Hablando A La Nada
Hablando A La Nada
Hablando A La Nada
UNO
horas va a hacer, que no había forma, tú. Será la crisis, porque casi
nadie saca nada, solo consultan lo poco que tienen o ponen al día la
libreta, y por las caras que ponen, no lloran porque saben que les
quedo con la palabra en la boca. Tiene guasa que tenga que hablar a
localizarte, que debes tener el móvil con más llamadas perdidas que
una de las sucursales que te toca; así que (mira el reloj) te quedan
todavía diez minutos. Bien, espero que estés solo y si hay alguna
¿vale?
Pues empiezo. Solo te diré una palabra, una palabra que me sale del
corazón y que se repite como con eco dentro de mí: (Toma aire)
tiempo…
Hablando a la nada Juan Luis Mira
El/la cliente pasa, realiza una consulta rápida sin quitarle el ojo de
libreta.
CLIENTE: Gracias.
Y sale zumbando.
situación interrumpida.
cuernos por internet, que hace falta ser gilipollas. Y tú te has pasado
día del cumpleaños de Pablito. Yo, ¿pero se puede saber qué haces? y
tenías un ratico ni para mí, ni, lo peor de todo, para tus hijos.
Huérfanos se han quedado, pero es que llevan así todo el año. Que
prensa”. Así te ahorrabas el euro diez. Ja. Pues mira que debes de
te estás pasando tres pueblos. Que a nadie le gusta tirar 599 euros
Hablando a la nada Juan Luis Mira
así como así y más con los tiempos que corren. Y a ti solo se te
ocurre mirarme así, con una mirada de odio que me heló hasta la
pero ¿tú crees que eso es normal, alma de cántaro? ¿Tú crees que un
hombre a tu edad puede ser tan tan tan irresponsable y tan tan
Alguna pilingui de esas con las que “leías la prensa” lo sabrá, digo yo.
nada y que ahora nos hemos vuelto todas unas feministas de mierda
que saltamos a la primera, y que en todo caso no te has ido por otra,
que no te cabe en el pecho y que nunca dejarías que a tus hijos les
faltara nada. Y a mis hijos, que ya no son los tuyos porque los has
Hablando a la nada Juan Luis Mira
dejado tirados como a un perro, les falta, mira lo que te digo, les
(Pausa.)
(Oscuro.)
***
Hablando a la nada Juan Luis Mira
DOS
familia: buenas noches, que sueñes con los angelitos, que se dice.
dormir, que sueeeñes con los angeliiitos, mami. Pues eso te lo digo
ahora yo a ti. Por si das alguna cabezadita, pero que no te pillen, eh,
que no están los tiempos como para perder un curro. Ah, y a tu jefe,
que estará en su casa calentito y tan a gusto él, ¿sabes qué le digo?
Perdona, voy a abrir un poco, a ver si se airea esto; que si no, no voy
hace un frío que pela, así que o me muero helada o por asfixia
él, para que se acuerde de todos los que se han quedado en la calle
por su culpa.
monta para que te quedes sin el trabajo con el que poder pagarle la
preguntado alguna vez quiénes son los banqueros de verdad? ¿Tú has
banqueros banqueros, esos que mueven los hilos del mundo. Parece
número trece, “virtuales”. Eso es, virtuales. Solo nos dejan el rastro
tele, pero muy poco. Hablan de que les vena condenar, pero es
planes, por el día nadie sabe de ellos. Dicen que tienen reuniones
perpetuar la especie.
Hablando a la nada Juan Luis Mira
¿Y quién te dice esto, Manolo? ¿Una loca? Puede ser, no te digo que
no. Desde hace un par de meses gente tan loca como yo está
quitado las casas, pues qué menos que nos vayamos a la casa del
filósofa. Que aquí donde me ves una tiene sus estudios. Y hasta algún
dormir. Se supone que detrás de esa cámara habrá alguien, como tú,
los angeliiiitos”.
Y TRES
Cajero automático. LOLA, se percata de que está, por fin, sola en el vestíbulo;
saca de la bolsa de Mercadona una pequeña silla plegable de playa, se sienta
cómodamente. Se le ve contenta. Y habla a la cámara que hay colgada en uno
de los vértices del techo apuntando a la entrada.
Pausa.
OSCURO.
EL ECLIPSE
Cajero automático. LOLA se percata de que está, por fin, sola en el vestíbulo;
saca de la bolsa de Mercadona una pequeña silla plegable de playa, se sienta
cómodamente. Se le ve contenta. Y habla a la cámara que hay colgada en uno
de los vértices del techo apuntando a la entrada.
Tiene guasa que tenga que hablar a mi marido como si fuera esto
el Gran Hermano. ¿Cómo va la ciática? (Espera la respuesta de la
cámara. Se apaga dos veces.) ¿Te duele mucho? ¡Cómo no te va
a doler! Si lo que no sé es cómo aguantas, todo el día sentado ahí
y luego en el parking ese, a la intemperie. A mí me joroban otra
vez las cervicales, tanto mirar para arriba, que pareces que estés
en el cielo, hijo, pues pasa factura. Cuando nos veamos, entre
otras cosas (sonríe) te doy unas friegas por todo el cuerpo con
aceite de romero y ya verás qué alivio, nene.
Pausa.
CLIENTE: No, bueno…, iba a… ¡volveré más tarde…! (Se va a dar la vuelta
para irse)
LOLA: Qué
Hablando a la nada Juan Luis Mira
CLIENTE: Vd…
LOLA: ¿Sí?
LOLA: Pues ahora que lo dice… (Pausa. Cae en la cuenta.) ¡Pues claro!
¡La Pilingui! (Se tapa la boca.)
CLIENTE: ¿Cómo?
CLIENTE: ¡Ya decía yo que su cara me sonaba de algo…! Nos vimos el día
de la reunión con los padres, a principio de curso. En efecto, soy
Pilar Limiñana, …vamos… la… Pìlingui, como me llaman algunos
alumnos, la profesora de Biología y este curso tutora de su hija
Jésica María, de 1º B. Encantada de volver a verla.
PILAR: Bueno, hoy una tiene que estar preparada para todo…
PILAR: Ah.
PILAR: Pilar…
LOLA: Manolo.
PILAR: Pues para el poco trabajo que hay su marido los debe de haber
pillado todos.
LOLA: Qué va. Siempre a tiempo parcial y contratos de unos meses, así
le pagan una miseria y cuando menos se lo espere, a la calle.
LOLA: Igualmente.
Hablando a la nada Juan Luis Mira
LOLA: ¿Y eso?
LOLA: Ah, ya. Mire. Ahora mismo le estaba enseñando a Manolo sus
notas. Qué notas, eh. (Se las enseña.) Estamos tan orgullosas de
ella…
Pausa.
LOLA: ¿Cómo?
PILAR: Su hija hace más de dos meses que no se pasa por clase, de eso
y otras cosas quería precisamente hablar con usted.
Pausa.
LOLA: Ya.
Hablando a la nada Juan Luis Mira
LOLA: ¿Y el 9?
LOLA: ¿Hay algo más? (Mira a la cámara.) Ay, Manolo, que esta nos da
la noche.
LOLA: ¿Porros? (Se levanta, mira a la cámara.) ¿Eso sí que no? ¿La
Jessi fumando… porros? ¡Se está Vd pasando dos pueblos, Sra.
Pilingui!
En qué estado.
LOLA: Ah. (Hace como que sabe algo, aunque todavía no se lo cree.)
Mire. Ahora no sé si es que mi marido quiere partirle la cara o le
ha dado un infarto, pero es la primera vez que me parpadea así.
¿En su estado?
PILAR: Pues siento haber sido tan… brusca con Vd., pero, créame, a su
hija le tengo mucha consideración y cariño y …
LOLA: Ya lo veo.
PILAR: En fin… Mire por dónde ha servido para algo el susto que me he
pegado al entrar.
LOLA: Sí. Para sacarnos de quicio. (Pausa.) Y antes de que nos saque el
hígado, saque usted el dinero que ha venido a sacar y haga el
favor de dejarme con mi marido… en el caso de que siga ahí
arriba y no se me haya ido al otro mundo….
PILAR: Mejor vuelvo mañana… gracias. (Va a irse. Mira el parpadeo, que
no cesa.) Ande, tranquilice a su esposo, que le veo alga alterado.
LOLA: Lola.
PILAR: Lola.
(Pausa.)
Oscuro.