Capítulo 6
Capítulo 6
Capítulo 6
Introducción
Cuando el niño alcanza una cierta edad, la familia recorta sus funciones de
socialización pasando a tomar más importancia la escuela en el proceso de
socialización.
Los educadores deben saber en qué consiste el proceso de socialización así como
tener los conocimientos necesarios para identificar la inadaptación social que se puede
dar en el entorno donde desarrollan su actividad para conseguir paliarlos.
Interacción y socialización
Pero no cualquier relación del niño con los demás puede considerarse un
verdadero proceso de interacción social. Schaffer comenta que “sólo existe interacción
social cuando las actividades de quienes participan en el proceso se integran y
coordinan entre sí, de tal manera que constituyen una secuencia unitaria” (Lacasa y
Villuendas, 1988), es decir, es muy importante que la integración se produzca en el
individuo de la misma forma que la integran el resto de individuos.
Se han realizado investigaciones en las que se concluyen que los niños que han
desarrollado un afecto seguro en su seno familiar, desarrollan con más facilidad las
relaciones sociales y cooperativas entre iguales en el colegio y tienden a presentarse
unos niveles más altos de afecto positivo en la relaciones. En cambio, si el apego
desarrollado en su familia es de tipo inseguro, el niño se mostrará más aislado y sus
interacciones tendrán un carácter negativo.
Otro aspecto importante que debemos resaltar con respecto a la escuela, son las
interacciones personales que se producen con los adultos y con el profesorado. Las
relaciones entre profesorado y alumnado cobran una especial relevancia debido a que el
profesorado transmite una serie de valores en sus interacciones cotidianas al alumnado.
Las conductas que realizan los profesores, en muchos de los casos, suelen tomarse como
ejemplo y modelos para los alumnos.
Extraído de www.psicoeducacion.eu
La inadaptación social
Sobre inadaptación social se han realizado numerosas definiciones. En este
apartado presentamos algunas de ellas.
La inadaptación social se puede definir como la ausencia de adaptación a las
condiciones y circunstancias que impone el entorno en el que se encuentra un sujeto. En
el contexto de la educación podemos exponerlo como “el hecho clave es que un niño o
adolescente se encuentra con problemas para desenvolverse en sus contextos de
desarrollo no logrando satisfacer las exigencias mínimas que le requieren sus agentes
socializadores, por lo que muestras conductas son calificadas como
inadaptadas”.(Trianes, de la Morena y Muñoz, 1999).
Cuando hablamos de contextos, en el caso de los niños, nos referimos a la
familia, la escuela y el grupo de iguales, es decir, lo que hemos denominado
anteriormente agentes de socialización.
La inadaptación social puede ser por defecto o por exceso dependiendo del tipo
de conducta que realice el niño.
Conductas inadaptadas por defecto
Son conductas por defecto porque no llegan a los estándares que el contexto
escolar exige al alumno. Son niños que presentan una conducta social “deficitaria”.
Las conductas inadaptadas que más se dan entre los niños son las siguientes:
Retraimiento social. Hace referencia a que el niño no da las respuestas
necesarias a las demandas que exigen las interacciones que se producen
en su entorno. Normalmente suele ser debido a un déficit de habilidades
sociales o bien a la falta de ejecución de esa conducta que sabe y no
puede realizar por diversos motivos entre los que podemos destacar la
ansiedad o alguna otra dificultad.
Conductas pasivas. Se denominan así porque el niño no es capaz de
defender sus derechos y se muestra conformista ante las circunstancias
que se le presentan. Son los típicos niños que son manipulados y sufren
abusos por parte de los demás compañeros.
Exclusión. Son aquellos alumnos que pasan desapercibidos para el resto
de compañeros, es decir, no cuentan con ellos ni para jugar, ni para
realizar actividades, etc.
Aislamiento. Estos niños se caracterizan porque rechazan las relaciones e
interacciones con otros niños. Esto le suele suponer una inadaptación
debida a que se suelen ir quedando sin amigos con los que relacionarse.
Todas estas conductas dan como resultado algunos problemas que se desarrollan
en el niño. Entre ellos podemos mencionar los siguientes:
Sentimiento de soledad y de insatisfacción personal que hace que limite
sus relaciones sociales, que como hemos visto anteriormente, son tan
importantes para su desarrollo.
Baja autoestima y confianza en sí mismo que da lugar a depresiones,
bajo rendimiento escolar o poca motivación escolar.
Timidez que da lugar a una falta de interacción social que puede
desembocar en baja autoestima, soledad o depresión para el niño.
Se pueden dar varios tipos de conductas agresivas. Entre ellas nos podemos
encontrar las físicas, como son las de agredir, escupir, etc., y las verbales, como insultar,
amenazar, etc.
Estas conductas tienden a presentar rechazo hacia estos niños por parte de los
distintos agentes socializadores produciendo un gran déficit en sus interacciones
sociales y en el desarrollo de su proceso de socialización.
Vamos a presentar una pequeña introducción sobre algunas técnicas que pueden
ayudar a los educadores a fomentar las conductas adecuadas en los niños. Sobre técnicas
existe mucha literatura y numerosas teorías. Nosotros expondremos algunas de ellas que
consideramos que pueden ser básicas conocer.
Refuerzos positivos. Esta técnica se aplica cuando el niño realiza una
conducta que consideramos adecuada y que reforzamos mediante un
reforzador que posibilitará que el niño vuelva a repetir dicha conducta
nuevamente.
Es importante que el reforzador sea suministrado inmediatamente después de
que se haya producido la conducta que queremos reforzar.
Resumen