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50-S
Las opiniones expresadas en este folleto son las de los autores y no deben
atribuirse a los directores ejecutivos de la institución ni a sus respectivas
autoridades nacionales.
El término "país" empleado en esta publicación no se refiere en todos los casos a una
entidad territorial que sea un Estado, tal como éste se entiende en el derecho y la prác-
tica internacionales. Dicho término abarca también algunas entidades territoriales
que no son estados, pero acerca de las cuales se mantienen y publican datos
estadísticos a nivel internacional en forma separada e independiente.
Prefacio v
Introducción 1
Base del fínanciamiento del FMI 3
Organización del folleto 4
Principales propuestas de reforma 6
Bibliografía 43
Cuadros
1. Razones entre reservas, excluido el oro,
e importaciones de bienes y servicios 9
2. Correcciones de grandes déficit en cuenta corriente
y variaciones del producto, el tipo de cambio real
y las reservas 15
iii
Gráficos
1. Estados Unidos: Tipo de cambio efectivo real,
saldo en cuenta corriente y posición fiscal
del gobierno general 12
2. Italia y Suecia: Tipo de cambio efectivo real y
saldo en cuenta corriente 13
3. Flujos de comercio en relación con el PIB 21
iv
Introducción
El Convenio Constitutivo1 define una amplia gama de responsabilidades
del FMI. El Artículo I especifica que los fines del FMI son: fomentar la
cooperación monetaria internacional; facilitar la expansión del comercio
internacional contribuyendo así a alcanzar y mantener altos niveles de ocu-
pación y de ingresos reales; fomentar la estabilidad cambiaría; coadyuvar
a establecer un sistema multilateral de pagos para las transacciones corrien-
tes y eliminar las restricciones cambiarías; infundir confianza a los países
miembros poniendo recursos a su disposición temporalmente y con las ga-
rantías adecuadas para reducir al mínimo los disturbios derivados de la co-
rrección de los problemas de balanza de pagos, y ayudar a aminorar el gra-
do de desequilibrio de las balanzas de pagos de los países miembros. El
Convenio Constitutivo original fue enmendado para incorporar nuevas res-
ponsabilidades del FMI, sobre todo la supervisión y la administración del
Departamento de DEG. En la práctica, las funciones del FMI fueron evo-
lucionando como respuesta a las cambiantes circunstancias de la economía
mundial y de las necesidades de sus países miembros.
En conjunción con el quincuagésimo aniversario de las instituciones de
Bretton Woods, se ha puesto gran atención en la función del FMI; la recien-
te crisis económica de México ha centrado aún más la atención. En su reu-
nión de abril de 1995, el Comité Provisional, principal órgano rector del
Fondo Monetario Internacional (1995c), consideró varias iniciativas para
fortalecer la eficacia de la institución, sobre todo en materia de supervisión,
e hizo un llamado a que se examinase nuevamente "la evolución del papel
del FMI en un entorno de mayor mundialización e integración . . .". El
1
Adoptadoen la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas celebrada en
Bretton Woods, New Hampshire, el 22 de julio de 1944. El Convenio Constitutivo ha sido
revisado tres veces, y las enmiendas entraron en vigor en 1969, 1978 y 1992.
2
E1 requisito formal de necesidad de "balanza de pagos" está establecido en el Artículo V
del Convenio Constitutivo del FMI, el cual estipula en la Sección 3 b) ii) que todo país
miembro tendrá derecho a comprar al FMI las monedas de otros países miembros siempre y
cuando "declare que necesita realizar la compra debido a su posición de balanza de pagos o
de reserva o a la evolución de sus reservas".
la supervisión interactúa con los fines del financiamiento y con las nece-
sidades que del mismo tienen los países3. La supervisión eficiente por
parte del FMI y la respuesta constructiva de los países miembros deberá
ayudar a evitar o a aminorar la gravedad de las perturbaciones generales
en la economía mundial y los problemas específicos de los países que se
suman a las causas de las dificultades de balanza de pagos. No obstante,
aunque el FMI ejerza una supervisión eficiente, los países tendrán dese-
quilibrios en sus balanzas de pagos debido a embates externos o porque
la gestión de la política económica está inevitablemente sujeta a errores
humanos. En esas circunstancias, la disponibilidad de financiamiento
condicional por parte del FMI puede fortalecer la función de supervisión,
porque será mayor el efecto multiplicador para motivar políticas adecua-
das de ajuste y porque ayudarán a contener los efectos perjudiciales
del mismo. Por consiguiente, tal como se concibió en Bretton Woods,
sigue existiendo en el FMI una importante relación simbiótica entre la
supervisión y el financiamiento.
Organización del folleto
En la sección que sigue se describe la naturaleza cambiante del entor-
no económico internacional, elemento fundamental para evaluar si debe
o no modificarse la función del FMI y, en su caso, cómo debería modifi-
carse. El uso creciente de la flexibilidad cambiaría y la alta movilidad de
capitales internacionales privados han permitido a los países industriales
recurrir mucho menos al financiamiento del FMI de lo que se pensó en
Bretton Woods o de lo que ocurrió en los primeros años de la institución.
Sin embargo, muchos países miembros no gozan de acceso inmediato a
los flujos de capitales privados, sobre todo en épocas de dificultades eco-
nómicas; el número de países que se encuentran en esa situación se ha in-
crementado recientemente a medida que ingresaron al FMI nuevos países
miembros, entre ellos las economías en transición.
En la sección subsiguiente se analizan las circunstancias en las cuales el
financiamiento del FMI sigue teniendo un importante papel, incluso en un
mundo de amplia movilidad de capitales privados. Las imperfecciones del
3
En el Artículo IV, Sección 3, se señalan tres esferas generales de responsabilidad en ma-
teria de supervisión. El FMI supervisará "el sistema monetario internacional a fin de asegu-
rar su buen funcionamiento..."; vigilará "el cumplimiento por cada país miembro de sus obli-
gaciones conforme a la Sección 1 [del Artículo IV]", y ejercerá "una firme supervisión de las
políticas de tipos de cambio de los países miembros..."
4
Véase la explicación en Goldstein et al. (1992).
5
Las propuestas del sistema de zonas meta están más relacionadas con John Williamson.
Véase, por ejemplo, Williamson y Miller (1987) y Williamson y Henning (1994).
6
Comisión de Bretton Woods (1994). Véase también Bergsten (1995), de Larosiére (1995),
Kenen (1995) y Volcker (1995).
...
Fuente: FMI, bases de datos de Perspectivas de ...
... la economía ...
mundial y de... Estadísticas
financieras internacionales.
1
Reservas al final del año expresadas ...con respecto
... a la importación
... ... y servicios
... de bienes
del año. Las importaciones incluyen pagos de intereses sobre la deuda cuando se dispone de
datos. Los grupos de países son los que se utilizaron en la edición de mayo de 1995 de Pers-
pectivas de la economía mundial; algunos de estos grupos han experimentado cambios en su
constitución en los últimos años.
2
Los datos sobre algunos países son estimaciones del personal del FMI.
3
Excluye Tayikistán. Las importaciones excluyen el comercio dentro de la antigua Unión
Soviética y, en la mayoría de los casos, no incluyen los servicios.
7
Los últimos programas respaldados por el FMI para los países industriales se pusieron en
marcha en Italia y en el Reino Unido en 1977, después de la adopción general de los tipos
de cambio flotantes. Ambos países padecían dificultades de balanza de pagos como resulta-
do de la primera crisis del petróleo, y la lira y la libra esterlina estaban sujetas a fuertes pre-
siones a la baja. En ese momento se consideraba que el FMI tenía todavía la función impor-
tante de coadyuvar a hacer frente a esos problemas. A partir del tercer trimestre de 1992, la
libra esterlina y en particular la lira se habían depreciado sensiblemente, sobre todo frente a
las monedas de los otros países europeos principales. Estas depreciaciones ayudaron a me-
jorar de manera considerable las cuentas corrientes de ambos países sin necesidad de recu-
rrir a los recursos del FMI.
8
Se ha sugerido que la desaceleración general del crecimiento de los países industriales
desde principios de los años setenta puede atribuirse en cierto grado al colapso del sistema
mundial de paridades. No obstante, no existe ninguna evidencia empírica seria para susten-
tar esta hipótesis. Véase un examen de los efectos de la volatilidad de los tipos de cambio en
los regímenes flotantes, en Goldstein (1995).
9
Véase, por ejemplo, Taylor (1989), y Frenkel, Goldstein y Masson (1989).
10
Si bien los tipos de cambio flotantes tienen la virtud de conceder una ma-
yor independencia a las políticas monetarias nacionales, por lo menos en
los países principales, no necesariamente producen perfiles de ajuste ópti-
mos en sus balanzas de pagos. Da la impresión de que en algunos casos las
fuerzas del mercado impulsan a los tipos de cambio en una dirección con-
traria a las necesidades de un ajuste ordenado de la balanza de pagos,
como parece haber ocurrido en Estados Unidos en el primer quinquenio de
los años ochenta, y sobre todo a fines de 1984 y principios de 1985 (gráfi-
co 1). Por otra parte, cuando los mercados financieros perciben súbitamen-
te la necesidad de una corrección en la balanza de pagos del país, pueden
orientar a los tipos de cambio en la dirección correcta pero a un punto tal
que pareciera forzar una corrección excesivamente acusada o rápida. Por
ejemplo, las grandes depreciaciones de la lira italiana y de la corona sueca
desde el segundo semestre de 1992 han coadyuvado a mejorar rápida y sen-
siblemente las cuentas corrientes en ambos países (gráfico 2). Sin embar-
go, cabe preguntarse si una depreciación un poco más moderada del tipo de
cambio no hubiese facilitado una recuperación económica más equilibrada
y con menos riesgo de que se acelere la inflación.
Otro ejemplo de los problemas causados por la flotación de los tipos de
cambio es la abrupta depreciación del peso mexicano a principios de 1995,
lo que ha contribuido a una rápida reducción del déficit en cuenta corrien-
te del país, a costa de grandes pérdidas del producto y un resurgimiento de
la inflación. En la otra columna del libro mayor, la fuerte apreciación del
yen desde el tercer trimestre de 1992 encierra sus propios riesgos a corto
plazo, dado que se ha elevado el excedente en cuenta corriente de Japón
como resultado de la curva J y ha socavado la recuperación económica.
En general suele suceder que el ajuste del tipo de cambio por sí solo no
es el método más eficiente ni más conveniente para corregir un desequili-
brio de pagos. La depreciación de la moneda tiene que complementarse
con otras medidas para lograr la reducción requerida en la demanda agre-
gada que permita resolver el desequilibrio entre el ahorro y la inversión y
oponerse al exceso de demanda que resulta del aumento de exportaciones
netas. Las fuerzas del mercado que inducen variaciones en los tipos de
cambio por lo general no pueden, por sí mismas, garantizar mejoras dura-
deras en la posición de los pagos externos del país, pero en algunos casos
puede reforzar la disciplina necesaria en la política económica.
Más allá de estas consideraciones teóricas, la evidencia empírica indica
claramente que, para la mayoría de los países, la reducción de desequilibrios
11
Fuente: FMI, base de datos del Departamento de Estudios y de Perspectivas de la economia mundial.
'Con base en los costos unitarios normalizados de la mano de obra en el sector manufacturero.
13
14
Paises industriales
Islandia 1982-83 6,3 -4,3 -17,0 -30,9 -8,3
Grecia 1985-86 4,2 -1,5 -9,6 -8,2 -10,3
Italia 1992-93 3,5 -1,4 -17,1 -46,4 -2,3
Finlandia 1992-93 3,6 -2,6 3 -26,6 -21,9 -Afi
Paises en desarrollo
Mauritania 1988-89 21,4 -0,9 -8,9 -28,0 -6,4
Chad 1986-87 14,9 -2,8 3 -24,5 -54,0 -7,9
Fuente: FMI, bases de datos de Perspectivas de la economia mundial y de Estadisticas financieras internacionales.
1
Variacion de los indices relativos de los precios al consumidor en el bienio.
2
En el primer ano.
15
3
Crecimiento promedio del producto en el bienio.
Pérdida Mes/año de
máxima la pérdida
Desviación (Porcentaje de máxima de
estándar la cuota actual) reservas
Países industriales
Alemania 65 281 X-92
Australia 19 56 I-92
Austria 30 108 III-91
Bélgica 16 49 IX-92
Canadá 16 49 IX-92
Dinamarca 61 215 I-93
España 83 530 IX-92
Estados Unidos 5 13 III-91
Finlandia 60 222 X-91
Francia 20 64 XI-93
Grecia 61 116 X-93
Irlanda 54 240 IX-92
Islandia 32 99 IX-92
Italia 36 127 VII-92
Japón 22 61 III-90
Noruega 55 240 XI-92
Nueva Zelandia 31 97 VI-88
Países Bajos 22 33 III-93
Portugal 106 579 IX-92
Reino Unido 14 31 IX-92
Suecia 78 317 XI-92
Suiza 46 120 I-93
16
CUADRO 3 (conclusión)
Pérdida Mes/año de
máxima la pérdida
Desviación (Porcentaje de máxima de
estándar la cuota actual) reservas
Indonesia 18 31 V-90
Israel 46 98 X-91
Jordania 57 334 VIII-91
Malasia 68 193 XII-92
Marruecos 20 38 III-89
México 52 167 XI-93
Paraguay 39 160 X-92
Perú 18 47 IX-91
Polonia 15 54 XII-90
Singapur 93 161 III-91
Sudáfrica 8 23 IX-92
Tailandia 37 59 VII-92
Túnez 27 93 IV-91
Turquía 36 112 XII-93
Uruguay 19 103 XI-86
Venezuela 15 28 VII-90
Fuente: Cálculos del personal del FMI.
10
El volumen negociado de los tres principales mercados de divisas se triplicó entre 1986 y
1992, en tanto las reservas en divisas de los países industriales sólo crecieron un 77% en dó-
lares de EE.UU. en ese período. En abril de 1992, por conducto de una encuesta sobre los mer-
cados de divisas se estimó que el volumen negociado mundialmente era de US$880.000 mi-
llones diarios, cifra que se compara con un monto de reservas en divisas excluido el oro en
los países industriales de alrededor de US$414.000 millones (Mussa et al. (1994)). El análi-
sis preliminar de una encuesta más reciente realizada por el Banco de Pagos Internacionales
indica que el volumen diario negociado supera actualmente el billón de dólares de EE.UU.
17
más patentes de las dificultades que surgen cuando se mantienen los tipos
de cambio dentro de bandas estrechas en torno a una paridad central. La
experiencia recogida en este período revela la importancia del ajuste opor-
tuno de los tipos de cambio insostenibles, la necesidad de adoptar una po-
lítica macroeconómica congruente y creíble para validar una paridad fija,
y la fuerza masiva de los flujos de capitales con fines especulativos cuan-
do los mercados de capitales privados no creen que pueda sostenerse
dicha paridad. Lo acontecido durante las crisis del MAC indican que, en
la situación moderna de movilidad internacional de capitales, pueden sur-
gir presiones muy fuertes porque se suscitan dudas en torno a la sosteni-
bilidad de los tipos de cambio, aun si los mismos parecen corresponder a
las variables fundamentales de la economía.
Pese a todo, el acceso a los flujos de capitales privados puede también
ayudar a la defensa de los tipos fijos al permitir a los gobiernos conseguir
reservas adicionales (empréstitos) con las cuales pueden intervenir en los
mercados monetarios. Por ejemplo, durante la crisis del MAC de 1992, el
Reino Unido aplicó un programa de empréstitos en divisas valorado en
ECU 10.000 millones, en tanto Suecia contrajo créditos por un total de
ECU 31.000 millones para ayudar a defender sus tipos de cambio. En am-
bos casos, los esfuerzos desplegados para defender las paridades oficiales
resultaron ser infructuosos. En definitiva, si bien el acceso a los flujos de
capitales privados puede ser de utilidad para defender tipos de cambios
fijos, no es ninguna garantía de éxito.
18
11
Esta situación es lo que Goldstein et al. (1993) denominan "juego de convergencia".
19
12
Cifras citadas en Mussa et al. (1994).
20
J
De bienes y servicios no factoriales.
Países en transición
Flujos no creadores de deuda (neto) 1 1 11 24
Crédito y préstamos del FMI (neto) -2 -1 5 5
Empréstitos externos (neto) -25 2 4 9
De bancos comerciales 7 8 -8 9
De acreedores oficiales -4 10 41 10
Otros -28 -16 -29 -10
Total, fínanciamiento externo (neto) -26 2 20 37
22
Por diferentes razones, los países en desarrollo han estado más ex-
puestos a los choques externos que los países industriales principales. En
primer lugar, varios países en desarrollo dependen excesivamente de los
ingresos generados por la exportación de un reducido número de pro-
ductos básicos primarios, lo que hace que sus posiciones en cuenta
corriente se tornen especialmente vulnerables a las fluctuaciones de los
precios mundiales y de la demanda externa. En segundo lugar, esos paí-
ses a menudo no tienen mercados financieros internos desarrollados, por
lo que no pueden recurrir a fuentes internas seguras para financiar insu-
ficiencias en el ingreso público. Tercero, los países en desarrollo no
pueden obtener préstamos externos en su propia moneda y por lo gene-
ral tienen que depender del financiamiento en divisas (o utilizar las re-
servas) para hacer frente a dificultades de balanza de pagos. Cuando se
produce un embate externo o una perturbación interna (inclusive un error
en la política económica) se genera un problema de financiamiento de la
balanza de pagos, se agota el financiamiento en moneda extranjera y
se amplifica la magnitud del ajuste necesario para corregir el desequili-
brio de pagos. Cuarto, muchos países en desarrollo han acumulado cuan-
tiosas deudas externas en divisas y para cumplir con el servicio de estas
deudas es menester un superávit comercial u otras entradas de capital. La
existencia de un gran volumen de títulos de crédito internacionales en
divisas (o, más generalmente, grandes inversiones externas de cartera)
expone a los países a cambios en la actitud de los inversionistas extran-
jeros, lo que podría forzar a las autoridades a restringir marcadamente la
demanda interna para ajustar la balanza de pagos. Quinto, al analizar
los datos sobre los activos que los países en desarrollo negocian
internacionalmente se deduce que dichos activos están sujetos a pro
blemas de ineficiencia en los mercados financieros. Se ha detectado
un efecto de arrastre, que se manifiesta en rendimientos de los activos
correlacionados en serie, quizá debido a los movimientos de las
inversiones de cartera en las instituciones que se especializan en los
mercados emergentes (Fondo Monetario Internacional (1995a)). Más
aún, en las semanas inmediatamente posteriores a la devaluación del
peso mexicano, en diciembre de 1994, se produjeron efectos de contagio
y los precios de los activos negociados internacionalmente de diferentes
países latinoamericanos —con diferentes variables económicas fun-
damentales— se acercaron mucho más que en períodos precedentes
(cuadro 5).
23
24
13
Se incluyen en este rubro los préstamos de los bancos de desarrollo y los swaps del ban-
co central. Los primeros se refieren por lo general a la concesión de créditos para proyec-
tos a largo plazo, en tanto los últimos son de alcance limitado (con excepción del servicio
de financiamiento a muy corto plazo del mecanismo de ajuste de cambios de Europa) y de
corto plazo.
25
26
14
Los primeros aportes son, entre otros, los de Jovanovic (1989) y Dagsvik y Jovanovic
(1994).
15
Véase Eichengreen, Rose y Wyplosz (1994).
27
28
blico (porque todas las partes se benefician del comercio exterior), el estímu-
lo a la misma satisface un interés mundial (véase Frenkel, Goldstein y Mas-
son (1988)); es más, el crecimiento del comercio exterior y la eliminación de
restricciones cambiarías figuran explícitamente entre los fines de la institu-
ción en el Artículo I del Convenio Constitutivo. El FMI puede estimular el
suministro de estos bienes públicos ofreciendo una especie de seguro contra
conmociones a los países (por ejemplo, México, Argentina, la República
Checa y Polonia, entre muchos otros en los últimos años) que estén liberali-
zando o hayan liberalizado sus economías. Este seguro comprende el acce-
so al crédito del FMI en condiciones razonables en caso de que se deteriore
la balanza de pagos. Es poco probable que los mercados financieros priva-
dos suministren esa seguridad en montos adecuados; si lo hacen, cobrarían
una prima por riesgo demasiado elevada porque los prestamistas no pueden
aprovechar plenamente los beneficios del bienestar mundial. La disponibili-
dad de recursos del FMI ofrece la seguridad necesaria para que los países
puedan aplicar medidas adecuadas de política económica con externalidades
favorables, facilitando de esa manera el cumplimiento del mandato de otras
instituciones (por ejemplo, la Organización Mundial del Comercio).
Debe admitirse que, como en otras actividades de seguros, como el se-
guro contra incendios, existe un problema potencial de riesgo moral: la
parte asegurada puede verse inducida a exponerse a situaciones adversas
más de lo conveniente. Si el FMI los va a rescatar cuando se vean en
serios problemas, ¿por qué no aplicar medidas que pueden no ser las más
adecuadas e innecesariamente arriesgadas?
Al examinar este problema de riesgo moral deberán tenerse en cuenta
tres cosas. En primer lugar, como sucede también con un seguro contra in-
cendios, conviene correr cierto grado de riesgo16; la solución de mínimo
riesgo, que podría prevalecer si no hubiese una red de protección, sería ce-
rrar la economía al comercio y al capital extranjeros. En segundo lugar, la
exposición excesiva al riesgo está limitada por el coaseguro, lo que signi-
fica que el asegurado tendrá que absorber una parte significativa de toda
pérdida. Por ejemplo, un país que escoja medidas inadecuadas que termi-
nan provocando dificultades de balanza de pagos suele pagar un costo im-
portante en el proceso de ajuste subsiguiente. Además, el financiamiento
16
Una forma de evitar riesgos si no se ha adquirido una póliza de seguro contra incendios
sería no construir casas de madera ni instalar estufas de gas, pero esto representaría un cos-
to social más alto que en una situación de equilibrio en la que se dispone de seguro contra
incendios.
29
17
A título ilustrativo, el alivio para los damnificados cuyas viviendas estaban construidas
en zonas de inundación, otorgado en forma de préstamos a tasas de interés del mercado, y no
en forma de donaciones, no presenta ningún problema de riesgo moral.
18
Véanse entre otras fuentes, Background Paper II de Folkerts-Landau et al. (1995);
Anexo I de Fondo Monetario Internacional (1995b), y Camdessus (1995).
30
el caso de México, parece ser que muchos tenedores de activos privados han
juzgado erróneamente la necesidad de una corrección en la balanza de pagos
y basaron sus decisiones de inversión en la expectativa de que no se deva-
luaría el peso. La ausencia de datos económicos clave, o el retraso en su de-
claración, pudieron haber agravado esta situación. La sorpresa que provocó
la devaluación inicial y la magnitud que cobró posteriormente hizo que
muchos tenedores de activos revaluasen sus posiciones de cartera y que las
medidas adoptadas por las autoridades mexicanas perdiesen credibilidad. Se
produjo, en consecuencia, una rápida reversión de flujos de capital y una
crisis de confianza. De aquí en adelante no hay ninguna salvaguardia eficaz
contra bruscos cambios en las expectativas de los inversionistas ni contra los
efectos económicos de los mismos, aunque la declaración oportuna de datos
económicos y el análisis minucioso de las perspectivas y políticas económi-
cas pueden ser de gran utilidad. El FMI tiene responsabilidades en ambas es-
feras: puede alentar la declaración oportuna de datos económicos precisos y
completos, y a la vez puede analizar y hacer públicas sus inquietudes gene-
rales sobre los problemas económicos existentes o en cierne19.
En segundo lugar, la apertura de los mercados financieros y la exposición
a los flujos de capitales privados dificultan la implementación continua y
disciplinada de medidas coherentes y bien concebidas de política económi-
ca. La crisis económica que ha acosado a México desde fines de diciembre
de 1994 es, en gran medida, una secuela de los problemas que se acumula-
ron antes y durante ese año. Si se hubiesen adoptado medidas oportunas pa-
ra corregir la apreciación del peso y el bajo índice de ahorro nacional, Mé-
xico quizá no hubiese quedado a salvo de todas sus dificultades económicas
actuales, pero éstas hubiesen sido significativamente menos severas. El
FMI, por su parte, puede aprovechar importantes enseñanzas en lo que se
refiere a la supervisión y al financiamiento. Una de las tareas fundamenta-
les de la supervisión que ejerce el FMI es reconocer el surgimiento de difi-
cultades de balanza de pagos y brindar asesoramiento oportuno y pertinen-
te en política económica para hacer frente a esas dificultades, limitando de
esa manera el peligro de que se produzcan fuertes perturbaciones económi-
cas y financieras. También es responsabilidad de las autoridades nacionales
19
Cabe mencionar que la cuestión de si el FMI debe o no publicar sus opiniones sobre los paí-
ses y la forma en que lo haga siguen siendo objeto de controversia. El FMI dispone de varios
medios para presentar sus puntos de vista sobre aspectos importantes de la política económica,
como el Informe Anual, los estudios de Perspectivas de la economía mundial, y los discursos y
comunicados de prensa del Director Gerente y de otros funcionarios de la institución.
31
20
Esto, por lo general, es más común en los flujos de capital hacia los países con mercados
emergentes en esta década.
32
21
Es sumamente importante que no se permita la amplificación del problema potencial de
incumplimiento de pagos por parte de prestatarios soberanos mediante la asunción por el
gobierno de las deudas de entidades privadas, como ya ha ocurrido.
22
Argentina sufrió una fuerte presión a raíz de la crisis mexicana y adoptó un vigoroso pro-
grama de ajuste encaminado a generar un excedente fiscal global y a reducir el déficit en cuen-
ta corriente sin abandonar la paridad entre el peso argentino y el dólar de EE.UU. El déficit
de la balanza en cuenta corriente de Argentina, antes de la crisis, era de aproximadamente la
mitad del de México en relación con el PIB. El programa de ajuste argentino estuvo respalda-
do por la liberación de dos compras en el marco del acuerdo ampliado del FMI (DEG 278 mi-
llones, o 18% de su cuota en el FMI), por la prórroga de dicho acuerdo a un cuarto año y por
un incremento en el monto contemplado en el acuerdo del equivalente de DEG 1.537 millo-
nes (100% de la cuota). Además, Argentina obtuvo financiamiento paralelo del Banco Mun-
dial, del Banco Interamericano de Desarrollo y del Banco de Exportación e Importación
de Japón, así como a través de la colocación de bonos en bancos extranjeros privados y en el
sector privado nacional, por un total equivalente al 275% de la cuota.
33
34
la crisis (pese al respaldo financiero a gran escala que recibió). Ningún go-
bierno, en su sano juicio, hubiese decidido correr el riesgo de padecer las
dificultades económicas que asolan actualmente a México motivado por la
expectativa del respaldo financiero que ese país recibió como consecuencia
de la crisis. Es más, varios países, siguiendo el ejemplo de México, han
optado por corregir las deficiencias de su política económica.
Otra inquietud es que el respaldo externo que recibió México socavó la
disciplina del mercado protegiendo a los tenedores de activos mexicanos
del riesgo de pérdida. La disciplina del mercado es importante porque, en
principio, ofrece una amplia cobertura contra los riesgos generales de las
medidas desacertadas, no solo contra el problema menos amplio de que el
prestatario adopte un comportamiento que supone un "riesgo moral". El
debilitamiento de la disciplina del mercado no parecería ser una cuestión
relevante para la mayoría de los activos, cuyo valor descendió apreciable-
mente durante la crisis, pero es motivo de preocupación en el caso de los
Tesobonos, cuyos tenedores no sufrieron pérdida alguna.
En el caso de México, el uso de reservas y la inyección de recursos fi-
nancieros externos permitieron a las autoridades evitar que cundiera el pá-
nico cuando los inversionistas se lanzaron a rescatar los Tesobonos que
iban llegando a su vencimiento. ¿Implica esto que la disciplina del merca-
do será seriamente socavada en el futuro? Eso es lo que ocurriría si los
participantes del mercado sacaran en conclusión de este incidente que los
pasivos denominados en moneda extranjera de los gobiernos soberanos
están siempre libre de riesgos. Esta conclusión no sería lógica, dado que
los tenedores de esos valores registraron pérdidas de capitales en años an-
teriores, por ejemplo, durante la crisis de la deuda de los años ochenta.
También es evidente, haciendo un análisis general externo de este caso,
que la mayoría de los participantes en el mercado lo considera singular y
que por lo tanto difícilmente lo considerarían un precedente importante a
la hora de considerar inversiones futuras.
En cuanto al futuro, cabría esperar que no vuelvan a presentarse requi-
sitos de financiamiento en la escala de los que surgieron a raíz de la cri-
sis de México y que, cuando las dificultades se hagan manifiestas, los pro-
gramas de ajuste sean suficientemente vigorosos para poder evitar el
incumplimiento de pagos de las deudas soberanas. No obstante, los inver-
sionistas no deberían tener garantía alguna contra el riesgo de incumpli-
miento, porque de lo contrario los acreedores no tendrían incentivos para
actuar con precaución y probablemente sería difícil para los prestatarios
35
36
23
Además de sus mecanismos normales de transferencias fiscales a los países miembros de
menor ingreso, la Comunidad Europea (ahora la Unión Europea) ha suministrado previa-
mente respaldo financiero a gran escala a Italia y Grecia para ayudar a estos países a resol-
ver dificultades de balanza de pagos. La Comisión Europea ha cooperado con el FMI, en ge-
neral, en la supervisión de los Estados miembros, pero la Unión Europea ha preferido que
sus miembros soliciten financiamiento dentro de la Comunidad en lugar de recurrir al FMI.
24
Este mecanismo permite al FMI solicitar préstamos a los principales países industriales
(el Grupo de los Diez) y entidades vinculadas a ellos.
37
38
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Si bien la economía de Estados Unidos sufrió una fluctuación cíclica leve (en compara-
ción con otros períodos de su historia) desde mediados de los años ochenta, algunos otros paí-
ses industriales han padecido recesiones muy graves a principios de esta década. Cabe seña-
lar, sin embargo, que las recesiones en los diferentes países industriales han estado un tanto
desfasadas y que han aminorado las fluctuaciones en la actividad combinada de todos los paí-
ses industriales. Además, a diferencia de lo ocurrido en años anteriores, el grupo de países en
desarrollo mantuvo un sólido crecimiento durante los primeros años de esta década, pese a la
desaceleración de los países industriales.
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