Resumen de Teología Ciencia de La Revelación

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UNIVERSIDAD PONTIFICIA DE SALAMANCA

CENTRO TEOLÓGICO SAN AGUSTÍN

INTRODUCCION A LA TEOLOGIA
La Teología como ciencia

Teología Ciencia de la Revelación

Profesor
P. Juan Manuel Olandía.
Estudiante
Joseph E. Acevedo Rodríguez

El Escorial 2023
INTRODUCCION

Una de las cuestiones claves en los tratados de introducción a la teología: la


cuestión del carácter científico de la teología. El tema se inicia con la
pregunta de cuándo la teología empezó a ser considerada como ciencia.
Según el autor, esto no tendrá lugar hasta que «la reflexión filosófica se
constituya como método de reflexión sobre la revelación cristiana»

La mayor parte del capítulo se dedica a exponer el tratamiento medieval de


la cuestión. Para ello se describe el concepto de ciencia aristotélico y se
presentan las posturas de Tomás de Aquino y Enrique de Gante.

Es interesante observar cómo para Enrique de Gante la teología es no sólo


ciencia de conclusiones, sino también una ciencia inductiva, aunque quizás
esta cuestión está tratada con excesiva amplitud. A la relación de la teología
con el concepto moderno de ciencia sólo se dedican algunos puntos, donde
se expone principalmente la visión de W. Pannenberg.

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LA TEOLOGÍA COMO CIENCIA (CAPÍTULO III)

I. HACIA UN CONCEPTO VALIDO DE CIENCIA

El sacerdote alemán W. Beinert incorpora en elemento objeto formal en la definición de


ciencia que es necesaria la existencia de un objeto formal para darle sentido a un
conocimiento que todavía sigue siendo un valor universal sobre una materia determinada,
al igual que la filosofía que ni siquiera es un saber total.

Para eso, se hace la sugerencia de dos observaciones:


1. El drama de la especialización moderna: cuando se especifica el objeto formal y
material, su conocimiento se hace más profundo, pero no garantiza total su
conocimiento.
2. La elección del método adecuado: consiste en advertir que cada ciencia se lo juega
todo para alcanzar su objetivo real; no es un agregado de conocimientos, sino un
cuerpo o totalidad de conocimientos bien enlazados entre sí.

II. ¿CIENCIA EN LOS COMIENZOS DE LA TEOLOGÍA PATRÍSTICA?

Inicia dando lugar a los escritos teológicos que la Iglesia guarda como lo son en san
Ignacio de Antioquía, Justino, Ireneo, etc.

Sus escritos no son como una leyenda que podemos encontrar en un libro de historia o de
una región, sino que estos escritos son de una experiencia que se llama la verdad de la fe,
como lo menciona el libro, si le hubiera preguntado a los Padres de ese momento sobre
la teología, ellos lo responden desde la verdad de la fe en su experiencia, como una
historia de amor que marca un enamoramiento en este trabajo.

La teología como ciencia empezará cuando una reflexión filosófica se constituya como
método de reflexión habitual sobre la revelación cristiana; este trabajo lo vemos en san
Agustín que es el primero que expresó la importancia que tiene la teología cristiana como
un saber o un conocimiento “Deseo conocer a Dios y al alma, nada más, nada más, en
absoluto”. También el primero que, de una manera refleja, llamará ciencia al
conocimiento de Dios y del hombre.

III. UN INTERMEDIO NECESARIO: LA CIENCIA ARISTOTÉLICA

Aristóteles tiene un interés en conocer al ser en su primer planteamiento (el conocimiento


del ser); por ejemplo, por medio de una fotografía podemos ver como es la persona según
lo revelado “el ser se predica de diversos modos”.

las categorías aristotélicas: la substancia: Aristóteles explica sobre la substancia que lo


hablado acerca de esa persona le pertenece, ejemplo: cuando le decimos algunas
cualidades, talentos, entre otros; pero lo esencial del sujeto es que no pertenece a nadie
más que a él.

La ciencia como conocimiento esencial de una substancia: La ciencia emerge cuando


el entendimiento humano conoce la esencia de una cosa, de una substancia, mediante el
concepto que de suyo es universal. los términos con que Aristóteles designa la substancia
sujeta, esencia, especie y género, nos hacen pensar no tanto en la

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manipulación/transformación del objeto sino más bien en el saber por el saber. En ese
momento en que el entendimiento se detiene en contemplación gratuita: el momento en
que el entendimiento reconoce la esencia universal de una cosa y la especie y el género a
los que pertenece esta substancia. Este momento contemplativo, previo todavía a la
manipulación del ser, es su definición.

La definición: «Es un discurso que expresa la esencia individual objetiva (de un sujeto)»
El concepto «retrata» la esencia de un sujeto y ayuda a situar a esa esencia en su género
y en su especie. De la definición del juicio se pasa al raciocinio. El alma o núcleo de estas
operaciones mentales es el verbo ser: Un sujeto es aquello que el predicado indica. El
raciocinio consiste en ver cómo las cosas son coincidentes o diferentes en esencia o en
grado.

Deducción e inducción en el concepto de ciencia según Aristóteles:


 Primeros principios: Son las bases del conocimiento. se refiere a los principios de
la ciencia, no hay necesidad, por tanto, de investigar ulteriormente su justificación
(su porqué), ya que cada uno de los principios es, por sí mismo, digno de fe».

Deducción: Tiene lugar cuando de los principios ciertos se derivan conclusiones ciertas a
través de la mediación de premisas igualmente ciertas.

La inducción empieza por la observación de lo concreto. Desde abajo, hacia arriba.


«Muchas sensaciones dan lugar al recuerdo. Muchos recuerdos dan lugar a la experiencia».
Esta es la puerta del conocimiento científico. ¿Cuándo es legítima la inducción? Cuando
se han cubierto prácticamente todas las posibilidades de conocer el comportamiento de los
seres singulares y, así, puede inducirse el comportamiento de todos esos seres
universalmente.

Investigación metódica, exposición sistemática: descubre la vía de la sensación al


recuerdo; del recuerdo a la experiencia de la que nace el arte, mientras que el conocimiento
del porqué de los comportamientos de las cosas, que el arte domina, genera la ciencia o
epistemé.

Toda concepción de la ciencia, según Aristóteles responde a un aforismo de esta manera:


 Investigatio: por alcanzar los principios ciertos de la ciencia.
 Expositio: el esfuerzo por ordenar mentalmente el material.
 Expositio systemadca: en su dimensión más didáctica.

IV LA TEOLOGA COMO CIENCIA DEDUCTIVA E INDUCTIVA

Es la aplicación a la teología del concepto aristotélico de ciencia. De la revelación se


deducen conclusiones ciertas. La premisa mayor debe ser siempre revelada, la premisa
menor puede ser una verdad de razón natural. Esto es una teología.

Pero tal método contiene elementos inductivos (Newman). Newman procede por
observación y experiencia de la historia concreta. Agustín también procede por inducción.

Requisitos de la teología como ciencia inductiva:


 Parte de la observación atenta de los hechos de la esfera de la fe.
 Los acontecimientos observados se han de comparar con los principios más
generales conocidos por la Revelación o grandes verdades reveladas; ejemplos:

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Cristo resucitado, clave subyacente (la escatología en la historia), la Eucaristía, la
gracia de la justificación, la Iglesia como cuerpo místico del Cristo Glorioso.

Inducción en sentido agustiniano:


 Mirada contemplativa que parte de un hecho acreditado y asciende a una verdad
sistematizada.
 El acontecimiento de Cristo glorioso se halla en todos los temas teológicos y
proporcionan unidad y coherencia a todo el saber teológico.
 El método agustiniano: contemplación en profundidad progresiva a partir de los
acontecimientos.

V. LA TEOLOGÍA ¿ES O NO ES CIENCIA?

 No es ciencia; así lo menciona Godofredo de Fonaines.


 En cuanto a Enrique de Gante dice que si es ciencia: los teólogos alcanzan la
verdad por la luz de los doctores (superior a la luz de la fe).

VI. LA EDAD DE ORO DE LA TEOLOGÍA COMO CIENCIA. LA


UNIVERSIDAD EN EL SIGLO XII – XIII

 París, sobre todo: grandes maestros: Hugo y Ricardo de San Víctor, Abelardo.
Bajo la protección del rey de Francia y de los Papas Inocencio II y Gregorio IX
(Hugolino).
 Oxford, une al tradicionalismo agustiniano el cultivo de la matemática y de las
ciencias positivas. Las ciencias recibidas de los árabes al servicio de la religión.
 Salamanca, tres siglos más tarde, la teología como reina de las ciencias. La
filosofía o dialéctica (ancilla theologie).
 Métodos: Lectio y Quaestio disputatae.
 En la Lectio: se parte de un texto leído, explicado y comentado “la escritura y más
tarde”, las sentencias de Lombardo.

VII. LA TEOLOGÍA COMO CIENCIA SEGÚN TOMÁS DE AQUINO.

Es necesario que haya una doctrina distancia de las ciencias filosóficas: el nivel de
razón y sacra doctrina (cuyo ámbito es lo revelado). No se oponen razón a escritura. La
escritura muestra un elemento y distinto del saber filosófico, pero se relacionan y la
escritura garantiza la verdad de razón.

La Sacra Doctrina es ciencia, pero sus principios no son evidentes al Teólogo sino a
Dios y a los bienaventurados. Es una ciencia subordinada a la de Dios y los
bienaventurados: por eso hay dos razones:
 La basada en principios conocidos por la luz natural del entendimiento.
 La basada en principios conocidos por la luz de otra ciencia superior.

La ciencia sagrada procede por los principios conocidos por la luz de una ciencia superior,
cual es la de Dios y la de los bienaventurados. La teología es una ciencia subordinada al
saber de Dios y de los santos, porque cree los principios que Dios conoce y que ha

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revelado al hombre. Aunque, respecto de las otras ciencias humanas, la teología sea la
principal, es sin embargo una ciencia subordinada a la de Dios y de los bienaventurados.1

La Teología tiene unidad: debido a la unidad de su objeto formal: lo revelado por Dios,
aunque su objeto material sea múltiple (acontecimientos de la historia, criaturas en cuanto
ordenadas a Dios.

La Teología es también ciencia práctica: como ciencia práctica se cuenta


principalmente la teología moral, que trata de los comportamientos del hombre. Hoy en
día, la dimensión práxica de la teología ha sido reivindicada también para la Teología
Fundamental por Johann Baptist Metz en forma pionera.

La Teología es superior a las demás ciencias: por el objeto material y el formal (Dios)
y por su certeza que procede de la revelación. La Iglesia, depositaria de la revelación es
“experta en humanidad” (San Pablo VI ante la ONU).

La Teología es sabiduría: Dios se da a conocer incluso en lo más íntimo, lo que se da


solamente por revelación.

El sujeto de la Teología es Dios: por lo tanto, tiene unidad y es un conocimiento válido


ante todos los géneros de saberes.

La teología es argumentativa: Aristóteles no demostraba sus primeros principios


(intuición) menos en la teología. La teología es argumentativa, defiende sus principios y
es apologética.

La Teología emplea metáforas: el entendimiento llega a lo inteligible por medio de lo


sensible. La escritura por eso propone realidades espirituales envueltas en imágenes de
cosas corpóreas.

La Teología conoce los diversos sentidos de la Escritura: Santo Tomás de Aquino


reconoce los cuatro sentidos tradicionales (histórico o literal, el alegórico, el tropológico
o moral y el anagógico) lo cual, lo engloba en el sentido espiritual a los tres últimos de
esta manera:
 La palabra significa una cosa (tiene sentido literal).
 La cosa sensible significa una realidad espiritual.
 Este sentido espiritual admite tres subdivisiones:
 a) la alegoría: la ley antigua es figura de la nueva ley.
 b) el sentido tropológico o moral: lo cumplido en Cristo indica lo que debemos
hacer nosotros.
 c) el sentido anagógico: lo cumplido en Cristo significa lo que se dará en la gloria.

VIII. LA TEOLOGÍA COMO CIENCIA SEGÚN ENRQUE DE GANTE

Ciencia y evidencia: ciencia es noticia cierta de las cosas. En sentido estricto, no


obstante, no se puede decir que toda noticia cierta sea ciencia (solamente se puede llamar

1
TOMÁS DE AQUINO, Summa Theológica, I, q. 1 a. 2 co.

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ciencia a la verdad de aquellas cosas que aparecen con evidencia al entendimiento
humano).

¿Cuándo se produce una evidencia? = cuando el entendimiento es testigo de la verdad


para sí mismo.

Ciencia en sentido amplio: la Teología es ciencia en sentido amplio, puesto que si bien
su certeza no descansa en la evidencia (que impone su verdad al entendimiento) si se
fundamenta en un conocimiento cierto, aunque sea ajeno. Esta fundamentación produce
un tipo de certeza que hoy reconocemos como “certeza moral”. Dicha certeza moral está
por encima de la simple opinión o de la duda, las cuales no permiten una afirmación
segura.

La Teología como ciencia en sentido estricto: en efecto, la Teología consta de


realidades creídas y de realidades contempladas. Enrique de Gante conoce bien y hace
suyo todo lo que, según la teoría del conocimiento de la época, se refiere a la doctrina de
la iluminación agustiniana. Esto le permite afirmar que las verdades creídas, una vez
iluminadas por la luz sobrenatural otorgada mediante una ilustración especial o lumen
speciale, se convierten no sólo en objetos creídos sino en objetos de contemplación y de
intelección.

La Teología se centra en el conocimiento cierto y se orienta hacia el conocimiento


evidente, ya que la cumbre del conocimiento cierto es el conocimiento evidente. Este es
el punto crucial en el que Godofredo de Fontaines se aparta de Enrique de Gante:
Godofredo sólo admite como conocimiento científico el conocimiento evidente, y la
teología participa del carácter oscuro de la fe, no de la evidencia, y, por tanto y según G.
de Fontaines, no es ciencia en sentido propio.

La Teología como sabiduría: la diferencia entre ciencia y sabiduría consiste en que la


primera trata de realidades humanas y temporales mientras la sabiduría trata de realidades
divinas y eternas. Enrique de Gante confiesa que la fuente que le ha inspirado esta
distinción es el De Trinitate agustiniano.

 Puntualiza: la sabiduría implica el amor, pero esto no supone ninguna debilidad


de tipo intelectivo. Supone, en cambio, que la sabiduría incluye no sólo el
principio de la verdad sino la finalidad del bien supremo. El objeto de la sabiduría
es Dios, verdad suprema y bien último o supremo.

La deducción teológica: los principios de la teología no se encuentran en una ciencia


superior, puesto que entonces se perdería el carácter de sabiduría y, por tanto, de ciencia
suprema propio de la Teología, ya que la Teología es Sabiduría y ésta es siempre ciencia
suprema.

Enrique concibe la Teología como una aproximación a la divina verdad, hecha a la luz de
Dios. Este acercamiento, al cual el hombre aspira, sin poderlo jamás alcanzar por sí
mismo, tan sólo puede ser alcanzado mediante la iluminación gratuita de Dios mismo que
se da a conocer.

La Teología ¿ciencia inductiva?: La ciencia y la sabiduría tienen para el Gandavense


un nombre propio y concreto: «Scientia nostra Christus est; sapientia quoque nostra ídem

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Christus est». En el Verbo hecho carne confluyen ciencia y sabiduría, y en esta tierra per
ipsum pergimus ad ipsum: porque en la carne de Jesús (que hizo camino en nuestra
historia) reconozco al verdadero hijo del hombre, pero en el Verbo entiendo al Hijo de
Dios. Y así, en Cristo (en Cristo glorioso, podríamos puntualizar) todas las cosas
temporales consiguen establecer su relación con las realidades eternas

IX. CRISIS SOBRE EL ESTATUTO CIENTIFICO DE LA TEOLOGIA. ¿ES


CIENTIFICA LA TEOLOGÍA?

El primero en afirmar que la teología no es una ciencia en un sentido pleno fue Gabriel
Vásquez, ya que sus principios no son evidentes para todos (universales) sino solo para
los fieles. esta afirmación produjo varios efectos, dentro de los cuales destaca:
 Enrique de Gantes: afirma que la ciencia deriva de principios evidentes. Para él,
los principios de la teología llegan a ser visibles y evidentes gracias a la
iluminación entre la luz de la fe y la luz de la gloria.

Los principios de la teología al ser recibidos por el asentimiento del creyente, hace de la
teología sea una verdadera ciencia para los fieles, pero en sí misma no tiene un estatuto
científico (universalidad). Aunque niega el estatuto científico, afirma con énfasis el
carácter sapiencial de la teología, ya que es una ciencia o arte en la cual no sólo se deducen
conclusiones de los principios, sino que es hábil y experto en los mismos principios.

Requisitos para que la Teología pueda ser valorada como ciencia:


 Que las mediaciones de las que se vale la Teología sean en sí mismas de tanta
precisión y consistencia que alcancen el rigor científico propio de las
correspondientes disciplinas antropológicas y filosóficas en su despliegue
universitario.
 Que la teología tenga claro su objeto y método de acceder a él, de suerte que la
unidad de objeto y de método garantice la unidad del saber teológico.

Vázquez menciona: cada ciencia debe tratar de conseguir un objeto razonable con el
método más adoptado a ese objeto.

Si tomamos muy en cuenta la anterior afirmación, podemos decir que los estudios
teológicos son científicos porque se investigan de manera metódica y se exponen de
manera sistemática el contenido de la religión cristiana, con claro rigor histórico y
racional. Lo científico de la teología queda asegurada por la luminosidad o racionalidad
de su propio objeto, que no es otro sino Dios a quien se le busca en su inicial revelación
en el campo de la historia humana.

La comunidad científica podría admitir que la Teología es una ciencia no solo porque
emplea el método histórico – racional, sino porque se aplica a un objeto razonable con
método de conocimiento proporcionado. Es aquel que adopta como mediación la razón y
la investigación histórica, con la finalidad de descubrir el supuesto conocimiento de la
revelación en la plataforma de observación que es la historia humana.

Vázquez propone la Teología como ciencia sagrada para los creyentes: la Teología sin
negar normativo de las Sagradas Escrituras, podría asumirlas como textos religiosos

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simbólicos, cuya profundización llevara al estudio a una interpretación del ser humano y
de su dimensión espiritual.

X. EL PARADIGMA CIENTIFICO SEGÚN T. S. KUHN

Kuhn manifiesta su pensamiento por medio de una tesis sencilla: los miembros de una
comunidad científica dividen un mismo paradigma.

Esto quiere decir que de la entraña de las sociedades actuales brotan una serie de
instituciones dedicadas a la ciencia: Universidades, Institutos Públicos o Privados
dedicados a la investigación, asociaciones de estudios, etc., cuyo conjunto forma la
llamada comunidad científica. Hay algo que les une en un lenguaje común: es el
paradigma científico, el cual está constituido por una constelación de presupuestos,
principios, valores. Métodos, técnicas, etc. Este conjunto de coordenadas sirve para
analizar y dar cuenta de los fenómenos y problemas que estudia la ciencia en una
determinada época.

El paradigma científico, para Kuhn, no es lo mismo que la ideología; tienen elementos


comunes, pero la ideología se distingue ´por su carácter no científico. Está privada de
referencia objetiva – Científica – a lo real. Carece de técnicas de correlación entre lo
pensado y la realidad a la que el trabajo científico aplica determinadas técnicas.

Kuhn entiende que el paradigma científico no sólo evoluciona, experimenta mutaciones


de una determinada disciplina científica, esta pasa por las cuatro fases:
 El estadio o fase pre-paradigmático: estamos en los albores de una ciencia.
 El periodo de investigación normal: que es correlativo a la emergencia de un
paradigma.
 El periodo de crisis: en el cual, el paradigma, aceptado hasta aquel momento, se
enfrenta con problemas que él mismo ha generado pero que es incapaz de resolver.
 El periodo de revolución: en el cual emerge un nuevo paradigma que al dar
respuesta a los problemas anteriores hace posible de nuevo la investigación
normal.

XI. EXCURSUS: LA TEOLOGÍA COMO CIENCIA EN EL PENSAMIENTO DE


WOLFHART PANNENBERG.

Cuando Pannenberg habla de Dios como “objeto” de la ciencia, no piensa en Dios como
problema o como una simple hipótesis. La tradición cristiana no concibe a la teología
simplemente como la ciencia de la religión o como el problema de la hipótesis-Dios, sino
como la ciencia de la fe, es decir, como un saber que depende de la auto manifestación de
Dios en la historia y en el hombre.

En el fondo, la revelación viene avalada por suficientes testimonios, en cuanto a número


y calidad (cf. Jn. 5), como para implantar en la razón que se abre a la fe un saber creyente
acerca del acontecimiento y del contenido de esa revelación.

Pannenberg piensa, desde una postura que puede oscilar entre san Anselmo y Hegel, que
la razón debe repensar lo edificado por la fe, para mostrar su validación racional y para,
de algún modo, explicar lo cognoscible del misterio. Asume en toda su crudeza el
problema de sintetizar de nuevo el saber proveniente de la revelación cristiana con el

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saber proveniente de la razón autónoma e ilustrada por las realidades y por las luces de
este mundo.

Pannenberg postula desde esta perspectiva un lugar entre las ciencias para la Teología
cristiana y, por tanto, un lugar en la Universidad, lo cual, garantiza tres cosas:
 El mantenimiento de la racionalidad del cristianismo o, lo que es lo mismo, que
la Teología sea capaz de “demostrar la verdad universal de la doctrina cristiana”.
 La apertura de las ciencias hacia un horizonte de trascendencia (no es mala, sino
buena y necesaria para en el estado actual).
 La contribución seria y critica al mantenimiento de la unidad de los saberes
(postula la unidad del mundo con cierta unidad e interrelación de los
conocimientos).

En este arco de unidad, la Filosofía y, aún mejor, la Teología reflexionan sobre la


experiencia de lo divino: sobre su posibilidad y su realidad. Por eso, como en la época de
Tomás de Aquino, podemos preguntarnos si no sería bueno que hubiera “otra ciencia”
que junto con la Filosofía reflexionara con rigor científico acerca del tema de Dios.

Reflexionar con rigor científico sobre el tema de Dios, con el método adecuado para esta
reflexión, es el programa de Pannenberg. El rigor metodológico estará presente en la
teología si ella se muestra capaz de aceptar un cierto control de calidad por parte de las
demás ciencias, ya que por definición la teología ha decidido entrar en relación con ellas;
no porque se suponga que la teología deba perder su autonomía no deba someterse

Pannenberg ha señalado cuatro de estas condiciones para que los asertos teológicos gocen
de significación ante los interlocutores de las otras ciencias:

 Las aserciones teológicas no pueden limitarse a ser una serie de afirmaciones


sobre las propias creencias judeo-cristianas, entendidas como un todo cerrado,
como si no tuvieran ninguna relación con la experiencia humana, en cuanto esta
experiencia es objeto de conocimiento por parte de las demás ciencias.
 Las aserciones teológicas han de guardar, por tanto, una revelación con el
conjunto de la realidad objeto de experiencia humana. (la conciencia filosófica
otorga legitimación a esta experiencia).
 Las aserciones teológicas, para ser significativas desde el punto de vista cultural,
han de tener un poder explicativo de la realidad que supere el nivel cultural ya
alcanzado, en el problema en cuestión (las aserciones teológicas han de alcanzar
un nivel interpretativo superior al de las hipótesis precedentes).
 Las aserciones teológicas, finalmente, han de tender a la siguiente meta: que
puedan ser integradas como “saberes” en los respectivos sectores de la experiencia
humana y social (la doctrina social de la Iglesia).

La gran parte de verdad que hay en la reflexión de Pannenberg a través de un ejemplo


señero: el discurso teológico sobre el Espíritu Santo debe elevar el nivel de conciencia de
lo humano hasta el punto de que diga algo comprensible universalmente sobre el nuevo
modo de vida propuesto por el evangelio de Cristo, y debe decir algo nuevo y de calidad
que permita una mayor comprensión del hombre situado en la “carne”, en la “ley”, en el
“mundo”, en el “pecado”, es decir, en la no-existencia en Cristo. Debe decir qué significa
que el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo.

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CONCLUSIÓN

El carácter científico de la Teología no debe pretender encontrarse como es el caso de las


ciencias experimentales. Decimos que toda ciencia parte de unos principios, en el caso de
la Teología los encontramos en la fe. Pero hay una ciencia superior a la Teología que se
puede llamar la Ciencia de Dios. Por eso la Teología es una ciencia subalterna, en cuanto
que sus principios son revelados, provienen de la ciencia de Dios. Su carácter científico
es más palpable a nosotros, en cuanto que su misión esencial es construir racionalmente
lo revelado.

El teólogo sin olvidar la idea de Misterio que preside sus investigaciones, debe actualizar
el mensaje dado por los discípulos de Jesús sin modificarlo, ni cambiarlo. Se inserta por
ello en el camino de la Tradición e intenta luego re-expresar la Verdad fundante que ha
tomado de la Iglesia. Dando respuesta a cuestiones viejas, reformula otras.

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