FPI - PEC - UNED 2023.24 - Ramon Fernández Fernández
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Comentario a
Infocracia| La digitalización y la crisis de la democracia
de Byung-Chul Han
1Como cuando uno escucha una canción en inglés, sin saber inglés, que de repente quiere decirlo todo,
hasta que uno se entera de su contenido concreto, asociado siempre a cierta decepción.
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inicialmente pensado para construir prisiones y reformar el individuo2. El recluso estaría
expuesto a la supervisión permanente del celador, pero mientras éste puede ser visto,
no puede ver si le ven. Esto permitiría una vigilancia del celador, que podría darse o no;
el vigilado es incapaz de corroborar si está siendo vigilado. Por tanto, el recluso, por
mera precaución, tenderá a la auto-vigilancia, modificará su comportamiento a lo que
considerará del gusto del vigilante, por si acaso fuera vigilado. Este proyecto del
panóptico –modelo bajo el cual se ha construido las prisiones de Carabanchel, la Modelo
o, incluso, el Hospital Universitario de Bellvitge- a juicio de Foucault, se ha extendido a
la sociedad entera, toda la sociedad se torna en cárcel; tal es la argumentación de su
obra Vigilar y castigar (Foucault, 1994).
El régimen disciplinario depende del confinamiento, la departamentalización y el
registro de datos más o menos exhaustivo. Sería aplicable no sólo a la prisión sino al
colegio, al hospital o al lugar de trabajo. Para Han, éste buscaría el dominio del cuerpo,
para convertir a los sujetos en proletarios disciplinados, que funcionarían como un
engranaje más de la maquinaria. La visibilidad del poder-espectáculo se invertiría, el
individuo es el espectáculo, éste se auto-disciplinaría, nacería el poder biopolítico: deja
morir y controla la vida.
Éste último no es en el que nos encontramos hoy. La sociedad de la información,
que describe Han, es análoga a la sociedad de control (Deleuze, 1999:277-92). Deleuze
explora una contemporaneidad donde la vigilancia ya no es una potencialidad a la que
uno está expuesto en una departamentalización dada. En la sociedad de control, el
registro es continuo y real, ya no hace falta lugar específico para llevarse a cabo: hoy
existe el teletrabajo, la universidad online o la telemedicina. Somos totalmente y
continuamente monitorizados por pulsómetros, móviles inteligentes, todo tipo de
registros de biometría, indicadores de rendimiento, likes en las RRSS, visitas de páginas
web, registros de visualización o de lectura, cámaras, etc. Ya no hay esa autodisciplina,
por si acaso a uno lo vigilan, la vigilancia es real y continua.
Hay una frase que dice algo así como “quita a un cura y necesitarás a diez
policías”. Hoy la policía es barata, la tecnología la hace eficiente3.
Para Han el régimen de la información, núcleo de este libro, lo fundamental es
el dominio por el acceso a la información. Un acceso que es asimétrico. El Smartphone
nos abre el acceso a muchísima información, el mundo se nos vuelve transparente en
muchos sentidos, con un acceso a nuestros seres queridos y otros seres por conocer,
tenemos a disposición una infinidad de recursos. La contra es que surcando este mar de
datos, permitimos que nosotros mismos seamos transparentes. El secreto es que la sala
de máquinas de la transparencia, el núcleo de su diseño, sus trucos y algoritmos son una
caja negra. Como decía Steve Jobs “El diseño no es solo lo que se ve y lo que se siente. El
diseño es cómo funciona”.
El sujeto del régimen de la información ya no es el obrero de mono azul, su
cuerpo ya no es objeto de dominio. Al cuerpo se lo deja a la industria de la belleza y el
2 Antes de Bentham, las prisiones eran lugares de pura perdición, donde simplemente se apartaba a
ciertos individuos de la sociedad. Lo mismo que hoy, pero al menos a partir de Bentham habría una
voluntad de papel reformador de la institución.
3 Evidentemente, siempre que la situación se degrade, se puede volver al régimen disciplinario, tenemos
4 Éstas son las tesis de su libro La sociedad del cansancio, a partir de ahí, explora los fenómenos
contemporáneos del síndrome del Burnout o la posibilidad de conceptos como la auto-explotación; su
análisis es de la psico-política (Han, 2021).
5 Los individuos que han gestado esto son retratados como sabandijas en Succession.
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opacado, existe un ideal de modernidad no plenamente realizado de racionalidad
intersubjetiva en los espacios de la esfera pública (Benhabib, 1997).
Si la democracia era lenta y larga, incluso tediosa. Hoy la Infocracia es el lugar del
meme, de la infodemia, del impacto con miles de inputs divertidos, entretenidos y
estimulantes.
¿Esto dificultará el proceso democrático? En la línea de Habermas, Han apuesta
a que sí.
La democracia no es ajena a la forma o el medio por el cual se da el discurso
público. Si hemos ido avanzando a unos medios de comunicación con un público pasivo,
cada vez más acostumbrados al entretenimiento, al zapping, a los debates televisivos
con las intervenciones cada vez más y más cortas, hoy tenemos un usuario con un
touchscreen, un espectador “activo” productor de información, adicto e incapaz de
superar los límites estrechos del entretenimiento presentista, hedonista y efímero. Hoy
la hegemonía es de lo viral, difundido por todos. Ya no es un anfiteatro, sino una red
rizomática, sin centro, co-participativa, sin estabilidad temporal, con un efecto de
actualidad acelerado y con caducidad reducida, con pulsión hacia las soluciones
viscerales, emocionales y no-racionales y ultra-cortoplacistas.
La política se nutre cada vez más de las estrategias del micro-targeting, como en
el brexit -una película llamada Brexit: The uncivil war detalla el uso de estas nuevas
tácticas– o en la campaña de Donald Trump. Da igual dar a información contradictoria,
cada uno recibe la medicina que quiere, como miles de balas directas a nuestro sistema
límbico, pensadas para nosotros a través de los perfiles que arroja el algoritmo.
Las nuevas guerras políticas son meméticas, con una importancia brutal de las
redes sociales, donde proliferan cada vez más las fake news, los bots, que generan
artificialmente corrientes de opinión a través de usuarios ficticios, sin personas reales
detrás, que pueden empezar dinámicas de espirales del silencio, teorías conspirativas,
infowarriors y contagio virales6.
A esto le hemos de añadir los casos menos políticos, pero devastadores, donde
individuos son afectados por todo tipo de timos, suplantaciones de la personalidad,
generación de pornografía deepfake con la imagen de uno, acoso escolar, abordaje de
pedófilos a niños/as, generación de imágenes falsas con inteligencia artificial, uso de
generación de texto para crear trabajos sin esfuerzo -no es el caso de éste, por cierto–,
etc.
Posteriormente (Han, 2022:43-55), se explora y niega las posibilidades
emancipatorias de la democracia digital. La democracia digital, para algunas corrientes
como la del Partido Pirata, podría ser una democracia en tiempo real, como una forma
ultra-directa de participación, el hacer efectiva la reapropiación de lo que Marx llamaba
general intelect.
Para Han, la democracia digital no es posible, las nuevas tecnologías de la
información no tienen potencial de emancipación. Para ello se remite a las dinámicas
6 Hoy es muy frecuente que personajes como Wallstreet Wolverin más que generar un discurso
coherente, utiliza fragmentos de realidad, fragmentos de discurso descontextualizados, imágenes
viscerales donde siempre es retratado al inmigrante invariablemente problemático, antisocial,
delincuente, etc.
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usuales del enjambre, el colectivo sin comunidad, carente de responsabilidad ni praxis
política activa, más allá de participar en linchamientos digitales y viralizar frivolidades.
El móvil más que permitir profundizar, desintegra la esfera pública, disuelve la
comunidad en una red de comunicación que es pura mercancía, puro commodity. El
dedo no es la mano; la mano crea, el dedo es el órgano del consumo contemporáneo.
Para Hannah Arendt, el pensamiento político en el marco de la representación
democrática, es una potencial deliberación con un elemento indispensable: la alteridad.
Sin el otro, no hay práctica discursiva, ni deliberación, ni comunicación, ni siquiera,
quizás, verdaderos criterios para establecer la validez racional. Hoy el otro desaparece,
arrastrando al individuo a un solipsismo, a través del tejido de la burbuja de los
algoritmos, el auto-adoctrinamiento, la auto-propaganda. Crece el ego, la
retroalimentación de los prejuicios y desaparece la escucha. La información ya no da
conocimiento sino construcción y retroalimentación de identidades. Se crean tribus
digitales de carácter irracional y no-estructuradas bajo una racionalidad discursiva. La
tribu se construye con cuatro tópicos y entre ellos obtienen un mar de refuerzos
positivos, el sentido de permanencia, la aceptación los ciertos postulados o el ataque o
repulsión hacia el diferente.
Nos vemos arrastrados a un nuevo tribalismo, dictatorial, de la opinión, la
visceralidad y la identidad, donde la presencia del otro es intolerable, desapareciendo
del horizonte vital de los adscritos.
Esta descripción es bastante sugestiva y pegada a ciertos fenómenos, podemos
ir dándole parte de la razón a Han. Sin embargo, lo siguiente es fundamental, todos estos
fenómenos no son atribuibles simplemente a las nuevas tecnologías:
Al contrario de lo que supone Pariser, la desintegración de la esfera
pública no es un problema puramente técnico. La personalización de
los resultados de búsquedas y newsfeeds solo desempeña un papel
mínimo en este proceso de desintegración. El autoadoctrinamiento y
la autopropaganda tienen ya lugar offline. (Han, 2022:49)
Por tanto, hay una cosmovisión general de Han que le lleva a realizar tales
diagnósticos, más allá de la tecnología. Hay una pérdida de empatía, de la escucha, un
narcisismo, una desaparición de la alteridad más allá de los algoritmos y el iphone.
Esto viene dado por la visión general que tiene Han de nuestra
contemporaneidad; una que bebe fuertemente de cierta posición de base reaccionaria7,
que a veces roza el todo mal, que ve lo malo, sin ver lo bueno o, al menos, su
potencialidad de redirigirse en un sentido positivo.
En las últimas páginas (Han, 2022:57-92), explora la diferencia entre el post-
ideológico Big data y los relatos modernos tradicionales, como construcción ideológica
clásica.
Si el Big data se podría considerar una forma potencial de escucha potenciada –
en el sentido positivo-emancipador donde hay un registro de la realidad que es
susceptible de generar acciones determinadas excelentemente informadas-, lo que
vemos es la mera disolución foucaultiana del hombre en el mar de datos. El Big data
8 Por poner unos ejemplos: tenemos a Jaime Altozano que divulga contenido musical, a Antonio García
Villarán que divulga sobre pintura, Ernesto Castro sobre filosofía o Javier Santaolalla en Física.
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con un golpe: intersticios fragmentarios, plurales y autónomos, con la misma pulsión
racionalista y las mismas –o nuevas- amenazas. Esta suerte de nueva esfera pública,
formarían parte de los intersticios, que florecerían en los espacios entre otras
instituciones, como el mercado, el gobierno y la sociedad civil (Stewart, Hartmann,
2020).
Este carácter intersticial ya habría sido definido por el propio Habermas, la esfera
pública no sería sino esos espacios sociales más o menos independientes de otras
instituciones, donde expresar opiniones, discutir y deliberar, donde hacer un uso público
de la razón, donde colectivamente daríamos cuenta de las razones en un sentido u otro
sobre temas de interés común.
¿Cuáles son las posibilidades de estos espacios? ¿Cómo nos afectan hoy las TICs?
Son susceptibles de dar tanto fenómenos racionales como irracionales. Sobre estas
tecnologías, quizás el problema es que avanzan demasiado rápido como tomar el pulso
o afrontar la situación. Hoy ya está claro que una primera medida, seguramente, debería
ser buscar una regulación para evitarnos algunos de los fenómenos más perniciosos que
ya están sucediendo.
Más nos gustaría dar algunos pasos más y dar un mero contrapunto a la visión
de Han y, para ello, expondremos a partir de ahora el proyecto de un grupo, cuanto
menos curioso llamado Cibcom9.
Cibcom rescata, sin pudor, los postulados clásicos del marxismo, esto es del
ortodoxo marxismo-leninismo. Ahora bien, lejos de las dinámicas esclerotizadas de unos
partidos comunistas desaparecidos, formando tribus –que tan bien describe Han- o
sectas cerradas10 que no pasan de los mil miembros, ultra-minoritarios, sin capacidad
de incidencia y políticamente irrelevantes, lo hacen atentos a los marcos
contemporáneos, teniendo muy en cuenta las posibilidades de la tecnología actual, sin
llegar a postularse como un proyecto con un programa político integral, pero, a la vez,
sin ser llegar a ser un proyecto meramente tecnocrático.
En el libro Ciber-comunismo (Cockshott, Nieto, 2017), se recogen las tesis clásicas
del materialismo histórico. El capitalismo más o menos necesariamente llegará a una
crisis final, de donde surgirá un modo de producción mixto entre lo nuevo y lo viejo –el
socialismo-, cuya forma política será la dictadura del proletariado, como forma de
transición al comunismo, donde se extinguirá el Estado –entendido como un
instrumento de una clase para oprimir a otra- y se finalizará la lucha de clases. Por tanto,
se analiza, en la línea de la crítica de la economía política, las potencialidades de ruptura
y las tendencias del momento actual, para darse un paso revolucionario hacia una
sociedad nueva, fruto de dos vectores: la acción política audaz –que proviene e interpela
a la clase obrera y al conjunto del pueblo- y las aperturas por conflictividades
irresolubles e inherentes al sistema actual.
El proyecto de futuro, nacido del seno y en ruptura de la sociedad anterior
depende de su éxito del desarrollo de las fuerzas productivas, más intensas y hasta el
9 Comentar que por muy loco que parezca el proyecto, los hay aún más delirantes, sólo nombrar la
corriente de pensamiento aceleracionista, mucho más célebre.
10 El proyecto Cibcom se ha dedicado fundamentalmente a la divulgación, colaborando con diversos
11
Este esquema se aplica al capitalismo, pero es válido para el socialismo. Si del sector I surgen las
mercancías que crean otras mercancías, el sector II son las mercancías para el consumo humano.
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de lo público, sino a una adecuación racional y contingente, dado el punto de desarrollo
tecnológico alcanzado.
Por tanto, el desarrollo de la plena planificación y el estatismo sería una tarea a
futuro, una vez se haya desarrollado suficientemente las fuerzas productivas. La tarea
presente sería el desarrollo de las fuerzas productivas con un modo de producción
capitalista, más acorde al desarrollo coyuntural de éstas, pero bajo la dirección del
partido comunista.
Ahora bien, la propuesta de Cibcom12 es otra. Con la tecnología actual, estos
problemas del socialismo, considerados ontológicos por la Escuela austríaca de
economía, pasan a ser de aporías a meras dificultades, abordables no sólo
técnicamente, sino políticamente: a través de una democracia en tiempo real por parte
de la población.
Por ejemplo y resumiendo mucho, la cuestión de los precios sería susceptible de
ser tratado como una máquina de Turing más, un modelo basado en un sistema input-
output. Así mismo la planificación económica sería posible tanto con superordenadores
centrales –ya fueran las futuras computadoras cuánticas o no- y/o una red de máquinas
interconectadas de menor potencia.
Si para Marx, en una carta a Kugelman, refería: “Todo el quid de la sociedad
burguesa consiste precisamente en que en ella no existe a priori ninguna regulación
consciente, social, de la producción”13. Para la escuela austríaca, habría una
imposibilidad ontológica en la racionalidad de la sociedad, una arrogancia fatal y, por
tanto, deberíamos abandonarnos a los mecanismos más o menos espontáneos de la
racionalidad del mercado; que no es otra que la astucia de la razón de hacer un
troquelado, donde el egoísmo individual se torna interés racional y social.
Dado que somos incapaces de saber qué es lo racional y que se debe hacer,
dejemos a cuantos más emprendedores mejor se lancen por mil caminos y veamos, con
el tiempo, cuáles de ellos consiguen sus objetivos. Retrospectivamente, la
espontaneidad del mercado arroja luz sobre qué cursos de acción se debían tomar en el
pasado14.
Cibcom, en cambio, propone que el actual desarrollo de las fuerzas productivas
es una oportunidad más para la propuesta socialista, que ya hoy se puede coger el timón
e introducir mayores cuotas de racionalidad, decidida ésta colectivamente.
Independientemente del crédito que se le quiera dar a la propuesta, el
diagnóstico es al menos tan legítimo como el de Han. Aun así, no podemos sino destacar
algunos problemas con esta propuesta, que se nos ocurre ya en un análisis relámpago:
1) la falta de propuestas ante formas de opresión y dominio por la acumulación de poder
propio del estatismo, 2) las problemáticas para introducir la innovación, 3) la opacidad
constitutiva del “sistema de máquinas” o del algoritmo, 4) la falta de descripción
12 https://cibcom.org/, en lo fundamental es una propuesta que junta las posibilidades cibernéticas con
el movimiento comunista clásico.
13 https://www.marxists.org/espanol/m-e/cartas/m11-7-68.htm
14 Esta es una forma de racionalidad limitada con consecuencias por todos conocidas. Un ejemplo claro
es el bulo del papel higiénico: se corre el rumor que el papel higiénico desaparecerá, el mercado se vacía
de producto por la compra masiva impulsada por el miedo y se acaba cumpliendo el falso rumor.
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procedimental de la democracia misma, al centrarse en lo técnico de lo cibernético, 5)
los problemas relacionados en la inversión de tiempo de los procedimientos
democráticos a nivel de tedio y sacrificio del tiempo personal, etc.
Por no hablar de otros problemas a futuro, muy ligados con el desarrollo de la
cibernética, como podrían ser el estatuto y los derechos atribuibles a agentes no-
humanos -estamos hablando precisamente de los robots y otros desarrollos de IA-, que
cada vez estarían más y más implicados en las sociedades y en las redes entre individuos.
La tecnología, más una voluntad política determinada, puede hacer posible
nuevas formas de democracia, rescatando proyectos políticos más o menos utópicos.
Para ello, no sólo un abandonarse a la dictadura del medio y lo técnico, como co-
implicación y reapropiación en las tomas de decisión económica. También hay que
incidir en la deliberación de fines y valores ético-políticos.
El mercado es un sistema de racionalización limitado que pasa todo por el
estrecho margen de los precios. Es posible operar radcionalmente utilizando otros
indicadores como la calidad, etc. más allá de la preferencia revelada por la contabilidad
económica; afrontando retos tan importantes contemporáneos como las crisis
migratorias, la crisis ecológica, los problemas económicos, la inequidad, la robotización,
la necesidad de gobiernos transnacionales o la creciente sensibilidad que tiene la
sociedad de avanzar hacia una colectividad que cuide de manera integral al individuo,
en sus aspectos biológicos, sociales y psicológicos.
En la democracia siempre ha habido una pulsión más allá del debate y la elección
representativa formal. La democracia, ya para Aristóteles, era la forma de gobierno de
los pobres, no de la mayoría. Sólo que coincidía que la mayoría era siempre pobre. La
democracia ha sido una forma de gobierno que de fondo siempre ha presupuesto la
igualdad y es por eso que tradicionalmente ha sido enemiga tanto del viejo régimen
como del liberalismo, especialmente sus formas más reaccionarias y conservadoras.
Bibliografía
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el bosque del pensamiento crítico. SCIO: Revista de Filosofía, 22 SE-Artículos de
investigación, 157–177.