Thomas Todd - La Epístola de Pablo A Los Romanos
Thomas Todd - La Epístola de Pablo A Los Romanos
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Thomas Todd
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THOMAS TODD
LA EPÍSTOLA DE PABLO
A LOS ROMANOS
Contenido
LECCIÓN 1
Introducción y esquema.......................................................................................... 7
LECCIÓN 2
Lo que Romanos dice acerca de la caída del hombre............................... 17
LECCIÓN 3
El pecado y la muerte en Romanos................................................................... 23
LECCIÓN 4
La carne en Romanos...............................................................................................31
LECCIÓN 5
Lo que Pablo dice acerca de la ley de Moisés en Romanos................... 41
LECCIÓN 6
La justicia de Dios en Romanos.......................................................................... 47
LECCIÓN 7
La nueva creación en Romanos.......................................................................... 55
LECCIÓN 8
Predestinación, presciencia y la elección................................................... 59
LECCIÓN 9
La seguridad cristiana.......................................................................................... 67
LECCIÓN 10
La libertad cristiana en Romanos.................................................................... 73
LECCIÓN 11
La nación de Israel en Romanos........................................................................ 79
LECCIÓN 12
Gobierno civil en Romanos.................................................................................. 87
Bibliografía................................................................................................................... 91
LECCIÓN 1
I ntroducción
y esquema
I. El autor
«Nunca ha habido ninguna disputa de importancia real sobre la autoría de Romanos».1
1
J. D. G. Dunn, “Romans, Letter to” en Dictionary of Paul and His Letters, ed. G. F. Hawthorne et al. (Downers
Grove, IL: Inter-Varsity Press, 1993), 838.
| 7
Al igual que su padre, se convirtió en fariseo (Hch. 23:6; Fil. 3:5), la secta judía más estricta
aparte de aquella de la comunidad de Qumrán. Superó a muchos de su edad en su progreso (Gá.
1:14).
6. Durante sus años en el judaísmo, Saulo se creía un hombre justo (Fil. 3:6).
Se convirtió en un ferviente perseguidor de la Iglesia, instigando él mismo algunas acciones
contra ella (Hch. 9:1-2; 26:9-11; Gá. 1:13; Fil. 3:6).
Fue solo un encuentro con Cristo resucitado lo que provocó un cambio radical en Saulo/
Pablo, de modo que se convirtió en un trabajador igualmente celoso para Cristo (Hch. 9; 1 Co.
15:10).
Se consideraba a sí mismo, y era reconocido por otros, como el apóstol de los gentiles (Ro.
11:13; Gá. 2:8-9).
2
W. Hendriksen, Philippians, Colossians & Philemon, New Testament Commentary (Edinburgh: Banner of Truth
Trust, 1962), 159.
3
F. Foulkes, “Philippians”, en The New Bible Commentary, 3.a ed., ed. D. Guthrie et al. (London: Inter-Varsity Press,
1970), 1135; W. R. Stegner, “Jew, Paul the”, en Dictionary of Paul and His Letters, ed. G. F. Hawthorne et al. (Leicester, IVP.
1993), 504; F. F. Bruce, Paul: Apostle of the Heart Set Free (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1977), 42.
4
Dion Crisóstomo, Orations 34.23.
5
F. F. Bruce, “Paul in Acts and Letters” Dictionary of Paul and His Letters, ed. G. F. Hawthorne et al. (Leicester: IVP,
1993), 682.
6
Bruce, Paul: Apostle of the Heart Set Free, 37, nota al pie de página 3.
introducción y esquema | 9
La razón por la que Pablo pudo haber sentido la necesidad de dar una explicación tan com-
pleta de su evangelio puede ser para informar a los romanos de lo que él estaba predicando, de
modo que ellos tuvieran la seguridad de que estaban apoyando a un misionero cuyo mensaje del
evangelio es sano.7
El problema con este punto de vista es que desde Romanos 12:1–15:13, Pablo no está sim-
plemente presentando sus creencias sino dando instrucciones y aquellas en los capítulos 14 y 15
están relacionadas con un asunto específico en la Iglesia romana. Lo mismo se podría decir sobre
11:13-24 y 6:11-14.
7
D. J. Moo, The Epistle to the Romans, The New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids,
MI: Eerdmans, 1996), 17.
8
J. Jervell, “The Letter to Jerusalem”, en The Romans Debate, 2.a ed., ed. K. P. Donfried (Peabody, MA: Hendrickson
Publishers, 1991), 53-64.
9
W. Marxsen, Introduction to the New Testament (Philadelphia, PA: Fortress Press, 1968), 92-104; W. S. Campbell,
“Why Did Paul Write Romans?” ExpTim 85 (1974): 264-69; K. P. Donfield, “A Short Note on Romans 16”, en The Romans
Debate, 2.a ed., ed. K. P. Dunfield (Peabody, MA: Hendrickson, 1991), 46-48.
nota: Es posible que estos tres propósitos constituyan la razón por la cual Pablo escribió esta
carta.10
Planeaba ir a Roma y pedirles que le ayudaran en su viaje a España. Sin embargo, sabía que
su mensaje había sido tergiversado allí y también que los judíos y los gentiles allí no se llevaban
bien.
10
Dunn, “Romans, Letter to the”, 840-41.
11
Moo, The Epistle to the Romans, 3.
12
Tácito, Anales 13.
introducción y esquema | 11
v. La mención en Hechos 20:3 de los tres meses que se pasaron en Grecia antes del
viaje a Jerusalén puede también apuntar a Corinto, en donde Pablo parece haber
tenido su cuartel general griego.13
V. L os destinatarios
Aunque unos pocos manuscritos omiten la referencia a Roma en Romanos 1:7 y 15, no hay
discusión entre los eruditos de que la carta fue escrita a la Iglesia en Roma.
Las razones generalmente dadas para la omisión son:
i. El uso general posterior de la carta en todas las iglesias, y no únicamente en
Roma.14
ii. El hereje Marción, rechazado por la Iglesia de Roma, influyó en esta omisión.15
Ciertamente Marción borró todo desde Romanos 14:23 en adelante debido a sus referencias
al Antiguo Testamento.16
A. la fundación de la iglesia
No sabemos cómo fue fundada la Iglesia en Roma. Ciertamente, cuando Pablo escribió la
carta, él no saludó a Pedro, lo que implica que Pedro no estaba allí en ese tiempo. (La tradición
católica romana afirma que él fue el obispo allí desde el año 42 a 64 d. C.). No tenemos registro
de que Pedro estuvo en Roma previo a la carta de Pablo. También es poco probable que Pablo
hubiese escrito esta carta o planeado la visita que tenía en mente si la Iglesia hubiera sido fundada
por Pedro (Ro. 15:20).17
La Iglesia de Roma probablemente comenzó en medio de la comunidad judía en Roma. Va-
rios factores apoyan este punto de vista:
i. Según el padre latino del siglo iv d. C., Ambrosiastro, en su Comentario sobre
Romanos, la Iglesia de Roma no fue fundada por apóstoles, sino por cristianos
judíos que impusieron una «forma judaica» en ella.
ii. La numerosa comunidad judía en Roma al comienzo del siglo i (estimada en
40 000 - 50 000 personas).18
iii. La expulsión de los judíos de Roma en el año 49 d. C. debido a los disturbios
«instigados por Chrestus»19 (una posible referencia a Cristo).
iv. Priscila y Aquila ya eran cristianos antes de conocer a Pablo (Hch. 18:2) y eran
judíos de Roma, lo que implica una comunidad judía cristiana allí.
v. El número de nombres de esclavos en el capítulo 16 sugeriría que por lo menos
algunos fueron descendientes de judíos cautivos traídos a Roma después de que
Pompeyo subyugó a Palestina en el 62 a. C. Estos cautivos luego fueron liberados
más tarde y formaron gran parte de la comunidad judía del siglo i en Roma.20
13
Dunn, “Romans, the Letter to”, 838.
14
Dunn, “Romans, the Letter to”, 838.
15
W. Hendriksen, Romans, New Testament Commentary (Banner of Truth: Edinburgh, 1980), 27; F. F. Bruce, Ro-
mans, ed. rev., Tyndale New Testament Commentaries (Leicester: IVP, 1985).
16
Orígenes, Commentary on Romans.
17
Moo, The Epistle to the Romans, 4.
18
Dunn, “Romans, The Letter to”, 838.
19
Suetonio, Claudius 25.4.
20
J. D. G. Dunn, Romans 1–8, Word Biblical Commentary 38A (Nashville: Thomas Nelson, 1988), xlv; Philo, Le-
gations 155.
21
Suetonio, Claudius 25.4.
22
Para más detalles ver Dunn, Romans 1–8, xlv-xlviii.
23
Josefo, Antiquities 14.214-215; Suetonio, Julius Caesar 42.3.
24
Suetonio, Augustus 32.1; Filón, Legatio ad Gaium, 156-158, 313.
25
Hay algunos indicios de que una expulsión más temprana de los judíos de Roma bajo Tiberio en el año 19 d. C.
pudo haber sido porque estaba atrayendo demasiados romanos de alta cuna. Dunn, Romans 1–8, xlvi.
26
Las inscripciones en las catacumbas judías de Roma indican que pudo haber hasta trece sinagogas en la ciudad
durante el siglo i d. C. Ver H. J. Leon, The Jews of Ancient Rome (Philadephia: Jewish Publication Society of America,
1960), 135-66.
introducción y esquema | 13
C. progreso de la iglesia en roma
La expulsión de los judíos en el 49 d. C. habría puesto al liderazgo gentil al frente de la Igle-
sia romana. Como con la mayoría de estas expulsiones romanas esta no duro mucho y los judíos
habían regresado a la ciudad (por ejemplo, Priscila y Aquila están ahora allí, Romanos 16:3-5).
El hecho de que la Iglesia sobreviviera a la pérdida de su liderazgo judío implica que un nú-
mero considerable de gentiles ya estaban en ella antes de la expulsión.
El hecho de que la expulsión podría haber sido por disturbios relacionados con Cristo tam-
bién implica una comunidad considerablemente fuerte y agresiva evangélicamente. Ciertamente
por las persecuciones neronianas en el 64 d. C., su número fue descrito como «vasto».27 Los casti-
gos sufridos en esta persecución también implican que pocos tenían ciudadanía romana.
El regreso de los cristianos judíos a la ciudad bien pudo haber sido difícil porque habrían
encontrado que el énfasis judío original había desaparecido y esto pudo haber llevado a algunas
de las dificultades que Pablo trata en Romanos (Ro. 11:13-24; 14:1-15:13).
Pablo se dirige tanto a judíos como a gentiles en su Epístola a los Romanos:
• Judíos. Romanos 2:17 ss.; 7:1.
• Gentiles. Romanos 11:13 ss.
27
Tácito, Annals 15.44.2-4.
introducción y esquema | 15
LECCIÓN 2
I. I ntroducción
En esta lección examinaremos lo que Pablo dice en Romanos 5:12 ss., donde compara las
repercusiones del pecado de Adán con los resultados de la vida y muerte justas de Cristo. La mejor
forma para determinar lo que está diciendo es hacer una exégesis del texto.
nota: Aunque nuestra exégesis considerará que el pasaje tiene una referencia particular a las
acciones reales de Adán y Jesús, muchos consideran su significado más en términos de una des-
cripción de dos modos de vida: «en Adán» y «en Cristo».1
Sin embargo, las frases griegas «en Adán» y «en Cristo» no se encuentran en lo absoluto en
este pasaje. El nombre «Adán» sí significa «hombre» en el sentido de la humanidad,2 pero Pablo
claramente se refiere aquí a «uno» (Ro. 5:12, 15-17, 19), lo que indica que está hablando de Adán,
el individuo. Ciertamente está hablando sobre un evento específico que involucró a un individuo,
a saber, Adán, el primer hombre. Para el apóstol, Adán era una persona real y la caída fue un
evento histórico real.
II. C ontexto
Romanos 5:12 comienza con «Por tanto», vinculándolo con lo que ha sido escrito antes.
Esta sección fue pensada como una conclusión de algo que había sido escrito antes. Los
eruditos están divididos sobre qué parte del argumento de Pablo se pretende concluir. Existen dos
escuelas principales de pensamiento.
1
Ver J. Philip, The Power of God (Glasgow: Nicholas Gray Publishing, 1987), 84; F. F. Bruce, Romans, ed. rev., Tyn-
dale New Testament Commentaries (Leicester: IVP, 1985), 119.
2
Bruce, Romans, 119.
| 17
A. romanos 1:18–5:113
Allí Pablo argumenta que todos los hombres —morales, judíos, gentiles paganos— están
bajo el pecado y solamente pueden ser justificados mediante la fe en Cristo. En Romanos 5:1-11,
muestra los efectos de la justificación mediante la fe en Cristo. Ahora desea concluir su argumento
afirmando que, así como el pecado de un hombre (el de Adán) llevó a todos los hombres al pecado
y a la condenación, así también la obra de un hombre (Jesucristo) ha llevado a todos los hombres
a la justificación.
B. romanos 5:1-114
Al final de esta sección Pablo ha afirmado que la salvación final del creyente está asegura-
da. Esto lo lleva a concluir que, así como los efectos del pecado de Adán fueron establecidos en
términos de pecado y muerte, así también los efectos de la justicia de Cristo son establecidos en
términos de salvación eterna.
El «un hombre» al que hace referencia aquí es Adán. Pablo pretendía marcar un contraste
aquí como lo indican las palabras «tal como...», es decir, si dijera: «tal como un perro persigue a un
gato...», se esperaría la siguiente parte de la oración. Sin embargo, Pablo no termina ese contraste,
sino que se desvía hacia otro tema (¡como algunos predicadores!). No completa el contraste de
nuevo sino hasta el versículo 18.5 Por lo tanto, terminar el versículo 12 con los pensamientos de
Pablo en los versículos 18-19 nos daría algo como esto:
«Tal como el pecado entró en el mundo por medio de un hombre, y la muerte por medio del
pecado, así también la justicia entró en el mundo por medio de un hombre, y la vida por medio
de esa justicia». Entonces lo que Pablo tiene que decir de los versículos 13-17 es una digresión o
un paréntesis.
3
J. D. G. Dunn, Romans 1–8, Word Biblical Commentary 38A (Nashville: Thomas Nelson, 1988), 271.
4
D. J. Moo, The Epistle to the Romans, New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids:
Eerdmans, 1996), 317.
5
Dunn, Romans 1–8, 272.
¿Qué es el pecado?
El pecado puede usarse en las Escrituras para referirse a:
i. Un acto real: Adán tomando del árbol del conocimiento del bien y del mal.
ii. El «Pecado» como una entidad o poder espiritual.
En este caso, la intención de Pablo es que el «poder espiritual» llamado «Pecado»6 entró en
el mundo cuando Adán tomó del árbol. Esto se confirma por el hecho de que Pablo afirma que la
muerte vino a través del «pecado» (Ro. 5:12), lo cual es similar a la idea de que «la paga del pecado
es muerte».
Romanos 6:23
En Romanos 6:23, el contexto circundante deja claro que se refiere al «Pecado» como una
entidad.
Pablo sí usa el término «pecado» para referirse a actos pecaminosos específicos (Ro. 5:14),
pero esto no es el significado de la palabra «pecado» en los versículos 12-13.
Pablo no especula sobre el origen de «Pecado» como tal, sino sobre cómo llegó a existir en
este mundo. (Para una mayor discusión sobre el «Pecado» ver notas separadas).
6
Moo, The Epistle to the Romans, 319.
¿Qué es la muerte?
En Romanos 5:14, la «muerte» es considerada manifiesta a través de la muerte física, sin
embargo, es la causa de esa muerte física. Por tanto, «muerte» acá es más que la muerte física.
En Romanos 5:21, se contrasta con «la vida eterna» lo cual implica un significado espiritual,
no solo físico.
En el pensamiento judío del siglo i, no había distinción entre la «muerte espiritual» y la
«muerte física».7 La muerte era una entidad o un poder que obraba en todos los niveles de la exis-
tencia humana. Por ejemplo, Adán y Eva no sufrieron inmediatamente la muerte física, pero la
«muerte» entró en su existencia y comenzó el proceso que eventualmente los llevaría a la muerte
física.
La muerte para Pablo es a veces un evento (Ro. 5:10), pero también puede ser una entidad o
poder espiritual que obra el proceso que lleva a ese evento: la muerte espiritual y física.
7
Dunn, Romans 1–8, 273.
8
G. B. Stevens, The Pauline Theology: A Study of the Origin and Correlation of the Doctrinal Teachings of the Apostle
Paul (New York: Scribner, 1892), 127.
9
Bruce, Romans, 123; J. Stott, The Message of Romans, The Bible Speaks Today (Leicester: IVP, 1994), 149-150; J.
Phillips, The Power of God (Glasgow: Nicholas Gray Publishing, 1987), 84-85.
E. la respuesta al dilema
Esto aún nos deja con la pregunta con la que empezamos.
¿Por qué somos condenados por el pecado de Adán (Ro. 5:18a) y por qué somos pecadores
porque Adán pecó? (Ro. 5:19). Al sugerir que todos pecamos «en Adán», podemos encontrar
una respuesta a esta pregunta. Sin embargo, como se señaló previamente, la frase «en Adán» no
se encuentra realmente en estos versículos, por lo tanto, estamos poniendo algo que no está allí.
Pablo asume aquí pero no explica por qué estamos en esta posición por la desobediencia de Adán.
10
C. E. B. Cranfield, The Epistle to the Romans, vol. 1, International Critical Commentary (Edinburgh: T & T Clark,
1975); C. K. Barrett, Romans, Black’s New Testament Commentaries (London: A & C Black, 1957), 111.
11
Moo, The Epistle to the Romans, 321.
12
W. Hendriksen, Romans, New Testament Commentary (Edinburgh: Banner of Truth Trust, 1980), 178-179, toma
el punto de vista de que ambos están presentes en estos versículos, pero que la teoría (1) mencionada arriba es la prin-
cipal en estos versículos. Él acepta que todos hemos «pecado» en Adán pero que eso hace referencia es a nuestro propio
pecado.
IV. C onclusión
Por tanto, en Romanos 5:12 ss., ¿qué efecto realmente dice Pablo tiene el pecado de Adán en
todos los hombres?
i. Adán permitió al Pecado entrar en este mundo.
ii. Al permitir que el Pecado entrara, Adán permitió que la muerte entrara y reinara
sobre los hombres (Ro. 5:17) porque todos los hombres pecaron y sufrieron sus
consecuencias.
iii. La desobediencia de Adán resultó en alguna forma en la condenación de todos los
hombres (Ro. 5:18) dado que él permitió a la muerte entrar en nuestro mundo.
iv. El pecado de Adán resultó en que todos fueran hechos pecadores (Ro. 5:19)
porque él permitió que el Pecado entrara en nuestro mundo.
E l pecado y la muerte
en Romanos
I. Contexto griego
La palabra griega para «pecado» es άμαρτία (hamartia). Se refería a un error o al fracaso en
alcanzar una meta, especialmente una meta espiritual. La perspectiva griega era que el «pecado»
era principalmente el resultado de la ignorancia intelectual y que se podía superar con un mejor
entendimiento. En el mundo griego no existía una orientación firme de la culpa hacia Dios.
lección
Hoy en día hay muchos que afirman que una mejor educación para todos reducirá
las malas acciones. Argumentan que una mejor educación sobre el sexo reducirá el
número de madres solteras o que una mayor educación sobre las drogas, etc. reducirá
el número de aquellos que las consumen. Sin embargo, esto no ha sido así porque el
pecado no es el resultado de la ignorancia.
| 23
Se ofrecían sacrificios cultuales para cubrir el pecado (Lv. 16) y el perdón estaba vinculado a
la confesión (Gn. 50:17; 2 S. 12:13; Sal. 51).
B. el judaísmo intertestamentario
Durante el período intertestamentario el pecado se vinculó más estrechamente con la Ley
mosaica. Los gentiles eran pecadores porque no conocían la Ley y, por lo tanto, no la obedecían.
Algunos pecados como la idolatría, la falta de castidad y el derramamiento de sangre eran
considerados imperdonables. Pecados no intencionales podían expiarse mediante sacrificios, ritos
cultuales, buenas obras, martirio o sufrimiento. El origen del pecado fue relacionado de diversas
maneras con Adán, Eva o los ángeles caídos (Gn. 6:1 ss.).
El pecado trajo enfermedad, muerte y condenación eterna. De acuerdo con el Antiguo Testa-
mento, se consideraba universal, pero se podía estar libre de pecado observando la Ley. El pecado,
sin embargo, sería removido en el Reino Mesiánico.
lección
Cuando comunicamos la verdad de Dios a las personas, debemos ser claros acerca
de lo que queremos decir. Las personas pueden tener ya unos conceptos falsos de
ciertos términos y frases, y malinterpretar nuestra intención debido a eso. Por ejem-
plo, si alguien te dijera: «Finalmente, después de años de búsqueda, he comprado un
Mercedes Benz de edición limitada», tú podrías asumir que esa persona tiene mucho
dinero. ¡El hecho de que sea un coleccionista de autos de miniatura probablemente
no sea lo primero que viene a tu mente! Para que se entienda exactamente de qué
están hablando, necesitaban definir lo que querían decir con un Mercedes Benz. Por
ejemplo, la sanidad por la fe, ¿qué significa esto? Podría tener un significado diferen-
te para personas diferentes.
• Sanidad mediante la fe en Jesús.
• Sanidad mediante la fe del sanador.
• Sanidad mediante la fe de la persona que necesita sanidad.
• Sanidad mediante la fe, pero sin ninguna referencia particular a Jesús.
lección
Algunas veces los cristianos son propensos a especular y teorizar acerca de cosas
sobre las cuales las Escrituras no nos dan información. Tal especulación no puede
considerarse como verdad, ni debe ser enseñada al pueblo de Dios.
A diferencia de muchos de sus contemporáneos judíos, Pablo no restringió su idea del pe-
cado simplemente a la ruptura del pacto establecido en el Sinaí. Así lo confirman sus palabras en
Romanos 5:13-14. Ahora examinaremos lo que él dice ahí con mayor detalle.
1. Antes de que se diera la Ley (el pacto de Sinaí), el «Pecado» estaba en el mundo.
Los judíos podrían afirmar que no podía haber pecado, y por lo tanto ninguna penalidad por
el pecado, si no existía la Ley.1 Pablo argumenta que de hecho sí había «Pecado» en el mundo antes
de la Ley, estaba ahí desde el tiempo de Adán.
La experiencia de la humanidad prueba el punto de Pablo, porque antes de la Ley la gente
moría (Ro. 5:14). Morimos porque cometemos actos pecaminosos. Cometemos actos pecamino-
sos porque el «Pecado» está en el mundo. Así que se prueba el punto de Pablo.
El pecado es más que solamente quebrantar las leyes o el pacto de Dios. Es estar destituidos
de la imagen de Dios (Ro. 3:23). Esto concuerda más con la visión griega del pecado que con la
judía.
lección
Podemos desobedecer a Dios en ignorancia, pero aún sigue siendo pecado y sigue
teniendo sus consecuencias.
1
C. E. B. Cranfield, The Epistle to the Romans, vol. 1, International Critical Commentary (Edinburgh: T & T Clark,
1975).
2
J. Philips, The Power of God, (Glasgow: Nicholas Gray Publishing, 1987), 86; J. Stott, Romans, The Bible Speaks
Today (Leicester: IVP, 1994), 151; J. D. G. Dunn, Romans 1-8, Word Biblical Commentary 38A (Nashville: Thomas Nel-
son, 1988), 274.
3
W. Hendriksen, Romans, New Testament Commentary (Edinburgh: Banner of Truth Trust, 1980), 179.
4
F. L. Godet, Commentary on Romans (Grand Rapids: Kregel, 1977); Stott, Romans,152.
5
J. D. G. Dunn, Romans 1-8, Word Biblical Commentary 38A (Nashville: Thomas Nelson, 1988), 274; D. J. Moo,
The Epistle to the Romans, New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids: Eerdmans, 1996), 332
pie de página 78.
6
Jubileos 30.17-23; 2 Apocalipsis siríaco de Baruc 24.1; 1 Enoc 104.7.
7
Este es el punto de vista tomado por reformadores como Calvino y Lutero.
8
Moo, The Epistle to the Romans, 464. Otros argumentan que la «ley del pecado» es, de hecho, la Ley de Dios tor-
cida por el pecado. Por ejemplo, Dunn, Romans 1-8, 395.
9
Moo, The Epistle to the Romans, 464.
10
Stott, Romans, 228.
11
Para una descripción detallada de las imágenes sacrificiales usadas en este versículo, ver Stott, Romans, 321.
12
Philip, The Power of God, 166; Hendriksen, Romans, 401.
13
J. D. G. Dunn, Romans 9–16, Word Biblical Commentary 38B (Nashville: Thomas Nelson, 1988), 717.
L a carne en R omanos
I. I ntroducción
La palabra griega para carne es σαρξ (sarx). Esta palabra es traducida como «naturaleza
pecaminosa» en algunas versiones de la Biblia. Sin embargo, tal interpretación, aunque enten-
dible, es una interpretación más que una traducción. Además, esta interpretación asume unos
entendimientos griegos del cuerpo y de la carne humana que no concuerdan completamente con
el pensamiento de Pablo.
| 31
En la literatura de Qumrán, el hombre es σαρξ y debido a que el hombre es σαρξ, es peca-
minoso.
1
J. Philip, The Power of God (Glasgow: Nicholas Gray Publishing, 1987), 100-101; J. Stott, The Message of Romans,
The Bible Speaks Today (Nottingham: IVP, 1994), 184; J. D. G. Dunn, Romans 1-8, Word Biblical Commentary 38A
(Nashville: Thomas Nelson, 1988), 345.
2
C. K. Barrett, A Commentary on the Epistle to the Romans (London: A & C Black, 1962), 132, sugiere que cuando
Pablo se refiere a términos humanos, está hablando sobre lo que sigue en vez de lo que se había mencionado previamente.
D. J. Moo, The Epistle to the Romans, New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids: Eerdmans,
1996), 403, piensa que no hace diferencia en vista de que tanto lo que se dice previamente como en el versículo 19b am-
bos, de igual manera, hacen referencia a la esclavitud.
3
Traducción de Stott, The Message of Romans, 184 s.
4
Moo, The Epistle to the Romans, 404.
5
Barrett, A Commentary on the Epistle to the Romans, 133.
6
C. E. B. Cranfield, A Critical and Exegetical Commentary on the Epistle to the Romans, vol. 1, International Critical
Commentary (Edinburgh: T & T Clark, 1975).
7
E. Kasëmann, Commentary on Romans (Grand Rapids, Eerdmans, 1980); Philip, The Power of God, 101.
la carne en romanos | 33
lección
Los buenos argumentos son insuficientes para ganar a personas para la causa de Je-
sús. Debe haber una obra reveladora del Espíritu de Dios. Lo mismo es cierto cuando
buscamos iluminar o explicar algo a otro creyente. Debemos tener cuidado con los
cambios sutiles que se pueden imponer en el mensaje del evangelio y sus implicacio-
nes para nuestras vidas.
B. romanos 7:5
Este versículo dice:
Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas actuaban en
nuestros miembros por medio de la ley para dar fruto de muerte.
La expresión «por medio de la ley» que se menciona aquí es desarrollada por Pablo en Ro-
manos 7:8-12. Lo que tenemos que considerar aquí es qué se entiende con estar «en la carne».
Dado que Pablo no ve la necesidad de explicar tal término, debemos asumir que los creyentes
romanos ya entendían esto. En vista de que Pablo no había fundado la iglesia romana, esto podría
indicar que otros también enseñaban un punto de vista similar de estar «en la carne/en el Espíri-
tu» que encontramos tan frecuentemente en los escritos de Pablo. Por tanto, puede que no sea una
terminología o enseñanza exclusivamente paulina.
Este versículo sigue una sección en la que Pablo establece que, puesto que los creyentes han
muerto con Cristo, ya no le deben lealtad a la Ley ni, por lo tanto, a sus demandas (Ro. 7:1-4). Más
bien ahora, están unidos a Cristo y le deben su lealtad directamente a Él (Ro. 7:4). Si bien es cierto
que debían lealtad a la Ley, la experiencia de los hombres fue que el pecado usó esa Ley para des-
pertar pasiones pecaminosas (Ro. 7:8-12). La razón por la que esto fue así era porque la «carne»
de los hombres (el hombre en su propio poder) era débil cuando el pecado exigía sus demandas
(Ro. 7:15-18; 8:3).
En Romanos 7:6 hay un claro contraste entre vivir en lealtad a la Ley y vivir en el nuevo
camino del Espíritu. Dentro del contexto, parecería que Pablo considera que vivir «en la carne» es
tratar de guardar la Ley con el poder del hombre. También se debe notar el hecho de que
Pablo habla de «mientras estábamos en la carne». Esto implica que es un evento pasado y ya no
es el caso.
Entonces en este contexto los creyentes romanos estaban «en la carne» antes de volver a
cristo, cuando no estaban regenerados.8
C. romanos 7:18
La primera parte de este versículo dice:
Porque yo sé que en mí, es decir, en mi carne, no habita nada bueno.
En la última parte del versículo, Romanos 7:18b ss., comienza a explicar cómo Pablo es
consciente de esto. Un lector griego bien podría haber interpretado esto para apoyar su idea de
que el cuerpo humano, y por ende «la carne», era algo maligno de lo que los hombres necesitaban
escapar para poder ser completos y perfectos.
8
F. F. Bruce, Romans, ed. rev., Tyndale New Testament Commentaries (Leicester: IVP, 1985), 138; Stott, The Messa-
ge of Romans,196; Moo, The Epistle to the Romans, 418; Dunn, Romans 1–8, 363.
D. romanos 7:2510
La segunda parte de este versículo dice:
Así que, yo mismo, por un lado, con la mente sirvo a la ley de Dios, pero por el otro,
con la carne, a la ley del pecado.
Este versículo contrasta la Ley de Dios con la ley del «Pecado». También hace un contraste
entre «la mente» con la «carne».
En su pensamiento, Pablo sirve a la Ley de Dios, es decir, su mente reconoce y acepta la Ley
de Dios como correcta y como algo que debe obedecerse. La mente aquí puede ser lo mismo que
«el hombre interior» de Romanos 7:22.11 Sin embargo, su «carne» sirve a la ley del pecado: hace lo
que el «Pecado» quiere en lugar de lo que Dios quiere.
La carne aquí debe referirse a la capacidad humana de Pablo sin Dios (que es débil frente al
pecado) como lo hace en otra parte de este pasaje.
9
Dunn, Romans 1–8, 363; Moo, The Epistle to the Romans, 459, prefiere ver a Pablo refiriéndose al cuerpo material
humano, el cual es particularmente susceptible al Pecado. Esto llevaría a que Pablo dijera que el pecado vive «en su cuer-
po». Sin embargo, este no el significado usual de «la carne» en Romanos 8. Pablo también puede usar la palabra «cuerpo»
(griego: σώμα) en Romanos 7:24, entonces ¿por qué no aquí si eso es lo que pretende decir?
10
C. H. Dodd, The Epistle to the Romans, Moffat New Testament Commentary (London: Moffatt, 1932) y Kasë-
mann, Commentary on Romans, 211-212, forman parte de un grupo de eruditos quienes sienten que la segunda parte de
este versículo está mal colocada. Sin embargo, esta ocurre en este lugar en cada otro manuscrito disponible. El razona-
miento por la que ellos toman esta posición es porque el versículo 25a no parece encajar su punto de vista de que Pablo
está hablando aquí de un hombre no regenerado, sino que encajaría mejor si 25b estuviese antes de 25a.
11
Dunn, Romans 1–8, 398; W. Hendriksen, Romans, New Testament Commentary (Edinburgh: Banner of Truth
Trust, 1980), 238.
la carne en romanos | 35
E. romanos 8:1-9
Para poder comprender lo que Pablo enseña en este pasaje, lo repasaremos versículo por
versículo.
1. Versículo 1.
Pablo afirma claramente que aquellos que están «en Cristo» no están sujetos a condenación.
Algunos manuscritos posteriores incluyen las palabras «los que no andan conforme a la car-
ne, sino conforme al Espíritu». No se dispone de evidencia textual para agregar estas palabras, las
cuales probablemente son una interpolación del versículo 4.12
2. Versículo 2.
«La ley del Espíritu de vida» se refiere a aquellas cosas que el Espíritu Santo ordena u obliga
a hacer, o como dice Moo:
«La ley escrita en el corazón» (c. f. Jeremías 31:31-34), la «ley» del Nuevo Pacto que,
según el texto paralelo en Ezequiel 36:24-32, está estrechamente relacionado con el
Espíritu.13
«La ley del pecado y de la muerte» se refiere a aquellas cosas que el Pecado ordena u obliga
y que finalmente llevan a la muerte, ya que esta es la paga que el pecado da a sus esclavos (Ro.
6:23).14
nota: El pecado aquí, como en otras partes en Romanos 6–8, es personificado: un amo poderoso
que domina la vida de las personas.
3. Versículo 3.
Este versículo explica por qué somos liberados de los mandatos del Pecado y de la condena-
ción que trae su dominio. El versículo dice:
Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne (1), Dios
lo hizo: enviando a Su propio Hijo en semejanza de carne (2) de pecado y como
ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne (3).
Σαρξ aparece aquí tres veces. La primera vez (1) hace referencia a la debilidad del hombre
sin Dios. La Ley no podía hacer a un hombre justo porque el hombre sin Dios era demasiado débil
para poder vencer el Pecado y obedecer esa Ley. La segunda vez (2) hace referencia a la venida de
Jesús «en semejanza de carne de pecado». Esto puede referirse a:
i. Jesús tomando forma humana. En este caso «carne» hace referencia al cuerpo
humano. Sin embargo, así no es como Pablo lo ha usado previamente en sus
argumentos en los capítulos 7 y 8.
ii. Jesús asume Él mismo la misma debilidad del hombre al rehusarse a recurrir a Su
propia naturaleza divina. En este sentido se hace hombre en toda la debilidad del
12
Hendriksen, Romans, 244 pie de página, 207.
13
Moo, The Epistle to the Romans, 475.
14
Algunos eruditos argumentan que en ambos casos en el versículo 2 la Ley es la de Moisés, la Ley mosaica como
corrompida por el «Pecado» o la Ley mosaica puesta de nuevo en su lugar correcto y entendida por el Espíritu. Por ejem-
plo, Dunn, Romans 1–8, 417. Sin embargo, esta perspectiva hace que el versículo contradiga el versículo 3. Ver Moo, The
Epistle to the Romans, 474-475.
4. Versículo 4.
Para que el requisito de la ley se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme
a la «carne», sino conforme al Espíritu.
Esta no es una condición para evitar la condenación, sin embargo, ¿qué quiere decir Pablo
con «el requisito de la ley»?
i. El requisito de obedecer la Ley, con énfasis en el amor (Ro. 13:8-10).19
Esto parece encajar bien con la frase «en nosotros» y «que no andamos conforme a la car-
ne...». Esto es conforme a la promesa de que la Ley se escribe en nuestros corazones en Jeremías
31:33. Sin embargo, en la práctica aún fallamos en cumplir los requisitos justos de la Ley. Por tan-
to, esto podría ser puramente una posibilidad de la que Pablo está hablando, una posibilidad que
habría sido imposible sin la venida de Cristo y el derramamiento del Espíritu.20
ii. Estos «requisitos justos de la Ley» son las demandas de juicio que la Ley requiere. 21
Cristo ha asumido en Sí mismo la justicia y el castigo que exige la Ley. Entonces, ¿cómo se
cumple «en nosotros»? Se cumple en nosotros porque estamos en Cristo y el requisito de nuestro
castigo ya se ha cumplido en Él.22 Ambas obras son la obra de Cristo por nosotros y en nosotros,
así que Pablo puede que tuviera ambas en mente.
15
Hendriksen, Romans, 247; Moo, The Epistle to the Romans, 479.
16
Stott, The Message of Romans, 219.
17
Hendriksen, Romans, 248.
18
Philip, The Power of God, 115.
19
R. W. Thompson, “How is the Law Fulfilled in Us? An Interpretation of Romans 8:4” Louvain Studies 11 (1986):
32-33.
20
Stott, The Message of Romans, 220-221.
21
C. H. Hodge, A Commentary on Romans, Geneva Series of Commentaries (Edinburgh: Banner of Truth Trust,
1982), 254-255; Moo, The Epistle to the Romans, 481, 483.
22
Moo, The Epistle to the Romans, 483.
la carne en romanos | 37
«[...] que no andamos conforme a la “carne”, sino conforme al Espíritu». Esta es la manera en
que Pablo define a los que están «en Cristo» y a las únicas personas que tienen el poder de vivir
como Dios lo requiere. Ellos no están «en la carne» (viviendo en su propio poder sin Dios) sino
«en el Espíritu» en virtud del hecho de que el Espíritu Santo vive en ellos (Ro. 8:9).
Por tanto, en vista del versículo 9, probablemente sea correcto que veamos lo que Pablo tiene
que decir a continuación como una comparación entre aquellos que son regenerados con los que
no son regenerados.
5. Versículos 5-8.
Aquí Pablo contrasta dos maneras de vivir: «en la carne» (no regenerado) y «en el Espíritu»
(regenerado). Aquellos sin el Espíritu no pueden agradar a Dios, dado que el único poder dispo-
nible para ellos es su propio poder humano. Este no es lo suficientemente fuerte para permitirles
liberarse del control del pecado. Solo aquellos con el Espíritu son capaces de agradar a Dios.
lección
Si solamente Dios es verdaderamente bueno, entonces solamente lo que el Espíritu
Santo de Dios hace en nosotros y a través de nosotros puede ser/es verdaderamente
«bueno».
Entonces, ¿cuánto de nuestro servicio cristiano es realmente «bueno» a los ojos de
Dios?
F. romanos 8:12-13
Tras afirmar que aquellos que son creyentes ya no están «en la carne» sino «en el Espíritu»
(Ro. 8:9), Pablo ahora expone las implicaciones prácticas de esto. Los creyentes deben vivir esta
nueva vida permitiendo que el Espíritu, y no su propia capacidad humana, sea el que gobierne sus
vidas.
nota: La enseñanza de Pablo a través de estos capítulos implica que los no regenerados no tienen
otra opción. Ellos están «en la carne» y por ende nunca pueden agradar a Dios (a menos que se
regeneren). Sin embargo, los que son regenerados sí tienen una opción, pueden buscar vencer
el pecado por su «carne» (e inevitablemente encontrarán que el pecado vence ya que «la carne»
es demasiado débil) o pueden someterse ante el Espíritu y mediante Su poder interior vencer el
pecado. La «carne» se manifestó en las «fechorías/obras del cuerpo». Donde vemos estas, sabemos
que estamos «en la carne» y no «en el Espíritu».
lección
La lucha en Gálatas 5:16 ss. no es entre el Pecado y el Espíritu sino entre «la carne» y
el Espíritu. Si «la carne» es nuestra propia capacidad humana entonces la lucha por
nuestra vida es sobre si vamos a confiar en nuestro propio entendimiento, nuestra
fuerza, capacidad, determinación, etc. o en el poder del Espíritu Santo dentro de
nosotros. El Espíritu puede triunfar sobre el «pecado» en cualquier momento, ¡pero
es si se le permite o no vencernos!
lección
Para Pablo no es suficiente pretender ser algo o pretender tener algo. Debemos hacer
esa pretensión una realidad con la forma en la que vivimos. Las acciones pecamino-
sas frecuentemente comienzan como pensamientos. Mata el pecado mientras aún
sea un pensamiento y evita la acción.
23
Philip, The Power of God, 182; J. D. G. Dunn, Romans 9–16, Word Biblical Commentary 38B (Nashville: Thomas
Nelson, 1988), 790; Stott, The Message of Romans, 353. El intento de Hendriksen de afirmar que revestirse de Cristo signi-
fica revertirse de la justicia legal que Cristo nos entrega mediante Su muerte, no le da toda la fuerza a lo que es claramente
un pasaje moral. Ver Hendriksen, Romans, 444.
la carne en romanos | 39
LECCIÓN 5
I. El contexto griego
La palabra griega común para ley es νόμος (nomos). En pocas ocasiones Pablo usa la palabra
griega γράμμα (gramma) que significa «carta» en estrecha conexión con la Ley para ilustrar la
naturaleza de la Ley como un código escrito externo en contraste a la obra interna del Espíritu.
Γράμμα hace referencia a la Ley como un código escrito (Ro. 2:27; ver también Ro. 2:29; 7:6). El
término νόμος se usaba en el mundo griego para referirse a un conjunto de estatutos, divinos o
humanos.
1
E. P. Sanders, Paul and Palestinian Judaism, (London: SCM, 1977).
| 41
i. Israel fue escogido por gracia para ser el pueblo del pacto de Dios.
ii. Para ser salvo había que pertenecer al pueblo del pacto de Dios.
iii. La respuesta del hombre al pacto de Dios es la obediencia.
iv. Si no se obedece, el pacto provee medios de expiación.
v. Por tanto, uno podría ser justificado por observar la Ley, pero solo porque la Ley
provee un medio de gracia.
Según Sanders, el judaísmo del siglo i d. C. creía que la salvación y el perdón estaban dispo-
nibles mediante la gracia de Dios, ya que en Su gracia Dios proveía medios de expiación. En lo que
diferían con el apóstol Pablo era en los medios de esa expiación.
Otra diferencia era el medio por el que se permanecía dentro de la comunidad del pacto. Los
judíos creían que era mediante la adhesión a la Ley, incluyendo el sistema de expiación requerido.
La Iglesia primitiva no requería que los gentiles se adhirieran a toda la ley de Moisés (Hch. 15:28-
29), un cambio radical del judaísmo tradicional. Pablo parece haber mantenido esta misma posi-
ción y su planteamiento había sido distorsionado por lo que algunos estaban diciendo que incluso
él estaba animando a los judíos a no guardar la ley mosaica (Hch. 21:20-25).
También hay que señalar que la descripción que Sanders hace del judaísmo del siglo i, aun-
que válida para algunos grupos, es simplista. Había varios grupos, algunos más liberales que otros. 2
2
G. Hengel y R. Deines, “E. P. Sanders’ ‘Common Judaism’, Jesus and the Pharisees” JTS 46.1 (1995): 1-70.
3
K. Stendahl argumenta que el punto de vista que Pablo tenía de la Ley fue desarrollado porque él había considera-
do dónde estaban los gentiles con relación a la Ley y en ser parte del pueblo del pacto. K. Stendahl, Paul Among Jews and
Gentiles (London: SCM, 1977). Sin embargo, como fue mencionado previamente, los judíos ya tenían conceptos de cómo
los gentiles podían hacer parte del pueblo del pacto, por lo que Pablo no habría tenido que repensar esta idea.
1. Romanos 2:12-13
Aquellos que pecan, pero no tienen la ley de Moisés aun así morirán. Esto es similar a Ro-
manos 5:13-14. Aquellos que pecan teniendo la Ley, serán juzgados por esa Ley, y sufrirán la
penalidad correspondiente.
«La forma en la que las personas hayan pecado (en conocimiento o ignorancia de la ley) será
la forma en la que serán juzgados».7 En efecto, no es cuestión de tener o conocer la Ley lo que hace
a alguien justo, sino hacer la Ley (Ro. 2:13).
1. Romanos 3:10-20.
Pablo cita en estos versículos varios textos del Antiguo Testamento para demostrar que la
Ley misma nos dice que nadie es justo. En el versículo 19, cuando Pablo hace referencia a estas
citas bajo el término «Ley», se refiere a todo el canon del Antiguo Testamento y no únicamente
4
F. F. Bruce, The Letter of Paul to the Romans, ed. rev., Tyndale New Testament Commentaries (Leicester: IVP,
1985), 50 ss.
5
D. J. Moo, The Epistle to the Romans, New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids:
Eerdmans, 1996), 145.
6
J. D. G. Dunn, “The New Perspective on Paul,” en J. D. G. Dunn, Jesus, Paul and the Law: Studies in Mark and
Galatians (London: SPCK, 1990), sugiere que cuando Pablo habla de «las obras de la Ley» está hablando sobre los «mar-
cadores» judíos como la circuncisión, el Día de Reposo y las leyes alimentarias. Sin embargo, es claro que en Gálatas 3:10
ss. y Romanos 5:13 Pablo hace referencia a la Ley dada en el Sinaí.
7
J. Stott, The Message of Romans, The Bible Speaks Today (Nottingham: IVP, 1994), 46.
1. Romanos 3:21-31.
La Ley en sí misma, y ni hablar de la observancia de la Ley, es innecesaria para alcanzar la
justicia. Aun así, la Ley y los profetas declararon que había una justicia aparte de la Ley (Ro. 3:21b;
ver Ro. 4:1-25 donde Pablo demuestra que esto es así).
Claramente Pablo no consideraba la Ley como algo esencial para alcanzar la justicia. Sin
embargo, ¿la consideraba esencial para mantener la justicia? En el «nomismo del pacto» de E.
P. Sanders, la Ley no convirtió a Israel en el pueblo del pacto de Dios. Sin embargo, una vez se
convirtieron en el pueblo del pacto de Dios, se esperaba que cumplieran la Ley para mantener ese
pacto. ¿Es lo mismo para el cristianismo paulino?
1. Romanos 6:14.
«El pecado no tendrá dominio sobre ustedes» está escrito en tiempo futuro11 y es una garan-
tía aquí, no un mandamiento.12 La razón por la que Pablo puede conceder tal garantía es que el
cristiano «no está bajo la Ley, sino bajo la gracia». La ilustración es la de esclavitud e implica que
el creyente ya no está obligado a rendir obediencia a la Ley.
Estar bajo la ley es aceptar la obligación de cumplirla y por ende caer bajo su mal-
dición y condenación.13
8
Moo, The Epistle to the Romans, 205; W. Hendriksen, Romans, New Testament Commentary (Edinburgh: Banner
of Truth Trust, 1980), 124.
9
Moo, The Epistle to the Romans, 206; Hendriksen, Romans, 125.
10
Moo, The Epistle to the Romans, 210; J. D. G. Dunn, Romans 1–8, Word Biblical Commentary 38A (Nashville:
Thomas Nelson, 1988), 160.
11
Dunn, Romans 1–8, 339.
12
Stott, The Message of Romans, 181.
13
Stott, The Message of Romans, 181.
2. Romanos 7:1-4.
Pablo hace referencia al hecho bien conocido de que la Ley solo es vinculante cuando una
persona está viva. Lo ilustra particularmente con las leyes del matrimonio. En esta ilustración, la
esposa es como el creyente y la Ley como el esposo. La esposa está obligada a obedecer a su esposo
mientras que él viva y no puede unirse con otro mientras que él viva.
Solo cuando el esposo muere es que la esposa puede pertenecer a otro sin temer el castigo.
Sin embargo, si el esposo representa la Ley entonces la Ley no morirá. La única alternativa es
que la esposa muera, pero si ella muere no puede volver a la vida para estar con otra persona. Para
el creyente, representado por la esposa, el problema se resuelve porque «en Cristo» nuestro viejo
hombre muere (Ro. 6:4-6), así nos libera de cualquier obligación con la ley.16 Al ser resucitados
a una nueva vida «en Cristo» (Ro. 6:4) somos liberados de nuestra obligación con la Ley y en su
lugar nos unimos a un nuevo «marido», específicamente Cristo.
El centro se ha desplazado de la Ley a Cristo, la
implicación es que la Ley ya no es relevante.
3. Romanos 10:4.
La palabra griega τελος (telos) aquí puede significar fin en el sentido de:
i. Fin en el sentido de «meta» o «culminación»17, es decir: Cristo, quien es a quien
la Ley señalaba y Él la cumplió (Mt. 5:17).
ii. Fin en el sentido de «terminación» o «conclusión»18, es decir: la Ley ya no es
relevante.
Incluso, si se acepta el sentido (i), la implicación sigue siendo que la Ley ha alcanzado su
meta y por lo tanto no tiene más relevancia excepto para dar a conocer el pecado (Ro. 3:20, 7:7,
13) y llevarnos a Cristo (Gá. 3:21 ss.), «...aun si “telos” en Romanos 10:4 significa “meta”, se trata de
algún tipo de terminación, ya que quien ha alcanzado la meta ya no recorre el camino».19
14
Moo, The Epistle to the Romans, 387.
15
Moo, The Epistle to the Romans, 389.
16
Esta es la posición tomada por F. F. Bruce, The Letter of Paul to the Romans, Tyndale New Testament Commen-
taries (Leicester: IVP, 1985), 137. Sin embargo, J. Philips, The Power of God (Glasgow: Nicholas Gray Publishing, 1987),
104, prefiere ver al primer «esposo» como el «viejo hombre» en vez de la Ley.
17
C. E. B. Cranfield, A Critical and Exegetical Commentary on the Epistle to the Romans, vol. 2, International Criti-
cal Commentary (Edinburgh: T & T Clark, 1979).
18
E. Käsemann, Commentary on Romans, (London: SCM, 1980).
19
J. Ziesler, Pauline Christianity, ed. rev., (Oxford: Oxford University Press, 1990), 111.
2. Romanos 7:13.
La Ley revela justamente cuán contrario a Dios es el pecado. Aun cuando Dios da una Ley
santa y espiritual (Ro. 7:12, 14) el «Pecado» irá en contra de ella, convirtiendo algo bueno en un
instrumento para el mal.
3. Romanos 5:20.
La introducción de la Ley causó que la transgresión aumentara en el sentido de que ya no era
algo vago cometido en ignorancia, sino que se convirtió en un acto deliberado de rebelión.
nota: En este versículo es poco probable que Pablo esté haciendo referencia al «Pecado» perso-
nificado, ya que él no usa la palabra hamartia aquí.
G. la insuficiencia de la ley
L a justicia de D ios
en Romanos
I. Introducción
El concepto de «justicia de Dios» es central en la teología paulina de Romanos. Para conside-
rar adecuadamente este tema primero debemos definir qué es lo que Pablo quiso decir cuando usó
el término «justicia de Dios». La palabra griega para «justicia» (δικαιοσύνη [dikaiosunē]) también
puede significar «justificación». El verbo equivalente es «justificar» (δικαιόω [dikaiŏō]).
Esta frase «la justicia de Dios» (δικαιοσύνη θεου) junto con la frase relacionada: «su justicia»
(δικαιοσύνης αύτου [dikaiosunē thêou]) se encuentra en los siguientes pasajes de Romanos:
• Romanos 1:17
• Romanos 3:5
• Romanos 3:21-22
• Romanos 3:25-26 («su justicia»)
• Romanos 10:3
La frase griega «δικαιοσύνη θεου» puede significar:
i. «La justicia de Dios», de modo que es algo inherente a Dios mismo.
ii. «La justicia que proviene de Dios», de modo que es algo que Dios da a los hom-
bres.
Una comparación con Filipenses 3:9 apoya la idea de «la justicia que proviene de Dios»
mientras que una comparación con 2 Corintios 5:21 la apoya como algo inherente a Dios, pero al
mismo tiempo como algo que Dios da a los hombres. Bien puede ser que Pablo concebía la palabra
como portadora de ambas ideas: una cualidad inherente a Dios y como algo que también se da a
los hombres.1 Si es algo que Dios da a los hombres entonces debemos preguntarnos de qué manera
Dios se lo da a los hombres.
1
R. Bultmann, Theology of the New Testament, traducido por K. Grobel, (Londres: SCM, 1951); J. Stott, The Message
of Romans, The Bible Speaks Today (Nottingham: IVP, 1994), 63.
| 47
i. ¿Es que Dios imparte a los hombres Su carácter justo para que ellos lleguen a
ser realmente justos?
ii. ¿Es una justicia puramente legal/jurídica, algo que Dios imputa (o le toma en
cuenta a los hombres) cuando en realidad no es así?2
iii. Algo de ambos, esto bien puede ser el pensamiento de Pablo (Ro. 3–4 habla de
la justicia imputada mientras que 6–8 implican una justicia práctica mediante el
Espíritu que mora en nosotros).
Además de lo que Pablo realmente escribe, debemos también considerar cómo un judío en
el siglo i habría definido la justicia de Dios.
A. en la septuaginta
Aunque la frase «δικαιοσύνη θεου» no aparece en la Septuaginta, una frase hermana,
«δικαιοσύνη κυριου» (justicia del Señor) aparece dos veces (1 Sa. 12:7; Mi. 6:5).3 En ambos casos
se refiere a las demostraciones de Dios de Su propia justicia a través de Su actividad a favor de
Israel.
En un total de otros 98 lugares en la Septuaginta (LXX)4 δικαιοσύνη es usada para descri-
bir a Dios y en casi todos los casos tiene alguna referencia a la actividad de Dios a favor de los
hombres, a menudo salvándolos de algo. Además, esta salvación se asocia frecuentemente con las
promesas que Dios hizo a Israel cuando Él estableció el Pacto Sinaítico con ellos.5 «Para un lector
de la Septuaginta, “la justicia de Dios” tendría un significado obvio: la propia fidelidad de Dios a
Sus promesas, al pacto».6
Debido a las promesas que Dios había hecho de salvar a Israel en pasajes como Isaías 40–55,
Su justicia también implica la salvación de Israel, a pesar de las fallas de esa nación. Tanto en la
Septuaginta como en el pensamiento hebreo la justicia se expresa en términos de una relación.7
2
G. E. Ladd, “Righteousness in Romans”, SWJT 19 (1976): 6-17.
3
D. J. Moo, The Epistle to the Romans, New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids:
Eerdmans, 1998), 81.
4
Moo, The Epistle to the Romans, 81.
5
Moo, The Epistle to the Romans, 82.
6
N. T. Wright, What St. Paul Really Said (Oxford: Lion Publishing, 1997), 96.
7
J. D. G. Dunn, Romans 1–8, Word Biblical Commentary 38a (Nashville: Thomas Nelson, 1988), 41.
8
Wright, What St. Paul Really Said, 98-99.
D. conclusión
La perspectiva judía de la justicia es básicamente aquella de la lealtad al pacto. La justicia de
Dios es, por lo tanto, la fidelidad de Dios al pacto que ha hecho entre Él mismo e Israel. Es algo in-
herente a Dios mismo pero expresado en una relación. En el Nuevo Pacto es la fidelidad de Dios a
ese nuevo pacto. Se expresa a través de los actos de Dios de acuerdo con el pacto correspondiente.
lección
Afirmar ser justo sin expresar esa justicia en nuestras relaciones con otros no es una
idea bíblica de la justicia.
9
G. Vermes, The Complete Dead Sea Scrolls in English, ed. rev. (Londres: Penguin Books 1998), 114-116.
10
N. A. Dahl, Studies in Paul: Theology for the Early Christian Missions (Minneapolis: Augsburg, 1977), 97-100.
11
Moo, The Epistle to the Romans, 85.
12
H. Brunner, “Die Gerechtigkeit Gottes” ZRG 39 (1987): 210-225.
A. romanos 1:17
La primera parte de este versículo literalmente dice:
Porque en él es revelado la justicia de/por Dios de fe en fe (Traducción del
autor).
El contexto de este versículo es el mensaje del evangelio que Pablo predica.
Él afirma que este mensaje es el poder de Dios para la salvación de todos los que creen (Rom.
1:16). La razón por la que es el poder de Dios para salvación es que revela un «δικαιοσύνη θεου».
Por tanto, debemos preguntarnos: ¿Revela el evangelio:
i. [...]una justicia de Dios? ¿Expresada en el acto justo de Dios de salvación en
Cristo?13
ii. [...]una justicia que viene de Dios? Una justicia/rectitud imputada a los pecado-
res.14
Tanto (i) como (ii) son expresados en el evangelio.
Los siguientes están a favor de (i):
(a) La conexión con la salvación o el poder de Dios en el v. 16.
(b) El concepto judío de la justicia de Dios.
(c) El evangelio trata principalmente de lo que Dios ha hecho.
(d) La ira de Dios como algo inherente a Dios en el v. 18.
Los siguientes están a favor de (ii):
(a) La conexión de la justicia con la «fe» en el v. 17.
El término «de fe en fe» (πίστεως εἰς πίστιν) puede referirse a la transferencia del evangelio
por parte de un hombre de fe a otro que también ejerce la fe15 o al hecho de que esta justicia es
adquirida por la fe desde el comienzo hasta el fin.16
Sin embargo, tal vez esta sea la forma de Pablo de decir que solo mediante la fe los hombres
pueden ver la obra de Cristo como una obra justa y salvadora de Dios, en lugar de afirmar que los
hombres alcanzan la justicia ellos mismos mediante la fe.
(b) La cita de Habacuc 2:4b en el v. 17b.
(c) La ira de Dios como algo derramado sobre los hombres en el v. 18.
(d) Pablo claramente afirma que los hombres son declarados justos por la fe
(Ro. 4:5).
B. romanos 3:5
En este contexto particular es difícil ver cómo Pablo podría tener la intención de algo aparte
de la cualidad inherente de Dios cuando habla de «δικαιοσύνη θεου». Pablo acaba de demostrar
que ser judío o estar circuncidado no salva de la ira de Dios si no se vive a la altura de la Ley (Ro.
2:17 ss.).
13
Moo, The Epistle to the Romans, 84.
14
W. Hendriksen, Romans, New Testament Commentary (Edinburgh: Banner of Truth Trust, 1980), 63.
15
El margen de NEB, “based on faith and addressed to faith” J. Philips, The Power of God (Glasgow: Nicholas Gray
Publishing, 1987), 26.
16
Hendriksen, Romans, 63.
C. romanos 3:21-23
Pablo ha usado las Escrituras judías para demostrar que nadie será declarado justo al obser-
var la Ley porque esa misma Ley de hecho es la que declara a todos los hombres pecadores (Ro.
3:9-19) y los hace conscientes del Pecado (Ro. 3:20). Claramente en el versículo 20, la justicia debe
referirse a una posición correcta ante Dios.
Los versículos 21-22 dicen:
Pero ahora, aparte de [sin] la ley, se ha manifestado la justicia de [que pro-
viene de]Dios, testificada por la ley y por los profetas; [y una] justicia de [que
proviene de] Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen
(rvr60).
17
Moo, The Epistle to the Romans, 189; Hendriksen, Romans,112.
18
Moo, The Epistle to the Romans, 190.
D. romanos 3:25-26
En ambos versículos se encuentra el término «Su justicia [es decir, la de Dios]». Estos ver-
sículos siguen el argumento presentado en los versículos 12-24 en donde Pablo declara que una
nueva forma de estar bien con Dios ha llegado mediante la obra de Jesús. La presentación de Jesús
como una propiciación (alguien/algo que aplaca la ira) (v. 25) fue para demostrar la «justicia de
Dios».
En el versículo 25 «Su justicia» debe hacer referencia a algo inherente a Dios, que le pertene-
ce a Él, no algo de parte de Él. Esto ha sido cuestionado de alguna manera porque Él parece haber
pasado por alto los pecados anteriores. Si Dios fuera realmente justo y fiel a Su pacto, entonces
tal pecado debería haber sido castigado. No puede haber referencia aquí a algo que es dado a los
hombres sino a una cualidad inherente a Dios que se expresa a través de Su acción en Cristo.
En el versículo 26 «Su justicia» también debe referirse a algo que le pertenece a Dios. La úni-
ca otra alternativa en el versículo 26 es afirmar que lo que Dios ha hecho en Cristo es mostrar Su
camino de justicia que le es aceptable. Esto supondría traducir el versículo como: «Para demostrar
en este tiempo Su camino de Justicia aceptable a Él». Sin embargo, las palabras «camino de» no
aparecen en el griego y este punto de vista no tiene en cuenta el hecho de que Dios es tanto «justo»
(expresado por Sus acciones) como el «justificador» (Él declara a los hombres justos).
La última parte del versículo 26 implica imputación y apunta al hecho de que, para Pablo,
Dios puede ser algo (justo) que también da a los hombres (justificación).
19
Moo, The Epistle to the Romans, 223; Dunn, Romans 1-8, 166.
20
Hendriksen, Romans, 127.
21
Moo trata de sugerir que Pablo está afirmando que la justicia inherente de Dios es manifestada aparte de la Ley,
pero esto parece difícil. Moo, The Epistle to the Romans, 223.
22
Dunn argumenta que la justicia de Dios obra en favor de su pueblo en respuesta a la fe, pero esto haría que la
justicia de Dios dependiera de cierto modo de la fe de los hombres. Ver Dunn, Romans 1–8, 166 -167.
23
Stott, The Message of Romans, 109.
F. conclusión
Sin duda, el trasfondo judío de Pablo lo llevaría a ver la justicia como algo inherente a Dios y
manifestado mediante Su obra de salvación, equiparada en 2 Corintios 5:32 con no conocer peca-
do. A lo largo de Romanos, encontramos que Pablo frecuentemente usa el término «la justicia de
Dios» para hacer referencia a algo que Dios imputa a los hombres pecadores, no Su carácter (aun-
que ver viii más adelante), sino más bien una «justicia» judicial: son absueltos por el Gran Juez.
Ningún hombre ha alcanzado o puede alcanzar esto a través de la Ley (Ro. 3:23) y por eso
Dios debe imputar esto a los hombres: considerarlos como «no conocedores de pecado». Aunque
es vital que leamos a Pablo teniendo en cuenta su trasfondo judío, debemos también leerlo sa-
biendo que era un hombre que no estaba limitado por ese trasfondo, sino que se sentía capaz de
liberarse de muchas de sus trampas.
Se puede suponer lo siguiente sobre el punto de vista de justicia de Pablo en Romanos:
i. La justicia de Dios es el propio carácter sin pecado de Dios.
ii. No se alcanza mediante la observancia de la Ley (Ro. 9:30-32).
Israel no había alcanzado la justicia de Dios porque ellos buscaban la justicia mediante la
observancia de la Ley. ¿Por qué?
(a) Trataron de ser justos por medio de sus propios esfuerzos (la carne), sin
embargo, los hombres carnales nunca pueden guardar verdaderamente una
Ley espiritual (Ro. 7:14).
(b) Ignoraban el verdadero camino de la justicia (Ro. 10:3).
(c) No comprendieron plenamente las alturas de la justicia de Dios. Si lo hu-
bieran hecho, se habrían dado cuenta de que nunca podrían alcanzarla por
24
Stott, The Message of Romans, 281; Moo, The Epistle to the Romans, 634.
25
Stott, The Message of Romans, 281; Moo, The Epistle to the Romans, 634.
lección
Muy a menudo fallamos en comprender las alturas de la justicia de Dios, midiendo
la justicia con estándares menores. El resultado es establecer nuestra propia justicia,
juzgando a otros y a nosotros mismos por nuestros propios estándares, quizás aun
desarrollando un sentido de orgullo por haber cumplido con nuestros propios están-
dares. Muchas personas aún ignoran la justicia de Dios y el camino para alcanzarla.
Dado que afirmamos conocerla como cristianos, debemos darla a conocer a otros.
L a nueva creación
en Romanos
I. Introducción
Pablo no usa los términos: «nueva creación» o «nuevo nacimiento» en Romanos. Aun así, él
hace un número considerable de declaraciones sobre lo que significa «nacer de nuevo» o la «nueva
creación».
| 55
Es Romanos 7:6 el primero que apunta a la posibilidad de que la persona resucitada de hecho
no es el mismo «viejo hombre» en una nueva relación, sino que más bien una nueva fuerza ha
entrado, la del Espíritu Santo.
Los números (ii)-(iv) anteriormente mencionados son correctos. Pablo está diciendo que al
darnos el Espíritu que mora en nosotros Dios nos ha llevado de ser personas «en la carne» a ser
1
J. Stott, The Message of Romans, The Bible Speaks Today (Nottingham: IVP, 1994), 224.
2 D. J. Moo, The Epistle to the Romans, New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids:
Eerdmans, 1996), 489-490; J. D. G. Dunn, Romans 1-8, Word Biblical Commentary 38A (Nashville: Thomas Nelson,
1988), 428.
3
Stott, The Message of Romans, 224.
4
Moo, The Epistle to the Romans, 489.
5
Dunn, Romans 1–8, 428.
6
Esto es contrario a C. K. Barrett, A Commentary on the Epistle to the Romans (Londres: A & C Black, 1962), 159
y E. Käsemann, Commentary on Romans (Grand Rapids: Eerdmans, 1980), 224, que quieren interpretar «cuerpo» aquí
como refiriéndose al «mismo humano». Dado que hay un contraste entre el Espíritu y el cuerpo en este versículo es
probable que Pablo se refiera al «cuerpo humano literal». Ver J. Denney, The Expositor’s Greek Testament, vol. 2 (Londres:
Hodder and Stoughton, 1904), 646.
7
Moo, The Epistle to the Romans, 492; Dunn, Romans 1-8, 431.
8
Stott, The Message of Romans, 226.
9
Moo, The Epistle to the Romans, 493; Dunn, Romans 1-8, 432; Stott, The Message of Romans, 226-227.
10
F. F. Bruce, Romans, ed. rev., Tyndale New Testament Commentaries (Leicester: IVP, 1985), 157.
P redestinación, presciencia
y la elección
I. Introducción
Estos términos han causado una gran controversia a lo largo de los siglos. Se usan en varios
pasajes en Romanos, frecuentemente en relación unos con otros. Los textos relevantes son:
• Romanos 8:28-30
• Romanos 9:6-24
• Romanos 11:2 y 7
Antes de mirar los pasajes relevantes, conoceremos los tres puntos de vista principales en
este debate.
1
H. C. Theissen, Introductory Lectures on Systematic Theology (Grand Rapids: Eerdmans, 1949), 343 ss.
| 59
v. En su gracia, Dios concede a todos los hombres la capacidad de recibir a Cristo
mediante una «gracia preveniente», pero sabe de antemano lo que harán con
esta capacidad.
John Wesley (1703-1791), fundador del movimiento metodista, era un firme partidario del
punto de vista arminiano.
lección
Tanto Wesley como Whitefield fueron hombres usados poderosamente por Dios,
sin embargo, tuvieron diferentes puntos de vista sobre la predestinación y la elec-
ción. Dios no los usó a ellos porque ambos tuvieran razón en su teología sobre estos
asuntos, ni Su unción sobre ellos fue una señal de Su aprobación de la posición que
tomaron sobre estos asuntos. Algunas cosas están más allá de la comprensión de los
hombres y, aunque debemos esforzarnos por entender lo que Dios nos ha revelado
al respecto, debemos siempre caminar conscientes de que algunas de estas cosas solo
Dios las entiende plenamente.
2
K. Barth, Church Dogmatics, vol. 2 (Edinburgh: T & T Clark, 1959), 102 ss.
3
La doble predestinación es la idea de que Dios no solamente elige a las personas para la salvación, sino que Él
también elige a las personas que han de ser condenadas.
4
J. Murray, The Epistle to the Romans, vol. 1, New International Critical Commentary on the New Testament
(Grand Rapids: Eerdmans,1959), 319; R. C. H. Lenski, The Interpretation of St. Paul’s Epistle to the Romans (Minneapolis:
Augsburg, 1936), 561.
5
C. E. B. Cranfield, A Critical and Exegetical Commentary on the Epistle to the Romans, vol. 1, (Edinburgh: T &
T Clark, 1975), 432; W. Hendriksen, Romans, New Testament Commentary (Edinburgh: Banner of Truth Trust, 1980),
283-284.
6
D. J. Moo, The Epistle to the Romans, New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids:
Eerdmans, 1996), 530.
7
Moo, The Epistle to the Romans, 530. Esto es contrario a la perspectiva de F. L. Godet, Commentary on Romans (T
& T Clark: Edinburgh, 1882), el cual hace referencia a que todos los hombres son llamados pero que no todos aceptan ese
llamado. Por ende, puede que Pablo se refiera a los creyentes como «llamados», pero el término no debería restringirse a
solo los creyentes. Sin embargo, en el contexto actual es claro que está limitado a los creyentes.
8
Moo, The Epistle to the Romans, 531.
B. romanos 8:30
A los que Dios «predestinó» para ser conformes a la imagen de Cristo también se dice que
son llamados por Dios, justificados por Dios y glorificados por Dios. Sabemos que «justificó» se
refiere a los creyentes. Sabemos que los que son y serán glorificados son creyentes. Así que los que
«llamó» también deben ser creyentes (ver las notas anteriormente mencionadas en Ro. 8:28), ya
que todos los que son llamados también son justificados y glorificados.
9
Moo, The Epistle to the Romans, 532.
10
J. D. G. Dunn, Romans 1–8, Word Biblical Commentary 38A (Nashville: Thomas Nelson, 1988), 482.
11
J. M. Gundry-Wolf, “Foreknowledge, Divine,” en Dictionary of Paul and His Letters, ed. G. F. Hawthorne et al.
(Leicester: IVP, 1993), 310-311; J. Philip, The Power of God (Glasgow: Nicholas Gray, 1987), 126.
12
Moo, The Epistle to the Romans, 532.
13 F. Godet, Commentary on St. Paul’s Epistle to the Romans (T & T Clark: Edinburgh, 1882).
14
Este es el punto de vista que sostiene Karl Barth: la perspectiva barthiana.
15
Moo, The Epistle to the Romans, 532.
C. romanos 9:6-24
Estos versículos están relacionados con el pueblo de Israel. El fracaso de Israel en recibir
al Mesías sugiere que las promesas que Dios les dio han fracasado (Ro. 9:6). Pablo aborda este
problema desde Romanos 9:6 en adelante. Al responder a esta pregunta, Pablo hace una serie de
afirmaciones significativas.
i. Desde la perspectiva de Dios, son solo los hijos de la promesa quienes heredan
las promesas dadas a la descendencia de Abraham (Ro. 9:7-9).
ii. Dios eligió quién debía heredar las promesas dadas a Abraham y esa elección no
se basó en el mérito de ningún hombre (Ro. 9:10-13).
iii. Esto plantea la cuestión de que Dios es injusto ya que los hombres no tienen
ninguna opción de elegir en Sus decisiones (Ro. 9:14).
iv. Dios puede escoger a quien quiera ―es Su elección― y no tiene nada que ver con
los méritos de los hombres (Ro. 9:15-16; Pablo cita Éx. 33:19 en el v. 15).
nota: Dios es soberano en misericordia. La misericordia es inmerecida. Si Dios escoge retenerla
puede hacerlo y no sería injusto ya que la justicia no requiere misericordia.
16
F. F. Bruce, Romans, ed. rev., Tyndale New Testament Commentaries (Leicester: IVP, 1985), 168; Hendriksen,
Romans, 285-286; J. Stott, The Message of Romans, The Bible Speaks Today (Leicester: IVP, 1994), 253.
17
Moo, The Epistle to the Romans, 596-597; J. D. G. Dunn, Romans 9–16, Word Biblical Commentary 38B (Nash-
ville: Thomas Nelson, 1988), 552.
18
Hendriksen, Romans, 327; Bruce, Romans, 183.
19
L. Morris, The Epistle to the Romans, Pillar New Testament Commentary (Grand Rapids: Eerdmans, 1988), 361;
Stott, The Message of Romans, 269; Philip, The Power of God, 139.
20
Stott, The Message of Romans, Moo, The Epistle to the Romans, 606.
21
Dunn, Romans 9–16, 567.
22
Hendriksen, Romans, 328; Stott, The Message of Romans, 272; Dunn, Romans 9-16, 567.
23
Moo, The Epistle to the Romans, 607.
IV. C onclusión
Claramente Dios puede elegir salvar a quien Él quiera, eso es indiscutible. Aquellos a quienes
Dios escoge son escogidos sobre la base de Su misericordia y gracia, no sobre la base de las obras,
eso está claramente establecido. Aun así, Dios no escoge a todos los hombres para ser objetos de
Su misericordia o para heredar Sus promesas. Dios escoge a aquellos que serán objetos de Su mi-
sericordia basado en Su presciencia, un propósito de mostrar Su favor y en relación con alguien
basado en Su propósito que es finalmente glorificarse a Sí mismo.
En Romanos no se menciona la predestinación a la salvación o a la condenación en sí, úni-
camente la predestinación a ser como Cristo. Sin embargo, para que cualquier individuo sea como
Cristo primero debe ser llamado y justificado. Está claro que Dios elige quién serán objeto de
misericordia y quién no; quién será justificado y quién no.
Efesios 1:5 y 11 son más explícitos en su punto de vista de que hay predestinación a la adop-
ción y la elección, por tanto, la idea probablemente no está lejos del pensamiento de Pablo en
Romanos tampoco. Así pues, es difícil escapar de la implicación de que Dios elige quién será salvo
y también quién no.
24
Stott, The Message of Romans, 362.
25
Philip, The Power of God, 154; Stott, The Message of Romans, 293.
26
Moo, The Epistle to the Romans, 680.
27
Dunn, Romans 9–16, 641; Moo, The Epistle to the Romans, 681-682.
L a seguridad cristiana
I. Introducción
En esta lección examinaremos lo que el apóstol Pablo tiene que decir en Romanos sobre la
seguridad eterna del creyente. En pocas palabras, examinaremos si Pablo tiene algo que decir en
Romanos acerca de si una persona que ha nacido de nuevo genuinamente puede perderse o no
más adelante. En realidad, Pablo no responde a este asunto directamente en Romanos, pero hay
una serie de pasajes en Romanos que podrían dar alguna indicación de su pensamiento sobre este
asunto. Estos pasajes son:
• Romanos 5:9-11
• Romanos 8:28-39
Los examinaremos cada uno por separado.
1
D. J. Moo, The Epistle to the Romans, New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids:
Eerdmans, 1996), 302.
2
J. Strong, The New Strong’s Exhaustive Concordance of the Bible (Nashville: Thomas Nelson, 1996).
3
Strong, The New Strong’s Exhaustive Concordance of the Bible.
| 67
confianza estaría mal puesta si existiera la posibilidad de que de alguna manera no pudiéramos
alcanzarla.
De hecho, en Romanos 5:3-4 Pablo argumenta que aun nuestras tribulaciones y dificultades
solo sirven para aumentar nuestro sentido de expectativa y anticipación. Por ende, en Romanos
5:5 Pablo deja claro que no seremos decepcionados en esta expectativa. La razón por la cual no
nos decepcionará es que conocemos la abundancia del amor de Dios a través del testimonio del
Espíritu Santo dentro de nosotros. Nuestra fe y esperanza están basadas en ese amor y ese amor
no nos defraudará ni nos decepcionará.
Romanos 5:6-8 nos recuerda cuán grande es el amor de Dios hacia nosotros. Aun siendo
pecadores, Dios nos amó lo suficiente como para enviar a Cristo a morir por nosotros. Romanos
5:9 comienza con la palabra griega πολλῷ, que significa, «mucho más». Por tanto, Pablo está di-
ciendo que, ya que la sangre de Jesús nos ha justificado, aún más seremos salvos de la ira de Dios
por medio de Jesús. Sin embargo, ¿cómo puede Pablo hacer una declaración tan segura?
La respuesta se encuentra en los versículos que siguen (Ro. 5:10-11). Se trata de un argumen-
to de lo menor a lo mayor, básicamente si podemos confiar en que una cosa menor trae algún be-
neficio, entonces podemos confiar aún más en que una cosa mayor nos traerá aún más beneficios.
Este era un tipo de argumento comúnmente usado por los rabinos judíos.4 Pablo comienza
con lo que éramos cuando Dios nos amó y envió a Su Hijo para que pudiéramos reconciliarnos
con Él. En ese momento éramos enemigos de Dios (Ro. 5:10a). El medio por el cual fuimos recon-
ciliados fue la muerte del Hijo de Dios (Ro. 5:10b).
Pablo pasa luego a lo que somos ahora: reconciliados con Dios (Ro. 5:10c), ya no Sus ene-
migos. Entonces partimos desde una mejor posición que la que teníamos la primera vez, cuando
Jesús murió por nosotros. Además, Jesús ha resucitado ahora. Él ya no está muerto, sino vivo (Ro.
5:10d). La vida es mayor que la muerte. Así que si la muerte de Jesús es lo suficientemente grande
como para reconciliar a los enemigos con Dios, entonces la vida de Jesús puede hacer aún mucho
más y eso para los hijos de Dios, no para Sus enemigos.
¿Qué es lo que hace? De acuerdo con Romanos 5:10e salva a aquellos que ya están recon-
ciliados con Dios. ¿De qué nos salva? De acuerdo con Romanos 5:9 nos dice que nos salva de la
ira venidera de Dios. Básicamente Pablo está diciendo que, si los enemigos de Dios pueden estar
seguros de la reconciliación mediante la muerte de Jesús, entonces Sus hijos pueden estar aún más
seguros de escapar de la ira venidera porque Jesús ahora está vivo (ver también Ro. 8:34; He. 7:25).
C. romanos 8:28-39
Ya hemos examinado algunos de estos versículos en la Lección 8: Predestinación, presciencia
y la elección. Pero también tienen mucho que decir con respecto a la certeza de nuestra glorifica-
ción final.
4
Moo, The Epistle to the Romans, 309.
nota: Romanos 8:32 afirma que nuestra glorificación final nos será dada «con gracia, gratui-
tamente, como un favor».6 La implicación es que nuestra glorificación final no se basa más en
nuestras obras que nuestra salvación inicial.
5
F. F. Bruce, Romans, ed. rev., Tyndale New Testament Commentaries (Leicester: IVP, 1985), 168; W. Hendriksen,
Romans, New Testament Commentary (Edinburgh: Banner of Truth Trust, 1980), 285-286; J. Stott, The Message of Ro-
mans, The Bible Speaks Today (Leicester: IVP, 1994), 253.
6
J. D. G. Dunn, Romans 1–8, Word Biblical Commentary 38A (Nashville: Thomas Nelson, 1988), 502.
7
Dunn, Romans 1-8, 503.
la seguridad cristiana | 69
del tiempo presente puede sugerir que la justificación que Dios nos dio en el pasado sigue siendo
válida en el presente, o incluso en el futuro.8 De igual manera, en el juicio final la justificación de
Dios permanecerá a pesar de la condenación de Satanás o la condenación traída por nuestro pro-
pio pecado o incluso por nosotros mismos.9
8
Moo, The Epistle to the Romans, 542, nota de pie de página 32.
9
Moo, The Epistle to the Romans, 542.
10
Dunn, Romans 1–8, 508.
11
Moo, The Epistle to the Romans, 546-547.
12
Esta es una doctrina calvinista que afirma que todos los creyentes verdaderos nunca pueden perder su salvación.
13
Stott, The Message of Romans, 260.
la seguridad cristiana | 71
LECCIÓN 10
L a libertad cristiana
en Romanos
I. I ntroducción
En Romanos 14:1–15:7 Pablo aborda dos temas. Estos son:
i. Supuestos limites sobre lo que un creyente podía comer o beber (Ro. 14:2, 21).
ii. La observancia de los días santos (Ro. 14:5).
lección
Jesús había declarado expresamente que no era lo que entraba al cuerpo en términos
de comida, sino lo que salía del corazón lo que contaminaba al hombre (Mr. 7:15-
19). Asimismo, Pedro había recibido una visión en la que se le aclaraba que todos
los alimentos eran limpios (Hch. 10:9-16). Sin embargo, aparte de esta revelación
celestial, Pedro habría seguido observando las leyes alimentarias judías. Por lo tanto,
es entendible que algunos judíos, no habiendo tenido el beneficio de tal revelación,
siguieran aferrándose a sus prácticas judías.
Debemos reconocer que el hecho de que, aunque Dios nos haya mostrado algo puede
que no le hay concedido la misma comprensión a otros. Esos otros pueden ser igual-
mente sinceros, aunque menos iluminados, en su deseo de seguir a Cristo. Cuando
existen tales diferencias de opinión en asuntos que no afectan la posición justa de
uno ante Dios, Romanos 14:1–15:7 revela cómo debemos abordarlas.
| 73
II. D efinición de términos
Pablo habla de los «fuertes» y los «débiles» (Ro. 15:1). Los «fuertes» se refiere a quienes son
conscientes de su libertad de estas regulaciones restrictivas. Los «débiles» se refiere a quienes to-
davía están sujetos a estas regulaciones restrictivas (Ro. 14:1-2).
nota: ¡Ambos siguen siendo creyentes genuinos!
Con respecto a la identidad de los débiles se ha propuesto lo siguiente:
i. Ex idólatras que no comían carne debido la asociación de esta con los templos
paganos (ver 1 Co. 8).1
En contra. Pablo no menciona aquí carne sacrificada a los ídolos como lo hace en 1 Corin-
tios.2 Sin embargo, está claro que existe un problema con la carne en Romanos 14:2, 6b.
ii. Ascetas3, tanto los grupos judíos (p. ej., esenios) como los gentiles (p. ej., pitagó-
ricos4) en el siglo i practicaban el ascetismo.5 Esto podría explicar el rechazo a
beber el vino mencionado en Romanos 14:21.
En contra. No hay evidencia de que existiera tal grupo cristiano en la Iglesia de Roma. No se
mencionan en ninguna otra parte de la epístola.
iii. Legalistas6, el mismo tipo de oponentes judíos legalistas a los que se enfrentó
Pablo en Gálatas.
En contra. La manera en que Pablo aborda a los legalistas en Gálatas (Gá. 1:8f; 5:12) es mu-
cho más severa que su manera de abordar a los débiles aquí. Los «débiles» aquí no parecen estar
propagando un punto de vista opuesto al evangelio, así como lo hacían los de Galacia.7
iv. Cristianos judíos8 (ver Ro. 15:7-8).
A Favor. Las leyes judías y el uso de términos judíos por parte de Pablo como «limpias» (Ro.
14:20) e «inmundo» (Ro. 14:14) para describir la comida.9 Toda la carta, hasta cierto grado, trata
sobre cómo deben relacionarse los judíos y los gentiles entre sí.10 Aunque la ley de Moisés no pro-
hibía comer carne o beber vino, muchos judíos de ciudades extranjeras como Roma se abstenían
por temor a que la carne no fuera «kosher» o que el vino y la carne se utilizaran en rituales paganos
(ver Dn. 1:3, 16; Jos. y Asenat 8:5).11
1
M. Rauer, “Die ‘Swachen’ in Korinth und Rom nach den Paulusbriefen” Biblischen Studien 21 (Freiburg: Herder,
1921), 76-184.
2
D. J. Moo, The Epistle to the Romans, New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids:
Eerdmans, 1996), 830; J. Stott, The Message of Romans, The Bible Speaks Today (Leicester: IVP, 1994), 356.
3
J. Murray, The Epistle to the Romans, vol. 2, New International Commentary on the New Testament (Grand Ra-
pids: Eerdmans, 1965), 172-174.
4
Diógenes Laercio, Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres 8.38; Filóstrato, Vida de Apolonio de
Tiana 1.8.
5
E. Käsemann, Commentary on Romans (Grand Rapids: Eerdmans, 1980), 365.
6
C. K. Barrett, Epistle to the Romans, 2.a ed., Black’s New Testament Commentaries (Edinburgh: A & C Black, 1962),
256.
7
Moo, The Epistle to the Romans, 830.
8
Stott, The Message of Romans, 356; J. Philip, The Power of God (Glasgow: Nicholas Gray Publishing, 1987), 183; W.
Hendriksen, Romans, New Testament Commentary (Edinburgh: Banner of Truth Trust, 1980), 452-453; J. D. G. Dunn,
Romans 9–16, Word Biblical Commentary 38B (Nashville: Thomas Nelson, 1988), 800-801.
9
Dunn, Romans 9–16, 800-801.
10
Dunn, Romans 9–16, 800-801.
11
Moo, The Epistle to the Romans, 831.
12
Moo, The Epistle to the Romans, 830.
13
Moo, The Epistle to the Romans, 854.
14
J. Strong, Strong’s Exhaustive Concordance of the Bible (Nashville: Thomas Nelson, 1996).
15
Strong, Strong’s Exhaustive Concordance of the Bible.
16
Moo, The Epistle to the Romans, 855.
17
Stott, The Message of Romans, 366.
18
Dunn, Romans 9–16, 821.
19
Dunn, Romans 9–16, 821; Moo, The Epistle to the Romans, 854.
L a nación de I srael
en Romanos
I. I ntroducción
Para esta lección estudiaremos lo que Pablo tiene que decir en Romanos 9–11.
Mientras examinamos estos capítulos debemos recordar que Pablo no estaba tratando de
presentar todos sus pensamientos sobre Israel. Más bien, él trataba de demostrar que Dios no
había sido infiel a Israel y que Sus promesas aún seguían vigentes. Con base en esto, los gentiles
deberían tratar a los judíos cristianos de su congregación con respeto.
| 79
doce patriarcas? Aquí Pablo parece referirse al hecho de que la descendencia física no hace que
una persona sea un verdadero israelita, como tampoco la descendencia física haría a una persona
un verdadero judío (ver Ro. 2:28-29).1 Pablo pretende decir que Dios nunca tuvo la intención de
que todos los descendientes naturales heredaran las promesas, sino solo un grupo selecto al que
Dios ha elegido, al que más tarde se hace referencia como el remanente (Ro. 11:1 ss.).2
Como dice Stott: «... siempre ha habido dos Israel, por un lado, los que descendieron física-
mente de Israel (Jacob) y, por otro lado, su progenie espiritual; y la promesa de Dios estaba dirigi-
da a esta última».3 Muchos en Israel habrían entendido bien este concepto. Varios grupos (p. ej., la
comunidad de Qumrán) afirmaban ser el verdadero Israel, mientras que la mayoría de la nación
había caído en la apostasía.
1
F. F. Bruce, Romans, ed. rev., Tyndale New Testament Commentaries (Leicester: IVP, 1985), 177; W. Hendriksen,
Romans, New Testament Commentaries (Edinburgh: Banner of Truth, 1980), 317.
2
Hendriksen, Romans, 317.
3
J. Stott, The Message of Romans, The Bible Speaks Today (Nottingham: IVP, 1994), 266.
4
D. J. Moo, The Epistle to the Romans, New International Critical Commentary on the New Testament (Grand
Rapids: Eerdmans, 1996), 576.
5
Así es como la Septuaginta (LXX) lo traduce.
6
Esta es la posición tomada por Stott, The Message of Romans, 269; Moo, The Epistle to the Romans, 594; J. D. G.
Dunn, Romans 9–16, Word Biblical Commentary 38B (Nashville: Thomas Nelson, 1988), 563; J. Philip, The Power of God
(Glasgow: Nicholas Gray, 1987), 138-139.
7
Hendriksen, Romans, 325; H. Ridderbos, Aan de Romeinen, Commentaar op het Nieuwe Testament (J. H. Kok:
Kampen, 1959), 216-217.
8
Moo, The Epistle to the Romans, 598; Dunn, Romans 9-16, 555.
9
Philip, The Power of God, 138-139; Hendriksen, Romans, 326.
10
Hendriksen, Romans, 326; Stott, The Message of Romans, 269; L. Morris, The Epistle to the Romans (Grand Ra-
pids: Eerdmans, 1988), 361.
1. Romanos 9:26.
La cita de Oseas 1:10 también implica que los que una vez fueron rechazados por Dios (los
gentiles) se convertirán en Su pueblo.
2. Romanos 9:27-28.
Esta vez es una cita de Isaías 10:22-23. Pablo se refiere a esto no como un momento en
particular, sino como una verdad constante y continua con respecto al pueblo de Israel en cada
generación. No todos los descendientes de Israel, sino solo un remanente, conocería la salvación
de Dios en todas y cada una de las generaciones. Cuando consideramos Romanos 11:26 debemos
tener esto en cuenta.
11
Hendriksen, Romans, 328; Stott, The Message of Romans, 272; Dunn, Romans 9–16, 559.
12
Moo, The Epistle to the Romans, 607.
13
Moo, The Epistle to the Romans, 630.
14
Ver Dunn, Romans 9–16, 602-605, 614.
15
Hendriksen, Romans, 344.
16
Moo, The Epistle to the Romans, 652-653.
J. las personas solo pueden creer si alguien se los dice (ro. 10:14-15)
Esta es la justificación de Pablo para su ministerio con los gentiles.
lección
Los cristianos están sin excusa dado que tienen la Palabra de Dios y el Espíritu Santo.
17
Stott, The Message of Romans, 299; Bruce, Romans, 206.
18
Philip, The Power of God, 158; Hendriksen, Romans, 370; Moo, The Epistle to the Romans, 700.
19
Moo, The Epistle to the Romans, 700.
20
Dunn, Romans 9–16, 659, 671.
21
C. E. B. Cranfield, Romans, vol. 2, International Critical Commentary (Edinburgh: T & T Clark, 1979).
22
Stott, The Message of Romans, 299; Bruce, Romans, 206.
23
Cranfield, Romans, 98.
24
J. Calvin, The Epistle of the Apostle Paul to the Romans (Edinburgh: Oliver and Boyd, 1961).
25
Hendriksen, Romans, 381-382.
26
Stott, The Message of Romans, 303; Bruce, Romans, 209.
I. I ntroducción
En esta lección estudiaremos Romanos 13:1-7.
| 87
III. E l trasfondo general
Versículo 1a
Todos deben someterse al poder civil existente. Pablo luego expone sus razones teológicas
para este planteamiento.
1
J. Stott, The Message of Romans, The Bible Speaks Today (Nottingham: IVP, 1994), 344-345.
2
Ver F. F. Bruce, Romans, ed. rev., Tyndale New Testament Commentaries (Leicester: IVP, 1985), 86.
D. ¿y si el gobierno es impío?
En este punto, es importante distinguir entre varios términos diferentes.
1. Obediencia.
Esto significa que obedecemos, aunque al obedecer pequemos. Esto no es un requisito para
los creyentes.
2. Rebelión.
Esto es negarse a someterse a la autoridad de otro. No obedeceremos sus mandatos ni acep-
taremos las consecuencias de nuestra desobediencia.
3. Sumisión.
Esto implica que, aunque podemos desobedecer una orden que creemos que es contraria a
la voluntad de Dios, aceptaremos las consecuencias de esa desobediencia.
3
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