Filosofía Contemporánea 2017

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Unidad I: Introducción a la Filosofía Contemporánea.

La filosofía de la sospecha.

Filosofía de la sospecha: similitudes y diferencias.

La puesta en cuestión de la relación sujeto-objeto. Bisagra entre la


filosofía moderna y la contemporánea.

La Revolución francesa es el quiebre del periodo moderno: comienza la


postmodernidad (1789). La clase ascendente, los burgueses, son los personajes principales
de la revolución; que se desencadena por la suba de impuestos. Es una revolución elitista,
que con el tiempo se fue haciendo popular. La edad contemporánea no ha terminado, la
estamos viviendo.

Hegel es considerado un autor moderno. Es el culmen de la filosofía idealista. La


filosofía contemporánea surge ante el idealismo alemán. La filosofía contemporánea es,
fundamentalmente, crítica a Hegel y su filosofía totalitarista e idealista.

La contemporaneidad, en filosofía, está marcada por Hegel: tender al Absoluto, al


Todo; el saber que se piensa a sí mismo, un saber que se piensa a sí mismo como absoluto.
Hegel plantea un sistema en donde nada queda afuera. Plantea que hay un desarrollo de la
Razón en la historia, nada es por azar.

La centralidad de la razón que es dada en el Iluminismo, sobre todo en Kant, llega a


su máxima expresión en Hegel. Hay una relación escindida entre el sujeto cognoscente y el
objeto. Se postulan diversos modos de acceso a la realidad. Descartes, con su cogito,
muestra que la verdad fundamental es la existencia del Yo, por tanto, el sujeto, su
consciencia es lo fundamental. El empirismo planteará que lo esencial es la experiencia, el
mundo sensible. En Kant se intenta resolver el problema. Si bien se intenta resolver la
escisión, la profundiza, puesto que es el sujeto quien impone las condiciones del
conocimiento: cuando conocemos algo de la experiencia ya la ha modificado previamente.

Toda esta discusión es posible en la modernidad porque se está bajo el paradigma


según el cual el sujeto puede acceder a la realidad sin ningún condicionante, que se puede
acceder al conocimiento del mundo. Esa transparencia de la consciencia es lo que se va a
cuestionar en la post modernidad.

El pensamiento de Kant tiene tres ejes o grandes preguntas: ¿Qué puedo conocer?
(uso teórico de la razón) ¿Qué debo hacer? (uso práctico de la razón) y ¿Qué puedo
esperar? (crítica de la facultad de juzgar, donde se estudia la facultad de la imaginación). Es
un proyecto totalmente racional. Proyecto que será desmentido en la contemporaneidad.

Los pensadores de la escuela de Frankfurt dirán que la ilustración produce una


suerte de patología de la razón, haciéndola instrumental (otro uso), que generará efectos
sobre las subjetividades. Critican el ideal del progreso, ponen en evidencia el fracaso del
proyecto ilustrado, mostrando como la razón se utilizó para el abuso, la imposición, la
perversión.

En la contemporaneidad no hay una escisión entre sujeto y objeto, donde la relación


no es transparente, inmediata, sino que está mediada por diversos elementos. El objeto y el
sujeto están implicados. Es lo que se denomina filosofía de la sospecha, donde sus
inauguradores o maestros son Marx, Nietzsche y Freud. Lo que hay en común en estos
pensadores es la noción de que la relación entre sujeto y objeto ya está mediada e
interpretada.

Feuerbach:

Viene del ámbito de la teología. Es discípulo de Hegel. Comienza una serie de


críticas a Hegel, por tanto, sería el punto sustancial de quiebre a la filosofía moderna. Es el
primero que logra monopolizar el pensamiento de Hegel y encontrar el problema. La
filosofía, con el romanticismo y el idealismo de Hegel llega a la cumbre, busca encontrar la
trascendencia, a Dios. Hegel lo encuentra y muestra que es espíritu. Lleva al Absoluto a su
máxima desmaterialización. Hegel quería encontrar el fundamento último de la realidad,
pero se alejó tanto de la realidad que terminó hablando de algo inmaterial, alejado de toda
realidad. Para Feuerbach la teología se vuelve antropología, Dios no es más que el reflejo
de los hombres. Dios es la otredad que los hombres crean. Hegel comienza con el ser
abstracto, él comienza con el ser real, concreto. Cataloga a la metafísica como una fantasía
especulativa. La conciencia que el hombre posee de Dios es la conciencia que el hombre
tiene de sí mismo. El ser divino no es más que el ser del hombre liberado de los límites del
ser individual. “Dios es el espejo del hombre”. La verdad es el hombre, la vida. Niega
totalmente al idealismo, que es un alejamiento del ser que se manifiesta en la realidad, de
las cosas. Aquí comienza el proyecto moderno.

Kant: ¿Qué es la Ilustración?

La Edad Media se denomina una edad obscura ante la ausencia de la razón, y la


autoridad de la Iglesia, la Tradición, la Sagrada Escritura, etc. Durante la Edad Moderna se
da la presencia de la razón que Ilumina. La Luz de la Razón es lo que llevará al progreso
será la gran hipótesis central, la guía de la modernidad.

La Ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad, la


imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía de otro; el no guiarse por la razón.
La Ilustración es salir de la minoría de edad. La incapacidad significa la imposibilidad de
servirse de su inteligencia sin la guía de otro. Esta incapacidad es culpable porque su causa
no reside en la falta de inteligencia sino de decisión y valor para servirse por sí mismo de
ella sin la tutela de otro. ¡Sapere aude! ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón! : he aquí
el lema de la ilustración.

La pereza y la cobardía son causa de que una tan gran parte de los hombres continúe
a gusto en su estado de pupilo, a pesar de que hace tiempo la Naturaleza los liberó de ajena
tutela; también lo son que se haga tan fácil para otros erigirse en tutores. ¡Es tan cómodo no
estar emancipado! Tengo a mi disposición un libro que me presta su inteligencia, un cura de
almas que me ofrece su conciencia, un médico que me prescribe las dietas, etc., etc., así que
no necesito molestarme. Si puedo pagar no me hace falta pensar: ya habrá otros que tomen
a su cargo, en mi nombre, tan fastidiosa tarea. La gran mayoría de los hombres considera el
paso de la emancipación, además de muy difícil, en extremo peligroso.

Mediante una revolución acaso se logre derrocar el despotismo personal y acabar


con la opresión económica o política, pero nunca se consigue la verdadera reforma de la
manera de pensar; sino que, nuevos prejuicios, en lugar de los antiguos, servirán de riendas
para conducir al gran tropel. Si no hay verdadera libertad de hacer uso público de la razón,
no hay ilustración.

Se requiere una sola cosa: la libertad de hacer uso público de la razón. Cada hombre
posee un uso público de la razón, es irrenunciable, es inherente a nuestra naturaleza.
Liberarse de los “tutores” es liberarse de todo aquello que se toma como guía sin el
ejercicio de la razón. El uso público de su razón le debe estar permitido a todo el mundo y
esto es lo único que puede traer ilustración a los hombres.

Entiendo por uso público aquel que, en calidad de maestro, se puede hacer de la
propia razón ante el gran público del mundo de lectores. Por uso privado entiendo el que
ese mismo personaje puede hacer en su calidad de funcionario. Lo que se enseña en función
de su cargo, se presenta como algo a cuyo respecto no goza de libertad para exponer lo que
bien le parezca, pues ha sido colocado para enseñar según las prescripciones y en el nombre
de otro. Es un ejercicio doméstico aunque la audiencia sea muy grande.

El uso público es hacer uso de una libertad ilimitada para servirse de su propia razón
y hablar en nombre propio.

Kant dirá que no vivimos en una época ilustrada pero sí en una época de ilustración.
Todavía no llegamos al estado real y total de ser hombres ilustrados, nos falta realizar la
mayoría de edad en todos los ámbitos.

Filosofía de la sospecha:

Los autores contemporáneos fundamentales son del s. IX-XX. En América ocurren


la mayoría de las independencias y revoluciones, lo que muestra el sustrato ideológico. Es
un fenómeno que tiene una repercusión muy amplia. En el s. XX se encuentran las dos
guerras mundiales, con la aparición de las grandes ideologías (capitalismo-comunismo).

Marx analiza la sociedad burguesa, el capitalismo, las relaciones de producción que


determinan clases en relación al capital. Esta división de clases no es inocente. Nietzsche
dirá que siempre hay valores que están condicionando nuestros modos de comprender el
mundo; dirá que el conocimiento es una invención, una creación del hombre y no algo dado
que hay que descubrir como sostiene el paradigma positivista. En Freud lo que condiciona
es el inconsciente.

Hablamos de “el conocimiento”, dirá Nietzsche, como algo objetivo, real,


verdadero, porque nos hemos olvidado de que en su inicio es una construcción, una
creación. Hay que quitar la máscara; en donde encontraremos infinidades de máscaras, pues
no hay un origen. Se trata de ver el entramado construido y no encontrar una “verdad”
reveladora, única. Acá encontramos el problema de la interpretación. Lo interesante de
estos autores es que no caen en el relativismo absoluto, sino que hay interpretaciones.
Marx, por ejemplo, muestra qué interpretación hace la burguesía del mundo. Nietzsche con
su método genealógico intenta mostrar el entreramado que se va formando y la
deformación de las ideas.

Freud habla de las heridas del narcisismo occidental, donde muestra que en
occidente hubo tres grandes heridas al narcisismo: La primera es cuando se muestra que la
tierra no es el centro del universo. El hombre era el centro de todo, el animal privilegiado,
por encima de todo. La segunda herida, de la mano de Darwin, es cuando se destruye la
idea de ser la raza privilegiada, únicos; ya que el hombre proviene de seres inferiores. La
última herida se produce ante la idea de que el hombre es dueño de sí, consciente... Pero
Freud destruye este último recurso narcisista con el inconsciente.

En la filosofía contemporánea se hace mucho hincapié en el lenguaje, en los


significantes que es lo que permite conocer el universo.

Foucault, en su conferencia Nietzsche, Freud y Marx, habla sobre el problema de la


interpretación, la hermenéutica. Dirá que en el lenguaje, el sentido no se agota en la misma
palabra. El lenguaje es mucho más que un conjunto de signos verbales. El sentido, el
significado excede a los significantes. Muestran que no hay un sentido esencial. El signo se
construye, no es algo homogéneo y cerrado, se abre el campo a la convivencia de
multiplicidades. El signo está precedido por la interpretación. Habla de lo que está
mediando la realidad es la interpretación, que carga de significantes, está en la realidad: hay
un materialismo, se conecta el signo con lo exterior y no con una mera consciencia aislada,
trascendente.

La sospecha es sobre la consciencia, no es transparente, está mediada. Antes no


había una sospecha sobre la consciencia, este es el gran corte que hacen los maestros de la
sospecha. En la consciencia no está todo inmediato. Cada uno apunta a un proyecto o
dominio distintos: Marx en la economía, Nietzsche en la moral, los valores, la religión, y
Freud en el ámbito psicológico. Los tres trabajan un dominio distinto, ya no hay un sistema
que analiza la totalidad sino que hay diversos campos que analizan la realidad particular de
la realidad; se acaba la metafísica pura, sistémica. Ya no hay análisis de la totalidad. El
lenguaje es otro campo o ámbito de análisis, puesto que es el individuo el que se sirve del
mismo. Como representante tenemos a Wittgenstein.

La idea ilustrada, sin embargo, sigue en algunos filósofos posmodernos, por


ejemplo en Marx está la idea de progreso.

Kant hablaba del sujeto trascendental, esto es, un sujeto universal. Hegel habla del
sujeto en cuanto idea, en cuanto espíritu. En la contemporaneidad hay un ser arrojado en la
existencia, despojado del sujeto ideal. Muestran al sujeto como individuo condicionado.
Hay una individualización, es un ser histórico, temporal y espacial, se recupera la
corporalidad, hay una ateología.

Schopenhauer critica tanto al materialismo (por reducir al sujeto a pura materia) y al


idealismo (por reducir al objeto o materia a puro sujeto). Sin embargo, dirá, que los
idealistas avanzaron un paso, que consiste en que la representación es siempre la
representación de un sujeto. No puede negarse que quien hace la representación siempre es
un sujeto. Ahora bien, Schopenhauer no hace una particularización del individuo, puesto
que la representación y la voluntad no son totalmente propias del individuo, no hay un
quiebre con el idealismo. Además, continúa con las categorías Kantianas y las condiciones
de temporalidad; además le suma otra que es la causalidad. También comparte la división
entre fenómeno y noúmeno, solo que este noúmeno es totalmente accesible. Hay una
distinción y crítica pero se sigue en diálogo con la modernidad.

Feuerbach dirá que el problema de la modernidad es el tema del ser y el pensar. Dirá
que hay que partir de la vida misma, del vivir de este ser. El fin es repensar el vínculo entre
el sujeto y el objeto desde la vida. El ser es sujeto y el pensar es su predicado, el pensar
procede del ser más no el ser del pensar. No se plantea esta división entre el ser y el pensar
sino que se trata de abrir el panorama e incluir esos elementos que quedaron fuera del
pensar: la vida. Se trata del vínculo entre el ser y el sentido del ser. Hay que repensar desde
la vida y no desde el conocimiento.

Karl Marx: El capitalismo y el comunismo. El materialismo histórico.

Con Marx se inicia el denominado movimiento de la filosofía de la sospecha. En el


año 1965 se agrupa a unos autores como los maestros de la sospecha, estos son: Marx,
Nietzsche y Freud. Luego de esta corriente le sigue la fenomenología de Huserll, Edith
Stein, Heidegger, quien hace el paso hacia el existencialismo, después tenemos a Jasper y
Sartre; luego sigue la filosofía del lenguaje con Luwig Wittgenstein y Bertrand Russell,
quienes abren el camino a la filosofía analítica, luego le sigue la hermenéutica, que se basa,
sobre todo, en el análisis de la interpretación y comprensión del discurso, su autor
representativo es Gadamer, hacia el final tenemos la escuela de Frankfurt donde tenemos a
Horkheimer y Adorno, donde hacen la dialéctica de la ilustración, donde muestran que los
campos de concentración era algo que iba a suceder, como parte propia de la lógica
capitalista, la racionalidad europea, finalmente tenemos al estructuralismo con Foucault,
Lacan.

Marx hace una separación entre proletariado y burguesía, que se relacionan por los
medios de producción que pertenecen a la burguesía. Habla de la enajenación y alienación,
que le corresponde al burgués. Como vimos, Marx también quiere llevar adelante la idea de
la Ilustración en lo que respecta al progreso, pero lo hará en un ámbito económico.

Alienación en Marx es que el hombre no se identifique en cuanto hombre, sentirse


otro, distinto, extraño. Hay distintos niveles:

1. En cuanto a la naturaleza: el hombre no encuentra en la naturaleza el recurso que


le permite sobrevivir, lo encuentra en la fuerza de su trabajo. Dirá que por la aparición del
capital, la relación entre necesidad y satisfacción de la misma no se halla como antes, en
contacto directo con la naturaleza: todo está mediado por el dinero.

2. Con respecto a otros hombres: no reconoce su humanidad y menos al otro.

3. Con respecto a sí mismo. El obrero no se siente humano porque en su momento


de trabajo no es respetado, no ve más que su fuerza de trabajo y no su totalidad de ser
humano; lo que lo asemeja a un animal de trabajo. No hay voluntad, inteligencia,
creatividad, etc.

4. Enajenación con respecto al producto.

5. Enajenación con respecto al hacer: no es propio sino impuesto; no hace un


ejercicio que le permita reconocerse como humano.

Dirá que la revolución se cumpliría cuando los medios de producción pasen de ser
algo privado, para una persona, para ser del proletariado. Hay una participación común de
los medios de producción.

Engels escribe los principios del comunismo, que es muy esquemático para entender
el comunismo; texto base para el manifiesto comunista. Hay que distinguir que,
originariamente, socialismo no es lo mismo que comunismo. La primera es una postura que
pertenece a la burguesía, mientras que el comunismo pertenece al proletariado.

Veremos, ahora, qué línea continua Marx con Hegel y qué corta. La dialéctica
hegeliana plantea que el Todo está en constante cambio, en devenir. En este movimiento
siempre hay una oposición, una antítesis. Y este movimiento tiene una lógica, un fin. Hegel
trabaja sobre la historia, y no deja nada afuera de este movimiento de autorreflexión del
Espíritu, pues este involucra absolutamente todo; hay una unidad del movimiento, del
sistema: todos los elementos están interconectados de modo tal que conforman una unidad,
que está reflejada en la realidad. Estos cuatro elementos de la dialéctica hegeliana son
respetados por Marx en su dialéctica materialista.

En Hegel lo infinito, el Espíritu se realiza en la realidad, la modifica, es el motor del


movimiento; se autodespliega hasta lograr la autoconciencia en la finitud. A esto se
opondrá Marx, pues dirá que son las condiciones reales las que mueven la idea. Y se
establece, así, el materialismo dialéctico, que será la propuesta de Marx frente a la
dialéctica idealista de Hegel.

Muestra, Marx, las transformaciones, el cambio a nivel económico, social,


industrial, tecnológico, etc. También se mencionan los antagonismos, las oposiciones; hay
una estructura antagónica que se mantiene. En la genealogía que realiza muestra que hay
una lógica en el movimiento, que se culminará en el comunismo, la síntesis superadora: la
igualdad.

En este sentido, la línea que propone Marx es continuadora con la modernidad,


pues, tiene el mismo objetivo de la igualdad de los hombres. Al producirse esto hay una
transformación de la realidad, que se da gracias a la revolución. No hay algo externo a la
realidad que permita esa transformación, es la realidad transformándose a sí misma, por
medio de la revolución. No hay absolutamente ningún aspecto que quede afuera, es un
sistema y como tal todo se transforma al modificarse sus elementos.

La dialéctica hegeliana se abstrae de la realidad, quedando mediada por el orden


trascendental. En Marx, son las condiciones reales de vida y de producción—
infraestructura— las que modifican la superestructura, que está constituida por la ideología.
Para Hegel la superestructura (ideología, religión, valores, etc.) determinan la
infraestructura (condiciones reales de intercambio, de producción); pero para Marx es a la
inversa.

Critica la subordinación de la sociedad civil (condiciones reales de vida) al Estado


(quien impone la constitución a la realidad). Las mismas limitaciones de las relaciones de
producción son las originadoras de los cambios.

Critica la inversión entre el sujeto y el predicado. Plantea que el hombre es el


hacedor de la historia, no es pasivo en el devenir, no es solo quien ejecuta sino quien causa
este movimiento. Deja de lado el movimiento de autorrealización del Espíritu y se
concentra en la lucha de los hombres por la subsistencia. La lucha por la subsistencia,
entonces, será el motor de los cambios. Además, nunca particulariza a un individuo
aisladamente sino que lo muestra como perteneciente a una clase social, siempre son luchas
de clases reales y vivas. Individuo en cuanto miembro de una clase y no como algo aislado.

Otra crítica que hace a Hegel es que ha legitimado la realidad existente, como
movimiento de algo superior. Hace descender al absoluto intocable e impersonal a un
contexto histórico y político determinado. Para Marx, la realidad no es ordenada, carece de
racionalidad y por tanto hay que transformarla para alcanzar cierto orden; no se es un
contemplador de la realidad ordenada, inalterable. Dice Marx: “Los filósofos se han
encargado de interpretar el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”.

Tanto Engels como Marx hicieron una genealogía de la propiedad privada, de los
modos de producción donde se muestra que no son azarosos, casuales sino inducidos.

Otra continuidad con la modernidad es la búsqueda de la independencia, la mayoría


de edad. No se trata de cambiar el contenido de las superestructuras, puesto que se estaría
reproduciendo el proceso de desigualdad, sino que se trata de derogar las verdades eternas
que impiden la independencia. Cuando no hay vínculos de opresión, de sometimiento y
explotación estaremos todos en la misma condición de igualdad. Desea instaurar esta
necesidad de modificación, pero sobre todo, una modificación definitiva, terminar con las
relaciones de poder. Hay una mirada antropocéntrica, propia del pensamiento
contemporáneo, no se juzga desde un plano abstracto.

Muestran que las críticas que se le hacen al comunismo vienen dadas por las clases
dominantes, al ver amenazados sus privilegios. Se le critica la carencia de la libertad, pero
muestra que solo son libres los burgueses. Con respecto a la abolición de la propiedad
privada, responden que solo se trata de los medios de producción. Dirán que este paso no se
hace solo sino que hay que pasar paulatinamente, puesto que de lo contrario se generaría
una violencia que frenaría el proceso revolucionario. Un comunismo radical debe incluso
eliminar el Estado para que no sea éste un reproductor de los modelos dominantes. El cómo
eliminar el Estado y que sobreviva la sociedad no está totalmente claro.

Muestra aquellos tipos de socialismos con los que no está de acuerdo, dirá que son
un socialismo científico.

Friedrich Nietzsche: nihilismo e inversión del platonismo. Voluntad de


poder. Transvaloración de los valores. El “superhombre”. La muerte de Dios.

Su escritura es muy visceral, sanguínea. Tiene un pensamiento bastante material,


rechaza las construcciones valorativas occidentales que van hacia la trascendencia, quiere
recuperar el mundo sensible.

“El valor de la vida está en las valoraciones; las valoraciones son algo creado, no
algo recibido, aprendido, experimentado. Lo creado ha de ser destruido y dejar sitio para la
nueva creación: pertenece a la capacidad vital de las valoraciones su capacidad de ser
destruidas. El creador ha de ser siempre un destructor. Pero el valorar mismo no puede
destruirse: pero ese valorar es la vida.” Todo es una perspectiva, las valoraciones no
podemos dejarlas, deben ser creadas. Todas las construcciones occidentales planteadas
como absolutas deben ser destruidas, puesto que están contaminadas con mucho nihilismo.

Nace en el seno de una familia muy creyente. Su padre era pastor protestante.
Estudió filología clásica, enseña en la universidad desde muy joven. Su primer libro fue “el
nacimiento de la tragedia”. Plantea una interpretación nueva, lo hace desde los dioses
Dionisio y Apolo. Dirá que la tragedia nace de la complementación de estos. Dionisio
representa el dios de los excesos, lo instintivo, y Apolo, el dios de la mesura, lo puro y
ordenado. Muestra cómo los griegos evolucionan desde una noción de la vida más
dionisíaca hacia una más apolínea. Dirá que el espíritu racionalista, apolíneo, mata la
tragedia de la vida y comienza un nihilismo, se vacía el sentido de la vida porque ya no hay
una afirmación de la vida.

El concepto de vida: instinto de crecimiento, de acumulación de fuerzas, de poder.


Esto está relacionado con el espíritu dionisíaco: afirmación infinita, exaltación entusiasta
del mundo tal como es, sin excepción, sin elección; lo no encausado.

Dirá que es necesario un nuevo pensamiento que sea afirmativo de la vida, de lo


vital. La vida es una fuerza que necesita dominar, crecer, empoderarse, es todo aquello que
se excede a sí mismo, que no se limita a sí mismo. Considera que las nociones que
occidente ha construido han negado la vida, puesto que han construido nociones, conceptos,
valores conservadores, que se cierran sobre sí mismo. A lo absoluto no se le puede agregar
nada, ya está completo; lo que impide el crecimiento de lo vital. Considerará que esos
valores han sido proyectados desde un lugar diferente a la vida, como es la trascendencia, la
cual habla de un más allá, que condiciona el más acá. Esto reduce lo vital, lo hace algo
pasajero.

Nihilismo: Que los valores supremos (absolutos, trascendentes) pierden validez.


Falta de meta. Falta la respuesta al por qué. Lo que fundamentaba al mundo se ha
manifestado impotente. Si los valores tienen que afirmar la vida, tienen que surgir de la
inmanencia y no de la trascendencia. Se desenmascara la falsedad de los valores
trascendentes y absolutos, se demuestra su falsedad (“Dios ha muerto”). Dirá que hay un
sentido afirmativo o positivo del nihilismo, pues hay que llevar a la nada (nihil) a estos
valores transcendentes para poder construir. “Vivir de tal modo que ya no tanga sentido
vivir, eso es lo que ahora se convierte en el sentido de la vida”. El instinto es más
importante que la razón, que es uno más de los instintos. Lo instintivo recupera lo
inmanente.

Muerte de Dios: Asociado al concepto anterior. Este concepto aparece por primera
vez en su libro la Gaya Ciencia, en el pasaje el hombre loco. Dios representa a todo lo
absoluto, a todos los valores transcendentes. Crítica del cristianismo y de todos los valores
de la tradición. Nihilismo. Los valores supremos pierden validez. Transmutación de todos
los valores, hay una nueva creación moral: la muerte de Dios no quiere decir que queda
todo en la nada, sino que hay que crear algo nuevo que afirme lo vital; esto debe asentarse
en la terrenalidad. Terrenalidad: Posibilidad de afirmación y creación. Hay una inversión y
rechazo del platonismo. La muerte de Dios, es un nihilismo positivo en cuanto posibilita la
creación de nuevos valores que reafirmen la vida.

La frase “Dios ha muerto” significa que el mundo suprasensible carece de


fuerza operante. No dispensa vida. La metafísica, es decir, para Nietzsche, la
filosofía occidental entendida como platonismo, se acabó. (Heidegger. Sendas
perdidas, p. 180)

Voluntad de Poder: La vida, como la forma del ser conocida por nosotros, es,
específicamente, una voluntad de acumular fuerza; todos los procesos de la vida tienen en
éste caso su palanca: nada quiere conservarse, todo debe ser sumado y acumulado.

La voluntad de poder no es solo una facultad individual, sino que es la misma


estructura de la vida, de lo real. Es una suerte de maya que se teje en lo vivo. Es algo más
allá del sujeto. La estructura de lo vital, es una estructura en la cual circulan fuerzas, donde
hay lugares donde se acumulan más densamente. Hay lugares donde hay mayor lucha de
fuerzas, donde hay alguna que quiere imponerse sobre otras, y cuando lo logra hay una sin
valor. Hay fuerzas pasivas (conservación) y fuerzas activas (acumulación, expansión).

Valores: Cantidad de poder que se puede asumir, acumular. Los valores y su


modificación están en proporción con el aumento de poder del que pone el valor.

Es la cantidad de fuerza que puedo acumular, una perspectiva que acumula fuerza,
es un punto de vista conservador, en el sentido de sostener lo ya conquistado, un poder de
dominio. Es valor en la medida que vale. El valor tiene una duración, se da en el devenir
concreto, se construye.

Dentro del devenir, la vida, esto es, lo viviente, se configura en los centros
que en cada momento tenga la voluntad de poder. Por consiguiente, estos centros
son estructuras de dominación [formación de poder]. Como tales entiende
Nietzsche el arte, el Estado, la religión, la ciencia, la sociedad (Heidegger).

Superhombre: El hombre como algo que debe ser superado. El hombre como
puente entre la bestia y el superhombre, tránsito y ocaso. Es el nuevo sujeto que tiene que
crear los valores que sean afirmativos de la vida. El sujeto que afirma la vida mediante una
voluntad de poder poderosa, activa. Superhombre como afirmación y creación. Encarnación
de la voluntad de poder. El hombre presente es un tránsito hacia el superhombre, por tanto,
debe morir. Es una puesta al futuro.

Así habló Zaratustra:

Zaratustra es una suerte de profeta que viene a anunciar la muerte de Dios con todo
lo que eso encierra. Es un profeta que desciende y lleva su mensaje al pueblo, tarea que
debe realizar el filósofo.

En el discurso de “Las tres transformaciones” se sintetizan los conceptos principales


de Nietzsche.

Espíritu lo toma como una construcción de la voluntad, el mismo sujeto corpóreo.


Dirá que pasa de camello, león y niño. El camello es un animal de carga, donde se muestra
el peso de la cultura, los valores, la herencia moral adquirida por el tiempo. Es visto como
un héroe porque quiere cargar con lo más pesado: el sujeto sometido da una apariencia de
fortaleza. Pero esto es lo más débil, no se es dueño, se es un animal de rebaño. Todo esto es
un sometimiento. Estas cargas tortuosas que desea el camello están vaciadas de sentido, no
son afirmativas para lo vital. Es nihilismo negativo. No hay una afirmación de la vida, por
lo contrario, hay una reproducción de los valores de conservación, absolutos, cerrados
sobre sí.

El espíritu en tanto camello se transmuta en león, y lo hace en el desierto, esto es


imagen de la reducción a cenizas de los valores imperantes. Y se opone al “tú debes”
encarnada en la figura del dragón, quien es el que impone al camello, es todo aquello que se
manifiesta como digno, vello, noble. Lo característico es que el dragón no existe,
mostrando que todas las construcciones absolutas del deber son falsos, mitologías. El león
no se queda en el deber y pasa al querer: “yo quiero”, es un no santo. Crea libertad, pero es
negativa en el sentido de que rechaza, no hay creación. Es un nihilismo afirmativo,
positivo, en el sentido de que posibilita la creación de nuevos valores aunque todavía se
halla inmerso en esa libertad negativa de no-creación. Y es en este pasaje donde se da la
muerte de Dios (nihilismo), donde aparecen como vacíos los valores. Pero no es una
voluntad de poder afirmativa porque solo dice “no”, solo destruye.

“Sí, hermanos míos, para el juego del crear se precisa un santo decir sí: el espíritu quiere
ahora su voluntad, el retirado del mundo conquista ahora su mundo.” El niño está libre de
prejuicios, del tú debes. El niño representa al superhombre. Es una voluntad de poder
afirmativa, donde se afirma la vida, se conquista la propia voluntad. El niño es inocencia y
olvido de odio y resentimiento de la moral cristiana. Hay un rechazo a la moral cristiana del
resentimiento. El odio y el resentimiento son negadores de la vida, es por ello que hay que
olvidar. El niño juega, crea, descubre, es una rueda que se mueve por sí misma, esto es, los
valores surgen de la propia voluntad.

El anticristo: Critica los valores y virtudes modernas que son una construcción de
lo debido. Plantea a la modernidad como un estado enfermizo. Propone la fuerza, la
voluntad de poder, la hipertrofia de fuerzas. “la fórmula de nuestra felicidad: un sí, un no,
una línea recta, una meta.” La meta es la construcción y afirmación de los valores vitales;
una transvaloración de los valores reactivos, absolutos, trascendentes.

Zaratustra- De las mil metas y de la única meta: Las valoraciones son


creaciones. La meta sería la actitud de afirmar la vida, pero es plurifacética.

Zaratustra-Los despreciadores del cuerpo: Retoma la transición de camello a


león. Se habla de cómo los sabios con sus virtudes y valores durmieron al pueblo. También
recupera al cuerpo tomando a la razón como un instinto, ya que la racionalidad moderna
separa al yo del mundo, de su cuerpo, de lo real. En la modernidad el yo es un concepto
cerrado sobre sí mismo, y Nietzsche rechaza este postulado diciendo que no hay ningún
tipo de sustancialidad. El cinismo plantea al sujeto inscrito en la historia, en la
corporalidad.

Zaratustra- El nuevo ídolo: Representa al Estado como un monstruo frío que


perjudica al pueblo, “la mentira más grande del Estado es: yo, el Estado, soy el pueblo”.
Dirá que lo absoluto del Estado no está bueno, puesto que aplasta lo singular del pueblo.
“Estado: el lugar donde el suicido de todos se llama vida”.

Zaratustra- La cátedra de la virtud: Hace una crítica a los valores tradicionales,


sobre todos los cristianos. De la alienación de la consciencia de los camellos. Critica la
noción de virtud, al verse tergiversada, vuelta a lo contrario, pues en su origen romano
significa valor, fuerza y no la mansedumbre y alienación cristiana.
Unidad II: La recepción de la Filosofía de la
Sospecha de Nietzsche y de Marx. Propuestas filosóficas
en tiempos complejos: Heidegger, Horkheimer y Sartre.
Introducción a la hermenéutica heideggeriana. La pregunta por el ser.
El Dasein. La interpretación heideggeriana de Nietzsche.

Veremos la obra Sendas perdidas. Veremos el texto la frase Dios ha muerto.


Heidegger está problematizando la existencia. Analiza a un ente en particular: el hombre
(dasein). Dirá que tiene varias estructuras. En su obra ser y tiempo se pregunta sobre el
sentido del ser: el sentido de la pregunta que se pregunta por el ser. Dirá que se ha olvidado
al ser en la histórica de la filosofía, diciendo que se ha preocupado por el ente, aquello que
existe, las cosas.

Comienza su obra como explicación de la pregunta que interroga sobre el sentido


del ser. La filosofía no ha justificado la pregunta sobre la que abordó todo su desarrollo.
Ante la imposibilidad primigenia de definir el ser llevó a la descripción de los entes, lo que
llevó al olvido del ser. A partir de ello surgen tres prejuicios: El ser es lo más universal de
todo, el concepto del ser es indefinible y el ser es el más comprensible de los conceptos.
Siempre nos movemos en una precomprensión del ser. Es un círculo hermenéutico, de
comprensión.

Desarrollar la pregunta que viene por el ser es hacer ver a través de un ente (el que
pregunta) qué es el ser pero bajo el punto de vista del su ser. Quien se pregunta por el ser es
el Dasein. La pregunta nos lleva a analizar a quien pregunta. La metafísica ha olvidado al
ser porque no se preguntó por quién pregunta. A partir de ello habrá un vehículo de acceso
al ser.

Terminará concluyendo que el ser es tiempo, hay una implicación entre el Dasein y
lo temporal. Pero es la temporalidad del hombre lo que nos permite acceder al ser. Es por
ello que se interesá por Nietzsche, puesto que cierra el camino a la metafísico y poder
pensar desde la otología, el pensar acerca del ser.

La frase Dios ha muerto:

Nietzsche aporta algo fundamental: hace una inversión del platonismo. Destituye
para siempre la distinción entre lo sensible y lo suprasensible, pues lo único que hay es
aquello, lo sensible. Se diluye el dualismo. Lo suprasensible es un producto absurdo y sin
sentido de lo sensible.

Heidegger ve que la historia de la filosofía en cuanto metafísica queda cerrada.


Entendemos a la metafísica como la verdad del ente. Y Nietzsche priva a la metafísica de
pensar su esencia, lo trascendente, lo esencial metafísico.

Según Heidegger, Nietzsche tiene un trabajo metafísico, de pensar a lo existente en


cuanto tal. Hay una intencionalidad que continúa con la metafísica. Ese posicionamiento de
Nietzsche de pensar la verdad de lo existente, sobre la esencia de lo que existe lo convierte
en un pensador metafísico. A partir de él, se transforma en una ontología. Para Nietzsche la
metafísica es el desenvolvimiento del nihilismo. Cuando caigamos en la pura técnica
volveremos a caer en otro nihilismo, en un olvido del ser.

El cristianismo, para Nietzsche es una ideología de dominio, la manifestación


histórica, profana y política de la Iglesia y su ansia de poder dentro de la configuración de
la humanidad occidental y su cultura moderna. Es un modo de ser, que no necesariamente
practican los cristianos. El nihilismo y el cristianismo son sinónimos, vaciantes de sentido.
No se limita a la religión cristiana sino al movimiento que impide la creación.

La primera característica del valor, es que es un punto de vista, la perspectiva que


nos lleva a considerar algo como valioso o no. Esto implica una cantidad de fuerzas, de
acumulación, de aumento y conservación de poder. El valor se da en el devenir, en lo vital
y es aquello que quiere conservar y aumentar la fuerza vital. Es una acumulación de poder a
partir de la cual se interpreta el mundo. Interpretamos el mundo con valores. Es lo que
permite interpretar pero desde el punto de vista de la fuerza vital.

Nociones generales de la Escuela de Frankfurt. La función social de la


filosofía. La industria cultural.

Max Horkheimer, Theodor Aorno y Walter Benjamin

Horkheimer es un representante de la Escuela de Frankfurt. Es el tercer secretario de


este instituto de investigación y para muchos el más importante por darle una mirada social.
Dirá que el capitalismo no ha terminado, sino que hay un neo capitalismo que trae
consecuencias nefastas. Dirá que solapa todas aquellas cosas que durante el capitalismo
puro estaban a la vista. Las cosas cambian de modo tal que nada cambia. Es un análisis de
la sociedad, pero no es sociología. La filosofía hace una contribución crítica al análisis
social. Tiende a analizar la dirección de los cambios y transformaciones. Se pregunta,
también, por las consecuencias sociales de dichos cambios. Su objetivo era el
establecimiento de esta escuela crítica, siendo su novedad el analizar las relaciones que
vinculan los ámbitos históricos, económicos, culturales de la realidad social.

Su mayor rasgo es la necesidad obligatoria de la interdisciplinaridad, hay una


convergencia de saberes y factores que constituyen la realidad compleja y plural de una
sociedad. Es una multidisciplinaria regida por la filosofía. La sociedad es un fenómeno en
constante cambio. El cambio responde a una dialéctica instalada, de ahí su libro dialéctica
de la ilustración.

Su marco teórico viene influido por el hegelianismo, el marxismo, la influencia de


Nietzsche y Freud. De alguna manera unen los discursos que se daban fragmentariamente.
Tiene la visión de la sociedad como un todo complejo, que tiene momentos contradictorios,
de lucha. “El teórico crítico es aquel teórico cuya única preocupación consiste en un
desarrollo que lleve a una sociedad sin explotación”. Hay que evidenciar, hacer consciente
los mecanismos que la sociedad industrial capitalista tiene en su interior para lograr
transformar estos mecanismos de poder y lograr una transformación racional.

El neo capitalismo instaura nuevas formas de explotación de los hombres,


directamente ligada al consumo. Hay una explotación vigente pero es inconsciente.

Quieren recuperar la definición de hombre, qué es ser hombre. La modernidad lo


definió como la razón, que iba a llevar al progreso... Sin embargo, entre el hombre ideal-
racional se le enfrenta la realidad de las guerras mundiales. El empleo de la razón no fue el
mecanismo que llevó a la realización de los hombres. La razón se presenta como un gran
tema de análisis.

Plantea que hay dos tipos de razones. La teoría tradicional se basa en el empleo de
la ciencia, entendiendo a esta como un conocimiento objetivo, totalmente impersonal, y
sobre todo neutral, imparcial. Esta ciencia tiene como base un concepto de razón
instrumental. La razón instrumental no presupone un empleo criterioso, un juzgar la bondad
o maldad de los hechos y sus repercusiones, sino que su objetivo es señalar cuáles son los
mejores medios para alcanzar determinados fines. El punto que estos fines pueden ser
cualquiera, no hay moralidad en esta razón, sino el medio para lograrlo. Este saber
totalmente puro, imparcial, objetivo le asegura a la ciencia positivista un lugar de autoridad,
de poder, la verdad en un sentido absoluto.

Hannah Arendt formula lo que se llama “la vanidad del mal”. La razón idolatrada
durante la ilustración se vuelve contra el hombre.

La segunda postura parte de una tradición crítica, de análisis de la razón


instrumental con su teoría tradicional. Mostrará la no neutralidad de la ciencia, mostrará la
carga ideológica y orientación. La finalidad de la ciencia es la dominación de la naturaleza,
lo que incluye al hombre. Con el pretexto de controlar la naturaleza se termina, también,
manipulando al hombre. Muestra que la teoría tradicional no es objetiva, sino que hay un
fortísimo componente ideológico. Su objetivo es liberar al hombre de esta opresión
transparente, puesto que nadie sospecha de la ciencia. Está fuertemente asociada a la
vigencia del positivismo. El positivismo sirve al poder.

Hay dos ramas o dominios de crítica al positivismo. La primera es desde el aspecto


teórico, con la separación tajante entre el sujeto y objeto, lo que le permitía la autoridad de
la objetividad, al no haber una intervención valorativa del sujeto. En el aspecto social es
algo similar a lo que hizo Marx con Hegel, el positivismo cierra y concluye el carácter
emancipador de la ciencia: la ciencia describe y no interviene. Esto es, el positivismo no es
más que una ideología que permite perpetuar el orden vigente hasta el momento. El
positivismo se impone como verdad porque es la verdad de la ideología dominante. En esto
hay una continuación del proyecto ilustrado, esto es, se pretende la emancipación, la
liberación del hombre, y la igualdad dentro de la sociedad.

En el plano práctico, la segunda crítica, el avance de la ciencia impide cualquier otra


alternativa al modelo de la ciencia, cancela la posibilidad de transformación de la realidad.
El positivismo es ya el saber de una determinada clase dominante, interesada en cancelar
cualquier modificación.

Hacen una crítica a Marx. Dicen que se equivocó porque consideraba que el
proletariado iba a ser el encargado de hacer la revolución, y que esta efectivamente se iba a
realizar. Pero nunca consideró que el proletariado iba a comenzar a aburguesarse, y en la
medida de que se convirtiese total o parcialmente en burguesía iba a hacer abandonar la
convicción de revolución. Al ganar privilegios, al mejorar las condiciones del proletariado
se abandonan las ideas de la revolución.

La segunda crítica es que Marx consideró que el capitalismo estaba en vía de


extensión, pero no se dio cuenta que el capitalismo podía mutar y evitar el colapso,
modificando su sistema de opresión, haciéndolo inconsciente en el consumo, y dando a los
oprimidos la ilusión de ser parte de la burguesía, de no ser explotados.

Hacen otra crítica relacionada con la justicia y la igualdad. Marx consideraba que a
medida que se consiguiera la igualdad se iba a construir una sociedad más justa, pero es un
supuesto falso. Mientras más libertad e igualdad se establece, los hombres tienden a ser
menos justos, y ponen como ejemplo a los jóvenes hitlerianos. Cada uno tiene el mismo
valor que el otro para imponer algo, y esto no necesariamente tiene que ser bueno. Son
necesarios elementos externos que establezcan qué es lo justo y qué no. La relación directa
entre libertad y justicia no existe, no tiene sentido suponer que las sociedades más libres
tienden a ser más justas. Los hombres más libres tienden a ser menos justos.

Tampoco se dio cuenta Marx de la creación de las culturas de masas, esto es, al
considerar que todo el proletariado iba a llevar adelante la revolución. En cuanto masa le
dio al capitalismo el elemento fundamental: el carácter amorfo, indiviso del proletario. La
masa es fácilmente manipulable. Marx consideraba que el capitalismo tenía sus días
contados, que iba en vías de extinción, pero el capitalismo mutó e hizo mutar al proletario.

No se critica el análisis de Marx sino su proyección hacia el futuro: todo lo que


predijo no se cumplió, el proletariado se aburguesó, el capitalismo mutó, y no hay una
relación directa entre libertad y justicia, y la creación de la cultura de masas.

Hacen una crítica histórica a la ilustración, ante el fracaso rotundo de su proyecto.


La ilustración produjo su contrario: explotación y el hombre contra el hombre. No es una
crítica meramente teórica sino, más bien, histórica: las guerras mundiales son testigo de
esta idea.

La ilustración alababa la razón humana pero fue ella misma la que lo llevó a la
autodestrucción. Dice Horkheimer: “El último siglo de la historia de Europa muestra de
modo determinante que los hombres, por más que se sientan seguros, son incapaces de
encuadrar sus vidas dentro de sus ideas y humanidad”.

La razón de la modernidad se volvió, en la contemporaneidad, subjetivista e


instrumental frente a una razón objetiva. Esta razón, desde la edad moderna, intenta
despegarse totalmente de cualquier metafísica, de cualquier autoridad, de cualquier valor
religioso, quiere adueñarse de la verdad, dueña y señora de la verdad. Esta independencia
de rasgos positivistas la hace caer en la instrumentalización. La razón deja de ser la
capacidad para encontrar, establecer leyes implícitas en la naturaleza (objetiva) y pasa a ser
una razón instrumental, esto es, que se dedica solo a elegir los mejores medios para quien la
utilice, solo evalúa los medios más eficaces en la consecución de un determinado fin. Estos
fines subjetivos no tienen en cuenta a la humanidad, sino solo a quien los utiliza.

Crítica al neocapitalismo. Dirán que logra instalar mayor control y poder sobre el
individuo a través de las instituciones. Mediante la burocracia, los medios de
comunicación, los estereotipos, coartan la libertad del hombre haciéndolo creer que es más
libre de la opresión del capitalismo. La crítica se fundamenta en la importancia que ha
adquirido el consumo, es la variable del sometimiento del hombre. Se le da al hombre una
cierta mejoría para hundirlo más, se hace más transparente las dinámicas de poder. El
hombre es una parte de una masa homogénea, que no se distingue, la impersonalidad en su
totalidad. El neocapitalismo es consecuencia del totalitarismo. El neocapitalismo logra
anticiparse a su propia muerte y modifica las condiciones del proletariado, para que éste no
se revele y le siga siendo útil. Le hace creer al proletario que accede a ciertos bienes y
servicios hasta el momento exclusivos de la burguesía, lo que genera la industria cultural.
Es un círculo vicioso: se mejora para hundir al proletario en el consumo.

La industria cultural es la que genera y controla las conductas, pasa a ser la


proyección del trabajo en el capitalismo. La enajenación en el capitalismo tradicional que
utilizaba el burgués para explotar al proletario era el trabajo, en el neocapitalismo esta
función la realiza la industria cultural, esto es, el trabajo no hunde en la opresión al
proletario. No se ve en el trabajo un mecanismo de opresión. Nadie considera que la
industria cultural oprima a los hombres. La diversión y el entretenimiento “Amusemnt” es
lo que hace que el proletario siga siendo parte del sistema.

Con el neocapitalismo se acaba la miseria del proletariado, este ya no vive al límite


de la muerte, en la explotación. Con esta supuesta liberación de la opresión se ve, por el
contrario, profundamente sometido por el sistema burocrático institucional y sobre todo el
consumo. Lejos de hacer progresar al hombre, lo hace involucionar.

Horkheimer no se desprende del ideal moderno de que la razón abra el camino, pero
no es la razón que hasta el momento se ha evidenciado, puesto que se ha deshumanizado.
Se ha dado la intención de dominar la naturaleza, y dentro de ella el hombre. El saber está
ligado al poder, nos da herramientas para manipular. El hombre no se vuelve un fin sino un
medio, aquí radica la deshumanización de la razón.

Escuela de Frankfurt hace una crítica a los totalitarismos, hay tres: 1-Nazismo, 2-
Estalinismo y 3- Fascismo.

El nazismo es el totalitarismo que más toca de cerca a estos autores. Todos los
objetivos de progreso y mejora, de libertad que se hicieron, se transformaron en un
mecanismo de opresión. El mecanismo de opresión que nace es la propaganda con
Goebbels, ministro de comunicación de Hitler. Es la base de la industria cultural. La
propaganda manipula, adapta la información a la masa, no solo para informarla sino para
hacerla partícipe de esos movimientos. Sobre todo hay una monopolización, idea que se
repite en la industria cultural: se concentra el mensaje y el efecto que se intenta lograr es la
normalización de los individuos. Esto es favorecido al ser una gran masa, nadie quiere
quedar fuera, ser anormal.

Otra crítica a los totalitarismos es la intención de generar un hombre nuevo. Pero


este hombre nuevo que intentaban formular esta despojado de humanidad. Es un hombre
número, uno más dentro de la masa, que tiene su valor pero es un número. Goebbels decía:
“La capacidad perceptiva de las masas es limitada y su compresión es escaza. Además,
tienen gran facilidad para olvidar”. El hombre no como un ser creativo, inteligente sino un
ser manipulable.

Las consecuencias de la razón instrumental son que por un lado, tanto la naturaleza
como el hombre, son objetos de explotación. Otra es que el pensamiento o conocimiento
que no esté orientado a la producción, a la utilidad no es valioso; si no aporta al sistema no
tiene sentido.

De esto se deriva otra consecuencia que es que se excluye cualquier forma de no


obediencia, todo queda supeditado, reducido a la producción. Otra consecuencia es que el
valor de cada cosa reside en su productividad, lo más valioso siempre es lo más útil; pero el
valor no está asocia a la necesidad, esto es, no medimos de acuerdo a lo que efectivamente
necesitamos o no. Otra es la condenación del tiempo de ocio, ya que es tiempo
improductivo; hay una transformación del ocio para algo rentable. El placer siempre está
atado a una ideología, lo que la maquinaria ha vendido como placentero.

En la contemporaneidad se da un fenómeno de cabida a lo otro, la razón ya no se


cree la única. Ante el fracaso de la razón instrumental se le da posibilidad a otras verdades,
ya no hay una sola verdad.

La industria cultural: todo aquello que se disfruta como pasatiempo (arte, cine,
pintura, música, etc.) es el engranaje perfecto para ser parte del sistema capitalismo: todo se
hace en base al consumo. Todo está atado al sistema, no hay nada afuera, todo le es útil al
mercado. La industria cultural tiene que ver con la producción, la divulgación, generación
de bienes y servicios culturales. Por cultural se entiende no solo el arte sino también el
turismo, la gastronomía, la publicidad y fundamentalmente todo está reunido en el concepto
de entretenimiento, diversión. La diversión es la continuidad de la función opresora que
cumplía el trabajo en la sociedad capitalista.

Que la diversión sea la prolongación histórica del trabajo, es lo que el mismo


sistema necesita para que el proletariado continúe produciendo. Además se basa en estos
presupuestos supuestos por Goebbels: se basa en nuestra idiotez. Nos consideramos como
una masa que no cuestiona, no realiza análisis crítico. Es por ello que la diversión cada vez
se asocia más a lo físico, lo sensual y menos a lo intelectual. Se trata de promover todo lo
corpóreo, no hay que hacer esfuerzo mental. No hay una actividad por parte del sujeto,
entender sin pensar. Esto colabora con el círculo vicioso de cada vez ser menos creativo,
reflexivo. Hay un vacío de contenido, una fachada, nos quedamos en la exterioridad: el arte
se ha vuelto mercancía, el contenido que se transmite, el efecto que produce se ha
comercializado. Siempre se está instruyendo a los sujetos: el cine catástrofe nos anticipa a
cualquier situación. Siempre la industria cultural es monopólica, está concentrada y se
disfraza de pluralidad: todos pertenecemos a una categoría de consumidor. La
diversificación nos hace pensar que no existe este monopolio. Siempre está la función
social de evidenciar el poder asociado a la productividad: se muestran todos los lujos, que
actúa como premio y castigo. La industria cultural impide la transformación de lo
instintivo, de lo inferior en algo superior.

El existencialismo de Sartre.

Unidad III: Filosofía de la Diferencia.


Michel Foucault y su reapropiación de la filosofía de la sospecha.
Saber-poder. Locura y enfermedad mental desde una perspectiva
genealógica.
Gilles Deleuze, la crítica a la filosofía. Creación de conceptos, lo
múltiple. El esquizoanálisis.

Junto con Foucault, Derrida, Lyotard, Serren, entre otros se denominan filósofos de
la diferencia. Deleuze es un pensador muy influyente, retoma y es muy fiel al pensamiento
nitczscheano. Tiene una obra que se la suele dividir en tres “periodos”. El primer periodo se
le ha llamado monográfico, el segundo filosófico en sentido propio y al tercero estético.
Estos periodos se han mezclado a lo largo de su vida, no son totalmente cronológicos.

El periodo monográfico se le llama así porque se dedicó a hacer monografías sobre


diversos filósofos, una suerte de historia de la filosofía, un periodo formativo en el sentido
de que reinterpreta el pensamiento de dichos filósofos. Aquí también va planteando su
propia filosofía, al hacer una lectura muy personal de los mismos, qué resonancia tienen
esos pensadores en la actualidad y su pensamiento. Hace una lectura personal para construir
y reconstruir conceptos filosóficos.

El periodo filosófico, de su propia creativa, se encuentran sus mayores obras claves.


Plantea un pensamiento totalmente propio. Trata de explicar o pensar una lógica totalmente
distinta de la filosofía: una lógica de la diferencia. Escribe varios libros en colaboración con
Félix Guattari, psicoanalista heterodoxo, crítico.

El tercer periodo es de la filosofía del arte, donde hace análisis de la pintura, el cine
y sobre todo la literatura. Piensa el arte como un modo alternativo de pensamiento, crea
conceptos.

Su filosofía está siempre en el camino de lo rebelde, de lo alternativo. Se corre de la


lógica tradicional, dominante de la historia de la filosofía.

Dirá que “la filosofía consiste siempre en la creación de conceptos”. Hay que
profanar la filosofía. Tiene que inventar ideas a partir de lo dado por otros autores. No hay
que reproducir sino producir. Esto es una actividad muy de Nietzsche (inventar valores).
“La filosofía no es comunicativa, tampoco contemplativa ni reflexiva, es creadora, incluso
revolucionaria por naturaleza ya que no deja de crear conceptos nuevos. El concepto es lo
que impide que el pensamiento sea una habladuría.” Piensa una lógica paradojal, lo que es
y no es al mismo tiempo, de ello surge algo más sustancioso. Está en contra de la
solidificación del pensamiento tradicional, del dogmatismo.

Critica lo que denomina la “imagen dogmática” del pensamiento. Se refiere a toda


la historia de la filosofía que ha sido hermética, cerrada, que no encuentra la manera de
conectarse con el afuera. En todo caso, cuando hay un afuera, es una idea que viene de
afuera y se me impone. Dirá que esta imagen se construyó en base a tres ideas: querer,
reconocer y fundar.

El querer hace referencia al sentido de voluntad. El querer se ha manifestado como


una voluntad de verdad, de querer alcanzar la verdad absoluta. Esto supone una filiación
entre el pensador y aquello que quiere conocer. Pero, ¿por qué hay una relación sujeto-
objeto? Deleuze dirá porque ha sido un supuesto, nunca se ha repensado. La filosofía
siempre fue una búsqueda de la verdad, pero esto no tiene una razón de ser, es algo
arbitrario, una creación.

Con respecto al reconocer, toda la historia de la filosofía ha supuesto como que ya


está la verdad y hay que descubrirla, por tanto conocer es reconocer algo que ya está. Para
Delueze el pensamiento dogmático ha sido un pensamiento de la representación, de
representar aquello que ya estaba. Con esto se asocia los conceptos de identidad,
homogeneidad y permanencia. Nociones que han sido nucleares en la historia de la
filosofía. Esto construyó una lógica hegemónica como la identidad que no admite
contradicciones.

En cuanto al fundar, toda la historia de la filosofía ha sido una lucha por encontrar
un fundamento primero y último de las cosas, una base. Se ha intentado fundar el
pensamiento, encontrar el fundamento único, universal, absoluto. Esto quiere decir que si
encontramos un fundamento, se puede construir un sistema filosófico unitario,
sistematizado. Pero ya con Nietzsche se rompe esta lectura.

En contraposición a esta imagen dogmática quiere pensar una “nueva imagen del
pensamiento”. Es la posibilidad que se abre con Nietzsche y con cada pensador cuando se
encuentra la fuga en su pensamiento. Sus características serían las siguientes:

- La nueva imagen del pensamiento tiene que romper con el esencialismo y con la
noción de representación. No hay esencia sino devenir, algo que está en
constante cambio. Es necesario construir una nueva lógica: de la diferencia.
- Implica un proceso de desfundación, hay que romper con cualquier basamento
último que pueda erigirse como fundamento. No hay fundamento hay que
fragmentar.
- Hay una recuperación de la multiplicidad y la singularidad.
- Se piensa el sentido del acontecimiento. Esto es, quiere decir algo que está pero
que virtualmente convive el presente y el futuro. Es lo que está en un
movimiento de cambio, de transmutación. Lo que produce sentido. Solo se da en
plano de exterioridad, empírico, de lo vital, de lo sensible.
- Tiene que ver con la creación conceptual. La verdad no es una cuestión última,
objetiva, absoluta que se reconocer sino que se va creando. Pensar es crear
conceptos.
- La inmanencia. Todo lo que podamos crear, pensar como acontecimiento está en
un plano de lo real, de lo de afuera. Donde aparece el acontecimiento, la
multiplicidad, el devenir. Es un plano que no está separado de otro plano: no hay
trascendencia. La inmanencia no es algo dado, cada pensamiento va
construyendo su propio plano de inmanencia.
Nueva imagen del pensamiento:

Se muestran las 3 características de la imagen dogmática:

1.° Se nos dice que el pensador en tanto que pensador quiere y ama la verdad
(veracidad del pensador); que el pensamiento como pensamiento posee o contiene
formalmente la verdad (connatundidad de la idea, a priori de los conceptos); que el
pensamiento como pensamiento posee o contiene formalmente la verdad (connaturalidad de
la idea, a priori de los conceptos); que el pensar es el ejercicio natural de una facultad, que
basta pues pensar «verdaderamente» para pensar con verdad (recta naturaleza del
pensamiento, buen sentido, compartido umversalmente);

2° Se nos dice también que hemos sido desviados de la verdad, pero por fuerzas
extrañas al pensamiento (cuerpos, pasiones, intereses sensibles). Porque no sólo somos
seres pensantes, sino que caemos en el error, tomamos lo falso por lo verdadero. El error:
éste sería el único efecto, en el pensamiento como tal, de las fuerzas exteriores que se
oponen al pensamiento;

3° Finalmente, se nos dice que basta un método para pensar bien, para pensar
verdaderamente. El método es un artificio, pero gracias al cual encontramos la naturaleza
del pensamiento, nos adherimos a esta naturaleza y conjuramos el efecto de las fuerzas
extrañas que la alteran y nos distraen. Gracias al método conjuramos el error. Poco importa
el lugar y la hora si aplicamos el método: éste nos introduce en el dominio de lo que vale en
todo tiempo y lugar».

La imagen dogmática del pensamiento concibe la verdad como excluida de las


fuerzas vitales, es un universal abstracto, impide pensar el influjo de las fuerzas. Con
Nietzsche se piensa desde la vitalidad, desde la fuerza, no hay un universal.

“Una nueva imagen del pensamiento significa en primer lugar: lo verdadero no es el


elemento del pensamiento. El elemento del pensamiento es el sentido y el valor. Las
categorías del pensamiento no son lo verdadero y lo falso, sino lo noble y lo vil, lo alto y lo
bajo, según la naturaleza de las fuerzas que se apoderan del propio pensamiento.”

Una nueva imagen del pensamiento tiene que poder producir nuevos sentidos. El
pensamiento tiene que ser violento, que rompa con todo lo establecido, desajustar
constantemente el pensamiento. Sin violencia no hay creación. “Denunciar todas las
ficciones sin las que las fuerzas reactivas no podrían prevalecer”. Las fuerzas reactivas
necesitan las ficciones para subsistir, hay que denunciarlas para mostrar que niegan lo vital.
“La filosofía como crítica nos dice lo más positivo de sí misma: empresa de
desmitificación.” Critica lo establecido y naturalizado, va a contratiempo.

“No es la eterna cadena de los sabios” No hay una linealidad sino discontinuidad y
ruptura. “No hay ninguna filosofía eterna, ni ninguna filosofía histórica. Tanto la eternidad
como la historicidad de la filosofía se reducen a esto: la filosofía, siempre intempestiva,
intempestiva en cada época.”

“Nunca el pensamiento piensa sólo y por sí mismo; nunca tampoco viene


simplemente turbado por fuerzas que serían siempre exteriores. Pensar depende de las
fuerzas que se apoderan del pensamiento.” No hay algo fijo, prestablecido.

“Pensar, como actividad, es siempre una segunda potencia del pensamiento, no el


ejercicio natural de una facultad, sino un acontecimiento extraordinario para el propio
pensamiento.” No es una actividad de la razón simplemente. El arte, por ejemplo, no
produce pensamiento desde la razón sino desde lo emocional y sensitivo. El pensamiento
está en múltiples sitios. Se desterritorializa el pensamiento.

La cultura es una selección de las fuerzas más poderosas, activas. Es una violencia
sobre el pensamiento, son fuerzas que intentan imponerse para afirmar lo vital, por eso es
selectivo. La cultura se degenera cuando prevalecen las fuerzas reactivas, con sus nuevos
ídolos y nociones.

“Los lugares del pensamiento son las zonas tropicales, frecuentadas por el hombre
tropical. No las zonas templadas, ni el hombre moral, metódico o moderado”.

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