Thomas Todd - La Epístola de Pablo A Los Romanos

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La Epístola de Pablo a los Romanos

Thomas Todd

Publicado originalmente en inglés por Timeless Theological Academy.


Traducción, edición y diseño por Editorial Gozo Eterno, 2023.

El texto bíblico sin otra indicación ha sido tomado de la Nueva Biblia de las Américas™ NBLA™ Copyright
© 2005 por The Lockman Foundation. Usado con permiso.

Los versículos bíblicos indicados con RVR60 han sido tomados de la Reina-Valera 1960 ® © Sociedades
Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Usado con permiso.

Todo énfasis en los versículos bíblicos ha sido añadido por el autor.

www.timelesstheologicalacademy.com
www.stegozoeterno.org
THOMAS TODD

LA EPÍSTOLA DE PABLO
A LOS ROMANOS
Contenido
LECCIÓN 1
Introducción y esquema.......................................................................................... 7
LECCIÓN 2
Lo que Romanos dice acerca de la caída del hombre............................... 17
LECCIÓN 3
El pecado y la muerte en Romanos................................................................... 23
LECCIÓN 4
La carne en Romanos...............................................................................................31
LECCIÓN 5
Lo que Pablo dice acerca de la ley de Moisés en Romanos................... 41
LECCIÓN 6
La justicia de Dios en Romanos.......................................................................... 47
LECCIÓN 7
La nueva creación en Romanos.......................................................................... 55
LECCIÓN 8
Predestinación, presciencia y la elección................................................... 59
LECCIÓN 9
La seguridad cristiana.......................................................................................... 67
LECCIÓN 10
La libertad cristiana en Romanos.................................................................... 73
LECCIÓN 11
La nación de Israel en Romanos........................................................................ 79
LECCIÓN 12
Gobierno civil en Romanos.................................................................................. 87

Bibliografía................................................................................................................... 91
LECCIÓN 1

I ntroducción
y esquema

I. El autor
«Nunca ha habido ninguna disputa de importancia real sobre la autoría de Romanos».1

A. romanos 1:1 - pablo el apóstol

1. Nacido en Tarso de Cilicia (Hch. 22:3).


Tarso fue una de las provincias romanas de Cilicia y tenía un puerto en el río Cidno. Estaba
situado en una carretera principal que llevaba a las Puertas Cilicias, una vía que pasaba a través
de la cordillera del Tauro. Su población en el siglo i era de aproximadamente 500 000. Aunque
inicialmente fundada por los griegos, también había experimentado una influencia asiria, persa y
romana. Por lo tanto, tenía una mezcla de culturas y era conocida como un centro de aprendizaje y
filosofía. Parece que hubo una gran población judía desde comienzos y mediados del siglo ii a. C.

2. De ascendencia judía (Hch. 22:3) - De la tribu de Benjamín (Fil. 3:5).


El nombre hebreo, Saulo, significa «pedido». Pablo (que significa «pequeño») era su nombre
romano.

3. Educado en Jerusalén a los pies de Gamaliel el anciano (Hch. 22:3).


Gamaliel fue un miembro prominente del partido liberal de los fariseos, de la escuela de Hi-
lel. Fue uno de los miembros del Sanedrín judío e intervino con un discurso persuasivo en uno de
los juicios de los apóstoles (Hch. 5:33-40). Se le tenía en tan alta estima que la Mishná afirma que
la reverencia ante la Torá disminuyó luego de su muerte. Se le llamaba Rabban (nuestro maestro),
un título mayor que Rabí (mi maestro).

1
J. D. G. Dunn, “Romans, Letter to” en Dictionary of Paul and His Letters, ed. G. F. Hawthorne et al. (Downers
Grove, IL: Inter-Varsity Press, 1993), 838.

| 7
Al igual que su padre, se convirtió en fariseo (Hch. 23:6; Fil. 3:5), la secta judía más estricta
aparte de aquella de la comunidad de Qumrán. Superó a muchos de su edad en su progreso (Gá.
1:14).

4. Un hebreo de hebreos (Fil. 3:5).


Esto es probablemente una referencia a dos cosas:
i. Un hebreo de linaje puro sin matrimonios mixtos.2
ii. Un hebreo en la práctica3: al leer las Escrituras en el hebreo original en vez de
la Septuaginta (la traducción griega del Antiguo Testamento); al hablar arameo
(Hch. 21:40; 22:2) en vez de griego, el lenguaje usado por muchos judíos de la
diáspora (el término para los judíos que no vivían en Judea sino en las ciudades
extranjeras del Imperio grecorromano).
Sin embargo, después de su conversión, todas las citas que usa en sus escritos son de la
Septuaginta.

5. Su familia parece haber sido adinerada e influyente.


Atestiguado por:
i. Su ciudadanía en Tarso (Hch. 21:3): normalmente había que tener una propiedad
valorada por 500 dracmas para obtener la ciudadanía en Tarso.4 Era más difícil
adquirir una si se era judío.
ii. Su ciudadanía romana (Hch. 22:23-29): no se solía conceder a los provincianos y
posiblemente fue adquirida por su padre o su abuelo por un servicio conspicuo
a un procónsul militar,5 posiblemente en la construcción de tiendas de campaña
para los militares.6
iii. Su propio acceso al Sumo Sacerdote en Jerusalén (Hch. 9:1-2).
iv. El acceso de su sobrino a los líderes de Jerusalén (Hch. 23:16, 20).

6. Durante sus años en el judaísmo, Saulo se creía un hombre justo (Fil. 3:6).
Se convirtió en un ferviente perseguidor de la Iglesia, instigando él mismo algunas acciones
contra ella (Hch. 9:1-2; 26:9-11; Gá. 1:13; Fil. 3:6).
Fue solo un encuentro con Cristo resucitado lo que provocó un cambio radical en Saulo/
Pablo, de modo que se convirtió en un trabajador igualmente celoso para Cristo (Hch. 9; 1 Co.
15:10).
Se consideraba a sí mismo, y era reconocido por otros, como el apóstol de los gentiles (Ro.
11:13; Gá. 2:8-9).

2
W. Hendriksen, Philippians, Colossians & Philemon, New Testament Commentary (Edinburgh: Banner of Truth
Trust, 1962), 159.
3
F. Foulkes, “Philippians”, en The New Bible Commentary, 3.a ed., ed. D. Guthrie et al. (London: Inter-Varsity Press,
1970), 1135; W. R. Stegner, “Jew, Paul the”, en Dictionary of Paul and His Letters, ed. G. F. Hawthorne et al. (Leicester, IVP.
1993), 504; F. F. Bruce, Paul: Apostle of the Heart Set Free (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1977), 42.
4
Dion Crisóstomo, Orations 34.23.
5
F. F. Bruce, “Paul in Acts and Letters” Dictionary of Paul and His Letters, ed. G. F. Hawthorne et al. (Leicester: IVP,
1993), 682.
6
Bruce, Paul: Apostle of the Heart Set Free, 37, nota al pie de página 3.

8 | La Epístola a los Romanos


7. Después de trabajar por un periodo con la Iglesia gentil en Antioquía de Siria
(Hch. 11:19 ss.), se embarcó en tres viajes misioneros y un viaje a Roma.
Los detalles principales de estos se encuentran en el libro de los Hechos de la siguiente
manera:
i. Primer viaje misionero Hechos 13:1–14:28
ii. Segundo viaje misionero Hechos 15:36–18:22
iii. Tercer viaje misionero Hechos 18:23–21:15
iv. Viaje a Roma Hechos 21:17–28:31

lecciones de la vida de pablo


• Dios puede salvar a cualquiera: la clave no es un buen argumento, sino una reve-
lación personal de Cristo. Por lo tanto, la oración debería ser un componente vital
para todo el evangelismo.
• Dios nos puede usar como Él considere oportuno, no como nosotros pensemos
que Él debería hacerlo: Su gracia y Su poder nos hacen capaces.
• Pablo operó bajo la cobertura de la Iglesia de Antioquía de Siria (Hch. 13:1-3;
14:26-27; 15:2-3, 40; 18:22). Es vital que todos seamos responsables ante alguien.
• Saulo/Pablo cambió su actitud hacia la gente, especialmente hacia los gentiles, y
hacía sí mismo (ya no autojustificado) debido a su encuentro con Cristo.
Cuando una persona verdaderamente ha nacido de nuevo debería haber alguna
evidencia de un cambio, y al mismo tiempo, debemos ser pacientes y permitir que
las personas acepten las implicaciones de su nueva fe (Gá. 1:17).
• Pablo sabía que había sido llamado a ser apóstol de los gentiles en el camino hacia
Damasco (Hechos 26:17), pero pasarían algunos años (posiblemente hasta cator-
ce) antes de que entrara por completo en esa obra.

II. E l propósito de escribir


Romanos es la principal delineación del evangelio de Pablo. ¿Por qué sintió la necesidad de
expresar tan plenamente el evangelio que predicaba?
Se han propuesto tres propósitos —cada uno basado en lo que realmente Pablo escribe en
Romanos— para escribir esta carta. Estos son:

A. un propósito misionero, basado en romanos 1:8-15 y 15:18-33


Pablo, como el apóstol de los gentiles, desea visitar la capital del mundo gentil —Roma—
para llevar a cabo alguna obra evangelística (Ro. 1:15).
Él también desea impartir algún «don espiritual» a los creyentes romanos (Ro. 1:11).
Él considera como terminado su trabajo en las partes orientales del Imperio (Ro. 15:23) y de-
sea ir a lugares donde el evangelio no se ha predicado aún (Ro. 15:20). Por lo tanto, él planea llevar
una ofrenda de las iglesias gentiles en Acaya y Macedonia a los pobres en Jerusalén (Ro. 15:25-26)
y luego dirigirse a España (Ro. 15:24, 28).
Él espera que los creyentes romanos le ayuden con el viaje hacia España (Ro. 15:24) y tam-
bién hacerlos orar por el éxito de su viaje actual a Jerusalén (Ro. 15:31).

introducción y esquema | 9
La razón por la que Pablo pudo haber sentido la necesidad de dar una explicación tan com-
pleta de su evangelio puede ser para informar a los romanos de lo que él estaba predicando, de
modo que ellos tuvieran la seguridad de que estaban apoyando a un misionero cuyo mensaje del
evangelio es sano.7
El problema con este punto de vista es que desde Romanos 12:1–15:13, Pablo no está sim-
plemente presentando sus creencias sino dando instrucciones y aquellas en los capítulos 14 y 15
están relacionadas con un asunto específico en la Iglesia romana. Lo mismo se podría decir sobre
11:13-24 y 6:11-14.

B. un propósito apologético, basado en pasajes como romanos


1:16, 3:8 y 9:1-2
Pablo pudo haber estado consciente de que tanto él como su mensaje habían sido tergiver-
sados. El libro de los Hechos deja claro que aun en la Iglesia cristiana él tenía sus oponentes (Hch.
15; 21:20-25).
Como deseaba recibir apoyo de la Iglesia en Roma para su misión en España, es posible que
sintiera la necesidad de declarar lo que él enseñaba para que ellos no se dejaran desviar por las
afirmaciones de sus oponentes.
Parece haber indicaciones en la Carta a los Romanos de que había algunas personas tergi-
versando su mensaje (Ro. 3:8).
Tal vez también pensó que tendría que defender su mensaje en su próximo viaje a Jerusalén,
y por eso lo dejó escrito en esta carta, porque deseaba que los creyentes romanos oraran por esa
visita (Ro. 15:31-32).8
Una vez más, tal punto de vista no toma en cuenta completamente el hecho de que Pablo no
solo está registrando sus creencias sino también dando instrucciones.

C. un propósito pastoral, basado en romanos 14:1–15:6


Pablo pudo haber estado consciente de las divisiones potenciales o existentes en la Iglesia en
Roma, posiblemente entre los creyentes judíos y gentiles.
Es posible que estas divisiones se acentuaran cuando Claudio expulsó a los judíos de Roma
en el 49 d. C. (ver Hch. 18:2 y las notas que se encuentran más abajo sobre los destinatarios).
Por lo tanto, Romanos no fue un intento de Pablo de exponer su evangelio, sino más bien
trata con problemas específicos dentro de la Iglesia romana.9
Esto explicaría por qué Pablo enfatizó la necesidad constante del evangelio tanto para el
judío como para el gentil. Este punto de vista también explica la manera en que Pablo concluye el
tema principal de la carta en Romanos 15:7-13.
nota: Un problema con (B) y (C) mencionados previamente es que Pablo nunca había estado en
Roma y por lo tanto sería poco probable que tuviera conocimiento de las cosas allí. Sin embargo,

7
D. J. Moo, The Epistle to the Romans, The New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids,
MI: Eerdmans, 1996), 17.
8
J. Jervell, “The Letter to Jerusalem”, en The Romans Debate, 2.a ed., ed. K. P. Donfried (Peabody, MA: Hendrickson
Publishers, 1991), 53-64.
9
W. Marxsen, Introduction to the New Testament (Philadelphia, PA: Fortress Press, 1968), 92-104; W. S. Campbell,
“Why Did Paul Write Romans?” ExpTim 85 (1974): 264-69; K. P. Donfield, “A Short Note on Romans 16”, en The Romans
Debate, 2.a ed., ed. K. P. Dunfield (Peabody, MA: Hendrickson, 1991), 46-48.

10 | La Epístola a los Romanos


los saludos en Romanos 16 indican que Pablo tenía un contacto considerable con muchos de los
cristianos romanos.

nota: Es posible que estos tres propósitos constituyan la razón por la cual Pablo escribió esta
carta.10
Planeaba ir a Roma y pedirles que le ayudaran en su viaje a España. Sin embargo, sabía que
su mensaje había sido tergiversado allí y también que los judíos y los gentiles allí no se llevaban
bien.

lecciones del propósito de pablo


• Al igual que Pablo, nosotros deberíamos hacer los esfuerzos necesarios para pro-
mover la unidad entre los creyentes (ver Hch. 21:20 ss.).
• Pablo llegó a Roma, pero no de la manera que pretendía.
Algunas veces podremos saber lo que Dios quiere, pero eso no significa que se-
pamos cómo Él pretende llevarnos allí (ver la historia de José en el Antiguo Tes-
tamento).

III. L a fecha de composición


Sabemos que Pablo escribió al final de su trabajo en el este y antes de su última visita a Jeru-
salén, donde fue arrestado.
Hechos 20:4 nos dice que Pablo duró tres meses en Grecia, habiendo viajado desde Éfeso a
través de Macedonia y luego a Grecia. Luego comenzó su viaje a Jerusalén. Una fecha alrededor
del 55-57 d. C. es probable.11
El hecho de que Pablo trate sobre el tema del pago de impuestos en Romanos 13:6-7 puede
que apunte al período de disturbios por los impuestos entre los años 56-58 d. C.12 durante el rei-
nado de Nerón (54-68 d. C.).

IV. E l lugar de composición


Varios factores apuntan a Corinto como el lugar del origen de la carta.
i. Febe (Ro. 16:1-3) es una nativa de Céncrea, el puerto oriental de Corinto.
ii. Gayo (Ro. 16:23a) es un nativo de Corinto (1 Co. 1:14).
iii. Se dice que Erasto (Ro. 16:23b) era un funcionario importante del lugar de ori-
gen. Erasto está conectado con Corinto en 2 Timoteo 4:20. Se ha desenterrado
en Corinto un pavimento colocado por un funcionario cívico llamado Erasto.
iv. La colecta (Ro. 15:26 s.). Debido a su localización, Corinto fue probablemente
uno de los últimos lugares donde Pablo hizo esta colecta antes de su viaje de
regreso.

10
Dunn, “Romans, Letter to the”, 840-41.
11
Moo, The Epistle to the Romans, 3.
12
Tácito, Anales 13.

introducción y esquema | 11
v. La mención en Hechos 20:3 de los tres meses que se pasaron en Grecia antes del
viaje a Jerusalén puede también apuntar a Corinto, en donde Pablo parece haber
tenido su cuartel general griego.13

V. L os destinatarios
Aunque unos pocos manuscritos omiten la referencia a Roma en Romanos 1:7 y 15, no hay
discusión entre los eruditos de que la carta fue escrita a la Iglesia en Roma.
Las razones generalmente dadas para la omisión son:
i. El uso general posterior de la carta en todas las iglesias, y no únicamente en
Roma.14
ii. El hereje Marción, rechazado por la Iglesia de Roma, influyó en esta omisión.15
Ciertamente Marción borró todo desde Romanos 14:23 en adelante debido a sus referencias
al Antiguo Testamento.16

A. la fundación de la iglesia
No sabemos cómo fue fundada la Iglesia en Roma. Ciertamente, cuando Pablo escribió la
carta, él no saludó a Pedro, lo que implica que Pedro no estaba allí en ese tiempo. (La tradición
católica romana afirma que él fue el obispo allí desde el año 42 a 64 d. C.). No tenemos registro
de que Pedro estuvo en Roma previo a la carta de Pablo. También es poco probable que Pablo
hubiese escrito esta carta o planeado la visita que tenía en mente si la Iglesia hubiera sido fundada
por Pedro (Ro. 15:20).17
La Iglesia de Roma probablemente comenzó en medio de la comunidad judía en Roma. Va-
rios factores apoyan este punto de vista:
i. Según el padre latino del siglo iv d. C., Ambrosiastro, en su Comentario sobre
Romanos, la Iglesia de Roma no fue fundada por apóstoles, sino por cristianos
judíos que impusieron una «forma judaica» en ella.
ii. La numerosa comunidad judía en Roma al comienzo del siglo i (estimada en
40 000 - 50 000 personas).18
iii. La expulsión de los judíos de Roma en el año 49 d. C. debido a los disturbios
«instigados por Chrestus»19 (una posible referencia a Cristo).
iv. Priscila y Aquila ya eran cristianos antes de conocer a Pablo (Hch. 18:2) y eran
judíos de Roma, lo que implica una comunidad judía cristiana allí.
v. El número de nombres de esclavos en el capítulo 16 sugeriría que por lo menos
algunos fueron descendientes de judíos cautivos traídos a Roma después de que
Pompeyo subyugó a Palestina en el 62 a. C. Estos cautivos luego fueron liberados
más tarde y formaron gran parte de la comunidad judía del siglo i en Roma.20

13
Dunn, “Romans, the Letter to”, 838.
14
Dunn, “Romans, the Letter to”, 838.
15
W. Hendriksen, Romans, New Testament Commentary (Banner of Truth: Edinburgh, 1980), 27; F. F. Bruce, Ro-
mans, ed. rev., Tyndale New Testament Commentaries (Leicester: IVP, 1985).
16
Orígenes, Commentary on Romans.
17
Moo, The Epistle to the Romans, 4.
18
Dunn, “Romans, The Letter to”, 838.
19
Suetonio, Claudius 25.4.
20
J. D. G. Dunn, Romans 1–8, Word Biblical Commentary 38A (Nashville: Thomas Nelson, 1988), xlv; Philo, Le-
gations 155.

12 | La Epístola a los Romanos


vi. La referencia a los judíos de Roma entre la multitud en Pentecostés (Hch. 2:10-
11).
vii. La presencia de Rufo en Roma (Ro. 16:13), quien fue testigo de la muerte de
Cristo (Mr. 15:21).
En las sinagogas también habría temerosos de Dios que serían gentiles.
De modo que la Iglesia era una mezcla de judíos y gentiles, y lo más probable es que al inicio
el liderazgo haya sido judío.
Sin embargo, la expulsión de los judíos de Roma en el 49 d. C.21 habría removido el liderazgo
judío para que los gentiles ascendieran a la prominencia. Esto pudo haber causado problemas
cuando los judíos regresaron (Ro. 14:1 ss.).
Adicionalmente, la comunidad judía en Roma era despreciada por muchos romanos influ-
yentes22 porque:
i. Eran tan numerosos.
ii. El trato preferencial que les habían concedido Julio César y Augusto. Julio César
los había eximido de la prohibición que se impuso sobre los collegia o las socie-
dades y les permitió retener los derechos a las tradiciones ancestrales y el derecho
de reunión.23 Estas concesiones fueron ratificados por Augusto, quien también
decretó que la comunidad judía no debía ser privada si la distribución mensual
de alimentos caía en el Día de Reposo.24 Esto último apunta a una comunidad
considerable de judíos quienes fueron ciudadanos romanos en vista de que sola-
mente los ciudadanos recibían la ración de alimentos.
iii. El número de gentiles atraídos al judaísmo en Roma.25
Alguna de esta animosidad cultural pudo haber existido entre judíos y gentiles en la Iglesia.

B. organización de la iglesia en roma


A diferencia de Alejandría, la comunidad judía en Roma no tuvo una autoridad central en
parte porque, según la Ley romana, cada sinagoga individual sería considerada como un collegium
separado.26 Esta organización en grupos separados de adoradores también pudo haber sido el caso
en la Iglesia romana cuando los creyentes comenzaron a reunirse fuera de las sinagogas.
Romanos 16:5 indica la presencia de al menos una «iglesia doméstica» en Roma. Romanos
16:10-11 hace referencia a grupos particulares quienes pertenecían a un hogar y estos pudieron
haberse reunido en la casa del individuo mencionado.
Romanos 16:14-15 menciona a grupos cristianos que están conectados a individuos. Esto
bien pudo haber sido una referencia a grupos que se reunían en la casa del individuo.
Pablo no se dirige a la «Iglesia» (singular) en Roma.
Esto implica que hubo un número de iglesias domésticas en Roma y que no estaban unidas
en una sola entidad. Puede que haya habido diferencias entre los distintos grupos en casas, algu-
nos quizás más o menos judíos que otros.

21
Suetonio, Claudius 25.4.
22
Para más detalles ver Dunn, Romans 1–8, xlv-xlviii.
23
Josefo, Antiquities 14.214-215; Suetonio, Julius Caesar 42.3.
24
Suetonio, Augustus 32.1; Filón, Legatio ad Gaium, 156-158, 313.
25
Hay algunos indicios de que una expulsión más temprana de los judíos de Roma bajo Tiberio en el año 19 d. C.
pudo haber sido porque estaba atrayendo demasiados romanos de alta cuna. Dunn, Romans 1–8, xlvi.
26
Las inscripciones en las catacumbas judías de Roma indican que pudo haber hasta trece sinagogas en la ciudad
durante el siglo i d. C. Ver H. J. Leon, The Jews of Ancient Rome (Philadephia: Jewish Publication Society of America,
1960), 135-66.

introducción y esquema | 13
C. progreso de la iglesia en roma
La expulsión de los judíos en el 49 d. C. habría puesto al liderazgo gentil al frente de la Igle-
sia romana. Como con la mayoría de estas expulsiones romanas esta no duro mucho y los judíos
habían regresado a la ciudad (por ejemplo, Priscila y Aquila están ahora allí, Romanos 16:3-5).
El hecho de que la Iglesia sobreviviera a la pérdida de su liderazgo judío implica que un nú-
mero considerable de gentiles ya estaban en ella antes de la expulsión.
El hecho de que la expulsión podría haber sido por disturbios relacionados con Cristo tam-
bién implica una comunidad considerablemente fuerte y agresiva evangélicamente. Ciertamente
por las persecuciones neronianas en el 64 d. C., su número fue descrito como «vasto».27 Los casti-
gos sufridos en esta persecución también implican que pocos tenían ciudadanía romana.
El regreso de los cristianos judíos a la ciudad bien pudo haber sido difícil porque habrían
encontrado que el énfasis judío original había desaparecido y esto pudo haber llevado a algunas
de las dificultades que Pablo trata en Romanos (Ro. 11:13-24; 14:1-15:13).
Pablo se dirige tanto a judíos como a gentiles en su Epístola a los Romanos:
• Judíos. Romanos 2:17 ss.; 7:1.
• Gentiles. Romanos 11:13 ss.

lecciones de la iglesia en roma


• El trabajo de esparcir el evangelio y establecer iglesias es la responsabilidad de
todos los creyentes, no solo de unos pocos.
• El evangelio debería reunir a personas que normalmente no estarían juntas en este
mundo o sociedad debido a diferencias educativas, sociales o personales.

27
Tácito, Annals 15.44.2-4.

14 | La Epístola a los Romanos


VI. U n esquemade la E pístola a los R omanos
Prólogo (1:1-15)
Saludo (1:1-7)
Pablo se presenta a sí mismo (1:8-15)
El tema del evangelio – La revelación del camino de justicia de Dios (1:16-17)
La necesidad del evangelio - Una falta de justicia (1:18–3:20)
El mundo pagano injusto (1:18-32)
Los judíos injustos (2:1–3:8)
La injusticia de todos (3:9-20)
El mensaje del evangelio - La justicia mediante la fe (3:21–5:21)
La provisión de Dios en Cristo: justicia mediante la fe (3:21-31)
La provisión de Dios antes de Cristo: justicia mediante la fe (4:1-25)
La provisión de Dios a través de Cristo: las bendiciones de la justicia me-
diante la fe (5:1-11)
La provisión de Dios a través de Cristo: mayor que los efectos del pecado de
Adán (5:12-21)
El poder liberador del evangelio - Poder para vivir en rectitud (6:1–8:39)
Libertad del pecado (6:1-23)
Libertad de la Ley (7:1-25)
Libertad de la carne (8:1-17)
Libertad en el futuro (8:18-39)
El rechazo del evangelio - La falla de Israel en obtener la justicia (9:1–11:36)
La elección soberana de Dios (9:1-29)
La elección de Israel (9:30–10:21)
El propósito soberano de Dios (11:1-36)
El estilo de vida del evangelio - Lo que implica una vida justa (12:1–15:13)
El primer requerimiento: un sacrificio vivo (12:1-2)
El requisito de un «cuerpo» (12:3-8)
El requisito de la relación (12:9-21)
El requisito estatal (13:1-7)
El requisito del amor (13:8-10)
El requisito de tiempo (13:11-14)
El requisito de la aceptación (14:1–15:13)
El epílogo (15:14–16:25)

introducción y esquema | 15
LECCIÓN 2

L o que R omanos dice acerca


de la caída del hombre

I. I ntroducción
En esta lección examinaremos lo que Pablo dice en Romanos 5:12 ss., donde compara las
repercusiones del pecado de Adán con los resultados de la vida y muerte justas de Cristo. La mejor
forma para determinar lo que está diciendo es hacer una exégesis del texto.
nota: Aunque nuestra exégesis considerará que el pasaje tiene una referencia particular a las
acciones reales de Adán y Jesús, muchos consideran su significado más en términos de una des-
cripción de dos modos de vida: «en Adán» y «en Cristo».1
Sin embargo, las frases griegas «en Adán» y «en Cristo» no se encuentran en lo absoluto en
este pasaje. El nombre «Adán» sí significa «hombre» en el sentido de la humanidad,2 pero Pablo
claramente se refiere aquí a «uno» (Ro. 5:12, 15-17, 19), lo que indica que está hablando de Adán,
el individuo. Ciertamente está hablando sobre un evento específico que involucró a un individuo,
a saber, Adán, el primer hombre. Para el apóstol, Adán era una persona real y la caída fue un
evento histórico real.

II. C ontexto
Romanos 5:12 comienza con «Por tanto», vinculándolo con lo que ha sido escrito antes.
Esta sección fue pensada como una conclusión de algo que había sido escrito antes. Los
eruditos están divididos sobre qué parte del argumento de Pablo se pretende concluir. Existen dos
escuelas principales de pensamiento.

1
Ver J. Philip, The Power of God (Glasgow: Nicholas Gray Publishing, 1987), 84; F. F. Bruce, Romans, ed. rev., Tyn-
dale New Testament Commentaries (Leicester: IVP, 1985), 119.
2
Bruce, Romans, 119.

| 17
A. romanos 1:18–5:113
Allí Pablo argumenta que todos los hombres —morales, judíos, gentiles paganos— están
bajo el pecado y solamente pueden ser justificados mediante la fe en Cristo. En Romanos 5:1-11,
muestra los efectos de la justificación mediante la fe en Cristo. Ahora desea concluir su argumento
afirmando que, así como el pecado de un hombre (el de Adán) llevó a todos los hombres al pecado
y a la condenación, así también la obra de un hombre (Jesucristo) ha llevado a todos los hombres
a la justificación.

B. romanos 5:1-114
Al final de esta sección Pablo ha afirmado que la salvación final del creyente está asegura-
da. Esto lo lleva a concluir que, así como los efectos del pecado de Adán fueron establecidos en
términos de pecado y muerte, así también los efectos de la justicia de Cristo son establecidos en
términos de salvación eterna.
El «un hombre» al que hace referencia aquí es Adán. Pablo pretendía marcar un contraste
aquí como lo indican las palabras «tal como...», es decir, si dijera: «tal como un perro persigue a un
gato...», se esperaría la siguiente parte de la oración. Sin embargo, Pablo no termina ese contraste,
sino que se desvía hacia otro tema (¡como algunos predicadores!). No completa el contraste de
nuevo sino hasta el versículo 18.5 Por lo tanto, terminar el versículo 12 con los pensamientos de
Pablo en los versículos 18-19 nos daría algo como esto:
«Tal como el pecado entró en el mundo por medio de un hombre, y la muerte por medio del
pecado, así también la justicia entró en el mundo por medio de un hombre, y la vida por medio
de esa justicia». Entonces lo que Pablo tiene que decir de los versículos 13-17 es una digresión o
un paréntesis.

III. ¿Q ué es lo que P ablo dice acerca de la caída ?

A. el efecto en el estado del hombre


Romanos 5:18a afirma: «Así pues, tal como por una transgresión (acción de Adán) resultó la
condenación de todos los hombres...».
Romanos 5:19a afirma: «Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos
fueron constituidos pecadores...».
De acuerdo con estos dos versículos, el pecado de Adán resultó en que todos los hombres se
convirtieran en pecadores y todos los hombres fueran condenados.
Pero se puede argumentar que es injusto que todos sean declarados pecadores y condenados
a muerte porque Adán pecó. No fue el pecado de ellos sino el de él, entonces ¿por qué deberían ser
ellos condenados por eso? Ezequiel 18 deja claro que el descendiente de un hombre malvado no
será castigado por el pecado de ese hombre si él mismo vive una vida justa.
Por eso Dios no castigaría a toda la humanidad por el pecado de Adán si el resto de la huma-
nidad hubiera vivido una vida justa.
Entonces, ¿cómo es que el pecado de Adán nos hace a todos pecadores y nos trae conde-
nación a todos? Pablo no da más detalles sobre eso en estos versículos. Simplemente asume que

3
J. D. G. Dunn, Romans 1–8, Word Biblical Commentary 38A (Nashville: Thomas Nelson, 1988), 271.
4
D. J. Moo, The Epistle to the Romans, New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids:
Eerdmans, 1996), 317.
5
Dunn, Romans 1–8, 272.

18 | La Epístola a los Romanos


es cierto. Solamente podemos tratar de responder estas preguntas recurriendo a otras cosas que
Pablo dice tanto en Romanos como en otros lugares.

B. el pecado entró en el mundo


Es el hombre, Adán, no la mujer, Eva, quien es considerado responsable de que el pecado
haya entrado en el mundo (Romanos 5:12). ¿Por qué?

1. Se puede encontrar alguna ayuda en 1 Timoteo 2:14.


Este versículo no dice que las mujeres no pueden enseñar o tener autoridad porque son más
fáciles de engañar que los hombres. Ellas no deben hacerlo por la forma en que Dios los hizo:
Adán primero y luego Eva. Lo que sí nos dice es que Adán no fue engañado mientras que Eva sí lo
fue. Por tanto, el pecado de Adán no tiene excusa, él no podía alegar que había sido engañado. Lo
suyo fue un acto deliberado de rebelión.
Como cabeza y líder en la relación, y como el que había recibido directamente la instrucción
de Dios, Adán es aún más responsable porque él eligió «escuchar a su mujer» (Gn. 3:17) quien
ahora era una pecadora (1 Ti. 2:14) en lugar de al Dios justo. Cabe recordar que el papel de la mu-
jer era ser una compañera adecuada y ayudar al hombre. Eso en sí mismo implica que ella sigue,
no lidera.

2. Adán fue la fuente de toda la raza humana, incluida Eva.


Si él no hubiera pecado, aunque Eva lo hubiera hecho, entonces el pecado no habría podido
gobernar sobre la fuente de la humanidad.
Por ejemplo, consideremos un río que desemboca en un lago. Si la fuente del río está con-
taminada, también lo está todo el río y el lago. Si solamente el lago está contaminado, entonces el
río permanecerá incontaminado.

¿Qué es el pecado?
El pecado puede usarse en las Escrituras para referirse a:
i. Un acto real: Adán tomando del árbol del conocimiento del bien y del mal.
ii. El «Pecado» como una entidad o poder espiritual.
En este caso, la intención de Pablo es que el «poder espiritual» llamado «Pecado»6 entró en
el mundo cuando Adán tomó del árbol. Esto se confirma por el hecho de que Pablo afirma que la
muerte vino a través del «pecado» (Ro. 5:12), lo cual es similar a la idea de que «la paga del pecado
es muerte».

Romanos 6:23
En Romanos 6:23, el contexto circundante deja claro que se refiere al «Pecado» como una
entidad.
Pablo sí usa el término «pecado» para referirse a actos pecaminosos específicos (Ro. 5:14),
pero esto no es el significado de la palabra «pecado» en los versículos 12-13.
Pablo no especula sobre el origen de «Pecado» como tal, sino sobre cómo llegó a existir en
este mundo. (Para una mayor discusión sobre el «Pecado» ver notas separadas).

6
Moo, The Epistle to the Romans, 319.

la caída del hombre | 19


C. la muerte entró en el mundo
En vista de que el castigo del «pecado» es la muerte (Gn. 2:17), la muerte también entró en
el mundo con la caída del hombre. Pablo deja esto claro en Romanos 5:12.

¿Qué es la muerte?
En Romanos 5:14, la «muerte» es considerada manifiesta a través de la muerte física, sin
embargo, es la causa de esa muerte física. Por tanto, «muerte» acá es más que la muerte física.
En Romanos 5:21, se contrasta con «la vida eterna» lo cual implica un significado espiritual,
no solo físico.
En el pensamiento judío del siglo i, no había distinción entre la «muerte espiritual» y la
«muerte física».7 La muerte era una entidad o un poder que obraba en todos los niveles de la exis-
tencia humana. Por ejemplo, Adán y Eva no sufrieron inmediatamente la muerte física, pero la
«muerte» entró en su existencia y comenzó el proceso que eventualmente los llevaría a la muerte
física.
La muerte para Pablo es a veces un evento (Ro. 5:10), pero también puede ser una entidad o
poder espiritual que obra el proceso que lleva a ese evento: la muerte espiritual y física.

D. los efectos del pecado de adán sobre todos los hombres


Romanos 5:12c «... así también la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos
pecaron».
«Así» requiere que preguntemos: «¿De qué manera?».

1. Esta respuesta se puede encontrar en lo que se acaba de decir.


Por tanto, la muerte vino a todos los hombres porque Adán permitió que el Pecado entrara
y el Pecado trajo la muerte.8 Romanos 5:15a y 18 ciertamente implica que morimos por el pecado
de Adán. Morimos por las acciones de Adán.
Este punto de vista, que está relacionado con la idea de que «todos pecaron», hace referencia
no al pecado personal sino a que todos pecaron «en Adán»9 de quien todos hemos descendido
(ver He. 7:9-10). En efecto, Pablo está diciendo que la muerte llega a todos porque todos pecaron
en Adán.
En apoyo a este enfoque está:
i. El versículo 13: «el pecado no se toma en cuenta». Esto puede hacer referencia a
que Dios no toma en cuenta sus pecados debido a su ignorancia. Sin embargo, las
personas siguen muriendo. Así que si no fueron castigados por su propio pecado
deben estar sufriendo a causa del de Adán.
ii. Contexto. Tanto Cristo como Adán son presentados como representantes de dos
modos de existencia: uno «en Adán», el otro «en Cristo».
iii. Analogía. Muchos viven porque tienen a Jesús como cabeza, no porque realmente
hagan cosas justas. Si lo mismo se aplicara a Adán, entonces otros mueren, no
porque en realidad hayan hecho mal, sino porque el pecado de Adán se convierte
en el pecado de ellos.

7
Dunn, Romans 1–8, 273.
8
G. B. Stevens, The Pauline Theology: A Study of the Origin and Correlation of the Doctrinal Teachings of the Apostle
Paul (New York: Scribner, 1892), 127.
9
Bruce, Romans, 123; J. Stott, The Message of Romans, The Bible Speaks Today (Leicester: IVP, 1994), 149-150; J.
Phillips, The Power of God (Glasgow: Nicholas Gray Publishing, 1987), 84-85.

20 | La Epístola a los Romanos


Sin embargo, también se debe tener en cuenta que la frase «en Adán» no es usada en este
versículo.

2. La respuesta se encuentra en lo que sigue.


Todos hemos pecado personalmente10 y esto es lo que significa «todos pecaron». «Así» se
está refiriendo a cómo la experiencia de Adán demuestra por qué la muerte nos llega a todos.11 La
muerte entró en el mundo porque Adán pecó. La muerte entra en nosotros personalmente porque
pecamos. Morimos por nuestras propias acciones, no por las de Adán. Este punto de vista tiene
el apoyo de:
i. Lenguaje similar en Romanos 3:23
ii. Lenguaje. Pablo no usa tal terminología en ningún otro lado para referirse a todos
pecando en Adán, sino a todos cometiendo sus propios actos de desobediencia.
iii. El versículo 13: «el pecado no se toma en cuenta». Esto puede hacer referencia al
hecho de que los hombres no tomaban en cuenta el pecado cuando se encontra-
ban con la muerte porque no sabían que estaban pecando. La razón por la que
se dio la Ley fue para dar a conocer el pecado (Ro. 3:20; 7:7, 13).

3. Una combinación de lo que precede y de lo que sigue.12


Cuando Adán pecó, el Pecado entró en nuestro mundo y la muerte con él. No morimos por
el pecado de Adán directamente, sino por nuestro propio pecado. Eso no habría ocurrido si Adán
no hubiera traído la muerte al mundo.
La interpretación (2) previamente mencionada es probablemente la intención de Pablo aquí:
la muerte entró porque Adán pecó y de la misma manera todos los hombres mueren porque todos
los hombres pecan.
Debe señalarse que la preocupación de Pablo no es por qué todos los hombres pecan, sino
más bien por qué todos los hombres mueren. Puede que Adán dejara entrar a la muerte en el
mundo, pero su dominio sobre nosotros se debe a nuestro propio pecado. Su razonamiento aquí
es similar a lo que se encuentra en otros escritos judíos, como por ejemplo 2 Apocalipsis de Baruc
54:15, 19.
«Aunque Adán pecó primero y ha traído la muerte a todos los que no estaban en su tiempo,
cada uno de los que han nacido de él ha preparado para sí el tormento venidero...».

E. la respuesta al dilema
Esto aún nos deja con la pregunta con la que empezamos.
¿Por qué somos condenados por el pecado de Adán (Ro. 5:18a) y por qué somos pecadores
porque Adán pecó? (Ro. 5:19). Al sugerir que todos pecamos «en Adán», podemos encontrar
una respuesta a esta pregunta. Sin embargo, como se señaló previamente, la frase «en Adán» no
se encuentra realmente en estos versículos, por lo tanto, estamos poniendo algo que no está allí.
Pablo asume aquí pero no explica por qué estamos en esta posición por la desobediencia de Adán.

10
C. E. B. Cranfield, The Epistle to the Romans, vol. 1, International Critical Commentary (Edinburgh: T & T Clark,
1975); C. K. Barrett, Romans, Black’s New Testament Commentaries (London: A & C Black, 1957), 111.
11
Moo, The Epistle to the Romans, 321.
12
W. Hendriksen, Romans, New Testament Commentary (Edinburgh: Banner of Truth Trust, 1980), 178-179, toma
el punto de vista de que ambos están presentes en estos versículos, pero que la teoría (1) mencionada arriba es la prin-
cipal en estos versículos. Él acepta que todos hemos «pecado» en Adán pero que eso hace referencia es a nuestro propio
pecado.

la caída del hombre | 21


La respuesta debe encontrarse en lo que Pablo dice en otros lugares. Adán permitió que
el Pecado entrara a este mundo (Ro. 5:12) y el Pecado trae la muerte con él (Ro. 5.12). Pero si
no pecamos, entonces el Pecado no tiene dominio sobre nosotros (conclusión de Ro. 5:12). Sin
embargo, si pecamos (Ro. 3:23; 5:12), pecamos porque el «Pecado» tiene más poder que nosotros
y puede subyugarnos (Ro. 7:14, 23) y somos incapaces para ayudarnos a nosotros mismos (Ro.
7:18-20). Es la acción de Adán la que nos pone en esta posición de esclavitud al Pecado y, en con-
secuencia, nos condena a la muerte y a ser pecadores.
nota: Pablo no explica esto en Romanos 5. tenemos que deducirlo de lo que él dice en otros
lugares.

IV. C onclusión
Por tanto, en Romanos 5:12 ss., ¿qué efecto realmente dice Pablo tiene el pecado de Adán en
todos los hombres?
i. Adán permitió al Pecado entrar en este mundo.
ii. Al permitir que el Pecado entrara, Adán permitió que la muerte entrara y reinara
sobre los hombres (Ro. 5:17) porque todos los hombres pecaron y sufrieron sus
consecuencias.
iii. La desobediencia de Adán resultó en alguna forma en la condenación de todos los
hombres (Ro. 5:18) dado que él permitió a la muerte entrar en nuestro mundo.
iv. El pecado de Adán resultó en que todos fueran hechos pecadores (Ro. 5:19)
porque él permitió que el Pecado entrara en nuestro mundo.

22 | La Epístola a los Romanos


LECCIÓN 3

E l pecado y la muerte
en Romanos

I. Contexto griego
La palabra griega para «pecado» es άμαρτία (hamartia). Se refería a un error o al fracaso en
alcanzar una meta, especialmente una meta espiritual. La perspectiva griega era que el «pecado»
era principalmente el resultado de la ignorancia intelectual y que se podía superar con un mejor
entendimiento. En el mundo griego no existía una orientación firme de la culpa hacia Dios.

lección
Hoy en día hay muchos que afirman que una mejor educación para todos reducirá
las malas acciones. Argumentan que una mejor educación sobre el sexo reducirá el
número de madres solteras o que una mayor educación sobre las drogas, etc. reducirá
el número de aquellos que las consumen. Sin embargo, esto no ha sido así porque el
pecado no es el resultado de la ignorancia.

II. C ontexto hebreo


A. el antiguo testamento
Las Escrituras hebreas usan varias palabras para referirse al pecado. En la Septuaginta estas
normalmente se traducen como άμαρτία (hamartia) o άδικία (adikia).
El pecado en el Antiguo Testamento está relacionado con Dios, siendo una realidad que
separa al individuo o a la nación de YHWH. Era visto como una infidelidad al pacto entre Dios e
Israel (Os. 2; Jer. 3:10; 1 S. 15:23 ss.) y por lo tanto se expresaba en términos legales.
El pecado era considerado como universal (Gn. 6:5; 8:21; Is. 64:6 s.). El castigo por el pecado
era la muerte (Gn. 2:17).

| 23
Se ofrecían sacrificios cultuales para cubrir el pecado (Lv. 16) y el perdón estaba vinculado a
la confesión (Gn. 50:17; 2 S. 12:13; Sal. 51).

B. el judaísmo intertestamentario
Durante el período intertestamentario el pecado se vinculó más estrechamente con la Ley
mosaica. Los gentiles eran pecadores porque no conocían la Ley y, por lo tanto, no la obedecían.
Algunos pecados como la idolatría, la falta de castidad y el derramamiento de sangre eran
considerados imperdonables. Pecados no intencionales podían expiarse mediante sacrificios, ritos
cultuales, buenas obras, martirio o sufrimiento. El origen del pecado fue relacionado de diversas
maneras con Adán, Eva o los ángeles caídos (Gn. 6:1 ss.).
El pecado trajo enfermedad, muerte y condenación eterna. De acuerdo con el Antiguo Testa-
mento, se consideraba universal, pero se podía estar libre de pecado observando la Ley. El pecado,
sin embargo, sería removido en el Reino Mesiánico.

C. ¿por qué es importante?


Pablo no creció en un vacío. Había crecido con conceptos del pecado que eran principalmente
judíos. Le estaba hablando a una mezcla de personas, algunas con ideas judías del pecado y otras que a
menudo venían de un trasfondo griego y no judío, y, por lo tanto, tenían sus propios conceptos sobre
el pecado.
Al escribir, Pablo necesitaba tener en cuenta estos factores, para que lo que tenía que decir
sobre el pecado no fuera malinterpretado por las anteriores formas de pensar que estas personas
tenían sobre el pecado.

lección
Cuando comunicamos la verdad de Dios a las personas, debemos ser claros acerca
de lo que queremos decir. Las personas pueden tener ya unos conceptos falsos de
ciertos términos y frases, y malinterpretar nuestra intención debido a eso. Por ejem-
plo, si alguien te dijera: «Finalmente, después de años de búsqueda, he comprado un
Mercedes Benz de edición limitada», tú podrías asumir que esa persona tiene mucho
dinero. ¡El hecho de que sea un coleccionista de autos de miniatura probablemente
no sea lo primero que viene a tu mente! Para que se entienda exactamente de qué
están hablando, necesitaban definir lo que querían decir con un Mercedes Benz. Por
ejemplo, la sanidad por la fe, ¿qué significa esto? Podría tener un significado diferen-
te para personas diferentes.
• Sanidad mediante la fe en Jesús.
• Sanidad mediante la fe del sanador.
• Sanidad mediante la fe de la persona que necesita sanidad.
• Sanidad mediante la fe, pero sin ninguna referencia particular a Jesús.

24 | La Epístola a los Romanos


III. L a perpesctiva paulina del pecado según lo expresado
en Romanos
A. algunos comentarios generales
Las principales declaraciones de Pablo con respecto al pecado se encuentran en Romanos.
Su perspectiva del pecado y la relación de este con la muerte se basan en el relato del Antiguo
Testamento sobre la creación y la caída del hombre (Ro. 5:12 ss.).
Al igual que sus homólogos judíos, él consideraba que el pecado era universal (Ro. 3:23;
5:12), pero en lo que Pablo difería de sus contemporáneos judíos era en su insistencia en que la
observancia de la Ley era insuficiente para liberar a un hombre del poder y el castigo del pecado
(Ro. 7). Él creía que el pecado estaba en el mundo antes de la entrega de la Ley en el Sinaí (Ro-
manos 5:13-14) y, por lo tanto, no era simplemente una transgresión de la Ley. Más bien, su idea
del «pecado» era similar al concepto griego de «errar en el blanco», el blanco siendo la «gloria» (o
imagen) de Dios (Ro. 3:23).
Es más, para Pablo, cualquier acción que no estuviera motivada por la fe en Dios, era pecado
(Ro. 14:23). Era la presencia de la fe lo que hacía justa una acción, mientras que la ausencia de la
fe la hacía injusta.

B. la definición del pecado en romanos


En Romanos, Pablo usa «pecado» de dos maneras diferentes, y es el contexto de una referen-
cia determinada el que define cuál de las dos tiene en mente.
Estas dos maneras son:
i. Un acto particular de desobediencia (Ro. 5:12b; 6:15; 14:23).
ii. Un «Pecado» personificado: un poder o una entidad que busca tener el control
de los hombres.
Este último uso es el mayoritario en el texto de Romanos (Ro. 5:12 ss.; 6:6-7; 7:1-8:4).

C. la perspectiva de pablo sobre el origen del pecado y la


muerte
En Romanos 5:12 Pablo deja en claro que fue el acto de desobediencia de Adán lo que trajo
el pecado al mundo. Con el pecado, vino el castigo por pecar: la muerte (ver Gn. 2:17).
Él no especula sobre dónde estaba el Pecado antes de entrar en nuestro mundo.

lección
Algunas veces los cristianos son propensos a especular y teorizar acerca de cosas
sobre las cuales las Escrituras no nos dan información. Tal especulación no puede
considerarse como verdad, ni debe ser enseñada al pueblo de Dios.

A diferencia de muchos de sus contemporáneos judíos, Pablo no restringió su idea del pe-
cado simplemente a la ruptura del pacto establecido en el Sinaí. Así lo confirman sus palabras en
Romanos 5:13-14. Ahora examinaremos lo que él dice ahí con mayor detalle.

el pecado y la muerte en romanos | 25


D. el pecado es más que simplemente quebrantar los
mandamientos

1. Antes de que se diera la Ley (el pacto de Sinaí), el «Pecado» estaba en el mundo.
Los judíos podrían afirmar que no podía haber pecado, y por lo tanto ninguna penalidad por
el pecado, si no existía la Ley.1 Pablo argumenta que de hecho sí había «Pecado» en el mundo antes
de la Ley, estaba ahí desde el tiempo de Adán.
La experiencia de la humanidad prueba el punto de Pablo, porque antes de la Ley la gente
moría (Ro. 5:14). Morimos porque cometemos actos pecaminosos. Cometemos actos pecamino-
sos porque el «Pecado» está en el mundo. Así que se prueba el punto de Pablo.
El pecado es más que solamente quebrantar las leyes o el pacto de Dios. Es estar destituidos
de la imagen de Dios (Ro. 3:23). Esto concuerda más con la visión griega del pecado que con la
judía.

2. El pecado cometido por ignorancia aún tiene consecuencias.


Pablo continúa afirmando que la muerte reinó (y por lo tanto el Pecado), «aun sobre los que
no habían pecado con una transgresión semejante a la de Adán» (Ro. 5:14). Esta es una prueba
más de que el «pecado» es más que simplemente quebrantar los mandamientos de Dios. Mueren
porque pecan, aunque no se den cuenta de que pecan. Las personas a las que se refiere son aquellas
que no tenían la Ley y, por lo tanto, no sabían que estaban pecando.

lección
Podemos desobedecer a Dios en ignorancia, pero aún sigue siendo pecado y sigue
teniendo sus consecuencias.

3. La invisibilidad del «pecado» cuando no hay Ley.


Pablo ha mostrado claramente en los versículos 13-14 que el Pecado estaba en el mundo
antes de la Ley, la evidencia de esto era el hecho de que las personas morían (Ro. 5:14).
Al referirse al «pecado» que ya está en el mundo, Pablo puede estar pensando del «pecado»
como:
i. Una entidad personificada: «Pecado».
ii. Actos individuales de desobediencia.
Sin embargo, (i) anteriormente mencionado es lo más probable aquí y en el versículo 12.
Este es el uso principal de Pablo a lo largo de Romanos 6, 7 y 8 y, por lo tanto, es la intención más
probable aquí.
En Romanos 5:13b Pablo afirma «... el pecado no se toma en cuenta cuando no hay ley».
¿Qué quiere decir con esto? Hay tres posibles explicaciones:

1
C. E. B. Cranfield, The Epistle to the Romans, vol. 1, International Critical Commentary (Edinburgh: T & T Clark,
1975).

26 | La Epístola a los Romanos


i. Dios no tomaba en cuenta los pecados individuales.2
El problema con esta perspectiva es que los hombres eran castigados por sus pecados, mo-
rían. Así que Dios estaba tomando en cuenta el pecado.3 Algunos eruditos argumentan que la
razón por la cual las personas morían, a pesar de que Dios no tomaba en cuenta sus pecados
individuales, es porque pecaban «en Adán».4 Las palabras griegas traducidas «tomar en cuenta»
significan literalmente «cargar a la cuenta de alguien» y eran usadas en el lenguaje comercial del
siglo i.5 (ver Flm. 18 para el único otro uso de esta palabra en el Nuevo Testamento).
Es posible que Pablo estuviera recurriendo a la idea judía de que Dios llevaba un registro
celestial de los pecados y las obras justas de los hombres.6
ii. Los hombres no tomaron en cuenta que estaban pecando.7
En otras palabras, los hombres no equipararon su muerte con el hecho de que estaban pe-
cando porque no sabían que estaban pecando. Aun así, Dios los castigaba por su pecado con la
muerte, pero no se dieron cuenta por qué. Esta interpretación encuentra apoyo en el propio pen-
samiento de Pablo sobre el propósito de la Ley en Romanos 3:20; 7:7.
iii. Los hombres no tomaron en cuenta la influencia o la presencia del Pecado, la
entidad.
Esta perspectiva es similar al (ii), anteriormente mencionado. Sin embargo, difiere en su
interpretación de cómo Pablo usa el término «pecado» en el versículo 13. Este punto de vista
interpreta que Pablo se refiere al «Pecado» como una entidad y no solo como un acto individual.
El hombre no se dio cuenta (no tomó en cuenta) del pleno poder y la fuerza de esta entidad hasta
que la Ley fue dada. Este punto de vista concuerda con lo que Pablo dice en Romanos 7:7 ss., es-
pecialmente en el versículo 13, donde Pablo al referirse al Pecado tiene en mente la entidad en vez
de los actos individuales.
Este punto de vista también permite que los hombres sean castigados por Dios debido a sus
pecados individuales mediante la muerte, pero acepta que los hombres puede que no se hayan
dado cuenta de que lo que estaban haciendo era pecaminoso y que por eso estaban muriendo.
Ellos no se daban cuenta de que estaban pecando, pero más que eso no se daban cuenta de que
estaban bajo la influencia del pecado.
Esta es la razón de por qué la Ley debía darse, para que los hombres pudieran reconocer qué
acciones eran pecaminosas, y también para que pudieran llegar a ser conscientes de esta entidad
llamada «Pecado» que dominaba sus vidas (Ro. 3:20; 7:7, 13).
La muerte reinaba porque el Pecado reinaba, aun antes de que se diera la Ley. La gente sim-
plemente no lo sabía.

2
J. Philips, The Power of God, (Glasgow: Nicholas Gray Publishing, 1987), 86; J. Stott, Romans, The Bible Speaks
Today (Leicester: IVP, 1994), 151; J. D. G. Dunn, Romans 1-8, Word Biblical Commentary 38A (Nashville: Thomas Nel-
son, 1988), 274.
3
W. Hendriksen, Romans, New Testament Commentary (Edinburgh: Banner of Truth Trust, 1980), 179.
4
F. L. Godet, Commentary on Romans (Grand Rapids: Kregel, 1977); Stott, Romans,152.
5
J. D. G. Dunn, Romans 1-8, Word Biblical Commentary 38A (Nashville: Thomas Nelson, 1988), 274; D. J. Moo,
The Epistle to the Romans, New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids: Eerdmans, 1996), 332
pie de página 78.
6
Jubileos 30.17-23; 2 Apocalipsis siríaco de Baruc 24.1; 1 Enoc 104.7.
7
Este es el punto de vista tomado por reformadores como Calvino y Lutero.

el pecado y la muerte en romanos | 27


4. El poder del Pecado.
Romanos 5:13-14. El Pecado tenía un dominio universal sobre todos los hombres a pesar de
que no lo reconocieran.
Romanos 7:8-23. La Ley no puede liberar a los hombres del poder del Pecado.
Más bien, el «Pecado» es tan poderoso que puede hacer que un hombre desobedezca la
«Ley» de Dios incluso en contra de su propia voluntad (Ro. 7:18-21).
La ley simplemente revela al hombre la presencia del Pecado (Ro. 3:20; 7:7). También da a
conocer cuán contrario a Dios es el «Pecado» (Ro. 7:13b). El Pecado trae inevitablemente la muer-
te (Ro. 3:23; 5:12-14; 10-11).

5. La ley del pecado.


En Romanos 7:23, 25 y 8:2, Pablo hace referencia a «la ley del Pecado» o «la ley del Pecado
y la muerte».
En Romanos 7:22-23 y 7:25, esta «ley del pecado» se contrasta claramente con «la Ley de
Dios».Es «otra ley». La «Ley de Dios» es el conjunto de reglas de Dios. Por tanto, podríamos decir
que «la ley del Pecado» es el conjunto de reglas del Pecado.8
De acuerdo con Romanos 7:25, el hombre «en la carne» es un esclavo de la «ley del Pecado»
(ver también Ro. 6:20). Le guste o no, un esclavo debe obedecer las leyes de su amo. Por tanto,
aunque una persona sepa que la Ley de Dios es correcta y desee obedecerla, si está «en la carne»,
no puede (Ro. 8:5 ss.).
Pablo también se refiere en Romanos 7:23 a la «ley de mi mente». La mente es el lado del
razonamiento de una persona.9 La razón humana pura nos dice que es correcto obedecer la Ley
de Dios, pero la razón no es suficiente para obligarnos a hacerlo (Ro. 7:23) porque no nos puede
liberar de la esclavitud al Pecado y su ley.

6. Libertad del dominio del pecado.


Romanos 6:1-11. El acto final del pecado contra el hombre es darle muerte (ver también Ro.
6:23). Una vez que un hombre está muerto, «el Pecado» ya no puede controlarlo (Ro. 6:7). Dado
que, a través de nuestra unión con Cristo, nuestro viejo hombre está muerto (Ro. 6:4, 6), el Pecado
ya no tiene poder sobre nosotros: ¡estamos muertos! Como un esclavo muerto, somos liberados
del poder y dominio de nuestro amo.
A través de nuestra unión con Cristo, hemos sido resucitados a una nueva vida (Ro. 6:4), una
nueva vida empoderada por el Espíritu de Dios.
Así como «el Pecado» tiene su propio conjunto de reglas (la ley del Pecado), así el Espíritu
que mora en nosotros tiene su «conjunto de reglas» (la Ley del Espíritu de vida, Ro. 8:2). El Espíri-
tu dentro de nosotros nos cambia y pone dentro de nosotros Su conjunto de reglas capacitándonos
para vivir de acuerdo con ese conjunto de reglas y no en esclavitud al Pecado. Esto concuerda con
la promesa del Antiguo Testamento de Jeremías cuando profetizó un nuevo pacto en el que Dios
escribiría Su Ley en nuestros corazones (Jer. 31:33).

7. Vivir bajo un nuevo Amo.


Romanos 6:11-13. La primera cosa que el creyente debe hacer es creerse a sí mismo «muer-
to» al Pecado. Esto significa que deben aceptar que ya no están esclavizados por el Pecado. Mien-

8
Moo, The Epistle to the Romans, 464. Otros argumentan que la «ley del pecado» es, de hecho, la Ley de Dios tor-
cida por el pecado. Por ejemplo, Dunn, Romans 1-8, 395.
9
Moo, The Epistle to the Romans, 464.

28 | La Epístola a los Romanos


tras creamos que hay algo que nos gobierna, estaremos más dispuestos a someternos a sus deman-
das. Ya que el Pecado no tiene derecho a gobernarnos, no estamos obligados a someternos a sus
demandas; de hecho, no deberíamos hacerlo. ¿Por qué un esclavo querría someterse a un hombre
duro que ya no es su amo?
Romanos 8:13. Mediante el poder del Espíritu que mora en nosotros, debemos «hacer mo-
rir» (lo que implica no transigir) las obras de la «carne». Stott define las obras de la carne como
«todo uso de nuestro cuerpo que nos sirve a nosotros mismos en lugar de a Dios y a otras perso-
nas».10 Esto no se puede hacer con nuestras propias fuerzas («carne») sino solo mediante el poder
del Espíritu.
Romanos 12:1-2. En estos versículos, Pablo probablemente tiene en mente el holocausto que
ese entregaba totalmente a Dios.11 El creyente debe de presentar su cuerpo como un holocausto,
algo entregado completamente para el uso de Dios.
Dado que nuestro cuerpo es el instrumento a través del cual expresamos quiénes somos, el
uso que se le dé determinará lo que hace.
Mientras que Pablo habla aquí del «cuerpo», él espera que, al entregar nuestro cuerpo a Dios,
el hombre entero sea entregado a Dios.12 Sobre las instrucciones de Pablo aquí, Dunn escribe: «El
límite del ritual cúltico se traslada de las prácticas cúlticas reales a la vida cotidiana y se transforma
en una expresión no ritual, es decir, en el trabajo mucho más exigente de las relaciones humanas
en un mundo cotidiano».13

10
Stott, Romans, 228.
11
Para una descripción detallada de las imágenes sacrificiales usadas en este versículo, ver Stott, Romans, 321.
12
Philip, The Power of God, 166; Hendriksen, Romans, 401.
13
J. D. G. Dunn, Romans 9–16, Word Biblical Commentary 38B (Nashville: Thomas Nelson, 1988), 717.

el pecado y la muerte en romanos | 29


LECCIÓN 4

L a carne en R omanos

I. I ntroducción
La palabra griega para carne es σαρξ (sarx). Esta palabra es traducida como «naturaleza
pecaminosa» en algunas versiones de la Biblia. Sin embargo, tal interpretación, aunque enten-
dible, es una interpretación más que una traducción. Además, esta interpretación asume unos
entendimientos griegos del cuerpo y de la carne humana que no concuerdan completamente con
el pensamiento de Pablo.

II. C ontexto judío


En la Septuaginta el equivalente hebreo es bāśār. Es usado en el Antiguo Testamento para
referirse a:
i. La carne (Nm. 11:3; Dt. 14:8; 1 S. 2:13).
ii. La carne, que es un componente del cuerpo humano (Gn. 2:21; Ez. 37:6-8; Job
10:11).
iii. El cuerpo humano entero (1 R. 21:27; Dn. 1:15).
iv. Parientes humanos (Gn. 2:27; 29:14; 37:27).
v. Toda la humanidad (Job 34:15; Is. 66:23).
vi. Todos los seres creados (Gn. 6:17 ss.; 9:11 ss.).
Para entender el uso que hace Pablo del término, es importante saber que, en el Antiguo
Testamento, bāśār comúnmente denota al hombre en su transitoriedad y corruptibilidad vis a vis
con Dios en Su fuerza y naturaleza incorruptible (Is. 31:3; 40:6-8; 2 C. 32:8; Sal. 78:39; Jer. 17:5).
En el judaísmo tardío se hizo énfasis en interpretar σαρξ a la luz de Isaías 31:3, en donde σαρξ
estaba relacionado con el pecado y la carnalidad, pero no era en sí mismo la causa del pecado.
Esta es una de las razones por las cuales la interpretación «naturaleza pecaminosa» no refleja
completamente el entendimiento de Pablo.

| 31
En la literatura de Qumrán, el hombre es σαρξ y debido a que el hombre es σαρξ, es peca-
minoso.

III. D iferentes usos de σαρξ en P ablo


La palabra σαρξ se usa 147 veces en el Nuevo Testamento, de las cuales 91 están en las cartas
paulinas o deuteropaulinas, principalmente en Romanos y Gálatas.
Pablo usa el término en Romanos con los siguientes significados:
i. El cuerpo humano (Ro. 2:28; ver también 1 Co. 6:16).
ii. La descendencia humana natural (en contraposición a la espiritual) (Ro. 1:3; 4:1;
9:3, 5 y 8; ver también Gá. 4:23-29).
iii. Toda la humanidad (Ro. 3:20; ver también Gá. 2:16; 1 Co. 1:29).
iv. La debilidad de los hombres en contraste con la fuerza de Dios (Ro. 6:19; 7:5, 18,
25; 8:1, 3-5, 8-9; 12–13:13,14; ver también Gá. 3:3; 5:17 ss.).
Fuera de la Carta a los Romanos, también lo usa para referirse a la sustancia de la cual están
hechos el hombre y los animales (2 Co. 12:7, 15:38, 50; Ef. 6:12) y para describir el sistema de
valores de los hombres (especialmente el sistema judío) en contraposición al de Dios (Fil. 3:3-4;
Gá. 6:12; 2 Co. 5:16). Cuando se compara el uso de Pablo con el uso judío, las similitudes son
sorprendentes y nos recuerdan que Pablo viene de un trasfondo judío del que recoge gran parte
de su pensamiento.
En esta lección estaremos tratando con el significado (iv) anteriormente mencionado, que es
el uso primario que Pablo hace de σαρξ en Romanos.
Una definición simple de este uso de σαρξ sería:
El hombre en su propio poder
Un hombre así puede hacer cosas aparentemente buenas cuando se le juzga según criterios
humanos. Sin embargo, aun estos buenos actos están contaminados por la debilidad y la pecami-
nosidad de los hombres.

IV. T extos relevantes


Los textos de Romanos relevantes para nuestro estudio son:
• Romanos 6:19
• Romanos 7:5
• Romanos 7:18
• Romanos 7:25
• Romanos 8:1-9
• Romanos 8:12–13
• Romanos 13:14

32 | La Epístola a los Romanos


A. romanos 6:19
La primera parte de este versículo dice:
Hablo en términos humanos, por causa de la debilidad de su carne.
En el contexto, Pablo ha estado usando ilustraciones fáciles de entender (tomadas del con-
cepto de la esclavitud en el mundo grecorromano1) para insistir en la necesidad de no pensar en
que, puesto que la gracia de Dios se exhibe más si Él perdona más pecados, deberíamos pecar más
(ver Ro. 5:20–6:1).2 Más bien, dice que en vez de ser esclavos del «Pecado» deberíamos ser esclavos
de Dios. Pablo siente la necesidad de decir que él está hablando en términos humanos porque se
da cuenta de que...
[...] la esclavitud no es una metáfora del todo apropiada de la vida cristiana. Indica
bien la exclusividad de nuestra lealtad al Señor Jesucristo, pero ni el ajuste fácil del
yugo, ni la gentileza de la mano que impone sobre nosotros, ni la naturaleza de su
servicio.3
Moo lo expresa así:
Es solo que Pablo reconoce que su lenguaje podría interpretarse en el sentido de
que la experiencia cristiana lleva las mismas marcas de degradación, miedo y con-
finamiento que eran típicas de la esclavitud secular.4
La alusión a la «debilidad de la carne» puede referirse a:
i. La dificultad que tienen como seres humanos para comprender cosas.5
ii. Su incapacidad para comprender las verdades espirituales sin ninguna revelación
espiritual (ver 1 Co. 2:14).6
iii. Su tendencia, que proviene de su naturaleza humana pecaminosa, a tratar de
vivir independientes de Dios.7 Puede que la esclavitud no sea la mejor analogía,
pero sí es necesaria para hacerles ver todo el alcance de su responsabilidad moral
ante Dios.
Las primeras dos posibilidades son intelectuales y la tercera moral. La segunda es posible-
mente la más probable dado que el concepto que Pablo tenía de la carne humana frecuentemente
está relacionado con la incapacidad del ser humano para comprender las verdades espirituales.

1
J. Philip, The Power of God (Glasgow: Nicholas Gray Publishing, 1987), 100-101; J. Stott, The Message of Romans,
The Bible Speaks Today (Nottingham: IVP, 1994), 184; J. D. G. Dunn, Romans 1-8, Word Biblical Commentary 38A
(Nashville: Thomas Nelson, 1988), 345.
2
C. K. Barrett, A Commentary on the Epistle to the Romans (London: A & C Black, 1962), 132, sugiere que cuando
Pablo se refiere a términos humanos, está hablando sobre lo que sigue en vez de lo que se había mencionado previamente.
D. J. Moo, The Epistle to the Romans, New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids: Eerdmans,
1996), 403, piensa que no hace diferencia en vista de que tanto lo que se dice previamente como en el versículo 19b am-
bos, de igual manera, hacen referencia a la esclavitud.
3
Traducción de Stott, The Message of Romans, 184 s.
4
Moo, The Epistle to the Romans, 404.
5
Barrett, A Commentary on the Epistle to the Romans, 133.
6
C. E. B. Cranfield, A Critical and Exegetical Commentary on the Epistle to the Romans, vol. 1, International Critical
Commentary (Edinburgh: T & T Clark, 1975).
7
E. Kasëmann, Commentary on Romans (Grand Rapids, Eerdmans, 1980); Philip, The Power of God, 101.

la carne en romanos | 33
lección
Los buenos argumentos son insuficientes para ganar a personas para la causa de Je-
sús. Debe haber una obra reveladora del Espíritu de Dios. Lo mismo es cierto cuando
buscamos iluminar o explicar algo a otro creyente. Debemos tener cuidado con los
cambios sutiles que se pueden imponer en el mensaje del evangelio y sus implicacio-
nes para nuestras vidas.

B. romanos 7:5
Este versículo dice:
Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones pecaminosas actuaban en
nuestros miembros por medio de la ley para dar fruto de muerte.
La expresión «por medio de la ley» que se menciona aquí es desarrollada por Pablo en Ro-
manos 7:8-12. Lo que tenemos que considerar aquí es qué se entiende con estar «en la carne».
Dado que Pablo no ve la necesidad de explicar tal término, debemos asumir que los creyentes
romanos ya entendían esto. En vista de que Pablo no había fundado la iglesia romana, esto podría
indicar que otros también enseñaban un punto de vista similar de estar «en la carne/en el Espíri-
tu» que encontramos tan frecuentemente en los escritos de Pablo. Por tanto, puede que no sea una
terminología o enseñanza exclusivamente paulina.
Este versículo sigue una sección en la que Pablo establece que, puesto que los creyentes han
muerto con Cristo, ya no le deben lealtad a la Ley ni, por lo tanto, a sus demandas (Ro. 7:1-4). Más
bien ahora, están unidos a Cristo y le deben su lealtad directamente a Él (Ro. 7:4). Si bien es cierto
que debían lealtad a la Ley, la experiencia de los hombres fue que el pecado usó esa Ley para des-
pertar pasiones pecaminosas (Ro. 7:8-12). La razón por la que esto fue así era porque la «carne»
de los hombres (el hombre en su propio poder) era débil cuando el pecado exigía sus demandas
(Ro. 7:15-18; 8:3).
En Romanos 7:6 hay un claro contraste entre vivir en lealtad a la Ley y vivir en el nuevo
camino del Espíritu. Dentro del contexto, parecería que Pablo considera que vivir «en la carne» es
tratar de guardar la Ley con el poder del hombre. También se debe notar el hecho de que
Pablo habla de «mientras estábamos en la carne». Esto implica que es un evento pasado y ya no
es el caso.
Entonces en este contexto los creyentes romanos estaban «en la carne» antes de volver a
cristo, cuando no estaban regenerados.8

C. romanos 7:18
La primera parte de este versículo dice:
Porque yo sé que en mí, es decir, en mi carne, no habita nada bueno.
En la última parte del versículo, Romanos 7:18b ss., comienza a explicar cómo Pablo es
consciente de esto. Un lector griego bien podría haber interpretado esto para apoyar su idea de
que el cuerpo humano, y por ende «la carne», era algo maligno de lo que los hombres necesitaban
escapar para poder ser completos y perfectos.

8
F. F. Bruce, Romans, ed. rev., Tyndale New Testament Commentaries (Leicester: IVP, 1985), 138; Stott, The Messa-
ge of Romans,196; Moo, The Epistle to the Romans, 418; Dunn, Romans 1–8, 363.

34 | La Epístola a los Romanos


Pero Pablo no está usando «la carne» para representar el cuerpo
humano9 sino para dar a entender, «el hombre sin Dios».
El versículo 18 debe leerse a la luz del versículo 17, en el cual Pablo afirma claramente que el
problema es el «Pecado» que mora en él (ver también el v. 20), ya que él desea hacer el bien, pero
se encuentra a sí mismo haciendo el mal (v. 15-17). El hombre «en la carne» (Pablo se describe a sí
mismo como «carnal» en el v. 14) es incapaz de cumplir una ley espiritual (v. 14) y es un «esclavo
del pecado» (v.14). Este contexto es vital para nuestra comprensión de lo que Pablo quiere decir
cuando dice que «en su propia carne no habitaba nada bueno».
El hecho de que Pablo siente la necesidad de clarificar a qué es lo que se refería con «mí»
demuestra que Pablo no está intentando decir que no hay absolutamente nada bueno en él (espe-
cialmente si tiene el Espíritu de Dios en él) sino que hay un aspecto de él en el que no hay nada
bueno, es decir, «en su carne». Es Pablo sin Dios en quien no hay nada bueno.
Por ende, «la carne» es impotente ante «el pecado» y es esclavizada por él.
Esto plantea la pregunta de si hay algo bueno, desde la perspectiva de Dios, en cualquier
hombre que no posee el Espíritu, aquel que no es regenerado (comparar las palabras de Jesús en
Lc. 18:19 y el uso que hace Pablo del Antiguo Testamento en Ro. 3:10 ss. para demostrar que todos
los hombres son pecadores).
Si solo Dios es «bueno» entonces la única manera en que el hombre puede obtener algún
«bien» en Él es siendo habitado por el Espíritu de Dios. Esto entonces haría que todos los no rege-
nerados no tuvieran nada bueno en ellos al menos en lo que respecta a Dios.

D. romanos 7:2510
La segunda parte de este versículo dice:
Así que, yo mismo, por un lado, con la mente sirvo a la ley de Dios, pero por el otro,
con la carne, a la ley del pecado.
Este versículo contrasta la Ley de Dios con la ley del «Pecado». También hace un contraste
entre «la mente» con la «carne».
En su pensamiento, Pablo sirve a la Ley de Dios, es decir, su mente reconoce y acepta la Ley
de Dios como correcta y como algo que debe obedecerse. La mente aquí puede ser lo mismo que
«el hombre interior» de Romanos 7:22.11 Sin embargo, su «carne» sirve a la ley del pecado: hace lo
que el «Pecado» quiere en lugar de lo que Dios quiere.
La carne aquí debe referirse a la capacidad humana de Pablo sin Dios (que es débil frente al
pecado) como lo hace en otra parte de este pasaje.

9
Dunn, Romans 1–8, 363; Moo, The Epistle to the Romans, 459, prefiere ver a Pablo refiriéndose al cuerpo material
humano, el cual es particularmente susceptible al Pecado. Esto llevaría a que Pablo dijera que el pecado vive «en su cuer-
po». Sin embargo, este no el significado usual de «la carne» en Romanos 8. Pablo también puede usar la palabra «cuerpo»
(griego: σώμα) en Romanos 7:24, entonces ¿por qué no aquí si eso es lo que pretende decir?
10
C. H. Dodd, The Epistle to the Romans, Moffat New Testament Commentary (London: Moffatt, 1932) y Kasë-
mann, Commentary on Romans, 211-212, forman parte de un grupo de eruditos quienes sienten que la segunda parte de
este versículo está mal colocada. Sin embargo, esta ocurre en este lugar en cada otro manuscrito disponible. El razona-
miento por la que ellos toman esta posición es porque el versículo 25a no parece encajar su punto de vista de que Pablo
está hablando aquí de un hombre no regenerado, sino que encajaría mejor si 25b estuviese antes de 25a.
11
Dunn, Romans 1–8, 398; W. Hendriksen, Romans, New Testament Commentary (Edinburgh: Banner of Truth
Trust, 1980), 238.

la carne en romanos | 35
E. romanos 8:1-9
Para poder comprender lo que Pablo enseña en este pasaje, lo repasaremos versículo por
versículo.

1. Versículo 1.
Pablo afirma claramente que aquellos que están «en Cristo» no están sujetos a condenación.
Algunos manuscritos posteriores incluyen las palabras «los que no andan conforme a la car-
ne, sino conforme al Espíritu». No se dispone de evidencia textual para agregar estas palabras, las
cuales probablemente son una interpolación del versículo 4.12

2. Versículo 2.
«La ley del Espíritu de vida» se refiere a aquellas cosas que el Espíritu Santo ordena u obliga
a hacer, o como dice Moo:
«La ley escrita en el corazón» (c. f. Jeremías 31:31-34), la «ley» del Nuevo Pacto que,
según el texto paralelo en Ezequiel 36:24-32, está estrechamente relacionado con el
Espíritu.13
«La ley del pecado y de la muerte» se refiere a aquellas cosas que el Pecado ordena u obliga
y que finalmente llevan a la muerte, ya que esta es la paga que el pecado da a sus esclavos (Ro.
6:23).14
nota: El pecado aquí, como en otras partes en Romanos 6–8, es personificado: un amo poderoso
que domina la vida de las personas.

3. Versículo 3.
Este versículo explica por qué somos liberados de los mandatos del Pecado y de la condena-
ción que trae su dominio. El versículo dice:
Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne (1), Dios
lo hizo: enviando a Su propio Hijo en semejanza de carne (2) de pecado y como
ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne (3).
Σαρξ aparece aquí tres veces. La primera vez (1) hace referencia a la debilidad del hombre
sin Dios. La Ley no podía hacer a un hombre justo porque el hombre sin Dios era demasiado débil
para poder vencer el Pecado y obedecer esa Ley. La segunda vez (2) hace referencia a la venida de
Jesús «en semejanza de carne de pecado». Esto puede referirse a:
i. Jesús tomando forma humana. En este caso «carne» hace referencia al cuerpo
humano. Sin embargo, así no es como Pablo lo ha usado previamente en sus
argumentos en los capítulos 7 y 8.
ii. Jesús asume Él mismo la misma debilidad del hombre al rehusarse a recurrir a Su
propia naturaleza divina. En este sentido se hace hombre en toda la debilidad del

12
Hendriksen, Romans, 244 pie de página, 207.
13
Moo, The Epistle to the Romans, 475.
14
Algunos eruditos argumentan que en ambos casos en el versículo 2 la Ley es la de Moisés, la Ley mosaica como
corrompida por el «Pecado» o la Ley mosaica puesta de nuevo en su lugar correcto y entendida por el Espíritu. Por ejem-
plo, Dunn, Romans 1–8, 417. Sin embargo, esta perspectiva hace que el versículo contradiga el versículo 3. Ver Moo, The
Epistle to the Romans, 474-475.

36 | La Epístola a los Romanos


hombre, incluso ante el Pecado, y solamente puede vencer el poder del pecado
mediante el Espíritu que mora en Él.15
Esto uso de «carne» aquí concuerda con el uso que hace Pablo en el resto de este pasaje.
El uso de la palabra «semejanza» es vital aquí. Mientras que el poder limitado de otros hombres
es pecaminoso porque el Pecado gobierna sobre ellos, Jesús fue gobernado por el más poderoso
Espíritu Santo que impidió que el «Pecado» controlara Su débil naturaleza humana. Por tanto, Su
«carne» no es pecaminosa sino «en semejanza de carne de pecado», pero aun así es una humani-
dad real, «…su humanidad era real y sin pecado simultáneamente».16
Lo que es pecaminoso en todos los otros hombres no es pecaminoso en Él.
La tercera aparición de la «carne» (3) puede referirse a:
i. La «carne», humanidad de Jesús. En esa humanidad Jesús lidió con la sentencia
de muerte del Pecado.17
ii. El lugar donde el Pecado encontró su morada, la «carne» de los hombres: el
hombre en su propio poder y capacidad.
Es esta «carne» la que permite que el Pecado domine y encuentre un lugar en los hombres. Es
aquí donde Jesús lo condena —pronuncia su sentencia de muerte18— ¡en su propia base de poder!
Es probable que tanto (i) como (ii) sean la intención de Pablo.

4. Versículo 4.
Para que el requisito de la ley se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme
a la «carne», sino conforme al Espíritu.
Esta no es una condición para evitar la condenación, sin embargo, ¿qué quiere decir Pablo
con «el requisito de la ley»?
i. El requisito de obedecer la Ley, con énfasis en el amor (Ro. 13:8-10).19
Esto parece encajar bien con la frase «en nosotros» y «que no andamos conforme a la car-
ne...». Esto es conforme a la promesa de que la Ley se escribe en nuestros corazones en Jeremías
31:33. Sin embargo, en la práctica aún fallamos en cumplir los requisitos justos de la Ley. Por tan-
to, esto podría ser puramente una posibilidad de la que Pablo está hablando, una posibilidad que
habría sido imposible sin la venida de Cristo y el derramamiento del Espíritu.20
ii. Estos «requisitos justos de la Ley» son las demandas de juicio que la Ley requiere. 21
Cristo ha asumido en Sí mismo la justicia y el castigo que exige la Ley. Entonces, ¿cómo se
cumple «en nosotros»? Se cumple en nosotros porque estamos en Cristo y el requisito de nuestro
castigo ya se ha cumplido en Él.22 Ambas obras son la obra de Cristo por nosotros y en nosotros,
así que Pablo puede que tuviera ambas en mente.

15
Hendriksen, Romans, 247; Moo, The Epistle to the Romans, 479.
16
Stott, The Message of Romans, 219.
17
Hendriksen, Romans, 248.
18
Philip, The Power of God, 115.
19
R. W. Thompson, “How is the Law Fulfilled in Us? An Interpretation of Romans 8:4” Louvain Studies 11 (1986):
32-33.
20
Stott, The Message of Romans, 220-221.
21
C. H. Hodge, A Commentary on Romans, Geneva Series of Commentaries (Edinburgh: Banner of Truth Trust,
1982), 254-255; Moo, The Epistle to the Romans, 481, 483.
22
Moo, The Epistle to the Romans, 483.

la carne en romanos | 37
«[...] que no andamos conforme a la “carne”, sino conforme al Espíritu». Esta es la manera en
que Pablo define a los que están «en Cristo» y a las únicas personas que tienen el poder de vivir
como Dios lo requiere. Ellos no están «en la carne» (viviendo en su propio poder sin Dios) sino
«en el Espíritu» en virtud del hecho de que el Espíritu Santo vive en ellos (Ro. 8:9).
Por tanto, en vista del versículo 9, probablemente sea correcto que veamos lo que Pablo tiene
que decir a continuación como una comparación entre aquellos que son regenerados con los que
no son regenerados.

5. Versículos 5-8.
Aquí Pablo contrasta dos maneras de vivir: «en la carne» (no regenerado) y «en el Espíritu»
(regenerado). Aquellos sin el Espíritu no pueden agradar a Dios, dado que el único poder dispo-
nible para ellos es su propio poder humano. Este no es lo suficientemente fuerte para permitirles
liberarse del control del pecado. Solo aquellos con el Espíritu son capaces de agradar a Dios.

lección
Si solamente Dios es verdaderamente bueno, entonces solamente lo que el Espíritu
Santo de Dios hace en nosotros y a través de nosotros puede ser/es verdaderamente
«bueno».
Entonces, ¿cuánto de nuestro servicio cristiano es realmente «bueno» a los ojos de
Dios?

F. romanos 8:12-13
Tras afirmar que aquellos que son creyentes ya no están «en la carne» sino «en el Espíritu»
(Ro. 8:9), Pablo ahora expone las implicaciones prácticas de esto. Los creyentes deben vivir esta
nueva vida permitiendo que el Espíritu, y no su propia capacidad humana, sea el que gobierne sus
vidas.
nota: La enseñanza de Pablo a través de estos capítulos implica que los no regenerados no tienen
otra opción. Ellos están «en la carne» y por ende nunca pueden agradar a Dios (a menos que se
regeneren). Sin embargo, los que son regenerados sí tienen una opción, pueden buscar vencer
el pecado por su «carne» (e inevitablemente encontrarán que el pecado vence ya que «la carne»
es demasiado débil) o pueden someterse ante el Espíritu y mediante Su poder interior vencer el
pecado. La «carne» se manifestó en las «fechorías/obras del cuerpo». Donde vemos estas, sabemos
que estamos «en la carne» y no «en el Espíritu».

lección
La lucha en Gálatas 5:16 ss. no es entre el Pecado y el Espíritu sino entre «la carne» y
el Espíritu. Si «la carne» es nuestra propia capacidad humana entonces la lucha por
nuestra vida es sobre si vamos a confiar en nuestro propio entendimiento, nuestra
fuerza, capacidad, determinación, etc. o en el poder del Espíritu Santo dentro de
nosotros. El Espíritu puede triunfar sobre el «pecado» en cualquier momento, ¡pero
es si se le permite o no vencernos!

38 | La Epístola a los Romanos


G. romanos 13:14
Este es otro resultado práctico de la teología de Pablo sobre la «carne». Aquí se afirma que
la «carne» tiene sus propios «deseos» y las manifestaciones de estos se encuentran en Romanos
13:13. Estos son las «pasiones pecaminosas» (Ro. 7:5) suscitadas por la Ley debido a la presencia y
el dominio del «Pecado» sobre y «en nuestra “carne”». El contexto de este versículo es una serie de
mandatos sobre evitar acciones pecaminosas (Ro. 13:13). De hecho, aquí se nos dice que ni siquie-
ra permitamos que los pensamientos de ellos entren en nuestras mentes. La «carne» es propensa a
estos porque el «Pecado» puede dominar la «carne», al hombre en Su propia fuerza.
La alternativa es ser «revestidos con Cristo». El contexto sugiere que Él es como nuestra
armadura (Ro. 13:12),23 aquello que nos protege del Pecado.
En otras partes, Pablo usa términos similares para describir el hecho de que no debemos te-
ner nada que ver con nuestra vieja manera de vivir sino abrazar la nueva forma de vida «en Cristo»
(Ef. 4:25). La exhortación de Pablo aquí está en acuerdo con lo que hemos dicho en esta lección
sobre el concepto que Pablo tiene de la «carne». La «carne» (nuestra propia fuerza) es insuficiente
para poder protegernos del Pecado, solamente el poder de Cristo puede hacerlo.
En Gálatas 3:27 Pablo afirma que aquellos que han llegado a ser regenerados están revestidos
de Cristo, mientras que aquí en Romanos los creyentes deben hacerlo realidad en su diario vivir.

lección
Para Pablo no es suficiente pretender ser algo o pretender tener algo. Debemos hacer
esa pretensión una realidad con la forma en la que vivimos. Las acciones pecamino-
sas frecuentemente comienzan como pensamientos. Mata el pecado mientras aún
sea un pensamiento y evita la acción.

23
Philip, The Power of God, 182; J. D. G. Dunn, Romans 9–16, Word Biblical Commentary 38B (Nashville: Thomas
Nelson, 1988), 790; Stott, The Message of Romans, 353. El intento de Hendriksen de afirmar que revestirse de Cristo signi-
fica revertirse de la justicia legal que Cristo nos entrega mediante Su muerte, no le da toda la fuerza a lo que es claramente
un pasaje moral. Ver Hendriksen, Romans, 444.

la carne en romanos | 39
LECCIÓN 5

L o que P ablo dice acerca de


la ley de Moisés en Romanos

I. El contexto griego
La palabra griega común para ley es νόμος (nomos). En pocas ocasiones Pablo usa la palabra
griega γράμμα (gramma) que significa «carta» en estrecha conexión con la Ley para ilustrar la
naturaleza de la Ley como un código escrito externo en contraste a la obra interna del Espíritu.
Γράμμα hace referencia a la Ley como un código escrito (Ro. 2:27; ver también Ro. 2:29; 7:6). El
término νόμος se usaba en el mundo griego para referirse a un conjunto de estatutos, divinos o
humanos.

II. E l contexto hebreo


En la Septuaginta la palabra más comúnmente usada para traducir νόμος es «Torá». Torá se
usa para referirse a cualquier instrucción de Dios, ya sea dada directamente o mediante un profeta
(Is. 1:10; 5:24), sacerdote (Os. 4:6; Jer. 2:8), juez (Dt. 17:9 ss.) u hombre sabio (Pr. 13:14; 28:4-9).
De modo que no se usa en el Antiguo Testamento únicamente para hacer referencia a la Ley que
se dio en el Sinaí.
Fue en el período posexílico que la palabra llegó a ser usada cada vez más para referirse al
código escrito dado en el Sinaí.
Entre los rabinos, la Torá (la Ley) preponderaba frente a los Profetas y los Escritos, que se
consideraban como si estuviesen desarrollando lo que ya estaba contenido en la «Torá». En el siglo
i d. C. la «Torá» se consideraba como un camino hacia la justicia y la vida. Era posible cumplirla.

III. E l judaísmo del siglo i – E l nomismo del pacto


«El nomismo del pacto» es el término usado por E. P. Sanders1 para describir al judaísmo
del siglo i.

1
E. P. Sanders, Paul and Palestinian Judaism, (London: SCM, 1977).

| 41
i. Israel fue escogido por gracia para ser el pueblo del pacto de Dios.
ii. Para ser salvo había que pertenecer al pueblo del pacto de Dios.
iii. La respuesta del hombre al pacto de Dios es la obediencia.
iv. Si no se obedece, el pacto provee medios de expiación.
v. Por tanto, uno podría ser justificado por observar la Ley, pero solo porque la Ley
provee un medio de gracia.
Según Sanders, el judaísmo del siglo i d. C. creía que la salvación y el perdón estaban dispo-
nibles mediante la gracia de Dios, ya que en Su gracia Dios proveía medios de expiación. En lo que
diferían con el apóstol Pablo era en los medios de esa expiación.
Otra diferencia era el medio por el que se permanecía dentro de la comunidad del pacto. Los
judíos creían que era mediante la adhesión a la Ley, incluyendo el sistema de expiación requerido.
La Iglesia primitiva no requería que los gentiles se adhirieran a toda la ley de Moisés (Hch. 15:28-
29), un cambio radical del judaísmo tradicional. Pablo parece haber mantenido esta misma posi-
ción y su planteamiento había sido distorsionado por lo que algunos estaban diciendo que incluso
él estaba animando a los judíos a no guardar la ley mosaica (Hch. 21:20-25).
También hay que señalar que la descripción que Sanders hace del judaísmo del siglo i, aun-
que válida para algunos grupos, es simplista. Había varios grupos, algunos más liberales que otros. 2

IV. E l impacto de la experiencia de conversión de P ablo


en su visión de la Ley
Debemos tener en cuenta el punto de vista que Pablo tenía de la Ley antes de su conversión.
La tenía en alta estima, procuraba vivir de acuerda con ella y se creía irreprochable con respecto a
ella (Fil. 3:6). Sin embargo, su encuentro con Cristo en el camino a Damasco le reveló que no solo
era injusto sino también un enemigo de Dios (ver Ro. 5:10; Col. 1:21). Esto debió haber tenido un
profundo impacto en la actitud de Pablo hacia la Ley. Sus mejores esfuerzos no habían hecho más
que convertirlo en un enemigo de Dios.
El hecho de que Dios lo llamó como un apóstol de los gentiles (Hch. 26:15-16) de por sí no
necesariamente plantearía la cuestión del lugar de la Ley. Su crianza y educación judía le diría que
los gentiles podrían volverse parte del pueblo del pacto siempre que reconocieran al Dios de Israel
y se adhirieran a la Ley, particularmente a la circuncisión, para formar parte de la comunidad del
pacto de Dios.3
Es significativo que la acusación presentada contra Pablo en Hechos 21:20-25 no está re-
lacionada con su planteamiento sobre los gentiles y la Ley, sino con su planteamiento sobre los
judíos y la Ley. El primero ya está aceptado y respaldado por los líderes judíos de Jerusalén.

2
G. Hengel y R. Deines, “E. P. Sanders’ ‘Common Judaism’, Jesus and the Pharisees” JTS 46.1 (1995): 1-70.
3
K. Stendahl argumenta que el punto de vista que Pablo tenía de la Ley fue desarrollado porque él había considera-
do dónde estaban los gentiles con relación a la Ley y en ser parte del pueblo del pacto. K. Stendahl, Paul Among Jews and
Gentiles (London: SCM, 1977). Sin embargo, como fue mencionado previamente, los judíos ya tenían conceptos de cómo
los gentiles podían hacer parte del pueblo del pacto, por lo que Pablo no habría tenido que repensar esta idea.

42 | La Epístola a los Romanos


V. L o que P ablo dice sobre la L ey en R omanos

A. definición de la ley en romanos


Pablo usa el término «ley» en Romanos de varias maneras como se describen a continuación: 4
i. Un principio (Ro. 3:27; 7:21).
ii. El Pentateuco (Ro. 3:21b).
iii. El Antiguo Testamento en su conjunto (Ro. 3:10, 19).
iv. La ley de Moisés (Ro. 5:13-14).
El uso más común del término «ley» en Romanos es el (iv). Se refiere al pacto establecido en
el Sinaí.5
De acuerdo con Gálatas 3:10 y 5:3-4, para Pablo la Ley era un todo. Él no contemplaba el
abandono de las partes rituales mientras se adhería a las partes morales. Las dos cosas iban jun-
tas.6 Nosotros también debemos recordar que Pablo no creía estar viviendo bajo el antiguo Pacto
Mosaico sino en el Nuevo Pacto (Jer. 31:31 s.; 2 Co. 3:6) que fue prometido y que muchos judíos
esperaban.
¿Qué lugar preveía para la ley de Moisés en este Nuevo Pacto? Sabemos que no se impuso a
los gentiles en su totalidad (Hch. 15:28; 21:25). También sabemos que algunos acusaron a Pablo
de animar a los judíos a no someterse a ella (Hch. 21:21). Podemos deducir lo siguiente sobre la
actitud de Pablo ante la ley mosaica.

B. tener/conocer la ley no es suficiente

1. Romanos 2:12-13
Aquellos que pecan, pero no tienen la ley de Moisés aun así morirán. Esto es similar a Ro-
manos 5:13-14. Aquellos que pecan teniendo la Ley, serán juzgados por esa Ley, y sufrirán la
penalidad correspondiente.
«La forma en la que las personas hayan pecado (en conocimiento o ignorancia de la ley) será
la forma en la que serán juzgados».7 En efecto, no es cuestión de tener o conocer la Ley lo que hace
a alguien justo, sino hacer la Ley (Ro. 2:13).

C. la ley misma establece que todos son pecadores

1. Romanos 3:10-20.
Pablo cita en estos versículos varios textos del Antiguo Testamento para demostrar que la
Ley misma nos dice que nadie es justo. En el versículo 19, cuando Pablo hace referencia a estas
citas bajo el término «Ley», se refiere a todo el canon del Antiguo Testamento y no únicamente

4
F. F. Bruce, The Letter of Paul to the Romans, ed. rev., Tyndale New Testament Commentaries (Leicester: IVP,
1985), 50 ss.
5
D. J. Moo, The Epistle to the Romans, New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids:
Eerdmans, 1996), 145.
6
J. D. G. Dunn, “The New Perspective on Paul,” en J. D. G. Dunn, Jesus, Paul and the Law: Studies in Mark and
Galatians (London: SPCK, 1990), sugiere que cuando Pablo habla de «las obras de la Ley» está hablando sobre los «mar-
cadores» judíos como la circuncisión, el Día de Reposo y las leyes alimentarias. Sin embargo, es claro que en Gálatas 3:10
ss. y Romanos 5:13 Pablo hace referencia a la Ley dada en el Sinaí.
7
J. Stott, The Message of Romans, The Bible Speaks Today (Nottingham: IVP, 1994), 46.

la ley de moisés en romanos | 43


a la ley de Moisés dada en el Sinaí.8 Por tanto, habiendo establecido que guardar la Ley lleva a la
justificación (Ro. 2:13) ahora declara que la Ley misma también afirma que no es posible obede-
cerla completamente. Así que todos son pecadores, tengan o no la Ley. Las citas relevantes han
sido tomadas de:
• Versículos 10-12: Salmo 14:1-3; 53:1-3; Eclesiastés 7:20
• Versículo 13a: Salmo 5:9
• Versículo 13b: Salmo 140:3
• Versículo 14: Salmo 10:7
• Versículos 15-17: Isaías 59:7-8
• Versículo 18 : Salmo 36:1
El versículo 20, aunque no es una cita del Salmo 143:2 es una alusión a él.9
Pablo entonces concluye que nadie será declarado justo por la observancia de la Ley, ya que
observar verdaderamente la Ley es aceptar que uno es injusto (v. 19-20a).
La Ley no se dio para hacerlo a uno justo sino consciente de que se está bajo el poder y la
influencia del Pecado (3:20b; ver también 7:7; 13).10

D. la justicia se alcanza sin la ley

1. Romanos 3:21-31.
La Ley en sí misma, y ni hablar de la observancia de la Ley, es innecesaria para alcanzar la
justicia. Aun así, la Ley y los profetas declararon que había una justicia aparte de la Ley (Ro. 3:21b;
ver Ro. 4:1-25 donde Pablo demuestra que esto es así).
Claramente Pablo no consideraba la Ley como algo esencial para alcanzar la justicia. Sin
embargo, ¿la consideraba esencial para mantener la justicia? En el «nomismo del pacto» de E.
P. Sanders, la Ley no convirtió a Israel en el pueblo del pacto de Dios. Sin embargo, una vez se
convirtieron en el pueblo del pacto de Dios, se esperaba que cumplieran la Ley para mantener ese
pacto. ¿Es lo mismo para el cristianismo paulino?

E. el lugar de la ley en la comunidad del nuevo pacto


Varias referencias en Romanos sugieren que Pablo creía que la Ley ya no era obligatoria para
la comunidad del Nuevo Pacto.

1. Romanos 6:14.
«El pecado no tendrá dominio sobre ustedes» está escrito en tiempo futuro11 y es una garan-
tía aquí, no un mandamiento.12 La razón por la que Pablo puede conceder tal garantía es que el
cristiano «no está bajo la Ley, sino bajo la gracia». La ilustración es la de esclavitud e implica que
el creyente ya no está obligado a rendir obediencia a la Ley.
Estar bajo la ley es aceptar la obligación de cumplirla y por ende caer bajo su mal-
dición y condenación.13

8
Moo, The Epistle to the Romans, 205; W. Hendriksen, Romans, New Testament Commentary (Edinburgh: Banner
of Truth Trust, 1980), 124.
9
Moo, The Epistle to the Romans, 206; Hendriksen, Romans, 125.
10
Moo, The Epistle to the Romans, 210; J. D. G. Dunn, Romans 1–8, Word Biblical Commentary 38A (Nashville:
Thomas Nelson, 1988), 160.
11
Dunn, Romans 1–8, 339.
12
Stott, The Message of Romans, 181.
13
Stott, The Message of Romans, 181.

44 | La Epístola a los Romanos


nota: La conexión aquí es entre estar «bajo la ley» y el ser gobernado por el Pecado. Pablo pro-
fundizará sobre esta idea en el capítulo 7.14 El estar «bajo la Ley» significa estar sujeto a la maldi-
ción de la ley debido al fracaso inevitable en obedecer completamente la ley (Gá. 3:10 ss.). Moo
agrega: «Estar “bajo la ley” es estar sujeto al régimen restrictivo y fortalecedor del pecado del
tiempo antiguo; el estar “bajo la gracia” es el estar sujetos a la nueva era en la que la libertad del
poder del pecado está disponible».15

2. Romanos 7:1-4.
Pablo hace referencia al hecho bien conocido de que la Ley solo es vinculante cuando una
persona está viva. Lo ilustra particularmente con las leyes del matrimonio. En esta ilustración, la
esposa es como el creyente y la Ley como el esposo. La esposa está obligada a obedecer a su esposo
mientras que él viva y no puede unirse con otro mientras que él viva.
Solo cuando el esposo muere es que la esposa puede pertenecer a otro sin temer el castigo.
Sin embargo, si el esposo representa la Ley entonces la Ley no morirá. La única alternativa es
que la esposa muera, pero si ella muere no puede volver a la vida para estar con otra persona. Para
el creyente, representado por la esposa, el problema se resuelve porque «en Cristo» nuestro viejo
hombre muere (Ro. 6:4-6), así nos libera de cualquier obligación con la ley.16 Al ser resucitados
a una nueva vida «en Cristo» (Ro. 6:4) somos liberados de nuestra obligación con la Ley y en su
lugar nos unimos a un nuevo «marido», específicamente Cristo.
El centro se ha desplazado de la Ley a Cristo, la
implicación es que la Ley ya no es relevante.

3. Romanos 10:4.
La palabra griega τελος (telos) aquí puede significar fin en el sentido de:
i. Fin en el sentido de «meta» o «culminación»17, es decir: Cristo, quien es a quien
la Ley señalaba y Él la cumplió (Mt. 5:17).
ii. Fin en el sentido de «terminación» o «conclusión»18, es decir: la Ley ya no es
relevante.
Incluso, si se acepta el sentido (i), la implicación sigue siendo que la Ley ha alcanzado su
meta y por lo tanto no tiene más relevancia excepto para dar a conocer el pecado (Ro. 3:20, 7:7,
13) y llevarnos a Cristo (Gá. 3:21 ss.), «...aun si “telos” en Romanos 10:4 significa “meta”, se trata de
algún tipo de terminación, ya que quien ha alcanzado la meta ya no recorre el camino».19

14
Moo, The Epistle to the Romans, 387.
15
Moo, The Epistle to the Romans, 389.
16
Esta es la posición tomada por F. F. Bruce, The Letter of Paul to the Romans, Tyndale New Testament Commen-
taries (Leicester: IVP, 1985), 137. Sin embargo, J. Philips, The Power of God (Glasgow: Nicholas Gray Publishing, 1987),
104, prefiere ver al primer «esposo» como el «viejo hombre» en vez de la Ley.
17
C. E. B. Cranfield, A Critical and Exegetical Commentary on the Epistle to the Romans, vol. 2, International Criti-
cal Commentary (Edinburgh: T & T Clark, 1979).
18
E. Käsemann, Commentary on Romans, (London: SCM, 1980).
19
J. Ziesler, Pauline Christianity, ed. rev., (Oxford: Oxford University Press, 1990), 111.

la ley de moisés en romanos | 45


F. ¿por qué fue dada la ley?

1. Romanos 3:20-21 y Romanos 7:7.


La Ley se dio para que los hombres pudieran conocer lo que era el Pecado. El Pecado aquí
puede ser «las acciones individuales de desobediencia» o la «entidad» personificada, pero la últi-
ma es la más probable.

2. Romanos 7:13.
La Ley revela justamente cuán contrario a Dios es el pecado. Aun cuando Dios da una Ley
santa y espiritual (Ro. 7:12, 14) el «Pecado» irá en contra de ella, convirtiendo algo bueno en un
instrumento para el mal.

3. Romanos 5:20.
La introducción de la Ley causó que la transgresión aumentara en el sentido de que ya no era
algo vago cometido en ignorancia, sino que se convirtió en un acto deliberado de rebelión.
nota: En este versículo es poco probable que Pablo esté haciendo referencia al «Pecado» perso-
nificado, ya que él no usa la palabra hamartia aquí.

G. la insuficiencia de la ley

1. Romanos 7:7-14 y 8:3.


«El Pecado», la entidad, usó la Ley contra los hombres haciendo que se volvieran aún más
rebeldes. Debido al dominio del «Pecado» sobre los hombres, este pudo despertar en ellos toda
pasión contraria a la Ley que conocían. El problema no es la Ley en sí, sino la debilidad de los
hombres que deben obedecerla. La Ley es espiritual pero los hombres están «en la carne» y la
«carne» está esclavizada por el «Pecado».

H. aproximaciones positivas a la ley en pablo


Pablo considera la Ley como santa, justa, buena (Ro. 7:12) y espiritual (Ro. 7:14). También la
ve como algo que nos puede enseñar (Ro. 15:4a) y animar (Ro. 15:4b). ¿De qué manera nos puede
enseñar? Si nos enseña al decirnos lo que está bien y lo que está mal, entonces la circuncisión, las
leyes alimentarias y las leyes del Día de Reposo son correctas. Aun así, Pablo claramente no las
considera necesarias para una vida justa (ver Ro. 14:2 ss.; 5 ss.).
Tal vez para Pablo la Ley solo nos enseña en el sentido de que revela el Pecado y la necesidad
de un Salvador. Por lo tanto, señala el camino para alcanzar la justicia (Ro. 3:21; 4:1 ss.). No solo
esto, sino que también nos anima en la fe, ya que da testimonio del camino de salvación de Dios y
de cómo Él rescata a aquellos que confían en Él.
Lo que sí parece claro es que para Pablo la observancia de los reglamentos de la Ley entrega-
dos en el Sinaí es innecesaria para alcanzar la justificación o para mantenerla.
¡Si es necesario mantener la justificación, entonces el Nuevo Pacto
no sería más que un judaísmo con Jesús como el Mesías!

46 | La Epístola a los Romanos


LECCIÓN 6

L a justicia de D ios
en Romanos

I. Introducción
El concepto de «justicia de Dios» es central en la teología paulina de Romanos. Para conside-
rar adecuadamente este tema primero debemos definir qué es lo que Pablo quiso decir cuando usó
el término «justicia de Dios». La palabra griega para «justicia» (δικαιοσύνη [dikaiosunē]) también
puede significar «justificación». El verbo equivalente es «justificar» (δικαιόω [dikaiŏō]).
Esta frase «la justicia de Dios» (δικαιοσύνη θεου) junto con la frase relacionada: «su justicia»
(δικαιοσύνης αύτου [dikaiosunē thêou]) se encuentra en los siguientes pasajes de Romanos:
• Romanos 1:17
• Romanos 3:5
• Romanos 3:21-22
• Romanos 3:25-26 («su justicia»)
• Romanos 10:3
La frase griega «δικαιοσύνη θεου» puede significar:
i. «La justicia de Dios», de modo que es algo inherente a Dios mismo.
ii. «La justicia que proviene de Dios», de modo que es algo que Dios da a los hom-
bres.
Una comparación con Filipenses 3:9 apoya la idea de «la justicia que proviene de Dios»
mientras que una comparación con 2 Corintios 5:21 la apoya como algo inherente a Dios, pero al
mismo tiempo como algo que Dios da a los hombres. Bien puede ser que Pablo concebía la palabra
como portadora de ambas ideas: una cualidad inherente a Dios y como algo que también se da a
los hombres.1 Si es algo que Dios da a los hombres entonces debemos preguntarnos de qué manera
Dios se lo da a los hombres.

1
R. Bultmann, Theology of the New Testament, traducido por K. Grobel, (Londres: SCM, 1951); J. Stott, The Message
of Romans, The Bible Speaks Today (Nottingham: IVP, 1994), 63.

| 47
i. ¿Es que Dios imparte a los hombres Su carácter justo para que ellos lleguen a
ser realmente justos?
ii. ¿Es una justicia puramente legal/jurídica, algo que Dios imputa (o le toma en
cuenta a los hombres) cuando en realidad no es así?2
iii. Algo de ambos, esto bien puede ser el pensamiento de Pablo (Ro. 3–4 habla de
la justicia imputada mientras que 6–8 implican una justicia práctica mediante el
Espíritu que mora en nosotros).
Además de lo que Pablo realmente escribe, debemos también considerar cómo un judío en
el siglo i habría definido la justicia de Dios.

II. L os conceptos judíos de la justicia de D ios

A. en la septuaginta
Aunque la frase «δικαιοσύνη θεου» no aparece en la Septuaginta, una frase hermana,
«δικαιοσύνη κυριου» (justicia del Señor) aparece dos veces (1 Sa. 12:7; Mi. 6:5).3 En ambos casos
se refiere a las demostraciones de Dios de Su propia justicia a través de Su actividad a favor de
Israel.
En un total de otros 98 lugares en la Septuaginta (LXX)4 δικαιοσύνη es usada para descri-
bir a Dios y en casi todos los casos tiene alguna referencia a la actividad de Dios a favor de los
hombres, a menudo salvándolos de algo. Además, esta salvación se asocia frecuentemente con las
promesas que Dios hizo a Israel cuando Él estableció el Pacto Sinaítico con ellos.5 «Para un lector
de la Septuaginta, “la justicia de Dios” tendría un significado obvio: la propia fidelidad de Dios a
Sus promesas, al pacto».6
Debido a las promesas que Dios había hecho de salvar a Israel en pasajes como Isaías 40–55,
Su justicia también implica la salvación de Israel, a pesar de las fallas de esa nación. Tanto en la
Septuaginta como en el pensamiento hebreo la justicia se expresa en términos de una relación.7

B. tribunales de la ley judía


La palabra también se usaba en los tribunales judíos de la ley para referirse a:
i. La imparcialidad y el enfoque justo del juez.
ii. Ser hallado justo si uno es el demandante o el demandado.8
Así que, dentro del contexto de la ley, el juez no otorga a nadie su propia justicia inherente.
Él simplemente los declara justos de acuerdo con su juicio del caso y esto no implica que ellos
siempre hagan todo bien todo el tiempo.
Por tanto, en el marco de un tribunal, que es el contexto de la mayoría de las metáforas de
Pablo en Romanos, la justicia de Dios es como la del juez: algo inherente a Dios.
La justicia de la persona que Dios declara justa no implica que Dios imparta Su propio ca-
rácter inherente, como tampoco el juez impartiría su carácter al demandante o al demandado.

2
G. E. Ladd, “Righteousness in Romans”, SWJT 19 (1976): 6-17.
3
D. J. Moo, The Epistle to the Romans, New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids:
Eerdmans, 1998), 81.
4
Moo, The Epistle to the Romans, 81.
5
Moo, The Epistle to the Romans, 82.
6
N. T. Wright, What St. Paul Really Said (Oxford: Lion Publishing, 1997), 96.
7
J. D. G. Dunn, Romans 1–8, Word Biblical Commentary 38a (Nashville: Thomas Nelson, 1988), 41.
8
Wright, What St. Paul Really Said, 98-99.

48 | La Epístola a los Romanos


Esto implica imputación (Dios declara justos a los hombres, en lugar de hacerlos justos en
la práctica).

C. los rollos del mar muerto


En los Rollos del mar Muerto 1 QS 119, la frase «justicia de Dios» o «su justicia» aparece 5
veces. En cada caso se refiere a algo inherente en Dios y a menudo se relaciona con Dios justifi-
cando al pecador.10 Sin embargo, no deberíamos asumir un entendimiento paulino completo de
la justificación en el Qumrán dado que allí había un fuerte énfasis en la observancia de la ley.11

D. conclusión
La perspectiva judía de la justicia es básicamente aquella de la lealtad al pacto. La justicia de
Dios es, por lo tanto, la fidelidad de Dios al pacto que ha hecho entre Él mismo e Israel. Es algo in-
herente a Dios mismo pero expresado en una relación. En el Nuevo Pacto es la fidelidad de Dios a
ese nuevo pacto. Se expresa a través de los actos de Dios de acuerdo con el pacto correspondiente.

lección
Afirmar ser justo sin expresar esa justicia en nuestras relaciones con otros no es una
idea bíblica de la justicia.

III. L a justicia como los actos de salvación de D ios


Debido a que Dios expresa Su propia «justicia» mediante Sus actos de salvación, algunos
eruditos han tratado de definir la «justicia de Dios» como Sus actos de salvación.12 En el Nuevo
Testamento esto significaría el evento de Cristo. Existen dos dificultades con este punto de vista.
i. Las acciones de salvación de Dios surgen de Su carácter.
ii. Aunque algunos de los textos que vamos a considerar pueden referirse al acto
salvífico de Dios en Cristo (Ro. 1:17; 3:5; 10:3), no puede ser lo que Pablo tiene
en mente en otros textos (3:22, donde el acto salvífico solo existiría si se expre-
sara la fe. En realidad, ocurría si la fe se ejercía o no) y es difícil en otros (Ro.
25–26, en donde el acto salvífico muestra la justicia de Dios implicando que es
algo inherente a Él).
En Romanos 4:1 ss. la justicia es otorgada a Abraham sobre la base de la fe, es algo que es
imputado.
Abraham no es un «hombre justo» porque no había hecho nada malo, sino más bien es con-
tado como justo debido a la fe.

9
G. Vermes, The Complete Dead Sea Scrolls in English, ed. rev. (Londres: Penguin Books 1998), 114-116.
10
N. A. Dahl, Studies in Paul: Theology for the Early Christian Missions (Minneapolis: Augsburg, 1977), 97-100.
11
Moo, The Epistle to the Romans, 85.
12
H. Brunner, “Die Gerechtigkeit Gottes” ZRG 39 (1987): 210-225.

la justicia de dios en romanos | 49


IV. L os textos relevantes en la Epístola a los R omanos
Consideremos ahora lo que Pablo realmente quería decir sobre la justicia de Dios en Romanos.

A. romanos 1:17
La primera parte de este versículo literalmente dice:
Porque en él es revelado la justicia de/por Dios de fe en fe (Traducción del
autor).
El contexto de este versículo es el mensaje del evangelio que Pablo predica.
Él afirma que este mensaje es el poder de Dios para la salvación de todos los que creen (Rom.
1:16). La razón por la que es el poder de Dios para salvación es que revela un «δικαιοσύνη θεου».
Por tanto, debemos preguntarnos: ¿Revela el evangelio:
i. [...]una justicia de Dios? ¿Expresada en el acto justo de Dios de salvación en
Cristo?13
ii. [...]una justicia que viene de Dios? Una justicia/rectitud imputada a los pecado-
res.14
Tanto (i) como (ii) son expresados en el evangelio.
Los siguientes están a favor de (i):
(a) La conexión con la salvación o el poder de Dios en el v. 16.
(b) El concepto judío de la justicia de Dios.
(c) El evangelio trata principalmente de lo que Dios ha hecho.
(d) La ira de Dios como algo inherente a Dios en el v. 18.
Los siguientes están a favor de (ii):
(a) La conexión de la justicia con la «fe» en el v. 17.
El término «de fe en fe» (πίστεως εἰς πίστιν) puede referirse a la transferencia del evangelio
por parte de un hombre de fe a otro que también ejerce la fe15 o al hecho de que esta justicia es
adquirida por la fe desde el comienzo hasta el fin.16
Sin embargo, tal vez esta sea la forma de Pablo de decir que solo mediante la fe los hombres
pueden ver la obra de Cristo como una obra justa y salvadora de Dios, en lugar de afirmar que los
hombres alcanzan la justicia ellos mismos mediante la fe.
(b) La cita de Habacuc 2:4b en el v. 17b.
(c) La ira de Dios como algo derramado sobre los hombres en el v. 18.
(d) Pablo claramente afirma que los hombres son declarados justos por la fe
(Ro. 4:5).

B. romanos 3:5
En este contexto particular es difícil ver cómo Pablo podría tener la intención de algo aparte
de la cualidad inherente de Dios cuando habla de «δικαιοσύνη θεου». Pablo acaba de demostrar
que ser judío o estar circuncidado no salva de la ira de Dios si no se vive a la altura de la Ley (Ro.
2:17 ss.).

13
Moo, The Epistle to the Romans, 84.
14
W. Hendriksen, Romans, New Testament Commentary (Edinburgh: Banner of Truth Trust, 1980), 63.
15
El margen de NEB, “based on faith and addressed to faith” J. Philips, The Power of God (Glasgow: Nicholas Gray
Publishing, 1987), 26.
16
Hendriksen, Romans, 63.

50 | La Epístola a los Romanos


Esto lleva a tres preguntas retóricas.
i. La primera se encuentra en Romanos 3:1, a saber: «¿De qué sirve ser judío o
estar circuncidado?»
La respuesta es que la ventaja radica en recibir la Palabra de Dios (Ro. 3:2), no en poder
escapar del juicio. Esto nos ayuda a ver que para algunos el simple hecho de ser judío y de estar
circuncidado era suficiente para escapar de la ira de Dios.
Una idea similar se encuentra hoy en donde muchas personas creen que vivir en una nación
cristiana o unirse a la comunidad cristiana (ir a la iglesia) será suficiente para escapar de la ira de
Dios.
ii. En Romanos 3:3 surge la segunda pregunta: «Si los judíos son infieles, ¿esto
significa que Dios no hará por ellos lo que prometió?»
Esto haría a Dios infiel y también injusto. Recordemos que, en el pensamiento judío la justi-
cia de Dios está ligada a Su fidelidad al pacto.
Ejemplo: Si un cristiano es infiel a Dios y vive una vida de pecado, ¿Dios ya no cumplirá las
promesas de Su Palabra a esa persona? Si son condicionales, la respuesta puede ser: «Dios no las
cumplirá». Pero ¿y si son incondicionales?
Pablo responde que la infidelidad del pueblo judío al pacto de Dios no cambió la fidelidad de
Dios al pacto y, por ende, a Israel (Ro. 3:4).
iii. La tercera pregunta retórica está en el versículo 5 y de nuevo en el versículo 7.
Básicamente dice así: «Puesto que nuestra injusticia solamente muestra la gran-
deza de la justicia de Dios aún más (basado en la cita del Salmo 51:4 en Romanos
3:4)17 y esto trae gloria a Dios, ¿por qué nos castigaría?»
Ejemplo: Un cristiano que peca más y luego disfruta del perdón de Dios puede afirmar que
puede traerle más gloria a Dios debido a la profundidad del perdón que ha experimentado.
Dentro del contexto (sobre el fracaso judío) la injusticia de los judíos no puede ser nada más
que su falta de fidelidad a Dios y a Su pacto a ellos.
La justicia de Dios entonces debe referirse a lo opuesto —Su fidelidad al pacto— una expre-
sión de algo inherente en Él mismo. Por tanto «δικαιοσύνη θεου» aquí es algo inherente a Dios y
expresado en Su fidelidad al pacto.18

C. romanos 3:21-23
Pablo ha usado las Escrituras judías para demostrar que nadie será declarado justo al obser-
var la Ley porque esa misma Ley de hecho es la que declara a todos los hombres pecadores (Ro.
3:9-19) y los hace conscientes del Pecado (Ro. 3:20). Claramente en el versículo 20, la justicia debe
referirse a una posición correcta ante Dios.
Los versículos 21-22 dicen:
Pero ahora, aparte de [sin] la ley, se ha manifestado la justicia de [que pro-
viene de]Dios, testificada por la ley y por los profetas; [y una] justicia de [que
proviene de] Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen
(rvr60).

17
Moo, The Epistle to the Romans, 189; Hendriksen, Romans,112.
18
Moo, The Epistle to the Romans, 190.

la justicia de dios en romanos | 51


En el versículo 21 el término, «la justicia de [que proviene de] Dios» podría significar:
i. Una justicia de Dios, expresada por el acto justo de Dios de la salvación en
Cristo.19
ii. Una justicia de Dios, justicia imputada a pecadores.20
Sin embargo, el hecho de que esta justicia sea «aprta de [sin] la Ley» sugiere que es algo que
Dios da a los hombres, ya que no se puede decir que la justicia inherente a Dios dependa de la Ley.
21
El uso de la misma frase en el versículo 22 solo puede referirse a algo que es dado a los hombres,
ya que es «mediante la fe a todos los que creen» (lit. griego). [Una cualidad inherente en Dios no
viene ni mediante la fe22 ni lo hace Su obra de salvación en Cristo].
El versículo 23 puede ser de ayuda para nosotros. En él, Pablo habla de la «gloria de Dios»,
que básicamente hace referencia a quién y qué es Dios. Esto se expresa en Cristo (2 Co. 4:6; ver
también He. 1:3). Los hombres han sido destituidos de ella. Debe incluir el carácter justo inherente
de Dios, de modo que estar destituidos de la gloria de Dios es no alcanzar el carácter de Dios y,
por lo tanto, la justicia de Dios. Si los hombres han de estar en una posición justa con un Dios
Santo deberían alcanzar este carácter justo. Sin embargo, Pablo ha declarado que ellos no pueden
hacerlo, por lo tanto, Dios debe imputarles una justicia igual a la Suya en un sentido judicial.
John Stott prefiere considerar que «δικαιοσύνη θεου» en estos versículos abarca el carácter
justo de Dios, su actividad salvífica que expresa ese carácter y el don de la justificación dado a los
hombres.23

D. romanos 3:25-26
En ambos versículos se encuentra el término «Su justicia [es decir, la de Dios]». Estos ver-
sículos siguen el argumento presentado en los versículos 12-24 en donde Pablo declara que una
nueva forma de estar bien con Dios ha llegado mediante la obra de Jesús. La presentación de Jesús
como una propiciación (alguien/algo que aplaca la ira) (v. 25) fue para demostrar la «justicia de
Dios».
En el versículo 25 «Su justicia» debe hacer referencia a algo inherente a Dios, que le pertene-
ce a Él, no algo de parte de Él. Esto ha sido cuestionado de alguna manera porque Él parece haber
pasado por alto los pecados anteriores. Si Dios fuera realmente justo y fiel a Su pacto, entonces
tal pecado debería haber sido castigado. No puede haber referencia aquí a algo que es dado a los
hombres sino a una cualidad inherente a Dios que se expresa a través de Su acción en Cristo.
En el versículo 26 «Su justicia» también debe referirse a algo que le pertenece a Dios. La úni-
ca otra alternativa en el versículo 26 es afirmar que lo que Dios ha hecho en Cristo es mostrar Su
camino de justicia que le es aceptable. Esto supondría traducir el versículo como: «Para demostrar
en este tiempo Su camino de Justicia aceptable a Él». Sin embargo, las palabras «camino de» no
aparecen en el griego y este punto de vista no tiene en cuenta el hecho de que Dios es tanto «justo»
(expresado por Sus acciones) como el «justificador» (Él declara a los hombres justos).
La última parte del versículo 26 implica imputación y apunta al hecho de que, para Pablo,
Dios puede ser algo (justo) que también da a los hombres (justificación).

19
Moo, The Epistle to the Romans, 223; Dunn, Romans 1-8, 166.
20
Hendriksen, Romans, 127.
21
Moo trata de sugerir que Pablo está afirmando que la justicia inherente de Dios es manifestada aparte de la Ley,
pero esto parece difícil. Moo, The Epistle to the Romans, 223.
22
Dunn argumenta que la justicia de Dios obra en favor de su pueblo en respuesta a la fe, pero esto haría que la
justicia de Dios dependiera de cierto modo de la fe de los hombres. Ver Dunn, Romans 1–8, 166 -167.
23
Stott, The Message of Romans, 109.

52 | La Epístola a los Romanos


E. romanos 10:3
Este versículo dice:
Pues desconociendo la justicia de Dios y procurando establecer la suya pro-
pia, no se sometieron a la justicia de Dios.
En estos versículos Pablo está tratando con el fracaso de Israel en comprender que la justicia
venía a través de la fe.
En esta ocasión el «δικαιοσύνη θεου» es comparado con «la justicia... la suya propia».24 Si
Pablo pretende aquí una justicia que es inherente a Dios entonces, «la justicia... la suya propia» es
un nivel de justicia que es insuficiente.
Si Pablo quiere decir algo que Dios da a los hombres (justicia de parte de Dios) entonces
«la justicia... la suya propia» es una justicia que viene de algún otro lugar, es decir, de sus propios
esfuerzos por cumplir la Ley.
Al mirar en Romanos 10:4 y 10:10 (donde la palabra traducida en varias versiones en español
como «justificado» es la palabra «justicia») parece más probable en el contexto que la intención
principal de Pablo en 10:3 es algo que es dado a los hombres mediante la fe. Una comparación
similar se hace en Filipenses 3:9 donde claramente hay una referencia a la imputación de la justi-
cia a los hombres con base en la fe. Por lo tanto, lo más probable es que Pablo aquí pretende que
«δικαιοσύνη θεου» se refiera a algo que procede de Dios.25

F. conclusión
Sin duda, el trasfondo judío de Pablo lo llevaría a ver la justicia como algo inherente a Dios y
manifestado mediante Su obra de salvación, equiparada en 2 Corintios 5:32 con no conocer peca-
do. A lo largo de Romanos, encontramos que Pablo frecuentemente usa el término «la justicia de
Dios» para hacer referencia a algo que Dios imputa a los hombres pecadores, no Su carácter (aun-
que ver viii más adelante), sino más bien una «justicia» judicial: son absueltos por el Gran Juez.
Ningún hombre ha alcanzado o puede alcanzar esto a través de la Ley (Ro. 3:23) y por eso
Dios debe imputar esto a los hombres: considerarlos como «no conocedores de pecado». Aunque
es vital que leamos a Pablo teniendo en cuenta su trasfondo judío, debemos también leerlo sa-
biendo que era un hombre que no estaba limitado por ese trasfondo, sino que se sentía capaz de
liberarse de muchas de sus trampas.
Se puede suponer lo siguiente sobre el punto de vista de justicia de Pablo en Romanos:
i. La justicia de Dios es el propio carácter sin pecado de Dios.
ii. No se alcanza mediante la observancia de la Ley (Ro. 9:30-32).
Israel no había alcanzado la justicia de Dios porque ellos buscaban la justicia mediante la
observancia de la Ley. ¿Por qué?
(a) Trataron de ser justos por medio de sus propios esfuerzos (la carne), sin
embargo, los hombres carnales nunca pueden guardar verdaderamente una
Ley espiritual (Ro. 7:14).
(b) Ignoraban el verdadero camino de la justicia (Ro. 10:3).
(c) No comprendieron plenamente las alturas de la justicia de Dios. Si lo hu-
bieran hecho, se habrían dado cuenta de que nunca podrían alcanzarla por

24
Stott, The Message of Romans, 281; Moo, The Epistle to the Romans, 634.
25
Stott, The Message of Romans, 281; Moo, The Epistle to the Romans, 634.

la justicia de dios en romanos | 53


medio de sus propios esfuerzos. Este fracaso los llevó a establecer su propio
estándar de justicia. (Ro. 10:3).

lección
Muy a menudo fallamos en comprender las alturas de la justicia de Dios, midiendo
la justicia con estándares menores. El resultado es establecer nuestra propia justicia,
juzgando a otros y a nosotros mismos por nuestros propios estándares, quizás aun
desarrollando un sentido de orgullo por haber cumplido con nuestros propios están-
dares. Muchas personas aún ignoran la justicia de Dios y el camino para alcanzarla.
Dado que afirmamos conocerla como cristianos, debemos darla a conocer a otros.

iii. La justicia de Dios es revelada en la Ley y los Profetas (Ro. 3:21-22).


Aunque revelada en la Ley y los Profetas, esta justicia se adquiere aparte de la Ley. Pablo
explica y amplía sobre esto en Romanos 4.
iv. la justicia de Dios se hace explícita en el evangelio (Ro. 1:16-17).
v. la justicia de Dios se alcanza mediante la fe (Ro. 1:16-17; 3:22-25; 4:3).
vi. Esta justicia es un don (Ro. 5:17).
vii. Esta justicia se encuentra únicamente en Cristo (Ro. 5:18-19).
Cristo obedeció hasta la muerte. Él era totalmente justo. Es esta obediencia hasta la muerte
(Su justicia), lo que hace que el don de la justicia está disponible para nosotros. Esta justicia con
la cual Dios nos ve revestidos debe ser la de Dios mismo como es manifestada en Cristo, ya que
cualquier otra cosa es injusta. Aunque indignos de merecerlo, el Padre nos responde como Él lo
hace a su Hijo perfecto.
viii. Debemos vivir una justicia práctica (Ro. 14:17).
Dios no solamente nos imputa justicia, sino que también Él nos imparte Su carácter justo
mediante la morada de Su Espíritu. Por este medio, Él nos capacita para vivir una vida justa, una
vida que exhibe el Reino de Dios (el gobierno de Dios en nosotros).

54 | La Epístola a los Romanos


LECCIÓN 7

L a nueva creación
en Romanos

I. Introducción
Pablo no usa los términos: «nueva creación» o «nuevo nacimiento» en Romanos. Aun así, él
hace un número considerable de declaraciones sobre lo que significa «nacer de nuevo» o la «nueva
creación».

II. T extos relevantes

A. la «nueva creación» ya no es esclava del pecado


Antes de venir a Cristo, todos los hombres eran esclavos del «Pecado» (Ro. 3:9; 7:14) y suje-
tos a la ley del Pecado (Ro. 7:23). La nueva creación es liberada de esta esclavitud al pecado por un
proceso de muerte y resurrección (Ro. 6:1-10).
El viejo hombre ha muerto (Ro. 6:5-6). La pregunta que permanece es si el que resucita a una
nueva vida (Ro. 6:4) es ese mismo viejo hombre, ahora liberado del poder del Pecado y pertene-
ciendo en cambio a un nuevo Amo, Dios (Ro. 6:22). Cuando Jesús murió y resucitó, ¿era el mismo
Jesús o un Jesús diferente?
Romanos 6 realmente no responde a esta pregunta. Sin embargo, es justo concluir que si
fuera el mismo hombre sin ningún cambio interior, entonces aún estaría tratando de servir a Dios
en sus propia fuerza y habilidad (la «carne»).

B. la «nueva creación» ya no está obligada a la ley


En Romanos 7:1-4 Pablo usa de nuevo el concepto de la muerte del «viejo hombre» para
señalar que «la nueva creación» ya no está sujeta a la Ley. En cambio, la «nueva creación» ha
entrado en un contrato de «matrimonio» con Jesús (Ro. 7:4). Una vez más la pregunta debe ser
hecha: «¿Es la persona resucitada, la misma persona que antes pero ahora en una nueva relación,
o es una persona diferente?»

| 55
Es Romanos 7:6 el primero que apunta a la posibilidad de que la persona resucitada de hecho
no es el mismo «viejo hombre» en una nueva relación, sino que más bien una nueva fuerza ha
entrado, la del Espíritu Santo.

C. la «nueva creación» sirve a dios en el poder del espíritu, no


en el poder de la «carne»
Romanos 7:6 es el primer texto en Romanos que habla del poder del Espíritu, comparándolo
con tratar de servir a Dios a la antigua manera del Código escrito, es decir, la ley de Moisés. Pablo
deja claro que la antigua manera carecía de poder porque los hombres eran incapaces de cumplir
la Ley (Ro. 7:14). Se necesita un nuevo poder, el del Espíritu Santo.

D. el espíritu dentro libera a la «nueva creación» de la ley


del pecado y la somete bajo una nueva ley, la del espíritu
La nueva creación ya no está sujeta al dominio del Pecado y su ley, sino a la Ley del Espíritu
de Vida (Ro. 8:2). Tratar de agradar a Dios sin el Espíritu Santo es imposible (Ro. 8:8).

E. aquellos que tienen al espíritu son «controlados por el


espíritu y no por “la carne”»
En Romanos 8:8 Pablo afirma que aquellos que están «en la carne» no pueden agradar a
Dios. Luego afirma que los que tienen al Espíritu de Dios en ellos, no están «en la carne» sino «en
el Espíritu» (Ro. 8:9).
nota: Algunas traducciones de la Biblia usan el término «según la carne/el Espíritu» pero la tra-
ducción correcta es «en la carne/en el Espíritu».1
Entonces en Romanos 8:9 Pablo hace la declaración del hecho de que los que tienen el Espí-
ritu dentro de ellos están «en el Espíritu». ¿Significa esto que ellos nunca pueden estar «en la car-
ne»? Del mismo modo, ¿ser liberado de la esclavitud del Pecado significa que los cristianos nunca
pueden volver a caer en el pecado? La respuesta claramente es: «NO». Entonces ¿a qué se refiere
Pablo al decir: «si el Espíritu está dentro de nosotros, automáticamente estamos en el Espíritu?»
i. Claramente no significa que los cristianos ya no pueden estar «en la carne».2
ii. Es un término que Pablo usa de los regenerados en contraposición a los no
regenerados.3
iii. Se refiere a una «posición» o «estado» en el que Dios ha puesto a todos los cre-
yentes.4
iv. Se refiere a un cambio en la mentalidad y la orientación como se describe en
Romanos 5–8.5

Los números (ii)-(iv) anteriormente mencionados son correctos. Pablo está diciendo que al
darnos el Espíritu que mora en nosotros Dios nos ha llevado de ser personas «en la carne» a ser

1
J. Stott, The Message of Romans, The Bible Speaks Today (Nottingham: IVP, 1994), 224.
2 D. J. Moo, The Epistle to the Romans, New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids:
Eerdmans, 1996), 489-490; J. D. G. Dunn, Romans 1-8, Word Biblical Commentary 38A (Nashville: Thomas Nelson,
1988), 428.
3
Stott, The Message of Romans, 224.
4
Moo, The Epistle to the Romans, 489.
5
Dunn, Romans 1–8, 428.

56 | La Epístola a los Romanos


personas «en el Espíritu». Así como podemos escoger ser esclavos del Pecado, aún podemos esco-
ger vivir «en la carne». Es por esta razón que Pablo procede a decirnos cómo debemos responder
a lo que Dios ha hecho (Ro. 8:12-13).

F. sin el espíritu que mora dentro de nosotros no hay nueva


creación
Romanos 8 deja esta verdad perfectamente clara en: 9b. Sin el Espíritu que mora en noso-
tros, estamos aún «en la carne» y no podemos agradar a Dios. Aunque Pablo no usa los términos:
«nacido de nuevo» o «nueva creación», claramente se está refiriendo aquí a un cambio en el indi-
viduo que es afectado por la presencia del Espíritu Santo que mora en él. Entonces el que resucita
cuando el «viejo hombre» muere no es el mismo «viejo hombre» sino un hombre en quien mora
el Espíritu Santo.

G. el cuerpo mortal de la nueva creación


Romanos 8:10-11 se refiere al estado del cuerpo del creyente. Este cuerpo es el cuerpo «mor-
tal» (Ro. 8:11) en el que vivimos ahora6, no un cuerpo inmortal futuro (ver 1 Co. 15:50-54). «Es-
píritu» en Romanos 8:10 puede ser interpretado como:
i. El Espíritu Santo7 (basado en que [pneuma] se usa generalmente para referirse
al Espíritu Santo en Ro. 8).
ii. El Espíritu humano8 (Ro. 8:16).
El significado es que, aunque el Espíritu Santo de Dios que nos da vida y mora en nosotros
ha dado vida a nuestros espíritus humanos, nuestros cuerpos mortales siguen estando sujetos a la
muerte. Aun así, como el Espíritu de Dios vive en nosotros, Su poder vivificante se puede extender
a nuestros cuerpos mortales, dándoles vida y vitalidad.
La mayoría de los eruditos relacionan esto con la futura resurrección de nuestros cuerpos,9
pero no deberíamos restringir el poder vivificante del Espíritu a solamente ese acontecimiento
futuro (p. ej., la fuerza sobrenatural dada a Sansón; Elías corriendo más rápido que un carruaje).

H. la relación de dios con la nueva creación


Romanos 8:15 nos dice que aquellos que son nueva creación son hijos de Dios a través de la
adopción. La adopción era común en la sociedad romana del siglo I y era regulada por leyes que
garantizaban la herencia del hijo adoptado. En palabras de F.F. Bruce:
[...] en el mundo romano del siglo i d. C ., un hijo adoptado era un hijo elegi-
do deliberadamente por su padre adoptivo para perpetuar su nombre y para
heredar sus bienes; no era en lo absoluto inferior en estatus al hijo nacido en
el curso natural de la naturaleza.10
Algunos emperadores romanos como Tiberio, Calígula y Nerón obtuvieron su posición de
poder mediante la adopción hecha por su predecesor. El Espíritu que mora en nosotros nos con-

6
Esto es contrario a C. K. Barrett, A Commentary on the Epistle to the Romans (Londres: A & C Black, 1962), 159
y E. Käsemann, Commentary on Romans (Grand Rapids: Eerdmans, 1980), 224, que quieren interpretar «cuerpo» aquí
como refiriéndose al «mismo humano». Dado que hay un contraste entre el Espíritu y el cuerpo en este versículo es
probable que Pablo se refiera al «cuerpo humano literal». Ver J. Denney, The Expositor’s Greek Testament, vol. 2 (Londres:
Hodder and Stoughton, 1904), 646.
7
Moo, The Epistle to the Romans, 492; Dunn, Romans 1-8, 431.
8
Stott, The Message of Romans, 226.
9
Moo, The Epistle to the Romans, 493; Dunn, Romans 1-8, 432; Stott, The Message of Romans, 226-227.
10
F. F. Bruce, Romans, ed. rev., Tyndale New Testament Commentaries (Leicester: IVP, 1985), 157.

la nueva creación en romanos | 57


firma en nuestros corazones que somos hijos de Dios y hace que nos refiramos a Él como nuestro
Padre (Ro. 8:15-16).

I. el propósito de dios para la nueva creación


Romanos 8:18 habla de una gloria que nos será revelada. Esto solo puede ser la gloria de
la cual fuimos destituidos (Ro. 3:23). Esta gloria se expresa en que lleguemos a ser como Cristo
(Ro. 8:29). Toda la creación espera con ansias el momento en que todos seamos completamente
transformados en esta imagen de Cristo (Ro. 8:19-21). Lo que tenemos ahora son solamente las
primicias del Espíritu (Ro. 8:23), lo que implica que aún hay más por venir. Este evento final será
la culminación de nuestra adopción (Ro. 8:23), específicamente la transformación (redención) de
nuestros cuerpos mortales (Ro. 8:23).

J. la expresión de la nueva creación


La presencia del Espíritu que mora en nosotros cambia nuestro enfoque (Ro. 8:5). La vida
de aquellos que son nuevas creaciones debería exhibir la verdad de lo que Dios ha hecho por ellos
mostrando:
i. Menos actividad asociada con «la carne» (Ro. 8:12-13).
ii. Libertad de la esclavitud (Ro. 6:11-13).
iii. Una moral y un estilo de vida que no se basan en la observancia religiosa de las
leyes escritas sino en la presencia del Espíritu Santo de Dios (Ro. 8:6).
iv. Un compromiso y una relación con el Salvador que vive (Ro. 7:4).
v. Un gemido interior y la espera de la venida de nuestra glorificación (Ro. 8:23-25).

58 | La Epístola a los Romanos


LECCIÓN 8

P redestinación, presciencia
y la elección

I. Introducción
Estos términos han causado una gran controversia a lo largo de los siglos. Se usan en varios
pasajes en Romanos, frecuentemente en relación unos con otros. Los textos relevantes son:
• Romanos 8:28-30
• Romanos 9:6-24
• Romanos 11:2 y 7
Antes de mirar los pasajes relevantes, conoceremos los tres puntos de vista principales en
este debate.

II. L os tres puntos de vista principales


A. el punto de vista arminiano
Este punto de vista lleva el nombre del teólogo holandés, Jacobo Arminio (1560-1609). Se-
gún este punto de vista, Dios elige sobre la base de la fe a aquel que conoció de antemano. Henry
Theissen1 resume los puntos principales de este punto de vista de la siguiente manera:
i. La elección es un acto soberano de Dios. Él no está bajo ninguna obligación para
elegir a nadie. Todos están igualmente condenados a causa del pecado y, por lo
tanto, pueden ser justamente condenados.
ii. Dios eligió a los que no lo merecían en absoluto mediante un acto de gracia.
iii. La elección se hizo «en Cristo»; es decir, sobre la base de los méritos de Jesús,
no del que fue escogido.
iv. Dios escogió a aquellos que Él sabía de antemano que creerían (Ro. 8:29; 1 P.
1:1-2).

1
H. C. Theissen, Introductory Lectures on Systematic Theology (Grand Rapids: Eerdmans, 1949), 343 ss.

| 59
v. En su gracia, Dios concede a todos los hombres la capacidad de recibir a Cristo
mediante una «gracia preveniente», pero sabe de antemano lo que harán con
esta capacidad.
John Wesley (1703-1791), fundador del movimiento metodista, era un firme partidario del
punto de vista arminiano.

B. el punto de vista barthiano


Este es el punto de vista defendido por Karl Barth (1886-1968), un teólogo suizo.2 La elección es:
i. En primer lugar, la elección de Jesús, luego la elección de la comunidad que está
«en Cristo» y solo en tercer lugar, la elección del individuo que pertenece a esa
comunidad. Esto se basa en Efesios 1:4.
ii. La doble predestinación3 existe, pero Jesús es tanto el hombre elegido como el
hombre rechazado.
iii. Todos los hombres son «elegidos en Cristo». El incrédulo simplemente no sabe
que es elegido aún.
El punto de vista barthiano tiende hacia el universalismo (la creencia de que todos serán
salvos finalmente), aunque Barth niega que acepte el universalismo.

C. el punto de vista calvinista


Este punto de vista lleva el nombre del teólogo francés Juan Calvino (1509-1564) aunque
esta postura también la sostuvo Agustín (354-430) y muchos después de él.
i. Dios elige de manera incondicional sobre la base de Su voluntad soberana y sin
ningún mérito previsto por parte de los elegidos.
ii. Puesto que es la decisión de Dios salvar, Su elección hace segura la salvación de
quienes Él elige salvar (Ro. 8:29-30). La elección es irresistible.
iii. La fe de por sí es dada por Dios (Hch.13:48; Ef. 2:8-9; 1 P. 1:2) y Dios elige a quién
se la da. Sin esta elección de Dios ningún hombre podría ejercer la fe en Cristo.
Un contemporáneo de John Wesley, George Whitefield (1714-1770), fundador de los Meto-
distas Calvinistas en Escocia y Gales, sostuvo una doctrina calvinista.

lección
Tanto Wesley como Whitefield fueron hombres usados poderosamente por Dios,
sin embargo, tuvieron diferentes puntos de vista sobre la predestinación y la elec-
ción. Dios no los usó a ellos porque ambos tuvieran razón en su teología sobre estos
asuntos, ni Su unción sobre ellos fue una señal de Su aprobación de la posición que
tomaron sobre estos asuntos. Algunas cosas están más allá de la comprensión de los
hombres y, aunque debemos esforzarnos por entender lo que Dios nos ha revelado
al respecto, debemos siempre caminar conscientes de que algunas de estas cosas solo
Dios las entiende plenamente.

2
K. Barth, Church Dogmatics, vol. 2 (Edinburgh: T & T Clark, 1959), 102 ss.
3
La doble predestinación es la idea de que Dios no solamente elige a las personas para la salvación, sino que Él
también elige a las personas que han de ser condenadas.

60 | La Epístola a los Romanos


III. L os textos relevantes en R omanos
A. romanos 8:28-30
El versículo 29 habla de:
i. Aquellos a quienes Dios conoció de antemano.
ii. Aquellos a quienes Dios predestinó/preordinó.
El «Porque» enlaza el versículo 29 con el versículo 28. Esto explica cómo podemos estar
seguros de que Dios obra todas las cosas para el bien de aquellos que lo aman y han sido llamados
conforme a Su propósito. Por tanto, Pablo no está presentando un tratado sobre la «presciencia» o
la «preordinación» sino que está explicando cómo podemos estar seguros de que Dios está obran-
do todas las cosas para nuestro bien y para Su propósito. Ese propósito es hacer a todos los santos
semejantes a Cristo (Ro. 8:29) y, al hacerlo, llevarlos a todos a la gloria (Ro. 8:30).
Predestinó/preordinó en el versículo 29 no tiene nada que ver con la conversión/venir a
Cristo, sino más bien hace referencia al hecho de que Dios preordinó que las personas a las que
se refiere llegaran a ser como Su Hijo. Existen dos enfoques principales para llegar a ser como Su
Hijo. Estos son:
i. Se refiere únicamente a la consumación final de nuestra salvación.4
ii. Todo el proceso incluyendo la transformación presente y futura.5
Entonces, ¿quiénes son las personas a las que se refiere?
Varias palabras las describen:

1. Aquellos que aman a Dios (Ro. 8:28).


Una frase ampliamente usada en el Antiguo Testamento y la literatura judía para describir al
pueblo de Dios y, por lo tanto, no es la intención de Pablo decir que las cosas no obran para bien
si un creyente no ama a Dios lo suficiente.6

2. Llamados (Ro. 8:28).


El llamado de por sí implica una obra de Dios y no de los hombres. En segundo lugar, Pablo
nunca usa este término «llamados» para referirse a todos los hombres sino solamente a los cre-
yentes.7
Este llamado es «de acuerdo con Su propósito», lo que indica que cuando Dios llama a al-
guien, Él tiene un propósito en mente. Este propósito se nos presenta en Romanos 8:29-308.

4
J. Murray, The Epistle to the Romans, vol. 1, New International Critical Commentary on the New Testament
(Grand Rapids: Eerdmans,1959), 319; R. C. H. Lenski, The Interpretation of St. Paul’s Epistle to the Romans (Minneapolis:
Augsburg, 1936), 561.
5
C. E. B. Cranfield, A Critical and Exegetical Commentary on the Epistle to the Romans, vol. 1, (Edinburgh: T &
T Clark, 1975), 432; W. Hendriksen, Romans, New Testament Commentary (Edinburgh: Banner of Truth Trust, 1980),
283-284.
6
D. J. Moo, The Epistle to the Romans, New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids:
Eerdmans, 1996), 530.
7
Moo, The Epistle to the Romans, 530. Esto es contrario a la perspectiva de F. L. Godet, Commentary on Romans (T
& T Clark: Edinburgh, 1882), el cual hace referencia a que todos los hombres son llamados pero que no todos aceptan ese
llamado. Por ende, puede que Pablo se refiera a los creyentes como «llamados», pero el término no debería restringirse a
solo los creyentes. Sin embargo, en el contexto actual es claro que está limitado a los creyentes.
8
Moo, The Epistle to the Romans, 531.

predestinación, presciencia y la elección | 61


3. De antemano conoció (Ro. 8:29).
La palabra traducida como «conoció de antemano» puede significar «conocer previamente»
(Hch. 26:5; 2 P. 3:17)9. Sin embargo, así como en Gálatas 4:9, la idea de que Dios conocía de an-
temano aquí se refiere en particular a los creyentes (ver también Mt. 7:23). Dios conocía de ante-
mano a los creyentes, no a todo el mundo. Esto crea un dilema, ya que seguramente Dios conocía
previamente a todos, no únicamente a los creyentes. Entonces aquí debe referirse a algo más que
simplemente conocer a alguien o algo previamente.10
La pista para nosotros probablemente se encuentra en el entendimiento judío de la palabra
«conocer». En el Antiguo Testamento la idea de «conocer» está ligada a la idea de «elección». Por
ejemplo, en Génesis 18:19 Dios escogió a Abraham, pero el hebreo literal es «Yo lo conocí a él». Lo
mismo ocurre en Amós 3:2a.
El sentido semítico de «conocer» conlleva una idea similar en la que no solo se refiere a un
conocimiento mental sino a una «inclinación hacía» o «tener una relación personal con alguien
con la intención de concederle un favor especial».11
En otros lugares del Nuevo Testamento cuando se usa esta frase (Hch. 2:23; Ro. 11:2; 1 P.
1:2, 20) tiene el sentido de entrar en una relación con alguien.12 Es muy probable que Pablo haya
derivado su pensamiento de un contexto judío y que «conocer de antemano» se refiera a aquellos
a quienes Dios ha escogido en algún momento anterior ―antes de la fundación del mundo (Ef.
1:4)― para conceder su favor y tener una relación con ellos.
Para evitar la implicación de que Dios eligió de antemano a quién mostrarle Su favor sin
ninguna participación por parte de los hombres, algunos eruditos (particularmente aquellos del
punto de vista arminiano) insisten en que lo que Dios conocía de antemano era que la persona
ejercería la fe.13 La dificultad con este enfoque es que Pablo habla de «a los que de antemano cono-
ció» refiriéndose claramente a la persona, no a su fe.
Otra forma de evitar esta dificultad es sugerir que Dios «de antemano conoció» a un pueblo
(es decir, a la Iglesia), no al individuo, y que cualquier individuo puede entrar a la Iglesia, de tal
manera que Dios no predetermina el destino de nadie.14 Sin embargo, Pablo está tratando de ase-
gurar a los creyentes su destino eterno y esta seguridad se vería disminuida para cada individuo si
pensaran que aún podrían quedar fuera del pueblo escogido de Dios.15

B. romanos 8:30
A los que Dios «predestinó» para ser conformes a la imagen de Cristo también se dice que
son llamados por Dios, justificados por Dios y glorificados por Dios. Sabemos que «justificó» se
refiere a los creyentes. Sabemos que los que son y serán glorificados son creyentes. Así que los que
«llamó» también deben ser creyentes (ver las notas anteriormente mencionadas en Ro. 8:28), ya
que todos los que son llamados también son justificados y glorificados.

9
Moo, The Epistle to the Romans, 532.
10
J. D. G. Dunn, Romans 1–8, Word Biblical Commentary 38A (Nashville: Thomas Nelson, 1988), 482.
11
J. M. Gundry-Wolf, “Foreknowledge, Divine,” en Dictionary of Paul and His Letters, ed. G. F. Hawthorne et al.
(Leicester: IVP, 1993), 310-311; J. Philip, The Power of God (Glasgow: Nicholas Gray, 1987), 126.
12
Moo, The Epistle to the Romans, 532.
13 F. Godet, Commentary on St. Paul’s Epistle to the Romans (T & T Clark: Edinburgh, 1882).
14
Este es el punto de vista que sostiene Karl Barth: la perspectiva barthiana.
15
Moo, The Epistle to the Romans, 532.

62 | La Epístola a los Romanos


nota: El tiempo pasado se usa en «glorificó» al igual que en «llamó» y «justificó». Esto puede
ser porque:
• Pablo considera la glorificación futura del creyente tan segura que él habla como si ya hubiera
ocurrido.16
• Pablo está refiriéndose al proceso de glorificación que comenzó en la salvación.
La implicación de todo esto es que las únicas personas que son glorificadas y justificadas son
aquellas a quienes Dios llamó.
Aquellos a quienes Él llamó fueron predeterminados antes de la creación del mundo y antes
de que cualquiera de nosotros hubiera hecho algo bueno o malo. Otra implicación es que hay
algunos a los que Dios no ha elegido llamar, ya que si todos a los que llama serán justificados y glo-
rificados, eso debe significar que no llama a algunos y por eso no son ni serán nunca justificados.

C. romanos 9:6-24
Estos versículos están relacionados con el pueblo de Israel. El fracaso de Israel en recibir
al Mesías sugiere que las promesas que Dios les dio han fracasado (Ro. 9:6). Pablo aborda este
problema desde Romanos 9:6 en adelante. Al responder a esta pregunta, Pablo hace una serie de
afirmaciones significativas.
i. Desde la perspectiva de Dios, son solo los hijos de la promesa quienes heredan
las promesas dadas a la descendencia de Abraham (Ro. 9:7-9).
ii. Dios eligió quién debía heredar las promesas dadas a Abraham y esa elección no
se basó en el mérito de ningún hombre (Ro. 9:10-13).
iii. Esto plantea la cuestión de que Dios es injusto ya que los hombres no tienen
ninguna opción de elegir en Sus decisiones (Ro. 9:14).
iv. Dios puede escoger a quien quiera ―es Su elección― y no tiene nada que ver con
los méritos de los hombres (Ro. 9:15-16; Pablo cita Éx. 33:19 en el v. 15).
nota: Dios es soberano en misericordia. La misericordia es inmerecida. Si Dios escoge retenerla
puede hacerlo y no sería injusto ya que la justicia no requiere misericordia.

v. Al mismo tiempo, la historia de Faraón demuestra el efecto contrario, que Dios


puede endurecer, así como mostrar misericordia. De cualquier manera, Dios
revela Su poder y Su nombre es glorificado (Ro. 9:17-18).17
nota: Algunos eruditos prefieren traducir «te he levantado» como «te he conservado»,18 afir-
mando así que, aunque Dios pudo haber aniquilado al Faraón y a Egipto en cualquier momento,
no lo hizo. Por ende, Él seguía mostrándose misericordioso. Esto es apoyado por el contexto real
de la historia de Faraón (Éx. 9:15-16). Así que Pablo puede estar argumentando que Dios puede
mostrar misericordia aún a un pagano de corazón duro. Sin embargo, Romanos 9:18 implica
que, por un lado, Dios estaba mostrándole misericordia a Israel mientras endurecía a Faraón,

16
F. F. Bruce, Romans, ed. rev., Tyndale New Testament Commentaries (Leicester: IVP, 1985), 168; Hendriksen,
Romans, 285-286; J. Stott, The Message of Romans, The Bible Speaks Today (Leicester: IVP, 1994), 253.
17
Moo, The Epistle to the Romans, 596-597; J. D. G. Dunn, Romans 9–16, Word Biblical Commentary 38B (Nash-
ville: Thomas Nelson, 1988), 552.
18
Hendriksen, Romans, 327; Bruce, Romans, 183.

predestinación, presciencia y la elección | 63


apoyando así el argumento de Pablo de que Dios puede demostrar misericordia a quien quiera y
al mismo tiempo no tener misericordia de otros.
Algunos19 intentan explicar el razonamiento de Dios al argumentar que Dios le dijo a Moisés
que endurecería el corazón de Faraón (Éx. 4:21; 7:3), pero no hay indicios de que Dios lo hiciera
hasta Éxodo 9:12, después de que el propio Faraón decidiera endurecer su corazón (Éxodo 7:13,
22; 8:15, 19, 32; 9:7).
Pablo, sin embargo, no da una razón de por qué Dios endureció el corazón de Faraón. Él
simplemente afirma que Dios lo hizo y que tenía el derecho a hacerlo. De hecho, el argumento de
Pablo implica que Dios, siendo Soberano, no necesita una razón. Él puede hacer lo que le plazca.
La objeción planteada en Romanos 9:19 no tiene relevancia si el endurecimiento de Faraón tiene
algo que ver con la elección o las acciones de Faraón.
vi. Esto lleva a la queja de que Dios se equivoca al castigar a alguien, ya que solo
está haciendo lo que Él quiere (Ro. 9:19).
vii. Dios tiene el derecho de lidiar con Su creación como Él quiera y quiénes somos
nosotros para pensar que sabemos más que Él (Ro. 9:20-21).
viii. El versículo 22 probablemente se refiere a la paciencia de Dios con Faraón.20 Sin
embargo, también se refiere a los que estaban «preparados para destrucción».
El griego puede significar «habiendo sido preparado», y por ende «maduro».21 Así que puede
estar refiriéndose a nada más que el hecho de que Faraón estaba maduro para la destrucción sin
ninguna indicación de que Dios lo había predestinado para la destrucción. Entonces este versículo
no afirma que Dios los prepara para la destrucción, solo que están «listos y maduros para la des-
trucción». No se indica cómo llegaron allí.22
Por otro lado, podría significar que Dios mismo los preparó de antemano para la destruc-
ción.23 También hace más consistente el contraste con aquellos que «de antemano Él preparó para
gloria» en Romanos 9.23.
ix. La razón por la que Dios fue tan paciente con los objetos de Su ira fue para que
pudiera dar a conocer Su gloria a quienes Él había preparado para gloria, los
objetos de Su misericordia (Ro. 9:23; ver también Ef. 2:10 donde se usa el mismo
verbo griego).
nota: No es porque alguien se haya ganado el derecho a ser objeto de Su gloria, sino que es Su
misericordia la que los hace serlo. En este versículo es claramente Dios quien los prepara para la
gloria.
Debemos darnos cuenta de que todos los hombres están destinados a la destrucción debido
a sus propios caminos pecaminosos. Dios simplemente no tiene que hacer nada sino dejarlos a su
suerte. Los que están preparados para la gloria lo están por la misericordia de Dios. Él eligió no
abandonarlos. Esa elección no está basada en ningún mérito de la persona sino en el «propósito
de Dios en la elección» (Ro. 9:23).

19
L. Morris, The Epistle to the Romans, Pillar New Testament Commentary (Grand Rapids: Eerdmans, 1988), 361;
Stott, The Message of Romans, 269; Philip, The Power of God, 139.
20
Stott, The Message of Romans, Moo, The Epistle to the Romans, 606.
21
Dunn, Romans 9–16, 567.
22
Hendriksen, Romans, 328; Stott, The Message of Romans, 272; Dunn, Romans 9-16, 567.
23
Moo, The Epistle to the Romans, 607.

64 | La Epístola a los Romanos


D. romanos 11:2, 5 y 7
En Romanos 11, Pablo aborda la pregunta de si Dios pudo haber rechazado a Israel (Ro.
11:1). Primero señala que esto no es verdad, ya que él mismo es un israelita y no ha sido rechazado
por Dios (Ro. 11:1).
En Romanos 11.2 Pablo habla de Israel como la nación que Dios conoció de antemano.
Para entender lo que quiere decir con esto, ver las notas anteriormente mencionadas sobre el
significado de «conocer de antemano». Pablo luego apunta a la historia de Elías (1 R. 19:10-18) y a
la declaración de Dios de que aun cuando Israel abandonó a Dios, había un remanente, «reservado
por Dios», que seguía siendo el pueblo de Dios (Ro. 11:4).
nota: Este remanente fue «reservado» por Dios. Fue obra de Dios solamente, no del hombre.24
Del mismo modo, Pablo creyó que incluso en su tiempo había un remanente entre el pueblo
de Israel25, del que él formaba parte (Ro. 11:5). En Romanos 11:5 se refiere a este remanente como
«conforme a la elección de la gracia». La palabra griega para «elección» es la forma verbal griega
del sustantivo traducido como «escogido» en Romanos 11:7. La elección es de Dios, es Él quien
elige. Esa elección está basada en la «gracia» (Ro. 11:5) y no tiene nada que ver con alguna obra
de los hombres (Ro. 11:6). Puede que Israel la haya deseado y la buscara (Ro. 11:7), pero solo los
escogidos la recibieron. La elección soberana de Dios es clara en estos versículos.
nota: La idea de endurecimiento (Ro. 11:7b) es la misma que se encuentra sobre Faraón en Ro-
manos 9:14-2426 y se presenta como una obra de Dios (Pablo hace uso de una mezcla de Dt. 29:4
e Is. 29:10 en Ro. 11:827).

IV. C onclusión
Claramente Dios puede elegir salvar a quien Él quiera, eso es indiscutible. Aquellos a quienes
Dios escoge son escogidos sobre la base de Su misericordia y gracia, no sobre la base de las obras,
eso está claramente establecido. Aun así, Dios no escoge a todos los hombres para ser objetos de
Su misericordia o para heredar Sus promesas. Dios escoge a aquellos que serán objetos de Su mi-
sericordia basado en Su presciencia, un propósito de mostrar Su favor y en relación con alguien
basado en Su propósito que es finalmente glorificarse a Sí mismo.
En Romanos no se menciona la predestinación a la salvación o a la condenación en sí, úni-
camente la predestinación a ser como Cristo. Sin embargo, para que cualquier individuo sea como
Cristo primero debe ser llamado y justificado. Está claro que Dios elige quién serán objeto de
misericordia y quién no; quién será justificado y quién no.
Efesios 1:5 y 11 son más explícitos en su punto de vista de que hay predestinación a la adop-
ción y la elección, por tanto, la idea probablemente no está lejos del pensamiento de Pablo en
Romanos tampoco. Así pues, es difícil escapar de la implicación de que Dios elige quién será salvo
y también quién no.

24
Stott, The Message of Romans, 362.
25
Philip, The Power of God, 154; Stott, The Message of Romans, 293.
26
Moo, The Epistle to the Romans, 680.
27
Dunn, Romans 9–16, 641; Moo, The Epistle to the Romans, 681-682.

predestinación, presciencia y la elección | 65


LECCIÓN 9

L a seguridad cristiana

I. Introducción
En esta lección examinaremos lo que el apóstol Pablo tiene que decir en Romanos sobre la
seguridad eterna del creyente. En pocas palabras, examinaremos si Pablo tiene algo que decir en
Romanos acerca de si una persona que ha nacido de nuevo genuinamente puede perderse o no
más adelante. En realidad, Pablo no responde a este asunto directamente en Romanos, pero hay
una serie de pasajes en Romanos que podrían dar alguna indicación de su pensamiento sobre este
asunto. Estos pasajes son:
• Romanos 5:9-11
• Romanos 8:28-39
Los examinaremos cada uno por separado.

II. T extos relevantes


A. romanos 5:1-11
En Romanos 5:1-4 Pablo expone las bendiciones de ser justificado por la fe. En Romanos 5:2
introduce la idea de nuestra «esperanza» futura, a saber, la gloria de Dios: que algún día seremos
como Él.1 La palabra traducida como «regocijamos» es la palabra griega καυχάομαι (kauchaõmai),
que puede significar «presumir, jactarse, gloriarse o regocijarse».2
La palabra traducida como «esperanza» es ἐλπίς (ĕlpis), que significa «expectativa, confian-
za o anticipar con gusto».3 Pablo está hablando aquí de algo que se anticipa con confianza. Tal

1
D. J. Moo, The Epistle to the Romans, New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids:
Eerdmans, 1996), 302.
2
J. Strong, The New Strong’s Exhaustive Concordance of the Bible (Nashville: Thomas Nelson, 1996).
3
Strong, The New Strong’s Exhaustive Concordance of the Bible.

| 67
confianza estaría mal puesta si existiera la posibilidad de que de alguna manera no pudiéramos
alcanzarla.
De hecho, en Romanos 5:3-4 Pablo argumenta que aun nuestras tribulaciones y dificultades
solo sirven para aumentar nuestro sentido de expectativa y anticipación. Por ende, en Romanos
5:5 Pablo deja claro que no seremos decepcionados en esta expectativa. La razón por la cual no
nos decepcionará es que conocemos la abundancia del amor de Dios a través del testimonio del
Espíritu Santo dentro de nosotros. Nuestra fe y esperanza están basadas en ese amor y ese amor
no nos defraudará ni nos decepcionará.
Romanos 5:6-8 nos recuerda cuán grande es el amor de Dios hacia nosotros. Aun siendo
pecadores, Dios nos amó lo suficiente como para enviar a Cristo a morir por nosotros. Romanos
5:9 comienza con la palabra griega πολλῷ, que significa, «mucho más». Por tanto, Pablo está di-
ciendo que, ya que la sangre de Jesús nos ha justificado, aún más seremos salvos de la ira de Dios
por medio de Jesús. Sin embargo, ¿cómo puede Pablo hacer una declaración tan segura?
La respuesta se encuentra en los versículos que siguen (Ro. 5:10-11). Se trata de un argumen-
to de lo menor a lo mayor, básicamente si podemos confiar en que una cosa menor trae algún be-
neficio, entonces podemos confiar aún más en que una cosa mayor nos traerá aún más beneficios.
Este era un tipo de argumento comúnmente usado por los rabinos judíos.4 Pablo comienza
con lo que éramos cuando Dios nos amó y envió a Su Hijo para que pudiéramos reconciliarnos
con Él. En ese momento éramos enemigos de Dios (Ro. 5:10a). El medio por el cual fuimos recon-
ciliados fue la muerte del Hijo de Dios (Ro. 5:10b).
Pablo pasa luego a lo que somos ahora: reconciliados con Dios (Ro. 5:10c), ya no Sus ene-
migos. Entonces partimos desde una mejor posición que la que teníamos la primera vez, cuando
Jesús murió por nosotros. Además, Jesús ha resucitado ahora. Él ya no está muerto, sino vivo (Ro.
5:10d). La vida es mayor que la muerte. Así que si la muerte de Jesús es lo suficientemente grande
como para reconciliar a los enemigos con Dios, entonces la vida de Jesús puede hacer aún mucho
más y eso para los hijos de Dios, no para Sus enemigos.
¿Qué es lo que hace? De acuerdo con Romanos 5:10e salva a aquellos que ya están recon-
ciliados con Dios. ¿De qué nos salva? De acuerdo con Romanos 5:9 nos dice que nos salva de la
ira venidera de Dios. Básicamente Pablo está diciendo que, si los enemigos de Dios pueden estar
seguros de la reconciliación mediante la muerte de Jesús, entonces Sus hijos pueden estar aún más
seguros de escapar de la ira venidera porque Jesús ahora está vivo (ver también Ro. 8:34; He. 7:25).

B. conclusión sobre romanos 5:1-11


Pablo argumenta que podemos estar seguros de ser glorificados por/porque:
i. El amor de Dios.
ii. Jesús vive.
iii. Dios puede perdonar a los Suyos más fácilmente que a Sus enemigos.

C. romanos 8:28-39
Ya hemos examinado algunos de estos versículos en la Lección 8: Predestinación, presciencia
y la elección. Pero también tienen mucho que decir con respecto a la certeza de nuestra glorifica-
ción final.

4
Moo, The Epistle to the Romans, 309.

68 | La Epístola a los Romanos


1. Dios está obrando en ello (Ro. 8:28).
Dios es soberano. Él está obrando todas las cosas conforme a Su propósito.

2. El propósito de Dios es nuestra glorificación (Ro. 8:29).


Es algo que Dios ha predestinado para nosotros.

3. Dios ve todo el proceso (Ro. 8:30).


El proceso hacia la glorificación es la predestinación; el llamado; la justificación; la glorifi-
cación. Si en cualquiera de estas etapas la voluntad y el propósito de Dios pueden ser frustrados,
entonces nuestra glorificación no es segura y lo que Dios predestinó no llegará a suceder. Pablo
habla aquí con certeza. Si Dios predestinó, entonces Dios llamará; ese llamado será lo suficiente-
mente efectivo para que Dios justifique (para que el individuo responda); a los que Dios justifica
los ha glorificado.
nota: El tiempo pasado se usa en «glorificado» al igual que en «llamado» y «justificado». Esto
puede ser porque:
• Pablo considera la futura glorificación del creyente tan segura que habla como si ya hubiera
ocurrido.5
• Pablo se refiere al proceso de glorificación que comenzó con la salvación.

4. Dios está por nosotros (Ro. 8:31).


Dios está por nosotros; es Él quien desea nuestra glorificación. La desea tanto que dio a Su
Hijo por ello (Ro. 8:32). ¿Quién puede impedir la voluntad de Dios? ¿Quién puede oponerse al
hecho de que Él obra todas las cosas hacia Su meta de nuestra glorificación?

5. Dios ya ha dado lo más difícil para nuestra glorificación (Ro, 8:32).


Dios ya ha dado Su posesión más preciada por nosotros: Su Hijo. El resto es mucho más fácil
de dar. Por eso, a Dios le resulta más fácil darnos el cielo y la tierra entera que darnos a Su Hijo.
Así que podemos estar seguros de que Él nos dará la plenitud de nuestra salvación.
De hecho, Romanos 8:23 nos dice que ahora tenemos solo las «primicias del Espíritu», lo que
implica que aún hay más por venir. Aunque Pablo no lo menciona en Romanos, en otros lugares
afirma que nuestra experiencia actual del Espíritu es un anticipo y una garantía de Dios de lo que
está por venir (2 Co. 5:5; Ef. 1:14).
Dios siempre cumple Sus compromisos

nota: Romanos 8:32 afirma que nuestra glorificación final nos será dada «con gracia, gratui-
tamente, como un favor».6 La implicación es que nuestra glorificación final no se basa más en
nuestras obras que nuestra salvación inicial.

6. Dios nos ha justificado y nos justifica (Ro. 8:33-34).


Cuando Pablo dice aquí que Dios justifica usa el tiempo presente, indicando que Su «acto de
justificación no es un evento único, sino un sostenimiento continuo».7 Alternativamente, este uso

5
F. F. Bruce, Romans, ed. rev., Tyndale New Testament Commentaries (Leicester: IVP, 1985), 168; W. Hendriksen,
Romans, New Testament Commentary (Edinburgh: Banner of Truth Trust, 1980), 285-286; J. Stott, The Message of Ro-
mans, The Bible Speaks Today (Leicester: IVP, 1994), 253.
6
J. D. G. Dunn, Romans 1–8, Word Biblical Commentary 38A (Nashville: Thomas Nelson, 1988), 502.
7
Dunn, Romans 1-8, 503.

la seguridad cristiana | 69
del tiempo presente puede sugerir que la justificación que Dios nos dio en el pasado sigue siendo
válida en el presente, o incluso en el futuro.8 De igual manera, en el juicio final la justificación de
Dios permanecerá a pesar de la condenación de Satanás o la condenación traída por nuestro pro-
pio pecado o incluso por nosotros mismos.9

7. Cristo está a la diestra de Dios intercediendo por nosotros (Ro. 8:34).


Pablo nos recuerda que Jesús murió, esta entrega de Su vida fue para que pudiéramos ser
justificados y reconciliados con Dios. La implicación es que Aquel que dio tanto para reconciliar-
nos con Dios y obtener nuestra justificación intercederá por nosotros para que permanezcamos
justificados y reconciliados.
La imagen es de un tribunal, por lo que probablemente se refiere a nuestro juicio final. Mien-
tras que Satanás puede ser el abogado de la acusación, Jesús es el abogado de la defensa (ver tam-
bién Zac. 3:1-5). En efecto tenemos al mejor abogado que jamás haya existido hablando a nuestro
favor y en nuestra defensa. Por tanto, nuestra glorificación y lugar final en el reino de Dios están
garantizados.

8. Nada nos puede separar del amor de Dios (Ro. 8:35-39).


En Romanos 5:5 Pablo dejó claro que el amor de Dios por nosotros nos asegura nuestra glo-
rificación final. El pensamiento aquí es similar. En el pensamiento judío «el amor» estaba ligado a
la idea de la elección.10 De modo que no se trata solo de que nada nos puede separar del amor de
Dios, sino también implica la idea de que nada nos separa de la elección de Dios de glorificarnos.
La pregunta que surge de estos versículos es: «Aunque nada nos puede separar del amor de Dios,
¿puede el creyente hacerlo por sí mismo?»
Sobre la base de que ninguna cosa creada puede hacerlo, los calvinistas argumentarán que el
creyente, siendo una cosa creada, no se puede separar por sí mismo del amor de Dios. Los armi-
nianos tenderán a argumentar que Pablo estaba hablando de todo lo que está fuera del creyente y
no del creyente mismo. Sin embargo, el «quién» de Romanos 8:35 debe incluir al creyente mismo.11

D. conclusión sobre romanos 8:28-39


Pablo está escribiendo para asegurar a los creyentes su glorificación final, por lo que la acepta
como asegurada. La base de esta seguridad es:
i. El propósito de Dios, que no será frustrado.
ii. El hecho de que Dios mismo lo llevará a cabo de principio a fin.
iii. El hecho de que Dios ha hecho tanto para reconciliarnos consigo mismo que Él
no revertirá esa reconciliación.
iv. El hecho de que el propósito amoroso de Dios y Su elección de nosotros no
puede ser revertido.

En las palabras de John Stott:


Nuestra confianza no está puesta en nuestro amor por Él, que es frágil, volu-
ble y vacilante, sino en Su amor por nosotros, que es firme, fiel y perseveran-

8
Moo, The Epistle to the Romans, 542, nota de pie de página 32.
9
Moo, The Epistle to the Romans, 542.
10
Dunn, Romans 1–8, 508.
11
Moo, The Epistle to the Romans, 546-547.

70 | La Epístola a los Romanos


te». La doctrina de «la perseverancia de los santos»12 necesita ser renombra-
da. Es la doctrina de la perseverancia de Dios en los santos.13
Como dice Pablo en otro lugar:
Estoy convencido precisamente de esto: que el que comenzó en ustedes la
buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús (Fil. 1:6).

12
Esta es una doctrina calvinista que afirma que todos los creyentes verdaderos nunca pueden perder su salvación.
13
Stott, The Message of Romans, 260.

la seguridad cristiana | 71
LECCIÓN 10

L a libertad cristiana
en Romanos

I. I ntroducción
En Romanos 14:1–15:7 Pablo aborda dos temas. Estos son:
i. Supuestos limites sobre lo que un creyente podía comer o beber (Ro. 14:2, 21).
ii. La observancia de los días santos (Ro. 14:5).

lección
Jesús había declarado expresamente que no era lo que entraba al cuerpo en términos
de comida, sino lo que salía del corazón lo que contaminaba al hombre (Mr. 7:15-
19). Asimismo, Pedro había recibido una visión en la que se le aclaraba que todos
los alimentos eran limpios (Hch. 10:9-16). Sin embargo, aparte de esta revelación
celestial, Pedro habría seguido observando las leyes alimentarias judías. Por lo tanto,
es entendible que algunos judíos, no habiendo tenido el beneficio de tal revelación,
siguieran aferrándose a sus prácticas judías.
Debemos reconocer que el hecho de que, aunque Dios nos haya mostrado algo puede
que no le hay concedido la misma comprensión a otros. Esos otros pueden ser igual-
mente sinceros, aunque menos iluminados, en su deseo de seguir a Cristo. Cuando
existen tales diferencias de opinión en asuntos que no afectan la posición justa de
uno ante Dios, Romanos 14:1–15:7 revela cómo debemos abordarlas.

| 73
II. D efinición de términos
Pablo habla de los «fuertes» y los «débiles» (Ro. 15:1). Los «fuertes» se refiere a quienes son
conscientes de su libertad de estas regulaciones restrictivas. Los «débiles» se refiere a quienes to-
davía están sujetos a estas regulaciones restrictivas (Ro. 14:1-2).
nota: ¡Ambos siguen siendo creyentes genuinos!
Con respecto a la identidad de los débiles se ha propuesto lo siguiente:
i. Ex idólatras que no comían carne debido la asociación de esta con los templos
paganos (ver 1 Co. 8).1
En contra. Pablo no menciona aquí carne sacrificada a los ídolos como lo hace en 1 Corin-
tios.2 Sin embargo, está claro que existe un problema con la carne en Romanos 14:2, 6b.
ii. Ascetas3, tanto los grupos judíos (p. ej., esenios) como los gentiles (p. ej., pitagó-
ricos4) en el siglo i practicaban el ascetismo.5 Esto podría explicar el rechazo a
beber el vino mencionado en Romanos 14:21.
En contra. No hay evidencia de que existiera tal grupo cristiano en la Iglesia de Roma. No se
mencionan en ninguna otra parte de la epístola.
iii. Legalistas6, el mismo tipo de oponentes judíos legalistas a los que se enfrentó
Pablo en Gálatas.
En contra. La manera en que Pablo aborda a los legalistas en Gálatas (Gá. 1:8f; 5:12) es mu-
cho más severa que su manera de abordar a los débiles aquí. Los «débiles» aquí no parecen estar
propagando un punto de vista opuesto al evangelio, así como lo hacían los de Galacia.7
iv. Cristianos judíos8 (ver Ro. 15:7-8).
A Favor. Las leyes judías y el uso de términos judíos por parte de Pablo como «limpias» (Ro.
14:20) e «inmundo» (Ro. 14:14) para describir la comida.9 Toda la carta, hasta cierto grado, trata
sobre cómo deben relacionarse los judíos y los gentiles entre sí.10 Aunque la ley de Moisés no pro-
hibía comer carne o beber vino, muchos judíos de ciudades extranjeras como Roma se abstenían
por temor a que la carne no fuera «kosher» o que el vino y la carne se utilizaran en rituales paganos
(ver Dn. 1:3, 16; Jos. y Asenat 8:5).11

1
M. Rauer, “Die ‘Swachen’ in Korinth und Rom nach den Paulusbriefen” Biblischen Studien 21 (Freiburg: Herder,
1921), 76-184.
2
D. J. Moo, The Epistle to the Romans, New International Commentary on the New Testament (Grand Rapids:
Eerdmans, 1996), 830; J. Stott, The Message of Romans, The Bible Speaks Today (Leicester: IVP, 1994), 356.
3
J. Murray, The Epistle to the Romans, vol. 2, New International Commentary on the New Testament (Grand Ra-
pids: Eerdmans, 1965), 172-174.
4
Diógenes Laercio, Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres 8.38; Filóstrato, Vida de Apolonio de
Tiana 1.8.
5
E. Käsemann, Commentary on Romans (Grand Rapids: Eerdmans, 1980), 365.
6
C. K. Barrett, Epistle to the Romans, 2.a ed., Black’s New Testament Commentaries (Edinburgh: A & C Black, 1962),
256.
7
Moo, The Epistle to the Romans, 830.
8
Stott, The Message of Romans, 356; J. Philip, The Power of God (Glasgow: Nicholas Gray Publishing, 1987), 183; W.
Hendriksen, Romans, New Testament Commentary (Edinburgh: Banner of Truth Trust, 1980), 452-453; J. D. G. Dunn,
Romans 9–16, Word Biblical Commentary 38B (Nashville: Thomas Nelson, 1988), 800-801.
9
Dunn, Romans 9–16, 800-801.
10
Dunn, Romans 9–16, 800-801.
11
Moo, The Epistle to the Romans, 831.

74 | La Epístola a los Romanos


Los judíos también tenían días especiales (Ro. 14:5) como el Día de Reposo, el ayuno sema-
nal, los días de oración y festivales judíos.12 Los judíos habrían tenido ciertas normas alimentarias
y habrían considerado algunos días como más sagrados que otros. Después de que el emperador
Claudio expulsara a los judíos hacia el año 49 d. C ., la Iglesia de Roma habría sido principalmente
gentil, y, por tanto, no tendría ningún problema en comer cualquier tipo de alimento. El regreso
de los creyentes judíos habría causado este problema.

III. L o que los fuertes deben hacer


i. Deben aceptar al hermano más débil en su comunión sin caer en juicios o dis-
cusiones (Ro. 14:1; 15:6).
ii. Deben asegurarse de que por el ejercicio de su libertad no causen «angustia» o
hagan que uno de nuestros hermanos sea «destruido». (Ro. 14:13-15).
(a) ¿Qué quiere decir Pablo con causar «angustia»?
La palabra griega traducida como «angustiado» es «λυπέω» (lupĕō) es usada por Pablo en 2
Corintios 2:4-5, donde se refiere a la angustia mental o emocional. También es usada en Hebreos
2:10, 17 donde se refiere a la angustia de Dios por el pecado persistente de la generación israelita
que rehusó entrar a Canaán. En Marcos 10:22 y Juan 21:17 hace referencia a la angustia o el males-
tar emocional o mental. Entonces ¿qué podría querer decir Pablo cuando habla de afligir/causar
angustia a nuestro hermano?
Probablemente se está refiriendo a una violación de la conciencia de la otra persona, provo-
cada porque se le anima a hacer algo que considera pecado.13 Hacer algo solo porque otro creyente
lo hace o dice que está bien, cuando en realidad creemos lo contrario, significa que hemos pecado
(Ro. 14:22-23). Esta creencia, ya sea correcta o incorrecta, causaría angustia y malestar en el cora-
zón y la mente de cualquier creyente.
(b) ¿Qué quiere decir Pablo con «destruir» a nuestro hermano en Cristo?
La palabra griega traducida como «destruir» es «ἀπόλλυμι» (apŏllumi) que puede significar
«destruir, morir, perder, estropear o perecer».14 En Romanos 14:20 Pablo usa una palabra griega
diferente, «καταλύω» (kataluō), que literalmente significa «desatar» en el sentido de destruir, de-
moler o disolver.15 Entonces, cuando Pablo habla de destruir a nuestro hermano en Cristo, puede
significar:
(1) Simplemente la angustia mental y emocional que les causamos si
siguen nuestro ejemplo.
(2) Provocar que se aparten de la fe debido a la actitud de los fuertes
hacia ellos.16
(3) Dañar su crecimiento cristiano en lugar de edificarlos (Ro. 15:2).17
(4) Hacerles creer que, por sus acciones, han salido de la comunidad del
pacto y, por tanto, de la salvación.18

12
Moo, The Epistle to the Romans, 830.
13
Moo, The Epistle to the Romans, 854.
14
J. Strong, Strong’s Exhaustive Concordance of the Bible (Nashville: Thomas Nelson, 1996).
15
Strong, Strong’s Exhaustive Concordance of the Bible.
16
Moo, The Epistle to the Romans, 855.
17
Stott, The Message of Romans, 366.
18
Dunn, Romans 9–16, 821.

la libertad cristiana en romanos | 75


Esta sería una idea judía de que, si abandonaban cosas como las leyes
alimentarias, renunciarían a su lugar entre el pueblo de Dios.
(5) Ruina espiritual final.19
iii. El creyente más fuerte debe estar dispuesto a renunciar a su libertad en beneficio
del creyente más débil (Ro. 15: 2-3).
iv. El creyente más fuerte debe procurar hacer aquello que promueva la unión y
edifique a otros creyentes, en vez de aquello que los derriba (Ro. 14:19; 15:6).
v. Deben dejar el juicio a Dios (Ro. 14:4).

IV. L o que debe hacer el creyente más débil


i. El creyente más débil podría juzgar a su prójimo como «poco espiritual» y ser
crítico. Deben aceptar a sus hermanos como Dios los acepta (Ro. 15:7) y no juzgar
sobre estos asuntos no esenciales (Ro. 14:3).
ii. El juicio debe dejarse a Dios (Ro. 14:4).
iii. Deben promover la unidad y la edificación, no la desunión ni la destrucción
(Ro. 14:19).

V. L os argumentos teológicos de P ablo


Pablo basa sus instrucciones prácticas sobre un fundamento teológico. Los puntos principa-
les son los siguientes:
i. Los creyentes de ambos lados de la división son siervos de Dios y es a Él a quien
deben responder, no los unos a los otros (Ro. 14:4; 10-12).
ii. La motivación es importante. Cada persona debe estar convencida de que lo que
hace es lo que Dios desea (Ro. 14:5-8). Hacer lo contrario es pecar (Ro. 14:22-23).
iii. Si Cristo se ha entregado a Sí mismo para que una persona regrese a Dios enton-
ces nosotros no deberíamos hacer nada que pueda alejarla de Dios (Ro. 14:15,
20).
iv. Lo que comemos y bebemos, o los días santos que observemos, realmente no son
importantes. Más bien, lo que importa es estar llenos de justicia, paz y gozo, que
son el resultado de estar llenos del Espíritu (Ro. 14:17-18).
v. Cristo da el ejemplo. Fue Él quien, en última instancia, renunció a Sus propios
derechos y libertades por el bien de los demás. Esto significaba que tenía que
sufrir por ellos. Nosotros también debemos estar dispuestos a sufrir la pérdida
de nuestra libertad si con ello ayudamos a los demás (Ro. 15:3).

VI. ¿ C uándo P ablo no transigiría?


Aquí Pablo trata sobre asuntos que no afectan la posición que se tiene delante de Dios, por
ejemplo, comer carne o abstenerse de ella no haría ninguna diferencia para la salvación de alguien.
De modo que se puede ceder al punto de vista de otro sin poner en peligro su propia relación con
Dios ni comprometer el Evangelio.

19
Dunn, Romans 9–16, 821; Moo, The Epistle to the Romans, 854.

76 | La Epístola a los Romanos


Sin embargo, donde Pablo observó que someterse a las tradiciones de otro significaría im-
poner lo no esencial sobre el evangelio como esencial, entonces él se opondría a la posición de los
otros (ver Gá. 2:11-21). ¡Lo esencial es que la sumisión de cualquiera de las partes a la posición
del otro en aras de la unidad no debe ser forzada, sino voluntaria! En otras ocasiones, Pablo estaba
dispuesto a someterse al sentimiento judío para poder promover el evangelio aún más (Hch. 16:3;
1 Co. 9:19-22) o para fomentar la unidad entre los creyentes (Hch. 21:17-26).

la libertad cristiana en romanos | 77


LECCIÓN 11

L a nación de I srael
en Romanos

I. I ntroducción
Para esta lección estudiaremos lo que Pablo tiene que decir en Romanos 9–11.
Mientras examinamos estos capítulos debemos recordar que Pablo no estaba tratando de
presentar todos sus pensamientos sobre Israel. Más bien, él trataba de demostrar que Dios no
había sido infiel a Israel y que Sus promesas aún seguían vigentes. Con base en esto, los gentiles
deberían tratar a los judíos cristianos de su congregación con respeto.

II. T extos relevantes


A. los privilegios otorgados a israel (ro. 9:4-5)
El Antiguo Pacto se estableció con Israel, no con ninguna otra nación. Se relacionaba solo
con ellos.
Ellos fueron la nación a la que Dios dio Su Ley, revelándose a Sí mismo y Sus caminos.
Ninguna otra nación tuvo este privilegio (Ro. 9:4). Ellos tuvieron el sistema de adoración único
que les permitía adorar a Dios como Él lo requería (Ro. 9:4). A ellos iban dirigidas las promesas
contenidas en el Antiguo Testamento (Ro. 9:4). Ellos tenían una historia de comunión con Dios y
de ellos surgió el Mesías (Mesías en hebreo significa Cristo en griego) (Ro. 9:5).
Sin embargo, ahora que Israel es rechazado, alguien podría sugerir que la palabra de Dios
para ellos y todas Sus promesas han fracasado, por tanto, no se puede confiar en que Dios cumpla
Sus planes y Sus promesas. Esto lo niega Pablo y procede a demostrarlo a partir del Antiguo Testa-
mento (Ro. 9:6a). Debemos tener presente esta intención al leer los próximos capítulos.

B. no todos los descendientes naturales de israel son israel


(ro. 9:6b)
¿Qué quiere decir Pablo con esta declaración? ¿Ciertamente todos los que descendieron fí-
sicamente de Israel forman la nación de Israel, puesto que Jacob no tuvo otros hijos aparte de los

| 79
doce patriarcas? Aquí Pablo parece referirse al hecho de que la descendencia física no hace que
una persona sea un verdadero israelita, como tampoco la descendencia física haría a una persona
un verdadero judío (ver Ro. 2:28-29).1 Pablo pretende decir que Dios nunca tuvo la intención de
que todos los descendientes naturales heredaran las promesas, sino solo un grupo selecto al que
Dios ha elegido, al que más tarde se hace referencia como el remanente (Ro. 11:1 ss.).2
Como dice Stott: «... siempre ha habido dos Israel, por un lado, los que descendieron física-
mente de Israel (Jacob) y, por otro lado, su progenie espiritual; y la promesa de Dios estaba dirigi-
da a esta última».3 Muchos en Israel habrían entendido bien este concepto. Varios grupos (p. ej., la
comunidad de Qumrán) afirmaban ser el verdadero Israel, mientras que la mayoría de la nación
había caído en la apostasía.

C. el antiguo testamento revela que las promesas no son


heredadas por todos los descendientes de los patriarcas
(ro. 9:7)
Pablo apoya esta afirmación de que la descendencia natural no hace que una persona sea
parte del pueblo del pacto de Dios al señalar a las historias de Abraham y de cómo Dios eligió a
Isaac (no a Ismael) para heredar las promesas del pacto. Pablo cita Génesis 21:12 en Romanos 9:7.
El énfasis en Abraham surge de la afirmación judía de que ellos eran hijos de Abraham y, por
lo tanto, los receptores de las promesas dadas a Abraham (Jn. 8:33, 39). La cuestión es que las Es-
crituras hebreas enseñan que la descendencia natural no garantiza un lugar en el pacto, tal como
Pablo ha afirmado en Romanos 9:6.

D. entonces, ¿quién está incluido? (ro. 9:8-12)


En Romanos 9:8 Pablo afirma nuevamente su argumento básico de que la descendencia na-
tural no garantiza un lugar en el pueblo del pacto. Nótese que llama a este pueblo los «hijos de
Dios» (Ro. 9:8a). Por implicación, los demás no son hijos de Dios. Esto también implica que los
hijos de Dios son los incluidos en el pacto, no otros.

1. Los hijos de la promesa (Ro. 9:8).


Él declara que aquellos que heredan las bendiciones del pacto son «los hijos de la promesa»
(Ro. 9:8b).
En el contexto inmediato esto debe ser una referencia a la promesa de Dios de que Abra-
ham tendría un hijo propio a través de Sara (Ro. 4:20-22). Sin embargo, Pablo también aplica las
promesas a Abraham como disponibles para todos los que creen (Ro. 4:13-17). Entonces ellos son
también «los hijos de la promesa».4 (Ver un argumento similar en Gá. 6-18).

2. Aquellos a quienes Dios escoge conforme a Su propósito (Ro. 9:10-13).


Haber hablado de Isaac como el hijo de la promesa, ahora nos lleva a la historia de Jacob (Is-
rael) y Esaú. En este caso, Dios claramente elige quién heredará la promesa antes de que cualquiera
de los hijos pudiera demostrar su valía. Entonces, aquellos que tienen un lugar entre el pueblo del

1
F. F. Bruce, Romans, ed. rev., Tyndale New Testament Commentaries (Leicester: IVP, 1985), 177; W. Hendriksen,
Romans, New Testament Commentaries (Edinburgh: Banner of Truth, 1980), 317.
2
Hendriksen, Romans, 317.
3
J. Stott, The Message of Romans, The Bible Speaks Today (Nottingham: IVP, 1994), 266.
4
D. J. Moo, The Epistle to the Romans, New International Critical Commentary on the New Testament (Grand
Rapids: Eerdmans, 1996), 576.

80 | La Epístola a los Romanos


pacto y, por lo tanto, heredan las promesas que van con ese pacto, son elegidos por Dios conforme
a Su propósito e independiente de cualquier mérito de su parte (Ro. 9:11-12).
Pablo cita Génesis 25:23 en Romanos 9:13. La frase «el propósito de Dios conforme a su
elección» (Ro. 9:11) implica varias cosas:
i. Dios elige quién heredará la promesa.
ii. Dios no elige con base en las obras.
iii. Dios tiene un propósito con Su elección.

E. ¿no hace esto a dios injusto? (ro. 9:14-18)


Si Dios elige quién heredará las promesas y lo hace con ninguna otra base aparte de la de Su
voluntad y propósito, ¿no está siendo Dios injusto? (Ro. 9:14). ¿Seguramente Él debería basar Su
elección en los méritos relativos y las obras de las personas? Pablo trata de responder a esta posible
objeción usando una cita de Éxodo 33:19 (Ro. 9:15).
Dios es soberano y puede elegir mostrar misericordia a quien Él desee. En el contexto de
Jacob y Esaú, ambos eran pecadores y por lo tanto ninguno merecía misericordia. Dios no tiene
ninguna obligación de mostrar misericordia a nadie, únicamente de mostrar justicia. Por tanto,
si Dios muestra misericordia aún a solo una persona, entonces Él ha sido más bondadoso que lo
que la justicia requiere.
nota: ¡Podemos pedirle justicia a Dios, pero no podemos exigir misericordia!
Lo que importa es la misericordia de Dios, no la descendencia o el esfuerzo humano (Ro.
9:16). Otro ejemplo de esto es el faraón de Éxodo (Ro. 9:17).
En Romanos 9:17 Pablo cita Éxodo 9:16. El versículo que lo precede es vital para el contexto.
Porque si Yo hubiera extendido Mi mano y te hubiera herido a ti y a tu pueblo
con pestilencia, ya habrías sido cortado de la tierra (Éx. 9:15).
En hebreo, el versículo 16 se puede leer «te he perdonado la vida»5 o «te he levantado».6 Por
lo tanto, la referencia puede ser a la misericordia de Dios al no destruir a Faraón inmediatamente,
esto es, teniendo misericordia de los que no lo merecen, es decir, de quien a Él le plazca.7 Por otro
lado, esto todo podría ser el ejemplo de Pablo para mostrar que Dios también puede elegir endu-
recer los corazones si así lo desea (Ro. 9:18).8
nota: Pablo no discute si Dios endureció el corazón de Faraón únicamente en respuesta a que
Faraón había endurecido su propio corazón9 aunque esto es una posibilidad aceptada por algu-
nos eruditos.10 Pablo parece implicar que Faraón fue levantado para tener su corazón endurecido
por Dios.
Pablo también enfatiza que aún el endurecimiento hace parte del propósito de Dios y, por lo
tanto, tiene una razón y un efecto positivo (Ro. 9:17). Sin embargo, esto nos lleva a una segunda

5
Así es como la Septuaginta (LXX) lo traduce.
6
Esta es la posición tomada por Stott, The Message of Romans, 269; Moo, The Epistle to the Romans, 594; J. D. G.
Dunn, Romans 9–16, Word Biblical Commentary 38B (Nashville: Thomas Nelson, 1988), 563; J. Philip, The Power of God
(Glasgow: Nicholas Gray, 1987), 138-139.
7
Hendriksen, Romans, 325; H. Ridderbos, Aan de Romeinen, Commentaar op het Nieuwe Testament (J. H. Kok:
Kampen, 1959), 216-217.
8
Moo, The Epistle to the Romans, 598; Dunn, Romans 9-16, 555.
9
Philip, The Power of God, 138-139; Hendriksen, Romans, 326.
10
Hendriksen, Romans, 326; Stott, The Message of Romans, 269; L. Morris, The Epistle to the Romans (Grand Ra-
pids: Eerdmans, 1988), 361.

la nación de israel en romanos | 81


objeción, que, si Dios nos endurece para Su gloria y Su voluntad, Él no puede culparnos, ya que no
nos estamos resistiendo a Su voluntad sino cumpliéndola, aunque estemos siendo duros de cora-
zón (Ro. 9:19). Pablo responde simplemente afirmando que Dios tiene el derecho de hacer como
le plazca con lo que Él ha creado (Ro. 9:20-21). Se podría argumentar que Dios le dio a Faraón lo
que él deseaba. Lo entregó a sus propios deseos pecaminosos (Ro. 11:24, 26, 28). Si Dios le hubiera
mostrado misericordia a Faraón por esto, entonces no habría endurecido su corazón. En este caso
no se muestra ninguna misericordia.

F. los objetos de ira y los objetos de misericordia (ro. 9:22-23)


Estos versículos hablan de aquellos «preparados para destrucción» (v. 22) y aquellos que
«preparó para gloria» (v. 23). En el versículo 22 el griego literalmente significa «habiendo sido
preparados», y por ende «maduros». No dice quién los hizo «maduros». En el versículo 23 se afir-
ma claramente que Dios es quien «preparó» a las personas en cuestión. Por lo tanto, puede estar
haciendo referencia a nada más que al hecho de que Faraón estaba maduro para la destrucción, sin
ninguna indicación que Dios lo había predestinado para destrucción. Según algunos autores, este
versículo no afirma que Dios los preparó para destrucción, sino solo que están «listos y maduros
para destrucción».11 Otros argumentan que, dado que esto bien puede recordar al faraón mencio-
nado en Romanos 9:17, hay una implicación de que Dios sí prepara a estas personas para la ira.
También la palabra en Romanos 9:23 deja claro que Dios ha preparado a aquellos destinados a la
gloria, entonces ¿por qué no a aquellos destinados a la ira.12
La razón por la cual Dios fue tan paciente con los objetos de Su ira fue para poder dar a
conocer Su gloria a aquellos a quienes ha preparado para gloria, los objetos de misericordia (Ro.
9:23). En este versículo está claro que es Dios quien los prepara para gloria y no los esfuerzos de
los hombres, el punto que Pablo ha estado haciendo es acerca de quienes heredan las promesas de
Dios y son parte del pueblo del pacto.

G. ¿quiénes son los objetos de misericordia preparados para


gloria?
Para Pablo son los creyentes cristianos tanto judíos como gentiles (Ro. 9:24). Pablo cita el
Antiguo Testamento para mostrar esto: Pablo usa (Ro. 9:25) una cita de Oseas 2:23 para referirse
a los gentiles que una vez no fueron pueblo de Dios (ver Ef. 2:11-12).

1. Romanos 9:26.
La cita de Oseas 1:10 también implica que los que una vez fueron rechazados por Dios (los
gentiles) se convertirán en Su pueblo.

2. Romanos 9:27-28.
Esta vez es una cita de Isaías 10:22-23. Pablo se refiere a esto no como un momento en
particular, sino como una verdad constante y continua con respecto al pueblo de Israel en cada
generación. No todos los descendientes de Israel, sino solo un remanente, conocería la salvación
de Dios en todas y cada una de las generaciones. Cuando consideramos Romanos 11:26 debemos
tener esto en cuenta.

11
Hendriksen, Romans, 328; Stott, The Message of Romans, 272; Dunn, Romans 9–16, 559.
12
Moo, The Epistle to the Romans, 607.

82 | La Epístola a los Romanos


3. Romanos 9:29.
La cita de Isaías 1:9, una vez más tomada por Pablo para referirse al remanente de Israel en
todas las generaciones. Este concepto de un remanente se expone con mayor claridad en Romanos
11:1-6. Pablo considera a todos los cristianos judíos, incluido él mismo, como parte de ese rema-
nente en su época. La gracia electiva de Dios todavía es central, no la descendencia o el esfuerzo
humano (Ro. 11:5-7). A través de Romanos 9:25-29 Pablo muestra que la elección de Dios siempre
consistió en salvar solo a una parte de Israel y también en traer a los gentiles.

H. ¿por qué israel se lo ha perdido? (ro. 10:1-11)


Romanos 9:32 afirma que el problema era que Israel buscaba la justicia mediante las obras,
en vez de mediante la fe en Cristo. Esto para ellos era la piedra de tropiezo (Ro. 9:33, el cual cita de
una combinación de Is. 8:14 y 28:16).
nota: Estos versículos citados por Pablo también confirman que el estado actual de Israel fue
predicho y, por lo tanto, hacen parte del plan y propósito de Dios.13
Romanos 10:2-3 deja claro que Israel se ha perdido el plan y el propósito de Dios porque des-
conocieron que la justicia de Dios no se puede alcanzar mediante la observancia de la ley. Como
pensaban de esta manera ellos rehusaron aceptar la verdad, no la podían alcanzar y, por ende,
necesitaban que les fuera concedida como un don dado en respuesta a la fe (Ro. 10:4).
En Romanos 10:5 Pablo cita de Levítico 18:5 (ver también Gálatas 3:23 donde él usa la mis-
ma cita). Para alcanzar la justicia mediante la Ley, se requiere una obediencia perfecta a la Ley. La
justicia que proviene de la fe, sin embargo, no está basada en que el hombre llegue a Dios, sino en
que Dios se dé a conocer a Sí Mismo al hombre (Ro. 10:6-8 en el cual Pablo cita Dt. 30:12-14). El
contexto de la cita de Deuteronomio es los mandamientos de Dios a Israel.
En primer lugar, Dios declaró que Sus mandamientos no estaban fuera de su alcance.
En segundo lugar, el pasaje de Deuteronomio declara que Israel no tenía que buscar para
conocer la voluntad de Dios, ya que Él les había dado Sus mandamientos.
En tercer lugar, el texto de Deuteronomio afirma que la Palabra está en sus corazones y en
sus bocas. Pablo, como muchos otros intérpretes judíos, consideró este pasaje de Deuteronomio
como una referencia a algo más que simplemente la Ley que estaba escrita.14 Pablo declara que su
mensaje sobre Cristo es lo que cumple el pasaje de Deuteronomio (Ro. 10:8).
En primer lugar, es únicamente a través de la fe en el Mesías que uno puede ser liberado (Ro.
10:11, citando Is. 28:16). Por lo tanto, si la justicia es por la fe, entonces no está fuera del alcance
del hombre.
En segundo lugar, los hombres no necesitan ascender al cielo porque Cristo estaba allí y des-
cendió; los hombres no necesitan ir a las profundidades y regresar porque Cristo ya lo ha hecho.15
También puede que Pablo esté señalando que, al igual que Dios dejó clara Su voluntad entonces,
él la ha dejado clara ahora.16
En tercer lugar, la Palabra de Dios está ahora en nuestros corazones, como lo afirma el pasaje
de Deuteronomio (Ro. 9:8). Si la Palabra a la que se hace referencia es el evangelio de Cristo, lo
creemos en nuestros corazones y lo confesamos con nuestras bocas (Ro. 10:9-10) y así el pasaje de
Deuteronomio se cumple a través del evangelio.

13
Moo, The Epistle to the Romans, 630.
14
Ver Dunn, Romans 9–16, 602-605, 614.
15
Hendriksen, Romans, 344.
16
Moo, The Epistle to the Romans, 652-653.

la nación de israel en romanos | 83


I. la salvación viene de la misma manera para judíos y gentiles
por igual (ro. 10:12-13)
El hecho de que los gentiles reciben la justicia por los mismos medios que los judíos es evi-
dente por dos hechos:
i. Hay un solo Dios quien es Dios de todos (Ro. 10:12).
ii. Todo aquel que lo invoque será salvo, con énfasis en «todo aquel» sea judío o
gentil (Ro. 10:13, citando Jl. 2:32).

J. las personas solo pueden creer si alguien se los dice (ro. 10:14-15)
Esta es la justificación de Pablo para su ministerio con los gentiles.

K. israel no tiene excusa (ro. 10:16-21)


Israel no tiene excusa para rechazar el evangelio porque:
i. Lo oyó.
ii. Lo entendió.
Israel escuchó el mensaje de salvación (Ro. 10:16-18), pero no lo creyó (Ro. 10:16), esa ha
sido su manera de actuar (Ro. 10:16 cita a Is. 53:1). Alguien podría sugerir entonces que tal vez
Israel simplemente no entendió el mensaje (Ro. 10:19). Pablo cita varias Escrituras del Antiguo
Testamento para ilustrar el hecho de que son los gentiles, no los judíos, a quienes se alude insisten-
temente como los que no tienen entendimiento (Ro. 10:19, citando Dt. 32:21; Ro. 10:20, citando
Is. 65:1).
El problema de Israel era su propia terquedad (Ro. 9:21, citando Is. 65:2).

lección
Los cristianos están sin excusa dado que tienen la Palabra de Dios y el Espíritu Santo.

L. hay un remanente santo (ro. 11:1-6)


A pesar del fracaso general del pueblo de Israel, Pablo cree que todavía hay un remanente
santo que le pertenece a Dios y es conservado por Dios (Ro. 11:5).
Él mismo forma parte de ese remanente (Ro. 11:1). Por tanto, Dios no ha rechazado a Israel,
sino que aún existe un verdadero Israel: aquellos que son descendientes de Israel y también son los
elegidos por Dios para heredar las promesas (ver Ro. 9:6 ss.).

M. el resto del israel natural fue endurecido (ro. 11:7-10)


Pablo ya ha afirmado que Dios elige quiénes heredarán las promesas y que no todos los que
son descendientes naturales de Israel lo harán (Ro. 9:6 ss.). También ha declarado que Dios tiene
el derecho de elegir a quién desea mostrarle misericordia y de endurecer al resto (Ro. 9:10 ss.). La
cita de Pablo en Romanos 11:8 es una combinación de Deuteronomio 29:4 e Isaías 29:10. Su cita
en Romanos 11:9 es del Salmo 69:22-23.

N. ¿ha alcanzado israel la etapa de no retorno? (ro. 11:11)


A pesar de su rechazo del evangelio aún hay esperanza para Israel (Ro. 11:11). El rechazo del
Reino por parte de Israel significa que ahora ha sido ofrecido a los gentiles (Ro. 11:11). La inten-

84 | La Epístola a los Romanos


ción de Dios era que esto provocara la envidia de Israel (Ro. 11:11; 10:19) y que esta envidia los
llevara a buscar a Dios nuevamente. Pablo prevé un tiempo en el que Israel volverá a Dios y que
ese tiempo traerá un día glorioso, incluso la resurrección de los muertos (Ro. 11:12-15).
De acuerdo con Zacarías 12–14 este tiempo en que Israel será restaurado vendrá cuando
Cristo regrese para liberar a Jerusalén de la destrucción final. Aquellos israelitas que permanezcan
vivos serán el remanente que será salvo. Si esta interpretación es correcta entonces la bendición
que vendrá con la restauración de Israel será el Reino Milenario.
En el versículo 16 Pablo hace referencia a las «primicias de la masa» (ver Nm. 15:17-21) y
la «raíz» del árbol. Las «primicias» probablemente hacen referencia a aquellos de Israel que ya
han creído y la raíz a los patriarcas.17 Otra posibilidad es que ambos se refieran a los patriarcas.18
El lote de masa que se hace «santo» por las primicias suele interpretarse como el pueblo judío19
aunque algunos eruditos lo consideran como una referencia a todo el pueblo de Dios, judío o gen-
til.20 Algunos eruditos21 identifican «las primicias» con el «remanente» de la época de Pablo: los
creyentes judíos (ver Ro. 16:5; 1 Co. 16:15; 2 Ts. 2:13) que han de considerarse como una especie
de anticipo de la salvación final de todo Israel (Ro. 11:26). Este punto de vista ciertamente parece
encajar mejor con el contexto.
El argumento es que la consagración de las primicias hace que todo el lote sea santo para
Dios. Así que Israel como una nación permanece consagrada y santa delante de Dios.

O. el olivo (ro. 11:17-19)


El olivo era un símbolo común de Israel (Jer. 11:16; Os. 14:6). Sin embargo, en este caso es
mejor verlo como una representación del pueblo del pacto de Dios22 porque Pablo reconoce que
los gentiles no son Israel a lo largo de este pasaje.
Algunos de los que pertenecen al pueblo del pacto ―los israelitas― fueron cortados y reem-
plazados por gentiles, de modo que el pueblo de Dios era ahora un grupo mixto. La intención de
Pablo aquí es mostrar que los gentiles pueden volver a ser eliminados con la misma facilidad y los
israelitas pueden ser restaurados con la misma facilidad (Ro. 11:22-24).

P. el futuro para israel (ro. 11:25-36)


Varias cosas se manifiestan en estos versículos:
i. No todo Israel ha sido endurecido (v. 25).
ii. Este endurecimiento solo durará hasta que el número completo de gentiles haya
entrado (v. 25).
iii. En ese momento, cuando el número completo de gentiles haya entrado, todo
Israel será salvo (v. 26).
iv. La frase: «todo Israel» en Romanos 11:26 ha sido interpretada de las siguientes
maneras:
(a) Todos los israelitas que vivan en ese tiempo final.23

17
Stott, The Message of Romans, 299; Bruce, Romans, 206.
18
Philip, The Power of God, 158; Hendriksen, Romans, 370; Moo, The Epistle to the Romans, 700.
19
Moo, The Epistle to the Romans, 700.
20
Dunn, Romans 9–16, 659, 671.
21
C. E. B. Cranfield, Romans, vol. 2, International Critical Commentary (Edinburgh: T & T Clark, 1979).
22
Stott, The Message of Romans, 299; Bruce, Romans, 206.
23
Cranfield, Romans, 98.

la nación de israel en romanos | 85


(b) Los «elegidos» ya sean judíos o gentiles, el Israel de Dios mencionado en
Gálatas 6:16.24
En contra: Israel no se usa en este sentido en ningún otro lugar en estos pasajes.
(c) Todos los remanentes elegidos de Israel.25
En contra: El versículo 28 s. es difícilmente una descripción de los creyentes
judíos. Destruye el contraste entre el remanente y «todo Israel».
(d) Israel como nación, pero no necesariamente cada israelita.26
En contra: Si no todo israelita es salvo, entonces difícilmente es «todo Israel».

Q. al israel que ahora está endurecido también se le mostrará


misericordia algún día (11:31-32)

R. israel no es desechado para siempre (ro. 11:11-36)


Algunos puntos son dignos de mencionar aquí.
i. El rechazo actual de Israel significa la salvación para los gentiles en el plan eterno
de Dios (Ro. 11:11).
ii. Puesto que el rechazo de Israel ha traído tal bendición, la aceptación de Israel
solo puede significar una bendición aún mayor (Ro. 11:12, 15).
iii. Israelitas individuales pueden ser restaurados al pueblo de Dios si creen (Ro.
11:24).
iv. La dureza actual de Israel es solamente parcial (Ro. 11:25).
v. La dureza actual de Israel es solamente temporal (Ro. 11:25).
vi. Habrá un tiempo después de este periodo de rechazo cuando todos los Israelitas
que permanezcan serán salvos (Ro. 11:26).

24
J. Calvin, The Epistle of the Apostle Paul to the Romans (Edinburgh: Oliver and Boyd, 1961).
25
Hendriksen, Romans, 381-382.
26
Stott, The Message of Romans, 303; Bruce, Romans, 209.

86 | La Epístola a los Romanos


LECCIÓN 12

G obierno civil en R omanos

I. I ntroducción
En esta lección estudiaremos Romanos 13:1-7.

II. T rasfondo de los comentarios de P ablo


La posición de los judíos dentro del imperio romano estaba salvaguardada por una serie
de edictos imperiales, los cuales les permitían mantener aquellos aspectos de su religión que los
diferenciaban de los gentiles. Se les permitía tener sus propios tribunales y mantener sus propias
costumbres, aunque parece que se les quitó el derecho a ejecutar la pena de muerte.
Inicialmente, la Iglesia cristiana era considerada como otra secta del judaísmo y, por ende,
no estaba prohibida, era un collegia licita (asociación permitida). Por lo tanto, los tribunales ro-
manos solían negarse a tramitar las acusaciones contra los cristianos que presentaban los judíos
porque los consideraban como disputas sobre la teología y creencias dentro de la religión judía
(Hch. 18:12-17). El hecho de que Jesús hubiera sido ejecutado como un agitador político era más
útil para los enemigos de los cristianos y, en ocasiones, lo usaban para presentar cargos contra los
cristianos (Hch. 17:6-7).
En vista de que la Iglesia tenía sus enemigos (en el siglo i por lo general eran judíos) era
vital que les dieran el menor margen posible de acusación ante los tribunales romanos. La propia
experiencia de Pablo en los tribunales romanos había sido de protección contra sus acusadores.
Al tratar con los escritos de Pablo sobre la autoridad civil en Romanos debemos tener en cuenta
que todavía no se había planteado la cuestión de la obediencia a un gobierno civil que actuaba en
contra de las creencias de los cristianos.

| 87
III. E l trasfondo general

Versículo 1a
Todos deben someterse al poder civil existente. Pablo luego expone sus razones teológicas
para este planteamiento.

A. la fuente del gobierno civil


Versículo 1b
Todos los gobiernos civiles, incluso los malos, existen porque Dios los ha establecido. Un
caso de un mal gobierno civil que existió porque Dios lo permitió es el del rey Saúl en Israel. Tam-
bién los profetas del Antiguo Testamento reconocieron que incluso los gobiernos paganos fueron
establecidos por Dios (ver Dn. 4:25, 32; Is. 45:1-3). La máxima autoridad civil mala que Dios es-
tablecerá será la del anticristo. Dios establecerá este gobierno como un castigo a los hombres que
han rechazado a Cristo.

B. el propósito del gobierno civil ordenado por dios


Versículo 4
La intención de Dios es que el gobierno civil defienda la justicia. Lo reconozcan o no, los
gobiernos civiles tienen la responsabilidad ante Dios de defender la justicia, castigar al culpable y
proteger al inocente.
nota: El uso de la palabra «espada», un símbolo del poder para ejecutar. Pablo no parece tener
problemas con la pena capital.1
Esto puede parecer contrario a la idea de no buscar venganza y dejar espacio para la ira de
Dios (Ro. 12:17-21). Sin embargo, Pablo señala que las autoridades civiles son el medio por el cual
Dios ejecuta Su ira (Ro. 13:4).

C. ¿cuál debería ser nuestra respuesta al gobierno civil?


Versículos 1-2
Puesto que Dios establece el gobierno civil debemos estar sujetos a él. Resistir a la autoridad
civil es resistir a Dios quien la ha establecido y nos ha puesto bajo su autoridad. Versículo 5 - Pablo
resume sus dos razones de por qué deberíamos someternos a los gobernantes civiles:
i. Por temor al castigo por hacer el mal.
ii. Por consciencia, ya que la rebeldía es pecado.
nota: La palabra griega para conciencia: συνειδησις (suneidēsis) originalmente se refería a «la
conciencia de hacer el bien o el mal» pero es usada por Pablo para referirse a un juicio interno de
acciones y actitudes (Ro. 2:15).2

1
J. Stott, The Message of Romans, The Bible Speaks Today (Nottingham: IVP, 1994), 344-345.
2
Ver F. F. Bruce, Romans, ed. rev., Tyndale New Testament Commentaries (Leicester: IVP, 1985), 86.

88 | La Epístola a los Romanos


Versículos 6-7
La sumisión a la autoridad civil incluye el pago de cualquier impuesto, etc. que el gobierno
nos exija, ya sea que pensemos que son justos o no. También implica mostrarle respeto a aquellos
que pertenecen a ese gobierno.
Pablo particularmente señala que el pago de impuestos se debe al hecho de que los gober-
nantes civiles son siervos de Dios que se entregan a gobernar. Por tanto, como siervos de Dios, el
pueblo de Dios debe mantenerlos a ellos pagando impuestos. El pago de impuestos a un gobierno
pagano era un tema de disputa para muchos en el judaísmo. Pablo lo justifica con esta declaración.

D. ¿y si el gobierno es impío?
En este punto, es importante distinguir entre varios términos diferentes.

1. Obediencia.
Esto significa que obedecemos, aunque al obedecer pequemos. Esto no es un requisito para
los creyentes.

2. Rebelión.
Esto es negarse a someterse a la autoridad de otro. No obedeceremos sus mandatos ni acep-
taremos las consecuencias de nuestra desobediencia.

3. Sumisión.
Esto implica que, aunque podemos desobedecer una orden que creemos que es contraria a
la voluntad de Dios, aceptaremos las consecuencias de esa desobediencia.

Ejemplos bíblicos de sumisión con obediencia


Existen varios ejemplos de este tipo en el Antiguo Testamento, sobre todo en Daniel. Debe-
mos recordar que, como judío, Pablo conocería estos ejemplos y habría aplaudido la respuesta de
Daniel y sus amigos a las leyes impías del gobierno civil.3
i. Daniel 3. Sadrac, Mesac y Abed-nego se negaron a inclinarse ante la imagen
de oro a pesar de la orden del rey. Sin embargo, estaban dispuestos a aceptar las
consecuencias de su negativa a obedecer.
ii. Daniel 6. Daniel rehusó orar al rey a pesar de la orden del rey. Aun así, estuvo
dispuesto a aceptar las consecuencias de sus acciones.
Más ejemplos se pueden encontrar en el Nuevo Testamento.
iii. Hechos 4. Se les prohibió a Pedro y a Juan hablar más del Nombre de Jesús. Sin
embargo, esto contraviene una orden superior. Como en cualquier institución,
debemos obedecer al mando superior, no al inferior.
iv. Hechos 5:17 ss. En esta ocasión, los apóstoles una vez más obedecieron a la
autoridad superior cuando la autoridad inferior ordenó lo contrario a la supe-
rior. En esta ocasión fueron castigados por desobedecer a la autoridad civil y se
sometieron a ese castigo.

3
W. Hendriksen, Romans, New Testament Commentary (Edinburgh: Banner of Truth, 1980), 433.

gobierno civil en romanos | 89


IV. Conclusión
No hay lugar para una actitud rebelde en un creyente. Debemos estar sujetos a cualquier
autoridad que Dios haya puesto sobre nosotros, ya sean gobiernos, empleadores, profesores de
escuela, etc. Solo podemos desobedecer cuando las instrucciones que dan estas autoridades con-
travienen las instrucciones dadas por una autoridad superior. Aun así, debemos someternos a
cualquier castigo que esto pueda traer sobre nosotros.
Puesto que el gobernante civil debe promover el bien y castigar el mal, si no lo hace estará
actuando en contra de su mandato. Los cristianos pueden señalar esto e incluso denunciar la in-
justicia (ver Amós). Sin embargo, deben someterse a las consecuencias de sus acciones.

90 | La Epístola a los Romanos


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