Caso 1.2 Cerámico Raku
Caso 1.2 Cerámico Raku
Caso 1.2 Cerámico Raku
El acuerdo funcionó bien, así que antes de que transcurriera mucho tiempo, la Sra.
Raku se encontró de nuevo desbordada de pedidos. Se necesitaban más auxiliares.
Esta vez, previendo el día en que ellos llegarían a elaborar cacharros de alfarería por
sí mismos, la Sra. Raku decidió contratarlos entre los graduados de la escuela local de
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cerámica. De esta forma, mientras que entrenar a la Srta. Bisque había llevado algún
tiempo, los tres nuevos auxiliares conocían exactamente lo que deben hacer desde el
principio y encajaron perfectamente bien. Aún con cinco personas, la coordinación no
supuso ningún problema.
Más adelante, en sus años maduros, cuando la Sra. Raku salía de su oficina para
presidir la ceremonia de inauguración de la hasta la fecha mayor factoría de
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CERAMICO, ella resbaló con su bastón, y cayó en el barro. Su sentido de repulsión
por haber manchado su vestido fue súbitamente reemplazado por una profunda
nostalgia: ella se dio cuenta que era su primer contacto con la tierra desde sus días en
el estudio. Entonces vino la inmediata revelación de que hacer cacharros era más
importante que hacer dinero. Y así la organización adoptó una nueva misión: la
realización a mano de hermosos, pero todavía funcionales cacharros y se desarrolló
una nueva estructura que reflejara esta nueva concepción. En su último acto, como
presidenta, la Sra. Raku volvió a cambiar el nombre de la organización una vez más:
ALFAREROS DE LA TIERRA.