Historia Por Revisar...
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El punto de inicio del actual sistema tributario español es la reforma tributaria de 1845 , año
en el que Alejandro Mon y Ramón Santillán impulsan una reforma que les llevó a
unificar fiscalmente todo el territorio nacional, aumentando asimismo la recaudación
en términos generales. Cabe mencionar que antes de esta fecha, aunque si existían los
tributos como tal, éstos no guardaban ningún criterio ni principio fiscal. En todo caso,
fue la reforma más importante ya que con ella se llevó a cabo una profunda
transformación de la administración que estaba tremendamente atrasada en
comparación con el resto de países de nuestro entorno.
Por último, es en el año 1977 cuando se realiza la última reforma fiscal sobre la
que se basa nuestro sistema tributario actual, esta reforma llevada a cabo por el
Ministro Francisco Fernández Ordoñez tiene 8 fases y dura hasta el año 2000, en ella se
moderniza enormemente el sistema fiscal español integrándolo así en el marco
europeo de una vez por todas.
3.1.1 IRPF
El IRPF es un impuesto que tiene como objeto gravar la renta percibida por las
personas físicas.
Los principales componentes de la renta son los rendimientos del trabajo
personal (por ejemplo, sueldos), los rendimientos de las actividades económicas (como
es el caso de la renta percibida por un autónomo de su negocio), los rendimientos del
capital mobiliario (intereses, dividendos, etc.); los rendimientos del capital inmobiliario
(alquileres de inmuebles); las rentas imputadas (derivadas, por ejemplo, de una
segunda vivienda no alquilada) y las ganancias y pérdidas patrimoniales (como las
procedentes de la transmisión de un inmueble).
La Ley 46/2002 supuso una reforma parcial del impuesto y, en cierto modo, una
prolongación de la reforma anterior, ya que continuó el proceso de reducción de los
tipos impositivos y de los tramos.
También aumentaron los importes de los mínimos personales y familiares, se
presentaron nuevas reducciones según las circunstancias personales y familiares del
contribuyente y se incorporó la deducción para madres trabajadoras, entre otras
medidas.
En efecto, para favorecer la incorporación de la mujer al mercado de trabajo y
conciliar de este modo la vida familiar y laboral, se crea una deducción en la cuota
diferencial de 1.200 euros anuales por cada hijo menor de tres años.
Las cotizaciones sociales constituyen unos de los principales ingresos del sector público.
Mediante la cotización realizada por los trabajadores y los empresarios, el trabajador
tiene derecho a recibir un conjunto de prestaciones de la Seguridad
Social. Éstas consisten en un conjunto de medidas que pone en funcionamiento
la Seguridad Social
para prever, reparar o superar determinadas situaciones de riesgo social o
estados de necesidad concretos, que suelen originar una pérdida de ingresos o un
exceso de gastos en las personas que los sufren. Entre estas situaciones figuran el
desempleo, la enfermedad o un accidente, las cargas familiares y la vejez.
El sistema de la Seguridad Social experimentó una reforma de gran calado en la
década de los 80, al pasar de un sistema que contemplaba exclusivamente prestaciones
contributivas a un sistema que también contemplaba prestaciones no contributivas.
Para asegurar la equidad y el equilibrio financiero de este sistema, en 1995 se
suscribió el Pacto de Toledo por todos los grupos parlamentarios, que finalmente
derivó en la Ley 24/1997, sobre Consolidación y Racionalización del Sistema de
Seguridad Social. A partir de esta reforma son tres los principales cambios introducidos,
a saber: una separación progresiva de las fuentes de financiación (por un lado, la
financiación de las prestaciones contributivas mediante las cotizaciones sociales y, por
otro, la financiación de las prestaciones no contributivas mediante los Presupuestos
Generales del Estado); la constitución de un Fondo de Reserva de la Seguridad Social (al
que se destinan los excedentes de la recaudación de las cotizaciones sociales para
cubrir necesidades futuras); y una aproximación de las cotizaciones a los salarios reales.
3.2.1 IVA
El IVA constituye un pilar básico de la imposición indirecta en nuestro país. Se
trata de un impuesto general que grava el consumo, a diferencia de los Impuestos IIEE,
que gravan el consumo de determinados bienes. El origen de este impuesto es
relativamente reciente en nuestro país. Éste se implanta a partir de 1986 mediante la
Ley 30/1985, de 32 de agosto, del Impuesto sobre el Valor Añadido, como paso previo a
la adhesión de nuestro país a la UE.
Debe destacarse que la mayoría de los cambios introducidos en la normativa de
este impuesto responden a la necesidad de adaptarlo al proceso de armonización en el
conjunto de los países de la UE.
El elemento de este impuesto que ha experimentado una mayor variación ha
sido el tipo impositivo.
En este sentido, inicialmente se aplicó un tipo general del 12 por ciento, junto
con un tipo reducido del 6 por ciento y un tipo incrementado del 33 por ciento. En
1992, el tipo general se incrementa al 15 por ciento, se introduce un tipo reducido del 3
por ciento para ciertos consumos de primera necesidad y se suprime el tipo
incrementado.
Una novedad fundamental fue la exclusión de Ceuta, Melilla y Canarias del
ámbito de aplicación
de este impuesto, considerándose a partir de ese momento terceros países23.
Estos tipos de incrementan a partir de enero de 1995 situándose el tipo general, el
reducido y el super reducido en el 16 por ciento, 7 por ciento y 4 por ciento,
respectivamente.
Con el objetivo de obtener mayores ingresos públicos ante la crisis, se aprobó
para el ejercicio 2010 una nueva subida del tipo general al 18 por ciento y del reducido
al 8 por ciento. Otros cambios establecidos recientemente como respuesta a la actual
crisis y con el objetivo de impulsar la actividad económica son la aplicación en 2010 del
tipo impositivo reducido a las obras de mejora y rehabilitación de la vivienda realizadas
hasta el 31 de diciembre de 2012 y del tipo super reducido a las operaciones derivadas
de la prestación de servicios de tele asistencia, ayuda a domicilio, centros de día y
noche y atención residencial en determinadas condiciones.
Adicionalmente, con el objetivo de estimular el sector inmobiliario, desde el 20
agosto de 2011 se aplica el tipo del 4 por ciento a la entrega de inmuebles destinados a
vivienda.
3.2.2 IIEE