolutipn", cuya tradpcción al eSp1lñol publicará próximamenté él
f<~ondo de Cultura Económica.
190 EL TRIMESTRE ECONOMICO

dos a otros, contribuyeron a facilitar el arraigo y des-


arrollo de la gran hacienda en el medio económico me
xicano hasta el punto de que ésta llegara a ser el prin·
cipal sistema de la vida y del trabajo agrícolas.
Las consecuencias políticas y económicas de la Con-
quista española crearon necesariamente el régimen de
la hacienda. La hacienda, fruto de la Conquista e ins-
trumento de dominación política, reemplazó a las for~
mas anteriores de propiedad de la tierra. Para com-
prender el lugar que la hacienda ocupa en la vida eco:
i
nómica de México, hay que tener presente que fue pro_
ducto de una acción a la vez militar y política: el des.-
pojo violento de una población que vivía ya bajo un
sistema bien establecido de propiedad y explotación Cf
la tierra 2.
Sobre toda la estructura económica del país influye
poderosamente el hecho de que México haya princi~
piado su vida de colonia europea en circunstancias des-
favorables para el rápido desarrollo de su agricultura.
El conquistador español era soldado, no agricultor.
Ponía su interés en el poder y en el oro de las minas.
Los primeros repartos de tierras fueron hechos más
con el propósito de repartir entre los conquistadores
los indios que las tierras; así, poco cuidado se puso en
la determinación exacta de los linderos. El no haber
fijado los linderos de las haciendas es desde entonces
en México una constante calamidad. A ello se debe que
los títulos de la tierra seaninciertos; que hayan surgi-
do innumerables pleitos entre los terratenientes. los
pueblos y el gobierno. y que la venta y el traspaso de
la propiedad sean negocio complicado y costoso 3.
Estos factores que, favoreciendo el incremento de
las haciendas, amenazaban asimismo el traspaso o di-
visión de las propiedades individuales, fueron reforza-
dos por el hecho de que los terratenientes conservaron
siempre, desde la Conquista española hasta el término
LA ORGANIZACION ECONOMICA 191

del gobierno de Díaz, cierto poder político. De un mo-


do u otro lograron que las leyes del país se plegaran a
sus propósitos 4. La mayor parte de las tierras del país
fueron ocupadas por los españoles y, una vez en su
poder, las haciendas se convirtieron en patrimonio,
feudales. Puede decirse que sólo la muerte o la banca--
rrota arrancaban de las manos de los terratenientes sus
propiedades 6. Por otra parte, las grandes heredades
adquiridas por la Iglesia y conservadas por ella hasta
mediados del siglo pasado, contribuyeron al estanca-
miento de la propiedad rural. Así, las grandes fincas
estaban sujetas sólo en parte a los principios que rigen
1;lna empresa económica, una administración producti-
va y una venta comercial. Su propiedad se conservaba
por tradición de familia como un medio de influencia
social, y eran administradas con el menor riesgo po--
sible 6.
El objeto de la hacienda parece haber sido más
bien la seguridad que el lucro. El propietario vivía ge--
neralmente en una ciudad: en la capital del estado, en
México o, si 10 permitía su fortuna, en Europa 7. Un
administrador manejába la finca, y el dueño se confor-
maba con la renta más o menos usual 8. El absentismo,
el manejo indirecto 9 y la seguridad de la renta eran
la base de la administración de la hacienda. Al admi··
nistrador, que tenía poco interés personal en la fincl,
le bastaba, 10 mismo que al dueño, con obtener de la
hacienda la renta habitUal. De este modo fue impo-
niéndose la seguridad como principio de la administra-
ción ideal: la organización toda giraba sobre este pro·
pósito.
Los grandes fundos, por lo general demasiado ex-
tensos para poder ser administrados como una sola
propiedad, eran divididos en ranchos. Cada rancho te-
nía un mayordomo bajo la inspección general del ad-
ministrador 11. Las tierras de los ra\nchos se dividían
192 EL TRIMESTRE ECONOMICO

ordinariamente en cinco categorías, según fueran culti~


vadas (a) directamente, eb) por aparceros, ee) por
arrendatarios, ed) por labradores residentes que tra-
bajaban parcelas de maíz como parte de su salario y (e)
por cultivadores que roturaban tierras nuevas y no
pagaban renta. ;
La división administrativa de las tierras de la ha":
cienda correspondía también a una división de caH-;
dad. Cuando la hacienda cultivaba directamente su~
tierras, lo que no pasaba siempre, escogía en general las
mejores, las irrigadas o las que tenían bastante abono
o lluvias para dar una cosecha segura 12. Las tierras
más pobres tocaban a los aparceros, a los arrendata~
ríos, a los labradores residentes y a los cultivadore~
que roturaban el suelo y no pagaban renta 13. Pero
aun subdividida. así, faltaba a la hacienda empresa.
capital disponible y acceso a los mercados para poder
trabajar más Que una parte de sus tierras de labor 14,
Se ha caleudado que las haciendas no cultivaban, por
término medio. más del l O% de sus tierras arables 15, Y
que las tierras de los pueblos eran cultivadas en. mayor
escala.
La hacienda trataba en lo posible de bastarse a sí
misma. Mientras mayores eran los recursos interiores
de la hacienda y la variedad de materias primas, más
segura era la cuadrilla de trabajadores, y mientras
más era lo que podía ser elaborado dentro de la pro-
piedad misma, menos variable era la renta de ésta y más
segura la posición de sus propietarios 17. En las hacien-
das más extensas era mayor la variedad del suelo, la
seguridad de los bosques, pastos y vertientes y más
fácil la protección de los frutos y animales. Para bas-
tarse a sí misma la hacienda recurría además a otro me-
dio! reducir al mínimo los gastos en efectivo. En 10
posible, todas las mejoras de la hacienda se hacían con
los recursos disponibles en la propiedad misma, con
LA ORGANIZACION ECONOMICA 1915

herramientas caseras, que es decir primitivas. Así, del


arado fabricado en casa tiraban bueyes criados en los
pastos de la finca; el rastrillo, si lo había, era de mad~­
ra, y las correas substituían a los clavos 19.
La hacienda siempre que podía mantenía un cuer-
po permanente de trabajadores. Puede decirse que co-
múnmente la hacienda mexicana sufría de escasez de
mano de obra. Esto es menos exacto de la parte cen-
tral de México que de los estados tropicales de la costa
o de los del norte, pero, por lo común y aun en las
regiones centrales de México, era general la resistencia
del indio y del mestizo para trabajar permanentemen-
te en las grandes fincas. Donde los indios habían po-
dido mantener sus tierras, o sus pueblos habían con-
servado siquiera pobres parcelitas donde poder sem-
brar maíz, trabajaban en las haciendas sólo de un mo-
do intermitente e irregular, prefiriendo labrar sus pro-
pias parcelas para producir lo bastante para su mez-
q-qino vivir 20.
La servidumbre que existió en México casi 4{)O
años debe ser considerada en parte como un intento pa-
ra resolver la escasez de mano de obra 21. La sujeción
de la tierra de los pueblos tuvo por objeto, no sólo ob ..
tener tierras, sino también mano de obra permanente.
Se conviene generalmente en que el sistema de Hengan-
che H prosperó más en aquellas regiones de México don-
de la mano de opra era más escasa 22. Pero cualquier
generalización debe verse con cautela. Es evidente que
las condiciones de trabajo, especialmente en cuanto a
los trabajadores que residían en las haciendas. varia-
ban grandemente de uno a otro Estado y aun de uno a
otro municipio en un mismo Estado. Pero los usos lo-
cales. 23 las cosechas. las poblaciones eran tan diversas
en unos y otros distritos. que el contrato de trabajo
del México rural es uha verdadera maraña que no in-
tentamos desenredar. En general. sin embargo. se
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pueden distinguir dos sistemas principales de trabajo:.


los Henganchados" y los trabajadores libres.
En todas las haciendas parecen haber existido con-
juntamente trabajadores H enganchados n y trabajadores
libres. En algunos lugares. especialmente en las plan~
taciones de azúcar yde café. los labradores de residen-
cia permanente parecen haber sido relativamente po~
cos; en otros lugares. numerosos. Sobre este punto es
difícil también una generalización precisa. Conocemos
el número total de los que vivían en las haciendas y
sabemos que la mayor parte de ellos estaban arraiga-
dos a la finca por el sistema de deudas. Además de los
Henganchados" y de los trabajadores libres. las hacien-
das contaban generalmente con arrendatarios y culti-
vadores. El siguiente cuadro explicará mejor la clase
de trabajadores con que contaba la gran hacienda tí-
pica. La hacienda tenía normalmente:
Un administrador;
. Uno o más mayordomos (superintendentes de los
ranchos) ;
Escribientes;
Un sacerdote (en las haciendas grandes);
U n maestro de escuela (rara vez) ;
Capataces (encargados de los distintos trabajos:
ganado. cosechas especiales. etc.) ;
Caporal y, vaqueros;
Capitanes de cuadrillas de trabajadores;
Trabajadores residentes enganchados (acasillados,
acomodados) 24;
/\.parceros residentes. que eran también trabaja-
dores;
Arrendatarios residentes. que también eran traba-
jadores;
Arrendátarios de los que dependían aparceros o
sub-arrendatarios;
LA ORGANIZACION ECONOMICA 195

Arrendatarios temporales.· que no residían en la


hacienda;
Aparceros temporales que no residían en la ha~
cienda;
Cuadrillas contratadas por la estación agrícola;
Trabajadores contratados por mes;
Trabajadores contratados y pagados por semana:
Trabajadores contratados por tareas;
Trabajadores contratados y pagados por día.
Además, la hacienda solía tener fuerza de policía
propia, un magistrado 25, Y una prisión; arrieros, paso-
tores, porqueros, herreros. carpinteros y trabajadores
especiales de varias clases.
Aunque este cuadro descarnado de la organización
del trabajo de la hacienda es válido para todo México,
la distribución proporcional de las diversas clases de
trabajo difería grandemente. Las plantaciones de he-
nequén de Yucatán 26, las plantaciones de café de Ve-
racruz y Chiapas y las plantaciones de azúcar de Mo-
relos, empleaban gran número de trabajadores, H cua -
drillas", que venían de puntos lejanos. Una parte de
los trabajadores de estas haciendas residían permanen-
temente y estaban arraigados por deudas. Las fincas
típicamente agrícolas, las de la altiplanicie, y aun otras,
cuando no cultivaban cosechas tropicales. empleaban
pocas H cuadrillas 1 ' . La mayor parte del trabajo en és-
tas, las haciendas de cereales, 10 hacían trabajadores re-
sidentes, aparceros, arrendatarios o jornaleros que ve-
nían de los pueblos cercanos.
Hasta donde era posible~ los trabajos de la hacien-
da eran hechos por trabajadores no temunerados.-·
La economía interior de la hacienda hacía posible al
dueño o a su administrador una variedad d~ privile-
gios y de prerrogativas que les permitían obtener una
gran parte del trabajo sin desembolso y aun sin remu-
neración directa. Era un sistema casi universal el de
196 EL TRIMESTRE ECONOMICO

"dar faenas", sistema por el que todos los residentes


en la hacienda, por el hecho de vivir en ella, tenían que
hacer ciertas labores antes de que comenzara el traba-
jo del día o después que terminara 27. Por este sistema
se nevaban a cabo casi todas las tareas domésticas; en
ellas tomaban parte las mujeres y los niños, y com-
prendían hacer tottillas para la Hcasa grande" de la ha-
cienda, cocinar, lavado, limpieza y llevar los animales
a pastar.
Además del sistema de faenas, los aparceros y los
arrendatarios tenían frecuentemente que pagar una
renta en trabajo por el derecho de que pastaran sus
animales de labor, que consistía en cierto número de
días de trabajo al año con sus animales, aparte de la
renta en cosecha o en dinero por levantar su cosecha.
El aparcero y el arrendatario tenían que dar, además
de la renta en trabajo por sus animales, una renta en
trabajo 28 por la tierra que ocupaban. Este sistema te-
nía muchas variantes, pero estaba muy extendido en
todas las haciendas de México y tenía por consecuen-
cia suministrar a la hacienda una parte considerable
de trabajo sin costo alguno. El autor encontró toda-
vía en 1926 una variante de este sistema en el Estado
de Chiapas. El trabajador de la hacienda tenía que pa-
gar lo que se llamaba Hbaldiaje", es decir, cierto nú-
mero de días de trabajo por cada uno de los animales
que la hacienda permitía que pastaran en sus campos.
Yen algunas haciendas todos los animales que había
estaban en manos de los arrendatarios o aparceros, re-
sultando que, en pago por el derecho de pastar, todos
los animales de labor se le proporcionaban a la hacien-
da sin costo alguno. En el mismo Estado todo el tra-
bajo humano en algunas de las haciendas, especialmen-
te cerca de la ciudad de Comitán, se obtenía del Hbaldia-
je" que correspondía al cultivador por cada hectárea
que labraba. En un caso extremo, en las haciendas que
LA ORGANIZACION ECONOMICA 197

rodean el pueblo de Amatenango, los labradores tenían


que pagar ocho días de Hbaldiaje" cada mes por cada
hectárea que explotaban. Con lo que, si el trabajador
cultivaba dos hectáreas, tenía que dar a la hacienda
16 días de trabajo al mes durante la estación agrícola.
Esto era más que corriente en la misma región del es-
tado; cuanto más nos acercamos a donde había tierras
fiscales menos eran los días que se pagaban por el de-
recho de cultivar una hectárea. 29
Si se pagaban salarios, su monto era poco. El sa-
lario normal diario pagado en dinero, en el año de
1887, fluctuaba entre 12 112 centavos y un peso. 80
(Véase el cuadro en la página siguiente) . La estructura
de los salarios en México era excesivamente compleja, ya
que en gran parte era local, tradicional, consuetudinaria
e independiente de factores exteriores. Sabemos que des-
, de principios del siglo los salarios se han quedado más
o menos estacionarios y que, en general, los salarios ru-
rales no han variado desde entonces hasta 1910 81; que.
a pesar del alza general provocada por la Revolución.
hay todavía lugares en México donde los salarios han
variado poco.
En agosto de 1926 los salarios en el Municipio de
Huimilpan, Estado de Querétaro, en el corazón mis-
mo de la zona agrícola más rica de México, ascendian
a 25 centavos ó 2 cuartillos 32 de maíz. 33 Otros infor-
mes sobre este estado son en el mismo sentido, 34 mien-
tras en algún lugar de Jalisco, los salarios oscilaban en
1924 entre 12 y 20 centavos diarios y 4 litros de
maíz. 35 Citamos estas cifras sólo para probar el carác-
ter estático de los salarios rurales en México, espeéial-
mente antes de la Revolución; 36 pero erraríamos al
considerar los salarios en efectivo como una expresión
exacta del monto de los salarios o de la forma en que
se pagaban. Los salarios en efectivo deben ser conside-
rados más como nominales que como reales: meros
198 EL TRIMESTRE ECONOMICO

símbolos para calcular las entradas del trabajador y


los gastos que hacía en la tienda de la hacienda 37, en la
tienda de raya 38.
SALARIOS RURALES EN 685 MUNICIPIOS, EN 28 ESTADOS (1885-1887) *

I
Q
~ Municipios con declaraci6n del salario medio
Q'~ (e .. CENTAVOS)
-=.$0
• u
ESTADOS Q'~ 1 12~ 19 25)4 31 72 37~ 44 50)4' 5672 62~ 69 75
Z§ a a a a a a a a a a a a
18~ 25 31)4 37 72 43~ 50 56)4 62 72 68~ 75 100
~ 1272
- - - - - - - - - - - ~.~

Veracruz .................. 128 1 2 22 26 5<: 7 14 1 3 1 1


Chiapas .................. 76 12 36 18 4 3 2 1
Durango .................. 19 3 4 S 3 3
Jalisco.... ___ .... ~ .......... 23 3 16 3 1
Morelos .................. 22 2 4 6 8 2
Nayarit .................... 23 3 2 15 2 1
Nuevo León ............
Michoacán .. _ .......... 3 2 1
Oaxaca.................... 74 4 45 24 1
Puebla .................... 15 1 10 4 .... \
Querétaro................ 1 1 ----
San Luis PotosL. ... 1 1
Sonora .....•.............. 43 1 2 1 28 3 1 5 2
Tabasco .................. 7 1 2 2 1 1
1 1 1
1~\ --------
Tamaulipas ............ \ 2 7 3
Yucatán .................. 1
Guerrero .............. 40 ---- 5 18 9 4 1 2 1
Zacateca s ................ 19 1 3 5 4 5 1
Guanajuato.............. 39 18 21
México .....•.•..•......... 54 2 17 17 \ 15 3
Tlaxcala ...••............. 32 24 5 2 1
Hidalgo •................. 38 1 13 21 3
Baja California .....__. 1 1
Aguascalientes __ ...... 1 1
Distrito Federal ...... 1 1
Colima .....__ ............. 2 1 1
Coahuila ""~ __"""'" 7 1 4 1
Chihuahua .............. ---.
-=-¡-=- -= :::. . : . ---- ---- .... ---- ---- ----
3 10
.---

TOTALES ............ 685 22 147 218 93 106 21 54 1 8 2

'" Compilado y preparado de "Informes y documentos relativos al


comercio interior y exterior, agricultura e industrias", 1885-1888.
Puede considerarse como un promedio válido para todo México.
LA ORGANIZACIQN ECONOMICA 199

Las haciendas reducían el pago de salarios al mí-


nimo por la práctica muy común de pagar en especie
o en vales más que en efectivo 39. El labrador recibía
ciertas cantidades de dinero tres veces al año: 3 a 5 pe-
sos en la Semana Santa; acaso de 6 a 10 pesos en T 0-
dos Santos, y una nueva merced en Navidad 40, Y pa-
gos especiales en caso de enfermedad, muerte, nacimien-
to de un hijo o por alguna celebración 41. Fuera de eso
tenía que pedir en la tienda de raya los productos in··
dispensables, que, hasta donde era posible, provenían
de la misma hacienda. Esos abastos consistían prin-
cipalmente en maíz, frijol y sal, y en menor grado ve-
las, manta para vestidos, pulque7 manteca, azúcar sin
refinar, sombreros de paja, percal barato, huaraches7
carne seca, pimientos, paliacates7 cordón, tabaco y pe-
dernal.
El comercio libre no era permitido en las hacien-
das, y la tienda de raya manejada por la administra-
7

ción, era la fuente principal, si no la única, de abaste-


cimiento. El ideal de la buena administración era que
el dinero pagado por salarios volviera a la hacienda
como beneficio de la tiendá de raya. 42. Los productos.
cuando no eran del lugar, eran comprados al por ma~
yor por la hacienda y vendidos al menudeo, unas ve-
ces como anticipos de salarios y, otras. a cambio del
dinero pagado por éstos 4S. En gran número de hacien-
;las era obligatorio hacer las compras en la tienda de
raya 44,
Como parte del salario la hacienda daba habita-
ción y una parcela de tierra. La choza la edificaba por
lo común el mismo trabajador 45 con los materiales
que había en la hacienda. y la parcela era considerada
entre los medios de aumentar el rendimiento de la ha-
cienda. sin que ésta tuviera ninguna obligación en su
cultivo. salvo acaso el derecho concedido al trabaja-
dor de usar los aperos y animales de la finca los días
200 EL TRIMESTRE ECONOMICO

que estaban libres. 46 No era raro que el peón tuviera


que pagar una renta por esta parcela. T odas las mer-
cancías que se entregaban al peón se cargaban en su
cuenta. y mientras estuviera en deuda no podía aban-
donar la finca. 47
En general el trabajador residente estaba arraigado
en la hacienda por deudas. Esta deuda 48 la contraía
de muy diversas maneras. Por haber recibido una can-
tidad al celebrar su matrimonio. 49 o porque sus padns
la habían acumulado mientras él se hacía hombre. Po~
día por sí mismo transferir su trabajo de una hacienda
a otra. siempre que encontrara algún amo que respon-
diera de su deuda a su antiguo patrón. 50 Esta deuda
generalmente crecía con los años. Había cada año. por
lo común. en la Semana Santa. una liquidación nomi-
nal de las cuentas; pero a la larga el trabajador de la
hacienda estaba siempre en retraso 51 y como por lo ge-
neral no podía pagar no le era posible abandonar la
finca.
La hacienda hacía por traspasar los riesgos del
cultivo de las cosechas a los arrendatarios y aparceros 52.
Por lo común la hacienda cultivaba nada más las tie-
rras irrigadas o húmedas. Trabajaba las cosechas co-
merciales-trigo. azúcar. café. etc.-o plantaba y cul-
tivaba directamente las fibras (maguey). que ofre--
cían relativamente poco riesgo 53 y necesitaban un ca-
pital considerable a causa del largo período de madu-
rez de la cosecha. En muchas grandes haciendas de ce-
reales la única empresa directa era la ganadería. de-
jando el cultivo del suelo a los arrendatarios y apar-
ceros.
Las grandes haciendas eran arrendadas en su tota ..
lidad 54 a arrendatarios. que. a su vez. subarrendaban
lotes de 4 a 100 hectáreas a otros, o las mismas ha-
ciendas subarrendaban lotes directamente. 55 Aun en
cosechas que no eran de cereales. como tabaco. el sub-
LA ORGANIZACION ECONOMICA 201

arriendo y la aparcería eran comunes, y para el maíz y


el frijol el sistema era universal, especialmente para el
maíz. 56 Así había el sistema de cultivar directamente 57
o por arrendamiento el trigo y la cebada, por ejemplo ~
pero el maíz se cultivaba en aparcería 58.
Los sistemas de aparcería y arrendamiento dife-
rían mucho según las regiones del país y los cultivos 59.
Con frecuencia la hacienda proporcionaba tierra. ape-
ros, semilla y animales, así como la habilitación mien-
tras maduraba la cosecha. La cosecha se dividía por mi-
tad, 60 teniendo el aparcero que devolver la habilita ..
ción. En algunas haciendas el aparcero conservaba la
mitad del forraje, y en otras todas las pasturas queda-
ban al propietario; en algunas haciendas había que
entregar en las trojes la parte que correspondía a la
finca, y en otras la división se hacía en el campo y la ha-
cienda levantaba su propia cosecha. En muchos luga-
res los aparceros ponían aperos y animales, y la ha-
cienda nada más la semilla. 61 En Oaxaca existía la
costumbré de que por cada 100 surcos, el mediero, ade-
más de otros pagos, tenía quedar a la hacienda una
gallina.
Basta probablemente lo dicho para apreciar la
complejidad de la organización rural y el hecho de que
los riegos del cultivo de la cosecha pesaban en gran
parte sobre el aparcero, 62 el arrendatario y el trabaja-
dor residente cuya parcelita de maíz, vista como un
medio de aumentar, sin esfuerzo, el rendimiento de
la hacienda, era frecuentemente adquirida por ésta en
pie 63 como un medio para liquidar deudas.
La hacienda tenía, además de las mencionadas.
otra fuente de ingreso. Si tenía abundantes pastos per-
mitía ordinariamente que medieros y arrendatario!
apacentaran, por un precio determinado, 64 sus anima-
les de labor, y consentía, aunque no siempre, 65 que los
rancheros o los pueblos vecinos apacentaran algunos
202 EL TRIMESTRE ECONOMICO

de sus animales a tanto por cabeza. Solía permitir


que los pueblos vecinos hicieran carbón con la madera
muerta de la hacie.nda o con la de los desmontes. co,·
brando un mínimo por carga. Obtenía asimismo una
pequeña renta de los derechos pagados por recoger
fruta. por sacar arcilla para alfarería. por cazar o por
cortar leña para vender. En suma. si la hacienda era
bastante grande podía dar muchos productos secun-
darios y realizables sin exigir gran empresa por parte
de la administración.
A seis elementos de su organización debió la ha-
cienda mexicana su éxito. Ellos le permitieron subsis-
tir y mantener su forma y estructura feudales hasta fi-
nes del gobierno de DÍaz. en 1910. y en gran parte
subsistir hasta la fecha. Esas prácticas económicas ca-
ben en las seis categorías siguientes:
l.-Economía de las grandes extensiones:
a) Variedad de recursos;
2.-EconomÍa del trabajo de "enganche":
a) Trabajadores permanentes;
3.-EconomÍa del trabajo no remunerado:
a) Faenas para todos los residentes y sus fa-
milias.
b) Rentas en trabajo por pastos.
c) Rentas en trabajo por el derecho de culti-
var;
4-EconomÍa del pago en especie:
a) En cosechas levantadas en la hacienda.
b) En mercancías compradas al mayoreo y
vendidas al menudeo en pago de salarios.
con beneficio.
c) En vales. aceptables nada más en la ha-
cienda o en donde la administración te-
nía participación y beneficio.
LA ORGANIZACION ECONOMICA 205

d) Por recobrar en la tienda de la hacienda el


dinero pagado en salarios;
S.-Economía del cultivo indirecto har1pnon rapr
los riesgos de la cosecha sobre:
a) Los arrendatarios, que pagaban rentas en
dinero o en cosechas.
b) Los aparceros,
c) Los trabajadores que tenían parcelas de
maíz,
d) Los que roturaban nuevas tierras sin pa-
gar renta,
e) Los vecinos o pueblos que pagaban renta
por apacentar ganado,
f) Los trabajadores que pagaban renta en
efectivo por el derecho de hacer carbón, de
recoger frutos u otros recursos naturales;
6.-EconomÍa de cosechas y productos que im-
plicaban poco riesgo:
a) Laboreo nada más de las tierras irrigadas
o de las mejores,
b) Plantación de fibras (maguey), que Im-
plicaba un riesgo mínimo y un máximo
de seguridad.
c) Cría de ganado ( en las haciendas mas
grandes la única ocupación directa de la
finca) •
Este sistema de administración daba a la hacienda
un excedente de cosechas que sobrepasaba el consumo
interior y que era acumulado, en lo posible, sin ries-
go directo ni gasto de dinero. Este excedente de cose-
chas se llevaba a lomo de mula y, en algunos casos, a
lomo de hombre al centro comercial más próximo,
a menudo a varios días de viaje. En tiempos más re-
cientes se entregaba en la más próxima estación del fe-
rrocarril.
204 EL TRIMESTRE ECONOMICO

No hay que olvidar que esta descripción generai


de la hacienda mexicana cuadra más en unos lugares
que en otros, según los cultivos, la abundancia de tra-
bajo, los usos y tradiciones locales; pero, en general.
presenta el método que permitió a la hacienda subsis-
tir 400 años con la falta de empresa e iniciativa que
claramente revela. De esta organización se seguía una
serie de determinadas consecuencias.
La hacienda impidió que la agricultura mexicana
se modernizara. Contribuyó a mantener una técnica
agrícola primitiva. El terrateniente y el administra-
dor tenían poco interés en mejorar los métodos agrí-
colas; su interés radicaba en la parte que les corres-
pondía en la cosecha, el peso de cuyo cultivo hacían
recaer sobre el aparcero y el arrendatario, que eran los
menos preparados financiera y técnicamente para in-
troducir mejoras. Estorbó la formación de una clase
media, pues una parte considerable de todo el comer-
cio de la comunidad rural estaba en manos de las gran-
des haciendas; estorbó también el desarrollo de una
clase campesina o agrícola fuerte. Impidió la inver~
sión de capitales en la agricultura. Todos estos facto-
res unidos sirven para explicarnos, tanto la condición
económica de la población rural de México, como la pe-
queña parte que ha tenido la agricultura en el desen-
volvimiento de la vida económica mexicana. Como
observamos en el capítulo siguiente, a pesar de que una
gran proporción de las haciendas cultivaban especial-
mente cereales y de que prácticamente todas ellas cul-
tivaban maíz y frijol. México desde hace mucho tiem-
po importa maíz, que es el alimento principal del pue,·
blo. Hay que repetir que la hacienda, como parte dt.
su economía, hacía caer el peso de las contribuciones 65
sobre el resto de la comunidad, pagando nada más un
impuesto nominal 67 sobre la tierra, y que insistía en
LA ORGANIZACION ECONOMICA 205

tarifas elevadas para aumentar el precio de sus pro-·


duetos 68.
Hay que recordar que estamos describiendo una or-
ganización que ha subsistido 400 años. Es cierto que
ha habido grandes cambios, especialmente en la am-
pliación del territorio de los mercados en los últimos
años 69 debido al incremento del transporte por ferro-
carril, aunque no hay que olvidar que éste existe sólo
desde hace cincuenta años; que, en general, estos ferro-
carriles se construyeron para satisfacer necesidades de
los centros mineros de la República y del comercio in-
ternacional, y que los dqs principales cruzan la mayor
parte del desierto mexicano y las regiones menos po-
bladas. Hasta la fecha los ferrocarriles han influído
escasamente en el desarrollo agrícola del país. Sólo en
unos cuantos lugares privilegiados la organización
agrícola ha respondido ampliamente a las nuevas in-
fluencias. Ellos son el distrito de la Laguna, donde el
algodón se explota en grande escala; la costa occiden-
tal, donde se cultivan azúcar, fruta y vegetales; cier-
tas haciendas de caña de azúcar, plátano y café en la
vertiente oriental y en Chiapas hacia la frontera COll
Guatemala. En suma, el régimen de la hacienda subsis-
tió hasta el gobierno de Díaz como había subsistido
350 años antes. Los cambios introducidos durante es-
te gobierno influyeron directamente sobre el progreso
industrial, la SI fábricas, la minería, los ferrocarriles y
sólo indirectamente sobre la agricultura. A partir de
1910 las luchas intestinas han conmovido profunda-
mente el carácter político y social del país, pero la or-
ganización agrícola, ha mejorado en poco, y aun po-
dría sostenerse que la agricultura nacional más bien ha
sufrido que aventajado.
Debemos concluir que el régimen de la hacienda
era una estructura feudal 70 y política que no contri-
buyó esencialmente al progreso económico de México. 71
206 EL TRIMESTRE ECONOMICO

Pero de esto acaso la' hacienda no era la única culpable.


La política del gobierno español contra la inmigra-
ción; la falta de una clase media eficaz; la ausencia de
capital para inversiones; las dificultades casi insupe··
rabIes del crédito agrícola 72; el interés usurario de 10.'3
créditos que se podían obtener; los caminos Hbuenos
nada más para pájaros y venados"; la supervivencia de
la alcabala casi hasta fines del siglo XIX 73; la condi-
ción en que fué mantenida la mayor parte de la Í?obla~
ción de trabajadores, reducida a los más mezquinos me-
dios de subsistencia e imposibilitada para acumular
capital; la importancia dada a la minería; la ausencia
casi completa de educación, y, en fin, el hecho de que
México fuera durante toda la colonia una aristocracia
feudal gobernando a una población de siervos y que, co-
mo tal. gastara sus rentas en lujos y en buena vida y
no en mejoras en el país, todo esto se unió para man-
tener el régimen de la hacienda, más o menos intacto,
durante un largo período del la historia de México. Si
agregamos a esto la situación incierta de México du-
rante el último siglo, cuando la única propiedad segu-
ra era la tierra, comprenderemos por qué los hacenda~
dos se aferraban a sus propiedades 74 y no introducían
mejoras, ni implantaban nuevas técnicas agrícolas, nl
construían caminos, viviendo tan bien como podían
con la renta que sacaban de sus propiedades 75, aumen-
tada con la elevación de las tarifas 76 y la baja de los
salarios a costa del resto de la comunidad. El régimen
de la hacienda y,la estructura de la comunidad rural
(Capítulo III) muestran los dos aspectos de la orga-
nización rural mexicana.
1 El presente capítulo, que estudia el fondo sobre el que se
destaca el problema agrario mexicano, trata principalmente de
la hacienda como existía antes de la revolución; los cambios que
sobrevinieron a partir de 1910, los estudiamos en otra parte de
este libro. En Estadística de la República Mexicana, (Al1e ..~o
LA ORGANIZACION ECONOMICA 207

N9 3 a la Memoria de Hacienda), 1877-1878, págs. 1-274, el


lector encontrará una descripción detal1ada de la economía de las
haciendas según sus propietarios. Estos informes son fuente ri-
quísima para un Íntimo conocimiento de la organización y pro~
blemas del México rural.
2 Véase Luis Wistano Orozco, Legislación y jurisprudencia
sobre terrenos baldíos. México, 1895. Vol. IL págs. 10 7 8 -10 9 9.
3 Andrés Molina Enríquez, Los grandes problemas nacio-
nales. México, 1909. Pág. 126.
4 Orozco, Terrenos baldíos. Págs. 1095 -10 97. "Es bien
sa~id~ q.~e .n.uestras leyes hip~tecarias establecen el principio de
la IndIVISIbIlIdad de la garantIa, lo cual es un impedimento pa-
ra la división de la propiedad hipotecada" (Ensayo sobre la re-
construcción de México) .
5 Molina Enríquez, ob. cit. Págs. 85-91.
6 Orozco. ob. cit. Pág. 938.

7 McBride, The Land Systems of Mexico. Pág. 29.

8 Molina Enríquez, ob. cit. Pág. 92.

9 "El sistema de arrendamiento practicado en México revis-


te dos formas igualmente perniciosas. Algunas veces el propie-
tario arrienda toda la propiedad a un especulador, y otras arrien-
da las peores tierras en parcelas a los cultivadores más pobres.
En el primer caso el arrendatario destruye la propiedad pue~
quiere sacar de ella todo lo que puede durante el tiempo del con-
trato; el otro sistema también es malo, porque gente incapaz tra-
baja la parte de la tierra estéril sin recursos para mejorarla:'
Francisco Pimentel, La economía política aplicada a la propie-
dad territorial en México. México, 1886.
10 "La hacienda tiene aproxim;adamente 30 leguas cuadra-
das de extensión. El pueblo más cercano, donde hay que com-
prar las cosas más sencillas-fósforos, a1fileres-, está a ocho
¡eguas de distancia. La oficina de correos más cercana éstá a
'! O leguas, y la ruta de la diligencia y los ferrocarriles pasaban
lt'jos de esta remota región." A. Gringo, Through the Land ,of
the Aztecs. Londres, 1892. Pág. 206.
11 J. B. de Santisteban, Indicador particular del administra-
dor. Breve manual basado sobre reglas de eoonomía rural inhe-
rentes al sistema agrícola en la República Mexicana. Puebla,
190) (2 Q ed.) Pág. 175.
12 Molina Enríquez, ob. cit. Pág. 91.
208 EL TRIMESTRE ECONOMICO

13Idem. Pág. 177.


14 McBride. oh. cit. Pág. 27.

15 Orozco. ob. cit. Vol. 1I. pág. 956.

16 Molina Enríquez. ob. cit. Pág. 81. Ningún material exis~


te que dé el tanto por ciento de las diferentes tierras. ni aun 1.'3
las más grandes haciendas. Las cifras siguient~~ ~on ~as p?C~S
que hemos reunido y muestran tanto la pequemslma are a trn~
gada como la pequeña proporción de tierra clasificada como no
irrigada pero cultivable (tierra de temporal).
En Morelos. 28 haciendas estudiadas sumaban 300.862 bec~
táreas. de las cuales 31.757. el 10.6%, estaban irrigadas, pero
de las que solamente 10.458 hectáreas. 1.'13.5%. eran cultivadas
cada año. (Cuadro comparativo publicado por la Comisión del
Estado. Mayo 1923.)
La extensión de todas las propiedades de más de 100 hectá-
reas en el Estado de Tamaulipas. fijada en 5.17 6.422 hectá~
reas, se divide como sigue: irrigadas 0.3 %; temporal 0.3 %:
pastos 93.8 %; fibra 1.1 %, y terrenos petroleros 4.5 %. (Copia
a máquina de las hojas fiscales conteniendo extensión y calidad
de todas las propiedades de más de 100 hectáreas. 1926). En
Durango las propiedades de más de 5.000 hectáreas. estimadas
en 8.902.531 de hectáreas. un 0.66% se da como tierras irri~
gadas. un 1. 06 % como de temporal y todo el resto como pas~
tos. Para Zacatecas: irrigados 0.2%. temporal 3.2%, past03
73.8% y montaña 22.8%. (Extensión y dlasificación de cada
finca en el Estado de Zacatecas por L. Robles. Jefe del Depto.
de Agricultura en la Oficina Investigadora Agrícola, 28 abril
de 1926. Esta lista es incompleta.) Hay que notar. sin embar-
go, que en su mayoría estas cifras se refieren a propiedades del
norte de México. Los grandes fundos del centro de México mos~
trarían probablemente un tanto por ciento mayor de temporal.
17 Orozco. ob. cit. Vol. lI, pág. 955.

18 McBride. ob. cit. Págs. 26 y 27.


19 "Tienen pocos instrumentos y. si se exceptúan algunos
mecanismos para sacar el agua. nada que merezca el nombre de
maquinaria. Sin estar preparados en ninguna profesión mecá-
nica, los peones hacen y reparan casi todos los utensilios y he-
rramientas usados en el fundo. y esto sin usar forja ni hierro. ni
siquiera tuercas o clavos. La explicación de este maravilloso re~
sultado la da una palabra o. más bien. un 1lJ¡aterial-el cuero
crudo-, con el que el peón se siente capaéitado para resolver
LA ORGANIZACION ECONOMICA 209

cualquiera dificultad de construcción, desde la armadura de una


casa hasta la fabricación de un telar, la compostura de un rifle
o de una pata rota. Y aun así, en estas circunstancias, los gran·
des fundos mexicanos, debido a su exención de impuestos y a
la baratura de la mano de obra, se dice que son productivos y
que, cuando tienen agua suficiente, negan a dar rentas impor·
tantes a sus propietarios ausentes". David A. Wens, A Study
of Mexico. Nueva York, 1887. Págs. 33-34.
20 Roa y Covarrubias, El problema rural de México. Mé·
xico, 1917. Págs. 12-13.
21 "Los buenos trabajadores del campo son muy escasos.
Los extranjeros, por la naturaleza del clima, son completamen·
te inútiles como trabajadores del campo". Citado por Wells,
A Study of Mexico. Nueva York. Pág. 145.
22 HEl tráfico de hombres que hace Yucatán con el centro
de México no tiene nada que envidiar a la antigua trata de ne-
gros". Molina Enríquez, ob. cit. Pág. 202.
23 Karl Kaerger. Tf!uatenencia y colonización en la Amé-
tida Española. En alemán. Leipzig, 1912. Vol. 11, pág. 52!.
24 "Los habitantes de San Benito no son viciosos; son tran ..
quilos trabajadores que aman la agricultura; pero les falta la
alegría que muestran los que tienen tierras propias". Zona 18.
Chiapas, Agosto 1925, M. de Tapachula. (Manuscrito).
25 "Generalmente el administrador de una hacienda es la
autoridad local que representa el poder que todos reconocen in-
dispensable para conservar el orden en una comunidad de uno~
centenares de almas." El país de henequén, por H. L. Daniels,
en el Boletín de la Dirección de Agricultura. Junio, 1911.
26 Kaerger, ob. cit. Vol. 11, pág. 478.

27 Gamio, La población del Valle de Teotihuacán. Vol. II,


pág. 453. "Comercio interior y exterior" NQ 12, junio 1886.
Pág. 31. Municipio de Cuautla, Morelos.
28 Kaerger, ob. cit. Vol. 11, pág. 639.

29 "Están obligados a trabajar dos días a la semana y el


resto pueden trabajar en otras haciendas. En cambio de esto se
les permite sembrar alguna tierra en la hacienda." Educ. Publ.
Hidalgo, 1892. Exp. 348, pág. 1.
30 HLa tierra caliente, que comprende la costa de ambos
océanos y los valles bajos en el interior del país, está habitada
210 EL TRIMESTRE ECONOMICO

esporádicamente. El trabajo es por consiguiente muy escaso y


los salarios más altos que en cualquiera otra región. Mientras que
en las tierras altas y frías los salarios eran de 12112 centavos
diarios y raciones, en las costas suelen ser $1.00 diario. A los
habitantes de las regiones frías y templadas no les gusta bajat
a la zona caliente, porque se exponen a enfermedades que ahí
existen, como la fiebre amarilla y las fiebres intermitentes y re-
mitentes, y porque los molestan grandemente los mosquitos y
apenas pueden soportar el calor. Si alguna vez bajan es sola-
mente por pocos días." Matías Romero, Mexico and tbe United
States. (En inglés. ) Nueva York, 1898. Vol. 1. pág. 5 09.
31 Véase el Capítulo VI.

82 Un cuartillo equivale a 1.38 litros.

3S AgrónO'mo regiO'nal, ZO'na 26, Querétaro, agosto de


1926. M. de Huimilpan. (Manuscrito.)
34 Zona 22. Querétaro, Mayo de 1923, Municipio de Co-
lón, 25 a 50 centavos: Municipio de Cadereyta, 40 centavos;
M. de Villa Bernal, 50 centavos: y en agosto de 1923, M. de
Querétaro, 20 centavos y un cuartillo de maíz. (Manuscrito.)
35 Agrónomo regional, ZO'na 24: Jalisco. Octubre 1924.
Municipio de Lagos de Moreno. (Manuscrito.)
36 Todavía en 1921 uno de los oradores de la Conferen~
cia católico-social de Guadalajara, informaba lo siguiente: "H~
examinado unO' de los cuadros estadísticos presentados por la
Confederad,ión Católica del Trabajo por el que se ve que en al-
~unas parte los salarios son tan bajos que es difícil comprende,
cómo vive el trabajador. . . donde el trabajador del campo re-
cibe 15 a 18 centavos por día". Lic. José Gutiérrez Hermosi.:
110, ("Comité Diócesis de Acción Católico-Social") Curso so ..
cial agrícola. Zapopam, Guadalajara, 192 L. Pág. 92.
37 "La paga por día de un labrador de campo ordinario es
un real y medio o sea 18. %, centavos. Los trabajadores de las
grandes haciendas son pagados en parte con yales de mercancías.
lo cual naturalm¡ente reduce en mucho el costo para el patrón,
estafandO' al infeliz labrador una parte de lO' que justamente le
correspondía. Además, los productos de la tierra se le vendían
a precios exhorbitantes, de modo que la paga nominal del peón
de 18 %, centavos por día no llegaba en realidad a mucho má5
de la mitad de esa suma. Manso de carácter, con pocas necesida-
des, acepta sin queja esto Id mismo que otras cargas." Howard
LA ORGANIZACION ECONOMICA 211

Conkling. Mexico and tbe Mexicans. Nueva York, 1883. Pág.


122.
38 "Los cuatro pesos y ración, salario mensual de los traba-
jadores se convierten en una serie de apuntes que el peón
no entiende ni procura entender". Orozco, ob. cit. Vol. n,
págs. 1096-1097.
89 Presb. Silviano Carrillo, Trabajos presentados en la
Cuarta Semana Social Mexicana. Sept. 23-28. Zacatecas, 1912.
Pág. 110. .
40 Luis Cabrera, citado en Félix Palavicini, Los diputado/;,
1915. Vol. I, pág. 169.
41 Alberto García Granados, El crédito agrícola en México.
1910. Pág. 6.
42 Santiesteban, ob. cit. Página 91.
43 "Los trabajadores se establecían y ocupaban en las gran·'
des haciendas-arraigados a la tierra por una deuda con el pa-
trón siempre en aumento, contraída por anticipos para necesida-
des vitales-, por un salario nominal que nunca variaba. Aun-
que ilegales, estas deudas pasaban, en algunos casos, de padre a
hijo, y se ha llegado a traspasar en venta a dichos trabajadores
conjuntamente con la propiedad. Los trabajadores se contratan
y se obtienen por medio de las autoridades locales. En este caso
suele haber pérdidas debido a anticipos y gastos de transporte.
Los salarios verdaderos son muy bajos y las deserciones frecuen-
tes". Gran Bretaña. Diplomatíc and Consular Reports. Serie
anual. 1895.
44 Pueden dar una idea del tí-abajo agrícola en México en-
tre el 1870 y fines del siglo XIX¡ y en general hasta el término
del gobierno de Díaz, las siguientes reformas que un grupo
interesado propuso en 1886 como bases para una ley. Es inte-
resante observar que el distinguido y muy influyente publicis-
ta y economisma mexicano, Dr. Francisco Pimentel, se opuso a
estas reformas por juzgarlas contrarias a las leyes de la econo-
mía y por consiguiente innecesarias. Véanse algunas de las más
importantes reformas propuestas:
l.-Que los trabajadores puedan abandonar la hacienda
en cualquiera época, si no tienen deudas o si las han liquidado;
2.-Trabajo de sol a sol, con dos horas de descanso;
3.-Los trabajadores no podrán ser obligados a trabajar
en domingos y días festivos;
212 EL TRIMESTRE ECONOMICO

4.-Los niños menores de 12 años solamente pueden ser


obligados a trabajar medio día;
5.-El pago se hará en dinero y los trabajadores no pue-
den ser obligados a hacer sus compras en la tienda de raya';
6.-Que la ley decrete que los trabajadores no podrán ser
responsables legalmente por deudas mayores de 10 pesos;
7.-Los propietarios no impedirán que entren en la ha"
cienda viajantes de comercio;
8.-A todos los trabajadores se les dará agua y habitación;
9.-Que quede prohibido en las haciendas las cárceles, los
cepos, los azotes y en general todo castigo corporal;
10.-Que las deudas sean pagadas descontando la quinta
parte del salario;
ll.-Que los niños no sean responsables por las deudas de
sus padres, sino hasta el total de su herencia;
I2.-Que los propietarios darán a cada trabajador un li·
bro en el que llevarán nota de su cuenta;
13.-Los padres no podrán obligar a sus hijos, y
14.-Obligación para los propietarios de dar medicinas en
caso de enfermedad y a solicitud del trabajador, deduciéndole
para cubrir su valor cuartas partes de su salario, y
15.-Escuelas en todas las haciendas que tengan 20 fami-
lias. Francisco Pimentel, La economía política aplicada en III
propiedad territorial de México. México, 1886.
46 "En las casas de la gente del pueblo es muy raro que ha ..
Ha algo que responda a la idea civilizada de una cama: sus ha-
bitantes duermen en una .estera, en una piel o en una manta
sobre el suelo sucio. No hay sillas, mesas, brasero ni chimenea;
suele haber muda de ropa; ningún lavabo ni jabón, y en reali-
dad no hay muebles de ninguna clase, salvo una piedra plana
con un rodillo de piedra para moler el maíz, y una variedad de
vasijas de barro para su comida y bebida y para la cocina, que
se hace generalmente sobre un pequeño fuego resguardado con
piedras frente a la entrada principal de su morada". David A.
WeHs, A Study of Mexico, 1887. Págs., 96-97.
46 Santiesteban, ob. cit. pág. 194. Kaerger, ob. cit. Vol. 11,
pág. 635-641.
47 HEl régimen de peonaje no existe legalmente en México,
porque el artículo 5 de nuestra Constitución de 1857, estableci-
do con el fin de abolirlo, dice que Hnadie estará obligado a pres-
LA ORGANIZACION ECONOMICA 213

tar servicios personales sin la debida compensación y sin su ple-


no consentimiento". Matías Romero. ob. cit.
48 MacBride, ob. cit. pág. 32.

49 Matías Romero. ob. cit.

50 Wells, ob. cit. págs. 28-30.

51 Estas condiciones, generalmente ciertas para los trabaja-


dores permanentes, variaban para el resto de los trabajadores.
El cultivador frecuentem.ente estaba en deuda al terminar el año.
Los jornaleros y los que trabajan por semana o por tarea eran
pagados, en 10 posible, en especie o en vales aceptables solamen-
te en los lugares donde la administración tenía un beneficio.
62 No ha sido posible obtener más que unos cuantos ejem-
plos de la distribución de m¡edieros y peones en los diferentes
estados, y estos ejemplos corresponden al período posterior a
la Revolución. Esas cifras fueron obtenidas por conducto de
los Gobernadores de los Estados.

I DURANGO.......... :.~.~.~.:.o:--o~o-...-..o-...-...-....-...-.,.-...-...-.... __ A_~_r:'_:e_:_: _:_:i._O·_1


P_:_;_.:_4:_s_ _ I__
NUEVO LEON .... 0.0 ••• 0 ••••••••••••••••• 0 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 0 ••• o... 14.478 14.828
AGUASCALIENTES ............ o.o.....o............................. 22.240 4.075
TLAXCALA ..................... oo.o .. o............o...o.... 0 •••• 0 ••••• _0.0. 29.509 13.304
CHIHUAHUA incompleto.....•.• o.o............................... 4.487 9.780

En respuesta a esta inquisición, el Gobernador de Queréta-


~o contestó: "No es posible suministrar esta información porque
10 tenemos fuentes de donde obtenerla".

63 Molina Enríquez, ob. cit. Pág. 91.

64 "El sistema seguido en el cultivo de la tierra en este Mu-


licipio es generalmente sobre la base de aparcería. Son pocos
os propietarios que cultivan directamente sus tierras". Zona 8,
Estado de Nuevo León, M. de Zuazua, Junio, 1925. (Manus-
:rito) • :1

55 El problema agrario en el Estado de Hidalgo. Imprenta


fe la Dirección de Estudios Geográficos y Climatológicos, 1926.
?ágs .• 3-8.
56 "La Hacienda de La Gavia en el Estado de México, com-
>rendía 120,000 hectáreas divididas en siete ranchos y tenía
tntes de la Revolución unos 2.000 arrendatarios y cultivado ..
~es". Gilberto Fabila, Memorándum sobre la organización de
[a hacienda de "La Gavia". (Manuscrito).
214 EL TRIMESTRE ECONOMICO

57 Agrónomo Regional, Z.,ona 14. Querétaro, octubre 1925.


(Manuscrito) •
58 "El maíz no se siembra a costa de la hacienda, sino por
el sistema de aparcería". Zona 18. Estado de Nayarit. M. dp.
Compostela, Septiembre 1922. (Manuscrito). "Los trabajos
agrícolas en general, por 10 menos en lo que se refiere al cultivo
de las tierras sin riego, se hace pov el sistema de aparcería".
Zona 9, Estado de Zacatecas M. de .Jerez. Diciembre 1922.
(Manuscrito). "La aparcería es el método usado para el culti-
vo del maíz y el frijol en todas las haciendas". Zona 22, Esta-
do de Querétaro, M. de Querétaro. Junio 1923. (Manuscrito).
"El cultivador que se limita a cultivar maíz rara vez logra
emanciparse de su condición, porque por lo general, fuera de
las veces en que trabaja tierra muy buena y en muy raros años,
no logra cubrir el costo y pagar las deudas de la hacienda. El
resultado es que el cultivador está casi siempre en deuda". 1nfor-
me de la Cámara Agrícola Nacional de León en el "Boletín de la
Dirección General de Agricultura", Parte 11, NQ 2. Febrero
1912. Págs. 140-141.
59 "Cuando el rayo mata a un animal, se le carga éste al
propietario de los animales, pero en todos los demás casos el
aparcero tiene que pagar el animl,al. Los arrendamientos son tan
variados que sería difícil dar una descripción adecuada de ellos".
Zona 28. Estado de Michoacán, M. de Pátzcuaro, Octubre
192,4. (Manuscrito).
60 "Al aparcero se le dan tierras, animales, semillas y la
mitad del gasto de la cosecha. Todo lo demás corresponde
al cultivador. Si por alguna razón pierde un buey, tiene que
pagarlo. Si durante su trabajo necesita maíz o frijol para su
alimentación, se los da la hacienda a condición de que devuel-
va 10 doble al levantar la cosecha. Es necesario que la cosecha
sea realmente buena para que los aparceros puedan liquidar to-
das sus deudas y les sobre bastante maíz para sus necesidades
el resto del año". Zona 19. Colima, M. de Comala Oct. 1923.
(Manuscrito) •
61 "Al mediero le dan tierra, bueyes y semilla; de ésta tie-
ne que devolver lo doble al terminar la cosecha. Si uno de los
bueyes muere por rayo o por cualquiera otra razón, el aparcero
tiene que pagarlo. Se le cobra, además, por los bueyes y tiene
que pagar a un vigilante que cuide la cosecha para que nadie
pueda coger ni un tallo para los animales. El corte del rastro jo
es a su costa y a la hacienda corresponde una cuarta parte. La
LA ORGANIZACION ECONOMICA 215

hacienda hace la rebusca y le carga la mitad del costo. La ha-


cienda desgrana el maíz cargando al mediero. 3 cen~avos p~r
hectólitro y conservando las mazorcas. El medIero recIbe la mi-
tad del maíz después de haber saldado sus cuentas con loscos-
tos dichos. Como resultado de estas cuentas, frecuentemente
sucede que, en lugar de recoger maíz. r~coge una deuda para tI
año siguiente", Zona 13. Estado de JalIsco. M. de Sayula. Ma-
yo 1924. (Manuscrito).
62 "Cuando llega el tiempo de la siembra muchos de 10'1
cultivadores migran con sus familias al pedazo de tierra que se
les da a cultivar y hacen una pequeña cabaña para vivir hasta
que se recoja la cosecha; después vuelven por el resto del año
al pueblo de donde vinieron, o, si no tienen casa, continúan
viviendo en ese pedazo de tierra, lo que para muchos de ellos
es gran privilegio". Zona 21, Estado de Zacatecas, M. de San
Pedro Ocampo. Noviembre 1924. (Manuscrito).
63 Luis Cabrera, citado por Félix Palavicini, Los Diputa-
dos. Vol. 11, pág. 170.
64 "Durante los dos meses que los medieros utilizan a los
bueyes reciben el alimlento necesario para éstos, el cual tienen
que devolver al terminar la cosecha, o, si se les permite pastar
a los bueyes, deben pagar cómo mínimo un peso mensual por
cabeza. Si desgraciadamente uno de los animales muere durante.
el trabajo, tienen que pagar por él aunque la muerte se deba a
accidente o a epidemia y aun a causas sobre las que es imposible
que tengan control. como el rayo". Zona 19, Estado de Coli-
ma, M. de Comala. Octubre 1923. (Manuscrito).
65 "Las demás haciendas, por un autocrático capricho de
sus dueños, no arriendan pastos para un cabrito a nadie, y a
ningún precio", Orozco. ob. cit. Vol. 11, pág. 944.
66 "Pero el mayor obstáculo para una reforma fiscal en
México estriba en el hecho de' que relativamente muy pocos,
-no seis mil acaso en diez milIones-, son los dueños de la
tierra y constituyen en su mayoría la clase gobernante del país;
y- la influencia de esta clase ha sido hasta ahora 10 suficiente-
mente poderosa para eximir prácticamente a la tierra de im-·
puestos.". Wells. ob. cit. Pág. 186.
67 Todavía en 1911 podía decir una publicación oficial de
la Secretaría de Agricultura: "En casi todos los Estados hay
regiones en las que la producción agrícola es muy abundante
pero por falta de comunicaciones o de transporte, es frecuente:
216 EL TRIMESTRE ECONOMICO

mente imposible moverla, o, por lo menos, las ganancias casi


son nulas por el costo exorbitante del transporte. Hay lugares
donde la cosecha de m¡aíz no puede liquidarse sino dejando
que la conviertan en mranteca los cerdos, que pueden soportar
el costo del transporte; pero hay otros donde las dificultades de
transporte no pueden ser vencidas ni por este recurso". Bo,letín
de la Dirección General de Agricultura. Sept. 1911, NQ 5.
Parte 11, pág. 437.
68 Molina Enríquez, ob. cit. pág. 94.

69 Véase el Capítulo VI.

70 "En las tardes se cerraba cerca de las seis y generalmente


pasábamos una hora en la oficina. mientras los capataces rendían
sus informes del día y un grupo de trabajadores recibían sus
salarios. Era una hora animada. El dueño de la hacienda es
de facto, si no de jure, el señor de sus trabajadores. Tiene un;¡
prisión en la hacienda en donde los encierra sin formalidade'l
cuando 10 juzga ventajoso para ellos. Cuando termina el trabá.-
jo de la oficina, Tejira o su administrador, celebra una pequeña
sesión para conceder pequeños préstamos, para distribuir a los
indios maíz o consejos o medicinas para los enfermos: para dar
licencias para matrimonios, bautizos u otras festividades; Qara
ajustar pleitos y para todos aquellos asuntos que puedan surgir
en una comunidad de cuatrocientas o quinientas almas". Tho-
mas Unett Brocklhllrst, Mexico Today. Londres, 1883, Págs.
147-148.
71 Molina Enríquez, ob. cit. pág. 86.

72 No ha habido nunca en México un siste1llla adecuado de


crédito agrícola. La Iglesia acostumbraba conceder créditos a la
agricultura, pero durante el último medio siglo ha habido difi·
cultades para ello. Por otra parte, lo insuficiente de los títulos
rurales hace que el crédito sea difícil de conseguir y muy caro.
"En Guanajuato las dos terceras partes de los propietarios no
tienen títulos suficientes y ocupan sus tierras por posesión",
(González Roa, Las cuestíones fundamentales de actualidad en
México, pág. 164). No existe en el Estado de Guanajuato un::
sola institución para conceder créditos a los agricultores. Bole-
tín de la Dirección General de Agricultura, 1912, Parte 11, N9
2. De los informes de los Agrónomos Regionales tomo los si··
guientes ejemplos típicos: Zona 22, Querétaro, agosto 1923,
M. de Querétaro: interés menor 12% al año. Zona 33, Oaxaca,
noviembre 1923, M. de Uicotlán: interés por regla general 2 o/c
mensual y no es raro que sea el 2 y 3 % mensual. (Manuscrito) .
LA ORGANIZACION ECONOMICA 217

73 "La práctica de la alcabala es una patente violación de


uno de los artículos de la Constitución de 1857. . . La existen-
cia en una de las naciones del Nuevo Mundo de un sistema
de impuesto tan contrario a todas las ideas modernas y tan per-
nicioso a la libertad del comercio, es en realidad tnluy curiosa".
Wells, ob. cit. pág. 173.
74 Wells, ob. cit. págs. 117-118.

75 "Durante todo el curso de la historia de México hasta


los tiempos del General DÍaz tanto la propiedad rural como la
urbana tenían relativamente poco valor. La renta de la tierra
era insignificante". González Roa, ob. cit. pág. 16l.
76 "El principio que practican en sus negocios los hacen-
dados del azúcar y del café parece ser el cultivar nada más lo
suficiente para la demanda de la localidad donde están sus fin-
cas, y para esto tienen almacenes en la ciudad importante más
cercana en donde lo venden a los comerciantes al por menor. Co·
mo la tarifa para el azúcar extranjero es tan alta que resulta pro-
hibitiva, pueden obtener precios muy altos, y es un hecho
que azúcar apenas refinado cuesta en México más de lo que
vale en Londres un buen azúcar de pilón". A. Gringo. Through
the Land of the Azatees. Londres, 1892, pág. 90-91. " ... los
colonos de Luisiana venden con beneficio su azúéar en Nue-
va York a seis o siete centavos por libra, mientras en la ciu-
dad de México y en otras partes en mi país, alcanza dos y aun
tres veces ese precio. Lo mJismo sucede con el tabaco". Matía:;
Romero, ob. cit. Vol. 1, pá\Z. 524.

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