FPI - PEC - UNED 2023.24 - Ramon Fernández Fernández

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 11

Filosofía Política I - PEC - UNED 2023-24

RAMÓN FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ

Comentario a
Infocracia| La digitalización y la crisis de la democracia
de Byung-Chul Han

Sencillamente, la argumentación es algo de lo que las obras de Han


carecen casi por completo. Esto diferencia muchísimo a Han de otros
autores que, con mayor o menor fortuna, se toman muy en serio la
tarea de elaborar razonamientos sutiles para defender sus tesis y
criticar las de sus adversarios filosóficos. Nuestro autor, por el
contrario, se limita a yuxtaponer, una detrás de otra, frases en general
brevísimas, a menudo brillantes como el reflejo del sol en la superficie
de un lago, pero todo lo más apoyadas de vez en cuando en citas de
otros autores (no demasiado numerosos) que expresan opiniones
parecidas.
Jesús Zamora Bonilla
Byung-Chul Han es uno de los filósofos más leídos en la actualidad. Hay buenos
motivos para ello, dado que su obra es tan accesible como crítica con el presente,
expresando cierto malestar contemporáneo en la clave de una filosofía continental
heideggeriana, que busca la expresión bella y se recrea en ejemplos, con un punto
reaccionario, aún con cierto interés, pese a las críticas de nuestro compañero, el Doctor
Zamora.
Comentaremos el libro Infocracia. Un texto breve, como todos los de Han -saca
uno al año, desde el abrumador éxito de La sociedad del cansancio-.
Han empieza analizando el desarrollo histórico de las formas de dominio (Han,
2022:9-24), distinguiendo una progresión basada en Foucault y en Deleuze.
Empezamos por el régimen soberano, basado en la necropolítica, esto es que
dejaba vivir, agenciándose el derecho a matar. Esta clase de poder necesitaba de la
manifestación pública, de la publicitación, del ejercicio de tal poder. El régimen
soberano en todas sus manifestaciones era esplendoroso, se sustentaba en el
espectáculo, en la teatralidad. Su paradigma sería la ejecución pública.
El régimen soberano, pese a su formato esplendoroso, necesitaría de un efecto
numinal-sagrado. Tal efecto ocuparía el núcleo duro de su fundamento -el poder arcano-
, consiguido por la vía de la opacidad -como la caja negra de Kaaba, los instantes en el
santo-sanctorum de los rituales más solemnes, como el contacto con la Arca de la
alianza o la unción del rey-. Lo significantes maestros, para manifestar plenitud de
sentido, frecuentemente son significantes vacíos, susceptibles de ser llenados por
cualquier cosa1.
Seguidamente, Han nos detalla el régimen disciplinario, propio del capitalismo
industrial. El prototipo de esta forma de dominio es el panóptico de Jeremy Bentham,

1Como cuando uno escucha una canción en inglés, sin saber inglés, que de repente quiere decirlo todo,
hasta que uno se entera de su contenido concreto, asociado siempre a cierta decepción.
Filosofía Política I - PEC - UNED 2023-24
RAMÓN FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ
inicialmente pensado para construir prisiones y reformar el individuo2. El recluso estaría
expuesto a la supervisión permanente del celador, pero mientras éste puede ser visto,
no puede ver si le ven. Esto permitiría una vigilancia del celador, que podría darse o no;
el vigilado es incapaz de corroborar si está siendo vigilado. Por tanto, el recluso, por
mera precaución, tenderá a la auto-vigilancia, modificará su comportamiento a lo que
considerará del gusto del vigilante, por si acaso fuera vigilado. Este proyecto del
panóptico –modelo bajo el cual se ha construido las prisiones de Carabanchel, la Modelo
o, incluso, el Hospital Universitario de Bellvitge- a juicio de Foucault, se ha extendido a
la sociedad entera, toda la sociedad se torna en cárcel; tal es la argumentación de su
obra Vigilar y castigar (Foucault, 1994).
El régimen disciplinario depende del confinamiento, la departamentalización y el
registro de datos más o menos exhaustivo. Sería aplicable no sólo a la prisión sino al
colegio, al hospital o al lugar de trabajo. Para Han, éste buscaría el dominio del cuerpo,
para convertir a los sujetos en proletarios disciplinados, que funcionarían como un
engranaje más de la maquinaria. La visibilidad del poder-espectáculo se invertiría, el
individuo es el espectáculo, éste se auto-disciplinaría, nacería el poder biopolítico: deja
morir y controla la vida.
Éste último no es en el que nos encontramos hoy. La sociedad de la información,
que describe Han, es análoga a la sociedad de control (Deleuze, 1999:277-92). Deleuze
explora una contemporaneidad donde la vigilancia ya no es una potencialidad a la que
uno está expuesto en una departamentalización dada. En la sociedad de control, el
registro es continuo y real, ya no hace falta lugar específico para llevarse a cabo: hoy
existe el teletrabajo, la universidad online o la telemedicina. Somos totalmente y
continuamente monitorizados por pulsómetros, móviles inteligentes, todo tipo de
registros de biometría, indicadores de rendimiento, likes en las RRSS, visitas de páginas
web, registros de visualización o de lectura, cámaras, etc. Ya no hay esa autodisciplina,
por si acaso a uno lo vigilan, la vigilancia es real y continua.
Hay una frase que dice algo así como “quita a un cura y necesitarás a diez
policías”. Hoy la policía es barata, la tecnología la hace eficiente3.
Para Han el régimen de la información, núcleo de este libro, lo fundamental es
el dominio por el acceso a la información. Un acceso que es asimétrico. El Smartphone
nos abre el acceso a muchísima información, el mundo se nos vuelve transparente en
muchos sentidos, con un acceso a nuestros seres queridos y otros seres por conocer,
tenemos a disposición una infinidad de recursos. La contra es que surcando este mar de
datos, permitimos que nosotros mismos seamos transparentes. El secreto es que la sala
de máquinas de la transparencia, el núcleo de su diseño, sus trucos y algoritmos son una
caja negra. Como decía Steve Jobs “El diseño no es solo lo que se ve y lo que se siente. El
diseño es cómo funciona”.
El sujeto del régimen de la información ya no es el obrero de mono azul, su
cuerpo ya no es objeto de dominio. Al cuerpo se lo deja a la industria de la belleza y el

2 Antes de Bentham, las prisiones eran lugares de pura perdición, donde simplemente se apartaba a
ciertos individuos de la sociedad. Lo mismo que hoy, pero al menos a partir de Bentham habría una
voluntad de papel reformador de la institución.
3 Evidentemente, siempre que la situación se degrade, se puede volver al régimen disciplinario, tenemos

un caso paradigmático en los días de confinamiento de la crisis sanitaria con la Covid-19.


Filosofía Política I - PEC - UNED 2023-24
RAMÓN FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ
fitness. El control psíquico y sus trucos son sutiles. El sujeto se cree libre, auténtico,
creativo, cree que se realiza y se produce a sí mismo 4. Los mantras de este nuevo sujeto
son como las frases “positivas” de Mr. Wonderful.
La clave es que a no se departamentaliza, se crean redes; la vigilancia se hace
con sujetos que se sienten libres, que buscan visibilizarse, como cuando entrega el
permiso de acceso a datos para acceder a un juego gratuitamente –como en las
discotecas, cuando algo es gratis, el producto eres tú-; como cuando uno expone sus
rutinas, lo que ha cocinado, dónde se va de vacaciones en Instagram… busca tener más
seguidores.
Quizás llegar a ser influencer.
Y es que, en una sociedad sin creencias, los nuevos gurús son los influencers;
invocando los ideales de la libertad y la autenticidad. Realizan una nueva liturgia –con
sus sacramentos y demás-; inducen nuevos comportamientos, mediatizados por las
corporaciones que los financian. Fundamentalmente venden productos, inducen el
hiper-consumismo.
Las masas ya no son comunidades, son más bien enjambres. El enjambre es un
conjunto de individuos que actúan de manera parecida, generando un mega-sujeto,
pero las unidades no están ligadas en una comunidad sustancial, son individuos
atomizados, aislados y sin vínculos reales y que, sin embargo, se comportan como una
gran masa uniforme, todos a una, como clones.
Hoy ya no hace falta ideología, la nueva forma de empaquetar la sociedad es el
dato, sin relato, el algoritmo que construye una hiper-realidad con la pura inmanencia
de lo dado. En la línea de Walter Benjamin, en la producción y reproducción de la obra
de arte, como es el caso de la fotografía, se puede llegar a desvelar lo inconsciente. Para
Han, el Big data descubre aún más el inconsciente oculto, el inconsciente digital.
Siguiendo el análisis (Han, 2022:25-42), Han describe el efecto de estas formas
de dominio en las democracias. Inicialmente, la democracia estaría ligada a lo discursivo,
a la racionalidad comunicativa. Su tecnología paradigmática sería el libro, que
instauraría un formato idóneo para la reflexión, con una esfera pública racional, donde
se daría la deliberación, que espera y exige argumentos racionales de validez
intersubjetiva sobre aspectos de interés público.
La esfera pública era un proyecto que podría vincularse al proyecto de la
Ilustración, espacios históricos, nacidos en el siglo XVIII donde la sociedad cívica-
burguesa discutía. A través del desarrollo capitalista, los nuevos medios de
comunicación, este proyecto ha sido envestido. Estos espacios siempre han sido
reformulados, a la par que han sido amenazados por otras lógicas como la de la
privatización, la existencia de mega-corporaciones privadas de medios de
comunicación5, que han ido generando una estructura de anfiteatro, con un público
pasiva, abortando el proyecto de la racionalidad comunicativa. Aquí se rescata la tesis
fundamental de Jürgen Habermas: pese a que las dinámicas capitalistas lo hayan

4 Éstas son las tesis de su libro La sociedad del cansancio, a partir de ahí, explora los fenómenos
contemporáneos del síndrome del Burnout o la posibilidad de conceptos como la auto-explotación; su
análisis es de la psico-política (Han, 2021).
5 Los individuos que han gestado esto son retratados como sabandijas en Succession.
Filosofía Política I - PEC - UNED 2023-24
RAMÓN FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ
opacado, existe un ideal de modernidad no plenamente realizado de racionalidad
intersubjetiva en los espacios de la esfera pública (Benhabib, 1997).
Si la democracia era lenta y larga, incluso tediosa. Hoy la Infocracia es el lugar del
meme, de la infodemia, del impacto con miles de inputs divertidos, entretenidos y
estimulantes.
¿Esto dificultará el proceso democrático? En la línea de Habermas, Han apuesta
a que sí.
La democracia no es ajena a la forma o el medio por el cual se da el discurso
público. Si hemos ido avanzando a unos medios de comunicación con un público pasivo,
cada vez más acostumbrados al entretenimiento, al zapping, a los debates televisivos
con las intervenciones cada vez más y más cortas, hoy tenemos un usuario con un
touchscreen, un espectador “activo” productor de información, adicto e incapaz de
superar los límites estrechos del entretenimiento presentista, hedonista y efímero. Hoy
la hegemonía es de lo viral, difundido por todos. Ya no es un anfiteatro, sino una red
rizomática, sin centro, co-participativa, sin estabilidad temporal, con un efecto de
actualidad acelerado y con caducidad reducida, con pulsión hacia las soluciones
viscerales, emocionales y no-racionales y ultra-cortoplacistas.
La política se nutre cada vez más de las estrategias del micro-targeting, como en
el brexit -una película llamada Brexit: The uncivil war detalla el uso de estas nuevas
tácticas– o en la campaña de Donald Trump. Da igual dar a información contradictoria,
cada uno recibe la medicina que quiere, como miles de balas directas a nuestro sistema
límbico, pensadas para nosotros a través de los perfiles que arroja el algoritmo.
Las nuevas guerras políticas son meméticas, con una importancia brutal de las
redes sociales, donde proliferan cada vez más las fake news, los bots, que generan
artificialmente corrientes de opinión a través de usuarios ficticios, sin personas reales
detrás, que pueden empezar dinámicas de espirales del silencio, teorías conspirativas,
infowarriors y contagio virales6.
A esto le hemos de añadir los casos menos políticos, pero devastadores, donde
individuos son afectados por todo tipo de timos, suplantaciones de la personalidad,
generación de pornografía deepfake con la imagen de uno, acoso escolar, abordaje de
pedófilos a niños/as, generación de imágenes falsas con inteligencia artificial, uso de
generación de texto para crear trabajos sin esfuerzo -no es el caso de éste, por cierto–,
etc.
Posteriormente (Han, 2022:43-55), se explora y niega las posibilidades
emancipatorias de la democracia digital. La democracia digital, para algunas corrientes
como la del Partido Pirata, podría ser una democracia en tiempo real, como una forma
ultra-directa de participación, el hacer efectiva la reapropiación de lo que Marx llamaba
general intelect.
Para Han, la democracia digital no es posible, las nuevas tecnologías de la
información no tienen potencial de emancipación. Para ello se remite a las dinámicas

6 Hoy es muy frecuente que personajes como Wallstreet Wolverin más que generar un discurso
coherente, utiliza fragmentos de realidad, fragmentos de discurso descontextualizados, imágenes
viscerales donde siempre es retratado al inmigrante invariablemente problemático, antisocial,
delincuente, etc.
Filosofía Política I - PEC - UNED 2023-24
RAMÓN FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ
usuales del enjambre, el colectivo sin comunidad, carente de responsabilidad ni praxis
política activa, más allá de participar en linchamientos digitales y viralizar frivolidades.
El móvil más que permitir profundizar, desintegra la esfera pública, disuelve la
comunidad en una red de comunicación que es pura mercancía, puro commodity. El
dedo no es la mano; la mano crea, el dedo es el órgano del consumo contemporáneo.
Para Hannah Arendt, el pensamiento político en el marco de la representación
democrática, es una potencial deliberación con un elemento indispensable: la alteridad.
Sin el otro, no hay práctica discursiva, ni deliberación, ni comunicación, ni siquiera,
quizás, verdaderos criterios para establecer la validez racional. Hoy el otro desaparece,
arrastrando al individuo a un solipsismo, a través del tejido de la burbuja de los
algoritmos, el auto-adoctrinamiento, la auto-propaganda. Crece el ego, la
retroalimentación de los prejuicios y desaparece la escucha. La información ya no da
conocimiento sino construcción y retroalimentación de identidades. Se crean tribus
digitales de carácter irracional y no-estructuradas bajo una racionalidad discursiva. La
tribu se construye con cuatro tópicos y entre ellos obtienen un mar de refuerzos
positivos, el sentido de permanencia, la aceptación los ciertos postulados o el ataque o
repulsión hacia el diferente.
Nos vemos arrastrados a un nuevo tribalismo, dictatorial, de la opinión, la
visceralidad y la identidad, donde la presencia del otro es intolerable, desapareciendo
del horizonte vital de los adscritos.
Esta descripción es bastante sugestiva y pegada a ciertos fenómenos, podemos
ir dándole parte de la razón a Han. Sin embargo, lo siguiente es fundamental, todos estos
fenómenos no son atribuibles simplemente a las nuevas tecnologías:
Al contrario de lo que supone Pariser, la desintegración de la esfera
pública no es un problema puramente técnico. La personalización de
los resultados de búsquedas y newsfeeds solo desempeña un papel
mínimo en este proceso de desintegración. El autoadoctrinamiento y
la autopropaganda tienen ya lugar offline. (Han, 2022:49)
Por tanto, hay una cosmovisión general de Han que le lleva a realizar tales
diagnósticos, más allá de la tecnología. Hay una pérdida de empatía, de la escucha, un
narcisismo, una desaparición de la alteridad más allá de los algoritmos y el iphone.
Esto viene dado por la visión general que tiene Han de nuestra
contemporaneidad; una que bebe fuertemente de cierta posición de base reaccionaria7,
que a veces roza el todo mal, que ve lo malo, sin ver lo bueno o, al menos, su
potencialidad de redirigirse en un sentido positivo.
En las últimas páginas (Han, 2022:57-92), explora la diferencia entre el post-
ideológico Big data y los relatos modernos tradicionales, como construcción ideológica
clásica.
Si el Big data se podría considerar una forma potencial de escucha potenciada –
en el sentido positivo-emancipador donde hay un registro de la realidad que es
susceptible de generar acciones determinadas excelentemente informadas-, lo que
vemos es la mera disolución foucaultiana del hombre en el mar de datos. El Big data

7 Cierta tecnofobia de Heidegger creo que es esencial en sus influencias.


Filosofía Política I - PEC - UNED 2023-24
RAMÓN FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ
parte de los modelos computacionales y las teorías conductistas. Estos enfoques son
solidarios a ciertas corrientes ético-políticas de carácter supuestamente ideológicas y
post-políticas. Han tiene un recuerdo a Rousseau, que buscaba una democracia no-
deliberativa donde cada uno, en su foro interno, buscara lo que era la voluntad general.
Hoy los algoritmos son máquinas que cumplen ese sueño de racionalidad aritmética, sin
deliberación, ni comunicación, donde el hombre desaparece, como se decía al final de
Las palabras y las cosas.
Para Han, la verdad, en la línea de Nietzsche, no es sino la construcción
ideológica, un constructo que nos religa a lo social y permite la convivencia humana y la
construcción del sentido en común. Si Dios murió, se perdió la construcción del sentido
y nos vimos arrastrados al nihilismo de los valores. Este hecho estaba aún vinculado a
cierta nostalgia del valor de verdad, de cierta sensación de pérdida.
Hoy vivimos un nuevo nihilismo donde la pulsión de verdad habría desaparecido.
Ya no habría discurso sino mera información, la distinción entre verdad y mentira se
disolvería, en la desconfianza, en la desfactificación de la realidad -la pérdida de creencia
en la facticidad misma-.
Sin la referencia a la verdad, aún perdida o inalcanzable, sabemos lo que es
mentira. Con la deconstrucción entre la distinción entre verdad y falsedad, la hegemonía
es de la información deliberadamente emotiva y visceral, susceptible de movilizar, con
la salvedad que ya no existe una realidad o un sentido comúnmente aceptado o
referencia mínima, que pueda ser susceptible de ser considerada distorsionada.
Con el Big data, tenemos datos, sin relatos ni ideología y una información
desideologizada. Hoy vivimos la acumulación de datos, su adicción, con la pérdida de
valor, sin capacidad alguna de generar narrativas. El Big data no crea ideología ni
sentido. Si la ideología-verdad es promesa, elimina la contingencia y la ambivalencia, la
información está vacía, es transparente, no narra nada.
Esta falta de relatos es suplida, parcialmente, por la proliferación de teorías de
la conspiración, más o menos abiertas o entrelíneas, con los micro-relatos raquíticos de
las tribus digitales.
Con Foucault, Han rescata el concepto de parresía, como la voluntad y el derecho
de poder decir la verdad, una verdad que crea comunidad, democracia, que tenía un
punto heroico, que sería la intervención política por excelencia y donde la filosofía sería
una forma más, una importante, de praxis, cuyo sostén no sería sino la verdad, que daría
consistencia al ser. La parresía se daba en un contexto de voluntad de verdad, de intento
de elevar el presente a concepto (Hegel).
En el orden digital, esto ya no es posible, la información se reduce a ruido,
incapaz de construir verdad. Con este último diagnóstico, de corte muy pesimista,
finaliza el libro y el análisis de Han.
Continuaremos a partir de aquí, Han diagnostica la destrucción de la religatio y
de la democracia deliberativa y la racionalidad discursiva. Esta destrucción está ligada al
desarrollo de las TICs, pero no es plenamente o únicamente atribuible a estas. Dentro
de su visión, late una pulsión reaccionaria, el sueño imposible y utópico de volver atrás,
de tirar del freno de mano que nos lleva al abismo, a lo Walter Benjamin.
Filosofía Política I - PEC - UNED 2023-24
RAMÓN FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ
Nuestra postura es más bien otra, aún coincidente con parte de lo que dice Han
implícitamente, en la tecnología no hay garantía ni de salvación o condena. Así mismo,
a lo largo del trabajo no puede uno sino corroborar alguno de los fenómenos más
preocupantes de la contemporaneidad.
La diferencia estará en el fuerte pesimismo ideológico ante lo dado, respecto a
una posición, la de uno, abierta a las potencialidades de lo real, incluso expectantes
hacia proyectos políticos alternativos, cuando no radicales.
Los proyectos ético-políticos se deben actualizar, lejos de todo catastrofismo
tecno-fóbico o prometeismo, lejos de la creencia naif de la neutralidad de la tecnología
y lejos de lo tecno-utópico, acompasados de la posibilidad técnica, ya que la forma
fundamental de cómo nos relacionamos con la realidad, marca el cómo nos
relacionamos los unos con los otros. Tal es nuestra lectura de la tesis marxista de cómo
las fuerzas productivas marcan las potencialidades de las relaciones de producción, al
menos en el marco de la longue durée.
Las ideas pesimistas de Han sobre el cómo la tecnología y el diseño tecnológico
no es neutral, que las pretensiones de las corporaciones no siempre son transparentes
y claras, el cómo vivimos en sociedades cada vez más autistas, etc. son ciertas.
No obstante, fácilmente estos fenómenos son yuxtaponibles -con el mismo estilo
de Han de acumular poéticamente fragmentos de hechos- con fenómenos que son
contra-tendencia.
Las TICs han potenciado la movilización y el compromiso político, aunque haya
sido de manera efímera, de diversos colectivos, causas políticas o sociedades enteras de
manera transversal. Estas tecnologías han sido claves en el cuestionamiento y en la
renovación de las élites políticas de innumerables países.
Las redes sociales se pueden utilizar para el click-bate más efímero, también para
promocionar la cultura y la reflexión pausada. Hoy existen una gran cantidad de
personalidades públicas, que crean contenido digital, y que han democratizado, de la
manera más potente jamás vista, en un sentido cuantitativo, cuotas de reflexión y
contenido cultural de amplio impacto. Esta democratización no es más que la
democratización de la propia fama, mucho más repartida en la población, y de la
variedad de contenido de ésta, incluido lo elevado culturalmente 8.
Los algoritmos nos pueden volver idiotas, pero es perfectamente posible, y de
hecho se da, que personas que acceden más fácil y barato que nunca a información que
no refuerce su ideología. Si antes, comprar varios diarios podía estar desincentivado por
los costes respecto al supuesto beneficio de leer cosas que nos producirían disonancias
cognitivas, hoy podemos suscribirnos gratis a todos los diarios de tirada nacional, tanto
de izquierda como de derecha en la red social antes conocida como Twitter y cualquier
disonancia cognitiva puntual se enfrentará a la pereza de hacer unfollow.
En la lectura más “neutral” de Stewart y Hartmann, por ejemplo, destacan cómo
la esfera pública descrita por Habermas ha cambiado, creando una serie de espacios,
que, lejos de desaparecer, se plurifican como la visión que arroja un cristal tras romperse

8 Por poner unos ejemplos: tenemos a Jaime Altozano que divulga contenido musical, a Antonio García

Villarán que divulga sobre pintura, Ernesto Castro sobre filosofía o Javier Santaolalla en Física.
Filosofía Política I - PEC - UNED 2023-24
RAMÓN FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ
con un golpe: intersticios fragmentarios, plurales y autónomos, con la misma pulsión
racionalista y las mismas –o nuevas- amenazas. Esta suerte de nueva esfera pública,
formarían parte de los intersticios, que florecerían en los espacios entre otras
instituciones, como el mercado, el gobierno y la sociedad civil (Stewart, Hartmann,
2020).
Este carácter intersticial ya habría sido definido por el propio Habermas, la esfera
pública no sería sino esos espacios sociales más o menos independientes de otras
instituciones, donde expresar opiniones, discutir y deliberar, donde hacer un uso público
de la razón, donde colectivamente daríamos cuenta de las razones en un sentido u otro
sobre temas de interés común.
¿Cuáles son las posibilidades de estos espacios? ¿Cómo nos afectan hoy las TICs?
Son susceptibles de dar tanto fenómenos racionales como irracionales. Sobre estas
tecnologías, quizás el problema es que avanzan demasiado rápido como tomar el pulso
o afrontar la situación. Hoy ya está claro que una primera medida, seguramente, debería
ser buscar una regulación para evitarnos algunos de los fenómenos más perniciosos que
ya están sucediendo.
Más nos gustaría dar algunos pasos más y dar un mero contrapunto a la visión
de Han y, para ello, expondremos a partir de ahora el proyecto de un grupo, cuanto
menos curioso llamado Cibcom9.
Cibcom rescata, sin pudor, los postulados clásicos del marxismo, esto es del
ortodoxo marxismo-leninismo. Ahora bien, lejos de las dinámicas esclerotizadas de unos
partidos comunistas desaparecidos, formando tribus –que tan bien describe Han- o
sectas cerradas10 que no pasan de los mil miembros, ultra-minoritarios, sin capacidad
de incidencia y políticamente irrelevantes, lo hacen atentos a los marcos
contemporáneos, teniendo muy en cuenta las posibilidades de la tecnología actual, sin
llegar a postularse como un proyecto con un programa político integral, pero, a la vez,
sin ser llegar a ser un proyecto meramente tecnocrático.
En el libro Ciber-comunismo (Cockshott, Nieto, 2017), se recogen las tesis clásicas
del materialismo histórico. El capitalismo más o menos necesariamente llegará a una
crisis final, de donde surgirá un modo de producción mixto entre lo nuevo y lo viejo –el
socialismo-, cuya forma política será la dictadura del proletariado, como forma de
transición al comunismo, donde se extinguirá el Estado –entendido como un
instrumento de una clase para oprimir a otra- y se finalizará la lucha de clases. Por tanto,
se analiza, en la línea de la crítica de la economía política, las potencialidades de ruptura
y las tendencias del momento actual, para darse un paso revolucionario hacia una
sociedad nueva, fruto de dos vectores: la acción política audaz –que proviene e interpela
a la clase obrera y al conjunto del pueblo- y las aperturas por conflictividades
irresolubles e inherentes al sistema actual.
El proyecto de futuro, nacido del seno y en ruptura de la sociedad anterior
depende de su éxito del desarrollo de las fuerzas productivas, más intensas y hasta el

9 Comentar que por muy loco que parezca el proyecto, los hay aún más delirantes, sólo nombrar la
corriente de pensamiento aceleracionista, mucho más célebre.
10 El proyecto Cibcom se ha dedicado fundamentalmente a la divulgación, colaborando con diversos

colectivos, desde Vanguardia Española, hasta espacios próximos a la CUP.


Filosofía Política I - PEC - UNED 2023-24
RAMÓN FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ
infinito. Este desarrollo será la condición de posibilidad de, no tanto la creación de una
sociedad más justa, sino de la abolición de la necesidad misma de justicia –distributiva-
(Quesada, 2008:31-3). “¡De cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus
necesidades!” reza la famosa frase de Marx en la Crítica del programa de Gotha.
Lo curioso de este grupo, lo que es una contra-tendencia a la retroalimentación
solipsista y narcisista actual, es que se han eco de las tesis del liberalismo conservador,
aceptando el contenido problemático que enunciaron respecto a la construcción de una
sociedad de corte estatalista, con una economía planificada, como se le supone que es
el socialismo (Quesada, 2008:23-8).
Hayek y Von Mises refirieron los problemas del cálculo económico racional, las
dificultades de establecer precios o la imposibilidad de que llegue a tiempo la
información suficiente al agente planificador para la toma de decisiones–esto es, que
una vez que el planificador consigue, a lo largo del tiempo, reunir la información para
saber y satisfacer las necesidades del conjunto de la sociedad, estas necesidades ya han
cambiado-.
Gran parte de las problemáticas de los países socialistas no vinieron de un
reparto salarial tan equitativo que desincentivara a sus ciudadanos, tampoco de un
atraso técnico ni científico. Tales proyectos estuvieron lastrados por las dinámicas
burocráticas, la coerción, la resistencia a la innovación, etc. Pero una de los fenómenos
que más les lastraron fue las dificultades de organizar una sociedad del bienestar, con
un consumo de productos. Esto es la efectiva distribución de lo que en el Capital se
denomina el sector II de la producción y reproducción de la producción social 11.
Si, hasta cierto grado de desarrollo fue fácil y exitoso el planificar el hierro, la
producción de gas o la electricidad, la cosa se complicaba exponencialmente al decidir
la ropa, con sus tallas y estilos diferentes, al gusto del consumidor.
De igual manera, la elección de precios no parecía tener más que criterios
arbitrarios, dándose fenómenos estrambóticos donde los campesinos daban de comer
a los cerdos pan, en vez de cereales.
Aquí podemos encontrar ciertas motivaciones, que han impulsado a China para
introducir mecanismos de mercado, tal y como analiza Franssen, con el caso
paradigmático del estudio concreto de las diferencias en productividad en la crianza de
cerdos entre el criadero privado y el público (Franssen, 2011:64-8).
Usualmente en los países socialistas, un mismo trabajador del campo tenía que
trabajar unas horas en comunas públicas y, a la vez, contaba con la posibilidad de tener
un terreno u otros recursos para su uso privado. La conclusión de los comunistas chinos
fue que el desarrollo coyuntural de las fuerzas productivas hacía que el criador privado
de cerdos, volcando un mayor voluntarismo, tuviera mejores resultados que los criados
públicamente –daba mejor alimentación, mejor limpieza, acondicionar mejor el establo
para garantizar temperaturas óptimas, etc.; incluso dormía, si hacía falta, junto a ellos,
protegiendo a los lechones en las noches de mayor frío-. Esto no se atribuyó como una
naturalización esencial de una tendencia humana hacia el interés privado, por encima

11
Este esquema se aplica al capitalismo, pero es válido para el socialismo. Si del sector I surgen las
mercancías que crean otras mercancías, el sector II son las mercancías para el consumo humano.
Filosofía Política I - PEC - UNED 2023-24
RAMÓN FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ
de lo público, sino a una adecuación racional y contingente, dado el punto de desarrollo
tecnológico alcanzado.
Por tanto, el desarrollo de la plena planificación y el estatismo sería una tarea a
futuro, una vez se haya desarrollado suficientemente las fuerzas productivas. La tarea
presente sería el desarrollo de las fuerzas productivas con un modo de producción
capitalista, más acorde al desarrollo coyuntural de éstas, pero bajo la dirección del
partido comunista.
Ahora bien, la propuesta de Cibcom12 es otra. Con la tecnología actual, estos
problemas del socialismo, considerados ontológicos por la Escuela austríaca de
economía, pasan a ser de aporías a meras dificultades, abordables no sólo
técnicamente, sino políticamente: a través de una democracia en tiempo real por parte
de la población.
Por ejemplo y resumiendo mucho, la cuestión de los precios sería susceptible de
ser tratado como una máquina de Turing más, un modelo basado en un sistema input-
output. Así mismo la planificación económica sería posible tanto con superordenadores
centrales –ya fueran las futuras computadoras cuánticas o no- y/o una red de máquinas
interconectadas de menor potencia.
Si para Marx, en una carta a Kugelman, refería: “Todo el quid de la sociedad
burguesa consiste precisamente en que en ella no existe a priori ninguna regulación
consciente, social, de la producción”13. Para la escuela austríaca, habría una
imposibilidad ontológica en la racionalidad de la sociedad, una arrogancia fatal y, por
tanto, deberíamos abandonarnos a los mecanismos más o menos espontáneos de la
racionalidad del mercado; que no es otra que la astucia de la razón de hacer un
troquelado, donde el egoísmo individual se torna interés racional y social.
Dado que somos incapaces de saber qué es lo racional y que se debe hacer,
dejemos a cuantos más emprendedores mejor se lancen por mil caminos y veamos, con
el tiempo, cuáles de ellos consiguen sus objetivos. Retrospectivamente, la
espontaneidad del mercado arroja luz sobre qué cursos de acción se debían tomar en el
pasado14.
Cibcom, en cambio, propone que el actual desarrollo de las fuerzas productivas
es una oportunidad más para la propuesta socialista, que ya hoy se puede coger el timón
e introducir mayores cuotas de racionalidad, decidida ésta colectivamente.
Independientemente del crédito que se le quiera dar a la propuesta, el
diagnóstico es al menos tan legítimo como el de Han. Aun así, no podemos sino destacar
algunos problemas con esta propuesta, que se nos ocurre ya en un análisis relámpago:
1) la falta de propuestas ante formas de opresión y dominio por la acumulación de poder
propio del estatismo, 2) las problemáticas para introducir la innovación, 3) la opacidad
constitutiva del “sistema de máquinas” o del algoritmo, 4) la falta de descripción

12 https://cibcom.org/, en lo fundamental es una propuesta que junta las posibilidades cibernéticas con
el movimiento comunista clásico.
13 https://www.marxists.org/espanol/m-e/cartas/m11-7-68.htm
14 Esta es una forma de racionalidad limitada con consecuencias por todos conocidas. Un ejemplo claro

es el bulo del papel higiénico: se corre el rumor que el papel higiénico desaparecerá, el mercado se vacía
de producto por la compra masiva impulsada por el miedo y se acaba cumpliendo el falso rumor.
Filosofía Política I - PEC - UNED 2023-24
RAMÓN FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ
procedimental de la democracia misma, al centrarse en lo técnico de lo cibernético, 5)
los problemas relacionados en la inversión de tiempo de los procedimientos
democráticos a nivel de tedio y sacrificio del tiempo personal, etc.
Por no hablar de otros problemas a futuro, muy ligados con el desarrollo de la
cibernética, como podrían ser el estatuto y los derechos atribuibles a agentes no-
humanos -estamos hablando precisamente de los robots y otros desarrollos de IA-, que
cada vez estarían más y más implicados en las sociedades y en las redes entre individuos.
La tecnología, más una voluntad política determinada, puede hacer posible
nuevas formas de democracia, rescatando proyectos políticos más o menos utópicos.
Para ello, no sólo un abandonarse a la dictadura del medio y lo técnico, como co-
implicación y reapropiación en las tomas de decisión económica. También hay que
incidir en la deliberación de fines y valores ético-políticos.
El mercado es un sistema de racionalización limitado que pasa todo por el
estrecho margen de los precios. Es posible operar radcionalmente utilizando otros
indicadores como la calidad, etc. más allá de la preferencia revelada por la contabilidad
económica; afrontando retos tan importantes contemporáneos como las crisis
migratorias, la crisis ecológica, los problemas económicos, la inequidad, la robotización,
la necesidad de gobiernos transnacionales o la creciente sensibilidad que tiene la
sociedad de avanzar hacia una colectividad que cuide de manera integral al individuo,
en sus aspectos biológicos, sociales y psicológicos.
En la democracia siempre ha habido una pulsión más allá del debate y la elección
representativa formal. La democracia, ya para Aristóteles, era la forma de gobierno de
los pobres, no de la mayoría. Sólo que coincidía que la mayoría era siempre pobre. La
democracia ha sido una forma de gobierno que de fondo siempre ha presupuesto la
igualdad y es por eso que tradicionalmente ha sido enemiga tanto del viejo régimen
como del liberalismo, especialmente sus formas más reaccionarias y conservadoras.
Bibliografía
1. Benhabib, S. (1997). The Embattled Public Sphere: Hannah Arendt, Juergen
Habermas and Beyond. Theoria: A Journal of Social and Political Theory, (90),
1–24.
2. Cockshott, P., & Nieto, M. (2017). Ciber-comunismo. Madrid: Trotta.
3. Deleuze, G. (1999). Conversaciones 1972-1990. Pre-textos.
4. Foucault, M. (1994). Vigilar y castigar. Siglo XXI.
5. Franssen, P. (2011). ¿Hacia dónde va China? Asociación Cultural “Jaime Lago”.
6. Han, B.-C. (2012). La sociedad del cansancio. Herder.
7. Han, B.-C. (2022). Infocracia | La digitalización y la crisis de la democracia.
Madrid: Taurus.
8. Quesada, F. (ed.) (2008). Ciudad y ciudadanía. Trotta.
9. Stewart, E., & Hartmann, D. (2020). The New Structural Transformation of the
Public Sphere. Sociological Theory, 38(2), 170–191.
10. Zamora Bonilla, J. (2022). El infierno de Byung-Chul Han o cómo extraviarse en
el bosque del pensamiento crítico. SCIO: Revista de Filosofía, 22 SE-Artículos de
investigación, 157–177.

También podría gustarte