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MAGISTRADO PONENTE: LEVIS IGNACIO ZERPA

EXP. 2001-0145
El Juzgado de Sustanciación por auto de fecha 17 de julio de 2002,
ordenó remitir a esta Sala Político-Administrativa el expediente contentivo del
juicio que por cumplimiento de contrato siguen los abogados Luis Gonzalo
Álvarez Gonzalo y Gonzalo Álvarez Domínguez, inscritos en el Instituto de
Previsión Social del Abogado bajo los números 38.387 y 4.920, respectivamente,
actuando con el carácter de apoderados judiciales del CONSORCIO
RADIODATA-DATACRAFT-SAECA, integrado por las sociedades
mercantiles SISTEMAS AUTOMÁTICOS ELECTRÓNICOS SAE,
C.A., inscrita en el Registro Mercantil de la Circunscripción Judicial del Distrito
Federal y Estado Miranda bajo el Nº 23, Tomo 151-A, en fecha 26 de diciembre
de 1978; DATACRAFT C.A., inscrita en la misma oficina de registro, en fecha
8 de julio de 1985, bajo el Nº 30, Tomo 4-A Sgdo.; y RADIOTADA
COMUNICACIONES C.A., también inscrita en el mismo registro mercantil, el
8 de diciembre de 1983, bajo el Nº 20, Tomo 161-A Primero, “todas ellas
consorciadas conforme a documento autenticado ante la Notaría Pública
Trigésima Segunda de Caracas, el día 30 de agosto de 1991, bajo el Nº 30, Tomo
30 de los Libros de Autenticaciones”, contra la sociedad mercantil C.V.G.
BAUXILUM, C.A., denominada anteriormente C.V.G. Interamericana de
Alumina, C.A. (CVG INTERALUMINA) cuyo cambio de denominación consta
en Acta de Asamblea General Extraordinaria de Accionistas, inscrita por ante el
Registro Mercantil Circunscripción Judicial del Estado Bolívar, con sede en
Puerto Ordaz, el día de marzo de 1994, anotado bajo el Nº 51, Tomo C, Nº 108,
folios 414 al 419 vuelto; empresa resultante de la fusión de CVG BAUXITA
VENEZOLANA, C.A. (CVG BAUXIVEN) con la empresa CVG
INTERAMERICANA DE ALUMINA, C.A. (CVG INTERALUMINA), según
consta de documento inscrito en la oficina de Registro Mercantil de la
Circunscripción Judicial del Estado Bolívar con sede en Puerto Ordaz, en fecha
23 de marzo de 1994, anotado bajo el Nº 79, Tomo C, Nº 111, folios 256 al 262,
siendo la última modificación estatutaria inscrita por ante la mencionada Oficina
de Registro Mercantil, el 14 de enero de 2000, bajo el Nº 22, Tomo A-Nº 2; a los
fines de que se pronunciara sobre las cuestiones previas opuestas por los
apoderados judiciales de la demandada, en fecha 11 de octubre de 2001.
Por auto de fecha 30 de julio de 2002, se dio cuenta en Sala designándose
ponente al Magistrado Levis Ignacio Zerpa, quien con tal carácter suscribe el
presente fallo.

I
ANTECEDENTES DEL CASO
Mediante escrito de fecha 22 de febrero de 2001, los abogados Luis
Gonzalo Álvarez Gonzalo y Gonzalo Álvarez Domínguez, antes identificados,
actuando como apoderados judiciales del CONSORCIO RADIODATA-
DATACRAFT-SAECA, integrado por las sociedades mercantiles SISTEMAS
AUTOMÁTICOS ELECTRÓNICOS SAE, C.A., DATACRAFT C.A., y
RADIOTADA COMUNICACIONES C.A., antes identificadas, “todas ellas
consorciadas conforme a documento autenticado ante la Notaría Pública
Trigésima Segunda de Caracas, el día 30 de agosto de 1991, bajo el Nº 30, Tomo
30 de los Libros de Autenticaciones”, demandaron a la sociedad mercantil
C.V.G. BAUXILUM, C.A., por cumplimiento de un contrato cuyo objeto es
el suministro de materiales y equipos, constitución de obras civiles, instalación y
montaje del sistema telefónico de Bauxiven en el Desarrollo Minero de Los
Pijiguaos, ubicado en el Municipio Cedeño del Estado Bolívar de la República
Bolivariana de Venezuela.
El 20 de marzo de 2001, se dio cuenta en Sala y se ordenó pasar el
expediente al Juzgado de Sustanciación, lo cual se realizó en fecha 27 de marzo
de 2001.
Por auto de fecha 27 de marzo de 2001, el Juzgado de Sustanciación, admitió la
demanda y ordenó el emplazamiento del Presidente de la C.V.G. Bauxilum, C.A., en la
persona del ciudadano Francisco Paleato. Igualmente se ordenó la notificación del
Procurador General de la República, de conformidad con el artículo 38 de la Ley Orgánica
de la Procuraduría General de la República, entonces vigente.
Por escrito del 31 de mayo de 2001, el abogado Alexis Crespo Daza, Director
General Sectorial de Personería Judicial (E) de la Procuraduría General de la República,
actuando por delegación del Procurador General de la República según Resolución Nº
021/2001 de fecha 8-3-2001, publicada en Gaceta Oficial Nº 37.157 de fecha 13-3-2001,
pidió, con fundamento en decisión dictada por la Sala Constitucional, que se ordenase la
suspensión de la presente causa por un lapso de noventa días.
En fecha 5 de junio de 2001, el Juzgado de Sustanciación remitió a esta Sala el
expediente a los fines del pronunciamiento respectivo.
El 12 de junio de 2001, se designó ponente al Magistrado Levis Ignacio Zerpa.
Mediante decisión signada con el número 1827 de fecha 8 de agosto de
2001, la Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia declaró
improcedente la solicitud de suspensión de la causa solicitada por la Procuraduría
General de la República.
En fecha 4 de octubre de 2001, el alguacil de la Sala Político-
Administrativa consignó constancia de la notificación hecha a la Procuradora
General de la República de la sentencia de fecha 8 de agosto de 2001.
En fecha 10 de octubre de 2001, el alguacil de la Sala Político-
Administrativa consignó las notificaciones practicadas a la empresa C.V.G.
BAUXILUM, C.A., en la persona de la ciudadana Valeria Pagone Martínez, y a
las empresas integrantes del Consorcio Radiodata-Datacraft-Saeca, de la
sentencia fecha 8 de agosto de 2001.
El 31 de enero de 2002, se remitió el expediente al Juzgado de
Sustanciación.
Mediante auto de fecha 6 de febrero de 2002, el Juzgado de Sustanciación
vista las notificaciones realizadas a las partes de la sentencia de fecha 8 de agosto
de 2001 ordenó la continuación de la causa.
En fecha 23 de abril de 2002, el abogado Juan Vicente Ardila, inscrito en
el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el número 73.419, actuando con
el carácter de apoderado judicial de la sociedad mercantil C.V.G. Bauxilum, C.A.
consignó instrumento poder que acredita su representación.
El 11 de junio de 2002, los abogados Daniel Vicente Ardila, inscrito en el
Instituto de Previsión Social del Abogado bajo el número 86.749 y Juan Vicente
Ardila, antes identificado, actuando con el carácter de apoderados judiciales de
C.V.G. Bauxilum, C.A. consignaron escrito de oposición de cuestiones
previas.
En fecha 23 de octubre de 2001, el apoderado judicial de C.V.G.
Bauxilum, C.A., abogado Daniel Vicente Ardila, solicitó que en virtud de que la
parte demandante no contradijo la defensa del ordinal 11 del artículo 346 del
Código de Procedimiento Civil, en el lapso establecido en el artículo
351 eiusdem, se tuviese por extinguida la acción intentada contra C.V.G.
Bauxilum, C.A..
En fecha 17 de junio de 2002, el expediente fue remitido a la Sala
Político-Administrativa, a los fines del pronunciamiento respectivo.

II
DE LOS ALEGATOS DE LA PARTE ACTORA
En el escrito de fecha 22 de febrero de 2001, los abogados Luis Gonzalo Álvarez
Gonzalo y Gonzalo Álvarez Domínguez, antes identificados, actuando como apoderados
judiciales del CONSORCIO RADIODATA-DATACRAFT-SAECA, integrado por las
sociedades mercantiles SISTEMAS AUTOMÁTICOS ELECTRÓNICOS SAE, C.A.,
DATACRAFT C.A. y RADIOTADA COMUNICACIONES C.A., antes identificadas,
expresaron lo siguiente:
1.- Que en el mes de junio de 1991, la C.V.G. Bauxita Venezolana, C.A. (Bauxiven)
hizo un llamado a licitación general internacional L.G.I 22-91, para las empresas que
suministran bienes y servicios cuyo origen se situara en países miembros del Banco
Interamericano de Desarrollo, a fin de iniciar el proceso para “Suministro, Instalación y
Puesta en Operaciones del sistema telefónico de Bauxiven en Los Pijiguaos.”
2.- Que las empresas arriba mencionadas constituyeron mediante documento
autenticado ante la Notaría Pública Trigésima Segunda de Caracas, el día 30 de agosto de
1991, bajo el Nº 30, Tomo 30 de los libros de autenticaciones llevados por esa notaría, un
consorcio con tal fin, vale decir, para “... la elaboración en común de ofertas para la
contratación de la entonces llamada Bauxita Venezolana, C.A. (Bauxiven) y en caso de
adjudicación ejecutar la obra de suministro, instalación y puesta en operaciones del
sistema telefónico de Bauxiven en Los Pijiguaos.”
3.- Que en tal documento se estableció que la representación del Consorcio estaría a
cargo de una Junta Directiva.
4.- Que dicha licitación favoreció a su mandante y en virtud de ella se suscribió un
contrato en fecha 20 de noviembre de 1991, identificado con el Nº BX-C-503/91.
5.- Que en la cláusula primera del mismo se expresó que la Contratista, esto es el
consorcio, se comprometía a realizar para Bauxiven por su exclusiva cuenta, a todo costo y
con sus propios elementos, los trabajos de: Suministro de materiales y equipo, transporte al
sitio de la obra, constitución de las obras civiles conexas y facilidades para la instalación,
montaje y puesta en servicio del sistema telefónico de Bauxiven en el Desarrollo Minero
Los Pijiguaos, ubicado en el Municipio Cedeño del Estado Bolívar de la República de
Venezuela.
6.- Que por su parte Bauxiven se comprometió a cancelar a su representado la
cantidad de cuarenta y ocho millones quinientos setenta y dos mil ochocientos cincuenta y
cinco bolívares con noventa y cinco céntimos (Bs. 48.572.855,95) más la cantidad de un
millón novecientos sesenta y seis mil quinientos setenta y dos dólares de los Estados
Unidos de América con sesenta centavos de dólar (US $ 1.966.572,60).
7.- Que existe un incumplimiento, por parte de la demandada, del referido contrato
y en virtud de ello demandan en nombre de su representada.

III
DE LAS CUESTIONES PREVIAS OPUESTAS
En el escrito de fecha 11 de junio de 2002, los abogados Daniel Vicente Ardila, y
Juan Vicente Ardila, antes identificados, actuando con el carácter de apoderados judiciales
de C.V.G. Bauxilum, C.A. opusieron las siguientes cuestiones previas:
1.- En primer lugar opusieron la cuestión previa del ordinal 3º del artículo 346 del
Código de Procedimiento Civil, relativa a la ilegitimidad de la persona que se presente
como apoderado o representante del actor, por no tener capacidad necesaria para ejercer
poderes en juicio, o por no tener la representación que se atribuya, o porque el poder no
esté otorgado en forma legal o sea insuficiente.
Fundamentaron la cuestión previa, en que la representación del apoderado judicial
deviene de haber otorgado mandato judicial, el Consorcio Radiodata-Datacraft-Saeca y no
las empresas que lo integran.
Que estas empresas son regulares y son las legitimadas para actuar en este proceso y
no el consorcio quien, fingidamente, pretendió otorgar poder judicial en abogados sin tener
capacidad para hacerlo.
Que el poder otorgado por un grupo de empresas sin sostén legal o premisa de
derecho que le ampare en el mundo jurídico, debe reputarse como inexistente, de suerte
que sus actos son la nada jurídica.
Que no puede apoyarse la legitimidad del apoderado en el contenido y alcance del
artículo 139 del Código de Procedimiento Civil, pues al efecto, además de que ese precepto
señaladamente(sic) no contiene a los consorcios, sino a las sociedades irregulares,
asociaciones y comités sin personalidad jurídica, tampoco existe en nuestro ordenamiento
jurídico disposición legal alguna que le otorgue status de hecho necesario para que
terceras personas en nombre propio obren por cuenta de ellas.
Finalmente, alegaron respecto de esta cuestión previa que al no haber sido otorgado
dicho poder por cada una de las sociedades regulares integrantes del consorcio, la misma
debía ser declarada con lugar.
2.- En segundo lugar, opusieron la cuestión previa de defecto de forma de la
demanda, contenida en el ordinal 6º del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil,
por no haber señalado el demandante domicilio procesal dónde deban practicárseles las
notificaciones que emita el órgano jurisdiccional.
3.- Finalmente, opusieron la cuestión previa del ordinal 11 del artículo 346 del
Código de Procedimiento Civil, relativa a la prohibición de la Ley de admitir la acción
propuesta, o cuando sólo permite admitirla por determinadas causales que no sean de las
alegadas en la demanda; en razón de que no hay en este caso intereses controvertidos
entre los sujetos, y, al no haber interés hay ilegitimidad para activar la pretensión, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 16 eiusdem.
Continúan exponiendo, que la persona que se afirme titular de un interés jurídico,
sólo es la que tiene legitimidad para accionar en respeto de sus derechos y en el presente
caso la accionante carece de interés para litigar porque todos los consorcios carecen de
legitimidad para accionar.
Alegaron que los consorcios no son un comité, ni personas jurídicas de carácter
comercial, por lo que no tienen base legal para accionar en defensa de sus derechos.
Finalmente expresaron que en todo caso, la demanda no debió ser admitida por esta
Sala por violar disposiciones de carácter legal como lo son los artículos 16 y 341 del
Código de Procedimiento Civil.

IV
PUNTO PREVIO
Vistos los alegatos aportados por ambas partes, corresponde a la Sala emitir su
pronunciamiento.
Ante de proveer sobre las cuestiones previas de defecto de forma alegadas, observa
la Sala que la representación judicial de la parte demandada, C.V.G. Bauxilum, C.A., opuso
la cuestión previa del ordinal 11 del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil,
relativa a la prohibición de la Ley de admitir la acción propuesta, o cuando sólo permite
admitirla por determinadas causales que no sean de las alegadas en la demanda; por lo
que considera esta Sala se debe realizar un pronunciamiento previo, dadas las
consecuencias que acarrea la oposición de este ordinal.
En este sentido, se aprecia que la representación judicial de la parte actora
Consorcio Radiodata-Datacraft-Saeca, no realizó actividad procesal alguna consistente en
la contradicción o el convenimiento de la cuestión previa opuesta.
En relación con esto, el artículo 351 del Código de Procedimiento Civil, dispone lo
siguiente:
“Artículo 351.- Alegadas las cuestiones previas a que se refieren los
ordinales 7°, 8°, 9°, 10 y 11 del artículo 346, la parte demandante
manifestará dentro de los cinco días siguientes al vencimiento del lapso
del emplazamiento, si conviene en ellas o si las contradice. El silencio de
la parte se entenderá como admisión de las cuestiones no contradichas
expresamente.” (destacado de la Sala)

Ahora bien, de conformidad con la norma antes transcrita, al no haber cumplido la


parte actora con su carga procesal correspondiente de contradecir o convenir expresamente
la cuestión previa del ordinal 11 del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, la
misma debe entenderse como admitida.
Sin embargo, esta Sala estima necesario realizar una reinterpretación de la
disposición transcrita, a la luz de las normas constitucionales que actualmente rigen en
nuestro ordenamiento jurídico.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 2,
establece que Venezuela se constituye en un Estado Democrático y Social de
Derecho y de Justicia y propugna, entre otros valores superiores de su
ordenamiento jurídico, la preeminencia de los derechos humanos, reconociéndose
en dicho texto fundamental, a los tratados internacionales como fuente jurídica
para la protección de estos elevados derechos.
Atendiendo al principio de protección de estos derechos, el Estado Venezolano
garantiza a toda persona natural o jurídica, el goce y el ejercicio irrenunciable de los
mismos.
En efecto, bajo la vigencia de la actual Constitución, expresas
disposiciones consagran la garantía del debido proceso, el principio del juez
natural y, con sus excepciones, el de la doble instancia, instituciones jurídicas de
especial importancia que, en lo posible, deben preservarse para fortalecer el
Estado de Derecho y de Justicia.
En el Título III, bajo la denominación de “De los Derechos Humanos y Garantías y
de los Deberes”, el Texto Fundamental consagra que el respeto y garantía de los derechos
humanos son obligatorios para el Poder Público (artículo 19).
Igualmente, el texto constitucional consagra en su artículo 49 el debido
proceso, y en consecuencia, respecto de uno de sus elementos constitutivos
expresa que “ la defensa y la asistencia jurídica son derechos inviolables en todo
estado y grado de la investigación y del proceso. Toda persona tiene derecho a
ser notificada de los cargos por los cuales se le investiga, de acceder a las
pruebas y de disponer del tiempo y de los medios adecuados para ejercer su
defensa. Serán nulas las pruebas obtenidas mediante violación del debido
proceso. Toda persona declarada culpable tiene derecho a recurrir del fallo, con
las excepciones establecidas en esta Constitución y la ley.”. (numeral 1)
En este sentido, el numeral 3 del antes mencionado artículo 49, consagra
dentro de la garantía del debido proceso legal, el derecho que tiene todo
justiciable de ser juzgado por un juez imparcial y con las debidas garantías.
Dicho numeral establece lo siguiente:
“Artículo 49.- El debido proceso se aplicará a todas las
actuaciones judiciales y administrativas y, en consecuencia:
(... omissis)
3.- Toda persona tiene derecho a ser oída en cualquier clase
de proceso, con las debidas garantías y dentro del plazo
razonable determinado legalmente, por un tribunal competente,
independiente e imparcial establecido con anterioridad. Quien
no hable castellano o no pueda comunicarse de manera verbal,
tiene derecho a un intérprete. (destacado de la Sala)
Asimismo, nuestro Texto Constitucional consagra importantes principios y valores
que influyen en el proceso, y que garantizan una justicia gratuita, accesible, imparcial,
idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y expedita, sin
dilaciones indebidas y sin formalismos o reposiciones inútiles.
En efecto, los artículos 26 y 257 del citado texto constitucional expresan lo
siguiente:
“Artículo 26.- Toda persona tiene derecho de acceso a los
órganos de administración de justicia para hacer valer sus
derechos e intereses, incluso los colectivos o difusos, a la tutela
efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la decisión
correspondiente.
El Estado garantizará una justicia gratuita, accesible,
imparcial, idónea, transparente, autónoma, independiente,
responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas, sin
formalismos o reposiciones inútiles.” (destacado de la Sala)

“Artículo 257.- El proceso constituye un instrumento


fundamental para la realización de la justicia. Las leyes
procesales establecerán la simplificación, uniformidad y eficacia
de los trámites y adoptarán un procedimiento breve, oral y
público. No se sacrificará la justicia por la omisión de
formalidades no esenciales.” (destacado de la Sala)

Los principios relativos a la defensa del orden constitucional y al debido proceso,


imponen al juzgador la aplicación de la normativa de rango constitucional con
preeminencia a cualquier norma, al proceso y a los principios que lo rigen y la
desaplicación de todo lo que atente contra ellos.
Dicha potestad concedida a los jueces está consagrada en nuestro Texto
Constitucional, en su artículo 334 cuando expresa:
“Artículo 334.- Todos los jueces o juezas de la República, en el ámbito
de sus competencias y conforme a lo previsto en esta Constitución y en la
ley, están en la obligación de asegurar la integridad de la Constitución.
En caso de incompatibilidad entre esta Constitución y una ley u
otra norma jurídica, se aplicarán las disposiciones constitucionales,
correspondiendo a los tribunales en cualquier causa, aún de oficio,
decidir lo conducente.” (destacado de la Sala)

Así, las normas constitucionales referidas obligan a la Sala a dictar su


decisión bajo los valores, principios y conceptos allí expresados, y en este
sentido, estima necesario hacer una reinterpretación del artículo 351 del Código
de Procedimiento Civil, para entender que cuando dicha disposición expresa
que el silencio de la parte se entenderá como admisión de las cuestiones no
contradichas expresamente, no debe concebirse como la existencia de un
convenimiento tácito de las cuestiones previas allí indicadas, ya que ello negaría
los principios, valores y preceptos constitucionales; por el contrario, debe
entenderse que dicha disposición legal contiene una presunción iuris
tantum relativa a la procedencia de las cuestiones previas.
Es por ello, que le corresponde al juez como rector del proceso confrontar
y verificar con los elementos de autos la existencia y eventual procedencia de las
cuestiones previas de los ordinales 9º, 10 y 11 del artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil; de lo contrario, se estaría permitiendo una eventual cosa
juzgada muy perjudicial sobre las mismas, siendo que su efecto es la
improponibilidad de la acción, de conformidad con lo dispuesto en el artículo
356 del Código de Procedimiento Civil, todo lo cual atenta contra la garantía de
la tutela judicial efectiva y además, se estaría sacrificando la justicia exagerando
las formas procesales, limitando el derecho a la defensa y utilizando al proceso
con finalidades distintas a las que le son propias.
En consecuencia, en virtud de los razonamientos expuestos, esta Sala
haciendo una reinterpretación del artículo 351 del Código de Procedimiento Civil
en su parte final, considera en el caso sub júdice, que la no contradicción expresa
de la cuestión previa del ordinal 11 del artículo 346 eiusdem, no acarrea un
convenimiento en la existencia de la misma y, en consecuencia, tampoco la
admisión de su procedencia. Así se declara.
V
DE LAS CUESTIONES PREVIAS OPUESTAS
Conforme a lo expuesto y vistos los alegatos aportados por ambas partes,
corresponde a la Sala pronunciarse acerca de las cuestiones previas interpuestas por la
representación judicial de la parte demandada.
1.- En primer lugar, aprecia la Sala que la parte demandada opone inicialmente la
cuestión previa contenida en el ordinal 3º del artículo 346 del Código de Procedimiento
Civil, consistente en “...la ilegitimidad de la persona que se presente como apoderado o
representante del actor, por no tener capacidad necesaria para ejercer poderes en juicio, o
por no tener la representación que se atribuya, o porque el poder no esté otorgado en
forma legal o sea insuficiente”; en razón de que el poder para actuar en juicio fue otorgado
por el Consorcio Radiodata-Datacraft-Saeca y no por las empresas que lo integran.
A lo anterior añadieron, que estas empresas son regulares y son las legitimadas para
actuar en este proceso y no el consorcio quien, fingidamente, pretendió otorgar poder
judicial en abogados sin tener capacidad para hacerlo y que no puede apoyarse la
legitimidad del apoderado en el contenido y alcance del artículo 139 del Código de
Procedimiento Civil, pues al efecto, además de que ese precepto señaladamente no
contiene a los consorcios, sino a las sociedades irregulares, asociaciones y comités sin
personalidad jurídica, tampoco existe en nuestro ordenamiento jurídico disposición legal
alguna que le otorgue status de hecho necesario para que terceras personas obren en
nombre propio por cuenta de ellas.
Pasa esta Sala a pronunciarse sobre el alegato realizado por el apoderado judicial de
la parte demandada, para lo cual resulta necesario hacer las siguientes consideraciones:
La cuestión previa del ordinal 3º del artículo 346, está dirigida a controlar un
presupuesto procesal para comparecer en juicio, vale decir, un requisito indispensable para
la constitución de toda relación procesal, que garantiza al demandante su adecuada
representación en el proceso.
Así, la referida cuestión previa está dirigida a controlar la legitimidad del
representante, entendida como la capacidad de la persona que se presenta como apoderado
o representante del actor, en tres supuestos que la misma norma prevé, a saber: a) la
ilegitimidad de la persona que se presente como apoderado o representante del actor, por
no tener capacidad necesaria para ejercer poderes en juicio; b) la ilegitimidad de la
persona que se presente como apoderado o representante del actor por no tener la
representación que se atribuya; y c) la ilegitimidad de la persona que se presente como
apoderado o representante del actor porque el poder no esté otorgado en forma legal o sea
insuficiente.
El argumento central de la representación judicial de la parte demandada, para
fundamentar esta cuestión previa, es alegar que al ser el consorcio una sinergia de empresas
sin base legal que no tiene capacidad, mal puede otorgar poderes a abogados para que lo
representen en juicio.
Ahora bien, entiende esta Sala, con base en los argumentos aportados por la
demandada, que lo cuestionado por su representación judicial no es la capacidad de los
abogados para obrar en juicio, ya que este supuesto está referido a la capacidad de
postulación, al ius postulandi, vale decir, a la capacidad técnica que tienen los profesionales
del derecho para gestionar y realizar actos procesales eficaces jurídicamente.
Lo controvertido por la demandada en forma indirecta, es la capacidad para obrar en
juicio de la parte actora, legitimatio ad processum, aquella que corresponde a la facultad o
medida de la aptitud que tienen las personas para contraer y tener derechos y obligaciones,
en el caso sub júdice su capacidad para otorgar poderes, conforme a lo dispuesto en el
artículo 136 del Código de Procedimiento Civil, cuyo texto expresa:

“Artículo 136.- Son capaces para obrar en juicio, las personas que
tengan el libre ejercicio de sus derechos, las cuales pueden gestionar
por sí mismas o por medio de apoderados, salvo las limitaciones
establecidas en la ley.” (destacado de la Sala)

En razón de lo expuesto esta Sala, teniendo en cuenta que los Jueces deben tener por
norte de sus actos la verdad, la cual procurarán conocer en los límites de su oficio y que
igualmente deben atenerse y fundar sus decisiones en las normas de derecho, sin poder
sacar elementos de convicción fuera de éstos, ni suplir excepciones o argumentos de hecho
no alegados ni probados; estima que no debe emitir pronunciamiento respecto de la alegada
incapacidad de la actora, contenida en el ordinal 2º del artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil, al no haber sido opuesta dicha cuestión previa por la representación
judicial de la parte demandada, pues de lo contrario estaría supliendo esta Sala la referida
omisión de la demanda. Así se declara.
No obstante, la Sala observa que la cuestión previa opuesta por la representación
judicial de la demandada, está fundamentada en el ordinal 3º del artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil, la cual pasa a resolver conforme al principio de exhaustividad.
1.1.- El primer supuesto del ordinal 3º del artículo 346 eiusdem, relativo a la
ilegitimidad de la persona que se presente como apoderado o representante del actor, por
no tener capacidad necesaria para ejercer poderes en juicio; se refiere a que para poder
realizar actos dentro del proceso se requiere tener capacidad técnica para representar o
asistir a las partes, esto es, sólo pueden actuar en juicio quienes sean abogados en ejercicio,
conforme a las disposiciones de la Ley de Abogados.
Dicha exigencia la encontramos en el artículo 166 del Código de Procedimiento
Civil y en los artículos 3 y 4 de la Ley de Abogados (Gaceta Oficial Nº 1.081
Extraordinario del 23 de enero de 1967).
En efecto, los mencionados artículos expresan:
“Artículo 166.- Sólo podrán ejercer poderes en juicio quienes
sean abogados en ejercicio, conforme a las disposiciones de la
Ley de Abogados.” (destacado de la Sala)

“Artículo 3.- Para comparecer por otro en juicio, evacuar


consultas jurídicas, verbales o escritas y realizar cualquier
gestión inherente a la abogacía, se requiere poseer el título de
abogado, salvo las excepciones contempladas en la Ley.” .”
Los representantes legales de personas o de derechos ajenos, los
presidentes o representantes de sociedades cooperativas, asociaciones o
sociedades civiles o mercantiles que no fueren abogados, no podrán
comparecer en juicio a nombre de sus representados sin la asistencia de
abogados en ejercicio.” (destacado de la Sala)
“Artículo 4.- Toda persona puede utilizar los órganos de la
administración de Justicia para la defensa de sus derechos e
intereses. Sin embargo, quien sin ser abogado deba estar en juicio como
actor, como demandado o cuando se trate de quien ejerza la
representación por disposición de la Ley o en virtud de contrato, deberá
nombrar abogado, para que lo represente o asista en todo el proceso.”
(... omissis) (destacado de la Sala)

Dicha capacidad se ve afectada, en casos en que no se tiene el título de abogado, o


cuando teniéndolo hay una imposibilidad en el ejercicio de carácter transitorio, como por
ejemplo sanciones de suspensión temporal del ejercicio de la profesión o el caso de
abogados que presten sus servicios profesionales a tiempo completo en organismos
oficiales nacionales, estadales o municipales o en institutos autónomos, salvo que actúen en
representación de tales entes; o casos donde el abogado haya sido declarado entredicho o
inhabilitado.
Ahora, consta en la pieza anexa al presente expediente, folio 34, instrumento poder
otorgado por el Consorcio Radiodata-Datacraft-Saeca, a los abogados Gonzalo Álvarez
Domínguez, Pedro Luis Álvarez Gonzalo, Luis Gonzalo Álvarez Gonzalo, Luis Eduardo
Cavignano Moreno y José Rodríguez Páez, inscritos en el Instituto de Previsión Social del
Abogado bajo el número bajo los números 4.920, 26.500, 38.387, 36.370 y 39.353,
respectivamente, otorgado por ante la Notaría Quinta del Municipio Baruta del Estado
Mirada, en fecha 22 de enero de 1997, quedando anotado bajo el Nº 59 Tomo 02 de los
libros de autenticaciones llevados por esa Notaría.
Observa la Sala, que no se evidencia de dicho instrumento poder, ni de las demás
actas de este expediente, que los mencionados apoderados se encuentren imposibilitados de
ejercer la representación del Consorcio Radiodata-Datacraft-Saeca en juicio, razón por la
cual los mismos cuentan con la capacidad necesaria para ejercer poderes en el presente
juicio. Así se declara.
1.2.- El segundo supuesto del ordinal 3º del artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil, relativo a la ilegitimidad de la persona que se presente como
apoderado o representante del actor, por no tener la representación que se atribuya; se
refiere al caso en que se presente en juicio un abogado y pretenda ejercer la representación
de la accionante sin mandato o poder, salvo las excepciones de representación legal o
representaciones concedidas por la ley, como por ejemplo los supuestos contenidos en el
artículo 168 del Código de Procedimiento Civil.
Ahora bien, en el punto anterior se dejó constancia que la propia parte actora
Consorcio Radiodata-Datacraft-Saeca, representada por el ciudadano Hans Klein, titular de
la Cédula de Identidad Nº 1.333.017, facultado conforme al contrato consorcial otorgó
poder por ante la Notaría Quinta del Municipio Baruta del Estado Mirada, en fecha 22 de
enero de 1997, quedando anotado bajo el Nº 59 Tomo 02 de los libros de autenticaciones
llevados por esa Notaría, a los abogados Luis Gonzalo Álvarez Gonzalo y Gonzalo Álvarez
Domínguez, quienes asumieron la representación judicial del referido consorcio, razón por
la cual los mencionados apoderados sí tienen la representación que se atribuyen. Así se
declara.
1.3.- Finalmente, el tercer supuesto del ordinal 3º del artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil, se refiere a la ilegitimidad de la persona que se presente como
apoderado o representante del actor porque el poder no esté otorgado en forma legal o sea
insuficiente.
En relación con esto, el artículo 155 del Código de Procedimiento Civil,
expresa lo siguiente:
“Artículo 155.- Si el poder fuere otorgado a nombre de otra
persona natural o jurídica, o fuere sustituido por el
mandatario, el otorgante deberá enunciar en el poder y exhibir
al funcionario los documentos auténticos, gacetas, libros o
registros que acrediten la representación que ejerce. El
funcionario que autorice el acto hará constar en la nota
respectiva, los documentos, gacetas, libros o registros que le
han sido exhibidos, con expresión de sus fechas, origen o
procedencia y demás datos que concurran a identificarlos, sin
adelantar ninguna apreciación o interpretación jurídica de los
mismos.” (destacado de la Sala).
Ahora bien, se evidencia de la pieza anexa al presente expediente, folio 38, que en el
instrumento poder otorgado por el Consorcio Radiodata-Datacraft-Saeca, a los abogados
Gonzalo Álvarez Domínguez, Pedro Luis Álvarez Gonzalo, Luis Gonzalo Álvarez
Gonzalo, Luis Eduardo Cavignano Moreno y José Rodríguez Páez, otorgado por ante la
Notaría Quinta del Municipio Baruta del Estado Mirada, en fecha 22 de enero de 1997,
quedando anotado bajo el Nº 59 Tomo 02 de los libros de autenticaciones llevados por esa
Notaría; la Notario dejó constancia que tuvo a la vista el documento autenticado donde
consta la representación del otorgante del Consorcio Radiodata-Datacraft-Saeca, ciudadano
Hans Klein, titular de la cédula de identidad número 1.333.017, así como los datos que
identifican al mismo, en donde está facultado para otorgar poderes.
En consecuencia, tal como se aprecia de los razonamientos y
circunstancias expresadas con anterioridad, el poder consignado por los
apoderados judiciales de la parte actora junto con el escrito de demanda, contiene
las formalidades que deben aparecer en el cuerpo del instrumento para que el
otorgamiento del mismo sea considerado válido, tales como la identidad del
otorgante del poder, la mención y exhibición de los documentos auténticos,
gacetas, libros o registros que acreditan la representación del otorgante, conforme
lo prevé al artículo 155 del Código de Procedimiento Civil. Así se declara.

2.- Con relación a la cuestión previa de defecto de forma de la demanda contenida


en el ordinal 6º del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, por no haber señalado
el demandante domicilio procesal dónde deban practicárseles las notificaciones que emita
el órgano jurisdiccional, esta Sala observa que el ordinal 9º del artículo 340 del Código de
Procedimiento Civil dispone:

“Artículo 340.- El libelo de la demanda deberá expresar:


(... omissis)
9° La sede o dirección del demandante a que se refiere
el artículo 174.” (destacado de la Sala)

Consta en el folio treinta y uno de este expediente, lo siguiente:


“Solicitamos que la citación de la demandada sea
practicada en la persona de su Presidente, señor Francisco
Paleato, mayor de edad y domiciliado en Caracas y a los efectos
legales correspondiente señalamos como domicilio procesal de
nuestro representado y sus apoderados el siguiente: Avenida
Libertador, Multicentro Empresarial del Este, Edificio
Libertado, Núcleo A, Piso 3, Oficina A-33,
Chacao.” (destacado de la Sala)

De lo anterior resulta evidente que, contrario a lo afirmado por la representación


judicial de la parte demandada, la actora sí señaló domicilio procesal conforme a la
exigencia del ordinal 9º del artículo 340 del Código de Procedimiento Civil, la cual, de
conformidad con lo establecido en la propia norma, y en armonía con los valores y
principios constitucionales antes mencionados, tampoco debe interpretarse con rigorismo
procesal, en razón de que la misma disposición prevé la consecuencia legal para el caso en
que exista omisión de la parte demandante.
En efecto, el artículo 174 del Código de Procedimiento Civil, expresamente
establece:

“Artículo 174.- Las partes y sus apoderados deberán indicar


una sede o dirección en su domicilio o en el lugar del asiento del
Tribunal, declarando formalmente en el libelo de la demandada
y en el escrito o acta de la contestación, la dirección exacta.
Dicho domicilio subsistirá para todos los efectos legales
ulteriores mientras no se constituya otro en el juicio, y en él se
practicarán todas las notificaciones, citaciones o intimaciones a
que haya lugar. A falta de indicación de la sede o dirección
exigida en la primera parte de este artículo, se tendrá como tal
la sede del Tribunal.” (destacado de la Sala)

En virtud de los razonamientos antes expuestos, esta Sala considera que la cuestión
previa de defecto de forma de la demanda no debe prosperar. Así de declara.
3.- Finalmente en relación con la cuestión previa del ordinal 11 del artículo 346 del
Código de Procedimiento Civil, relativa a la prohibición de la Ley de admitir la acción
propuesta, o cuando sólo permite admitirla por determinadas causales que no sean de las
alegadas en la demanda; alegaron los representantes de la demandada, que en este caso no
hay intereses controvertidos entre los sujetos, y, al no haber interés hay ilegitimidad para
activar la pretensión, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 16 eiusdem.
Expresaron que la persona que se afirme titular de un interés jurídico, sólo es la que
tiene legitimidad para accionar el respeto de sus derechos y en el presente caso la
accionante carece de interés para litigar porque todos los consorcios carecen de
legitimidad para accionar.
Alegaron que los consorcios no son un comité, ni personas jurídicas de carácter
comercial, por lo que no tienen base legal para accionar en defensa de sus derechos.
Antes de pasar esta Sala a emitir su pronunciamiento en relación a la
cuestión previa opuesta, estima necesario realizar consideraciones con respecto al
alegato de la demanda relativo a la inexistencia del consorcio.
El desarrollo de la actividad económica de un país se realiza a través de
sociedades o empresas que funcionan principalmente en grupo o en forma
individual.
Algunas de estas agrupaciones de empresas, no poseen en el derecho
venezolano regulación legal, lo cual genera dudas en cuanto su existencia en
razón de la validez de las posibles relaciones jurídicas que pudieran establecer
con otros sujetos de derechos.
En el derecho comparado la terminología relacionada con esta materia es
muy variada. En los países anglosajones se utilizan las expresiones gentlement´s
agreements, pools, trade associations, trusts, cartels, holding companies,
amalgamation, merger, consolidation y community of interesting. En Alemania
se contraponen Kartelle y Konzerne. En Francia, sus equivalentes entetes y
groups de sociétés; en Italia los de consorzi y los de gruppi. En España, las
expresiones de concentración y unión de empresas. (Morles Hernández, Alfredo
Curso de Derecho Mercantil. Tomo II. Las Sociedades Mercantiles, cuarta
edición UCAB, Caracas, 1998.)
Dentro de estas categorías de grupos de empresas, están los consorcios.
Los consorcios son uniones o agrupaciones de empresas, que se realizan entre
quienes ejecutan un proceso productivo atendiendo a un fin económico común.
Es una realidad económica que constantemente las empresas, mediante un contrato,
constituyan organizaciones o agrupaciones con fines expansivos, tomando en cuenta las
actividades económicas que realizan cada una de ellas.
En el caso bajo estudio, las empresas SISTEMAS AUTOMATICOS
ELECTRONICOS SAE, C.A., DATACRAFT, C.A. y RADIODATA
COMUNICACIONES, C.A., constituyeron entre ellas, mediante contrato suscrito, un
consorcio denominado CONSORCIO RADIODATA-DATACRAFT-SAECA, “... para la
elaboración en común de ofertas, y en caso de adjudicación, la ejecución conjunta para la
C.V.G. BAUXITA VENEZOLANA, C.A. (BAUXIVEN) del proyecto de Suministro de
Materiales y Equipos, Transporte hasta el sitio de la obra, Construcción de la obra civil
asociada, Instalación, Pruebas y Puesta en Operación del Sistema Telefónico de Bauxiven
en el Centro Minero de los Pijiguaos ubicado en el Distrito Cedeño del Estado Bolívar,
República de Venezuela.”
Vale decir, nos encontramos ante un consorcio integrado por tres empresas, las
cuales participaron en un proceso licitatorio con la finalidad de encargarse, en forma
conjunta, de la ejecución de obras, suministro de material y de la prestación de servicios de
instalación del sistema telefónico de Bauxiven, Centro Minero de Los Pijiguaos, antes
identificado, en función de la actividad económica de cada empresa.
En el derecho italiano, este tipo de consorcio se presenta a los terceros en virtud de
sus propios estatutos, como “organismo de servicio”; principalmente un servicio comercial,
consistente en hacerse cargo de contratos de ejecución de obras o de prestación de
servicios, y luego servicios de asistencia técnica (colaboración en los proyectos),
económica, financiera, etc. La asistencia comercial, o sea la actividad dirigida a procurar
contratos de obra a las empresas asociadas, es una actividad que el consorcio desarrolla,
según las propias funciones estatutarias de “organismo de servicio”, no en interés propio,
sino en interés y por cuenta de los asociados. El consorcio podría, en abstracto, asumir
formas jurídicas múltiples, ya que el consorcio puede obrar no solo en nombre, sino
también por cuenta de las empresas adherentes, y así pone a estas en relación contractual
directa con las entidades ejecutoras de obras. Por el contrario, puede adoptar la forma
jurídica de hacerse cargo de la ejecución de la obra por parte del consorcio, o sea de la
estipulación del contrato en nombre del mismo consorcio, y de su total asignación a las
empresas asociadas.
El hacerse cargo de los contratos en nombre propio, manifiestamente está
preordenado a fin de ofrecer a los terceros la más alta y la más amplia garantía
constituida por el nombre y por el patrimonio de todo el consorcio; y esta ulterior función
de garantía se vincula también a las funciones de asistencia que el consorcio presta a
favor de los asociados.
En el momento en que se estipula, en su propio nombre, el contrato de ejecución de
obra, el consorcio obra por cuenta de la generalidad de los asociados. Una vez efectuada
la asignación del contrato de obra a uno de ellos, el consorcio “está en el contrato”, tanto
ejerciendo los derechos como respondiendo del cumplimiento de los deberes para con la
entidad contratante, por cuenta de la empresa a la cual se le ha asignado el
contrato. (Galgano, Francesco. Derecho Comercial. Vol. I. El Empresario. Traducción de
Jorge Guerrero de la Terza Edicione, 1989. Edit. Temis, S.A., Bogotá, 1999).
En Venezuela encontramos textos legales en donde se alude a esta figura, pero sin
realizarse una regulación precisa respecto de ella.
En efecto, en el Decreto con Rango y Fuerza de Ley Orgánica sobre Promoción de
la Inversión Privada Bajo el Régimen de Concesiones, de fecha 17 de septiembre de 1999,
publicado en la Gaceta Oficial Nº 5.394 del 25 de octubre de 1999, el cual tiene por objeto
establecer reglas, garantías e incentivos dirigidos a la promoción de la inversión privada y
al desarrollo de la infraestructura y de los servicios públicos, expresamente se dispone:

“Artículo 20.- Condiciones subjetivas de los licitantes.- Podrán


participar en los procesos de licitación todas las personas
jurídicas, consorcios o asociaciones temporales nacionales o
extranjeras, que tengan plena capacidad de obrar y de acreditar su
solvencia económica, financiera, técnica y profesional, y cumplan los
requisitos establecidos en este Decreto-Ley, su Reglamento y el pliego
de condiciones diseñado en cada proceso.” (destacado de la Sala)

No obstante, a pesar de que se permite que los consorcios actúen en el


procedimiento de licitación, una vez que se realiza la adjudicación del contrato, es
necesario para la celebración definitiva del mismo que el concesionario constituya, en el
lapso fijado en el pliego de condiciones, una sociedad mercantil de nacionalidad
venezolana con quien se entenderá celebrado el contrato. (Ver artículo 29 eiusdem)
Igualmente, la Ley Orgánica de Telecomunicaciones publicada en la Gaceta Oficial
Nº 36.970 del 12 de junio de 2000, se refiere a esta figura cuando expresa que las empresas
operadoras de telefonía o empresas vinculadas a éstas existentes en el país antes de la
entrada en vigencia de esa ley, no pueden constituir consorcios a efectos de controlar o
fusionarse con empresas operadoras del servicio de televisión por suscripción.
En efecto, el referido artículo dispone:
“Artículo 222.- Ninguna empresa distinta a la concesionaria
actual de telefonía básica podrá prestar dicho servicio antes del 28 de
noviembre del año 2000, día siguiente a la fecha en la que cesa la
concurrencia limitada existente, de conformidad con el respectivo
contrato de concesión.
A partir de la publicación de la presente Ley en la Gaceta Oficial
de la República Bolivariana de Venezuela y hasta el 28 de Noviembre del
año 2002, ninguna empresa operadora de telefonía o empresas
vinculadas a éstas, existentes en el país antes de la entrada en vigencia
de esta Ley, podrá directa o indirectamente adquirir, controlar o
fusionarse con empresas operadoras del servicio de televisión por
suscripción, existentes en el país antes de la entrada en vigencia de esta
Ley y viceversa. Asimismo, durante dicho lapso tales empresas no
podrán entre sí constituir consorcios, empresas conjuntas o cualquier
otra forma de asociación para la prestación de dichos servicios.
Sin perjuicio de las disposiciones generales en materia de
concentraciones económicas previstas en la Ley para Promover y
Proteger el Ejercicio de la Libre Competencia y sus reglamentos, no se
aplicarán las prohibiciones establecidas en el párrafo anterior, cuando
las operaciones a las que se refiere dicho párrafo se den entre empresas
operadoras de telefonía o entre empresas operadoras de televisión por
suscripción.” (destacado de la Sala)

El artículo 267 del anteproyecto venezolano del Código de Comercio, dispone


que « las sociedades constituidas en el país, las sociedades extranjeras para hacer negocio
en Venezuela y los empresarios individuales domiciliados en la República pueden
establecer, mediante un contrato, un sistema de colaboración por tiempo determinado o
indeterminado para el desarrollo o ejecución de una obra, servicio o suministro, bajo el
nombre de consorcio. El consorcio carece de personalidad jurídica propia, pero puede
tener un fondo común.»
El artículo 268, del citado anteproyecto, establece que: «El consorcio se formará
mediante un contrato en el cual se precisarán las actividades que se desarrollará cada
integrante del convenio y se determinará si cada parte asume la responsabilidad exclusiva
por las prestaciones que ejecute o si se obliga solidariamente. » (.. omissis) (Morles
Hernández, Alfredo Ob. cit.)
Actualmente en el derecho venezolano, como antes se indicó, estas
agrupaciones de sociedades o consorcios carecen de personalidad jurídica y
tampoco tienen patrimonio propio, por el contrario, cada una de las sociedades o
empresas que la integran tienen su propia personalidad jurídica, tal como sucede
en el presente caso.
De lo anterior se colige, dadas las características especiales de esta figura,
que los consorcios al no tener personalidad jurídica no pueden equipararse por
analogía a las llamadas sociedades irregulares, a las cuales el derecho sí les
reconoce personalidad jurídica, en tanto que las mismas están constituidas con
base en una estructura societaria, pero sin cumplir con las formalidades
registrales previstas por el Código de Comercio y en la legislación especial
respectiva.
Consta al folio 31 de la pieza anexa al presente expediente, contrato
consorcial otorgado mediante documento autenticado por ante la Notaría Pública
Trigésima Segunda de Caracas, el día 30 de agosto de 1991, bajo el Nº 30, Tomo
30 de los Libros de Autenticaciones llevado por esa Notaría, en donde se
evidencia lo siguiente:

“Entre SISTEMAS AUTOMATICOS ELECTRONICOS SAE,


C.A., sociedad mercantil de este domicilio inscrita ante el
Registro-Mercantil de la Circunscripción Judicial del Distrito
Federal y Estado Miranda el 26-12-78, bajo el Nº 23, Tomo 151-
A, estatutos reformados según asiento de registro de comercio Nº
1, inscrito por ante la Oficina de Registro citada en el Tomo 32-a
Pro, el 31 de octubre de 1988, representada en este acto por su
Director Gerente, ciudadano HANS KLEIN, venezolano, mayor
de edad, casado, de este domicilio, titular de la Cédula de
Identidad Nº 1.333.017, representación legal que consta de
asiento de registro de comercio Nº 11, inscrito en la Oficina de
Registro citada en el Tomo 9-a Sgdo de fecha 2 de julio de 1991,
quien actúa suficientemente facultado por los Estatutos Sociales
de la compañía; DATACRAFT, C.A., sociedad mercantil de
este domicilio, inscrita en el Registro Mercantil de la
Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda,
el 8 de julio de 1985, bajo el Nº 30, Tomo-4-A Sgdo., Estatutos
reformados según asiento de registro de comercio Nº 10, inscrito
por ante la Oficina de Registro citada en el Tomo 7-A Pro., el 4
de julio de 1986 representada en este acto por su Presidente
ciudadano LUKE PANTIN GRANADOS, venezolano, mayor de
edad, casado, de este domicilio y titular de la Cédula de
Identidad Nº 13.823.511, representación legal que consta de
asiento de registro de comercio Nº 51, inscrito en la Oficina de
Registro citada en el Tomo 68-A Pro, el 24 de mayo de 1991,
suficientemente facultado para este acto por los Estatutos
Sociales de la Compañía y RADIODATA
COMUNICACIONES, C.A., sociedad mercantil de este
domicilio, inscrita en el Registro Mercantil de la Circunscripción
Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda el 8-12-83, bajo
el Nº 20, Tomo 161-A Pro., Estatutos reformados según asiento
de registro de comercio Nº 92, inscrito por ante la Oficina de
Registro citada en fecha 27-12-84 en el Tomo 66-a Sgdo,
representada en este acto por su Gerente General Ing.
REGINALD STOTT WILLATT, mayor de edad, de nacionalidad
Chilena, Ingeniero domiciliado en Caracas y titular de la Cédula
de Identidad Nº E-331.731, representación legal que consta en
asiento de registro de comercio Nº 12, registrado por ante la
Oficina de Registro Mercantil citada en el Tomo 86-A Sgdo., en
fecha 14-8-91, suficientemente facultado por el Documento
Constitutivo y Estatutos de la Compañía, han convenido en
constituir una agrupación temporal en régimen de consorcio
regulado por las siguientes cláusulas: PRIMERA: A los efectos
de identificar al consorcio constituido mediante este documento,
se denominará como sigue: “CONSORCIORADIODATA-
DATACRAFT-SAE, C.A.”. El Consorcio mantendrá sus
oficinas en Caracas o en cualquier lugar de la República de
Venezuela, cuando así se exija para el mejor desarrollo de la
obra. SEGUNDA: Las partes arriba mencionadas constituimos
aquí, una asociación de empresas de régimen de consorcio para
la elaboración en común de ofertas, y en caso de adjudicación,
la ejecución conjunta para la C.V.G. BAUXITA
VENEZOLANA, C.A. (BAUXIVEN) del proyecto de Suministro
de Materiales y Equipos, Transporte hasta el sitio de la obra,
Construcción de la obra civil asociada, Instalación, Pruebas y
Puesta en Operación del Sistema Telefónico de Bauxiven en el
Centro Minero de los Pijiguaos ubicado en el Distrito Cedeño
del Estado Bolívar, República de Venezuela. (... omissis).
SEXTA: Las empresas aquí consorciadas intervendrán en
la ejecución de la obra objeto de la licitación descrita en este
documento, de acuerdo con su especialidad y capacidad
específica para el tipo de obra objeto de la referida
licitación.” (... omissis).
Consta igualmente al folio 44 de la pieza anexa a este expediente, contrato
suscrito entre Consorcio Radiodata-Datacraft-Saeca y C.V.G. Bauxilum, C.A., en
donde se expresó lo que a continuación se transcribe:

“CONTRATO Nº BX-C-503 / 91
Entre la empresa C.V.G. BAUXITA VENEZOLANA, C.A.
(BAUXIVEN), inscrita por ante el Juzgado de Primera Instancia en lo
Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial del Estado Bolívar,
Puerto Ordaz, el día 20 de febrero de 1979, bajo el Nº 2750, Tomo 35,
quien en lo sucesivo se denominará BAUXIVEN, representada en este
acto por su presidente Ing. Gabriel Medialdea, venezolano, mayor de
edad, casado, ingeniero, de este domicilio y titular de la cédula de
identidad Nº 610.047, quien procede debidamente autorizado por la
Junta Directiva de la empresa, en su sesión No. JD-275 - / 91, de fecha
27 de septiembre de 1991, por una parte y por la otra, las
empresas SISTEMAS AUTOMATICOS ELECTRONICOS SAE,
C.A., sociedad mercantil de este domicilio, inscrita ante el Registro
Mercantil de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado
Miranda, el 26 de diciembre de 1978, bajo el Nº 23, tomo 151-A,
estatutos reformados según asiento de registro de comercio Nº 1, inscrita
por ante la oficina de Registro citada, en el Tomo 32-A Pro, el 31 de
octubre de 1988; la empresa DATACRAFT, C.A. sociedad mercantil de
este domicilio, inscrita ante el Registro Mercantil de la Circunscripción
Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda, el 8 de julio de 1985,
bajo el Nº 30, Tomo 4-A Sgdo., estatutos reformados según asiento de
Registro de Comercio Nº 10, inscrito por ante la oficina de Registro
citada en el Tomo 7-A pro., el 4 de julio de 1986 y RADIODATA
COMUNICACIONES C.A. sociedad mercantil de este domicilio,
inscrita ante el Registro Mercantil de la Circunscripción Judicial del
Distrito Federal y Estado Miranda, el 8 de diciembre de 1983, bajo el Nº
20, Tomo 161-A pro, estatutos reformados según asiento de registro de
comercio Nº 92, inscrito por ante la oficina de Registro citada en fecha
27 de diciembre de 1984, las cuales se consorciaron para licitar,
suscribir y ejecutar el presente contrato según consta de documento
inscrito por ante la Notaría Pública Trigésima Segunda de Caracas,
bajo el Nº 30, tomo 30, de los libros de autenticaciones, en fecha 30 de
agosto de 1991, Consorcio este que en lo sucesivo se denominará EL
CONTRATISTA, representado en este acto por su Presidente Reginald
Stott Willatt, mayor de edad, de nacionalidad chilena, y titular de la
cédula de identidad Nº E-331.731, suficientemente facultado para este
acto por el documento consorcial antes citado, se ha convenido en
celebrar el presente contrato el cual se regirá por las siguientes
cláusulas:
CLÁUSULA PRIMERA: EL CONTRATISTA se obliga a
realizar para BAUXIVEN por su exclusiva cuenta, a todo costo y
con sus propios elementos, los trabajos de: Suministro de
materiales y equipos, Transporte al sitio de la obra,
Construcción de las Obras Civiles conexas y facilidades para la
instalación, montaje y puesta en servicios del Sistema Telefónico
de Bauxiven en el Desarrollo Minero Los Pijiguaos, ubicado en
el Municipio Cedeño del Estado Bolívar de la República de
Venezuela.” (... omissis) (destacado de la Sala)

Ahora, siendo cierta la circunstancia de que el derecho venezolano no le


concede personalidad jurídica al consorcio y que tampoco puede asimilarse a una
sociedad irregular conforme a lo dispuesto en el artículo 219 de del Código de
Comercio, no son menos ciertas las circunstancias de que, en primer lugar, el
consorcio es una realidad económica que el derecho no puede desconocer y que,
en segundo lugar, la parte demandada reconoció, en forma expresa, en el contrato
que suscribió el carácter consorcial con el que obraron cada una de las compañías
que integran el consorcio.
Ello se evidencia en forma inteligible, cuando en el contrato suscrito por
ambas partes en fecha 20 de noviembre de 1991, la demandada denominó al
consorcio EL CONTRATISTA; por lo que esta Sala considera, de conformidad
con los principios generales que rigen a los contratos, los cuales expresan que los
contratos tienen fuerza de Ley entre las partes. No pueden revocarse sino por
mutuo consentimiento o por las causas autorizadas por la Ley, y que los
contratos deben ejecutarse de buena fe y obligan no solamente a cumplir lo
expresado en ellos, sino a todas las consecuencias que se derivan de los
mismos contratos, según la equidad, el uso o la Ley (artículos 1.159 y 1.160 del
Código Civil); que mal puede ahora pretender la parte demandada desconocer el
carácter consorcial de las empresas Sistemas Automáticos Electrónicos Sae,
C.A., Datacraft, C.A. y Radiotada Comunicaciones, C.A., para sostener su
inexistencia. Así se decide.
Con fundamento en la premisa anteriormente establecida, pasa esta Sala a
pronunciarse sobre la cuestión previa opuesta y a tal fin observa:
El argumento sustancial empleado por la demanda para sostener la cuestión previa,
es que la inexistencia del consorcio hace que el mismo carezca de legitimidad para accionar
en defensa de sus derechos porque, al no tener personalidad jurídica, no puede tener
interés para litigar.
La parte actora en su escrito de demanda expresó, que las empresas integrantes
constituyeron un consorcio mediante documento autenticado para ejecutar la obra de
suministro, instalación y puesta en operaciones del sistema telefónico de Bauxiven en Los
Pijiguaos.
Alegó que en el contrato suscrito en fecha 20 de noviembre de 1991, identificado
con el Nº BX-C-503/91, la cláusula primera establecía que la Contratista, esto es el
consorcio, se comprometía a realizar para Bauxiven por su exclusiva cuenta, a todo costo y
con sus propios elementos, los trabajos de: Suministro de materiales y equipo, transporte al
sitio de la obra, constitución de las obras civiles conexas y facilidades para la instalación,
montaje y puesta en servicio del sistema telefónico de Bauxiven en el Desarrollo Minero
Los Pijiguaos; y que a tal fin Bauxiven se comprometía a cancelar una suma de dinero a su
representado, la cual, en su decir, hasta la presente fecha no ha sido cancelada, por lo que al
no haber cumplido con su obligación decidió demandarla.
Ahora bien, nuestro ordenamiento jurídico constituye un sistema destinado a regular
las conductas humanas a través de establecimiento de derechos y deberes.
Cuando el justiciable considera que sus derechos se encuentran insatisfechos, puede
acudir a los órganos jurisdiccionales para solicitar se le otorgue tutela judicial a su
pretensión, esto es, cuando tenga interés procesal para accionar, entendido éste como la
necesidad y adecuación del proceso para satisfacer la pretensión demandada.
Este especial derecho de acudir a los órganos jurisdiccionales en busca de la
satisfacción de los demás derechos concedidos por el ordenamiento jurídico, es el
denominado derecho de acción procesal, el cual está previsto y garantizado expresamente
en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en su artículo 26, en los
siguientes términos: “Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de
administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses, incluso los colectivos
o difusos; a la tutela efectiva de los mismos y a obtener con prontitud la decisión
correspondiente. (omissis)”.
En sentencia número 1.648 de fecha 13 de julio de 2000, dictada por esta Sala
Político-Administrativa, se expresó, con relación a la acción procesal, lo que a
continuación se transcribe:
“En la estructura del ordenamiento jurídico, está concebida la
acción procesal como el medio para acceder a la función jurisdiccional,
cuando existe la necesidad de satisfacer pretensiones jurídicas. Si se
entiende la acción procesal como un derecho a la jurisdicción, debe
precisarse que ella es un presupuesto lógico de todo derecho, dado
su carácter de medio o instrumento jurídico para lograr, por intermedio
de los órganos jurisdiccionales, el goce y ejercicio pleno de todos los
demás derechos. Esta necesaria relación de medio a fin, permite
calificar a la acción como un derecho especial o de segundo nivel, es
decir, un auténtico metaderecho, frente a todos los demás derechos del
ordenamiento jurídico.” (... omissis) (destacado de la Sala)

Cuando el ordinal 11 dispone que el demandado puede oponer la prohibición de la


Ley de admitir la acción propuesta, o cuando sólo permite admitirla por determinadas
causales que no sean de las alegadas en la demanda, a lo que hace referencia es que la ley,
en ciertos casos, priva o limita el ejercicio de este derecho de acceso jurisdiccional, porque
el ordenamiento jurídico le niega tutela judicial a ciertas circunstancias de hecho que los
justiciables aspiren proteger o defender.
Ahora bien, esta Sala teniendo presente que esta garantía de acceso a la jurisdicción
goza de primacía constitucional respecto de las demás normas legales del ordenamiento
jurídico, considera, que debe hacerse una interpretación amplia de este ordinal 11 del
artículo 346 del Código de Procedimiento Civil, la cual resulte acorde con el mejor
ejercicio del derecho de acceso de toda persona a la administración de justicia a fin de hacer
valer sus derechos e intereses, para entender, que sólo hay prohibición de ley de admitir la
acción propuesta cuando las normas nieguen, en forma expresa, tutela judicial a la situación
que se pretenda reclamar o cuando se desprenda de los textos normativos la clara intención
de no conceder la referida tutela a ciertas situaciones de hecho que se pretendan defender
ante los órganos jurisdiccionales.
En caso sub júdice, se aprecia del escrito de demanda que el Consorcio
Radiodata-Datacraft-Saeca acudió al órgano jurisdiccional para solicitar que la
sociedad mercantil C.V.G. Bauxilum, C.A. cumpliera con el pago por concepto
de la obra ejecutada conforme al contrato suscrito en fecha 20 de noviembre de
1991, identificado con el Nº BX-C-503/91; lo que evidencia, por una parte,
que la pretensión está referida a un daño producto del retardo en el cumplimiento
del pago de una obligación contractual y por la otra, que al no haberse satisfecho
extrajudicialmente dicha obligación hay un interés para accionar en sede
jurisdiccional.
Ahora, habiéndose establecido el carácter del consorcio, en este caso, la
circunstancia de que el derecho venezolano no le reconozca personalidad jurídica al mismo,
no implica que dicha organización de empresas no pueda accionar en defensa de sus
derechos e intereses, siendo que, en primer lugar, la demandada en el contrato celebrado le
reconoció dicho carácter denominándolo “EL CONTRATISTA” y en segundo lugar,
porque la legislación no prohíbe el ejercicio de esta acción cuya pretensión es la tutela del
derecho alegado por la actora como insatisfecho, vale decir, el pago por el retardo en el
cumplimiento de la obligación contractual. Así se decide.
En fuerza de las motivaciones anteriormente expuestas, esta Sala considera que la
cuestión previa opuesta del ordinal 11 del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil,
no debe prosperar. Así se declara.
VI
DECISIÓN
En vista de los razonamientos antes expuestos, esta Sala Político-Administrativa del
Tribunal Supremo de Justicia, administrado justicia en nombre de la República y por
autoridad de la Ley, declara:
1.- SIN LUGAR la cuestión previa del ordinal 3º del artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil, relativa a la ilegitimidad de la persona que se presente como
apoderado o representante del actor, por no tener capacidad necesaria para ejercer poderes
en juicio, o por no tener la representación que se atribuya, o porque el poder no esté
otorgado en forma legal o sea insuficiente, opuesta por la representación judicial de C.V.G.
BAUXILUM, C.A., en fecha 11 de junio de 2002.
2.- SIN LUGAR la cuestión previa del ordinal 6º del artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil, relativa al defecto de forma de la demanda relativa a la alegada falta
de indicación del domicilio procesal, opuesta por la representación judicial de C.V.G.
BAUXILUM, C.A., en fecha 11 de junio de 2002.
3.- SIN LUGAR la cuestión previa del ordinal 11 del artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil, relativa a la prohibición de la Ley de admitir la acción propuesta, o
cuando sólo permite admitirla por determinadas causales que no sean de las alegadas en
la demanda, opuesta por la representación judicial de la parte demandada C.V.G.
BAUXILUM, C.A., en fecha 11 de junio de 2002.
Se condena en costas a la parte demandada, C.V.G. BAUXILUM, C.A., de
conformidad con las previsiones contenidas artículos 357, 274, 276 y 287 del Código de
Procedimiento Civil, disposiciones que resultan aplicables por remisión expresa que se hace
en el artículo 88 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia.
No habiendo prosperado ninguna de las cuestiones previas opuestas, lo procedente es
remitir el presente expediente al Juzgado de Sustanciación, a los fines de la continuación del
curso de la causa, previa la notificación de las partes. Así se declara.
Conforme a lo dispuesto en el artículo 95 de la vigente Ley Orgánica de la
Procuraduría General de la República, publicada en Gaceta Oficial
Extraordinario Nº 5.554 de fecha 13 de noviembre 2001, el cual expresa que “los
funcionarios judiciales están igualmente obligados a notificar al Procurador o
Procuradora General de la República de toda oposición, excepción,
providencia, sentencia o solicitud que obre contra los intereses patrimoniales de
la República. Estas notificaciones deben ser hechas por oficio y estar
acompañadas de copias certificadas de todo lo que sea conducente para formar
criterio acerca del asunto”, se ordena la notificación de la Procuradora General
de la República.
Publíquese y regístrese. Notifíquese a las partes. Remítase el presente
expediente. Cúmplase lo ordenado.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la sala Político
Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los
veintidos (22) días del mes de enero del año dos mil tres. Años 192º de la
Independencia y 143º de la Federación.
El Presidente Ponente,

LEVIS IGNACIO ZERPA

El Vicepresidente,

HADEL MOSTAFÁ PAOLINI


Magistrada

YOLANDA JAIMES GUERRERO


La Secretaria,

ANAÍS MEJÍA CALZADILLA


Exp. Nº 2001-0145
LIZ/drm
En veintitres (23) de enero del año dos mil tres, se publicó y registró la
anterior sentencia bajo el Nº 00075.

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