Ensayo - Jorge Vargas
Ensayo - Jorge Vargas
Ensayo - Jorge Vargas
ENSAYO:
2. Introducción
3. Desarrollo y Análisis
El proceso de búsqueda de información sobre cuya base se sustentaron las respuestas a las
preguntas planteadas en el presente ensayo estuvo matizado por las perspectivas adoptadas por
estudiantes universitarios. Por tanto, con la finalidad de proporcionar elementos referenciales que
permitieran contextualizar la interpretación de los hallazgos, y para delimitar la perspectiva
indagatoria adoptada por los autores, se consideran las siguientes dimensiones: paradigmática
(interpretativo–fenomenológica), epistemológica (constructivismo), ontológica (la realidad
objetiva es subjetividad socializada), cognitiva (intersubjetividad) e investigativa.
1. Paradigmática
2. Epistemológica
Además de lo anterior, también se reconoce que la interrogante acerca de cómo el ser humano
construye su conocimiento es de vieja data en la filosofía. Uno de los más influyentes estudiosos
de este asunto fue Kant (1998), para quien el conocimiento sólo es posible mediante la integración
de la razón y la experiencia; es decir, el saber se genera a partir de integrar la razón (racionalismo)
con la experiencia (empirismo). El individuo piensa, hace abstracciones de la realidad, usa la razón
para generar conocimiento trasladando la información desde el mundo exterior (real) hacia el
mundo de la razón o del pensamiento. Este modo de conocer, según Campos y Gaspar, postula que
no se puede representar nada sin antes haber estado en interacción con el objeto. Esto supone un
cambio de paradigma desde una concepción que asume al conocimiento como una contraposición
entre empirismo y racionalismo, hacia otra donde se plantea que el conocimiento se construye
como producto de la integración entre la razón y la experiencia.
Posteriormente, a Piaget (1986) se le atribuye un aporte significativo, pues coloca la acción del
sujeto en el centro del ámbito cognitivo (el individuo es quien capta, asimila y procesa por medio
de sus procesos de pensamiento) y el cambio del conocimiento en el ámbito epistemológico (lo
cual presupone tomar en cuenta la relación objeto–sujeto, es decir, implica continuos cambios del
equilibrio entre el sujeto y la realidad); estos postulados plantean la elaboración de estructuras que
cambian cada vez que el individuo necesita adaptarse activamente a una nueva realidad o
experiencia. Estos cambios no suceden bruscamente ante una situación, sino que son
aproximaciones sucesivas hasta alcanzar el conocer.
Por su parte, los aportes del enfoque sociocultural de Vygotsky (1979) promueven la idea de que
el conocimiento es siempre un producto cambiante de un proceso constructivo afectado por las
condiciones sociales. Es decir, el sujeto construye el conocimiento a partir de las interacciones
mediacionales que suceden con los objetos externos. En ese sentido, Feuerstein (2003) concibe que
el desarrollo cognitivo (aprendizaje) puede tener lugar cuando el individuo interactúa con su
ambiente externo o interno. Se reconoce a la mediación de la interacción como una experiencia
fundamental para alcanzar el aprendizaje (Noguez, 2002). Las experiencias de aprendizaje
mediadas, según Ruiz Bolívar (1998), se caracterizan por la intencionalidad y reciprocidad con la
tarea, la trascendencia y el significado que el aprendiz le asigna. Esto significa que la experiencia
de aprendizaje mediada favorece la modificación de las estructuras cognitivas del individuo,
siempre y cuando se cuente con la participación activa de un ser humano que medie (filtre,
seleccione, interprete y elabore) aquello que fue experimentado por el aprendiz, teniendo presente
que el desarrollo particular del proceso exige construir un repertorio básico de las funciones
cognoscitivas, promover la transferencia del conocimiento, propiciar la elevación de la motivación
por aprender y hacer que los aprendices reconozcan que son personas convocadas para generar
nuevas informaciones que no existirían sin su contribución directa. No obstante, el mediador debe
tomar en cuenta que la interacción sujeto–medio está condicionada por una variedad de factores
entre los que se incluyen los hereditarios, culturales/sociales y los propios de la maduración.
Por otro lado, como lo señala Raupp (2000, p. 54), el constructivismo es una corriente
epistemológica que ha renunciado a la objetividad tal como fue propuesta por la epistemología
empirista, realista y racionalista que define al conocimiento como una descripción de la realidad.
Por el contrario, los constructivistas conciben el aprendizaje como una creación del sujeto producto
de sus experiencias con el mundo exterior (objeto), el cual puede ser atemporal y tomando en cuenta
sus ideas previas.
En resumen, el constructivismo se destaca por ser una teoría que vincula los procesos
epistemológicos, metodológicos y sociales implicados en el aprendizaje, con estrategias que
favorecen las interacciones del aprendiz con sus iguales o superiores.
3. Ontológica
La ciencia de hoy ha sido impactada por un cambio de paradigma donde la objetividad, como lo
expone Popper (1994, p. 101) no es asunto del científico como ser individual, sino que depende de
diversas circunstancias sociales y políticas que reúnen a su vez razonamientos y críticas que
permiten objetivar el pensamiento y por lo tanto el saber que maneja una comunidad científica
específica. Como resultado, en las ciencias sociales los pensamientos, en el principio de su
emergencia, son subjetivos, de un individuo; pero a medida que se procura su explicación y su
distribución entre los individuos pertenecientes a sociedades comunes particulares, se va haciendo
objetivo.
4. Cognitiva
Otro de los principios asumidos es que el conocimiento proviene de una construcción personal que,
como dice Pozo (1996), se intercambia dialécticamente con la de otros sujetos que comparten una
realidad común, pero vista en forma distinta por cada una de ellos. Esta visión personal se construye
mediante la activación de un conjunto de procesos perceptuales entre los que se destacan los de
índole cognitiva.
En efecto, desde el momento mismo en que el sujeto construye el conocimiento, éste se exterioriza
inmediatamente de tal forma que luego se percibe como una propiedad del objeto y como externo
al sujeto (Maretto, 1999). Así, dicha percepción da lugar a una actividad mental independiente del
sujeto. Por ende, el conocimiento es un producto siempre cambiante de un proceso constructivo en
condiciones específicas, más allá de una simple adquisición o reproducción directa y fiel de la
realidad. Todo conocimiento comporta caracteres individuales, subjetivos y existenciales, pues "las
ideas que poseemos nos poseen" (Morin, 1994).
Entre los procesos de pensamiento que actualmente son estudiados están los cognitivos y los
metacognitivos; los primeros se refieren a las actividades que realiza el individuo para capturar la
realidad. Ello implica procesamiento, pensamiento y abstracción. Por su parte, los procesos
metacognitivos son los constituyentes de la actividad intelectual que el individuo despliega para
tomar conciencia de los actos cognitivos que llevó o puede llevar a cabo para ejecutar una tarea
específica, a fin de aprender a comprender y controlar su propio aprendizaje. En efecto, se ha
observado (Jans y Leclercq, 1997) que la práctica metacognitiva mejora cuando se usan iguales
instrucciones para con las mismas tareas. Entre los procesos metacognitivos se encuentra la
retrospección, el pensamiento en voz alta, el auto–interrogatorio, el monitoreo y la planificación
(González, 1996).
En síntesis, se puede apreciar que las teorías que buscan explicar cómo ocurre el aprendizaje y
cómo emerge el conocimiento han desarrollado diversos presupuestos importantes para usar como
soporte en las investigaciones sobre aspectos vinculados con la educación, la pedagogía y la
didáctica. Asimismo, son útiles para desarrollar experiencias de aprendizaje que permitan
comprender cómo aprende el sujeto.
5. Investigativa
Como se podrá reconocer, si la investigación es el eje del proceso de enseñanza en el aula, las
competencias que puedan desarrollar sus beneficiarios serán mayores, pues la búsqueda sistemática
del conocimiento constituye un componente indispensable para el progreso personal, profesional y
social. Estos beneficios: a) determinan una metodología didáctica que prescribe las normas y
procedimientos para organizar y regular el funcionamiento de los actores del aula y los elementos
que caracterizan el hecho escolar; b) permiten que la organización de contenidos se conduzca en
torno al tratamiento de problemas, permitiendo el desarrollo de habilidades para la vida; c) facilitan
que la didáctica pedagógica se centre en el alumno y en el contexto escolar como objeto de saber
y de producción de conocimiento; d) se adaptan a los enfoques de aprender haciendo que sostiene
la escuela constructiva; e) se adecuan a la concepción de la educación como un hecho complejo,
dinámico y cambiante; f) potencian la autonomía, la creatividad, la innovación y la comunicación
en el aula haciendo de la misma un ambiente similar a la vida fuera de ella; g) posibilitan la
ambientación o vinculación del currículo con la realidad contextual, favoreciendo un currículo
flexible y enriquecedor de los patrimonios cognitivos de sus actores, y h) entienden la evaluación
como un proceso de reflexión investigativa de los procesos escolares.
Las dimensiones antes expuestas contribuyeron a determinar el lugar desde donde los autores
comenzaron su recorrido indagatorio; de hecho, constituyeron las coordenadas que demarcaron sus
supuestos iniciales; éstos, progresivamente, se fueron desplazando como consecuencia de su
inmersión en un proceso de investigación acerca de una realidad en la cual ellos mismos fueron
protagonistas principales.
4. Conclusiones
- Peiró, Salvador et cols. Diccionario de gestión Sanitaria para Médicos, Brasil, 2021.
- “El Pensamiento Crítico”, Consultora y Asistencia Técnica de Ingeniería Civil, Colombia, 2013.